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2 Economía cubana: La oportunidad perdida

Elías Amor 3

Economía cubanA
La oportunidad perdida
4 Economía cubana: La oportunidad perdida
Elías Amor 5

Economía cubanA
La oportunidad perdida

Elías Amor

ADVANA VIEJA
6 Economía cubana: La oportunidad perdida

Economía cubana: La oportunidad perdida


© Elías Amor

© Reservados todos los derechos de la presente edición


a favor de: Aduana Vieja Editorial, Valencia, 2010.

Segunda edición: Septiembre de 2010.


Primera edición: Noviembre de 2008.
ISBN: 978-84-96846-44-9

Cubierta: © Fotografía Publiberia.

Aduana Vieja Editorial


www.aduanavieja.com

Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio,


salvo autorización por escrito de la editorial.

Impreso en España por


Publiberia: Libros bajo demanda.
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Publiberia: Books on Demand.
Elías Amor 7

A Isabel
8 Economía cubana: La oportunidad perdida
Elías Amor 9

Índice

Prefacio
Elías Amor................................................................... 15

Prólogo
Fabio Murrieta............................................................. 21

La economía cubana después de Fidel......................... 27


La economía cubana en 2004....................................... 44
Primer balance de las medidas monetarias
del gobierno cubano en 2005....................................... 49
Un siglo perdido........................................................... 54
Economía cubana:
Sin una orientación al futuro........................................ 61
El gran éxito de la convocatoria
del 20 de Mayo............................................................. 69
El futuro de las relaciones entre Cuba
y la Unión Europea...................................................... 72
Cuba: Recentralización y crisis económica:
Vuelta a empezar.......................................................... 77
La vivienda en Cuba:
Retos y oportunidades.................................................. 82
La economía cubana en perspectiva............................ 86
10 Economía cubana: La oportunidad perdida

Un nuevo fracaso:
La formación de los trabajadores
excedentes del sector azucarero................................... 91
La economía cubana en el verano de 2005.................. 97
La lucha contra la corrupción
y la economía cubana:
Lecciones aprendidas................................................. 103
Perspectivas de la economía
cubana en 2005.......................................................... 107
La responsabilidad en la información
estadística de la economía cubana............................. 111
El crecimiento económico
en Cuba en 2005......................................................... 116
Carta abierta a la oposición interna
en Cuba...................................................................... 122
Los males
de la economía cubana............................................... 126
El nuevo marco de las relaciones
comerciales entre China y Cuba:
Un reto para EEUU.................................................... 133
A vueltas con la mala gestión
de la economía cubana............................................... 138
El difícil papel de la oposición interna
en Cuba...................................................................... 142
Cuba hacia el futuro:
Incógnitas e incertidumbres....................................... 146
La batalla de Fidel Castro
contra Internet............................................................ 150
Elías Amor 11

El apagón informativo
macroeconómico en Cuba.......................................... 154
Una coalición internacional
en apoyo a la disidencia de Cuba............................... 158
Los cambios recientes en el PCC:
Tendencias y hechos sociales..................................... 162
En torno al avance de la izquierda
latinoamericana.......................................................... 167
Hacia un nuevo marco en las relaciones
entre la Unión Europea y Cuba.................................. 172
En torno a la situación
de la economía cubana en 2005................................. 176
La oportunidad perdida.............................................. 182
Ramiro Valdés y los cambios en las empresas........... 186
En busca de una solución
al conflicto de los balseros cubanos........................... 190
Viaje al corazón de Cuba........................................... 195
Balance de la economía cubana
en 2006: Análisis y perspectivas................................ 200
La economía cubana a examen.................................. 205
Los acuerdos ALBA
de Cuba y Venezuela.................................................. 211
Pero, ¿de verdad hay cambios
en la economía cubana?............................................. 216
La revalorización del peso
y la crisis de la economía cubana............................... 223
12 Economía cubana: La oportunidad perdida

Cuba e Irán:
Un nuevo marco de relaciones................................... 227
El sector turístico en Cuba: ¿otro fracaso?................ 231
Cuba y la UE:
Continúan los desencuentros...................................... 236
¿Por qué no podemos creer
que la economía cubana ha crecido
un 12,5% en 2006?..................................................... 240
En torno a la propaganda castrista............................. 244
En torno a la oposición interna en Cuba.................... 248
La táctica del miedo del régimen castrista................. 252
La credibilidad de la economía cubana,
por los suelos............................................................. 256
Un año sin Fidel Castro:
Reflexiones sobre el presente
y futuro de Cuba......................................................... 260
Balance de la economía cubana en 2007:
del «milagro» al fracaso............................................. 269
Elías Amor 13
14 Economía cubana: La oportunidad perdida
Elías Amor 15

Prefacio

Economía cubana: La oportunidad perdida nació


como un instrumento de análisis de los aconteci-
mientos sobrevenidos en la Isla en el período que
transcurre entre finales de 2003, poco después de la
ola represiva de la Primavera Negra, coincidiendo
con la entrada en funcionamiento de la denominada
“Batalla de las Ideas”, y mediados de 2007, cuando
Fidel Castro abandona el poder como consecuencia
de una grave dolencia gástrica, y empezaba a alum-
brar entonces la idea de cambios introducidos por
su hermano Raúl, al hacerse cargo de la dirección
política del país.
Desde entonces, lógicamente, han ocurrido una serie
de cambios que merecen un análisis más detallado y
probablemente un nuevo volumen con lo aconteci-
do en este nuevo período, por lo que cuando desde
la editorial Aduana Vieja se me solicitó una breve
introducción para la segunda edición de este libro,
me planteé comentar algunos aspectos a la luz de
16 Economía cubana: La oportunidad perdida

las nuevas circunstancias que, si bien ya habían sido


descritos con detalles, creo que se pueden obtener
nuevas conclusiones de ellos:
En este último período, a partir de 2008, la econo-
mía cubana entra en una grave y profunda crisis,
mucho más intensa que la internacional. De nada
sirve la tradicional manipulación estadística del
crecimiento económico emprendida por el régimen
en años anteriores y que repaso a conciencia en
este libro.
La crisis va a hundir de forma dramática el ritmo
de crecimiento del PIB de la economía cubana
hasta poco más del 1%, y con ello aleja al régimen
comunista totalitario de las tendencias positivas
observadas en América Latina, a la vez que supone
una permanente escasez de recursos financieros
para atender tanto los compromisos externos como
los internos.
Tras el cese de Francisco Soberón, ex gobernador
del Banco Central de Cuba, la receta fue la del ra-
cionamiento y el control de los fondos en divisas,
sobre todo los de las empresas mixtas, lo que ha
generado no pocos incidentes con las mismas y sus
gobiernos representativos, como los de España, Italia
y Francia, por ejemplo.
Esa imagen de mal pagador del régimen castrista
y su incapacidad para asumir compromisos se ha
querido contrarrestar con un programa de reformas
que introduce por primera vez la cesión de terrenos
de infraestructura turística a inversores extranjeros
Elías Amor 17

por plazos de 99 años, estrategia que supone no


solo malgastar los activos físicos del país, sino dar
solución a problemas de deuda a corto plazo con el
traslado de propiedades de un valor muy superior,
pero que, a la larga, tropezarán con el conflictivo
asunto de las confiscaciones.
Pero si peligrosos han sido los equilibrios en los que
se ha movido el régimen castrista a nivel internacio-
nal para superar sus dificultades financieras, más
grave aún ha sido la escasez de recursos internos de
un sistema que se encarga de producir todos los bie-
nes y servicios del país, y ahí es donde se presentan
las reducciones dramáticas de un presupuesto que
ya cuestiona no sólo los denominados “logros de la
revolución”, sino su esencia misma.
La supresión de muchas de las instituciones creadas
por el castrismo, como los comedores en las empre-
sas, o la escuela al campo; la pésima situación de
la sanidad, provocada en gran medida por el éxodo
masivo de médicos rumbo a los compromisos en
Venezuela o Bolivia, o la eliminación de productos
subvencionados de las libretas de racionamiento,
definen un escenario muy grave para lo que ya pode-
mos definir como la ruptura del modelo comunista en
Cuba. A ello debemos sumar el aumento del malestar
interno, así como de las actividades opositoras y de
la disidencia interna, que no tienen precedentes en
la historia del castrismo.
El castrismo raulista ha aliviado con medidas de
corto plazo algunas de las necesidades planteadas
18 Economía cubana: La oportunidad perdida

por la población en los miles de grupos de discusión


y debate sobre los problemas económicos, que se
pusieron en marcha al comienzo de su mandato, pero
el alcance de estas medidas ha sido muy limitado y de
escaso impacto en la economía. La autorización de
la venta de teléfonos móviles ha supuesto un notable
desarrollo para el sector de las telecomunicaciones,
por ejemplo. En cambio, la eliminación del apartheid
turístico, permitiendo a los cubanos el acceso a los
hoteles con moneda convertible, no ha mejorado las
estadísticas turísticas.
Los precios de los minerales en los mercados mun-
diales se han resentido como consecuencia de la
crisis económica iniciada en el verano de 2007 y
agravada durante 2008, y tampoco ha mejorado la
dinámica de las remesas de las familias en el exilio,
a pesar de la suavización acordada por Obama a
comienzos de 2010.
El comunismo castrista se alimenta hoy, en términos
económicos, tan sólo de un petróleo de bajo coste
suministrado por Venezuela que, como ha sucedido
históricamente, se reexporta transformado a otros
países del Caribe, como vía de ingresos, si bien la
fuente primordial de recursos se encuentra realmen-
te en las retribuciones percibidas por los médicos,
maestros y profesionales que el castrismo envía a
países como Venezuela, Bolivia, Nicaragua o Ecua-
dor, bajo la forma de una emigración encubierta de
clara finalidad recaudatoria. Un modelo que, a largo
plazo, es insostenible y que, a medio plazo, entrará
en crisis.
Elías Amor 19

La reciente liberación de los prisioneros de con-


ciencia del Grupo de los 75, con la mediación de la
Iglesia Católica y el gobierno de España solo es una
nueva vía de alivio frente a la presión internacional,
que pretende el levantamiento de la posición común
de la Unión Europea y el acceso a sus fondos de
ayuda económica.
A grandes rasgos, éste es el escenario que presencia
la segunda edición de este libro. Sin nada a lo que
asirse y como consecuencia de la indefinición de una
posición clara de la economía cubana en la economía
mundial, el círculo vicioso se ha vuelto a cerrar con
especial intensidad, frenando cualquier posibilidad
de mejora económica y poniendo al régimen contra
las cuerdas.
Elías Amor 21
Prólogo

Olvida eso...

Fabio Murrieta

Una de las frases de resignación preferidas del cuba-


no reza: «olvida eso, que esto no lo arregla nadie»,
la cual tiene otras curiosas y cercanas variantes,
como: «esto no lo tumba nadie», y también: «esto
no hay quien lo entienda». En el caso de la economía
cubana, yo me quedo con esta última.
Cuba sigue siendo un misterio intelectual, un miste-
rio político, un misterio cultural y, por supuesto, un
misterio económico, capaz de fascinar y desencantar
con la misma elegancia y rapidez. Hay quien se deja
llevar por la tradición de pensamiento espectacular
que en su corta historia ha generado la Isla. Otros
todavía caen rendidos ante el discurso del mito revo-
lucionario, y otros se preguntan cómo es posible que
el cubano subsista, porque en Cuba, sencillamente:
no hay economía...
Más allá de la boutade, o exagerada negación, si se
me permite, lo digo porque en cierto modo el gobier-
no cubano de las últimas décadas no ha sabido nunca
22 Prólogo
Economía cubana: La oportunidad perdida

articular una coherencia entre ideología y economía.


Nunca ha sabido mostrarse consecuente a la hora de
potenciar un sistema económico que corresponda y
sea fiel a sus objetivos políticos, los que fueren, y
lo que ha primado ha sido el beneficio inmediato y
oportunista de ir saltando detrás del proteccionismo,
ora con los soviéticos, ora con los chinos, ora con
los venezolanos, intentando proteger los intereses de
todo tipo de la clase dominante: el partido comunista
y los militares.
Control estatal de los medios de producción, ausen-
cia de propiedad privada, militarización de la pro-
ducción, entrega de riquezas a empresas extranjeras
mientras se le niega a los cubanos la posibilidad de
crear sus propias empresas, distorsión de las estadís-
ticas y, cómo no, echarle complacientemente todavía
la culpa al bloqueo norteamericano, son algunas de
las claves del discurso económico cubano actual.
Al menos desde el siglo XVIII, con Arango y Parre-
ño, comienzan en Cuba los intentos porque nuestro
país alcanzara una madurez y una liberación en lo
que a su sistema de relaciones comerciales se refería,
y eso explica gran parte de las luchas desarrolladas
por nuestro pueblo, pero en la última mitad del siglo
XX, con el gobierno de Fidel Castro, lamentable-
mente llegamos al peor estado de deterioro de nues-
tro sistema económico y a su máxima inflexibilidad.
Economía cubana: La oportunidad perdida, es un
libro que al menos para mí, tiene un mérito especial,
y es que por primera vez alguien consigue hacerme
Fabio
Elías
MAurrieta
mor 23

entender el funcionamiento de eso que se hace llamar


«economía cubana». Elías Amor es un destacado
político y economista español de origen cubano con
amplia experiencia en la articulación de políticas de
empleo y formación en la Unión Europea, trayectoria
que le ha valido para seguir de cerca y analizar con
un prisma privilegiado la vida económica de su isla
natal.
La falta de estadísticas adecuadas para representar
la realidad planea como un obstáculo a la hora
de realizar estudios comparativos de la economía
cubana con otros países, o garantizar lo que los
economistas denominan la «credibilidad» de un
país. Desde hace tiempo, a través de estos artículos,
el autor, sorteando esas dificultades informativas,
establece un diálogo con cada medida tomada por
el régimen, analiza críticamente cada informe que
genera la burocracia cubana, develando no sólo el
engaño y la falsedad informativa, sino, algo que
irónicamente deberían agradecer, mostrándoles las
verdaderas vías de crecimiento, los factores para
reactivar la economía y ganar crédito internacional,
aquellos sectores emergentes de inversión y más
rápido retorno, mostrando que siempre se está a
tiempo de recuperar la oportunidad perdida, porque
nadie quería lo que había en Cuba antes del año 59,
pero tampoco en lo que se convirtió después.
El libro también permite obtener una visión bastante
completa de uno de los problemas fundamentales de
la economía cubana en los últimos cincuenta años
de régimen castrista: la falta de visión alternativa
24 Prólogo
Economía cubana: La oportunidad perdida

a la oficial. Es cierto que en los últimos años, eco-


nomistas en la Isla como Oscar Espinosa Chepe o
Marta Roque han empezado a realizar diagnósticos
objetivos e independientes de la posición oficial,
pero todavía no existe en Cuba una visión de la rea-
lidad económica alternativa con suficiente capacidad
para abrirse paso.
La ausencia de interlocutores no oficiales en asun-
tos económicos ha supuesto, como correlato, que
la visión de la economía cubana históricamente se
haya planteado como un aporte más de propaganda
del régimen con datos vacíos, carentes de contenido,
y a los que la población presta, en definitiva, muy
poca atención.
Hasta ahora, cualquier tímido episodio de apertura
ha sido cercenado por el régimen, en un intento de
evitar que en Cuba, la libre empresa y el mercado
puedan funcionar de forma normalizada como en
otros países.
A través de los artículos que conforman este volumen
creo que se realiza, además, una serie de aportaciones
de gran interés para evaluar en qué medida el modelo
económico de la «revolución» ha sido un fracaso
histórico, y la necesidad de proceder a su sustitución.
Economía cubana: La oportunidad perdida no es
un libro descriptivo de la realidad, sino que contiene
numerosas propuestas normativas que se orientan a
convertir a Cuba en un país desarrollado, capaz de
atender las necesidades de su población y garantizar
mejoras continuas en los niveles de renta y riqueza.
Fabio
Elías
MAurrieta
mor 25

Desde ese punto de vista, existe una notable cohe-


rencia en las propuestas de futuro, y al margen de
cuestiones más concretas, la receta se resume en dos
ideas: derechos de propiedad y consolidación de la
economía de mercado y libre empresa.
La transición a la democracia en Cuba debe ir es-
trechamente relacionada con estos cambios estruc-
turales, dirigidos a mejorar la productividad y la
eficiencia, a la vez que se mejora de forma continua
el bienestar de todos los cubanos. En ese sentido,
recomiendo su lectura porque va a despertar muchas
reflexiones posteriores sobre un asunto que, sin duda
alguna, será fundamental una vez que Cuba abra sus
puertas a la democracia y la libertad.
Elías Amor 27

La economía cubana
después de Fidel

Cuando los economistas se plantean la cuestión


relativa al futuro de la economía cubana, tras la
desaparición del régimen castrista, de inmediato
surgen una serie de dudas que se pueden resumir en
una sola: ¿tiene futuro la economía cubana?
La respuesta a esta pregunta es afirmativa. Carlos
Alberto Montaner,1 recientemente, ha ofrecido una
descripción de Cuba en el año 2020 que, previsible-
mente será una realidad si se mantienen las tenden-
cias expuestas en su disertación. Destacar, como
aportación relevante, que Montaner sugiere que los
«caminos señalados prácticamente son los mismos
que el gobierno cubano eligió a principios de los
noventa para salir de la crisis cuando formuló su

1
Montaner, C.A. (2003) «Cuba año 2020», conferencia pro-
nunciada en el ciclo «Presidencial lectura, series 2003», Florida
Internacional University.
28 Economía cubana: La oportunidad perdida

estrategia frente al llamado período especial». Los


economistas saben que solo existe un marco relati-
vamente estrecho de opciones de política económica
para atender a los múltiples objetivos que se plantean
en una economía, y en el caso de Cuba, las opciones,
si cabe, son más escasas aún.
Apostando por un futuro positivo para la econo-
mía cubana, lo cuál no resulta difícil si se parte de
un estado tan calamitoso como el actual, la clave
habría que identificarla en aquellos factores que,
por su parte, van a incidir de forma negativa en los
cambios que necesariamente deberán producirse.
Ahí es donde van a aparecer las dudas e incertidum-
bres que son uno de los males peores del proceso
de transformación económica, pero que necesaria-
mente habrá que asumir. Sin embargo, aunque las
sombras puedan impedir ver, sobre todo en el corto
plazo, la salida del túnel, es seguro que la luz existe
y lo importante es orientarse a ella, con todos los
esfuerzos necesarios.
Imaginemos los primeros momentos del nuevo
gobierno democrático que impulse el proceso de
transición en la Isla. Se han convocado unas primeras
elecciones democráticas desde hace más de cinco
décadas y una coalición de partidos opositores vence
a los antiguos comunistas, ahora identificados con
una opción de corte socialista democrática. Supon-
gamos que dicho gobierno ha conseguido movilizar
el máximo consenso social en torno al escenario
político y parlamentario, con la estabilidad suficiente
para empezar, y adoptar las necesarias reformas
Elías Amor 29

institucionales que son prioritarias. ¿Qué será lo que


viene a continuación?
De lo que no cabe duda es que el político que asu-
ma la responsabilidad de la transición económica
en Cuba no va a tener mucho tiempo para pensar.
Tendrá que actuar y asumir que a resultas de las de-
cisiones que se tomen, se van a cometer errores que
será preciso rectificar, y aprender de la experiencia.
En definitiva, se trata de recorrer el mayor tramo
posible del camino que separa a Cuba en términos
de renta, bienestar y calidad de vida, con respecto a
la media de países del continente, y además hacerlo
en el menor tiempo posible. Terreno sin duda abo-
nado para los errores, pero terreno en definitiva que
supone actuar con responsabilidad y entendiendo que
11 millones de cubanos se merecen un futuro mejor.
El debate social tendrá que orientarse, en tales condi-
ciones, a dos niveles básicos. De un lado, el conjunto
de la sociedad tendrá que pronunciarse por el tipo
de economía a alcanzar. Cuestiones fundamentales
como ¿Qué participación de lo público y privado
se quiere mantener?, ¿qué tipo de sistema fiscal se
tendrá que impulsar?, ¿qué aspectos constitucionales
en materia económica resultan fundamentales para
avanzar?, ¿qué vínculos y relaciones internacionales
es preciso atender de forma prioritaria?, ¿qué tipo de
función pública será la más adecuada para el país?
Se trata de cuestiones de nivel estratégico sobre las
que tendrán que pronunciarse los agentes sociales, el
parlamento y en definitiva, las distintas organizacio-
30 Economía cubana: La oportunidad perdida

nes de la sociedad civil que el proceso de transición


política vaya dibujando e impulsando.
El segundo nivel de acción será el día a día, donde se
adopten las decisiones que tienen un mayor impacto
social y que resultan prioritarias para alcanzar ese ob-
jetivo de una economía moderna y competitiva como
la descrita por Montaner en 2020. Aprobación de un
marco de actuación para las inversiones públicas
prioritarias, creación de instituciones de nuevo cuño
propias de una economía de mercado, normalización
de los procesos de contratación salarial y ejercicio
libre de sindicatos de trabajadores. Todo ello, y mu-
cho más, se acumulará en los primeros momentos
por lo que definir el orden será muy difícil, sobre
todo por las presiones que puedan emerger de una
sociedad depauperada durante décadas.
Es por ello fundamental alcanzar, antes de comenzar,
un acuerdo sobre el escenario al que se pretende lle-
gar. Cuanto más amplio sea ese acuerdo, tanto mejor
porque entonces las decisiones que habrá que adoptar
tendrán también el mayor consenso. El desmante-
lamiento de un estado totalitario e intervencionista
no es tarea fácil, pero si el conjunto de la sociedad
forma parte del proceso de sustitución de un modelo
de sociedad por otro, las cosas pueden resultar más
fáciles. Otros procesos de transición se han basado
en consideraciones similares. Por ejemplo, la tran-
sición española es el resultado de un pacto sobre un
nuevo escenario político de futuro, que deja a un
lado las condiciones económicas del momento por
cuanto se estimó que existía margen para emprender
Elías Amor 31

los necesarios cambios políticos. Dos años después,


los pactos de la Moncloa exigían duras medidas
de ajuste económico para evitar que la economía
española perdiera los equilibrios básicos de una
economía occidental. Por comparación, en Cuba, el
pacto político tiene que ir acompañado de un pacto
económico, lo que supone un doble esfuerzo en la
gestión de los cambios que será necesario adoptar.
No resulta difícil identificar, como primera medida
básica, el reestablecimiento en la Isla de un régimen
de libre empresa, de libre ejercicio profesional, basa-
do en derechos de propiedad visibles, transparentes
y debidamente regulados por el nuevo orden constitu-
cional. Si este escenario no se puede dibujar de forma
inmediata, sí que resulta conveniente que todos los
esfuerzos, políticas y gestos se orienten hacia el, no
dejando la más mínima duda respecto de la dirección
y sentido de la política económica. Sabido es que la
economía, para progresar, necesita un marco político
e institucional lo más estable posible y cualquiera de
los escenarios de futuro de la inmediata transición en
Cuba, dista mucho de ese cuadro estable.
La restauración de la libre empresa debe ir acom-
pañada de medidas de fuerte impacto vinculadas a
la privatización de empresas estatales o en aquellos
casos en que resulte más difícil, su transformación
en empresas de economía social, cooperativas o
fórmulas que permitan a los empleados no sentirse
al margen de su futuro. De igual modo, habría que
impulsar programas generales de formación y en-
trenamiento de empresarios y empresarias en toda
32 Economía cubana: La oportunidad perdida

la Isla, aprovechando para ello las organizaciones


de masas existentes que, previsiblemente, tendrán
que definir un nuevo papel en el nuevo sistema
democrático. La promoción del autoempleo y las
pequeñas y medianas empresas debe ser uno de los
ejes básicos del primer gobierno de la transición.
Su éxito y consolidación estará determinado por la
consolidación de ese entramado empresarial. En ese
sentido, la creación de una Agencia estatal para la
Pequeña y Mediana Empresa, un Instituto especia-
lizado en la promoción y creación de empresas de
economía social y cooperativas, son básicamente
instrumentos que debidamente impulsados en esta
primera fase pueden servir para la reorganización de
las asociaciones de masas y su red de dependencias
y establecimientos en la Isla.
De igual modo, Cuba deberá definir con precisión
su posición en el marco global de la economía
mundial. Y ello requiere participar activamente en
los procesos de convergencia que a nivel continen-
tal se están desarrollando en los últimos años, pero
asumir, igualmente, que la economía global exige
orientar estrategias hacia el resto de continentes.
La especialización productiva, origen de la ventaja
competitiva de las naciones, es algo que histórica-
mente Cuba ha tenido que definir, y previsiblemente
ha llegado el momento.
Esta definición en el marco global debe ir relacio-
nada con una política de atracción de inversiones
hacia los sectores estratégicos clave que permita a
la economía beneficiarse de los procesos de inte-
Elías Amor 33

gración en los que va a participar. Es decir, no se


trata de adoptar una política de masiva atracción de
inversiones porque ello puede generar tensiones en
la balanza de pagos sobre el tipo de cambio de la
moneda que terminen agotando los efectos benéficos
de la competitividad de la economía, un valor a tener
en consideración por los responsables de la política
económica. En ese sentido, apostar por inversiones
en sectores que aporten un rápido crecimiento de
la cantidad y calidad de las infraestructuras parece
ser una salida razonable, en concreto, telecomuni-
caciones, logística, navegación de costa, marinas, y
todo ello, por medio de una política de fomento de
joint ventures que facilite la transmisión de capital
social a las nuevas estructuras económicas de la Isla.
Por otra parte, habrá que plantearse el sentido de las
reformas a introducir: ¿hacia donde? ¿qué hacer?
Y ¿cómo hacerlo? En presencia de mano de obra
cualificada y de bajo coste, si bien es cierto que con
bajos niveles de productividad, existen numerosos
sectores hacia los que se puede diseñar una estra-
tegia de desarrollo que permita avanzar lo máximo
posible en el menor tiempo posible. El proceso de
transferencia tecnológica de los países con un nivel
de desarrollo más elevado, hacia países con más
bajos salarios, supone para la economía cubana una
ventaja relativa en sectores intensivos en mano de
obra cualificada (informática, nuevas tecnologías,
proceso de información, formación a distancia en
internet, etc.) que van a ser estudiados detallada-
mente por las empresas multinacionales. Utilizar a
34 Economía cubana: La oportunidad perdida

Cuba como plataforma para el idioma castellano a


nivel mundial de las principales empresas de soft-
ware parece, a la luz de estos datos, una posibilidad
ciertamente próxima, y no hace falta situar ejemplos
recientes con los informáticos en India o Pakistan
para comprobar las consecuencias de este tipo de
estrategias globales.
Buena parte de las decisiones que habrá que adoptar
en los primeros momentos de la transición van a
tropezar sistemáticamente con la existencia de fre-
nos y obstáculos del totalitarismo intervencionista
a los que habrá que atender con inteligencia so
pena de que los mismos terminen por estrangular
los cambios.
La idea de adoptar, previsiblemente, como primera
medida de política económica en ese gobierno de
transición, la supresión de las libretas de raciona-
miento, y apostar por un rápido abastecimiento de
alimentos y vestido para la población tropieza, por
ejemplo, con la ausencia de un sector de comercio
minorista que es el origen de las redes sociales que
sustentan una economía de mercado. Es ahí donde la
apuesta por la rápida extensión de prácticas comer-
ciales se convierte en una necesidad imperiosa. El
régimen de franquicias permite iniciar actividades
de distribución minorista con una notable rapidez
y existe una amplia experiencia sobre técnicas de
gestión y organización desde las casas matrices que
puede servir para su implantación rápida en suelo
cubano. Muchos exiliados van a apostar por esta
modalidad como forma de regreso a la Isla, aunque
Elías Amor 35

cabe esperar, igualmente, una fuerte participación


de extranjeros vinculados al desarrollo del turismo.
Empresas de viajes, alquileres de autos, restaura-
ción, cafeterías, tiendas de moda, conforman una
red amplia de actividades para su desarrollo en el
tiempo más corto posible. La obtención de créditos
en condiciones ventajosas, o préstamos de iniciativa
personal deberá ser una línea de acción para conse-
guir la participación del máximo número posible
de emprendedores, teniendo en cuenta que en la
Isla el comercio es prácticamente inexistente para
un mercado actual de 11 millones de consumidores.
El nuevo gobierno deberá identificar una serie de
sectores de futuro para los que la geopolítica y los
recursos humanos de Cuba resultan los más ade-
cuados. Aquí estarían, en primer lugar, Turismo,
Biotecnología, Níquel, Tabaco y Azúcar, como
principales renglones de la orientación al exterior
de la economía. Todos estos sectores de actividad
ya se encuentran funcionando en la Isla, por lo que
su dirección hacia el mercado y la rentabilidad debe
ser uno de los primeros pasos de la nueva estrategia.
El turismo va a exigir, si se quiere alcanzar la cifra
de 15 millones en 2020, la adopción de una serie de
medidas estructurales que fomenten, por un lado, el
acceso de nuevos mercados con un poder adquisitivo
más elevado, y el mantenimiento de una cierta fideli-
dad de los consumidores. Conocido es que el sector
turístico cubano viene creciendo en los últimos años
por su competencia para atraer nuevos clientes, pero
la tasa de fidelidad, sobre todo en los segmentos más
36 Economía cubana: La oportunidad perdida

atractivos del mercado, es muy baja. Actuaciones


como el fomento de nuevas infraestructuras turísticas
(de esparcimiento, de restauración, de tiendas, bares,
cafeterías, etc.), formación al personal que trabaja
en el sector, creación de una red de oficinas en el
exterior para la promoción del turismo y apertura
al mercado norteamericano, son, qué duda cabe,
las principales medidas a adoptar para dar salida
al sector.
La biotecnología cubana tiene que ser uno de los
sectores de mayor futuro si se piensa en términos
del binomio capital humano elevado de bajo coste.
La posible entrada de las empresas farmacéuticas
norteamericanas, la apertura de centros de I+D vin-
culados a las multinacionales del sector, la apuesta
por una investigación de base sólida y con una clara
orientación al mercado, deben situar a Cuba entre las
primeras potencias del mundo en 2020.
El cultivo del tabaco, al igual que otras produc-
ciones agrícolas abandonadas, como los productos
tropicales o el azúcar, se verá transformado por el
nuevo régimen de propiedad privada de la tierra,
con la entrada de los productores mundiales y las
empresas de distribución en los principales sectores.
La agrotecnología cubana, entregada gratuitamente
durante décadas a otros países, se tiene que orientar
hacia la producción nacional para mejorar la pro-
ductividad, al tiempo que el incremento en el nivel
de utilización de las tierras disponibles, facilita un
cierto auge de la producción extensiva. Para suplir
la necesidad de mano de obra en el campo, podría
Elías Amor 37

ser interesante incentivar el regreso al campo, sobre


todo de los cubanos jóvenes, aunque no habrá que
perder de vista que la mecanización agrícola es una
tendencia general.
Formulada esta apuesta por los sectores motores
principales, a continuación, hay que ir sentando las
bases para la aparición y consolidación de nuevas
actividades que pueden dar a la Isla un fuerte em-
puje y dinamismo económico a medio plazo. Las
universidades cubanas y los centros educativos,
escuelas de ingeniería y centros de formación pue-
den orientarse al mercado y dedicar sus recursos a
la investigación y desarrollo en una amplia gama de
sectores y actividades. Las multinacionales podrán
empezar a comprobar que vale la pena encargar
a científicos cubanos determinados proyectos de
desarrollo que, con bajo coste relativo, producirán
resultados inesperados.
Los grandes proyectos de ocio y tiempo libre que se
planifican con un horizonte de cuatro a cinco años
pueden tener en la Isla una referencia básica para
su concreción en el menor tiempo posible y apro-
vecharse del auge del turismo de calidad por el que
se debe apostar desde el primer momento. Parques
temáticos, ciudades de ocio y tiempo libre, parques
de atracciones, todo un nuevo escenario vinculado
a la diversión en el que los cubanos podrán también
disfrutar en pie de igualdad con los extranjeros. El
clima ayuda de forma notable.
La potencia deportiva que es Cuba puede servir para
generar importantes recursos no sólo en el deporte
38 Economía cubana: La oportunidad perdida

profesional, sino a través del patrocinio que es uno


de los grandes sectores de la economía global. Ade-
más, los centros de entrenamiento y de formación
deportiva de la Isla pueden orientarse al mercado
suministrando servicios a otros países que carezcan
de los mismos.
Otro tanto cabe afirmar de la Música, una de las
actividades que debe experimentar un mayor auge
en la Isla gracias a su definitiva orientación al mer-
cado. La realización de conciertos internacionales de
música cubana, y la llegada masiva de las empresas
discográficas va a generar un importante auge de
actividad privada hasta la fecha muy controlada y
limitada en su expansión.
Vinculado al turismo residencial y el desarrollo de
ciudades de descanso para la tercera edad, nacerá
todo un sector que tiene en Cuba una fuente impor-
tante de mano de obra especializada, y que tiene que
ver con el cuidado de los ancianos en residencias
y centros. La llegada a la Isla de los exiliados que
disfrutarán en suelo cubano de los últimos años de
su vida después de haber acumulado importantes
planes de pensiones en los países de residencia, va
a permitir el desarrollo de iniciativas en este sec-
tor, que desbordarán las dimensiones actuales, por
cuanto van a fomentar el nacimiento de actividades
directamente relacionadas con este sector social.
Aquí, una vez más, el elevado capital humano, de
bajo coste, que existe en la Isla va a convertirse en
un poderoso estímulo para la creación de empresas
Elías Amor 39

especializadas en los más diversos tratamientos


geriátricos con tecnología cubana exportable.
La medicina, la sanidad y la educación orientados
al mercado van a servir, igualmente, para generar
recursos en la economía privada a través del ejercicio
de la libre profesión y la libre empresa, aunque pros-
perarán en estos sectores las empresas de economía
social, las cooperativas de trabajo asociado que se
dispersarán rápidamente por la Isla a partir de las
empresas estatales existentes.
En el sector de los servicios sociales, Cuba tiene
igualmente un gran camino recorrido gracias a la
existencia de una población muy cualificada, de
modo que existen grandes perspectivas de desarrollo
en estas actividades en el tratamiento de todo tipo
de problemas relativos a la intervención social que,
con el actual proceso de globalización, beneficiará
notablemente a la Isla.
Las actividades agrícolas ganarán rápidamente
cuota de mercado, como consecuencia de la priva-
tización de las tierras y la necesidad de alimentar a
amplios sectores de la población, si bien el tradicio-
nal componente importador de la economía cubana
seguirá siendo un lastre para el comercio exterior.
Sin embargo, sería deseable que el nuevo gobierno
apostara por un determinado tipo de agricultura
ecológica, con actividades ecosostenibles que no
deterioren en principal patrimonio de la Isla que es
su naturaleza, su medio ambiente. En ese sentido,
las actividades industriales existentes deberán ser
40 Economía cubana: La oportunidad perdida

sometidas a controles rigurosos para evitar el dete-


rioro atmosférico o la contaminación de los recursos
hidráulicos o de los suelos. La apuesta por un modelo
sostenible de desarrollo debe ser una prioridad del
gobierno si se desea progresar con el resto de acti-
vidades antes referidas.
La construcción de viviendas e instalaciones tiene
un campo formidable de desarrollo en Cuba. La
recuperación de los edificios deteriorados por la
parsimonia del régimen debe ser una prioridad,
fomentando la instalación de empresas multinacio-
nales, centros de servicios, y cualquier otro tipo de
actividad productiva que garantice el mantenimiento
y conservación de los mismos. Experiencias de reha-
bilitación de centros urbanos deberán ser trasladadas
a la Isla, y para ello habría que apostar por premios
internacionales de recuperación del patrimonio que
atrajeran a los principales equipos de arquitectos del
mundo a establecerse en las principales ciudades de
la Isla, como plataforma de servicios hacia todo el
continente.
La necesidad de construcción de viviendas debe
seguir un modelo adecuadamente planificado para
evitar la destrucción del territorio. Los cubanos
deben tener derecho a una vivienda digna y acce-
sible y los poderes públicos deberían esforzarse en
que ello fuera así. Generosas ayudas y sobre todo,
financiación sostenible a través de entidades credi-
ticias similares a las cajas de ahorros españolas que
tienen una importante obra social, debería permitir
a los cubanos acceder rápidamente a una vivienda
Elías Amor 41

y evitar la actual situación de degradación que les


permite disfrutar un derecho que es básico.
La construcción de viviendas en las zonas turísticas,
hoteles, apartamentos, marinas, bungalows, y demás
oferta hotelera deberá guiarse por criterios de cali-
dad que no distorsionen el patrimonio ambiental y
natural de la Isla.
El motor de actividad económica que es la construc-
ción va a ser una fuente primordial de crecimiento
del empleo y la mejora de las rentas salariales, pero
al objeto de evitar que se generen distorsiones en
los procesos de eslabonamiento con el resto de
sectores, no conviene acelerar los esfuerzos a cor-
to plazo, sino que se debería apostar por un Plan
de expansión a cuatro años que permita impulsar
igualmente las necesarias obras en infraestructura
eléctrica, hidráulica, energética y de diversa índole
que urgen al país.
Hay que intensificar, al menos durante la primera
fase de la transición y en relación directa con las
reformas políticas e institucionales que otorgarán
credibilidad democrática a la Isla, las relaciones
con los organismos internacionales continentales
e internacionales de los que el régimen castrista se
autoexcluyó. En ese sentido, será necesario definir la
participación de Cuba en la OEA y en los procesos
de integración económica regional, las relaciones
con la Unión Europea, Naciones Unidas y sus di-
versas agencias de cooperación al desarrollo, Fondo
Monetario Internacional, Banco Mundial y todo ello
42 Economía cubana: La oportunidad perdida

para conseguir la normalización de las relaciones


geoestratégicas en el menor tiempo posible.
La creación y puesta en marcha de un nuevo sistema
fiscal, equitativo y estable, capaz de generar recursos
financieros para las reformas que desde el sector
público se deberán acometer es otro de los retos.
Crear una agencia especializada en la recaudación
que flexibilice y humanice el marco de las relaciones
fisco con el ciudadano es un elemento fundamental
para mejorar el espíritu de creación de empresa de
los cubanos y darle el máximo impulso a los procesos
económicos.
La capitalización de las remesas de los emigrantes
es otro de los retos del nuevo sistema financiero
que se va a impulsar en la Isla. Es preciso que las
instituciones crediticias de clara vocación social se
mantengan y se consoliden en los planes del nuevo
gobierno para facilitar créditos y ayudas a las fa-
milias y empresas que garanticen una rápida salida
adelante. Ello debe ser combinado con la presencia
de instituciones de crédito internacionales capaces de
impulsar proyectos de inversión sólidos y solventes
que apuesten por el futuro de la Isla.
Nadie ha dicho que vaya a resultar fácil. No será
una empresa que de resultados de un año a otro.
El impacto de los cambios y transformaciones
será lento por cuanto uno de los principales retos
será la reconstrucción del capital social de la Isla,
prácticamente inexistente en la actualidad como
consecuencia de la política de vacío sociológico eje-
Elías Amor 43

cutada durante décadas por el castrismo. Los pasos


dados por el gobierno fueron valientes y contaron
en todo momento con el máximo apoyo social. La
lucha contra las mafias supuso concentrar notables
esfuerzos durante los primeros años que generaron
no pocos incidentes políticos de consecuencias es-
pecialmente graves. Posteriormente, se intentó dar
solución a los problemas derivados del aumento de
la desocupación generada en las actividades más
ineficientes, al tiempo que los nuevos sectores pro-
vocaban un aumento cualificado de la mano de obra
con el mantenimiento de los niveles de empleo del
inicio, pero esta vez con una fuerte carga de produc-
tividad. En la siguiente fase, el gobierno se empleo
a fondo en la reconstrucción de la sociedad civil,
elemento fundamental del dinamismo económico,
actuando en todas las actividades para fomentar la
libre participación y asociación de los ciudadanos.

Ponencia en el Congreso de la Asociación Cuba en Transición,


Madrid, enero 2004.
44 Economía cubana: La oportunidad perdida

La economía cubana
en 2004

La última edición del Estudio económico de América


Latina y el Caribe de la Comisión Económica para
América Latina y Caribe, CEPAL, acaba de ver la
luz y ya hace el número 56 de una larga serie que
viene aportando, desde hace años, luz y datos sobre
la dinámica de las economías de los distintos países
del continente.
En concreto, las referencias a la economía cubana
suponen un nuevo jarro de agua fría para las auto-
ridades que siguen sin orientar de forma acertada el
rumbo de las principales macromagnitudes, y a tenor
de lo que se detalla en el informe, aparecen nuevos
desequilibrios en el horizonte de corto y medio
plazo que se convierten en graves amenazas, sobre
todo porque tienen su origen en el diseño mismo y
aplicación desacertada e ineficiente de las políticas
económicas.
Un primer dato que no sorprende pero que llama
poderosamente la atención, se refiere al importe
Elías Amor 45

que ya han alcanzado las remesas de los exiliados.


