Sofía (45) y Diana (35) son dos hermanas que se encargan de atender a su madre Rosario (70), que se encuentra en situación de gran dependencia: en cama y dependiente para todas las actividades básicas de la vida diaria.
Rosario es atendida por sus hijas en el domicilio de éstas; Sofía
vive en Guadalajara, y Diana en Manzanillo. Las hijas se turnan en los cuidados de manera que cada 3 meses trasladan a su madre para atenderla en sus casas.
La atención que recibe la señora Rosario por parte de sus hijas es
inmejorable. Hay lazos de afecto muy fuertes entre madre e hijas, con lo que el nivel de compromiso en los cuidados es muy alto.
A pesar de que todas las circunstancias son favorables para los
cuidados a la madre, Sofia y Diana no tienen buena relación, y en ocasiones ésto genera malestar a Rosario, quién no sabe cómo apoyar a sus hijas en sus desavenencias y falta de acuerdo en algunos aspectos relacionados con la organización de los traslados de un domicilio a otro, así como en la gestión de sus ingresos económicos, en especial de la pensión que percibe Rosario.
Sofía considera que al no estar trabajando ni percibir ningún tipo
de subsidio económico (al contrario que Diana, que trabaja medio turno como auxiliar administrativo en una empresa) ella tiene más derecho a percibir la totalidad de la citada pensión por cuidar a su madre, además es madre de Leonel, un niño con discapacidad intelectual. Por esta cuestión de percepción de legitimidad, Sofía se ha dirigido a las oficinas del Departamento de Pensiones para realizar un cambio de número de cuenta, de manera que sea ella la que reciba el dinero en una cuenta que ha abierto con su madre, figurando como autorizada y la su madre como titular. . Rosario Rosales y Fernanda Rojo Diana, al enterarse de que su hermana ha realizado un cambio de número de cuenta sin contar con ella, que también es cuidadora, acude a las oficinas del Departamento de Pensiones y realiza otro cambio de número de cuenta, en la que sólo aparecen su mamá y ella como única autorizada.
Al siguiente mes, al comprobar Sofía que no le ingresan el dinero,
acude a las oficinas para preguntar qué ha pasado, y detecta que su hermana ha realizado un nuevo cambio de número de cuenta.
Ambas hermanas son cuidadoras de su madre, por este motivo
pueden actuar en su representación para este tipo de gestiones, como lo es el cambio de un número de cuenta. En este sentido, Sofía vuelve a realizar un cambio de cuenta sin tratar el tema con la hermana, y el personal administrativo de la oficina de pensiones comienza a sospechar por lo que se niegan a realizar el nuevo cambio en la cuenta hasta que acuda la beneficiaria con sus dos hijas y conjuntamente señalen la cuenta a la que deberá ser pagada la pensión, hasta entonces el pago quedará suspendido.
Por lo anterior, Sofía decide avisarle a su hermana de la
suspensión de la pensión y solicita los servicios de mediación a fin buscar una solución al conflicto.
Durante el transcurso de la entrevista, se percibe claramente que
la relación entre ambas está deteriorada, y que esta circunstancia podría afectar a la señora Rosario. Sin embargo, también se percibe que para las hermanas la madre es lo primero, de manera que incluso anteponen su atención y cuidados a sus propias necesidades personales y familiares. Rosario Rosales y Fernanda Rojo Sobre la relación de las hermanas Ambas hermanas están casadas con dos hermanos: Alejandro y Eduardo, y Sofía se ha divorciado de su marido en una situación muy conflictiva. Eduardo, marido de Diana, está muy enfadado por el tema del divorcio.
Desde este punto, todo lo que se ha venido generando entre las
hermanas y los respectivos maridos han sido malos entendidos y desavenencias que han derivado en un distanciamiento de ambas hermanas.
En suma, para ambas hermanas la atención a su madre es
prioridad, saben que deben tratar de mejorar la comunicación y la coordinación respecto a todo lo concerniente a la atención de su madre, de manera que ésta no reciba el impacto del conflicto.