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Amemos inteligentemente

para cruzar la meta

Marco Vega
Índice
Capítulo I - Relación de Amigos

1.1 Desarrollan una hemorragia comunicativa.


1.2 Crecen en dos vías: conocimiento y acción.
1.3 Erradican diariamente las pequeñas insatisfacciones.
1.4 Toman acuerdos indispensables.
1.5 Obtienen exclusividad en la Amistad.
1.6 Viven con expectativas aterrizadas.
1.7 Descubren que el tiempo es su mejor amigo.
1.8 Rinden cuentas bajo la bandera del respeto mutuo.
1.9 Disfrutan correctamente el ciclo del Amor y Respeto.
1.10 Son radicales ante el mal camino del otro cónyuge.

Capítulo II – Relación Sexual


2.1 Conservan el concepto correcto de la sexualidad.
2.2 Aprenden la verdadera compatibilidad sexual.
2.3 Dejan atrás el erróneo pasado sexual.
2.4 Comprenden las diferencias sexuales producidas por el género.
2.5 Entienden que modelan con su sexualidad a los hijos.
2.6 Cuidan la fidelidad como un tesoro.
2.7 No pierden la chispa erótica.
2.8 Desarrollan valentía para hacer las preguntas correctas.
2.9 Crecen en oración intencionada.
2.10 Atienden el cuerpo integralmente.

Capítulo III – Relación Financiera


3.1 No se angustian por las cosas materiales.
3.2 Hacen presupuestos.
3.3 Administra el dinero el más sabio.
3.4 Se liberan de las deudas.
3.5 Viven como administradores, no como dueños.
3.6 Viven el contentamiento.
3.7 Forman con su ejemplo a los hijos.
3.8 Son desprendidos para dar.
3.9 No son adictos al dinero.
3.10 Usan el dinero, no permiten que el dinero los use a ellos.

Capítulo IV – Relación de Crecimiento


4.1 Crecen en confianza.
4.2 Crecen en disciplinas.
4.3 Crecen analizándose cada día.
4.4 Crecen en sabiduría.
4.5 Crecen conciliando expectativas.
4.6 Crecen en tolerancia.
4.7 Crecen quitando escombros.
4.8 Crecen en sus proyectos personales.
4.9 Crecen en sus proyectos matrimoniales.
4.10 Crecen en el amor inteligente.

Capítulo V - Relación con Dios


5.1 Se rigen por el Manual Matrimonial.
5.2 Suman virtud.
5.3 Suman entendimiento.
5.4 Suman dominio propio.
5.5 Suman constancia.
5.6 Suman piedad.
5.7 Suman afecto fraternal.
5.8 Suman amor.
5.9 Suman felicidad.
5.10 Suman dependencia.

Conclusiones
Introducción
Carlos aportaba todo su dinero al hogar, sin embargo, su esposa Francini se quejaba
de su falta de cariño. Este enamorado se frustraba porque nunca fue suficiente su aporte,
aunque lo daba todo, al menos económicamente. Luego, el ingenioso hombre pensó en
invertir el rol, se convirtió en el caballero más cariñoso sobre la faz de la tierra, el único
detalle es que ahora no daba dinero, sin embargo, el malestar de Francini continuaba porque
sin alimento ¡no se puede vivir!; ¿no le parece justa la explicación de Francini?. Por otro lado
Francini era una mujer muy cariñosa pero siempre duraba mucho arreglándose, lo cuál
significaba disgusto seguro para Carlos. Ella se cuestionaba si realmente Carlos valoraba su
cariño, pero Carlos afirmaba que si ella realmente lo quisiera, haría un esfuerzo por
arreglarse con más tiempo para no salir tarde. Al final, como suele suceder, ambos
explotaron, afirmando el mismo universal argumento matrimonial: ¡por más que me esfuerzo,
siempre encuentra algo que me hace quedar mal!. Y para utilizar un lenguaje más absoluto,
dramático y novelesco sería: ¡no le quedo bien con nada¡ y los más extremos terminan con la
frase “no quiero verte más nunca Francini Yolanda Eustaquia”. ¿Cuál de los dos tiene la
razón? Carlos lo da todo en un área de su vida, pero Francini sabe que aunque debería
valorar eso que realiza, no es suficiente para que estén completos. Igualmente en el caso de
ella.
En otro escenario, Susana es sumamente trabajadora, cuando vuelve a casa continúa
trabajando en el aseo, en el cuido de sus hijos, en el estudio, pero parece no ser suficiente
porque Roberto su esposo, se queja de que no le dedica tiempo a él, su argumento es: ¿para
qué tanto trabajo por comprar una casa si al final ni la disfrutamos juntos? El argumento de
Susana es: ¿si ambos trabajamos, porqué no me ayuda con los quehaceres del hogar?
Entonces Susana dejó el trabajo y ahora le dedica el tiempo que él requiere, sin embargo,
viven muy angustiados económicamente ya que solamente con el salario del marido no les
alcanza para mantener el estilo de vida que eligieron, pero eso sí, ahora pasan juntos el
tiempo que anhelaban, el único detalle es que ¡no tiene dinero!. ¿Se identifica con alguna de
estas escenas? ¿ha vivido estas mismas tensiones?
Lo cierto es que las combinaciones son múltiples: intimidad maravillosa pero no son
buenos amigos ó por el contrario, han desarrollado una amistad perfecta pero la intimidad es
una isla abandonada. Qué le parece aquel caso en donde ambos han establecido planes de
crecimiento matrimonial pero viven desequilibrados financieramente ya que son adictos a
gastar. Como vemos, al final, es el mismo principio para todas las historias matrimoniales: El
triunfo matrimonial no se logra realizando una sola acción bien hecha.
Es por ello que me hago las siguientes preguntas:
 ¿Será suficiente ser proveedor si la relación carece de cariño?
 ¿Bastará el cariño sino hay quien provea alimento al hogar?
 ¿Será importante comprar una gran casa si nunca pasan tiempo en ella?
 ¿Será suficiente amar sino se toman buenas decisiones económicas?
 ¿Tendrá plenitud un matrimonio si la relación sexual es placentera, aunque el resto no esté
en orden?
 ¿Será suficiente orar a Dios por un buen matrimonio, si ninguno de los dos da pasos
concretos para mejorar la situación del hogar?
Para responder a las preguntas anteriores, se requiere amar inteligentemente, esto es
más que amor, además se necesita trabajo D.I.I.:
 D.iario
 I.ntencional, e
 I.ntegral
Dentro del concepto integral, y para que la relación sea exitosa es necesario entonces,
según mi tesis, trabajar el matrimonio en cinco áreas de relación:
 Relación de Amigos
 Relación Sexual
 Relación Financiera
 Relación de Crecimiento
 Relación con Dios
Por ello he titulado este libro: “El Combo del Amor”, por que al igual que cuando vamos a
un restaurante de comidas rápidas y pedimos un “Combo”, esto supone que nos darán varios
alimentos en un solo pedido, asimismo sucede en el matrimonio. Cuando contraemos
nupcias se nos hace la pregunta: ¿Acepta a esta mujer…a este hombre? En realidad lo que
estamos aceptando es más que el físico presente, se adquiere un Combo y no cualquiera,
sino el “Combo del Amor” y ahora debemos trabajar en “comer” cada área que nos
entregaron al momento de escuchar: “puede besar a su cónyuge”. El asunto es que en el
“Combo del Amor”, siempre sirven pescado, ¡pero con espinas!. Una vez quitadas las
espinas, el sabor del pescado es maravilloso. Sugerencia: “no intente comer tranquilamente
pescado sin dedicarse primero y utilizando el tiempo necesario, a quitar las espinas, lo
desafiante es que todos, sin excepción, tenemos algunas”.

