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De Samuel Daniels
Uno es los libros que ha leído, la pintura que ha visto, la música escuchada y olvidada, las
calles recorridas. Uno es su niñez, su familia, unos cuantos amigos, algunos amores,
bastantes fastidios.
-Sergio Pitol
Personajes:
Mateo Villanueva
Un comentarista
Eduardo Villanueva
Esteban Villanueva
Helena
Mariana Zaragoza
Marcos
Un crítico literario
Diego Azares
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I EL CONSULTORIO DE LA PSICÓLOGA
diván. Está vestido como jugador de tenis: Short, camisa polo, banda de sudor en la cabeza
y muñecas; tiene una raqueta de frontón en la mano, trae saco y lentes de aviador con
micas claras. Tiene un Gatorade en el bolsillo del saco. Suena una canción de rock en
español de los 80’s en el fondo, casi como un eco. MATEO luce agitado. La doctora
Mateo: …Todas las historias en el fondo son una historia de amor. En serio, me lo dijo un
amigo una vez en la universidad. Lo recordé y fue por eso que vine hacia acá. Digo, no fue
fácil, pero supuse que era lo mejor que podía hacer. Usted sabe ¿No? Eso de guardarse las
emociones no funciona. Bueno, me sirvió mucho tiempo, pero no creo que me sirva ahora.
Más bien sería como perder todo el avance, pues. Aunque a veces me pregunto si estoy
realmente avanzando. ¿Te pueden dar de alta en este tipo de consultas? Es que me parece
raro que en algún momento usted me diga que ya no tengo problemas y estoy curado.
Aunque para eso tendría que estar enfermo de primera mano y no lo estoy como tal. ¿O sí?
Ya sé que en más de una ocasión me ha pedido que evite usar términos “Categóricos y
¿Alguna vez le han dicho que para ser psicóloga es bastante agresiva? (Pausa) ¿Qué? ¿Qué
solo yo lo creo y sus otros pacientes no se quejan? bueno. Pero sí me dará la razón en que a
veces puede dar sus opiniones de una manera demasiado sincera (Pausa) ¿Dice que es su
trabajo y le pago para que haga específicamente eso? Supongo que tiene razón, en fin.
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(Pausa) ¿Qué? ¿Quiere que comience por el principio? Está bien. Lo vi, otra vez. No fue
una alucinación, otra vez. No supe qué hacer, otra vez. Así que vine aquí. Digo, no fue fácil,
pero supuse que era lo mejor que podía hacer. Ya sabe, lo de tragarse las emociones no
funciona. Bueno, me sirvió mucho tiempo, pero no creo que me sirva ahora. Más bien sería
como perder todo el avance y… (Pausa) ¿Quiere que le explique lo de la ropa? Bueno. Es
un disfraz. Soy un jugador de tenis. (Pausa) Sí, sé que no es una raqueta de tenis. (Pausa)
No, no esperaba engañar a nadie. (Pausa) Sí, estoy al tanto de que usted no es idiota y este
disfraz no la engañaría (Pausa) ¿Qué? ¿Que deje de repetir lo que usted dice como si
Soy Richard Sampras ¿Sí sabe quién es? Bueno, es una historia bastante triste… o quizá
muy cómica. En realidad, depende de cuán cínica sea, pero (Pausa) …No, creo que a usted
le dará risa.
todos. Lo único que se interponía entre Sampras y la gloria absoluta era su oponente. El
estadio estaba repleto de gente, el marcador aún estaba en ceros. era el primer saque, pero
todos los presentes sabían que algo iba a suceder. Tal vez lo habían visto en las noticias,
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pero él
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esperaba que no. Si es incómodo estar en un cuarto donde algunas personas saben un
chisme sobre ti, estar en ese estadio repleto de aficionados que seguramente sabían lo que
pasaba debió ser insoportable. De cualquier modo, el parido comenzó y como era de
esperarse Richard Sampras Iba perdiendo, parecía que ni siquiera lo estaba intentando. Fue
lacrimógeno, terrible, deprimente, francamente una tragedia… (Pausa) Sí, asumí que a
usted le iba a dar risa. Bueno sucedió que de algún modo no lo mató ni la tristeza ni la
vergüenza y llegaron al final del primer set. Y ahí pasó algo diferente: llegó ella. Su
exesposa.
Se habían separado hacía unos meses o algo así y muchos noticieros habían hablado sobre
ello, seguramente el público del partido lo sabía. Por eso la reconoció. Porque cuando ella
llegó se hizo un circulo de gente a su alrededor que la miraba con desconcierto. Bueno, por
eso y porque uno tiene esa capacidad ¿No es así? La capacidad de ubicar perfectamente a la
persona que ama, aún entre un mar de gente. Él la miró y con solo saber que ella estaba ahí
fue suficiente.
Comentarista: Nunca en la historia del deporte se ha visto algo así, un esfuerzo tan grande
por realizar un sueño. Hoy comprobamos que la esperanza realmente es lo último que
muere, y tanto la esperanza como la carrera de Sampras no morirán hoy… (Pausa. Claro
siguiente saque es el que determina todo. Si hay un momento que pasará a la historia, sin
duda es este…
- Y en efecto pasó a la historia. Richard Tenía la raqueta en una mano y la pelota en la otra,
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ahí cuando lo vio. Era más joven que él, más atractivo que él, seguramente mejor en la
cama, más inteligente, con más dinero, un mejor auto, sus padres sí debían estar orgullosos
de haberlo concebido, seguramente él no tenía un hermano estúpido que había logrado más
que él, seguramente su perro no había muerto pocos días después de que su exmujer se fue,
(Pausa) Como sea, el punto es que ahí lo perdió todo. No solo la concentración, sino el
equilibrio, la paz mental, las ganas de vivir y obviamente el juego. Se tiró en la cancha y
silbato) El réferi lo ha decido, Sampras está descalificado. Solo podemos imaginar cuán
triste debe ser este momento para él. (Pausa) me acaban de informar que al parecer su
exmujer está en el público… y también me informan que está con su nuevo esposo. Solo
miren a esa feliz pareja, ahora mismo Richard Sampras debe estar cuestionando todas las
- Y lo hizo, se veía en su mirada. En la forma en la que miraba como ese patán tomaba la
mano de la mujer a la que amaba entrelazando sus dedos, en uno de los cuales estaba esa
niño y estaba viendo el partido en la televisión portátil del trabajo de mi papá. En ese
momento no lo entendí del todo, pero mientras más crezco creo que más lo entiendo.
