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INVENTARIO CLÍNICO PARA ADOLESCENTES DE MILLÓN

MACI

DESCRIPCIÓN E INTERPRETACIÓN DE LAS ESCALAS

PROTOTIPOS DE PERSONALIDAD

ESCALA 1: INTROVERTIDO

Los adolescentes introvertidos carecen de capacidad para experimentar la vida tanto de forma
dolorosa como placentera. Su personalidad es semejante a la personalidad esquizoide del DSM
por su tendencia a ser apáticos, indiferentes, distantes y poco sociables. Sus emociones y
necesidades de afecto son escasas y el individuo funciona como un observador pasivo,
indiferente a las recompensas y afectos, así como a las demandas que se derivan de las
relaciones humanas. Los adolescentes introvertidos caracterizados por su escasa capacidad de
experimentar tanto el dolor como el placer no parecen estar interesados en las satisfacciones
personales o sociales, ni tampoco manifiestan excesiva incomodidad cuando se ven
enfrentados con las dificultades personales o las discordias sociales. Este tipo de déficit en
ambos extremos de la polaridad placer-dolor constituye la base de lo que se ha denominado
estilo pasivo indiferente. Las puntuaciones altas indican que los adolescentes tienden a
ensimismarse, mostrándose tranquilos y no emocionales. Suelen ser apáticos, distantes y poco
sociables. Sus necesidades de afecto y sentimientos son mínimas. Tratan de no involucrarse
emocionalmente con otros, no se sienten seguros, y carecen de deseo y de la capacidad de
sentir alegría o tristeza con profundidad. No evitan a los demás, simplemente son indiferentes
a quienes lo rodean.

ESCALA 2A: INHIBIDO

La segunda combinación, clínicamente significativa, basada en problemas de la polaridad


dolor-placer incluye a adolescentes con una capacidad disminuida para experimentar placer,
pero con unas inusuales características de anticipación del dolor psíquico y de sensibilidad
frente a él. Esperan de la vida que resulte dolorosa, con pocas gratificaciones y mucha
ansiedad. El desequilibrio derivado de la anticipación de dolor psíquico y la disminución de
satisfacciones psíquicas constituye el núcleo de este tipo de personalidad. Los prototipos
Introvertidos, Inhibido y Pesimista comparten un sentimiento mínimo de gozo y escasa
capacidad de disfrutar, pero únicamente el tipo Inhibido esta, a la vez, inclinado a sentir
angustia y aprensión. La teoría clasifica a los prototipos Introvertido e Inhibido como retraídos
(Introvertido=pasivo-retraído e Inhibido= activo retraído). Incapaces de experimentar placer,
ambos tipos retraídos (al igual que el Pesimista) tienden a caer en situaciones de aislamiento y
en comportamientos que favorecen la propia alineación. Los puntajes altos indican que los
adolescentes tienden a ser bastantes tímidos o incomodarse ante otros. Estos jóvenes desean
acercarse a la gente, pero han aprendido que es mejor mantener la distancia y no confiar en la
amistad de los otros. Aunque a menudo se sienten solos, evitan el contacto interpersonal,
temen el rechazo y tienden a guardar para si sus sentimientos más fuertes.
ESCALA 2 B: PESIMISTA

Existen puntos comunes entre los tres primeros Prototipos de personalidad, especialmente el
abatimiento, el pesimismo, la falta de alegría, la incapacidad para experimentar placer y una
aparente torpeza motriz. En el prototipo Introvertido, que es similar al Trastorno de
personalidad de tipo esquizoide del Eje II del DSM, existe una incapacidad para la alegría (al
igual que para la tristeza). En el prototipo Inhibido, hay un incremento de la alerta para
anticipar el dolor y, en consecuencia, una falta de atención para la alegría. Para el Pesimista, ha
habido una perdida significativa, una sensación de abandono y la perdida de la esperanza de
poder encontrar la alegría. Ninguno de estos prototipos de personalidad experimenta el
placer, pero por razones diferentes: una deficiencia; una orientación al dolor; desesperanza
acerca del futuro; desaliento; un panorama desconsolador; un irreparable e irrecuperable
estado de cosas por el cual aquello que pudo haber sido ya nunca volverá a ser posible.
Semejante al tipo de personalidad Depresiva, el Pesimista experimenta el dolor como algo
permanente y no puede considerar el placer como algo ni siquiera posible. Las puntuaciones
altas indican que los adolescentes se caracterizan por exhibir un aspecto abatido y
melancólico, quizás desde la infancia. Poseen una visión triste y pesimista de la vida. La
mayoría se siente culpable y con remordimientos, percibiéndose a sí mismo como inadecuados
o sin valor.