El desafío matrimonial
Estas cinco áreas deben superar, lo que a mi entender es, el mayor desafío
matrimonial: “ejercitarse en el arte de ponerse de acuerdo”, como bien lo afirmó un hombre
llamado Amós en la antigüedad, y lo hizo mediante una pregunta retórica: ¿andarán dos
juntos sino están de acuerdo?1. La respuesta está implícita, ¡no se puede!. Igualmente
Jesucristo nos regaló una de las afirmaciones más maravillosas cuando advirtió: “Y si una
familia está dividida contra sí misma, esa familia no puede mantenerse en pie 2. Como bien
escuché decir a un buen amigo: “algunos matrimonios en lo único en que se ponen de
acuerdo es en que no están de acuerdo”. ¿Le ha sucedido?
Tomando una fotografía de los grandes problemas matrimoniales encontramos un
factor común: si algo divide las familias es la difícil tarea de llegar a acuerdos satisfactorios
para ambos. Y más difícil se hace, cuando es el orgullo, la prepotencia, la terquedad, el
rencor y el resentimiento, quienes terminan tomando los convenios y no el amor nacido de un
compromiso de ceder y no de ganar. Recuerde que ambos son perdedores cuando el orgullo
de uno de los dos gana.

La meta del matrimonio


En todo caso, no podemos perder de vista las múltiples razones por las que las personas
contraen matrimonio, muchas de ellas son culturales, televisivas, hollywoodienses,
hereditarias, chistosas, y la gran mayoría no tienen relación alguna con la verdadera
motivación para casarse, en este sentido encontramos que las personas contraen
matrimonios:
 Para ser felices (recuerde, el que es un infeliz soltero será un infeliz casado).
 Para salir del hogar (con esta motivación la gran mayoría termina escapando de lo que
llaman “un infierno” para vivir ahora en otro infierno “emocional”).
 Para cubrir un vientre más grande (aunque es idóneo que el bebé tenga padre y
madre, si no los unió el amor, es posible que sea una firma más en un papel en el
futuro).
1
Amós 3:3 (RV95).
2
Marcos 3:25 (NVI).
 Para competir (como ve que todos sus familiares y amigos se han casado, entonces
se casa a las carreras, motivado por la competencia).
 Para no estarse quemando (aunque fue un consejo de un hombre de Dios, es claro
que está referido en un marco de amor, cuidado y respeto, en donde debe elegirse el
3
matrimonio antes de la pasión desbordante).
 Para cumplir con la regla de vida (existe la creencia que las personas existen para
casarse tener hijos y para terminar viviendo “felices por siempre” ¿ha visto Shrek?).
Lo cierto es que aunque algunas de las razones anteriores tienen algunos matices dulces
y románticos, existe una razón primaria para que dos enamorados terminen con la frase
“Acepto”. La meta primordial del matrimonio es una, “llevar gloria a Dios”. No conozco
un matrimonio que haya fracasado si esta motivación es su impulsor principal. Aclaro que
esto no tiene que ver con religión, sino con creación. Fuimos creados para llevar gloria a
Dios. Ahora, si usted no fue creado sino que se creó a sí mismo, solo en ese caso, ¡no siga
esta meta!.
El divino manual matrimonial, La Biblia, lo concluye así: “Así que, sea que coman o beban
o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios”. 4
Como vimos anteriormente, la mayoría de las parejas tienen muchas motivaciones para
estar juntos; anhelan estar casados para sentirse felices, para ser buenos padres, para tener
cosas materiales, para cumplir sus metas de vida. Sin bien estas motivaciones son normales,
no pueden superar la motivación primaria. Cuando comencemos a buscar con nuestro
matrimonio la gloria de Dios sobre nuestras motivaciones, encontraremos la verdadera razón
del matrimonio.

El Quiz del amor.


En mis tiempos de colegio y universidad, muchas veces escuché, con cierto rencor, al
profesor decir: “saquen una hoja vamos a hacer un Quiz”. Esta definición de la lengua inglesa
se le da a un pequeño examen sorpresa porque nadie lo espera, el objetivo era confirmar si
se estaba preparado en algún tema en particular. Al igual que mi profesor, con este libro
quiero en el momento en donde no lo esperaban (mientras lo leías), que puedas realizar “sin
3
Apóstol Pablo: Pero si no pueden dominarse, que se casen, porque es preferible casarse que
quemarse de pasión. (1 Cor. 7:9, NVI).
4
1Cor. 10:31 (NTV).
rencor” y en conjunto con tu cónyuge este examen para medir la salud de tu matrimonio.
Permítame llamarle “el Quiz del Amor”. La finalidad es una, que puedan reparar las áreas en
que no se ha caminado bien y reforzar y celebrar aquellas áreas que han sido muy buenas.
Partimos de una premisa: casi cualquier matrimonio tiene solución, lo que muchas
veces no tiene solución es, lamentablemente, la voluntad humana, por ello el “casi”. Dios
está interesado en restaurar relaciones, pero no son pocas las veces en que la terquedad
“terrícola” toma caminos diferentes del correcto. Ya bien lo cita el proverbio: “No seas sabio
en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal”. 5
Igualmente estoy convencido de la frase que le escuché a mi amigo el pastor Alberto
Castro, “ningún buen matrimonio es el resultado del azar o la suerte, los excelentes
matrimonios son el resultado de aquello que decidieron trabajar cada día”. Y los malos
matrimonios, por consiguiente, el resultado de aquello que dejaron de trabajar. Afirmo por la
experiencia, que si ambos tienen la convicción profunda para ocuparse en arreglar lo que sea
necesario y tienen la fe inquebrantable como para depender de Dios en el camino, el
resultado será el esperado.

¿Cómo se lee este libro?


Al ser un Quiz, se debe leer en pareja, con lápiz en mano y con la objetividad perfecta
basada en la honestidad. El libro está dividido en cinco capítulos, en donde cada uno explica
la relación en la que se debe trabajar. Cada capítulo contiene diez elementos clave y
determinantes para medir la salud matrimonial. Al terminar de leer cada punto relacional,
comienza el desafío “de ponerse de acuerdo” para calificarse en pareja.
 El libro contiene cinco capítulos y cada capítulo desarrolla 10 elementos clave.
 Deberán calificarse con un máximo de 2 puntos por cada principio desarrollado.
 La calificación sería la siguiente; 0 no viven el principio, 1 regularmente lo viven y 2
viven el principio en su máxima plenitud.
 La nota máxima de cada capítulo será de 20 puntos, al ser 5 capítulos que explican
las 5 áreas de relación, tendremos el 100% final, en el mejor escenario.
 A manera de ejemplo dejo la tabla de referencia del capítulo 1.

