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ESTO ES UNA

Nunca hubieran podido imaginar lo que descubrirían en el NOVELETTE


despacho del abuelo, donde tanto habían jugado de pequeños. UN MANUAL EN FORMA DE NOVELA

PSICOLOGÍA
Una vida secreta que había conseguido ocultar ante todo el
mundo a través de un diario que los nietos leerán a escondidas,
en cada visita a casa del abuelo, con una curiosidad sin límites.
Un diario en el que descubrirán los conocimientos psicológicos
de los que disponía y cómo los había aplicado a su trabajo como
EL AGENTE FLYNN
agente secreto y había experimentado con ellos. Sin embargo,
Jordi Navarro Montes
a medida que avancen en la lectura, también les esperan
otros descubrimientos que los desconcertarán y llenarán de PID_00247079 Jordi Navarro Montes (1967)
preguntas sobre la vida del abuelo. es doctor en Psicología por la
Universidad de Barcelona, donde
ha sido profesor asociado de
las asignaturas de Psicología
¿QUÉ ES UNA NOVELETTE? de la personalidad y Psicología

Jordi Navarro Montes


diferencial. Actualmente es
Un manual en forma de novela
profesor consultor en la UOC de
• Historia con una trama emocionante la asignatura de Psicología de las
• Términos clave destacados en negrita diferencias individuales, junto con
• Índices para aprender y para localizar temas la profesora Maria Jayme, con quien
es coautor de la adaptación del
• Mapa conceptual
material de la UOC de la asignatura
• Bibliografía literaria
de Psicología de la personalidad.
También tutoriza la asignatura
Con la novelette El agente Flynn de Psicología de las diferencias
aprenderás sobre... individuales en la UNED.
Compagina su actividad docente

EL AGENTE FLYNN
PSICOLOGÍA DE LAS DIFERENCIAS universitaria con la formación de
INDIVIDUALES policías en la Escola de Policia
de l’Institut de Seguretat Pública de
Una iniciativa universitaria Catalunya. Ha asesorado diversos
de Oberta Publishing para estudios de investigación en temas
disfrutar y aprender. policiales, así como trabajos de
investigación de bachillerato y
ESO relacionados con temas de
inteligencia y policiales. Además,
PSICOLOGÍA
es aficionado a la lectura
de novela negra y de espías.
El agente Flynn
Jordi Navarro Montes
Director de la colección: Lluís Pastor

Orientación y validación académica de esta novelette:


Jordi Navarro Montes

Diseño de la colección: Editorial UOC


Primera edición: septiembre 2017

© Jordi Navarro Montes, del texto


Todos los derechos reservados

© Imagen de la cubierta: Jordi Navarro Montes

© de esta edición, FUOC, 2017


Av. Tibidabo, 39-43, 08035 Barcelona
Realización editorial: Oberta UOC Publishing, SL

Impresión: Artyplan, SA

Depósito legal: B-13.943-2017

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño general y la cubierta, puede ser co-
piada, reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma, ni por ningún medio, sea
éste eléctrico, químico, mecánico, óptico, grabación, fotocopia o cualquier otro, sin la previa
autorización escrita de los titulares del copyright.
El agente Flynn

Jordi Navarro Montes


Índice

El diario secreto 9
Los nietos 15
El nombre en clave 25
El efecto Flynn 35
Pensamiento concreto y pensamiento lógico-formal 47
Vivir en lo concreto o en lo abstracto 57
Paleopsicología 73
El detective más famoso del mundo 79
Mis trabajos de campo 91
La creatividad 99
La terapeuta 111
Los patrones 119
«The End» 125

Índice que te ayuda a localizar conceptos clave 131

Índice que te ayuda a aprender 133

Esquema general 141

Novelas, películas, series y documentales


para divertirse aprendiendo 143

Anexo 145

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Capítulo 1

El diario secreto

«El tiempo hace con el cuerpo lo que la estupidez


hace con la mente; lo pudre».

Carlos Ruiz Zafón, Marina

Ha llegado el día en que me siento mayor. Me he pasado la


vida sin explicar a nadie todo lo que he hecho a lo largo de los años.
Yo fui un espía y tengo muchas cosas que explicar. Siento la nece-
sidad de dejar escrita esta parte de mi vida, aunque sea solo para
desahogarme hablando conmigo mismo. Todas las personas que me
conocen saben que me he dedicado a la psicología, como profesor
y como investigador, y también he trabajado en diferentes campos
aplicados. Pero, el más interesante, el de espía, no lo conoce nadie.

Estaban alucinando, era un diario escrito por el abue-


lo. Sabían que siempre estaba trabajando en su despacho.
Los recuerdos que tenían del abuelo le situaban en su
mesa, escribiendo, leyendo o con extraños objetos entre
sus manos. No le habían preguntado nunca sobre lo que

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

hacía, aunque les llamara mucho la atención. Su despacho


era un sitio casi sagrado, pero nadie sentía la curiosidad
de entrar. Ellos eran sus nietos, su nieto y su nieta, y ha-
bían oído contar al abuelo que cuando sus hijos, su ma-
dre y su padre, respectivamente, eran pequeños, tenían la
zona de juegos de la casa en su despacho. Podía ser un
campo de fútbol o una pista de baloncesto, allí se disfra-
zaban e imaginaban todo lo imaginable: un avión, una
tienda, unas oficinas, un hospital, un hotel o un concierto
de música. El despacho se fue quedando vacío de juegos
y juguetes al crecer los niños de la familia, que cuando
visitaban su casa ya no hacían una parada para ver los
juguetes que guardaba. Había dejado de interesar a todo
el mundo. Todos habían ido creando sus excusas para no
subir; que si en el despacho hacía muchísimo calor en ve-
rano o muchísimo frío en invierno, o que habían muchas
escaleras que subir.
La abuela había entrado muy poco en el despacho, solo
cuando los niños eran pequeños. Decía que había que
limpiar de tanto en tanto. Decía que había que ordenar
un poco, que había que sacar los libros y limpiar las es-
tanterías, porque se acumulaba mucho polvo. Pero cuan-
do crecieron los niños, ya no le preocupaba la limpieza,
ni el orden, ni que se acumulara el polvo en el despacho.
Ahora dejaba que se encargara el abuelo de limpiar cuan-
do quisiera, y si quería. Desde que la abuela no entraba ya
no se rompían los objetos que guardaba el abuelo. Antes,
con la limpieza, siempre había bajas y desperfectos entre
los extraños objetos de sus estanterías.

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Tengo miedo de olvidarme de todas las cosas que he hecho en mi


vida. He empezado a escribir muchas veces un diario, pero nunca
ha tenido una continuidad. Ahora quiero luchar contra el olvido,
contra la edad, ahora que tengo muchos objetos y anotaciones en mi
despacho que me ayudan a recordar todo lo que he vivido. Sé que
por el hecho de escribirlo no necesariamente será leído por alguien.
Pero será como un juego. Quizás alguno de mis hijos, alguno de mis
nietos u otros descendientes encuentre un día el diario de casualidad,
haciendo limpieza o como premio a su curiosidad y ganas de saber.
Entonces me verán y me recordarán de manera diferente, porque
sabrán todo lo que hice y habrá valido la pena mi esfuerzo.

