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1.1.

Descripción del fenómeno del rayo


1.1.0. Introducción
La descarga eléctrica atmosférica por excelencia es el rayo, es bien conocida su existencia y su naturaleza
eléctrica. En condiciones normales, existe en la atmósfera un equilibrio entre las cargas positivas y
negativas, en el que la tierra está cargada más negativamente que el aire y los elementos situados sobre
el suelo. Pero al formarse las nubes de tormenta se produce una polarización de las cargas: la parte baja
de las nubes queda habitualmente cargada negativamente, induciendo una carga positiva en la tierra y los
elementos situados sobre ella, formándose en la atmósfera un campo eléctrico que llega a alcanzar
decenas de kilovoltios. Esta carga positiva se manifiesta especialmente en objetos metálicos, elementos
terminados en punta y objetos con una buena conexión a tierra, incluyendo los árboles.

Cuando se sobrepasa el campo eléctrico de ionización del aire puede provocar que éste pase de ser un
aislante casi perfecto a un medio conductor, por el que la carga de la nube buscará el camino más directo
hacia tierra. La luz que vemos del rayo se debe a las altas temperaturas que se alcanzan en el canal de
descarga, que también producen un aumento rápido de la presión que da lugar a los truenos.

Cuando el rayo es interceptado por cualquier objeto sobre la tierra, la corriente buscará el camino más
rápido hacia tierra.
Se trata de una corriente eléctrica de tipo impulsional, con un pico muy corto pero
de decenas de miles de amperios, de muy alta energía, que puede provocar
incendios, destrucción de equipos electrónicos incluso a cientos de metros a su
alrededor, daños físicos e incluso pérdida de vidas.

1.1.1. Formación de las tormentas


La formación del rayo requiere la acumulación de carga eléctrica y para esto es necesario que haya nubes,
esto es, uno o varios frentes tormentosos. Las tormentas pueden tener diferentes orígenes, pero en
cualquiera de los casos es necesario que exista una inestabilidad atmosférica que genere un gradiente de
temperaturas que permita que una masa de aire húmedo ascienda. En función de su origen, las tormentas
se clasifican principalmente como termales, si su origen procede de una masa de aire húmedo que se
encuentra con una zona montañosa que le hace ascender o frontales, si su origen está en la interacción
de dos o más frentes.

Las nubes de tormenta suelen ser de tipo cumulo-nimbus, procedentes de cúmulos que han crecido y
convergido, y su formación está caracterizada por tres etapas principales: formación, madurez y
disipación.

El rayo es un fenómeno eléctrico, por tanto, durante los procesos de formación de la nube de tormenta
tienen que darse ciertos mecanismos por los que la nube adquiera carga eléctrica. Estos mecanismos se
conocen como mecanismos de electrificación y actualmente son tres los más aceptados:

 Mecanismo convectivo: Se basa en el hecho de que durante la formación de la nube hay


corrientes ascendentes que transportan iones positivos existentes en la base de la nube, siendo
estos atrapados por las partículas de agua. Seguidamente, las partículas negativas circundantes
son atraídas hacia el exterior de la nube, siendo atrapadas por las propias partículas superficiales.
Las partículas cargadas negativamente son transportadas por corrientes descendentes hacia las
zonas más bajas.

 Mecanismo inductivo: Este mecanismo de electrificación se basa en que un campo eléctrico


externo puede inducir cargas en las partículas de la nube que, al colisionar entre ellas, generan
una transferencia de carga.
 Mecanismos no inductivos: Este tipo de mecanismos no consideran ningún campo eléctrico
exterior, se basan en la carga transferida por la adhesión de partículas de agua a la superficie de
pequeños cristales de hielo.

1.1.2. Tipos de rayos

Cuando la nube ha adquirido carga eléctrica, se genera un campo eléctrico que, al superar un umbral
puede dar lugar a descargas eléctricas de diversas magnitudes, siendo el rayo la de mayor magnitud (de
las que aquí nos conciernen).

Existen diferentes tipos de rayos atendiendo a diversas clasificaciones. Una de las principales atiende a
los puntos entre los que ocurre el rayo:

•Rayos Nube-Nube (CC): Tienen lugar de una nube a otra nube.

•Rayos Intra-Nube (IC): Tienen lugar entre regiones de carga de una misma nube.