Alrededor de 900 millones de dólares, o sea, el
2,8% del PIB, prácticamente un porcentaje similar
al que representa el déficit público de la economía,
situado en el 3,5% del PIB. El Informe de CEPAL
reconoce que, a pesar de los elevados costes del
envío del dinero, tiene una determinada influencia
en la estabilidad financiera del país y en el consumo
de los hogares.
De ese modo, en 2004 las remesas de los exiliados
no sólo contribuyen a mantener la economía cubana
a los niveles actuales de funcionamiento, sino que
suponen una vía alternativa al histórico embargo,
que queda una vez más en entredicho a la vista de
los datos. ¿Cómo es posible justificar el embargo,
cuando el Informe de CEPAL precisamente demues-
tra lo contrario? El crecimiento de la oferta total de la
economía cubana creció un 3,2% como resultado de
un mayor aumento de las importaciones de bienes y
servicios, que ascendieron un 7,2%. ¿De qué embar-
go estamos hablando, cuando el principal indicador
de la apertura económica de un país crece de esa
forma? Más bien lo contrario. Los datos muestran
que las importaciones, principalmente energéticas,
pero también de alimentos (por la incapacidad del
sistema agropecuario estatal y nacionalizado cubano
para dar de comer a la población) están permitiendo
a la economía de la Isla crecer por encima de sus
posibilidades.
Otro dato que merece atención, el rebrote de la
inflación. El Informe de CEPAL sostiene que en
46 Economía cubana: La oportunidad perdida

2004 se observa cierta inestabilidad de precios


ante nuevas restricciones impuestas en mayo por
parte del gobierno de Estados Unidos a viajes a los
ciudadanos a la Isla y las remesas que envían los
residentes en dicho país a sus familiares a Cuba. Sin
embargo, cabría pensar igualmente en el impacto
que tienen sobre los precios internos los aumentos
decretados por el gobierno cubano de los precios
de los combustibles y los productos que se venden
en los mercados de divisas, como respuesta a las
medidas antes destacadas.
Este aumento de precios internos, tan inesperado
como contundente, el Informe de CEPAL lo sitúa en
torno a un 15,4%, llega tras dos años consecutivos de
reducción de la inflación. En la medida que no existe
relación alguna entre los salarios y los precios en
la economía cubana, estos aumentos de precios tan
intensos van a continuar generando efectos negativos
sobre la productividad del trabajo, y la insuficiente
oferta productiva en el país, en definitiva lo que se
ha denominado en trabajos anteriores el «círculo
vicioso de la economía cubana».
El Informe de CEPAL alude igualmente al deterioro
del proceso de atracción de inversiones extranjeras
en la Isla. Uno de los objetivos estrella de la política
de reestructuración, tras la caída del bloque sovié-
tico, fue la creación de empresas participadas por
capital internacional, a las que se otorgó todo tipo
de facilidades. Pues bien, una década más tarde el
proceso ha entrado en crisis. El Informe de CEPAL
atribuye este deterioro a cierto agotamiento del
Elías Amor 47

proceso de desincorporación de entidades públicas


e insuficiente profundización de las reformas estruc-
turas e institucionales.
Sea cuál sea la razón, el número de negocios con-
juntos con capitales extranjeros disminuyó a 342
asociaciones en 2003 frente a 403 en 2002. Pero
este agotamiento del ciclo inversor internacional
ya no sólo supone el abandono de la Isla, sino que
también planea como un grave desequilibrio para
las cuentas externas de la economía. En efecto, el
aumento de los pagos netos de servicios de factores
en la balanza de pagos se debió, según el Informe de
CEPAL; a la repatriación de utilidades generadas
por las inversiones extranjeras directas radicadas
en la Isla, o dicho de otro modo, los inversores no
sólo son cada vez menos en su número total, sino
que además, están retirando todo el dinero que pue-
den ante la falta de expectativas de la economía a
medio plazo.
De ese modo, el gran peso que tiene el saldo negativo
de la balanza de servicios de la economía cubana lo
convierte en un problema estructural de su balanza
de pagos ante la estructural escasez de divisas, lo que
obliga a realizar el ajuste en otros componentes de
la balanza como las exportaciones o la disminución
de las importaciones. ¿Existe alguna explicación
más completa y certera de las verdaderas causas
del embargo?
Dejaremos para otra colaboración el análisis de los
distintos sectores productivos, el perfeccionamien-
48 Economía cubana: La oportunidad perdida

to empresarial o la dinámica de los salarios reales,


aspectos no menos relevantes para confirmar un
diagnóstico preciso de la situación actual de la eco-
nomía cubana.

Cubaliberal, 28/09/2004.
Elías Amor 49

Primer balance de las


medidas monetarias
del gobierno cubano

Ya hemos venido afirmando en diversos trabajos


previos que una de las limitaciones básicas de la
economía cubana es su incapacidad para generar
recursos para poder adquirir en los mercados mun-
diales los bienes y servicios que se necesitan para
mantener un ritmo de crecimiento estable. Otros
países han tenido un mayor éxito en este proceso,
pero el régimen cubano lleva más de una década
intentando ajustar la integración de la economía de
la Isla en el nuevo orden económico mundial, y los
resultados distan mucho de ser satisfactorios.
Una vez más, durante el pasado año 2004, la escasez
de divisas se ha convertido en una grave amenaza
para la economía. Ante la imposibilidad de recurrir
al Club de París para prefinanciar la cosecha azuca-
rera, una práctica que el cierre masivo de ingenios
azucareros ha puesto fin de forma inesperada, el
régimen se enroca y utiliza el único recurso que
tiene a su alcance.
50 Economía cubana: La oportunidad perdida

La escasez de divisas de la economía cubana, como


ha venido constatando la CEPAL en sus informes
anuales, tiene su origen en una serie de factores
estructurales, como el continuo deterioro de la rela-
ción real de intercambio imputable al escaso valor
de los productos que Cuba comercia en el exterior,
el rápido descenso de los proyectos de inversión
extranjera ante la falta de expectativas empresaria-
les como consecuencia de la errática política del
régimen en esta materia, el aumento del pago neto
de servicios de factores, la necesidad de atender
el pago en efectivo de las compras de alimentos a
Estados Unidos y en suma, el coste elevado de las
importaciones que se hacen necesarias para afrontar
la paralización en que se encuentra buena parte del
aparato productivo del país. Todo ello supone incidir
en ese «círculo vicioso» de la economía cubana, al
que hemos hecho referencia en otras ocasiones y que,
en modo alguno, se puede atribuir al embargo, sino a
la deficiente gestión de los asuntos económicos por
el régimen de Castro.
Durante 2004, la escasez de divisas ha llegado a con-
vertirse en una cuestión de estado. Muchos analistas
empezaban a constatar la aparente contradicción que
suponía aceptar como principal adversario político a
Estados Unidos, y disponer libremente de la moneda
de este país en la mayor parte de los intercambios de
la economía cubana. La tenencia y disfrute del dólar
se estaba convirtiendo en un factor de segmentación
en la sociedad, con un proceso de consecuencias
imprevisibles. De ese modo, los factores políticos y
Elías Amor 51

económicos llevaron al régimen a adoptar el pasado


mes de noviembre, a la desesperada, la decisión de
prohibir la circulación del dólar norteamericano
en la Isla, y establecer la generalización del peso
convertible en los intercambios. El canje de dólares
por esta moneda intermedia entre el peso cubano y
el dólar, suponía el establecimiento de un impuesto
fijo del 10%, y con ello, el nivel de reservas de la
economía cubana ha experimentado en solo dos meses
un incremento espectacular. Si a finales de 2003, el
saldo en cuenta de capital y financiera de la balanza de
pagos ascendía a 200 millones de dólares, a finales de
2003 la tendencia a la baja se había roto situándose el
saldo en 500 millones de dólares, pero el incremento
es muy superior si se tiene en cuenta el saldo de la
balanza global que pasa en un solo año de 45 millones
a 400 millones de dólares.
Vista en estos términos, la fijación del 10% en los
cambios del dólar al peso convertible, se puede
considerar un éxito, y pone de manifiesto el elevado
volumen de circulación de dólares en la Isla. Los
visitantes extranjeros se ven obligados a pagar este
gravamen en efectivo para la adquisición de la única
moneda que se utiliza en los intercambios visibles,
no siendo aplicado el impuesto al resto de divisas,
como la europea o la canadiense. Es significativo
que la medida no se haya aplicado tampoco a las
empresas extranjeras que tienen negocios en la Isla
o al uso de tarjetas de crédito.
La política monetaria en Cuba, desde 2003, ha ido
teniendo un protagonismo creciente en el Banco
52 Economía cubana: La oportunidad perdida

central, al frente del cuál se encuentra Francisco


Soberón. En particular, el manejo de las divisas es
una de las competencias básicas del Banco, lo que se
viene realizando a través de una política de control
de cambios, obsesionada por mantener la cotización
con respecto al dólar de Estados Unidos, y el progre-
sivo aumento del peso cubano convertible con ese
nuevo papel monopolista al que se le atribuye en los
intercambios comerciales de mercado.
Observados los efectos de las medidas adoptadas
por el régimen sobre el nivel de reservas existente
en el país, y paliada momentáneamente la escasez
de divisas, cabe preguntarse qué comportamiento
va a ajustar el conjunto de la población cubana
que tiene acceso al dólar y que tratará de evitar ese
impuesto recaudatorio. Una posible solución sea la
economía sumergida, algo a lo que por desgracia
están acostumbrados los cubanos y que volvería a
plantear el tipo de estrategia del período especial.
Otra consecuencia, inevitable desde nuestro punto
de vista, es la inflación. El Informe de CEPAL viene
a confirmar los aumentos de precios internos en la
Isla, en principio atribuibles al incremento de los
precios del petróleo y su traslación directa al sector
agropecuario y al empleo por cuenta propia. Desde
hace algún tiempo, algo no va bien en el sistema de
precios internos en Cuba. En el bienio 2002-03, los
precios al consumo aumentaron un 12%, un alza que
el gobierno intenta compensar en los productos que
se financian con cargo al presupuesto estatal, pero
que se ha ido extendiendo en la mayoría de bienes y
Elías Amor 53

servicios. La inflación, cuyo origen es el crecimiento


de la masa monetaria para respaldar los intercambios
con el dólar, es un fenómeno nuevo y desconocido
para amplias capas de la población cubana y una
amenaza para el régimen, y los economistas deberían
ser conscientes de ello. En los próximos meses, se
podrá observar la influencia de estos procesos.

Cubaliberal, 02/03/2005.
54 Economía cubana: La oportunidad perdida

Un siglo perdido

Cuando se inicie el proceso de transición a la de-


mocracia en Cuba, serán muchos y muy variados
los retos que deberán plantearse las autoridades
responsables de la gestión del mismo, pero si hay
algo a lo que se tendrá que prestar especial atención,
sin lugar a dudas, será a las cuestiones relativas al
estado y evolución de la economía de la Isla en los
años inmediatamente anteriores. Muchos serán los
problemas y muy graves, desde el punto de vista
social, y entonces, los responsables políticos tendrán
que adoptar decisiones relevantes para facilitar la
transición pacífica a la democracia.
Los economistas que han intentado acercarse al
análisis macro y microeconómico de Cuba han
descubierto siempre las mismas dificultades que se
derivan ya no sólo de la pertenencia de la Isla a un
modelo de organización colectivista e intervensio-
nista, prácticamente aislado en el concierto de las
naciones en la actualidad, y que por tanto carece de
Elías Amor 55

cualquier referente, sino a la carencia absoluta de


datos y fuentes estadísticas fiables a las que poder
referir los análisis a realizar.
Por todo ello, cuando se plantea la cuestión del
análisis o evaluación de la economía cubana, es
inevitable la aportación de juicios de valor, o del
referente ideológico, escondidos tras el análisis
de los distintos elementos integrantes del sistema
económico. Rara es la ocasión que encontramos
estudios y aportaciones en los que la consistencia
del instrumental del economista se sitúe en los datos,
las estadísticas y la coherencia de las mismas con
los procesos que se someten al análisis.
Una tarea que resulta esencial para comprender mu-
chos de los fenómenos que gravitan sobre el sistema
económico e institucional que durante 4 décadas ha
ocasionado el castrismo, y por otra parte, desprote-
ger los elementos de fuerza que siguen arrastrando
ideológicamente a muchos de los analistas que
tratan de aproximarse a las cuestiones relativas a la
economía cubana.
Estas cuestiones se plantean en el interesante libro
La economía cubana: estructuras, instituciones y
tránsito al mercado, del profesor cubano afinca-
do en la Universidad de Granada, Manuel García
Díaz. Un libro que se sitúa en la tradición clásica
del análisis de la economía cubana, que tiene su
referente histórico, como muy bien señala el autor,
en las investigaciones realizadas por el economista
español Julián Alienes en la década de los años 50, y
56 Economía cubana: La oportunidad perdida

cuya lectura resulta muy recomendable porque viene


a plantear cuestiones de calado que despertarán el
interés de los que deseen conocer las claves de la
economía cubana.
El libro se estructura en once capítulos y una in-
troducción, así como abundante bibliografía que
permite profundizar en aquellas cuestiones que pue-
dan resultar de mayor interés para el lector. En ese
sentido, una de las principales bondades de esta obra
es que huye de los tecnicismos complejos de la jerga
de los economistas, y se plantea facilitar al máximo
la comprensión de los términos y del análisis, sin
merma de rigor y calidad, lo que garantiza su interés
para todos aquellos que quieran obtener una idea de
eso que se puede denominar «economía cubana».
Con un enfoque ameno y descriptivo, los seis pri-
meros capítulos abordan los aspectos relativos a la
población, el mercado de trabajo y la productividad
de los distintos factores.
Una de las aportaciones más relevantes es la nota-
ble abundancia de series y datos estadísticos que el
autor, buen conocedor de las fuentes primarias, se
empeña en presentar de forma detallada en el primer
capítulo, en el que se hace una crítica al régimen
por su escasa atención a estas cuestiones y sobre
todo, por la sistemática manipulación de los datos
realizada por el régimen. Ciertamente, el profesor
García realiza un esfuerzo para construir las series
estadísticas con las que aborda el análisis de los
procesos históricos, y las somete posteriormente a un
Elías Amor 57

análisis econométrico que permite contrastar buena


parte de las hipótesis establecidas con anterioridad.
Algunas conclusiones merecen ser destacadas: el
desempleo es un fenómeno grave para las perspec-
tivas de la economía cubana, a pesar de la continua
propaganda del régimen.
Tras profundizar en el sentido de las distintas fuen-
tes estadísticas se concluye que las elevadas tasas
de paro, estimadas entre un 27% y un 45% de la
población activa, van a convertirse en una grave
amenaza del proceso de transición a la democracia.
Este escenario se ve especialmente afectado por los
bajos niveles de productividad que se obtienen en
los distintos sectores productivos y la escasez de
ahorro de la población, así como el escaso nivel
tecnológico de la economía. Si a ello se añade el
creciente envejecimiento que presionará fuertemente
sobre los sistemas de protección social, la situación
no puede ser más compleja.
Los capítulos 7 al 9 merecen especial atención
porque inciden, no tanto el primero de este bloque,
como los otros dos, en los factores que configuran
el denominado «círculo vicioso» de la economía, es
decir, la incapacidad real y objetiva de la economía
cubana, bajo el régimen de Castro, para generar con
sus potencialidades productivas los recursos necesarios
para poder adquirir en el exterior los medios de pro-
ducción y los alimentos que se precisan para mantener
los ritmos de crecimiento económico. Este análisis se
basa en la utilización del concepto de multiplicador
del comercio exterior, aunque el autor también presta
58 Economía cubana: La oportunidad perdida

atención a la tasa de cobertura o la propensión mar-


ginal a la importación para exponer sus conclusiones
relativas a la integración deficiente de la economía
cubana en el orden económico mundial.
En definitiva, como señala el profesor García según
sus cálculos, cada dólar de transferencia sin contra-
partida provoca el crecimiento de 4,38 dólares de
exportaciones, el incremento de un dólar adicional
de exportaciones provoca un crecimiento de 1,786
dólares en el ingreso nacional creado; y el incremen-
to de un dólar de éste último requiere incrementar
las importaciones en 0,713 dólares, lo que significa
que aumentar un dólar de exportación requiere un
aumento de importaciones de más de 1,27 dólares.
En suma, con su estructura actual, la economía cu-
bana necesita un flujo de divisas sin contrapartida
para poder producir para exportar, de lo que depende
el ingreso nacional creado.
El capítulo décimo aborda las cuestiones de tipo
institucional, con un análisis detallado de las defi-
ciencias del sistema de planificación centralizada
que en el caso concreto cubano aparece como un
desarrollo específico del sistema intervensionista
copiado de la extinta URSS, y una evaluación de las
principales medidas adoptadas por el régimen tras el
derrumbe del muro de Berlín y la instauración en la
Isla del denominado período especial. Especial inte-
rés merece la crítica a los planes que se han puesto
en marcha en relación con las empresas, que están
muy lejos de cualquier iniciativa realista y por ello
no han dado los resultados previstos.
Elías Amor 59

Por último, el capítulo undécimo se plantea el aná-


lisis del tipo de políticas que será preciso adoptar
durante la transición al mercado para mantener la
gobernabilidad en el país. Aspectos como la duali-
dad monetaria, la liberalización de las condiciones
económicas internas y externas, la privatización de
empresas y las exigencias de estabilización, son
objeto de análisis por el profesor García Díaz uti-
lizando la misma metodología empleada durante el
resto del libro. Su conclusión más relevante insiste en
que la transición al mercado no sólo será un cambio
del marco institucional, ya que las malformaciones
estructurales van a impedir el éxito de esas medidas
institucionales. La transición será más compleja que
en otras economías exsocialistas, porque las posicio-
nes de partida son débiles y críticas, y que exigirá un
complejo proceso de ingeniería social, aunque éste
es un término de disgusto para el profesor.
A modo de conclusión, se podría decir que estamos
ante un análisis detallado y bien construido del
marco de la economía cubana, sus aspectos básicos,
institucionales y materiales, que son el resultado de
40 años de un sistema intervencionista, obsesionado
con el control y ajeno a los principios básicos de la
teoría económica moderna. La economía cubana no
se parece a cualquier otra economía, posee una serie
de defectos graves y se plantea más que como un reto
u oportunidad frente al cambio político que tendrá
lugar tras la muerte de Castro, como una amenaza
y un freno al proceso de transición. Esto significa
que el margen de maniobra será muy escaso y que
60 Economía cubana: La oportunidad perdida

los futuros gobernantes democráticos van a tener


que desplegar una estrategia de confianza en los
inversores internacionales y en los organismos inter-
nacionales de cooperación para obtener los recursos
que permitan a la economía su transformación. La
oportunidad en la Isla dependerá del tiempo en que
los cubanos sean conscientes de que el sistema de
valores, creencias e ideas generado por 4 décadas
de totalitarismo, carece de cualquier base para el
futuro y que procede su abandono y sustitución por
un nuevo marco de relaciones en línea con lo que se
observa en otros países que han superado los lastres
del subdesarrollo.
La realidad es que 40 años después, el régimen de
Castro no ha conseguido modificar aquella imagen
de la década de los 50 que supo describir Julián
Alienes en sus obras y escritos. Se ha perdido un
siglo, se ha perdido una oportunidad histórica para
transformar un sistema y como muestra el profesor
García Díaz, ni el embargo, ni el ostracismo, ni las
proclamas ideológicas sirven para explicar ese gran
fracaso del castrismo, sino su propia naturaleza.
Difíciles serán los retos para quienes asuman la
responsabilidad de la transición, pero incluso en
ese caso, más atractiva será la tarea si al final del
camino somos capaces de ver esa realidad con la
que todos soñamos.

La economía cubana: estructura, instituciones y tránsito al


mercado. Manuel García Díaz. Universidad de Granada, 2004.
Elías Amor 61

Economía cubana:
Sin una orientación
al futuro

El momento de la coyuntura de la economía cubana


se puede considerar uno de los más interesantes de
los últimos años, desde la caída del muro de Ber-
lín y el inicio del período especial. En las últimas
semanas, una serie de medidas adoptadas por el
régimen, y comunicadas directamente por Fidel
Castro, han sacudido los cimientos de una economía
que sigue mostrando una incapacidad para atender
las necesidades de la población y definir un modelo
de crecimiento para el futuro.
Todos los países atraviesan períodos en los que
las dificultades económicas se convierten en una
restricción para las decisiones políticas. El caso
de la economía cubana es singular. Inmersa en una
grave crisis desde el derrumbe del socialismo real a
comienzos de la década de los años 90, y presa de las
contradicciones del sistema castrista, la situación de
la economía cubana muestra tal estado de postración
e inercia, que para muchos se convierte en un caso
62 Economía cubana: La oportunidad perdida

susceptible de análisis, no tanto por la ineficacia de


quiénes tienen la responsabilidad de hacer frente a
las condiciones económicas, como por la ausencia
de un modelo o una estrategia viable y coherente
frente a ese marasmo que dura más de tres lustros.
Los acontecimientos recientes podrían haber llevado
a obtener una conclusión distinta. Nada más lejos de
la realidad. Recapitulemos. La prohibición de libre
circulación del dólar en los intercambios comerciales
en la Isla, y la obligatoriedad de su cambio al peso
convertible, «chavito» que semanas más tarde se
revaluó, fue la primera de una serie de decisiones
controvertidas. Más tarde, se hizo otro tanto con el
peso cubano, al que se otorgó otro impulso alcista,
sin una consistencia real tras la medida. Posterior-
mente, se adoptó la subida del salario mínimo,
situado en apenas 9 dólares mensuales. Todas es-
tas decisiones confirman que el régimen necesita
recursos financieros urgentemente para saldar sus
deudas con el exterior, y cuando la situación se
empezaba a convertir en especialmente crítica, el
reciente acuerdo con el gobierno de Venezuela, que
sienta las bases de un modelo de intercambio de
«pajarera» como los que se realizaban en su tiempo
por los países del CAME, los que estaban someti-
dos al bloque soviético de poder, viene a aliviar las
tensiones financieras en un momento especialmente
conflictivo para el régimen.
Todos estos eventos son de tal importancia, y se han
producido en un período de tiempo tan reducido, que
deben ser analizados con detalle, por cuanto suponen
Elías Amor 63

que el régimen de Castro ha decidido finalmente


no apostar por la denominada «vía vietnamita» a
la economía de mercado, sino que se enroca en sus
posiciones centralizadoras y burocráticas a pesar de
que, como destacan algunos observadores, desde
hace mucho tiempo las fuerzas internas del cambio
obligan a descartar cualquier opción de vuelta a la
ortodoxia de los 60. Lo cierto es que preso de estas
dificultades en el ámbito de la gestión de la economía,
el régimen cubano sigue dando muestras de una nota-
ble incapacidad en materia económica, y todo lo que
hace, o deja de hacer, tarde o temprano, le sale mal.
En cierto modo, sería deseable que los responsa-
bles de asuntos económicos del régimen pudieran
ejercer alguna influencia sobre Fidel Castro que, en
muchas ocasiones, ha demostrado tener un nivel de
conocimiento bastante escaso de cómo funcionan los
sistemas económicos, y las relaciones contables entre
el debe y haber. Pero como la experiencia muestra
que esto es imposible, se colma aún más nuestra
impaciencia. La realidad de la sociedad cubana es
que, detrás de los mensajes de falso igualitarismo
y de protección en materia de servicios sociales, la
cesta de bienes y servicios que está al alcance de
un cubano medio es posiblemente la más escasa ya
no sólo de América Latina, sino del mundo entero.
Que el acceso a los dólares es la única vía para paliar
esta penuria económica, y que se siguen dando las
condiciones para un estallido social sin paliativos,
conforme se suavicen los sofisticados mecanismos
de represión interna.
64 Economía cubana: La oportunidad perdida

Basta con pensar en lo que pueden exigir los traba-


jadores cubanos cuando se liberalice el marco de la
negociación colectiva y se puedan ejercer libremente
los derechos de asociación en una economía en la
que el Estado, instrumenta a partir del partido único,
un sistema de subcontratación laboral que premia la
fidelidad política y estimula los sistemas de espionaje
y delación. Esto significa que el poder del control
de las empresas reside en los antiguos miembros de
la seguridad del Estado, bajo la dirección política
de Raúl Castro, y los trabajadores son los cargos
más relevantes del partido único, aquellos que se
muestran más dispuestos a secundar las consignas
políticas del régimen. No hay un espacio para la
construcción y desarrollo de una sociedad civil, y
en ese ambiente claustrofóbico, se abren paso, con
notables dificultades, las distintas opciones que en
la disidencia, y bajo un estrecho control de la policía
política, tratan de ofrecer un futuro de optimismo a
la sociedad cubana.
Diversos indicadores apuntaban, sobre todo tras la
crisis del período especial, hacia una «vía cubana»
al mercado, pero de ese modelo, apenas quedan unos
restos, y las decisiones adoptadas se han movido a
tal nivel de irresponsabilidad que poco más puede
afirmarse sobre su viabilidad. El proceso de apertura
iniciado tras el período especial, a duras penas y a
regañadientes, ha sido cerrado tan pronto como ha
sido posible, y la vuelta atrás se ha producido en
silencio y mostrando el rostro menos amable del
régimen. Las campañas mediáticas en contra de la
Elías Amor 65

Unión Europea, las acusaciones a destiempo contra


dirigentes democráticos de América Latina, y de
forma más reciente, la campaña para la devolución
de Posada Carriles, son esas estrategias que utiliza
el régimen cuando se encuentra aprisionado.
Y aunque son muchos los funcionarios del gobierno
que muestran su creciente malestar por cómo están y
como van las cosas en materia de gestión macroeco-
nómica, lo cierto es que la nueva/vieja ortodoxia
se impone y no llegan las decisiones que hay que
adoptar para sacar a la Isla de la parálisis en que se
encuentra sumida. Cierto es que casi 14 años después
del derrumbe del socialismo real, el PIB per cápita
cubano sigue por debajo de los niveles de 1989, y
ni los planes de inversión extranjera, ni el desarrollo
del turismo o la apuesta por los sectores de la bio-
tecnología y la medicina, han dado los resultados
deseados y esperados.
Un ejemplo de esta deficiente gestión de la economía
se observa en el ámbito de las transferencias que
recibe la economía cubana de la diáspora del exilio
y emigración. Según datos de CEPAL, casi 800
millones de dólares al año por este concepto envían
los cubanos del exterior a los suyos. Una cifra que
se sitúa entre las más elevadas per cápita de todos
los países de América Latina que se han estudiado
por el prestigioso organismo latinoamericano de
prospección y análisis económico.
El impacto positivo que la gestión de las remesas
tiene para el desarrollo económico de los países
66 Economía cubana: La oportunidad perdida

receptores ha sido contrastado en numerosos países


de todo el mundo. España durante los años 60 fue
un buen ejemplo de ello. Gracias a las transferen-
cias de los trabajadores españoles en el exterior,
fundamentalmente en los países más avanzados de
Europa, se financiaron las cuantiosas inversiones
de bienes de equipo y tecnología que permitieron a
la economía española convertirse en una potencia
media a comienzos de los años 70, y superar su
déficit en las relaciones con el exterior. Otros países
participan igualmente de estos efectos beneficiosos
recientemente, gracias a los efectos benéficos que
tiene el proceso de globalización de la economía
mundial. La CEPAL viene estudiando con detalle
cómo las remesas de ecuatorianos, colombianos,
mexicanos, argentinos, están ejerciendo un efecto
muy positivo sobre sus economías, en tanto que los
sistemas financieros de los países en los que esos
inmigrantes residen y trabajan empiezan a adoptar
estrategias para intentar participar con éxito en ese
proceso de transferencia internacional de recursos.
Los estudios realizados señalan que la cifra global
de remesas que llegan anualmente a Cuba se sitúa
en torno al 20% del PIB de la economía, una cifra
nada despreciable. Sin embargo, el impacto que han
tenido sobre el desarrollo económico en esta última
década ha sido muy limitado. ¿Por qué sucede esto?
Hay dos razones, y los economistas, como siempre,
las identificamos en la oferta y demanda.
La primera se encuentra en la oferta. Las remesas
que llegan a la Isla van orientadas principalmente a
Elías Amor 67

paliar situaciones de escasez de todo tipo de bienes


de primera necesidad de los cubanos, por lo que
prácticamente se destinan a gasto en productos que
tienen su origen en el exterior, a pesar del persistente
debate del embargo. Las familias de la Isla, que no
llegan virtualmente a fin de mes con las restricciones
y el eterno racionamiento del régimen, necesitan las
remesas para sobrevivir, con lo que, en ausencia de
incentivos al ahorro y retribución para el mismo, la
eventual inyección monetaria del exterior termina
volviendo a dirigirse hacia fuera.
Desde la demanda, cabe observar otro tanto. El régi-
men ha puesto en marcha todo tipo de medidas para
controlar esas reservas y garantizar que las mismas
puedan servir para afrontar la grave crisis de liquidez
de la economía cubana, su incapacidad para generar
con la estructura productiva interna los recursos que
requiere para comprar los bienes y servicios que la
permitan desarrollarse. Eso que hemos denominado
el «círculo vicioso de la economía cubana».
Por ello, las remesas han tenido un impacto más
paliativo que estimulante sobre la economía cubana,
y no han contribuido a expandir la base productiva
real del país. La ausencia de iniciativa privada y
derechos de propiedad está en el origen de esta
incapacidad para sacar provecho, pero qué duda
cabe, hay muchos más factores que merecen igual
atención. Ahí está el papel que desempeña el Banco
central de Cuba, que no tiene competencia alguna
para ejercitar con autonomía su papel en el sistema
económico, entre otros.
68 Economía cubana: La oportunidad perdida

La conclusión que cabe extraer es que nada hay


que esperar del régimen de Castro en materia de
gestión macroeconómica. Son muchas décadas de
fracasos, de falsas promesas, de querer siempre
trasladar a la generación venidera el efecto de unas
medidas siempre erróneamente adoptadas, porque
en el ámbito de la economía, la política suele ser
mala consejera. Mientras tanto, la tensión va en
aumento. La sociedad cubana se organiza, y desde
dentro surgen opciones que plantean al gobierno una
actuación más decidida y coherente para mejorar las
condiciones de vida de la sociedad. Si el régimen
realmente resuelve sus necesidades a corto plazo de
petróleo con los acuerdos firmados con Venezuela
y obtiene alguna divisa adicional de la reventa de
gasolina, es una cuestión que se podrá constatar en
los próximos meses. Pero la sociedad cubana seguirá
al margen de cualquier opción para salir adelante,
y ya son 47 años.

Cubaliberal, 17/05/2005.
Elías Amor 69

El gran éxito
de la convocatoria
del 20 de Mayo

El 20 de Mayo es una fecha importante para todos


los cubanos. Lo ha sido desde el nacimiento de la
República, y lo será después del paréntesis abierto
por el régimen castrista en la historia democrática
de la Nación.
El 20 de Mayo representa el derecho histórico y
legítimo de todos los cubanos a vivir en paz, de-
mocracia y respeto a los derechos humanos. La
construcción desde cero de una nación inspirada en
los principios del Estado democrático, el gran sueño
de varias generaciones de cubanos que añoraron la
libertad, la independencia y la construcción de unas
instituciones representativas propias. Una corriente
histórica que algunos quisieron identificar en Arango
y Parreño y José Antonio Saco, y que proporcionó a
Cuba una larga historia de acontecimientos felices
y de infortunios, de etapas de prosperidad y crisis,
de dinamismo y estancamiento, al igual que el resto
de naciones de su entorno. Ese mismo 20 de Mayo
70 Economía cubana: La oportunidad perdida

constituye la base legítima de la integración de Cuba


y sus instituciones políticas en la sociedad occiden-
tal, y en el sistema de valores, creencias y actitudes
del resto de países democráticos en los que inspiró
su fórmula constituyente.
No se trata de rehacer la historia de un pueblo, ni
mucho menos de recrearse en los distintos episodios
y etapas que nos precedieron. Significa hacer constar
que este 20 de mayo los cubanos, tanto dentro de la
Isla como fuera de ella, tenemos la oportunidad de
volver a reflexionar sobre nuestro pasado y futuro,
para tratar de construir entre todos, una vez que
finalice el régimen autoritario de Castro, un nuevo
modelo de organización social que nos permita re-
habilitar el sueño de nuestros antepasados.
Podemos identificar en el régimen instaurado en
1959 por Fidel Castro numerosos errores, defectos
y torpezas. Sin embargo, cuando se sitúa esta larga
etapa de nuestra historia en términos de lo que sig-
nifica el 20 de mayo para los cubanos, la conclusión
principal que cabe extraer es que nunca antes en el
pasado, los cubanos habíamos quedado tan lejos del
resto del Mundo como ahora.
La fractura social e ideológica que ha provocado el
régimen ha llegado muy lejos. Muchos piensan que
nuestro futuro se encuentra condicionado por los
daños que se han generado en este largo período
de nuestra historia. Sin duda, hay que huir de estas
posiciones fatalistas. Por fortuna, a lo largo de los
últimos años, han surgido en la Isla organizaciones
Elías Amor 71

que se inspiran en los valores democráticos y plu-


rales de las sociedades occidentales, que tratan de
abrirse paso a través de los pequeños espacios que
el régimen abandona o deja descubiertos por escaso
interés. Estas organizaciones deben ser un estímulo
para todos. Ellos representan los valores del 20 de
mayo que compartimos todos los cubanos, luchando
día a día contra un régimen que nada tiene ya que
ofrecer; en desigualdad de condiciones, con esfuer-
zo, con sufrimiento y abnegación, siendo hostigados
y sometidos a los máximos niveles de violencia y
persecución, llegando a padecer largas penas de
prisión, sin que las voces acreditadas del exterior
luchen por sus derechos y reivindiquen en los foros
internacionales un mínimo respeto. A ellos debemos
nuestra consideración en una fecha tan importante.
Y precisamente a ellos quiero recordar y testimoniar
mi respeto en este día.

Presslingua, 22/05/2005.
72 Economía cubana: La oportunidad perdida

El futuro de las
relaciones entre Cuba
y la Unión Europea

Castro ha vuelto a jugar sus cartas una vez más. La


expulsión de parlamentarios de varios países euro-
peos es una noticia ciertamente desagradable para
los que creen en la democracia y sus valores. Una
bofetada en toda regla a la Unión Europea, que se
encuentra incapaz de hacerse presente en la reunión
convocada por los grupos disidentes en La Habana.
Pero por desgraciada que sea esta actuación, ya se
ha producido en ocasiones anteriores, los resultados
son conocidos, y al cabo de un cierto tiempo, por
extrañas razones, las aguas agitadas con las canci-
llerías europeas vuelven a su cauce. Castro lo sabe
y mueve sus fichas con acierto.
Lo más importante esta vez es que debemos ser cons-
cientes de esta maniobra que esconde, como siempre,
otros eventos más relevantes. Castro ha expulsado a
media docena de representantes democráticos de la
Unión Europea, despreciando a quiénes los han ele-
gido y respaldan, y ha convulsionado a los cuerpos
Elías Amor 73

diplomáticos de estos países, que ahora van a tener


que dar explicaciones imposibles. Pero el trasfondo
real de esta noticia, que ha ocupado las portadas de
todos los medios de comunicación internacionales,
es que se ha intentado, una vez más, ocultar, silenciar
y aplastar la verdadera noticia que se ha producido
en Cuba este 20 de mayo, histórico.
La reunión pacífica, ordenada y hasta cierto punto,
masiva, de grupos disidentes en torno a un proyecto
ya conocido que arranca del documento «La Patria
es de Todos», y que fija un modelo de transición a
la democracia en la Isla, es la verdadera noticia, y
no debemos perder un solo instante para felicitarnos
por esta iniciativa, divulgarla, difundirla y otorgarle
la máxima relevancia, porque la tiene. Un país en
el que resulta imposible desarrollar actividades
políticas al margen de la Ley del partido único, un
sistema político que persigue y acosa a los que opi-
nan de forma diferente, una ideología que se inspira
en el totalitarismo estalinista, que ha engañado a
las izquierdas occidentales que han confiado en los
«valores morales» de una revolución que ya solo es
un fantasma de su propio pasado, no es el escenario
más fácil para la oposición política. Pero este 20 de
mayo de 2005 pasará a la historia como el día en que
la disidencia al castrismo perdió el miedo, y ese si
que es un buen titular y una gran noticia para todos
los que queremos la democracia en nuestra Isla.
La detención de los diputados y senadores europeos
es un claro despropósito por parte de quién necesita
cualquier soporte político, institucional y financiero
74 Economía cubana: La oportunidad perdida

para alargar una inútil existencia que ya no interesa


a nadie. Es un error político sin precedentes que
va a suponer un coste para diplomáticos, como el
embajador español en La Habana, que ha apostado
por esa línea de negociación y apertura con Castro.
Una vez más, la experiencia confirma que con Castro
no se juega, y quiénes desean hacerlo, o se someten
a sus dictados, o fracasan. Tan acostumbrado está a
salirse con la suya, que esta vez, casi lo consigue.
Sucede que, sin embargo, yo pienso que no. Creo
sinceramente que debemos hacer un esfuerzo entre
todos para hablar de lo que se empieza a mover en
la Isla. Para divulgar que en Cuba ya existen orga-
nizaciones pequeñas, pero distribuidas por todo el
país, penetradas por la seguridad del Estado y hasta
cierto punto controladas, pero que se esfuerzan
por hacer llegar sus mensajes y conectar con los
sectores sociales que entienden que la llegada de la
democracia a la Isla es un deseo de todos. Debemos
apostar por esa llama encendida y tratar de superar
las diferencias que todavía subsisten, y sobre todo,
mover sentimientos de aquellos representantes de
organizaciones que no se han sumado, por voluntad
propia a la iniciativa. Hacer oposición en Cuba es
una tarea formidable y por tanto hay que aprender,
hay que saber cómo se mueven los mecanismos
internos para sortearlos y aprovechar las pequeñas
rendijas que existen en la legalidad del régimen para
construir una sociedad civil democrática.
En los últimos años, los niveles de represión, perse-
cución y castigo se mantienen e incluso se refuerzan.
Elías Amor 75

Muchas de las personas que han acudido a esta con-


vocatoria pueden perder sus empleos, sus amigos,
sus relaciones familiares y personales, sentir el vacío
y el aislamiento social. Sin embargo, han acudido a
la llamada. No han podido constatar la solidaridad
de los representantes políticos europeos que habían
acudido a la cita, pero saben que cuentan con ella.
Desde fuera podemos hacer mucho para traer la
democracia a Cuba. Son múltiples las iniciativas, y
desde luego, a partir de ahora, que el régimen y su
máximo dirigente han mostrado su peor rostro, hay
más motivos para continuar.
En unos meses, se volverá de nuevo a suavizar la
tensión. Es casi seguro. La Unión Europea, desde
que modificó a instancia del gobierno socialista es-
pañol sus líneas de actuación con respecto a la Isla,
no ha apreciado signos de normalidad salvo algunas
liberaciones de presos por motivos humanitarios,
compensadas con creces con detenciones masivas,
como las de jóvenes días atrás. Nadie puede entender
por qué la mayor concentración democrática del
mundo, la Unión Europea, no ha definido un criterio
claro de defensa de los derechos humanos, libertades
y pluralismo político hacia Castro y su régimen, y
esas oscilaciones frecuentes que se constatan en los
debates en los órganos representativos y ejecutivos.
Alguien debería reflexionar sobre esta cuestión.
Quizás por ello, el mensaje de George Bush a los cu-
banos concentrados causó una gran alegría, y tal vez
por esa misma razón, sus palabras fueron aplaudidas
y coreadas con vivas a Estados Unidos. Cada vez es
76 Economía cubana: La oportunidad perdida

más perceptible esa distancia de la Unión Europea


con los grupos políticos disidentes en la Isla, una
mayor diferencia de posiciones, y eso, en mi opinión,
es un error que tendrá graves consecuencias en el
futuro, y que en el presente, no admite explicación.