ESCALA 3: SUMISO

Los adolescentes que muestran el prototipo Sumiso (como en su equivalente personalidad


dependiente del DSM) han aprendido que el sentirse bien, seguro y confiado (sentimientos
asociados con el placer o la evitación de dolor) deriva casi exclusivamente de su relación con
los otros. En sus comportamientos, estos adolescentes muestran una gran necesidad de apoyo
externo y de atención. Si se hallan carentes de afecto y cuidados, sienten un gran malestar,
tristeza y ansiedad. Cualesquiera que sean sus experiencias tempranas pueden preparar el
marco para este desequilibrio por dependencia. Un adolescente con una personalidad sumisa
puede haber estado sobreprotegido y en consecuencia haber fracasado en la adquisición de la
capacidad de autonomía e iniciativa. La experiencia de una baja autoestima y el fracaso con los
iguales a puede llevar estos individuos a evitar el desarrollo de tentativas de aserción y
gratificación de si mismos. Aprenden tempranamente que las experiencias gratificantes no se
logran fácilmente por uno mismo, pero se aseguran apoyándose en otros. Aprenden a contar
con los otros, no únicamente para su subsistencia y seguridad, sino que también aprenden a
esperar pasivamente a que los otros tomen la iniciativa en cuanto a suministrarles seguridad y
sostén. Clínicamente, la mayoría de ellos se caracterizan por una búsqueda de las relaciones en
las que los otros les garanticen afecto, protección y dirección. Aceptan, de forma pasiva,
cualquier cosa que las circunstancias les aporten. Aquellos adolescentes que puntúan alto
tienden a ser sentimentales, sensibles y amables en sus relaciones con otros. Son
extremadamente reacios a ser asertivos con ellos mismos, y evitan tomar la iniciativa o asumir
el rol de líder. Exhiben un comportamiento adhesivo y temen a la separación. Es común que
menosprecien sus logros y desestimen sus capacidades

ESCALA 4: HISTRIONICO
Los adolescentes con una personalidad Histriónica, a primera vista, parecen bastante
diferentes de sus homólogos pasivos. Esta diferencia en el estilo manifiesto es el resultado de
la fácil y emprendedora manipulación de los acontecimientos por parte del activo-dependiente
que potencia la atención y apoyo de los otros y evita la falta de aprobación o el abandono. Este
adolescente, frecuentemente muestra un hambre insaciable, a veces indiscriminada, de
estímulos y afecto. Su inteligente y con frecuencia astuto comportamiento social da la
apariencia de confianza interna y de una independiente seguridad en sí mismo. No obstante,
bajo este disfraz subyace el temor a una autonomía autentica y la necesidad de constantes
señales de aprobación y aceptación. Los elogios y el afecto deben ser repuestos
constantemente y son buscados en cada fuente de refuerzo interpersonal en la mayoría de los
contextos sociales. Los puntajes altos indican que los adolescentes tienden a ser
conversadores, encantadores y gregarios, expresándose emocionalmente. Suelen tener breves
pero intensas relaciones con otros. Estos adolescentes se interesan por experiencias y nuevas
formas de diversión. A menudo se aburren de la rutina y con las relaciones prolongadas.

ESCALA 5: EGOCENTRICO

Existe una confianza primordial en si mismo más que en los otros. Han aprendido que el
máximo placer y el mínimo dolor se logran confiando exclusivamente en si mismos. La
tendencia a centrarse en si mismos da lugar al desarrollo de dos líneas principales de
personalidad. La primera, el prototipo Egocéntrico, incluye la adquisición de una imagen
altamente valorada de si mismo, aprendida en gran parte como respuesta a unos padres que le
admiran y complacen. Estos adolescentes destacan por su sentido de un derecho otorgado
sobre los otros y porque experimentan placer simplemente ocupándose pasivamente de si
mismo. Las experiencias tempranas les han enseñado a supervalorarse a si mismos. Esta
seguridad y superioridad, a veces basadas en falsas premisas, pueden ser insostenibles en
función de logros verdaderos o maduros. No obstante, asumen alegremente que los otros
deben reconocer que son especiales. Las puntuaciones elevadas indican que los adolescentes
suelen tener bastante confianza en sus capacidades y a menudo son vistos por los demás como
centrados en si mismo o narcisistas. Raramente dudan de su propio valor, y actúan de forma
segura. Suelen ser arrogantes, explotadores y no comparten o se interesan poco en las
necesidades de los otros

