Está en la página 1de 31

Prepararte para educar a un perro

1.

1
Elige a un perro que se ajuste a tu estilo de vida. Después de siglos de crianza, el
perro moderno es una de las especies más variadas de animales en el planeta. Si bien es
probable que haya un perro para cada estilo de vida, no todos ellos encajarán con tus
necesidades específicas. Por ejemplo, si te gusta relajarte, no adquieras un Jack Russell
terrier, conocido por su ladrido constante y su gran energía.[2] En su lugar, tal vez sea
mejor un bulldog que prefiere más acurrucarse en el sofá durante todo el día.
[3] Infórmate sobre las personalidades y los requisitos de cuidado para diversas razas.
Pregúntales a los dueños de perros acerca de la personalidad de las razas. Las razas
mezcladas también son alternativas excelentes, pues tienen personalidades de varias
razas que podrían ser de tu interés.
 Dado que la mayoría de los perros viven de 10 a 15 años, tener uno es un
compromiso a largo plazo. Asegúrate de que el carácter de la raza encaje con
tu estilo de vida.
 Si aún no has formado una familia, piensa en si tendrás niños pequeños en la
casa durante la próxima década. Algunas razas no son recomendables para los
hogares con niños.
2.

2
No adquieras un perro hiperactivo. Sé honesto contigo mismo con respecto a la
compatibilidad del perro que quieras tener dentro de tu estilo de vida. No consigas a un
perro que necesite mucha actividad solo porque quieres un motivo para tener un estilo
de vida más saludable. Si no puedes seguir ejercitando a tu perro hiperactivo, ambos
terminarán frustrándose.
 Escribe las necesidades y el carácter de la raza, así como la manera en la que
satisfarás dichas necesidades.
 Si tienes que realizar un esfuerzo significativo para cambiar tu estilo de vida,
elige un perro distinto.
3.
3
Dale a tu perro un nombre práctico. Este tiene que aprender su nombre con facilidad
a fin de que puedas mantener su atención durante el entrenamiento. El nombre también
debe tener sonidos claros y fuertes que el perro pueda reconocer. Los nombres como
“Fido”, “Max” o “Balto” tienen sonidos distintos que resaltan del flujo regular de habla
humana que tu perro escucha.
 Utiliza el nombre de tu perro con frecuencia cuando juegues con él, lo
acaricies, lo eduques o necesites captar su atención.
 Si tu perro te observa cuando dices su nombre, sabrás que lo ha aprendido.
 Crea una relación positiva con su nombre para que siga concentrándose en ti
cada vez que lo digas. Elógialo cuando responda a su nombre y prémialo.
4.

4
Programa el tiempo suficiente para el entrenamiento. En un principio, comienza con
varias sesiones de 5 minutos divididas a lo largo del día y no permitas que se extiendan
por más de 20 minutos. Esto es especialmente importante con los cachorros, pues tienen
poca capacidad de atención y se aburren con facilidad, al igual que un niño pequeño.
 Sin embargo, en dichas sesiones, no solo te dedicarás al entrenamiento de tu
perro. El entrenamiento se produce realmente a lo largo del día al interactuar
con la mascota. Aprenderá de ti cada vez que interactúen.
 Los perros desarrollan malos hábitos cuando los dueños les permiten salirse
con la suya en horas que no están dedicadas a las sesiones de entrenamiento.
Por consiguiente, siempre vigila a tu perro durante estos periodos. Si lo sabe
durante las sesiones de adiestramiento, entonces se asegurará de recordarlo en
las horas fuera de estas.
5.

5
Prepárate mentalmente para las sesiones de entrenamiento. Cuando trabajes con tu
perro, mantente tranquilo y neutral. Cualquier forma de agitación y emoción de tu parte
afectará negativamente el resultado del adiestramiento. Ten en cuenta que el objetivo
del entrenamiento es reforzar la buena conducta e ignorar o rechazar el mal
comportamiento. Puede parecer estricto, pero para lograr un perro bien entrenado, se
necesita determinación y convicción.
6.

6
Escoge el equipo adecuado. Una correa de aproximadamente 2 m (6 pies) de largo y
un collar simple o uno martingale pueden ser todo lo que necesites al principio, además
de los bocadillos. Consulta con un entrenador para que te recomiende otros equipos,
tales como un cabestro para perros, un arnés, un collar de entrenamiento hecho de metal
o algún otro dispositivo. Los cachorros o los perros pequeños generalmente no necesitan
un equipo tan riguroso. Por otro lado, en el caso de los perros más grandes, puede ser
necesario un equipo especializado (como el cabestro) para mantener su atención.[4]
Método 2
Aplicar los principios generales para el entrenamiento
1.

1
Maneja tus expectativas y estado de ánimo. No todos los días de entrenamiento serán
perfectos, pero no te frustres ni te desquites con tu mascota. Modifica tu propio
comportamiento y actitud para fomentar la capacidad y confianza de tu perro para
aprender. Si tienes un estado de ánimo calmado, por lo general tu perro también lo
estará.
 Si tu perro llega a temerle a tu mal humor, no aprenderá nada nuevo. Solo
aprenderá a tener cuidado y a no confiar en ti.
 Las clases de entrenamiento para perros y un buen entrenador podrán
ayudarte a mejorar tu comportamiento, lo que se traducirá en éxito.
2.
2
Ten en cuenta el carácter de tu perro. Todos los perros tienen caracteres diferentes.
Al igual que los niños, las diferentes razas aprenden de manera y a ritmos diferentes.
Algunos perros son tercos y te desafiarán a cada momento. Otros harán lo que sea para
complacerte. Quizá necesites modificar las técnicas de entrenamiento según el carácter
de tu mascota.
3.