El despacho era una creación artificial. Estaba cons-


truido sobre una terraza que nunca habían usado y que
se inundaba cada vez que llovía. El desagüe se llenaba de
hojas secas y la terraza se convertía en una piscina. Como
afectaba al resto de la casa, porque aparecían manchas
de humedad, decidieron cerrarlo y convertirlo en el des-
pacho del abuelo. Antes, el abuelo tenía los libros y sus
objetos en el comedor. Con el nuevo despacho ganó mu-
cho espacio y el comedor fue más amplio y presentable
para las reuniones familiares. Sin embargo, el despacho
tardó años en ser su despacho, porque antes fue la sala de
juegos de sus hijos, que pretendía ser un estímulo para la
imaginación.
Era extraño que nadie le preguntara al abuelo sobre lo
que hacía tanto tiempo en su despacho. Desde que eran
pequeños, les parecía curioso que el abuelo no hablara de
sus actividades, ni con sus hijos, ni con otros familiares.

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No porque no quisiera, sino porque no solían interesarse.


Cuando intentaba argumentar algo le cortaban porque
les aburrían las teorías psicológicas y entonces se dedica-
ba a contar historias a los niños en forma de juegos, de
enigmas para pensar, cuentos o películas que había visto.
Sin embargo, otras personas de la familia sí hablaban de
sus trabajos. De trabajos normales, incluso vulgares. De
trabajos rutinarios y repetitivos. Pero el abuelo no habla-
ba del suyo. Era evidente para todos que el abuelo estaba
informado y tenía conocimientos en la mayoría de los
temas. Se hablara de lo que se hablara, solía conocer el
tema. Estaba al día de cualquier noticia de actualidad y lo
demostraba porque, después de discutir de manera ab-
surda, le acababan preguntando o pidiendo información.
Siempre había tenido curiosidad por las cosas. El abuelo
decía que hay que alimentar esa curiosidad de saber de
los niños para intentar evitar que se apagara de adultos.
A veces se alteraba y en alguna conversación se le esca-
paba que tenía datos de primera mano. Si alguien se daba
cuenta de esto, disimulaba como podía.

He intentado encontrar la manera de hablar con mis hijos de mi


trabajo. He intentado despertar en ellos la curiosidad por saber, por
investigar, por aprender, por el conocimiento científico, pero creo que
no lo he conseguido del todo. La verdad es que tener que transmitir
mis conocimientos por escrito significa que he fracasado al transmi-
tirlos oralmente. Y tengo que reconocer que siento cierta frustración
y decepción por esto. Cuando hablan de mis ocupaciones laborales,
lo hacen casi de manera despectiva, como algo aburrido, fácil o

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sencillo cuando solo conocen la llamada «tapadera», lo que quiero


que sepan, y no conocen nada de mis otros trabajos aplicados en el
espionaje, o como agente secreto, o de reclutamiento y entrenamiento
de agentes, o de mis investigaciones científicas.

Como los adultos no solían hacerle caso ni le dejaban


hablar, el abuelo buscaba a los pequeños de la casa para
intentar jugar. Las reuniones familiares solían ser abu-
rridas para él, siempre hablando de los mismos temas
vulgares y superficiales. Escogía sentarse a la mesa de los
pequeños para tener conversaciones más interesantes.
Hubiera deseado tener una familia de artistas, de músicos
o de personas cultas en cualquier tema: de ciencia, de
arte o de historia. Eran esos los temas de los que solía
proponer juegos a los pequeños, o sobre los que conta-
ba historias. Así empezaron los juegos con los nietos y
pronto dos de ellos, dos primos de la misma edad, empe-
zaron a destacar por su ingenio, curiosidad y hambre de
conocimientos.

No podré explicar todo lo que he hecho. No podré dar detalles


de los trabajos. No podré escribir los nombres ni de personas, ni de
ciudades, ni de instituciones, pero podré explicar mis recuerdos, mis
inquietudes, mis trabajos y mis aportaciones en este campo. Quiero
que descubran una dimensión de mi vida que tuve que ocultar, por
mi seguridad y por la de mi familia. Quiero que conozcan una vida
más interesante que la normalidad que tuve que fingir para no
llamar nunca la atención. Quizás quiero despertar una curiosidad
en mi familia que nunca tuvo por mí. O quizás este diario sea como

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un testamento, que dejará constancia de mis trabajos aunque no


sepa si será leído.
Tampoco trasladaré a este diario conversaciones y pensamientos
que expresé en algunas reuniones y charlas con otros agentes, por-
que como leí en algún lugar que no recuerdo ya, «el pensamiento
no delinque», pero si lo dejara escrito ya sería otra cosa. Podría ser
malinterpretado, sacado de contexto, distorsionado en mi contra o
denunciado.

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Capítulo 2

Los nietos

«El tiempo no nos hace más sabios, solo más cobardes».

Carlos Ruiz Zafón, Marina

He pensado en hacer trampas porque puedo usar mis co-


nocimientos para precipitar que pasen las cosas que quiero que
pasen en vez de esperar a que alguien encuentre mi diario. Po-
dría escoger la persona adecuada para que encuentre lo que
escribo. Sería como pasar el testigo. Sería como poder explicar a
alguien mi vida, lo que he aprendido, con la esperanza de que
no muera en el olvido. La cuestión es decidir quién o quiénes
son las personas más adecuadas. Yo hubiera querido transmitir
mis conocimientos a mis hijos, pero les ha interesado poco mi
trabajo, mi profesión o la ciencia en general más allá de la anéc-
dota o de los titulares de una noticia. Tampoco lo conseguí con
mis sobrinos. Pero creo que hay alguna esperanza, o sea, que
os estoy escribiendo a vosotros, a mis nietos, a los dos que aún
mantenéis la curiosidad despierta.

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Ahora estaban alucinando el doble. Al leer esto se les


había puesto la piel de gallina. El abuelo se estaba refi-
riendo a ellos. Directamente a ellos. El abuelo tenía cosas
que explicar, secretos que contar que la familia no sabía.
Quizás no eran secretos porque los ocultara, o porque no
los quisiera explicar, sino que eran secretos porque nadie
se había interesado y no habían podido dejar de ser se-
cretos. La curiosidad se había ampliado de manera expo-
nencial. Ahora tenían una evidencia, el haber encontrado
esta especie de diario no podría considerarse del todo un
mérito suyo. El abuelo los había llevado a encontrarlo.
Jugando, con pistas, los había conducido a un aparente
encuentro casual, pero ahora sabían que de casual no te-
nía nada.
El abuelo era doctor en Psicología, se había dedicado
a la investigación y a dar clases en la universidad, pero
desde el principio del diario hablaba de su trabajo como
espía. El primer pensamiento fue una especie de pregun-
ta: ¿cómo una persona puede trabajar de espía y que nadie
de la familia se haya dado cuenta?, ¿cómo lo ha podido
mantener en secreto? Mientras se hacían esas y muchas
más preguntas se miraban a los ojos con la emoción de
haber encontrado un tesoro que podrían abrir. También
sabían que el hambre por saber más, por responder sus
preguntas, se podría saciar con la lectura paciente del dia-
rio del abuelo. Y empezaron a leer.

