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EN BUSCA DEL SENTIDO Los principios de Viktor Frankl aplicados al mundo del trabajo Alex Pattakos, Ph. D. Prélogo de Stephen R. Covey, autor de Los 7 hdbitos de la gente altamente efectiva. PAIDOS ct q ’ ‘ ' | : 7 PRINCIPIOS PARA HALLAR SENTIDO A SU VIDA Y A SU TRABAJO La obra Fl hombre en busca del sentido ultimo, escrita por el prestigioso psiquiatra Viktor Frankl (e igualmente publicada en castellano por Ediciones Paidés), es uno de los libros mas impot tantes de nuestro tiempo. La historia personal de su autor, d dido a encontrar una raz6n para vivir ain en las circunstancias mas terribles —los campos de concentracion nazis— ha servido de guia a millones de personas. Ahora, el presente libro aplica la filosofia de Frankl al lugar de trabajo y expone varios principios que contribuyen a incremen- tar nuestra capacidad de enfrentarnos a los retos del mundo la- boral y encontrar sentido al quehacer cotidiano, desarrollando asi todo nuestro potencial. «Quienes buscan el sentido de su trabajo y de su vida encontraran reflexiones muy valiosas en esta aplicacion practica —fruto de una profunda experiencia y magistralmente expuesta— del pensamiento y la sabiduria del doctor Frankl.» Dee Hock, Fundador y CEO emérito de Visa WK www.paidos.com Paidés Psicologia Hoy Titulos publicados 59, J. L. Linares, Las formas del abuso 60. J. James, El lenguaje corporal 61. P. Angel y P. Amar, Guia préctica del coaching 62. J. Fogler y L. Stern, gDénde he puesto las Uaves? 63. D.C. Thomas y K. Inkson, Inteligencia cultural 65. J. Redorta, Entender el conflicto 66. E. J. Langer, Mindfulness. La conciencia plena 68. G. Nardone, La mirada del corazin 69. C. Papagno, La arquitectura de los recuerdos Alex Pattakos En busca del sentido Los principios de Viktor Frankl aplicados al mundo del trabajo PAIDOS Barcelona + Buenos Aires « México Titulo original: Prisoners of Our Thoughts Originalmente publicado en inglés, en 2004, por BerrettKoehler Publishers Inc., San Francisco First published by Berrett-Koehler Publishers Inc., San Francisco, CA, USA, All Rights Reserved Traduccién de Rafael Santandreu Cubierta de Idee 1. ed. en Psicologia hoy en 2009 ‘Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizacién escrita de los ticulares dando a los demis, dandoles su ultimo pedazo de pan. «Pue- de que fueran pocos en nimero —escribié—, pero ofrecian pruebas suficientes de que al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: laniiltima"de*las*libertades*humanas, la tancias para decidir su propio camino.»* Esta afirmaci6n es quizds una de las mas citadas del traba- jo de Frankl. El senador de Estados Unidos John McCain atri- buy6 su capacidad para sobrevivir como prisionero de guerra durante siete afios en Vietnam, en gran medida, a lo que ha- bia aprendido de las ensefianzas de Viktor Frankl. En el prefa- cio de su libro, Faith of My Fathers (1999), aparece esta misma cita. En el reino del trabajo, no faltan las referencias a las inves- tigaciones de Frankl. El famoso psicélogo Stephen R. Covey, autor de Los 7 hdbitos de la gente altamente efectiva, ha basado buena parte de su trabajo en el enfoque de Frankl. En su li- bro, Primero, lo primero: vivir, amar, aprender, dejar un legado, ha- bla de la experiencia del austriaco en el campo de concentra- cin y cita el siguiente parrafo de El hombre en busca de sentido: «[...] el factor mas importante, se dio cuenta, era tener una vi- sién de futuro; la conviccién de que aquellos que sobrevivie- ron tenian una misién que realizar, les quedaba algo impor- tante por hacer».® Sin duda alguna, Viktor Frankl ha dejado un profundo le- gado. A través de su vida y su trabajo nos recuerda que todos tenemos algo importante que hacer, que cualquier cosa que hacemos es importante y que podemos encontrar sentido en todo momento y en todas partes. 8. Ibid., pag. 75 (trad. cit., pag. 99). 9. Stephen R. Covey, A. Roger Merrill y Rebecca R. Merrill, First Things First, Nueva York, Simon & Schuster, 1995, pag. 103 (trad. cast.: Primero, lo primero, Barcelona, Paidés, 1995). EL LEGADO DE VIKTOR FRANKL 47 eel Piense en alguna situacion en la que se sintié atrapa- do 0 recluido en el trabajo (puede tratarse de su si- Ejercitando tuacién actual). Quiza no gozaba de la libertad o el sentido autoridad para manejar la situacién de la manera que, idealmente, le hubiese gustado. 2Qué hizo al res- pecto? En otras palabras, écual era su plan de escape? Preguintese ahora: ¢{Qué aprendi de ello?», «{Cdmo reaccionaria en la ac- tualidad ante esa situacion?». Pregunta sobre el sentido: écudl es su visién del tipo de trabajo que realmente quiere hacer? PARA UNA MAYOR REFLEXION Piense en las dificultades por las que ha tenido que pasar en su vida la- boral. Preguntese: zcémo me puede ayudar la experiencia que Viktor Frankl vivid en los campos de concentracién para lidiar con esas difi- cultades? Capitulo 3 LOS LABERINTOS DEL SENTIDO Quiero subrayar que el verdadero sentido de la vida debe encontrarse en el mundo y no dentro del ser humano o de su propia psique, como si se tratara de un sistema cerrado.' En un episodio de la popular serie de televisién Frasier, el protagonista, el doctor Frasier Crane, recibe la noticia de que le van a conceder un galardon, el Lifetime Achievement Award, por su trabajo de toda una vida como psiquiatra y comunica- dor en