3
Dale recompensas inmediatas. Los perros no entienden las causas y los efectos a largo
plazo. Aprenden rápido, así que debes elogiarlos o recompensarlos a los 2 segundos de
haberse comportado como deseas a fin de reforzar ese comportamiento. Si esperas
demasiado, no asociará el premio con la acción que le hayas pedido realizar.
 Además, debes asegurarte de que el elogio sea lo suficientemente rápido
como para ser acertado. De lo contrario, podrías recompensar
comportamientos no deseados.
 Por ejemplo, imagina que le enseñas a tu perro la orden para sentarse. Se
sienta por un momento, pero para cuando lo elogias y recompensas, ha
comenzado a pararse. En ese caso, lo premiarás por haber hecho esto último,
no por haberse sentado.
4.

4
Considera la posibilidad de educar a tu perro con un clicker. El entrenamiento con
clicker es un método para elogiar inmediatamente a tu mascota con la ayuda de un
clicker. Puedes hacer sonar el clicker más rápido de lo que puedes darle un bocadillo o
acariciar a tu mascota en la cabeza. Por lo tanto, el entrenamiento con clicker refuerza el
buen comportamiento con la rapidez suficiente como para ajustarse a la velocidad de
aprendizaje de un perro. Funciona así: crea una relación positiva entre el sonido del clic
y las recompensas. Con el tiempo, tu perro considerará el sonido del clicker como una
recompensa misma por su buen comportamiento. Puedes aplicar este principio para
cualquier orden que le des.
 Haz sonar el dispositivo, luego prémialo inmediatamente. Esto creará una
relación positiva con el sonido. Más adelante, ese sonido “marcará” un
comportamiento como correcto para que el perro sepa que ha hecho algo bien.
 Cuando el perro se comporte de la manera deseada, haz sonar el clicker, luego
prémialo. Una vez que se haya comportado de esa manera consistentemente,
podrás nombrar dicho comportamiento. Comienza relacionando la orden y el
comportamiento con la ayuda del clicker.
 Por ejemplo, antes de siquiera enseñarle la orden para sentarse, haz sonar el
clicker, dale un bocadillo y elógialo cuando lo encuentres sentado. Cuando
comience a sentarse solo para recibir el bocadillo, comienza a decir la palabra
“siéntate” para hacer que se ponga en esa posición. Combina la orden con el
sonido del clicker para recompensarlo. Con el tiempo, aprenderá que sentarse
en respuesta a dicha orden le hará ganar un clic como recompensa.
5.

5
Sé constante. Tu perro no entenderá lo que quieres de él si no eres consistente. Todos
los que viven con tu perro deben entender y comprometerse con su entrenamiento. Por
ejemplo, si educas a tu perro para que no salte encima de las personas, no permitas que
los niños lo dejen hacerlo. Esto socavará todo el entrenamiento que hayas realizado.
 Asegúrate de que todos utilicen las órdenes exactas que tu perro aprenda en el
entrenamiento. Él no habla español, así que no puedes decirle una palabra
distinta para “siéntate”. Utilizar estos términos de manera indistinta solo lo
confundirá.
 Debido a que el can no hará una conexión clara entre una sola orden y una
acción, su respuesta a ella será impredecible.
6.

6
Siempre recompensa la buena acción y el buen comportamiento con elogios, y en
ocasiones con un bocadillo pequeño. Los bocadillos pequeños ayudarán a motivarlo
para que aprenda el entrenamiento. El bocadillo debe ser pequeño, sabroso y fácil de
masticar para que no interrumpa la sesión de entrenamiento ni lo llene con mucha
rapidez.
 Considera el tiempo que le tomará masticar un bocadillo duro en comparación
con uno semihúmedo. Los bocadillos del tamaño del borrador de un lápiz son
suficiente para expresar el punto positivo, pero no debes esperar demasiado
para que tu perro lo coma.
7.

7
Utiliza bocadillos de “gran valor” cuando sea necesario. Cuando le enseñes una
orden difícil o importante, utiliza un premio de “gran valor” para aumentar las
probabilidades de que la aprenda. Algunos ejemplos pueden ser: hígado liofilizado,
trozos de pechuga de pollo asado o rebanadas de carne de pavo.
 A medida que el perro aprenda la orden, elimina gradualmente estos
bocadillos y dáselos según sea necesario para proseguir con el entrenamiento,
pero siempre elógialo.
8.

8
Edúcalo cuando tenga el estómago vacío. Algunas horas antes de comenzar con el
entrenamiento, no le des tanta comida como de costumbre. Mientras más quiera el
bocadillo, más se concentrará en la tarea que necesita realizar para obtenerlo.
9.

9
Siempre termina el entrenamiento de manera positiva. Aun cuando la sesión de
entrenamiento no haya salido bien y tu perro no haya entendido una orden nueva,
termina con algo por lo que puedas elogiarlo. Al terminar la sesión de entrenamiento
con una orden que ya haya dominado, lo último que recordará será tu amor y el elogio.
10.

10
Desalienta los ladridos. Si tu perro te ladra cuando no quieres que lo haga, ignóralo
hasta que se detenga y luego recompénsalo con un elogio. A veces ladran para llamar la
atención o a veces por frustración.
 No le lances una pelota o un juguete. Esto solo le enseñará que, si ladra,
obtendrá algo que desea.
 No le grites para que se calle, pues eso lo recompensará con tu atención.
Método 3
Enseñarle a que camine junto a ti
1.

1
Pasea a tu perro con regularidad usando una correa. Esto es importante no solo para
el entrenamiento, sino también para su salud física y mental. Dependiendo de su raza, es
posible que necesite mucho ejercicio para mantenerse feliz y en forma.
2.

2
Evita que jale de la correa. La mayoría de los perros jalan de la correa cuando
aprenden a dar paseos. Si empieza a jalar de la correa, detenlo de inmediato. No des otro
paso hasta que el perro vaya a tu lado y centre su atención en ti.
3.

3
Cambia de dirección. Un método aún más eficaz es caminar en la dirección contraria y
alentar a tu perro a que vaya hacia ti. Una vez que haya comprendido, elógialo y
recompénsalo.
4.