ESCALA 6 A: REBELDE

Los adolescentes rebeldes, aquellos a los que la teoría caracteriza como ejemplos de una
orientación activa-independiente, muestran la apariencia, el temperamento y el
comportamiento inaceptable del trastorno antisocial de la personalidad del DSM. Actúan para
contrarrestar de forma anticipada el engaño y el desprecio proveniente de los otros. Lo hacen
mediante su implicación activa en un estilo hostil y tramposo y embarcándose en un
comportamiento ilegal mediante el cual busca el desquite o la explotación de otros. Escépticos
en cuanto a los motivos de los demás, estos adolescentes desean autonomía y buscan la
revancha por lo que ellos sienten como injusticias pasadas. Muchos de ellos son irresponsables
e impulsivos y se sienten justificados de ser así porque juzgan que los demás no son ni de fiar
ni leales. La insensibilidad y la crueldad con los otros son los principales medios que han
aprendido a utilizar para atajar lo que ellos consideran abuso o victimización. Los puntajes
altos indican que los adolescentes tienden a actuar de manera antisocial, a menudo evitan
comportarse de acuerdo a las pautas socialmente aceptadas. Estos adolescentes suelen tener
actitudes de profunda rebeldía que los puede llevar a conflictos con sus padres, la escuela o
autoridades legales

ESCALA 6 B: RUDO

Hay algunos adolescentes en los que las propiedades habitualmente asociadas con el dolor y el
placer están en conflicto o invertidas. Al igual que en el prototipo Autopunitivo, que se
expondrá más adelante, estos adolescentes no solo buscan o crean acontecimientos
objetivamente dolorosos, sino que experimentan algunos de ellos como placenteros. Esta
variante de la inversión dolor-placer en el prototipo Rudo de personalidad (semejante al
trastorno sádico del DSM) se caracteriza por considerar el dolor (estrés, temor, crueldad) más
bien como un placer y como la forma preferida de relacionarse con los otros. En contraste con
el prototipo Autopunitivo, este adolescente asume un rol activo controlando, dominando e
intimidando a los otros. Las acciones que humillan, degradan y abusan de los otros las
considera como placenteras. Los prototipos de personalidad Autopunitivo y Rudo se agrupan
bajo la etiqueta de discordantes para reflejar, por una parte, la estructura disonante de su
sistema dolor-placer y, por otra, el carácter conflictivo de sus relaciones interpersonales. El
prototipo Autopunitivo, frecuentemente la victima de las relaciones conflictivas, es descrito
como pasivo-discordante, y el prototipo Rudo, mas expresivo, se considera activo-discordante.
El estilo Rudo de personalidad incluye adolescentes que no necesariamente han de ser
considerados rebeldes o antisociales pero cuyas acciones dan a entender que encuentran
placer en conductas que humillan a otros o que violan sus derechos o sentimientos.
Dependiendo de la clase social y de otros factores moderadores pueden ser semejantes a las
características clínicas que en la literatura se conoce como carácter sádico. Son generalmente
hostiles y permanentemente combativos, y se muestran indiferentes o incluso complacidos
por las consecuencias destructivas de su comportamiento amedrentador, conflictivo y abusivo.
Los puntajes altos indican que los sujetos tienden a ser dominadores y abusar de los demás.
Generalmente cuestionan los derechos de otros y prefieren controlar la mayoría de las
situaciones. A menudo son rudos y poco amables, y suelen impacientarse con los problemas o
debilidades ajenas