5
Pro. 3:7 (NVI)
Capítulo I Elementos clave de la relación Puntuación
Relación 1.1 Desarrollan una hemorragia comunicativa. 0 1 2
de Amigos 1.2 Crecimiento en dos vías: conocimiento y acción. 0 1 2
1.3 Erradican diariamente las pequeñas insatisfacciones. 0 1 2
1.4 Toman acuerdos indispensables. 0 1 2
1.5 Obtienen exclusividad en la Amistad. 0 1 2
1.6 Viven con expectativas aterrizadas. 0 1 2
1.7 Descubren que el tiempo es su mejor amigo. 0 1 2
1.8 Rinden cuentas bajo la bandera del respeto mutuo. 0 1 2
1.9 Viven correctamente el ciclo del Amor y Respeto. 0 1 2
1.10 Son radicales ante el mal camino del otro cónyuge. 0 1 2
Calificación: 18

Les animo a que puedan finalizar este viaje que comenzamos juntos y por sobre todo,
que tomen los acuerdos correctos. El éxito matrimonial no se obtiene por “fórmula
declaratoria”, (por ejemplo: “declaro que mi matrimonio será perfecto”), se obtiene incluyendo
a Dios en el mismo (muchos incluyen a Dios en la ceremonia, pero ni bien llegan a la casa, lo
excluyen). ¡El éxito verdadero, es tener a Dios sentado en la silla principal del hogar! Y luego,
trabajar intencionalmente en la relación todos los días. Entonces, pidamos al Señor que nos
de sabiduría, gracia y valentía para terminar juntos esta carrera matrimonial y podamos así
cruzar la meta de honrar a Dios, al cónyuge y a la familia.
Índice
Capítulo I - Relación de Amigos

1.1 Desarrollan una hemorragia comunicativa. 0,5 1 1,5 2

1.2 Crecen en dos vías: conocimiento y acción. 0,5 1 1,5 2


1.3 Erradican diariamente las pequeñas insatisfacciones.
1.4 Toman acuerdos indispensables.
1.5 Obtienen exclusividad en la Amistad.
1.6 Viven con expectativas aterrizadas.
1.7 Descubren que el tiempo es su mejor amigo.
1.8 Rinden cuentas bajo la bandera del respeto mutuo.
1.9 Disfrutan correctamente el ciclo del Amor y Respeto.
1.10 Son radicales ante el mal camino del otro cónyuge.

Capítulo II – Relación Sexual


2.1 Conservan el concepto correcto de la sexualidad.
2.2 Aprenden la verdadera compatibilidad sexual.
2.3 Dejan atrás el erróneo pasado sexual.
2.4 Comprenden las diferencias sexuales producidas por el género.
2.5 Entienden que modelan con su sexualidad a los hijos.
2.6 Cuidan la fidelidad como un tesoro.
2.7 No pierden la chispa erótica.
2.8 Desarrollan valentía para hacer las preguntas correctas.
2.9 Crecen en oración intencionada.
2.10 Atienden el cuerpo integralmente.

Capítulo III – Relación Financiera


3.1 No se angustian por las cosas materiales.
3.2 Hacen presupuestos.
3.3 Administra el dinero el más sabio.
3.4 Se liberan de las deudas.
3.5 Viven como administradores, no como dueños.
3.6 Viven el contentamiento.
3.7 Forman con su ejemplo a los hijos.
3.8 Son desprendidos para dar.
3.9 No son adictos al dinero.
3.10 Usan el dinero, no permiten que el dinero los use a ellos.

Capítulo IV – Relación de Crecimiento


4.1 Crecen en confianza.
4.2 Crecen en disciplinas.
4.3 Crecen analizándose cada día.
4.4 Crecen en sabiduría.
4.5 Crecen conciliando expectativas.
4.6 Crecen en tolerancia.
4.7 Crecen quitando escombros.
4.8 Crecen en sus proyectos personales.
4.9 Crecen en sus proyectos matrimoniales.
4.10 Crecen en el amor inteligente.

Capítulo V - Relación con Dios


5.1 Se rigen por el Manual Matrimonial.
5.2 Suman virtud.
5.3 Suman entendimiento.
5.4 Suman dominio propio.
5.5 Suman constancia.
5.6 Suman piedad.
5.7 Suman afecto fraternal.
5.8 Suman amor.
5.9 Suman felicidad.
5.10 Suman dependencia.

Conclusiones
Capítulo I

Relación de
Amigos
Capítulo I - Relación de Amigos
Una buena relación matrimonial tiene como raíz profunda una sólida relación de
amistad. Esta debería desarrollarse en la etapa del noviazgo, sin embargo, si llegaron a
saltarse este tiempo de amistad intensa, deberán trabajar arduamente para crearla ahora que
están unidos para siempre. En un curso prematrimonial que estaba impartiendo les pregunté
a los presentes sobre cuáles palabras describirían una relación como ésta, y las siguientes
fueron las que compartieron:
 los amigos ríen juntos cada día,
 son detallistas,
 se llaman constantemente,
 se comunican con libertad,
 expresan sus sentimientos,
 tienen la costumbre de salir a pasear solos,
 no tienen secretos,
 crecen en confianza,
 se preocupan y hacen lo necesario porque la otra persona tenga lo que necesita.
Me parecen todas inteligentes actitudes que llevadas al matrimonio, nos darán el camino
perfecto para el crecimiento en la relación de amigos.

Saltarse etapas que son indispensables en el noviazgo, ó no hacer algo para vivirlas en el
matrimonio, le restará fuerza a la relación y la volverá insipiente y con muchas posibilidades
de fracasar, al menos en ésta área. Acá le animo a pensar en lo siguiente: ¿antes de casarse
fueron buenos amigos? ¿ha sentido que su relación matrimonial a perdido la fuerza de
amistad que requiere? ¿qué decisiones deben tomar para cambiar el rumbo?

Entonces, la amistad matrimonial incluye al menos diez elementos clave:


1.1 Desarrollo de una “hemorragia comunicativa”.
¿Cuánto es suficiente? Quise comenzar con esta pregunta, porque a nivel de
comunicación en la pareja, realmente ¿existe un tope? ¿debe existir un límite de palabras?.
Me gusta pensar en una hemorragia comunicativa como algo positivo, en la cuál ambos
interactúan de todas las maneras posibles, no obstante, y en primer lugar, la comunicación
verbal. Pasando tiempo con mi hija menor Fiorella que tiene nueve años, caigo en cuenta
que le emociona hablar muchísimo, entonces le dije: ¡mi amor, descanse la lengua, eso es
bueno!, nos reímos bastante, pero no sé si en el fondo se lo dije en serio, porque estaba
aturdido de tantas palabras y sin percatarme dejé pasar una maravillosa oportunidad de
crecer con ella.
He escuchado muchas veces decir que la mujer habla el doble que el hombre (hasta han
realizado estudios que lo confirman), pero la verdad es que tan importante es la
comunicación para la mujer cómo lo es para el hombre. Si bien es cierto, ambos buscan
cosas diferentes cuando se comunican, también es real que los dos necesitan la
comunicación. El asunto es saber encontrar el “botón” que activa el deseo de compartir la
vida, la historia, los temores, los desafíos, los éxitos. Hago la pregunta: ¿las
conversaciones giran siempre en torno a lo que me interesa, o motivo a mi cónyuge a
hablar lo que le interesa?.
Somos seres relacionales, creados para vivir en comunidad 6, formados con la intención
de no estar solos y de no permanecer la mayoría de nuestro tiempo sin decir palabra alguna.
Observe que en medio de la Creación Dios afirmó repetidas veces la frase: “es bueno, es
bueno”, hasta que encontró al hombre solo y dijo: “No es bueno que el hombre esté solo” 7, y
complementó la frase con: “le haré ayuda idónea”. Otras traducciones utilizan las palabras
“ayuda adecuada”. Esto da la idea de dos personas que se adecúan, complementan,
empatan aún en su forma de comunicarse.

