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ESCUELA
NACIONAL
DE
EDUCACIO
ASIGNATURA: COMUNICACIÓN II
INTEGRANTES:
AREQUIPA
-PERU
2023
DEDICATORIA
INTRODUCCIÓN
2. OBRAS.................................................................................................21
2.1 Novelas..........................................................................................21
2.2 Cuentos.........................................................................................22
2.4 Poesía............................................................................................23
2.7 Premio...........................................................................................25
3.1 Personajes.....................................................................................33
ANEXOS
BIBLIOGRAFÍA
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INTRODUCCIÓN
Cuando, a mediados del siglo XX, Arguedas escribió textos tan formidables
como Los ríos profundos (1958), Todas las sangres (1964) o El zorro de arriba
y el zorro de abajo (1971, póstuma), resultaba complicado comprender la
dimensión del logro de esa narrativa, ese lenguaje que es abrazo entre lenguas
y culturas, libertad y sentimiento creador. La obra de Arguedas era en ese
momento el ejemplo más destacable de transculturación narrativa en la
literatura latinoamericana. Lo sigue siendo.
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neutralizar las diferencias en un todo coherente, sino de respetar y dar voz a la
multiplicidad polifónica y encontrada, sin dejar de poner énfasis en la matriz
cultural marginada por el desequilibrio de poder. Así, la narrativa y el
pensamiento transcultural de Arguedas apuntaron siempre al orden de la
disidencia y la innovación. No apostaba por una simplificadora función
sincrética, sino que creía que las alteridades podían coexistir y que la
interacción podría ser una vía de enriquecimiento, de creación de caminos,
tanto en el arte como en la vida.
Explica:
5
Arguedas es, sigue siendo, ejemplo inmejorable de transculturación narrativa y
vital. En ello reside, en parte, su vigencia en el mundo actual, donde resulta tan
necesario apostar por la comunicación intercultural como vía de diálogo y
coexistencia. En este sentido, merece la pena recordar las palabras de Pascale
Casanova (1999: 70), cuando apunta que […] el país de la literatura no es la
isla encantada del mestizaje y del multiculturalismo, del acceso ilusorio de
todas las culturas al reconocimiento universal: es un territorio desigual en el
que los más desfavorecidos literariamente son sometidos a una violencia
invisible. La literatura universal es hoy asunto de rebeldes y de revolucionarios
que consiguen subvertir la ley literaria y conquistar, a través de la invención de
formas nuevas, su libertad de escritores.
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elementos prehispánicos y occidentales. Y él se propuso crear precisamente
desde esa confluencia.
Optimista y sensible quizás a partes iguales, Arguedas, que dijo escribir por
amor, por goce y por necesidad, que dijo que no soportaba vivir sin pelear y sin
hacer algo para dar a los otros (Arguedas, 1971, póstuma: 9), acabó por
quebrarse, en un mundo que, finalmente, le dolía demasiado. Sin embargo, su
fe imbatible en la cultura indígena y mestiza como fuente para la creación
artística y su confianza en el encuentro de “todas las sangres” en el Perú,
realmente en toda América Latina, siguen vivas en su obra, hoy más vigente
que nunca.
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el panorama y el alcance del pensamiento arguediano y a abrir nuevas líneas
de trabajo en torno a su obra.
Ante todo, Arguedas era “pura vida”, como lo definió Gustavo Gutiérrez. Hoy,
seguimos aprendiendo de un aporte, literario y humano, que, cuanto más
tiempo pasa, más va asentándose y ocupando un lugar excepcional. Pues
Arguedas, su magnífica transculturación narrativa y su actitud traductora y
dialogante ante la vida y la creación vivieron con el tiempo a favor. Aunque él
no lo supiera.
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Y así, con el tiempo a favor, este libro quisiera, humildemente, abrir un
pequeño camino que, ojalá, pueda ampliarse con informaciones que quizás
todavía están por descubrir y con análisis más profundos.
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en diversos pueblos, y de Victoria Altamirano Navarro, perteneciente a
una hacendada y acaudalada familia de Andahuaylas. Cuando falleció
su madre (cuando el tenía 3 años), víctima de «cólicos hepáticos», pasó
a vivir en la casa de su abuela paterna, Teresa Arellano, en la ciudad de
Andahuaylas. En 1915, al ser nombrado juez de primera instancia de la
provincia de Lucanas departamento de Ayacucho, su padre se trasladó a
dicha sede, donde poco después se casó con una rica hacendada del
distrito de San Juan (Lucanas), provincia del mismo nombre del
departamento de Ayacucho, Grimanesa Arangoitia Iturbi viuda de
Pacheco (1917). El pequeño José María viajó entonces a Lucanas, para
reunirse con su madrastra; el viaje fue todo un acontecimiento para él,
como lo recordaría siempre. La familia se instaló en Puquio, capital de la
provincia de Lucanas del departamento de Ayacucho. José María y su
hermano Arístides, dos años mayor que él, fueron matriculados en una
escuela particular. Al año siguiente, 1918, los dos hermanos continuaron
sus estudios en San Juan de Lucanas, a 10 km de Puquio, viviendo en
la casa de la madrastra. En 1919, Arístides fue enviado a estudiar a
Lima y José María continuó viviendo con la madrastra.