la radio. Antes de la ceremonia, Frasier acude a otro psiquiatra porque se siente ansioso y ambivalente acerca del premio. El problema es que, a pesar de todo su éxito profesio- nal, se siente vacio. En la ceremonia, su discurso de aceptaci6n es ole breve y acaba con una pregunta existencial: «[...] Y ra equé-hago-comelresto:de-mi-vida?». Se trata de un caso a ficcién, pero la preocupacién es muy real. Frasier ha llega- do a un punto critico en su vida y no sabe hacia dénde ir, como si se hallase en un laberinto leno desrecovecosyy cami- nos ciegos. Pero un laberinto no tiene por qué ser un rompecabezas. La vida no es un problema que deba resolverse, sino un cami- no hacia el'séntido. Se trata de un sendero circular y serpen- teante, pero no tiene callejones sin salida. Lo Gnico que hay es 1, Viktor E, Frankl, Man’s Search for Meaning: An Introduition to Logotherapy, 4 ed., Boston, Beacon Press, 1992, pag. 115 (trad. cast.: El hombre en busca de sen- tid, Barcelona, Herder, 2004, pag. 155). 50 EN BUSCA DEL SENTIDO una entrada y una salida y, entre ambas, muchas curvas, algu- nas cortas y otras largas. Nunca nos hallamos realmente perdi- dos, aunque a veces no logramos ver claramente hacia donde nos dirigimos. En algunas ocasiones caminamos por el borde, cerca de la cuneta; en otras, recorremos con paso firme el cen- tro del camino. Algunas veces nos movemos con confianza y facilidad; otras, tenemos que arrastrarnos. Hay momentos en los que necesitamos detenernos a reflexionar; en otros, senti- mos la necesidad de retirarnos. Un dia, podemos hallarnos ante situaciones graves; otro, ante cuestiones divertidas. Hay €pocas en que compartimos nuestro camino con otras perso- nas; las hay también en las que estamos solos. En todo caso, siempre estamos en el laberinto. Alli tiene lugar toda nuestra experiencia, en la vida y en el trabajo. donde se habian levantado antiguos laberintos. En la Catedral de Chartres, en Francia, hay un laberinto dibujado en el suelo que muchos consideran un simbolo del antiguo peregrinaje a Jerusalén. Pero un laberinto es también una metafora de las cosas sagradas que hay en nuestra vida. En sus recodos, ese es- pacio milenario alberga todo lo que experimentamos: nuestros pensamientos y emociones, nuestro espiritu y nuestra mani- festaci6n fisica, nuestras victorias y nuestras derrotas, nuestros éxitos y nuestros fracasos, nuestras luces y nuestras sombras. Cuando recorremos el camino hacia el interior, llevamos a cues- tas nuestra carga. Cuando meditamos u oramos en el centro, pedimos perd6n, gracias y comprensién. Cuando recorremos el camino hacia el exterior, nos sentimos mas ligeros, mas go- zosos y preparados para enfrentarnos de nuevo a los retos de la vida. Debido a mi ascendencia griega, siempre me ha fascinado eldaberintoreretense, un laberinto de siete circuitos que data de hace mas de 4.000 afios. Algunas personas creen que ese di- sefio es una representaci6n de las espirales que se encuentran en la naturaleza, pero lo que ha excitado desde antano mi imaginaci6n es el antiguo mito de Teseo entrando en el labe- rinto para luchar contra el Minotauro. De nifio, queria explo- LOS LABERINTOS DEL SENTIDO. 51 rar lo desconocido; siempre quise prestar ayuda a los demas incluso cuando desafiaba a la autoridad para encontrar mi propio camino en la vida. Aunque el mio haya sido un camino de curvas amenazantes, lo he escogido yo. Y, mirando hacia el pasado, veo una armonia inesperada. Hace mas de treinta afios que me topé por primera vez con el trabajo de Viktor Frankl. Aunque he desarrollado tareas diferentes a lo largo de todo este tiempo, sus ensefianzas acer- ca del sentido han sido siempre los cimientos de mi vida labo- ral. Cuando prestaba servicio en el ejército de Estados Unidos, a finales de la década de 1960, vi como las bajas de la guerra, militares y civiles, necesitaban encontrar un sentido para po- der sanar. En la década de 1970, trabajando en el campo de la salud mental en Chicago, se me hizo evidente que los esquizo- frénicos podian encontrar sentido y crear vidas ms significa- tivas sin drogas, sin cirujia ni tratamientos de electrochoque. En la década de 1980, me di cuenta de que para llevar una vida auténtica era esencialarmonizarlas-contradicciones-en- tre la teoria y la practica del mundo laboral. En la década de 1990, empecé a entender que el trabajo podia conducir a la transformaci6n social y global. El laberinto de mi vida ha ido de lo personal a lo te6rico, para volver de nuevo a lo personal. Y, como siempre, es la pro- funda creencia en el sentido inherente de la vida lo que me ha inspirado, levandome mas profundamente hacia el auténtico y mas profundo sentido de mi vida. Cuando vemos nuestras vidas laborales como laberintos con sentido, provistos de todas las caracteristicas de disefio de los laberintos clasicos que hemos expuesto anteriormente, po- demos hacer de nuestra experiencia algo mas profundo. Cuando vemos nuestro trabajo como expresién de nuestros cuerpos, mefttés y espiritus, honramos nuestras vidas interio- res y nuestra conexidn con los demas y el mundo exterior. El sentido est4 en todas partes y esto es asi tanto si conducimos un autobis como’si dirigimos una empresa. No hace mucho, en una conferencia en Nueva-Orleans, tuve la oportunidad de conocer a Winston, el conductor del

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