•Rayos Nube-Aire (CA): Tienen lugar de una nube hacia la atmósfera, más allá de las nubes. Son poco
comunes.

•Rayos Nube-Tierra (CG): Tienen lugar de una nube a la tierra y son los que realmente tienen
transcendencia en la protección contra el rayo.

En la Figura 1 se pueden ver los diferentes tipos de rayo atendiendo a su punto de origen y de destino.

Figura 1: Diferentes tipos de rayo en función de su origen y destino.


Los rayos que tienen lugar entre una nube y tierra presentan una gran relevancia para la protección contra
el rayo, no sólo por el posible impacto directo sino también por los efectos indirectos o propagados de un
rayo que puede caer en las cercanías o en un tendido eléctrico remoto.

Aunque existen muchos más rayos entre nubes (rayos C-C) y, dentro de la misma nube entre diferentes
zonas de carga (I-C), los que mayor interés presentan, desde el punto de vista de la protección contra el
rayo son los rayos de nube a tierra (C-G), ya que son los que más daños y pérdidas ocasionan.

Existen 4 tipos de rayos nube-tierra, según la clasificación establecida por G.Berger, tal como se muestra
en la figura 2, aunque los más habituales (sobre el 90% de los casos) son los rayos descendentes
negativos (caso 1).

Figura 2: Clasificación de los rayos nube-tierra, según G.Berger.

Figura 3: Ejemplos de rayos descendente y ascendente.

Los rayos que se generan entre nube y tierra comienzan cuando, en el proceso de formación de las nubes
de tormenta, se produce una agrupación de cargas mediante alguno de los mecanismos de electrificación
comentados. En la mayoría de los casos, la parte baja de las nubes queda cargada negativamente
induciendo una carga positiva en la tierra y los elementos situados sobre ella, alcanzándose niveles de
campo eléctrico a nivel de suelo de decenas de kilovoltios.

Cuando el líder descendente sale de la nube portando parte de la carga de ésta, avanza con una serie de
pasos discretos. En ese momento el campo eléctrico ambiental sufre un súbito incremento en su valor y,
a nivel de suelo, el valor de campo eléctrico es suficiente como para que surjan los primeros precursores
de la descarga desde varios puntos, alguno de los cuales se convertirá en el punto de impacto.

Figura 4: Acumulación de cargas y su progresión en el aire.

Cuando el rayo está lo suficientemente cerca del suelo y se cumple la condición de campo eléctrico
ambiental suficiente para la auto-propagación (500kV/m), uno o varios de los puntos lanzarán una
descarga corona que se convertirá en un líder (o trazador) ascendente y empezará a avanzar hacia el líder
descendente. El primero de los líderes ascendentes que alcance al descendente será el que cree el camino
de descarga entre nube y tierra.

Figura 5: Ejemplos de trazadores ascendentes que no han alcanzado al trazador descendente.


Cuando los trazadores se conectan entre sí, comienza la transferencia de carga por medio de una onda
ionizante que se propaga a lo largo del canal. Este proceso se conoce como primera descarga de retorno
o return stroke. El tiempo total transcurrido en la propagación desde la tierra hasta la nube es del orden
de 70µs. La primera descarga de retorno produce un pico de corriente que tiene un valor promedio del
orden de 30kA, aunque su valor puede ir desde 2kA hasta más de 300kA.

Figura 6: Rayo ascendente sobre la Torre Eiffel.

Cuando la descarga de retorno cesa, si la nube dispone todavía de carga adicional, pueden aparecer
nuevos arcos, llamados arcos subsiguientes (sub-sequent strokes), u otros componentes en forma de
pulsos de corriente o componentes de corriente continua.

Figura 7: Evolución temporal de un rayo.


El pulso de corriente ocasionado por la transferencia de carga tiene una forma de onda caracterizada por
un tiempo de subida corto seguido de uno de bajada más largo. Y aunque otros componentes de corriente
puedan presentarse bajo ciertas condiciones, el pulso de mayor magnitud es el del primer arco de retorno.

Cuando se crea el canal conductor y se realiza una transferencia de carga, la corriente se dispersa por la
tierra tanto en profundidad como superficialmente. La disipación de la corriente por el suelo depende de
las características del mismo, sobre todo de la resistividad, que a su vez depende de la composición,
estratificación, humedad, etc. Pero en cualquiera de los casos se generan diferencias de potencial en el
suelo que pueden producir grandes daños, tanto en personas y animales, como en objetos y estructuras,
además del posible riesgo de incendio si hay materiales combustibles en las cercanías.

