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Relaciones interpersonales
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Cuentos para desarrollar las Relaciones interpersonales
A continuación, encontraras cuentos para narrar a tus hijos e hijas acorde a la edad que tiene.
Pipo siempre pedía disculpas por lo que ellas hacían. Cada vez que ellas salían a pasear, Dora se burlaba:
‘Pero mira que fea está esa oveja. Y mira la nariz del toro’. ‘Sí, mira qué feos son’, respondía Dora delante de
los otros animalitos. Y así se la pasaban molestando a los demás, todos los días.
Un día, cansado el abuelo de la mala conducta de sus nietas (que por más que les enseñaba, no se corregían),
se le ocurrió algo para hacerlas entender y les dijo: “Vamos a practicar un juego en donde cada una tendrá
un cuaderno, en él escribirán la palabra disculpas, cada vez que le falten el respeto a alguien. Ganará la que
escriba menos esa palabra”.
“Está bien abuelo, juguemos”, respondieron al mismo tiempo. Cuando Dora le faltaba el respeto a alguien, Susi
le hacía acordar del juego y hacía que escriba en su cuaderno la palabra disculpas (porque así Dora tendría más
palabras y perdería el juego).
De igual forma Dora le hacía acordar a Susi cuando le faltaba el respeto a alguien. Pasaron los días y hartas de
escribir, las dos se pusieron a conversar: ¿No sería mejor que ya no le faltemos el respeto a la gente? Así ya no
sería necesario pedir disculpas.
Llegó el momento en que Pipo tuvo que felicitar a ambas porque ya no tenían quejas de los vecinos. Les pidió a
las conejitas que borraran poco a poco todo lo escrito hasta que sus cuadernos quedaran como nuevos.
Las conejitas se sintieron muy tristes porque vieron que era imposible que las hojas del cuaderno quedaran
como antes. Se lo contaron al abuelo y él les dijo: “Del mismo modo queda el corazón de una persona a la que
le faltamos el respeto, queda marcado y por más que pidamos disculpas, las huellas no se borran por completo.
Por eso recuerden debemos respetar a los demás así como nos gustaría que nos respeten a nosotros”.
Reflexiona con tu hijo o hija: no debemos faltar el respeto a nadie, sea tu hermano, tu padre, tu madre, tus
vecinos o tus compañeros.
Reflexiona con tu hijo o hija: la mejor relación no es aquella que une a personas perfectas, sino aquella en que
cada persona aprende a convivir con las diferencias que cada uno tiene y que nos hace únicos, y sobre todo
admirar todas sus cualidades.
Debemos aprender de este cuento que, la envidia, el egoísmo, la discriminación…. nos aleja.
Edades: A partir de 13 años
Valores: Buenas relaciones humanas, Cooperación
Título: Don Arbolón
Un día Don Arbolón apareció enfermo. Tenía un gran agujero en su tronco y había perdido todas sus hojas.
Los maestros del colegio, preocupados, llamaron corriendo a unos jardineros, quienes con muy poco amor a
la naturaleza y solo con ganas de ganar dinero, llegaron al colegio. ¡Ni tan siquiera se preocuparon por Don
Arbolón! Al verlo tan viejecito propusieron arrancarlo y plantar en su lugar muchos árboles jóvenes. Los
niños cuando oyeron aquello, sin pensar se levantaron de golpe y, tomándose, de sus manitas, rodearon a Don
Arbolón al tiempo que cantaban:
- Don Arbolón no se va del colegio... Don Arbolón se queda aquí... porque todos los queremos mucho a Don
Arbolón.
Los maestros inmediatamente echaron a aquellos jardineros y llamaron a un viejo jardinero bondadoso que
vino muy deprisa con una gran maleta. Cuando vio a Don Arbolón, le tomó la temperatura, la presión, le
miró la garganta... Y al ratito dijo:
- Necesito tierra para prepararle su medicación.
Los niños corriendo fueron por tierra y en un gran balde se la trajeron. El viejo jardinero mezcló con la tierra
jarabe en gotitas y unos polvos que extendió por todo el suelo que rodeaba a Don Arbolón, dándole unas
cariñosas palmaditas en su tronco al marchar.
Todos se fueron a casa preocupados por Don Arbolón pero cuando llegaron al día siguiente ¡sorpresa!, Don
Arbolón ya no tenía aquel enorme agujero en su tronco y todas las hojas habían vuelto a brotar en sus ramas.
Los niños, muy contentos, rodearon nuevamente con sus manos a Don Arbolón y con mucha alegría cantaron:
- Don Arbolón ya no está malito... Don Arbolón ya está curadito... Todos los niños, queremos mucho a Don
Arbolón...
Reflexiona con tu hijo o hija: debemos valorar a aquellos que nos dan cariño y paciencia, además lo más
importante es mantenernos unidos ante cualquier problema que ocurra en nuestro alrededor, recordando
que siempre tendremos amigos y amigas que nos darán una mano cuando lo necesitemos.