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varios de sus cuentos). Al parecer, esa fue solo una de las tantas
escenas sexuales que fue obligado a presenciar, ya que el hermanastro
tenía muchas amantes en el pueblo.5La figura de este hermanastro
habría de perdurar en su obra literaria personificando al gamonal
abusivo, cruel y lujurioso. Sobre aquel personaje diría Arguedas
posteriormente:
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en sus frecuentes viajes laborales, conociendo más de 200 pueblos.
Pasaron por Huamanga, Cuzco y Abancay. En esta última ciudad
ingresó como interno en el Colegio Miguel Grau de los Padres
Mercedarios, cursando el quinto y sexto grado de primaria, entre 1924 y
1925, mientras su padre continuaba su vida itinerante y su hermano
Arístides seguía su educación en Lima. Esta etapa de su vida quedó
conmovedoramente plasmada en su obra maestra, Los ríos profundos:
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costeños hacia los serranos, tanto de parte de sus profesores como de
los mismos alumnos. Se enamoró intensamente de una muchacha
iqueña llamada Pompeya, a quien le dedicó unos acrósticos, pero ella lo
rechazó diciéndole que no quería tener amores con serranos. Él se
vengó llegando a ser el primero de la clase en todos los cursos,
derrumbando así la creencia de la incapacidad intelectual del hombre
andino.
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Tras permanecer
alrededor de un año en la
prisión El Sexto, fue
nombrado profesor de
castellano y geografía en
Sicuani, en el
departamento de Cuzco,
cargo en que descubrió su
vocación de etnólogo. En
octubre de 1941 fue agregado al Ministerio de Educación para colaborar
en la reforma de los planes de estudios secundarios. Tras representar al
profesorado peruano en el Congreso Indigenista Interamericano de
Patzcuaro (1942), reasumió su labor de profesor de castellano en los
colegios nacionales Alfonso Ugarte, Nuestra Señora de Guadalupe y
Mariano Melgar de Lima, hasta que en 1949 fue cesado por
considerársele comunista.
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hasta su muerte, ocurrida a consecuencia de un balazo que se disparó
en la sien y que ocasionaría su fallecimiento cuatro días después. Fue
galardonado con el Premio Fomento a la Cultura en las áreas de
Ciencias Sociales (1958) y Literatura (1959, 1962) y con el Premio Inca
Garcilaso de la Vega (1968).
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prisión, episodio que tiempo después evocó en la novela del mismo
nombre. Pero a pesar de simpatizar con el ideario comunista, nunca
participó activamente en la política militante. Estando en prisión, se dio
tiempo para traducir muchas canciones quechuas que aparecieron en su
segundo libro publicado: Canto kechwa.
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arriba y el zorro de abajo; en una de esas cartas (con fecha 23 de julio
de 1945) dijo:
Yo sigo mal. Van tres años que mi vida es una alternativa de relativo
alivio y de días y noches en que parece que ya voy a terminar. No leo,
apenas escribo; cualquier preocupación intensa me abate totalmente.
Sólo con un descanso prolongado, en condiciones especiales, podría
quizá, según los médicos, curar hasta recuperar mucho mi salud. Pero
eso es imposible.
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participar en una reunión de la OIT (Organización Internacional del
Trabajo). En 1952 hizo un largo viaje con su esposa Celia por la región
central andina, recopilando material folclórico, que publicó con el título
de Cuentos mágico-realistas y canciones de fiestas tradicionales del
valle de Mantaro, provincias de Jauja y Concepción. En 1953 fue
nombrado director del Instituto de Estudios Etnológicos del hoy Museo
Nacional de la Cultura Peruana, cargo en el que permaneció durante
diez años; simultáneamente dirigió la revista Folklore Americano (órgano
del Comité Interamericano de Folklore, del que era secretario).