Presslingua, 24/05/2005.
Elías Amor 77

Cuba: Recentralización
y crisis económica.
Vuelta a empezar

Habrá que esperar posiblemente unos meses, al obje-


to de evaluar el impacto real de los cambios, pero en
cualquier caso, no por inesperadas, las noticias que
llegan de Cuba en materia económica este verano de
2005 no se pueden considerar positivas.
En efecto, cualquiera que haya prestado atención a la
evolución de los asuntos económicos en la Isla desde
la llegada al poder del castrismo, ha podido observar
cómo los períodos de refuerzo de la centralización
de la economía y las decisiones se han sucedido a
otros en los que se han producido tímidas reformas
que, a la larga, terminaban siendo eliminadas. Ya
ocurrió en los sesenta, en los setenta, en los ochenta,
también en la década de los años 90, y cómo no,
ahora también. Parece existir una sucesión de ciclos
de liberalización económica, que van seguidos de
una orientación centralizadora de las decisiones, de
modo que la teoría se mezcla con la ideología de
forma, muchas veces, sorprendente y fatal. Sobre
78 Economía cubana: La oportunidad perdida

todo, pésima para el estado de bienestar de los ciu-


dadanos cubanos, que durante estas largas cuatro
décadas han tenido que acostumbrarse a este tipo de
vaivenes cuya única salida, es el exilio y la ruptura.
Los cambios ahora acontecidos afectan principal-
mente a los inversores extranjeros y a los trabajado-
res por cuenta propia. Sobre ambos, el castrismo, ha
vuelto atrás, con graves consecuencias para ambos.
Desde hace algunos años, los empresarios que ini-
ciaban tímidas aventuras en la Isla, se habían venido
quejando de las continuas dificultades burocráticas
del régimen y de las autoridades para desarrollar
sus proyectos de inversión. La llegada a Cuba de
las primeras empresas pequeñas y medianas, atraí-
das por las medidas liberalizadoras adoptadas tras
el derrumbe del muro de Berlín, se encontraba con
numerosos obstáculos muchos de ellos insalvables,
y no pocas sorpresas. Entre los primeros, la ausencia
de sistemas estables y racionales de distribución;
entre los segundos, la obligatoriedad de contratar
a determinadas personas no por su cualificación o
competencia, como quedaba evidente en los prime-
ros meses de acceder a las empresas, sino por las re-
comendaciones de los dirigentes locales del partido.
Y así un sinfín de anomalías, solo presentes en la
Cuba de Castro, y sólo comprensibles en términos de
esa combinación de estalinismo de mercado estatal
en que se ha convertido la economía cubana.
Animados por el apoyo financiero venezolano,
las autoridades han decidido frenar la entrada de
Elías Amor 79

pequeños empresarios en Cuba, y orientar las inver-


siones extranjeras hacia las grandes multinacionales,
pertenecientes a los sectores en los que la Isla se
pretende especializar a nivel mundial. Vamos a ver
cuánto tiempo dura esto, y sobre todo, si las gran-
des corporaciones van a volver a caer en la trampa
del castrismo. No conviene olvidar que muchas de
ellas fueron víctimas de las confiscaciones y ataques
directos a la propiedad durante las primeras décadas
revolucionarias. El mercado, por supuesto, tiene
memoria histórica.
En segundo lugar, la desilusión de muchos trabaja-
dores por cuenta propia ha supuesto, como conse-
cuencia de la intensa presión fiscal y las continuas
barreras al ejercicio profesional, un progresivo
abandono de licencias de actividad, de modo que se
venía observando en los últimos años, un descenso
del número de estos profesionales que en su arranque
habían supuesto una bocanada de aire fresco para el
sistema productivo de la Isla. Otro tanto se podría
afirmar de las cooperativas agrarias, impulsoras de
cambios relevantes en la década de los años 90, sobre
todo en los mercados agropecuarios, y que a falta de
socios extranjeros que puedan apoyar las inversiones
productivas, también se han venido abajo.
Las últimas informaciones procedentes de la Isla
señalan que se han cerrado las autorizaciones de
nuevas licencias para el establecimiento por cuenta
propia, y que tras las últimas salidas de ciudadanos
al exterior se encuentra un sentimiento notable de
fracaso de muchos cubanos que pensaron abrir un
80 Economía cubana: La oportunidad perdida

espacio de independencia en un sistema que renuncia


a cualquier apertura en lo económico. Ello significará
reducción de las transacciones comerciales, escasez
de numerario, y lo que es peor, carencia de bienes
y servicios que la estructura estatal es incapaz de
proporcionar en cantidad y calidad suficiente, todo
ello, a favor de un refuerzo del control político de
la población.
¿Qué nos queda? Más bien nada. Una vez que las
tímidas iniciativas de liberalización económica que
luchaban por abrirse paso en la ortodoxia castrista
se han venido abajo, el régimen se autoimpone la
obligación «revolucionaria» de reconducir los acon-
tecimientos. De ahí, la nueva onda de centralización
que se ha iniciado, y que a tenor de las informaciones
disponibles, será mucho más intensa que en épocas
anteriores, y por ello, cabe suponer que sus efectos
sobre la población también van a ser muy negativos.
Pero veamos detenidamente cómo.
La desaparición de las empresas mixtas va a suponer
que un número relativamente importante de altos
dirigentes del sistema van a quedar sin empleo,
al menos de forma momentánea. Se acabaron de
sopetón los privilegios, los viajes al exterior, los
sobresueldos y todo este tipo de halagos que han
servido para garantizar el funcionamiento de muchas
empresas. Estos altos dirigentes, y los trabajadores,
van a comprobar cómo su posición cambia, y en
función de su «lealtad» serán recolocados, si resulta
posible, en las iniciativas que se puedan ir generan-
do. Cabe suponer que no serán tantas como hasta
Elías Amor 81

ahora, por lo que muchos volverán a depender del


Estado cubano en puestos de naturaleza muy dis-
tinta. ¿Podrán adaptarse al pasado? ¿Serán capaces
de someterse al poder? Habrá que esperar, pero en
cualquier caso, la dirigencia comunista lo va a tener
difícil para encontrar acomodo para tanta gente.
Y mientras tanto, Grannma Internacional anuncia
que el gobierno está dispuesto a resolver el problema
de la vivienda en Cuba. Interesante. Este será tema
de otro análisis.

Julio 3, 2005.
82 Economía cubana: La oportunidad perdida

La vivienda en Cuba:
Retos y oportunidades

En un excelente trabajo publicado en 1997, Lucía


Dammert de la Universidad de Louisville, destacaba
cómo la cuestión de la vivienda siempre ha sido un
problema para las autoridades castristas. Ya lo fue al
principio de la revolución, cuando las estimaciones
apuntaban a un importante déficit de viviendas para
una población crecientemente urbana. Ya lo fue en la
década de los años 70, tras las decisiones adoptadas
en pleno período revolucionario que permitieron
ensayar soluciones que terminaban en fracaso.
También se observaron deficiencias durante los años
de revisión de políticas a finales de los años 80, y
en pleno «período especial», cuando se autorizó los
movimientos migratorios que trasladaron a varios
centenares de miles de personas de Oriente a La
Habana, hacinando en las zonas de la capital a cen-
tenares de miles de habitantes en condiciones muy
lamentables. Y por supuesto, también lo es ahora,
y como siempre, el gobierno castrista se propone
Elías Amor 83

darle la solución «definitiva», sin plantearse ni la


verdadera naturaleza del problema ni las estrategias
más adecuadas para su atención.
A lo largo de un período de tiempo tan largo, y tan
complejo, como el que dura el régimen de Castro,
la vivienda siempre ha sido un problema, porque en
ausencia de propiedad privada y libertad de creación
de empresas, se rompen los dos vínculos fundamen-
tales que determinan el desarrollo de este sector. Si
a ello se añade la ausencia de sistemas crediticios o
la escasez generalizada de recursos (ladrillos, tejas,
carpintería, pinturas, etc), la situación no puede ser
más penosa. El resultado es que el parque de vivien-
das de Cuba, cuyo último dato estadístico se refiere
al censo de 2001, estimado en torno a 2 millones,
es insuficiente para atender las necesidades básicas
de la población, presenta un alto grado de deterioro
físico, sobre todo en amplias zonas de las grandes
capitales, no responde a las prioridades básicas de las
políticas que se adoptan, y carece de una orientación
estratégica, convirtiéndose en fuente de amplio y
creciente malestar social.
Y en este punto, Castro vuelve a reconocer la vivien-
da como un gran problema y el ministro del ramo
anuncia un plan, ¿el definitivo?, para hacer frente a
los grandes desequilibrios observados.
Desde ahora afirmamos nuestra absoluta convicción
de que el resultado vaya a ser positivo, o que incluso
se pueda salir de la actual situación con garantías de
éxito a medio plazo. Ni siquiera en los mejores años
de protección financiera soviética el régimen cubano
84 Economía cubana: La oportunidad perdida

alcanzaba cifras de construcción de vivienda com-


patibles con el ritmo de crecimiento de la población.
Conviene recordar que el exilio masivo de miles de
cubanos, sobre todo a comienzos de los años 60 y
concentrado además en un período de tiempo muy
corto, permitió al régimen mejorar la situación de
escasez que pudiera existir, liberando desde la oferta
un abundante parque de viviendas residenciales que
fueron entregadas como premios a los leales al régi-
men, sin ningún tipo de garantía o seguridad de futuro.
Esa situación está en el origen del abandono de la
vivienda en Cuba, donde los residentes carecen de
cualquier incentivo lógico para realizar cualquier
obra de mejora en sus casas, ante la ausencia de un
futuro claro para las mismas. La propia propaganda
oficial del régimen se ha dedicado durante décadas
a crear sombras de duda, al presentar, sin duda con
falsedad y un gran desconocimiento de la realidad,
a los cubanos del exilio como una invasión que, en
su día, exigiría la devolución de las viviendas con-
fiscadas por las autoridades.
Una posible vía de solución, propuesta por Dammert,
y con la que se puede estar de acuerdo, consiste en
abrir espacios para la iniciativa privada en este sector
de la economía cubana, con la presencia creciente
de cooperativas y pequeños empresarios que se
vinculen con empresarios extranjeros especializados
en rehabilitación de espacios urbanos y mejora de
infraestructuras, porque no conviene olvidar que si
dramática es la situación de la vivienda, lo que se
encuentra debajo del suelo, alcantarillado, conduc-
Elías Amor 85

ción de aguas para suministro urbano y residuales,


todavía se encuentra en un estado mucho peor. El
gobierno castrista tiene una opción para abrir espa-
cios a la iniciativa privada, pero dada la reorientación
centralizadora de los tiempos actuales, difícil parece
ser esta opción.
Otra opción para ensayar es la mejora de la financia-
ción. Aquí tiene el banco central de Cuba, dirigido
por Soberón, la oportunidad de diseñar un sistema
de cajas de ahorros que facilite a los ciudadanos
unos créditos a largo plazo en condiciones asumi-
bles, para la inversión en vivienda, o mejora de la
utilizada con las garantías necesarias. La existencia
de un mercado financiero en Cuba es necesaria para
el dinamismo futuro de la economía, y aquí también
existe otra posibilidad de abrir nuevos espacios para
el mercado y el desenvolvimiento de la economía.
Y sobre todo, hay que olvidarse de cualquier ensayo
estalinista aplicado a la construcción: las denomi-
nadas «brigadas» de trabajadores cubanos han mos-
trado ser un absoluto fracaso y muchos de los que
han participado en estas iniciativas han comprobado
que sus esfuerzos lejos de mejorar la situación de la
vivienda, han ido dirigidos a otro tipo de infraestruc-
turas públicas. Los cubanos están ya cansados de
tanta demagogia y de tanto tiempo perdido, y solo
piden soluciones para sus problemas por parte de un
régimen que carece de futuro.

Cubaliberal, 04/07/2005.
86 Economía cubana: La oportunidad perdida

La economía cubana
en perspectiva

Acaba de ser publicado el pasado mes de agosto el


Informe número 57 de CEPAL, «Estudio económico
de América Latina y el Caribe», que contiene inte-
resantes datos relativos a la economía cubana, que
se presentan en este artículo.
El crecimiento económico en Cuba sigue sin mostrar
el mismo dinamismo que en el resto de América La-
tina. En 2004, según CEPAL, la tasa de crecimiento
de la economía se situó en solo un 3%, la mitad que
la registrada en el continente, que se situó en un
ejercicio de clara mejoría económica en el 6%. Las
previsiones para el presente año se sitúan en torno al
5%, una tasa similar a la registrada en el conjunto de
la región. Eso significa que el régimen cubano sigue
mostrando una evidente incapacidad para alcanzar
los niveles de renta existentes antes del derrumbe
del «socialismo real» a comienzos de los 90, y que
buena parte de los «ensayos» del «período especial»
no han dado los frutos esperados.
Elías Amor 87

Varias son las razones que explican este fracaso de


la política económica del régimen castrista, y en el
Informe de CEPAL se vienen denunciando desde
hace años.
En primer lugar, la escasez crónica de inversiones
productivas. No se ha recuperado aún el nivel de
inversión bruta interna con respecto a la media de
los años ochenta, alcanzando solo el 11,3% del PIB,
uno de los porcentajes más bajos del continente.
El propio Informe lo cita textualmente al señalar
«requieren inversión sobre todo los sectores de
vivienda, transporte, agua y electricidad, que han
sufrido más los insuficientes niveles de formación
de capital». La inversión productiva es la garantía de
un futuro mejor, la que permite sentar las bases de
un crecimiento continuo del producto y la renta. Y
en Cuba, las autoridades llevan más de dos décadas
incumpliendo sus obligaciones en esta materia y
dificultando con el tipo de políticas que se adoptan
los cambios necesarios para desplegar las fuerzas
productivas de la economía cubana. De hecho, las
cuentas de 2004 han vuelto a registrar un aumento
del déficit fiscal del 4,2% del PIB superando el
3,3% de 2003 atribuible al gasto corriente, «con la
participación del Consejo de Estado (presidido por
Castro) en la autorización de la financiación de esa
expansión monetaria por el Banco central de Cuba,
en ausencia de un sistema de crédito público».
En segundo lugar, la mejoría registrada en las cuen-
tas externas de la economía cubana se produce de
forma coyuntural. Es cierto que las exportaciones se
88 Economía cubana: La oportunidad perdida

han visto impulsadas, con un aumento del 11% en un


año en que el continente latinoamericano ha regis-
trado un notable dinamismo regional, sin embargo,
este auge para el régimen cubano tiene unas bases
muy débiles, como lo muestra el nuevo descenso
experimentado en la relación real de intercambio,
como consecuencia no sólo del aumento del precio
del petróleo (cuya factura mitiga el gobierno vene-
zolano) sino, lo que es peor, de los alimentos. Dada
la dependencia del régimen cubano del exterior para
alimentar a la población (el sector agropecuario dela
Isla registró en 2004 un descenso del 1% atribuible
en parte a las sequías y el azote de los huracanes,
pero también a la incapacidad del castrismo para
generar riqueza en la que fue agricultura más pro-
ductiva y rentable del continente), se observa que el
crecimiento de las importaciones de estos productos,
un 6%, supera en el doble al ritmo de crecimiento
de la economía, situado en el 3%, lo que ofrece una
vez más el verdadero rostro del embargo, lo que he-
mos denominado el «círculo vicioso de la economía
cubana». Y lo más grave de todo es que se sigue sin
adoptar el tipo de medidas más eficaces para favo-
recer el dinamismo productivo interno.
En tercer lugar, y como constata CEPAL, en 2004 se
ha vuelto a registrar un proceso de mayor centrali-
zación productiva, con decisiones como las restric-
ciones al ejercicio legal del trabajo por cuenta propia,
limitado ahora a solo 118 actividades, y a la nueva
concepción del autoempleo como complemento de
la actividad estatal. De igual modo, la obligatoriedad
Elías Amor 89

de las empresas que operan en divisas a comprarlas


al sistema bancario, previa fundamentación, es otra
medida de signo intervensionista. En este mismo
sentido cabe atribuir las medidas adoptadas en no-
viembre de 2004, relativas a la prohibición de circu-
lación del dólar y las restricciones a los intercambios,
con un refuerzo del papel del Banco Central de Cuba
en la política de control cambiario.
En cuarto lugar, en un momento de expansión de
liquidez interna sin precedentes, existen dudas sobre
el alcance del aumento de precios. CEPAL reporta
un alza del 3% en el índice de precios al consumidor,
con notables disparidades entre precios regulados, de
mercados informales y de mercados agropecuarios.
Sabido es que a partir del mes de mayo de 2004 se
autorizaron importantes aumentos de precios al con-
sumidor, situados en torno al 15% y que afectaron
a alimentos, productos de aseo personal y limpieza,
calzado infantil, cosméticos, electrodomésticos,
muebles y colchones, etc, todos ellos productos
vendidos a través de las tiendas en moneda conver-
tible, con evidentes objetivos recaudatorios. Poste-
riormente, el aumento de precios del petróleo se ha
debido trasladar al mercado de divisas, pero también
al mercado nacional, agropecuario y de autoempleo,
lo que ha tenido que ejercer efectos negativos sobre
la inflación. Los cortes de luz de este verano tienen
su explicación en los burdos sistemas empleados por
el régimen para ejercer el control de precios sobre
los mercados controlados, en ausencia de recursos
financieros. En cualquier caso, la incidencia negativa
90 Economía cubana: La oportunidad perdida

de la inflación sobre la economía cubana es un dato a


tener en cuenta, sobre todo, si se tiene en cuenta que
el alza media de los salarios se situó según CEPAL
en un 3,3% con notables desigualdades entre los
distintos colectivos de trabajadores.
En quinto lugar, la falta de expectativas de los
empresarios extranjeros en la capacidad del régi-
men cubano ha vuelto a manifestarse en un nuevo
descenso durante 2004 del número de negocios
conjuntos que, de 342 en 2003 disminuyó a 313 en
2004, a pesar del aumento de la cifra de beneficios
que aumentó modestamente de 150 a 200 millones
de dólares, dato que no viene a confirmar otra cosa
que la experiencia del «período especial» ha tocado
a su fin y que muchos de los pequeños y medianos
empresarios que se instalaron en la Isla han iniciado
su regreso, de modo que el régimen reafirma su vo-
luntad de negociar con las grandes empresas.

Cubaliberal, 12/09/2005.
Elías Amor 91

Un nuevo fracaso:
La formación de los
trabajadores excedentes
del sector azucarero

La participación de casi 100.000 trabajadores cuba-


nos en los programas de formación para la recualifi-
cación profesional impulsados por el régimen dentro
del plan general de reconversión del sector azucarero
fue recogida con especial atención hace algunos días
en una nota publicada en Granma Internacional, de
la que también se hicieron eco diversos medios de
comunicación.
Las magnitudes de esta operación, a tenor de las
informaciones disponible, se pueden considerar muy
importantes, pero también, si se analizan detallada-
mente los datos, se obtiene una conclusión: estamos
ante un ejemplo más de la larga y dilatada historia
de desatinos cometidos por el castrismo en asuntos
económicos. En particular, este programa, su diseño
y concepción, es un rotundo fracaso, a pesar de que
el régimen, como sucede casi siempre en estos casos,
lo ha intentado presentar como un «logro» más de la
revolución. Pero veamos los antecedentes.
92 Economía cubana: La oportunidad perdida

Todo comenzó en el año 2002, con la decisión del


cierre de las centrales azucareras en la Isla, y con
ello expulsar a Cuba del conjunto de países espe-
cializados en la producción de azúcar de caña, lo
que supuso una convulsión para un sector de larga
y notable importancia para la economía cubana.
Las consecuencias negativas de esta decisión no
se hicieron esperar. Durante décadas, los créditos
que financiaban el crecimiento económico de la
Isla a corto plazo obtenidos en el Club de París, se
obtenían a través de las estimaciones de la cosecha
de caña. Con la supresión de más de la mitad de las
centrales de producción, no sólo se perdía el acceso
a esta vía de financiación, sino que el régimen tiraba
por la borda la experiencia y el saber hacer histórico
de los cubanos en su industria principal, el capítulo
más importante de las exportaciones y un artículo de
consumo, con notables aplicaciones industriales, del
que nunca se debería haber perdido la posición de
ventaja competitiva global que heredó el castrismo
en 1959.
Como parte del paquete de medidas adoptadas para
la reconversión del sector, se anunciaba un ambi-
cioso plan de formación dirigido a los trabajadores
excedentes del azúcar, a los que se pretendía cana-
lizar hacia nuevas opciones profesionales.
En principio, nada que objetar. La formación es un
instrumento básico para el empleo. Sin embargo,
como se ha venido constatando en todos los países
que apuestan por la inversión en su capital humano,
los planes de formación dirigidos a los trabajadores
Elías Amor 93

en proceso de reconversión deben venir dirigidos


por criterios distintos a los dispuestos por el régi-
men castrista. No se trata de dar formación per se.
El objetivo es introducir a los participantes de los
programas formativos en el conocimiento de nuevas
habilidades, técnicas y métodos de trabajo que les
permitan, al final del proceso de aprendizaje, obtener
un empleo en las actividades emergentes que generan
puestos de trabajo o, lo que resulta ideal, que sean
capaces de poner en marcha nuevos proyectos em-
presariales, aprovechando sus competencias técnicas
de la experiencia anterior.
Los resultados producidos por el plan castrista, y
ahora difundidos, sin embargo, ponen de manifiesto
que no se han hecho bien los deberes, que se siguen
cometiendo errores imperdonables en la gestión de
los asuntos económicos y, al final, como siempre,
quién termina arrastrando la peor parte son los ciuda-
danos cubanos, en un claro ejercicio de ineficiencia
y despilfarro de recursos, energías y dedicación.
Los planes de formación de las autoridades cubanas
muestran una ejecución desalentadora. Los datos que
ofrece Granma no dejan lugar a dudas. Los niveles
de participación en los programas son bastante defi-
cientes, ya que solo 97.000 trabajadores de un total
de 300.000 que pertenecían al sector azucarero en
2002 se encuentran participando en los programas.
Menos de la tercera parte de los excedentes. Cifra
que no puede calificarse de positiva y que, como
sucede en otros ámbitos socioeconómicos de la Isla,
puede haber beneficiado a determinados colectivos
94 Economía cubana: La oportunidad perdida

en detrimento de otros, de acuerdo con su «pureza


ideológica». Los trabajadores cubanos muestran
así escaso interés por adquirir una formación que
difícilmente puede adaptarse a sus expectativas y
necesidades.
Se presenta por las autoridades del régimen como
un gran logro el haber trasladado las escuelas, las
universidades y los centros de formación al campo,
donde se encuentran los trabajadores excedentes,
¿para qué? Para mantenerlos definitivamente atados
a unas zonas en las que no existen ofertas de empleo
para cuando finalicen los programas forma-tivos, de
modo que ahí reside una de las razones que explican
el fracaso del programa. Posiblemente habría sido
más acertado provocar una movilidad espacial que se
correspondiera con la nueva estructura de la econo-
mía y los pequeños núcleos de actividad productiva
emergente que se vislumbran en la Isla. Este impacto
de la formación sobre la movilidad controlada de los
trabajadores es uno de los elementos que explica en
notable desarrollo experimentado en países como
España, por ejemplo, durante la década de los años
60 del pasado siglo.
Pero quizás la mayor sorpresa se observa al com-
probar que los planes de formación para el sector
azucarero cubano muestran que buena parte de
los trabajadores se forman para obtener diferentes
grados del sistema educativo, mientras perciben un
sueldo. Y esto se presenta, una vez más, como un
gran acontecimiento. Sin embargo, hacer pasar por
la enseñanza reglada a trabajadores de edad madura
Elías Amor 95

y larga experiencia no parece muy acertado, salvo


que se trate para cubrir déficit notables de conoci-
miento. No deja de ser sorprendente que un país
que «vende» al mundo entero sus logros educativos,
tenga que dedicarse a hacer pasar por la escuela a
los trabajadores del azúcar. Algo no funciona. Desde
hace años, las voces que hablan con libertad desde el
interior de la Isla se vienen haciendo eco del notable
abandono prematuro de la escuela cubana porque no
tiene mucho sentido el estudio y el esfuerzo, si al
final de la trayectoria esperan empleos mal pagados
y dependientes del aparato público. Si las centrales
azucareras van a tener un destino productivo nue-
vo, lo normal sería que los esfuerzos formativos
se concentraran en el conocimiento de las nuevas
técnicas asociadas a las nuevas ofertas de empleo
que se puedan crear.
No cabe duda que en la Cuba post castrista habrá que
realizar un gran esfuerzo de formación y de recua-
lificación para la población activa de la Isla. Planes
orientados a introducir los criterios de competencia
profesional, responsabilidad, eficacia, orientación al
cliente, conocimiento de las técnicas de gestión de
recursos, de atención comercial, que existen en los
países occidentales con los que tendrá que competir
la economía cubana. Todavía se recuerda el impacto
que sobre los cubanos tuvo la introducción de las
primeras empresas extranjeras que se instalaron en
la Isla durante el período especial, y las notables
diferencias que se observaron con respecto a los
valores, creencias y actitudes construidos por el
96 Economía cubana: La oportunidad perdida

régimen castrista. Un gran esfuerzo de formación


para situar al sistema socioproductivo cubano en
línea con los existentes en otros países del mundo.
La experiencia del sector azucarero, lejos de iniciar
esa vía, supone una vuelta atrás. Pero eso es asunto
para otro análisis.

Cubaliberal, 24/09/2005.
Elías Amor 97

La economía cubana
en el verano de 2005

El Informe número 57 de CEPAL, «Estudio econó-


mico de América Latina y el Caribe», publicado el
pasado mes de agosto, permite realizar un análisis
de la economía cubana, cuyos resultados principales
se presentan en este artículo.
La principal conclusión que cabe extraer del informe
insiste en que el crecimiento económico en Cuba no
consigue mostrar el dinamismo que se observa en el
resto de América Latina. En el año 2004, según las
estimaciones de CEPAL, la tasa de crecimiento de
la economía cubana solo registró un 3%, la mitad
que en el continente, que aumentó en un ejercicio de
clara mejoría económica en el 6%. Las previsiones
para el año en curso se sitúan en torno al 5%, una
ritmo de crecimiento similar al registrado en el con-
junto de la región. Eso significa, en líneas generales,
que la política económica adoptada por el régimen
castrista sigue mostrando una evidente incapacidad
para alcanzar los niveles de renta que existían en la
98 Economía cubana: La oportunidad perdida

Isla antes del derrumbe del «socialismo real» a co-


mienzos de los 90, y que buena parte de las «recetas»
del «período especial» no han servido para mejorar
las condiciones de vida de los cubanos.
En el Informe de CEPAL se viene ofreciendo in-
formación detallada de las razones que explican
este fracaso de la política económica del régimen
castrista. Su enumeración nos conduce a cinco
grandes aspectos.
El primero atiende a la insuficiencia crónica de
inversiones productivas. El nivel de inversión bruta
interna respecto a la media de los años ochenta no se
ha alcanzado casi veinte años después, registrando
tan solo el 11,3% del PIB, uno de los porcentajes más
bajos del continente. El propio Informe lo menciona
textualmente al señalar «requieren inversión sobre
todo los sectores de vivienda, transporte, agua y elec-
tricidad, que han sufrido más los insuficientes niveles
de formación de capital». La inversión productiva
es el motor del crecimiento futuro del producto y
la renta. Y en Cuba, las autoridades llevan más de
dos décadas incumpliendo sus obligaciones en esta
materia, y dificultando con el tipo de políticas que
se adoptan los cambios necesarios para desplegar
las fuerzas productivas de la economía cubana. De
hecho, las cuentas públicas de 2004 han vuelto a
registrar un aumento del déficit fiscal del 4,2% del
PIB superando el 3,3% de 2003 atribuible al gasto
corriente, «con la participación del Consejo de
Estado (presidido por Castro) en la autorización de
la financiación de esa expansión monetaria por el
Elías Amor 99

Banco central de Cuba, en ausencia de un sistema


de crédito público».
El segundo hace referencia a que la mejora registra-
da en las cuentas externas de la economía cubana
se ha producido de forma coyuntural. Es cierto que
las exportaciones se han visto impulsadas, con un
aumento del 11% en un año en que el continente
latinoamericano ha registrado un notable dinamismo
regional, sin embargo, este auge para el régimen cuba-
no tiene unas bases muy débiles, como lo confirma el
descenso registrado en la relación real de intercambio,
como consecuencia no sólo del aumento del precio del
petróleo (cuya factura mitiga el gobierno venezolano)
sino, lo que es peor, de los alimentos. Dada la depen-
dencia del régimen cubano del exterior para alimentar
a la población (el sector agropecuario dela Isla registró
en 2004 un descenso del 1% atribuible en parte a las
sequías y el azote de los huracanes, pero también a
la incapacidad del castrismo para generar riqueza en
la que fue agricultura más productiva y rentable del
continente), se observa que el crecimiento de las im-
portaciones de estos productos, un 6%, supera en el
doble al ritmo de crecimiento de la economía, situado
en el 3%, lo que ofrece una vez más el verdadero
rostro del embargo, lo que hemos denominado el
«círculo vicioso de la economía cubana». Y lo más
grave de todo es la ausencia de medidas eficaces
para corregir esta situación.
El tercer aspecto, y como constata CEPAL, apunta
a que en 2004 se ha vuelto a registrar un proceso
de mayor centralización productiva, con decisiones
100 Economía cubana: La oportunidad perdida

controvertidas, como las restricciones al ejercicio


legal del trabajo por cuenta propia, limitado ahora
a solo 118 actividades, y a la nueva concepción del
autoempleo como complemento de la actividad
estatal. Adicionalmente, la obligatoriedad de las em-
presas que operan en divisas a comprarlas al sistema
bancario, previa fundamentación, es otra medida de
signo intervencionista. En este mismo sentido cabe
atribuir las medidas adoptadas en noviembre de
2004, relativas a la prohibición de circulación del
dólar y las restricciones a los intercambios, con un
refuerzo del papel del Banco central de Cuba en la
política de control cambiario. Una vez descontado
el impacto de las medidas del «período especial»,
la «batalla de ideas» ha servido para dar, en asuntos
económicos, un giro de timón hacia el centralismo
estalinista de la economía cubana.
Un cuarto elemento se refiere a los precios. En
un momento coyuntural de expansión de liquidez
interna sin precedentes, en el que el Banco central
de Cuba dirigido por Francisco Soberón carece de
autonomía política para adoptar las necesarias me-
didas de control, existen dudas sobre el alcance del
aumento de precios registrado. CEPAL reporta un
alza del 3% en el índice de precios al consumidor,
con notables disparidades entre los distintos subsis-
temas de precios que funcionan en la Isla: precios
regulados, de mercados informales y de mercados
agropecuarios. Sabido es que a partir del mes de
mayo de 2004 se autorizaron importantes aumen-
tos de precios al consumidor, situados en torno al
Elías Amor 101

15% y que afectaron a alimentos, productos de aseo


personal y limpieza, calzado infantil, cosméticos,
electrodomésticos, muebles y colchones, etc, todos
ellos productos vendidos a través de las tiendas en
moneda convertible, con evidentes objetivos recau-
datorios. Posteriormente, el incremento de precios
del petróleo se ha debido trasladar al mercado de
divisas, pero también al mercado nacional, agrope-
cuario y de autoempleo, lo que ha tenido que ejercer
efectos negativos sobre la inflación. En ausencia
de recursos económicos para frenar los avances de
precios, el régimen recurre a las medidas de control
de cantidades: los cortes de luz de este verano por
citar un ejemplo. En cualquier caso, la incidencia
negativa de la inflación sobre la economía cubana es
un dato a tener en cuenta, sobre todo, si se tiene en
cuenta que el alza media de los salarios se situó según
CEPAL en un 3,3% con notables desigualdades entre
los distintos colectivos de trabajadores.
Un quinto aspecto alude a la falta de expectativas
de los empresarios extranjeros en la capacidad del
régimen cubano, y que ha vuelto a manifestarse en
un nuevo descenso durante 2004 del número de
negocios conjuntos que, de 342 en 2003 disminuyó
a 313 en 2004, a pesar del aumento de la cifra de
beneficios que aumentó modestamente de 150 a 200
millones de dólares, dato que no viene a confirmar
otra cosa que la experiencia del «período especial»
ha tocado a su fin y que muchos de los pequeños y
medianos empresarios que se instalaron en la Isla
han iniciado su regreso, de modo que el régimen
102 Economía cubana: La oportunidad perdida

reafirma su voluntad de negociar con las grandes


empresas.
En estas condiciones, la economía cubana en el vera-
no de 2005 se encuentra inmersa en un momento de
indefinición, en el que no se aprovechan los vientos
de expansión que se vienen registrando en el conti-
nente, y en el que la ortodoxia del régimen parece
apostar por el tipo de orientación centralizadora que
menos resultados ha dado al país en más de cuatro
décadas. Condiciones, sin duda, nada beneficiosas
para mejorar las condiciones de vida presentes y
futuras de los cubanos.

Presslingua, 18/10/2005.
Elías Amor 103

La lucha contra
la corrupción
y la economía cubana:
Lecciones aprendidas

Hace aproximadamente un año, el gobierno castrista


decidió impulsar una serie de medidas relativas a la
circulación del dólar en la Isla, cuyas consecuencias
apunté en varios trabajos anteriores, y que transcu-
rrido un tiempo suficiente, pueden ser evaluadas con
los datos disponibles.
La reforma tenía dos objetivos principales: en primer
lugar, recaudar dólares a corto plazo y centralizar
con más intensidad el control de la economía; y en
segundo, conceder al banco central de Cuba dirigido
por Francisco Soberón un grado de influencia sobre
la política monetaria. En un país en que el sistema
financiero no se corresponde con la realidad de una
economía de mercado, y por tanto el tipo de opera-
ciones se sitúa en una dinámica ajena a la realidad
de Occidente, esta decisión de exclusivo carácter
político se atribuyó a las extrañas correlaciones de
poder que en el entorno más inmediato del máximo
líder carecen de cualquier lógica económica y con-
104 Economía cubana: La oportunidad perdida

ducen a un disparate a la economía cubana durante


estos 47 años.
La aplicación directa de las medidas provocó un rá-
pido cambio en las cuentas externas de la economía
cubana que, por primera vez en su historia, registró
un superávit en la balanza por cuenta corriente que,
tras cerrar con -132 millones de dólares de agujero
en 2003, se situó en 176 millones de dólares de di-
ferencia positiva a finales del mismo 2004, de modo
que la masiva absorción de dólares por las medidas
antes expuestas tuvo el efecto buscado por las auto-
ridades, al tiempo que por la vía del crecimiento de
la oferta monetaria interna disparaba las magnitudes
monetarias en la Isla, y con ello aparecía el fenómeno
siempre complejo de la inflación. No se dispone de
datos al respecto, pero las estimaciones que se pue-
den obtener con las cifras disponibles apuntan a que
cerca de 800 millones de dólares fueron retirados de
la circulación y convertidos en CUCs en el período
de gracia estipulado de tres semanas, lo que ofrece
una idea de cuál es el peso de la divisa norteamericana
en la Isla, como consecuencia de los envíos de dinero
por los exiliados a sus familias de forma periódica, una
de las fuentes de financiación externa más importantes
de la economía cubana.
Sin embargo, un año más tarde, la economía cubana
parece haber perdido todo el impacto positivo so-
bre las cuentas externas de las medidas adoptadas,
y vuelve a ensombrecer sus perspectivas a medio
plazo con la agudización del déficit comercial. Los
últimos datos confirman que las importaciones
Elías Amor 105

a finales de septiembre crecieron tres veces más


que las exportaciones, limitadas en ausencia de la
cosecha de azúcar, al níquel y los ingresos de una
campaña turística poco favorable, y que carece de
una adecuada proyección exterior y de marketing en
los mercados internacionales.
Agotados los efectos de la masiva retirada de dó-
lares en la isla, el «círculo vicioso de la economía
cubana», su incapacidad para vender productos y
servicios atractivos en el exterior, vuelve a frenar
su potencial de crecimiento a medio y largo plazo.
Los analistas temen una nueva ola de «nacionali-
zaciones» y confiscaciones que aparece una vez
más, como el único instrumento del castrismo para
frenar cualquier progreso de la sociedad civil en
Cuba y dinamitar el nacimiento del mercado. Castro
vuelve a la carga y se descuelga este mismo fin de
semana con un mensaje muy contundente hacia los
pequeños núcleos de prosperidad y dinamismo que
sobreviven en la economía cubana, acusándolos de
«corrupción». La destrucción de cualquier yacimien-
to de capital por el sistema castrista no sólo obedece
a una estrategia política e ideológica que tiene sus
cimientos en el programa de la «revolución» desde
sus inicios, sino a la necesidad de utilizar cualquier
fuente de riqueza productiva generada por la inicia-
tiva privada para satisfacer la voracidad de control
y centralidad del sistema pro soviético estalinista
ideado por Castro en la isla.
Experiencias anteriores en el pasado, desde las
primeras nacionalizaciones en los años 60, han
106 Economía cubana: La oportunidad perdida

mostrado que el tipo de reacción más esperado por la


sociedad cubana es la desafección hacia el régimen,
con nuevas olas de exiliados. En tales condiciones,
la evidencia del último discurso del comandante
confirma que no cabe esperar un modelo a lo chino
o vietnamita para el último tramo vital del castrismo,
y la economía cubana, en tales condiciones, ya no
sólo perderá medio siglo, sino que muy pronto, verá
como se sacrifican también otros 50 años en defensa
de unos ideales en los que ya nadie cree.
La economía cubana no necesita más experimentos
de centralización productiva y confiscaciones ge-
neralizadas, sino de una estrategia de medio y largo
plazo que le permita ver la luz al final del oscuro
túnel del castrismo, y sacar provecho de sus poten-
cialidades, que las tiene, y muchas. Ni las estrechas
relaciones comerciales con Venezuela sirven para
que la economía cubana salga del atolladero, y la
consecuencia no es otra que más miseria, más po-
breza y más falta de oportunidades para los cubanos.
Mucho nos tememos que las acusaciones de «corrup-
ción» lanzadas por Castro son una cortina de humo
para esconder otros asuntos mucho más graves.

Presslingua, 21/11/2005.
Elías Amor 107

Perspectivas
de la economía cubana
en 2005

La economía cubana ha recibido una dura valo-


ración crítica en el último Informe de CEPAL
Estudio económico de América Latina y el Caribe
en su edición 56, y correspondiente al ejercicio
2003-2004.
Durante este período de tiempo, la economía de la
Isla alcanzó un ritmo de crecimiento del 3% como
consecuencia del progresivo deterioro experimen-
tado por los desequilibrios internos y externos que
vienen definiendo el denominado «círculo vicioso
de la economía cubana». El crecimiento de la oferta
total, incorporando las importaciones, básicamente
de alimentos y petróleo, fue superior al 3,2% al cre-
cimiento de los sectores de la economía, volviendo a
mostrar que el embargo no es tal, en la medida que
el conjunto de la economía cubana se ve ampliado
en sus dimensiones por la entrada de productos del
exterior que los principales sectores productivos
internos no son capaces de generar.
108 Economía cubana: La oportunidad perdida

La cosecha azucarera, por ejemplo, apenas creció


hasta los 2,5 millones de toneladas, alcanzando un
crecimiento relativo de un 15% como consecuencia
de los bajos resultados registrados el año anterior,
tras el cierre masivo de centrales e ingenios y el
abandono de los campos. La crisis azucarera pone de
manifiesto que el principal pulmón de la economía
cubana, al menos para prefinanciar en los mercados
de divisas la cosecha, ha dejado de aportar oxígeno.
El turismo internacional volvió a dar una nueva
satisfacción moderada, con un aumento del 10%,
pero sin alcanzar la cifra de 2 millones de visitantes
registrada antes de septiembre de 2001, y con una
dependencia cada vez mas elevada de los mercados
emisores. Las expectativas relacionadas con los
yacimientos de petróleo y gas han quedado solo en
eso, expectativas, y la producción sectorial de níquel
se mantiene en línea con ejercicios anteriores. Por el
contrario, el sector agropecuario, que tiene que dar
respuesta a las necesidades alimenticias de la pobla-
ción apenas ha aumentado, según CEPAL, un 3,7%.
Estos resultados sectoriales, que ponen de manifiesto
la escasa relación que existe en el conjunto de la eco-
nomía cubana entre las principales ramas producti-
vas, son significativos porque tienen lugar un año en
el que se cumple una década desde que las autorida-
des tuvieron que girar 180º la economía cubana para
afrontar la grave crisis creada por el desplome del
muro de Berlín y la caída de los regímenes socialistas
de Europa del Este y la extinta URSS. Desde enton-
ces, el signo de la política económica castrista se ha
Elías Amor 109

orientado en varias direcciones: reestructuración de


la economía, apertura a las inversiones extranjeras,
desarrollo del turismo y la orientación a los sectores
de la biotecnología y farmacia, tal y como destaca el
Informe de CEPAL. El balance final de esta empresa,
ciertamente arriesgada, se puede resumir fácilmente
con dos palabras: un fracaso.
Todavía subsisten elevados niveles de ineficiencia
en amplios sectores de la economía cubana, sobre
todo aquellos en los que la participación de activida-
des nacionalizadas o estatales y burocráticas, sigue
siendo mayoritaria. Los esfuerzos realizados por la
iniciativa privada para abrir espacios en la Isla, han
quedado subsumidos por la lenta maquinaria política
e ideológica, de modo que la estrategia ha consistido
en dar bandazos sin un horizonte definido a futuro.
Esto es especialmente visible en el sector agrope-
cuario, donde la iniciativa del movimiento coope-
rativo independiente o los mercados agropecuarios
libres no ha servido para incentivar el aumento de la
productividad y el robustecimiento de la economía.
Culpar al embargo es lo más fácil, pero el argumento
ya se cae por su propio peso. Si se tiene en cuenta que
las remesas de exiliados son el principal recurso a
divisas de la economía, dada la notable dependencia
que tiene el turismo de los centros de negocio en los
países emisores, y que las importaciones han permiti-
do aumentar relativamente a la escasa oferta interior,
dominada por amplios espacios de ineficacia, cabe
preguntarse por la viabilidad del argumento político
del embargo, ampliamente cuestionado por todos.
110 Economía cubana: La oportunidad perdida

El problema es que las autoridades cubanas no han


sido capaces de hacer bien los deberes. Se han com-
prometido a conseguir demasiados objetivos, cierta-
mente alguno de ellos relevantes, pero el conjunto
dista mucho de ofrecer una imagen positiva. Como
señala el Informe de CEPAL, diez años después se
siguen manifestando los problemas estructurales de
la economía cubana, entre los que destacan la escasez
de divisas que reduce la capacidad de maniobra de
la política económica, dualidad monetaria y de pre-
cios, sobrevaluación oficial de la moneda nacional
y ausencia de convertibilidad, magro desempeño de
la industria azucarera, ineficiencias en entidades
públicas, dependencia de las ventas externas con
bajo valor agregado, gran peso de la fractura pe-
trolera y alimentos en las importaciones que reduce
las posibilidades de adquisición externa de bienes de
capital para la modernización productiva, elevado
componente importado de los servicios turísticos y
declinación de la capacidad adquisitiva de los sala-
rios ante las altas cotizaciones en los mercados libres.
Este diagnóstico resume el balance final de diez
años de reformas fracasadas, en los que la economía
cubana ha sido dirigida en mayor medida con consig-
nas políticas que con instrumentos adecuados para
superar sus graves atrasos. La herencia del régimen
protector de subvenciones soviético sigue lastrando
las aspiraciones de los cubanos para abandonar el
subdesarrollo y la postración del castrismo tardío.

