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Universidad Nacional de Jujuy

Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales


Profesorado y Licenciatura en Letras
Introducción a la Literatura

Apunte de la cátedra, año 2023.

GÉNERO Y PERIODIZACIÓN

Alejandra Siles Pavón y Florencia Angulo Villán

El género y la periodización son modos posibles de ingresar a la literatura y a los textos


literarios. La clasificación es un principio básico, tanto para los estudios literarios como
para cualquier otra disciplina.
Son categorías teóricas que se convierten en instrumentales o analíticas cuando se trasladan
a un objeto concreto para estudiarlo; por ejemplo, las características del narrador en textos
pertenecientes al género narrativo; la construcción del tiempo y el espacio en la lírica; el
personaje en el género dramático; la omnisciencia narrativa en la escritura realista; la
subjetividad del “yo” en el movimiento romántico. Toda categoría aspira a describir
propiedades y relaciones de los fenómenos de la realidad empírica. Constituyen la base de
un modo de conocimiento, pues sin ellos no se puede describir un fenómeno. En
consecuencia, el género y la periodización, en tanto categorías, pretenden capturar las
propiedades de ciertas clases de objetos, o de sus modos de representación o configuración.

Distintas perspectivas.

Las categorías de género y periodización fueron abordadas desde dos dimensiones o


perspectivas:

1-DIACRÓNICA, cuya base histórica y empírica supone un recorte temporal y una


cronología establecida desde un pasado hacia un futuro. En este eje diacrónico, la
evolución de un género o el paso de un periodo a otro tenía una fecha más o menos
establecida y en torno a ella, se estudiaba “el antes” y “el después”. Este criterio
historiográfico colonizó a la literatura y le prestó sus categorías. Las etapas históricas se
generaban en un lugar determinado y desde allí se proyectaban sus características hacia
otros lugares geográficos, aunque no siempre las características de la etapa fueran idénticas
entre un lugar y otro. Es por ello que solemos hablar de Romanticismo alemán,
Romanticismo francés, Romanticismo europeo, Romanticismo del Río de La Plata, etc.
En la teoría de los géneros también tuvimos un criterio historiográfico.

2-SINCRÓNICA, cuyas bases provienen del campo de la lingüística. Dentro de este


criterio ya comienzan a observarse que las variaciones y los cambios en géneros y periodos
no son siempre y necesariamente, evoluciones de tipo histórico; se preguntan, entonces,
por aquellas operaciones que generan cambios en el eje sincrónico.

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La periodización es una herencia del positivismo: concernía a la “Historia de la Literatura”.
El texto literario era concebido como un documento, un texto de época, y la literatura se
estudiaba como parte de la historia y siguiendo una metodología documental de
“reconstrucción”. Lo histórico determinaba lo literario en una relación de causa-efecto /
texto-contexto. Se buscaba el reflejo de la época en el texto literario, se indagaban las
fuentes que lo habían originado, existían “originales y “copias”; por ejemplo, el
Romanticismo europeo era el original y el Romanticismo del Río de la Plata, su copia. La
noción de periodo (tiempo que dura un fenómeno a través de un ciclo) es naturalista o
cuasi- biologista y sostiene la existencia de una regularidad que fatalmente ha de volver a
cumplirse, la repetición de fases homogéneas, la importancia de “lo natural” sobre “lo
cultural” (que no se tomaba en consideración pues no podía predecirse).

Desde esta concepción, el texto literario se insertaba en un periodo determinado siguiendo


un orden cronológico, por ejemplo, Generación del 80, y se asociaba a acontecimientos
políticos o corrientes de pensamiento, por ejemplo, la literatura del Iluminismo.

La situación actual de las categorías de género y periodización.

Sobre el género.

En el pensamiento actual, las categorías de género y periodo dejaron de ser estudiadas


como conceptos naturales, pues no hay nada natural en los fenómenos de la cultura. Hoy
entendemos que géneros y periodos son acuerdos, convenciones que permiten
agrupar los fenómenos literarios.

Los géneros son dinámicos e inestables pues en su configuración intervienen distintas


instancias de mediación: autor, editorial, instituciones. Pensemos, por ejemplo, en el hecho
cierto de que el lector recibe el texto ya rotulado genéricamente. También ha sido superada
la perspectiva historiográfica, desde que se estudia la literatura como práctica social que
lleva en sí misma las marcas de sus condiciones históricas de producción que, además de
históricas, son variables. Ahora hablamos, entonces, de “construcción” y no de
“reconstrucción” como lo hacía el método historiográfico.

