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MACI
PROTOTIPOS DE PERSONALIDAD
ESCALA 1: INTROVERTIDO
Los adolescentes introvertidos carecen de capacidad para experimentar la vida tanto de forma
dolorosa como placentera. Su personalidad es semejante a la personalidad esquizoide del DSM
por su tendencia a ser apáticos, indiferentes, distantes y poco sociables. Sus emociones y
necesidades de afecto son escasas y el individuo funciona como un observador pasivo,
indiferente a las recompensas y afectos, así como a las demandas que se derivan de las
relaciones humanas. Los adolescentes introvertidos caracterizados por su escasa capacidad de
experimentar tanto el dolor como el placer no parecen estar interesados en las satisfacciones
personales o sociales, ni tampoco manifiestan excesiva incomodidad cuando se ven
enfrentados con las dificultades personales o las discordias sociales. Este tipo de déficit en
ambos extremos de la polaridad placer-dolor constituye la base de lo que se ha denominado
estilo pasivo indiferente. Las puntuaciones altas indican que los adolescentes tienden a
ensimismarse, mostrándose tranquilos y no emocionales. Suelen ser apáticos, distantes y poco
sociables. Sus necesidades de afecto y sentimientos son mínimas. Tratan de no involucrarse
emocionalmente con otros, no se sienten seguros, y carecen de deseo y de la capacidad de
sentir alegría o tristeza con profundidad. No evitan a los demás, simplemente son indiferentes
a quienes lo rodean.
Existen puntos comunes entre los tres primeros Prototipos de personalidad, especialmente el
abatimiento, el pesimismo, la falta de alegría, la incapacidad para experimentar placer y una
aparente torpeza motriz. En el prototipo Introvertido, que es similar al Trastorno de
personalidad de tipo esquizoide del Eje II del DSM, existe una incapacidad para la alegría (al
igual que para la tristeza). En el prototipo Inhibido, hay un incremento de la alerta para
anticipar el dolor y, en consecuencia, una falta de atención para la alegría. Para el Pesimista, ha
habido una perdida significativa, una sensación de abandono y la perdida de la esperanza de
poder encontrar la alegría. Ninguno de estos prototipos de personalidad experimenta el
placer, pero por razones diferentes: una deficiencia; una orientación al dolor; desesperanza
acerca del futuro; desaliento; un panorama desconsolador; un irreparable e irrecuperable
estado de cosas por el cual aquello que pudo haber sido ya nunca volverá a ser posible.
Semejante al tipo de personalidad Depresiva, el Pesimista experimenta el dolor como algo
permanente y no puede considerar el placer como algo ni siquiera posible. Las puntuaciones
altas indican que los adolescentes se caracterizan por exhibir un aspecto abatido y
melancólico, quizás desde la infancia. Poseen una visión triste y pesimista de la vida. La
mayoría se siente culpable y con remordimientos, percibiéndose a sí mismo como inadecuados
o sin valor.
ESCALA 3: SUMISO
ESCALA 4: HISTRIONICO
Los adolescentes con una personalidad Histriónica, a primera vista, parecen bastante
diferentes de sus homólogos pasivos. Esta diferencia en el estilo manifiesto es el resultado de
la fácil y emprendedora manipulación de los acontecimientos por parte del activo-dependiente
que potencia la atención y apoyo de los otros y evita la falta de aprobación o el abandono. Este
adolescente, frecuentemente muestra un hambre insaciable, a veces indiscriminada, de
estímulos y afecto. Su inteligente y con frecuencia astuto comportamiento social da la
apariencia de confianza interna y de una independiente seguridad en sí mismo. No obstante,
bajo este disfraz subyace el temor a una autonomía autentica y la necesidad de constantes
señales de aprobación y aceptación. Los elogios y el afecto deben ser repuestos
constantemente y son buscados en cada fuente de refuerzo interpersonal en la mayoría de los
contextos sociales. Los puntajes altos indican que los adolescentes tienden a ser
conversadores, encantadores y gregarios, expresándose emocionalmente. Suelen tener breves
pero intensas relaciones con otros. Estos adolescentes se interesan por experiencias y nuevas
formas de diversión. A menudo se aburren de la rutina y con las relaciones prolongadas.