La clave
Justamente la clave está en brindarnos un espacio cada día para que ella cuente su
relato diario y un espacio para que él cuente el suyo. Este espacio debe contener buenas
noticias, emoción, brillo en los ojos, y además lo que no fue tan bueno en el día. El problema
es que muchos matrimonios se han “maleado”, ya que sus temas de conversación giran en
torno a lo malo, lo negativo y lo feo. Será necesario dejar de ver tanto amarillismo en la
sociedad, y buscar con intención aquellas cosas maravillosas que Dios nos regala cada día y
sobre ellas comenzar a construir la comunicación. Analicemos algunos nocivos indicadores:
 ¿Desperdician más tiempo frente al televisor que las inversiones de tiempo que
realizan en la comunicación? (Cuando nos da por cambiar los canales del tv cientos

6
“Creados para vivir en comunidad”. Le escuché esta frase al pastor Rick Warren.
7
Gen. 2:18
de veces sin dejar finalmente nada, me pregunto: ¿usamos el control remoto ó el
control nos termina usando a nosotros? Lo digo porque tener el control significa "yo
controlo", sin embargo, en este caso más bien sería: ¡me descontrolo!).
 ¿Gira la conversación en temas grises o negros? ¿no conversan los temas buenos?
 ¿Se evita conversar porque impera el deseo de descansar luego del trabajo?
 ¿Las llamadas del cónyuge en horas laborales se han convertido en una molestia?
 ¿Se tiene más paciencia escuchando a otros, que escuchando a mi cónyuge?
 Utilizan repetidas veces la frase: ¡yo soy así, no puedo cambiar!, ¿para no
comunicarse?
 Mantienen esta idea: ¿Todos los demás me comprenden mejor que mi propio
cónyuge?
Muchos afirman: ¡así nací, serio, distante, casi amargado!. Si bien es cierto que las
personalidades son variadas, también es cierto que a muchas personas (entre las cuáles me
encuentro yo), alguien les golpeó o algo que le sucedió en el pasado, mayormente en su
niñez, que a su entender, les amputó la posibilidad de volver a sonreír y en algunos casos la
posibilidad de comunicarse con libertad. Sin embargo, Pablo nos da un consejo maravilloso
cuando afirma: “una cosa hago, olvidando ciertamente lo que queda atrás, prosigo” 8... Dios
no nos ha creado para que seamos esclavos de la herencia, o del pasado familiar, nos ha
llamado a vivir en libertad, a disfrutar la paz. A proseguir sobre nuevas esperanzas cada día.
Ahora, si por naturaleza el cónyuge es de pocas palabras, no le exigiremos que hable
mucho y sea quién no es, pero al menos hará su mayor esfuerzo por comunicarse a su nivel,
comprendiendo que la vida se trata de bajar expectativas para empatar acuerdos.
El relato bíblico de la torre de Babel, donde se confundieron las lenguas, nos da un
indicador preciso de lo que sucede cuando se corta la comunicación: “se confundió el idioma
y toda la gente se dispersó” 9. Igual en la pareja, si se rompe la comunicación las emociones
de dispersan y luego se deberá buscar por todos lados a dónde fue a parar el corazón, que
esperamos en el mejor de los casos que no haya salido de la casa.

Los problemas con los diferentes lenguajes


Existe una tendencia muy marcada en la mayoría de las mujeres en su forma de
comunicación, que a mi humilde entender es muy extraña, pero que entre mujeres es algo
8
Fil 3:13b (RV95)
9
Gen 11:9
totalmente comprensible. La mujer habla en dos lenguajes, lo que dice y lo que espera que el
esposo comprenda. Por su parte, la mayoría de los hombres tenemos una muy sencilla
manera de comunicación, lo que decimos tiene un solo sentido, justamente lo que estamos
diciendo, entonces llevamos la comunicación a un grado muy simplista de relación.
En este sentido, es muy probable que cuando la mujer afirme: ¡qué frío está haciendo!, el
hombre necesite hacer un trabajo doble para comprender lo que su amada ha dicho sin
palabras. Ella espera que él comprenda lo que ella aún no ha dicho, pero que se
sobreentiende ¿para quién?, claro, para otra mujer. ¿Qué haría una mujer en este caso?
¡Corre a buscar un abrigo!. Para una “amiguis” la frase ¡qué frío está haciendo!, no es otra
cosa que una petición diplomática de la necesidad un abrigo. Para un hombre: ¡qué frío está
haciendo!, significa: ¡qué frío está haciendo!. ¿Lo ve ahora? Le doy varios ejemplos de frases
de la esposa y reacciones del esposo:
Comunicación de la mujer Comunicación de la mujer Comunicación del hombre
Lo que dice Lo que espera que él Lo que comprende y su
entienda reacción
¡Que montón de ropa sucia! Mi amor: ¿me ayudas a Si me das un minuto, te doy
lavar? la ropa que ando puesta…
¡Qué casa más desordenada! Mi vida: hace rato está el Sí, debería estar limpia, ¿no
baño con un tubo quebrado, le dio tiempo? llega uno y
¿lo reparas? todo sucio…
¡Estoy cansada! Mi cielo: ¿será que me Ni me lo diga, yo estoy que
puedes hacer masaje? me duele la espalda…¿me
hace cariño?
¡Últimamente me he sentido Mi tesoro: con un abrazo tuyo Compre perro…
sola! el mundo sería diferente.

Igualmente funciona con la comunicación de la mayoría de nosotros los hombres, mire


algunos ejemplos:
Comunicación del hombre Comunicación del hombre Comunicación de la mujer
Lo que dice Lo que espera que ella Lo que comprende y su
entienda reacción
Quiero ver el fútbol. Quiero ver el fútbol. Qué bueno, me está
invitando a charlar mientras
mira el fútbol.
Yo conozco la dirección. Yo conozco la dirección. Este pobre anda perdido, lo
que me está pidiendo es
ayuda, porque siempre se
pierde. “Doble a la derecha”
¡El silencio!... (no dice nada) Claro, si anda serio algo hice.
No sé para que está conmigo
si no me dice lo que hago
mal.
¡Tengo hambre! Ella preparar comida. ¡Qué bueno, saldremos
juntos a comer!.

