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Octubre a diciembre 2022

Desde la Junta
Junta Directiva 2022-2023 Este año combinamos actividades virtuales y presenciales, y partici-
Iyari Ríos González pamos en diversas actividades. Queremos presentar este Boletín de-
dicado al Desarrollo Económico. Además, incluimos otros artículos
Presidente que han publicado nuestros colegas economistas de Puerto Rico.
Ricardo Fuentes Ramírez
Próximo Presidente
José L. Rivera Rivera
Pasado Presidente
Héctor Romero Ramírez
Secretario
Emilie Viqueira Keller
Tesorera
Martha Quiñones Domínguez
Presidenta Mujeres Economistas
Luis R. Rodríguez Rodríguez
Heriberto Martínez Otero
Jesús Tirado
Juan Rodríguez
Vocales
Héctor Tavárez Vargas
Martha Quiñones Domínguez
Alba Brugueras Fabre
Junta Editora
www.economistaspr.org
Facebook

2
ÍNDICE
Mensaje del Presidente 4
Desde la Junta Editora 5
Propuesta para un Modelo Económico Alternativo 6
¿El fin de la depresión económica? Estrategia de desarrollo
ante la inyección de fondos federales de recuperación 14
Replanteamiento del papel del Estado en la economía 23
Financiando la autodestrucción: Las corporaciones como impedimento
al desarrollo económico 26
El crecimiento y desarrollo económico de Puerto Rico está atado a fortalecer la UPR 31
El problema estructural del crecimiento y desarrollo económico de Puerto Rico 33
Las complejidades del desarrollo 36
¿Cómo manejar la complejidad? 38
The formation of a single region? The case of North America 41
Resiliencia: Conceptos y aplicaciones 45
Estudios Multi/Inter/Trans disciplinarios: ¿Conoces las diferencias? 47
¿Cómo reducir el costo de oportunidad de ser madre en Puerto Rico? 50

3
 MENSAJE DEL PRESIDENTE

Iyari Ríos González, Ph.D.

Presidente
Asociación de Economistas de Puerto Rico

Estimados:

Dedicamos este número del Boletín de la Asociación de Economistas de Puerto Rico (AEPR) al
importante tema del desarrollo económico el cual fue tema de la Asamblea 2022.

Encontrarán trabajos diversos incluyendo algunas de las ponencias presentadas por varios cole-
gas durante nuestra pasada asamblea anual celebrada en la Universidad de Puerto Rico - Recinto
de Río Piedras. Incluimos, además, algunas publicaciones de colegas economistas en distintas
ramas de la economía. Esperamos que los trabajos contribuyan a la discusión de propuestas e
iniciativas dirigidas a mejorar la calidad de vida de las familias tan duramente golpeada por la
crisis económica y contribuya a la elaboración por las autoridades pertinentes de un plan de desa-
rrollo económico para Puerto Rico.

En la foto el paso de presidencia de José L. Rivera a Iyari Ríos.

4
 DESDE LA JUNTA EDITORA

Estimados,
Reciban un cordial saludo de parte de la Junta Editora de la AEPR. Este ha sido un año de retos, pero juntos nos
hemos podido organizar y llevar a cabo actividades de interés para los economistas y el público general de Puerto
Rico. Desde el último boletín hemos celebrado diversas actividades en línea o presencial. La mayoría las pueden
conseguir en nuestra página de Facebook o en nuestro canal de YouTube. Invitamos a los colegas economistas a
continuar colaborando con la Junta de la AEPR, enviando artículos para publicación. A continuación, presenta-
mos en orden cronológico algunos anuncios y un resumen de las actividades celebradas, o auspiciadas, por la
AEPR desde el último boletín publicado.
En el mes de octubre se celebró un foro virtual sobre “Economía Ambiental”. En la actividad presentaron los
doctores Héctor Tavárez, Luis Santiago y Julio Hernández. El foro fue auspiciado por el departamento de Eco-
nomía Agrícola y Sociología Rural de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez y la AEPR.
El viernes 28 de octubre de 2022 se celebró la reunión anual de la AEPR, la cual fue dedicada al doctor Edwin
Irizarry Mora. El título de la actividad fue “Desarrollo Económico: ¿Por qué, cómo y para quién?”. Alrededor de
100 personas asistieron a la reunión anual. La charla magistral estuvo a cargo del doctor Francisco Catalá. Du-
rante los protocolos de bienvenida, asistieron el doctor Luis A. Ferrao, presidente de la Universidad de Puerto
Rico, y la doctora Angélica Varela Llavona, rectora de la Universidad de Puerto Rico en Rio Piedras. Al final de
la reunión se llevó a cabo la asamblea, donde se escogieron los siguientes economistas para la Junta de Directores
de la AEPR: Ricardo Fuentes (presidente electo), Emilie Viqueira (tesorera), Héctor Romero (secretario), Martha
Quiñones (presidenta, comité de mujeres economistas), Héctor Tavárez (presidente de la Junta Editora), y Heri-
berto Martínez, Luís Rodríguez, Jesús Tirado y Juan Rodríguez (vocales). José Rivera continúa en la Junta de
Directores como pasado presidente.
Desde noviembre de 2022 se ha estado trabajando en la publicación de un libro sobre el pensamiento económico
de las mujeres doctoras economistas en Puerto Rico. Maribel Aponte será la coeditora del libro, quien fue la
gestora de la idea. El trabajo será en colaboración con el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales
(CLACSO), quienes publicarán el libro. La fecha de la publicación ocurriría entre agosto y diciembre 2023.
En marzo 2023 el departamento de Economía de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, en colaboración
con la AEPR, desarrolló un foro titulado “Conversatorio: Enfoques Pedagógicos Alternos en la Enseñanza de la
Economía”. En la actividad participaron los doctores Ivonne Diaz, Martha Quiñones, Ricardo Fuentes e Iyari
Rios.
En marzo 2023 fallece el doctor Elías Gutiérrez, Economista y Planificador. El doctor Gutiérrez fue uno de los
miembros fundadores de la AEPR, asociación que llegó a presidir. Fue profesor en la Escuela de Planificación
de la Universidad de Puerto Rico en Rio Piedras. Escribió varios libros sobre temas de planificación y economía,
y publicó múltiples artículos y columnas en periódicos y revistas arbitradas. Estudió el bachillerato y maestría en
economía en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, y luego realizó un doctorado en Planificación Urbana
y Regional en la Universidad de Cornell.
En el mes abril de este año se llevó a cabo un foro titulado “El Plan de Ajustes de la Deuda de la AEE: Implica-
ciones y Perspectivas Futuras”. En la actividad presentaron el doctor José Alameda, el Prof. Heriberto Martínez
y el Lcdo. Rolando Emmanuelli. El foro fue auspiciado por la Asociación de Economía de la UPR-RP y la AEPR.

5
 Artículo

PROPUESTA PARA UN MODELO ECONÓMICO ALTERNATIVO1

Martha Quiñones Domínguez, Ph.D.
Catedrática
UPR - Arecibo

Introducción provisación cada cuatro años y los fracasos en las ini-

ciativas que se proponen, el gran ausente es el Pue-
En el siglo XXI, Puerto Rico enfrenta varias crisis
blo, al que no consultan. Por ejemplo, el Plan PRo-
(ambiental y salubrista), pero en especial la crisis
pósito2 que propone el Departamento de Desarrollo
económica (no hay empleos), la crisis fiscal-deuda
Económico y Comercio (DDEC) no tiene Visión y
pública (el gobierno no tiene dinero) y la crisis social
Misión, mucho menos objetivos para mejorar la cali-
(violencia y economía del crimen) que empuja la
dad de vida en Puerto Rico. Dice que es el marco es-
economía a quedarse estancada y en recesión (Qui-
tratégico para el desarrollo económico de Puerto
ñones-Domínguez, 2014). El problema es uno es-
Rico, pero se enfoca en crecimiento que no es inclu-
tructural donde el desgaste del modelo económico y
sivo, al no distribuir los beneficios por toda la socie-
social se hace evidente ante la falta de un plan cohe-
dad. Aunque sus ejes parecen que contemplan una
rente para reactivar la economía y sentar las bases
economía diversificada sus fundamentos para lo-
para crecer (Dietz, 1997). Puerto Rico parece una
grarlo no establecen la economía del conocimiento y
economía con esteroides, crecemos por inyección de
la investigación y desarrollo como el elemento arti-
fondos o transferencias federales o por la economía
culador. Y lo peor no analiza los problemas reales de
del crimen, pero no por la producción. Todas las ini-
la economía y la sociedad para buscar soluciones.
ciativas carecen de objetivos claros, o sea para dónde
Por ejemplo, el modelo educativo que impulsa es de
vamos a dirigir a Puerto Rico desde el corto hasta el
crear seres dóciles, que obedecen y no buscan alter-
largo plazo, no tenemos definido ese Puerto Rico que
nativas. Ese modelo educativo en nada beneficia al
queremos con la Misión de mejorar la calidad de vida
archipiélago de Puerto Rico, no genera ciudadanos
de los puertorriqueños, la realización de sus poten-
científicos. Su perspectiva de bienestar social y ciu-
cialidades en la vida social y la productividad. Con
dadanos competitivos es errada, se concentra en po-
la Visión de tener un Puerto Rico prospero, con equi-
blaciones urbanas y no articula cómo trabajar con los
dad, justicia e inclusión donde se respete los dere-
niveles de pobreza a los que exponen la población.
chos humanos, el medio ambiente y cultural. Quere-
Propone ser la “Isla preferida”, pero no para los
mos un Puerto Rico con metas a mediano y largo
puertorriqueños sino para los extranjeros que vengan
plazo, que no se pagar la deuda y traer empresas o
a invertir. El Plan PRopósito tiene sus perspectivas
ricos extranjeras que no paguen impuestos.
están desarticuladas y no contempla que podemos te-
Entonces cómo crear un modelo de desarrollo sino ner desarrollo, crecer y utilizar la capacidad de nues-
sabemos qué queremos, no hemos definido esas as- tra gente, para los que la Isla debe ser preferida, para
piraciones sociales, no le hemos preguntado a la transformar a la sociedad y generar conocimiento
gente qué tipo de Puerto Rico quiere. De ahí la im- que transforme. Tal parece que está articulado en la

1
Esta propuesta se presenta como parte de la convocatoria del pasado miércoles, 25 de mayo de 2022, donde el Departamento de
Desarrollo Económico y Comercio (DDEC) presentó su marco estratégico de desarrollo económico para Puerto Rico, y junto al es-
fuerzo de la Asociación de Economistas de Puerto Rico (AEPR), que convoca a las y los economistas de Puerto Rico a presentar pro-
puestas que apoyen las gestiones ya mencionadas.
2
https://ddec.pr.gov/proposito/.
6
Ley 22 de 20123 hoy Ley 60 de 20194, atraer ricos Problemas estructurales, males sociales
inversionistas a disfrutar de sol y playa, el paraíso
En este encapsulamiento, no estudiamos los proble-
fiscal en territorio de Estados Unidos. Su visión es
mas estructurales que tenemos, en especial con la
igual que la Junta de Supervisión Fiscal (Quiñones-
economía estancada que desde la década de 1970
Domínguez & Elías, 2019; Quiñones-Domínguez,
crece artificialmente con ayudas, es la economía con
2021)5 cuyo enfoque de crecimiento es la dependen-
esteroides. Estos males sociales problemas estructu-
cia de fondos externos, el DDEC propone el viejo y
rales (Quiñones-Domínguez, 2008) son: falta de di-
ya caduco modelo de atraer empresas extranjeras o
versidad en sectores económicos, pobreza, desem-
en versión moderna inversionistas y que las ganan-
pleo, desigualdad social y económica, falta de equi-
cias se sigan yendo, no aporten a la hacienda pública
dad, falta de justicia, falta de inclusión social, altos
y las crisis continúen. No trabaja la economía del cri-
niveles de consumo y endeudamiento (personal y pú-
men y su efecto nefasto para la economía y sociedad
blica), la discriminación diversa intersectorial, la in-
en Puerto Rico.
seguridad social, la erosión en la base tributaria, la
falta de provisión de bienes públicos y bienes socia-
les, la ausencia de ocio creativo y, lo peor, se sigue
fomentando la economía de la dependencia. Depen-
demos de capital extranjero, de fondos extranjeros,
de bonistas externos, dando la impresión de que la
solución es externa (Quiñones Domínguez, 2014).
El problema estructural de la colonia, la colonia que
fomenta la corrupción (Quiñones Domínguez, 2022)
en diversas modalidades y que se alimentan con la
debilidad del Estado en ofrecer servicios esenciales,
con la privatización, en proveer inversión pública,
La propuesta de PRopósito se basa en crecimiento
faltar a su función igualitaria, equidad y correctora
económico que no se sostiene y no en desarrollo eco-
ante las externalidades y establecer el marco regula-
nómico y social, lo que lo aboca al fracaso a largo
torio. Al debilitar el Estado, debilitamos las institu-
plazo. Como diría Francisco Catalá, en diversas pu-
ciones que son las normas que estructuran la interac-
blicaciones, no hemos aprendido de las lecciones de
ción social y que rigen las organizaciones sociales,
nuestro pasado, donde hemos pasado por economías
que poco a poco se corrompen. Las políticas neolibe-
de enclaves, con baja responsabilidad fiscal, erosión
rales (Quiñones-Domínguez, 2022) que fomentan las
de la base tributaria, cuyos beneficios son capturados
privatizaciones, los contratos y los pésimos jefes de
en el enclave y seguimos en la dependencia de senda
agencias dan margen a la captura del Estado por las
y encapsulamiento ceremonial (Catalá-Oliveras,
élites, la cacería de rentas (Catalá-Oliveras, 2022) y
2007). No hemos superado el andamiaje institucional
otras modalidades de corrupción que desvían los fon-
disfuncional que fomenta sucumbir a estar sin creci-
dos públicos, la dependencia de fondos externos y
miento y sin desarrollo
van menoscabando los derechos humanos, los recur-