ESCALA 5: EGOCENTRICO
Existe una confianza primordial en si mismo más que en los otros. Han aprendido que el
máximo placer y el mínimo dolor se logran confiando exclusivamente en si mismos. La
tendencia a centrarse en si mismos da lugar al desarrollo de dos líneas principales de
personalidad. La primera, el prototipo Egocéntrico, incluye la adquisición de una imagen
altamente valorada de si mismo, aprendida en gran parte como respuesta a unos padres que le
admiran y complacen. Estos adolescentes destacan por su sentido de un derecho otorgado
sobre los otros y porque experimentan placer simplemente ocupándose pasivamente de si
mismo. Las experiencias tempranas les han enseñado a supervalorarse a si mismos. Esta
seguridad y superioridad, a veces basadas en falsas premisas, pueden ser insostenibles en
función de logros verdaderos o maduros. No obstante, asumen alegremente que los otros
deben reconocer que son especiales. Las puntuaciones elevadas indican que los adolescentes
suelen tener bastante confianza en sus capacidades y a menudo son vistos por los demás como
centrados en si mismo o narcisistas. Raramente dudan de su propio valor, y actúan de forma
segura. Suelen ser arrogantes, explotadores y no comparten o se interesan poco en las
necesidades de los otros
ESCALA 6 A: REBELDE
Los adolescentes rebeldes, aquellos a los que la teoría caracteriza como ejemplos de una
orientación activa-independiente, muestran la apariencia, el temperamento y el
comportamiento inaceptable del trastorno antisocial de la personalidad del DSM. Actúan para
contrarrestar de forma anticipada el engaño y el desprecio proveniente de los otros. Lo hacen
mediante su implicación activa en un estilo hostil y tramposo y embarcándose en un
comportamiento ilegal mediante el cual busca el desquite o la explotación de otros. Escépticos
en cuanto a los motivos de los demás, estos adolescentes desean autonomía y buscan la
revancha por lo que ellos sienten como injusticias pasadas. Muchos de ellos son irresponsables
e impulsivos y se sienten justificados de ser así porque juzgan que los demás no son ni de fiar
ni leales. La insensibilidad y la crueldad con los otros son los principales medios que han
aprendido a utilizar para atajar lo que ellos consideran abuso o victimización. Los puntajes
altos indican que los adolescentes tienden a actuar de manera antisocial, a menudo evitan
comportarse de acuerdo a las pautas socialmente aceptadas. Estos adolescentes suelen tener
actitudes de profunda rebeldía que los puede llevar a conflictos con sus padres, la escuela o
autoridades legales
ESCALA 6 B: RUDO
Hay algunos adolescentes en los que las propiedades habitualmente asociadas con el dolor y el
placer están en conflicto o invertidas. Al igual que en el prototipo Autopunitivo, que se
expondrá más adelante, estos adolescentes no solo buscan o crean acontecimientos
objetivamente dolorosos, sino que experimentan algunos de ellos como placenteros. Esta
variante de la inversión dolor-placer en el prototipo Rudo de personalidad (semejante al
trastorno sádico del DSM) se caracteriza por considerar el dolor (estrés, temor, crueldad) más
bien como un placer y como la forma preferida de relacionarse con los otros. En contraste con
el prototipo Autopunitivo, este adolescente asume un rol activo controlando, dominando e
intimidando a los otros. Las acciones que humillan, degradan y abusan de los otros las
considera como placenteras. Los prototipos de personalidad Autopunitivo y Rudo se agrupan
bajo la etiqueta de discordantes para reflejar, por una parte, la estructura disonante de su
sistema dolor-placer y, por otra, el carácter conflictivo de sus relaciones interpersonales. El
prototipo Autopunitivo, frecuentemente la victima de las relaciones conflictivas, es descrito
como pasivo-discordante, y el prototipo Rudo, mas expresivo, se considera activo-discordante.
El estilo Rudo de personalidad incluye adolescentes que no necesariamente han de ser
considerados rebeldes o antisociales pero cuyas acciones dan a entender que encuentran
placer en conductas que humillan a otros o que violan sus derechos o sentimientos.
Dependiendo de la clase social y de otros factores moderadores pueden ser semejantes a las
características clínicas que en la literatura se conoce como carácter sádico. Son generalmente
hostiles y permanentemente combativos, y se muestran indiferentes o incluso complacidos
por las consecuencias destructivas de su comportamiento amedrentador, conflictivo y abusivo.
Los puntajes altos indican que los sujetos tienden a ser dominadores y abusar de los demás.
