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La Era del Imperio, cap.

3 de HB

 El mundo de la economía era marcado por los países capitalistas


desarrollados, en el que los *avanzados* dominarían a los *atrasados* en
un mundo imperialista.
 El periodo transcurrido entre 1875 y 1914 se lo puede calificar como era
del imperio no sólo porque en él se desarrolló un nuevo tipo de
imperialismo, sino también por un motivo anacrónico; porque éste fue el
periodo de la historia moderna en el que hubo gran número de gobernantes
que se autotitulaban oficialmente “emperadores” o que eran considerados
por los diplomáticos occidentales como merecedores de ese título.
 En Europa se reclamaban ese título los gobernantes de Alemania, Austria,
Rusia, Turquía y el Reino Unido/India. Dos de ellos (Alemania y el Reino
Unido/India) eran innovaciones del decenio de 1870. Compensaban la
desaparición del “segundo imperio” de Napoleón III en Francia.
 Fuera de Europa, se adjudicaba ese título a los gobernantes de China,
Japón, Persia y a los de Etiopia y Marruecos.
 El periodo que estudiamos es una era en la que aparece un nuevo tipo de
imperio, el imperio colonial. Entre 1880 y 1914, la supremacía económica
y militar de los países capitalistas quería convertir esa supremacía en una
conquista, anexión y administración formales. La mayor parte del mundo
ajeno a Europa y al continente americano fue dividido formalmente en
territorios que quedaron bajo el gobierno formal o bajo dominio político
informal de uno o una serie de estados; fundamentalmente Reino Unido,
Francia, Alemania, Italia, los Países Bajos, Bélgica, los EEUU y Japón.
Las víctimas de ese proceso fueron los antiguos imperios preindustriales
supervivientes de España y Portugal. Pero la supervivencia de los más
importantes territorios portugueses en África (Angola y Mozambique),
que sobrevivirían a otras colonias imperialistas, fue consecuencia, sobre
todo, de la incapacidad de sus rivales modernos para ponerse de acuerdo
sobre la manera de repartírselo. No pasó lo mismo con los restos del
imperio español en América (Cuba, puerto Rico) y en el Pacífico
(Filipinas) de los Estados Unidos en 1898. La mayor parte de los grandes
imperios de Asia se mantuvieron independientes, aunque potencias
occidentales establecieron en ellas “zonas de influencia”. Se daba por
sentada su indefensa militar y política. Si conservaron su independencia
fue porque resultaban convenientes como estados-tapón (como ocurrió en
Siam -la actual Tailandia-, que dividía las zonas británica y francesa en el
sureste asiático, o en Afganistán, que separaba al Reino Unido y Rusia),
por la incapacidad de las potencias imperiales rivales para acordar una
fórmula para la división, o bien para su extensión. El único estado no
europeo que resistió con éxito la conquista colonial formal fue Etiopia,
que pudo mantener controlada a Italia, la más débil de las potencias
imperiales.
 Dos grandes zonas del mundo fueron divididas: África y el Pacífico. No
quedo ningún estado independiente en el Pacífico; totalmente dividido
entre británicos, franceses, alemanes, neerlandeses, norteamericanos y a
escala modesta, japoneses. En 1914, África pertenecía en su totalidad a los
imperios británico, francés, alemán, belga, portugués y secundariamente
español; con excepción a Etiopía y de una parte de Marruecos que todavía
resistía la conquista total. En Asia existía una zona amplia nominalmente
independiente; los imperios más antiguos ampliaron sus posesiones: el
Reino Unido, anexionando Birmania a su imperio indio, reforzando la
zona de influencia en el Tíbet, Persia y la zona del golfo pérsico; Rusia,
penetrando Asia central y con menor éxito la zona de Siberia lindante con
el Pacífico en Manchuria; Países Bajos, estableciendo su control en las
regiones más remotas de Indonesia. Se crearon dos imperios nuevos: el
primero, por la conquista francesa de Indochina, iniciada por Napoleón
III; el segundo por parte de Japón a costa de China en Corea y Taiwán
(1895) y más tarde a costa de Rusia (1905). En 1914, el continente
americano estaba en misma sintonía que en 1875 o en el decenio de 1820:
era un conjunto de repúblicas soberanas con excepción de Canadá y el
Caribe. Este conjunto de repúblicas soberanas eran del punto de vista
económico dependencias del mundo desarrollado; ni siquiera la potencia
estadounidense intentó conquistarla y adminístrala, sus únicas anexiones
fueron Puerto Rico (Cuba consiguió una independencia nominal) y una
estrecha franja en el canal de Panamá. En América Latina, la dominación
económica y presiones políticas se realizaban sin una conquista formal. El
continente americano fue la única gran región del planeta en la que no
hubo una seria rivalidad entre las grandes potencias.
