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Tema de hoy: “El banquete de la misericordia”

Recomendaciones para los guías - Toma momentos para:


*Dar la bienvenida a las personas nuevas, y presentarles al resto de los integrantes del grupo.
*Recordar cumpleaños u ocasiones importantes.
*Compartir los anuncios y las áreas de servicio de la iglesia.
*Dar lugar a testimonios o peticiones de oración.
*Incentivar el diálogo y el apoyo mutuo.

“Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de
Jonatán? Y había un siervo de la casa de Saúl, que se llamaba Siba, al cual llamaron para que viniese a
David. Y el rey le dijo: ¿Eres tú Siba? Y él respondió: tu siervo. El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la
casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: aún ha quedado un hijo de
Jonatán, lisiado de los pies. Entonces el rey le preguntó: ¿Dónde está? Y Siba respondió al rey: He aquí,
está en casa de Maquir hijo de Amiel, en Lodebar. Entonces envió el rey David, y le trajo de la casa de
Maquir hijo de Amiel, de Lodebar. Y vino Mefi-Boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró
sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-Boset. Y él respondió: He aquí tu siervo. Y le dijo
David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu
padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa”
(2 Samuel 9:1-7)

¡Que valioso es recordar que hay una mesa dispuesta para nosotros! Dios nos ama tanto, que nos
invita al banquete de la misericordia. Así mismo, lo vemos en esta historia, cuando el rey David,
recordó el pacto que había hecho con su amigo Jonatán (1 Samuel 20:14-17, 42). Este es un gran
ejemplo del corazón de misericordia que tuvo el monarca y de lo que el Señor hoy desea que
recordemos para nuestra propia vida.

Descubramos juntos entonces, cuales son las bendiciones de lo que nos está esperando, el banquete
de la misericordia:

✓ El corazón de Dios es perdonador


A pesar de que Saúl, el abuelo de Mefi-Boset, era enemigo de David y lo había perseguido durante
intensos siete años (1 Samuel 27:1), este último, buscó cumplir con la palabra dada a Jonatán, e hizo
parte de su casa a su hijo, quien había vivido en desgracia desde la niñez (2 Samuel 4:4).
Este perdón y la invitación de David, cambiarían la vida de Mefi-Boset para siempre.
Nuestro Rey también nos pasa a buscar para rescatarnos del pecado, y de los problemas; nos adopta
como Sus hijos, haciéndonos parte de Su mesa (Apocalipsis 3:20). El Señor nos revela su corazón
perdonador y nos invita hoy al banquete de misericordia, haciendo todas las cosas nuevas (2 Corintios
5:17).

✓ El corazón de Dios nos ama tal como somos


David tenía el corazón conforme al de Dios. Fue por ello que no se olvidó de quienes lo necesitaban.
No buscó personas calificadas, dignas o bondadosas. Así como el Señor no nos elige por nuestra
posición social o nuestros méritos logrados; nos escoge porque Su amor es compasivo, porque nos
ama, y quiere rescatarnos, manifestando Su gracia (Romanos 5:8). El Señor nos extiende Su invitación
sin importar la condición en la que nos encontremos ahora. Simplemente desea ayudarnos y
transformar nuestra realidad, si así aceptamos hacerlo.

✓ El corazón de Dios es transformador


La desgracia que había vivido Mefi-Boset cuando niño, dejó su vida desahuciada, pues en la sociedad
de aquel tiempo una persona lisiada no tenía posibilidad de progresar. Y no solamente había sufrido
ese contratiempo en su salud, sino que también había sido despojado de su familia y de sus bienes.
Había perdido los privilegios que tenía como príncipe, y debió huir y aislarse a partir de entonces,
puesto que su vida corría peligro de muerte. Lo tenía todo, pero de repente ya no tenía nada.
Hoy nosotros también debemos evaluar si hay alguna situación que nos ha estancado al pasado y no
nos permite avanzar. Es vital recordar que tenemos un Padre de misericordia y poder, que ha puesto
Sus ojos sobre nosotros, y desea transformarnos.
El Señor es capaz de romper las cadenas emocionales o espirituales, cambiar nuestro presente de
derrota y llevarnos a un futuro lleno de gloria y de propósito (Jeremías 29:11).

✓ El corazón de Dios trae valoración


En un momento de esplendor en su reinado, David se acordó de los que estaban en dificultades.
Mefi-Boset vivía en Lodebar, que significa “sin pasto y sin frutos”, o incluso “tierra sin palabras”. Eso
implica que en su vida experimentaba aridez y desierto. Muchos tienen hoy el corazón seco, incapaz
de germinar en sus diferentes áreas. Por eso se sienten invisibles, creen que no tienen ni siquiera
derecho a soñar, y piensan que Dios no se acuerda de ellos. Pero el Señor nos levanta de ese lugar de
descalificación en el cual el enemigo nos ha hundido. Si un hombre con tantas fallas como David puso
sus ojos en Mefi-Boset, ¿cómo no se acordará Dios de nosotros con Su gracia inagotable? Nadie
podrá separarnos de ese amor que está en nosotros a través de Jesucristo (Romanos 8:37-39).

✓ El corazón de Dios ahuyenta los temores


Mefi-Boset vivía escondido por miedo a que lo maten por provenir de la familia de Saúl. Por eso vivió
en ese lugar inhóspito llamado Lodebar, puesto que ahí era difícil que alguien fuera a buscarlo. Jamás
se había imaginado que el propio rey David lo removería de allí con el propósito de restaurarlo a la
vida en el palacio. Hay muchas personas que no se animan a salir al mundo por temor a volver a ser
lastimados o desilusionados. El temor les oprime, pero Dios nos ve aun cuando estamos escondidos
(Salmo 139:7-10). Él nos ama demasiado como para que vivamos confinados en cárceles de
inseguridad y vergüenza.
En el banquete de la misericordia, el gozo sustituye los temores: Dios saca a los presos de la cárcel y
da vista a los ciegos (Lucas 4:18), y así como restituyó a Mefi-Boset las tierras de su abuelo Saúl, nos
restituirá también a nosotros todo lo que Satanás nos ha intentado robar (Joel 2:23-26).

“Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto que, a pesar de que estábamos muertos por
causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es solo por la gracia
de Dios que ustedes han sido salvados!). Pues nos levantó de los muertos junto con Cristo y nos sentó
con él en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo Jesús. De modo que, en los tiempos
futuros, Dios puede ponernos como ejemplos de la increíble riqueza de la gracia y la bondad que nos
tuvo, como se ve en todo lo que ha hecho por nosotros, que estamos unidos a Cristo Jesús”
(Efesios 2:4-7, NTV).

Conclusión

Hemos sido posicionados en el Señor; ya no somos personas sin rumbo. Dios nos amó tanto que nos
levantó del lugar en donde estábamos muertos y nos sentó a Su mesa, nos hizo parte de Su familia. Su
gracia es tan inexplicable que no solo hizo eso por nosotros, sino que nos puso como ejemplos de la
bondad de Dios. Hay Mefi-Bosets que nos rodean todos los días, y como lo fue antiguamente el rey
David, hoy seremos nosotros esos portadores de la gracia para ellos. Por eso, recuerda que estás
invitado al banquete de la misericordia, donde encontrarás perdón, aceptación y transformación.
¡Anímate a correr a los brazos de tu Padre Celestial!

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