La caída de un rayo tiene una serie de efectos derivados que pueden presentar peligro de pérdidas
personales o materiales. Entre las principales causas se encuentran las sobretensiones transitorias, que
pueden ser conducidas o inducidas, los efectos térmicos, los efectos mecánicos y los electromagnéticos
(ver punto 1.4).

1.2. Pararrayos con dispositivo de cebado


(PDC)
1.2.0. Introducción

El primer pararrayos del que se tiene constancia fue propuesto por B. Franklin y
consistía en un terminal metálico afilado conectado a tierra. La finalidad de este
dispositivo es la de convertirse en un punto de impacto del rayo preferente
ofreciendo un camino seguro y controlado del rayo hacia la tierra. En la actualidad,
los pararrayos con dispositivo de cebado (PDC) están especialmente diseñados
para optimizar el proceso de intercepción del rayo y, para ello, ejercen un control
sobre los trazadores ascendentes para emitirlos en el momento adecuado y con
unas características óptimas, que propician la intercepción del trazador
descendente antes que cualquier otro elemento dentro de su área de protección.

Para comprobar el funcionamiento de los pararrayos con dispositivo de cebado, la normativa UNE
21186:2011, define un conjunto de ensayos en su anexo C, con los que determinar las características del
PDC evaluado.
Figura 8: Secuencia de ensayos definida por la norma para la evaluación de PDCs.

En la secuencia de ensayos se pueden identificar 5 bloques principales:

 Ensayos generales: Comprobación de la documentación y marcado del producto.


 Ensayos mecánicos: Comprobación dimensional del producto.
 Ensayos ambientales: Comprobación del producto en atmósferas salinas y sulfurosas.
 Ensayos eléctricos: Comprobación del producto ante pulsos de corriente de 100kA 10/350µs.
 Ensayos de avance en el cebado: Comprobación del avance promedio en intercepción del rayo.

La secuencia estipulada de ensayos debe realizarse sobre la misma muestra, de forma que el ensayo de
avance en el cebado se realiza sobre una muestra que ha sido sometida a los ensayos climáticos y al test
eléctrico.

Además de estos ensayos que se describen en la normativa es conveniente comprobar que las
condiciones de lluvia no afectan al funcionamiento de los PDCs. Para esto se realizan los ensayos de
aislamiento bajo lluvia, descritos en la norma UNE-EN 60060-1. Concretamente comprobamos que el
aislamiento sea mayor del 95% con los siguientes ensayos:
 Ensayo seco/lluvia con tensión continua (simulando la formación de la tormenta).
 Ensayo seco/lluvia con impulsos tipo maniobra (simulando el acercamiento del trazador
descendente).
 Ensayo seco/lluvia con impulsos tipo rayo(simulando el acercamiento del trazador descendente en
los últimos instantes).

Los ensayos generales y mecánicos consisten en una verificación documental y mecánica del producto,
así como la comprobación de que el marcado del mismo cumple con los criterios de indelebilidad
establecidos tras realizar una frotación con agua y seguidamente con disolvente.

Los ensayos ambientales se dividen en ensayo de atmósfera en niebla salina con nivel 2 de severidad y
ensayo en atmósfera húmeda sulfurosa con 7 ciclos y una concentración de 667ppm.

El ensayo eléctrico consiste en la aplicación de tres pulsos de corriente de con unos parámetros de
corriente, carga y energía específica impuestos por dicha norma:

I pico = 100 (kA)

Q = 50 A·s

W/R = 2500 (kJ/Ω)

El ensayo de avance en el cebado es el más representativo, ya que a partir de él se establece el parámetro


más determinante del PDC: su tiempo de avance y a partir de él su área de protección. Este ensayo
pretende reproducir las condiciones en las que el PDC va a realizar la intercepción del trazador
descendente comparando su comportamiento con un dispositivo pasivo de referencia (Punta Franklin).

Para ello se emplea un electrodo circular al que se aplica una tensión negativa, mientras que el terminal
bajo ensayo es el electrodo puesto a tierra. En la figura 9 se muestra el esquema básico de montaje.

