Evalue si la fiebre era para tanto, crei que no, pero la caminata por la montaña, fue mas dura

de lo esperado, quizás andamos 5 horas montaña arriba, atravesando ríos, maleza, y subidas
casi verticales, la humedad del lugar junto con el calor hacia que fuese difícil andar. Las 2
primeras horas fueron bastante “ligeras”. Pero en la tercera se notó la fatiga acumulada de la
segunda semana allí. Lo mejor era anadar mirando al suelo y marcar los pasos a ritmo de
marcha, para no pensar en lo que quedaba de camino y estar alerta antes los peligros del
suelo. Pero tras una de las subidas mas dura no quedo otra que tomar unos minutos para
tomar aire, y justo tras la ascensión, puse mis manos en las rodillas y tome aire, justo tras
girarme los montes me regalaron un paisaje digno de otros planetas, era un vergel, donde la
madre naturaleza había crecido orgullosa y miraba al ser humano prepotente, volando se
podían avistar cierta suerte de colibrís con las alas azules elctricas, no podía creer que
hubiésemos andado tanto. No nos quedaba mucho camino hacia la tribu Basarí, pero antes la
marcha se dividio y estuvimos unas horas perdidos,