Cubaliberal, 25/11/2005.
La responsabilidad en la
información estadística
de la economía cubana

La Comisión Económica para América Latina y


el Caribe CEPAL acaba de publicar este mes de
diciembre el Balance preliminar de las economías
de América Latina y el Caribe, un documento que,
como viene siendo habitual, realiza un análisis del
estado y evolución de las principales magnitudes
macroeconómicas de los países y obtiene una serie
de conclusiones con respecto a la eficacia de las
políticas en acción.
El análisis de la economía cubana, realizado por
los expertos de la CEPAL, casi siempre se ha visto
limitado por la escasez de datos estadísticos fiables
que permitan realizar una valoración objetiva y
comparable al resto de países de la región. Si a la
calidad de las informaciones disponibles, se añade
que existen numerosos capítulos de la economía de
los que no se facilita información, siquiera mínima
para realizar un simple contraste de tendencia, la
situación no puede ser más desalentadora. Y si esta
112 Economía cubana: La oportunidad perdida

tónica ha sido denunciada en múltiples ocasiones en


los informes que se han analizado en estas mismas
páginas, lo que sorprende más aun es la polémica
abierta el presente año cuando se atiende al texto
literal de la nota escueta que facilita la CEPAL para
explicar por qué la cifra de crecimiento económico
de 2005 estimada por las autoridades cubanas no
se puede incorporar al Informe realizado por la
institución.
Veamos con detalle donde está el problema. Sos-
tiene el régimen castrista que el crecimiento de la
economía cubana en 2005 ha sido del ¡¡11,8%!! La
CEPAL se mantiene al margen de esta cifra y señala
textualmente: Los datos sobre crecimiento del pro-
ducto incluidos en esta nota son cifras proporcio-
nadas por el gobierno de Cuba, que consideró para
su cálculo, una elevada exportación de servicios
sociales a varios países, en especial a la República
Bolivariana de Venezuela. La CEPAL está evaluando
este cálculo de acuerdo a la metodología emplea-
da por las Naciones Unidas, proceso que todavía
no ha concluido, por lo que la CEPAL todavía no
tiene cuenta con cifras propias. Además, Cuba ha
comenzado a aplicar una nueva valoración de los
servicios sociales, que también se está analizando
(página 179 del Informe citado).
La CEPAL se opone a dar por válidos y oficiales
los datos ofrecidos por el régimen castrista sobre
el crecimiento económico en Cuba durante 2005, y
los cuestiona. Al margen de estas consideraciones
técnicas que no son, en absoluto irrelevantes, y que
Elías Amor 113

se tendrá ocasión de abordar en otro trabajo poste-


rior, se ha llegado a un punto sin retorno en relación
con la economía cubana que no admite explicación
ni justificación alguna. Un grave escándalo que
se venía fraguando pero que puede suponer daños
mucho mas graves de los que se admite, al menor
en un primer momento.
Los datos relativos a la economía de un país reflejan
no solo su situación en términos macroeconómicos,
sino que definen el grado de adecuación de las
políticas económicas a la estructura productiva, en
definitiva, suponen un referente para que los agen-
tes económicos y sociales internacionales puedan
adoptar de la forma más eficaz sus decisiones. Esa
información, basada en metodologías concretas,
desarrolladas por organismos especializados que
cuentan con el apoyo de la mayoría de países, de-
finidas a nivel internacional, sirve para orientar la
credibilidad internacional de un país, y por tanto, su
posición en la economía mundial.
Cuando un gobierno, y en este caso, el régimen
castrista lo hace de forma deliberada, no aplica los
procedimientos establecidos para producir la esta-
dística oficial, al margen de los estándares de las
organizaciones internacionales, Naciones Unidas, por
ejemplo, no sólo está cuestionando su credibilidad a
nivel global, sino que pone en entredicho la labor de
los profesionales de la economía que, día a día, des-
empeñan sus tareas con no pocas dificultades en Cuba.
En un mundo cada vez más global e interdependien-
te, en el que las decisiones de los agentes económicos
114 Economía cubana: La oportunidad perdida

se tienen que basar en una información transparente,


objetiva, real y no distorsionada, emprender una
vía en solitario alejada de los procedimientos es-
tablecidos, como ha hecho el régimen castrista al
intentar ofrecer un crecimiento del 11,8% en 2005
que no es realista ni creíble, supone no sólo cargar
a la economía cubana con elevados costes en térmi-
nos de su imagen y credibilidad internacional, sino
sentar un mal precedente para el futuro, cuando el
régimen cubano se democratice y aspire a integrarse
en el concierto internacional de las naciones. Las
consecuencias no se ha hecho esperar y la CEPAL
ha hecho muy bien al no citar el dato ofrecido por el
régimen cubano, y señalar de forma expresa, con una
nota al pie de página la discrepancia con las cifras.
Nunca se pudo pensar que en este último tramo
final del castrismo se llegaran a adoptar decisiones
tan graves y comprometidas para el futuro del país,
precisamente en un momento en que Cuba necesita
integrarse en las corrientes internacionales de comer-
cio y participar activamente en el desarrollo turístico
que va asociado a la zona del Caribe en que opera.
Durante el año que ahora finaliza, las decisiones de
limitar la actuación de las empresas sobre todo las
mas pequeñas, la persecución a los profesionales
por cuenta propia y la progresiva centralización de
la política monetaria, han venido creando un espacio
para la incertidumbre en la economía de Cuba que
no alienta un entorno estable y adecuado para el de-
sarrollo de la actividad productiva. Siendo negativas
para mejorar las condiciones de vida de los cubanos,
Elías Amor 115

estas medidas ya estaban descontadas atendiendo a


la naturaleza perversa del régimen a lo largo de su
historia reciente,
«Jugar» con los datos estadísticos es un salto en
el vacío que no admite explicación. Hace bien la
CEPAL al cuestionar la información oficial faci-
litada por el régimen de Castro. Por mucho que se
analicen los datos y se intente dar una explicación
a lo sucedido, el mal ya está hecho, y son muchos
los profesionales de la economía que van a perder
cualquier esperanza o credibilidad hacia los datos
ofrecidos por Cuba en los foros internacionales. El
daño está hecho, pero la herida no se va a cicatrizar
fácilmente.

Cubaliberal, 20/12/2005.
El crecimiento
económico en Cuba
en 2005

En un trabajo anterior he expuesto la reciente crisis


abierta entre la prestigiosa CEPAL, Comisión Eco-
nómica para América Latina y el Caribe, y el régi-
men de Fidel Castro en el último informe Balance
preliminar de las economías de América Latina y
el Caribe 2005, que termina de ser publicado. La
polémica se debe a la cifra oficial de crecimiento
económico para Cuba, 11,8% que defiende el ré-
gimen castrista y que los economistas de CEPAL
cuestionan con acierto. Aducen en la Isla que los
servicios profesionales de los trabajadores cubanos
en Venezuela, a cambio de las entradas de petróleo
recibidas por la economía cubana están en el origen
de un fuerte crecimiento de las exportaciones que
explica el aumento posterior registrado por la econo-
mía, y que durante 2005 se han producido cambios en
la estructura productiva cubana. Ni una cosa ni otra.
Cierto es que el régimen cubano ha obtenido benefi-
cio de sus relaciones con Venezuela en términos de
Elías Amor 117

unas compras de crudo mas barato. Cierto es que el


castrismo ha enviado a Venezuela a profesionales
de los servicios sociales (médicos, educadores,
deportistas) que se configuran como ese nuevo apa-
rato pseudoestatal que está financiando el régimen
venezolano con cargo a los beneficios del petróleo.
La posición crítica de CEPAL, que comparto, tiene
que ver con dos aspectos que el régimen de Castro
aplica en las estadísticas, sin tener en cuenta las
convenciones y estándares internacionales.
En primer lugar, se hace referencia a un nuevo sis-
tema de valoración de los servicios sociales por el
régimen cubano. No me parece desacertado. Durante
décadas, el régimen cubano ha entregado gratis, en
términos de una solidaridad mal entendida, paten-
tes de investigación, diseños biotecnológicos en la
lucha contra plagas y enfermedades tropicales, y
otros avances conseguidos por los investigadores y
tecnólogos de la Isla que posteriormente se aplica-
ban con éxito en la producción de caña de azúcar
en Brasil o de plátanos en Honduras y El Salvador.
Mientras que las subvenciones soviéticas existían, el
impacto de estas decisiones no se cuestionaba puesto
que los fondos para financiar la continuidad del pro-
ceso de investigación se encontraban garantizados.
Con el período especial, la situación cambia. Los
científicos cubanos desarrollaban con su esfuerzo
importantes avances tecnológicos y el régimen, en
medio de su absoluto desconocimiento de lo que es
el funcionamiento real de los sistemas económicos
a nivel global, seguía regalando alegremente los
118 Economía cubana: La oportunidad perdida

inventos a otros países que, posteriormente. Y sin


el más mínimo complejo, sacaban provecho de ello.
Ha sido frecuente escuchar a los científicos cubanos
y los representantes de las nuevas fórmulas coope-
rativas agropecuarias de la Isla quejarse en foros in-
ternacionales de estas prácticas, que obviamente les
perjudican, ya que ponen a disposición de foráneos
gratuitamente los hallazgos que, de ser aplicados a
la economía cubana, podrían proporcionarle claras
ventajas competitivas en los mercados mundiales.
Si ahora el régimen pretende fijar un precio a los
servicios que presta (operaciones en los hospitales
cubanos, tratamientos sanitarios, inventos y procesos
tecnológicos, asesoramiento en sentido amplio) no es
una mala idea. Cuba, por su capital humano, podría
ser una potencia en ingresos por servicios tecnoló-
gicos a nivel continental, pero las cosas se deben
hacer bien, y las normas de contabilidad nacional
para valorar estos servicios tienen unas reglas que
se deben respetar, que mucho me temo, no habrán
sido debidamente consideradas por las autoridades
del régimen castrista, de ahí el lógico desasosiego de
la CEPAL. Hace bien esta organización en suspender
las cuentas e investigarlas en profundidad. Más de
una sorpresa nos vamos a encontrar.
En segundo lugar, estamos ante un problema de con-
cepto que, hasta los estudiantes de las facultades de
economía en los primeros cursos, conocen. El valor
del trabajo de los profesionales cubanos en el exte-
rior recibe el tratamiento en las cuentas nacionales
de los países de una renta obtenida por los factores
Elías Amor 119

productivos en el exterior, y su destino es la balanza


de servicios que es un subconcepto de la balanza por
cuenta corriente, nunca de la comercial. La balanza
de servicios incorpora precisamente el saldo entre el
ingreso por los factores en el exterior, y el pago por
los servicios a factores extranjeros en suelo nacional.
Dado que en Cuba este último concepto adquiere
una cierta importancia, como consecuencia de las
inversiones extranjeras y el modelo de relación con
el régimen cubano de las joint ventures, el saldo final
debe ser estudiado con detalle porque quizás no sea
tan elevado como apuntan las autoridades.
Además, el tirón que las rentas de factores en el
exterior tienen sobre la economía de un país se
produce solo de forma indirecta a partir del efecto
de las remesas enviadas a las familias. Si se tiene
en cuenta que existen en Cuba múltiples controles
monetarios para acceder al control de esos ingresos,
que terminan destinándose a productos procedentes
del exterior (como el trigo y la carne que se compra al
contado a Estados Unidos, por ejemplo) la situación
no admite dudas al respecto. El cálculo hecho por
las autoridades cubanas debe revisarse a tenor de lo
expuesto. El comercio se refiere al intercambio de
productos, automóviles, petróleo, alimentos, etc.,
así como a conceptos relacionados con los servicios.
Cada uno en su sitio correspondiente. No se pueden
mezclar alegremente los conceptos porque tienen un
tratamiento distinto. Cierto es que las exportaciones
de mercancías suponen un fuerte tirón a la oferta
nacional: el país es competitivo, sus productos son
120 Economía cubana: La oportunidad perdida

atractivos en los mercados mundiales y por ello


tienen demanda. Pero no parece que este sea el caso
de la economía cubana. Con la única excepción del
turismo, cuyas entradas se sitúan en 2,3 millones de
viajeros (un crecimiento modesto si se compara con
otras zonas del Caribe) no parece que níquel, taba-
co o azúcar (en reconversión) produzcan atractivo
alguno en los mercados mundiales.
A tenor de estas consideraciones, mucho me temo
que haya que revisar en profundidad esa tasa de
crecimiento del 11,8% que proporciona el régimen
cubano para 2005, año que ahora finaliza. Ni se han
producido cambios en la estructura productiva cuba-
na que justifiquen ese comportamiento, ni se puede
aceptar que las rentas de los factores en el exterior se
alineen con las exportaciones de bienes y servicios.
En cualquier caso, los ingresos que obtiene Cuba
con los servicios sociales en Venezuela se equilibran
con las compras de crudo realizadas, y de esto no
se habla en ningún sitio. Si se acepta que Cuba ha
obtenido ingresos de enviar decenas de miles de pro-
fesionales a Venezuela, también hay que aceptar que
las compras de crudo venezolano tienen su precio,
nada se regala en esta vida, y que en estos casos, la
diferencia es lo que interesa verdaderamente.
Por otra parte, tiempo habrá de profundizar con
detalle en el Informe de CEPAL. Lo cierto es que
hay otros datos que son más preocupantes en el ho-
rizonte de la economía cubana (inflación, descontrol
monetario, insuficiente producción eléctrica, escaso
poder de compra de los salarios, estancamiento del
Elías Amor 121

turismo y de las exportaciones de níquel) y todos


ellos no significan una mejora de las condiciones
de vida de los cubanos.
Carta abierta
a la oposición interna
en Cuba

La Cumbre Iberoamericana de Salamanca ha cerrado


sus sesiones. Tiempo habrá para seguir de cerca el
cumplimiento de los acuerdos adoptados por los
representantes de los países asistentes, pero no es
éste el objetivo del presente artículo.
Quiero dirigirme una vez más a los opositores pací-
ficos al régimen de Fidel Castro. Muchos de ellos,
retenidos en la Isla en contra de su voluntad, otros
tantos sufriendo prisión injusta por defender valores
y convicciones que en los países occidentales son
asumidas por todos, otros sufriendo marginación y
hostigamiento.
En definitiva, para esos hombres y mujeres que día
a día desempeñan un papel formidable en la lucha
contra una dictadura envejecida, carente de cualquier
mensaje y que utiliza los recursos de la propaganda
y la demagogia para aprovechar los escasos espa-
cios de sensatez y sentido común que todavía se le
quieren conceder.
Elías Amor 123

A todos esos opositores, quiero transmitirles que en


Salamanca su causa ha sido defendida de muchas
formas. Hemos visto manifestantes por las calles que
proclamaban firmeza contra la dictadura y pedían
la inmediata libertad de los presos políticos. Les
aseguro que Pérez Roque, que suplió como pudo la
ausencia de Castro, tuvo que escuchar en múltiples
ocasiones las proclamas, porque ruido hubo, y mu-
cho. Es normal. España es un país democrático en
el que los ciudadanos, libremente, pueden ejercitar
sus derechos y reclamar. Los cubanos residentes en
España hemos podido hacer llegar a los dirigentes
de Iberoamérica nuestra demanda. Estoy seguro de
que la han escuchado. Pudimos obtener, además, la
solidaridad de las buenas gentes del campo español
que también aprovecharon la cumbre de Salamanca
para hacer llegar al gobierno socialista de Rodríguez
sus demandas. Muchos de ellos, más numerosos que
nosotros, se unieron a nuestras proclamas «Cuba sí,
Castro no». Fue emocionante.
Los medios de comunicación de los países presentes
en la Cumbre han seguido con especial atención
nuestras reivindicaciones. La ausencia del dictador,
y su negativa a acudir a la cumbre, ha servido para
que, una vez más, el asunto de la democracia en
Cuba se convierta en uno de los ejes centrales de la
reunión. Es significativo que el alto representante de la
Unión Europea, el portugués Durão Barroso, ha sido
contundente en sus afirmaciones al destacar que es
necesario seguir presionando al régimen castrista para
que avance en sus libertades. No se han producido
124 Economía cubana: La oportunidad perdida

voces en defensa de la dictadura esta ocasión, lo que


ofrece una idea de la madurez de la sociedad española
que, se muestra cada vez más distante de Castro y lo
que represente. Bueno, para aportar toda la verdad,
tan solo las opciones extremistas del País Vasco o
Galicia, Batasuna, y similares, integrados en sospe-
chosas asociaciones de apoyo a Cuba y Venezuela,
han suscitado mensajes de solidaridad con Castro.
Pero esto es sólo una pequeña fracción de la sociedad.
Por primera vez en muchas décadas, el anticastrismo
es la opción que cuenta con más adhesiones en todo
el espacio político español y europeo.
Por todo ello, la cumbre ha sido un fracaso para
la diplomacia castrista, que se empeñó a fondo en
negociar asuntos relativos al embargo norteameri-
cano o la extradición de Posada Carriles, y que, por
ausencia de Castro tal vez, o quizás porque a nadie ya
interesan, quedaron muy diluidos en sus contenidos
iniciales. Ha sido un fracaso para Castro que, por no
asistir y participar en pie de igualdad con el resto de
mandatarios, una opción que el gobierno socialista
de Rodríguez le ofreció con escasa justificación
objetiva, posiblemente no tendrá oportunidades
para participar en próximas cumbres, conforme
la secretaria de Iglesias inicie sus actividades y
abandone cualquier espacio para la demagogia y la
verborrea que tanto gusta al comandante. Un fracaso,
finalmente, porque Chávez, ese heredero político de
Castro que parece querer imitar, con escaso éxito,
sus fanfarronadas no ha conseguido el atractivo ni
la referencia mediática que todos esperaban.
Elías Amor 125

Por tanto, un fracaso rotundo para el castrismo ha


sido la cumbre y por ello, la oposición interna en
Cuba debe tener motivos de satisfacción para seguir
en la lucha silenciosa y abnegada en que se encuen-
tra. Mañana, mas que nunca, tienen motivos de
sentirse satisfechos de contar con un creciente apoyo
internacional, con mas espacio para ser escuchados
y con una clara voluntad de situarles como la refe-
rencia de ese futuro democrático, plural y respetuoso
con los derechos humanos que todos soñamos para
Cuba, y que vemos cada vez mas cerca. Les felicito.
Los males
de la economía cubana

Me propongo en esta primera colaboración de 2006


avanzar algunos apuntes sobre los que considero
principales males de la economía cubana, presentes
y futuros, que precisan soluciones cuanto antes, y que
el régimen de Castro es incapaz de atender en la me-
dida que no se plantee un cambio en su orientación.
Es evidente que muchos de estos problemas exigen
la instauración en la Isla de una economía basada en
los derechos de propiedad, la asignación de recur-
sos por medio del mercado y la libre empresa. Pero
estos elementos no parece que vayan a entrar en el
diseño que Castro tiene en este último tramo vital
para su régimen, por lo que en ausencia de estos
cambios necesarios que tendrán que llegar durante
una compleja transición a la democracia y la liber-
tad, el análisis de los males de la economía cubana
se tiene que realizar dentro de tales restricciones,
aunque ello suponga realizar un ejercicio muchas
veces excesivo de prudencia analítica.
Elías Amor 127

1.- Debilidad para colocar sus productos


en el exterior y elevada dependencia externa
La filosofía económica de los revolucionarios del
59 suponía aceptar que Cuba tenía que concentrar
sus esfuerzos en el mercado interno. El comercio
exterior necesariamente pasaba a un segundo plano.
Grave error. La inserción de la economía cubana en
la economía mundial pasaba justamente por lo con-
trario. Los estudios disponibles apuntan a que, tras
la segunda guerra mundial, Cuba se convirtió en una
gran potencia exportadora de productos agrícolas, y a
comienzos de los 60 estaba dispuesta para dar el salto
hacia la exportación agroalimentaria, que incorpora
un mayor valor añadido. Aunque la historia posterior
lo impidió, cuatro décadas de política económica
estalinista han servido para enterrar cualquier posible
escenario de competitividad global.
No existe un solo sector de la economía cubana
abierto al exterior y competitivo, a pesar de los
bajos costes salariales medios de la población. No
existen recursos naturales, ni productos agrícolas,
ni manufacturas, ni servicios que puedan aportar a
la balanza comercial un saldo positivo que permita
afrontar unas importaciones fuertemente ligadas al
ritmo de crecimiento económico. Simplemente, el
régimen no ha sido capaz de promover productos y
servicios atractivos para los mercados mundiales,
y se han perdido cuatro décadas que tardaremos en
recuperar. Ese es el «círculo vicioso de la economía
cubana»: su incapacidad para ocupar un lugar en la
competencia global, su insuficiencia exportadora, el
128 Economía cubana: La oportunidad perdida

escaso interés que para el comercio mundial tienen


sus principales sectores y actividades productivas.
La orientación exportadora de la economía cubana
exige un análisis de sus potencialidades internas y
externas, un detallado estudio de los mercados mun-
diales y del posicionamiento regional de la economía,
su espacio mas adecuado para la especialización en
función de la demanda internacional a atender, y la
elección de los socios comerciales mas adecuados
para concretar acuerdos a medio y largo plazo. ¿Cuen-
ta Cuba con expertos en comercio exterior? ¿Dispone
el régimen cubano de especialistas en estudio de
mercados y desarrollo de redes de comercialización?
¿Está la economía estalinista cubana en condiciones
de acordar planes de distribución en tiempo real con
las principales compañías comerciales, como las
transitarias de buques, por ejemplo? Cuestiones a las
que habrá que prestar atención.

2.- Escasa relación entre los distintos sectores


productivos internos de la economía
La política económica castrista ha sido incapaz de
establecer firmes lazos intersectoriales entre las dis-
tintas ramas de actividad de la economía cubana. En
todos los países, los distintos sectores productivos
generan efectos que los economistas conocen bien,
y denominan «linkage effects» (eslabonamiento) en
virtud de los cuáles unas actividades productivas
«tiran» de otras y gracias a esa interdependencia,
se generan positivas dinámicas de crecimiento sos-
Elías Amor 129

tenido. Las tablas input output sirven para estudiar


como se plantean esas conexiones entre los sectores
y a partir de las mismas se obtienen los coeficien-
tes técnicos que permiten explicar el modelo de
crecimiento sectorial. Nada que ver con el modelo
de crecimiento autárquico que progresó en Europa
después de la segunda guerra mundial. El análisis
intersectorial trata de identificar como las distintas
ramas de actividad de relacionan entre si y se im-
pulsar unas a otras, lo que permite a las autoridades
diseñar políticas económicas eficaces.
En la economía cubana, no existen indicios de estos
procesos. Por ejemplo, el país carece de una potencia
eléctrica suficiente no solo para las actividades pro-
ductivas, sino para atender las necesidades mínimas
de la población. Los «apagones» continuos son el
resultado de unas infraestructuras eléctricas que, en
absoluto, fomentan el crecimiento económico, y que
causan pesar a los inversores internacionales. Los
pésimos índices de consumo de electricidad por habi-
tante que se producen en la Isla solo son comparables
con otros países de muy bajo nivel de desarrollo.
Otro ejemplo, la construcción no ha cumplido jamás
el papel de sector que dinamiza al resto de activida-
des productivas. La vivienda en Cuba se encuentra
en un estado muy deficiente en cuanto a volumen y
calidad, y no parece que la política gubernamental
sirva para situar a este sector a la vanguardia del
crecimiento. Conocido es que el sector de la cons-
trucción activa e impulsa otras actividades manu-
factureras y de servicios que en la economía cubana
130 Economía cubana: La oportunidad perdida

están prácticamente ausentes, dado que la población


carece de acceso a los mismos como consecuencia
de la continuidad de los racionamientos.
Incluso, sectores productivos que muestran un cierto
dinamismo, como el turismo, configuran «clusters»
aislados, con escasa relación con las actividades pro-
ductivas internas, y dominados por las operaciones
joint venture de extranjeros, ciertamente en declive
durante los últimos años como consecuencia de los
continuos vaivenes de las autoridades en materia de
política económica.
En ausencia de sectores como banca minorista,
comercio al por menor, restaurantes y cafeterías, se-
guros, transportes, etc, la economía cubana muestra
evidentes síntomas de primitivismo, que suponen
una traba para identificarse con las tendencias que, a
nivel global, se observan en otros países de la zona.

3.- Bajos niveles de inversión productiva


en vivienda e infraestructuras
La participación de la formación bruta de capital
fijo en el Producto interior bruto de una economía es
un indicador del potencial de desarrollo, ya que los
recursos que se destinan a inversiones productivas
suponen un crecimiento de la capacidad de producción
de la economía que se traslada al futuro en forma de
mas crecimiento económico, de ingresos, de empleo
y bienestar. Los datos relativos a este indicador en
la economía cubana, sobre todo a partir del período
especial, son muy insatisfactorios. En los últimos
Elías Amor 131

doce años, la inversión productiva en la Isla se ha


desplomado y alcanza uno de los porcentajes mas
bajos del conjunto de países de la región, utilizando
datos directamente comparables elaborados por la
CEPAL. Como consecuencia de esa parálisis de
inversiones, el potencial de crecimiento es cada
vez menor, y el presupuesto público se destina
prioritariamente a financiar actividades de gasto
corriente que no contribuyen a generar unas sólidas
bases de futuro, y en cambio, suponen un mayor
endeudamiento.
Si se pretende dar solución a este problema, el régi-
men tiene que hacer un esfuerzo importante con las
cuentas públicas y destinar a inversiones productivas
un porcentaje estable del 10% anual en los próximos
diez años, y con ello, apenas se alcanzaría un 70%
del promedio anterior a 1989. No cabe duda que
la participación de capital privado en este proceso
resulta fundamental, pero conocida es la negativa a
ofrecer espacios a la iniciativa empresarial privada
en la Isla, y no parece que el capital extranjero que
invierte en Cuba, fundamentalmente a corto plazo,
vaya a embarcarse en este tipo de operaciones, siem-
pre de alto riesgo cuando se trata de Cuba.

4.- La política económica «liberalizadora» vino


impuesta, no fue resultado de una elección libre
No cabe duda que en 1989 nadie esperaba en Cuba lo
que iba a traer consigo el derrumbe del muro de Ber-
lín y del «socialismo real» en Europa. La economía
132 Economía cubana: La oportunidad perdida

cubana se quedó sin recursos para afrontar sus nece-


sidades de mas corto plazo y se vio en la necesidad
de adoptar una serie de medidas liberalizadoras que
venían impuesta por urgencia de divisas y la ruptura
de los circuitos tradicionales de financiación. El nivel
de vida de los cubanos, paradójicamente, mejoró de
forma sostenida con la liberalización del dólar y su
libre circulación en la Isla, la apertura de los merca-
dos agropecuarios y de las tiendas en divisas, aunque
con ello se iban generando profundas divisiones en
el seno de la sociedad cubana entre la población con
acceso al área del dólar, y los que, precisamente por
su fidelidad a la revolución, carecían de familiares en
el exterior. La experiencia mostró que la facilidad para
la inversión extranjera o las decisiones para captar
vorazmente las divisas, tenían un recorrido limitado,
con escaso impacto a medio y largo plazo.
No es extraño que tan pronto como se han suavizado
las condiciones impuestas por la crisis del período
especial, el régimen de marcha atrás y vuelva a
introducir medidas centralizadoras y de control
económico que suponen en cierto modo un regreso
a la ortodoxia y a los modelos intervencionistas del
pasado. Por eso, es que resulta tan difícil entender lo
que está pasando actualmente en la economía cubana
y los pasos que se dan tanto en una dirección como
en la contraria. Tiempo habrá para seguir abordando
estos males de la economía cubana con más detalle.

Cubaliberal, 11/01/2006.
El nuevo marco de las
relaciones comerciales
entre China y Cuba:
un reto para EEUU

A finales del año pasado, las autoridades cubanas


anunciaron con gran entusiasmo los acuerdos que
se firmaron tras la visita a la Isla del presidente de
la República popular china Hu Jintao. En total, 16
convenios dirigidos a poner en marcha ayudas direc-
tas en materia de cooperación y la explotación con-
junta de los recursos minerales, fundamentalmente
níquel y cobalto, de los que Cuba posee importantes
yacimientos.
El marco de las relaciones políticas y comerciales
de China y Cuba no ha sido siempre fácil. Con la
excepción de un período muy breve al inicio de la
revolución, cuando la política de gestos de ruptura
con Occidente parecía la regla de oro de los nuevos
dirigentes cubanos y se produjeron intensos contac-
tos entre los dos países, posteriormente, y durante
más de 20 años, todo se redujo a operaciones muy
concretas y de escasa continuidad. La dependencia
del régimen cubano de las subvenciones soviéticas
134 Economía cubana: La oportunidad perdida

no ofrecía espacio para veleidades políticas, sobre


todo, cuando rusos y chinos siempre mantuvieron
una frialdad y distancia que se trasladaba sobre los
distintos aliados en cada una de las partes. A partir
del inicio de la perestroika, y tras la visita de Gorba-
chov a La Habana, el régimen cubano ya tenía muy
clara cuál debía ser su apuesta para ganar tiempo.
Los acontecimientos se precipitaron y a finales de
la década las relaciones con China volvieron a in-
tensificarse hasta que en 1993, en pleno período de
grave crisis económica en la Isla tras el derrumbe
del socialismo real en Europa del Este, se produjo la
visita del presidente Jiang Zemin, sin que nadie en
La Habana se pronunciara sobre los terribles sucesos
producidos unos años atrás cuando el ejército comu-
nista chino se enfrentó a los jóvenes estudiantes en
Tian an Men. A partir de entonces, los contactos han
sido frecuentes, y aunque en el régimen de Castro
se han observado con cierto desdén los procesos de
expansión económica registrados en China, la nece-
sidad de encontrar recursos económicos ha situado a
la ortodoxia del régimen en segundo plano respecto
del gigante asiático.
China ha experimentado en los últimos años profun-
das transformaciones, y fruto de ellas, sus relaciones
comerciales con los países latinoamericanos han
experimentado un continuo crecimiento cuantitati-
vo y cualitativo. Aun cuando el modelo económico
imperante en China apuesta claramente por el capi-
talismo, la dirección política comunista supone que
buena parte de las relaciones comerciales se basen
Elías Amor 135

en convenios y acuerdos bilaterales como los que se


han firmado recientemente con el régimen cubano.
Cabe preguntarse, en tales condiciones, ¿por qué Cuba
interesa a China? Y sobre todo, ¿por qué ahora?
El análisis de la economía regional durante 2005, que
viene realizando CEPAL, confirma que China ha ex-
perimentado un aumento en sus cuotas de mercado,
tanto en exportaciones como en importaciones. Las
necesidades de materias primas del gigante asiático
le han llevado a dirigir sus compras hacia los países
de América Latina que poseen grandes reservas de
determinados productos necesarios para mantener
en funcionamiento las plantas industriales que se
expanden por doquier en China. Por otra parte, los
indicadores confirman que las bases del crecimiento
económico en aquel país dependen de unas expor-
taciones altamente competitivas que están despla-
zando de los mercados más importantes a los países
occidentales, cuyos sectores industriales maduros se
ven abocados al cierre o la reconversión. América
Latina es un espacio en el que estas tendencias se
vienen poniendo de manifiesto de forma evidente.
Los países de la región se benefician de un aumen-
to de los ingresos de exportación de las materias
primas que producen gracias a la mayor demanda
de China, que supera con creces las necesidades de
los países industrializados tradicionales. De igual
modo, sus importaciones de bienes intermedios y
manufacturas son mucho más baratas que cuando
se compran a los productores tradicionales, ya que
los precios de exportación del gigante asiático son
136 Economía cubana: La oportunidad perdida

difíciles de igualar. Sorprendentemente, en América


Latina las relaciones comerciales con China son
muy beneficiosas porque generan valor añadido y
ganancias en la relación real de intercambio, una
tendencia absolutamente beneficiosa para los países
de la región, que no han necesitado realizar ajustes
para alcanzar estos resultados en el corto plazo que
están en el origen de crecimientos medios del 4,1%
como los que apunta CEPAL.
El régimen cubano no ha querido perder tiempo y
ha reaccionado. Uno de los convenios firmados ha
apostado por la enseñanza del chino en Cuba a es-
tudiantes que, previsiblemente, van a tener un papel
relevante a nivel continental. Otro de los acuerdos
atiende a la biotecnología cubana, un sector puntero
a nivel mundial que está intensificando sus vías de
comercialización. El aplazamiento en diez años de
las deudas contraídas por el gobierno cubano con
China de 1990 a 1994 es otro dato interesante, pero
no deja de ser calderilla, con las previsiones de
construcción y explotación conjunta chino cubana de
los yacimientos de níquel en Moa. Los 12 millones
de dólares concedidos en proyectos de cooperación
en materia de sanidad y educación permiten al go-
bierno cubano mantenerse firme frente a la Unión
Europea, por ejemplo, cuyo parlamento ha mostrado
su posición mas firme hacia el respeto a los derechos
humanos en la Isla.
Es cierto que el régimen de Castro ha encontrado
válvulas de escape hacia los populismos emergentes
en América Latina, y así, los «maestros y médicos»
Elías Amor 137

cubanos se expanden no sólo en Venezuela, sino


en Ecuador, Bolivia y allí donde sea necesario. Es
cierto que por estas vías, alguna financiación se
puede conseguir, pero es sólo pan para hoy y hambre
para mañana. La apuesta por China del régimen de
Castro es otra cosa. Tiempo habrá estudiar con más
detalle lo que puede significar, pero sólo a título de
ejemplo, situar al principal competidor estratégico
de Estados Unidos a 90 millas al sur, es toda una
hazaña. ¿Hay quién de más?

Diarioexterior.com, 13/02/2006.
A vueltas
con la mala gestión
de la economía cubana

No hace falta ser un experto en Economía para


descubrir que la doctrina impulsada por el régimen
de Castro para Cuba en estas cuatro décadas, es
un ejemplo de lo que no se debe hacer cuando
uno pretende ser responsable en la gestión de los
asuntos económicos de una Nación, esos que tanta
incidencia tienen en la calidad de vida, bienestar
y progreso de los ciudadanos y las sociedades de
todo el mundo.
En el largo periplo en que la «revolución castrista»
ha dirigido el destino de los cubanos, son múltiples
y numerosos los ensayos fatídicos en materia de
política económica, las «idas y vueltas», la inde-
finición, los ensayos, las «consignas», en muchos
casos, la torpeza y la superposición permanente de
la política a las prioridades de la economía. A ello
le hemos venido a denominar en alguna ocasión el
«círculo vicioso de la economía cubana», y existen
profundas razones que explican por qué el argumento
Elías Amor 139

del «bloqueo» tiene su origen más en estas prácticas


erróneas que en una acción exterior seria y coherente
por parte de otras naciones. Y mientras tanto, ahí
está Cuba, convertida en una bella postrada, con una
población desanimada y desorientada, y carente de
un futuro económico coherente en la región y en la
economía mundial.
Pero recientemente hemos tenido ocasión de obser-
var, una vez más, cómo el modelo económico dise-
ñado por el régimen de Castro es un ejemplo de lo
antes expuesto. Y ello, utilizando las informaciones
difundidas a través de los medios de comunicación
oficiales del régimen, como Granma Digital, al
que todos reconocemos su abnegada voluntad de
defender lo indefendible, y tratar de presentar una
realidad imposible de comprender, como la mejor,
la más justa y próspera del mundo. En fin, todo un
alarde del doble lenguaje.
En efecto, en la edición del día 8 de este mes, Gran-
ma Digital destaca dos noticias que, aparentemente,
muestran esa falta de visión estratégica para la eco-
nomía cubana que caracteriza al modelo de Castro;
y así, se destacan, en primer lugar, los resultados del
comercio exterior en 2005, con un aumento del 23%
con respecto al año anterior, y un volumen que se
acerca a los 10.000 millones de pesos, lo que para
el ministro Raúl de la Nuez, significa alcanzar los
niveles existentes antes del derrumbe provocado por
la crisis del socialismo real y las medidas del deno-
minado «período especial». Para empezar, destacar
que estas cifras, atribuidas unilateral-mente por el
140 Economía cubana: La oportunidad perdida

gobierno cubano a un pretendido incremento de las


exportaciones de servicios de Cuba han sido cuestio-
nadas por los economistas de la CEPAL en el último
Informe de este prestigioso organismo, un tema so-
bre el que ya hemos tenido ocasión de analizar sus
consecuencias. Significar que el comercio exterior
de Cuba se concentra en un 50% en el continente
americano, y Europa en su conjunto, básicamente
España e Italia, representan un 29% del total. Asia
alcanza ya el 19% con la irrupción de China como
proveedor y cliente principal.
Pues bien, esta información, aparentemente signifi-
cativa, pero cuestionable, como ya se ha señalado,
se sitúa en la misma página en la que se anuncia la
entrega a Cuba de la aeronave rusa IL 96-300 cons-
truida por la Sociedad Anónima de Construcción de
Aviones Voronezh (VASO) para Cubana de Aviación.
Una aeronave que permitirá, y aquí viene la sorpresa,
amable lector, «realizar el vuelo intercontinental La
Habana Moscú en 13 horas y 15 minutos», señala
ampulosamente el cronista. Y yo me pregunto, ¿para
qué? ¿Quiénes van a viajar? Turistas rusos. Muy
pocos, según los datos oficiales del sector turístico
cubano, canadienses, españoles, mexicanos, italianos
vienen a concentrar la práctica totalidad de viajeros
que eligen la Isla como destino. La mayoría elige
compañías distintas de Cubana de Aviación para vo-
lar. Por algo será. ¿Mercancías, productos, servicios
para transportar? Muy pocos. Rusia y los países del
Este de Europa desde la caída del socialismo real son
socios insignificantes para Cuba. Entonces, ¿para
Elías Amor 141

qué se construye este avión cuyo coste debe suponer


varios millones de dólares? ¿A qué estratega de la
economía cubana se le ha ocurrido esta operación, y
para qué? ¿Solidaridad internacional con Venezuela,
Pakistán, Indonesia? Sí, a la llegada del avión al
aeropuerto José Martí estaba el séquito de siempre,
encabezado por Otto Rivero ¿Pero de qué hablamos,
si quién necesita la solidaridad y además urgente es
el pueblo cubano, y la ciudad de La Habana para no
caerse toda en añicos?
Estas dos noticias difundidas en Granma Digital son
ese ejemplo permanente del fracaso de la política
económica cubana y de sus responsables, incluido el
que da las órdenes. No tienen el más mínimo sentido
común. Ejemplos no nos van a faltar y los vamos
a denunciar cuando se produzcan. Mientras tanto,
ojo a un dato. La feria de los habanos y su volumen
de negocio: 350 millones de dólares. No está mal.
Quizás nos permita abordar otro trabajo como éste.
Cuba ha sido desde siempre una gran potencia taba-
quera. La «revolución» prácticamente acabó con la
tradición, la experiencia y el cultivo, desperdiciando
tecnología, mano de obra cualificada y el recurso
mas valioso de la Isla, la tierra, esa fértil tierra en la
que crece un tabaco de calidad reconocida a nivel
mundial. Hora es de volver a empezar, pero por fa-
vor, con un poco más de seriedad y coherencia: 350
millones de dólares, ¿qué representa esta cifra en el
monto total del comercio exterior cubano?
El difícil papel
de la oposición interna
en Cuba

Ser opositor al régimen de Castro es una tarea


difícil. Lo ha sido durante más de cuatro décadas.
Lo ha sido dentro y fuera de la Isla. Ciertamente,
no resulta difícil conocer episodios recientes en la
historia de la humanidad en los que un dictador y
su régimen opresivo hayan tenido tanta complicidad
entre las naciones que disfrutan, y precisamente ahí
está la novedad, regímenes políticos democráticos.
Por contrapartida, también resulta difícil observar
episodios en los que esas mismas naciones democrá-
ticas no se hayan solidarizado con los movimientos
que plantean impulsar, dentro de las dictaduras y
regímenes opresivos, espacios de libertad y respeto a
los derechos humanos. No es quizás este el momento
mas adecuado para abordar el marco, siempre compli-
cado, de las relaciones de Castro con las democracias
occidentales. Tiempo habrá para hacerlo.
Me propongo en este punto realizar una reflexión en
defensa de las personas que, con dignidad, valentía
Elías Amor 143

y coraje, resisten día a día las amenazas, las ofensas,


los ataques, la reprobación social y el rechazo de
un régimen que se mantiene en el poder utilizando
todos los recursos que tiene a su alcance, incluido
el peor de todos: hacer infelices a sus ciudadanos,
negarles cualquier posibilidad de vivir en libertad
y democracia.
Los opositores al régimen de Castro, cada día en
mayor número, como se observa en los informes
que año tras año viene realizando el Directorio de
Orlando Rodríguez, son un ejemplo que nos debe
hacer reflexionar sobre las condiciones de nuestra
vida, la herencia que trasladamos a nuestros hijos y el
papel que vamos a cumplir en este pequeño tránsito
por el mundo que llamamos real. Estos opositores
son personas que me merecen el máximo respeto.
Luchan por unos ideales que comparto plenamente,
y ciertamente es difícil no encontrar a personas en
todos los países del mundo que no crean en los dere-
chos humanos, las libertades básicas y el pluralismo
político como ejes de la convivencia. Esto es lo que
plantean los opositores a Castro, y por ese motivo,
se les encarcela con una crueldad que no resiste
comparación a nivel internacional.
La utilización de los opositores como instrumento
de juego político es una estrategia que el régimen
castrista viene impulsando desde hace algún tiempo,
y parece que le está dando frutos. No ha existido
el necesario clamor internacional tras las recientes
detenciones, injustificadas, de opositores en La Ha-
bana. Salvo Francia, que ha mostrado su reacción
144 Economía cubana: La oportunidad perdida

de condena, sería deseable una mayor implicación


de los gobiernos democráticos europeos en la con-
secución de las libertades en Cuba. No se defiende
una política de injerencia en los asuntos internos. Se
trata simplemente de proteger los derechos humanos
de los ciudadanos que, solo por el hecho de pensar de
forma distinta y decirlo abiertamente, son condena-
dos al ostracismo. Se trata de que aquellas personas
que luchan por una causa justa, la de la democracia
en la Isla, se sepan reconocidos, apoyados y reivin-
dicados por los países que ostentan sistemas políticos
basados en los mismos valores que ellos defienden.
Ciertamente, los últimos acontecimientos muestran
que esa necesaria solidaridad democrática con Cuba,
deja mucho que desear. Ni se llama a consultas a los
embajadores, ni se condenan las detenciones, ni se
suprimen las acciones políticas, ciertamente a muy
bajo nivel, con el régimen tiránico. Seguro que Cas-
tro volverá a asistir a la Cumbre Iberoamericana de
Salamanca, y mientras tanto, los opositores seguirán
presos, aislados, recluidos sin poder hacer llegar su
mensaje a la sociedad.
La consecuencia de este desenfoque en los asuntos
cubanos por parte de varias naciones europeas será
muy negativa a medio y largo plazo. Los movimien-
tos democráticos que luchan en la Isla por abrirse
un pequeño espacio de acción política dentro del
aplastante control del régimen, no se sienten debida-
mente respaldados por las democracias occidentales,
como sería deseable. Europa, con la posición común
iniciada en 1996 bajo los auspicios del gobierno es-
Elías Amor 145

pañol, podría haber desempeñado un papel histórico


en la transición a la democracia en Cuba. Mucho nos
tememos, a tenor de los últimos acontecimientos,
que esto haya dejado de ser una prioridad. Por el
contrario, Castro se permite el lujo de renunciar a
cualquier ayuda procedente de la Unión Europea y
lanza sus consabidos ataques hacia los gobiernos
democráticos que mas le apoyan. Mientras tanto, los
opositores a Castro, los disidentes, seguirán sintién-
dose aislados, y ese sentimiento de soledad, de falta
de solidaridad democrática, tiene una difícil lectura
y comprensión. Se ha perdido una oportunidad
importante de cambiar las cosas. Ojalá estas líneas
sirvan para que en el futuro se recapacite y actúe de
forma mas adecuada.