ESCALA 7: CONFORMISTA

Este contradictorio prototipo de personalidad es semejante al trastorno obsesivo compulsivo


de la personalidad del DSM. Estos adolescentes muestran una clara orientación hacia los otros
y consistencia en la corrección social y el respeto interpersonal. Sus historias generalmente
indican que han estado sujetos a obligaciones y disciplina, pero únicamente cuando habían
transgredido las constricciones y expectativas parentales. Por debajo de la apariencia de
sumisión y de la orientación hacia los otros existen intensos deseos de rebelarse y de imponer
sus sentimientos e impulsos orientados hacia si mismos. Se hallan atrapados en esta
ambivalencia. Para evitar la intimidación y el castigo, han aprendido a negar la validez de sus
propios deseos y emociones y a adoptar los valores y preceptos establecidos por los otros. Con
frecuencia, la disparidad que perciben entre sus propios impulsos y el comportamiento que
deben mostrar para evitar la censura, les conduce a la tensión física y a rígidos controles
psicológicos. Puntuaciones altas revelan adolescentes que tienden a ser serios, eficientes,
respetuosos y conscientes de las reglas. Intentan hacer lo que es correcto y apropiado, suelen
racionalizar sus emociones y mantener bajo control. Prefieren vivir sus vidas de una manera
ordenada y planificadora, evitando las situaciones imprevistas

ESCALA 8 A: OPOSICIONISTA

En ambas orientaciones, dependiente (Sumiso e Histriónico) e independiente (Egocéntrico y


Rebelde), los adolescentes muestran la patología mediante una estrategia de afrontamiento
que esta orientada o bien hacia los otros o bien hacia si mismos alcanzando un nivel que puede
ser desequilibrado y exageradamente unilateral. El desequilibrio entre el si mismo y los otros
no es el único prototipo considerado en la polaridad si mismo-otros de esta teoría. Las
personas “normales” muestran una cómoda posición intermedia entre las polaridades de si y
otros. Algunos prototipos de personalidad, aquellos que la teoría describe como ambivalentes,
están a la vez orientados tanto hacia si como hacia los otros, con lo que se hallan en un intenso
conflicto entre lo uno y lo otro. Algunos de estos adolescentes que denominamos
Oposicionistas (semejantes a la personalidad pasivo-agresiva del DSM-III y a la personalidad
negativista del DSM-IV) dudan entre los otros y si mismos, a veces se comportan de manera
obediente y otras reaccionan de forma desafiante. Puntuaciones elevadas ubican al
adolescente que tienden a estar descontento, comportándose de modo negativista y
malhumorado, con reacciones a menudo imprevistas. Pueden ser agradables y sociables al
mismo tiempo que hostiles e irritables. Con frecuencia se sienten confundidos y arrepentidos
de lo hecho, pero parecen incapaces de controlar sus estados de ánimo.

ESCALA 8B: AUTOPUNITIVO

El prototipo de personalidad Autopunitivo deriva en gran parte de una inversión de la


polaridad placer-dolor. Estos adolescentes interpretan los acontecimientos y establecen las
relaciones de una manera que no solamente está reñida con la función tan profundamente
arraigada de esta polaridad (la supervivencia) sino que además es contraria a las asociaciones
que estas emociones adquieren, habitualmente a través del aprendizaje. Para el adolescente
Autopunitivo, el dolor puede haberse convertido en algo preferible al placer y ser pasivamente
aceptado, cuando no estimulado, en las relaciones íntimas. Los puntajes altos indican que los
adolescentes tienden a ser sus peores enemigos, actuando en forma autodegradante y
pareciendo contentarse con el sufrimiento. Muchos boicotean los esfuerzos de otros por
ayudarlos. Estos adolescentes pueden negarse cosas placenteras y pueden sabotear sus
propios esfuerzos por lograr el éxito.

ESCALA 9: TENDENCIA LIMITE

El prototipo de personalidad de Tendencia Límite corresponde, según la teoría, a una


