En la Revolución Industrial de Gran Bretaña se utilizaron dos fuentes de energía principales:
la energía hidráulica y la del vapor. La energía hidráulica se había utilizado desde la Edad Media, y se utilizaba en la producción textil y en la metalurgia. En el siglo XIX, se incrementó el uso de la energía hidráulica gracias a la turbina hidráulica, que permitió el nacimiento de la energía hidroeléctrica. El vapor, por otro lado, se utilizó tanto para la producción manufacturera como para el transporte, en particular los ferrocarriles y los barcos. La máquina de vapor fue perfeccionada por James Watt, quien la patentó y la utilizó como fuente de energía para la producción manufacturera. A diferencia de la energía hidráulica, la del vapor no está sujeta a variaciones estacionales o climáticas, y hace uso de un recurso abundante y barato: el carbón mineral. El uso de estas nuevas fuentes de energía permitió una enorme mejora en la productividad, al multiplicar la cantidad de trabajo realizada por cada trabajador. Empresas y Empresarios: El texto se refiere al papel de los empresarios y las empresas en la Revolución Industrial de Gran Bretaña. Se destaca la importancia de los empresarios para adoptar las innovaciones tecnológicas y para introducir nuevas formas de organización del trabajo, lo que permitió el motorizar los cambios y correr los riesgos necesarios. Aunque hay diferentes opiniones sobre el papel de los empresarios en la Revolución Industrial, es claro que sin ellos no habría sido posible la adopción de las innovaciones y los cambios necesarios. La distinción entre la función empresarial y la función gerencial es importante para comprender los diferentes campos de problemas que se presentaban. Se señala que los problemas de orden estratégico debían ser enfrentados por los empresarios, mientras que los problemas de gestión cotidiana de la empresa eran responsabilidad de los gerentes o managers. Con la Revolución Industrial nació también el management moderno, a partir de la difusión del sistema de fábrica y de la ampliación de la dimensión de las empresas. El bajo costo de las inversiones en los primeros tiempos de la Revolución Industrial, debido a que las máquinas eran sencillas y poco costosas, a que se podían utilizar edificios ya existentes para instalar las fábricas y que la mano de obra era barata y las condiciones de contratación muy flexibles, permitió que la autofinanciación fuera una práctica muy extendida. Se destaca que la mayoría de los nuevos empresarios provenía de los sectores mercantiles y que a medida que la industria se fue transformando en la actividad dominante de la economía británica, la burguesía industrial pasó a ocupar un lugar destacado en la sociedad, junto a la burguesía comercial y financiera. En las primeras etapas de industrialización, el modelo de organización era la empresa personal, en la que el propietario del capital ejercía tanto las funciones empresariales como las gerenciales. Aunque existían algunas empresas de grandes dimensiones, la mayor parte de las firmas era de tamaño reducido y no había requisitos de escala, fundamentalmente en el sector textil. En resumen, el texto destaca la importancia de los empresarios y de la innovación para el éxito de la Revolución Industrial en Gran Bretaña, así como la transformación de la sociedad y la economía que esto generó. Los Recursos Financieros: El texto habla sobre la financiación de la Revolución Industrial en Gran Bretaña. En las primeras décadas, la industria se financió con capitales propios de los empresarios, reinversión de utilidades y crédito de corto plazo otorgado por bancos o comerciantes. El crédito comercial siguió siendo importante ya que la inversión en capital circulante era fundamental. Los bancos no solo actuaron como intermediarios entre ahorradores y prestamistas, sino también como creadores de crédito y otorgaron más crédito a largo plazo del que se suponía, incluso actuando como accionistas en compañías. La inversión en capital fijo era baja con respecto a otros gastos, y en 1809-10 representó menos del 1% de los gastos militares. A pesar de esto, Gran Bretaña tenía suficiente capacidad de ahorro, y el desafío principal consistió en trasladar los capitales desde las zonas agrícolas hacia las áreas industriales. En resumen, la financiación de la Revolución Industrial en Gran Bretaña fue posible debido a la disponibilidad de ahorro, la financiación propia de los empresarios, el crédito comercial y la capacidad de los bancos para actuar como creadores de crédito y accionistas en compañías. LAS REGIONES Y LA INDUSTRIALIZACIÓN: El texto describe cómo la Revolución Industrial en Gran Bretaña no fue un proceso uniforme y continuo, sino que afectó de manera desigual a diferentes regiones y sectores de la economía. La localización de la industria se determinó principalmente por la disponibilidad de recursos naturales y la oferta de mano de obra calificada. Durante la etapa previa a la Revolución Industrial, la actividad manufacturera ya estaba concentrada en algunas regiones. Después del inicio de la Revolución Industrial, la diferenciación regional se mantuvo y se concentró en la industria textil del algodón en Lancashire. A mediados del siglo XIX, el impacto del nuevo industrialismo aún era limitado y en muchos sectores todavía no había tenido lugar una "revolución industrial". Sidney Pollard propone la imagen de un mar de sectores preindustriales masivos que rodean las pequeñas islas de industrialización. La URBANIZACIÓN: Claro, en resumen, durante la Revolución Industrial en Gran Bretaña, el uso de la energía del vapor permitió la localización de las actividades industriales en las ciudades y el crecimiento de la población urbana. A medida que las fábricas crecían, las nuevas ciudades industriales se caracterizaron por el deterioro de la calidad de vida y del medio ambiente urbano, con problemas de vivienda y saneamiento. En general, la población rural excedente emigró hacia las ciudades o hacia destinos transoceánicos. Finalmente, el crecimiento urbano implicó un incremento de la escala de las ciudades y una mayor densidad de población, transformando las relaciones sociales.