Está en la página 1de 4

TEMA: FIDELIDAD CONYUGAL

TEXTO BASE: Cant 8:6,7; Pv 5.15-23

Introducción: mis hermanos, la paz del señor. Hoy es un día diferenciado pues,
estaremos tratando temas de suma importancia para todos nosotros.
Comenzaremos hablando del libro de Cantares de salomón. Así dice los
versículos que siguen:

Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo;
Porque fuerte es como la muerte el amor;
Duros como el Seol los celos;
Sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama.
Las muchas aguas no podrán apagar el amor,
Ni lo ahogarán los ríos.
Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor,
De cierto lo menospreciarían. Cant. 8:6-7

Canticos de salomón, o cantico de los canticos, como también ese libro es


conocido, de igual manera probo ser un enigma para muchos profesores de la
palabra de Dios. Es mejor interpretar el libro como un cantico dedicado a la
dadiva del amor conyugal, como deseaba Dios, una vez que no hay en el libro
indicaciones que sugiera que el debe ser interpretado de modo alegórico. Por
tanto, aquello que el Verbo encarnado (el propio Jesús) hiso por el casamiento,
al comparecer al banquete de boda en Cana de Galilea también la palabra
escrita hiso, nos dando ese libro. Naturalmente, la expresión “cantico de los
canticos” es una manera de los hebreos expresar la forma superlativa; de esa
manera, este es el mejor cantico que Dios podría darnos sobre ese tópico de
los placeres de genuino amor conyugal.

Ahora, analizaremos los textos de proverbios:


Bebe el agua de tu misma cisterna,
Y los raudales de tu propio pozo.
¿Se derramarán tus fuentes por las calles,
Y tus corrientes de aguas por las plazas?
Sean para ti solo,
Y no para los extraños contigo.
Sea bendito tu manantial,
Y alégrate con la mujer de tu juventud,
Como cierva amada y graciosa gacela.
Sus caricias te satisfagan en todo tiempo,
Y en su amor recréate siempre.
¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer ajena,
Y abrazarás el seno de la extraña?
Porque los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová,
Y él considera todas sus veredas.
Prenderán al impío sus propias iniquidades,
Y retenido será con las cuerdas de su pecado.
El morirá por falta de corrección,
Y errará por lo inmenso de su locura. Prov. 5:15-23
Muchos intérpretes describen apropiadamente Proverbios 5.15-23 como una
alegoría. Más, lo que realmente muestra la mano del autor es el hecho de que
el versículo 18 repetidamente exclama:… “alégrate con la mujer de tu juventud”.
Después de usar cinco metáforas usando agua, esa repentina pasaje para una forma
directa de declarar las cosas, muestra que el autor deseaba que sus referencias a una
persona beber agua del propio pozo fuesen interpretadas como tener relaciones
sexuales apenas con la propia esposa. Dividiremos los versículos en cuatro secciones-
I. nuestro conyugue debe ser nuestra fuente de placer (v. 15)
II. el relacionamiento con nuestro conyugue debe ser protegido (vv. 16,17)
III. nuestro deleite debe estar en nuestro conyugue (vv. 18-20)
IV. nuestro relacionamiento con nuestro conyugue esta ante los ojos de Dios (vv.
21-23)
Proverbios 5 es más que relevante para el mundo de hoy, pues nos ayuda a tomar
una posición sobre la cuestión de FIDELIDAD CONYUGUAL. Veamos como el
texto aun nos habla tan dramáticamente, sobre las mismas cuestiones que
confrontaran al pueblo en los días de Salomón. Pocas veces en la historia vimos
ataque mas abierto al código bíblico de conducta sexual que en nuestros días. La
comunidad secular frecuentemente acusa a los cristianos de sernos contrarios al
sexo. Ella burla abiertamente de la insistencia de los cristianos de que los
relacionamientos sexuales deben si limitar al casamiento, como una antigua
visión que parece puritana. Aun en la iglesia, muchos han comenzado
abiertamente a abandonar el camino de Dios, pasando para nuevos patrones de
esa generación. No es apenas un problema de adolescentes, eso es, cada vez más,
un problema para adultos en su media edad y en su vejez, cuando muchos
escogen la infidelidad y la falta de castidad como un modo de vida.
El texto en cuestión describe los resultados de estas relaciones extra-conyugales.
Mas en lugar de defender una visión púdica del sexo, como algunos acusan a
los cristianos y hasta mismo la biblia de hacer, ese pasaje celebra la alegría de
la sexualidad humana, pero adentro de un compromiso de casamiento. Nadie
puede acusar proverbios 5 de ser contra el sexo. En la verdad, ese pasaje
refleja el hecho de que nuestra sexualidad es una dadiva de Dios y que eso es
lo que torna tan sublime y sus cariños tan placenteros. Uno de los riesgos en
ese sistema, fue predicto por Alvin TToffer, en su libro de 1970, future shock
que los casamientos futuros tornarían los conyugues desechables, después
que uno o el otro se haya librado de su conyugue con el cual el/la se había
comprometido. Por lo tanto, en contraste a esas filosofías emergentes de
exploración y experimentación, el propósito de Dios para el casamiento
permanecía y permanece el mismo de Génesis 2:18- Y dijo Jehová Dios: No es
bueno que el hombre esté solo… los dos, hombre y mujer, serán una carne.