4
Haz que sea divertido estar a tu lado. El impulso natural de tu perro será tomar su
propio rumbo e investigar su entorno. El objetivo es que caminar a tu lado sea más
interesante que lo otro. Habla con una voz entusiasta cuando cambies de dirección y
elógialo cuando vaya hacia tu lado.
5.

5
Combina el comportamiento con una orden verbal. Una vez que el perro camine
constantemente a tu lado, podrás nombrar el comportamiento, por ejemplo, “sígueme” o
“vamos”.
Método 4
Enseñarle a que vaya hacia ti
1.

1
Entiende el valor de la orden. La orden “ven” te servirá cada vez que quieras que el
perro vaya hacia ti. Esta orden sirve básicamente como un salvavidas, ya que puede
evitar que tu perro salga corriendo si se suelta de la correa.
2.

2
Prepáralo para este entrenamiento. Siempre es mejor que empieces en casa (o en un
patio cerrado) con poca distracción. Colócale una correa de unos 2 m (6 pies) para que
tengas una manera de mantener su atención y evitar que escape.
3.

3
Llama la atención de tu perro. El objetivo es que corra hacia ti. Puedes hacerlo con
sonidos altos relacionados con el juego, un juguete, con palmadas de emoción o con
solo abrir los brazos. También puedes correr una distancia corta lejos de él y luego
detenerte, pues los perros por naturaleza empezarán con la persecución.
 Utiliza elogios y una “voz alegre” para alentarlo a que corra hacia ti.
4.

4
Elógialo de inmediato. Haz sonar el clicker, elógialo con una “voz alegre” y dale un
bocadillo cada vez que llegue a tu lado.
5.

5
Combina el comportamiento con una orden verbal. A medida que tu perro comience
a darse cuenta de que lo recompensarás por ir hacia ti, empieza a darle la orden verbal
“ven”. Cuando responda, refuerza la orden elogiándolo con palabras como “bien” o
“¡buen chico!”.
6.

6
Lleva el entrenamiento a espacios más públicos. Debido a que la orden “ven” podría
salvar la vida de tu perro, debe aprender a reaccionar a ella aun cuando esté distraído.
Lleva las sesiones de entrenamiento de tu casa o patio a un parque público. Habrá más
cosas que ver, sonidos y olores que atraigan su atención.
7.

7
Aumenta la longitud de la correa. Comienza el entrenamiento con una correa de unos
2 m (6 pies), pero luego el animal debe volver de distancias más largas que esa. Trata de
unir dos correas para aumentar la distancia.
8.

8
Intenta educar a tu perro sin la correa en un espacio cercado. Esto le enseñará a
volver desde distancias largas.
 Pídele a alguien que te ayude con el entrenamiento sin correa. Pueden jugar al
“ping pong” y tomarse turnos para llamar al perro.
9.

9
Dale recompensas grandes. Debido a que esta orden es muy importante, los elogios
que le des a tu perro por obedecerla deben ser extravagantes. Responder a la orden
“ven” debe ser la mejor parte del día de tu perro.
10.

10
No crees una relación negativa con esta orden. Sin importar lo molesto que estés,
nunca refuerces la orden con ira. Incluso si estás furioso porque tu perro se ha soltado
de la correa y ha corrido libremente durante 5 minutos, elógialo cuando al fin obedezca.
Recuerda que debes elogiar lo último que haga, lo cual ha sido precisamente ir hacia ti.
 Nunca lo corrijas, le grites, lo jales de la correa ni conviertas la orden en una
mala experiencia. Puedes deshacer años de entrenamiento con una sola
experiencia mala.
 Nunca hagas algo que tu perro no vaya a disfrutar después de darle la orden
de que vaya hacia ti. Si bien podrías verte tentado a darle la orden cuando
necesites darle un baño, recortarle las uñas o limpiarle las orejas, la orden de
ir hacia ti siempre debe provocarle alegría.[5]
 Si tienes que hacer algo que no le gusta a tu perro, solo ve y sujétalo tú mismo
en lugar de darle la orden. Elógialo por mantenerse tranquilo y aceptar la
tarea. Por supuesto, puedes utilizar bocadillos.
11.

11
Vuelve a lo básico. Si tienes miedo de que tu perro se suelte de la correa e ignore la
orden de ir hacia ti, vuelve a la parte del entrenamiento con la correa. Sigue trabajando
con la correa hasta que tu perro responda a la orden con constancia.
 No apresures el entrenamiento con esta orden. Es muy importante como para
dejarlo a medias.
12.

12
Refuerza el entrenamiento durante toda la vida de tu perro. Debido a que este
comportamiento es tan importante, debe reforzarse a través de toda su vida. Si lo sacas a
pasear sin la correa, ten bocadillos en tu bolsillo para reforzar la orden.
 También debes tener una orden para indicarle que no necesita estar a tu lado.
Una frase como “eres libre” es una forma de expresarlo, pero la idea es que el
perro pueda hacer lo que quiera y que no esté bajo tus órdenes hasta que le
des alguna.
13.
13
Mantén la diversión. No querrás que el perro piense que cada vez que va hacia ti la
diversión termina, alguien le pone la correa y luego debe volver a casa. De lo contrario,
comenzará a verte con menos confianza y tendrá menos ganas de ir hacia ti. Por lo
tanto, llámalo, elógialo cuando llegue y luego “libéralo” para que vuelva a jugar.
14.

14
Haz que el perro se acostumbre a que lo agarren del collar. No es necesario que lo
combines con alguna orden verbal. Cuando el perro vaya hacia ti, sujeta su collar para
que no se ponga nervioso cada vez que sienta que alguien lo toca.
 Cuando te inclines para premiarlo por ir hacia ti, sujeta su collar mientras le
acaricias el cuello y le das un bocadillo.[6]
 De vez en cuando, aunque no siempre, la correa debe estar unida al collar
cuando lo sujetes.
 Asimismo, puedes ponerle una correa corta y dejarlo “libre” una vez más. Las
correas deben ser sinónimo de cosas divertidas que están a punto de suceder y
de lugares que visitarán. No tendrás que corregirlo severamente.
Método 5
Enseñarle a escuchar
1.