El proverbio cita: Hay amigos que llevan a la ruina, y hay amigos más fieles que un
hermano10. Somos llamados a seleccionar una de estas dos clases de amistad, no aquella
que lleva a la ruina sino la amistad que es primeramente fiel. Esta fidelidad en la amistad
significa comprender y aceptar las diferencias. Una queja que escucho con frecuencia es la
que reza: “somos tan diferentes, por ello no podemos estar juntos”. Si quería a alguien igual,
¡se hubiera casado con usted mismo!, pero ¿no le parece demasiado aburrido?. No podemos
olvidar que lo maravilloso de ser diferentes es que podemos buscar los puntos para
complementarnos.
Hemos terminado el primer punto y están listos para calificarse, recuerden, deben acordar
una nota en este específico punto. Si él piensa que es 0, pero ella que es 2, entonces
pondrán 1. ¡Maravillosos son los acuerdos!. Igualmente es posible calificar con medios
puntos por ejemplo, 0,5 ó 1,5.
Cuadro de calificación:
0 1 2

1.2 Crecen en dos vías: conocimiento y acción.


No son pocos los matrimonios a los que les sugiero que lean el maravilloso libro titulado:
“Los cinco lenguajes del amor” del autor Gary Chapman. Sin embargo, algunos de los
matrimonios me afirmaban que era un impresionante libro, pero que nada pasaba. ¿Porqué?

10
Prov. 18:24 (NVI)
¡me preguntaba!. El libro comenta que cada ser humano tiene al menos 5 lenguajes en los
cuales se comunica y que el arte se encuentra en identificar cuál es el lenguaje de mi
cónyuge para ser efectivo amando como la otra persona lo merece y lo necesita. El problema
con aquellos que afirmaban que nada pasaba en sus matrimonio era sencillo: ¡ellos lograron
determinar el lenguaje de su cónyuge, sin embargo, ¡no hicieron nada al respecto!. Esto es
como aquel paciente al que le diagnostican gastritis pero el paciente no hace nada, entonces
la gastritis continuará su camino hasta convertirse en úlcera y luego se convertirá en una
leyenda en mármol sobre la lápida que cita: ¡Aquí yace un cabezón que en vida, pudo haber
hecho algo, pero no lo hizo!. Entonces no se trata solamente de obtener el conocimiento
acerca de aquello que le agrada a mi cónyuge, es avanzar a la acción. Hacer justamente lo
que le agrada. Si ambos cónyuges viven pensando en brindar a su par lo que necesita, ¿no
le parece que se acabarían muchos problemas?
Por tanto necesitamos mucha sensibilidad para saber escuchar y decisión para actuar.

Lo que veo, lo que pienso, lo que creo


Algunas personas creen que lo que hacen es suficientemente bueno, pero es necesario
comprender que mi percepción personal no siempre es la percepción correcta. Este relato
acerca de un conflicto matrimonial nos da algunas buenas lecciones.
«Entonces Elcaná, su esposo, le decía: Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué no comes? ¿Por
qué estás resentida? ¿Acaso no soy para ti mejor que diez hijos? » 11.
Cada vez que miro la última pregunta que hace Elcaná a su esposa Ana, no puedo dejar
de mirarlo como un chiste cruel. Por un lado, parece que este hombre tiene un concepto muy
alto de sí mismo y de su capacidad de brindar a su esposa todo lo que ella necesita. Por otro
lado, el silencio de Ana fue la respuesta. Lo que me afirma es que muchas veces lo que veo,
lo que pienso y lo que creo es enteramente diferente al de mi cónyuge. ¿Será ésta la razón
por la cual repetidas veces se incrementan los problemas matrimoniales?
Él vio una mujer sufriente y pensó que no tenía que estar así, porque creía que su aporte
como esposo era capaz de solventar todo en su esposa y hacerla sentir completa. Elcaná
estaba convencido que sus atenciones hacia su amada serían la solución para que ella no se
amargara por su vientre estéril. Ana por otro lado, se vio rodeada de amor y bellas
atenciones de su esposo, sin embargo, pensaba que esto no compensaba la carencia de un

11
1 Samuel 1:8 (NVI)
hijo, porque ella anhelaba realizarse como madre, y creyó que haciendo la petición correcta
al Dios correcto, en el momento correcto, lograría que su amargura acabara.
Este desacuerdo en la percepción de cómo leemos e interpretamos las situaciones que
nos afectan emocionalmente, nos lanza el desafío de ser más sensibles, más tolerantes y
más asertivos a la hora de comunicarnos.
Permítame recrearle la misma historia llevada adelante con un matrimonio sabio en el arte
del conocimiento y la acción:
“Elcaná se acercó a Ana, le abrazó con ternura y le afirmó: sé porqué no comes y la razón
por la cual tienes angustia. Anhelas tener hijos y esto me entristece a mí también. – Ana se
recostó a su pecho, lloró y le dijo: Así es mi amor. No tiene que ver contigo, estoy muy
agradecida con la forma en que me amas y me brindas especiales atenciones pero quiero
realizarme como madre. En ese instante, Elcaná tomó a su esposa de la mano, juntos
doblaron sus rodillas y clamaron al Dios del cielo con amargura de alma por un hijo”.
¿Romántico o mentiroso? Usted decide, o toma acción o deja pasar el momento.