En primer lugar- nuestro conyugue debe ser nuestra fuente de placer (5.15).
Los sustantivos “cisterna” y “pozo” son usados aquí símbolos de la esposa.
Ambos son fuentes de agua potable, además de profunda satisfacción y alivio.
El placer aquí mencionado nos es apenas espiritual, mas sensual, sin ningún
intento de hacer comparaciones con la forma o anatomía femenina. La imagen
es de placer y conexión. Es nuestro propio pozo y nuestra propia cisterna que
propician alivio. De esta forma, la metáfora nos ordena que seamos fieles a
nuestros conyugues. Cada relacionamiento clandestino o atracción anormal
viola la ley mas clara de Dios. El designio permanente e original de Dios es
que cada uno de nosotros tengamos una fuente. Como dice cantares 4.12:
“Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía; Fuente cerrada, fuente sellada”. De
la misma manera, en el capítulo 4.15: “Fuente de huertos, Pozo de aguas vivas…”

En segundo lugar- el relacionamiento con nuestro conyugue debe ser protegido


(5.15-16). Percibimos inmediatamente el cambio, de los sustantivos en el singular del
versículo 15 para las referencias en el plural- “fuentes y riberos”. Aquí la imagen es de
desperdicio, una dispersión de agua preciosa (consecuentemente la sexualidad de
alguien) por la calles y plazas públicas. La tranquilidad domestica fue de alguna
manera destruida, pues la esposa fue en busca de casos extra-conyugales,
derramando de alguna manera sus preciosos bienes por toda la ciudad. La imagen no
es la del varón como sugieren algunos, con el agua representando el esperma
masculino que engendro hijos por toda la ciudad. Ni es de un pozo que se secó por
falta de uso, y así es desperdiciado por causa de la negligencia y falta de sensibilidad
de su esposo. Lo que define la cuestión es el hecho de que en el versículo 17, las
fuentes de los versículos 15, 16 y 18 son mencionadas como siendo “para ti solo”, eso
es, para el esposo, como sustantivo plural aun refiriéndose a la esposa en el versículo
15.

En tercer lugar- nuestro deleite debe estar en nuestro conyugue (vv. 18-20).
La fuente es bendecida cuando es aprovechada como Dios pretendía- esto es,
dentro de los lazos del matrimonio. En la Septuaginta en griego, el versículo
18 dice: “que su fuente sea solamente para ti”. La palabra de Dios recomienda
que cada uno entienda la pasión y el placer entusiasta del propio conyugue
como dadiva e designio de Él para las parejas. Hay una atracción divinamente
ordenada por el sexo opuesto, pero se mal utilizada, llevara a la destrucción
(Pv 7). Mas en el estilo monogamico es mejor que el vino (Ct 1.2). Es una llama
del Señor (Ct 8.6). Por tanto, debemos “nos alegrar con la mujer de nuestra
juventud” (Pv 5.18), pues nuestro texto le asocia a “una cierva amada y graciosa
gacela”. Estos animales son usados aquí como comparación, pues nos dan la
idea de gracia, forma y agilidad de movimiento, exactamente como en cantares
4.5 y 7.3. Existe una satisfacción que se deriva del aspecto sensual y físico del
acto sexual conyugal. Más que eso, el es considerado como una intoxicación
en Proverbios 5.19, 20. El verbo traducido como “atraído” también significaba,
de manera más literal, “embriagado”. Cuan satisfactorios y placenteros son los
placeres del sexo físico para aquellos que usan sus dadivas sexuales como
fueron designadas divinamente en el matrimonio.

Finalmente, nuestro relacionamiento esta ante los ojos de Dios (vv 21-23). A
los argumentos anteriores a favor de la fidelidad conyugal, son acrecentadas
dos nuevas razones para ser fiel al propio conyugue. Primero, Dios observa
todo lo que sucede en el planeta tierra. Jamás hubo un encuentro amoroso
secreto que huyera a la observación de Dios (v.21). Todos los caminos son
examinados, ponderados y verificados, para que podamos ser juzgados con
justicia (v.21b). Asi, vemos el primer motivo para la pregunta retorica del
versículo 20: ¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer ajena…? Lo que Dios
nos dio a la sexualidad humana tiene el derecho de esperar el uso adecuado y justo de
esa dadiva. En pocas palabras: ¡no hay un motel o beco donde Dios no pueda
ver y saber lo que está aconteciendo! El segundo motivo para ser fiel al
propio conyugue es encontrado en los versículos 22,23. El conyugue que
decide vivir de modo promiscuo acabara percibiendo que está preso en las
cuerdas de sus propios pecados. No solamente esa falta de disciplina resultara
en esclavitud de su propio ser corrupto, como también destruirá su
matrimonio y provocara su propia muerte. Esa es la dimensión de la locura
(v.23). El placer que él buscaba ira evaporar, y burlarse de él, y así la ironía
será el final de todo. Cualquier conclusión que no vea el terrible impacto que
ese texto tiene muestra que nuestra cultura contemporánea esta ciega. Está
claro que los casamientos muertos son casamientos no bíblicos; ellos no honran a Dios.
Las parejas deben luchar ferozmente por una renovación y un crecimiento diario en su
casamiento. Dios decreto que debe haber alegría, satisfacción, exclusividad, atención,
misterio, belleza, poder y consciencia en la presencia de Dios. Su mirada se extiende
hasta misma en los lechos donde el acto conyugal acontece. El sexo en el casamiento no
es sórdido, mundano y ni pecaminoso por causa de Él. Esa es una de las más bellas
dadivas dadas a los mortales que siguen al Señor. En verdad, es un “cantico de los
canticos”, o mejor de todos los canticos! Que por su gracia, podamos resistir al flujo de
la cultura de nuestros días y renovar nuestros votos del sagrado matrimonio para la
gloria de Dios.

Pr. Edilson Dias

Sermón /charla para el “encuentro de mujeres”. Campo 9, 19 de abril de 2014

También podría gustarte