3
Ley 22 – 2012 en https://bvirtualogp.pr.gov/ogp/Bvirtual/le- de Puerto Rico (PROMESA, https://juntasupervision.pr.gov/),
yesreferencia/PDF/Desarrollo%20Econ%C3%B3mico/22- que estableció una junta de supervisión financiera y propor-
2012/22-2012.pdf cionó un mecanismo similar a la bancarrota para el puertorri-
4
Código de Incentivos de Puerto Rico en https://bvirtua- queño gobierno a reestructurar su deuda, se trabaja de impro-
logp.pr.gov/ogp/Bvirtual/leyesreferencia/PDF/2019/0060- visación según la necesidad y los fondos disponibles, sin un
2019.pdf plan, sin un modelo.
5
En 2016, el Congreso de los Estados Unidos promulgó la
Ley de Supervisión, Administración y Estabilidad Económica
7
sos naturales y ambientales y el gobierno. La corrup-
ción va debilitando y destruyendo la infraestructura
necesaria para el desarrollo y crecimiento econó-
mico: energía, agua potable, comunicaciones y sis-
tema de transporte incluyendo los puertos.
Y el problema estructural de la falta de poderes para
poder articular una economía prospera, que genere
calidad de vida y que beneficie al Pueblo. El ejemplo
patético de la falta de poderes es la Junta de Supervi-
sión Fiscal que provee para acuerdo con los acreedo-
res, planes de reestructuración de la deuda y proyec-
tos críticos de revitalización de infraestructura, ge-
nera los planes y maneja el presupuesto, todo en fun-
ción de pagar a los bonistas, no tiene plan de desa-
rrollo, no mejora la situación económica y social y
sigue fomentando la corrupción.
Hay que examinar críticamente el desenvolviendo
económico de Puerto Rico para atisbar posibles vías
de desarrollo, dentro del marco colonial. Comenzar a
corregir el problema de los mecanismos de apropia-
ción del excedente externo, las ayudas o fondos fe-
derales, las políticas de austeridad, los privilegios tri-
butarios que generan un sistema contributivo disfun-
cional, la dependencia de fondos externos entre otros
problemas porque son lesivas, generan más depen-
dencia, debilidad de la economía y del Gobierno y
problemas sociales. Las políticas desmesuradas de
exención tributaria y la política vinculada con los
fondos federales como motor de la economía desvir-
túan la posibilidad de conseguir desarrollo econó-
mico y social.
Puerto Rico, aunque tienen muchos planes de desa-
rrollo, carece de una política de desarrollo, con obje-
tivos, metas, visión y seguimos repitiendo la misma
política agotada e ineficaz de ofrecer créditos contri-
butivos y subsidios, de atraer empresas extranjeras
(industrialización por invitación) y de improvisación
de políticas públicas ante los eventos extremos.
Debilitamos los activos
Cada política pública destruye los activos que gene-
ran desarrollo, como es la educación en especial la
educación universitaria representado por la Univer-
8
sidad de Puerto Rico y la capacidad de generar inves-
tigación y desarrollo además de conocimiento e in-
novación. Debilitamos los servicios de salud, las
pensiones, las viviendas, la seguridad social, la cali-
dad ambiental y los bienes ambientales, los bienes
culturales y deportivos entre otros. Poco a poco des-
truye el ser humano como generador de cambio so-
cial y económico o como dirían como capital hu-
mano, los estancas o los expulsas del país. Cada
nueva política pública intenta reducir los beneficios
a los trabajadores, eliminando derechos afectando así
la productividad, congelando salarios y reduciendo el
ingreso que van a recibir si se jubilan, condenando a
estas personas a vivir en niveles de pobreza. Destrui-
mos el enriquecimiento cultural y la posibilidad de
que sea un eje articulador, el acceso a la información
y el desarrollo de nuevo conocimiento y la creación
e innovación o sea la economía del conocimiento.
A esto se une que debilitamos la capacidad financiera
del Estado para recaudar y proveer servicios y arti-
cular el proceso de desarrollo. Cada exención contri-
butiva o subsidio a empresas externas, que pueden
pagar, limita el poder articular el desarrollo de em-
presas nuestras, el ecosistema empresarial asociado
y la investigación y desarrollo. Carecemos de autori-
dad política para poder diseñar un proceso de desa-
rrollo que incluya el fortalecimiento de la base pro-
ductiva, social y cultural para lograr que la estructura
fiscal y financiera se pueda sostener. La evasión, la
elusión, las exenciones, los subsidios desvían el di-
nero que debe entrar a la hacienda pública para poder
articular un modelo de desarrollo económico, social,
cultural, ambiental que genere calidad de vida, ese
conjunto de condiciones que contribuyen al bienestar
de los individuos y a la realización de sus potenciali-
dades en la vida social, económica y política.
Ante esta situación es de esperarse que en el futuro
tengamos más personas empobrecidas, trabajadores
empobrecidos cuyo salario no da para vivir, donde la
economía del crimen, la economía de la corrupción,
la cacería de rentas se convierte en alternativas, agu-
dizando las crisis. Según el Censo 2020, el 40% de la
población en Puerto Rico vive bajo el nivel de po-
breza. Con estos datos se hace imperativo que se
piense en una nueva forma de desarrollo para salir de
las crisis, que integre a estas poblaciones empobreci-
das (comunidades), con la política pública correcta
que cree equidad y justicia en función de generar ca-
lidad de vida. Es necesario visualizar un nuevo para-
digma económico y social que integre a la población,
las esferas públicas y privadas en un solo proyecto
social, generando confianza, crecimiento económico
y prosperidad con desarrollo. Entendiendo que es de-
ber ministerial del Estado buscar el bienestar de la
gente, respetar derechos humanos y mejorar la cali-
dad de vida.
Tres propuestas
Comencemos con entender que necesitamos desarro-
llo económico y social para que podamos generar
crecimiento que se sostenga y sea inclusivo. A la pre-
gunta ¿desarrollo para qué o para quién? Debemos
ofrecer alternativas, pero a la vez ser crítico sobre lo
que ha sido los modelos de la economía puertorri-
queña (Quiñonez-Domínguez, 2013, 2014, 2019,
2021)6. Por eso debemos articular un modelo que in-
tegre la economía endógena con la economía exó-
gena-externa de forma que se autoalimente. Es nece-
sario que el desarrollo y el mejoramiento de la cali-
dad de vida se orienta a aumentar la producción de
bienes y servicios, satisfacer necesidades sociales y
reducir los males sociales o problemas estructurales.
Entendiendo lo que es desarrollo y las variables que
implica y que el mismo fomenta el crecimiento y sus
diversas variables. Entendiendo que no se puede te-
ner crecimiento que se sostenga sin desarrollo, las
propuestas van en función del desarrollo económico
y social para lograr un crecimiento inclusivo desde
una perspectiva multisectorial se recomienda:
6
Parte de este escrito también está en https://en.cala-
meo.com/read/00289977904ec8f1f9ad7.
9
• Modelo de la economía del conocimiento: Inver-
tir en investigación, desarrollo e innovación,
• Fortalecer e integrar las comunidades y la parti-
cipación ciudadana y,
• Fortalecer el Estado dentro de lo que es desarro-
llo y crecimiento económico.
Economía del Conocimiento
Modelo de la economía del conocimiento: Invertir en
investigación, desarrollo e innovación
Para generar la economía del conocimiento tenemos
que fortalecer la educación, la Universidad de Puerto
Rico y con ellos la investigación, desarrollo e inno-
vación que debe ser uno de los ejes centrales de ese
desarrollo. Se debe invertir el 1% del producto in-
terno bruto (PIB) en la producción de conocimiento
a través del desarrollo de líneas de investigación
donde se enmarcan las diferentes problemáticas pre-
sentadas para darles las mejores soluciones posibles
sin tener el control o la limitación que impone los
fondos externos. De esa inversión ir creando centros
de investigación en todas las Universidades de
Puerto Rico (UPR) y las privadas, de manera que se
incremente las posibilidades de la producción endó-
gena de conocimiento, tecnología, cultura. La inver-
sión es desde las artes hasta las ciencias y tecnolo-
gías, en todas las ramas se crea conocimiento y puede
generar valor agregado y multiplicadores. No se des-
carta que se pueda articular las investigaciones con
lo exógeno o externo, pero es tener valor agregado
con la multiplicación de actividades emprendedoras
en todos los sectores del sistema económico para sa-
tisfacer las necesidades locales, proveerles materia-
les, equipos, tecnologías, procesos productivos y ad-
ministrativos e innovaciones a las empresas desde
adentro hacia afuera además de material cultural. Te-
ner centros de investigación endógenos permite que
la agenda de investigación responda a las necesida-
des de la sociedad, los comercios, las empresas y los
servicios y que la agenda no sea manipula desde el
exterior a temas o problemas que ayuden a otros paí-
ses (lo que pasa con algunos fondos externos). Pero
también permite potencial aquellos productos que
.
puedan ser mercadeables, generar efectos multiplica-
dores y controlar la competencia desleal o la desvia-
ción de las agendas sociales establecidas.
Transformar nuestras industrias e industrias de servi-
cios en centros de generación de conocimiento por
medio de la investigación, innovación y creación. A
nivel internacional se habla de la economía naranja,
la economía azul, la economía verde, la economía
gris, economía de las canas, economía rosa en fin la
cantidad de variantes de investigación que existen
para generar y potencial cada sector. En todos tene-
mos capacidad intelectual para generar investigacio-
nes y potencial industrias.
En esto se debe incluir el transformar la agricultura,
en una vinculada a una industria de procesamientos
de alimentos que se nutra tanto de importaciones
como de producción local (desde la orgánica hasta la
tradicional), vinculada al turismo y otras empresas
gastronómicas y a vender a los nuestros en los
EEUU. Una agricultura generadora de efectos multi-
plicadores al igual que un sector de la cultura, en su
gran diversidad, que venda al exterior y genere efec-
tos multiplicadores (economía naranja). Esta pers-
pectiva, la economía del conocimiento, articula las
variables que generan crecimiento hacia adentro y
hacia afuera, generan desarrollo, crea y retiene los
empleos (a su vez a los jóvenes), las inversiones y las
investigaciones desarrollan ese conocimiento que
transforma. Eso genera crecimiento inclusivo (cuyos
beneficios se distribuyen por toda la sociedad, sin de-
jar a nadie atrás y generando oportunidades) y logra
sostener a los demás sectores en los momentos que
hay debilidad económica. Por eso la prioridad es ar-
ticular las necesidades en función de la autonomía
institucional que ejerce la investigación, la creación
y la innovación.
Hay que articular en un proyecto de planificación la
investigación, desarrollo e innovación, para la for-
mación de recursos humanos, con alta preparación,
con la estimulación de la curiosidad (que no se li-
mite), la innovación y la creatividad. Sentar los fun-
damentos para el desarrollo integral del país, lograr
la cooperación interinstitucional como vía para la
transferencia de la información generada y para lo-
grar un mejor país. Enfatizar en la influencia del
10
quehacer investigativo en la cultura actual, así como
su importancia para la evaluación de las universida-
des. Para propiciar la creación de nuevos conoci-
mientos a través de la investigación científica, tecno-
lógica, humanística y social, para asegurar el derecho
a investigar sin la eterna presión de hacer ciencia
"útil". Recordar que el verdadero ejercicio de la li-
bertad y la soberanía está en el conocimiento. El
constar con ciencia, tecnología y conocimiento pro-
pio contribuiría a un aumentar el capital o riqueza so-
cial y a alejarse de la dependencia de los países desa-
rrollados. Se avanza sobre la base del acceso al co-
nocimiento, porque el éxito de un país no se debe
sólo al buen manejo de las políticas macroeconómi-
cas, a decisiones empresariales o a oportunidades del
mercado nacional e internacional. El conocimiento
de las tecnologías pertinentes y el de un personal téc-
nico bien entrenado, disponer de una capacidad cien-
tífica y tecnológica actualizada que permita desarro-
llar y solucionar los problemas. Pero ese conoci-
miento no puede ser maneja desde el exterior, debe
ser propio con las mejores tecnologías disponibles,
para preparar los profesionales necesarios y tener un
conocimiento profundo de nuestros recursos y posi-
bilidades. Ese conocimiento debe dar respuesta a
problemas que enfrenta el país, el Caribe, Latinoa-
mérica y el Mundo. Como base de la cultura actual
la educación transformadora que enseñe a pensar, a
comprender y a crear nueva información, conoci-
mientos y tecnologías para formar profesionales con
creatividad, dispuestos a innovar, curiosos. Que ge-
nere debate continuo para evitar que se estanque el
conocimiento. El conocimiento, la información y las
tecnologías generados a través de la investigación
son muy importantes en el desarrollo integral del
país; por lo tanto, debería existir una planificación
transversal y con diversidad.
Fortalecer e integrar a las comunidades
La propuesta de fortalecer e integrar a las comunida-
des con el Desarrollo Comunitario Solidario es un
método de intervención que incorpora a las comuni-
dades, por medio de la participación, fortaleciendo
sus habilidades, el uso de tecnologías, creando planes
participativos con objetivos claros y procesos trans-
parentes y evaluando con métricas definidas el
desempeño del Gobierno y el uso de fondos. Es una
herramienta para enfrentar y resolver los desafíos del
siglo XXI. Es utilizar nuestro mejor recurso, la gente
y su capacidad de innovación. Es entender que la so-
lución no es externa, la solución es nuestra, endógena
donde el nuevo desarrollo busca crear una economía
propia, fortalecida, creativa e innovadora, como se
demostró después del huracán María (2017). En vez
de continuar remendando el modelo industrial o de
enclaves agotados, atrayendo capital con baja res-
ponsabilidad fiscal y que erosiona la base tributaria,
la solución debe ser creada desde adentro (desarrollo
endógeno) donde se ganan espacios económicos di-
versificados que se fortalecen con la generación de
conocimiento, construyendo herramientas fiscales
eficaces que sustituyan el modelo actual y prote-
giendo industrias nichos que serán nuestra carta al
futuro.
Pero hay que cambiar de paradigmas en la forma de
hacer e interpretar la economía y las relaciones con
los seres humanos. Debemos creer profundamente
que la solución viene de nosotros (desde adentro o
endógeno). Tener la Visión, Misión y objetivos cla-
ros de lo que queremos para nuestro futuro, a donde
nos dirigimos y enmarcándolo en la nueva economía
inclusiva. Es necesario la voluntad política para ce-
der el poder a las comunidades, dirigida a compartir
la capacidad de decisión por parte de la Administra-
ción para lograr transparencia, rendir cuentas, presu-
puestos participativos, planificación participativa,
etc. Como en un tiempo breve, según diversos escri-
tos de la historia económica y social de Puerto Rico
11
(entre el 1940 al 1960), se realizó un modelo de dis-
cusión comunitaria sobre lo que se esperaba para
Puerto Rico, con proyectos educativos de apodera-
miento comunitario, esfuerzos propios y ayudas mu-
tuas, entre otros (Quiñones-Domínguez, 2013).
Fortalecer el Estado
Fortalecer el Estado y los sistemas de protección so-
cial para enfrentar los impactos de las crisis sanita-
rias, económicos, ambientales y sociales y fomentar
la inversión social con objetivos sociales. La crisis
sanitaria que generó el COVID-19, y las crisis socia-
les y económicas que los huracanes y terremotos
mostraron la necesidad de un Estado fuerte con un
Gobierno efectivo y eficaz que establezca un marco
institucional adecuado, defina con las comunidades
las necesidades y los objetivos sociales para estable-
cer la capacidad estatal con sus consecuentes políti-
cas fiscal, erradicando la corrupción y mostrando el
buen manejo de los fondos (Quiñones-Domínguez,
2013). El discurso neoliberal ha desmantelada y de-
bilitado las instituciones gubernamentales, creando
vacíos normativos y de leyes, generando crisis am-
bientales y sociales y desviando los fondos asignados
por diversas formas de corrupción. Se ha alejado de
evaluar si las políticas públicas en el uso de fondos
responden a mejorar a todos por igual y a nadie en
particular como debe establecerse, si es la prioridad,
si es necesario, si cumple con objetivos sociales
deseables, etc. Hay que articular el rol social del Es-
tado para retomar la agenda social del Estado regula-
dor, superar los miedos, la inacción y apatía y co-
menzar la transformación. Es urgente una economía
que utilice la planificación transversal como una he-
rramienta de desarrollo, planificación que atraviesa
todo proceso económico y social, que es participativa
y articula diversos proyectos con objetivos sociales.
Un Gobierno que fomente la transparencia y partici-
pación comunitaria de manera que evite las diversas
modalidades de corrupción, la cacería de rentas, la
captura o secuestro del Estado por parte de las élites
políticas y económicas de aquí y de EEUU, que des-
vía los fondos y la agenda pública. Un Gobierno que
es responsable en la emisión de deuda pública y que
discute abiertamente la razón para emitirla (Quiño-
nes-Domínguez, 2021). Para lograr crecimiento eco-
nómico es necesario un gobierno eficaz y efectivo,
capaz de imponer contribuciones progresivas y re-
caudadoras que aporten para el desarrollo, responsa-
ble con la deuda pública, que garantice la inversión
en infraestructura, en salud, en educación, en seguri-
dad, en vivienda y en investigación y desarrollo en
todas las ramas de conocimiento.
Un Gobierno que consiga la máxima eficiencia eco-
nómica, que se logra evaluando las políticas que per-
siguen la consecución de ciertas metas y objetivos
(que están establecidas en un plan) que se consideran
deseables para alcanzar el máximo de bienestar so-
cial. Esa prosperidad social es el conjunto de esos
factores que una persona necesita para gozar de cali-
dad de vida, tranquilidad y satisfacción humana. Fac-
tores tales como: empleos dignos, ingresos para sa-
tisfacer las necesidades, viviendas, acceso a la edu-
cación y a la salud, tiempo para la cultura y el ocio,
etc.
Para que exista calidad de vida debemos tener la
equidad social y económica como objetivo social de
prioridad. Entender la equidad social y económica
sobre la base de algún criterio de bienestar social, que
es un conjunto de prácticas tendientes a superar la
exclusión e iniquidades sociales, económicas, cultu-
rales y políticas. Donde todas las personas tienen los
mismos derechos y las mismas oportunidades en un
determinado aspecto, se respete los derechos huma-
nos y el medio ambiente. El Estado tiene la función
de lograr esa equidad para todos y corregir todas las
acciones que propendan a limitarla o seas los fallos
del mercado o externalidades.
La equidad es fundamental para que este nuevo mo-
delo tenga éxito, buscar como objetivo social la dis-
tribución equitativa de la riqueza (por medio del sis-
tema tributario y los gastos públicos) supone unos
servicios públicos fuertes, una fiscalidad progresiva
y que la prioridad del gasto público se oriente al bie-
nestar: sanidad, educación, protección social y am-
biental, y cuidado de la población.
12
El ¿desarrollo para qué y para quién?
Debemos cuestionar ¿para quién es el llamado desa-
rrollo que se establece en los planes? (Quiñones-Do-
mínguez, 2013) Este desarrollo va más allá del
“desarrollo” tradicional conocido, ese que ve el
mismo como transacciones o actividades que se rea-
lizan y que se mide por conceptos o indicadores tra-
dicionales, entre ellos el nivel de ingreso o de con-
sumo. El desarrollo solidario debe integrar las varia-
bles ingreso y empleo como elementos importantes,
pero también los indicadores de desarrollo humano
en el que la calidad de la educación, de la salud, de
la vivienda y la seguridad social sean elementos im-
portantes para lograr aumentar el bienestar y mejorar
la calidad de vida y el ambiente, además de la inves-
tigación y desarrollo.
Un desarrollo donde los trabajadores deben recibir
una compensación justa y equitativa que permita me-
jorar su calidad de vida, con derechos laborales. Es
por eso que redistribuir las riquezas y la equidad son
puntos principales de las políticas de desarrollo, ade-
más de la diversidad en la producción que genera au-
mento en la capacidad económica para crear más em-
pleos y lograr más inversión. El desarrollo en el me-
joramiento de la comunidad incluye el desarrollo hu-
mano, social, ambiental y de la infraestructura física
y el acceso a esos bienes públicos. Este desarrollo es
como un tejido social, pues se participa, se incremen-
tan el conocimiento, se adquiere nuevas destrezas, se
generan cambios positivos en las actitudes para me-
jorar la democracia real.
Así, que frente a la crisis económica, social, ambien-
tal, fiscal y salubrista que vivimos en la Isla debemos
proponer un nuevo Modelo Económico y Social ba-
sado en la solidaridad, como una forma de responder
a estas crisis. Este desarrollo se enmarca en la econo-
mía social, donde la participación ciudadana es eje
de transformación, por medio de fomentar la partici-
pación, la transparencia, la rendición de cuentas y la
evaluación continua de la gestión pública. Este nuevo
modelo debe ser una alternativa real que cree una
economía sólida y un Gobierno capaz de proveer bie-
nes y servicios, fortaleciendo el Gobierno. La solida-
ridad nos lleva a una economía empática más hu-
mana, más cercana a las Ciencias Sociales, una eco-
nomía que entienda a los seres humanos y se identi-
fica con sus problemas para buscar soluciones, una
economía crítica, transformadora, cooperativista,
con compromiso, que conciencie y que sirva de en-
lace solidario. Nos lleva a una ciencia con conscien-
cia que responde a las necesidades sociales, econó-
micas y ambientales además de generar conoci-
miento. Una economía que use el conocimiento
como eje de su transformación y utilice la planifica-
ción transversal como una herramienta de desarrollo,
planificación que atraviesa todo proceso económico
y social y lo articula. Un desarrollo que genera creci-
miento fomenta la creación de empleos, la inversión
en una economía diversificada, fortaleciendo la
oferta gubernamental, prevaleciendo en educación,
salud y en seguridad social, promoviendo la igualdad
de género, la inclusión y alejándonos de la dependen-
cia.
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Artículo

¿EL FIN DE LA DEPRESIÓN ECONÓMICA?: ESTRATEGIAS DE DESARROLLO ANTE LA

INYECCIÓN DE FONDOS FEDERALES DE RECUPERACIÓN
Ricardo Fuentes Ramírez, Ph.D.
Catedrático Auxiliar
UPR - Mayagüez

Resumen que nos encaminen hacia un desarrollo económico

sostenido a mediano y largo plazo. La literatura eco-
Algunos datos sugieren que Puerto Rico está ini-
nómica evidencia que en las economías exitosas pre-
ciando una fase económica caracterizada por creci-
domina una visión pragmática que reconoce que un
miento económico fundamentado en los fondos fede-
gobierno, cuando es efectivo y eficiente, puede con-
rales de recuperación. No obstante, hay muchos fac-
tribuir directamente al desarrollo humano y econó-
tores de riesgo que podrían provocar que los fondos
mico a través de: 1) el impulso a la innovación y el
federales sólo representen un alivio pasajero, y tras
apoyo a empresas locales en industrias estratégicas
finalizar sus desembolsos durante la década de 2030,
para la economía, y 2) la inversión en programas so-
retornemos a la senda de estancamiento secular y
ciales efectivos para la reducción de la pobreza y la
pérdida poblacional en la que nos encontrábamos.
desigualdad. Por tanto, en el ensayo se discuten ins-
Resulta estratégico aprovechar la coyuntura de esta
tituciones existentes que, con mayor apoyo, podrían
inyección económica para implementar iniciativas
lograr estos objetivos.

