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NO DESCUIDES EL ACEITE

Texto: Éxodo 27: 20


Introducción: El aceite es símbolo de unción, es símbolo del Espíritu Santo.
Una persona que ha recibido ese aceite fresco, es una persona que ha sido
ungida. Usted debe saber que la unción puede perderse y el aceite puede
acabarse. Todo el mundo quiere recibir de parte de Dios y se le olvida que lo
que recibió de Dios en algún momento se puede perder.
Estamos en los tiempos donde esta generación se atreve a vivir sin aceite, sin la
unción y la comunión con el Espíritu Santo, jugando al evangelio. Hay gente
que puede aprender a hablar como cristiano, a vestir como cristiano, pero no
será cristiano porque le falta el aceite.
El Señor demanda de su pueblo aceite puro, aceite que no sea adulterado. Hay
gente que alumbra por ratos como la luciérnaga, solo de noche y cuando no hay
luz, porque quiere que la vean, pero eso no es tener luz propia. Hay gente que
es como la luna que lo único que puede dar es lo poco que recibe, pero hay gente
que tiene que alumbrar continuamente.
El diseño de Dios no es que un cristiano alumbre cuando le toque un privilegio
en la iglesia, el diseño de Dios es que debe arder continuamente. Donde no hay
aceite no habrá fuego, donde no hay fuego no va haber luz y donde no hay luz
hay tinieblas. Es imposible que yo ande en luz si me falta el aceite, si me falta
la unción. Es imposible que yo saque las tinieblas de mi casa si me falta el aceite.
Hay gente que quiere ser luz sin aceite, ¡es imposible! (Salmo 23: 5) Lo que
David está diciendo es: yo voy a alumbrar el día que me pare delante de mis
enemigos, si tú primero me unges.
I. EL DESCUIDO DE LA INSENSATEZ.
No es difícil conseguir aceite, lo difícil es hacer que no se acabe (Mateo 25: 1
– 10) Es muy fácil pedir, lo difícil es comprar. Todos tenemos lámparas, pero
no todos tenemos aceite. Lo que nos diferencia no es como lucimos por fuera,
sino como estamos de aceite por dentro.
Esas vírgenes representan la iglesia, donde hay dos grupos los que tienen aceite
y los que no lo tienen, por eso hay guerra en la iglesia. ¿Qué hizo que a estas
vírgenes se les acabara el aceite? La insensatez (carencia de la prudencia), es
cuando alguien peca por imprudente. Alguien imprudente nunca se prepara y
Dios siempre avisa. Cuando algo nos pasa es porque no nos preparamos a
tiempo y el que no se prepara es un insensato, y el insensato pierde su aceite.
La parábola me enseña que para tener aceite hay que pagar un precio, queremos
respuesta sin ayuno y oración, queremos respuesta sin consagración. Por eso el
consejo de las prudentes es compren, paguen el precio que cuesta tener aceite.
II. EL DESCUIDO DE LA ARROGANCIA.
(Judas 1: 11) Balaam era un gran profeta, el aceite que tenía era su visión, el
profeta ve en lo espiritual lo que nadie ve. El aceite había habilitado sus ojos.
Cuando el pueblo de Dios sale de Egipto y llega a la tierra prometida, había un
rey de Moab llamado Balac.
Balac intenta sobornar al profeta para que maldiga a Israel, pero el profeta le
responde tengo que consultar a Dios. Dios le dice que no puede maldecirlo.
(Números 22: 5 – 32) ¿por qué Balaam no veía al ángel y el asna sí? Porque se
le acabó el aceite, ni siquiera se dio cuenta que el asna le hablaba.
Hay veces que Dios te va a hablar por la boca más insignificante que hayas
visto, porque como se te acabó el aceite Dios tiene que mandar a otro que te
hable, porque no le prestas atención. ¿Qué hizo que Balaam perdiera la unción?
Querer luchar contra la voluntad de Dios, por querer maldecir al pueblo de Dios.
III. EL DESCUIDO DEL PROPÓSITO.
(Jueces 9: 8, 9) Todos tenemos un aceite diferente. Cuando vinieron a buscar
al olivo para que fuera rey, él dijo: yo no puedo dejar mi aceite y dejar de honrar
a Dios por buscar grandeza. ¿Qué hace que se pierda el aceite? Cuando usted le
pierde el amor a lo que hace por el Señor, porque quiere algo diferente que usted
considera mayor.
El aceite escasea cuando usted pierde de vista el propósito por el cual fue
creado, cuando usted pierde de vista por qué fue honrado y ungido en lo que le
sirve al Señor. Cuando usted ha sido ungido y en su casa no creen en usted, es
porque todavía no se te evidencia el fruto de esa unción. A usted no se le puede
olvidar para que Dios te envió a esta tierra.
IV. EL DESCUIDO DE LA ASIGNACIÓN.
(2 Reyes 4: 1 – 3) ¿Qué pasó en esta casa que se acabó el aceite? El hombre era
siervo de profetas, y todo el mundo se beneficia de donde sirve. Esta mujer le
dice al profeta Eliseo: tú sabes quién era mi esposo, él servía bien. Pero era un
mal sacerdote y se acabó el aceite, y nos dejó deudas, y ahora estoy a punto de
perder a mis hijos.
¿Qué hace que se pierda el aceite? Un mal sacerdocio, este hombre no supo
dejarle algo a sus hijos, no supo dejarles una herencia. No permitas que tu casa
se quede sin aceite, no permitas que tu casa se quede sin unción.
Si tu esposa(o) no se preocupa por Dios, preocúpate tú, si tus hijos no se
preocupan por Dios, preocúpate tú, si en tu casa nadie ora, levántate tú a orar.
Tenemos que llenar nuestra casa de aceite, si nadie allá lo hace, nosotros
debemos hacerlo.
(1 Tesalonicenses 4: 19) que no se te cabe el aceite. El aceite se acaba cuando
apagas al Espíritu Santo. Cuando el Espíritu Santo te quiere tocar y tú no quieres
llorar porque la gente te ve. No apagues al Espíritu Santo, que no se te cabe el
aceite.
(Éxodo 27: 20) El aceite era puro y salía de olivas machacadas. Si estás pasando
por cosas difíciles es que Dios te está machacando, para sacar de ti el mejor
aceite.

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