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Señor 
JUEZ PROMISCUO DEL CIRCUITO (REPARTO) 
(JUEZ DE TUTELA) 
Neiva - Huila  
E. S. D. 
 
 
Referencia: Acción de tutela. Violación del derecho fundamental a la SALUD Art.49,
INTEGRIDAD FISICA, DIAGNOSTICO, VIDA DIGNA, PETICIÓN – Art. 29 Constitución Política. 
 
 
Accionante: ________________________________ 
Accionante: JUZGADO SEGUNDO MUNICIPAL DE PEQUEÑAS CAUSAS LABORALES
DE NEIVA  
 
 
DIEGO ANDRES MORALES GIL, mayor de edad, domiciliado y residente en la ciudad de
Neiva – Huila, identificado como aparece al pie de mi firma, abogado en ejercicio,
portador de la tarjeta profesional No. 166.618 del C. S. de la J., actuando como apoderado
del señor ____________________________, también mayor de edad, vecino de Neiva,
identificado con cédula de ciudadanía número ____________ de Neiva - Huila, con
domicilio en la misma ciudad, comedidamente manifiesto ante el honorable despacho
que, en uso del derecho de amparo consagrado en el artículo 86 de la Constitución Política
y reglamentado por el Decreto 2591 de 1991, interpongo acción de tutela contra el
JUZGADO SEGUNDO MUNICIPAL DE PEQUEÑAS CAUSAS LABORALES DE NEIVA, cuya
titular es la señora Juez __________________________, con el propósito que se le ordene
al mencionado despacho judicial dentro de un plazo prudencial perentorio, tal como lo
ordena el decreto 2591 de 1991 y en amparo del derecho fundamental al DEBIDO
PROCESO, que adopte las medidas procesales respectivas, inclusive la declaratoria de
nulidad, con el fin de asegurar la notificación y comparecencia al proceso ordinario laboral
de única instancia promovido por el señor _____________________ contra el aquí
accionante, para que él ejerza en debida forma y con las garantías procesales respectivas
sus derechos de audiencia, defensa y contradicción, ante la consolidación de una vía de
hecho por defecto procedimental contenida en el auto que ordenó tener por notificado
por aviso al señor ___________________________, el cual fue emitido en audiencia de
fecha _________________________________, para lo cual se hace una enunciación de
los siguientes 
 
 
HECHOS 
 
PRIMERO.- El señor _____________________________, mediante escrito formulado a
través de apoderado, presenta demanda ordinaria laboral de única instancia contra el
señor _____________________________ solicitando declarar la existencia de una
relación laboral, así como el pago de prestaciones sociales y otros emolumentos que
consideraba se le adeudaban por el presunto empleador. 
 
SEGÚNDO.- Una vez surtidos los trámites correspondientes de reparto y radicación, de la
demanda le correspondió conocer al JUZGADO SEGUNDO MUNICIPAL DE PEQUEÑAS
CAUSAS LABORALES, el cual procedió a su admisión mediante auto de fecha cinco (5) de
febrero de 2013, fijándose para audiencia de trámite y fallo el día veinticinco (25) de
febrero de 2013. 
 
TERCERO.- Hechos los trámites de notificación correspondientes, llegada la fecha de la
mencionada audiencia se observó que no había sido posible lograr la notificación del
demandado, por lo que el despacho dispuso mediante auto de fecha veinticinco (25) de
febrero de 2013, ordenar la práctica de la notificación por aviso al señor
______________________________, con la constancia de que el demandado “dispone de
un término de diez (10) días contados a partir de día siguiente al recibo del aviso, para que
se presente al cumplimiento de la notificación, o en su defecto se le designará curador ad –
litem, con quien se proseguirá con el trámite del proceso”. (Subrayado fuera del texto)  
 
CUARTO.- Llegada la fecha fijada para la nueva audiencia programada por el juzgado, que
correspondió al día veinte (20) de marzo del año en curso, se observó que el señor
__________________________ no compareció a la mencionada diligencia, por lo que el
juzgado procedió a TENER POR NOTIFICADO POR AVISO al señor demandado, pero no se
acató el imperativo mandato procesal de connotación sustancial recogido en el artículo 29
inciso final del Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social, que establece que
para este caso se debe proceder por el juzgado a designarle al ausente CURADOR AD
LITEM con quien se continuará el proceso, ordenado también el correspondiente
emplazamiento. 
 
