El documento habla sobre la importancia de no descuidar el aceite, que representa el Espíritu Santo. Señala que la unción puede perderse si se descuida el aceite y enumera cuatro razones por las que esto puede ocurrir: 1) la insensatez o falta de preparación, 2) la arrogancia al querer ir en contra de la voluntad de Dios, 3) el descuido del propósito por el cual Dios nos ungió, y 4) el mal sacerdocio o descuido de la asignación de bendecir a los demás.
El documento habla sobre la importancia de no descuidar el aceite, que representa el Espíritu Santo. Señala que la unción puede perderse si se descuida el aceite y enumera cuatro razones por las que esto puede ocurrir: 1) la insensatez o falta de preparación, 2) la arrogancia al querer ir en contra de la voluntad de Dios, 3) el descuido del propósito por el cual Dios nos ungió, y 4) el mal sacerdocio o descuido de la asignación de bendecir a los demás.
El documento habla sobre la importancia de no descuidar el aceite, que representa el Espíritu Santo. Señala que la unción puede perderse si se descuida el aceite y enumera cuatro razones por las que esto puede ocurrir: 1) la insensatez o falta de preparación, 2) la arrogancia al querer ir en contra de la voluntad de Dios, 3) el descuido del propósito por el cual Dios nos ungió, y 4) el mal sacerdocio o descuido de la asignación de bendecir a los demás.
Introducción: El aceite es símbolo de unción, es símbolo del Espíritu Santo. Una persona que ha recibido ese aceite fresco, es una persona que ha sido ungida. Usted debe saber que la unción puede perderse y el aceite puede acabarse. Todo el mundo quiere recibir de parte de Dios y se le olvida que lo que recibió de Dios en algún momento se puede perder. Estamos en los tiempos donde esta generación se atreve a vivir sin aceite, sin la unción y la comunión con el Espíritu Santo, jugando al evangelio. Hay gente que puede aprender a hablar como cristiano, a vestir como cristiano, pero no será cristiano porque le falta el aceite. El Señor demanda de su pueblo aceite puro, aceite que no sea adulterado. Hay gente que alumbra por ratos como la luciérnaga, solo de noche y cuando no hay luz, porque quiere que la vean, pero eso no es tener luz propia. Hay gente que es como la luna que lo único que puede dar es lo poco que recibe, pero hay gente que tiene que alumbrar continuamente. El diseño de Dios no es que un cristiano alumbre cuando le toque un privilegio en la iglesia, el diseño de Dios es que debe arder continuamente. Donde no hay aceite no habrá fuego, donde no hay fuego no va haber luz y donde no hay luz hay tinieblas. Es imposible que yo ande en luz si me falta el aceite, si me falta la unción. Es imposible que yo saque las tinieblas de mi casa si me falta el aceite. Hay gente que quiere ser luz sin aceite, ¡es imposible! (Salmo 23: 5) Lo que David está diciendo es: yo voy a alumbrar el día que me pare delante de mis enemigos, si tú primero me unges. I. EL DESCUIDO DE LA INSENSATEZ. No es difícil conseguir aceite, lo difícil es hacer que no se acabe (Mateo 25: 1 – 10) Es muy fácil pedir, lo difícil es comprar. Todos tenemos lámparas, pero no todos tenemos aceite. Lo que nos diferencia no es como lucimos por fuera, sino como estamos de aceite por dentro. Esas vírgenes representan la iglesia, donde hay dos grupos los que tienen aceite y los que no lo tienen, por eso hay guerra en la iglesia. ¿Qué hizo que a estas vírgenes se les acabara el aceite? La insensatez (carencia de la prudencia), es cuando alguien peca por imprudente. Alguien imprudente nunca se prepara y Dios siempre avisa. Cuando algo nos pasa es porque no nos preparamos a tiempo y el que no se prepara es un insensato, y el insensato pierde su aceite. La parábola me enseña que para tener aceite hay que pagar un precio, queremos respuesta sin ayuno y oración, queremos respuesta sin consagración. Por eso el consejo de las prudentes es compren, paguen el precio que cuesta tener aceite. II. EL DESCUIDO DE LA ARROGANCIA. (Judas 1: 11) Balaam era un gran profeta, el aceite que tenía era su visión, el profeta ve en lo espiritual lo que nadie ve. El aceite había habilitado sus ojos. Cuando el pueblo de Dios sale de Egipto y llega a la tierra prometida, había un rey de Moab llamado Balac. Balac intenta sobornar al profeta para que maldiga a Israel, pero el profeta le responde tengo que consultar a Dios. Dios le dice que no puede maldecirlo. (Números 22: 5 – 32) ¿por qué Balaam no veía al ángel y el asna sí? Porque se le acabó el aceite, ni siquiera se dio cuenta que el asna le hablaba. Hay veces que Dios te va a hablar por la boca más insignificante que hayas visto, porque como se te acabó el aceite Dios tiene que mandar a otro que te hable, porque no le prestas atención. ¿Qué hizo que Balaam perdiera la unción? Querer luchar contra la voluntad de Dios, por querer maldecir al pueblo de Dios. III. EL DESCUIDO DEL PROPÓSITO. (Jueces 9: 8, 9) Todos tenemos un aceite diferente. Cuando vinieron a buscar al olivo para que fuera rey, él dijo: yo no puedo dejar mi aceite y dejar de honrar a Dios por buscar grandeza. ¿Qué hace que se pierda el aceite? Cuando usted le pierde el amor a lo que hace por el Señor, porque quiere algo diferente que usted considera mayor. El aceite escasea cuando usted pierde de vista el propósito por el cual fue creado, cuando usted pierde de vista por qué fue honrado y ungido en lo que le sirve al Señor. Cuando usted ha sido ungido y en su casa no creen en usted, es porque todavía no se te evidencia el fruto de esa unción. A usted no se le puede olvidar para que Dios te envió a esta tierra. IV. EL DESCUIDO DE LA ASIGNACIÓN. (2 Reyes 4: 1 – 3) ¿Qué pasó en esta casa que se acabó el aceite? El hombre era siervo de profetas, y todo el mundo se beneficia de donde sirve. Esta mujer le dice al profeta Eliseo: tú sabes quién era mi esposo, él servía bien. Pero era un mal sacerdote y se acabó el aceite, y nos dejó deudas, y ahora estoy a punto de perder a mis hijos. ¿Qué hace que se pierda el aceite? Un mal sacerdocio, este hombre no supo dejarle algo a sus hijos, no supo dejarles una herencia. No permitas que tu casa se quede sin aceite, no permitas que tu casa se quede sin unción. Si tu esposa(o) no se preocupa por Dios, preocúpate tú, si tus hijos no se preocupan por Dios, preocúpate tú, si en tu casa nadie ora, levántate tú a orar. Tenemos que llenar nuestra casa de aceite, si nadie allá lo hace, nosotros debemos hacerlo. (1 Tesalonicenses 4: 19) que no se te cabe el aceite. El aceite se acaba cuando apagas al Espíritu Santo. Cuando el Espíritu Santo te quiere tocar y tú no quieres llorar porque la gente te ve. No apagues al Espíritu Santo, que no se te cabe el aceite. (Éxodo 27: 20) El aceite era puro y salía de olivas machacadas. Si estás pasando por cosas difíciles es que Dios te está machacando, para sacar de ti el mejor aceite.