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La producción intelectual de Arguedas es bastante amplia y comprende,
además de obras de ficción, diversos trabajos, ensayos y artículos sobre
el idioma quechua, la mitología prehispánica, el folclore y la educación
popular, entre otros aspectos de la cultura peruana. La circunstancia
especial de haberse educado dentro de dos tradiciones culturales, la
occidental y la indígena, unido a una delicada sensibilidad, le permitieron
comprender y describir como ningún otro intelectual peruano la compleja
realidad del indio nativo, con la que se identificó de una manera
desgarradora.
Por otro lado, en Arguedas la labor del literato y la del etnólogo no están
nunca totalmente disociadas, e incluso en sus estudios más académicos
encontramos el mismo lenguaje lírico que en sus narraciones. Y aunque
no era diestro en el manejo de las técnicas narrativas modernas, su
literatura (basada especialmente en las descripciones) supo comunicar
con gran intensidad la esencia de la cultura y el paisaje andinos.
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indios tras la muerte de su madre. De esa manera asimiló la lengua
quechua, y lo mismo sucedió con las costumbres y los valores éticos y
culturales del poblador andino.
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estos relatos se advierte el primer problema al que se tuvo que enfrentar
en su narrativa, que es el de encontrar un lenguaje que permitiera que
sus personajes indígenas (monolingües quechuas) se pudieran expresar
en idioma español sin que sonara falso. Ello se resolvería de manera
adecuada con el empleo de un "lenguaje inventado": sobre una base
léxica fundamentalmente española, injerta el ritmo sintáctico del
quechua. En Agua los conflictos sociales y culturales del mundo andino
se observan a través de los ojos de un niño. El mundo indígena aparece
como depositario de valores de solidaridad y ternura, en oposición a la
violencia del mundo de los blancos.
Yawar fiesta (1941)
plantea un problema de
desposesión de tierras
que sufren los
habitantes de una
comunidad. Con esta
obra el autor cambia
algunas de las reglas de
juego de la novela
indigenista, al subrayar
la dignidad del nativo
que ha sabido preservar sus tradiciones a pesar del desprecio de los
sectores de poder. Este aspecto triunfal es, de por sí, inusual dentro del
canon indigenista, y da la posibilidad de entender el mundo andino como
un cuerpo unitario, regido por sus propias leyes, enfrentado al modelo
occidentalizado imperante en la costa del Perú.
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mujeres indígenas por la sal y el descubrimiento angustioso del sexo son
algunas de las etapas a través de las cuales Ernesto define su visión del
mundo.
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La última novela de Arguedas, El zorro de arriba y el zorro de abajo, que
se publicó póstuma en 1971, quedó inacabada por el suicidio del
escritor. Los capítulos que consiguió escribir están ambientados en
Chimbote, un puerto pesquero del norte que sufre un desarrollo
impetuoso y caótico. El autor alterna la representación dramática de los
costes humanos de este crecimiento, especialmente la pérdida de
identidad cultural de los indios trasplantados a la ciudad, con apuntes de
diario, de los cuales emerge la decisión, cada vez más inexorable, de
suicidarse.
2. OBRAS
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ha venido cobrando mayor relieve, pese a que es poco conocido fuera
del Perú.
2.1 Novelas
2.2 Cuentos
24
1967: Amor mundo. Colección de cuatro cuentos de tema erótico:
«El horno viejo», «La huerta», «El ayla» y «Don Antonio». 28
2.4 Poesía
1966: Oda al jet.
25
1972 – Katatay y otros poemas. Huc jayllikunapas. Poemas en
versiones quechua y española. Publicado póstumamente por Sybila
Arredondo de Arguedas.
1966: Poesía quechua.
26
recopilación hecha por el sacerdote cuzqueño Francisco de Ávila a
fines del siglo XVI, en la provincia de Huarochirí.
2.7 Premio
27
de especialidad en Etnología, «La evolución de las comunidades
indígenas».
28
En Andahuaylas, Apurímac, más de 5 mil personas desfilaron en un
pasacalle por la ciudad desde las siete de la mañana acompañados de
bailes folclóricos y la Danza de tijeras. La celebración comenzó con una
misa a las 7 a. m. oficiada en quechua en la Iglesia de San Pedro,
seguida de un repicar de campanas.33
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la lucha que lleva incluso a levantamientos de masas. También de la
violencia, desde la que choca a los ojos y cuesta nombrar hasta la hecha
con poesía. Como si se estuviera en días anteúltimos, definitivos. Por
eso, si incluso hoy se las leyera recogiendo señales que indican que nos
encontramos en los umbrales de una transformación radical, no se
estaría errado.
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para que se haga lugar a otra cosa, a lo nuevo y más aún si es en clave
emancipadora.
