—Mi mamá viene a visitarme a mi cuarto— Un domingo de hace unas sem-
anas, unas cuatro o cinco semanas, fui de visita a casa de mi mamá, no es
que necesitara algo de ella, es decir, vivo solo, soy independiente desde hace años, todo lo que alguna vez necesite de ella ahora simplemente lo omito, solo se queda ahí: platos sucios dentro del closet, botellas de meados en el refrig- erador, montañas y montañas de ropa sucia, semen por todas partes, el techo, las paredes, 30 generaciones de espermtozoides conviviendo en el teclado de la computadora, evolucionando a la velocidad del rayo, en dos noches, en solo dos noches, pasaron de cazar ácaros para alimentarse a debatir sobre una ley que les permita identificarse como óvulos, el pináculo de la evolución.