Identifican causas, no ven solo consecuencias


Estamos claros que debemos dar al cónyuge lo que agrada a su corazón en torno a su
lenguaje emocional, sin embargo, ¿qué sucede cuando la otra persona repite siempre
aquellas cosas que no nos gustan? Estoy persuadido que las actitudes y acciones que mi
cónyuge repite aunque no me agradan y que repito aunque a ella no le hacen bien, no están
enraizadas en la maldad o contaminadas por malas motivaciones «al menos eso espero». La
gran mayoría de ellas tienen que ver con falta de concentración en escuchar lo que nos piden
y en el arte de saber pedir con cultura aquello que necesitamos. Igualmente en algunos
casos, están amarrados a tristes pasados no resueltos.
Le comparto algunas situaciones de mi esposa Jaqueline (con el permiso de ella, al
menos sueño que me lo de algún día) que no me terminan de gustar. En primer lugar, tiene
esa costumbre curiosa que solidariamente acompaña a un alto porcentaje del sexo femenino
de la población mundial: “dura mucho alistándose” y me hace esperar con la consecuente
reacción de enojo en mi rostro y en mis acciones. Claro, yo la culpo a ella por mis
descontroladas emociones, en lugar de asumir la responsabilidad por las mismas. Pero
¿verdad que tengo razón?. Estoy convencido que los hombres que están leyendo esto
afirmarán conmigo: ¿cómo conoce también a mi esposa?. No así las mujeres, por supuesto.
En segundo lugar, deja las luces de la casa encendidas ¡cuando nadie las está utilizando!.
Luego le digo la frase trillada pero que aún funciona: claro ¡como usted no paga la luz!. En
nuestro caso, mi esposa trabaja y paga la luz, pero igual la frase suena acusatoria.
El tema es, en cuánto al primer punto, descubrir dónde está el problema. ¿Será tan grave
que mi esposa dure tanto? ó ¿lo verdaderamente grave será mi intolerancia? Venía de
Bolivia, luego viajé a México y después de 15 días llegué a mi bello país Costa Rica. Llamé a
mi esposa un día antes y le dije que a las 9:30am llegaba el avión, que no llegara tarde a
recogerme. Mi esposa llegó a las 10:00am, en ese momento me encontraba afuera del
aeropuerto con las maletas en el suelo y con rostro de pocos amigos. Lo cierto fue que esa
media hora de retraso me dio el tiempo para analizar el porqué me enoja tantísimo esperar. Y
allí, sentado sobre mis maletas, mientras los familiares que “sí amaban” a los que venían
conmigo en el avión les mostraban su cariño (usted sabe la cantidad de pensamientos que
llegan en momentos como esos), pude recordar un evento de mi niñez. Con 11 años de edad
y sentado frente a la ventana del cuarto de mi madre, la esperaba ansiosamente porque
había salido con unas amigas. Mi padre me abandonó recién nacido, en su lugar un
padrastro agresor deformo mi concepto de vida sana, y cuando mi madre se logró escapar
de él, me quedó solo ella. Esa noche casi a las doce medianoche, pensé por un instante que
a mi madre le había sucedido algo y lloré, amargamente, porque me dije: ya perdí a mi papá,
ya perdí a mi padrastro (gracias a Dios), y ahora lo único que me queda es mi madre y no
quiero perderla. Elevé una oración desgarradora al cielo suplicando que ella regresara bien.
Más tarde ella llegó, me sequé las lágrimas y me acosté sin que nadie más lo supiera. Ese
día, en el aeropuerto me percaté de algo: ¡no me gusta esperar porque me recuerda que
puedo ser abandonado!. El enojo, en realidad, no lo produce la duración de mi esposa
alistándose, lo genera ese sentimiento que aborrezco, «sentirme abandonado». Una vez que
le conté a mi esposa esto, la tensión bajó, ahora nos comprendemos mejor y por supuesto,
este conocimiento conlleva responsabilidad. Ella hará su esfuerzo en durar un poco menos,
yo por mi parte, comprendiendo mi vida, la llevaré a Dios para que sane lo que aún no está
resuelto y me enseñe que la paciente espera no significa abandono. El predicador lo dijo de
esta manera: “La paciencia es el remedio para los grandes errores” 12.
La tarea matrimonial es maravillosa, por un lado voy decididamente a amar a mi esposa
como ella lo requiere y ella decididamente hará lo mismo conmigo. Mientras paralelamente
voy permitiendo que Dios trabaje en aquellas áreas de mi vida que pudiera estar llevando al
matrimonio para que queden justo donde deben, en el pasado.
12
Ecl. 10:4 (NVI)
Recuerdan que primero lo hago yo
En cuánto al conocimiento y acción para amar, ahora queda un punto por aclarar, también
existe el conocimiento y acción para cambiar, pero no a mi cónyuge. Es claro que existe una
persona a la que yo debo intentar cambiar cada día con la gracia de Dios, ¡esa persona soy
yo!. El proverbio lo afirma de esta manera: “Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte, el
13
que domina su espíritu que el conquistador de una ciudad” . Aunque le comento que según
el salmista, ni siquiera nos es fácil trabajar en nosotros mismo, mire la pregunta y respuesta
que plantea: “¿Quién está consciente de sus propios errores? ¡Perdóname aquellos de los
que no estoy consciente!”14. Por demás, es una ardua tarea trabajar en corregir nuestras
propias historias como para pretender cambiar a los demás.
No tenemos la capacidad, ni el poder, ni siquiera la manipulación suficiente (para el que
lo intenta de esta manera) para lograr cambios transformadores en las vidas de los otros.
Podríamos con mucha insistencia cambiar temporalmente el comportamiento de alguien, sin
embargo, acudirá a ese mismo comportamiento ni bien no estemos frente a su persona. El
cambio permanente y transformador es el trabajo que Dios realiza mediante su Espíritu
Santo. Solo él es capaz de producir los cambios que anhelamos fervientemente 15.
Lo interesante es que conocedores de que los cambios permanentes y transformadores
solo Dios los produce, ¿porqué seguimos insistiendo en cambiar al cónyuge? El libro:
“Límites en el matrimonio” lo define puntualmente de esta manera: ¡Si no puede cambiar a su
cónyuge, cambie usted!. Si el comportamiento que anhela cambiar de su cónyuge es
realmente dañino, entonces establezca límites claros para que el mismo no le termine
lastimando. Escuché de alguien decir que «los límites son barandillas al borde del camino
que no permiten que te salgas de la vía». Igualmente funciona en las relaciones de pareja. La
idea no es que cada quién haga lo que quiera aunque golpee emocionalmente al otro, sino
que la otra persona sea capaz de pararse firme en convicciones e ideas razonables que no
permitan los innecesarios porrazos.
Con esto hemos terminado el segundo factor, ahora deben ponerse de acuerdo en
calificarse.

13
Prov. 16:32
14
Salmo 19:12 (NVI)
15
Rom. 12:2 No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así
podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.
Si ambos conocen y acorde al conocimiento se suplen intencionalmente sus
necesidades emocionales, pueden calificarse con un 2. Si aunque conocen los anhelos del
otro, a veces se suplen y a veces no, cabe perfectamente la nota de 1, pero si sabiendo el
lenguaje emocional no hacen nada al respecto, la nota sería un 0. Igualmente es posible
calificar con medios puntos.
Cuadro de calificación:
0 1 2

1.3 Erradicar diariamente las pequeñas insatisfacciones.


«Una insatisfacción no resuelta es un potencial divorcio a la vuelta». Aunque le parezca
exagerado, las pequeñas insatisfacciones terminan destruyendo las maravillosas
relaciones16.
Estas mismas insatisfacciones generalmente no salen a relucir en el momento, sino que
permanecen como un AS bajo la manga hasta que la carta sale a resplandecer en otros
problemas como en la comunicación, en las finanzas ó aún en la sexualidad. Esto afirma una
verdad: “muchas de las situaciones por las que se discuten realmente no son la razón de la
discusión, sino el motivo que activó el botón de la insatisfacción pasada”. Le expongo otro
ejemplo de una amiga llamada Sofía. En algún momento una conocida le afirmó que parecía
que su esposo no la amaba (comentario de un solo propósito: ¿no le parece?). Sofía no dijo
nada pero se quedó con esa “odiosa y devastante idea en su corazón”. Un buen día discutía
con su esposo por alguna razón y ese día (ocho meses después de aquel evento), le dijo a
él, «sí claro, en todo caso usted no me ama, mi amiga lo vio hace tiempo». ¿Se imagina la
cara de asombro de su cónyuge? Por tanto, afirmo que la gran mayoría de las veces, el
problema que parece central, es solamente la punta del iceberg de la verdadera dificultad:
«una insatisfacción añeja».

El consejo de oro.
En torno a las insatisfacciones, Pablo nos orienta con un consejo que vale oro, le animo a
que eche mano de sus lecciones para su matrimonio, así como lo hago para el mío. El