Figura 9: Esquema de montaje para la evaluación de la intercepción del rayo (UNE21186:2011).


donde la altura de la punta sobre el suelo (h) debe ser de al menos 1 metro y la distancia entre el electrodo
superior y la tierra (H) debe ser de al menos 2 metros. La punta de referencia (PR) y el PDC deben tener
la misma altura (se permite un margen del 1%).

Durante el ensayo, al electrodo de alta tensión o “plato” al que se aplica un campo eléctrico de tensión
continua de entre 20 y 25kV/m, simulando la carga de una nube de tormenta. A este campo eléctrico se le
superpone un campo eléctrico impulsional que simula la aproximación del trazador descendente. En la
figura 10 se puede ver un ejemplo de ensayo de pararrayos mediante un generador de pulsos de tensión
(generador de Marx).

Figura 10: Ensayo de pararrayos en laboratorio de alta tensión.

Debido a la aleatoriedad intrínseca de la descarga eléctrica, para evaluar el proceso de intercepción se


recurre a la evaluación estadística de los niveles de tensión que implican cierta probabilidad de obtener
una descarga disruptiva, o bien a los tiempos promedios en los que se produce el arco cuando se aplica
un pulso de tensión determinado. En la norma se indica que la determinación del tiempo de avance de un
pararrayos con dispositivo de cebado debe realizarse comparando los instantes temporales en los que se
produce el arco eléctrico al aplicar una serie de al menos 50 impulsos de tensión a una punta de referencia
de dimensiones normalizadas en las mismas condiciones eléctricas y geométricas que las del PDC
evaluado.
Figura 11: Procedimiento de ensayo, se determinan los instantes de cebado promedios.

Después de obtener el promedio de los instantes de cebado, se debe realizar la normalización de cada
uno de los promedios a una curva de referencia de 650µs. Al realizar la normalización se obtienen 2 nuevos
tiempos, cuya diferencia es el tiempo de avance del PDC.

Figura 12: Normalización de la curva experimental a la curva de referencia.

En la normativa se especifica que, para que el equipo ensayado sea considerado un PDC se deben
satisfacer una serie de condiciones relativa a los resultados obtenidos:

TPDC < TPR

σPDC <0,8· σPR

TPR - TPDC ≥ 10μs


Por tanto se precisa que el PDC tenga un tiempo de cebado menor que el de la punta de referencia, siendo
la diferencia entre ellos de al menos 10µs. La dispersión del PDC debe ser inferior al 80% de la dispersión
de la punta de referencia. Una vez obtenido el tiempo de avance del PDC (en microsegundos), se considera
que el pararrayos emite un trazador de longitud Δ igual ese tiempo de avance en metros.

De esta manera, un PDC proporciona un área protegida superior a la de un


terminal pasivo, como por ejemplo una punta Franklin.

En los ensayos de laboratorio también se pueden evaluar otros parámetros como los patrones de
emisión de precursores del rayo, para evaluar la respuesta de los dispositivos activos (PDC) y los
pasivos (Puntas Franklin). Así se puede determinar las diferencias que conducen a un comportamiento
optimizado de los PDC.