Para Bajtín, el género es una categoría tanto socio histórica como formal. Su evolución o
transformación no es ajena a los cambios lingüísticos, sociales y culturales. El género es una
categoría históricamente abierta y de reconocimiento empírico, que participa tanto de los
cambios en los estilos discursivos cuanto de los cambios sociales. Participa dialógicamente
en la obra no como una etiqueta o un modelo fijo, sino gobernando multiplicidad de
relaciones de la obra con los códigos de la época, la lengua literaria, los lectores, las
instituciones. Según Bajtín, la existencia histórica de un género complejo, como son los
literarios, reconoce tres constituyentes fundamentales: temas y motivos; estilos de lengua;
estructuras compositivas. Estas regularidades o procesos de conformación de una
“estilística genérica” se producen en una combinatoria que no es absolutamente libre, que
responde a una tradición, que no es unilineal, que siempre está siendo activada o
dialogizada dentro del sistema literario. El escritor particular siempre utiliza el género como

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una memoria cultural, dándole una orientación semántico valorativa particular y
reacentuándolo según diversos ángulos dialógicos. Bajtín no concibe la interacción
discursiva fuera de la red de los géneros disponibles y tal vez por eso dice que el escritor
atraviesa la vida del género en un momento dado de su evolución, reacentuándolo. El
género es un modo de tomar posesión de la realidad. Los géneros tienen potencialidad
semiótica que es la que permite el desarrollo de los cambios del género (arcaísmo vivo) que
pueden ser múltiples y variados, pero que siempre recuerdan (memoria genérica), la
percepción semántico valorativa del mundo que los ha constituido histórica y socialmente.
El género es un signo que ya está codificado de cierto modo, pero que es capaz de
reproducir de manera incansable variaciones de sí mismo, desencadenando un proceso
dialógico incesante, dentro y fuera del sistema literario, en y a través de una época. El
género tiene un pragmatismo funcional: surge en ciertas condiciones de la comunicación y
por ello, los géneros pueden cambiar o surgir otros nuevos. Tiene memoria: es un arcaísmo
vivo pues cambia sin olvidar su origen. Tiene constantes que aparecen en distintos
momentos de la vida del género, por ejemplo, la defensa de tesis tiene un origen jurídico, el
policial recupera la memoria de la pesquisa. Según Gerald Genette, toda obra, en el fondo,
crea su género desde el momento en que adquiere vitalidad y autonomía; sólo las
imitaciones son puramente conformes a las leyes de un género, por eso, la ausencia de valor
propio es el resultado de esa conformidad demasiado perfecta. La obra, de este modo, se
propone como modelo de sí misma y de otras obras.
En el pensamiento actual, no existen géneros puros sino “virtualidades genéricas”. Esta
noción dinámica y no homogénea del género permite examinar sus componentes formales
y semánticos, en diferentes estadios dentro de una misma obra o periodo.

Sobre la periodización.

La periodización es un constructo teórico, no natural; es un modo de posicionar el


fenómeno literario para estudiarlo y una manera de organizar los textos a los fines de poder
explicarlos. Podemos decir, a modo de metáfora, que es un GPS que posibilita ubicar la
obra, el autor y otros parámetros dentro de un espacio temporal y espacial definido. Son
útiles al estudio pues permiten observar la continuidad de ciertos componentes, la
desaparición de otros, la veloz irrupción de novedades y el efecto retardado de otras.

El término “periodización” hace referencia a los llamados “periodos literarios”, definidos


como, “espacios de tiempo determinado”. En estos periodos de tiempo se enmarcan o
“encasillan” obras literarias, autores y otras formas de ordenación como las generaciones,
escuelas, movimientos y corrientes. En la búsqueda de un esquema teórico y una
metodología para estudiar las obras, la Historia de la Literatura tomó inicialmente unidades
cronológicas derivadas de la historiografía política y cultural. Así, el primer criterio de
organización fue el de “Edades”, coincidente con la Edad Antigua, Edad Media, Edad
Moderna y Edad Contemporánea. Sin embargo, a esta división, poco funcional para
identificar las producciones literarias, se sucede un fraccionamiento en unidades menores.
Aparecen entonces los conceptos de siglo y de época. Por ejemplo, el Siglo de Pericles (S. V.
antes de C.) o la época de Carlos V o de Felipe II. También otro concepto aplicado a