1
Entiende el propósito de la orden para escuchar. La orden “escucha”, también
conocida como la orden “mírame”, es una de las primeras órdenes que debes enseñarle.
Te servirá para llamar su atención a fin de poder darle la siguiente orden o indicación.
Algunas personas solo utilizan el nombre de su perro en lugar de esta orden. Esto es
especialmente útil si tienes más de uno. De esa manera, cada perro sabrá cuándo quieres
que te preste atención.
2.
2
Prepara un puñado de bocadillos. Pueden ser bocadillos para perros que compres en
la tienda o perros calientes cortados en pedazos pequeños. Elige un bocadillo que sepas
que le encante y que quiera conseguir.
3.

3
Párate al lado de tu perro. Sin embargo, no interactúes con él. Si reacciona a tu
presencia, permanece de pie y mira a otro lado hasta que pierda interés.
4.

4
Di la orden “escucha” en voz baja pero firme. Si utilizas el nombre de tu perro en
lugar de la orden “escucha” o “mírame”, entonces dilo. El tono y el volumen deben ser
el mismo, tal como si llamaras a una persona por su nombre para atraer su atención.
5.

5
No levantes la voz para atraer su atención. Reserva el gran vozarrón para las
situaciones de “vida o muerte”, como cuando se escape por la reja o se suelte de su
correa. Si rara vez levantas la voz, obtendrás toda su atención cuando necesites gritar.
Pero si siempre lo haces, tu perro la ignorará gradualmente. Gritar ya no será
considerado como una orden que atrae una atención especial.
 Los perros tienen un oído excelente, mucho mejor que el nuestro. Un giro
divertido de esta orden es ver qué tan bajo puedes susurrar para obtener una
respuesta suya. Las personas pensarán que eres un “encantador de perros”
cuando puedas hacer que cumpla las órdenes con apenas un susurro.
6.
6
Dale a tu perro una recompensa inmediata a cambio de la respuesta
deseada. Apenas deje de hacer lo que está haciendo y te mire, elógialo y recompénsalo
con un bocadillo. Haz sonar el clicker antes de elogiarlo o darle el bocadillo en caso de
que emplees el entrenamiento con clicker.
 Recuerda que tu respuesta debe ser inmediata. Mientras más rápido lo
recompenses, mejor entenderá la relación entre la orden, el comportamiento y
el premio.
7.

7
Con el tiempo, deja de darle los bocadillos. Una vez que tu perro haya dominado la
orden, deja de darle bocadillos por llevarla a cabo. No obstante, aún debes utilizar el
clicker o elogiarlo verbalmente.
 Dejar de darle bocadillos al perro es importante porque podría empezar a
acostumbrarse a recibirlos todo el tiempo. De ese modo, terminarás con un
perro que solo cumple las órdenes cuando tienes comida.
 Elogia a tu perro con regularidad incluso después de haber dominado una
orden, pero recompénsalo inmediatamente. Esa es la manera de mantenerlo
firme en su vocabulario canino.
 Una vez que haya dominado la orden, puedes utilizar bocadillos para amoldar
el comportamiento a fin de que sea más rápido o más preciso. Pronto se dará
cuenta de que los bocadillos vendrán con la orden o acción que le sigue a
“escucha”.
Método 6
Enseñarle a sentarse
1.

1
Haz que tu perro esté parado. El propósito de enseñarle a sentarse es que tu perro
pase de estar parado a sentarse, no que siga sentado. Dirígete a tu perro o aléjate de él
para hacer que se pare.
2.

2
Posiciónate en su línea de visión. Párate directamente en frente de él de modo que su
atención se concentre en ti. Deja que vea que tienes un bocadillo en tu mano.
3.

3
Haz que el perro enfoque su atención en el bocadillo. Comienza con el bocadillo
sostenido a un lado. Levanta esa mano en frente de su nariz para que pueda olerlo y
luego ponlo a la altura de su cabeza.
 Cuando sostengas el bocadillo por encima de la cabeza del perro, la mayoría
de ellos se sentarán de manera natural para tener una mejor visión.
4.

4
Dale el bocadillo inmediatamente y elógialo. Sigue la rutina del clicker con el
bocadillo o el elogio, o simplemente prémialo y elógialo. Di “Bien hecho” cuando
realice la orden que le das. Al principio podría ser lento, pero ofrecerle más bocadillos y
elogios acelerará su respuesta.
 Asegúrate de no elogiarlo hasta que esté realmente sentado. Si lo elogias
cuando aún está a punto de sentarse, no sabrá qué es lo que quieres.
 Asimismo, asegúrate de no elogiarlo por levantarse, sino se comportará de esa
manera en lugar de sentarse.
5.
5
Si tu perro no se sienta con la técnica del bocadillo, puedes utilizar la correa y el
collar. Párate a su lado, mirando a la misma dirección que él. Ejerce un poco de presión
hacia atrás en el collar para hacer que se siente.
 Quizá tengas que alentarlo para que se siente empujando levemente sus patas
traseras. Mientras lo haces, inclínalo levemente hacia atrás con la ayuda del
collar.
 Apenas se siente, elógialo y recompénsalo inmediatamente.
6.

6
No repitas la orden. El perro debe responder a la primera frase, no a la segunda, tercera
ni cuarta. Si no se comporta de la manera deseada a los 2 segundos de darle la orden,
refuérzala con la ayuda de la correa.
 Al principio del entrenamiento, nunca le des una orden que no puedas
reforzar. De lo contrario, corres el riesgo de que te ignore debido a que no
eres continuo y la orden no tendrá sentido.
 Crea un significado positivo para el perro con elogios y consistencia.[7]
7.