14
Introducción
A finales del Siglo XX, la historiografía económica
puertorriqueña dividía la etapa moderna de la econo-
mía de Puerto Rico en tres fases (Dietz, 1989; Iriza-
rry-Mora, 2001). Estas fueron:
1) la fase de industria liviana, asociada a la primera
ola de empresas estadounidenses que llegaron
entre 1948 y 1965 como parte de la estrategia de
“industrialización por invitación”, mayormente
en las industrias de ropa, textiles, productos en-
latados, y otras similares.
2) la fase de industria pesada y semipesada, asociada
a la llegada de las petroquímicas estadouniden-
ses, entre 1965 a 1976.
3) la fase de alta tecnología, comenzando en 1976 y
asociada a la Sección 936. Se caracterizó por la
llegada de empresas estadounidenses en indus-
trias como la electrónica, la farmacéutica, y otras
7
https://www.bls.gov/eag/eag.pr.htm
15
industrias intensivas en el uso de tecnologías so-
fisticadas.
Sin embargo, las primeras dos décadas del Siglo XXI
se han caracterizado por cambios profundos en la
economía de Puerto Rico. Por tanto, el marco ante-
rior debe ser actualizado. Los primeros hitos signifi-
cativos fueron la eliminación de la Sección 936 en
1996, y como resultado de esta, el inicio de una caída
en el empleo manufacturero que se aceleró sustan-
cialmente a partir de 2001. Este proceso de desindus-
trialización continuó hasta 2014, cuando el empleo
manufacturero se estabilizó y se mantuvo cerca de
aproximadamente 73,000 puestos de trabajo hasta
2017. Esto contrasta con los aproximadamente
158,000 empleos manufactureros que la industria ge-
neraba en 1996. 7 La desindustrialización fue una de
las varias causas de la depresión económica que ini-
cia en el año 2006, y además del proceso de quiebra
que inicia en 2016 (Caraballo-Cueto & Lara, 2018).
Entre 2014 y 2017, el empleo total en Puerto Rico se
estabilizó con aproximadamente 980,000 personas
empleadas. Aunque el empleo ya no caía precipita-
damente, tampoco crecía, por lo que economistas
como Alameda Lozada y González Martínez (2017)
describieron la situación económica durante este pe-
riodo como una de “estancamiento secular”. Este pe-
riodo además se caracterizó por una drástica reduc-
ción poblacional, observándose una reducción de
más de 400,000 personas entre el censo decenal 2010
y el censo decenal 2020.
En otras palabras, podemos identificar una cuarta
fase en la historia moderna de la economía puertorri-
queña: la fase de desindustrialización y estanca-
miento. Aunque, como hemos discutido, algunos de
los factores que nos llevan a esta cuarta fase remon-
tan a 1996, marcamos su punto de inicio en el 2006,
ya que a partir de este año el empleo total comienza
a reducirse y el Producto Bruto a contraerse.
Por otro lado, esta fase de desindustrialización y es-
tancamiento presenció varios shocks exógenos a la
economía: el paso de los huracanes Irma y María
junto a la significativa reducción en el gasto público
asociada a la implementación de la Ley PROMESA
en 2017, y luego una serie de terremotos y el inicio
de la pandemia en 2020. Estos eventos representaron
un golpe a la economía puertorriqueña en un mo-
mento en donde estaba particularmente vulnerable.
No obstante, los desastres naturales resultaron en va-
rias asignaciones de fondos federales que son histó-
ricas por su magnitud.
Los fondos federales de recuperación
Según se delinea en el Plan Fiscal Certificado 2022
del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, la isla está
en proceso de recibir:
● $48.5 mil millones en fondos de FEMA relacio-
nados a los huracanes y los terremotos,
8 10
https://www.whitehouse.gov/wp-con-
tent/uploads/2021/08/PUERTO-RICO_Infrastructure-
Investment-and-Jobs-Act-State-Fact-Sheet.pdf
9
https://cdbg-dr.pr.gov/en/download/action-plan-for-the-
2019-2020-earthquakes-recovery-response-dr-4473-pr/
16
● $20.2 mil millones en fondos CDBG-DR relacio-
nados a los huracanes,
● $7.7 mil millones de dólares relacionados a los
huracanes provenientes de otras agencias federa-
les, y
● $43.5 mil millones de dólares relacionados a los
diferentes programas aprobados en el Congreso
de Estados Unidos debido a la pandemia.
A estos se le deben añadir:
● $2.3 mil millones de dólares relacionados al In-
frastructure Investment and Jobs Act8, y
● $219 millones de dólares de fondos CDBG-DR
relacionados a los terremotos.9 10
En fin, Puerto Rico, una economía de aproximada-
mente $70 mil millones, está en proceso de recibir
aproximadamente $122 mil millones de dólares. En
otras palabras, al final de este proceso Puerto Rico
habrá recibido una inyección económica que repre-
senta cerca del 175% de su actual Producto Bruto.
Además de su impresionante magnitud, algunos de
los fondos impactarán áreas críticas para el desarro-
llo económico. Por ejemplo, según se detalla en el
Plan de Acción CDBG-DR del Departamento de Vi-
vienda, los fondos CDBG-DR incluyen partidas para
proveer subvenciones a pequeñas empresas puerto-
rriqueñas, crear incubadoras y aceleradores de nego-
cios, apoyar la agricultura local, proveer adiestra-
mientos a la fuerza laboral, entre otros programas
con potencial impacto socioeconómico.
Según el Plan Fiscal Certificado 2022, la expectativa
es que la mayoría de estos fondos impacten la econo-
mía entre 2025 y 2035. No obstante, varias variables
económicas ya reflejan el impacto de los fondos que
ya han sido desembolsados. Por ejemplo, tras nueve
meses de crecimiento consecutivo, el índice de acti-
vidad económica del Banco de Desarrollo Econó-
mico (BDE) reflejó en marzo 2022 su valor más alto
https://cdbg-dr.pr.gov/en/download/action-plan-for-pro-
gram-administrative-costs-cdbg-dr-earthquakes-storm-alloca-
tion/
desde 2016, superando los niveles pre-huracanes y
pre-pandemia. Similarmente, el empleo total ha au-
mentado significativamente desde 2021, alcanzando
un nivel de aproximadamente 1,130,000 empleos du-
rante el 2022, lo que no se observaba desde 2009. In-
cluso, la manufactura ha presenciado un repunte,
añadiendo cerca de 13,000 empleos desde 2018.
Todo lo anterior sugiere que es posible que Puerto
Rico esté iniciando una quinta fase en su historia eco-
nómica moderna, caracterizada por crecimiento eco-
nómico fundamentado en los fondos federales de re-
cuperación. No obstante, hay muchos factores de
riesgo que podrían provocar que los fondos federales
sólo representen un alivio pasajero, y tras finalizar
sus desembolsos durante la década de 2030, retorne-
mos a la senda de estancamiento secular y pérdida
poblacional en la que nos encontrábamos. Estos fac-
tores de riesgo pueden resumirse en tres plantea-
mientos:
1. Es posible que el impacto de los fondos se re-
duzca o diluya por un lento desembolso y/o por
procesos de compra y contratación de servicios
ineficientes. Por ejemplo, la falta de liquidez en
los diferentes niveles de gobierno es una limita-
ción para los fondos de FEMA, que funcionan en
base a reembolsos. Además, la escasez de mano
de obra en el sector de la construcción también
puede contribuir a un lento desembolso. En el
caso de deficiencias en el proceso de compras y
contratación de servicios, este puede conllevar a
que una proporción desproporcionada de los fon-
dos se otorguen a empresas del extranjero, pro-
vocando una fuga de estos. En general, si el pro-
ceso de compras y contratación de servicios es
ineficiente, hay un riesgo de que se otorguen los
fondos de forma subóptima y, por tanto, de forma
que no maximicen su potencial económico.
2. Una posible recesión en Estados Unidos, relacio-
nada a los esfuerzos del Sistema de la Reserva
Federal para reducir la inflación, podría minimi-
zar el impacto de los fondos de recuperación en
Puerto Rico.
17
3. Es posible que los fondos federales de recupera-
ción no atiendan las causas estructurales de la de-
presión económica que inició en 2006, por lo que
una vez finalice su desembolso durante la década
de 2030, la economía retornará a su proceso de
estancamiento secular y pérdida poblacional.
Aunque los tres factores de riesgo son importantes,
en este capítulo nos enfocaremos en el tercer factor.
Para poder explorar el mismo, se deben discutir las
causas estructurales de la desindustrialización y el
estancamiento secular de la economía que se observó
entre 2006 y 2017.
Causas estructurales de la depresión económica
Desde la superficie, parecería que la crisis que inició
en el 2006 fue meramente el resultado de la elimina-
ción de la Sección 936. La eliminación del estatuto
provocó la pérdida de cerca de 80,000 empleos ma-
nufactureros entre 1996 y 2014, lo que sin duda con-
tribuyó a la contracción económica y la crisis fiscal.
Sin embargo, esta lectura superficial ignora que el
modelo de desarrollo puertorriqueño mostraba seña-
les de desgaste incluso previo a la era de la Sección
936. A pesar de que la historiografía económica
puertorriqueña divide el periodo moderno en varias
fases, las mismas se pueden concebir como fases de
un mismo modelo de desarrollo. Este modelo se ca-
racterizó por una orientación a la atracción de capital
del exterior, particularmente de Estados Unidos, me-
diante incentivos contributivos. La fase de alta tec-
nología con la Sección 936 fue meramente una varia-
ción del mismo modelo de “industrialización por in-
vitación” que inició en 1947. El norte siempre ha sido
la atracción de capital foráneo, con la promesa de un
ambiente de impuestos bajos para dicho capital. No
cabe duda de que este modelo aumentó el nivel de
vida de Puerto Rico. Sin embargo, durante las déca-
das de 1970 y 1980, varios economistas cuestionaron
la sostenibilidad a largo plazo del modelo, desta-
cando los límites de este y su potencial de desembo-
car en una crisis de deuda (e.g., Dietz, 1976; Villa-
mil, 1976; Weisskoff, 1985).
En retrospectiva, queda claro que los señalamientos
de dichos economistas fueron sumamente acertados.
La aprobación de la Sección 936 y la expansión de
las transferencias federales a individuos durante la
década de 1970 fueron parchos a un modelo de desa-
rrollo ya en proceso de deterioro. Dichos parchos
solo aplazaron la crisis que los economistas anterior-
mente mencionados habían anticipado. El modelo de
desarrollo resultó en una economía puertorriqueña
con las siguientes deficiencias estructurales:
● una economía altamente dependiente de importa-
ciones y capital del exterior, donde nunca se lo-
graron establecer eslabonamientos entre las em-
presas foráneas y empresas puertorriqueñas, ni
tampoco se logró articular una red de producción
local,
● las tasas de pobreza y desigualdad más altas de
todo el territorio estadounidense,
● baja participación laboral formal y una gran eco-
nomía informal,
● la incapacidad de generar suficientes empleos
para la población en edad de trabajar, resultando
en constante migración, y
● un marco institucional débil, relacionado a un go-
bierno excesivamente enfocado en incentivos
contributivos como instrumento de desarrollo, y
como resultado caracterizado por profundas difi-
cultades fiscales.
Recapitulando: la depresión económica que inició en
el 2006 no se debe interpretar como la crisis del fin
de la Sección 936, sino como la crisis de un modelo
de desarrollo particular, caracterizado por una orien-
tación hacia la atracción de capital foráneo mediante
incentivos contributivos, con poco énfasis en eslabo-
namientos y producción local. Hasta el día de hoy,
Puerto Rico ha sido incapaz de reformular su modelo
de desarrollo. Este fracaso es significativo conside-
rando las advertencias formuladas hace décadas, y
los ejemplos concretos de diversas economías alre-
dedor del mundo que han logrado desarrollarse con
modelos que priorizan la formación de capital local
a través de eslabonamientos con el capital foráneo,
junto a transferencias de tecnología para promover la
sofisticación de la producción local.
Retornando a la pregunta de interés, ¿los fondos de
recuperación atienden las deficiencias estructurales
de la economía puertorriqueña? A pesar de que en el
caso de los fondos CDBG-DR hay algunas partidas
que beneficiarán el capital local, en general la mayo-
ría de los fondos federales de recuperación no atien-
den los asuntos estructurales discutidos anterior-
mente. En otras palabras, si Puerto Rico no logra
completar la tarea histórica de actualizar y reformu-
lar su modelo de desarrollo, tras el fin del desem-
bolso de los fondos de recuperación durante la dé-
cada de 2030, es muy probable que la isla retorne a
su trayectoria de estancamiento secular y pérdida po-
blacional. De hecho, esto es lo que se refleja en las
proyecciones de largo plazo del Plan Fiscal Certifi-
cado 2022.11
Por tal razón, los fondos de recuperación y los próxi-
mos 15 años se deben concebir como una ventana de
oportunidad para reformular el modelo de desarrollo
puertorriqueño. A continuación, se enumeran algu-
nos de los atributos que, según la literatura econó-
mica, se deben considerar prioritarios en el diseño de
un nuevo modelo de desarrollo.
Prioridades ante la ventana de oportunidades de
los fondos federales
Economistas tanto en la academia como en organiza-
ciones financieras internacionales han observado que
la abrumadora mayoría de las economías que han lo-
grado procesos de desarrollo exitosos han tenido algo

11
Ver “Exhibit 24” del Plan Fiscal Certificado del Estado Li-
bre Asociado de Puerto Rico 2022
18
en común: la articulación de un programa coherente
de políticas industriales y políticas de innovación
tecnológica a mediano y largo plazo (Andreoni &
Chang, 2019; Hasanov & Cherif, 2019). Esto se re-
fiere a la implementación consistente de medidas
para fortalecer y apoyar la producción local en indus-
trias sofisticadas o estratégicas, y con énfasis en pro-
mover constantemente la innovación en dichas in-
dustrias. Los casos más exitosos alrededor del
mundo se caracterizan además por su énfasis en la
rendición de cuentas (accountability); es decir, se es-
tablecen mecanismos para asegurar que las empresas
locales que se benefician de dichas políticas se hagan
responsables de mantenerse innovando y fortale-
ciendo su competitividad de forma que en cierto
punto no requieran de más apoyo estatal. Finalmente,
se establecen además mecanismos para asegurar que
el crecimiento económico que se genere sea inclu-
sivo; es decir, que logre verdadero desarrollo econó-
mico al estar acompañado de reducciones en los ni-
veles de pobreza y desigualdad.
Hasanov & Cherif (2019), ambos investigadores del
Fondo Monetario Internacional (FMI), han obser-
vado que las economías con gobiernos proactivos,
que establecen políticas industriales para fortalecer
la innovación y el capital local, tienen tasas de creci-
miento más altas y desarrollo más sostenido que
aquellas economías con gobiernos con un rol más li-
mitado o pasivo, enfocados en aspectos importantes
pero insuficientes, como asegurar un ambiente fácil
para hacer negocios con permisología ágil. Similar-
mente, el Centro para la Nueva Economía (CNE) ha
enfatizado la urgencia de desarrollar una política in-
dustrial en Puerto Rico.12 En fin, el gobierno debe
aspirar a lograr sinergias entre la clase empresarial
puertorriqueña, las universidades, y el aparato estatal
para identificar las industrias estratégicas para la isla,
y apoyarlas de forma que sea el capital local el motor
principal del crecimiento de estas.
En resumen, los gobiernos más exitosos son aquellos
que han logrado implementar consistentemente, a
mediano y largo plazo, estrategias cuyo fin es pro-
mover la innovación y la sofisticación tecnológica de
12
https://grupocne.org/focus-2020/
19
la producción local, y colaborando estrechamente
con empresas locales para facilitar su expansión en
industrias estratégicas para la economía. Nueva-
mente, es importante destacar que este ejercicio de
planificación y coordinación económica a mediano y
largo plazo, dirigido por el gobierno y orientado a
fortalecer la innovación y la producción local, se ob-
serva en prácticamente todos los casos exitosos de
desarrollo alrededor del mundo. Por esto, economis-
tas desde la academia a organizaciones internaciona-
les como el FMI recomiendan a los gobiernos esta-
blecer dichas políticas, aprendiendo de las lecciones
de aquellas economías que ya lo han logrado de
forma exitosa.
Este proceso se debe concebir no solamente desde el
punto de vista de promoción de exportaciones, sino
también de sustitución de importaciones. Por ejem-
plo, Dietz (2003) enfatiza la importancia de la se-
cuenciación, destacando que el enfoque en la susti-
tución de importaciones al inicio de los procesos de
desarrollo jugó un rol importante en el éxito final de
la estrategia en la mayoría de los casos. Como men-
cionamos anteriormente, la dependencia extrema de
importaciones es una de las deficiencias estructurales
de nuestra economía, y es urgente atender este as-
pecto.
Todo lo anterior, y en particular la identificación de
industrias estratégicas para Puerto Rico, requiere un
análisis continuo y riguroso de las dinámicas globa-
les e internas de la isla. No obstante, hay ciertas in-
dustrias que es evidente que son de suma importancia
estratégica; como, por ejemplo, la industria biomé-
dica, la aeroespacial, y la agroindustria. En el caso de
la agroindustria y las cadenas o sistemas de alimen-
tos, se debe destacar que los alimentos representan
una de las partidas más estables del consumo total en
la isla, tienen potencial de exportación debido al ta-
maño de la diáspora puertorriqueña, y además se
vuelven prioritarios desde la perspectiva de seguri-
dad alimentaria ante los desastres naturales y el cam-
bio climático. Esto sugiere que iniciar un proceso de
producción local de alimentos con el objetivo de sus- para el éxito o fracaso económico de las naciones. En
tituir importaciones podría ser una iniciativa estraté- Puerto Rico, varios economistas han discutido la im-
gica dentro de una política industrial para la isla. portancia del marco institucional para el futuro de la
isla. Por ejemplo, Villamil (2017) destaca que “el fu-
Por otro lado, varios estudios demuestran que aque-
turo económico de Puerto Rico depende, posible-
llas jurisdicciones que priorizan la reducción de la
mente más que de ningún otro factor, de su marco
pobreza y la desigualdad suelen crecer y desarrollar
institucional, del cual el gobierno es reflejo y su com-
sus economías de forma más rápida y sostenida.13
ponente más importante”. En otras palabras, “de la
Como se mencionó anteriormente, entre los proble-
eficiencia, efectividad y legitimidad del gobierno y
mas estructurales de nuestra economía se encuentran
de lo adecuado de las políticas económicas que
sus altas tasas de pobreza y desigualdad. Dado que se
adopte, depende, en gran medida, el desarrollo eco-
ha encontrado que la pobreza y la desigualdad obsta-
nómico del país” (Villamil, 2017). Similarmente, los
culizan el crecimiento y desarrollo económico, no
trabajos de los economistas del CNE destacan el de-
debe sorprender lo difícil que ha sido para la econo-
terioro a largo plazo de la capacidad gubernamental,
mía puertorriqueña recuperar. Para iniciar un proceso
y la importancia de reconstruir dicha capacidad.
de desarrollo sostenido, es necesario priorizar la re-
Lamba-Nieves y Marxuach (2020) resaltan que:
ducción de la pobreza y la desigualdad desde el
inicio. Por tal razón, urge aumentar la inversión en aumentar la capacidad del estado no es ta-
programas de reducción de pobreza de una forma rea fácil, pues no se trata únicamente de sa-
mucho más agresiva. En Puerto Rico, la reducción de car una lista de programas nuevos y recitar
la pobreza está además profundamente ligada a au- lo que funcionó en otros lugares. Lograr
mentar la participación laboral formal y reducir la mejorías en la capacidad del estado re-
magnitud de la economía informal. Formalizar acti- quiere, entre otras cosas, transformar las
vidades económicas informales es sin duda un pro- relaciones de poder entre el estado, sus
ceso complejo, pero vale la pena destacar que algu- agentes y la sociedad, y cambiar patrones y
nas investigaciones sugieren que las empresas comu- prácticas que llevan años enquistados en la
nitarias y el cooperativismo de trabajo pueden jugar gestión gubernamental.
un rol importante en este proceso (Enchautegui &
Reconstruir la capacidad gubernamental además im-
Freeman, 2006). Además, la pobreza tiene un pro-
plica establecer “un riguroso sistema de mérito en el
fundo componente regional y de género. Como se re-
reclutamiento y administración del personal de ca-
fleja en los datos de la Encuesta de la Comunidad de
rrera” junto al “uso de criterios profesionales y aca-
la Oficina del Censo, los hogares liderados por mu-
démicos en los nombramientos del personal de con-
jeres son significativamente más propensos a estar
fianza” (Catalá Oliveras, 2013). Por otro lado, para
bajo el nivel de pobreza, y los municipios con las ma-
asegurar que los fondos federales de reconstrucción
yores tasas de pobreza son aquellos fuera del área
tengan el efecto que deseamos en la recuperación
metropolitana, particularmente en el centro y sur-
económica, el CNE (2020) propone lo siguiente:
oeste de la isla. Cualquier iniciativa de reducción po-
breza y desigualdad, para ser exitosa, debe atender 1. una práctica sistemática de transparencia seria,
estos componentes geográficos y de género. donde se comparta públicamente la forma en que
Finalmente, la literatura económica coincide que se seleccionan los contratos y se conciben las po-
para cualquier modelo de desarrollo es fundamental líticas públicas;
tener un marco institucional adecuado. Por ejemplo, 2. una estructura de gobernanza que alinee sus ac-
Rodrik et al (2004) argumentan que la calidad del ciones con indicadores específicos y permita la
marco institucional es la variable más importante
13
https://www.oecd.org/social/Focus-Inequality-and-Growth-
2014.pdf
20
 evaluación continua y la toma de decisiones ba-
sadas en evidencia;
3. un compromiso claro de regirse por principios de
un gobierno abierto para fomentar la participa-
ción ciudadana, mejorar la rendición de cuentas
del gobierno y responder a las necesidades de la
comunidad; y
4. un mecanismo centralizado de información y co-
municación que informe sobre las condiciones
actuales de manera que se facilite la toma de de-
cisiones colectivas.
A pesar de que el CNE plantea estas propuestas en el
contexto de la recuperación de los desastres, sirven
además de hoja de ruta para la reconstrucción de la
capacidad gubernamental y el mejoramiento de nues-
tras instituciones públicas en general. Urge sentarnos
en la mesa de diseño institucional, como nos propone
el economista Catalá Oliveras (2013), para construir
un gobierno capaz de planificar y ejecutar a mediano
y largo plazo sin ser desviado por vaivenes políticos
partidistas.
Hacia un programa de Desarrollo Económico
Los trabajos de Hasanov & Cherif (2019) discutidos
anteriormente son significativos porque ilustran que
incluso dentro de instituciones internacionales como
el FMI, históricamente inclinado hacia la visión de
"libertad económica y gobierno limitado", se observa
un proceso de superación del fundamentalismo de li-
bre mercado. Como se ha discutido en este capítulo,
en lugar de este fundamentalismo, en las economías
exitosas predomina una visión pragmática que reco-
noce que un gobierno, cuando es efectivo y eficiente,
puede contribuir directamente al desarrollo humano
y económico a través de: 1) el impulso a la innova-
ción y el apoyo a industrias estratégicas para la eco-
nomía, y 2) la inversión en programas sociales efec-
tivos para la reducción de la pobreza y la desigual-
dad. Ese pragmatismo fue y sigue siendo la clave en
la mayoría de los casos exitosos de desarrollo econó-
mico, desde Suecia a Corea del Sur, e incluso Esta-
dos Unidos en sus comienzos hamiltonianos y du-
rante su época dorada entre 1945 y 1972.
21
Afortunadamente, el gobierno de Puerto Rico ya
tiene el andamiaje institucional necesario para iniciar
una nueva etapa de recuperación económica, apren-
diendo de las lecciones de otras economías, y funda-
mentándose en las oportunidades que brindan los
fondos federales de recuperación. Por ejemplo, en
Puerto Rico actualmente se promueve la innovación
tecnológica invirtiendo fondos públicos en investiga-
ción y desarrollo a través de instituciones como la
Universidad de Puerto Rico (UPR) y el Fideicomiso
de Ciencia, Tecnología e Investigación de Puerto
Rico. Similarmente, se invierte en programas de re-
ducción de pobreza a través del apoyo a organizacio-
nes sin fines de lucro como el Instituto del Desarrollo
de la Juventud (IDJ), el cual ha liderado el diseño de
políticas para la reducción de la pobreza basándose
en la evidencia científica. Además, se invierte en pro-
mover el capital puertorriqueño a través de institu-
ciones como el Banco de Desarrollo Económico
(BDE). Incluso, en el BDE ya se implementan pro-
gramas específicos para atender áreas críticas para la
economía, como el desarrollo económico de la mu-
jer. Finalmente, para asegurar la eficiencia y efecti-
vidad gubernamental, se ha iniciado un programa pi-
loto en colaboración con la Junta de Supervisión Fis-
cal para fortalecer la capacidad gubernamental a tra-
vés de reformas al servicio público.
Sin embargo, lograr cambiar la trayectoria de una
economía que lleva 15 años en depresión económica
es una meta sumamente ambiciosa. La magnitud de
la inversión debe ser proporcional a la magnitud del
reto. Para lograr esta meta ambiciosa, sería necesario
que en los próximos diez años se destine una canti-
dad mucho más significativa de fondos a este anda-
miaje institucional compuesto por instituciones
como la UPR, el Fideicomiso de Ciencia, Tecnología
e Investigación, el BDE, y el IDJ. Similarmente, se-
ría necesario que se invierta lo requerido para refor-
mar el servicio público de forma que asegure eficien-
cia, efectividad, y estabilidad en la implementación
de políticas públicas a través de diversas administra-
ciones políticas en el mediano y largo plazo.