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determinados momentos, es el de generación –la generación del 80 en Argentina, la
generación del 98 en España, por ejemplo-.
Uno de los conceptos más aceptados y utilizados hasta la actualidad es el de periodo literario
para ordenar cronológicamente aquellas obras o autores vinculados entre sí por
determinadas preferencias de orden estético, preocupaciones temáticas y adhesión a ciertas
convenciones literarias “dominantes” en una determinada época.
Otros criterios de periodización son escuela, generación, movimiento y corriente: El concepto
escuela responde a una agrupación o asociación artística o literaria, que implica la existencia
de maestros y discípulos. Un ejemplo de escuela es el de los Petrarquistas. A partir del
Romanticismo, este concepto pierde vigencia, y en su lugar, surgen los de generación,
movimiento y corriente. La categoría generación permite delimitar a los artistas que comparten un
lapso histórico determinado en un lugar específico. Los rasgos que delimitan una
generación son: coincidencia en la fecha de nacimiento; homogeneidad de educación
recibida; experiencia generacional de un hecho histórico clave; entre otros.
El movimiento se comprende como una agrupación de escritores o artistas que comparten
valores dominantes en determinado periodo, realizan una tarea de reflexión teórica, crítica y
creativa, y que los cambios o transformaciones operados durante este periodo no sólo
atañen a la literatura sino a otras artes. Finalmente, el concepto corriente supone la existencia
de una línea de pensamiento que procede de una etapa anterior y que fluye durante el
nuevo periodo, subyacente o superpuesta. Un ejemplo sería la pervivencia de una corriente
medieval durante el Renacimiento.
Los estudios históricos actuales del occidente europeo adoptan una selección ecléctica para
la periodización. Así se puede observar que edad, época, siglo, periodos, escuelas,
generaciones y movimientos forman parte del metalenguaje crítico-literario normalmente
utilizado.
Se observa entonces que la periodización literaria occidental se inscribe en un continuum
temporal que responde a criterios históricos, políticos, generacionales y estéticos que
coinciden con circunstancias relevantes en el continente europeo. A continuación se
mencionan algunos conceptos que organizan el estudio de la literatura occidental:

 Siglo V a C. o Siglo de Pericles: Se llamó el Siglo de Pericles, a la época en que Atenas


logró su máximo apogeo político e intelectual. Pericles (494 a C. - 429 a C.) inició la era
del desarrollo de las artes y de las ciencias. Durante su gobierno el teatro alcanzó su
gran apogeo. Pericles impulsó y favoreció que se dieran estas condiciones con una serie
de medidas prácticas y económicas. Los escritores dramáticos de esta época fueron
Esquilo, Sófocles y Eurípides; mientras que Aristófanes, dominó el teatro cómico con
obras de alto contenido crítico y caricaturesco.

 Baja Edad Media es un periodo que transcurre desde que se anuncia la crisis del orden
medieval –en la segunda mitad del siglo XIII- hasta las postrimerías del siglo XV. En
algunas regiones europeas –Italia, especialmente- ya en el siglo XV se ha producido una
mutación bastante profunda que indica el cambio hacia la modernidad. No sucede así
en otros lugares donde se perpetúa el espíritu medieval hasta bien entrado el siglo XVI.
La cultura de la baja Edad Media se presenta como un constante duelo entre fuerzas
opuestas en el que adquieren particular significación el duelo entre el espíritu
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caballeresco y el espíritu burgués, y el duelo entre el sentimiento religioso y el
sentimiento profano. Estas tensiones se manifiestan en las obras de G. Boccaccio, G.
Chaucer, Juan Ruiz y López de Ayala.

 Renacimiento: Movimiento cultural que se venía gestando en diversos países de Europa


occidental desde finales de la Edad Media. El Renacimiento es un movimiento de
restauración del ideal educativo de la Antigüedad clásica: la humanitas, o cultivo de las
humanidades. Como rasgos caracterizadores de esta nueva cultura se consignan los
siguientes: vuelta a la antigüedad clásica grecolatina, descubrimiento del hombre y del
universo, individualismo, secularización, crisis de fe y de la moral tradicional, y una
nueva relación económica y cultural entre nobles y burgueses en el marco de la vida
urbana. Si bien las primeras reacciones contra el espíritu medieval se sucedieron
durante el siglo XIV, el Renacimiento alcanzaría su apogeo artístico a principios del
siglo XVI.