 Ese reparto del mundo era también un fenómeno nuevo. Entre 1876 y
1915, una cuarta parte de la superficie del planeta fue distribuida o
redistribuida en forma de colonias entre media docena de estados. Reino
Unido con 10 millones de km2, Francia con 9 millones, Alemania con más
de dos millones y medio y Bélgica e Italia algo menos. EEUU, obtuvo
unos 250.000 km2 de nuevos territorios a costa de España. Las antiguas
colonias africanas de Portugal se ampliaron, España salió perdiendo ante
los Estados Unidos pero consiguió algunos territorios en Marruecos y el
Sahara occidental. Las anexiones imperialistas de Rusia, se realizaron a
costa de los países vecinos pero perdió algunas posesiones debido a Japón.
De los grandes imperios coloniales, solo los Países Bajos no pudieron o no
quisieron anexionarse a nuevos territorios, aunque amplio su control sobre
las islas indonesias. En cuanto a las potencias pequeñas coloniales, Suecia,
liquidó la única colonia que conservaba, una de las Islas Occidentales,
vendiéndola a Francia; y Dinamarca actuó de igual manera pero conservó
Islandia y Groenlandia como dependencias.
 Los observadores del panorama mundial a fines del decenio de 1890,
analizaron que esto parecía ser una nueva fase en el modelo general del
desarrollo nacional e internacional, pero consideraron que la creación de
los imperios coloniales era solo uno de sus aspectos. Para los observadores
ortodoxos se abría una nueva era de expansión nacional en la que era
imposible separar con claridad los rasgos políticos y económicos y en
donde el estado desempeñaba un papel importante cada vez más
fundamentalmente en los asuntos domésticos como en el exterior. Los
observadores heterodoxos analizaban esta nueva era como una nueva fase
del desarrollo capitalista que surgía de diversas tendencias; el más
influyente de esos análisis se lo conocería pronto como “imperialismo”.
No hay duda que el término imperialismo se incorporó al vocabulario
político y periodístico durante la década de 1890 mediante debates que se
desarrollaron sobre la conquista colonial; fue entonces cuando adquirió, en
cuanto a concepto, la dimensión económica que no ha perdido desde
entonces. Los emperadores y los imperios eran instituciones antiguas, pero
el imperialismo era un fenómeno totalmente nuevo. El término se
incorporó a la política británica a partir de 1870 y finales de ese decenio
era considerado como nuevo en la lengua. En la década de 1890 el término
se generalizó y en 1900, los intelectuales comenzaron a escribir libros
sobre ese tema, la palabra imperialismo estaba según el autor liberal
británico J.A. Hobson “en los labios de todo el mundo… y se utiliza para
indicar el movimiento más poderosos del panorama político actual del
mundo occidental” en fin, el imperialismo como termino se consideraba
una novedad y como tal fue analizado.
 Los debates de este tema son apasionados, densos y confusos, y la primera
tarea del historiador es de aclararlos para que sea posible analizar el
fenómeno que realmente es. La mayor parte de los debates se centraron en
el marxismo debido a que es un tema que levanta fuertes pasiones. El
análisis del imperialismo crítico por Lenin se convertiría en un elemento
central del marxismo revolucionario de los movimientos comunistas a
partir de 1917 y también de los movimientos revolucionarios del “tercer
mundo” Lo que ha generado debate también es que este término conlleva
una connotación peyorativa, a diferencia de por ejemplo el término
“democracia”; el imperialismo es una actividad que habitualmente se
desaprueba.