En el caso particular del BDE, una manera en la que
podría aumentar su impacto es a través de nuevos
programas para otras áreas críticas para el desarrollo.
Además de expandir los programas del BDE dirigi-
dos al emprendimiento de las mujeres puertorrique-
ñas, el gobierno central podría financiar nuevos pro-
gramas para empresas con alto potencial de sustitu-
ción de importaciones o de exportación, empresas en
regiones críticas para la reducción de la pobreza y la
desigualdad como el Suroeste y el Centro, o empre-
sas en industrias estratégicas por su valor añadido o
posicionamiento en cadenas globales de valor. Ade-
más, estos esfuerzos podrían ser parte del diseño de
una política industrial para la isla, como ha recomen-
dado el CNE.
Una posible forma de financiar estas iniciativas sería
establecer que los recaudos contributivos que su-
peren las proyecciones oficiales de la Junta de Super-
visión Fiscal sean canalizados a apoyar las cuatro
instituciones claves identificadas: la UPR, el Fidei-
comiso de Ciencia y Tecnología, el Banco de Desa-
rrollo Económico y el Instituto de Desarrollo de la
Juventud. Estas instituciones ya han iniciado el tra-
bajo necesario para cambiar nuestra trayectoria eco-
nómica, pero necesitan más recursos para poder
aprovechar la coyuntura de los fondos de recupera-
ción y tener un mayor impacto económico. Lo ante-
rior debe ir acompañado de una profunda reforma al
servicio público dirigida a fortalecer la efectividad de
las instituciones gubernamentales y el diseño de una
política industrial para Puerto Rico.
22
Sin embargo, si la situación fiscal solo permite una
tímida inversión en estas instituciones medulares, el
impacto de los fondos de recuperación podría limi-
tarse a generar una burbuja de actividad económica
que eventualmente estallará durante la década de
2030 (o antes), y luego retornaremos a la trayectoria
de contracción económica y pérdida poblacional. En
cambio, si se prioriza fiscalmente este andamiaje ins-
titucional anteriormente discutido, es posible que los
fondos federales de recuperación sirvan de trampolín
a un proceso de desarrollo económico sostenido. En
ese escenario, la calidad de vida de los puertorrique-
ños y puertorriqueñas comenzará a mejorar de forma
sostenida, menos puertorriqueños y puertorriqueñas
tendrán que emigrar, e incluso, muchas familias
puertorriqueñas tendrían más oportunidades para re-
gresar.
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Artículo

REPLANTAMIENTO DEL PAPEL DEL ESTADO EN LA ECONOMIA

Gerardo González Núñez, Ph.D.
Economista
Universidad Interamericana de Puerto Rico
Recinto Metropolitano

La recesión que afecta a Puerto Rico desde hace 16
años es debido al agotamiento de su modelo de cre-
cimiento económico. Por tanto, su solución conlleva
el diseño y aplicación de un nuevo modelo, que in-
cluya, como factor central, un replanteo del papel del
Estado en la economía.
Esto es un tema que ha estado ausente en el debate
nacional, incluso por parte de la academia. Es un
tema complejo, sensitivo que trasciende las discusio-
nes sobre que privatizar y que no privatizar.
¿Por qué?
El Estado ha sido un actor protagónico en el modelo
de crecimiento que ha estado vigente desde los años
50 del siglo pasado. Además de la función de asis-
tencia social, ha sido clientelista (político y empresa-
rial) y empleador. Esas funciones, si bien fueron via-
bles en los contextos nacionales e internacionales en
que operó la economía y sociedad puertorriqueñas,
desarrolló tendencias negativas como el fomento de
una cultura del “mantengo”, la politización de las
agencias y el servicio público y la debilidad del sec-
tor empresarial local. Estas tendencias

23
negativas han generado como consecuencias el estí-
mulo a una baja participación laboral de la fuerza de
trabajo y una labor ineficaz e ineficiente del Estado.
Un nuevo modelo de crecimiento económico no será
exitoso si no incorpora una reformulación del papel
del Estado en la economía puertorriqueña, para adap-
tarlo a la nueva realidad en que está operando, con
una disminución de la población y con mayores exi-
gencias competitivas debido a la globalización.
Existen dos objetivos claves que justifican el papel
de los Estados en las economías:
1. Mejorar la eficiencia de los mercados corrigiendo
las fallas de los mismos.
2. Fomentar los valores sociales de justicia y equi-
dad, alterando los resultados de desigualdad que el
mercado fomenta.
En función de estos objetivos, el papel del Estado
en la economía se manifiesta en cuatro áreas:
1. Sector público: el Estado invierte en bienes y ser-
vicios económicos para distribuir la riqueza.
24
2. Estructura legal para el funcionamiento del sector
privado: los gobiernos crean y velan por la aplicación
de leyes que proporcionan la estructura necesaria
para el correcto funcionamiento de los mercados.
3. Estabilidad macroeconómica: el Estado a través de
sus políticas macroeconómicas puede evitar o por lo
menos minimizar las recesiones o depresiones eco-
nómicas. Sin embargo, su alcance es muy limitado
pues muchas veces las causas de estas recesiones son
externas a la economía del país.
4. Elaboración y aplicación de regulaciones: las fa-
llas de los mercadas como la falta de información,
externalidades negativas o competencia imperfecta
causan ineficiencias económicas afectando princi-
palmente a los consumidores. Es por esto que los Es-
tados intervienen para defender a los consumidores,
proteger al medio ambiente, promover
la competencia entre empresas etc.
El Estado en Puerto Rico tiene que concentrarse en
estas cuatro áreas de acción. Su función pública
como garantizador de los equilibrios sociales tiene
que continuar, apoyando a los desplazados por el
mercado, pero este apoyo no puede ir en detrimento
de la participación laboral de los mismos. También
tiene que ser garante de los equilibrios macroeconó-
micos (en la medida que sus prerrogativas determi-
nadas por el estatus político lo posibilitan), pero for-
taleciendo la capacidad del empresario local como
generador de la riqueza. Todo esto tiene que ir de la
mano de una despolitización de todas las estructuras
estatales.
¿Cómo se logra?
1. Analizar las áreas y competencias en que el Estado
participa como regulador y supervisor de los proce-
sos económicos, para dejar en manos del mercado
aquellas en que el funcionamiento estatal ha sido in-
eficiente y que sean cónsonas con las nuevas realida-
des de la isla y los objetivos de la recuperación eco-
nómica. Bajo una nueva relación Estado – Sistema
Empresarial Privado, revisar todo el entramado legal
vigente para dejar o crear aquellas piezas regulatorias
que fomenten el crecimiento y fortalecimiento del
sistema empresarial local.
2. Analizar los procesos en toda gestión Empresas –
Estado y Ciudanía - Estado, con el objetivo de sim-
plificarlos, para que el ejercicio de estas relaciones
sean lo más fluidos y ágiles posibles.
3. Se analizaría la viabilidad económica de cada mu-
nicipio. Aquellos que no tengan una base económica
sólida y autosostenible, se fusionarían con alguno
cercano territorialmente, que si la tengan, bajo una
misma estructura administrativa.
4. Si como resultados de las acciones de los puntos
1, 2 y 3, quedan trabajadores estatales desplazados,
se les ofrecería las siguientes alternativas de reubica-
ción:
a) Reubicarlos en el Departamento de Hacienda
como inspectores para reforzar el trabajo de detec-
ción de los evasores fiscales.
25
b) Reubicarlos en el área encargada de las permiso-
logías, para reforzar la agilidad en el otorgamiento de
los permisos a las nuevas empresas.
c) Apoyarlos para que puedan crear su propia em-
presa. El apoyo consistiría en adiestramientos, finan-
ciamiento a baja tasas de interés y cómodos períodos
de pagos y el compromiso del Estado de que le esta-
rían pagando el salario completo que estaban deven-
gado mientras que eran empleados estatales durante
los primeros 2 años de establecido el negocio y en el
tercer año, se le estaría garantizando el 50% de dicho
salario.
d) Apoyar su reinserción como empleados en la em-
presa privada. A los patronos, el Estado les ofrecería
pagarles a esos trabajadores el salario completo que
estaban devengando en su posición en el gobierno
durante los primeros 2 años de contratados y en el
tercer año, se le estaría garantizando el 50% de dicho
salario.
5. Las políticas de incentivos que se ofrezcan al sis-
tema empresarial local no pueden ser inferiores a las
que se ofrecen a las empresas foráneas.
6. Crear legislación que obligue a las agencias públi-
cas a contratar a base de la preparación profesional y
méritos del aspirante y no por su filiación política.
Ello incluye también a los denominados “puestos de
confianza”. También, prohibir la actividad político-
partidista en el sistema estatal.
7. El apoyo a los trabajadores y diversos sectores so-
ciales que han sido desplazados por el funciona-
miento del mercado no puede ser indefinido. Debe de
ir acompañado de oportunidades de reinserción en el
mercado laboral mediante el estímulo a la superación
y recalificación de esa fuerza trabajadora. El apoyo
de las universidades en este esfuerzo sería esencial.
 Artículo
FINANCIANDO LA AUTODESTRUCCIÓN: LAS CORPORACIONES COMO
IMPEDIMENTO AL DESARROLLO ECONÓMICO
Axel Colón Riera
Economista
Trasfondo
El sector público se refiere a una parte de la econo-
mía administrada por el Estado con el fin de generar
valor colectivo, mientras que el sector privado lo
controlan individuos o compañías que se organizan
para adquirir ganancias personales. Por definición,
estos dos grupos económicos parecen ser antónimos,
¿no? Entonces, ¿cómo coexisten cuando sirven una
audiencia completamente distinta y cumplen propó-
sitos divergentes que se interponen hasta sobrepasar
el punto de equilibrio Pareto eficiente? En otras pa-
labras, como los recursos son limitados, resulta im-
posible que las corporaciones alcancen el nivel de ga-
nancias deseado sin ocasionar un daño colateral a la
sociedad. Para satisfacer la avaricia de unos pocos,
se sacrifica el bienestar común que se manifiesta a
través de la destrucción ambiental, pérdida de biodi-
versidad y los niveles elevados de desempleo, de-
sigualdad social y pobreza. Se sostiene una relación
parasítica entre estos dos agentes productivos donde
los individuos, el gobierno y las organizaciones sin
fines de lucro asumen varios de los costos físicos y
financieros que las corporaciones externalizan como
táctica empresarial para generar mayor plusvalía. Sin
embargo, ante la acumulación insostenible de deuda
pública, el gobierno de Puerto Rico no se encuentra
en la posición financiera de recompensar al sector
privado por actividades económicas diseñadas a per-
petuar males sociales que el mismo Estado benefac-
tor es responsable de remediar. Por consiguiente, el
liberar al Estado de ciertas responsabilidades que les
corresponden a las corporaciones podría alinear los
intereses de todos los sectores económicos hacia una
meta en común, estabilizar las cuentas nacionales y
detener las medidas de austeridad como la privatiza-
ción de activos públicos y reducción presupuestaria
26
“With great power comes great responsibility.”
– Stan Lee (Amazing Fantasy #15)
de bienes y servicios que proveen un beneficio social
indispensable. Aunque añadirle otro peso económico
a la comunidad empresarial debilitada de Puerto Rico
parecería como una sentencia de muerte a la econo-
mía local, no necesariamente es del todo cierto si se
le brinda el apoyo fiscal necesario.
Lo antes propuesto sugiere que los males sociales son
previsibles mediante el diseño empresarial cons-
ciente y la implementación de políticas orientadas al
desarrollo económico sobre el crecimiento econó-
mico. Necesitamos una economía que sostenga a la
gente en lugar de que la gente muera por sostener el
crecimiento de la economía. La economista inglesa
Kate Raworth visualiza la prosperidad humana como
el balance entre satisfacer las necesidades de todas
las personas sin excederse de los límites planetarios
para conformar una sociedad justa y ecológicamente
segura (Raworth, 2019). En virtud de alcanzar ese
equilibrio social, se requiere de un sistema econó-
mico que fomente la empatía, la diversidad, la parti-
cipación, el apoyo mutuo, la colaboración con los ci-
clos naturales del planeta y el reconocimiento de la
dependencia humana respecto a la naturaleza
(Raworth, 2019). Al momento, la cadena productiva
de Puerto Rico utiliza un método insostenible de so-
breproducción especulativa, conocida como la eco-
nomía lineal, que pretende extraer recursos finitos de
la Tierra con el fin de producir para botar (Ellen Ma-
carthur Foundation, n.d.). Este sistema incentiva a las
empresas a que diseñen sus productos con una vida
útil corta para, así, obtener ganancias indefinida-
mente. Esto desencadena incontables excesos de ba-
sura, uno de los causantes principales en la acelera-
ción rampante del cambio climático. Un informe del
2007 de la Autoridad de Desperdicios Sólidos indica
que la producción total de residuos en Puerto Rico
fue de 4,517,138 toneladas, o 6.24 libras por persona,
por día (Anderson, et al., 2021). En contraparte, la
economía circular representa un modelo de produc-
ción y consumo alterno, que busca extender el ciclo
de vida de los productos para crear un valor añadido,
disminuir los residuos al mínimo, regenerar los eco-
sistemas naturales y atender las emisiones de gases y
contaminación desde la fase de diseño (Ellen Macart-
hur Foundation, n.d.). Como víctima recurrente del
impacto del cambio climático, el gobierno de Puerto
Rico debe optar por implementar este sistema econó-
mico sostenible puesto que crearía empleos verdes,
robustecería la resiliencia ambiental y ayudaría a mi-
tigar futuras catástrofes naturales.
Objetivos
Con el fin de construir una economía puertorriqueña
próspera, sostenible, justa y autosuficiente, que rege-
nere los ecosistemas ambientales y beneficie al inte-
rés común, debemos establecer más negocios locales
socialmente responsables y reformar las corporacio-
nes como las conocemos hoy para transformarlas en
empresas que contribuyan al desarrollo sostenible.
Mediante el dominio económico e influencia polí-
tica, un grupo reducido de individuos controla, a su
predilección, la vasta mayoría de los modos de pro-
ducción. En la búsqueda insaciable por el lucro, per-
petúan activamente numerosos males sociales en lu-
gar de contribuir a erradicarlos. Por ende, el futuro
de la economía de Puerto Rico depende de redirigir
la responsabilidad de remediar las “fallas del mer-
cado” y las externalidades negativas, delegada exclu-
sivamente a los individuos, el sector público y las or-
ganizaciones sin fines de lucro, hacia el sector em-
presarial lucrativo. Los incentivos y la rendición de
cuentas son herramientas claves para armonizar los
esfuerzos de todos los agentes productivos en fun-
27
ción de la equidad, aumentar la calidad de vida y pre-
servar los recursos naturales autóctonos. El Estado
debe sentar las condiciones institucionales óptimas
que persuadan a comerciantes nativos, extranjeros,
grandes, medianos y emergentes a que quieran vo-
luntariamente contribuir al bienestar social, de ma-
nera que el altruismo represente la alternativa más
viable, costo eficiente, accesible e irresistible para
cualquier empresa.
Emprendimiento nativo emergente
Abunda el ingenio y la voluntad para fundar negocios
nuevos, pero la prolongada recesión económica
desde el 2006, junto a las políticas fiscales que favo-
recen en proporciones disparejas la hegemonía de
oligopolios estadounidenses en la isla, han impedido
maximizar el potencial de crecimiento de nuestro
ecosistema empresarial. De hecho, existe una brecha
notable entre la tasa de emprendedores nacientes
(9.1%) —quienes dan ese primer paso para llevar a
cabo un proyecto— y la de emprendimientos nuevos
(2.6%) —empresas capaces de pagar salarios o bene-
ficios a su propietario durante al menos tres meses—
, según catedráticos de la Universidad de Puerto Rico
(Aponte et al., 2018). En otras palabras, un 6.5% de
las iniciativas no logran ser fuentes de ingresos esta-
bles visto que carecen del apoyo institucional y fi-
nanciero necesario para una ejecución exitosa. Este
fenómeno genera un efecto dominó que resulta en
una tasa baja de emprendimientos establecidos
(1.9%) —negocios con más de 3 años y medio de
edad—, en la que Puerto Rico ocupó la última posi-
ción entre 48 países participantes en 2018 (Aponte et
al., 2018). Entonces, ¿cómo logramos estimular el
emprendimiento nuevo y socialmente responsable en
Puerto Rico? Sencillo: primero, se debe incentivar a
potenciales comerciantes que deseen establecer ini-
ciativas solidarias y circulares; y segundo, se le debe
proveer edificios comerciales asequibles mediante el
rescate de espacios en desuso.
Una tasa de pobreza nacional de 40.5% no representa
condiciones muy esperanzadoras para el desarrollo
de comerciantes emergentes. Operar un negocio re-
quiere de una inversión mínima sustancial que cerca
de la mitad de la población no puede financiar (Ins-
tituto de Estadísticas de Puerto Rico, 2022). Para mi-
tigar este efecto e impulsar a que mentes innovado-
ras, de todos los estratos económicos, opten por desa-
rrollar su propia entidad social, se plantea lo si-
guiente:
● Establecer un fondo público para otorgar estipen-
dios a participantes que cursen talleres, provistos
por incubadoras y aceleradoras, con vistas de
crear empresas solidarias y circulares.
● Crear un fondo público para la entrega de capital
semilla a emprendimientos solidarios y circulares
nacientes.
● Requerir que el 75% del portafolio de inversiones
del plan de retiro 401(k), auspiciado por los pa-
tronos, incluya fondos mutuos socialmente res-
ponsables, compuestos por proyectos exclusiva-
mente puertorriqueños.
Este financiamiento público y privado asistirá a po-
tenciales empresarios y microempresarios inaugurar
su travesía con el pie derecho, y permitirá el creci-
miento sostenido del sector empresarial nativo,
mientras se invierte en proyectos que generan un va-
lor colectivo.
Los altos niveles de pobreza y la falta de propiedades
comerciales asequibles son barreras estrechamente
ligadas; la selección limitada que ofrece el mercado
de bienes raíces es demasiado costosa para un pueblo
empobrecido. Incluso, según la encuesta del Global
Entrepreneurship Monitor, el acceso reducido a in-
fraestructura física constituye el segundo factor de-
terminante del entorno con mayor peso que obstruye
el emprendimiento (Aponte et al., 2018). Como con-
secuencia de la escasez de inventario inmueble, ha
surgido una epidemia de los negocios ambulantes —
como los food trucks, por ejemplo— e instalación de
módulos, dos tipos de estructuras que no proporcio-
nan condiciones laborales dignas para la clase traba-
jadora.
Resulta paradójico que el desfase dentro del mercado
inmobiliario sea producto de una demanda insatisfe-
cha frente a una oferta capaz de abastecer la mayoría
de los compradores, mas los dueños optan por aban-
donar su propiedad, representando sobre 670,000
propiedades en desuso, o una de cada tres viviendas,
según el Censo Federal (Gallardo Rivera, 2021). Para
que los comerciantes nuevos dispongan de una selec-
28
ción más amplia para su actividad económica y, ade-
más, prevenir la proliferación de estructuras abando-
nadas, se proponen las siguientes estrategias:
● Sustituir los incentivos dirigidos a construccio-
nes nuevas por incentivar las restauraciones de
edificios abandonados o rehabilitaciones de loca-
les en desuso.
● Frenar la especulación de las propiedades me-
diante regulaciones estrictas a los alquileres a
corto plazo.
● Establecer un control de renta en zonas donde re-
side una cantidad predominante de personas con
bajo poder adquisitivo.
● Ampliar la definición de estorbo público a cual-
quier estructura con más de 5 años en desuso total
y sin planes concretos de reutilización, adquisi-
ción, rehabilitación o intervención.
● Aumentar la multa municipal para la limpieza y
eliminación de la condición de estorbo público a
un 25% de los costos incurridos en la rehabilita-
ción de la propiedad.
La inacción de los propietarios sobre el cuidado de
sus bienes inmuebles representa un riesgo a la salud
pública, seguridad y medioambiente por lo que se
pretende relevar la responsabilidad del Estado de
ocuparse por los estorbos públicos a los propietarios,
quienes en última instancia originan la crisis de esca-
sez de inventario de edificios comerciales.
Promoción de las empresas socialmente responsa-
bles
Se escucha a voces: “apoya lo local”, pero el patro-
cinio a un comercio no debe limitarse a que sea de
origen puertorriqueño. ¿Los productos son de cali-
dad? ¿Cómo tratan a sus empleados? ¿Se preocupan
por el ambiente? No tenemos manera de conocer ni
medir el nivel de compromiso social de cada nego-
cio. Partiendo de la premisa de que los empresarios
no deciden adrede infligir daño a las comunidades,
que son directa o indirectamente impactadas por su
actividad económica, el sistema fiscal y legal facilita
la búsqueda insaciable por el beneficio personal so-
bre el bien común. Para que las corporaciones se con-
viertan en entidades socialmente responsables, debe-
mos visionar cómo queremos que las corporaciones
contribuyan al desarrollo económico y guiarlas a esa
meta mediante una serie de incentivos, tales como:
● Proveer un subsidio temporero dirigido a la in-
versión de infraestructura circular.
● Emitir un conjunto de certificaciones acumulati-
vas que demuestran el compromiso de la entidad
con el desarrollo económico, un esfuerzo galar-
donado con beneficios contributivos, tasas prefe-
renciales o subsidios para actividades específi-
cas.
Dentro de los requerimientos individuales que se
consideran para la otorgación de una de estas certifi-
caciones, se podría considerar: producir cero emisio-
nes netas; preservar y regenerar los ecosistemas am-
bientales; ofrecer bienes y servicios que cumplan con
altos estándares de calidad y que no generen efectos
adversos a la salud del consumidor; fomentar un am-
biente laboral saludable, seguro, participativo, demo-
crático y con salarios justos, en el que el equipo se
sienta a gusto; utilizar una proporción significativa
de recursos de origen puertorriqueño; y emplear, en
posiciones de liderazgo, a una proporción considera-
ble de individuos que pertenecen a grupos vulnera-
bles, tales como mujeres, personas empobrecidas,
personas afrodescendientes, personas LGBTQIA+ y
personas con alguna diversidad funcional. Esta ini-
ciativa formará redes de comerciantes con valores en
común, incentivará proyectos puertorriqueños so-
cialmente responsables, permitirá una mayor fluidez
entre una corporación y otras estructuras legales de
organización comercial, e impulsará la agenda hacia
la construcción de un Puerto Rico más justo, equita-
tivo, próspero y verde desde el sector privado.
Responsabilidades de las corporaciones
Según el director del programa alimentario de las Na-
ciones Unidas David Beasly, el 2% de las riquezas
del multimillonario norteamericano Elon Musk pu-
29
diera aliviar la hambruna a nivel mundial, pero sim-
plemente decide no hacerlo (McSweeney & Pourah-
madi, 2021). Esta observación se sustenta en que el
éxito de Musk depende de la explotación laboral y la
externalización de los costos ambientales y financie-
ros de la compañía; de esta forma, impacta despro-
porcionadamente a grupos vulnerables. En otras pa-
labras, a menudo se trata a las corporaciones como si
operaran en un vacío social, en el que sus prácticas
orientadas al lucro no tienen repercusiones tangibles
en su entorno. Al parecer, los medios justifican el fin,
visto que las obligaciones y responsabilidades que
tienen con la sociedad son mínimas.
Por otra parte, el Estado benefactor intenta remediar
con poco éxito los daños colaterales causados por las
corporaciones, tales como la pobreza, la crisis de pro-
piedad inmueble asequible y el cambio climático.
Pero, ¿realmente le corresponde al gobierno utilizar
las contribuciones del pueblo para subsanar, pero no
erradicar, un problema creado específicamente por
un grupo reducido de individuos? ¿Dónde trazamos
la línea? Se propone accionar sobre los males socia-
les desde un enfoque preventivo, cortando el pro-
blema de raíz con políticas ácronas que promuevan
la transformación de corporaciones a empresas so-
cialmente responsables que se detallarán a continua-
ción:
● Establecer un impuesto progresivo sobre el in-
greso corporativo, dirigido a todo comercio en el
que el patrono o algún empleado devengue un sa-
lario tres veces mayor al empleado con el menor
salario.
● Condicionar las deducciones contributivas a do-
naciones caritativas por las corporaciones, patro-
nos y accionistas a adquirir la totalidad de certi-
ficaciones de compromiso social discutidas pre-
viamente.
● Instaurar la política de responsabilidad extendida
al productor, de manera que se designa la respon-
sabilidad física y financiera a los manufactureros
por el ciclo de vida completo de los bienes y ser-
vicios producidos, incluyendo manejo de resi-
duos, recuperación y reciclaje (Environmental
Pollution, 2015).
● Sustituir el impuesto de ventas y uso (IVU) por
un impuesto sobre el valor añadido (IVA) donde
su tasa depende del nivel de impacto ambiental
 que genere la cadena de suministro del bien o ser-
vicio (European Parliament, 2020).
● Reducir el impuesto sobre ingreso para imple-
mentar impuestos verdes a actividades dañinas
contra la naturaleza, tales como la extracción de
recursos no renovables, emisiones de gas inver-
nadero y uso de químicos tóxicos, vertederos y la
incineración de materiales —especialmente si
son reciclables o biodegradables— (Groothuis,
2016).
En última instancia, adjudicar a las corporaciones
una mayor responsabilidad sobre su propia actividad
económica y sus costos reales incurridos revelará la
insostenibilidad de sus modelos de negocio; asi-
mismo, incentivará la innovación tecnológica orien-
tada a la sustentabilidad, en lugar de continuar auto-
matizando procesos que desplazan a empleados por
máquinas, provocando un mayor nivel de desempleo
(Groothuis, 2016).
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Bw
 Artículo