Primero debería definir el término de mis ocupaciones. Lo pri-


mero que he escrito ha sido que «yo fui un espía», pero creo que con

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precisión tendría que decir que trabajé como agente secreto. Y, con
más precisión todavía, debería decir que me dediqué a actividades
de inteligencia. La mayoría fueron actividades de análisis, aunque
también he hecho algunas actividades de campo. Es aquí donde
se relacionan, por primera vez, mi formación en psicología con el
trabajo de agente secreto o agente de inteligencia. Mis conocimientos
en el campo de la investigación científica y la estadística, así como
mi especialidad en las áreas de la psicología de las diferencias indi-
viduales y de la personalidad, me han permitido hacer aportaciones
útiles al trabajo de los agentes de inteligencia.

De todos los pequeños de la casa, había pocos que hu-


bieran mostrado interés por las ciencias en general y por
la psicología en particular. Muchos niños se sienten atraí-
dos por los animales prehistóricos como los dinosaurios
o por los mitológicos como los dragones, pero eso no
se transformaba habitualmente en un interés científico.
Pero sus dos nietos sí que parecían tener interés por los
temas científicos relacionados con el ser humano, por la
neuropsicología, las teorías del comportamiento, de la
personalidad y/o de la inteligencia. El abuelo estaba es-
cribiendo el diario como si se estuviera dirigiendo a ellos,
con la esperanza de que pudieran seguir sus reflexiones
científicas. Así que se concentraron para afinar su capaci-
dad de comprensión lectora.

¿Cómo una persona puede hacer el trabajo que yo he hecho sin


que nadie de su entorno se dé cuenta? Esta es la primera cuestión
que quiero abordar. Por desgracia, no es mérito mío, sino que se

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debe a la manera de vivir de hoy en día. Las personas carecen de


tiempo libre para observar el mundo, para pensar, reflexionar o
conversar con calma. El trabajo y las rutinas diarias nos ocupan
la mayor parte del tiempo y de las energías. Y el resto del tiempo
parece absorbido por las nuevas tecnologías y las redes sociales. An-
tes, la comunicación era cara a cara, oral. Ahora se ha impuesto la
comunicación a través de los dispositivos, a distancia, con mensajes
incompletos, que suelen generar confusión y menor eficiencia en la
transmisión de información. Además, sería discutible su aportación
en la calidad de las relaciones interpersonales.
Así, mi respuesta a cómo ha podido pasar desapercibida mi
ocupación es: el egocentrismo de (en) nuestra sociedad. Las personas
parecen centrarse solo en ellas mismas, en sus cosas, en hablar de
sí mismas, en atenderse a ellas mismas, en aparentar unas vidas
interesantes, una eterna juventud, en divertirse; con lo cual la capa-
cidad de observación y de atención a los demás queda muy reducida.
Cuesta encontrar alguien que escuche, que pregunte con curiosidad,
que atienda un tiempo determinado. La falta de atención y de in-
terés son las únicas que pueden explicar, por ejemplo, que a nadie
le llamara la atención que un día yo llegara a casa con las manos
llenas de arañazos y de sangre. No hubo ninguna pregunta, creo
que nadie se dio cuenta de mis heridas. O que a nadie le llamara
la atención que siempre que paso por un arco de seguridad, este me
pite y que me acaben registrando. Son las únicas causas que pueden
explicar que nadie se haga preguntas cuando me agacho a recoger
algo del suelo y lo introduzco en una bolsa de pruebas.

Repasando el camino, todo había empezado como


una serie de juegos. El abuelo les había llevado con los

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juegos de pistas, de enigmas, de misterios y de claves has-


ta su diario secreto. Eran evidentes sus ganas de hablar
con alguien de su vida. Todo el mundo quiere contar sus
aventuras y, quienes no las tienen, se las inventan. Lo
sabían muy bien porque en todas las reuniones familia-
res se contaban historias aburridas y repetidas hasta la
saciedad y, sin embargo, el abuelo difícilmente tenía la
palabra. Quien tenía las mejores historias que contar, se
mantenía callado y reservado. Pero siempre observando y
analizando a los demás. Uno de los juegos con el abuelo
consistía en observar y analizar a alguien a partir de sus
respuestas, de su manera de relacionarse con los demás,
a partir de lo que decía y de cómo lo decía. Aunque no
siempre entendían lo que decía el abuelo porque utilizaba
palabras técnicas del vocabulario psicológico, era diver-
tido escucharlo hablar de inteligencia natural, de rasgos
de personalidad o de la creatividad. La primera pista les
llevó al cómic más famoso de su casa.

Ejercicio de observación de personas. Inspirado en un cómic ja-


ponés (manga) y su serie de dibujos animados (anime) que habían
visto mis hijos de pequeños, El detective Conan, de Gosho Aoya-
ma. Trata de un detective de diecisiete años de edad cuyo cuerpo
se transforma en el de un niño de siete años por efecto de la droga
Apotoxina4869, aunque manteniendo la capacidad de razona-
miento del joven de diecisiete años. En el primer capítulo, adivina a
qué se dedica una chica que acaba de conocer a través de la observa-
ción y de señales, haciendo un homenaje al primer caso de Sherlock
Holmes, cuando conoce a John Watson, y adivina su profesión y

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procedencia a partir de la observación y deducción lógica tras darle


la mano. El ejercicio consistirá en observar a una distancia pruden-
te una persona desconocida con el fin de conseguir la mayor cantidad
de datos objetivos. Por ejemplo, la mano dominante, profesión o
rasgos de personalidad según la manera de hablar, incluso obtener
información al aprender a leer los labios.

Los nietos habían jugado a los juegos de pistas de sus


padres. El abuelo aún conservaba esos juegos como un
recuerdo. Algunos eran juegos para desarrollar la creativi-
dad. No es que el abuelo creyera en que se podía enseñar
la creatividad, sino que consideraba que había que esti-
mular esa disposición o potencial capacidad. «La creativi-
dad –decía– se comporta como un rasgo pero se explica
por la participación de la inteligencia, la personalidad y
otras variables». Consideraba que sus nietos la tenían y
quería ponerla en marcha antes de que se apagara esa luz.
Los juegos del abuelo consistían en juegos de detecti-
ves, de investigación, de descifrar mensajes, de encontrar
pistas y saber integrar toda esa información. Solía haber
también un mapa o un plano con el que hacía trabajar las
capacidades espaciales, de orientación espacial.

Los juegos de pistas que utilicé con mis hijos me servirán para
guiar a mis nietos hasta mi diario, secreto hasta el momento. Di-
señaré un juego, con enigmas, mensajes cifrados, pistas ocultas y
pruebas para que demuestren sus capacidades y su interés por llegar
al diario. Solo lo encontrarán si me demuestran que se lo merecen.
Empezaré con la pista musical.

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Los veranos no son como antes, no son como los re-


cordaba el abuelo. Aunque haya muchos días sin clase,
los horarios de los padres no coinciden con el tiempo
de las vacaciones de los hijos. Por eso se lucran quienes
ofrecen actividades de verano, sean deportivas, para estu-
diar inglés o de cualquier otro tipo. Pero también acaban
aburriendo a los pequeños, hartos de hacer deporte bajo
el sol, y sin actividades intelectuales a la sombra. Los pa-
dres, cuando no hay con quien dejar a los niños, suelen
recurrir a los abuelos. Así fue como el tiempo comparti-
do con el abuelo se convirtió en un descubrimiento ines-
perado para ellos. Cada vez que pisábamos el despacho
sonaba la misma canción de Peter Gabriel titulada «Se-
cret World».