Cubaliberal, 18/03/2006.
Cuba hacia el futuro:
Incógnitas
e incertidumbres

No cabe duda. Algo se mueve en Cuba. Visto desde


fuera, nunca antes se había producido tal acumu-
lación de «anomalías» en el paradigma castrista,
empleando la terminología de Thomas Khun en su
análisis de las revoluciones científicas. Desde la
detención y condena masiva a los disidentes en la
primavera de 2003, se están produciendo continuas
señales en el interior de la Isla que vienen a poner
de manifiesto una idea que, desde hace varios años,
se está difundiendo en los círculos diplomáticos
internacionales: la transición a la democracia ya se
ha iniciado en Cuba y al igual que en otros países
que padecieron sistemas totalitarios, la luz al final del
túnel es cada vez mas intensa orientando los pasos
que hay que dar en medio de esa oscuridad.
Sin embargo, este tímido optimismo que a todos
nos embarga, no está exento de un análisis de las
dificultades que el proceso está teniendo. Surgen
múltiples dudas al respecto. ¿Qué capacidad tiene
Elías Amor 147

el régimen castrista y el círculo de poder más inme-


diato al comandante para gestionar un proceso que
parece imparable? ¿Podrá obtener algún beneficio
para el futuro sistema de libertades el conjunto de
las organizaciones de masas que existen en la Isla
y que aparentemente vegetan al ritmo de las con-
signas revolucionarias trasladadas desde el entorno
más próximo a Castro? ¿Qué posibilidades tiene el
sistema económico cubano para financiar de forma
estable este proceso de transformaciones políticas y
sociales? ¿Qué capacidad de resistencia puede tener
el conjunto de la sociedad cubana para aceptar nue-
vos y más complejos sacrificios? Son cuestiones de
relevancia a las que se tendrá que dar respuesta por
medio de técnicas prospectivas y de simulación, que
en la actualidad resultan difíciles de acometer, como
consecuencia del control ejercido sobre la población
por el aparato represivo del régimen.
Hace años, un científico cubano exiliado me comen-
taba que el éxito de cualquier proceso de transición
democrática en Cuba, en vida del máximo dirigente,
solo podría materializarse aprovechando los resqui-
cios, ciertamente pequeños, que el régimen castrista
no había podido cerrar con su manía obsesiva por
el control absoluto de la sociedad. Esos resquicios
se han ido resquebrajando, y en la actualidad em-
piezan a convertirse en cráteres que las autoridades
no consiguen cerrar y mucho menos gestionar en su
propio beneficio.
Si algo caracteriza desde hace unos años al sistema
político e institucional creado por Castro es su falta
148 Economía cubana: La oportunidad perdida

de orientación estratégica. No existe una línea clara


hacia la que orientar toda la dialéctica que se ha ve-
nido construyendo, quizás inútilmente, en todo ese
largo período de tiempo. Y por ello, los problemas
se acumulan y se trasladan al futuro sin respuesta.
El régimen se tambalea, erosiona continuamente
apoyos internacionales, pierde respeto en todas las
cancillerías y queda aislado. Entonces reacciona con
contundencia, en vez de aprovechar las continuas
oportunidades que se le ofrecen para adoptar las
decisiones políticas que son absolutamente impres-
cindibles. La cuestión ya no es ganar tiempo: la
cuestión es perderlo. El círculo de poder es cada vez
mas estrecho, obediente y no se plantea debatir las
decisiones unipersonales de quien gobierna en solita-
rio. La sociedad asiste impasible a las convocatorias
de movilización, pero ha perdido cualquier confianza
en las instituciones desde hace mucho tiempo. Todo
se mantiene al ralentí, con una economía incapaz
de alcanzar las condiciones mínimas de estabilidad
y que se encuentra en bancarrota a merced de las
tendencias cada vez más fuertes de la globa-lización.
La conclusión que cabe extraer de todo ello es que
el tiempo histórico del castrismo, como modelo de
organización política y social, se acaba, pero con
ello no se facilita la orientación hacia esa tímida luz
que aparece al final del oscuro túnel de 45 años. El
régimen reprime con notable dureza a los represen-
tantes más activos de la disidencia y no atiende a las
demandas internacionales de clemencia. Rechaza
cualquier modelo de relación con la Unión Europea
Elías Amor 149

por cuanto supone de apertura política y respeto a


los derechos humanos, y acusa a esta organización
de injerencia en sus asuntos. Arremete contra el
gobierno de Estados Unidos en esa permanente
campaña dialéctica de guerra de guerrillas que ha
alimentado a varias generaciones de cubanos, pero
no encuentra respuesta ni apoyo internacional. Sur-
gen en el interior de la sociedad cubana demandas
de participación procedentes de los distintos grupos
opositores que no han sido desmantelados, y se
cuestionan las decisiones que la Administración
norteamericana adopta para facilitar la transición
política a la democracia en la Isla.
Pésimo escenario para la última etapa de un sistema
que no va a durar eternamente. Quizás no exista
todavía el modelo de transición a la democracia.
Quizás ahí está la última aportación del castrismo
a la historia: impedir hasta el final que Cuba sea un
país democrático y libre.

Presslingua, 18/03/ 2006.


La batalla de Fidel
Castro contra Internet

¿Conoce alguien un país en el que el acceso a Internet


se contemple como un delito? ¿Sabe alguien de la
existencia de presos políticos por el mero y sencillo
acto delictivo de consultar contenidos en Internet?
Más aun, ¿tiene alguien conocimiento de un país en
el que alguien pueda ponerse en huelga de hambre
para tener derecho al acceso a Internet?
Estas preguntas tienen una respuesta evidente. Si
descontamos las dictaduras totalitarias comunistas
de Asia, el único posible, el único ridículo interna-
cional es el régimen castrista en Cuba. Los medios
se han hecho eco en los últimos días, mientras las
Madres de Blanco volvían a realizar sus protestas
cívicas en La Habana en medio de campañas de
hostigamiento y persecución sin precedentes, que
en Cuba se persigue y castiga a quiénes desean
acceder libremente a Internet. En el régimen de
Fidel Castro, la sociedad de la información y del
conocimiento está prohibida. Uno de los grandes
Elías Amor 151

avances de nuestro tiempo, posiblemente el más


importante de todos, la capacidad para trasladar y
procesar grandes volúmenes de información a través
de la red de redes, está prohibido en Cuba. Y buena
prueba de ello, Guillermo Fariñas, lleva más de 45
días en huelga de hambre, con grave riesgo de su salud
para conseguir que el gobierno de Castro elimine las
barreras y restricciones al uso de Internet en la Isla,
un claro ejemplo de que los derechos humanos no
van bien en Cuba.
Cabe preguntarse por qué el régimen de Castro se
opone a que los ciudadanos cubanos tengan acceso
libre a la información en Internet, y qué tipo de
motivos se pueden utilizar, si es que existe alguno,
para restringir el avance de la sociedad de la infor-
mación y del conocimiento en la Isla. Sabido es
que durante más de cuatro décadas, la política de
cerrojo informativo que se ha practicado en Cuba
ha sido un apoyo evidente al arraigo y firmeza del
régimen político. Un buen ejemplo son las noticias
sobre la economía cubana. Siempre editadas en tono
triunfalista, siempre basadas en cifras cuantitativas
y en no menos ocasiones, fruto de la propaganda
más que de la realidad. Me vienen a la memoria
escenas de la película «Guantanamera» en la que
el chofer cuestiona, ante el burócrata funerario
del régimen, la información que se escucha en la
radio sobre cosechas y producciones obtenidas en
las tierras de explotación colectiva, mientras se
come un plátano que ha adquirido a un vendedor
del mercado negro.
152 Economía cubana: La oportunidad perdida

La distancia entre la Cuba real, la sociedad civil que


se abre camino con grandes esfuerzos, y la Cuba
oficial, la que ostenta el régimen, el ejército y el
partido comunista único, también es muy amplia en
el acceso a la sociedad de la información, el Internet
y las comunicaciones. Durante décadas, los cubanos
han sabido que sus dirigentes tienen un nivel de vida
y bienestar que, en absoluto, es comparable a la
media. El privilegio de la obediencia y respeto a las
doctrinas oficiales del régimen comunista, significa
en Cuba más de todo, más posibilidades para entrar y
salir del país con cierta libertad, más capacidad para
adquirir determinados bienes y servicios, para vivir
lejos de las zonas congestionadas de población y con
mayor delincuencia, o para disfrutar de todo tipo de
prebendas. El único coste es político, acompañar
al líder a coro en todos sus discursos y pataletas, y
seguir al pie de la letra su adoctrinamiento trasno-
chado. Poco esfuerzo ciertamente el que se exige a
la clase dominante en el castrismo.
Instalados en esa cultura de la obediencia ciega, los
cubanos no tienen acceso a locales en los que poder
chatear libremente con ciudadanos de otros países,
como los que se abren todos los días en bibliotecas
de las ciudades occidentales. Los centros oficiales,
es decir, toda la economía cubana, tienen restringi-
dos los accesos a Internet, y se sigue y persigue las
rutas que dejan los «navegantes» en los equipos. En
las instalaciones turísticas, los cubanos no pueden
acceder a los ordenadores. El cierre informativo,
durante décadas concentrado en Granma y en la
Elías Amor 153

radio y televisión, ahora se pretende conseguir con


Internet.
Pero mucho me temo que esta batalla está perdida, y
que Fariñas será un adalid de esta gesta que pronto en
Cuba será una realidad. Mientras que los familiares
de Miami sigan viajando de turismo a la Isla con
todo tipo de dispositivos electrónicos de comuni-
cación, incluidos los deseados portátiles, cada vez
más pequeños y libres, el bloqueo en Internet será
una ilusión. Aquellos ciudadanos con acceso al área
del dólar, y con familiares en Estados Unidos, van
a poder disfrutar de una serie de comunicaciones,
que reforzarán esa dualidad creada en Cuba tras el
período especial. El régimen lo sabe y prepara esas
«mesas redondas» de la batalla ideológica de las
ideas para reconquistar terreno. Tiempo perdido.
Nada qué hace contra Internet. Por mucha repre-
sión que se acentúe en la Isla, en este aniversario
de la «primavera de La Habana», la sociedad de la
información y del conocimiento se abrirá paso en
la Isla. Con dificultades, pero lo hará. La calidad de
la educación de los cubanos y su deseo de aprender
y conocer más allá de los límites imposibles de su
régimen, les hará demandar de forma creciente las
nuevas fuentes de información. Tarde o temprano, el
régimen tendrá que ceder en este terreno, y se abrirá
una nueva brecha. Sólo hay que esperar.

Diarioexterior.com, 3/04/2006.
El apagón informativo
macroeconómico
en Cuba

El último Informe de la CEPAL sobre las previsiones


del crecimiento económico en América Latina en
2006, publicado recientemente, ha dejado fuera a
Cuba. El único país del continente para el que esta
prestigiosa institución no realiza una mera predic-
ción del crecimiento económico, o informe alguno
de sus indicadores.
El apagón informativo en materia de información
económica que se había venido fraguando en los
últimos meses, ha llegado a su fin. Tras el conato
de enfrentamiento con el régimen producido a
finales del pasado año, cuando CEPAL se negó a
dar como suyas las estimaciones del crecimien-
to del PIB cubano ofrecidas por las autoridades
castristas, que buscaban imputar en las cuentas
nacionales de la Isla una serie de magnitudes que
no se corresponden con los sistemas de medición
estadística utilizados por Naciones Unidas, la
prestigiosa institución regional dirigida por José
Elías Amor 155

Luis Machinea ha decidido dejar que el castrismo


siga imponiendo sus tesis, pero en vez de entrar en
el debate, lo que habría dado oportunidades a los
oficiales castristas para volver a activar la tesis de
las agresiones, el bloqueo, etc., etc., la CEPAL ha
decidido dejar a Cuba fuera de América Latina,
al menos en lo que a estimación de indicadores
macroeconómicos se refiere.
Y así, se ha hecho la oscuridad macroeconómica en
Cuba. A nadie en su sano juicio se le va a ocurrir
evaluar el estado de la economía cubana y sus pers-
pectivas de medio plazo utilizando las estadísticas
oficiales del régimen o las bases de datos del Banco
de Cuba que proporciona la institución que dirige
Francisco Soberón o el Ministerio de Inversiones
extranjeras. A partir de ahora, se trata más de un acto
de fe que otra cosa.
Una lástima, porque en un año en que todas las cifras
macroeconómicas regionales apuntan al alza, y en
el que parecen despejarse las sombras que gravitan
sobre los desequilibrios económicos a nivel con-
tinental, el régimen cubano pierde la oportunidad
de mostrar sus indicadores al resto del Mundo,
aprovechando esa tendencia alcista que todas las
cifras ofrecen. Quizás porque en Cuba las cosas no
estén saliendo tan bien como en el resto de países
de América Latina. Al fin y al cabo, a eso estamos
acostumbrados y los cubanos que viven en la Isla,
resignados. Alternativamente, también parece una
lástima que no se pueda realizar ese contraste entre
indicadores elaborados con una metodología esta-
156 Economía cubana: La oportunidad perdida

dística común, lo que va a servir para mantener esa


estrategia tradicional del castrismo de manipular
torpemente los indicadores estadísticos para alum-
brar una sociedad que, en absoluto se corresponde
con la realidad.
Lo cierto es que en 2005 ya no nos pudimos creer
más las mentiras económicas del régimen de Castro,
y lo denunciamos. Pero en 2006 se ha confirmado
el «apagón» informativo, y para realizar cualquier
evaluación de la economía cubana tendremos que
recurrir a las informaciones dispersas y en muchas
ocasiones, carentes de rigor, que se divulgan por
el régimen. No sabemos a ciencia cierta quién ha
podido salir beneficiado, pero desde luego, ante esta
oscuridad macroeconómica, muchos empresarios e
inversores se pensarán más de una vez sus decisiones
de negocios en la Isla. El régimen de Castro no sólo
centraliza la economía y regresa a la ortodoxia im-
posible que ha llevado a Cuba a un peligroso círculo
vicioso que le impide crecer y desplegar sus poten-
cialidades productivas (que las tiene) sino que ahora
oculta los datos, los manipula, los distorsiona, y así y
todo, quiere que nos los creamos. Desde luego, nada
que ver con el sentido común, y mucho menos con
la seriedad y la coherencia que piden las empresas y
los mercados para funcionar. Al final ¿qué le queda a
Castro? Las noticias recientes no parecen tan malas:
20 millones de dólares por medio de un acuerdo con
el Estado de Alabama van a reducir las estructurales
penurias alimenticias del pueblo cubano y sus nece-
sidades de papel y madera. ¿Quién lo iba a decir? El
Elías Amor 157

bloqueo estadístico también nos amenaza, lo que no


sabemos es cómo y hasta cuando.

Cubaliberal, 28/04/2006.
Una coalición
internacional en apoyo
a la disidencia de Cuba

Fuerte apoyo internacional. Este es uno de los


retos principales de las organizaciones disidentes
de Cuba para abrirse paso en un régimen hostil y
represor. Cuanto más intensa sea la colaboración,
el estímulo y la defensa exterior de la lucha a favor
de las libertades, derechos humanos y pluralismo
en la Cuba, mas difícil será para Castro continuar
con la política de represión iniciada en la primavera
de hace dos años.
Iniciativas no han faltado. Desde la apuesta por la
unidad de las organizaciones del exilio, iniciada a
comienzos de los años 90 cuando el derrumbe del
telón de acero hacía presagiar para el castrismo un fi-
nal inmediato, hasta el reciente apoyo conseguido en
Washington con la firma de un acuerdo de diversos
representantes de países del Este de Europa, la causa
por las libertades en Cuba merece todo el apoyo y
el estímulo de quiénes creen en la democracia y los
derechos humanos.
Elías Amor 159

La razón es obvia. El adversario es especialmente


agresivo y no atiende a razones. Otros regímenes
políticos de talante opresor se han visto abochorna-
dos a nivel internacional y han tenido que abando-
nar, provocando intensas transformaciones en sus
estructuras institucionales. No es éste el caso de la
Cuba de Castro. Durante más de cuatro décadas la
transformación sufrida por la sociedad cubana ha
sido de tal magnitud que cualquier parecido con
evidencias en otros países es inexistente.
Lo hemos destacado en varias colaboraciones an-
teriores. El régimen ha conseguido reafirmarse en
todos estos años gracias a una hábil combinación
de elementos institucionales y políticos. En pri-
mer lugar, empujando a Cuba fuera del sistema de
valores, creencias y actitudes que compartimos en
Occidente. Esto impide realizar un contraste directo
entre el funcionamiento adverso de las instituciones
políticas en la Isla y en otros países con gobiernos
y sistemas represivos similares. Todavía existen
sectores relativamente amplios en la izquierda eu-
ropea, por ejemplo, que consideran que Cuba es un
modelo a seguir. Ahí se encuentra una de las primeras
estrategias conseguidas con éxito.
En segundo lugar, justificando una pésima gestión de
la economía cubana con el argumento del bloqueo,
del embargo y una serie de presiones internacionales
cuyas evidencias son insostenibles. Los males de la
economía cubana, su baja productividad, su incapa-
cidad exportadora, su indefinición en la economía
mundial, son persistentes, causan un grave daño a
160 Economía cubana: La oportunidad perdida

los habitantes de la Isla y en absoluto se pueden


resolver con la opción totalitaria e intervencio-nista
del gobierno de Castro. Los procesos de apertura
y liberalización han terminado en giros de ciento
ochenta grados hacia la ortodoxia estalinista en
asuntos económicos, cuando se obtienen nuevos
recursos financieros en el exterior, llámese petróleo
de Venezuela, por ejemplo.
En tercer lugar, el aislamiento y acoso a la disiden-
cia, la persecución y el encarcelamiento de aquellos
grupos que empiezan a abrir espacios en la escasa so-
ciedad civil que existe en la Isla. Sin comunicaciones
ni plataformas legales para la difusión de las ideas,
con unos medios de comunicación al servicio de la
propaganda del régimen, con espías y chivatos inte-
grados en las estructuras de las organizaciones y todo
tipo de mecanismos de persuasión y chantaje para
frenar y reprimir la disidencia, las organizaciones
opositoras en Cuba han sido blanco de los ataques
del régimen y uno de los principales baluartes a des-
truir. Por ello, cuando las organizaciones del exilio
plantearon la necesidad de dar apoyo continuo a esos
grupos, muchas veces minoritarios y casi personales,
se acertó plenamente en la estrategia. Son ellos los
que han conseguido ir acumulando anomalías en el
paradigma político del castrismo, y en definitiva,
son ellos quiénes van a recibir el poder legítimo de
las urnas democráticas cuando esta etapa «revolu-
cionaria» toque a su fin. Por este motivo, estar al
lado de estas organizaciones disidentes, estimular su
actividad, apoyarlas económicamente, divulgar sus
Elías Amor 161

actuaciones y dar a conocer al mundo sus dirigen-


tes y estructuras, siempre con el cuidado de que al
hacerlo así no se ponga en peligro dentro de la Isla
a sus miembros, es una misión que nos corresponde
a todos, cada uno en su ámbito. Felicitar la inicia-
tiva y a quiénes han estado detrás. Y desde luego,
cuestionar el papel de gobiernos como el socialista
español, que han perdido una oportunidad de entrar
a formar parte de esa gran coalición internacional
en apoyo de la disidencia cubana.

Cubaliberal, 15/06/2006.
Los cambios recientes
en el PCC: Tendencias
y hechos sociales

En las últimas semanas, se han venido produciendo


diversos ceses y sustituciones en los órganos direc-
tivos del Partido Comunista de Cuba, la única orga-
nización política autorizada en la Isla, y que desde
hace más de cuatro décadas justifica y da sentido al
régimen instaurado por Fidel Castro en 1959. Unos
cambios que han sorprendido a los analistas, que
vienen observando con interés cómo se mueven las
personas sin razones aparentes, y desde luego, con
una celeridad y determinación que no evita recordar
que el gobierno de Castro ha venido postergando en
el tiempo el Congreso del PCC que se tendría que
haber realizado en 2002.
Es cierto que dada la estructura política e institucio-
nal imperante en la Isla, la vida interna del PCC es un
asunto de escasa relevancia e interés para la mayoría
de la población, desde hace años, viene mostrando
una apatía y desatención hacia las consignas polí-
ticas que se ve obligada a cumplir por la fuerza. La
Elías Amor 163

«batalla ideológica» emprendida por el régimen


es un ejemplo de lo que cuesta mantener el clima
de agitación y movilización interna. Sin referentes
internacionales, salvo en la empobrecida Corea del
Norte o en el lejano Yemen, el comunismo cubano
ha tenido que ir definiendo su nuevo modelo político
con escaso éxito, como ideología condenada a la
extinción. La búsqueda de referentes internacionales
en el socialismo o la socialdemocracia no parece que
vaya a tener éxito, si se tiene en cuenta que son varias
las organizaciones internas de la disidencia que se
han ocupado de establecer vínculos estables con esos
espacios políticos en el exterior. Por otra parte, Evo
Morales o Hugo Chávez no son un ejemplo al que
referirse ideológicamente, ni siquiera para Castro.
En tales condiciones, y con un abandono notable y
amplia desafección en la militancia, ¿qué le queda
al PCC, sino morir o transformarse? Quizás por ello,
los últimos cambios en los órganos dirigentes de va-
rias provincias y en los comités directivos merecen
una cierta atención. Cabe preguntarse, entonces, ¿por
qué estos cambios? Y lo que es más importante aún,
¿para qué estos cambios?
No cabe duda que un primer factor a considerar
se encuentra en el envejecimiento de la dirigencia
comunista. Castro es un buen ejemplo de ello, pero
la clase social y política que le rodea rebasa am-
pliamente la media de 70 años. La renovación en
la clase dirigente es un imperativo de los tiempos
que corren y de la necesidad de ir «jubilando» a los
revolucionarios que bajaron de Sierra Maestra con
164 Economía cubana: La oportunidad perdida

Fidel, muchos de ellos ya fallecidos. Entonces, la


renovación, ¿pasa sólo por sustituir a los eméritos
por los jóvenes? Parece que no. Se está incorpo-
rando a los órganos directivos del PCC a una serie
de personas de mediana edad, incluso algunos muy
jóvenes para los estándares políticos de Cuba, como
Julio César García de Camagüey con 38 años, y
amplia experiencia política, caracterizados por una
trayectoria comunista intachable, es decir, personas
con un soporte ideológico a prueba de cualquier
«desviación» reformista. No parece que Castro vaya
a aceptar debate interno en el PCC que soporta su
régimen, y está convencido de que es preciso ganar
la «batalla de ideas» dentro de las filas del partido
antes de preparar cualquier Congreso. De hecho,
estos cambios apuntan a que en próximas fechas
este Congreso puede quedar definitivamente pos-
tergado. A tal fin, la rehabilitación del Secretariado,
un órgano político creado en los 90, en medio del
período especial y de las mayores dificultades para el
régimen, es un indicio de que el debate interno va a
quedar relegado a una camarilla reducida y próxima
al máximo dirigente.
Una segunda razón para explicar estos cambios se
encuentra, tal vez, en la necesidad de hacer frente a la
disidencia interna, cada vez más amplia y organizada.
Cierto es que el número de grupos, organizaciones y
personas que se enfrentan públicamente al gobierno
de Castro va creciendo de forma continua en todo el
país, y por la misma razón, los sectores sociales que
conectan con estas nuevas ideas van siendo cada
Elías Amor 165

vez mas amplios, en medio de las dificultades que


el régimen crea para el ejercicio de las libertades
públicas. La desconexión con el partido único, que
se ha quedado anclado en el pasado y sin referentes
actuales, permite a muchos ciudadanos encontrar
propuestas ideológicas renovadas que tienen sus
vínculos internacionales precisos y bien definidos.
Liberales, socialdemócratas, democristianos se en-
cuentran presentes dentro de la Isla desarrollando
sus planteamientos políticos. De acuerdo con esta
versión, los cambios en el PCC irían dirigidos a
apostar por personas nuevas, con imagen renovada
y que conecten con la sociedad, en un intento de
frenar a la disidencia desde la base. Yo me inclino
en buena medida a pensar que una parte importante
de los cambios viene explicada por este aspecto.
Esta es la visión oficial transmitida por Granma.
No en vano, el gobierno dispone de los mejores
estudios de investigación social en Cuba, y en todo
momento sabe lo que tiene qué hacer para domeñar
las opiniones sociales.
En tercer lugar, los cambios en la cúpula del PCC
obedecen a la reacción tardía, pero contundente, del
régimen para reproducir en los órganos dirigentes del
partido la nueva estructura social de la Isla, donde
la población de color es ampliamente mayoritaria.
Cualquiera que haya estudiado detenidamente la
composición de la dirigencia castrista y comunista
habrá observado que la población blanca ha sido
durante décadas mayoritaria. En los últimos años,
la población de color ha visto como el acceso al
166 Economía cubana: La oportunidad perdida

mercado del dólar, donde resulta más fácil adquirir


todo tipo de bienes y servicios en la economía se-
miformal de la Isla, ha sido muy complicado ante
la falta de familiares en el exterior, básicamente en
Estados Unidos, que enviaran las preciadas remesas
mensuales. Muchos de ellos fueron educados en la
idea del «paraíso» de igualdad que representaba
Cuba para la población de color, frente al enemigo
del Norte, donde las desigualdades eran muy no-
tables. Las evidencias son contundentes. Con un
acceso limitado al dólar y viviendo exclusivamente
del racionamiento del Estado, la población de color
en la Isla se ha convertido en los últimos años en uno
de los sectores más críticos con el régimen, sobre
todo, los de población de edades avanzadas. No en
vano, el castrismo los quiere incorporar a la acción
del partido único. Ya se verá si también es tarde.
El otro cambio es la incorporación de la mujer.
De igual modo, el estudio de la composición de la
dirigencia del PCC en Cuba muestra una extraordi-
naria participación de hombres en detrimento de las
mujeres, situación que ahora se pretende corregir.
Las Damas de Blanco, con sus protestas cívicas en
la calle en defensa de la libertad de sus seres queri-
dos presos en las cárceles, han mostrado el enorme
potencial que tienen las mujeres de los disidentes
para cuestionar el régimen a nivel internacional,
y por ello es preciso producir cuanto antes, líderes
femeninos que defiendan al castrismo a ultranza.
Tarea ciertamente complicada.
Cubaliberal, 19/06/2006.
En torno al avance
de la izquierda
latinoamericana

En los últimos años se ha observado una tendencia,


aparentemente imparable, en la mayor parte de
países de Latinoamérica hacia gobiernos unitarios
de izquierda, o coaliciones en las que las opciones
políticas de centro izquierda, desempeñan un papel
hegemónico, muchas veces a costa de la desaparición
de los partidos tradicionales.
El primer aspecto a destacar de esta tendencia, en
principio incuestionable, es que el acceso al poder
de la izquierda se ha producido gracias a un aplas-
tante apoyo popular en las urnas, de modo que ese
auge de los gobiernos denominados «populistas»
se ha conseguido a partir de la libre voluntad de los
ciudadanos, después de consultas libres y plurales.
Ello no obsta para que el propio proceso democrá-
tico haya sido cuestionado por los propios electores
o instituciones internacionales especializadas en
seguimiento electoral, pero en cualquier caso, y salvo
168 Economía cubana: La oportunidad perdida

contadas excepciones, la izquierda latinoamericana


tiene un poderoso aliado en las urnas.
Este proceso de avance de la izquierda se ha pro-
ducido, a tenor de los últimos datos estadísticos
disponibles, en una etapa en la que la coyuntura
económica a nivel continental no puede ser más
favorable. Los últimos informes de CEPAL y del
FMI insisten en que América Latina es un área en
expansión dentro de la economía mundial, en la
que subsisten importantes desequilibrios internos
y externos, pero en crecimiento, con tasas medias
que no se recordaban en mas de una década. Se han
superado así, al menos aparentemente, los efectos
perniciosos de la deuda, y el aumento de los precios
de las materias primas y metales en los mercados
mundiales, unido a la reactivación del turismo, han
propiciado un crecimiento sostenido en buena parte
de los países.
La combinación de estos dos procesos: auge de la
izquierda y crecimiento económico podría interpre-
tarse en términos sociopolíticos como que amplios
sectores sociales del continente desean que una
parte importante del beneficio social derivado de la
mejora de las condiciones económicas se destine a
promover las condiciones generales de la población,
dada la tendencia de las opciones de izquierda a
practicar fuertes ajustes en la distribución de la renta
y riqueza a partir de los instrumentos presupuesta-
rios. De igual modo, y en términos de valoración
del pasado, el auge de la izquierda, en presencia de
un crecimiento económico generalizado se podría
Elías Amor 169

interpretar como una consecuencia de la incapacidad


de los partidos representantes del espacio de centro
y derecha de rentabilizar socialmente esta mejora de
las condiciones económicas tras haber mantenido
el coste del ajuste de las políticas para alcanzar la
situación actual.
Sea una u otra la interpretación que se quiera dar a
los hechos, de las que en su día habrá que obtener
las oportunas lecciones, lo cierto es que la izquierda
se extiende a nivel de todo el continente, y ante los
diversos procesos electorales inminentes, todas las
encuestas apuntan en la misma dirección.
El auge de la izquierda, y de los partidos que la
representan, desde las opciones democráticas, así
como el deseo de implementar los programas que
les han llevado al poder a través del voto popular, no
tiene nada de objetable en términos de competencia
política democrática. Si lo hacen mal, el electorado
los castigará al término de su mandato y se producirá
la necesaria alternancia política.
El problema, y en cierto modo la perversión de este
fenómeno, se encuentra en que la izquierda que ha
alcanzado posiciones estables de poder en una serie
de países de América Latina siga pensando en el
modelo cubano como una referencia a imitar.
Declaraciones en defensa de los «logros» de la re-
volución, establecimiento de acuerdos económicos
con el régimen de Castro, política de cooperación
basada en el intercambio, son entre otros, los medios
a través de los cuáles seque se pone de manifiesto el
170 Economía cubana: La oportunidad perdida

incomprensible deseo de estos nuevos gobernantes


por inspirar sus procesos de cambio en las «recetas»
del doctor Castro que han conducido a la Isla a un
desastre económico y social sin precedentes. Vene-
zuela ha alcanzado resultados alarmantes, pero es
sólo el primero en iniciar el proceso.
El intento de trasladar las recetas fracasadas del ré-
gimen castrista a sus países supondrá un duro golpe
de imagen para estos gobiernos de izquierda, que les
hará perder el contacto con esas clases sociales que
les han llevado al poder de forma democrática, y
ahí es donde puede surgir otra amenaza derivada del
deseo de permanecer de forma indefinida al frente
de sus gobiernos. Una historia que, por desgracia,
conocemos muy bien los cubanos.
De ese modo, si gobernar desde la izquierda puede
estar justificado, y tiene sentido desde el punto de
vista democrático, lo que carece de cualquier sentido
común, es esa obsesión por recuperar los iconos de
la revolución más fracasada de la Historia. Ni Cuba
como nación se merece esta ofensa, ni Castro tal
reconocimiento.
Los líderes democráticos de América Latina, sean de
izquierda, centro o derecha, deben situar al régimen
castrista y sus trágicas lecciones de política, en el
lugar que le corresponde que no es otro que el de la
vergüenza histórica. Cuando esos dirigentes demo-
cráticos de la izquierda latinoamericana hacen suyos
los valores de la revolución cubana, no me viene
otro pensamiento a la cabeza que la lectura atenta
Elías Amor 171

de ese libro titulado Manual del perfecto idiota la-


tinoamericano cuyo contenido debería servir como
reflexión para muchos.

Cubaliberal, 20/06/2006.
Hacia un nuevo marco
en las relaciones entre
la Unión Europea y Cuba

El miércoles pasado se reunió en la Embajada de la


República Checa en Bruselas, bajo la iniciativa del
Comité Internacional para la Democracia en Cuba,
un selecto grupo de dirigentes políticos europeos,
principalmente de países del Este, que han decidido
retomar la Posición Común de la Unión Europea res-
pecto de Cuba que, en su día, hace casi una década,
puso en marcha el gobierno del PP español con José
María Aznar al frente.
La iniciativa de Vaclav Havel merece todo nuestro
respeto y agradecimiento, sobre todo si se piensa
en la labor difícil, siempre complicada y con grave
riesgo de sufrir persecución, hostigamiento, prisión
e incluso muerte, de los disidentes en la Isla. Una
labor que nunca se ha terminado de explicar suficien-
temente bien en Bruselas. Nunca tendremos palabras
suficientes de apoyo y estímulo para los cubanos que
cada día afrontan al régimen desde dentro y ponen
a prueba su capacidad para abrir espacios hacia un
Elías Amor 173

futuro de democracia, libertad y pluralismo que


nadie duda llegará a la Isla tras la desaparición del
castrismo.
En España, en plena campaña electoral de 1996 que
otorgó la victoria en las urnas a José María Aznar, se
tuvo una información muy limitada del incidente de
las avionetas de Hermanos al Rescate. Fue un suceso
al que los medios de comunicación, insertos en la
vorágine informativa que toda campaña de eleccio-
nes generales supone, prestaron poca atención. Pero
José María Aznar ganó las elecciones de marzo de
aquel mismo año, y formó un gobierno que tuvo
claro, desde el principio, que había que impulsar una
nueva acción política hacia la dictadura de Castro,
no sólo desde España, sino desde la Unión Europea,
sobre todo en aquel momento de «período especial»,
cuando se notaban con intensidad los efectos del
hundimiento económico provocado por la caída de
las subvenciones soviéticas.
La Posición Común de los 15 hacia Cuba fue la
primera acción seria, solvente y coherente del grupo
de naciones más democráticas del Mundo hacia una
dictadura que no respeta los derechos humanos y
que además, hace ostentación de ello, sin ninguna
vergüenza. Europa, la Unión Europea, la concentra-
ción de valores democráticos, de respeto a la libertad
y el pluralismo, sociedades avanzadas que fijan un
modelo al que todos quieren seguir, encontró en el
régimen de Castro una anomalía histórica que pena-
lizaba a los cubanos impidiendo su pleno desarrollo
económico y social.
174 Economía cubana: La oportunidad perdida

Durante los años que el gobierno del PP dirigió la


política exterior española, y las relaciones con la
Unión Europea, las autoridades castristas, lejos de
asumir sus errores y abrir puertas al diálogo, jugaron
al desencuentro con la Unión, y descubrieron un nue-
vo frente al que culpar de sus errores e ineficacias.
La Unión Europea no cayó en el error, y mantuvo su
actitud básicamente en las sanciones, la restricción a
las visitas oficiales y la invitación a disidentes a las
embajadas, hasta que otros acontecimientos vinieron
a dificultar el consenso alcanzado entre los países.
La llegada al poder de los socialistas en España en
2004 terminó por reorientar la política, entrando en
una fase como la actual a partir de enero de 2005, en
la que se hace preciso reordenar las ideas.
El mes de junio va a ser crucial. Con las cárceles
cubanas más llenas de presos políticos que nunca, y
una nueva concentración de poder totalitario sobre
la sociedad y la economía, es necesario que la Unión
Europea lidere una estrategia hacia el régimen cas-
trista. La iniciativa checa de impulsar una política
decidida hacia Cuba, y otras dictaduras, por parte de
la Unión Europea es un motivo de satisfacción y un
primer paso importante. Sobre todo, si se tiene en
cuenta que se trata de un país que ha vivido situa-
ciones similares de opresión en el pasado, y que tras
unos años de incertidumbre, ha pasado a integrarse
como socio de la Unión.
Varias cosas es preciso atender, y todas ellas igual-
mente importantes. No sería bueno que Javier Sola-
na, representante de la Unión Europea para la política
Elías Amor 175

exterior, condicionase la política hacia Cuba en


términos de ideología de partido. No cabe duda que
la influencia de Ferraz ha de llegar, pero existen en el
socialismo español dirigentes como Ramón Jáuregui
o Trinidad Jiménez, que muestran su desprecio hacia
el castrismo y lo que representa en la actualidad,
por lo que sería bueno que esa posición se abriera
más espacios dentro del partido. Por otra parte, la
disidencia en el exilio debe continuar su trabajo,
abriendo nuevos espacios y foros al diálogo con los
dirigentes de los países de la Unión más próximos
a la causa de las libertades en Cuba, tratando de
explicar el sufrimiento que padecen los opositores
cubanos dentro de la Isla, lo que justifica un trato más
favorable desde el exterior. La imposición de san-
ciones a la Isla, reclamada por los grupos disidentes
que operan dentro de Cuba, debe ir acompañada de
una estricta vigilancia por las cancillerías europeas
de cualquier indicio de represión, como respuesta
por parte de las autoridades castristas.