QUINTO.- Fue así como en dicha audiencia, sin contar con la asistencia del demandado y
al habérsele coartado la posibilidad de concurrir al proceso a través de curador ad litem
que le representara y ejerciera su defensa dentro de la litis, se surtió audiencia de
conciliación dando aplicación al artículo 77 del C. P. del T.; el trámite de contestación de la
demanda; se recepcionaron pruebas de cargo de la parte demandante, las decretadas de
oficio por el juzgado, incluido el interrogatorio de parte del accionado donde se aplicaron
las consecuencias previstas en el artículo 202 del C. de P. C. y los alegatos finales. 
 
SEXTO.- En fecha cuatro (4) de abril de 2013 el JUZGADO SEGUNDO MUNICIPAL DE
PEQUEÑAS CAUSAS LABORALES DE NEIVA – HUILA procedió a emitir SENTENCIA
declarando la existencia del contrato de trabajo entre las partes, y condenando al señor
_____________________________________ al pago de diferentes sumas de dinero de
acuerdo a las pretensiones formuladas, decisión judicial absolutamente adversa para
aquel, aún más cuando estuvo desprovisto de la representación judicial a la que tenía
derecho por mandato legal y procedimental. 
 
SEPTIMO.- Mediante auto de fecha veinticinco (25) de abril de 2013 se dio aprobación a la
liquidación de costas y se ordenó el archivo de la actuación. 
 
OCTAVO.- Por auto de fecha ocho (8) de mayo de 2013, el despacho libró mandamiento
ejecutivo con base en la sentencia emitida contra el señor
____________________________________, decretando diferentes medidas cautelares. 
 
NOVENO.- Producto de las medidas cautelares ordenadas por el despacho y practicadas,
principalmente los embargos bancarios, los cuales se comunicaron al accionante por las
entidades bancarias en el mes de julio del año en curso, el señor
_____________________________________________ conoció del proceso judicial que se
promovía en su contra, enterándose de la sentencia emitida por el Juzgado y el actual
proceso de ejecución adelantado. 
 
 
Conforme a los hechos anteriormente relatados, solicito al juez de tutela se acojan las
siguientes: 
 
 
SOLICITUDES 
 
1. Sírvase el honorable Juez Constitucional proceder, por la vía de la acción de
tutela, a amparar y tutelar el derecho fundamental al DEBIDO PROCESO (Art.
29 C.N.), al señor _______________________________, el cual fue vulnerado
por la actuación procesal del JUZGADO SEGUNDO MUNICIPAL DE PEQUEÑAS
CAUSAS LABORALES DE NEIVA, con el auto de fecha veinte (20) de marzo de
2013, mediante el cual se ordenó tener por notificado por aviso al demandado,
absteniéndose de dar aplicación a la regla procesal y sustancial del inciso final
del artículo 29 del C. P. del T. y de la S. S., designándole un curador AD LITEM
para que lo representar en el proceso. 
 
1. Como consecuencia de lo anterior, determínese por parte de su señoría el
conjunto de medidas procesales a adoptar con el fin de extinguir la
mencionada vulneración al derecho fundamental del cual es titular el
accionante, ordenándole al juzgado accionado que dentro del término de ley
dé cumplimiento a las mismas en las condiciones que determine el fallador. 
 
1. Sírvase el despacho reconocerme personería jurídica para actuar en
nombre del señor __________________________________. 
  
 
DERECHOS FUNDAMENTALES VULNERADOS 
 
Con el actuar adelantado por parte del juzgado de conocimiento del proceso, estimo
como violado el artículo 29 de la Constitución Nacional que alude al DEBIDO PROCESO
como derecho fundamental que debe observarse dentro de todas las actuaciones
judiciales y administrativas, en concordancia con los artículos 228 y 229 constitucionales.  
 