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Pero es ese mismo aislamiento el que hace que se sostengan
condiciones de explotación que le niega humanidad a los indios, el que
presta socorro a una jerarquía social incuestionable y con legitimidad de
conquistadores. ¿Cuánto de lo que mantiene incontaminado la muralla
de los Andes preserva mejor al “mundo”, al “mundo indio”, y cuánto tan
sólo hace perdurar la explotación? ¿Qué hacer? ¿Romper el hechizo de
la inmovilidad? ¿Permitir, bregar incluso para que penetren las fuerzas
del progreso o hacer más potente las que aíslan a esa región resistente,
anacrónica? Arguedas no hace que Ernesto se formule estas preguntas
demasiado ideológicas, demasiado propias de una lectura tardía como
ésta. Serían el remanso que interrumpiría imperdonablemente la acción.
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Unos indios son los de las comunidades que a mucho han resistido y a
otro tanto se han plegado, de hecho el hijo de un cacique es
condiscípulo y amigo de Ernesto; otros son los indios de las haciendas,
colonos superexplotados, que se inclinan “como un gusano que pidiera
ser aplastado”. Y son también las cholas, las chicheras mestizas. Entre
unos y otras, el muchacho parece querer escuchar los rumores que por
fin confirmen que el indio está por devenir un sujeto con la consistencia y
la potencia que imagina pueden tener.
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En unos el del internado y su autoridad máxima, el del padre director; en
el de los jóvenes que tienen futuro asegurado de gamonales-, es
aceptado como un forastero, como un loco, indio se le llega a decir.
Entre los indios y mestizos no desentona mayormente ni perturba, pero
apenas se lo ve. Todo indica, sin embargo, que es él quien sostiene la
relación más intensa y genuina con la cultura quechua y, a su través,
con la naturaleza.
Con todo, una lectura desde el capitalismo extremo que es nuestro suelo
no puede dejar de prestar atención a una figura que se vuelve principal
en la narración y que, al menos en los escritos de Rama que llegamos a
revisar, no se terminaba de dimensionar. Postergación que
probablemente corresponda a esa coyuntura.
Hay una mujer a la que tan sólo se llama “opa”, que es perseguida por
algunos de los estudiantes para violarla una y otra vez en un rincón del
patio. Ese verbo nunca es pronunciado, no tiene nombre la acción que
ocurre noche tras noche. Lo mismo hace el portero, se sugiere que
también uno de los religiosos.
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situación adquiere por primera vez una cualidad propia al final de la
novela, al vincularse, por un reboso, con la chichera doña Felipa también
ella perseguida. El cuerpo de la “opa” es el de los indios pero, además
de necesitado y deseado, sexuado y finalmente peligroso porque
transmite la peste que amenaza a Abancay.
3.1 Personajes
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Ernesto
Secundarios
Gabriel
El viejo
Marcelina
Doña Felipa
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Simboliza la fuerza de las damas, que con pujanza y audacia se puede
realizar reivindicaciones sociales.
Los Padres
Augusto Linares
Padre Cárdenas
Miguel
Los Colonos.
Escoltas civiles.
Cocinera.
Añuco
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los sacerdotes del colegio a temprana edad, mucho antes que su padre
muriera.
Lleras
Chauca
Antero Samanez
Palacios
Peluca
Este alumno por ser hijo de un peluquero, fue nombrado como el peluca.
Es un muchacho corpulento, de 20 años que estudia también en el
colegio al que asisten todos los anteriormente nombrados. En la historia
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lo describen como un cobarde, al punto de ser quien abusa de la opa
Marcelina.
Otros compañeros
Romero
Prudencio
Valle
Rondinel
Gerardo
Salvina
Alcira
Alcilla
Pablo
Entre otros.
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Mezclo su realidad con la narración y simultáneamente, creo un
personaje que mostrara el entorno andino y occidental, del período en el
que se relató la historia. Este expreso las angustias y el carácter de
estos sectores, por medio de la vida de Ernesto.
Esto le permite al lector, conectar todas las ideas y tener una mejor
comprensión de la literatura por completo.
Los ríos profundos sin dudar, es una de las historias más extraordinarias
que podamos conseguir en Perú y la comunidad hispanoamericana. Es
un escrito con amplia profundidad en el tema cultural social, con un
formalismo excepcional.
ANEXOS
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BIBLIOGRAFÍA
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https://www.iberoamericana-vervuert.es/introducciones/
introduccion_R110151.pdf
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/arguedas.htm
https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Mar%C3%ADa_Arguedas
https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.12086/pr.12086.pdf
file:///C:/Users/Nancy/Downloads/Dialnet-
ElDerechoGermanicoYLaPazDeLaCasa-2165562.pdf
https://bibliotecaresumen.com/resumen-de-los-rios-profundos-personajes-
analisis-literario-argumento-y-autor/
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