7
Elógialo cuando se siente de manera natural. Busca momentos del día en los que tu
perro se siente por cuenta propia. Elogia ese comportamiento y muy pronto se sentará
para llamar tu atención en lugar de saltar o ladrarte.
Método 7
Enseñarle a acostarse
1.

1
Atrae su atención. Consigue algunos bocadillos o un juguete, y busca a tu perro.
Sostén el juguete o el bocadillo a la vista para que se concentre en ti.
2.

2
Utiliza el bocadillo o el juguete para alentarlo a que se acueste. Hazlo moviendo el
juguete o el bocadillo en el suelo frente a él, entre sus patas delanteras. Deberá seguirlo
con la cabeza y su cuerpo hará lo mismo poco tiempo después.
3.

3
Elógialo inmediatamente. Cuando el vientre del perro esté apoyado en el piso, elógialo
y dale el bocadillo o el juguete. Sé preciso con tus elogios. Si lo haces a la mitad del
camino, el perro aprenderá ese comportamiento.
4.

4
Aumenta tu distancia. Una vez que haya aprendido el comportamiento con la promesa
del bocadillo, aléjate un poco más. La señal para que se agache será tu mano extendida
(mirando hacia abajo), moviéndola hacia abajo desde la parte frontal de tu cadera hacia
tu lado.
 A medida que el perro se acostumbre a acostarse, agrega la orden verbal
“abajo” o “acuéstate”.
 Siempre elógialo apenas recueste su vientre en el suelo.
 Los perros interpretan bien el lenguaje corporal y aprenden las señales de
manos con bastante rapidez.
5.
5
Alarga la orden “abajo”. A medida que tu perro adquiera confianza con la orden
“abajo”, haz una pausa de algunos segundos antes de elogiarlo y recompensarlo para así
alentarlo a que mantenga esa posición.
 Si salta para recibir el bocadillo, no se lo des, sino recompensarás su último
comportamiento.
 Comienza de nuevo y el perro entenderá que quieres que permanezca echado
en el piso, siempre y cuando seas constante.
6.

6
No te inclines sobre tu perro. Una vez que tu mascota haya entendido la orden, párate
recto cuando se la des. Si te le acercas, solo se echará cuando te inclines sobre él. Con el
tiempo, tu objetivo será que lo haga al darle la orden desde el otro lado de la habitación.
Método 8
Enseñarle a esperar en la puerta
1.

1
Comienza este tipo de entrenamiento a una edad temprana. Educar a un perro para
que respete el umbral de la puerta es importante. No querrás que salga corriendo por ella
cada vez que se abra, pues podría ser peligroso para él. No es necesario realizar este
entrenamiento cada vez que pases por una puerta, pero debes aprovechar al máximo las
oportunidades que tengas cuando aún sea un cachorro.
2.

2
Ponle una correa. Debes ponerle una correa corta que te permita cambiar su rumbo
desde una distancia corta.
3.

3
Camina hacia la puerta. Llévalo contigo sujetándolo de la correa puesta.
4.

4
Dale la orden “espera” antes de que salga. Si tu perro te sigue cuando pasas por la
puerta, utiliza la correa para detenerlo y luego vuelve a intentarlo.
5.

5
Elógialo cuando te obedezca y espere. Cuando se dé cuenta de que quieres que
permanezca en la puerta en lugar de pasar por ella siguiéndote, elógialo y recompénsalo
con un “bien hecho”.
6.

6
Enséñale a sentarse en el umbral de la puerta. Si la puerta está cerrada, puedes
enseñarle a sentarse apenas pongas la mano en la perilla. De esta manera, esperará
mientras la puerta está abierta y no la cruzará hasta que lo liberes. Al principio, este
entrenamiento debe llevarse a cabo con una correa para proporcionarle seguridad.
7.

7
Dale una orden aparte para alentarlo a pasar por la puerta. Puedes usar una orden
como “ven” o “eres libre”. Sin importar la orden que uses, debe ser la única que le
indique que puede salir de casa.
8.

8
Aumenta la distancia. Intenta soltar al perro en el umbral de la puerta y haz algo en el
otro lado. Puedes recoger el correo o sacar la basura antes de regresar y elogiarlo. La
idea es que no siempre lo llames al otro lado del umbral para que vaya hacia ti. También
puedes volver por él.
Método 9
Enseñarle comportamientos alimenticios positivos
1.

1
Haz que espere pacientemente mientras le preparas su comida. No hay nada más
molesto que un perro que salta y ladra mientras tratas de preparar su comida. Más bien,
utiliza la orden de esperar que ha aprendido durante el entrenamiento de la sección
anterior para que se quede fuera del umbral de la habitación donde lo alimentas.
 Cuando estés listo, haz que tu perro se esfuerce para recibir su comida al
ordenarle que se siente y espere mientras se la pones en el suelo.[8]
 Párate y espera unos cuantos segundos antes de darle permiso para comer.
Puedes utilizar la frase “eres libre” o crear una orden nueva para la hora de
comer, por ejemplo, “hora de comer” o “delicioso”. Elige una frase que no se
la dirías a otras personas por error, como “hora de comer” o “comamos”, pues
eso podría indicarle erróneamente a tu mascota que es hora de alimentarse.
 Con el tiempo, se sentará por su cuenta apenas vea su recipiente de comida.
2.

2
Alimenta a tu perro con la mano. A la hora de comer, comienza a hacerlo con la
mano. Luego, utilízalas para colocar el resto de la comida en su recipiente. De esta
manera, tu aroma quedará impregnado en el recipiente de tu perro y también se
acostumbrará a que tus manos estén cerca. Esto debe ayudar a solucionar o evitar las
tendencias agresivas en torno a la comida.[9]
3.

