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Teoría estructural de funcionamiento familiar.

La familia como sistema tiene una estructura dada por los miembros que la
componen y las pautas de interacción recurrentes. La estructura le da “la forma” a la
organización, constituyendo los arreglos de los componentes internos y su regulación
con el ecosistema. El principal exponente del modelo estructural, Minuchin (1977)
define la estructura familiar como “el conjunto invisible de demandas funcionales que
organizan los modos en que interactúan los miembros de una familia”. Estas pautas o
reglas establecen cómo, cuándo y con quién cada miembro de la familia se relaciona,
regulando la conducta de los miembros de ella.

La estructura del sistema familiar es relativamente fija y estable para poder


sustentar a la familia en sus tareas y funciones, para proteger a la familia de las fuerzas
externas y darle sentido de pertenencia a sus miembros. Al mismo tiempo, debe ser
variable y flexible para poder acomodarse a los diversos requerimientos de las
situaciones de vida y de las distintas etapas del desarrollo por las que evoluciona la
familia, facilitando de este modo el desarrollo familiar y los procesos de
individualización. El sistema familiar se diferencia y desempeña sus funciones a través
de sus subsistemas. Los principales lo conforman el subsistema conyugal, el subsistema
parental (padres e hijos) y el subsistema fraterno o de hermanos. Cada uno de estos
subsistemas tiene roles, funciones y tareas específicas. La familia se organiza también
en torno a otros subsistemas, según roles, sexo, edad, etc. Las dimensiones centrales de
la estructura familiar son las normas que guían a la familia, los roles y las expectativas
de rol de cada miembro, los límites, los alineamientos y la jerarquía de poder
(Minuchin, 1977).

Respecto de las normas, las hay universales y explícitas y otras implícitas e


idiosincrásicas, que definen las relaciones entre los miembros. Los roles definen las
tareas que se espera que cada uno cumpla dentro de la organización familiar y éstos
están en parte definidos por la cultura y en parte por la familia. Los límites de un
sistema están constituidos por las reglas que definen quiénes participan y de qué manera
en una transacción personal cualquiera. Su función es proteger la diferenciación del
sistema y sus subsistemas; para que ésta se pueda cumplir, los límites deben ser claros y
con cierto grado de flexibilidad de modo que le permita a los subsistemas adecuarse a
las demandas funcionales. La claridad de los límites al interior de la familia es un
parámetro útil para evaluar su funcionamiento. Minuchin diferencia a las familias de la
siguiente forma:

Familias aglutinadas: la familia se vuelca sobre sí misma aumentando excesivamente


su comunicación y la preocupación de unos sobre los otros, perdiendo la distancia entre
sus miembros; los límites se esfuman y se hace difusa la diferenciación de los
subsistemas. Esta estructura familiar reacciona frente al estrés rápida e intensamente,
sobrecargándose y no pudiendo adecuarse a las demandas, observándose pérdida de la
autonomía e inhibición del desarrollo afectivo y cognitivo de sus miembros.

Familias desligadas: los límites son muy rígidos, la comunicación es difícil y escasa
entre los subsistemas, haciéndose difícil la función protectora de la familia. Cada
miembro se relaciona con los demás como si tuviera poco que ver con ellos, con una
mínima dependencia hacia los otros, límites firmemente delimitados, impermeables y
que sólo activa los sistemas de apoyo cuando algún miembro de la familia tiene un muy
alto nivel de estrés (Minuchin & Fischman, 1984; Haley, 1967).

Un mismo sistema puede tener subsistemas aglutinados y desligados y estos


pueden variar durante la etapa del ciclo familiar. Las estructuras dominantes extremas
señalan áreas de posibles patologías o disfunciones familiares.

La estructura familiar opera con diferentes alineamientos (unión de dos o más


miembros del sistema para llevar a cabo una operación) para resolver las diferentes
tareas que enfrenta. Se incluyen los conceptos de alianza (unión de dos o más personas
para lograr una meta o interés común) y coalición (proceso de unión en contra de un
tercero). Estos alineamientos pueden ser funcionales o disfuncionales, dependiendo de
si se respetan o no los límites de los subsistemas y de su duración. Si son muy
permanentes en el tiempo, transgreden límites intergeneracionales y son coaliciones,
suelen ser disfuncionales. Las alianzas dentro de un subsistema pueden ser muy
funcionales e incluso necesarias para un adecuado cumplimiento de las funciones.

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