El Lado Oculto de la Luna

Se conoce como el lado o la cara oculta de la luna, al hemisferio de nuestro satélite natural que no es
observable desde la Tierra; esto se debe a que la luna tarda el mismo tiempo en dar una vuelta sobre
sí misma que en torno a la Tierra, es por esto que siempre presenta la misma cara visible desde ésta.

El hombre ha realizado diferentes expediciones, utilizando métodos científicos y tecnológicos con tal
de descubrir lo que a simple vista no se puede apreciar. Se ha logrado obtener recursos visuales que
solo alegan un lado más deteriorado que el que apreciamos en las noches, sin embargo, las teorías
conspirativas exponen supuestos hallazgos que van más allá de la imaginación, como restos
extraterrestres, bases de seres no identificados entre otros.

Lo que sí sabemos es que el hombre nunca dejará de investigar en aquello que le es oculto o que
aún no se le ha sido revelado, cuando Dios nos llama y nos predestina un propósito que Él ha
planeado para nuestras vidas, cada uno de los procesos no siempre se nos son manifestados
inmediatamente; sin embargo, esto no debe ser un pretexto para dar cabida a la frustración o
motivo de abandono a la voluntad de nuestro Padre, pues si has sentido el llamado de Dios entonces
debes confiar plenamente en Él. Al respecto Jesús afirmó “No se angustien. Confíen en Dios, y
confíen también en mí.” Juan 14:1

Si hoy no puedes ver la otra cara de la luna, es porque la misma tierra ha causado que éste satélite
gire al tiempo que nuestro planeta; a este fenómeno se le conoce como “gradiente gravitatorio”, si
no has conocido la verdadera voluntad de Dios para tu vida, es porque quizás tú, has puesto
obstáculos y no has permitido que sea Dios guiándote.

Es el tiempo para que quites tu confianza de aquello que no te da un propósito de vida, y que pongas
tu confianza en Dios, que le entregues tu vida por completo y así podrás experimentar el amor y guía
del Padre hacia los caminos que Él ha definido para ti.

Apreciado lector deseo de corazón que “El Señor afirme tus pasos cuando le agrade tu modo de
vivir.” Salmos 37:23

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Lic. Héctor Montiel