A pesar de ello, la imagen de ese hombre tirado en el piso llorando como un niño se quedó
conmigo hasta el día de hoy. ¿Entiende lo que digo, doctora? Ese momento sí pasó a la
historia, incluso hay documentales al respecto. Y para mí fue claro el porqué. No fue por
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Richard Sampras, el partido, su exesposa, ni nada de eso. Fue porque ese día, en televisión
Mateo: Por eso me disfracé como él. (Pausa) Sí, me parece sano disfrazarme como alguien
a quién le sucedió eso ¿A usted no? (Pausa) Bueno, supongo que fue una elección
inconsciente.
Lo que no le he dicho es como casi llegué a la fiesta o porqué me fui. Además, curiosamente
tenía todo esto en mi casa. (Suena un teléfono) Sí, claro conteste. (Mateo toma del
Gatorade que trae en su saco. Luego lee la etiqueta. Vuelve la doctora) ¿Qué? Bueno,
pensé que si ya estaba vestido como deportista sería un buen detalle traer una bebida
voy a ser honesto, hoy planeaba beber hasta perder la conciencia. La palabra Gatorade me
parece muy cómica, es que se escribe ‘gato-rade’ pero se pronuncia ‘guey-toreid’, el inglés
es raro. No me gusta el inglés. De niño, mi papá estaba obsesionado con que mi hermano y
yo aprendiéramos inglés. Supongo que a él le funcionó. Mi hermano. Sí, la última vez que
me llamó por teléfono estaba en Nueva York viendo algo de uno de sus libros. (Pausa) Puta
madre ¿Sabe si hay algo como el complejo de Edipo, pero con tu hermano? (Pausa) Digo,
no sexualmente. Más bien, ósea. Como cuando quieres matar a tu hermano ¿Entiende? Sí,
como… un ¡complejo de Caín y Abel! ¿Sabe de lo que hablo? (pausa) No, no tengo nada
grave contra él. Por cierto ¿Sí le mandó su cheque a tiempo este mes? (Pausa) Ya lo
quiero hablarlo de nuevo. (Pausa) Está bien, si usted cree que ayudará, entonces adelante.
El concurso de poesía…
Mateo: Yo tenía dieciséis y Eduardo dieciocho. Era la última ronda del Premio de Poesía
Joven de México “Elías Nandino” 1986, mi papá nos había obligado a entrar porque creía
que sería una buena experiencia exponer nuestras emociones públicamente a manera de
soneto para que un montón de desconocidos nos escuchara leerlas si es que nos
seleccionaban, y así fue. Los jueces eran un montón de gente rica que seguramente eran
maestros de alguna universidad elegante… (Pausa) Bueno, ya. Usted sabe que yo sé que
eran maestros de la Fundación para las Letras Mexicanas y que en realidad me temblaban
las piernas porque había investigado quién era cada uno de ellos y me parecían la crema y
nata de la literatura. El punto es que ese día en la mañana mi papá había hablado con
-Niños, bueno ¿Qué digo niños? Muchachos. Muchachos, estoy muy orgulloso de ustedes
¿Sí lo saben? (Pausa) Pues quiero que lo sepan. Muchos padres seguramente quisieran que
sus hijos ganaran concursos de ingeniería o de matemáticas, pero yo no. ¿Se los he dicho
alguna vez? Ustedes son lo mejor que me ha pasado en la vida. Yo sé que no dejaré nada en
este mundo, nada excepto ustedes. Y a ustedes no les dejaré nada, nada excepto estudios,
conocimiento, una forma de valerse cuando yo no esté. No sé qué pase hoy, pero ambos me
parecen ganadores, solo por atreverse a exponer sus ideas al mundo. El mundo necesita más
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gente así. A veces creo que, si hubiera tenido hijos “Normales”, de los que juegan futbol y
parece que no tienen emociones, no los querría tanto como a ustedes. Y nadie les puede
-Para esa época yo ya no tenía conflictos con que le dijera zorra a mi mamá. Recientemente
habíamos recuperado contacto con ella y eso me era suficiente. Saber que “la zorra” al
menos tenía rostro de nuevo. Ella sabía que estábamos en ese concurso, se lo habíamos
mencionado. Bueno, se lo mencionó Eduardo. ¿Sabe? Nunca entendí cómo es que Eduardo
y mi mamá podían hablar por horas en el teléfono. Mi papá se molestaba si hablábamos con
ella, así que a Eduardo lo odiaba cuando colgaba después de esas llamadas que parecían
Eduardo en la cocina con un teléfono en la mano, sentado. Parece que lleva bastante
tiempo así y ha decidido sentarse como un acto reflejo ante esta acción tan cotidiana pero
Eduardo: No te preocupes, aún falta mucho para que llegue del trabajo. (Ríe)
Oye, pronto será mi cumpleaños y mi papá quiere hacer una fiesta en la casa, pero yo no
quiero.
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Porque el departamento es pequeño y mis amigos de la prepa dicen que está bastante lejos.
(Ríe)
No, aún no me vuelvo cholo por vivir en esta colonia, pero al paso que vamos será pronto.