Cubaliberal, 25/06/2006.
En torno a la situación
de la economía cubana
en 2005

El último Informe de CEPAL, que hace el número 58


de la serie Estudio económico de América Latina y
el Caribe, publicado recientemente, viene a mostrar
una serie de datos relativos a la economía cubana que
no dejan de sorprender al lector. Para comenzar, tras
la polémica abierta el pasado año con la estimación
realizada por las autoridades del régimen de Castro
sobre el crecimiento de la economía cubana, que
fueron cuestionadas por los expertos de la CEPAL, la
institución parece haber adoptado una decisión salo-
mónica, y lejos de hacer suyos los datos elaborados
por la Oficina Nacional de Estadística de Cuba, se
limita a mencionarlos, sin más, lo que no ocurre con
ningún otro país de América Latina, que aceptan de
buen grado las estimaciones del crecimiento que los
economistas de este prestigioso instituto realizan de
cada país. Pero como siempre, el régimen de Castro
tiene que salirse con la suya, y esta vez, ha vuelto a
suceder, por lo que es preciso advertir al lector que
Elías Amor 177

las estadísticas relativas al crecimiento económico


de Cuba son elaboradas por el régimen, lo que les
resta esa credibilidad y rigor que debe caracterizar a
la información económica como base para el análisis
y la adopción de decisiones.
Teniendo en cuenta estas cuestiones, que seguro
deberán resolverse en el futuro para que la econo-
mía cubana se aleje de la propaganda y la incerti-
dumbre, el Informe de CEPAL aporta una serie de
datos que merecen ser observados y analizados a
fin de determinar en qué momento se encuentra la
economía cubana, y en qué medida los procesos de
centralización económica y monetaria están dando
los frutos buscados.
CEPAL destaca que en 2005, y por segundo año
consecutivo, las cuentas externas de la economía
cubana han vuelto a registrar una posición favorable
con superávit en la balanza por cuenta corriente y en
la correspondiente a capitales, lo que ha permitido
aumentar las reservas internacionales. No cabe duda
que ésta es la consecuencia directa más importante
del intenso proceso de centralización económica
y monetaria iniciado por las autoridades a finales
de 2004, en un intento de frenar cualquier proceso
de liberalización de la economía. Además, estos
datos se producen precisamente en un ejercicio en
que disminuyen las remesas de los exiliados a sus
familias, y en el que vuelve a descender el número
de negocios conjuntos con empresas extranjeras, que
pasa de 313 en 2004 a 287 en 2005, manteniendo la
tendencia claramente a la baja de los últimos años.
178 Economía cubana: La oportunidad perdida

Además, las exportaciones de la economía cubana


aumentaron un 19,3% (casi todo níquel y a China,
y, en menor grado, medicamentos, tabaco y azúcar)
frente a una expansión notable de las importaciones
que crecieron un 25,2% en 2005 respecto al ejercicio
anterior. Es evidente cuál es el origen de esa mejor
posición externa de la economía cubana que ya con-
centra el 50% de sus intercambios comerciales con
América Latina, irrumpiendo claramente Venezuela
como principal socio suministrando 90 mil barriles
diarios de petróleo, con un valor estimado de 1.800
millones de dólares, más de dos veces el saldo de la
balanza de capitales de la economía. Los negocios
con China, de igual modo, han aumentado en 873
millones de dólares en 2005. Europa ve perder su
posición global en los intercambios con Cuba, y sólo
alcanza el 29% del total, frente al 40,6% registrado
en 2000. Como consecuencia de estos procesos, la
composición de la deuda externa se ha beneficiado
de una menor presión del corto plazo, lo que ha
otorgado un respiro al régimen frente a las presiones
de los acreedores.
Otro dato relevante: sigue aumentando la cantidad
de dinero en circulación, en especial la liquidez en
manos de la población en su definición del agrega-
do M2, que registra un crecimiento del 35,5%, sin
que los datos oficiales permitan trasladar aún sus
efectos sobre los precios. Los ciudadanos mantie-
nen unas posiciones en efectivo muy elevadas que
apuntan a un mayor poder de compra, y que tiene
su origen en las medidas adoptadas para centra-
Elías Amor 179

lizar el sistema económico. Así, los saldos de las


cuentas bancarias en dólares se redujeron un 57%,
mientras que las cuentas en pesos convertibles se
multiplicaron por tres y las que se registran en pe-
sos cubanos un 35%. La presión de las autoridades
sobre el dólar estadounidense y el intento de elevar
la cotización del peso convertible, dan sus frutos
con una mayor tenencia de dinero en circulación
que apunta a la precaución de los ciudadanos. Las
medidas monetarias han tenido efectos en términos
macroeconómicos, pero están causando graves
daños a nivel micro. En un reciente artículo, el eco-
nomista cubano Oscar Espinosa Chepe mantenía
que la inflación continúa acelerándose en la Isla,
y yo suscribo esta tesis, ya que si bien los precios
en moneda nacional aumentaron en 2005 solo un
3,7% su componente en divisas, según CEPAL, lo
ha hecho en un 5%. El descontrol monetario, al que
el Banco Central de Cuba no consigue poner freno,
ha tenido que enfrentarse igualmente a una serie de
alzas salariales decretadas por el gobierno durante
el pasado año, en concreto en los meses de mayo
y diciembre y que afectaron a unos 4 millones de
trabajadores. En cualquier caso, dados los bajos
niveles retributivos de la población, el Informe de
CEPAL señala que, pese a la favorable coyuntura
exterior, la agudización de la escasez de bienes
y servicios que padece el país, a la vez que una
expansión de los mercados informales y un nuevo
descenso de la productividad del trabajo, han vuel-
to a mantener a la economía en un bajo perfil de
funcionamiento y con unos síntomas de ineficacia
180 Economía cubana: La oportunidad perdida

y de incapacidad para afrontar los verdaderos pro-


blemas pendientes.
Uno de ellos, por ejemplo, fundamental: la vivienda.
Se siguen retrasando los planes para la construcción
de 150 mil viviendas que deben servir para mejorar
las condiciones de vida de la población, y aunque el
sector de la construcción ha aumentado un 18,9%
según datos oficiales, buena parte de ese crecimiento
se debe más a la recuperación de infraestructuras
turísticas dañadas total o parcialmente por los hura-
canes en años anteriores. Al igual que en el Informe
de finales del pasado año, el régimen cubano insiste
en que el capítulo más expansivo de la economía son
los denominados «servicios comunales, sociales y
personales» que reportan un aumento del 28% como
consecuencia de la prestación de servicios profesio-
nales (atención médica, educación, cultura, deportes)
a diversos países como Venezuela, en tanto que su
impacto sobre el territorio nacional debió ser más
bien limitado. El Informe adjudica igualmente un
benéfico resultado al turismo internacional, con un
crecimiento del 12,3%, si bien este dato tiene que
ser revisado en profundidad si se tiene en cuenta
que los índices de ocupación han descendido del
63,5% en 2004 al 55,7% en 2005, posiblemente
ello tenga que ver con un aumento del número de
plazas en hoteles y albergues. En cualquier caso,
los ingresos por turismo, en la balanza de servicios,
con un aumento del 10,7% lo hicieron en menor
medida que el capítulo de las importaciones, como
ya se ha señalado.
Elías Amor 181

En suma, nada bueno para los cubanos. Es una lás-


tima que no se aproveche mejor la coyuntura para
impulsar los cambios necesarios para la economía
y el país.

Presslingua, 26/07/2006.
La oportunidad perdida

En los últimos días, el mundo se ha visto conmovi-


do por la noticia procedente de Cuba. Fidel Castro,
después de 47 años en el poder, delegaba todas sus
funciones en un equipo de personas directamente
relacionadas con él, encabezado por su propio
hermano Raúl Castro. La razón, una operación
asociada a problemas intestinales provocados por
estrés acumulado. Y hasta aquí, todo lo demás, es-
peculaciones. Cuando Carlos Valenciaga daba por
la televisión cubana el comunicado escrito por el
propio Castro, seguro tenía claro que estaba ante la
noticia del verano de 2006. Y las consecuencias no
han defraudado a las expectativas.
No me propongo analizar los innumerables artículos,
crónicas, reportajes, programas de radio y televisión,
que se han realizado en los últimos días para tratar de
reflejar la información procedente de Cuba. Tiempo
habrá para ello, si como también se informa desde
la Isla, la recuperación de Castro se va a producir
Elías Amor 183

antes de lo esperado, y la posterior recuperación de


sus poderes delegados volverá a trasladar al exterior
la misma imagen que en el pasado.
Sin embargo, los días transcurridos desde la noticia
difundida por el jefe de gabinete Valenciaga, hasta
hoy mismo, nos han permitido analizar con detalle
la debilidad de las instituciones políticas cubanas, la
fragilidad de los equilibrios internos y el caos en que
se puede ver sumido el país en su funcionamiento
interno, una vez que Castro finalmente deje de exis-
tir, lo que a todas luces puede ocurrir en cualquier
momento inesperado.
Vayamos por partes. La debilidad de las instituciones
políticas cubanas ha sido más que evidente. El silen-
cio se ha adueñado de todos trasladando una falsa
sensación de calma y tranquilidad que no se corres-
ponde con el clima observado en amplios sectores
de la población que carecen de cauces para la libre
expresión. No se ha pronunciado ninguna organiza-
ción de la inexistente sociedad civil de la Isla, salvo
la Iglesia católica, en su potestad de pedir a Dios por
la salud de Castro. Ni las asociaciones de masas,
de trabajadores, los sindicatos, las asociaciones de
mujeres, los pioneros, nadie, absolutamente nadie
ha dicho nada. El silencio, cuyo instigador principal
ha sido el propio Raúl Castro, ha servido para medir
las distancias, apreciar las correlaciones de poder y
comprobar, por ejemplo, que Pérez Roque carece
de influencias políticas, o que Lage, en el mejor de
los casos, ha hablado siguiendo los guiones que le
han venido marcados desde el entorno de Castro.
184 Economía cubana: La oportunidad perdida

Este silencio oscuro, y en cierto modo resultado de


la represión acrecentada, que ya dura demasiado y
que ha permitido comprobar a los cubanos que se
pueden enterar mejor de las cosas que pasan en la
Isla prestando atención a los medios globales que
luchan contra la represión informativa en Cuba, es
un aspecto a tener en cuenta cuando de verdad se
inicie la transición.
En cuanto a los equilibrios internos, el equipo de
jerarcas comunistas y técnicos que han heredado el
poder del dictador, lejos de actuar de forma cohe-
sionada y ordenada, se ha encontrado en un callejón
sin salida, incapaz de reaccionar, una vez que se
han roto los hilos de comunicación con el entorno
de Castro. Ni siquiera Raúl ha tenido algo que de-
cir trasladando la imagen de inacción y parálisis.
La palabra de Castro está por encima de cualquier
elemento institucional o político, lo que pone de
manifiesto la terrible orfandad de los herederos de
Castro, y anuncia en qué medida, están dispuestos
a despojarse de la herencia envenenada que les deja
el patriarca, una vez pase a mejor vida.
Y después, lo que más me preocupa como economis-
ta. Mucho se ha intentado definir paralelismos entre
la situación de la Isla y los orígenes de la transición
a la democracia en España. De momento, muy poco
tienen que ver ambos procesos, y ya hay algún ana-
lista que empieza a dibujar lo que se podría definir
como la «línea cubana a la democracia». Me pre-
ocupa comprobar que en estos días las autoridades
económicas de la Isla, que tienen responsabilidades
Elías Amor 185

concretas en la mejora continua de las condiciones


de vida de la población y en el crecimiento a corto
y medio plazo de los distintos sectores productivos,
también se han dedicado a practicar el silencio. Ni
siquiera el gobernador del Banco de Cuba, Francisco
Soberón, ha dicho algo al respecto, aprovechando
su participación en el grupo de herederos del poder
de Castro. Mucho me temo que este escenario de
inacción puede ser nefasto para la economía cubana
en el futuro próximo, pero más aun en el presente, si
se tiene en cuenta el favorable estado de la economía
Latinoamericana según el Informe de CEPAL (nú-
mero 58, julio) lo que debería servir de estímulo a
los responsables de la economía cubana para tratar de
adoptar políticas más eficaces para obtener provecho
de esa mejoría de los indicadores básicos a nivel
regional. No creo, sinceramente, que en Cuba haya
nadie pensando en estas cuestiones actualmente, y
a tenor de lo que hemos visto, cuando desaparezca
realmente Castro, la situación puede ser incluso peor.
Tiempo habrá de comprobarlo.

Cubaliberal, 9/08/2006.
Ramiro Valdés
y los cambios
en las empresas

Los ceses fulminantes de altos cargos en empresas


dependientes del Ministerio de Informática y Comu-
nicaciones que dirige desde no hace mucho tiempo,
Ramiro Valdés, son crónica de historia anunciada.
Cuando se supo que el antiguo dirigente revolu-
cionario volvía a funciones de vanguardia política,
en un departamento estratégico para el futuro de la
Isla y que reporta notables ingresos a la economía;
y más aun, cuando Fidel Castro, en un momento
especialmente delicado para su salud, no veía con
buenos ojos la parsimonia con que su hermano venía
dirigiendo los intereses en los que había delegado
sus funciones, los analistas entendieron que se había
puesto fin a la calma chicha, y que en poco tiempo,
el régimen volvería a enseñar sus peores rasgos
históricos.
Y así ha sucedido. Ramiro Valdés no permite, según
versión oficial, que los directivos de las empresas del
Elías Amor 187

sector de las nuevas tecnologías, hagan operaciones


que no se puedan inscribir dentro de la ortodoxia
del régimen. Y los ceses fulminantes llegan, sustitu-
yendo a los responsables de estas empresas por sus
segundos en el orden jerárquico, en un intento de
dar un claro mensaje. Poco importa que estas deci-
siones puedan provocar situaciones de crisis en las
empresas. El castrismo no va a permitir que nadie,
absolutamente nadie, se salga del guión establecido,
aunque ello suponga pasar de una situación de sol-
vencia a otra de crisis o quiebra por una deficiente
gestión empresarial.
Cierto es que durante décadas, los empresarios ex-
tranjeros que han apostado por realizar operaciones
económicas y comerciales en la Isla han observado
que el comportamiento de la dirigencia empresarial
en la Isla iba acompañado de un doble diálogo, de
modo que el afán manifiesto por lo moderno, valioso
y el contacto con las sociedades modernas y demo-
cráticas de Occidente, tropezaba con las exigencias
cuasi militares, totalitarias y de inspiración comu-
nista, con las que tenían que convivir en el día a día
de la Isla. Estos directivos de empresas estatales
cubanas, embarcados en negocios con empresas
españolas, canadienses, italianas o alemanas, proce-
dían del ejército o de la seguridad interior, o de la alta
burocracia político administrativa del régimen, los
menos. En cualquier caso, desde hace décadas, han
sido numerosos los episodios en los que el castrismo
ha desposeído de sus cargos a dirigentes a los que se
acusaba, sin más, de prácticas no compatibles con
188 Economía cubana: La oportunidad perdida

el régimen, condenándolos después al ostracismo.


Muchos de ellos, obligados finalmente a elegir la vía
del exilio. Y lo cierto es que en la mayoría de los
casos, estas «vendettas» políticas, poco tenían que
ver con las justificaciones oficiales, y en general, se
correspondían con los distintos escenarios que ha ido
atravesando un régimen que dura casi cinco décadas.
La cuestión que se plantea entonces es, ¿van a seguir
estos ceses?, ¿se van a recrudecer las agresiones del
sector comunista duro, a los sectores más abiertos y
proclives a los cambios? Son aspectos que vendrán
condicionados por la disponibilidad externa de re-
cursos por parte de la economía cubana. Mientras
que la obtención de divisas procedentes del petróleo
venezolano no resulte problemática, no cabe la más
mínima duda que la ortodoxia del régimen va a con-
tinuar desplazando a los «aperturistas» para situar
a los más fieles y respetuosos con las directrices
oficiales. Este es un momento propicio para ello.
Durante el denominado «período especial», movi-
do por la necesidad imperiosa de obtener recursos
financieros donde y como fuera, Fidel Castro se vio
obligado a bajar la guardia y aceptar medidas libera-
lizadoras que en muchos casos ya se han suprimido
en el último año y medio. Muchos creyeron, sin em-
bargo, que aquella vía era imparable y que no tenía
vuelta atrás e incluso, para algunos analistas, podía
ser una buena base para la transformación progresiva
de la Isla en una economía de mercado democrática.
La experiencia nos muestra lo contrario. La gran con-
tribución del mandatario venezolano Hugo Chávez
Elías Amor 189

a la causa de las libertades en Cuba es precisamente


provocar su freno, y alimentar a Castro desde la
cama de su hospital, para seguir provocando ceses
en aquellos que no mantienen la lealtad a ultranza,
valiéndose para ello de peones como Ramiro Valdés.
Y aquí surge la última cuestión, y no por ello menos
importante: ¿Está trasladando este mismo mensaje
a su hermano Raúl?

Cubaliberal, 29/09/2006.
En busca de una solución
al conflicto de los
balseros cubanos

En plena temporada de ciclones, y con las cadenas


de radio y televisión informando sobre el daño letal
de los huracanes Katrina y Rita, la huida de balseros
cubanos no disminuye. Este es un dato importante
que viene a confirmar dos aspectos que resultan
evidentes: Primero, que la situación en la Isla es
insostenible; y segundo, que durante cuarenta y seis
años, continúa la huida del régimen de Castro hacia
las playas de la Florida, sin que nada ni nadie pueda
poner fin a este drama.
Respecto a la primera cuestión, diversos informes
vienen insistiendo desde hace algún tiempo que la
capacidad del gobierno cubano para hacer frente a
las graves tensiones internas que el ciclo económico
está provocando se basa solo en represión y más
represión. El auge de la inflación, por primera vez
en décadas de economía planificada, y con ello la
pérdida de capacidad adquisitiva de la población que
está al margen de los circuitos en los que funciona el
Elías Amor 191

dólar, está creando un malestar creciente en sectores


sociales que, hasta la fecha, se habían mostrado
favorables al régimen castrista.
Esta novedosa desafección está avanzando de for-
ma progresiva en aquellos segmentos sociales que
carecen de acceso al área del dólar, que no tienen
vías de obtener divisas para su cambio en pesos
convertibles, y por tanto, que han tenido, hasta la
fecha, menos vínculos con el exilio. En definitiva,
son las generaciones que en algún momento, han
creído en la «revolución» y sus fracasados ideales.
La sensación de frustración y de que la situación
puede ir a peor, está provocando la crítica abierta y
sin temores en las calles, en las colas, en cualquier
concentración ciudadana, a las autoridades; y ello ha
obligado a concentrar los esfuerzos de propaganda
de la «batalla de las ideas» aumentando una presión
sobre los medios de comunicación controlados por el
gobierno, que parece tener escasa efectividad sobre
estos sectores muy críticos con el régimen político.
Cualquier turista que haya viajado este verano a
Cuba ha podido observar que la población critica
abiertamente al régimen y que los instrumentos
de represión, aun cuando no rebajan su vigilancia,
permanecen inertes ante el clima creciente de cris-
pación.
Lo peor está por venir. Los analistas de la coyuntura
sociopolítica en la Isla contemplan con preocupa-
ción que el recurso, siempre fácil, al presupuesto
de gastos públicos, parece una vía agotada, y sólo
el petróleo de Venezuela puede servir para hacer
192 Economía cubana: La oportunidad perdida

frente a los compromisos y las presiones que está


recibiendo el régimen. De ese modo, para estos
sectores sociales que han visto fracasado su com-
promiso con las estructuras políticas del castrismo,
la única salida posible es el exilio, la huida en balsa,
sobre todo cuando se comprueba que su boleta no
está entre las oportunidades que ofrece la oficina de
migraciones norteamericana.
Con respecto a la segunda cuestión, el continuo
flujo de balseros cubanos al sur de la Florida en los
últimos 46 años no parece cesar. Es éste quizás uno
de los últimos reductos de la «guerra fría». En ese
sentido, me inclino a pensar que la huida de balse-
ros de Cuba tiene mas en común con los intentos
de saltar el muro de Berlín en los años 60, 70 y 80
del siglo pasado, que con las pateras de ciudadanos
subsaharianos que llegan a las costas de Andalucía,
o los cargueros con ciudadanos del Este de Europa
que desembarcan cerca de las playas italianas en los
últimos años. Las actuaciones emprendidas por la
administración norteamericana, dirigidas a frenar y
controlar la llegada masiva de personas que huyen
del régimen de Castro en demanda de libertad y me-
jores condiciones de vida, suelen producir incidentes
desagradables como el sucedido recientemente con
la guarda costera de Florida, que ponen de manifiesto
que sólo una de las partes parece esta comprometida
con las políticas en vigor.
En el pasado, no hace muchos años, bien cono-
cida era la persecución que el régimen castrista
aplicaba sobre los que buscaban salir del país.
Elías Amor 193

Episodios dramáticos, con pérdidas copiosas de


vidas humanas inocentes en muchos casos, como
el remolcador 13 de marzo, están muy presentes en
la memoria histórica de los cubanos. Sin embargo,
tras el «maleconazo» la posición del régimen cam-
bió, y la presión sobre los que escapan del país,
disminuyó notablemente, incluso algunos analistas
contemplaban una cierta promoción de la huida por
las autoridades. Castro, presionado por un clima de
malestar creciente, encuentra en la fuga de balseros
una válvula de escape para la tensión interna, en
tanto que el objetivo de provocar una ruptura social
tropieza con los mecanismos de autoprotección del
régimen, bien conocidos hasta la fecha.
Estamos así ante un escenario de desconcierto. Por
un lado, Castro que no obstaculiza la salida de bal-
seros. Por otro lado, las autoridades norteamericanas
que tratan de mantener unas políticas federales en
materia de inmigración. Un conflicto que carece de
solución, y que exige adoptar decisiones en la línea
correcta. Este problema no se va a resolver con más
bloqueo para el régimen, ni tampoco con una presión
sobre los balseros que huyen del desastre, aún a ries-
go de perder sus vidas en el estrecho de la Florida.
Se hace necesario, hoy más que nunca, reflexionar
a escala iberoamericana sobre este grave fenómeno
que no parece tener una fácil solución. Los dirigentes
democráticos del continente, que muy pronto se van
a reunir en Salamanca para impulsar los trabajos de
la cumbre iberoamericana, tienen en el conflicto de
los balseros cubanos un asunto de notable relevancia
194 Economía cubana: La oportunidad perdida

social, anclado en la «guerra fría» y que es una ver-


güenza para todas las personas de buena voluntad,
sobre todo que no merecen los cubanos que preten-
den vivir en libertad, y que exige tratar de encontrar
la mejor solución. Quizás sea una petición difícil de
atender, pero estamos a tiempo de plantear una vía
adecuada para evitar que los cubanos tengan que
sacrificar sus vidas para escapar de un régimen po-
lítico que no les ofrece libertad, ni futuro. Y que sin
embargo, estará presente en la cumbre de Salamanca.

Presslingua, 15/10/2006.
Viaje al corazón de Cuba

Sin duda, la literatura sobre Cuba no deja de au-


mentar en España. Los trabajos que se han venido
publicando en los últimos años no sólo reflejan el
interés por la situación actual en la Isla y sus pers-
pectivas de futuro desde diferentes perspectivas,
sino que se observa un importante aumento de la
calidad de los mismos, con aportaciones que vienen
a cubrir lagunas previas y a aportar luz adicional
para interpretar lo que, inevitablemente, terminará
produciéndose en aquel país.
Viaje al corazón de Cuba es el último trabajo de
Carlos Alberto Montaner, presidente de la Unión
Liberal Cubana, escritor, periodista, brillante analista
y, sobre todo, amigo por el que siento un aprecio
especial. De ahí que la reseña de su libro se con-
vierta en una tarea apasionante que me produce una
especial satisfacción personal. Considero que este
trabajo será una pieza fundamental para conocer en
profundidad e interpretar por la vía correcta muchos
196 Economía cubana: La oportunidad perdida

de los acontecimientos que rodean ese entorno mis-


terioso de la coyuntura política en Cuba.
Se podría decir que el libro resume en una prosa
amena, atractiva y de fácil lectura, los últimos cin-
cuenta 50 años de la historia cubana, o lo que es lo
mismo, de la historia de Fidel Castro. Porque Mon-
taner sabe que Castro es, por desgracia, elemento
central en la trayectoria del hecho social cubano
del siglo XX y, aunque su desaparición significará
en términos históricos un breve espacio de la vida
insular, la generación que ha tenido que convivir
con él, difícilmente podrá olvidarle, o empleando
sus mismos términos, darle una absolución. Desde
esta perspectiva, el libro es recomendable para los
lectores que deseen acercarse a la realidad cubana
desde una perspectiva democrática, occidental y
liberal, y quizás por ello, crítica, ya que a estas altu-
ras del castrismo va siendo cada vez más difícil que
aparezcan defensores de quien sólo se mantiene en
el poder por vocación de poder. Sin embargo, Viaje
al corazón de Cuba es mucho más.
Ante todo, se podría decir que es un análisis psicoló-
gico y profundo de la personalidad de Fidel Castro.
Buena parte del libro va dirigido a desentrañar las
claves necesarias para conocer al joven estudiante
del colegio Belén, hijo del emigrante gallego Ángel
Castro. Del estudiante universitario pistolero y de
talante aventurero que fue sacrificando vínculos
personales y relaciones, con el objeto de llegar a La
Habana el 1 de enero de 1959, expulsando del poder
a quien había alterado el orden de la República de-
Elías Amor 197

mocrática y constitucional, se accede al dirigente que


se embarca en un proceso revolucionario comunista
que reforzaba su ego, desproporcionado y altivo,
hasta llegar al viejo terco que resiste y se niega a
reconocer que está acabado, al igual que las ideas que
ha venido defendiendo a toda costa y contracorriente
durante cincuenta años.
Ese ensayo psicológico de la personalidad del Máxi-
mo Líder tiene un complemento en el análisis crítico
de los denominados «grandes logros de la revolu-
ción» a los que Montaner cuestiona desde una doble
perspectiva: la intelectual liberal, en la que posee
argumentos de sobra, y la geopolítica, consecuencia
de la opción castrista por el bloque soviético en la
etapa de guerra fría, alterando el curso de la historia
y del equilibrio que había venido caracterizando a
América Latina desde la independencia de los esta-
dos nacionales en el siglo XIX. La descripción de
este proceso se encuentra en el capítulo V del libro
titulado precisamente «Los fines, los medios y los
logros». Para los que tuvieron ocasión de experimen-
tar en propia carne los «ensayos» revolucionarios
castristas, este capítulo sinceramente no tiene des-
perdicio. La explicación de las campañas de los niños
en el campo y sus secuelas sobre la destrucción de la
familia en Cuba y la generación de la promiscuidad,
es un buen ejemplo de ello.
De igual modo, el libro contiene un exhaustivo
análisis de la otra Cuba, la del exilio, la diáspora
que ha alcanzado posiciones de poder económico y
político en Estados Unidos que ningún otro colectivo
198 Economía cubana: La oportunidad perdida

ostenta, a partir de un esfuerzo abnegado y la ruptura


con el pasado. No deja de ser curioso ese análisis
que realiza Montaner entre el emigrante gallego
que trabajó intensamente en la Isla durante décadas
para alcanzar una posición económica holgada, y
que terminó siendo expropiado por Castro, y sus
herederos que se vieron obligados a abandonar Cuba
para instalarse en Miami y trabajar jornadas de 10
horas en las factorías textiles para sacar a sus hijos
adelante, hoy convertidos en profesionales y directi-
vos del Estado de la Florida. Esa Cuba del exilio es
la que contrasta Montaner con la que vive detenida
en la Isla, sin expectativas de futuro.
Me gustaría señalar, igualmente, que otras de las
aportaciones importantes de este trabajo es la
abundante bibliografía utilizada por el autor que,
sin duda, resultará de interés para aquellos que de-
seen profundizar en el análisis de la problemática
cubana. La mera enumeración de estos trabajos
pone de manifiesto que la obra se encuentra bien
documentada, y que los testimonios recogidos son
consistentes y están a prueba de cualquier juicio de
valor. De igual modo, los cubanos encontrarán en
el libro numerosas referencias de personas citadas
por Montaner, testimonios muchas veces vivos,
recogidos directamente por él, que dotan al trabajo
de una cierta perspectiva antropológica, resultando
difícil no encontrar a alguien conocido.
Finalmente, no quiero dar por terminada esta breve
reseña sin comentar, tan solo brevemente, la atractiva
portada del libro. Un desplegable que reproduce un
Elías Amor 199

dibujo naif que refleja fielmente la situación actual


cubana. Castro, acompañado del Che y Marx, con-
duce complacido, aparentemente ajeno a la realidad,
un espectacular coche norteamericano de los años
50, de esos que aún circulan milagrosamente por
las calles cubanas. Atado con una cuerda al coche
se encuentra un carromato destartalado en el que se
encuentran un miliciano, una jinetera y un balsero,
con su cámara de goma al cuello y que hace la «V»
de la victoria. La Cuba oficial y la Cuba «real».

.Carlos Alberto Montaner


Barcelona, Plaza y Janés, 1999, 285 pp.

Publicado en: Revista Hispano Cubana, No. 6


Balance de la economía
cubana en 2006:
Análisis y perspectivas

Una vez más las autoridades cubanas han vuelto a


dar la nota en materia de asuntos económicos. Al
igual que el pasado año, cuando la CEPAL se negó
a dar por válidas las cifras relativas al crecimiento
de la economía de la Isla en 2005, esta vez ha vuelto
a ocurrir el mismo incidente, lo que lejos de aportar
serenidad al análisis económico, reafirma la clara
apuesta del régimen castrista por ofrecer una imagen,
al menos desde las cifras, que no se corresponde con
la realidad de pobreza, miseria y penuria que cual-
quier observador puede precisar al viajar a la Isla.
Pero vayamos por partes. En primer lugar, destacar
que, como viene siendo habitual durante el mes de
diciembre de cada año, el equipo de prestigiosos
economistas de la CEPAL ha vuelto a publicar el
documento «Balance preliminar de las economías
de América Latina y el Caribe», en el que se realiza
un análisis detallado de las tendencias registradas
en los principales indicadores de los 33 países de
Elías Amor 201

la región. Un Informe que permite observar, por


ejemplo, que en los dos últimos años, y en referencia
a la variación del Producto Interior Bruto, no cabe
duda que el continente se encuentra inmerso en
una etapa de expansión, con una variación para el
ejercicio en curso del 5,3%, animado por un entorno
internacional favorable que tira de las exportaciones
y que facilita las compras en el exterior a través de
una mejor relación real de intercambio. Crecimien-
to económico que ha ido acompañado de mayores
inversiones en infraestructura, así como también de
una menor tensión en la evolución de las variables
monetarias, lo que ha permitido aumentar el empleo
y el nivel de renta real y consumo en la práctica
totalidad de países. 
Dicho esto, que cabe referir al conjunto de la eco-
nomía de la región, el Informe presta atención por
separado a cada uno de los países, y como no cabría
de otro modo, a pesar de las dificultades para definir
un modelo estadístico común con las autoridades de
Cuba (algo tan simple para los economistas profesio-
nales) el análisis de la economía de la Isla introduce,
como viene ocurriendo en tantas ocasiones, una serie
de ejemplos de la mala gestión de la economía y de
la incapacidad para sacar provecho de un momento
coyuntural muy favorable. 
Así, por ejemplo, los datos permiten observar que el
régimen ha seguido concentrando sus operaciones
comerciales con el exterior en sólo dos países, bási-
camente, Venezuela y China, cuando precisamente
la tendencia a nivel regional es la contraria, es decir,
202 Economía cubana: La oportunidad perdida

diversificar fuentes de aprovisionamiento y de venta


de los productos. Con Venezuela, servicios de salud
y educación, origen de la polémica en la valoración
del Producto Interior Bruto con CEPAL, ya que el
régimen cubano insiste en aplicar unos métodos que
a nivel internacional no se pueden aceptar; y con
China, básicamente minerales, como níquel, cuyo
precio ha experimentado un fuerte aumento durante
el año en curso. Acuerdos comerciales que no tienen
su origen en la competitividad, sino en los pactos
políticos y la «solidaridad». Y poco más.
Esto explica que el saldo comercial situado en 141
millones de dólares, sea muy similar al registrado
dos años atrás, aun cuando es cierto que registre
una mejora respecto al ejercicio de 2005, ese que
las autoridades cubanas quieren presentar con unas
cifras inaceptables para CEPAL. Las reservas in-
ternacionales se han vuelto a estancar, con un saldo
en la cuenta de capital de 500 millones de dólares,
similar a un año antes, lo que no ha servido para cam-
biar la decisión de los bancos suizos UBS y Credit
Suisse de interrumpir sus relaciones crediticias con
el régimen, tras los acontecimientos producidos en
el verano relativos a la salud del máximo dirigente
y el factor de inestabilidad que ello supone.
Como consecuencia, el volumen de dinero en circu-
lación en la economía se ha disparado durante 2006
sin que existan canales eficaces para su traslación a
los sectores productivos empresariales, como ocurre
en otras economías, y como cabe esperar de estos
procesos, una vez más la inflación ha registrado un
Elías Amor 203

nuevo crecimiento, situándose en el 5,5%, una tasa


que supone dos veces y media la registrada dos años
antes, y que no sirve para compensar los aumentos
de salarios que se han decretado por las autoridades.
El auge de la inflación llega, además, en un ejercicio
en el que los deberes en materia de asuntos econó-
micos se han dejado sobre la mesa, sine die, ante la
creciente inestabilidad política producida después
del verano. No se han producido las necesarias
medidas en materia de reformas económicas y la
política económica ha seguido dirigida a denunciar
el bloqueo/embargo, a una presunta lucha contra la
corrupción, con escasos avances, por decir ninguno,
en las inversiones públicas que permitan recomponer
la imagen deteriorada y paupérrima de un país sin
futuro. Las medidas orientadas a reforzar el control
centralizado de la economía se han mantenido sin
cambios, eliminando cualquier posible iniciativa
liberalizadora, lo que muestra que las medidas adop-
tadas durante el denominado «período especial» ya
son pura historia.
A nivel sectorial, una vez más la agricultura vuelve a
registrar un nuevo descenso en las cifras de produc-
ción, el -7%, a pesar, como dice el Informe de CEPAL
de la ausencia de huracanes y del favorable régimen
de lluvias. Las controvertidas decisiones relativas al
sector del azúcar y el régimen de propiedad estatal
siguen lastrando las escasas capacidades productivas
del campo cubano para abastecer a una población en
aumento. La minería, a pesar de la favorable coyun-
tura de precios del níquel, apenas aumentó un 1,5%,
204 Economía cubana: La oportunidad perdida

cifra muy modesta que pone de manifiesto que no


se realizan las necesarias inversiones para mejorar
la productividad de las explotaciones, a pesar de los
fuertes vínculos comerciales con Holanda en este
ámbito. El conjunto de actividades manufactureras
tan sólo aumentó un 2% según el Informe de CEPAL,
lastrado igualmente por la reconversión del sector
del azúcar. El sector turístico vio cómo las cifras
de recaudación se han estancado durante el año, y
las remesas de las familias exiliadas registraron un
descenso significativo, sobre todo, las procedentes
de Estados Unidos. Entonces, con estos datos ob-
jetivos, ¿cómo es posible que la economía cubana
registre un crecimiento del Producto Interior Bruto
del 12,5%, cifra cuestionada y puesta en entredicho
por CEPAL? La respuesta a esta pregunta reside en la
venta externa de servicios, con un aumento del 53%
en servicios profesionales brindados a otros países,
sobre todo Venezuela, Bolivia y Centroamérica.

Diciembre 16, 2006


La economía cubana
a examen

La polémica estimación del crecimiento económico


en Cuba por segundo año consecutivo, y el triunfa-
lismo que el ministro del ramo José Luis Rodríguez
muestra ante la reunión anual de la Asamblea del
Poder Popular, nos obliga a plantear una reflexión
sobre este asunto y tratar de aportar algunas ideas
que sirvan para obtener una idea más realista del
estado y evolución de la economía cubana en los
últimos años.
Para empezar, es preciso cuestionar abiertamente la
cifra oficial de crecimiento ofrecida por las autori-
dades cubanas para el año 2006. No sólo porque lo
hace CEPAL, una institución prestigiosa y especia-
lizada de Naciones Unidas, de la que no se puede
desconfiar, y que ha vuelto a poner en entredicho en
su informe «Balance económico y perspectivas de la
economía latinoamericana» publicado en diciembre
pasado, sino por razones de sentido común y de
respeto a la realidad. Y sobre todo, porque la calidad
206 Economía cubana: La oportunidad perdida

y realismo de las estadísticas económicas cubanas


ha sido un tema recurrente a lo largo de las últimas
décadas que, en absoluto, ha servido para facilitar
el análisis objetivo de la economía.
Ni en el mejor de los escenarios posibles, se puede
aceptar que la economía de la Isla haya aumentado
un 12,5% en 2006 respecto del año anterior. Los
economistas miden el crecimiento económico como
resultado de una corriente real de bienes y servicios
obtenida en un país durante un determinado período
de tiempo, sin tener en cuenta la influencia de los
precios que permite obtener la cifra en términos
monetarios. Esa corriente, desde la perspectiva
estructural, y siguiendo la clasificación clásica de
Colin Clark, está formada por tres grandes sectores:
primario, secundario y terciario. El primario com-
prende la agricultura, pesca y minería, actividades
que en la economía cubana representan alrededor del
20% del PIB. El secundario se refiere a la industria
y construcción, que en Cuba apenas alcanza un
27% del PIB. El terciario, los servicios educación,
sanidad, banca, comercio, seguros, y que representan
un 56% del PIB.
Respecto al sector primario, los datos de la economía
cubana no ofrecen dudas al respecto. Las autoridades
incluso lo reconocen en su Informe a la asamblea del
Poder Popular. La reconversión del sector azucare-
ro emprendida hace algunos años, con el cierre de
centrales e ingenios, y la reducción de la superficie
de cultivo, ha supuesto que la principal producción
del país se mantenga en una tendencia a la baja, con
Elías Amor 207

resultados ciertamente desalentadores, y que influ-


yen en la capacidad de financiación exterior de la
economía. No existen en la agricultura cubana, cuyo
régimen de propiedad y baja productividad actúan
de forma negativa sobre la capacidad de producción,
productos que, a corto o medio plazo, puedan susti-
tuir al azúcar por su importancia absoluta y relativa,
por lo que, en tales condiciones, la aportación de
la agricultura a la producción total, como resalta
CEPAL, ha sido negativa. El otro componente del
sector primario, la minería, especialmente del ní-
quel, se ha beneficiado del aumento de los precios
mundiales, pero los niveles de producción se han
visto estancados por la falta de inversiones orienta-
das a la mejora tecnológica. En tales condiciones,
poco puede esperarse de la contribución del sector
primario al crecimiento económico global, sobre
todo si se piensa en las continuas adquisiciones de
alimentos a Estados Unidos para frenar conatos de
carestía en la población.
La industria cubana, en ausencia de planes espe-
cíficos para la promoción de la biotecnología, la
producción de energías alternativas o la fabricación
de abonos y productos farmacéuticos, entre otros,
sigue siendo la asignatura pendiente del régimen
en 46 años de revolución comunista, en tanto que
el mantenimiento de las empresas depende de las
subvenciones estatales. El Informe a la asamblea
popular reconoce los graves daños que los impagos
y atrasos de las empresas estatales a las empresas
agropecuarias están provocando en el precario
208 Economía cubana: La oportunidad perdida

sistema de intercambios instaurado en la Isla tras


el período especial. Empresas estatales muy mal
gestionadas, sin orientación al mercado y con un
evidente desconocimiento de las reglas de funcio-
namiento de la economía, para las que el régimen
sigue sin alternativa. La construcción de viviendas
al parecer se ha incrementado durante el año 2006,
de acuerdo con los planes del gobierno, pero se tie-
ne la impresión de que estas obras se corresponden
en mayor medida a la recuperación del patrimonio
destruido por los huracanes de los últimos años, por
lo que en modo alguno van a incrementar el stock
de bienes de la economía. En tales condiciones, la
contribución a la corriente real de bienes del sector
industrial se puede considerar modesta, y nunca
superior a un 2%.
El sector terciario, que concentra los servicios, alcan-
za en términos de porcentaje, el 56% del PIB de la
economía, según datos de CEPAL. La controversia
con las autoridades castristas reside aquí, por cuanto
éstas se empeñan en otorgar a los servicios médicos
y educativos que se prestan a través del Estado
totalitario, un valor similar o equivalente al que se
proporciona en otros países por la vía del mercado.
Si se tiene en cuenta que actividades relevantes para
los servicios como el comercio, transportes, banca
o seguros tienen en la economía cubana un nivel
de desarrollo inferior a otros países de la zona, nos
queda sólo la educación y la sanidad, como servicios
a valorar en términos de producción. Y aquí es donde
se produce la controversia, ya que si el sistema de
Elías Amor 209

provisión de estos servicios en Cuba es el Estado,


su valor a efectos de producción nacional se debe
corresponder con la dotación presupuestaria que
el gobierno asigna a los mismos en las cuentas del
Estado. Recurrir al valor de mercado en términos
de imputación de renta y producción es una ficción
irreal por cuanto cabría preguntarse, por ejemplo,
cuántos cubanos podrían acceder a esos servicios
si fueran valorados de forma efectiva en términos
de mercado.
Por lo tanto, desde la perspectiva de la producción
no puede aceptarse que la economía cubana haya
registrado en 2006 un 12,5%, por mucho que lo diga
el ministro Rodríguez. Más aún, si se sigue con aten-
ción la información disponible, la economía cubana
puede haber retrocedido en alguna medida, habida
cuenta que las fuentes que sostienen su avance: los
ingresos por turismo o las remesas de las familias
residentes en el exterior, han registrado un notable
estancamiento durante 2006 por razones de diversa
índole. Es cierto que el apoyo financiero de Venezue-
la se ha convertido, a corto plazo, en una válvula de
escape para las tensiones de la economía de la Isla,
pero esta aportación de rentas no es suficiente para
financiar la capacidad productiva del país que, por el
contrario, tiende a trasladarse al exterior en forma de
educadores, monitores o médicos que residen en los
países donantes y que, por tanto, realizan una parte
importante de su gasto en esos países.
Se hace necesario, en este momento crucial para el
futuro del país, que el debate sobre la situación real
210 Economía cubana: La oportunidad perdida

de la economía de la Isla sea sustituido por un aná-


lisis serio y realista de sus potenciales y debilidades,
paso previo para la adopción de las decisiones que
serán necesarias para orientar su transformación
al mercado. No hacen un favor al futuro de los
cubanos quiénes juegan a manipular las variables
económicas, porque eso afecta a la credibilidad de
la economía, y desde hace décadas, los economistas
saben que ese juego es altamente peligroso y puede
tener consecuencias nefastas.
Esa imagen de «crecimiento a la China» que preten-
den ofrecer las autoridades castristas, no es real, no
es sostenible, ni se observa en la realidad del país,
por lo que cuestionan la base misma del sistema
de información e impiden a los agentes adoptar las
decisiones más relevantes de cara al futuro.