Generalmente cuestionan los derechos de otros y prefieren controlar la mayoría de las
situaciones. A menudo son rudos y poco amables, y suelen impacientarse con los problemas o
debilidades ajenas
ESCALA 7: CONFORMISTA
ESCALA 8 A: OPOSICIONISTA
EXPRESIÓN DE PREOCUPACIONES
Los niños aceptan crecer y cambiar como aceptan cualquier otro aspecto de su existencia
cotidiana. Cuando ocurren los cambios, los sienten como algo gradual y son integrados con
escasa conciencia. Por el contrario, los cambios que tienen lugar en la adolescencia temprana y
media son de naturaleza diferente. El crecimiento es rápido, afecta a la sexualidad y crea
cambios físicos significativos en cuanto a configuración, forma y atractivo. Los deseos y sueños
referentes a la apariencia se confrontan ahora de forma clara con la propia identidad física que
emerge. La manera en que el adolescente se ve a si mismo se basa, en parte, en aspectos
objetivos de su desarrollo corporal, pero este físico es juzgado en el contexto de una miríada
de experiencias y de normas sociales. Los adolescentes con puntuaciones elevadas en esta
escala están descontentos con las imperfecciones o desviaciones que perciben en su madurez
física o morfológica. Asimismo, suelen manifestarse insatisfechos en relación con su atracción
física o encanto social.
La relación del adolescente con su familia junto con las percepciones de lo que debería ser, es
el foco de la escala de Discordancia familiar. Esta escala evalúa los sentimientos y las
percepciones del adolescente, no lo que es objetivamente real. En muchos aspectos, la casa y
la familia sirven como un anfiteatro exterior en el que la lucha interna entre dependencia e
independencia se puede desarrollar de forma segura. Ambas inclinaciones son fuertemente
positivas: por una parte, la autonomía y los privilegios de la madurez, y por la otra parte la
seguridad y el sostén. Ambas suponen un precio, la responsabilidad para la primera de ellas y
la insuficiencia de uno mismo para la segunda. Los adolescentes con puntuaciones altas en
esta escala reconocen que sus familias son tensas y conflictivas. Sienten tener pocas fuentes
de sostén y tienen un sentimiento general de extrañeza con sus padres; dependiendo de la
personalidad de los padres, estas dificultades pueden reflejar rechazo paternal o rebelión
adolescente.
SÍNDROMES CLÍNICOS
Los adolescentes que usan y abusan del alcohol no han aumentado de forma apreciable en la
última generación y la “revolución de las drogas” parece haber sido una frase ente los años
1960 y 1970, alcanzando su cima durante ese periodo y descendiendo a partir de él. Lo que se
ha podido ver en los últimos años es la continuación del abuso de sustancias entre ciertos
adolescentes perturbados, mas que una tendencia de masa cultural. El tema en discusión es
quienes usan drogas y alcohol en exceso, por que lo hacen, que grupos de edad y que
trayectoria siguen, que sustancia emplean, por cuanto tiempo, con que propósitos. Puntajes
altos muestran adolescentes con un patrón desadaptativo por abuso de alcohol o drogas que
los puede llevar a un significativo deterioro en su conducta y rendimiento. Muchos pasan una
importante cantidad de su tiempo tratando de obtener estas sustancias, comportándose de
manera socialmente inaceptable, teniendo que continuar con el uso de sustancias aun cuando
saben que tienen efectos persistentes y deteriorantes en sus vidas.
La mayoría de los adolescentes deprimidos siguen inmersos en la vida cotidiana pero están
preocupados por sentimientos de desaliento o culpa, falta de iniciativa, apatía, baja
autoestima, inutilidad y desaprobación de si mismos. Durante estos periodos de abatimiento
puede haber accesos de llanto, ideación suicida, actitud pesimista, aislamiento social, poco
apetito o necesidad de comer en exceso, fatiga permanente, baja concentración, perdida de
interés en actividades placenteras y disminución de la eficacia en la realización de tareas
corrientes o rutinarias. A menos que la escala Afecto depresivo sea notablemente elevada, no
es probable que se den las características de la depresión mayor. Una detallada investigación
de los ítems concretos puede permitir al clínico el diferenciar las características específicas del
estado de animo distímico (p. ej., baja autoestima o desesperanza). Los puntajes altos indican
que los sujetos muestran un disminuido nivel de actividad, claramente distinto del que los
caracterizaba en el pasado. Son menos efectivos, tienen sentimientos de culpa y fatiga,
desesperanza hacia el futuro, falta de confianza, retraimiento social y sensaciones de
inadecuación.