 
 
FUNDAMENTOS DE DERECHO Y CONCEPTO DE VIOLACION 
 
El artículo 29 de la Constitución Nacional reza: “El debido proceso se aplicará a toda clase
de actuaciones judiciales y administrativas”. (…) “Es nula, de pleno derecho, la prueba
obtenida con violación del debido proceso”. Igualmente el artículo 228 de mismo estatuto
superior dispone “La Administración de Justicia es función pública. Sus decisiones son
independientes. Las  actuaciones serán públicas y permanentes con las excepciones que
establezca la ley y en ellas prevalecerá el derecho sustancial. Los términos procesales se
observarán con diligencia... ”. (Subrayado y Negrilla fuera del texto). Estos artículos, junto
con el artículo 229 Constitucional, se constituyen como un catálogo axiológico y
teleológico sobre el cual se edifican las bases de un principio de enorme relevancia
jurídica y social denominado DEBIDO PROCESO.  
 
El debido proceso se constituye como el conjunto de etapas obligatorias dentro de una
actuación judicial o administrativa, de cuya observancia depende la efectividad del
derecho material y sustancial, el respeto por los principios fundamentales y la concreción
de garantías básicas para quienes intervienen en un proceso, que necesariamente debe
ser justo y legal. No cabe duda que este principio de derecho, que igualmente es derecho
fundamental, posee suficiente relevancia dentro del tráfico jurídico cotidiano, pues su
observancia debe ser necesariamente obligatoria y sus características deben ir implícitas
en las diversas actuaciones que desarrollan las autoridades jurisdiccionales del Estado. 
 
Con la aplicación del debido proceso, se permite a los ciudadanos no solo acceder al
aparato jurisdiccional y a la recta administración de justicia de manera simple, sino que a
ella se acuda de manera pronta, eficaz y que los principios que así mismo la integran,
emerjan como garantías básicas tanto materiales como procedimentales (Legalidad,
buena fe, contradicción, igualdad, favorabilidad, etc.). En síntesis, esa posibilidad de acudir
a la administración de justicia de manera rápida y eficaz, con garantía de derechos y
principios fundamentales-constitucionales propios de cada ciudadano, es lo que
jurisprudencial y doctrinariamente se ha denominado “TUTELA JUDICIAL EFECTIVA”. 
 
Lo anterior, no puede constituirse como letra muerta o un simple postulado propio de un
Estado Social de Derecho que únicamente proclama los derechos de las personas; al
contrario, es tal su imperatividad, que la simple inobservancia de alguna de sus premisas,
genera una flagrante violación a las garantías que esboza el debido proceso como derecho
fundamental. 
 
En cuanto a la procedencia de la acción de tutela frente a providencias judiciales, la Corte
Constitucional ha reiterado en su jurisprudencia sobre el tema lo siguiente1: 
 
“A partir de este precedente, la Corte ha construido una línea jurisprudencial sobre el tema, y ha
determinado progresivamente los defectos que configuran una vía de hecho. Por ejemplo, en la
sentencia T-231 de 1994, la Corte dijo: “Si este comportamiento - abultadamente deformado
respecto del postulado en la norma - se traduce en la utilización de un poder concedido al juez por el
ordenamiento para un fin no previsto en la disposición (defecto sustantivo), o en el ejercicio de la
atribución por un órgano que no es su titular (defecto orgánico), o en la aplicación del derecho sin
contar con el apoyo de los hechos determinantes del supuesto legal (defecto fáctico), o en la
actuación por fuera del procedimiento establecido (defecto procedimental), esta sustancial
carencia de poder o de desviación del otorgado por la ley, como reveladores de una manifiesta
desconexión entre la voluntad del ordenamiento y la del funcionario judicial, aparejará su
descalificación como acto judicial” [1]. En casos posteriores, esta Corporación agregó otros tipos de
defectos constitutivos de vías de hecho. 
  
En virtud de esta línea jurisprudencial, se ha subrayado, que todo el ordenamiento jurídico debe
sujetarse a lo dispuesto por la Constitución en razón a lo dispuesto en el artículo 4 de la Carta
Fundamental. Además, se ha indicado que uno de los efectos de la categoría Estado Social de
derecho en el orden normativo está referido a que los jueces, en sus providencias, definitivamente
están obligados a respetar los derechos fundamentales” (Negrilla fuera del texto) 
 
En las sentencias C-590 de 2005 y SU-913 de 2009, el máximo tribunal Constitucional
expresó: 
 
“Actualmente no “(…) sólo se trata de los casos en que el juez impone, de manera grosera y burda
su voluntad sobre el ordenamiento, sino que incluye aquellos casos en los que se aparta de los
precedentes sin argumentar debidamente (capricho) y cuando su discrecionalidad interpretativa se
desborda en perjuicio de los derechos fundamentales de los asociados (arbitrariedad)”. 
 
