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EL CARÁCTER DEL SACRAMENTO DEL ORDEN

¿Cómo definen ustedes (no el documento) el carácter del Orden sacerdotal desde una
visión humana, una visión vocacional y una postura teológica?

El Orden sacerdotal imprime en la persona que lo recibe una dimensión nueva a su


realidad humana, porque le lleva a vivir en la realidad terrena una suprasensible y
trascendental como es el ser constituido propiedad de Cristo. Es decir que una vez se
recibe el sacramento del Orden, se adquiere el carácter ministerial similar al ministerio
de Cristo, ya que al ser su pertenencia debe encarnar en sus rasgos humanos algunos de
los rasgos de Cristo, es decir que se convierte en su imagen y cumplir con la realidad de
ser enviado y continuador de la misión de Cristo, al servicio de la comunidad y del
mundo. Una vez sacado del pueblo y es ordenado ministro de la Iglesia, se convierte en
un servidor de la comunidad.

No todos tienen la capacidad de alcanzar o de entender el modo de vida que se alcanza


en la vida sacerdotal, pues uno de los aspectos esenciales que imprime este sacramento,
es la configuración con Cristo en todas sus dimensiones. Es muy peculiar el sentido de la
llamada a elegir este estilo de vida y recibir la gracia que aporta este sacramento. Es a
través de cada uno de los elementos formativos, pero especialmente en los rituales en
donde se alcanza a percibir la dimensión vocacional o de elección de parte de Dios, por
aquel que está recibiendo el ministerio. Esto se percibe especialmente en las actitudes y
comportamientos que encarna quien se ordena, que no son más que propiamente las que
son propias de Cristo cabeza y pastor de la Iglesia y que se llegan a compendiar en su
caridad pastoral hacia la comunidad.

Pero para entender estas realidades hay que tener en cuenta toda la dimensión teológica
que imprime el carácter, especialmente en la gracia que imprime el sacramento, que
transforma a totalidad la realidad de quien lo recibe. Aquí se puede hablar de toda una
integración que se da en la persona que recibe el sacramento, ya que el carácter le
proporciona una nueva dimensión que no estaba antes de recibir el sacramento, es
además la invitación a configurarse y ser imagen de Cristo en el mundo y también en el
servicio y cumplimiento de su misión con la comunidad de donde ha salido para
convertirse en ministro de la Iglesia.

Jorge Luis Montes


II de Configuradora

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