Ya sé, pero ya es grande y yo igual, tenemos nuestros amigos cada uno, además creo que
Eduardo: Mateo, deja de escuchar lo que hablamos, ¡cuelga el teléfono del cuarto de mi
Mateo: -Hola
bien ¿Y tú?
Bueno.
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Sí, yo también te quiero.
Adiós, ma.
Mateo: A veces creo que si me hubiera llevado mejor con mi mamá tal vez yo hubiera sido
el exitoso. (Pausa) Yo sé que soy joven. Pero a los 26 ya habían publicado a mi hermano y
eso que solo era su tesis de maestría, después vino la antología de poesía, los ensayos en
revistas, la columna en el diario. Cuando le ofrecieron publicarlo en otro país fue obvio que
él había ganado (Pausa) También sé que las pasiones no son una competencia, pero si lo
fueran él iría ganando. (Pausa) Sí, me lo ha dicho antes, tengo una muy buena memoria
para alguien que vino aquí la primera vez diciendo que estaba intentando olvidar su pasado.
¿Sabe? Aún creo que si usted usara hipnosis o esas cosas de psicólogo elegante podría
hacerlo. Digo, hemos hecho esas regresiones con música, pero solo he recordado cosas que
no quería recordar, en lugar de olvidar las que quiero olvidar. (Pausa) ¿En serio quiere
intentarlo ahora? Está bien. (Pausa) Sí, ya me sé las reglas de memoria, respiro hondo,
(La doctora Saslavsky pone canción de rock en español de los 80’s. Mateo respira hondo,
Mateo: Ok, tengo… quince años. ¿Recuerda que le dije que en esa época no tenía
conversaciones reales con nadie? Creo que mentí. Sí hay alguien. O más bien, había
alguien.
secundaria, el sillón de una fiesta o incluso puede estar de pie en algún lugar en el que
-Tengo quince años. Estoy en la secundaria. Es mi primer día de tercer año. Afuera de mi
secundaria hay un estacionamiento enorme, en el radio de un auto suena esa canción. Esa
misma. Yo volteo, porque conozco la canción, es una canción familiar. (Breve pausa) No,
mentí. Se volvió familiar después. Tan familiar como su cabello… como yo… jugando con
su cabello, eso sí que me fue familiar por un rato. Yo la veo y ella me ve. Yo solo veo su
cabello, su cabello rizado, negro, despeinado... Yo camino casi mecánicamente hacía ella.
-Estoy parado justo frente a ella. No digo nada, pero lo sé. Por Dios que lo sé. El tiempo se
detiene… o casi se detiene. Pasa más lento, pues. (ríe) Se llama Mariana, he hablado mucho
de ella, pero nunca tan vívido como ahora. Maldita sea, doctora usted sí que sabe cómo
graciosa y… Me caga. La odio. Es, una engreída que cree que ella y sus amigos pueden
hacer lo que sea solo porque son un grupo de personas populares con papás ricos. Odio a
esa gente. Recuerdo a su grupo de amigos: Andrés, Marcos, Enrique, Diana, Alejandra,
Brenda. Los odio a todos. Las personas populares son exactamente iguales que los demás,
hacen las mismas cosas, solo que deciden hacerlo en un grupo cerrado. (Pausa) Sí, doctora,
Mariana (Mientras hace burbujas con su goma de mascar): ¿Te gusta Soda Estéreo? Yo los
amo, son unos españoles que hacen rock del bueno. Su música es muy distinta a todo.
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Mariana: …Bueno, ellos. Los amo.
Mariana: Sí, son una de mis bandas favoritas. Gustavo Cerati es el hombre más sexy del
mundo.
Mariana: Deberías ir a la fiesta del sábado en casa de Marcos, pondremos rock del bueno.
-Marcos era uno de los más populares de la escuela. Era el tipo de niño que hacía todo lo
que quería. Los maestros lo odiaban, las alumnas lo amaban y los alumnos lo envidiaban.
Todos decían que su papá era narco o algo así y él no hacía nada por disipar los rumores.
Había pocas leyes en mi secundaria, pero una de ellas era: Te metes con marcos, te mueres.
Aunque en realidad no requería a su papá para eso, él mismo podía hacerse justicia. Era
enorme, moreno, no diría que musculoso, más bien era gordo, pero tenía tanta fuerza como
peso. Recuerdo que una vez Miguel, otro niño de la escuela se peleó con él porque le grito
que su mamá era prostituta y Marcos no solo le dio algunas bofetadas como lo haría
“matarlo si no llegaba el poli de la escuela antes de que lo hiciera”. Por suerte para Miguel y
por desgracia para los que vimos ese espectáculo el poli llegó y Marcos tuvo que salir
corriendo.
con ellos, también. Así que hice lo que cualquiera hubiera hecho: Robé una botella de la
cava de mi papá y llegué mucho más temprano de lo que debí. Supongo que cuando
Mariana me dijo “Es a las 8:00” olvidó aclarar “Todos llegarán a las 10:00”. Así que estuve
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solo en casa de marcos durante un buen rato en el cual no hablamos mucho hasta que
marcos preguntó
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Marcos: ¿Ya te la cogiste?
Mateo: ¿Qué?
-Supuse que Marcos no tenía ningún conflicto para hablar de ese tipo de temas, en especial
porque su casa estaba prácticamente vacía, no estaban ninguno de sus padres y con los
pocos muebles que tenían había incluso un poco de eco. Yo solo dije que no con la cabeza,
asombrado y confundido por dos cosas: La facilidad con la que marcos asumía que podría
mienten. Yo me sentía libre. Cada vez más libre con cada segundo que pasaba mientras
Marcos: No mames, cabrón. Hubieras traído otra, esta ya casi se acaba y apenas van a llegar
los demás.
