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Experiencia de aprendizaje 3
Vivimos actualmente una época de cambio en la que las demandas de las mujeres por una
sociedad más justa, con igualdad para todos y todas, desde los colegios y las universidades,
con marchas y manifestaciones que no veíamos de tal magnitud hace muchos años, ha
generado una gran cantidad de cuestionamientos, reflexiones y medidas. Las situaciones de
acoso sexual en colegios y universidades son la punta del iceberg de un fenómeno que tiene
múltiples factores y aristas.
Reconocer que el día de hoy aún vivimos en una sociedad machista, donde no todos y todas
tenemos las mismas oportunidades, donde el mero hecho de ser mujer u hombre (entre
muchos elementos) conlleva a una discriminación negativa por las creencias formativas que
nuestras figuras parentales nos inculcaron y que se encuentran en nuestro inconsciente. “Las
mujeres tienen que cuidar a los niños(as)” “Los hombres tienen que proveer” son dos ejemplos
clásicos. Nuestra forma de percibir, entender e interpretar la realidad nos genera
experiencias, caminos y carreras diferentes, y, por cierto, numerosas brechas o desigualdades
entre hombres y mujeres.
De acuerdo al Gender Gap Report realizado el año pasado, estudio anual mundial que
realiza el World Economic Forum, la brecha se logrará cerrar en sólo 217 años más. Este solo
dato es mi motivación para, como hombre, abordar, trabajar y avanzar en esta materia.
¿Cómo se entiende tanta brecha, tanto abismo? ¿Desde qué arista vemos hombres y mujeres
este fenómeno? Las diferencias que se producen al observar un mismo evento o situación
aluden a las “brechas de percepción”. Hace poco la REDEG (Red de Empresas por la
Equidad de Género) logró estudiar los distintos factores que facilitan y las distintas barreras
que tienen las mujeres para acceder a puestos directivos en Chile. Por ejemplo, el 61,8% de las
mujeres está de acuerdo con la afirmación “el rol materno es un factor que dificulta a las
mujeres para acceder a puestos directivos en mi organización”, a diferencia de los hombres,
que sólo están de acuerdo con un 43,5%. Por otra parte, el 61,8% de las mujeres está de
acuerdo con la afirmación “los estereotipos negativos hacia las mujeres dificultan que
puedan acceder a puestos directivos en mi organización”, a diferencia de los hombres que
sólo están de acuerdo en un 33%. Al listar todas las barreras, finalmente los hombres
reconocen una minoría de todas las barreras (falta de modelos de roles, brecha salarial, falta
de evidencia de una mejor rentabilidad de la igualdad de género, cultura laboral 24/7, entre
muchas otras), a diferencia de las mujeres que identifican la mayoría de éstas en sus propias
organizaciones.
Considerando que son los hombres quienes habitualmente toman (tomamos) las decisiones
importantes en las empresas, y no reconocen o no ven (vemos) las barreras, ¿estarán
(estaremos) interesados en invertir recursos, en involucrarse activamente en generar cambios,
en ser proactivos para que la estrategia esté alineada con la igualdad de género, en
considerar que éste es un tema que también nos convoca, que esto no es un tema sólo de
mujeres? Hay que cuestionarse como real-mente vemos estos temas, conversarlo directa y
claramente. Comentar nuestras inquietudes, riesgos y temores frente a esto. Se requiere un
cambio real de la forma en que vemos la realidad, cuestionar nuestras percepciones y sesgos
inconscientes. Como hombres, hay que ser más que meros espectadores de estos cambios.
Recuperado de http://www.proforma.cl/columnade_andres_moyano/
Para informar a la población del respeto he igualdad de genero , que no somos mas que otros y
todos somos iguales.
Informar a la población que todos somos iguales y tenemos que tener el debido respeto
Que luchemos por la igualdad de género, y no tener la idea por ser hombres seamos superiores
a las mujeres . Tiene que a ver un respeto he igualdad.