EL CRECIMIENTO Y DESARROLLO ECONÓMICO DE PUERTO RICO ESTÁ

ATADO A FORTALECER LA UPR
Luis R. Rodríguez Rodríguez, Ph.D.
UPR – Humacao

"La contribución de la universidad pública al crecimiento y desarrollo económico en Puerto Rico engloba una amplia gama de fun-
ciones que no puede ser evaluada exclusivamente en términos económicos".

La educación es un derecho humano esencial. In-
cluso algunos van más allá y afirman que la educa-
ción, como derecho, debe ser gratuita para todos y
que no caben consideraciones económicas en los de-
bates. No obstante, hasta los derechos humanos bási-
cos utilizan recursos escasos, y deben competir entre
sí, en la distribución presupuestaria. La sociedad ha
de decidir cuánta educación desea consumir sin olvi-
dar que con ello sacrifica la satisfacción de otras ne-
cesidades básicas.
Entre la economía y la educación se dan numerosas
relaciones e interacciones. Los procesos educativos
integran, implican y determinan diversos aspectos
económicos de importancia para su funcionamiento.
Son estos puntos de intersección entre la economía y
la educación los que determinan el análisis econó-
mico de los procesos educativos. Por esta razón, las
consideraciones económicas sobre la educación son
importantes e ineludibles, ya que esta absorbe una
cantidad de recursos productivos que podrían dedi-
carse a otras prioridades. Una vez que los recursos

31
productivos y económicos son destinados a la educa-
ción, pueden ser utilizados con mayor o menor efec-
tividad y eficiencia. Del grado de efectividad y efi-
ciencia con que se administren los recursos depen-
derá el beneficio de la educación, obtenida a partir
del control económico de los costos y del cálculo de
los beneficios que genera.
La economía puede aportar a la educación sus mode-
los de gestión que garantizan una administración efi-
caz de los recursos económicos destinados a la ense-
ñanza, y que aumentan así su rendimiento. A partir
de estos planteamientos, la educación superior cons-
tituye uno de los instrumentos principales con que
cuenta el Gobierno de Puerto Rico en su intento de
estimular el crecimiento y desarrollo económico del
país. El gasto público destinado a esta finalidad es
considerado, por consiguiente, una inversión de fu-
turo. La oportunidad que supone la educación en ge-
neral, y particularmente la educación superior, para
consolidar el crecimiento y posterior desarrollo eco-
nómico, no es ajena en nuestro país. Desde el nivel
preescolar hasta la educación superior, el acceso a la
educación de calidad tiene un valor social intrínseco,
que se refleja en una población mejor preparada, un
mayor bienestar y una fuerte cohesión social. Por
tanto, el nivel educativo se considera un indicador
clave del desarrollo humano de cualquier país.
Ante la crisis actual, Puerto Rico ha perdido el ca-
mino que conduce hacia el crecimiento y desarrollo
económico, por lo que la educación tiene un papel
crítico, tanto para mejorar las habilidades y capaci-
dades productivas, como para promover la integra-
ción y la movilidad social. Las instituciones de edu-
cación superior son las que proporcionan esta forma-
ción, encaminadas a alcanzar el progreso tecnoló-
gico, la creación e innovación del conocimiento, di-
rectamente ligada a la investigación científica y, por
lo tanto, a la formación de científicos. Además del
impacto directo de la educación superior en el creci-
miento y desarrollo socioeconómico del país, el
avance educativo tiene un efecto directo en la remu-
neración personal. El nivel de educación alcanzado
se asocia a ingresos más altos.
De otra parte, la educación, tiene un impacto poten-
cial directo en la igualdad económica de la sociedad.
No es sorprendente encontrar que, mientras menos
educada sea la población de un país, menor será el
ingreso per cápita, y tal vez esté más concentrada la
32
distribución del ingreso nacional. Por tanto, si la edu-
cación es una inversión que aumenta los ingresos in-
dividuales, su efecto social es el alimento de los in-
gresos colectivos de la sociedad en su conjunto. Es
decir, la educación genera también unos rendimien-
tos sociales de tipo económico. Esto muestra otro
punto de estrecha relación entre educación y econo-
mía; la contribución de la educación al crecimiento
económico de las sociedades.
A partir de este contexto socioeconómico, resulta
evidente que Puerto Rico enfrenta el reto urgente de
alcanzar altas y sostenidas tasas de expansión econó-
mica y de generación de empleos a fin de aliviar la
actual precariedad económica. Para lograrlo, es ne-
cesario actualizar la estructura productiva e identifi-
car fuentes de inversión de capital, para competir en
los mercados, no sobre la base de salarios bajos, sino
de mayor valor agregado y de complejidad tecnoló-
gica. Dicha transformación requiere de capital hu-
mano calificado y de un sector empresarial dinámico
con un fuerte compromiso innovador. Tal combina-
ción es indispensable para reducir la brecha entre el
ritmo de progreso tecnológico y científico, y al final
de cuentas del desarrollo económico del país.
Sin duda, la Universidad de Puerto Rico es fuente de
la vasta proporción de investigación científica y la-
bor creativa, del total que se realiza en el país. En este
sentido resulta relevante identificar los principales
retos que enfrenta la Universidad de Puerto Rico
(UPR), con el objetivo de capacitar a la población
para hacer frente a la revolución tecnológica y cien-
tífica en un contexto cada vez más globalizado, como
exponente de la formación y de la producción de co-
nocimiento en la sociedad. En principio, fortalecer la
UPR es un factor clave para aumentar la competiti-
vidad de la estructura productiva y acceder a un nivel
de alta expansión económica de largo plazo. Cierta-
mente, la UPR mantiene el avance de la ciencia y la
tecnología; sin este conocimiento sería altamente im-
probable que Puerto Rico alcanzara el desarrollo eco-
nómico.
Es importante destacar que, al analizar los efectos
económicos de la universidad pública, los argumen-
tos se centran solo en la erogación de presupuesto
que representa para el país. Más aún, a nuestro juicio,
este impacto económico es solo un aspecto de su in-
fluencia social en el país y no necesariamente el más
relevante. De hecho, se comparte el punto de vista de
que la universidad pública es la conciencia de la so-
ciedad de la que emergen. La UPR ha sido verdade-
ramente influyente y fundamental para la construc-
ción y el reforzamiento de los valores democráticos
en nuestro país.
El primer centro docente del país desempeña un pa-
pel clave en la enseñanza y en la investigación, así
como en el campo de las artes y de las ciencias. La
universidad pública ha sido tradicionalmente una
puerta de entrada a la educación superior para la
clase media y la clase baja, carentes de medios para
costear una formación privada de nivel. Estas funcio-
nes fortalecen la cohesión social, la formación de ca-
pital humano y la difusión del conocimiento. En sín-
tesis, y por las razones antes expuestas, la contribu-
ción de la universidad pública al crecimiento y desa-
rrollo económico en Puerto Rico engloba una amplia
gama de funciones de carácter social, cultural y polí-
tico que no puede ser evaluada exclusivamente en
términos de su impacto económico. En particular, la
universidad pública cumple un papel fundamental de
preservación y expansión de nuestra cultura y heren-
cia histórica, asunto de mayor importancia, sobre
todo en el actual contexto de la globalización.