En el mismo sentido, en la sentencia C-590 del 8 de junio de 2005,  la Corte hizo alusión a
los requisitos generales y especiales para la procedencia excepcional de la acción de tutela
contra providencias judiciales. Sobre los requisitos generales de procedencia estableció: 
  
“Los requisitos generales de procedencia de la acción de tutela contra decisiones
judiciales son los siguientes: 
  
a. Que la cuestión que se discuta resulte de evidente relevancia constitucional. Como ya
se mencionó, el juez constitucional no puede entrar a estudiar cuestiones que no tienen
una clara y marcada importancia constitucional so pena de involucrarse en asuntos que
corresponde definir a otras jurisdicciones. En consecuencia, el juez de tutela debe indicar
con toda claridad y de forma expresa porqué la cuestión que entra a resolver es
genuinamente una cuestión de relevancia constitucional que afecta los derechos
fundamentales de las partes.  
  
b. Que se hayan agotado todos los medios  -ordinarios y extraordinarios-  de defensa
judicial al alcance de la persona afectada, salvo que se trate de evitar la consumación de
un perjuicio iusfundamental irremediable].  De allí que sea un deber del actor desplegar
todos los mecanismos judiciales ordinarios que el sistema jurídico le otorga para la
defensa de sus derechos.  De no ser así, esto es, de asumirse la acción de tutela como un
mecanismo de protección alternativo, se correría el riesgo de vaciar las competencias de
las distintas autoridades judiciales, de concentrar en la jurisdicción constitucional todas
las decisiones inherentes a ellas y de propiciar un desborde institucional en el
cumplimiento de las funciones de esta última. 
  
c. Que se cumpla el requisito de la inmediatez, es decir, que la tutela se hubiere
interpuesto en un término razonable y proporcionado a partir del hecho que originó la
vulneración.  De lo contrario, esto es, de permitir que la acción de tutela proceda meses o
aún años después de proferida la decisión, se sacrificarían los principios de cosa juzgada
y seguridad jurídica ya que sobre todas las decisiones judiciales se cerniría una absoluta
incertidumbre que las desdibujaría como mecanismos institucionales legítimos de
resolución de conflictos. 
  
d. Cuando se trate de una irregularidad procesal, debe quedar claro que la misma tiene
un efecto decisivo o determinante en la sentencia que se impugna y que afecta los
derechos fundamentales de la parte actora.  No obstante, de acuerdo con la doctrina
fijada en la Sentencia C-591-05, si la irregularidad comporta una grave lesión de
derechos fundamentales, tal como ocurre con los casos de pruebas ilícitas susceptibles de
imputarse como crímenes de lesa humanidad, la protección de tales derechos se genera
independientemente de la incidencia que tengan en el litigio y por ello hay lugar a la
anulación del juicio. 
  
e. Que la parte actora identifique de manera razonable tanto los hechos que generaron
la vulneración como los derechos vulnerados y que hubiere alegado tal vulneración en el
proceso judicial siempre que esto hubiere sido posible.  Esta exigencia es comprensible
pues, sin que la acción de tutela llegue a rodearse de unas exigencias formales contrarias
a su naturaleza y no previstas por el constituyente, sí es menester que el actor tenga
claridad en cuanto al fundamento de la afectación de derechos que imputa a la decisión
judicial, que la haya planteado al interior del proceso y que dé cuenta de todo ello al
momento de pretender la protección constitucional de sus derechos. 
  
f. Que no se trate de sentencias de tutela.  Esto por cuanto los debates sobre la
protección de los derechos fundamentales no pueden prolongarse de manera indefinida,
mucho más si todas las sentencias proferidas son sometidas a un riguroso proceso de
selección ante esta Corporación, proceso en virtud del cual las sentencias no
seleccionadas para revisión, por decisión de la sala respectiva, se tornan definitivas.”    
  