La falta de atención de la gente que me rodea ha hecho relajar


mi precaución a la hora de mantener en secreto mis actividades.
Al principio iba con mucho cuidado, escondía todas las cosas en
lugares de difícil acceso, preparaba coartadas y explicaciones para
cada movimiento fuera de lo normal, cada horario no habitual o
desplazamiento nuevo. Pero, con el tiempo, me di cuenta de que
no hacía falta, que no se daban cuenta, que podía dejar cosas a la
vista sin que llamara la atención de nadie. Mi despacho ha estado
y está lleno de documentos y objetos relativamente accesibles, que
nunca han llamado la atención de nadie. Es sorprendente la falta
de interés en los demás. Creo que cuando una persona entra en
una categoría, social o laboral, en mi caso de psicólogo, se deja de
atender a los elementos discordantes con dicha categoría cognitiva.
Solo así se entiende que nunca haya levantado ninguna sospecha.

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Evidentemente, tampoco voy llamando la atención de los demás.


Me considero una persona discreta y prudente, y eso también me ha
ayudado a pasar desapercibido. Este sería un rasgo de personalidad
adecuado para mi trabajo.

Mientras los veía investigar la letra de la canción, el


abuelo imaginaba una de las preguntas que deseaba es-
cuchar de boca se sus nietos cuando hubieran leído su
diario secreto:
–Abuelo, ¿nuestros padres sabían que eras agente se-
creto?
Y había imaginado muchas veces la respuesta que les
daría. La había intentado construir con la suficiente tea-
tralización para conseguir el efecto deseado:
–¿Vosotros qué creéis?, vosotros habéis estado en las
reuniones familiares, ¿creéis que alguien de la familia lo
sabe?, ¿habéis oído a alguien preguntarme sobre mi tra-
bajo en alguna comida o celebración?, ¿no os habéis dado
cuenta de que hasta me discuten sobre temas de psicolo-
gía?, ¿me habéis escuchado explicar algo de mi trabajo?,
¿habéis oído hablar de algo nuevo a lo largo de los años?,
¿habéis oído hablar de algún tema científico, histórico o
cultural?, ¿creéis que alguien se daría cuenta de algo, aun-
que lo hiciéramos delante de sus narices?
Ante esta avalancha de preguntas retóricas, los nietos
solo podrían decir que no, que nadie lo sabría, ni lo sos-
pecharía tan siquiera.
Después de imaginar estas situaciones con sus nietos,
seguía escribiendo y leyendo algunas de sus anotaciones,

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que salían de los sitios más diversos de su despacho: es-


tanterías, carpetas escondidas, cajones y cajas, y de otros
objetos de lo más curiosos, pero también salían de encima
de la mesa, totalmente a la vista. Su despacho tenía una
biblioteca muy grande. Su hijo había contado los libros
hacía muchos años, por una apuesta con un compañero
de clase incrédulo y ya entonces había superado los mil.
La mayoría eran libros de psicología y de novela negra en
general, pero entre ellos se enmascaraban libros de otros
temas. Ese era el mundo secreto que debían investigar.

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Capítulo 3

El nombre en clave

«Flanaghan/Yawara/Aubameyang»

Los niños habían observado al abuelo leer, respirar


y reflexionar pensando en lo siguiente que iba a escribir.
Cuando escribía en su despacho, utilizaba indistintamen-
te una de las dos mesas que tenía. La mesa principal solía
estar llena de libros, pero tenía una mesa accesoria que
parecía destinada a acoger personas con espacio para tra-
bajar. Su mesa tenía una atracción especial por los libros,
documentos, objetos o dibujos. Era una mesa alargada,
donde parecía que se podría encontrar cualquier cosa.
Los nietos vieron cosas tan diversas como su primer mi-
croscopio, una lupa gigante, tubos de ensayo o mapas
de todo tipo. ¿Qué tendrían que ver estos objetos con la
psicología?

Al escribir este diario se me plantea un dilema. No sé si escri-


birlo de manera muy académica o si escribirlo de forma novelada,
que parezca un libro de ficción aunque esté explicando mis ex-

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periencias profesionales. Por ejemplo, imagino un diálogo con mis


nietos relacionado con los nombres en clave, porque los espías tienen
nombres en clave y usan códigos secretos. El diálogo que imagino,
cuando hubieran acabado de leer mi diario secreto, cuando les diría
que podrían hacerme las preguntas que quisieran, sería el siguiente:

–Abuelo, ¿tenías un nombre en clave como espía?


–Sí, todos teníamos un nombre en clave, para algunas comu-
nicaciones. Muchos escogían nombres de espías famosos, reales o
de películas, o de actores, como Caine. Los que éramos psicólogos
elegíamos nombres de psicólogos famosos como Spearman, Watson,
Piaget, Thurstone, Sternberg, Cattell, Eysenck, Jensen y muchos
otros.
–¿Y cuál era el tuyo?, ¿nos lo puedes decir, abuelo?
–Creo que sí, ya no lo usan. A mí siempre me había llamado la
atención Curie, por Marie Curie, porque fue quien despertó en mí el
interés por la investigación científica. También me gustaba Galton
y otros nombres relacionados con la psicología de las diferencias
individuales.
–Pero ninguno de estos se convirtió en tu nombre en clave, ¿ver-
dad, abuelo? –interrumpieron–. ¿Dinos el tuyo?
–Os lo diré, pero no lo elegí yo. Mis compañeros me empezaron
a llamar así después de algunas de mis clases teóricas. Yo me encar-
gaba de la formación y de las bases psicológicas de nuestro trabajo.
En definitiva, mi nombre en clave era «Flynn». Al principio era
una especie de broma, pero acabó gustándome, y el nombre tuvo
tanto éxito que incluso pensamos en llamar a nuestra agencia de
inteligencia Agencia Flynn.
–¿Y por qué Flynn, abuelo?

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–Esta es una historia muy larga de contar. Tiene que ver con
teorías psicológicas que yo explicaba a los agentes en formación, que
combinaba con cientos de experiencias de años de observación del
comportamiento humano en muchas situaciones.

El nombre de «Flynn» es clave en esta historia, además de ser


mi nombre en clave; fue una conferencia de James Flynn sobre los
cambios en la inteligencia a lo largo del siglo XX (https://www.ted.
com/talks/james_flynn_why_our_iq_levels_are_higher_than_
our_grandparents), en la que explicaba el conocido como efecto
Flynn, la que me dio una idea de cómo enfocar tanto nuestro
trabajo de agente secreto como la formación de los futuros agentes.
Aunque la conferencia se titulaba «¿Por qué nuestro coeficiente
intelectual es superior al de nuestros abuelos?», se planteaban cues-
tiones sobre las capacidades intelectuales de las personas que me
parecieron fundamentales para entender nuestro trabajo, tanto de
las relaciones personales como de la comunicación en general.