orientación emocionalmente disfuncional que dificulta la adaptación por su ambivalencia. Los
conflictos existen en todos los ámbitos, entre placer y dolor, activo y pasivo, y si mismo y los
otros. Los adolescentes con este prototipo de personalidad parecen incapaces de adoptar una
posición consistente, neutral o equilibrada entre los extremos de estas polaridades, tendiendo
a fluctuar de un extremo al otro. Experimentan estados de ánimos intensos y endógenos, con
periodos recurrentes de abatimiento y apatía, frecuentemente salpicados con rachas de rabia,
ansiedad o euforia. Entre las características que los diferencian de los cuadros de personalidad
menos graves, están la inestabilidad y la labilidad de sus estados de ánimo. Adicionalmente,
muchos de ellos expresan y pueden llegar a actuar a partir de pensamientos recurrentes
autolesivos y suicidas. Algunos se muestran manifiestamente preocupados por asegurarse el
afecto. Muchos de ellos pueden tener dificultad en mantener un sentimiento consistente de
identidad. En la dimensión interpersonal, la mayoría muestran una ambivalencia cognitiva y
afectiva que se hace evidente por la presencia simultánea de sentimientos de rabia, amor y
culpa hacia los otros. Estas características representan un bajo nivel de cohesión estructural en
su organización psíquica. Puntuaciones elevadas son indicadoras de adolescentes que tienden
a exhibir disfunciones de personalidad severas, mostrando las formas más patológicas entre
los rasgos y características de las personalidades precedentes. Asimismo, suelen presentar
marcada inestabilidad emocional, relaciones interpersonales erráticas, comportamiento
caprichoso, hostilidad impulsiva, temor al abandono y acciones autodestructivas.

EXPRESIÓN DE PREOCUPACIONES

ESCALA A: DIFUSIÓN DE LA IDENTIDAD

La adolescencia es, principalmente, un periodo de examen de sí mismo, de los otros y de las


creencias. Antes de que los adolescentes puedan abandonar de manera confortable la
seguridad de la dependencia infantil, deben formularse alguna idea acerca de quienes son,
adonde van y como podrán llegar allí. Su tarea consiste en construir un puente que les permita
cruzar el abismo desde la irreflexiva vinculación infantil a lo estableció hasta la propia
independencia con una comprensión clara de quienes son. Esta transición, a veces caótica y
perturbadora, desde la inconsciencia de la infancia a la identidad adulta constituye el foco de
la escala de Difusión de la identidad. Para facilitar el desarrollo eficaz de la identidad, deben
existir factores tales como relaciones satisfactorias entre padres e hijos y adecuados modelos
de rol del propio sexo. La resolución del tema de la identidad es central para que el
adolescente sea capaz de establecer su independencia, de convertirse en miembro de un
grupo de iguales y de desarrollar su identidad sexual. Sin un sentido claro de los valores y una
identidad personal es muy poco probable que se produzca un desarrollo saludable. Los
adolescentes con puntuaciones altas en esta escala se hallan confundidos sobre quiénes son y
que quieren. Inseguros de su identidad, parece que no pueden orientar sus acciones hacia
objetivos futuros o valores. Parecieran conducirse en la vida sin metas claras y, a menudo, no
tienen definido la clase de persona que les gustaría ser.

ESCALA B: DESVALORIZACIÓN DE SÍ MISMO

En la adolescencia temprana, se entra en un periodo doloroso de comparación de si mismo


con los ideales que parecen mucho más lejanos de lo que el adolescente había considerado
previamente. Es la disparidad entre ambos, y la lucha por resolverla, lo que constituye el foco
de la escala de Desvalorización de si mismo. Esta lucha esta íntimamente ligada con los
esfuerzos del adolescente para desarrollar su propia identidad. La insatisfacción con respecto a
si mismo se convierte entonces en un marcador muy personal de falta de felicidad y no
simplemente en un índice común a la mayoría de los adolescentes. Con la madurez, los
adolescentes aprenden a no culpar a los otros de sus propias dificultades. Los adolescentes
con puntajes altos pueden tener idea de quienes son pero no se hallan satisfechos con su
propia imagen. Hablan abiertamente de sus sentimientos de baja autoestima. Encuentran poco
que admirar en si mismo y temen fracasar en aquello que desean hacer.

ESCALA C: DESAGRADO POR EL PROPIO CUERPO

Los niños aceptan crecer y cambiar como aceptan cualquier otro aspecto de su existencia
cotidiana. Cuando ocurren los cambios, los sienten como algo gradual y son integrados con
escasa conciencia. Por el contrario, los cambios que tienen lugar en la adolescencia temprana y
media son de naturaleza diferente. El crecimiento es rápido, afecta a la sexualidad y crea
cambios físicos significativos en cuanto a configuración, forma y atractivo. Los deseos y sueños
referentes a la apariencia se confrontan ahora de forma clara con la propia identidad física que
emerge. La manera en que el adolescente se ve a si mismo se basa, en parte, en aspectos
objetivos de su desarrollo corporal, pero este físico es juzgado en el contexto de una miríada
de experiencias y de normas sociales. Los adolescentes con puntuaciones elevadas en esta
escala están descontentos con las imperfecciones o desviaciones que perciben en su madurez
física o morfológica. Asimismo, suelen manifestarse insatisfechos en relación con su atracción
física o encanto social.