Punta Franklin PDC

Emisión de descargas corona aleatoria Emisión de descargas corona controlada

Parámetros de la descarga corona


Parámetros de la descarga no controlados
controlados

Se activa cuando el campo eléctrico es


Depende del campo eléctrico y geometría
suficiente

La carga previa inhibe la generación


No se deposita carga previa
temporalmente

PROCESO DE INTERCEPCIÓN PROCESO DE INTERCEPCIÓN


ALEATORIO CONTROLADO

Estas diferencias en el comportamiento de cada dispositivo son las que permiten pasar de un sistema de
intercepción no controlado, a un sistema de intercepción controlado donde los precursores de la descarga
eléctrica son emitidos en el momento adecuado y amplificados para aumentar su eficiencia en la
intercepción del rayo.
1.3. Parámetros del rayo y niveles de
protección
1.3.1. Parámetros del rayo
La medida de parámetros del rayo en la naturaleza es fundamental desde el punto de vista de la ingeniería,
ya que permite diseñar y dimensionar muchos aspectos concernientes a los elementos empleados en la
protección contra el rayo, además de ser un punto de gran interés cientíco aún hoy en día, debido a que
siguen existiendo muchas incógnitas en torno a la física del rayo. Los parámetros que pueden ser medidos
en la naturaleza asociados al rayo son muy variados, aunque el más relevante es la corriente, ya que
permite caracterizar al rayo en magnitud y polaridad pero también permite la obtención de otros parámetros
derivados como la carga transferida y la energía especíca. Desde el punto de vista de la caracterización
empírica del fenómeno, es necesaria la generación de estadísticas ables a partir de las medidas realizadas
en la naturaleza, para lo que se requiere una cantidad de medidas adecuada. La caracterización estadística
del rayo en la naturaleza data del trabajo desarrollado a principios de los años 70 por K.Berger basado en
una colección de medidas efectuadas entre 1963 y 1971 en el monte San Salvatore en Suiza y cuyos datos
estadísticos hoy en día se emplean como referencia en normativas internacionales para el diseño y
posicionamiento de sistemas de protección contra el rayo. En este trabajo se agrupan las amplitudes de
los primeros arcos de retorno con polaridad negativa, los arcos subsiguientes y los rayos de polaridad
positiva, obteniendo las probabilidades de ocurrencia para cada caso.

Figura 13: Ejemplos de distribución estadística de la carga y la energía especíca.


Partiendo de estos datos, se obtuvieron una serie de estadísticas que fueron completadas posteriormente
por Anderson y Erikson. En estos trabajos se pueden encontrar multitud de medidas, de forma que se
pueden caracterizar estadísticamente las propiedades del rayo, estableciendo una serie de parámetros
porcentuales de probabilidad de sobrepasar cierto valor para diferentes parámetros de la descarga como
amplitudes, tiempo de subida y bajada, duración de la onda, etc. Actualmente las normativas de referencia
en protección contra el rayo recogen los valores estadísticos de diferentes parámetros del rayo, así como
su probabilidad de ocurrencia. En la gura 14 se pueden ver los diferentes parámetros del rayo y la
probabilidad considerada en cada caso.

Figura 14: Probabilidad de ocurrencia considerada para diferentes parámetros del rayo

Cada una de las líneas de la gura 14 representa la frecuencia acumulada de ocurrencia de cada parámetro
del rayo con su magnitud. Los parámetros representados son los siguientes:
Tabla 1 - Valores promedios y descripción de los parámetros especicados en la gura 14.
1.3. Parámetros del rayo y niveles de
protección
1.3.2. Niveles de protección
El nivel de protección contra el rayo (NPR) se define en las normativas como una cifra relacionada con un
conjunto de parámetros de la corriente del rayo y relativa a la probabilidad de que los valores máximos y
mínimos previstos no se sobrepasarán cuando aparezcan tormentas naturales. Se definen 4 niveles de
protección (del I el más exigente al IV) y para cada uno de ellos se fijan un conjunto de parámetros máximos
y mínimos de la corriente del rayo de la siguiente forma:
Tabla 2: límites de los parámetros de la corriente del rayo

Nivel de protección
Probabilidad para que los parámetros del rayo sean:
I II III IV