Mateo (Claramente ebrio): ¿Sabes qué? Al diablo todo, compremos otra (Mientras saca
mi actuación resultó creíble o si marcos solo quería que hubiera más botellas en su fiesta,
pero tomó mi dinero y fue a comprar más. Cuando salió solo dijo “No tardo, cabrón. Si llega
alguien le abres” mientras cruzaba la casa con varios embaces de caguama vacíos. Me
pareció raro que alguien me dejara solo en su casa sin tener la menor desconfianza, pero le
hice caso y me quedé ahí, sentado en el sillón mirando las paredes de la sala. No había
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muchas fotos
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de la familia de Marcos, en realidad solo eran tres o cuatro: Una foto de quién supongo que
era la abuela de Marcos. Una foto de su mamá con él cuando era un bebé. Una foto de los
quince años de su mamá; esto lo asumí porque lucía muy similar a la edad que tenía en la
foto con Marcos recién nacido y finalmente una foto de un señor parado frente a un tráiler.
El señor usaba lentes negros y gorra por lo que su rostro era casi imposible de ver. Y por
más regresiones que hagamos dudo poder recordar por completo todo lo que pasó esa
Mariana y Mateo sentados en un sillón, a su alrededor la gente pasa, baila, algunos tal vez
los saluden.
Mateo (Que sigue claramente ebrio y quizá más, puesto que ha pasado un rato):
Mateo: Sí, tú me prometiste llegar a las 8:00 y no lo hiciste. Pudiste haber dicho (Imitando a
Mariana mascar goma) “Mateo te veo a las 10:00 en la fiesta de marcos, llega a esa hora
Mariana: Mateo, no soy tu mamá. Creí que era obvio que si la fiesta empezaba a las 8:00
Mateo: ¡Pues nunca he ido a una! Creo que es obvio, si hubieras llegado temprano lo
hubieras escuchado en la lista de cosas que dije que nunca he hecho, junto con coger
contigo.
(PAUSA)
Mariana: ¿Qué?
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Mateo: Nada.
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-Doctora, supongo que fue una especie de dejavú extraño o estaba demasiado borracho
- Tengo quince años. Estoy en la secundaria. Es mi primer día de tercer año. Afuera de mi
secundaria, en el radio de un auto suena esa canción. Yo volteo, porque conozco la canción.
Ahí la veo y ella me ve. Camino casi mecánicamente hacía ella. Estoy parado justo frente a
ella. El tiempo pasa más lento. No sé por qué mis pies no me obedecen y me voy, pero antes
Mariana: Lárgate.
Mateo: ¿Perdón?
Mariana: Oh, perdón. Qué grosera fui. ¿Puedes largarte, por favor? Y de paso irte al
Mateo: Oye…
-Doctora, hizo y dijo la misma cosa, con la misma canción de fondo. Fue rarísimo. Solo que
esta vez en lugar de dejar que se fuera mientras toda la escuela se reía de mí, hice lo que
debí haber hecho desde la primera vez. La tomé del brazo, la jalé hacia mí y la besé. No sé
si lo siguiente pasó de verdad, pero puedo jurar que alguien comenzó a aplaudir y otra
persona se le unió y otra y otra más. Y esa noche, esa misma noche, doctora, perdí mi
virginidad.
-Le dije a marcos mientras llegaba el lunes siguiente a la escuela. Le seré honesto, me
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sorprendí cuando marcos se pasó de largo y me señaló para reírse de mí con su grupo de
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amigos. Pero no me importó porque solo me interesaba llegar con Mariana para que toda la
Mariana: Mira Mateo, las relaciones son complicadas ¿Sí? No me gusta que la gente asuma
que es mi novio solo porque salgo con él o algo así. Tú me entiendes ¿No? Podemos ser
amigos y si quieres puedo evitar que Marcos y los demás se burlen de ti y te empujen en los
Mariana: Por dios, que inocente. Lo que sea, si quieres puedes comer con nosotros hoy.
-A partir de ahí creo que le he contado todo. Fui amigo de todos los populares, bebí cada fin
de semana durante ese año escolar, me hice amigo de Marcos y de algún modo tuve sexo
con Mariana tantas veces cuando estaba ebria que hasta aceptó ser mi novia. Creo que lo
que pasó ese verano es lo que comenzó a consolidarme como un miserable profesional.
-Voy corriendo por la ciudad, son las 04:20 PM, lo sé porque todos los días desde que inició
el verano he visto a Mariana a las 4:00 PM en el parque porque a esa hora sale del curso de
verano para niños en el que está trabajando. En realidad, ella odia ese trabajo y solo lo tomó
para tener más dinero y así poder comprar drogas más fuertes, la verdad es que la mota no
nos hace casi nada desde hace un rato y ella sigue insistiendo en tomar éxtasis. En la mano
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derecha llevo un ramo de rosas y en la izquierda mi reloj que no paro de ver por miedo a
cuánto me va a gritar cuando llegue. Las rosas son porque hoy cumplimos once meses
siendo novios, aunque ella ha estado irritable últimamente y después de su trabajo es casi
insoportable, la quiero. En serio, o al menos eso me digo casi todos los días desde hace un
tiempo. (Pausa) Doctora, sabe cuánto me ha costado hablar de esto… Voy corriendo, me
falta la respiración. Solo puedo pensar en lo enojada que estará Mariana, en que Eduardo no
para de hablar sobre irse de aquí, en que debo llevar a Max al veterinario y en la mirada más
Digo pensando en voz alta mientras me tropiezo y ruedo rompiendo mis rosas al ver la
imagen de la perfección. Creo que esta descripción se la sabe de memoria, doctora: Cabello
rubio y rizado, piel clara, labios rojos, una nariz perfecta, los ojos del verde más alegre que
el de ningún campo. Pasa junto a mí en su bici y con esa mirada se va la mitad de mi vida, o
eso pienso mientras recojo los restos de las rosas y sigo trotando para ver a Mariana.
