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La inflación se hunde en marzo

hasta el 3,3% por el 'efecto


Ucrania' pero la subyacente se
enquista en el 7,5%
En el tercer mes del año pasado el dato dio un
salto hasta el 9,8% empujado al alza por el
conflicto
30/03/2023
Actualizado 31/03/2023 a las 04:51h.

El IPC interanual adelantado de marzo queda en el 3,3%, según ha


avanzado el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto supone 6,5
puntos menos que el año pasado y 2,7 puntos menos que en febrero
de 2023, aunque en buena medida tiene una explicación: el 'efecto
escalón' o 'efecto Ucrania' que se produce en la comparativa tras la
subida que se produjo en el mismo mes del año pasado por el
estallido de la guerra, con fuerte impacto en los precios de la
energía. La subyacente, por su parte, se ubica en el 7,5% y suma ya
cuatro meses igual o por encima de la cota del 7%.

Así las cosas, el INE muestra que la caída de la inflación hasta el


3,3% en marzo de este año se debe a que la guerra de Ucrania
disparó los productos energéticos, lo cual distorsiona la
comparativa, mientras que en el tercer mes de este ejercicio estos
han ido a la baja. «Esta evolución es debida, principalmente, a que
los precios de la electricidad y de los carburantes aumentaron en
marzo de 2022 y este mes disminuyen», indica la nota de prensa de
Estadística.
Marzo de 2022 fue el primer mes en el que la inflación se vio por
completo impactada por la guerra de Rusia en Ucrania. Febrero de
2022 marcaba un IPC del 7,6%, en plena escalada de precios, pero el
conflicto provocó un salto en la cifra hasta dejar el IPC en el tercer
mes del ejercicio en el 9,8%.

El techo lo alcanzó en los tres meses de verano (junio, julio y


agosto), en los que el dato superó el 10% en todos ellos, para luego
iniciar una reducción paulatina que se frenó en diciembre. De hecho,
ahí se produjo un fenómeno igual o más preocupante: la inflación
subyacente se colocó por encima de la general.

La subyacente se trata de la inflación sin contar los productos


energéticos y los productos no elaborados, sujetos a más vaivenes,
y en diciembre se colocó en el 7% para continuar escalando los
meses siguientes, y también en enero y febrero se ubicó por encima
de la general. Ahora esta permanece enquistada por encima de esa
cota del 7%, concretamente en el 7,5% en el mes de marzo. Y la
diferencia de 4,2 puntos con el índice general supone la mayor
desde agosto de 1986, cuando el INE empezó a calcular la
subyacente.

Por su parte, la tasa intermensual ha quedado en el 0,4%, frente al


0,9% de incremento que se produjo en febrero de este año. Así,
encadena dos meses seguidos de incrementos, aunque en menor
medida que cuando se inició la guerra. En marzo de 2022, por
ejemplo, el alza fue del 3%.

Los alimentos, en la diana

Más allá de ello, lo que más preocupa en estos momentos es el


precio de los alimentos. En este indicador adelantado no se aportan
datos por productos y habrá que esperar al dato definitivo a
mediados de abril, pero la tendencia que se viene viendo los últimos
meses no invita al optimismo.

En febrero el INE comunicó un encarecimiento del 16,6% en los


últimos doce meses de la cesta de la compra y se espera que no dé
tregua en el corto plazo. Es más, el Banco de España revisó hace
poco su estimación para este concepto.

El supervisor bancario descontaba en diciembre un alza del precio


de los alimentos del 7,8% para 2023, pero tres meses después
revisó su vaticinio hasta dejarlo en el 12,2% para el conjunto del año.
Una subida a doble dígito que estrangula a las familias pese a la
rebaja del IVA de ciertos productos acometida por el Gobierno de
Pedro Sánchez y cuyo efecto ha quedado ya diluido.

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