Buscaron alguna carpeta o caja con el nombre de


Flynn, pero no la encontraron. El diario secreto del abue-
lo supuso trabajo en forma de deberes para sus nietos.
Empezaron leyendo los dos a la vez, en voz alta, aunque
no lo suficiente como para que alguien les oyera. Hicie-
ron paradas cada vez que se encontraban con algo inte-
resante, lo comentaban, se hacían preguntas e intentaban
responderlas. Con los días, decidieron llevar una libreta
para tomar anotaciones de los deberes a realizar en casa.
Dado que el abuelo había hablado del «efecto Flynn» y
de su importancia, tanto como para que el nombre en

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clave del abuelo en la agencia de inteligencia fuera Flynn,


tomaron nota de la conferencia y la buscaron en internet.
La escucharon tres o cuatro veces seguidas tomando no-
tas sin parar, esperando encontrar nuevas pistas.

Antes de entrar en materia, quiero incorporar al diario una cosa


que escribí en otro contexto para una de mis clases: «Tener un trabajo
aplicado, de acción, de campo, operativo, te permite poner en práctica
lo que dicen las teorías que hemos estudiado durante años y, además,
te permite comprobar hasta qué punto son válidas o refutables. Al-
gunas teorías deben ser consideradas en relación con la época en que
fueron formuladas, ya que el entorno, el ambiente o los estímulos de
las personas en el siglo XXI no se pueden comparar con el entorno, el
ambiente o los estímulos de las personas nacidas hace, por ejemplo,
cincuenta años. Quizás, no habría que refutar dichas teorías, sino que
habría que adaptarlas a nuestros días, a nuestro contexto cultural,
educacional, económico o tecnológico». Esto se refiere a las teorías de
la inteligencia y no afectaría tanto a las teorías de la personalidad.
Por ejemplo, sería absurdo invalidar los métodos de investigación
de Sherlock Holmes, los métodos que el médico Arthur Conan Do-
yle utiliza con su personaje del detective más famoso de la literatura,
porque las personas hayan cambiado sus medidas antropométricas
o su manera de vestir o de escribir. Muchos de sus métodos de
investigación, ideados en el siglo XIX, siguen siendo válidos hoy en
día en nuestro trabajo de campo. Por ejemplo, podemos calcular la
altura de una persona por la longitud de sus pasos y el peso por
la profundidad de sus pisadas. Tal como hacía Sherlock Holmes,
podemos analizar la composición del tabaco, aunque usemos una
tecnología más potente, y podemos analizar los movimientos y el

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radio de acción de un sujeto para predecir su ubicación a partir de


programas informáticos, en vez de hacerlo de manera manual con
agujas e hilo de color sobre un plano de la ciudad como hacía el
detective de ficción.
De la misma manera, se puede pensar que las edades para el
desarrollo infantil, para la maduración cerebral o para el desarrollo
de los estadios evolutivos de Piaget deben haber cambiado con
el entorno actual, con muchos más estímulos ambientales, tecnoló-
gicos y emocionales. Por eso se oye decir a las abuelas que los bebés
son cada vez más espabilados. Sobre este tema realizó mi hija el
proyecto de investigación en el instituto y se pudo confirmar, aunque
de manera poco concluyente debido a los pocos sujetos que formaban
la muestra, que los niños y niñas adelantan las edades en que pa-
san de un estadio evolutivo a otro, aunque solo se aplica a los tres
primeros estadios y no al de las operaciones formales.
Los nietos eran la demostración de lo que decía. La riqueza de
la estimulación del entorno y la nueva manera de enseñar en las
escuelas modificaba las edades de las etapas de desarrollo cognitivo
y motriz, y aportaba nuevos resultados a la psicología de las dife-
rencias individuales en el estudio de la inteligencia. Y la tecnología
actual, que se maneja desde la más primera infancia como algo
cotidiano, seguro que tendría efectos sobre el cerebro en formación,
sobre su estimulación y su desarrollo. Incluso en su estructura y
funcionamiento.
«Después de estudiar muchas teorías en mi campo de trabajo,
he observado que hay muchos nombres o constructos hipotéti-
cos para denominar los mismos fenómenos psicológicos, aunque los
resultados obtenidos en la investigación son muy coincidentes entre
sí y las teorías podrían ser simplificadas sin perder el poder predic-

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

tivo y/o explicativo general. Se entiende por constructo hipotético el


constructo mediacional entendido como concepto abstracto que for-
ma parte de una teoría, que representa fenómenos psicológicos no
observables directamente y que deben ser inferidos a partir de las
respuestas de las personas.
Las teorías observaron y estudiaron los mismos fenómenos
psicológicos en las personas, pero los miraron desde puntos de
vista diferentes generando modelos diferentes. Una teoría es un
esquema conceptual formado por conjuntos de hipótesis relaciona-
das con las que se representa el conocimiento científico de forma
sistematizada. Y un modelo, la representación (matemática,
mecánica, analógica o teórica) de una parte de la realidad (fe-
nómeno psicológico) que ayuda a comprender su estructura y/o
funcionamiento.
Las diferencias se debían a la tecnología utilizada, por ejemplo,
el análisis factorial confirmatorio (como Spearman o Eysenck), o
el análisis factorial exploratorio (como Thrustone o Cattell). El
análisis factorial es un procedimiento estadístico que extrae la
parte común de un conjunto de variables y permiten simplificar la
descripción de los datos reduciendo el número de variables sin perder
información relevante. O se debían a la muestra estudiada, forma-
da por personas “enfermas” (como las del hospital Maudsley de
Eysenck) o sanas (como las de Cattell), a las diferencias culturales,
o por las técnicas estadísticas que aplicaron, como el coeficiente de
correlación, que es un índice estadístico cuantitativo que indica el
grado de asociación que existe entre dos variables. Su interpretación
es descriptiva y no permite inferencias causales. O porque usaron
conceptos diferentes pero sinónimos para denominar el mismo fenó-
meno, por ejemplo, neuroticismo, ansiedad o inestabilidad emocio-

30
© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

nal. Años después, en perspectiva, se podría establecer una única


ley general o teoría».

Mientras leían imaginaban al abuelo dando clases en


la universidad, ante un montón de estudiantes tomando
notas, asustados por lo que imponían sus palabras y co-
nocimientos, en tensión para poder anotar todo lo que
decía, casi sin respirar.

«Tener clara la reducción o simplificación de los diferentes


modelos y teorías psicológicas existentes puede ayudar a nuestro
trabajo, ya que ahorrará tiempo de exploración y nos permitirá
entender y predecir las respuestas y comportamientos de las perso-
nas, y clasificarlas de manera más eficiente. Al final, la psicología
puede resultar una ciencia muy potente y útil para el trabajo de
los agentes secretos. Pero ¿desde dónde empiezo?, ¿cuál sería mi
punto de partida para explicarme?, ¿desde dónde explico lo que
he aplicado a mi trabajo? Está claro que debe ser desde la confe-
rencia de James Flynn».

Los primos habían escuchado decir a sus padres que


el abuelo daba algo de miedo cuando les explicaba alguna
duda en su época de estudiantes, cuando se transformaba
en profesor. Tenían miedo a preguntar por sus respues-
tas entre irónicas y contundentes. Ante algunas preguntas
impertinentes, decía que respondía «sin piedad». Leyendo
su diario secreto habían sentido algo parecido, pero no se
podría decir que fuera miedo, sino respeto, como el que
usaban al mirar dentro del archivador.