16
Cantares 2:15 Atrapen a las zorras, a esas zorras pequeñas que arruinan nuestros viñedos, nuestros
viñedos en flor. (NVI)
discípulo de Jesús afirmó: «Si se enojan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando
aún enojados, ni den cabida al diablo» 17.
Este consejo encierra cuatro elementos:
a. No es prohibido enojarse.
El enojo bien canalizado es una emoción liberadora. A este enojo conducido le he
bautizado: “el principio de don Ramón”. Para cualquier que haya crecido viendo el programa
mexicano del chavo del ocho, ha comprobado que el famoso don Ramón utiliza siempre un
gorro-sombrero con el que cubre su cabeza, no obstante, le sirve para canalizar la frustración
de sus enojos en contra de aquella mujer que todo el tiempo lo abofetea. Si bien el programa
es para reír, nos deja una lección importante, se hace necesario manifestar el enojo,
expresar los sentimiento, sin embargo, encausarlos correctamente. La pregunta es: ¿cómo?,
¿será que necesitamos comprar el sombrero de don Ramón?
b. Es posible que enojados pequemos.
El problema no tiene que ver con la idea de expresar la emoción de frustración, sino con
qué cosas decimos y aún hacemos estando enojados. Cualquier reacción negativa en medio
del enojo tiene el potencial de convertirse en pecado. Por ello la sugerencia es que cuando
se enojen, realicen el trabajo necesario para que mientras lo expresan, no pequen. En el
capítulo cuatro llamado “Relación de Crecimiento” analizaremos cuál es la forma correcta
para discutir, debatir ideas y no pecar en medio del enojo.
c. Resuelvan en el día lo que pasó en el día.
El éxito estará en que al llegar la noche, uno de los dos haya tenido la iniciativa para
conversar lo que ha quedado pendiente y puedan juntos cerrar los ciclos respectivos. A este
principio lo he bautizado: “el más santo es quién doblega primero su orgullo”. Comprendo
esta acción pudiera hacer creer al cónyuge más duro, que el primero tiene la culpa por ello
intentará hablar antes, pero no necesariamente es así. Una persona que toma por la mano la
madurez y decide continuar con aquello que quedó sin resolver, dará muestra de su fuerza
de espíritu, valentía y decisión.
d. Recuerden que tienen un enemigo de la familia.
Quizás el mayor problema de esto, es que aunque no andamos buscando diablos en
cada esquina, es claro que es el enemigo número uno del matrimonio sigue siendo el diablo,
y estoy convencido que su mayor misión ha sido re-enfocar el enojo de los cónyuges hacia
ellos mismos y no hacia él. No lo olvide: ¡tu cónyuge no es el diablo!, puede que sus
17
Efesios 4:26-27 (NVI)
actitudes algunas veces parezcan, ó que aún haga cara de diablo cuando se enoja, pero en
realidad el enemigo es uno. Creo que muchos matrimonios entablan una guerra sin cuartel
entre ellos y olvidan unirse para pelear con quién realmente les está haciendo la guerra.
Sugerencia: ¡ante cada pelea y antes de iniciarla o continuarla, deténganse, oren, pidan
sabiduría a Dios y luego que comience la pelea!. Le aseguro, no hay nada más extraño que
una pelea donde se ha incluido al Creador. Porque se terminan perdonando y dejando atrás
lo que se debe dejar atrás, entonces ya no será pelea sino acuerdos matrimoniales.
Sino se cierran los ciclos, se dejan puertas abiertas a la maldad. El enemigo número uno
del matrimonio aprovechará cualquier insatisfacción para crear duda, confusión, desconexión
emocional y vacío interior. Hasta llevar al matrimonio a la ruina.

Entonces, decidan sacar la basura


A manera de ejemplo y para cerrar este principio, le comento que por quince días no pasó
el camión de basura por la casa. Entonces acumulamos las bolsas en el patio. En poco
tiempo comenzó a salir un olor nauseabundo desde el patio, un líquido baboso debajo de las
bolsas llenas de desechos, hacían más desastroso el ambiente y comenzamos a visualizar
pequeños gusanitos diminutos parecidos a granos de arroz, arrastrándose desde los
paquetes llenos de basura hacia la puerta del patio, con la misión clara de entrar a la casa.
¡Parecía una película de terror!. Lo tristemente interesante es que estas mismas escenas no
necesitamos verlas en el cine, ocurren en los matrimonios que no llevan sus insatisfacciones
al día, que van acumulando en el patio de sus corazones la basura, hasta que un día, los
malos olores, los líquidos babosos y los gusanos del desamor terminan por podrir una
relación que pudo haber sido maravillosa. ¿Solución? Saquen la basura al día.

Llegó el momento de la calificación respecto a llevar las insatisfacciones al día. Si


resuelven cada día sus problemas la nota sería un 2, si algunas veces sí lo hacen entonces
califíquense con 1, sin embargo, si se han convertido en acumuladores de basura, en ese
caso la nota sería un 0.

Cuadro de calificación:
0 1 2
1.4 Toman acuerdos indispensables.
Jesucristo les afirmó a sus discípulos que la relación con ellos había llegado a otro nivel,
el de la amistad18. Una etapa que en definitiva, era superior a la anterior -la del siervo- porque
en esta nueva etapa ellos estarían al tanto de todo lo que Jesús haría. Entonces, la idea que
encierra este concepto es la de llegar a ser uno. Asimismo funciona en el matrimonio, ambos
deben vivir en unidad de espíritu, de pensamiento y de acciones. Ya bien lo dijo Robert C.
Doods ““La meta del matrimonio no es pensar lo mismo, sino pensar juntos”. Pensar
juntos significa que existe la posibilidad de pensar diferente, sin embargo, están dispuestos a
bajar expectativas para caminar juntos a pesar de las diferencias.

El asunto está en que ambos deberán ser los iniciadores en forjar, trabajar y mantener la
amistad matrimonial. El proverbio lo recuerda de esta manera: “El hombre que quiere
amigos, ha de mostrarse amigo” 19. Una vida de amistad genuina nace producto de la
intencionalidad con que una persona se da a conocer, y esto es más que solo mostrar lo que
se me ve bien, implica mostrar las vulnerabilidades que me convierten en humano.

Diagnóstico correcto a una enfermedad puntual


He comprobado que la gran mayoría de los matrimonios que llegaron a crisis, se dieron
porque no tuvieron la capacidad de diagnosticar lo que era realmente importante de aquello
que no lo era. No hay nada más infame que un mal diagnóstico. A manera de ejemplo, si el
auto tiene problemas con los frenos, no puede venderse como chatarra, se le cambian las
pastillas de los frenos. Sin embargo, si el mismo auto tiene todo su chasis quebrado por la
mitad y está incendiado, con cambiarle los frenos no lo podrán reparar. Igualmente sucede
en los matrimonios, observe algunos casos:
 Ella llegó un poco seria, entonces él no le habla por tres días. ¿Exageración?
 El no quiso comer, ella se resiente con la consecuente discusión nocturna hasta las
tres de la mañana. ¿Inmadurez?
 El dejó la toalla y zapatos en la sala, en consecuencia ella promete no volver a limpiar
la casa. ¿Niñería?
 Ella duró mucho hablando por el teléfono, la reacción de él fue gritos violentos y
amenazas de divorcio. ¿Intolerancia?
18
San Juan 15:15
19
Pr. 18:24
 Ella lo encontró viendo pornografía, y al final lo dejó así para no pelear. ¿Inseguridad?
 Ella lo traicionó con otro hombre, él la perdono (lo cuál es correcto) pero no vivieron un
proceso de restauración (lo cuál es incorrecto), lo que ocasionó que la misma acción
se repitiera meses después. ¿Amor mal enfocado?

Cuántas historias habremos vivido como matrimonios en las cuáles a las cosas más
mínimas les hemos damos un remedio violento, y a situaciones insostenibles le restamos la
importancia que realmente tenían. Como ven, es una cuestión de equilibrio, es crecer en el
arte de diagnosticar correctamente las situaciones y conductas, para dar el remedio perfecto.
Debemos reconocer que en este escenario existen muchas personalidades y quizás algunas
podrían ser muy dramáticas, otras sumamente pasivas y otras bien juiciosas, no obstante,
sea cuál sea la personalidad, necesitamos un par de herramientas para lograr el éxito si
queremos ganar la batalla del amor. Ya bien lo cita el proverbio: “Sabiduría ante todo,
¡adquiere sabiduría! Sobre todo lo que posees, ¡adquiere inteligencia!” 20.