ESCALA D: INCOMODIDAD RESPECTO AL SEXO

El adolescente se enfrenta a la tarea de reconciliar las creencias previamente aprendidas con


un nuevo y fuerte despertar sexual. Este proceso impone que se desarrolle la imagen de ser
una persona con impulsos sexuales que son capaces de expresarse y de proporcionar placer. La
capacidad de integrar estos impulsos sexuales en el marco de la imagen de uno mismo tendrá
una influencia clara en los sentimientos del adolescente con respecto al sexo y en su manera
de establecer relaciones sexuales. Los puntajes altos en esta escala revelan a adolescentes que
consideran confusos o desagradables los pensamientos y sentimientos sexuales. Están
preocupados por sus impulsos y a menudo temen expresar su sexualidad. Se hallan
preocupados por conflictos en donde se requiere ejercer un rol sexual.

ESCALA E: INSEGURIDAD CON LOS IGUALES

Como en la infancia, los grupos de compañeros de su edad permiten a los adolescentes


ejercitarse en las relaciones, dentro de un estadio del desarrollo que es común para todos. Es
evidente que existen normas de iguales y que hay una presión para adaptarse a ellas, pero
parece ser que los adolescentes utilizan el grupo de forma primordial para equilibrar sus
necesidades de dependencia con sus aspiraciones de independencia. Los adolescentes ven al
grupo de iguales como una fuente de apoyo en un momento en el que están intentando
distanciarse de los valores y del dominio de los padres. Aunque la afiliación al grupo de iguales
no abarca todos los aspectos de la vida del adolescente, conforma y tiene influencia
significativa en su comportamiento social. Los adolescentes con puntajes altos manifiestan
desanimo y tristeza por ser rechazados por sus pares. Desean aprobación pero fallan en
lograrla por lo que muchos se apartan y quedan aun más aislados.

ESCALA F: INSENSIBILIDAD SOCIAL


La característica mas destacada del comportamiento de este tipo de personas es una
indiferencia generalizada hacia los sentimientos y reacciones de los otros. Esto es diferente de
la hostilidad abierta; antes bien, lo que muestra es una despreocupada indiferencia ante la
presencia de la incomodidad o el dolor de los otros. Con frecuencia esta persona, poco
compasiva y aparentemente inconmovible ante la necesidad de reciprocidad en las relaciones
sociales, puede elegir el aislamiento, la apatía o la insensibilidad. Se trata de un individuo que
puede evitar las limitaciones ordinarias y adoptar activamente puntos de vista que son
contrarios a los derechos de los otros. La mayoría de las veces se observa o bien una
disminución de la vida interpersonal o bien un deseo de tratar sin ningún miramiento a
aquellos que se cruzan en su camino. Para estos individuos es simplemente mas fácil no
preocuparse que modificar su comportamiento. Puntuaciones elevadas en esta escala indican
tendencias a ser fríos e indiferentes al bienestar de otros. Caracterizan a personas que desean
anular los derechos de los demás con tal de lograr sus fines personales. Carecen de empatía y
muestran poco interés en construir lazos personales profundos.

ESCALA G: DISCORDANCIA FAMILIAR

La relación del adolescente con su familia junto con las percepciones de lo que debería ser, es
el foco de la escala de Discordancia familiar. Esta escala evalúa los sentimientos y las
percepciones del adolescente, no lo que es objetivamente real. En muchos aspectos, la casa y
la familia sirven como un anfiteatro exterior en el que la lucha interna entre dependencia e
independencia se puede desarrollar de forma segura. Ambas inclinaciones son fuertemente
positivas: por una parte, la autonomía y los privilegios de la madurez, y por la otra parte la
seguridad y el sostén. Ambas suponen un precio, la responsabilidad para la primera de ellas y
la insuficiencia de uno mismo para la segunda. Los adolescentes con puntuaciones altas en
esta escala reconocen que sus familias son tensas y conflictivas. Sienten tener pocas fuentes
de sostén y tienen un sentimiento general de extrañeza con sus padres; dependiendo de la
personalidad de los padres, estas dificultades pueden reflejar rechazo paternal o rebelión
adolescente.

