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TEMA 7.2: CAPACITISMO EN LA ATENCIÓN SANITARIA.

Un mejor conocimiento de la discapacidad puede reducir los estereotipos y la

estigmatización.

Todas las personas necesitan acceso a la atención sanitaria. Sin embargo, las

discapacitadas sufren a menudo devaluación social a causa de su condición. La

discapacidad forma parte del ser humano, y es el resultado de la interacción entre

una enfermedad y otros de factores personales y ambientales. Las actitudes

negativas contrarias, el apoyo social inexistente o limitado, y la inaccesibilidad a

edi cios públicos y al transporte pueden afectar a la salud y contribuir a aumentar

las limitaciones derivadas de la discapacidad. Algunas personas con discapacidad

pueden tener una salud precaria y complejas necesidades de atención sanitaria,

mientras que otras no. Por lo tanto, como derecho humano y de salud, el principio de

equidad será siempre contemplado de manera diferente para cada persona.

El capacitismo se produce en la atención sanitaria cuando una persona con

discapacidad sufre discriminación o comportamientos prejuiciosos por parte de

una enfermera u otro profesional de la salud. Este capacitismo puede hacer que se

infravalore la calidad de vida o la competencia de una persona discapacitada y

afectar a la calidad de la atención y cuidados prestados. Esta discriminación

también puede romper la relación paciente-profesional, resultando en un proceso

comunicativo inadecuado debido al miedo del o la paciente a ser juzgada o no ser

escuchada.

Chicoine y colaboradoras ofrecen un estudio de caso de una paciente de 60 años con

síndrome de Down y enfermedad de Alzheimer incipiente que ingresó en una unidad

médica general con una neumonía asociada al COVID-19, a principios de la pandemia.

La médica que atendió a la paciente la conocía por haberla tratado en una clínica para

personas adultas con síndrome de Down (de la que también era directora). Esta

discutió los objetivos de los cuidados y la orden de no reanimación (DNR) con el


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paciente y sus familiares, quienes estuvieron de acuerdo con ello. En 24 horas, el

estado de la paciente empeoró y fue trasladada a la UCI.

Sin embargo, en los seis días siguientes, hubo una mejora mani esta en la condición de

la paciente, y la médica fue cuestionada hasta en cuatro ocasiones, insinuando la

conveniencia de seguir con el código DNR. La médica criticó explícitamente la

insistencia en el asunto por parte del equipo de la UCI pero, tras una discusión sobre la

calidad de vida de la paciente antes de la hospitalización y sobre la decisión de la

paciente y sus familiares sobre plani car y continuar con los cuidados y tratamiento, el

equipo de la UCI no volvió a cuestionar la eliminación del DNR. El estado de la paciente

mejoró, fue trasladada fuera de la UCI y dada de alta del hospital una semana después.

Las acciones y la defensa que realizó esta profesional respaldan la importancia de la

inclusión y la lucha contra el capacitismo en los centros sanitarios. El

capacitismo debe confrontarse a través de su visibilización y comprensión,

eliminando las barreras que di cultan o impiden el acceso de las personas

discapacitadas a la atención sanitaria.

BARRERAS ACTITUDINALES: aprendiendo sobre la condición diversa de las

distintas discapacidades, en sus diferentes contextos, examinando los prejuicios/

sesgos inconscientes de las y los profesionales, y siendo conscientes del llamado

capacitismo benevolente que ve a las personas con discapacidad como débiles y

necesitadas de rescate . Las enfermeras pueden abordar estas barreras considerando

a pacientes y familiares como aliadas, dándoles "el micrófono" y escuchándolas

mientras comparten sus experiencias.

BARRERAS DE COMUNICACIÓN : pacientes con discapacidades cognitivas pueden

presentar retos relacionados con la atención, memoria y comprensión. Las

enfermeras pueden adaptar su comunicación informándose sobre la discapacidad

especí ca y evitando el lenguaje que trata la discapacidad como un insulto o un

atributo negativo, con términos como "tonto", "lenta" o "demente".


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BARRERAS FÍSICAS, COGNITIVAS Y FINANCIERAS: que di cultan el acceso a los

cuidados, conociendo y participando en el denominado diseño universal, o diseño de

entornos para hacerlos exibles y accesibles para personas con diversidad

funcional. Las enfermeras deben conocer y abogar por las garantías legislativas

relacionadas con la protección a las personas con discapacidad, así como saber

conectar a pacientes con recursos locales, regionales y nacionales que apoyen a estas

personas y a sus familias.

Un mejor conocimiento del fenómeno de la discapacidad puede reducir los

estereotipos y el estigma, así como el aislamiento social. Con la sensibilización,

formación y el uso e caz de los recursos, las personas con discapacidad y sus

familias mejorarán su salud y bienestar.


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