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

Hay una cita que siempre ha guiado mi trabajo y gracias a la


cual he conseguido un prestigio profesional. Es de Galileo Galilei y
dice así: «Mide las cosas que se puedan medir y las que no puedas,
hazlas medibles». Siempre he sido partidario de probar las hipó-
tesis teóricas de manera empírica, de hacer estudios sobre cualquier
idea, de intentar medir todo lo que se consideraba relevante para
nuestros trabajos, por muy secretos que pudieran ser.
No siempre tuve el nombre en clave de Flynn. Y los nombres en
clave no siempre hacen referencia a personas, sino que suelen hacer
referencia a operaciones de campo. Me gustaba elegir los nombres
en clave, que tuvieran un simbolismo con la operación. En esto
no era original, sino que me inspiraba en el estilo de trabajo del
servicio secreto británico del MI5. Mi favorita era la «Operación
Mincemeat» (carne picada), operación de contrainformación que se
llevó a cabo durante la Segunda Guerra Mundial. Pero había otras
muchas que era ingeniosas, como la «Operación Caramelo», de la
que existe un libro de Ian McEwan. La creatividad de los equipos
se podía observar también a la hora de elegir los nombres en clave.

El archivador contenía carpetas con operaciones se-


cretas. Evidentemente, después de la lecturas de estos pá-
rrafos, los nietos pensaron que debían tener un nombre
en clave, cada uno el suyo. Se miraron, pero sus bocas no
articularon sonido alguno. Era más difícil de lo que pa-
recía encontrar un buen nombre en clave. El silencio sig-
nificaba que debían tomar su tiempo para elegirlo. Estos
fueron los deberes del día, darle vueltas a la cabeza hasta
encontrar un nombre que pareciera ingenioso a ojos del
abuelo.

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© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

Les vino a la cabeza «Flanaghan», por las novelas del


joven detective de Andreu Martín y Jaume Ribera, pero
debían encontrar el suyo, personalizado al máximo. Él
pensó en el karate, afición que compartía con su madre,
porque podría encontrar nombres más o menos exóticos.
Entre estos, escogió «Yawara», por un personaje de dibu-
jos animados japoneses que despertaron en su madre el
interés por las artes marciales. Así, sería el agente Yawara
o su misión se llamaría Operación Yawara. Ella pensó en
el deporte también, pero en el fútbol, y acabó decidién-
dose por el nombre de «Aubameyang», un jugador que
admiraba su padre y del que tenía una camiseta amarilla
que ella se ponía a veces. Sería la agente Aubameyang y
si le encargaban algún día alguna misión la denominaría
Operación Aubameyang.

33
Capítulo 4

El efecto Flynn

«Si tú me parecías lento, Sherlock,


imagínate el resto de los niños».

Mycroft Holmes

Ver la conferencia sobre el «efecto Flynn» supuso un


impacto para el abuelo, y un descubrimiento para los nie-
tos. Ellos no sabían qué podría haber iluminado al abuelo
en sus teorías ni en su trabajo de agente secreto, pero el
diario todavía tenía cientos de páginas con anotaciones
y ejemplos de situaciones reales. Deberían tener pacien-
cia para leer con calma todo su contenido. Los primos
compartían la misma curiosidad por las cosas, pero eran
diferentes en la manera de ser. Compartían una inteli-
gencia natural, que les hacía rápidos y eficientes, que les
permitía entender todo a la primera, pero sus maneras de
comportarse eran diferentes. Ella era más reservada de
entrada, observaba y callaba, él era más directo, hablador
y poco observador en un primer momento, era más im-

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

pulsivo. Ella intentaba evitar los errores y trabajaba con


constancia, repasando y perfeccionando todo lo posible,
hasta parecer insegura o necesitada de refuerzos exter-
nos. Él intentaba conseguir los premios lo antes posible y
trabajaba con prisas y precipitación, sin repasar los posi-
bles errores con tal de llegar al final pronto. No se sentía
inseguro ni necesitaba que nadie le reforzara ni le dijera
nada. Eran dos maneras de investigar en el archivador del
abuelo.

La manera de ser de mis nietos se ajusta bastante bien a la


teoría de la sensibilidad al reforzamiento de Gray. La
teoría de la sensibilidad al reforzamiento de Gray es una teoría
biológica de la personalidad que surge como crítica al modelo PEN
de Eysenck, que considera datos de la psicología del aprendizaje,
farmacología y psicofisiología y se basa en los sistemas BIS (de
inhibición conductual), el BAS (de aproximación conductual) y el
CHS (de confrontación-huida). El sistema BIS de inhibición con-
ductual muestra conductas de evitación (ansiedad) activa o pasiva y
responde al castigo, y el sistema BAS de aproximación conductual
muestra conductas de acercamiento e impulsivas para conseguir pre-
mios o reforzamiento positivo. Mi nieta se ajusta al sistema de in-
hibición por su prudencia y rumiación antes de decidir y responder,
y mi nieto se ajusta al sistema de aproximación por su tendencia a
responder para acertar y para ser el primero en acertar.

La curiosidad por el diario secreto del abuelo les había


unido y les hacía complementarios a la fuerza. Si bien sus
diferencias temperamentales les había hecho discutir mu-

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© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

chas veces de pequeños, el desarrollo de sus inteligencias


les habían demostrado que eran almas gemelas, con las
que podrían compartir sus temas de interés, los libros que
leían o sus reflexiones sobre la vida. Con los demás había
una distancia insalvable que impedía la comunicación, y
más desde el momento en que habían trabajado juntos
para encontrar y entender el diario del abuelo. Los demás
familiares les parecían muy lentos y aburridos, tal como
les pasaba a los hermanos Holmes, Mycroft y Sherlock.
Un documento les llamó la atención y se miraron con los
ojos muy abiertos.

La conferencia de James Flynn fue una confirmación de lo que


yo había observado a lo largo de los años trabajados como agen-
te de inteligencia. La inteligencia humana promedio mejoraba con
las generaciones, el potencial cognitivo se incrementaba con la es-
timulación adecuada, pero todo esto no llevaba necesariamente a
una conclusión positiva. Las mejoras no se generalizaban a toda la
población, las mejoras cognitivas no comportaban mejoras morales
o éticas en las personas. Es decir, mejorar el potencial no ha mejo-
rado, en general, la relación entre las personas, la relación entre los
países, y no disponemos de más paz ni seguridad en el mundo, no
tenemos una sociedad más civilizada y coherente, ni más respetuosa
con los débiles.

El abuelo era crítico, muy crítico, con las injusticias


del mundo. No extrañaba su discurso pesimista sobre la
humanidad, sobre las sociedades que crean desigualda-
des, que no cuidan de la educación y seguridad de los

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

menores. No se prodigaba mucho en discursos en las re-


uniones familiares y prefería los grupos pequeños para
conversar sobre estos temas sociales y políticos. Pero, de
tanto en tanto, se soltaba ante comentarios que conside-
raba inapropiados por la falta de respeto hacia las per-
sonas por razón de cultura, religión, sexo, orientación
sexual, etc. Era un defensor de los derechos humanos y
de la igualdad de las personas aunque, curiosamente, la
asignatura que daba en la universidad era «Psicología de
las diferencias individuales».