ESCALA H: ABUSOS EN LA INFANCIA

La victimización no es, obviamente, un problema exclusivo de la infancia y la adolescencia,


pero los niños son un grupo especial de individuos dependientes y vulnerables. La aparición de
las estructuras sociales familiares ha establecido la subordinación de los niños a sus mayores,
lo cual les deja frente al riesgo de falta de cuidado y abusos. Que el trauma infantil y los abusos
son elementos importantes en el desarrollo posterior de psicopatología es algo bien
establecido, aunque existe cierta preocupación de que ello haya adquirido una cualidad
evanescente en las últimas dos décadas. No obstante, los estudios retrospectivos de pacientes
psiquiátricos internados sugieren que quizás un tercio y la mitad de ellos tienen historias de
abusos físicos o sexuales o de ambos. Las mujeres aparecen con más probabilidad de ser
víctimas que los hombres, especialmente en el caso de abusos sexuales. Los hombres que han
sufrido abusos tienen una mayor tendencia a reaccionar volviéndose agresivos, mostrando
características de personalidad antisociales o sádicas, mientras que las mujeres se inclinan a
volverse autodestructivas (autolesivas o suicidas) mostrando características de personalidad
limite o autopunitiva. Los puntajes altos en esta escala son indicadores de sentimientos de
vergüenza o enojo hacia el hecho de haber sido sujeto de abuso verbal, físico o sexual por
parte de sus padres, hermanos, parientes o amigos de la familia.

SÍNDROMES CLÍNICOS

ESCALA AA: TRASTORNOS DE LA ALIMENTACIÓN

El impulso que subyace al comportamiento anoréxico o bulímico varía considerablemente, así


como el nivel de peligro que supone la gravedad de la psicopatología asociada y el grado en
que constituye una reacción a estresores del entorno. Los puntajes altos indican que los
adolescentes exhiben tendencias hacia la anorexia y bulimia nerviosa. Los anoréxicos tienen un
miedo intenso o engordar, aun cuando se hallen por debajo de su peso. Los bulímicos no
pueden controlar lo que comen, induciéndose vómitos o utilizando laxantes o diuréticos.

ESCALA BB: INCLINACIÓN AL ABUSO DE SUSTANCIAS

Los adolescentes que usan y abusan del alcohol no han aumentado de forma apreciable en la
última generación y la “revolución de las drogas” parece haber sido una frase ente los años
1960 y 1970, alcanzando su cima durante ese periodo y descendiendo a partir de él. Lo que se
ha podido ver en los últimos años es la continuación del abuso de sustancias entre ciertos
adolescentes perturbados, mas que una tendencia de masa cultural. El tema en discusión es
quienes usan drogas y alcohol en exceso, por que lo hacen, que grupos de edad y que
trayectoria siguen, que sustancia emplean, por cuanto tiempo, con que propósitos. Puntajes
altos muestran adolescentes con un patrón desadaptativo por abuso de alcohol o drogas que
los puede llevar a un significativo deterioro en su conducta y rendimiento. Muchos pasan una
importante cantidad de su tiempo tratando de obtener estas sustancias, comportándose de
manera socialmente inaceptable, teniendo que continuar con el uso de sustancias aun cuando
saben que tienen efectos persistentes y deteriorantes en sus vidas.

ESCALA CC: PREDISPOSICION A LA DELINCUENCIA Numerosos conflictos y luchas internas


pueden provocar que los adolescentes tengan problemas; y un numero igualmente amplio de
acontecimientos y desordenes internos pueden llegar a los adolescentes a convertirse en
problemas. Generalmente los adolescentes que tienen problemas, hacen notar su malestar
mediante la exhibición de comportamientos problemáticos con la familia, amigos y profesores.
Los adolescentes que son problemáticos consiguen la atención mediante el malestar que
infligen a los otros y a través de la indiferencia por las limitaciones ordinarias de la sociedad.
Las puntuaciones elevadas indican que los adolescentes tienden a liderar situaciones en las
que se violan los derechos de los otros, tales como amenazar a otros, uso de armas, robos,
engaños y otras clases de conducta antisocial.