Cubaliberal, 12/01/2007.
Los acuerdos ALBA
de Cuba y Venezuela

La reaparición pública de Fidel Castro acompañado


de Hugo Chávez ha sido uno de los acontecimientos
más comentados en los últimos días, tanto por su
significado político, como por la escenificación, el
cuidado empleado en el tono y las afirmaciones, así
como en la imagen de ambos dirigentes.
La conclusión es inmediata: Venezuela es el prin-
cipal sostén de la economía cubana, paga las cuen-
tas que los distintos sectores de la economía más
improductiva del continente no pueden asumir, y
quiere mostrarlo al mundo, como una metáfora del
trasvase ideológico que el régimen castrista puede
suponer para Chávez. ¡Pobres venezolanos! La que
les espera. Ojalá aparezca al final del oscuro túnel
algo de sentido común, y que la democracia, hasta
ahora impecable, no les juegue la mala pasada que
hemos padecido los cubanos durante tantas décadas.
Tiempo habrá para comprobarlo.
212 Economía cubana: La oportunidad perdida

Sin embargo, en ese encuentro mediático entre Fidel


Castro y Hugo Chávez, perfectamente estudiado
por los expertos de propaganda, hay mucho más
que unas imágenes y palabras de elogio mutuo y en
cierto modo, descoordinadas y casi imperceptibles.
Detrás, y casi pasando desapercibido, lo que hay es la
firma reciente de una serie de acuerdos con contenido
económico muchos de ellos, entre Venezuela y Cuba
como parte del ALBA. Unos acuerdos que la edición
digital de Granma divulgó el pasado 25 de enero, y
que, casi de forma inmediata, desaparecieron. Hay
que preguntarse: ¿por qué, por primera vez, se ofrece
el contenido de estos acuerdos de cooperación con
tanto detalle?, lo que nunca había sucedido antes,
y sobre todo, ¿por qué, casi de forma simultánea,
coinciden con la foto de Castro y Chávez?
Cabe preguntarse si ese no es el precio a pagar por
la foto, o alternativamente, si Chávez necesita de la
imagen de Castro para impulsar las reformas «so-
cialistas» que pretende implementar en Venezuela.
Siempre existirá un margen de duda. Pero el acuerdo
en cuestión desvela algunas pistas interesantes del
momento presente de la economía cubana que quiero
comentar. En primer lugar, que la nueva etapa de
Raúl Castro no ha movido ficha con relación a los
rasgos históricos del modelo intervencionista de la
economía cubana. Se observa la misma despreo-
cupación de las autoridades por la mejora de las
condiciones de vida de la población, su desprecio
por aspectos como la vivienda, que requiere de
decisiones urgentes, o la falta de relación entre las
Elías Amor 213

actuaciones propuestas y el ajuste necesario que


requiere la economía cubana para salir adelante en
el mundo global.
Para muchos, este tipo de acuerdo de cooperación,
que tuvo su etapa de esplendor en la guerra fría
cuando los países comunistas crearon el CAME para
lo que se denominaba «comercio de pajarera», es lo
único a lo que puede aspirar una economía que ca-
rece de orientación, en la que, insisto, las decisiones
de la «etapa Raúl» apenas han supuesto un cambio
con respecto al pasado reciente, en la que no existen
planes específicos para la mejora de las condiciones
de vida pésimas de la población, y en la que, todavía,
el argumento del «embargo» sigue justificando la
ineficacia de los responsables políticos y técnicos.
El acuerdo suscrito con Venezuela comprende 16
proyectos, de los que se pretende que ambos países
obtengan beneficios mutuos, pero como sucede casi
siempre, uno más que el otro. Como cabría esperar, la
mayor parte de los proyectos firmados se dedican al
sector primario, principalmente minería y búsqueda
de reservas de petróleo. Se reactiva el viejo proyec-
to de localizar en el Golfo de México los recursos
hidrocarburíferos, así como actuaciones específicas
en la faja del Orinoco (esta vez en Venezuela) y
también se plantea la explotación de níquel y su
comercialización posterior por medio de empresas
mixtas. Hasta aquí, nada novedoso. Quizás destacar
el acuerdo relativo a la gestión conjunta de bosques
naturales con vistas a la producción de madera, por
medio de la constitución de empresas mixtas.
214 Economía cubana: La oportunidad perdida

Un segundo capítulo se refiere a las acciones en


materia de transporte marítimo, tales como la mo-
dernización y construcción de puertos en ambos paí-
ses, aunque sin concretar dónde; de embarcaciones
menores con atención a los astilleros, y también la
puesta en marcha de una empresa financiera mixta
para la concesión de créditos destinados a la adqui-
sición de buques con destino a los dos países. Todos
estos proyectos de transporte establecen grupos de
trabajo que deberán presentar resultados concretos
en el primer trimestre del presente año.
No sorprende que otros tres proyectos vayan des-
tinados al turismo, de los cuales dos se concentran
en Venezuela (construcción y explotación de un
hotel en Isla Tortuga, y programas de incentivos
para empleados públicos de Venezuela que pasen
sus vacaciones en Cuba) y uno en Cuba con la
construcción de hoteles en tres cayos con un total
de 2.872 habitaciones, lo que confirma que se sigue
apostando por la masificación del producto turístico
sin oferta complementaria.
El resto de proyectos del acuerdo se refieren a te-
lecomunicaciones, con la instalación de un cable
submarino entre Venezuela y Cuba; a energía, con la
instalación y puesta en funcionamiento de una planta
eléctrica de 175 Mw destinada a la producción de
ferroníquel; a la concesión de créditos para la mejora
de infraestructura férrea en la Isla; la puesta en mar-
cha de una empresa de seguros para proteger contra
riesgos activos estatales e inversiones relevantes de
ambos gobiernos; la creación de una empresa para
Elías Amor 215

la producción de acero inoxidable en Venezuela y


tecnología cubana; y la puesta en marcha, también
en suelo venezolano de una empresa de producción
y exportación de arroz a Cuba.
El «comercio de pajarera» venía a justificar la
falta de competitividad de las antiguas economías
comunistas en los mercados mundiales, y su eje-
cución, condicionada a las variables políticas y no
económicas, nunca fue del agrado de todas las partes
implicadas. Este acuerdo en el marco del ALBA
suena una vez más a eso. La resistencia a abando-
nar viejas prácticas comerciales para las que Cuba
siempre ha estado dispuesta, a pesar de sus notables
potencialidades. Lo que menos importa es la calidad
de vida de la población. En la elección entre «ca-
ñones y mantequilla» el régimen comunista cubano
siempre lo ha tenido muy claro. ¿Es un rasgo más
de la nueva etapa Raúl?

Febrero 2, 2007
Pero, ¿de verdad
hay cambios
en la economía cubana?

No cabe duda de que nos encontramos en un momen-


to especialmente importante en lo que se refiere a las
expectativas abiertas en la economía cubana tras la
asunción del poder por Raúl Castro el pasado verano,
cuando su hermano, el dictador Fidel Castro, se vio
afectado por una grave crisis intestinal de la que aún
no se ha recuperado completamente.
El periódico El País en su edición dominical
prestaba atención en un interesante reportaje a la
presencia del ejército en la economía cubana; hasta
el Financial Times en su edición del pasado 15 de
febrero dedicaba en la segunda página un amplio
reportaje a tratar de obtener alguna conclusión vá-
lida con respecto a lo que está pasando en Cuba. En
cualquier caso, estos diarios se apuntan a la tesis que
admite la existencia de movimientos en materia de
asuntos económicos. Una posición que se sustenta
en la propuesta lanzada el pasado mes de octubre
por Raúl Castro, para crear una comisión de asun-
Elías Amor 217

tos económicos encargada de «estudiar en sentido


amplio» los problemas de salud de una economía
que, al igual que su máximo dirigente, se encuentra
inmersa en una grave crisis que le impide desplegar
sus plenas potencialidades.
En contra de la opinión que aporta Financial Times,
pienso que a comienzos de 2007 no existe indica-
dor objetivo alguno que permita concluir que las
condiciones de vida de los cubanos mejoran como
consecuencia de una acertada apuesta de política
económica, y lo que es peor aún; no parece que se
vayan a producir esas mejoras en el horizonte del
medio plazo, por lo que cabe suponer que la situación
en la Isla cada vez puede ir a peor. Raúl Castro no
ha sido capaz de tirar por la borda la herencia de su
hermano, ante la eventualidad de una recuperación
que le obligue a volver al segundo plano de siem-
pre, pero es que, no existe variable alguna que haga
suponer en Raúl Castro esa voluntad de cambio que
algunos, de forma intencionada, le quieren atribuir.
Más bien parece que los resortes de la propaganda
castrista se han encargado de mostrar una vez más
lo que no existe en la realidad, y que los hechos se
encargan de refutar. La designación de Ramiro Val-
dés, al poco tiempo de la enfermedad de Fidel Castro,
es una actuación que, vista desde fuera, significa
justamente la orientación contraria del régimen hacia
la ortodoxia estalinista en la economía, el control y
la ausencia de propiedad privada, la receta perversa
que durante casi 50 años ha convertido a Cuba en
uno de los países más atrasados del planeta.
218 Economía cubana: La oportunidad perdida

Por eso, a riesgo de reproducir una vez más, lo que


en tantas ocasiones ha despertado el interés de los
analistas de la economía cubana, sugiero una re-
flexión a comienzos de 2007 sobre los aspectos que
pueden influir en su estado actual y perspectivas de
medio plazo.
En primer lugar, por mucho que los «revoluciona-
rios» se empeñen en afirmar lo contrario, la política
económica cubana, como parte del conjunto institu-
cional del sistema impuesto por los hermanos Fidel
y Raúl Castro, sigue siendo una política impuesta,
carente de consenso social, sin referencias en la so-
ciedad civil. Una política no negociada, que otorga
un protagonismo excesivo a la planificación centra-
lizada y el control de la propiedad desde el punto
de vista ideológico. No existe otro país en el mundo
que apueste por ese diseño de política económica,
salvo las pocas dictaduras comunistas existentes.
Incluso en China o Vietnam se observa la búsqueda
de un cierto nivel de consenso y aceptación social en
la orientación de determinadas medidas de política
económica.
En segundo lugar, porque se trata de una política
diseñada con criterio exclusivo y excluyente, lo que
significa que, a pesar de los errores cometidos y el
desastre actual en que se encuentra la economía de
la Isla, siempre existe algún referente externo al que
atribuir la responsabilidad de los errores cometidos
y sus consecuencias sobre la carestía, la ausencia de
un conjunto mínimo y adecuado de bienes y servi-
cios para la mayoría de la población (embargo, por
Elías Amor 219

ejemplo). Pero, y he aquí lo peor, tampoco se asumen


las recomendaciones insistentes de organismos y
expertos internacionales de que es preciso cambiar
la orientación de los asuntos económicos, como la
CEPAL, Naciones Unidas, etc., bajo la asunción
errónea de esa vocación de excluir a los demás, de
no hacer caso.
Tercero, porque los déficits de productividad de la
economía se encuentran en la práctica totalidad de
sectores, con independencia del mayor o menor nivel
de profundidad de las reformas introducidas con las
leyes de perfeccionamiento empresarial, a las que el
prestigioso economista independiente Oscar Espino-
sa ha dedicado especial atención recientemente. Le-
jos de analizar en profundidad los motivos reales de
esa baja productividad (falta de inversiones, atraso
tecnológico, escasa o nula innovación, orientación a
actividades sociales de baja productividad) se culpa
a los trabajadores de desmotivación y escasa impli-
cación en sus empleos, mientras que los sindicatos
dependientes del partido comunista aplauden este
tipo de enunciados y se aprestan a más represión en
los puestos de trabajo, en lugar de abrir espacios a la
creatividad, la innovación, la motivación y la eficacia
en el desempeño. Basta simplemente comparar el
estado de la economía cubana en la Isla con lo que
han construido los cubanos de la misma naturaleza
a tan sólo 90 millas al Norte para comprobar dónde
se encuentra la raíz del mal del problema.
Cuarto, porque las autoridades castristas no han
conseguido en todos estos años que Cuba posea una
220 Economía cubana: La oportunidad perdida

definición clara en el nuevo orden económico mun-


dial. Tras el cierre masivo de los ingenios azucareros
tras la última gran «reforma» de Fidel Castro, y con
precios del azúcar en aumento en los mercados mun-
diales, son muchos los cubanos que tratan de com-
prender hasta dónde pueden acumularse los fracasos.
El azúcar, y en menor medida el tabaco, han sido los
productos de mayor volumen de producción en la
Isla, que permitían la prefinanciación de las cosechas
en los mercados internacionales y la aportación de
créditos a la economía cubana procedentes del Club
de París; una vía que lógicamente han cerrado las
autoridades cubanas con la reducción de la produc-
ción de azúcar por decreto. Otro grave error que ha
significado para Cuba quedar sin un espacio definido
en la economía mundial, cada vez más dependiente
de la subvención del petróleo de Venezuela, hasta
que, como sucedió con la soviética tras el derrumbe
del muro de Berlín, se acabe, y entonces venga un
nuevo período especial.
Quinto, porque no existe un adecuado diseño sec-
torial de las políticas económicas. Cuba, al menos
eso parece, tiene un sector turístico importante,
unas innovaciones importantes en biotecnología,
cierto desarrollo y experiencia en producción de
níquel. Podemos preguntarnos, qué tipo de víncu-
los sectoriales existen entre estas tres actividades
productivas. La respuesta es nula. Y ello es muy
grave. Los economistas apostaron por las tablas
input output de Leontieff para fomentar por medio
de políticas económicas adecuadas, los efectos de
Elías Amor 221

«eslabonamiento» entre los sectores productivos,


que permiten a unos beneficiarse del crecimiento
de otros, y viceversa. ¿Se puede afirmar que existe
algún tipo de vinculación entre los sectores más
dinámicos de la economía cubana? Evidentemente
no, y eso es un ejemplo de la inadecuada planifica-
ción del diseño sectorial de la economía. De seguro,
si existieran empresas privadas funcionando, esos
ajustes e interdependencias serían de forma natural,
mucho más productivos que los conseguidos por
planificadores que al parecer entienden muy poco
del comportamiento de los mercados.
Lo anteriormente expuesto es solo una serie de con-
secuencias de casi medio siglo de errores y torpezas
graves en la ejecución de la política económica que,
en mi opinión, Raúl Castro no ha sido capaz de co-
rregir, o siendo menos ambicioso, cuestionar, para
dar una solución a los problemas planteados. No
hay cambio alguno en la situación de la economía
cubana, y los resultados de esa «comisión de asuntos
económicos» de buen seguro van a ser archivados
en el cajón, sobre todo cuando Fidel Castro, artífice
de la centralización antidemocrática de la economía
cubana vuelva al poder, tras su recuperación. La
lucha contra la presunta corrupción, la eliminación
de cualquier síntoma de enriquecimiento en las ca-
pas sociales, la obsesión por mantener a la sociedad
cubana en niveles de subsistencia que la conviertan
en dependiente de las decisiones del poder político
unitario, forman una receta cuyos resultados son bien
conocidos por los economistas.
222 Economía cubana: La oportunidad perdida

Tiempo habrá de observar si se dan pasos en la di-


rección adecuada, y desde luego, la comisión creada
por Raúl Castro en octubre está tardando mucho
en informar de sus trabajos. Muchas y muy graves
deben ser las presiones que estarán recibiendo para
dejar todo como está. Por lo pronto, la recuperación
de Fidel Castro es la peor noticia para quienes aspi-
ran a los cambios económicos en Cuba.

16/03/2007
La revalorización
del peso y la crisis
de la economía cubana

La revalorización del peso cubano acordada por el


gobierno de Fidel Castro es consecuencia de los
rápidos cambios que se están produciendo en las
cuentas externas de la Isla desde que se fijó el pasado
mes de noviembre un gravamen del 10% sobre las
transacciones de dólares a pesos convertibles. En un
artículo anterior advertí el riesgo que suponía esta
medida para la expansión de la oferta monetaria in-
terna y su incidencia directa sobre el control de los
precios internos, y al cabo de unas semanas, aparece
el máximo dirigente cubano anunciando una decisión
que, a todas luces, trata de restringir la circulación
monetaria en la Isla y atacar el efecto perverso de la
inflación. Pero mejor vayamos por partes.
El pasado mes de noviembre, el gobierno cubano
acordaba prohibir la circulación del dólar para
los intercambios en el interior de la Isla, y fijar un
impuesto del 10% sobre la moneda norteamericana
frente al peso cubano convertible, el denominado
224 Economía cubana: La oportunidad perdida

«chavito» (cuyo valor es equivalente al dólar), una


medida de carácter recaudatorio cuya finalidad
principal era sacar provecho, a través de la centrali-
zación del Banco de Cuba, de la entrada de divisas
procedentes de las remesas de los exiliados a sus
familias, principal sostén de la economía cubana
desde el derrumbe del muro de Berlín. En la misma
decisión, se acordó que otras divisas en circulación
en la Isla, como el dólar canadiense o el euro, no
atendiesen a ese 10% recaudatorio. Lo que parecía
una medida de respuesta de las autoridades cubanas
a la decisión del gobierno norteamericano de limitar
los envíos de familiares a la Isla y la prohibición de
cualquier acción comercial directa por parte de em-
presarios norteamericanos, empezó a dar sus frutos
rápidamente sobre el saldo de la balanza de pagos
en su componente de renta de factores.
De modo que en sólo dos meses, y de acuerdo con
las estimaciones de CEPAL, el saldo de la balanza
global aumentaba de 4 millones de dólares en 2002
a 400 millones a finales de 2004. Este incremento
monetario tan intenso iba a generar necesariamente
tensiones sobre la débil estructura productiva cuba-
na, obligando a una emisión masiva de pesos con-
vertibles para atender los cambios en las CADECAS,
y asegurar efectivo para la adquisición de bienes y
servicios fuera del circuito del racionamiento, cada
vez más agotado.
De forma sorpresiva, y sin que medie otra medida,
si bien es cierto que Fidel Castro aprovechó su com-
parecencia para anunciar otras decisiones en breve
Elías Amor 225

plazo, la pasada semana, el gobierno cubano decidía


aumentar en un 7% la moneda nacional respecto del
dólar y el peso convertible, como parte de la «pro-
gresiva, gradual y prudente revaluación de la moneda
nacional», una medida que según Castro, «jamás había
sucedido en ningún país subdesarrollado».
El efecto de esta medida es limitado, y escasa será su
incidencia en las condiciones actuales de precariedad
en que se mueve el sistema económico cubano. En mi
opinión, puede generar un efecto psicológico nega-
tivo hacia el gobierno entre las familias que reciben
dólares de sus parientes en Estados Unidos, y que ya
se ven obligados a aceptar, primero, el pago de un
10% en los cambios a dólar convertible, para después
encontrar que el cambio de éste con respecto al peso
cubano les hace tener que aportar más, ya que ahora
se encuentra revalorizada en un 7%. Es decir, los
cubanos que cambian dólares a pesos convertibles y
posteriormente a pesos cubanos, van a tener menos
dinero nacional para gastar en los bienes subvencio-
nados por las autoridades que se suministran a través
del sistema de racionamiento. Si se tiene en cuenta
que estos representan una parte pequeña del gasto
total de las familias, que se ven obligadas a recurrir a
las tiendas en las que se realizan las transacciones en
moneda convertible, la consecuencia es que estamos
ante una decisión controvertida.
¿Dónde se encuentra, por tanto, el origen de esta de-
cisión? Quizás habría que situarla en el marco de esa
estrategia permanente de torpeza en las decisiones
económicas que ha caracterizado los últimos 40 años
226 Economía cubana: La oportunidad perdida

de funcionamiento del castrismo. A los empresarios


que invierten en Cuba, por ejemplo, no les va a gustar
esta decisión, que va en contra de sus intereses. Un
país que revaloriza su moneda nacional lo hace por-
que sus cuentas externas lo favorecen, pero ésta no es
la situación del comercio exterior cubano, donde las
importaciones son sistemáticamente superiores a las
exportaciones y aparece continuamente déficit. Por
otra parte, el peso cubano ha quedado cada vez más
relegado en el interior de la economía cubana para las
transacciones subvencionadas, y no cabe esperar que
esta medida vaya a suponer una mejora del conjunto
de bienes y servicios que se ponen a disposición de
los ciudadanos por esta vía. Tampoco parece que la
medida vaya a beneficiar a los ciudadanos que sólo
reciben sus remuneraciones en pesos cubanos, y que
pueden acceder a un peso convertible más barato, un
7% menos, si se tiene en cuenta el bajo nivel de las
pensiones y salarios en la Isla (una pensión media
se sitúa en 90 pesos cubanos que al cambio son 4
dólares). Tan sólo quienes atesoran pesos cubanos
pueden tener algún incentivo con la medida para
aflorarlos y conseguir un mejor cambio con respecto
a los «chavitos» o a dólares, que se ha convertido,
tras estas medidas, en un valor de «refugio» en la
economía cubana.
A tenor de lo expuesto, la decisión obedece una
vez más al ámbito de la retórica del régimen, y a un
banco central de Cuba que no está mostrando una
capacidad y autonomía para la realización de sus
funciones. Pero ese es tema de otro análisis.
Elías Amor 227

Cuba e Irán:
un nuevo marco
de relaciones

En los últimos tiempos, y tras el añorado regreso


a la «ortodoxia económica estalinista», el régimen
castrista se ha empleado a fondo en utilizar un anti-
guo instrumento comercial del bloque hegemónico
comunista, que había caído en desuso tras el derrum-
be del muro de Berlín. Me refiero a los acuerdos
comerciales basados en convenios bilaterales entre
países «amigos», que intercambiaban determinados
bienes y servicios, no tanto por razones de compe-
titividad o beneficio mutuo, como por la defensa
de unos principios difusos entre la ayuda, el ánimo
de lucro, la necesidad de dar salida a determinadas
producciones carentes de demanda en los mercados
abiertos y competitivos, y la defensa a ultranza de
las doctrinas amparadas en las tesis de Marx.
En esencia, estos acuerdos bilaterales, conocidos
como «comercio de pajarera», en la jerga oficiosa
del CAME, que fue el organismo creado por los
países comunistas para promover el comercio entre
228 Economía cubana: La oportunidad perdida

ellos creyendo que esa era la vía más adecuada para


mantener sus ideales y hacer frente a la presión
occidental, consistían en el intercambio de bienes y
servicios entre dos países que, en caso alternativo,
no podrían operar en las mismas condiciones en los
mercados mundiales liberalizados. Se trataba de dar
salida a una serie de artículos, muchas veces estraté-
gicos, que solo tenían utilidad desde la perspectiva
de los objetivos de los países objeto del convenio,
llegando a confundir intereses privados empresaria-
les y estatales derivados de la estrecha relación entre
ambos en estos países.
Esta experiencia ha sido desarrollada recientemente
por el régimen castrista con China, por medio de un
acuerdo cuyo contenido ya hemos tenido ocasión
de abordar en un trabajo anterior. Y ahora ocurre lo
mismo con el régimen islámico de Irán, con el que
Cuba tiene muy pocos puntos en común, tan sólo
el enfrentamiento abierto y hostil contra Estados
Unidos, y lo que esta nación representa.
Nadie que tenga un conocimiento básico de las leyes
de funcionamiento de una economía puede pensar
que este tipo de acuerdos bilaterales vayan a servir
para algo. La economía cubana necesita abandonar
las prácticas estalinistas de comercio de una vez por
todas, si quiere afrontar con éxito su futuro. Es hora
de pensar y poner en marcha proyectos que permitan
a la economía cubana insertarse plenamente en la
economía mundial, y exportar, generando recursos
que le permitan obtener los bienes y servicios que
necesita para mejorar su funcionamiento y moder-
Elías Amor 229

nizar sus estructuras. Cualquier otra actuación, no


resuelve el problema de escasez de divisas, por lo
que el «embargo» seguirá siendo la justificación de
quiénes no saben ni pueden acometer los grandes
retos que tiene Cuba por delante.
El acuerdo con el régimen islámico de Irán, ade-
más, tiene connotaciones difíciles de entender. Ya
no sólo por centrarse principalmente en la apuesta
por el sector farmacéutico cubano (interferón, un
medicamento desarrollado en la Isla y que se pone
a disposición de la industria iraní), como por la bio-
tecnología, un sector en el que Cuba ha desarrollado
tecnología propia y avanzada, de la que sabemos
muy poco, y que el régimen utiliza a su discreción,
sin percatarse de que muchas de estas decisiones
tienen unas repercusiones de futuro que es preciso
analizar y vigilar. Ciertamente, en el pasado se
habían producido operaciones en este sentido en
ambos países, pero la decisión de oficializar los in-
tercambios por medio del convenio, supone un paso
delante de consecuencias imprevisibles.
El régimen islámico de Irán tiene muy pocos puntos
de conexión económica, política, social, cultural
con el régimen castrista, y mucho menos con la
sociedad cubana, de la que todavía es mucho más
distante en todos los aspectos. Una vez más, los
dirigentes cubanos van a localizar socios allí donde
no es preciso, ni conveniente, hacerlo. Es un error
histórico de consecuencias imprevisibles. No tiene
sentido alguno, sobre todo cuando se piensa que el
principal producto que Irán puede proporcionar a
230 Economía cubana: La oportunidad perdida

Cuba, el petróleo, ya es atendido de forma generosa


por el chavismo desde Venezuela. Entonces, cabe
preguntarse qué ha ido Cuba a buscar a Irán, y so-
bre todo, una vez más, que ha ido Irán a demandar
a Cuba. ¿Apoyo internacional para continuar su
programa nuclear? Hace pocos días, los servicios
de inteligencia de Estados Unidos han difundido
informes recientes en los que se habla de situación
de «descontrol político e incertidumbre creciente»
en Cuba agravada por los problemas de salud de
Castro. Este tipo de cuestiones son las que inquietan,
y las que nos llevan a dudar una vez más sobre el
significado real de estos intercambios y sobre todo,
lo que pueden representar en términos políticos.
Elías Amor 231

El sector turístico en Cuba:


¿otro fracaso?

Hace unos días, las autoridades responsables del


turismo en Cuba se congratulaban del crecimiento
registrado en la entrada de viajeros en la Isla en los
primeros meses del año, al anunciar que se habían
superado los dos millones, y sobre la base de este dato
formulaban opiniones optimistas para el conjunto
del ejercicio. Salvando el hecho cierto de que este
es el resultado de la «temporada alta» en los destinos
del Caribe, y que a partir de ahora las cosas no van
a ir mucho mejor conforme se produzca una mayor
atracción hacia el turismo de las grandes potencias
del Mediterráneo, la realidad es que una vez más la
política económica del régimen castrista vuelve a
mostrar una clara incompetencia a la hora de diseñar
sus estrategias de futuro en este sector.
En relación con el turismo, ni siquiera las grandes
potencias que están más especializadas en este tipo
de actividades, siguen utilizando las cifras absolutas
de visitantes, o sus incrementos porcentuales de un
232 Economía cubana: La oportunidad perdida

año a otro, como indicadores de referencia. Cierto


es que a los ojos de un análisis superficial, se tiende
a ver como mejor resultado el incremento que el
descenso en cualquier actividad, pero en el turismo
internacional, desde hace décadas, se persigue otro
tipo de indicadores de referencia a la hora de realizar
una evaluación de los resultados producidos. Así, por
ejemplo, el gran debate que se cierne actualmente en
muchos de los destinos «maduros» es cómo pasar
de cifras de volumen y en general, de bajo gasto por
viajero/estancia, a cifras más reducidas de turistas,
con pernoctaciones más extensas y un mayor gasto
per cápita en la estancia.
La apuesta no resulta baladí. En términos ma-
croeconómicos, y salvados los cálculos, es posible
demostrar con números que 100 turistas con un gasto
medio de 4.500 euros, reportan un mayor beneficio
que 200 con un gasto medio de 2.000 euros, supo-
niendo una estructura de costes adaptada en ambos
casos a los niveles operativos de funcionamiento. La
razón es obvia. El turismo cada vez más apuesta por
la especialización, la calidad, el atractivo de la so-
ledad, la búsqueda de esos espacios individuales en
los que resulta posible sentirse alejado de los demás.
En la actual fase de desarrollo turístico, las ofertas
que se están desarrollando en este momento apuestan
por ese modelo, que no sólo es el más rentable, sino
que garantiza otro de los objetivos planteados por
las nuevas políticas: la fidelidad.
Pero hay más. Está la sostenibilidad medioambiental.
Las grandes potencias turísticas del Mediterráneo
Elías Amor 233

luchan por reconvertir su planta hotelera y adaptarla


a las nuevas exigencias de turismo compatible con
el medio natural, aún cuando resulta especialmente
complejo después de décadas de explotación intensi-
va de los recursos. El modelo de las autoridades del
régimen cubano no parece tener en cuenta esta con-
sideración, y se encuentra abocado a una expansión
sin paliativos, que busca desarrollar nuevos espacios
en detrimento de la belleza natural de la Isla. Lo más
grave precisamente es que esta no sea una opción de
la inversión privada, que como hemos señalado ya no
cree que el turismo sea cantidad sino calidad, sino de
un régimen que se autocalifica como socialista, y que
ha entendido al turismo como un mero instrumento
recaudatorio para el sistema, sin más complicacio-
nes. En ese sentido, mientras se hace muy poco por
rehabilitar los centros urbanos de las ciudades, y se
fomenta esa imagen de destrucción contenida, se
destruyen sistemáticamente zonas de costa de una
notable belleza paisajística, siguiendo los modelos
que, en otros países con mayor desarrollo del sector,
ya se han abandonado.
No cabe duda de que estamos ante una cuestión de
notable importancia para el futuro de la economía
cubana. Nadie puede cuestionar que la promoción
de un sector turístico en la Isla no sea una estrategia
necesaria. Cuba tiene grandes posibilidades de alcan-
zar una posición hegemónica a nivel internacional.
Quizás habría que plantearse por qué el régimen
de Castro ha apostado por el turismo de forma tan
tardía. Los primeros desarrollos se producen a partir
234 Economía cubana: La oportunidad perdida

de la pérdida del apoyo financiero soviético, y las


decisiones de política turística se enmarcan en un
contexto de período especial y de urgente necesidad
de divisas para paliar situaciones de grave escasez y
endeudamiento. Lamentablemente, parece que esta
sigue siendo la opción de las autoridades.
Quizás no se trate del mejor escenario para dise-
ñar un modelo de desarrollo basado en el turismo
sostenible, de calidad e integrado con la cultura y
sociedad de la Isla. Esa opción, por desgracia, esta
prohibida para el pueblo cubano, que ha visto cómo
las distintas posibilidades de obtener beneficios de
esta actividad, se han ido cercenando. Poco queda
en la actualidad de la red de «paladares» abiertas al
principio del período especial, y que podrían haber
servido para diseñar una red de establecimientos de
restauración adaptados a un turismo de calidad. En
la economía de la Isla no existe posibilidad de desa-
rrollar una actividad de servicios reglada que facilite
la prestación de servicios y la venta de productos a
los turistas. La ausencia de propiedad privada im-
pide que los efectos benéficos del gasto turístico se
dispersen por el conjunto de la economía cubana, y
la obsesión del régimen por controlar hasta el último
dólar en circulación, ha llevado a adoptar decisiones
contrarias a la lógica de una política turística, como
la revalorización del peso convertible y del peso
cubano, o la prohibición de la circulación del dólar.
En tales condiciones, cabe preguntarse qué deberían
hacer los responsables del turismo de la Isla para
garantizar una evolución adecuada del sector de cara
Elías Amor 235

al futuro. Desde luego, tendrían que abandonar el


actual modelo y realizar una apuesta por la calidad.
Cuba tiene grandes posibilidades de convertirse
en un destino turístico mundial apostando por sus
extraordinarios valores culturales, musicales, ar-
tísticos y medioambientales, que están por encima
de las prioridades del régimen y deben quedar para
conocimiento de las generaciones futuras.
La oferta turística de Cuba debe permitir a los viaje-
ros participar activamente de la vida de la sociedad
cubana, que es su principal atractivo. El modelo
actual por el que parecen apostar las autoridades,
basado en «resorts» playeros con el «todo inclui-
do» supone regresar a una opción que no es la más
adecuada, porque va a generar masivas entradas
conforme aumente la oferta de albergue, pero se
producirá una erosión de los aspectos fundamentales
del producto turístico de la Isla, aún por definir con
precisión. Conclusión: en estas condiciones, el de-
sarrollo del sector se realizará de forma inadecuada,
faltarán inversiones internacionales, se generarán
periódicamente profundos desequilibrios y se vivirá
a merced de los grandes tour operadores interna-
cionales, con los que el régimen, dada su política
«social capitalista» no tendrá especiales dificultades
para negociar. Mientras tanto, como siempre, el gran
perjudicado, una vez más, será el pueblo cubano.
¡Qué lástima!

Cubaliberal, 19/05/2007
236 Economía cubana: La oportunidad perdida

Cuba y la UE: continúan


los desencuentros

Ya tuve oportunidad de referirme a los desen-


cuentros entre el régimen de Fidel Castro y la Unión
Europea hace más de cinco años. En aquel momento,
las autoridades castristas rechazaban violentamente
aceptar las condiciones que proponía la Posición
Común adoptada por los países europeos al objeto
de que la Isla pudiera recibir apoyo de la coopera-
ción exterior comunitaria. Tiempo atrás se había
especulado sobre la posibilidad de que se estuviera
negociando el status de país ACP para Cuba, antiguas
colonias europeas, que se benefician de proyectos
muy importantes de ayuda y cooperación, así como
de condiciones económicas y comerciales muy
favorables.
De todo ello se habló, sí; y se pudo comprobar que
para el régimen de Castro aceptar que los disidentes
pudieran participar en las fiestas en las embajadas o
que se mantuvieran contactos, siquiera informales,
con los funcionarios europeos, se convertía en una
Elías Amor 237

grave afrenta que merecía todo tipo de desmanes y


despropósitos. Justo en aquellas fechas de 2002 los
portavoces de exteriores e incluso el mismo Fidel
Castro se dedicaban a lanzar críticas e insultos de
diversa catadura hacia los responsables de la Unión
Europea por tamaña afrenta, y desde luego, centra-
ban toda la artillería en la persona de José María
Aznar, presidente del gobierno de España y artífice
de los cambios en la posición europea hacia Cuba.
No tuvimos que esperar mucho tiempo para compro-
bar que la reacción del castrismo no se iba a hacer
esperar. En la primavera de 2003, y animados por un
clima exterior de apoyo creciente, los disidentes que
luchan por la democracia y libertad en Cuba, perdie-
ron el miedo al régimen. Y de forma contundente, el
castrismo condenó a prisión a sus principales respon-
sables, con acusaciones ridículas de conspiración y
desacato, propias de las dictaduras más deleznables
del planeta. Evidentemente, no se daban ni se dan las
condiciones para el diálogo con un régimen político
en fase terminal que elige la opresión y el pisoteo
a los derechos humanos como bandera.
Es por ello que la reacción del editorial de Granma
Internacional al documento «Conclusiones sobre
Cuba» aprobado por la Unión Europea en su sesión
del 18 de junio, y elaborado por el ministerio de
exteriores de la Isla, no debe sorprender.
La estrategia castrista ahora es divide y vencerás, y
sitúa a la Unión Europea al mismo nivel que a Esta-
dos Unidos en su escalada de ataques e insultos. Las
238 Economía cubana: La oportunidad perdida

autoridades de la Isla pretenden descubrir en el seno


de la Unión Europea dos posturas diferentes: quienes
desean iniciar el diálogo con Cuba en condiciones
de «igual a igual» en clara alusión a la actuación
del gobierno socialista español; y a quienes como la
República Checa, califica de «esbirros» de Estados
Unidos. Y a partir de esas pretendidas divisiones
que denuncia el régimen castrista, se va al origen
del problema: la Posición Común aprobada en 1996
debe ser eliminada, como condición previa.
Lo más grave es que la dictadura cubana dice no re-
conocer «autoridad moral» a la Unión Europea para
juzgar ni aconsejar a Cuba. Quizás esa autoridad se
la reconozcan, sin embargo, a Corea del Norte o a
China, por ejemplo, que pueden dar lecciones muy
interesantes al régimen. El documento se extiende,
como casi siempre, sobre una serie de ataques e
insultos, de falsedades y de verdades deformadas,
propias del estalinismo más radical, que busca ene-
migos allí donde no existen, y de las que debería
tomar buena nota la Unión Europea para, de una
vez por todas, determinar cuál debe ser su posición
hacia una dictadura que no acepta el respeto a los
derechos humanos y las libertades.
La cuestión es, una vez más, ¿a quién interesa este
nuevo clima de beligerancia? La Unión Europea
hace lo que debe hacer. Define hacia Cuba la misma
política que hacia otros países que no respetan las
reglas del juego democrático. No hay disensiones en
el seno de la Unión. La vía en solitario emprendida
por el gobierno socialista español se ha rectificado de
Elías Amor 239

forma inmediata. Se trata de una actitud ejemplar, de


la que nos podemos sentir especialmente satisfechos.
En respuesta a esta situación, el régimen comunista
cubano se enroca y aprovecha las condiciones para
seguir acosando y encarcelando a la disidencia.
Todos los días llegan nuevas informaciones de la
Isla sobre detenciones y condenas a dirigentes de la
oposición democrática. Los cubanos han descubierto
que el apoyo internacional está ahí, cada vez más
organizado y coherente, y que nadie cree ya en el
modelo de sucesión pactada de los hermanos Cas-
tro. En contra de lo que sostienen los redactores de
Granma Internacional, la revolución es anacrónica
y se resquebraja por su base. No tardaremos mucho
tiempo en observar cómo se viene abajo desde den-
tro. La Unión Europea ha dado un paso adelante muy
importante en la dirección correcta. En la dirección
de un futuro democrático para Cuba.