Llegué 4:30 pero no creo que eso haya sido del todo la razón por la que Mariana fue
Mariana: Un año, Mateo. ¡Un maldito año! No sé tú, pero a mí se me está secando la vida y
entre los niños corriendo por ahí mientras lanzan globos con agua y sus mamás gritándome
cada vez que uno se cae y se rompe el hocico, no puedo desperdiciar más tiempo. ¿Sí me
entiendes? En un mes llevaríamos un año juntos. Eso es como diez siglos para la gente de
sentir atada a mi pasado, fue lindo ir a la graduación contigo y lo que sea, pero la verdad es
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que creo que eres un niño inmaduro y yo estoy evolucionando más rápido que tú. Yo soy
-Mariana seguía y seguía mientras yo solo podía pensar en la mirada perfecta, el verde del
prado, lo rápido que pasó esa bicicleta, su nariz perfecta, su cabello rizado, el rastro de
barba que apenas surgía en su rostro… Doctora, ojalá hubiera perdido la costumbre de
Mariana (Más exaltada de lo que Mateo la ha visto nunca): ¿¡QUE!? ¿Me estás diciendo
bigotona? Mira Mateo, soporté cuando dijiste que mis pastillas para adelgazar me hacían
estar irritable, estuve de acuerdo cuando me dijiste que mi nuevo corte hacía que mis
pómulos se vieran más grandes, intenté ignorar cuando dijiste el vestido de graduación no
hacía que mis pechos se vieran increíbles, pero… bigotona ¡Eso nunca te lo voy a perdonar!
-Supuse que lo que iba a decirle no la calmaría, pero menos haría que su arranque de ira
tuviera sentido
Mariana: ¿Qué?
Mateo: Sí, creo que soy un maricón ¿Entiendes? Choto, puto, joto, pues.
-Mariana hizo un silencio en el cual tuve apenas tiempo para darme cuenta de que había
Mateo: ¿Qué?
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Mariana: Sí, Brenda, Andrés, Marcos, Enrique, Diana, Alejandra, todos sabíamos que eras
un joto.
Mariana: Pues acabo de ganar $600, pero además de eso. Era obvio,
Mariana: Por Dios, solo mírate. Además, toda la escuela sabe que tus papás se divorciaron
porque tu papá también es puto y eso es genético, lo dijeron en las noticias. No sé si tenga
cura, pero ¿Qué importa? No voy a seguir perdiendo mi tiempo con un joto de mierda. Y
-Doctora, estoy seguro de que mucho de lo que dijo no era en serio. La he vuelto a ver más
de una vez en mi vida y cada vez creo que estoy más cerca de que me… ¿perdone? Como
sea, Mariana se fue, no sin antes asegurarme que “Si le preguntaban iba a decir que ella
había cortado conmigo y que iba a aclarar que solo estaba conmigo por mi dinero” yo quise
decirle que ni siquiera tenía dinero y ella lo sabía, pero me pareció injusto arruinar su salida
dramática.
Después de eso fui a casa de Marcos, quien para ese momento ya era mi mejor amigo.
Doctora, no sabía por qué había dicho todo lo que dije y para ser franco mi única prueba de
que era puto era que había visto a un tipo rubio andando en bicicleta y eso había hecho que
me tropezara.
En casa de marcos no sabía de qué iba a hablar, pero sabía que quería hablar. Marcos ya era
un marihuano completo y creo que por asociación yo también. De cualquier modo, forjó un
parecía que nos odiábamos, pero esa era la forma en la que funcionábamos. En el fondo nos
divertía pelear todo el tiempo. A veces ella comenzaba una discusión y yo le respondía una
tontería tan grande que terminábamos riéndonos hasta que nos dolía el estómago… Me va a
parecer tan raro no verla todos los días en la escuela, aunque no fuéramos a ir a la misma.
Marcos (Que no ha prestado mucha atención a Mateo): A ver, cabrón. (Exhala una gran
bocanada de humo) yo no entiendo algo ¿Te dejó porque llegaste tarde? Puta madre, es
-Evidentemente no le iba a decir a Marcos que yo creía que era maricón, así que lo dejé
Marcos: ¿Qué quieres que te diga, cabrón? Así son las viejas. Mientras no andes berreando
como maricón y cagándole la vida a todos, yo digo que vas a estar bien.
Mateo: Creo que el problema es que no sé cómo funcionan las relaciones. Mis padres no
-Supongo que la mota y verme llorar habían hecho que Marcos se sintiera nostálgico… o
tal vez tenía que ver con que se estaba pasando la mota con tragos del tequila que había
comprado para que “se me olvidara la tristeza” y que yo ni siquiera había probado.
Marcos: No te hagas pendejo. Todo el pinche mundo sabe que no tengo papá, eso de que es
narco lo dijo un tipo una vez y como sonó chingón yo dije que era cierto.
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-Entonces señaló la foto en la pared, la del señor con lentes y gorra frente al tráiler.
Marcos: El hijo de puta conoció a mi jefa cuando ella tenía quince y él tenía treinta, la
lugar de andar trabajado en lugares pedorros, andaría buscando al cabrón ese para partirle la
Marcos: Tú estás en la gloria, cabrón. Tus papás se divorciaron y ya, pero ahí andan los
pacheco, pero aún así había dicho una mentira. Yo no quise pelearme con él o al menos no
Mateo: No me conoces.