ESCALA DD: PROPENSION A LA IMPULSIVIDAD


El comportamiento impulsivo se distribuye a lo largo de un continuo y la sociedad y las familias
en particular establecen indicadores claros a lo largo de ese continuo que indican lo que es
aceptable y lo que no lo es. En primer lugar, hay comportamientos que de forma regular
merecen aprobación o incluso elogios. A continuación, están aquellos comportamientos que, si
bien no son encomiables, son vistos como parte del proceso de hacerse adulto y se producen
por la necesidad de cuestionar los límites y de desarrollar el sentimiento de si mismo; estos
son, aun, permisibles y entran dentro del rango de la moratoria psicosocial. Los siguientes son
aquellos comportamientos que exceden los límites de tolerancia de la familia o de la escuela.
Puntajes altos muestran a adolescentes que tienden a actuar de acuerdo con sus sentimientos
ante la minima provocación. Tienen poco control sobre sus impulsos sexuales y agresivos.
Fácilmente excitables ante el menor problema, descargan sus impulsos de manera repentina,
impetuosa y a menudo arriesgada.

ESCALA EE: SENTIMIENTOS DE ANSIEDAD

La ansiedad es una emoción universal. Sin embargo, se la considera un grave trastorno


psicológico si se presenta frecuentemente, persiste por largos periodos de tiempo, no puede
ser explicada por estresores objetivos y desborda la capacidad del individuo para relacionarse
socialmente o para funcionar de forma adecuada. Con frecuencia, los adolescentes ansiosos
refieren sentimientos que son o bien vagamente aprensivos o explícitamente fóbicos. Están
característicamente tensos, indecisos e inquietos, tienden a quejarse de diversos problemas
físicos, tales como opresión, sudoración excesiva, dolores musculares inespecíficos y nauseas.
Los puntajes altos son reveladores de adolescentes que poseen una sensación de presagio y
aprehensión sobre toda clase de problemas lo que los hace sentir nerviosos o inquietos. A
menudo esperan temerosamente que aparezcan eventos desconocidos de carácter
tormentoso.

ESCALA FF: AFECTO DEPRESIVO

La mayoría de los adolescentes deprimidos siguen inmersos en la vida cotidiana pero están
preocupados por sentimientos de desaliento o culpa, falta de iniciativa, apatía, baja
autoestima, inutilidad y desaprobación de si mismos. Durante estos periodos de abatimiento
puede haber accesos de llanto, ideación suicida, actitud pesimista, aislamiento social, poco
apetito o necesidad de comer en exceso, fatiga permanente, baja concentración, perdida de
interés en actividades placenteras y disminución de la eficacia en la realización de tareas
corrientes o rutinarias. A menos que la escala Afecto depresivo sea notablemente elevada, no
es probable que se den las características de la depresión mayor. Una detallada investigación
de los ítems concretos puede permitir al clínico el diferenciar las características específicas del
estado de animo distímico (p. ej., baja autoestima o desesperanza). Los puntajes altos indican
que los sujetos muestran un disminuido nivel de actividad, claramente distinto del que los
caracterizaba en el pasado. Son menos efectivos, tienen sentimientos de culpa y fatiga,
desesperanza hacia el futuro, falta de confianza, retraimiento social y sensaciones de
inadecuación.

ESCALA GG: TENDENCIA AL SUICIDIO


Puede decirse que existe un continuo que incluye: pensamientos acerca de lesionarse a si
mismo de forma intencionada o muerte (ideación suicida), lesionarse a si mismo
intencionadamente (comportamiento autodestructivo), comportamientos suicidas fracasados
(tentativas de suicidio) y, finalmente, tentativas logradas (suicidio). Cualquier elevación en la
escala de Tendencia suicida, debe ser tomada en serio. Aunque los adolescentes confrontados
con problemas psicológicos piensan con frecuencia en el suicidio como una solución, son pocos
los que seriamente ponen en acto estos pensamientos. No obstante, los datos epidemiológicos
indican que el suicidio logrado aumenta bruscamente durante la adolescencia. El daño infligido
a si mismo es la causa mas frecuente de muerte en el grupo de 15 a 19 años, lo que no ocurre
en ningún otro grupo. Puntuaciones altas indican que los adolescentes admiten tener
pensamientos y planes suicidas. Reconocen sentimientos de menosprecio y desesperanza. La
idea de que otros estarían mejor sin ellos es común en este tipo de pensamiento. Los puntajes
elevados en esta escala deben ser tenidos muy en cuenta por familiares y profesionales.

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