Inferiores a los valores máximos definidos en la tabla 0,99 0,98 0,97 0,97
3

Superiores a los valores mínimos definidos en la tabla 0,99 0,97 0,91 0,84
4

Tabla 3: Valores máximos

Nivel de protección
Parámetros de corriente Símbolo Unidad
I II III IV

Primer impulso positivo

Valor de cresta de la I kA
200 150 100
corriente

Carga del impulso QCORTA C 100 75 50

Energía específica W/R MJ/Ω 10 5,6 2,5

Parámetros de tiempo T1/T2 μs/ μs 10 / 350

Primer impulso negativo


Valor de cresta de la I kA
100 75 50
corriente

Pendiente media di/ dt kA/ μs 100 75 50

Parámetros de tiempo T1/T2 μs/ μs 1 / 200

Impulso subsiguiente

Valor de cresta de la I kA
50 37,5 25
corriente

Pendiente media di/ dt kA/ μs 200 150 100

Parámetros de tiempo T1/T2 μs/ μs 0,25 / 100

Impulso largo

Carga del impulso largo QLARGA C 200 150 100

Parámetros de tiempo TLARGO s 0,5

Descarga

Carga de la descarga QDESCARGA C 300 225 150

Tabla 4: Valores mínimos

Niveles de protección

Símbolo Unidad I II III IV

Valor de cresta mínimo


I kA 3 5 10 16
de la corriente

La probabilidad de ocurrencia de cada uno de los parámetros permite asociar un valor determinado de
cada parámetro del rayo a cada uno de los 4 niveles de protección contra.
Los valores máximos se utilizan para el dimensionamiento de los elementos del SPCR (sección de los
conductores, espesor de las hojas metálicas, capacidad de corriente de los protectores contra
sobretensiones, distancias de separación contra chispas peligrosas), y para definir los parámetros de
ensayo que simulen en estos componentes los efectos del rayo.
Los valores mínimos de la corriente del rayo se emplean para determinar el posicionamiento de los
captadores del sistema de protección para cada sistema de protección, ya que el método de protección
más aceptado actualmente es el de la esfera rodante, que está basado en el modelo electro-geométrico
que se explica a continuación.

1.3. Parámetros del rayo y niveles de


protección
1.3.3. Modelo electro-geométrico
Según el modelo electro-geométrico, el líder descendente se propaga hacia tierra a impulsos. La distancia
que puede alcanzar en cada salto depende de la carga que transporta, que a su vez está relacionada con
el valor cresta del primer impulso de corriente. La relación que se considera habitualmente entre estos
parámetros es:

r = 10·I0.65

donde:
r es la distancia que recorre el trazador (m);
I es el valor de cresta de la corriente (kA).

Por tanto, según el modelo electro-geométrico, el trazador descendente puede alcanzar en un salto
cualquier punto a una distancia r. Cuando se acerca a tierra se produce el último salto del rayo o final jump,
que puede ocurrir en cualquier dirección, por lo que una manera de visualizarlo es con la cabeza del
trazador descendente en el centro de la esfera de radio r, de forma que cualquier punto que toque la esfera
puede convertirse en el punto de impacto del rayo. Por tanto, para determinar los posibles puntos de
impacto, se debe hacer rodar sobre la estructura a proteger esa esfera cuyo radio r determinan los valores
mínimos de cresta de la corriente para cada nivel de protección:

Tabla 5: Radios de la esfera rodante

Niveles de protección

Símbolo Unidad I II III IV

Valor de cresta mínimo


I kA 3 5 10 16
de la corriente

Radio de la esfera
r m 20 30 45 60
rodante
Figura 15: Aplicación práctica del método de la esfera rodante.

Los niveles de protección contra el rayo determinan un valor mínimo del valor de pico del primer arco de
retorno con diferentes probabilidades de ocurrencia, lo cual impone un radio de esfera para cada uno de
los niveles de protección. De esta manera un sistema de protección contra el rayo diseñado para NPR I
considerará una corriente de unos 3kA, lo que dará lugar a un radio de esfera de unos 20m, mientras que
si se considera NPR IV, la corriente considerada será de unos 16kA, lo de dará lugar a un radio de esfera
de unos 60m.

Existen otros métodos en las normativas para el posicionamiento de los captadores, pero el método de la
esfera rodante es el único recomendado en todos los casos. También hay otros modelos más recientes
basados en diversos aspectos físicos o probabilísticos de las descargas eléctricas, pero no son, por el
momento, métodos normalizados.
1.4. Efectos del rayo
1.4.1. Dispersión en tierra
Cuando un rayo es interceptado y conducido hasta tierra, al llegar a ésta, tiende a disiparse de forma radial
desde su punto de impacto, penetrando en el terreno y también por la superficie del suelo. El paso de
corriente genera un gradiente de potencial en el terreno que depende de la resistividad y características
del terreno así como de algunos efectos no lineales, como la ionización del suelo.

Figura 16: La corriente del rayo provoca un gradiente de potencia al dispersarse en la tierra.

Los efectos más evidentes se pueden poner de manifiesto en el propio punto de impacto donde, en
ocasiones, si existe una conducción superficial marcada, se pueden quedar trazas ramificadas muy bien
definidas del paso de corriente. Estas trazas reciben el nombre de figuras de Lichtenberg.

Figura 17: Figura de Lichtenberg ocasionada por el impacto de un rayo y su dispersión superficial por el
terreno.