Artículo

EL PROBLEMA ESTRUCTURAL DEL CRECIMIENTO Y DESARROLLO

ECONÓMICO DE PUERTO RICO
Luis R. Rodríguez Rodríguez, Ph.D.
UPR – Humacao

“La explicación de la pobreza, el desempleo, las actividades economía mundial y los mercados, son las únicas que
informales, la falta de competitividad y de productividad, va presentan mejores indicadores económicos. A pesar
más allá del paradigma de dejar que el mercado se encargue
de la economía”.
del fracaso en la estructura económica, no se avista
una sola insinuación por parte del Gobierno para co-
La situación por la que atraviesa la economía puerto- rregir su política. La entelequia para enfrentar esta
rriqueña denota un agotamiento del modelo econó- situación profundiza los problemas económicos y so-
mico que se manifiesta a través de las crisis que ge- ciales. La única solución es reactivar la producción
neran los problemas estructurales. Estos problemas de bienes y servicios.
son de largo arrastre, y no han permitido el desarrollo
de nuestra competitividad. Las reformas estructura-
les son cambios que debieron haberse realizados
hace años, cuando el desarrollo económico debió en-
focarse en el largo plazo, cuando la situación era más
propicia y el crecimiento más estable. En este mo-
mento, los problemas estructurales requieren profun-
das transformaciones, alineadas con un desarrollo
sostenible, que alcancen a las futuras generaciones.
Si las reformas estructurales se hubiesen realizado en
La causa de la Riqueza de las Naciones fue probada
el tiempo adecuado, nuestra economía no estaría en
por Adam Smith hace poco más de dos siglos y no ha
la situación que se encuentra. Para ejemplificar este
logrado ser refutada. La producción de bienes y ser-
planteamiento, solo basta ver el caso de las econo-
vicios, hasta el día de hoy, es el proceso de transfor-
mías emergentes en Latinoamérica, que realizaron
mación de materiales y energía más importante y la
los cambios estructurales en su debido tiempo. Al
actividad que más prosperidad ha generado a la hu-
presente, a pesar de las condiciones de recesión de la
manidad. Es la producción y no el comercio, la
33
fuente de riqueza de un país. La explicación más sen-
sata de la pobreza, el desempleo y el atraso que su-
fren las mayorías, está en que Puerto Rico no es ca-
paz de producir internamente gran parte de los bienes
que utiliza y consume a diario, como lo hacen las
principales potencias económicas del planeta. Aun
cuando Puerto Rico cuenta con el factor de produc-
ción tierra, se inició la pérdida de la soberanía ali-
mentaria al decidir no producir alimentos.
De otra parte, los cambios planteados en el ámbito
político presentan un marcado enfoque centrado en
el periodo correspondiente al cuatrienio de gober-
nanza. En campaña, la ambición por el poder lleva a
los candidatos a proponer objetivos inalcanzables, y
por tanto a mentir y engañar a los electores. Después,
el tiempo borrará las promesas, y los nuevos candi-
datos podrán tomar las banderas ya enarboladas, o en
todo caso se podrá justificar con mayor o menor ele-
gancia por qué no se cumplió lo prometido. Pretextos
y justificaciones hay muchas, la más socorrida en la
actualidad por los políticos es que no se contó con el
apoyo adecuado de la rama legislativa para llevar
adelante las reformas propuestas por el ejecutivo. Por
tanto, no es responsabilidad del ejecutivo, sino de los
legisladores al frenar las estrategias propuestas.
En estas líneas no gestiono la explicación de los pre-
carios resultados que todos tenemos a la vista en ese
argumento simplista. En cambio, sin necesidad de
acusar o responsabilizar a unos u otros, intentaremos
una explicación general de las causas del fracaso en
que han incurrido la presente y las pasadas adminis-
traciones, más aún, explicar porque las futuras admi-
nistraciones pueden cometer los mismos errores. Los
34
límites del crecimiento y desarrollo económico tras-
cienden las buenas y malas intenciones, también va
más allá de las mentes y el entendimiento corto de
aquellos que todo lo enmarcan en el paradigma del
libre mercado o la política partidista. La comprensión
de la economía está más cerca de la población en su
vida cotidiana y tiene mucho más que ver con el sen-
tido común. La explicación de la pobreza, el desem-
pleo, las actividades informales, la falta de competi-
tividad, de productividad, de desarrollo tecnológico
y científico, va más allá del paradigma de dejar que
el mercado se encargue de la economía.
Una forma elegante de que el Estado no asuma su
responsabilidad social, política y económica es decir
que el mercado es el mecanismo que logra eficiente-
mente el equilibrio y todos los agentes maximizan su
bienestar. En este punto, tras conceptos tan elegantes
la población concluye que la intervención del Estado
en la economía ha de ser el causante de todos los ma-
les. Pero los hechos nos muestran que nuestros pa-
dres en las décadas de1950 y 1960 hicieron mucha
más riqueza que nosotros al inicio del siglo 21, con
todo y que contamos con más recursos y conocimien-
tos. El simplismo del pensamiento económico actual
ha llevado a una falsa dicotomía entre el Estado y el
mercado. Y como el mercado se asume como la eco-
nomía, entonces se llega linealmente a que a más Es-
tado menos economía. Por tanto, debemos reducir al
Estado, y su responsabilidad para hacer frente a los
problemas de crecimiento, bienestar, distribución del
ingreso, eliminación de la pobreza y respeto al medio
ambiente y nuestro entorno ecológico.
Dejando de lado esas explicaciones que van con la
teoría del mercado, la política, de la lucha electoral y
del reduccionismo del pensamiento dominante, los
problemas que enfrenta el País, en este momento, re-
quieren ya no de reformas estructurales, sino trans-
formaciones profundas de sus estructuras producti-
vas. El crecimiento económico en Puerto Rico en-
frenta problemas de tipo estructural que se han ve-
nido gestando y complejizando desde la pasada dé-
cada. Los problemas estructurales son verdaderos lí-
mites al crecimiento económico que, si no son en-
frentados y atacados con políticas y estrategias eco-
nómicas de largo plazo, donde participe el Estado, la
empresa privada, y la sociedad en su conjunto, no po-
drán ser resueltos.
Problemas estructurales versus reformas estruc-
turales
Es oportuno distinguir entre problemas estructurales
y reformas estructurales. Estas últimas se refieren a
la ola de cambios institucionales y legales que bus-
can flexibilizar las relaciones laborales para facilitar
el funcionamiento de las empresas y abaratar los cos-
tos de mano de obra para la misma. En cambio, los
problemas estructurales se refieren, entre otros as-
pectos, a la desigualdad en el desarrollo entre el sec-
tor industrial, agropecuario y de servicios; la orienta-
ción a la producción de bienes finales y no producir
bienes intermedios, ni bienes de capital, esto cons-
triñe que para aumentar la producción se necesite im-
portar bienes intermedios y de capital, lo que resulta
en una dependencia con respecto al exterior. En el
caso del sector agrícola, el abandono de la industria
es lo que ha hecho cada vez más dependiente al País
de las importaciones de productos agrícolas. El
triunfo del concepto ortodoxo de mercado ha impli-
cado el abandono de la economía nativa a manos de
las grandes empresas internacionales, y a concluir
que la mejor política industrial que existe en este
mundo es la que no existe. La aberración de esta doc-
trina ha llegado a sus extremos en Puerto Rico, por
lo que en la actualidad no contamos con una política
de crecimiento y desarrollo económico, ni de indus-
trialización, ni agropecuario, ni de ciencia, ni de tec-
nología, entre tantas otras. Después de todo para qué,
si la mejor solución es la que da el mercado.
Nuestra aportación a la discusión, es mostrar y com-
partir con el lector que, ante los problemas cíclicos
de inflación, estancamiento y sus consecuencias en
la agudización de la pobreza, la concentración del in-
greso y la brecha que nos separa del resto del mundo
en crecimiento y desarrollo económico, la isla de
La AEPR no somos responsables por los comentarios en los artículos, respetamos el derecho
de cada autor/a.
35
Puerto Rico está presa de una industrialización
trunca que nos hace dependientes del exterior, y que
cada periodo de crecimiento se vuelve contra sí,
como un estrangulamiento externo en la forma de
una creciente demanda de mercado que nos regresa
al estancamiento y agudización de la pobreza. Este
diagnóstico da lugar a oleadas de agua fría en forma
de restricción fiscal. El resultado ha sido un ciclo de
inflación, estancamiento y desempleo. El error bá-
sico consiste en ese diagnóstico del mal y la política
económica a aplicar, que conduce cíclicamente a
unos niveles de vida cada vez más deteriorados, así
como a un mercado interno cada vez más endeble.
Por tanto, condena a la economía y a los puertorri-
queños a este estado de cuasi estancamiento que vi-
vimos.
Pero existe una alternativa para romper los límites
estructurales del desarrollo. Esta consiste en desarro-
llar e instrumentar una política de crecimiento y
desarrollo sustentable de largo plazo que comprenda
estrategias de desarrollo en el sector industrial, agro-
pecuario, científico, social, tecnológico, ecológico y
sobre todo de eliminación de la pobreza, mediante la
creación de nuevos escenarios de trabajo, que nos
conduzca a participar de los frutos del desarrollo de
la economía mundial. De esta manera, se generarían
cientos de empleos formales que reemplazarían el re-
busque en los semáforos, hoy convertidos en emplea-
dores de la fuerza laboral desplazada en el país. Si no
se rompen los límites del desarrollo, los problemas
estructurales volverán a repetirse periódicamente, y
los círculos perversos que la economía nacional pa-
dece seguirán reproduciéndose y magnificándose. El
resultado es que la brecha que nos separa de los de-
más países en desarrollo continuará ensanchándose
en contra de las condiciones de vida de los puertorri-
queños.
 Artículo
LAS COMPLEJIDADES DEL DESARROLLO
José J. Villamil
Economista
Estudios Técnicos, Inc.
Introducción
No hay que ser un genio para entender que los siste-
mas complejos requieren una manera distinta de ma-
nejo. Una economía, por ejemplo, requiere una ma-
nera muy distinta de manejo que una empresa. Esa
diferencia surge de que el nivel de complejidad es
mucho mayor en una, la economía, que en la otra, la
empresa y cada una requiere acercamientos y cono-
cimientos muy distintos (Paul Krugman, “A Country
is not a Company”, Harvard Business Review,
January/February, 1996).
Esta columna surge del interés que hemos tenido en
Estudios Técnicos, Inc. sobre el tema de manejo de
sistemas complejos y por la preocupación de que el
desarrollo se haya tratado como un proceso más sen-
cillo de lo que es y esa simplificación ha conllevado
el que las iniciativas de desarrollo, por bien intencio-
nadas que hayan sido, no han sido exitosas.
36
“Fools ignore complexity...Geniuses remove it.”
Alan Perlis
Trasfondo
La relación entre complejidad e incertidumbre está
demostrada. Los sistemas complejos son contraintui-
tivos y en ellos no hay relaciones de causa y efecto
lineales. En muchas ocasiones las intervenciones en
sistemas complejos generan lo que se ha llamado
consecuencias de segundo orden o no anticipadas
que se convierten en el resultado principal de esa in-
tervención. Además, la complejidad aumenta el nivel
de riesgo, precisamente por lo anterior. Hay muchos
ejemplos de cómo el no entender las implicaciones
de la complejidad ha llevado al desastre. Posible-
mente el ejemplo más conocido fue la construcción
de la represa de Aswan en Egipto. Construida para
evitar las inundaciones en la zona agrícola del delta,
la represa causó intrusión salina que afectó la pro-
ductividad de los terrenos, impacto la pesca en el Me-
diterráneo, y tuvo un efecto perverso en la agricul-
tura. En Malasia, eliminar los mosquitos con DDT
llevó a la proliferación de ratas por un complejo con-
junto de eslabonamientos que incluyó el que gatos
murieran por comerse a lagartos que, a su vez, habían
consumido DDT.
No todos los incidentes tienen que ver con el medio
ambiente.
En Puerto Rico, las consecuencias de no incorporar
los riesgos en el esquema de toma de decisiones lle-
varon a la decisión de basar la estrategia de desarro-
llo en las refinerías de petróleo y las petroquímicas.
Los riesgos eran inmensos: económicos, geopolíti-
cos, ambientales y por la fragilidad que resultaba de
depender de decisiones del Congreso. El costo toda-
vía está con nosotros de no incorporar el elemento de
riesgo en el proceso decisorio.
Otro ejemplo interesante fue la eliminación de la
Sección 936 del Código de Rentas Internas federal.
El Tesoro argumentó que eliminar dicha Sección re-
sultaría en aumentos importantes en sus recaudos. El
resultado fue que no pasó tal cosa porque El Tesoro
y el Congreso no entendieron la complejidad del en-
torno financiero global. Las empresas 936 sencilla-
mente adoptaron otra Sección del Código bajo la cual
operar. Aparentemente, el Tesoro y el Congreso pa-
saron por alto la manera como las empresas multina-
cionales se organizan y operan en el nuevo contexto
global. Otro ejemplo interesante es el caso de los de-
rivados (hedges) en el sector financiero. Diseñados
para eliminar la incertidumbre para la empresa indi-
vidual, generan incertidumbre y aumentan el riesgo
para el sistema total, algo que quedó claramente de-
mostrado en la crisis financiera de 2008.
¿Qué tiene que ver lo anterior con el desarrollo de
Puerto Rico?
En muchos aspectos en Puerto Rico hemos sido víc-
timas del éxito logrado en hacer crecer la economía
en los años cincuenta y sesenta. A partir de entonces
lo que ha caracterizado el pensamiento sobre la polí-
tica económica ha sido una visión simplista del en-
torno dentro del cual nuestra economía evoluciona y,
no menos, de la complejidad del proceso de desarro-
llo. Esto se debe a querer transferir al Siglo XXI las
recetas que funcionaron hace seis décadas. Ese éxito
tuvo mucho que ver con la existencia de un liderato
que garantizó continuidad a los esfuerzos de estímulo
económico, a que hubo una emigración masiva y al
hecho de que los Estados Unidos era, mucho más que
37
en la actualidad, la economía dominante en el
mundo. Por esa razón, entre otras, el entorno dentro
del cual nuestra economía se desenvolvía era uno
mucho menos volátil que el actual.
El éxito también se debió a que no había competencia
para nuestros programas de industrialización, como
la hubo posteriormente. El mundo cambió y no nos
percatamos de la necesidad de nosotros tener que
cambiar para ajustarnos a esa nueva realidad. Ya en
los ochenta era clara la tendencia que nos llevaría al
desastre fiscal, y era evidente que los incentivos fe-
derales que mantuvieron al sector industrial, la Sec-
ción 936 y la Sección 482, no eran permanentes ni
tan efectivas como lo fueron en otro contexto.
Cuando se eliminaron en el 1996 no había una estra-
tegia claramente delineada para sustituirlas.
PROMESA y la Junta de Supervisión – que se ha
convertido en una Junta de Control –ha hecho invia-
ble o, al menos, muy difícil, cualquier intento de re-
dirigir la economía.
Las medidas implantadas recientemente por la Ad-
ministración actual (2021-2025), son ejemplo de
algo que he mencionado en varias ocasiones y es que
en Puerto Rico actuamos tácticamente y no estratégi-
camente, que los enfoque son puntuales y no sistémi-
cos. Precisamente lo contrario a lo que se requiere
en el entorno actual. Lo que aún falta es una visión
clara de donde queremos estar en 10 o 15 años no
solo en los agregados económicos como el nivel del
PNB, sino en otros temas más complejos como son
la estructura de la economía y el papel de las empre-
sas locales, la distribución del ingreso y la riqueza, la
pobreza, y otros. En fin, en vista de la complejidad
que supone el desarrollo hay que moverse de progra-
mas a estrategias y de estas a una visión de la socie-
dad deseada y de la cual se desprendan esas estrate-
gias.
Hemos supuesto que el futuro económico de Puerto
Rico dependerá del éxito que tengamos en movernos
a una economía enfocada en estrategias relacionadas
a la economía del conocimiento, un sector de manu-
factura en que la tecnología es medular y en crear la
infraestructura que esa transformación requiere. So-
bre esto hay un amplio consenso. Puerto Rico no
puede competir en función de costos bajos, ventajas
contributivas o el acceso a la economía de los Esta-
dos Unidos. Pero, esa economía a la cual aspiramos
es de un nivel de complejidad mucho mayor de lo que
era la economía en los pasados años.
La biotecnología es, por ejemplo, infinitamente más
compleja en términos de la diversidad de sus compo-
nentes, los recursos necesarios, los procesos de pro-
ducción y las aplicaciones, que los sectores que fue-
ron la punta de lanza del crecimiento económico an-
teriormente. La manufactura de este y otros sectores
en que la tecnología es el factor de producción prin-
cipal, cambian a una velocidad y de maneras que es
difícil prever.
Los riesgos que conllevan el cambio tecnológico ace-
lerado y la incertidumbre que se genera en estos sec-
tores es muchísimo mayor que en sectores como los
textiles, ropa, equipo eléctrico y algunos otros. Esto
introduce la necesidad de que el manejo de riesgo sea
un componente intrínseco del proceso de toma de de-
cisiones en empresas y, más importante aún, en el
sector público. Los entes que formulan la política in-
dustrial deben incorporar en los procesos de toma de
decisiones, como elemento central de dichos proce-
sos, el análisis y manejo de riesgo. En un entorno
muy complejo e incierto, el perfil de riesgo de la eco-
nomía de PR es altísimo pues incluye todo un con-
junto de riesgos, además de los ambientales, geopo-
líticos (la guerra en Ucrania), económicos (aumentos
en precios de materia prima), políticos (decisiones
del gobierno federal) y otros.
La política de desarrollo basada en la promoción de
actividades intensivas en tecnología puede resultar
en consecuencias totalmente inesperadas si el cono-
cimiento es incompleto de los elementos que confor-
man estos sistemas complejos y de cómo se interre-
lacionan. Movernos en esta dirección requerirá cono-
cimientos más precisos de los sectores, las tecnolo-
gías, los jugadores clave, los cambios que pueden es-
tar ocurriendo en la distribución geográfica de la pro-
ducción del sector y sus consecuencias. Esto último
es particularmente necesario en vista de los cambios
que están ocurriendo en el mapa económico, inclu-
yendo la migración del centro de gravedad econó-
mica del Atlántico al Pacífico y la creciente impor-
tancia de China e India. A la vez, requiere que pen-
semos en una ruta paralela al desarrollo en donde se
le dé la misma importancia al desarrollo del capital
local, al aumento en los eslabonamientos internos y
a los temas de la pobreza, la desigualdad y la movi-
lidad social.
38
Complejidad y desarrollo
Para tratar con sistemas complejos y eliminar las
consecuencias de su complejidad, lo primero es en-
tender de qué se trata la complejidad. Hace unos
años, en Perspectivas (abril de 2011), se publicó una
bibliografía sobre el tema. En la introducción a esa
bibliografía se mencionó lo siguiente:
La complejidad no tiene una definición precisa que
permita, sin ambigüedad, tirar una línea entre lo que
es un sistema complejo y uno que no lo es. Un sis-
tema se hace más complejo en la medida en que au-
menta el número de sus componentes y las interrela-
ciones entre ellos, en que aumenta sus eslabona-
mientos con el entorno y en la medida que refleja un
comportamiento que no necesariamente es el que se
esperaría del comportamiento individual de sus
componentes. La complejidad puede verse como la
condición resultante de la evolución de un sistema,
aunque éste no siempre es el caso….
La combinación de apertura y complejidad genera
situaciones muy distintas a las que se esperaría en
función de los resultados obtenidos en los sistemas
originadores. En un caso son parte de un proceso de
evolución, en el otro causan rupturas y son causan-
tes – para bien o para mal - de cambios en los siste-
mas económicos, sociales y físicos…. El resultado es
lo que hemos llamado la “complejidad impuesta”.
Es pertinente mencionar, además, que el desarrollo
de nuevas tecnologías que permiten lo que en inglés
llaman “increasing return economics” estimula el
surgimiento de mayor complejidad en los sistemas
económicos.
El problema en los casos de “complejidad impuesta”,
contrario a situaciones en que la complejidad es re-
sultado de la evolución de los sistemas económicos,
sociales e institucionales, es que estos no han evolu-
cionado al nivel de sofisticación que se requiere para
manejar las consecuencias de esa “complejidad im-
puesta”. Esto ha sido particularmente notable cuando
se insertan en las economías empresas que se carac-
terizan por “increasing return economics”, Micro-
soft, google, Apple, Amazon y algunas otros. Los sis-
temas de regulación de las estructuras de mercado no
han tenido los instrumentos para manejar ese nuevo
nivel de complejidad y las consecuencias no han sido
del todo favorables, creándose situaciones en que se
elimina la competencia en algunos mercados.
Hay otras definiciones de complejidad. Por ejemplo,
The Atlas of Economic Complexity: Mapping Paths
to Prosperity, (MIT Press, Cambridge, 2013), la de-
fine de esta manera: “The amount of productive
knowledge that a society uses is reflected in the vari-
ety of firms it has, on the variety of occupations these
firms require and in the extent of interactions be-
tween firms. Economic complexity is a measure of
how intricate this network of interactions is and
hence of how much productive knowledge a society
mobilizes.”
La implicación de lo anterior es que desarrollo es, en
cierto sentido, sinónimo de mayor complejidad. No
obstante, esta definición supone que el desarrollo de
mayor complejidad es el resultado de un proceso que
podríamos llamar “complejidad orgánica”, eso es,
que surge de la evolución del propio sistema. Con-
trasta con lo que hemos clasificado como “compleji-
dad impuesta”, que surge independientemente de
cómo evoluciona el sistema económico, social e ins-
titucional.
¿Cómo manejar la complejidad”
“For every complex problem there is an answer that
is clear, simple and wrong”
H. L. Mencken
39
La cita de Mencken nos debe alertar a que no enten-
der los retos que supone la intervención en sistemas
complejos lleva a error. Eso ocurre cuando se buscan
soluciones únicas o puntuales a problemas comple-
jos. Es evidente como se dijo al comienzo de esta
nota que el desarrollo es un proceso complejo por sus
muchas dimensiones (económicas, sociales, cultura-
les, ambientales), por las complejas relaciones entre
estas y por los muchos intereses involucrados en el
proceso. Por eso es que la simplificación del proceso
de desarrollo, convirtiéndolo en listas de medidas
puntuales no es la mejor manera de abordarlo. Por
eso también, en sistemas complejos, la improvisa-
ción puede ser fatal, precisamente por las consecuen-
cias inesperadas que pueden surgir de pensar que las
relaciones lineares de causa y efecto son suficientes.
En un entorno cada vez más complejo en términos
sociales, tecnológicos y económicos, la improvisa-
ción y la intuición pueden tener consecuencias suma-
mente negativas.
El desarrollo es un proceso complejo y debe tratarse
como tal. Robert Solow, un gran economista, lo puso
de esta manera: A list of ingredients is not enough to
make a dish. En otras palabras, la política de desarro-
llo requiere integración de los distintos sistemas y en-
tender las maneras como se relacionan para lograr un
resultado, que es el desarrollo esperado (el “dish” de
Solow). John H. Miller, en su libro A Crude Look at
the Whole: the Science of Complex Systems in Busi-
ness, Life and Society, (Basic Books, New York,
2015) señala lo mismo que sugiere Solow: Reduc-
tionism fails because even if you know everything
possible about the individual pieces that compose a
system, you know very little about how those pieces
interact with one another when they form the system
as a whole. De ahí que las políticas de desarrollo de-
ben partir de un entendimiento de como los distintos
componentes del desarrollo – económicos, sociales,
institucionales, etc. – se interrelacionan y, en una
economía tan abierta como la nuestra, como estos se
relacionan con el entorno externo. Entender esas in-
terrelaciones es clave y absolutamente necesario.
Permite entender, no solamente cuales son los ele-
mentos medulares del sistema, sino que también per-
mite identificar los puntos de intervención más efec-
tivos, en el lenguaje de la Teoría de Sistemas, los de
mayor centralidad.
Las estadísticas son importantes pero históricas. El
tipo de información que se requiere en entornos de
cambio frecuente y de creciente complejidad está li-
gado a lo que se ha llamado el foresight function, la
capacidad de generar inteligencia sobre los cambios
esperados en temas clave como la tecnología, los
cambios en mercados, inclusive los geopolíticos.
Esta capacidad resulta particularmente necesaria
para una economía como la de Puerto Rico que es en
extremo abierta y es, como consecuencia de esa aper-
tura, una economía que puede catalogarse como una
que es price taker, en fin, que está sujeta a shocks
externos sobre los cuales tiene poca o nada de in-
fluencia. En el entorno global actual contar con esta
capacidad es imprescindible. Conjuntamente con
esta capacidad es necesario contar con lo que he lla-
mado “competencia estratégica”, la capacidad de
convertir esa inteligencia en medidas de política del
desarrollo de manera ágil y efectiva que mitiguen,
aunque sea parcialmente, las consecuencias de ser
una economía price taker.
En términos analíticos, el entendimiento de sistemas
complejos ha mejorado con el desarrollo de modelos
que permiten simular cambios en los sistemas. Estos
se han hecho posible por la evolución de la capacidad
40
de computación. El primero de estos modelos se
desarrolló hace unos cuarenta años por el Club de
Roma y la Fundación Bariloche. Posteriormente, en
el CENDES de Venezuela se completó un proyecto,
Estilos de Desarrollo, que permitió desarrollar visio-
nes alternas del futuro del país tomando en cuenta un
conjunto de variables tanto internas como del en-
torno. En años recientes han sido muchos los mode-
los de ese tipo que se han desarrollado.
Lo importante de contar con esa capacidad de mode-
laje es que permite la creación de escenarios alternos
en función de distintos supuestos. En un entorno de
volatilidad e incertidumbre la construcción de esce-
narios provee una mejor manera de entender los sis-
temas y su proyección que los modelos lineales que
tradicionalmente asociamos con los procesos de pro-
yección económica. Proyectar cambios cuando hay
falta de continuidad en los procesos, por ejemplo, el
cambio tecnológico, no puede hacerse con técnicas
que requieren continuidad. Es en estos casos en que
la construcción de escenarios es particularmente útil.
La empresa Shell fue pionera en el uso de escenarios
en la planificación y los usó por la incertidumbre que
existía en cuanto al precio del petróleo. La Rand Cor-
poration usó los escenarios para poder desarrollar in-
teligencia sobre el cambio tecnológico y sus implica-
ciones para la defensa. Para construir los escenarios
utilizó un instrumento llamado DELPHI. El uso cre-
ciente de escenarios en la planificación de empresas,
países y regiones es un reconocimiento de que nos
encontramos en un mundo cada vez más complejo e
incierto.
En fin, y como se dice al comienzo de esta nota, no
hay que ser genios para eliminar la complejidad. Hay
maneras de entenderla, de intervenir con ella y de po-
der lograr los objetivos del desarrollo en un mundo
complejo e incierto. El peor error sería simplificar el
proceso de desarrollo y pensar que medidas puntua-
les, que posiblemente logren dar un impulso a la eco-
nomía o a algún sector, son la manera de lograr el
desarrollo. Igualmente, hablar de desarrollo sin reco-
nocer la necesidad del manejo de riesgo como parte
intrínseca del proceso de desarrollo puede llevar a
consecuencias muy negativas.
 Artículo
THE FORMATION OF A SINGLE REGION? THE CASE OF NORTH AMERICA
Héctor Romero-Ramírez, M.A.
Economista
Introduction
Mexico and Canada share borders with the United
States of America (US), which is one of the reasons
why the three countries have comparative ad-
vantages to exploit. This geographical reality gradu-
ally led the three countries to take initiatives to stim-
ulate trade and integration in North America. In the
case of the bilateral relationship between Canada and
the US, it is essential to note that both countries had
the Free Trade Agreement (FTA) on the automotive
industry in 1965 and then signed the FTA of 1987;
the latter was known as Canada-United States Free
Trade Agreement (McCaffery, 1991; Aroche, 2001,
2003; Aroche & Márquez, 2016a). While the case of
41
the bilateral relationship between Mexico and the
US, these countries did not have an FTA prior to the
1990s.
However, during the 1980s, Mexico abandoned im-
port substitution policies and began to establish pol-
icies for the gradual opening of the economy; an ex-
ample of this was Mexico's entry into the General
Agreement on Tariffs and Trade. Later, during the
late 1980s, the President of Mexico, Carlos Salinas
de Gortari, established policies consistent with the
Washington Consensus, such as fiscal discipline, pri-
vatization of public goods, market deregulation, and
whole opening to international trade. These initia-
tives led Mexico to propose a trade agreement with
the US, and Canada showed interest in participating
in a trilateral FTA for North America. This agree-
ment was known as the North American Free Trade
Agreement (NAFTA) and entered into force on Jan-
uary 1, 1994.
In this context, authors such as Serra (2015) argue
that since NAFTA entered into force, a single eco-
nomic region has been formed due to the synchroni-
zation in Mexico, Canada, and the US business cy-
cles. However, the majority of the literature shows
empirical evidence only on the synchronization in
the business cycles of Mexico and the US (Albarrán
et al., 2022; Calderón & Hernández, 2017; Miles &
Vijverberg, 2011; Mejía et al., 2006). The position of
Serra (2015) is challenged by other authors such as
Aroche & Márquez (2016b), since these authors
point out that North America and, consequently,
NAFTA is divided into two significant bilateral rela-
tions, one of them is made up of Mexico and US and
the other for Canada and US. In other words, Canada
and Mexico do not have a significant relationship
(Aroche & Márquez, 2016b).
In terms of trade integration, the studies by Romero
(2022) and Romero-Ramírez (2023) contribute by
studying the trade relations between the North Amer-
ican economies. Romero-Ramírez (2023) focused on
the pre-NAFTA era, that is, the 1965-1990 period,
and Romero (2022) focused on one part of the
NAFTA era, particularly the 1995-2011 period. Var-
ious techniques of the Input-Output model were used
to carry out these analyses, mainly a dependency var-
iable developed by Motohashi (1998). Under this
analysis, if the dependency index is higher than 1%,
the production of country 𝑖 will change more propor-
tionally to the changes in the final demand of country
𝑗 (Luciano, 2005). Therefore, this position on de-
pendency is not linked to sociological or political as-
pects, as has been proposed by authors such as Car-
doso & Faletto (1978).
What follows is a summary of the results of Romero-
Ramírez (2023) and Romero (2022). These results
and their summary will focus on several aspects, for
example, the integration of Mexico and Canada with
the US prior to NAFTA. Subsequently, a part of the
NAFTA era (1995-2011) will be discussed from var-
ious perspectives, not only the integration of Mexico
and Canada with the US. For example, the integra-
tion between Mexico and Canada, the integration of
the US with its two trading partners in North Amer-
ica, and the relations of these three countries with the
rest of the world will also be discussed.
Integration and Trade Dependence in North
America (1965-1990)
As previously mentioned, between 1965 and 1990,
the US and Canada signed two FTAs. One was fo-
cused on the automotive industry, and the other was
not limited to a single industry. While in the case of
bilateral relations between Mexico and the US, no
FTA was signed during the reference period. How-
ever, Mexico stimulated trade links with the US
through the maquiladoras during the import substitu-
tion stage since maquiladora’s firms had to export all
their production (Castillo & de Vries, 2018). In addi-
tion, the Mexican Government began opening the
economy in the early 1980s.
In this context of partial trade liberalization (automo-
tive FTA), limitations to specific programs (maqui-
ladoras), and gradual opening of the Mexican econ-
omy, the study by Romero-Ramírez (2023) found
42
that Canada and Mexico showed evidence of higher
integration with the US over time because the aver-
age dependency/integration indices from Canada to
the US increased from 10.58% in 1965 to 19.94% in
1990. While in the case of Mexico, their average in-
dices increased from 2.63% in 1965 to 12.78% in
1990 (Romero-Ramírez, 2023). This characteristic
constituted the most significant similarity between
Canada and Mexico regarding their bilateral rela-
tions with the US. However, Mexico and Canada
showed evidence that they were integrated with the
US but with specific different characteristics. An ex-
ample of this finding is that no Canadian industry ex-
perienced volatility in its dependence on the US be-
tween 1965 and 1990 (Romero-Ramírez, 2023).
In contrast, the Mexican Coke, Refined Petroleum,
and Nuclear Fuel industry experienced significant
volatility between 1965 and 1975. Such volatility
may be due to the oil shocks of that period. Never-
theless, it is essential to clarify that this volatility was
not limited to the 1960s and 1970s since the depend-
ency index of that industry was 25.16% in 1985 and
became 8.53% in 1990.
Another important finding in the study by Romero-
Ramírez (2023) is that most of the Canadian indus-
tries with higher levels of integration concerning
their bilateral relations with the US are industries that
are not usually linked to manufacturing exports,
which is curious if it considered that during practi-
cally the entire period (1965-1990) the only FTA in
force was focused on the automotive industry. While
for Mexico, the industries with the most integration
with the US were those that can be linked to the
maquiladoras, such as Textiles, Textile, Leather and
Footwear, Electrical and Optical Equipment, and
Transport Equipment (Romero-Ramírez, 2023;
Bergin et al., 2009). These results may suggest that
Canada did not need a trade agreement to be highly
integrated with the US, and in the case of Mexico,
there was a match between the maquiladora program
and its integration with the US.