Cubaliberal, 23/06/2007
240 Economía cubana: La oportunidad perdida

Por qué no podemos


creer que la economía
cubana ha crecido
un 12,5% en 2006

La CEPAL acaba de publicar su Estudio económico


de América Latina y el Caribe 2006-2007, en su 59ª
edición, y al igual que en el año anterior, las cifras
relativas al crecimiento de la economía cubana se
apartan de la metodología utilizada por esa prestigio-
sa institución y se atribuyen a una Oficina Nacional
de Estadística de Cuba, que apuesta por un creci-
miento del 12,5%, que en absoluto se corresponde
con la realidad.
Lo primero que llama la atención es la debilidad
exportadora de la economía cubana. Justo en un
ejercicio en que a nivel regional, el comercio
exterior se ha visto beneficiado por las mayores
compras procedentes de los países industrializados
y en vías de desarrollo, y de una muy favorable
relación real de intercambio, el régimen castrista
cierra el año con un aumento de sólo 1,1% en las
exportaciones.
Elías Amor 241

El círculo vicioso de la economía cubana, origen de


las imperfecciones del sistema comunista, vuelve
a influir de forma negativa sobre la capacidad ex-
portadora. Suprimida por decreto la producción de
azúcar, con el cierre masivo de ingenios, la economía
perdió el principal capítulo de la exportación y uno
de los instrumentos principales para la obtención de
recursos financieros en el exterior.
Posiblemente, como consecuencia de las brillantes
ideas de Fidel Castro en materia de gestión macro-
económica, se consideró que producir azúcar para
los mercados mundiales y ser líder en la economía
internacional para ese producto, no era la opción más
adecuada de futuro, como consecuencia del elevado
nivel de protección en los mercados avanzados y la
caída estructural de la demanda.
Sólo tres años después de aquel análisis, sin duda
estimulante, pero sin rigor, el comandante desde su
lecho de enfermo, ha tenido que cuestionar el aumen-
to de producción de caña de azúcar como componente
básico del etanol, por el principal competidor de Cuba
en el mercado mundial, Brasil, y de ahí sus andana-
das contra el biocombustible que, como otras tantas
cosas, terminan siendo autocríticas destructivas, más
que constructivas, que impiden al pueblo cubano salir
de las graves condiciones de miseria en que vive.
Si Cuba hubiera seguido siendo primera potencia
mundial azucarera, las posibilidades de reorientar
la producción hacia el etanol estarían dándole opor-
tunidades interesantes de negocio en el ciclo actual,
242 Economía cubana: La oportunidad perdida

gracias a los crecientes precios del azúcar a nivel


internacional. Pero esa es otra historia, sobre todo
si se piensa que las poco más de tres millones de
toneladas de azúcar apenas permiten a la economía
cubana satisfacer su consumo racionado, mientras
los campos fértiles propiedad del estado comunista
se abandonan para siempre.
El resto de capítulos exportadores de la economía
cubana no muestran datos para la satisfacción.
Las ventas al exterior de mariscos y pescados se
encuentran a la baja, como consecuencia de unos
precios menores. El tabaco experimentó un ligero
aumento en volumen que apenas compensó los bajos
precios alcanzados en los mercados mundiales por
los productos cubanos, que siguen careciendo de una
adecuada estrategia comercial. Otro tanto respecto
de los cítricos, también condicionados por la caída
de las producciones. En cuanto al níquel, pese a los
favorables precios, tampoco registró un crecimiento
como consecuencia de los límites de la capacidad
productiva de las plantas extractivas.
En tales condiciones, el comercio exterior lejos de
convertirse en estímulo para el crecimiento económi-
co, como en la mayoría de países de la región, ha sido
un freno, si se tiene en cuenta que las importaciones
se han disparado hasta un 45,9%, sobre todo para
atender las necesidades de alimentación y la política
de reestructuración energética. Más descontrol en la
política económica, imposible.
El escaso crecimiento productivo de la economía se
traslada al exterior en forma de mayores importacio-
Elías Amor 243

nes, sin que ello redunde en beneficio de la estructura


de la economía y sus efectos de eslabonamiento entre
los distintos sectores.
Una economía que sólo puede avanzar por la vía de
las importaciones de bienes de consumo y energéti-
cos es un mal ejemplo de lo que se recomienda en los
manuales de ciencia económica a los estudiantes de
primer curso. Además, en contra de cualquier lógica
ma-croeconómica, el régimen castrista ha decidido
concentrar el comercio exterior con Venezuela y
China. Entre ambos concentran ya 4.000 millones
de dólares, alrededor del 40% del comercio total de
la Isla. Excesiva concentración que no obedece más
que a razones políticas bajo una notable ineficiencia
productiva.
Por último, si bien directamente relacionado con
la balanza de servicios, se halla el turismo. Por se-
gundo año consecutivo, un fracaso. El crecimiento
de esta rúbrica sectorial de la economía cubana no
ofrece motivos para la alegría. Un 0,7% de incre-
mento para los ingresos pone de manifiesto que el
sector ha tocado techo, que continúa el descenso de
visitantes extranjeros y que las políticas turísticas
no están bien diseñadas y mucho menos ejecutadas
por los burócratas comunistas. En tales condiciones,
la contribución del sector exterior al crecimiento
económico ha sido fuertemente negativa, y dudo
mucho que los avances experimentados en la de-
manda hayan podido contrarrestar estas tendencias.

Presslingua, 1/08/2007
En torno a la propaganda
castrista

Siempre he observado que el castrismo es un ré-


gimen político basado en la propaganda y la ma-
nipulación informativa. Utilizo este término para
establecer una diferencia entre la publicidad, una
técnica contrastada al servicio de las empresas y
organizaciones para dar a conocer sus productos
y servicios, con métodos aceptados socialmente;
y la propaganda propiamente dicha, que podría
interpretarse como la distorsión de la comunica-
ción en beneficio de quien la practica. Propaganda
y manipulación concentran sus esfuerzos sobre
determinados sectores sociales que, al principio,
por razones ideológicas o de adhesión al proyecto
político, se creen completamente aquello que se les
dice, pero que tarde o temprano descubren que todo
era falso y mentira, una manipulación. Insisto, en
esta habilidad, Fidel Castro, incluso como articulista
cualificado en Granma, ha sido un auténtico líder
mundial en casi medio siglo.
Elías Amor 245

En ocasiones, la propaganda alcanza tales niveles


de escándalo y manipulación que su mera existencia
y difusión produce vergüenza, y confirma, una vez
más, que estamos ante un adversario que domina
la técnica y que no va a permanecer impasible por
mucho que su existencia física se encuentre en fase
terminal. Ahora tenemos una nueva oportunidad
de comprobar cómo en estas artes estamos ante un
auténtico experto.
Un país que, como consecuencia del modelo eco-
nómico comunista, que eliminó de raíz la propie-
dad privada y la libre empresa, ha sido incapaz de
superar las restricciones físicas de una libreta de
racionamiento que mantiene a los ciudadanos ante
una escasez persistente de bienes y servicios durante
medio siglo, se aventura a presentar ante la ONU
un proyecto sobre «¿derechos a la alimentación»?
Sí, tal y como lo digo. La agencia oficial cubana
Prensa Latina se ha hecho eco de la iniciativa del
régimen castrista en Naciones Unidas para presentar
ocho proyectos de resolución, y uno de ellos hace
referencia al derecho a la alimentación.
Desde que la libreta de racionamiento entró en
funcionamiento, desaparecieron de las tiendas y
comercios todos los productos y alimentos que ha-
bían conformado la dieta de los cubanos. La culpa
de todo, el bloqueo. Claro, ese argumento se ha
comprobado que es falso, pero todavía la propaganda
castrista hace uso de él. Mientras que las improduc-
tivas granjas estatales ven cómo la producción y los
rendimientos caen en picado, los campesinos en sus
246 Economía cubana: La oportunidad perdida

pequeñas parcelas o las cooperativas, tan pronto


como han obtenido autorizaciones de los poderes
locales, han mostrado la enorme eficacia de la agri-
cultura cubana. Un régimen político que fijó como
consigna la cosecha de azúcar de los diez millones
de toneladas a finales de los años 70, ha tenido
que cerrar buena parte de los ingenios azucareros,
su industria básica, y condenar a la reconversión
a miles de trabajadores del campo, importando el
azúcar de Brasil. Y ahora que la producción de
biocombustibles ha elevado los precios del azúcar
a nivel mundial, el régimen de Fidel Castro produce
poco más de dos millones de toneladas de azúcar,
menos de lo que se obtenía en la época colonial. La
culpa, dice la propaganda castrista, es del embargo;
pero este año, las compras de alimentos (carne de
pollo, cereales) a Estados Unidos van a volver a ser
superiores a 1.000 millones de dólares.
Ciertamente, sugiero a los altos funcionarios de
Naciones Unidas de la comisión de asuntos huma-
nitarios, sociales y culturales que separen el trigo
de la paja y que pregunten a los responsables del
régimen sobre los derechos a la alimentación en
Cuba. Parece ser que el nuevo relator especial de la
ONU sobre derechos humanos, Jean Ziegler, quedó
impresionado en su última visita a la Isla con las tesis
que la propaganda castrista viene lanzando sobre la
amenaza que supone para el tercer mundo la produc-
ción agrícola destinada a biocombustibles, algo que
ya le ha supuesto a Castro la distancia de Lula da
Silva, entre otros. Lástima que no prestara un poco
Elías Amor 247

más de atención a la grave situación de los presos


políticos, muchos de ellos en grave estado de salud
en prisiones terribles como Kilo 8, de Camagüey.
La demagogia y la propaganda pueden servir para
esconder la verdad. Incluso, como arma arrojadiza
para crear debates artificiales o problemas que no son
tales. Por desgracia, el régimen de Fidel Castro ha
sido un especialista en ello, convirtiendo al exilio,
cuya única aspiración es la democracia, la libertad y
el respeto a los derechos humanos en Cuba, en una
«banda de mafiosos y conspiradores», utilizando
los calificativos menos enojosos. A los disidentes
internos, simplemente los encarcela y los convierte
en «gusanos», «personas desafectas» a las que se
puede eliminar de la circulación.
Quizás Naciones Unidas debería hablar de estas
cosas con el régimen cubano, y dejar la propaganda
de lado, de una vez por todas.

Cubaliberal, 9/11/2007
En torno a la oposición
interna en Cuba

Siempre he afirmado que no es fácil ejercer la opo-


sición al régimen de Fidel Castro. Durante casi 50
años, la dictadura castrista ha utilizado todos los
instrumentos que tiene a su disposición para reprimir,
asfixiar, obstaculizar y ridiculizar cualquier opción
política que no se sitúe en línea con los postulados
de la «revolución». Y aunque es cierto que en los
últimos años se observa cómo ha ido progresando
un sentimiento de cierta repugnancia hacia estas
prácticas por parte de las democracias occidentales,
no lo es menos que, durante mucho tiempo, la dic-
tadura comunista cubana ha contado con una cierta
complicidad, sobre todo en las opciones políticas
representativas de la izquierda, para justificar los
desmanes cometidos contra la sociedad civil en la
Isla.
El papel de la oposición en Cuba es difícil porque,
en muchas ocasiones, está directamente relacionado
con la pérdida de vidas humanas. Varias generacio-
Elías Amor 249

nes de cubanos se ha visto inmersos en un proceso


de aislamiento, exterminio y persecución que carece
de cualquier referencia internacional, solo compa-
rable a las atrocidades de las dictaduras asiáticas de
ideología maoísta, o a los regímenes repre-sores del
cono sur latinoamericano. Pero, a diferencia de la
posición que el concierto de las naciones democrá-
ticas mantuvo hacia aquellas tropelías, el régimen
cubano siempre ha conseguido salirse con la suya, al
ejercitar con éxito ese papel de trasladar sobre otros
la responsabilidad de su violencia.
En los últimos años, el ejercicio de la oposición
política en la Isla se ha visto progresivamente
reforzado, estimulado y apoyado a nivel interna-
cional. Son diversas las oportunidades en las que
se ha otorgado confianza a aquellos que luchan por
abrir espacios de libertad y pluralismo en el sistema
político e institucional del castrismo, y la simpatía
que se alberga hacia estas opciones ha avanzado en
todos los ámbitos ideológicos de Occidente, confor-
me el régimen castrista ofrece su lado más oscuro
y cierra cualquier espacio al diálogo y la apertura.
Sin embargo, basta con echar un vistazo rápido a las
páginas de internet que utilizan los grupos internos
de la oposición cubana para divulgar la información
no controlada por el régimen para comprobar que,
los actos de repudio, las golpizas, las detenciones,
la prisión sin motivo alguno, el ostracismo, siguen
siendo los instrumentos del castrismo para cerrar
el paso a la voz de la disidencia interna. Los que
se mantienen al frente de esa lucha valiente por de-
250 Economía cubana: La oportunidad perdida

fender la recuperación de las libertades y derechos


humanos en la Isla, lo hacen con dificultad, perse-
guidos y humillados por las turbas que moviliza el
régimen, los batallones de represores especializado
en la golpiza, o lo que es peor aún, la policía política,
el espionaje y la delación generalizada que sostiene
el talante represivo del régimen.
Todo ello nos lleva a defender, sin paliativos, la
labor que vienen realizando los grupos opositores
que funcionan en la Isla y que cubren la práctica
totalidad del espectro ideológico que domina a las
democracias occidentales. Por ese motivo, no se
puede comprender cómo desde una sede diplomá-
tica de un país democrático, que conoce muy bien
lo que es la lucha por los derechos y libertades tras
sufrir una larga dictadura, no se apoye, estimule y
acoja a los representantes de las principales opciones
disidentes de la Isla. Me duele reconocer que sea
el embajador español el protagonista de esta histo-
ria desafortunada, y más aún al saber que ha sido
durante la recepción del día de la Hispanidad, que
tanto significado tiene para los cubanos, plenamente
identificados con la «madre patria» por esa historia
común que nos une. Desde luego que el embajador
español en La Habana sigue las políticas establecidas
por su gobierno, y ahí reside la responsabilidad final
de sus actos, pero no conviene olvidar la singulari-
dad del personaje y que ya en su momento, cuando
fue designado, sabíamos que nada bueno había que
esperar de un antiguo militante comunista para la
causa de la democracia y la libertad en Cuba.
Elías Amor 251

Grave error de la delegación diplomática española


en la Isla, y peor aún para el gobierno socialista de
Rodríguez. Pienso que se está cometiendo una gran
torpeza histórica y que las decisiones del presente
van a tener su traslación al marco futuro cuando
Cuba sea un país democrático. Entonces se cosechará
el fruto de esta cosecha que se viene sembrando de
forma torpe y miope. Al final, Castro se ríe de todos,
y en esa estrategia de sobrevivir políticamente a
cualquier precio, es un jugador aventajado. Pero es-
tamos hablando de las relaciones entre dos naciones
que tienen una historia en común que puede verse
afectada de forma negativa. Creo que el gobierno
socialista español de Rodríguez tiene que plantearse
seriamente un nuevo marco en las relaciones con
Cuba, partiendo de la idea fundamental de que Cuba
no es Fidel Castro; que algún día se inaugurará un
período de libertades y democracia en la Isla para el
que es preciso empezar a trabajar desde ya mismo;
que los cubanos que se juegan su vida para defender
un modelo político similar al español se merecen un
mínimo respeto, y si para ello se ofende a quienes
vienen gobernando el país de forma dictatorial du-
rante casi 50 años, pues adelante, porque de ellos,
sin duda, no será el futuro, como tampoco lo será
de Castro.

Cubaliberal, 15/09/2007
La táctica del miedo
del régimen castrista

Pienso que cualquier turista puede viajar a Cuba


para disfrutar de sus playas y de su brillante sol, para
gozar de los placeres del Caribe, del mojito y del son.
Este es un tópico que no admite discusiones. Pienso
también, que el turista, cuando viaja a Cuba, también
debe tener la oportunidad de mostrar su solidaridad
con un pueblo que padece una de las tiranías más
longevas del planeta, que no respeta los derechos
humanos de los disidentes que padecen cárcel y
acoso, y que desprecia la democracia, el pluralismo
político y la libertad.
El mismo día que Pérez Roque decía que el régimen
cubano estaba a la cabeza en defensa de los derechos
humanos, en La Habana, una marcha pacífica de la
asociación de mujeres de presos políticos, Damas
de Blanco, contaba con el apoyo y solidaridad de
un grupo de ciudadanas españolas que comparten
los mismos objetivos de libertad, democracia y
derechos humanos.
Elías Amor 253

Para ese gobierno totalitario que rige los destinos de


Cuba, el incidente, absolutamente pacífico, alcan-
zaba proporciones de notable gravedad. En un país
en el que todo lo que signifique libertad y demo-
cracia está prohibido, y en el que existen sistemas
de control, vigilancia y represión que no podemos
comprender con los esquemas de pensamiento que
tenemos en las democracias occidentales, la actua-
ción represora contra las españolas que viajaron
a La Habana para mostrar su solidaridad con las
Damas de Blanco, nos devuelve a lo más rancio
de la tradición represora del castrismo, y trae con
inusitada frescura al recuerdo escenas como aquella
expulsión inmediata y fulminante que el entonces
barbudo joven Castro, a comienzos de su dictadura,
materializó contra el embajador de España, Logen-
dio, que compareció en la televisión cubana para
denunciar las patrañas y mentiras, amén de ataques
e insultos contra España.
Este grupo de españolas, militantes de un partido
democrático CDC, merece todo el respeto por su
talante solidario con aquellos que, desde posiciones
de debilidad frente al un sistema político asfixiante,
luchan por abrir espacios para la libertad. La policía
cubana, en una demostración de su estilo mafioso
y chantajista, no sólo les retiró los pasaportes, la
documentación de viaje y los billetes de avión, sino
que las recluyó de forma sutil y represiva en los ho-
teles, prohibiéndoles salir a la calle a simplemente
compartir con los cubanos sus miserias, en lo que
se puede interpretar como un ataque directo a espa-
254 Economía cubana: La oportunidad perdida

ñoles fuera de su país. La expulsión se materializó


de forma inmediata.
De todo este episodio podemos extraer dos conclu-
siones.
Primero, ¿dónde estaba el embajador español en
La Habana, Zaldívar? Nunca aparece cuando más
se le necesita. Nadie ha hecho referencia a sus ges-
tiones diplomáticas para atender las necesidades
de unos españoles atrapados en suelo extranjero y
hostil. Tiempo habrá para extraer las conclusiones
oportunas, porque deja mucho que desear este tipo
de actuación. Por fortuna, tampoco el ministro
Moratinos, de reuniones en Bruselas, se percató del
incidente, y gracias a sus gestiones no tuvimos que
lamentar efectos más negativos. También habrá que
esperar algún tipo de reacción por parte de la diplo-
macia española contra este tipo de sucesos que, de
repetirse en el tiempo, van a suponer, no me cabe la
más mínima duda, que otros muchos españoles se
sientan solidarios con la causa de la democracia en
Cuba y mantengan la misma actitud digna que las
militantes de CDC.
Segundo, ya se sabe. El turista que desee viajar a
Cuba tiene que cumplir las reglas del juego que
imponen los dirigentes comunistas cubanos. Si se
sale del guión, expulsión. Entonces, ¿cuáles son esos
límites del guión? Ojalá que este mismo tipo de ra-
seros se hubieran aplicado hace años con la práctica
del jineterismo político a gran escala, o con todos
esos episodios que se han denunciado en numerosas
Elías Amor 255

ocasiones provocados por gente sin escrúpulos que


se aprovecha de la situación de miseria en la que
vive un pueblo. Ojalá que entonces las autoridades
hubieran mostrado la misma eficacia en los sistemas
de vigilancia, control y expulsión. Claro, el dólar es
el dólar, y para una industria turística en permanente
crisis estructural como la cubana, todo vale.
Lo sucedido en La Habana es muy desagradable para
todos. El régimen cubano ha sido siempre así. Los
que lo hemos padecido, lo conocemos bien. Ahora,
sus zarpas llenas de odio y venganza se extienden
también hacia los extranjeros que desean lo mismo
que todos nosotros: libertad, democracia y derechos
humanos. Han trasladado un mensaje a aquellos que
deseen practicar un turismo solidario. La táctica
del miedo puede servirles quizás durante un cierto
tiempo, pero ¿hasta cuándo?

Presslingua, 12/12/2007
La credibilidad de la
economía cubana,
por los suelos

Los economistas de CEPAL han vuelto a publicar,


como viene siendo habitual en estas fechas, el
Informe «Balance preliminar de las economías de
América Latina y el Caribe 2007», en el que nueva-
mente se presentan datos relativos a la ejecución de
la economía regional durante el año en curso, a la
vez que se formulan hipótesis sobre las perspectivas
que cabe aceptar para el siguiente.
Como ya expuse en una colaboración anterior, el
régimen cubano vuelve a desmarcarse de las esta-
dísticas oficiales elaboradas por los técnicos espe-
cialistas de CEPAL con criterios similares para todos
los países, y CEPAL publica los datos relativos a la
economía cubana como «datos proporcionados por
la Oficina Nacional de Estadística del gobierno de
Cuba», lo que supone, una vez más, cuestionar los
indicadores de referencia que permiten el análisis de
la economía de la Isla, el resultado de las políticas
económicas en vigor, y en suma, la credibilidad que
Elías Amor 257

se deriva al exterior de una economía cuyas autori-


dades, pretenden convertir al «caimán» durmiente
en un «tigre» latinoamericano. Dicho en otro modo,
no nos podemos creer las cifras oficiales que se pre-
sentan de la economía cubana porque su método de
elaboración no se basa en las reglas convencionales
de la estadística que utilizan los organismos interna-
cionales. Y eso tiene consecuencias muy negativas
en términos de credibilidad.
La destrucción de la imagen de la economía cuba-
na en el exterior que supone esta agresión de las
autoridades a los organismos internacionales espe-
cializados y objetivos, como CEPAL, va a suponer
graves consecuencias, sobre todo de cara al futuro,
y sienta las bases de un modelo de actuación que,
en absoluto, se puede calificar de responsable. No
tiene sentido distorsionar la realidad económica de
la Isla, que es bien conocida por todos, con datos es-
tadísticos elaborados en «cocina», con una metodo-
logía a medida de las necesidades de la propaganda
exterior del régimen, y de la escasa convicción que
todavía mantiene un reducido número de empresas
extranjeras en la viabilidad del castrismo en materia
de políticas económicas.
El fracaso del régimen en la gestión de la macro y
microeconomía de los cubanos es de tal magnitud
que, lejos de reconocer esta cuestión y aplicar mé-
todos estadísticos convencionales que servirían para
determinar con exactitud cuál es la magnitud de los
problemas de la economía y en qué sentido se tienen
que adoptar medidas eficaces para superar los obs-
258 Economía cubana: La oportunidad perdida

táculos existentes, la reacción es justo la contraria,


e instalados en esa «batalla de ideas» en la que ya
nadie cree, se inventan una estadística alternativa,
ponen en grave aprieto a los economistas cubanos
profesionales, que desean hacer su trabajo en las
mejores condiciones de objetividad, y afrontan a
la CEPAL por tercer año consecutivo, en una huida
hacia delante que tiene consecuencias negativas para
la economía cubana.
Quizás no sea el momento de cuestionar el análisis
estadístico oficial elaborado por el castrismo, que
tiempo habrá para comprobar lo alejado que se en-
cuentra de la realidad, sino de resaltar la importancia
que tiene que la economía cubana vaya perdiendo
no sólo su potencial productivo, su capacidad para
crecer, sus recursos humanos y materiales, sino,
lo que si cabe es mucho peor aún, su credibilidad.
Distorsionar las estadísticas para que parezcan mejo-
res, y propiciar una imagen de la realidad que nadie
cree, es lo peor que el castrismo en fase terminal
puede hacer para el futuro de la economía cubana.
Lejos de situar en su justo plano las expectativas
en las que basan los agentes económicos sus planes
y decisiones, el régimen pervierte el sentido de la
información, la distorsiona llegando a exigir que se
reconozcan como oficiales sus «propias estimacio-
nes», y provoca la hilaridad y el desprecio de aquellos
a los que pretende, de forma equivocada, confundir y
arrastrar hacia una verdad que sólo es una falsedad.
Los economistas saben muy bien que ese no es
el camino más adecuado para afrontar los graves
Elías Amor 259

problemas de la economía cubana. Que no sólo hay


que pensar en un necesario cambio de modelo, en la
puesta en marcha de las instituciones de propiedad
privada y el funcionamiento del mercado, como pun-
to de partida, sino que es preciso disponer de datos
estadísticos fiables que reflejen de forma adecuada
la realidad para impulsar las medidas y políticas
más eficaces para conseguir el máximo dinamismo
económico.
Con la superchería y demagogia de la denominada
Oficina Nacional de Estadística de Cuba, vamos a
tener que tratar de interpretar cuál ha sido el resulta-
do real de la economía de la Isla en 2007, y qué hay
de verdad y de manipulación torticera en los datos
ofrecidos en el Informe de CEPAL.

Cubaliberal, 18/12/2007
Un año sin Fidel Castro:
Reflexiones sobre
el presente y futuro
de Cuba

Ha transcurrido un año sin Fidel Castro al frente


del poder en Cuba. Los acontecimientos vinieron a
confirmar que la gravedad del estado de la salud del
dictador era muy superior a lo que se comentaba en
círculos oficiales, pero no era un asunto de muerte.
Poco a poco, conforme se fue haciendo la luz, la
hipótesis de una desaparición inminente provocada
por el avance de un cáncer en fase terminal, ha sido
sustituida por la imagen de un anciano sin fuerzas,
al que le gusta escribir, y que emplea esas facultades
para hacer llegar sus reflexiones sobre una amplia y
variada gama de asuntos, que van desde el bioetanol
como combustible, hasta el papel de los jóvenes en
el futuro de la revolución, pasando por las prospec-
ciones petrolíferas en el norte de la Isla.
En cualquier caso, Fidel Castro se encuentra en un
estado que se podría calificar de menos grave; su
edad es poco favorable a cualquier recuperación sos-
tenida de su salud, y el ritmo de los acontecimientos
Elías Amor 261

y exigencias de un cargo como el que ha venido des-


empeñando durante los últimos 49 años aconsejan,
quizás en contra de su voluntad, un mayor sosiego y
una cierta distancia de los asuntos del día a día, hacia
lo que algunos califican como un «retiro» dorado.
Por su parte, Raúl Castro ha venido a confirmar lo
que muchos ya sabían de él. Carente del liderazgo
y la capacidad para movilizar a las masas de su her-
mano, el sustituto al frente del gobierno ha apostado
por un modelo sobrio, oscuro y poco eficiente en la
gestión de los asuntos públicos, limitándose a la eje-
cución de un guión preestablecido y acordado con su
hermano, siempre vigilante y al acecho de cualquier
cambio que pudiera ir en contra de sus intereses
políticos. Son varios los ejemplos que podrían servir
para confirmar el «secuestro» de Raúl por Fidel, pero
qué duda cabe que el deseo de afianzar cambios en
la esfera económica y los intentos de impulsar una
reforma en la gestión centralizada de la economía,
han sido archivados como consecuencia de la negati-
va de Fidel Castro a liberalizar el sistema económico
y aceptar el funcionamiento del libre mercado en
la Isla. En cambio, la denominada «batalla de las
ideas» se ha mantenido y las posiciones beligerantes
del régimen hacia la Unión Europea o el Relator de
derechos humanos de Naciones Unidas, han permi-
tido comprobar que la agitación se ha mantenido a
niveles no recordados.
La obsesión con el colectivismo, la planificación
centralizada y la ausencia de propiedad privada ha
continuado lastrando las posibilidades de la econo-
262 Economía cubana: La oportunidad perdida

mía cubana de sacar provecho del clima de expansión


generalizado que atraviesa el continente americano.
Sin una estrategia alternativa para afrontar la nece-
sidad de mejorar las condiciones de vida de los cu-
banos, el régimen languidece política y socialmente,
con Fidel Castro ejerciendo de columnista crítico
y obsesivo hacia George Bush, y Raúl Castro, sin
duda desolado, con la desaparición reciente de quién
ha sido su compañera durante más de medio siglo.
Los años no pasan en balde, y aquellos revolucio-
narios jóvenes que descendieron de Sierra Maestra
destruyendo de forma precipitada, pero bien calcu-
lada, un entramado institucional y económico que
había permitido a Cuba situarse a la vanguardia de
los principales países del Mundo, se han convertido
en una generación de ancianos que apuestan por
conservar un régimen ajeno a la realidad del siglo
XXI y la globalización, del que se valen los nuevos
«populistas» de América Latina, sabiendo que muy
poco tienen en común, y que ha descubierto que ya
no existen los referentes ideológicos que lo sustenta-
ron porque el mundo es muy diferente de entonces.
Y la economía cubana, al igual que esos dirigentes,
no se encuentra preparada para afrontar los retos
de nuestro tiempo. Los sucesivos experimentos de
apertura y centralización que se han sucedido desde
el inicio del denominado «período especial» solo
han contribuido a paralizar los escasos proyectos
de inversión extranjera que apostaban por sacar
provecho a muy corto plazo de los bajos costes la-
borales de los cubanos, sometidos por el gobierno a
Elías Amor 263

unas condiciones laborales injustas denunciadas en


numerosas ocasiones en la OIT por los grupos que
defienden los modelos de responsabilidad social
corporativa. El sindicato cubano único, identificado
con los objetivos de la sociedad «ideal» comunista,
no debería permanecer en silencio ante el atropello
que se comete día a día con los trabajadores cubanos
que se ven obligados a prestar sus servicios en las
empresas extranjeras, en condiciones previamente
negociadas con el gobierno, en eso que se ha deno-
minado el «capitalismo socialista» cubano.
No puede funcionar una economía sin mercado, sin
propiedad privada, sin instituciones que permitan a
los agentes disponer de información clara y transpa-
rente para tomar sus decisiones. Cualquier cambio
hacia la democracia en la Isla debe ir precedido de
una apuesta por la libertad económica, el diálogo so-
cial y la concertación para salir del peligroso círculo
vicioso en que se encuentra la economía. Algunos
analistas creen que se ha perdido un año, desde que
Fidel enfermó y delegó en Raúl el poder. En mi
opinión se han perdido 49 años en experimentos que
sólo han servido para que más de dos millones de
cubanos, el 20% de la población de la Isla, se hayan
visto obligados a abandonar su tierra, sin más.
A lo largo de este año, en el que la salud de Fidel
Castro ha estado en juego, hemos aprendido muchas
cosas que deben servir para el futuro.
Hemos aprendido que la lucha por la democracia
y la libertad en Cuba es tarea de los cubanos, de
los disidentes que cada día, por suerte, afloran en
264 Economía cubana: La oportunidad perdida

mayor número y han perdido el temor a desarrollar


sus actividades, en parte como consecuencia de una
mayor presión y defensa internacional, en parte a
resultas del vacío institucional que se abre con la
enfermedad de Fidel Castro. Aunque la represión y
el hostigamiento se ha mantenido, y son numerosos
los presos en las cárceles, como revelan los infor-
mes de las organizaciones de derechos humanos,
los grupos de disidentes van abriéndose camino,
se lanzan a proponer iniciativas que dejan a las
autoridades castristas fuera de juego y empiezan a
despertar simpatías y adhesiones, como nunca, en
todos los foros internacionales. Lamentablemente, el
régimen sigue manteniendo hacia ellos una política
de oscuridad informativa, por lo que las activida-
des de estos grupos son mejor conocidas fuera que
dentro de la Isla, pero es cuestión de tiempo que los
canales no formales de comunicación contribuyan
a engrandecer su impacto social. De ellos será el
futuro, luego nadie mejor que ellos para realizar el
análisis y proponer las vías más adecuadas para que
Cuba sea un país democrático.
Hemos podido aprender que el gobierno castrista
mantiene abundantes espacios de sombra informati-
va sobre la población. En los primeros estadios de la
enfermedad de Fidel Castro, los escasos periodistas
acreditados en La Habana podían comprobar cómo
los ciudadanos cubanos les interpelaban en busca
de informaciones sobre la salud del dictador, ya
que los medios de comunicación estatales en la Isla
habían apagado la luz. La manipulación de la opinión
Elías Amor 265

pública sigue siendo una de las características del


ejercicio de poder en la Isla, y no parece que Raúl
haya preferido relajar los instrumentos que tiene a su
disposición para cambiar en algo las cosas. El acceso
de los cubanos a la información no controlada por el
gobierno es quizás ahora mayor y más diversificado
que en años anteriores, pero siguen existiendo sectores
sociales muy amplios que carecen de ese acceso, y que
se mantienen bajo el rígido control de la información
oficial. De igual modo, la presión del régimen sobre
los medios independientes se ha hecho especialmente
intensa, y sólo en esos términos se puede comprender
la desaparición de proyectos como Vitral, que han de-
jado vacío un espacio muy importante de información
independiente en la Isla.
Hemos aprendido que el régimen, lejos de aceptar
las ofertas internacionales para iniciar el diálogo en
torno a derechos humanos y libertades, se ha orien-
tado en sentido contrario, descalificando a todos
los que han querido, de buena fe, ayudar a que las
cosas en Cuba cambien en la dirección correcta. Si
existen opiniones de disenso en el aparato político
y burocrático del régimen, han sido acalladas para
siempre. Las reuniones con los responsables de la
administración castrista no dejan espacio para la
duda. El pensamiento único se vuelve a convertir en
la máxima prioridad y todos aquellos que disienten,
son desplazados o apartados de sus funciones. Los
gobiernos que, como el socialista español, han inten-
tado formalizar modelos alternativos de relación con
el régimen, bajo la hipótesis de que es conveniente
266 Economía cubana: La oportunidad perdida

no tensar los acontecimientos, han descubierto que


las autoridades mantienen la presión política sobre la
población y hacen oídos sordos a cualquier llamado
a la apertura.
En fin, hemos aprendido que el modelo de sucesión
no es garantía de futuro para Cuba. No tiene legiti-
midad alguna, como tampoco la posee el régimen
castrista; pero ahora la situación es peor, porque
el traspaso de poder pone de manifiesto que no se
pretende ceder espacio a las reformas necesarias
para cambiar las cosas. Es cierto que las dictadu-
ras, cuando se acerca la hora final de quiénes han
dirigido el poder, se enrocan y niegan cualquier
espacio alternativo al cambio. Los hermanos Castro
no van a ser la excepción. La ideología que han
inoculado a la sociedad cubana tampoco cuenta
con excesivos adeptos, si se tiene en cuenta las
opiniones que se pueden recabar de quiénes viajan
a la Isla o de la escasez de actos de movilización
que se han producido a lo largo del último año. No
hay cambios, pero tampoco parece que se tenga
una idea de qué hacer. Nadie quiere asumir la res-
ponsabilidad que finalmente se tendrá que tomar.
Los acontecimientos en un «statu quo» difícil de
mantener por más tiempo pueden conducir a un
modelo de transición complejo tras la desaparición
de los núcleos de poder.
¿Qué nos queda en tales condiciones? La respuesta
está clara: La política definida por la Unión Europea
es la más acertada frente a quiénes no aceptan el
diálogo sobre derechos humanos y libertades.
Elías Amor 267

Hay que mantener los contactos con la disidencia


interna, y fomentar sus actividades pacíficas y de-
mocráticas para que contribuyan a una transición
igualmente pacífica a la democracia. Los premios de
las instituciones internacionales a las organizaciones
que existen en la Isla y los dirigentes de la disidencia
deben aumentar y es preciso presionar al régimen
para que permita la salida de la Isla a las personas
para que recojan sus reconocimientos y puedan res-
pirar el aire de libertad que se respira en el exterior.
Hay que continuar con las labores de introducción en
la Isla de manuales, libros, novelas y en general, de
escritores prohibidos por la revolución, facilitando a
los cubanos una visión alternativa de la realidad que
la ausencia de libertad de expresión no les permite
conocer. En ese sentido, la labor de la Fundación
Hispano Cubana distribuyendo su revista en Cuba
debe valorarse de forma muy positiva.
Hay que procurar que los responsables políticos y
administrativos de la Isla, muchos de ellos clara-
mente en desafección hacia los hermanos Castro,
empiecen a apostar por medidas liberalizadoras en
materia económica, compatibles con el respeto a los
trabajadores cubanos. Se debe fomentar su partici-
pación en encuentros, jornadas, sesiones de trabajo
en foros internacionales, para que puedan aprender y
estimularse por el ambiente más positivo que existe
fuera de la Isla.
Por último, y no por ello menos importante, es
conveniente evitar la fractura del amplio consen-
268 Economía cubana: La oportunidad perdida

so exterior hacia la necesidad de que en Cuba se


produzca una transición a la democracia y no una
sucesión. Más bien, todo lo contrario. Los gobiernos
democráticos deberían plantear una estrategia en esta
dirección y no variar la intensidad en su aplicación,
para no trasladar fisuras hacia el régimen y que ello
le permita interpretar que es posible su permanencia.

Revista Hispano Cubana, Nº 29, año 2007


Balance de la economía
cubana en 2007:
del «milagro» al fracaso

Hay indicadores relativos a la economía cubana


que no admiten discusión, y que apuntan a que, en
absoluto, se puede aceptar que las cosas mejoren o
que se produzcan ritmos de crecimiento como los
anunciados por la denominada Oficina Nacional de
Estadística de Cuba, que CEPAL no quiere hacer
suyos en los informes de coyuntura elaborados por
esta prestigiosa institución.
En primer lugar, el descontrol en la gestión de los
presupuestos del Estado sigue siendo la nota ca-
racterística de la burocracia castrista. El nivel de
subvención a las ineficientes empresas estatales
se sigue manteniendo muy elevado. A pesar de los
anuncios a favor de una mayor descentralización de
las decisiones y el requisito de conseguir la autofi-
nanciación para las empresas, el régimen castrista,
empeñado en dirigir e intervenir en las decisiones
de todos los agentes económicos en virtud de esa
convicción, evidentemente equivocada, de que un
270 Economía cubana: La oportunidad perdida

orden superior y burocrática es mejor que el meca-


nismo del mercado para atender las necesidades de
la población, ha vuelto a propiciar un crecimiento
de los gastos corrientes en el presupuesto estatal
del 28%. Este aumento del gasto que se ejecuta
para sostener empresas poco competitivas no se
corresponde con el menor crecimiento registrado en
las inversiones, que en cambio, son necesarias para
mejorar y aumentar la capacidad productiva del país.
El capítulo de gastos de capital del presupuesto ha
crecido sólo un moderado 4%, volviendo a retrasar
y posponer las necesarias reformas en la economía
para producir más y mejor.
Este aumento de los gastos públicos corrientes,
que denota una gestión basada en el descontrol y
el despilfarro, se ha podido conseguir gracias a
mayores ingresos públicos procedentes, sobre todo,
de ingresos no tributarios, como los que se han ob-
tenido gracias al diferencial de precios del comercio
exterior en algunos capítulos como la minería. Dado
el carácter coyuntural que los economistas otorgan
a estos sistemas de financiación, que hoy pueden ir
bien gracias al comercio mundial, pero mañana es-
tancarse, no sólo se realiza una deficiente gestión del
gasto público, otorgando prioridad al corriente, sino
que las fuentes de financiación son muy inestables y
en cualquier momento pueden desaparecer. No puede
hacerse un peor diseño de política tributaria. Es fácil
suponer que el déficit público siga sin control, supe-
rando cualquier previsión al inicio del ejercicio, y
no sólo como consecuencia de los gastos necesarios
Elías Amor 271

para mitigar las inundaciones, que un buen gestor


de la economía cubana debería ser capaz de prever,
sino del absoluto descontrol de las cuentas públicas
en una etapa en la que el poder político se encuentra
bajo mínimos.
En segundo lugar, las cuentas externas. La política
comercial del régimen castrista se basa en concen-
trar la actividad en determinados países que están
dispuestos a aceptar el juego de «trueque» que el
gobierno mantiene desde los tiempos del CAME,
cuando existía aún el bloque del pacto de Varsovia.
Las autoridades del régimen, lastradas por la incapa-
cidad estructural de la economía cubana desde 1960
para conseguir un sitio en la economía mundial, lo
que he denominado en alguna ocasión el «círculo
vicioso», sólo están dispuestas a comerciar con
aquellos que aceptan sus reglas: Bolivia, Ecuador,
Nicaragua, China, y, por supuesto, Venezuela, cuyo
saldo petrolero permite a la economía cubana llegar
a fin de mes. No es ésta la política más adecuada
para un país que debería esforzarse por situar en la
competencia mundial los principales sectores de su
economía, pero que instalado en la doctrina oficial
del embargo, muestra así el lado más oscuro de la
competencia de los gestores de las empresas estatales
que viven de la fácil subvención.
En tercero, a nivel sectorial hay pocos motivos de
alegría, según el Informe de CEPAL. La construc-
ción experimentó una reducción del 9%, después
de haber registrado un ejercicio más dinámico en
2006. No es extraño este resultado si se piensa que
272 Economía cubana: La oportunidad perdida

el gobierno no apuesta por el gasto de capital que


sustenta las actividades de este sector. El comercio
también registró una caída del 2% en su actividad.
El turismo, la gran apuesta del castrismo, registró
una vez más un descenso del 2% en sus cifras de
producción, y las causas son «la ralentización del
sector en el Caribe y la disminución del turismo de
salud», porque los pacientes son atendidos en sus
países por los médicos cubanos. Hay que mantener
dudas al respecto de estos argumentos, si se piensa
que otros destinos del Caribe en México, Repú-
blica Dominicana o Jamaica, siguen con cifras en
aumento. El turismo de salud, por mucho que las
autoridades lo quieran justificar, es sólo una parte
muy limitada del cómputo total. Posiblemente, lo
que falla sea la política turística misma, mal definida
en los mercados mundiales y con notables carencias
de servicios, lo que hace que se produzcan niveles
muy bajos de repetición.
No cabe duda que, ante estos resultados, la econo-
mía cubana no va bien. No se sabe beneficiar de las
notables aportaciones que recibe de Venezuela, no es
capaz de definir su posición en la economía mundial
y por ello queda al margen del proceso de creci-
miento que se registra en el continente de América
Latina, se mantiene el descontrol del gasto público
para sostener empresas ineficientes y mal gestiona-
das, se confía en exceso en fuentes de financiación
externas y los precios mantienen un crecimiento que
hace que las condiciones de vida de la población se
deterioren de forma continua. Recaer el «mágico
Elías Amor 273

crecimiento» de la economía cubana en el sector


de servicios comunales, sociales y personales, por
su tratamiento estadístico diferenciado del que se
aplica a nivel internacional por Naciones Unidas o
CEPAL y tratar de presentar a partir de ahí, cifras de
«milagro» es una notable torpeza que, a la larga, se
tendrá que pagar en términos de credibilidad.

Presslingua, diciembre 2007


Elías Amor 275

Se terminó de imprimir en España


en los talleres de Publiberia
en noviembre de 2010.

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