 En 1914, muchos políticos se sentían orgullosos al llamarse imperialistas,
pero a lo largo de ese siglo los que así actuaban han desaparecido casi por
completo.
 En el análisis leninista, definía que el nuevo imperialismo tenía sus raíces
económicas en una nueva fase capitalista que acudiría a la división
territorial del mundo entre las grandes potencias capitalistas. Las
rivalidades existentes entre los capitalistas que fueron causa de esa
división también engendraron la primera guerra mundial.
 Los análisis no marxistas pintaban de otra forma, negaban que el
imperialismo tenga raíces económicas importantes, que la explotación de
las zonas atrasadas fuera fundamental para el capitalismo y que tenga
efectos negativos sobre las economías coloniales. También afirmaban que
el imperialismo no desembocó por rivalidades entre las potencias ni que
tuvo consecuencias sobre el origen de la primera guerra mundial. Se
desligaban de explicaciones económicas, tirándose por aspectos
psicológicos, ideológicos, culturales y políticos.
 Al margen de estos análisis, el historiador lo primero que tiene que dejar
sentado el hecho evidente que no se negó en la década de 1890, de que la
división del mundo tenía una dimensión económica.
 El acontecimiento más importante del siglo XIX es la creación de una
economía global que se insertó de forma progresiva que vinculaba a países
desarrollados entre sí y con el mundo subdesarrollado. Esta globalización
de la economía no era nueva pero continuó incrementándose entre 1875 y
1914. La red de transportes posibilito que las zonas más atrasadas y
marginales se incorporen a la economía mundial y también
experimentaron un nuevo interés sobre estas. Ahora eran accesibles y
parecían a primera vistan extensiones potenciales del mundo desarrollado
que estaban siendo colonizadas por europeos, haciendo expulsar o
retroceder a habitantes nativos creando ciudades y a su tiempo la
civilización industrial.
 El desarrollo tecnológico dependía de materias primas. El motor de
combustión interna, necesitaba petróleo y caucho. El petróleo procedía
casi en totalidad de los EEUU y de Europa, pero los pozos petrolíferos del
Oriente Medio ya eran objeto de enfrentamiento y negociación
diplomáticos. El caucho era un producto tropical, lo podían ubicar en las
selvas del Congo y del Amazonas. El estaño procedía de Asia y
Suramérica. Metales no férricos que antes carecían de importancia se
encontraban en partes del mundo desarrollado sobre todo en EEUU. Las
nuevas industrias del automóvil y eléctricas necesitaban metales como el
cobre; sus principales reservas y productores importantes que se la
conocería más tarde como tercer mundo (finales del siglo XX), se
ubicarían en Chile, Perú, Zaire, Zarambia. Existía una constante demanda
de metales preciosos que extraían de Suráfrica, convirtiéndose en el
principal productor de oro del mundo. Las minas fueron pioneros al
mundo del imperialismo.
 Aparte de las demandas tecnológicas, el crecimiento del consumo de
masas significo una rápida expansión del mercado en productos
alimenticios. El mercado estaba dominado por productos básicos de la
zona templada, cereales y carne que se producían a muy bajo coste y en
grandes cantidades en diferentes zonas de asentamiento europeo en
Norteamérica y Suramérica, Rusia y Australasia. Pero también transformo
el mercado de productos los “productos coloniales” que se vendían en
tiendas del mundo desarrollado: azúcar, café, té, cacao y sus derivados.
Gracias a la rapidez del transporte y a la conservación llego en abundancia
frutas tropicales y subtropicales dando aparición a las “repúblicas
bananeras”. Las plantaciones, explotaciones y granjas eran el segundo
pilar de las economías imperiales. Los comerciantes y financieros
metropolitanos eran el tercero.

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