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Érase una vez un ciego muy hábil para reconocer al tacto cualquier
animal al alcance de su mano, diciendo de qué especie era. Le
presentaron un día un lobezno, lo palpó y quedó indeciso.
-No acierto - dijo, si es hijo de una loba, de una zorra o de otro animal de
su misma cualidad; pero lo que sí sé es que no ha nacido para vivir en un
rebaño de corderos.
El león y el ratón
Esta fábula enseña a los niños a que jamás desprecien las promesas de los
demás, por más pequeñas que sean. En algún momento ellos las cumplirán.
Espantadas las ranas por el ruido que hizo el leño al caer, se escondieron donde
mejor pudieron. Por fin, viendo que el leño no se movía más, fueron saliendo a la
superficie y dada la quietud que predominaba, empezaron a sentir tan grande desprecio por el
nuevo rey, que brincaban sobre él y se le sentaban encima, burlándose sin descanso.
Y así, sintiéndose humilladas por tener de monarca a un simple madero, volvieron donde Zeus,
pidiéndole que les cambiara al rey, pues éste era demasiado tranquilo.
Indignado Zeus, les mandó una activa serpiente de agua que, una a una, las atrapó y devoró a
todas sin compasión.
A la hora de elegir los gobernantes, es mejor escoger a uno sencillo y honesto, en vez de a uno
muy emprendedor pero malvado o corrupto.
El camello que estercoló en el río Atravesaba un camello un río de aguas rápidas. Sintió
la necesidad de estercolar, y viendo enseguida que pasaba delante de él su excremento,
arrastrado por el río , exclamó: -- ¿ Cómo sucede esto ? ¡ Lo que estaba atrás mío, ahora
lo veo pasar adelante ! Es como en algunos estados o empresas, donde los incapaces y
los corruptos pasan a ocupar los primeros lugares, en lugar de los más sensatos,
honestos y capaces. Si llegas a tener puestos de mando, promueve siempre a los
mejores.
MITOS
El hombre se creó de maíz, antes de que los dioses lo hicieran de maíz, lo hicieron de barro pero
este se derretía con la lluvia. Entonces lo hicieron de madera, ese si funcionaba, por decirlo de
alguna manera, pues creció como civilización, tenía una visión muy poderosa y había creado
diversos objetos pero se olvidó de adorar a los dioses que lo crearon, entonces, los dioses
decidieron castigarlos. Un buen día, hicieron que las cacerolas, las ollas y comales y varios objetos
les hablaran reclamando el maltrato que recibían, entonces, los hombres enloquecieron, se
treparon a los árboles por el miedo y se supone que así es como se originó el mono.
Otra historia, es la de "los 400 muchachos", que fueron asesinados por Zipacná y se convirtieron
en estrellas. Hunanpú e Ixbalanque se convirtieron en el sol y la luna.
El juego de pelota que jugaban los señores de Xibalbá. La historia del árbol de jicara.
Los genios:
Son una especie amoral, pero no imprescindiblemente malignos, pero suelen ser bromistas y
embaucadores.
Los genios pueden ser invisibles o de formas cambiantes, pueden ser animales, o mujeres
hermosas que seducen a los hombres para quitarles la energía, similares a los súcubos. Pueden
ocasionar la locura, atravesar paredes y seres vivos, desplazarse a grandes velocidades, convertirse
en seres humanos y suplantar a familiares y conocidos.
Normalmente son invisibles para los humanos, para que los hombres no se relacionen
normalmente con ellos.Se organizan en jerarquías y dinastías. Es posible dominarlos mediante un
objeto, para convertirlos en esclavos.
El Sátiro
El Sátiro romano es considerado como el espíritu de los bosques y se identifica con el dios Pan.
Las representaciones de los sátiros romanos son las que perduraron posteriormente en el arte. El
aspecto difiere con el del Sátiro griego, ya que se lo representa como una criatura mitad humana,
y de la cintura para abajo con cuerpo de cabra. Solían tener cuernos de cabra o carnero. Los
poetas romanos suelen confundirlos con los faunos, de origen diferente.
Otras mitologías reconocen la existencia de criaturas similares a los sátiros greco-latinos, como en
el folklore eslavo los lisovik, o los carantoñas de los bosques del noroeste de la península ibérica.
Estas criaturas se asemejan a los sátiros en su carácter alegre, festivo, su promiscuidad sexual o su
debilidad por el vino.
En la mitología cristiana, la representación del Sátiro se asimiló con el diablo, y actualmente se
representa como criatura con patas y cuernos de cabra.
El conejo de la luna Quetzalcóatl, el dios grande y bueno, se fue a viajar una vez por el mundo en
figura de hombre. Como había caminado todo un día, a la caída de la tarde se sintió fatigado y con
hambre. Pero todavía siguió caminando, caminando, hasta que las estrellas comenzaron a brillar y
la luna se asomó a la ventana de los cielos. Entonces se sentó a la orilla del camino, y estaba allí
descansando, cuando vio a un conejito que había salido a cenar.
-¿Qué estás comiendo?, - le preguntó. -Estoy comiendo zacate. ¿Quieres un poco? -Gracias, pero
yo no como zacate. -¿Qué vas a hacer entonces? -Morirme tal vez de hambre y de sed.
El conejito se acercó a Quetzalcóatl y le dijo; -Mira, yo no soy más que un conejito, pero si tienes
hambre, cómeme, estoy aquí. Entonces el dios acarició al conejito y le dijo:
-Tú no serás más que un conejito, pero todo el mundo, para siempre, se ha de acordar de ti.
Y lo levantó alto, muy alto, hasta la luna, donde quedó estampada la figura del conejo. Después el
dios lo bajó a la tierra y le dijo:
-Ahí tienes tu retrato en luz, para todos los hombres y para todos los tiempos.