Integration and Trade Dependence in North
America (1995-2011)
As previously mentioned, under the Presidency of
Carlos Salinas de Gortari, the Government of Mex-
ico established a series of economic policies mainly
linked or associated with the Washington Consensus.
These economic policies led Mexico to propose a
trade agreement that would eventually bear the name
of NAFTA because it was a trilateral agreement be-
tween the North American economies. This agree-
ment entered into force on January 1, 1994. How-
ever, that was not the only event that occurred that
day since the Zapatista uprising occurred in Chiapas,
Mexico, during the New Year's festivities. This situ-
ation generated controversy about the "stability" of
this new US trading partner. Subsequently, Luis
Donaldo Colosio, the Presidential candidate of the
Institutional Revolutionary Party (IRP), was assassi-
nated on March 23, 1994, and José Francisco Ruiz
Massieu, Secretary General of the IRP, was assassi-
nated on September 28, 1994. These crises of a po-
litical nature led to a series of problems with the bal-
ance of payments in Mexico that led to the devalua-
tion of the peso, which generated capital flight (Biles,
2010). These situations led the Mexican economy to
a deep crisis in 1995.
In this context, Romero (2022) found that Canada
and Mexico did not have significant relationships be-
tween them from 1995-2011. The author reached this
conclusion using qualitative techniques of the Input-
Output model and Network Analysis. While using
the Motohashi (1998) dependency variable, Romero
(2022) found that the integration between Canada
and Mexico is minimal since, during 2011, Mexico
had an average dependency index of 1.47% concern-
ing its relationship with Canada; this is the only year
43
one of these countries exceeded an average 1% index
in their bilateral relations. In addition, it is essential
to note that Canada only presented significant rela-
tions with the US in the Trade Network between
1995 and 2011. While concerning dependency indi-
ces, Canada presented average indices of over 17%
between 1995 and 2011 (during 1995, it was 23.28%)
on its bilateral relations with the US (Romero, 2022).
Therefore, Canada shows evidence of being highly
integrated with the US.
Mexico presents a different scenario than Canada;
this is due to several reasons. For example, in the
Trade Network, Mexico presented significant rela-
tions with the US in 1995, 2005, and 2011. It is also
important to point out that Mexico maintained signif-
icant relations with the Rest of the World in 2005.
However, we must clarify that this result can be in-
terpreted as fiction due to how the database used by
Romero (2022) was structured. In addition, during
2011, the Mexican economy maintained significant
relations with China (Romero, 2022). These results
conclude that Mexico's leading trading partner dur-
ing 1995-2011 was the US.
However, the Mexican economy has diversified its
relations with other countries more, while Canada
still needs to. In terms of the average dependency in-
dices, Mexico showed some stability in its relation-
ship with the US but with a high level of integration;
this is because the average indices for Mexico were
15% for both years (1995 and 2011). Besides, Mex-
ico and Canada showed several similarities in terms
of the fact that the industries of both countries that
showed higher integration with the US were those
linked to manufacturing. From the perspective of the
integration of the US with its NAFTA trading part-
ners, it is possible to comment that the US economy
exceeded 1% in its average dependency indices.
Nevertheless, they were at most 3% indices, which
constitutes evidence of minimal integration with
Mexico and Canada. Also, the US in the Trade Net-
work shows significant relationships with other
countries (beyond Mexico and Canada).
Concluding Remarks
As mentioned above, after the establishment and en-
try into force of NAFTA, authors such as Serra
(2015) point out that an economic region of North
America has been formed. However, based on the re-
sults of Romero-Ramírez (2023), it is possible to in-
terpret that the high levels of integration of Canada
and Mexico concerning their trade relations with the
US did not originate after NAFTA entry into force;
this is because long before NAFTA these economies
began a significant integration process. In other
words, NAFTA strengthened these relations, but it
cannot be concluded that these economies began to
be integrated after NAFTA. Also, it is possible to
conclude that the results of Romero (2022) suggest
that North America is divided into two significant bi-
lateral relations. These relationships are made up of
Mexico-US and Canada-US. Therefore, these results
support the position of Aroche & Márquez (2016b)
and question the idea of a single region. The fact that
trade relations between Canada and Mexico are not
significant opens up new possibilities for these two
countries to reduce their dependence on the US, even
within NAFTA itself.
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Artículo

RESILIENCIA: CONCEPTOS Y APLICACIONES

Héctor Tavarez, Ph.D.
Catedrático Asociado
UPR - Mayagüez

Ricardo Santiago, Ph.D.