3
Enséñale a tu perro a dejar las cosas. Enseñarle a tu perro a quitar la nariz de la
comida u otros objetos puede ser de gran ayuda en una serie de situaciones, incluso
cuando se te cae comida por accidente en el suelo durante la cena familiar o cuando tu
mascota parece interesada en tomar algo potencialmente dañino durante un paseo. Para
enseñarle esta orden, sigue los pasos a continuación:
 Primera etapa: lleva un premio en la mano cerrada. El perro probablemente la
lamerá, olerá y pondrá la pata en ella a fin de obtener el premio. Una vez que
aleje la nariz de tu mano, elógialo y dale el premio.
 Segunda etapa: incluye la palabra “déjalo”. Dísela cuando tu perro decida
alejar su nariz.
 Tercera etapa: toma un premio en la palma de tu mano en frente de tu perro y
otro detrás de ti en la otra. Enséñale a “dejarlo”. Si se acerca demasiado al
premio, haz un puño para ocultar el premio y dile “no” a fin de demostrarle
que no lo recompensarás. Cuando obedezca la orden, dale el premio que
tienes detrás de la espalda.
 Cuarta etapa: coloca el premio en el suelo. Cuando tu perro obedezca la
orden, dale el premio que tienes detrás de la espalda.
 Quinta etapa: ponle la correa a tu perro y haz que camine cerca del premio
que está en el suelo. Ordénale que lo deje sin jalarle la correa. Si se lo come,
vuelve a una etapa previa.
 Sexta etapa: comienza a utilizar la orden cuando estén fuera de casa. [10]
Método 10
Enseñarle las órdenes para tomar y soltar algo
1.
1
Entiende la orden. La orden “toma” te servirá cada vez que quieras que el perro sujete
con el hocico algo que le ofrezcas.
2.

2
Dale un juguete para que juegue. Di la orden verbal “toma” mientras lo haces.
Cuando sostenga el juguete con el hocico, elógialo por su comportamiento. Además,
¡podrá jugar con el juguete!
3.

3
Dale menos recompensas de manera gradual. Es fácil para un perro aprender a tomar
un objeto cuando es muy divertido. Cuando domine la conexión entre la orden y el
comportamiento, dale objetos más aburridos. Algunos pueden ser periódicos, bolsas
ligeras o cualquier otra cosa que quieras que lleve en el hocico.
4.

4
Combina la orden para tomar algo con la de soltar algo. Una vez que sujete el
juguete, utiliza la orden “suéltalo” para que te lo devuelva. Dale una recompensa y
elógialo cuando suelte el juguete, luego vuelve a repetir el proceso. No querrás que el
perro piense que la diversión termina cada vez que suelta el juguete.
 No entres en una competencia de tira y jala con el perro. Si jalas del objeto, el
perro lo hará con más fuerza.
Método 11
Enseñarle a pararse
1.
1
Entiende el valor de la orden para ponerse de pie. El valor de las órdenes para
sentarse y esperar parece algo obvio, pero al principio quizá no entiendas por qué la
orden de pararse es importante para tu perro. No la utilizarás a diario, pero te servirá a
lo largo de la vida de tu mascota. Por ejemplo, un perro que puede estar tranquilo
estando parado es el paciente ideal en una clínica veterinaria o el mejor cliente en una
peluquería.
2.

2
Prepárate para la sesión de entrenamiento. Agarra su juguete favorito o prepara un
puñado de bocadillos para hacer que tu perro te preste atención y para recompensarlo
por aprender la orden. Si quieres enseñarle la orden para que se pare, primero ponlo en
la posición para echarse. Deberá pasar de estar echado a parado para conseguir su
juguete o el bocadillo.
3.

3
Capta su atención. Debes convencerlo para que se pare haciendo que siga al juguete o
el bocadillo. Sujeta el juguete o el bocadillo frente a su cara a la altura de la nariz.
 Si se sienta, pensando que obtendrá una recompensa, hazlo de nuevo, pero
con el bocadillo o el juguete a una altura ligeramente menor.
4.

4
Aliéntalo a seguir tu mano. Aplana tu mano con la palma hacia abajo. Si tienes un
bocadillo, sujétalo con el pulgar puesto contra la palma. Comienza con la mano en
frente de su nariz y aléjala algunos centímetros. La idea es que el perro se pare mientras
sigue tu mano.
 Quizá al principio necesites utilizar la otra mano para alentarlo a levantarse
desde la parte inferior de su cadera para que tenga la idea de lo que le
ordenas.
5.

5
Elógialo de inmediato. Apenas se pare, elógialo y prémialo. Si bien aún no has
empezado a utilizar la orden verbal “párate”, puedes emplearla mientras lo elogias, por
ejemplo, “¡te paraste!”.
6.

6
Agrega la orden verbal “párate”. Al principio, solo tratarás de que tu perro se pare al
seguir la mano que sostiene el juguete o el bocadillo. Cuando haya dominado el
concepto, comienza a incluir la orden “párate” en las sesiones de entrenamiento.
7.

7
Combina esta orden con las demás. Hay muchas formas de combinar las órdenes.
Después de hacer que tu perro se pare, puedes agregar la orden para que espere o
permanezca quieto en caso de que quieras que se quede ahí durante periodos más
prolongados. También puedes utilizar la orden “siéntate” o “abajo” para que haga
algunos ejercicios y aumentar gradualmente la distancia entre tú y tu mascota. Con el
tiempo, tu perro podrá obedecer estas órdenes desde el otro lado de la habitación.
Método 12
Enseñarle a “hablar”
1.
1
Entiende la orden. La orden para hablar le enseñará a tu perro a ladrar en respuesta a
tus indicaciones verbales. Por sí sola, esta orden es una novedad, pero en combinación
con la orden de quedarse quieto puede ayudar a controlar un problema de ladridos en un
perro excesivamente vocal.[11]
 Ten mucho cuidado cuando le enseñes esta orden. En ocasiones, para los
entrenadores inexpertos, este entrenamiento se sale de control y terminan con
un perro que les ladra todo el tiempo.
2.