De igual forma, en la sentencia C-590 del 8 de junio de 2005, además de los requisitos
generales, se señalaron las causales de procedibilidad especiales o materiales del amparo
tutelar contra las sentencias judiciales. Estas son: 
  
“…Ahora, además de los requisitos generales mencionados, para que proceda una acción
de tutela contra una sentencia judicial es necesario acreditar la existencia de requisitos o
causales especiales de procedibilidad, las que deben quedar plenamente demostradas. En
este sentido, como lo ha señalado la Corte, para que proceda una tutela contra una
sentencia se requiere que se presente, al menos, uno de los vicios o defectos que
adelante se explican.  
  
a. Defecto orgánico, que se presenta cuando el funcionario judicial que profirió la
providencia impugnada, carece, absolutamente, de competencia para ello.  
  
b. Defecto procedimental absoluto, que se origina cuando el juez actuó completamente
al margen del procedimiento establecido.  
  
c.  Defecto fáctico, que surge cuando el juez carece del apoyo probatorio que permita la
aplicación del supuesto legal en el que se sustenta la decisión.  
  
d. Defecto material o sustantivo, como son los casos en que se decide con base en
normas inexistentes o inconstitucionales o que presentan una evidente y grosera
contradicción entre los fundamentos y la decisión.   
  
e. Error inducido, que se presenta cuando el juez o tribunal fue víctima de un engaño por
parte de terceros y ese engaño lo condujo a la toma de una decisión que afecta derechos
fundamentales. 
  
f.  Decisión sin motivación, que implica el incumplimiento de los servidores judiciales de
dar cuenta de los fundamentos fácticos y jurídicos de sus decisiones en el entendido que
precisamente en esa motivación reposa la legitimidad de su órbita funcional. 
  
g.  Desconocimiento del precedente, hipótesis que se presenta, por ejemplo, cuando la
Corte Constitucional establece el alcance de un derecho fundamental y el juez ordinario
aplica una ley limitando sustancialmente dicho alcance. En estos casos la tutela procede
como mecanismo para garantizar la eficacia jurídica del contenido constitucionalmente
vinculante del derecho fundamental vulnerado.   
  
h.  Violación directa de la Constitución. 
  
Estos eventos en que procede la acción de tutela contra decisiones judiciales involucran la
superación del concepto de vía de hecho y la admisión de específicos supuestos de
procedibilidad en eventos en los que si bien no se está ante una burda trasgresión de la
Carta, si se trata de decisiones ilegítimas que afectan derechos fundamentales.”
(Negrilla fuera del Texto). 
 
 
Así las cosas, se considera que la violación al derecho fundamental al debido proceso
consagrado en el artículo 29 constitucional y del que es titular el señor
___________________________ es flagrante por la acción desplegada por el JUZGADO
SEGUNDO MUNICIPAL DE PEQUEÑAS CAUSAS LABORALES DE NEIVA, a través de su titular,
pues al momento de enviarse la notificación por aviso al demandado, y verificado el
cumplimiento de dicha diligencia procesal sin que el llamado hubiere comparecido, se
debió dar imperativa aplicación al artículo 29 procesal que establece:  
 
“ARTÍCULO 29. NOMBRAMIENTO DEL CURADOR AD LITEM Y EMPLAZAMIENTO DEL DEMANDADO. 
Cuando el demandante manifieste bajo juramento, que se considera prestado con la presentación de la
demanda, que ignora el domicilio del demandado, el juez procederá a nombrarle un curador para la litis con
quien se continuará el proceso y ordenará su emplazamiento por edicto, con la advertencia de habérsele
designado el curador. 
 
El emplazamiento se efectuará en la forma prevista en el inciso segundo del artículo 318 del Código del
Procedimiento Civil y no se dictará sentencia mientras no se haya cumplido. 
 
Cuando el demandado no es hallado o se impide la notificación, también se aplicará lo dispuesto en los
incisos anteriores, previo cumplimiento de lo establecido en los numerales 1 y 2 del artículo 320 del Código
de Procedimiento Civil. En el aviso se informará al demandado que debe concurrir al juzgado dentro de los
diez (10) días siguientes al de su fijación para notificarle el auto admisorio de la demanda y que si no
comparece se le designará un curador para la litis.” 
 