Ecólogo
US Forest Service

múltiples estudios. ¿Qué significa resiliencia? ¿Exis-

El concepto de resiliencia ha sido de interés no solo
para los investigadores, sino también para las agen-
cias gubernamentales y no gubernamentales. Tanto
así que se pueden observar múltiples proyectos sub-
vencionados por agencias que estudian la resiliencia
ante diferentes perturbaciones. Diversos estudios se
han enfocado en contribuir a la resiliencia de una re-
gión y, dependiendo del enfoque, se investigan temas
económicos, sociales y ambientales. Sin embargo, la
resiliencia ha sido difícil de evaluar y estudiar en
45
ten diferentes subtemas asociados a la resiliencia?
¿Por qué es importante entender el concepto de resi-
liencia entre diferentes disciplinas? En este ensayo
expandimos la discusión sobre el concepto de resi-
liencia y señalamos algunos casos que ameritan un
diálogo sobre la resiliencia en Puerto Rico.
El término resiliencia no es nuevo, pero se ha hecho
muy popular en las últimas dos décadas. Aunque los
significados son parecidos y atienden asuntos simila-
res, existen múltiples definiciones de resiliencia, lo
cual ha ocasionado confusiones y dificultades para
conceptualizar y llevar a cabo estudios empíricos.
Algunos definen resiliencia como la medida de la ca-
pacidad de un sistema, o parte de un sistema, para
absorber y recuperarse de la ocurrencia de un distur-
bio. Otros la definen como la capacidad para adap-
tarse a las situaciones adversas con resultados positi-
vos. También definen resiliencia como la capacidad
de un objeto o entidad para volver a su forma original
después de una perturbación. A pesar de que estas
variaciones en las definiciones se pudieran percibir
como algo negativo, también tiene sus aspectos posi-
tivos debido a que ayuda a entender el problema de
perturbaciones desde diferentes perspectivas y/o
conceptos.
El término resiliencia tiene significados diferentes
entre algunas disciplinas y las definiciones han evo-
lucionado a través del tiempo. El propósito de este
escrito no es expandir sobre la evolución de las defi-
niciones. En su lugar, el objetivo es utilizar las defi-
niciones más comunes para explicar el concepto de
resiliencia y entender algunas situaciones que ameri-
ten estudiar la resiliencia ante perturbaciones. Los
próximos párrafos discuten la resiliencia desde dife-
rentes disciplinas académicas y exponen algunos
ejemplos sobre cómo evaluar la resiliencia.
La resiliencia económica incluye tres atributos prin-
cipales: la capacidad de recuperarse rápidamente de
una perturbación (shock), la capacidad de resistir una
perturbación y la capacidad de evitar la perturbación
por completo. Existen diferentes casos donde se
puede estudiar el concepto de resiliencia económica
en Puerto Rico. Por ejemplo, se puede estudiar la re-
siliencia económica de los agricultores ante sequías
extremas. Es decir, se puede evaluar la capacidad de
los agricultores para recuperarse rápidamente de una
sequía, la capacidad de resistir la sequía y la capaci-
dad de evitar la sequía. Lamentablemente, la sequía
puede alterar a su vez la producción agrícola de dife-
rentes formas. Algunos elementos que se pueden
evaluar son los ahorros disponibles, cambios en in-
gresos proyectados, reservas de agua disponibles
(cisternas, pozos, etc.), habilidad de usar nuevas es-
trategias de preparación del terreno, obtención de
tecnologías para producir cultivos que requieran me-
nos consumo de agua, entre otros elementos que ayu-
den a entender la resiliencia económica. La evalua-
ción de estos elementos atiende cada uno de los com-
ponentes que definen la resiliencia económica. Note
que las perturbaciones económicas no hacen referen-
cia únicamente a desastres naturales. Se puede estu-
diar, por ejemplo, la resiliencia económica de las
compañías ante cambios en la demanda, precios, in-
flación o entrada de productores en un mercado com-
petitivo.
Resiliencia ecológica es la medida de la persistencia
de los sistemas y de su capacidad para absorber cam-
bios y perturbaciones y, aun así, mantener las mismas
relaciones entre poblaciones o variables de estado.
En el contexto de eventos atmosféricos, por ejemplo,
46
se puede estudiar la resiliencia ecológica de los eco-
sistemas afectados durante un huracán. Por ejemplo,
se pueden evaluar la capacidad de los bosques para
mantener sus patrones normales de ciclo de nutrien-
tes y producción de biomasa después de haber sido
afectado por un huracán. Se pueden estudiar las prác-
ticas de manejo que se pueden llevar a cabo para au-
mentar la resiliencia ecológica ante un huracán.
Desde una perspectiva más específica, se pueden
analizar las prácticas de manejo que se pueden esta-
blecer para que los ecosistemas provean los mismos
beneficios, o servicios ecosistémicos, que ofrecían
antes del desastre natural.
Otro concepto estudiado es la resiliencia social. Al-
gunos investigadores definen la resiliencia social
como la capacidad de las personas, las unidades so-
ciales y los sistemas sociales para hacer frente, resis-
tir y/o recuperarse de los desastres. Por ejemplo, se
puede evaluar la resiliencia de las comunidades en
hacer frente, resistir o recuperarse de un terremoto.
Se pueden estudiar las vías y estrategias que se deben
establecer para lograr un estilo de vida similar al que
tenían antes del terremoto. Algunos elementos que se
pueden evaluar como parte de la resiliencia social
son las vías de transporte, comunicaciones, riegos de
salud, acceso a los alimentos, inundaciones, acceso a
energía, etc. De hecho, bajo la definición de resilien-
cia social, se pueden estudiar algunos elementos de
economía que pueden ayudar a explicar la resiliencia,
tales como los ahorros, impacto al empleo, horas de
trabajo, etc.
En Puerto Rico hay varias situaciones que ameritan
evaluar la resiliencia economía, ecológica y social en
muchas comunidades. A continuación se presentan
situaciones que pudieran servir como base para estu-
diar la resiliencia desde diferentes perspectivas: (1)
resiliencia de los agricultores afectados por huraca-
nes o sequías, (2) resiliencia de las comunidades en
zonas costeras que pudieran ser afectadas por tsuna-
mis y la erosión costera, (3) resiliencia de las comu-
nidades en zonas vulnerables afectadas por posibles
inundaciones, (4) resiliencia de las comunidades y
agricultores afectados por megaproyectos centraliza-
dos de placas solares en la zona, (5) resiliencia de los
bosques ante fuegos forestales, cambio climático o
huracanes. Existen muchas situaciones más que re-
quieren un análisis de resiliencia. Los expertos deben
ser capaces de identificar colaboradores que puedan
asistir en la evaluación de la resiliencia, lo cual va a
variar, dependiendo del caso de estudio.
En conclusión, entender la resiliencia económica,
ecológica o social en una región es crucial para me-
jorar la calidad y sustento de vida de las familias
puertorriqueñas. La resiliencia económica puede re-
flejar una estabilidad económica, lo cual permite que
las familias y compañías planifiquen a futuro. La re-
siliencia ecológica se puede lograr con un buen ma-
nejo ambiental, permitiendo que los ecosistemas pro-
vean los múltiples beneficios directos e indirectos
que ofrecen a las comunidades y productores de cual-
quier región. Los individuos y comunidades corren
menos riesgos cuando se controlan los factores que
afectan la resiliencia social. Estudiar la resiliencia
económica, ecológica o social en una región provee
las bases para establecer diferentes tipos de políticas,
incluyendo políticas de conservación, desarrollo y
agrícola.
Publicado en https://sincomillas.com/resiliencia-
conceptos-y-aplicaciones/

Artículo

ESTUDIOS MULTI/INTER/TRANS DISCIPLINARIOS:

¿CONOCES LAS DIFERENCIAS?
Héctor Tavarez, Ph.D.
Catedrático Asociado
UPR – Mayagüez

Oscar Abelleira, Ph.D.

Catedrático Asociado
UPR – Mayagüez
Resolver un problema de estudio, ya sea en un con-
texto científico o social, requiere establecer pregun-
tas de investigación, objetivos del estudio, desarro-
llar expectativas o hipótesis acerca de cómo funciona
el sistema bajo estudio, y desarrollar metodologías
que nos ayuden a probar las hipótesis y lograr los ob-
jetivos.
Por ejemplo, los economistas pueden desarrollar
cuestionarios para entender la demanda y establecer
precios para un producto nuevo en el mercado. Los
hidrólogos pueden utilizar instrumentación para me-
dir los flujos hidrológicos en un determinado espacio
con unas características climáticas en particular y en-
tender como la cobertura de terreno afecta la recarga
de acuíferos. Los entomólogos pueden estudiar como
el cambio en la cobertura y uso de suelo afecta la
abundancia y diversidad de especies en una región.
Sin embargo, resolver problemas complejos que in-
cluyen todos los componentes sociales, instituciona-
47
les, naturales y tecnológicos que conforman los sis-
temas sociales-ecológicos que conforma el humano
y el ambiente, es complicado y regularmente requiere
la colaboración de expertos provenientes de diversas
disciplinas.
¿Qué podemos hacer en situaciones donde un ex-
perto no puede resolver un problema únicamente
desde su disciplina? ¿Cómo pueden colaborar los ex-
pertos de diversas disciplinas para buscar solución a
los problemas social-ecológicos? ¿Cómo podemos
integrar a las instituciones y sistemas de gobernanza
en los estudios y por qué es importante tal integra-
ción? En este ensayo exponemos diferentes aspectos
sobre la colaboración entre expertos de múltiples dis-
ciplinas para el desarrollo de estudios enfocados en
resolver problemas sociales-ecológicos complejos.
La Figura 1 muestra un diagrama que explica la na-
turaleza de los estudios multidisciplinarios para en-
tender las alteraciones de un sistema social-ecoló-
gico debido a cambios en la cobertura y uso de suelo.
El problema incluye asuntos de económica, ciencias
sociales, ecología e hidrología, relacionados a los
cambios en la cobertura y uso de suelo. Los estudios
multidisciplinarios consisten en la unión de dos o
más disciplinas para resolver un problema de interés.
Sin embargo, en estudios multidisciplinarios, los ex-
pertos de cada disciplina buscan responder preguntas
y lograr objetivos desde su campo y no existe una
integración entre las disciplinas para atender el pro-
blema de forma paralela y consecuente mediante el
intercambio activo de ideas. Por ejemplo, un econo-
mista puede estimar el impacto del cambio en la co-
bertura y uso de suelo sobre los precios de las pro-
piedades y su efecto socioeconómico sobre el bienes-
tar de comunidades vecinas. Un sociólogo puede es-
tudiar los conflictos sociales causados por los cam-
bios en la cobertura y uso de suelo. Pero ninguno de
los dos puede inferir los efectos simultáneos de estos
cambios sobre el bienestar social de las comunidades
si los estudios no se estructuran de forma tal que los
datos recopilados puedan ser comparables.
Figura 1: Ejemplo de estudios multidisciplinarios
Existen similitudes entre los estudios multidiscipli-
narios y los estudios interdisciplinarios. Ambos tipos
de estudios buscan atender un problema en común.
Sin embargo, a diferencia de los estudios multidisci-
plinarios, los estudios interdisciplinarios conllevan
una integración entre dos o más disciplinas (ver Fi-
gura 2). Los estudios interdisciplinarios requieren
que dos o más disciplinas desarrollen objetivos y me-
48
todologías de forma conjunta para atender un pro-
blema que difícilmente se puede resolver desde una
sola perspectiva o disciplina.
Por ejemplo, un economista puede colaborar con un
ecólogo para identificar los servicios ecosistémicos
más importantes en una región y diseñar cuestiona-
rios para recopilar datos que permitan aplicar una
metodología para contestar estos objetivos. En oca-
siones, la metodología también es desarrollada entre
los expertos de dos o más disciplinas. Por ejemplo,
los ecólogos pueden realizar una proyección en
cuanto a variaciones en el ofrecimiento de servicios
ecosistémicos ocasionados por cambios en la cober-
tura y uso de suelo. Los economistas pueden utilizar
estas proyecciones como insumo en un cuestionario
y determinar el costo asociado a los cambios en la
cobertura y uso de suelo por medio de la disminución
en el ofrecimiento de servicios ecosistémicos. Un es-
tudio realizado en Costa Rica sobre el valor de la re-
forestación y el agua para consumo doméstico requi-
rió la integración de tres disciplinas principalmente:
economía, ecología e hidrología (Tavárez et al.,
2021).
Figura 2: Ejemplo de estudios interdisciplinarios
En la literatura se pueden observar aplicaciones de
algunas ramas de la economía envueltas en estudios
multidisciplinarios e interdisciplinarios. La econo-
mía ambiental se distingue por utilizar principios
económicos para entender y buscar solución a pro-
blemas ambientales (Tavárez & Barriga, 2022). Se
pueden encontrar estudios que tienen poca o ninguna
integración con otras disciplinas para atender un pro-
blema que requiere integración de disciplinas. En
contraste, la economía ecológica es más pluralista al
incluir teorías y métodos de otras disciplinas para
atender la complejidad de los sistemas social-ecoló-
gicos (Daly & Farley, 2011; Tietenberg & Lewis,
2015). En este sentido, la economía ecológica se pu-
diera integrar más fácilmente a los estudios interdis-
ciplinarios.
Contrario a los dos tipos de estudios antes menciona-
dos, existen dos perspectivas principales sobre los
estudios transdisciplinarios. La primera incluye a ac-
tores fuera de la academia, como el gobierno, com-
pañías, organizaciones no gubernamentales (ONGs)
y ciudadanos en general, como entes colaboradores
de los expertos de diferentes disciplinas (ver Cum-
mings et al., 2013). Se argumenta que los actores
fuera de la academia pueden colaborar con ideas, co-
nocimientos, habilidades y políticas que ayuden a re-
solver el problema en consideración. La segunda ar-
gumenta que los estudios transdisciplinarios crean
una unidad de marcos intelectuales más allá de la
perspectiva disciplinaria. Bajo esta definición, se
puede interpretar que los estudios transdisciplinarios
buscan la integración de dos o más disciplinas con el
propósito de crear nuevos conceptos, teorías y méto-
dos que ayuden resolver el problema a investigar.
Las Figuras 3a y 3b muestran un diagrama de los es-
tudios transdisciplinarios.
Figura 3a: Ejemplo de estudios transdisciplinarios
(versión 1)
Figura 3b: Ejemplo de estudios transdisciplinarios
(versión 2)
En Puerto Rico existen múltiples sistemas social-
ecológicos que requieren la colaboración de diversas
disciplinas para buscar soluciones y proveer reco-
mendaciones para que los sistemas de gobernanza y
actores claves tomen decisiones informadas. Algu-
nos ejemplos son los siguientes: (1) el depósito de
cenizas en Peñuelas, (2) erosiones costeras, (3) esta-
blecimiento de placas solares en fincas agrícolas, (4)
49
contaminación de los cuerpos de agua, (5) expropia-
ción de terrenos, (6) mal manejo de vertederos, (7)
alteraciones a las dunas de arena, y (8) falta de reci-
claje. La mayoría de estos problemas son efectos co-
laterales de proyectos de inversión privadas autori-
zada, o no, por el sistema de gobernanza. Cada uno
de estos ejemplos alteran la cantidad y calidad de los
servicios ecosistémicos, impactan la economía y ca-
lidad de vida de los residentes, y crean conflictos so-
ciales. Para entender estos problemas y buscar solu-
ciones, es necesario que los expertos de diferentes
disciplinas colaboren en los estudios. Es crucial que
las personas encargadas de tomar decisiones reco-
nozcan la importancia de los estudios colaborativos
y las tomen en consideración al momento de diseñar
políticas públicas agrícolas, ambientales o económi-
cas.
Es importante mencionar que existen algunos contra-
tiempos relacionados a los estudios colaborativos en
grupos, como los mencionados anteriormente. Pri-
mero, es necesario contar con tiempo y recursos fi-
nancieros adicionales para llevar a cabo estudios gru-
pales, algo que no siempre está disponible. Segundo,
la experiencia pasada nos revela que la colaboración
que excede más de cuatro disciplinas en estudios in-
terdisciplinarios se torna bastante complicada (espe-
cialmente cuando no se tiene mucha experiencia), re-
sultando en obstáculos para llevar a cabo estudios in-
terdisciplinarios. Tercero, la línea de tiempo, o cro-
nología de actividades, de los expertos en las distin-
tas disciplinas varía, según las necesidades del estu-
dio. Esto afecta las prioridades al momento de llevar
a cabo trabajos de campo, como el establecimiento
de equipos de muestreo y medición, y diseño y dis-
tribución de cuestionarios. Estos contratiempos hay
que tomarlos en consideración al momento de esta-
blecer equipos de trabajos colaborativos y es impor-
tante identificarlos para atenderlos con anticipación.
En conclusión, existen problemas que se pueden exa-
minar desde una sola disciplina. Cuando existen pro-
blemas más complejos, como aquellos que envuel-
ven al humano y su medio ambiente, que afectan las
sociedades en distintas formas, se tienen que unir es-
fuerzos mayores que incorporen la colaboración de
dos o más disciplinas. En ocasiones, es necesario ir
más allá de estudios multidisciplinarios y asegurar-
nos que haya una integración entre las disciplinas. La
necesidad de realizar estudios interdisciplinarios o
transdisciplinarios, y las disciplinas que deben cola-
borar en el proceso, va a depender de la naturaleza y
complejidad de cada sistema social-ecológico.
Referencias
Cummings, S., Regeer, B.J., Ho, W.W.S., &
Zweekhorst, M.B.M., (2013). Proposing a fifth
generation of knowledge management for devel-
opment: investigating convergence between
knowledge management for development and
transdisciplinary research. Knowledge Manage-
ment for Development Journal, 9(2): 10-36
Daly, H.E., & Farley, J. (2011). Ecological Eco-
nomics: Principles and applications, second
edition. Island Press, Suite 300, 1718 Con-
neticut Ave., NW, Washington, DC 20009.
Publicado en https://eyboricua.com/opinion/estudios-multi-inter-trans-disciplinarios-conoces-las-diferencias/
Artículo
¿CÓMO REDUCIR EL COSTO DE OPORTUNIDAD DE SER MADRE EN PUERTO
RICO?
Julio Hernández, Ph.D.
Catedrático Asociado
UPR - Mayagüez
En la disciplina de la Economía, el costo de oportu-
nidad se define como los beneficios o ganancias po-
tenciales que un individuo pierde al elegir una alter-
nativa sobre otra. Los economistas pensamos que las
personas toman sus decisiones luego de una evalua-
ción en la que sopesan lo que están ganando con re-
lación al costo de lo que están perdiendo.
Las tecnologías anticonceptivas y los derechos re-
productivos de las mujeres han convertido la mater-
nidad, hoy más que nunca, en una decisión que está
sujeta, como tantas otras cosas, a una evaluación in-
dividual de costo-beneficio. La maternidad, contrario
a muchas decisiones triviales que tomamos todos los
días, está matizada por tres consideraciones de peso:
50
Tavárez, H., & Barriga, A. (2022). Economía am-
biental, economía de los recursos naturales, y
economía ecológica: Similitudes y diferencias.
Ey Boricua. Recuperado de https://eybori-
cua.com/noticias/ambiente/economia-ambiental-
economia-de-los-recursos-naturales-y-econo-
mia-ecologica-similitudes-y-diferencias/
Tavárez, H., Elbakidze, L., Abelleira-Martínez,
O.J., Ramos-Bendaña, Z., and Bosque-Pérez,
N.A. (2021). Willingness to Pay for Gray and
Green Interventions to Augment Water Supply:
A Case Study in Rural Costa Rica. Environmen-
tal Management,
https://doi.org/10.1007/s00267-021-01476-9
Tietenberg, T., & Lewis, L. (2015). Environmental
and Natural Resource Economics, tenth edition.
Pearson Education inc. New Jersey, USA.
(1) altos costos de oportunidad, (2) altos costos di-
rectos y (3) un compromiso legal de largo plazo de
por lo menos 21 años.
Son muchas las cosas a las que una madre tiene que
renunciar cuando decide hacerse responsable de un
niño o una niña. Por ejemplo, para muchas mujeres
el embarazo altera la estética de su cuerpo e incluso
su salud. Muchas veces tienen que renunciar a sus
trabajos o cambiarse a un trabajo a tiempo parcial,
menos remunerado, para poder cumplir con la res-
ponsabilidad de cuidar al menor.
 Otras veces se pier-
den la posibilidad de
obtener ascensos en
el trabajo o de culmi-
nar grados universita-
rios. La maternidad
representa menor
participación en acti-
vidades de ocio,
como por ejemplo ac-
tividades tan senci-
llas como ir al cine o
a un restaurante o
simplemente com-
partir tiempo de pa-
reja. Como si fuera poco, el cuidar de un infante sig-
nifica pocas horas de sueño. Todo esto, sin contar
con los costos directos de cuido, alimentación, vesti-
menta, salud, educación, entre tantos otros. Como to-
dos sabemos, los niños y las niñas resultan suma-
mente costosos y existe una alta supervisión del es-
tado en torno a su bienestar que puede llegar a ser
sumamente estresante.
Si Puerto Rico quiere aumentar su tasa de fertilidad
y de nacimientos vivos, debe establecer política pú-
blica que reduzca no tan solo los costos directos, sino
también los costos de oportunidad de la maternidad.
Mediante política pública, Francia ha mantenido la
tasa de fertilidad más elevada de la Unión Europea
(1.8), muy cercana a la tasa de reemplazo de 2.1. Las
medidas que se implementaron han estado dirigidas
a reducir dramáticamente el costo de oportunidad de
las mujeres, principalmente en los asuntos relaciona-
dos con su desarrollo profesional. Una de las estrate-
gias más efectivas para la estabilización de la tasa de
fertilidad en Francia fue la expansión de los servicios
de cuido público o crèches.
En Puerto Rico, las madres trabajadoras cuentan con
opciones muy limitadas de servicios de cuido, tanto
en acceso como en horario de servicio, y a precios
extremadamente elevados. Una opción para el Go-
bierno Central es transformar en crèches las escuelas
primarias que se encuentran subutilizadas y en vías
de quedar en desuso. Esta política pública represen-
taría para el fisco un “costo hundido” o un costo que
se ha sido incurrido o comprometido en el pasado. Su
implementación sería una alternativa para estabilizar
la caída en la fuerza laboral de cara al futuro.
Si el Gobierno Central quiere restablecer la pobla-
ción nativa, tiene que reevaluar el ofrecimiento de to-
dos sus servicios adaptados a la “madre trabajadora”
y reducir cuanto sea posible que la maternidad sea un
obstáculo para alcanzar sus metas personales y pro-
fesionales.
(artículo también sometido a El Nuevo Día -
https://www.elnuevodia.com/opinion/punto-de-
vista/como-reducir-el-costo-de-oportunidad-de-ser-
madre-en-puerto-rico/)

La Asociación de Economistas de Puerto Rico (AEPR) invita a los economistas del país a en-
viar manuscritos para publicación en el boletín de la AEPR.
El objetivo es motivar a los economistas a mantenerse activos en temas de investigación y en
la diseminación de información.
Esperamos publicar el próximo boletín en agosto 2023.

El Comité de Mujeres Economistas anuncia que la publicación del libro de

las mujeres economistas de Puerto Rico saldrá en octubre de 2023

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