El efecto Flynn describe el incremento que se ha producido en


la capacidad de razonamiento de las personas durante el siglo XX,
de generación en generación. Entre las causas de este incremento
se consideran varias: un aumento en los años de escolarización con
una formación más científica y menos memorística, la mejora en la
alimentación, la mejora en la salud, que incluye desde la higiene
en general o una alimentación más variada hasta el cuidado de los
bebés y de las madres durante el embarazo, una mayor complejidad
del entorno que demanda más al cerebro. Solo así se entendería
cómo la mayoría de humanos puede ser capaz de conducir un vehí-
culo, a pesar de su complejidad tecnológica. Estas mejoras no solo
se observan en la capacidad intelectual, sino que se puede observar,
de manera similar, en el deporte, en la evolución de las marcas de
los atletas a través de los años. Así, por ejemplo, la nadadora Katie
Ledecky, medalla de oro en las prueba de 400 metros libres en los
Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, superaría la marca de
cualquier nadador del planeta hasta el año 1975. Flynn expone
que un CI de 100 de hace unas décadas supondría en la actualidad

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© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

un CI de 70 puntos (casi deficiencia mental). O que si se midiera


nuestro CI con los baremos de hace décadas supondría un promedio
de 130 (casi superdotación). Y también pone un ejemplo depor-
tivo comparando la mejora de la precisión en el tiro durante todo
el siglo XX. Dichas mejoras deben atribuirse, según Flynn, a unas
mejores armas, más precisas, más ligeras, con ayudas tecnológicas, o
al tipo de entrenamiento recibido, mucho más complejo y completo.

Este tema había salido en alguna reunión familiar.


Comparar el nivel de la dificultad actual del colegio, de
los exámenes, de la cantidad de deberes, con el nivel de
cuando estudiaban los padres o los abuelos. Los mayo-
res siempre decían que antes era más difícil que ahora.
Los jóvenes decían que ahora todo es más complicado.
Los adultos que han estudiado ven, como adultos, muy
sencillo lo que estudian sus hijos. Los hijos observan que
los adultos que no han estudiado se pierden y no pueden
ayudarlos en algunos de los contenidos de sus asignaturas
(sobre todo en matemáticas). Aquí se confunden y mez-
clan varios factores y es difícil llegar a una conclusión ob-
jetiva. Sin embargo, los numerosos cambios en las leyes
educativas y los intentos de disminuir las tasas de fracaso
escolar parecerían indicar que el nivel de dificultad se ha
homogeneizado a la baja, aunque los nietos no estarían
de acuerdo con esto. Una cosa no encajaba en el docu-
mento del abuelo, había faltas de ortografía.

Este desarrollo potencial no se ha dado en todo el planeta, no


se ha dado en todas las personas expuestas a una nueva educación

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

más científica, a más años de escolarización, a una mejor alimen-


tación, a una mejor salud y cuidados sanitarios, a un entorno más
complejo. ¿Por qué? Quizás no todas las personas dispongan de este
potencial, quizás existan límites en el potencial cognitivo (al estilo
del modo en que se entiende el factor general «g» de Spear-
man, que supone que la inteligencia es una aptitud general que
influye en el rendimiento de cualquier test, sea de la naturaleza
que sea), quizás sea por el elevado porcentaje de fracaso escolar en
algunas zonas o contextos, quizás dependa de factores ambientales
como el entorno social y familiar, quizás dependa de variables de
personalidad que predispongan al razonamiento y análisis (intro-
versión), a la constancia y paciencia (estabilidad emocional), o a la
independencia personal y motivación intrínseca (dureza según la de-
nominación más reciente en el modelo PEN de personalidad
de Eysenck). El modelo de personalidad PEN de Eysenck es un
modelo jerárquico, biológico, causal, basado en el diseño experimen-
tal, formado por tres dimensiones básicas de personalidad indepen-
dientes: neuroticismo, extraversión y psicoticismo. Considera que las
diferencias fisiológicas pueden ser las responsables de las diferencias
psicológicas observables.
Después de todos los años que he trabajado en contacto con
personas he llegado a la conclusión de que la característica más
importante, a la hora de diferenciar a las personas, es la inteligen-
cia. Dicho técnicamente, diría que el factor que mayor porcentaje
de variabilidad del comportamiento humano explica es la inte-
ligencia. Aquí me refiero a la variabilidad interindividual
(entre personas), no a la variabilidad intergrupal (entre
grandes grupos como países), ni a la variabilidad intraindi-
vidual (en una misma persona, como los ritmos circadianos). La

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© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

variabilidad del comportamiento hace referencia a las diferencias


observables entre las personas, lo cual implica tanto diversidad
(en grado o intensidad) como similitud implícita. Por ejemplo, la
inteligencia es una variable común a todos los humanos pero se
difiere en el grado en que se muestra. Después, es evidente que los
rasgos de personalidad nos diferencian en las maneras de reaccio-
nar, en la manera de comportarnos, hasta en la manera de en-
fermar. También está la creatividad, la cual hemos explotado en
algunos de mis trabajos como agente secreto. Pero mi experiencia
me dice que la inteligencia me dará el primer dato relevante. No
me estoy refiriendo necesariamente a un valor cuantitativo de la
inteligencia, la medida de una prueba, sino que me estoy refiriendo
también a una capacidad general y a un estado de desarrollo de la
capacidad de razonamiento lógico-deductivo. Recuerdo que cuando
explicaba esto, me decían que estaba mezclando conceptos de la
teoría de Spearman del factor «g» y de la teoría de los estadios
evolutivos de Piaget.

La libreta de anotaciones de los nietos sacaba humo.


Anotaban conceptos y los deberes que tendrían que ha-
cer en casa. El nombre de Piaget les resultaba familiar
y pensaron que deberían preguntar sobre el trabajo que
había hecho en el instituto la madre del nieto. Quizás aún
guardara una copia del trabajo. Sabían que el abuelo había
guardado en su casa las libretas, trabajos y manualidades
de sus hijos, junto con otros recuerdos de sus infancias,
como ropa, dibujos, disfraces o juguetes. También toma-
ron nota de todas las faltas de ortografía, por si fuera un
mensaje en clave.