2
Utiliza un clicker para educarlo. Este tipo de entrenamiento requiere elogios
inmediatos, más que las demás órdenes. Enséñale a relacionar el sonido del clicker con
un bocadillo haciendo clic y brindándole el bocadillo un par de veces seguidas.
 Continúa utilizando el entrenamiento con el clicker hasta que tu perro
considere el sonido como una recompensa en sí. El bocadillo vendrá después.
3.

3
Averigua cuándo ladra más tu perro. Esto varía dependiendo del perro, así que debes
observar a tu mascota específica. Podría ladrar con más intensidad cuando tienes un
bocadillo en la mano, cuando alguien toca la puerta o cuando toca el timbre o una
bocina.
4.

4
Recrea el evento desencadenante. Una vez que hayas determinado lo que hace que tu
perro ladre, repite esta acción frente a él. La idea es alentarlo a ladrar por su cuenta y
luego elogiarlo por haberlo hecho.
 Este entrenamiento puede ser peligroso si lo hace un entrenador inexperto.
 Esta es la razón por la que este entrenamiento es un poco distinto al de las
demás órdenes. Tienes que incluir la orden verbal desde el principio. De esa
manera, el perro no pensará que lo elogias por su comportamiento natural.
5.

5
Utiliza la orden verbal “habla” desde el principio. Apenas tu perro ladre desde el
comienzo, di la orden verbal “habla”, haz sonar el clicker y luego dale un bocadillo.
 Hasta ahora, las demás órdenes han consistido en enseñar primero el
comportamiento y luego agregar una orden que lo preceda.
 Sin embargo, si se hace de esa manera, este tipo de entrenamiento se saldrá de
control muy fácilmente. Al principio, el perro recibirá una recompensa por
ladrar.
 Por lo tanto, es mejor relacionar la orden verbal con el comportamiento que
ya está en progreso. Nunca premies al perro por ladrar sin darle la orden
verbal.
6.

6
Combina la orden para hablar con la de quedarse en silencio. Si tienes un perro que
normalmente ladra mucho, tal vez no creas que enseñarle a hablar vaya a ser de utilidad.
Sin embargo, si se la enseñas, también podrás enseñarle a quedarse en silencio. Si bien
es posible que no necesites esta orden en un perro que ladra mucho, definitivamente
necesitarás aquella para hacerlo callar.
 Una vez que tu perro haya dominado la orden para hablar, comienza a incluir
la orden para callarse en las sesiones de entrenamiento.
 Di la orden verbal “habla”.
 Sin embargo, en lugar de recompensarlo por hablar (ladrar), espera hasta que
deje de hacerlo.
 Di la orden verbal “silencio”.
 Si el perro permanece en silencio (sin ladrar), recompénsalo con un clic y un
bocadillo.
Método 13
Enseñarle a entrar a su jaula
1.

1
Entiende el valor de este entrenamiento. Quizá pienses que es cruel encerrar a un
perro en una jaula durante horas, pero los perros son instintivamente animales de
madriguera, de modo que los espacios confinados no son tan opresivos para ellos como
lo son para nosotros. De hecho, los perros educados para entrar en jaulas querrán entrar
en una para tener comodidad.
 Este entrenamiento es útil para controlar el comportamiento de una mascota
cuando está sin supervisión durante periodos prolongados.
 Por ejemplo, muchos dueños encierran a sus perros en jaulas cuando se van a
dormir o salen de casa.
2.

2
Comienza este entrenamiento desde que tu perro es pequeño. Si bien los perros más
viejos también pueden aprender a disfrutar de sus jaulas, es más fácil hacerlo con uno
joven.
 Sin embargo, si tu cachorro es de raza grande, no le enseñes a entrar en una
jaula pequeña en la que creas que no cabrá.
 Los perros no hacen sus necesidades donde duermen o se relajan, así que la
jaula debe tener el tamaño adecuado.
 Si utilizas una jaula demasiado grande, podría orinarse en una esquina lejana
debido a que tiene mucho espacio.
3.
3
Haz de la jaula un espacio acogedor.[12] No lo aísles en la jaula inmediatamente
cerrando la puerta la primera vez que lo hagas entrar. Debes dejar que tu mascota cree
una relación positiva con la jaula para que disfrute del tiempo que pase allí.
 Cuando empieces el proceso de entrenamiento, pon la jaula en un punto
donde la familia se reúna. La idea es que la jaula sea parte de la escena social
y no un lugar de aislamiento.
 Pon una manta suave y algunos de sus juguetes favoritos dentro de la jaula.
4.

4
Aliéntalo a que ingrese. Una vez que hayas hecho de la jaula un lugar acogedor, utiliza
bocadillos para atraerlo hacia dentro. Al principio, pon algunos de ellos fuera de la jaula
para que pueda explorar el exterior. Luego, ponlos dentro de ella para que asome la
cabeza con el fin de obtenerlos. A medida que se sienta más cómodo, pon los bocadillos
más adentro de la jaula.
 Hazlo hasta que tu perro entre en la jaula sin tener dudas.
 Siempre habla con una “voz alegre” mientras el perro se aclimata a la jaula.
5.

5
Aliméntalo dentro de la jaula. Una vez que esté cómodo con el hecho de entrar a la
jaula para comer los bocadillos, refuerza la relación positiva con la hora de comer.
 Pon su recipiente de comida en un punto donde se sienta cómodo mientras
come. Si aún está un poco ansioso, quizá tengas que colocarlo justo en la
puerta.
 A medida que se sienta más cómodo, coloca el recipiente más adentro de la
jaula.
6.
6
Comienza a cerrar la puerta detrás de él. Utilizando bocadillos y comida, notarás que
se acostumbrará a estar dentro de su jaula. Sin embargo, aún necesitará aprender a lidiar
con la puerta cerrada.
 Comienza a cerrar la puerta a la hora de comer, cuando el perro esté
demasiado distraído comiendo como para notar lo que ocurre.
 Cierra la puerta durante periodos cortos, aumentando el tiempo a medida que
el perro se sienta más cómodo.
7.