Marcos: Conozco chingos de gente como tú, pendejo. Todos son la misma mierda. Con los
mismos papás finos en sus casas de ricos y con sus vidas bien chingonas. Me la pela la
gente como tú. Ustedes no saben lo que es la vida. Se la pasan muy a todo dar haciéndose
pendejos en su oficina donde les pagan los millones por no hacer una chingada ¿Y los
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-Doctora, en ese momento no me importó nada. No me importó que tal vez me mandara al
hospital en medio de patadas e insultos, no me importó saber que después de eso nunca
fuera un maricón. En ese momento solo me importó que está vez no me quedaría mirando
desde la puerta da cocina. Esta vez diría algo en voz alta y me iban a escuchar. Supongo que
tenía años callando cuán enojado estaba, sin poder decir que esta era mi vida.
Helena: Y no me voy a quedar aquí a desperdiciarla. Entiende eso, Esteban. Tú, debes hacer
algo respecto a tus… problemas, pero no creas que tenerme aquí los va a solucionar ¡No
Helena: Los amo lo suficiente como para no quedarme a vivir una mentira y que ellos
crezcan creyendo que era real. Estoy harta de sonreír en las fotos de las comidas de tu
Helena: Entiende eso. Ya no soy una adolescente enamorada que cree que algo bueno va a
salir de esto. Tenemos sueños que nunca se van a cumplir o al menos no lo harán si no lo
intentamos, pero no son sueños en conjunto. Yo no voy a opinar nada sobre tu vida,
esteban, me da igual quién seas o quién finjas ser o quién quieras ser. Me voy de aquí y eso
es todo. Yo encontraré el modo de arreglarme con Eduardo y Mateo, diles lo que quieras,
me da igual.
-Yo tenía ocho años y Eduardo diez, me había quedado porque me sentía mal y no quise ir a
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casa de mis abuelos. Bajé la escalera cuando vi a mi mamá subir corriendo por una maleta
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en la cual comenzó a arrojar su ropa y sus cosas como pudo. Muchos años después, la
primera vez que vi a mí mamá después de ese día me explicó sus razones, pero recuerdo
que antes de salir corriendo de la casa me vio en la puerta de la cocina, se hincó frente a mí
y me dijo
Helena: Mateo, escucha bien lo que voy a decir. Todas las personas crecen, nadie nunca se
queda igual. Algunos crecen con sus padres, otros solos, pero a pesar de ello nadie se queda
igual para siempre. Nadie se queda pequeño por siempre y un día vas a crecer y cuando
-Yo no dije nada, me quedé ahí viendo como salía de la casa y se subía a un auto con un
señor que nunca en mi vida había visto. Solo reaccioné cuando sentí el puño de marcos
Recuerdo que dijo “Por eso me cogí a tu novia” y “Toda la escuela sabe que eres choto
como tu papá”
- Tengo trece años. Estoy en la fila para el estreno de ‘Star wars 3: el retorno del Jedi’ es la
última vez que iría con mi papá al cine, eso no lo sabía en el momento y si le soy honesto,
doctora, no sé si la razón es porque ya era grande o por la conversación que tuvimos ese día.
Mateo: Papá…
Esteban: ¿Perdón?
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(Pausa) No doctora, no recuerdo cómo fue su expresión facial, pero no fue de enojo. Fue
distinta.
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Mateo: Olvídalo, no dije nada.
Esteban (Ligeramente molesto, pero amoroso a pesar de ello): No me gusta que me mientas
Mateo: No
-Pero uno lo asume, doctora. Uno asume que es una mala palabra, o algo que uno no debe
ser. Mis padres no eran estrictos, nunca lo fueron y nunca lo han sido. Eran más liberales
que ningunos padres que he conocido. Fueron parte de esas parejas a las que las nuevas
corrientes humanistas les influyeron bastante y creyeron que podían adoptar un estilo de
vida más “europeo”. Nunca nos decían que no podíamos hacer algo o que nos vistiéramos o
peináramos de algún modo, como les hacían sus padres a todos en mi escuela. Por eso
cuando vi a mis padres peleando me pareció sorprendente que se recriminaran cosas y más
Esteban: Pues significa que eres distinto y ser distinto está bien. No es más fácil ser distinto,
en realidad hace todo más difícil, pero todos somos distintos y para todos todo es difícil.
Esteban: Mateo, nada en este mundo está mal. Lo único que está mal es buscarte tanto a ti
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-Mi papá es contador, estaba estudiando antropología cuando embarazó a mi mamá y tuvo
que volverse contador como mi abuelo. Nunca he entendido cómo podía trabajar en algo
que no amaba, no porque crea que es imposible, sino porque él siempre hablaba de la
pasión. Para mi papá la pasión es el elemento más importante de un ser humano. Más bien,
doctora, creo que es porque ser contador no es su trabajo. Su trabajo es ser nuestro padre,
me dijo eso un año nuevo en su auto mientras yo intentaba no llorar al decirle que me había
equivocado en todo y que nunca sería tan bueno en nada como Eduardo.
-Eduardo nació en 1969, ese año el hombre llegó a la luna. El nombre Eduardo viene de dos
términos germánicos: hord y weard, en inglés es Edward. Eduardo significa “el guardián de
Mateo: ¡Mamá!
