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EXT. ALCALDÍA.

DÍA

PISÍSTRATO (65) ingresa a la alcaldía, escucha música


proveniente de algún lugar. A su alrededor encuentra
varios carteles de su campaña “P de Pisístrato” con su
fotografía, junto a una multitud de personas del pueblo.
Ellos lo reciben con aplausos y gritos, mientras
Pisístrato avanza saludando. Entre ellos resalta
CLEMENTE (45), evasivo sigue saludando a la gente.

Pisístrato finalmente se acerca a la mesa de buffet


llena de copas de vino donde encuentra a Clemente y lo
saluda con un apretón de manos.

PISÍSTRATO
No pensé que estuvieran tantos aquí.

Clemente toma un trago de su copa, gira señalando a su


alrededor y saluda con la cabeza sonriente. Mientras
Pisístrato incómodo permanece rígido a su lado.

CLEMENTE
Como no, si lo que queda es celebrar querido.

Clemente le ofrece una copa como brindis, Pisístrato la


rechaza.

PISÍSTRATO
¿Celebrar?

Clemente vuelve a ofrecerle la copa y rodea con el brazo


el hombro de Pisístrato, señala a la multitud.

CLEMENTE
Mira a tu alrededor, toda la gente solo quiere
beber, tú haz lo mismo.

Pisístrato reconoce algunos rostros y devuelve la mirada


a Clemente desconcertado.

CLEMENTE
Toda esta gente vino por ti, ¿no te parece
increíble? Hasta tu nombre se lo aprendieron.

Pisístrato agacha su cabeza, se suelta del brazo de


Clemente. Lo mira directamente y habla en tono serio.
PISÍSTRATO
Voy a revivir el pueblo, voy a darles la prosperidad
prometida.

Clemente se queda observando seriamente, levanta las


cejas. Suelta una risa sutil.

CLEMENTE
Veo que ya habías empezado con el vino desde antes,
¿eh?

Pisístrato mira el vino en su copa y juega con él sin


beberlo.

PISÍSTRATO
¿Quién pagó todo esto? No recordaba a tanta gente en
la campaña.

CLEMENTE
Parece que no me conoces. Lo que reciben a cambio es
mucho más, para ellos esto es un vino más en la
oficina , ah, claro, como no conoces qué es una
buena oficina, la silla del poder … Vamos toma un
poco, disimula que aún te queda algo de clase.

Pisístrato vuelve a mirar el vino en su copa,


convencido toma un sorbo e inmediatamente lo escupe.

PISÍSTRATO
Bueno si este es el vino que toman cada tanto en la
oficina prefiero no trabajar allá. ¿Qué carajos le
ponen a esto?

Clemente se ríe sutilmente e insiste en que siga


bebiendo.

CLEMENTE
Es sabor a éxito querido, el sabor de esta campaña
que tan linda me quedó. Un gracias es suficiente.

Pisístrato deja la copa a un lado de la mesa y limpia su


traje de las gotas de vino que le salpicaron.

PISÍSTRATO
Reconocer algo que traerá daño a este pueblo no me
parece propio de alguien exitoso.
Clemente toma un sorbo de su copa, le cambia la cara al
escuchar a Pisístrato y se pone a la defensiva.

CLEMENTE
Amigo, escúchame. Te encuentras muy hostil. ¿Acaso
no era esto lo que queríamos? Deja de verle el lado
negativo a las cosas, haces que el vino se me seque.
Más bien alístate, alguien debe hablarle a estas
personas.

Clemente le señala las pancartas que rodean el lugar.

CLEMENTE
Esa de ahí no es mi cara.

Pisístrato acomoda su sombrero y se dispone a retirarse.

PISÍSTRATO
No tengo tiempo para eso, tengo que terminar lo que
empecé.

Clemente con autoridad lo frena de manera sútil.

CLEMENTE
¿Terminar? No te apresures, tengo todo resuelto. Con
algo de suerte mañana empezamos … Bueno, mejor
pasado mañana.

PISÍSTRATO
Ya deja de ser idiota, voy a revivirlo todo.

La gente se percata del comportamiento de Pisístrato.

CLEMENTE
(Con una sonrisa fingida entre dientes)
¿Sabes qué? Compórtate, iré a saludar al resto de
invitados, deja de portarte como un maldito imbécil
y sonríe antes de que me arrepienta de apoyarte.

Clemente abre paso, retirando a Pisístrato de su camino


y se aleja sin prestar mayor atención a lo que dice.

PISÍSTRATO
Adelante, sigue con tu fiesta. De seguro la gente se
ofrecerá a limpiarte el sombrero. Yo me largo.
Pisístrato se dirige hacia la puerta y Clemente de reojo
mira como se aleja.

CLEMENTE
(alza la voz)
Tenemos un trato.

PISÍSTRATO
(Sin voltear a mirarlo)
Yo nunca hice ningún trato …

CLEMENTE
Hicimos un trato, los dos comenzamos y los dos
terminamos esto. No es un barco que puedas abandonar
como si nada.

PISÍSTRATO
No era un trato solo de dos.

Clemente deja la copa de vino sobre la mesa del buffet,


enojado.

CLEMENTE
¿De quién hablas? ¿De Ninfa?

Pisístrato frena en seco, voltea y camina hacia


Clemente.
CLEMENTE
(CON´T)
Pensé que con estos trece años de soledad dejarías
de ser tan iluso pero veo que no.

PISÍSTRATO
(Alzando el tono de voz)
Tal vez si fui inocente al creerte y no a Ninfa.

CLEMENTE
(Con una sonrisa burlona)
Escúchame. Ninfa no está aquí. ¿Si no te hiciste
cargo de ella que te hace pensar que los vas a
salvar a ellos?
Clemente mira alrededor y arregla su sombrero.
Pisístrato se para frente a él.

PISÍSTRATO
Ninfa nos lo dijo. Tu sombrero de mierda no oculta
la persona que eres.

CLEMENTE
No vengas con tu discurso de mejor persona, tú estás
igual que manchado que yo. ¿Ves este evento? ¿Ves el
vino? Adivina de quién fue la idea.

PISÍSTRATO
Nunca quise que llegáramos a esto. Nadie aquí tiene
la culpa, ellos no saben porque están bebiendo.
Acabemos con esto.

Pisístrato se abalanza a Clemete y lo toma de la


corbata. Clemente lo aparta bruscamente y arregla su
traje.

CLEMENTE
No seas idiota, eres tú el que enloqueció desde el
principio. ¿Qué hiciste con todo lo que ganaste?
¿Quieres ser el héroe de la gente mientras duermes
en una casa llena de billetes? Ni ninfa se salvó de
eso y lo pagó. ¡Ahora ve, sonríe y dile a la gente
que ese es el mejor maldito vino que has tomado!

Clemente lo señala fuerte con el dedo en el pecho y


mirada desafiante. La gente se gira y baja el nivel de
la música.
PISÍSTRATO
(con voz baja y desafiante)
Eres basura.
CLEMENTE
¿Tú o yo?

Pisístrato se lanza sobre Clemente y lo golpea sobre la


mesa. Caen las copas de vino al piso y se rompen
generando una gran mancha oscura en el suelo. Todo
permanece en silencio. Pisístrato arroja a Clemente al
suelo, se posa sobre él y continúa lanzando puños. Al
sentir una sustancia viscosa que suspende una botella de
vino, se detiene, la toma entre sus dedos y se da cuenta de
que es petróleo. Su alrededor se encuentra desolado, voltea
hacia Clemente y descubre que ha sido él mismo a quien ha
atacado.

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