Si en el terreno existe algún tipo de conductor metálico enterrado, éste será el camino preferente que
tomará la corriente, tal como se puede ver en la figura 18, donde se identifica el paso de corriente de un
rayo por una tubería enterrada.
Figura 18: Efecto del paso de la corriente de un rayo en una tubería enterrada

Los efectos del gradiente de potencial que se genera durante la disipación de la corriente son
principalmente las tensiones de paso y las tensiones de contacto.

Las tensiones de paso ocurren cuando existen dos puntos de contacto con el terreno y cada uno de esos
puntos se encuentra a distinto potencial. Esa diferencia de potencial hace que parte de la corriente circule
por el elemento en cuestión. En la figura 16 puede verse un ejemplo: tanto la persona con las piernas
separadas como la vaca tendrían los puntos de contacto con el suelo a diferente potencial, por lo que parte
de la corriente del rayo circularía por su interior.

Las tensiones de contacto tienen lugar cuando una parte de una persona está en contacto con un punto
por el que circula la corriente del rayo y con la tierra. Igual que en el caso anterior, esto provoca la
circulación de parte de la corriente del rayo por el interior del cuerpo. En la figura 19 se ven los efectos de
las tensiones de paso y contacto en la ganadería.

Figura 19: Efecto de la tensión de paso y de contacto

Como se puede ver los efectos son devastadores, sobre todo en terrenos con elevada resistividad donde
los gradientes de potencial son mucho mayores. En instalaciones eléctricas como torres de distribución,
centros de transformación, los sistemas de puesta a tierra se diseñan para favorecer la dispersión de la
corriente del rayo minimizando las tensiones de paso y de contacto para asegurar la seguridad tanto de
personas, como de equipos y bienes.

1.4. Efectos del rayo


1.4.2. Componentes del rayo
La morfología del pulso de corriente generado por el rayo se representa como un impulso con un frente de
subida corto en el orden de unos pocos microsegundos y un tiempo de bajada de unas decenas o centenas
de microsegundos. En realidad, en la naturaleza se han podido identificar diferentes componentes en la
corriente del rayo, siendo los más representativos los que se muestran en la figura 20.

Figura 20: Componentes principales del pulso de corriente del rayo

Como se puede ver, la corriente del rayo presenta diferentes componentes frecuenciales, lo que implica
que la dispersión de la corriente en el terreno también dependerá de la respuesta en frecuencia del sistema
de puesta a tierra. De esta forma, aunque normalmente se hable de resistencia de tierra, el término más
adecuado en caso de la protección contra el rayo sería ‘impedancia de tierra’. Este concepto hace
referencia a la “resistencia” que presenta el sistema de puesta a tierra para cada uno de los componentes
frecuenciales que componen el pulso del rayo.

Se ha podido determinar que debido al terreno y a los elementos de unión, un sistema de puesta a tierra
suele tener una impedancia como la que se muestra en la figura 21.
Figura 21: Diagrama de la impedancia de un sistema de puesta a tierra.

Por otro lado, cada uno de los componentes del pulso de corriente descritos en la Figura 21 debe ser
tenido en cuenta en el dimensionamiento de los sistemas de protección contra el rayo, ya que cada uno
de ellos se caracteriza principalmente por parámetros diferentes y por lo tanto por efectos diferentes.
Componente A: pulso principal del arco de retorno. Es el pulso de corriente de mayor magnitud del rayo
y su valor de pico se emplea en la caracterización del fenómeno y definición de los niveles de protección.
Su valor promedio está en torno a 33kA, aunque se han podido medir pulsos de corriente con un valor
superior a 300kA. Presenta por tanto una gran amplitud de corriente y genera elevados pulsos
electromagnéticos.
Componente B: corriente intermedia. Transfiere una gran cantidad de energía específica, ya que tiene un
valor promedio en torno a 2kA con una duración de pocos milisegundos. Está directamente relacionada
con el estrés electrodinámico que sufren los conductores.
Componente C: corriente continua. Con un valor de entre 200 y 800A y una duración de hasta 1 segundo,
la principal característica es la gran cantidad de carga eléctrica transferida y el calentamiento por efecto
Joule, por lo que suele ser esta parte la responsable de la fusión de materiales.