-Mi mamá era un espíritu libre, para ella no había limites en lo que uno podía hacer. Ella era
ama de casa, pero después como ya le conté, descubrí que al parecer tenía otros sueños. Mi
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mamá nunca nos decía que no podíamos hacer nada, y cuando nos veía peleando no lo
Eduardo: Nadie quiere a un astronauta que llora por todo. Ni a un astronauta que vomita
-Lo único que mi mamá hacía en esos casos era obligarnos a darnos un abrazo para
(Eduardo y Mateo se abrazan. Eduardo aprovecha para golpear a Mateo sin que su mamá
vea)
-Fuimos a las mismas escuelas y los años que más disfrutaba eran segundo y tercer año
porque Eduardo ya no estaba y yo sentía que podía respirar de nuevo. En todas sus
Nuestros padres tenían la costumbre de hacernos escribir poemas sobre cómo nos sentíamos
y supongo que fue un buen entrenamiento para aprender que al parecer la gente también
(Eduardo con un poema, en un festival de secundaria o tal vez en casa con sus padres
frente a él. Tiene una hoja en las manos, el recuerdo, tal como el poema, es difuso)
Y en la noche ……
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Sé que estás ahí
y eso me descansa
……
Aunque no lo sepas
………
………
Y la vida
………
prepa, Eduardo se fue a la universidad y fue ahí cuando supe que por fin habría una gran
distancia entre nosotros. Recuerdo que nos llamaba por teléfono cada dos días, pero en
realidad el que hablaba con él era mi papá. Si mi comunicación con mi papá y mi mamá era
deficiente en esa época, mi comunicación con Eduardo no existía. (Pausa) Sí, doctora. Él
-Yo tenía dieciséis y Eduardo dieciocho. Era la última ronda del Premio de Poesía Joven de
México “Elías Nandino” 1986 mi papá nos había obligado a entrar porque creía que sería
una buena experiencia exponer nuestras emociones públicamente a manera de soneto para
que un montón de desconocidos nos escuchara leerlas si es que nos seleccionaban, y así fue.
Los
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jueces eran maestros de la Fundación para las Letras Mexicanas, a mí me temblaban las
piernas porque había investigado quién era cada uno de ellos y me parecían la “crema y
nata” de la literatura. Ese día en la mañana mi papá había hablado con nosotros, ya le conté
Mi papá había tomado la mala costumbre que ha tenido hasta el día de hoy de llamarle
“zorra” a mi mamá y aunque a mí ya me daba igual, al parecer no era el mismo caso para mi
hermano.
Esteban: ¿Qué?
Eduardo: Darnos un pseudo discurso de amor y solo usarlo para apropiarte nuestros logros,
y de paso insultar a mi mamá. Papá, no es mi culpa que estés frustrado o que seas un
reprimido o lo que sea que te pase, pero quiero que sepas que estoy harto. Estoy harto de
vivir contigo y con mateo. Quiero irme de aquí. La única razón por la que acepté entrar a
este concurso es para pedir la beca e irme. Mientras más crezco más me doy cuenta de que
toda nuestra crianza ha estado mal. Ese sin sentido, ese no tener reglas. Tal vez para tu
generación fue muy atractivo, pero a nosotros nos está asfixiando. Pasamos días sin
días enteros y tú solo dices que está bien y que tiene derecho a ser libre. Tal vez me
parecería menos absurdo si al menos fueras un ejemplo a seguir, pero no. Odias lo que
haces, a veces siento que odias tu vida y solo sonríes intentando seguir en pie para no
-No supe si lo que decía Eduardo eran ideas suyas o era algo que mi mamá le había dicho
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esa mañana mientras hablaban por teléfono mientras papá dormía. Papá no lucía
molesto, ni
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triste, ni confundido. Fue como si hubiera esperado ese momento toda su vida. Como si
estuviera viendo a mi mamá irse de nuevo e incluso supiera qué palabras iban a salir antes
Y lo hizo. Eduardo ganó la beca. Su poema titulado “La furia de la hojas” sería incluido en
una antología de poetas mexicanos jóvenes, obviamente pasó el examen y se fue a estudiar
Crítico literario: ‘La furia de las hojas’ se mueve a la velocidad de un recuerdo que, sagaz,
intenta desaparecer para quedar plasmado en las pupilas del lector. La vida de una
generación, la muerte de la familia y el desencanto son los temas que Eduardo Villanueva
Y lo sigue haciendo ¿Ya leyó su último libro? (Pausa) No doctora, yo no he tenido tiempo
de hacerlo, Lo tengo en la casa, junto con todos los demás (Pausa) No, tampoco los he
leído. Están ahí porque en realidad es su casa. Sí, vivo en casa de Eduardo, cuando se fue a
otro país me dijo que si la cuidaba podía vivir ahí y que el pagaría la renta. Nunca he sido
fanático de aceptar la lástima de otras personas, pero requería un lugar donde vivir. (Pausa)
No sé si ese es el lugar más adecuado, solo sé que quería estar solo y sabía que él no
volvería en meses. Desde que salí de la facultad no he tenido mucho tiempo de hacer nada y
tampoco es como que haya querido. Mi paso por la facultad fue un error en medio de un
problema. (Pausa) Lo conoce bien, doctora. Solo lo repito porque usted lo pide.
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(XIII) LA UNIVERSIDAD
-Después del “incidente” del concurso de poesía y dado que yo no estaba becado ni tenía la
posibilidad de irme decidí que lo mejor era entrar a la facultad de Lengua y Literatura
una mala escuela, ni es que haya sido un plan B, más bien es que yo no tenía un plan. Como
toda la preparatoria estuve drogado y perdí a casi todos los conocidos que tenía, mi primer
-Fue una forma brusca de iniciar la clase de introducción a la literatura, pero como yo la
Mateo: La guerra.
Mateo: La guerra es conflicto principal, es una obra sobre intereses políticos. Las cuestiones
Maestro: ¿En serio? Yo siempre he creído que es una gran historia de amor.
-Lo acepto, doctora, me reí. Creí que era la especie de chistes que hacen los maestros para
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Maestro: Lo digo de verdad. Todas las historias en el fondo son una historia de amor.
Escriban…
-Ya que la clase no fue particularmente productiva me acerqué cuando acabó para hablar
con él sobre la Ilíada. Se llamaba Diego, Diego Azares. Era guapo, no le voy a mentir. Pero
era mucho mayor que yo y si le soy honesto me sentía intimidado por él. Olía a madera y
siempre usaba saco. Si hubiera querido que mi papá se pareciera a alguien, sería a él.