 Barroco: Término con el que se designa al movimiento artístico y literario que se desarrolla
en Europa (y en Hispanoamérica) en el transcurso del siglo XVII, y que coincide con
una serie de cambios políticos-sociales y culturales que influyen en la visión del mundo
y en la concepción estética de los escritores. Entre sus principales características
destacan: la pérdida de la armonía y del equilibrio clásicos y aparición de un
recargamiento ornamental desmesurado, la confluencia de contrastes entre elementos
religiosos y profanos, sublimes y grotescos, la degradación burlesca de ciertos mitos
clásicos, y una visión desengañada de la realidad, como consecuencia del desencanto
producido por la crisis de la sociedad en que están inmersos los escritores. La médula
de esta época se sitúa entre 1620 y 1680 aproximadamente. Pero en el orden de las artes
visuales no sabemos cuándo comienza ni cuándo termina, habida cuenta de que el
manierismo del siglo XVI y el rococó del XVIII tienen fuertes vinculaciones con la
estética barroca. Lo mismo ocurre en cuanto a la música, pero no en cuanto a la
literatura, pues en España, por ejemplo, a la muerte de Calderón en 1681 el estilo
barroco ya ha sido superado y sólo cabe buscarlo en Hispanoamérica, en la obra de Sor
Juana de la Cruz que muere en 1695.

 Romanticismo: Movimiento literario que surge a finales del siglo XVIII en Inglaterra y
Alemania y que en la primeras décadas del siglo XIX se extiende a otros países de
Europa y América. Históricamente, las primeras expresiones del Romanticismo se
producen en Inglaterra, donde destaca un grupo de poetas (W. Blake, W. Worsworth, J.
Keats, P.B. Shelley, Byron) y el creador de un tipo peculiar de la narrativa romántica, la
novela histórica, W. Scott. El Romanticismo alemán, cuenta con un movimiento
precursor, el Sturm und Drang, tiene una primera fase de desarrollo entre 1797 y 1801.
En Francia se produce a finales del siglo XVIII una nueva sensibilidad que se distancia
del intelectualismo ilustrado. Se caracteriza por el cultivo de la imaginación, la
emotividad y sentimientos, el retorno a la naturaleza, opuesta a la civilización, como
principales rasgos. Otras particularidades son: Ruptura con el Neoclasicismo –periodo
literario del siglo XVIII-, una nueva concepción del yo, una búsqueda de “otra

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realidad” y la creación de un peculiar tipo de héroe romántico (melancólico, pesimista,
desesperado, rebelde).

 Realismo: Movimiento literario que surge hacia mediados del siglo XIX en diversos países
europeos y que tiene como principio estético la referencia o vinculación con la realidad,
imitada o representada en las obras artísticas. El movimiento realista pretende apoyarse
en el concepto aristotélico de “mímesis”, entendido como copia de la realidad. Esta
representación de la realidad se ejecuta a través de la observación minuciosa,
desapasionada, impersonal y objetiva de la misma. El término Realismo alude también a
ciertas corrientes literarias del siglo XX, como el Realismo social o el Realismo mágico.

 Vanguardia o vanguardismo: Movimiento literario que da origen a sucesivos “ismos”


(Dadaísmo, Cubismo, Surrealismo, etc) interrelacionados con las artes plásticas, la
música, el cine, etc. Su denominador común es el carácter combativo y de ruptura con
la tradición estética anterior (Realismo, Naturalismo, Simbolismo) y el espíritu pionero
en la búsqueda de nuevas formas de expresión artística y literaria. Se desarrolla en
Europa a partir de 1910 (Futurismo) y tiene su mayor auge en la década de los años
veinte. En cuanto al ámbito geográfico, se trata de una corriente internacionalista, que,
se extiende por Europa y América.

En América Latina, tradicionalmente se utilizan las denominaciones literarias europeas,


debido al sello colonizador provocado desde el siglo XIV. Sin embargo, América Latina
siempre ha buscado sus propios caminos de desarrollo y, por ello, la aplicación automática
de sistemas extranjeros no le ha sido útil, pues es un hecho que, en lo que a la literatura se
refiere, es difícil hacer la distinción tajante de los movimientos literarios tal como aparece
en Europa. Por esta razón, la utilización de la clasificación europea debe ser acompañada
de una definición. Los críticos literarios latinoamericanos han planteado sus propios
criterios de periodización, entre ellos el uruguayo Ángel Rama o la investigadora chilena
Ana Pizarro que organiza la historia literaria en tres periodos (Periodo de Implantación,
Periodo de Formación y Periodo de Emancipación)

Por otra parte, cada país también realiza sus propias segmentaciones temporales para el
estudio literario. En muchos casos se toman hechos de la historia política de determinados
países. Por ejemplo: La literatura de la Revolución Mexicana, La literatura de la Violencia
en Colombia, etc.)
A continuación, señalaremos algunos conceptos que permiten periodizar la literatura de
ciertos países latinoamericanos:

 Generación del 37: se constituye en torno a un grupo de intelectuales argentinos de


mediados del siglo XIX, que propugnaba el abandono de los modos meramente
monárquicos heredados de la colonia española y la instalación de una democracia que
garantizara los derechos de los ciudadanos. Estas ideas fueron transmitidas mediante
sus obras literarias, influenciadas estilísticamente por el Romanticismo inglés y francés,
y tuvieron una crucial importancia en el período conocido como la Organización

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Nacional, entre 1852 y 1880. Se denomina “del 37” pues es la época de fundación del
Salón Literario al que la mayor parte de sus miembros pertenecieron. Sus principales
exponentes fueron Domingo Faustino Sarmiento, Juan María Gutiérrez, Esteban
Echeverría y Juan Bautista Alberdi.

 La segunda generación de posdictadura en Argentina (Generación HIJOS): Se trata de


escritoras y escritores que, en general, comenzaron a publicar luego del 2001. Es decir,
estaban en la adolescencia o la veintena durante los acontecimientos del 19 y 20 de
diciembre o durante el movimiento previo de resistencia, que a comienzos de los ’90
luchó por ejemplo contra la Ley Federal de Educación. La segunda generación de
postdictadura conoció la impunidad de los criminales de lesa humanidad y entró a la
conciencia ciudadana al calor de una gravísima crisis económica. Como generación
comparten ciertas inquietudes estéticas que pueden resumirse como: una búsqueda
literaria que cuestiona la sintaxis misma del relato, y se despliega más como buceo
lingüístico que como desarrollo de una trama; también existe cierta conexión entre los
hechos político-sociales que forjaron la conciencia ciudadana de la segunda generación
y el regreso de la pulsión por contar historias y explorar en los géneros masivos de la
literatura moderna y del cine: el policial negro y el thriller, las aventuras, la ciencia-
ficción, el terror y el gore.

 Tercer periodo de la poesía quechua, Qipa punchaykuna (2011 hasta el presente) La


traducción al castellano es “Los penúltimos, las penúltimas”. Representado por
escritores y escritoras de Perú que crean de un tipo de poesía quechua que pone en
evidencia temas innovadores. Otras características son: la definitiva presencia de las
creadoras mujeres que con su desenfado e irreverencia han dado un nuevo giro a la
poesía andina; la trasgresión de las fronteras y los desplazamientos sea en los Andes o
la vida urbana, aparecen sin nostalgia; la persistencia del par lengua-cultura se
expresa como percepción andina y la imagen de la comunidad transformada,
moderna o post-moderna. La experimentación será un elemento que atraviesa sus
poéticas (Javier Aliaga, Niel Palomino, Irma Álvarez Ccosco). Todos, ellos,
ellas―además con una vocación de orgullo―escriben, divulgan y defienden el
quechua.

La periodización, un GPS para ubicar las producciones artísticas en distintos


lugares del mundo.

Es necesario destacar que la organización temporal o periodización se realiza en todos los


lugares del mundo. Histórica y culturalmente, el sistema literario al que adscribimos es el
occidental (europeo) y latinoamericano; sin embargo, los recortes cronológicos se realizan
en otros continentes del mismo modo: Asia, África y Oceanía.

Hay que tener en cuenta que los criterios de periodización deben ser siempre productivos
para poder leer las obras, a sus autores y las estéticas características de un tiempo/espacio
específico. Por eso, estos rótulos permiten organizar el conocimiento. No deberían, de

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ninguna manera, limitar su valor estético, encasillando su potencialidad, diálogo y
asociaciones.

Bibliografía consultada.

Bajtín, M. (1982) El problema de los géneros discursivos. Estética de la creación verbal,


México: Siglo XXI.
Espino Relucé, G. (2022) Harawinchis: itinerario de poesía quechua contemporánea (1904-
2021) Revista Escritura y Pensamiento, 21(43), 2022, 13-42.
Estébanez Calderón, D. (2016) Diccionario de Términos Literarios. Madrid: Alianza
Editorial.
Genette, Gerard (1979) Introducción al architexto, París: Édition du Seuil.
Gustavo Adolfo Bedoya Sánchez (2006) Problemas de la periodización en las historias de la
literatura colombiana: balance crítico. En Revista Lingüística y literatura, No. 49.
Pizarro, A. (1985) La literatura latinoamericana como proceso, Buenos Aires: CEAL.
Romero, J.L. (2001) La Edad Media. Buenos Aires: FCE.
Drucaroff, E. (2016) ¿Qué cambió y qué continuó en la narrativa argentina desde Los
prisioneros de la torre? El matadero /10 (2016) [23-40]

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