Componente D: descargas subsiguientes. Pueden tener lugar un número indeterminado de veces siendo
entre 3 y 5 un valor promedio. Estos pulsos presentan normalmente menor magnitud que el arco de retorno
principal, pero el tiempo de subida es mucho más rápido, por lo que suelen generar mayores problemas
de sobretensiones y acoplamientos en caminos o bucles inductivos.
Como se puede ver cada uno de los componentes de la corriente del rayo tiene relevancia en algún aspecto
de la protección contra el rayo, por lo que resulta imprescindible comprender la relevancia y consecuencias
de cada uno de ellos para poder realizar un diseño adecuado de cada una de las partes que constituyen
un sistema de protección contra el rayo convenientemente dimensionado.
Desde este punto de vista, un punto importante a considerar son los diferentes casos en los que el rayo
puede afectar a la seguridad de las personas o los bienes. Evidentemente un impacto directo de rayo
plantea el peor caso a considerar, pero no el único.
El impacto de un rayo puede provocar daños por impacto directo a una estructura (S1), por impacto cercano
a la estructura (S2), por impacto directo en una línea de servicio (S3) o por impacto cercano a una línea
de servicio (S4).
Figura 22: Puntos de impacto considerados por la normativa UNE-EN 62305.

Cuando un rayo impacta en un punto, además de generar problemas derivados del estrés térmico (fusión
de materiales) y electrodinámico (latigueo y rotura) en el punto de impacto y resto de elementos del SPCR,
puede presentar problemas de tipo eléctrico, aún cuando el punto de impacto sea lejano. Esto se debe a
que existe una serie de mecanismos de acoplamiento por los que parte de la corriente del rayo puede
llegar a circular por el lugar a proteger. Estos mecanismos de acoplamiento son el acoplamiento resistivo,
el inductivo y el capacitivo.

 Acoplamiento Resistivo (por contacto): El acoplamiento resistivo se genera cuando existe


físicamente algún elemento que pone en contacto dos o más partes. En este escenario, dicho
elemento se puede ver como una resistencia, de modo que, frente a un pulso de corriente en el circuito
fuente, parte de la corriente circulará por éste elemento llegando al circuito víctima. En el caso de la
protección contra el rayo, los casos más relevantes son el acoplamiento resistivo por la red de tierras
y el acoplamiento resistivo por línea de servicio, que se ilustran en la figura siguiente.

Figura 23: Acoplamiento resistivo por líneas de servicio y por red de tierras.
 Acoplamiento Inductivo (por campo magnético): El acoplamiento inductivo se genera entre dos
conductores cuando un flujo de corriente en el circuito fuente genera un flujo de corriente en el circuito
víctima, de la misma manera que ocurre en un transformador. Como es sabido, el paso de corriente
por un conductor genera un flujo magnético y, si éste flujo magnético encuentra en su camino un
conductor metálico, dicho flujo provocará la aparición de una corriente inducida. Este tipo de
acoplamientos es especialmente importante en bucles inductivos y puede ser en modo diferencial,
cuando el bucle está formado por dos conductores, o en modo común, cuando el bucle se forma entre
un conductor y tierra.

Figura 24: Componentes principales del pulso de corriente del rayo.

 Acoplamiento Capacitivo (por campo eléctrico): El acoplamiento capacitivo se genera entre


conductores separados por un aislante (dos o más cables separados, cable y tierra,…). Su equivalente
suele representarse como un condensador entre los diferentes conductores implicados. Esto implica
que, en función del valor de dicho condensador, una perturbación en un conductor fuente, implicará la
existencia de otra perturbación en el circuito víctima, tanto mayor cuando más valor tenga el
condensador que une ambos elementos. El acoplamiento capacitivo puede ser en modo común, si se
presenta entre tierra y un conductor, o en modo diferencial, si se presenta entre dos o más
conductores.
Figura 25: Componentes principales del pulso de corriente del rayo.

Es habitual encontrarse con todos los tipos de mecanismo de acoplamiento comentados, sobre todo
cuando hablamos de pulsos de corriente con una magnitud tan elevada como los rayos. Esto genera que,
además de los sistemas de captación y derivación de la corriente a tierra, sea completamente necesaria
la utilización de dispositivos de mitigación de las sobretensiones ocasionadas por rayos. Estos dispositivos
reciben la denominación de protectores contra sobretensiones o SPDs (Surge Protection Devices) y serán
tratados ampliamente en apartados posteriores.

Figura 26: Componentes principales del pulso de corriente del rayo.

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