Mateo: Me gustó mucho su clase. Aunque sigo sin creer que la Ilíada sea una historia de
amor.
Diego: A mí me gusta pensar que amaron de más; pero supongo que quieres discutirlo más
-Doctora, nunca había tenido tantas emociones simultáneamente. No entendía nada ¿Me
gustaba Diego o solo lo respetaba? Estoy seguro de que sabe de lo que hablo. De ese
momento cuando alguien te hace sentir tantas cosas que terminas por sentir… paz.
-No sé si lo que pasó con Diego fue un acto de lujuria o de amor así que seré breve. Llegué
a su casa, me ofreció café, hablamos un par de horas, nuestras manos chocaron en algún
momento y… de la manera más animal que había experimentado nos arrancamos la ropa
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mientras lo besaba y él decía que yo era su niño hermoso. No sé si soy mejor que Cleopatra
o Paris, pero yo también ocasioné una guerra. Una guerra para mí mismo. Cada día durante
Gustav Klimt que tenía en su habitación. La recuerdo perfectamente. Una pareja uniendo
sus cuerpos a tal punto que no se distinguía donde empezaba o terminaba cada uno.
-Lo dijo mientras encendía un cigarro y yo estaba sentado al borde de su cama. Ya que mi
papá me había dicho que nada estaba bien ni nada estaba mal seguí acostándome con Diego
todo ese semestre e incluso, hablar con él me ayudo a entender mejor quién era yo o al
Diego (Mientras fuma): Antes las cosas no tenían etiquetas. Piensa en los griegos ¿Crees
que alguno de ellos se detuvo a filosofar si eran homosexuales? ¡Claro que no! Tenían
asuntos mejores sobre los cuales filosofar. Pero entiendo que a tu edad esas cosas deben ser
el fin del mundo. (Ríe) “No saber quién eres y no haber logrado nada”. Si has amado, has
-En ese momento pensé en Richard Sampras, él había amado. Quizá había amado de más,
pero al menos lo había hecho. Pensé en Mariana y en Marcos. En los padres de Marcos. En
mis propios padres. En las rosas rotas y mi caída tras la bici. En el concurso de poesía al que
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-Estoy parado frente al micrófono. Tengo un pedazo de papel en las manos. Los jueces
esperan que lea mi poema. Se llama “Las cosas que escuché desde la cocina”, no sé si es el
mejor título, pero tengo dieciséis años y estuve mucho tiempo conteniendo el enojo. La
estoy por despegar los labios para decir la primer palabra lo veo. Está sentado en la última
fila.
-Al principio estoy seguro de que alucino por los nervios, la pelea de papá con Eduardo, la
presión de leer en voz alta, la llamada telefónica que tuve con mi mamá
Helena al teléfono. No sabemos dónde está, puede ser un teléfono público o un teléfono de
Claro que es hoy, es imposible que haya olvidado cuando es el cumpleaños de mi hijo.
Es abril, 11 de abril.
Mira mateo, no sé qué cosas sobre mí te haya dicho tu papá, pero solo quiero que sepas
que…
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Ah
Diego: ¿Qué?
-Salgo corriendo del escenario para hablar con él, pero no veo el cable del micrófono y me
tropiezo. Doctora, me quedé ahí. Tirado, con una hoja de papel en la mano. No lloré, no
hice nada. Sentí tanta pena que me negué a leer. Rompí el poema y me sacaron del
concurso.
Después de eso intenté buscar al tipo, pero no estaba. Supongo que lo imaginé.
Diego: Lo lamento, mateo. Estás expulsado. Me apena ver a un joven brillante desperdiciar
su potencial así. Pero te aseguro que tienes un futuro como escritor, si tú crees en ello.
-Fue lo último que lo escuché decir en mi vida. Me sentí tan idiota, doctora. Tener
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(XVIII) EL POEMA DE EDUARDO
¿Le digo algo, Doctora? Le mentí hace un rato. Sí he leído uno de los poemas de mi
hermano. Hace un tiempo en uno de sus libros incluyó este poema que rescató de los
En la mañana al despertar
Y en la noche al acostarme
y eso me descansa.
Mi mejor amigo
Aunque no lo sepas
Tú la luna y yo el sol
Y la vida
Para recorrerlo.
Hoy me di cuenta de que llevo dos años viviendo en casa de Eduardo. Tengo veintiséis
años. Hoy me llamó por teléfono un amigo y me invitó a una fiesta. Es una fiesta de
disfraces. Me
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disfracé como Richard Sampras, salí de la casa y entonces lo vi. Pasó en una motocicleta
con su cabello rubio y sus ojos verdes, mientras yo caminaba hacia la fiesta. Y corrí hacía
aquí. Digo, no fue fácil, fue un camino largo. Me alegró saber que la fiesta era a las 8:00 y
recordar que usted cierra a las 9:00, así que apenas tuve tiempo de llegar.
tuve amigos en la preparatoria, en que desperdicié mi tiempo en la universidad por jurar que
nunca iba a escribir nada de nuevo porque no quería terminar escribiendo sobre mi vida,
pero supuse que venir acá era lo mejor que podía hacer. Usted sabe ¿No? Eso de guardarse
Doctora, solo somos la acumulación de algunos traumas que tuvieron lugar en uno o dos
años de nuestra vida que consideramos los años importantes, olvidamos todo lo demás de
nuestra historia. Y seguimos creyendo que nunca podremos ser más que eso, pero hoy me
siento optimista ¿Sabe? Y perdón por hacerla perder su tiempo, pero voy a ir a la fiesta y si
vuelvo a ver a ese tipo tal vez le hable esta vez y si no termino llorando en el piso, entonces
estaré seguro de que hice las cosas bien y aun si sucede, creo que siempre he admirado
Mateo corre hacia la puerta, suena una canción de rock en español de los 80’s.
OSCURO FINAL.
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