La norma anterior establece de forma clara cuál es el procedimiento a seguir ante la
ausencia de notificación del demandado; luego, lo que se buscó por el legislador fue
garantizar al ausente el derecho de defensa, audiencia y contradicción mediante la
designación de un curador, profesional de la lista de auxiliares de la justicia, que se
ocupara precisamente de garantizarle a su prohijado la observancia del debido proceso en
todas las etapas del juicio laboral. Si no se da cumplimiento a la regla procesal, es claro
que se menoscaban absolutamente los derechos antes mencionados, no se garantiza su
ejercicio y por ende se afecta el debido proceso.  
 
Ante la inexistencia de otros mecanismos de defensa judicial para exigir la garantía de los
derechos procesales y sustanciales antes esbozados, en aras de dar primacía al derecho
fundamental afectado, pues estamos frente a un proceso ordinario laboral de única
instancia, del cual se tuvo conocimiento por el demandado hasta hace poco, en trámite de
las medidas cautelares practicadas y una vez culminado el trámite ordinario, es
procedente esta acción de tutela por considerar que el auto de fecha veinte (20) de marzo
de 2013 se constituye como una vía de hecho por defecto procedimental.   
 
 
PROCEDENCIA Y LEGITIMIDAD 
 
Esta acción de tutela es procedente de acuerdo a lo dispuesto en los artículos 1, 2, 5 y 9
del decreto 2591 de 1991, ya que lo que se pretende es que se garantice el derecho
fundamental vulnerado al señor _______________________________________ y toda
vez que la petición consiste en una orden para que aquel respecto de quien se demanda
en esta tutela actúe según el inciso 2, del artículo 86 de la C.N., siendo únicamente
aceptables como otros medios de defensa judicial, para los fines de exclusión de la acción
de tutela, aquellos que resulten aptos para hacer efectivo el derecho, es decir que no
tienen el carácter los mecanismos que carezcan de conducencia y eficacia jurídica para la
real garantía del derecho fundamental como la acción de tutela misma. 
 
Para los efectos de que trata el artículo 38 del Decreto 2591 de 1991, manifiesto bajo
juramento que con anterioridad a esta acción no he promovido alguna similar por los
mismos hechos. 
 
 
PRUEBAS 
 
Como sustento probatorio de lo que se solicita amparar constitucionalmente, allego a este
despacho las siguientes 
 
 
Documentales 
 
 Copia simple de todo el expediente adelantado por el JUZGADO SEGUNDO
MUNICIPAL DE PEQUEÑAS CAUSAS LABORALES RADICACION 2013 – 000, que
contiene el proceso laboral de única instancia promovido por
____________________ contra __________________________. 
 
Oficios 
 
 Solicito al despacho se oficie al JUZGADO SEGUNDO MUNICIPAL DE
PEQUEÑAS CAUSAS LABORALES DE NEIVA, para que remita con destino a este
proceso copia certificada o autenticada de todo el expediente con radicado
2013 – 000, proceso laboral de única instancia adelantado por
_________________________ contra _______________________________.  
 
 
ANEXOS 
 
1. Los documentos aducidos en el acápite anterior. 
1. Poder debidamente otorgado para promover la presente acción
constitucional. 
 
 
NOTIFICACIONES 
 
EL JUZGADO SEGUNDO MUNICIPAL DE PEQUEÑAS CAUSAS LABORALES: Recibirá
notificaciones a través de su titular Dra. ____________________________, en la Carrera 7
N° 7 – 64 piso 2, en la ciudad de Neiva - Huila. 
 
ACCIONANTE: La parte accionante y su apoderado podrán ser notificados de cualquier
decisión en la calle 7 N° 5 – 91 Oficina 210 del Condominio Colseguros de la ciudad de
Neiva – Huila. Cel. 3002901105. 
 
 
Respetuosamente, 
 
 
 
 
DIEGO ANDRÉS MORALES GIL 
C.C 5.825.974 DE IBAGUÉ – TOLIMA  
T.P No. 166618 del C. S. de la J. 

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