Lo bueno, lo regular y lo deslucido.


Con este panorama, se hará necesario utilizar la citada sabiduría y la inteligencia para
descifrar cuáles áreas de la vida del cónyuge podrían entrar en algún tipo de categoría. En
este sentido tenemos tres categorías, las cosas que hacemos bien, las que hacemos de una
manera regular y las que realmente son deslucidas.
Repetidamente a las personas que aconsejo, a manera de dinámica, les propongo hacer
esta lista a nivel personal y a su cónyuge. La idea con la propuesta es empoderar a ambos
para que puedan trabajar en aquello que hacen y que resulta desagradable al otro, sin olvidar
al mismo tiempo que también están las cosas buenas y las regulares. Así podremos sacar la
frase fatalista: ¡todo está mal!, cuando realmente, la mayoría de las veces, no es todo.
Cuando se determinan las áreas realmente deslucidas, y dependiendo de cuáles estas
sean, será necesario acudir a ayuda profesional. Le menciono algunas:
 Celos posesivos
 Serios problemas de carácter
 Gritos y empujones
 Pornografía

20
Pr 4:7 (NVI).
 Violencia doméstica, ya sea física, emocional o sexual
 Desorden en el manejo de las finanzas
 Actitudes de solteros, en este panorama uno de los dos hace lo que quiere
 Entre otras…

Dichas actitudes, a mi entender, no solo son deslucidas sino que están desfiguradas y por
ende, necesitan trabajo profundo para volver a tomar forma. Sin embargo, antes es necesario
que los cónyuges reconozcan que las tienen y que además se han convertido un problema
para sí mismos y para el bienestar de la relación matrimonial. En este sentido, existen varios
tipos de combinaciones:
1 El que sabe que tiene áreas deslucidas, las reconoce y las trabaja
2 El que sabe que tiene áreas deslucidas, las reconoce y NO las trabaja
3 El que sabe que tiene áreas deslucidas, pero no las reconoce, por ende, no las
trabaja
4 El que no sabe que tiene áreas deslucidas, a pesar de que todos lo saben
El primer caso tiene 100% de probabilidad de tomar acuerdos indispensables. El
problema comienza con el segundo caso, ya que de poco vale reconocer un problema sino
se hace nada al respecto. El proverbio afirma un principio en dos partes: “El que oculta sus
pecados no prosperará, pero el que los confiesa y se aparta de ellos alcanzará
misericordia”21. La primera parte tiene que ver con confesión, y la segunda con apartarse de
dichas conductas destructivas. Porque confesión sin dejar la conducta es solamente la mitad
del trabajo, y en los matrimonios se debe hacer el trabajo completo.
El tercer caso es aún más preocupante porque aunque sabe que tiene áreas negativas,
sencillamente no las quiere reconoce pero vive en negación. En esta situación aún existe
esperanza si la persona es capaz de doblegar su orgullo. El proverbio nos recuerda un triste
final para el orgulloso: “Al orgullo le sigue la destrucción; a la altanería, el fracaso 22”. Esta
persona requiere mucho trabajo, sin embargo, luchará con sus tercas ideas hasta el final.
No quisiera sembrar la desesperanza, sin embargo, el cuarto caso es el que llamo “solo
con milagro divino”. Esta persona es “aquel que no sabe que tiene áreas deslucidas, a pesar
de que todos lo saben y aún se lo dicen”. No las ve, mucho menos las puede reconocer
porque está convencido que no tiene nada malo en su vida, de hecho, culpa a los demás de
21
Prov. 28:13 (RV95)
22
Prov. 16:18 (NVI)
sus acciones y reacciones, creando alrededor de sí muchos anticuerpos. Es como un auto
con puntos ciegos, no es capaz de ver en sí lo que todos encuentran. Es sencillamente
imposible tratar de convencerle de que tiene un problema, y puede estar hundido en las
consecuencias de lo que él mismo ha creado que ni aún desde allí asume la responsabilidad.
Está ciego, no sabe nada. Y su triste destino es que en el mediano o largo plazo, las
personas se cansarán de sus desplantes, cabezonadas y terminarán por dejarle. Conozco un
par de amigos que aún con la agravante de que sus cónyuges les dejaron, ni aún así
aceptaron su miseria interior. Pido al Señor que nos de la humildad para reconocer nuestros
errores, trabajar en ellos y lograr acuerdos realmente satisfactorios para ambos.

Ahora deben calificarse. Si han podido determinar las áreas deslucidas y las están
trabajando, merecidamente pueden otorgarse un 2, si las tienen contempladas pero no las
trabajan realmente, quizás un 1 sería la más sensato. Sin embargo, si ni siquiera son
capaces de reconoces sus puntos ciegos deben valorar la opción del 0. Recuerden que no
estamos calificando el trabajo individual, sino los comportamientos de ambos.
Cuadro de calificación:
0 1 2

1.5. Alcanzar la exclusividad en la Amistad.


Ahora hemos llegado al punto medular de la amistad, “la exclusividad”. Un matrimonio
idóneo, sencillamente, son dos mejores amigos que han decidido compartir su vida juntos y
además han elegido ser exclusivos en la prioridad de su amistad el uno con el otro. Cuando
tengo la oportunidad de celebrar bodas suelo hacer las siguientes preguntas: ¿y olvidando a
todas las demás mujeres toma a “Paula” como tu única esposa y decides que ella sea la
persona más importante en tu vida convirtiéndola en tu mejor amiga? ¿aceptas el desafío de
que nadie superará la amistad de tu esposa?. Esto no es una frase cliché que se usa como
estrategia en un guión copiado por generaciones, sino es una declaración de vida en sabia
amistad. No existe otro camino, mi mejor amiga por sobre cualquier otra persona debe ser mi
esposa, el mejor amigo de mi esposa sobre cualquier persona debo ser yo. En el momento
que esta prioridad cambia, es a mi entender traición de la amistad. No debo darle a otra
persona lo que le corresponde a la mujer con la que me casé, “la exclusividad en la prioridad
de la amistad”. No estoy diciendo que no se pueda tener amigas fuera de mi esposa, sin
embargo, en medio de tantos fracasos matrimoniales: ¿valdrá la pena exponerse cuando en
casa tengo todo lo que se necesita para compartir vida?

Las personas clic


Seamos honestos, existen personas alrededor nuestro que pudieran hacernos un
“clic interior”, con esto me refiero a que su carisma, su liderazgo, su manera de escuchar o
simplemente su forma de comportarse nos termina llamando la atención de una manera
particular, esto sin hablar de la belleza. A esto le llamo “clic”. Estas son las personas más
peligrosas para nuestra vida, y la vida está llena de ellas. Sin embargo, si le he dado a mi
esposa la prioridad en la amistad, intencionalmente dejaré pasar cualquier oportunidad de
estar compartiendo con alguna persona potencialmente peligrosa para el matrimonio. El
proverbio recuerda: ¿Puede alguien echarse brasas en el pecho sin quemarse la ropa?23.
Dicho en otra palabras: ¿podrá alguien estar compartiendo diariamente con una persona
“clic” sin que pase nada en su corazón?.

23
Prov. 6:27 (NVI)

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