7
No lo recompenses por llorar. Cuando un cachorro llora, puede ser adorable, pero
cuando un perro grande lo hace, puede volverte loco. Si tu cachorro llora de manera
inconsolable, quizá lo hayas dejado dentro de la jaula demasiado tiempo. Sin embargo,
no debes sacarlo hasta que deje de hacerlo. Recuerda que cada recompensa que le des
reforzará su último comportamiento; es decir, llorar en este caso.
 Más bien, libéralo una vez que haya dejado de llorar.
 La próxima vez que cierres la puerta de la jaula, déjalo dentro por un tiempo
más corto.
8.

8
Consuela a tu perro mientras está dentro de la jaula. Si tu cachorro llora cuando está
solo en la jaula, lleva esta última hasta tu habitación durante la noche. Ten un reloj de
manecillas o una máquina de ruido blanco para ayudarlo a dormir. Asegúrate de que ya
haya hecho sus necesidades y de que no necesite orinar ni defecar.
 Los cachorros jóvenes deben permanecer enjaulados en tu habitación durante
la noche para que puedas escucharlos cuando te indiquen que necesitan salir
en la madrugada. De lo contrario, se verán forzados a hacer sus necesidades
dentro de la jaula.
Consejos
 Utiliza un arnés en lugar de una correa de ahorque.
 Cuando utilices órdenes verbales, hazlo con una voz firme. Se supone que quieres que el
perro se siente, así que habla con determinación. No sigas repitiendo la orden una y otra
vez esperando que a la larga la obedezca. Refuerza la orden a los 2 o 3 segundos en caso
de que no haya obedecido y luego elógialo. No querrás ser de los que repiten la orden
“siéntate” 20 veces o más hasta que el perro obedece. Se supone que quieres que
obedezca a la primera orden, no a la número 20.
 No permitas que tu perro te muerda, ni siquiera a modo de juego. Esto establece un mal
precedente y será difícil eliminar dicho hábito. Los perros peligrosos y agresivos
necesitarán un entrenamiento especial de parte de un entrenador experimentado. En
algunos casos, necesitarás la ayuda de un veterinario experto en comportamiento. Nunca
trates de encargarte de un perro agresivo sin el entrenamiento adecuado. Es demasiado
peligroso.
 Recuerda que cada perro es diferente. Un perro podría aprender a un ritmo más lento
que otro, cosa que no tiene nada de malo. ¡No existe tal cosa como un perro imposible
de educar!
 Recuerda que los perros no se comunican de la misma forma que los seres humanos.
 No permitas que tu perro se “apoye” en ti cuando estás de pie o sentado. Esta no es una
señal de que le agradas, sino una de dominación. El perro estará invadiendo tu espacio.
Eres el líder, así que párate y empújalo con tu rodilla o pie. Elogia al perro por
levantarse y ordénale que se eche en su cama o que vaya a su jaula en caso de que
necesites controlar tu espacio personal con mayor eficacia.
 Si utilizas señales con la mano, asegúrate de que sean únicas y perceptibles para que el
perro pueda verlas y diferenciarlas. Existen señales estándar para educar perros que
emplean órdenes como “siéntate”, “quieto”, etc. Si no estás seguro, pregúntale a un
entrenador, o busca en Internet o en un libro para tener una idea más clara del lenguaje
corporal que debes utilizar.
 Sé constante. Asegúrate de que la orden y las señales de mano sean las mismas siempre.
 Si tu perro está fuera de control, otra buena forma de corregir el comportamiento es
aislarlo del resto del “grupo”. Ponlo en una jaula o una perrera e ignóralo. Aislarlo del
grupo es un lenguaje canino que significa: “Tu comportamiento es inaceptable y no nos
agrada”. Tu perro entenderá el mensaje. Quizá llore y aúlle, pero debes ignorarlo.
Piensa en ello como un “tiempo fuera” para tu perro. Cuando esté en silencio y quieto,
déjalo fuera de la jaula. No olvides mantenerlo en forma para ayudar a manejar su nivel
de energía. Jugar a “buscar la pelota” es excelente para que se canse.
 El entrenamiento de obediencia en realidad no es para el perro… es para TI. Este
entrenamiento te enseñará a comunicar lo que quieres que haga el perro de una manera
comprensible para él. Si envías a tu mascota a alguien para que lo eduque, aprenderá a
trabajar con esa persona, no contigo. Tómate el tiempo para aprender a educar a tu perro
y no le traspases la responsabilidad a otro. En algunos casos, quizá tu perro tenga que
aprender los conceptos básicos de otra persona. Pero luego, el entrenador deberá
trabajar contigo y con el perro en conjunto. Esto te permitirá tener la capacidad para
continuar con el entrenamiento en casa. Visita al entrenador para las sesiones de
“refuerzo” con la finalidad de seguir por el buen camino.[13]

Advertencias
 Utiliza un collar y una correa adecuada para el tamaño de tu perro. Las correas
demasiado sueltas o demasiado ajustadas pueden causar lesiones.
 Tener un perro requiere casi tanta responsabilidad como tener un hijo. Si no estás listo,
no adquieras un perro hasta que te hayas informado. Asimismo, realiza las
modificaciones necesarias para permitir que un perro entre en tu vida.
 Visita regularmente al veterinario y mantente al día con las vacunas. También debes
estar al día en los requisitos de licencia y esterilizar o castrar a tu mascota apenas tenga
la edad suficiente.
 El ejercicio regular evitará que tu perro destruya todo dentro de tu casa. Los perros se
aburren y cuando lo hacen, encuentran formas de “entretenerse”. Eso podría incluir
masticar tus zapatos favoritos, destruir los muebles o ladrar sin parar. Evita este
problema paseándolo con regularidad (2 veces al día es lo más indicado). Además,
¡también será bueno para ti! Un perro cansado es un buen perro. El ejercicio hasta el
punto del agotamiento variará dependiendo de cada perro.

También podría gustarte