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

Mi respuesta a la mezcla de teorías era que la teoría de Piaget


debía ser un punto de referencia y, por lo tanto, me refiero al desa-
rrollo sincrónico de la capacidad llamada inteligencia. La teoría
de los estadios evolutivos de Piaget considera que la inteli-
gencia humana madura o se desarrolla pasando por cuatro estadios.
Todas las personas pasan por los tres primeros estadios evolutivos
(sensorial y motriz, preoperacional y estadio de las operaciones con-
cretas), pero no todas las personas alcanzan el cuarto estadio evo-
lutivo (operaciones formales o abstractas), ni el quinto (capacidades
metaanalíticas). Quizás, el concepto biológico de la inteligencia de
Spearman, el factor «g», el concepto de energía mental, de potencial,
se manifieste de manera diferente en los diversos estadios evolutivos
de los que habló Piaget. El potencial sería la energía o disposición
necesaria, y el tipo de razonamiento sería la manera de gestionar
o controlar dicha energía o potencial. Pero lo que a mí siempre
me ha llamado la atención es observar que no todas las personas
adultas muestran los recursos propios del estadio de las operaciones
formales, aquellas que permiten el pensamiento lógico, abstracto,
científico, deductivo. Y esta diferencia interindividual es un primer
factor de conflicto o de desequilibrio entre las personas.
Y si me pedían un ejemplo, lo tenía preparado. Uno muy sen-
cillo lo hemos observado cuando realizamos pruebas a los agentes
secretos en tareas de pensamiento deductivo y generalización de re-
sultados. Los agentes con un pensamiento concreto suelen llegar a
conclusiones de manera precipitada a partir de pocas observaciones,
lo cual genera errores, mientras que los agentes con un pensamien-
to abstracto suelen recoger más datos y extraer unas conclusiones
más precisas y con menos errores. James Flynn, en su conferencia,
ponía ejemplos de pruebas de inteligencia que había administrado

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© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

Alexander Luria a principios del siglo XX. Ante la pregunta ¿qué


tienen en común un cuervo y un pez?, respondían que nada en ab-
soluto, porque se puede comer un pez pero no un cuervo, o porque el
cuervo se puede comer al pez pero el pez no puede comerse al cuervo.
Y su razonamiento concreto podría seguir: uno vuela pero no nada
y el otro nada pero no vuela, uno tiene alas y plumas y el otro aletas
y escamas. Cuando se les proponía que había una categoría común:
que son animales, contestaban que no, que uno es un ave y el otro
es un pez, dos categorías diferentes. Hoy, esto nos puede parecer
muy extremo, pero seguimos encontrando personas que hacen estos
razonamientos.
Ejemplo 1. Un equipo de fútbol ficha un jugador joven, por lo
tanto, no es muy conocido. Si es de una liga o de un país no muy
conocido, todavía peor. El comentario habitual es que no es un buen
jugador. Cuando pido argumentos para saber en qué se basan para
decir que es mal jugador la respuesta puede ser que no lo conoce
nadie (la persona no lo conoce) y que no lo ha oído nombrar nunca
(en los programas que ve). Y si es joven como uno de mis nietos, lo
quiere demostrar buscando sus características en un videojuego de la
temporada anterior (si era joven o era su primer año no habrá datos
introducidos), como si los datos de un videojuego fueran válidos para
los jugadores reales.

El abuelo también entendía de fútbol, pero intentaba


no hablar con nadie. Entendía el fútbol como otro cam-
po de estudio, ya que además de las capacidades atléticas
y técnicas de las personas, era determinante la estrategia
y las respuestas coordinadas de los equipos. La mayoría
de la gente opinaba de manera subjetiva, a partir de ra-

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

zonamientos concretos como un buen o mal resultado o


partido concreto, un recuerdo concreto o una cualidad
concreta. Las personas aficionadas consideran que todo
depende de la elección de los once integrantes del equipo
y de nada más, sin tener en cuenta las múltiples variables
que intervienen en el desarrollo del juego. El abuelo ha-
blaba poco de fútbol, pero cuando hablaba solía enfa-
darse con sus interlocutores porque eran incapaces de
entender la complejidad del juego y hablar de manera
objetiva y razonada.

Ejemplo 2. Un viaje al extranjero. Sin leer nada de la cultura


ni de la ciudad, ni de las características sociales, sin atender en
las visitas a los museos de historia, sin saber nada del idioma ni
hablar con nadie, hay personas que llegan a la conclusión de que
una ciudad es fea, la comida mala y las personas desagradables a
partir de aspectos concretos tales como que para llegar al hotel se
camina pasando por barrios populares o que no se entendieron en
una tienda comprando bocadillos (que no eran los típicos del país).
La experiencia concreta de una persona comportó una valoración
general de un país, de su comida y de sus habitantes (este proceso se
llama sobregeneralización).

También era habitual presenciar discusiones del abue-


lo después de las vacaciones, porque solía indignarse con
los estereotipos sobre países, personas y culturas, sobre
todo cuando alguien sentenciaba y generalizaba a partir
de sus experiencias personales concretas. Decía el abuelo
que todavía está vivo el etnocentrismo, o eurocentrismo,

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del siglo XIX, que afectó a los estudios de la antropología


cultural. Ya tenían la lista de errores ortográficos sospe-
chosos del abuelo.

La revisión de los estudios sobre el crecimiento de la inteligencia,


que expone Flynn en su conferencia, indica que se da en algunas
áreas concretas más que en otras (siguiendo la prueba de inteli-
gencia de Wechsler, escalas de medida diseñadas por D. Wechs-
ler que consideran la inteligencia como un conjunto de capacidades
relacionadas entre sí). El test para adultos (WAIS) consiste en
doce subtests organizados por tipos de tareas (verbales y manipu-
lativas). Las tareas donde se observa un mayor incremento de las
puntuaciones son las de clasificación, de lógica, de abstracción o de
analogías (como las del test de matrices progresivas de Ra-
ven, una prueba de razonamiento general, no influenciada por la
carga de la cultura, de la escolarización, ni por aspectos verbales.
Contiene sesenta ítems de figuras, tramas y colores, de dificultad cre-
ciente que deben encajarse correctamente), es decir, aquellas tareas
que están más directamente relacionadas con las capacidades que
permiten las operaciones formales, lógicas o abstractas.

Los juegos de resolver enigmas eran habituales cuan-


do los pequeños de la casa se reunían con el abuelo. Al-
gunos habían jugado de niños y ahora jugaban los nietos.
También era una prueba selectiva de capacidades cogni-
tivas. El juego consistía en describir una situación final
y conseguir desvelar toda la trama que lleva al final, y
para descubrirla solo se pueden realizar preguntas que se
respondan con un sí o un no. Las personas con un pen-

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

samiento concreto tienen muchas dificultades para esta-


blecer hipótesis alternativas, o para hacer deducciones ló-
gicas a partir de la información anterior, o para imaginar
posibilidades diferentes pero relacionadas con los datos
ya disponibles. Es una compleja tarea de deducción que
pone en juego muchas capacidades intelectuales.

Ejemplo de resolución de enigmas. Una persona está volviendo


de un viaje en tren desde otro país. Cuando pasa por un largo túnel
se suicida. ¿Por qué? Las personas que juegan solo podrán realizar
preguntas que se respondan con un sí o con un no. No se puede
responder ni con palabras ni con ningún tipo de gestos.

Este enigma había sido de los primeros que recorda-


ban haber escuchado del abuelo. Habían tardado mucho
en encontrar las preguntas adecuadas, pero lo habían re-
suelto entre los dos. Otro enigma «iniciático», de menor
dificultad y que también recordaban consistía en resol-
ver qué había pasado tras encontrar una persona colga-
da de una soga, con un charco de agua debajo, en una
habitación cerrada por dentro y sin muebles ni objetos.
También resolvieron el mensaje cifrado de las faltas de
ortografía. Las letras correctas que debían ocupar su po-
sición al colocarlas una detrás de otra formaban la frase
«Seguid al conejo blanco».

46
Capítulo 5

Pensamiento concreto y pensamiento lógico-formal

«Hay tres tipos de inteligencia: la animal (biológica de reflejos),


la humana (biológica de razonamiento lógico) y la militar
(artificial, tecnológica y de control)».

Aldous Huxley

Lo escrito entre paréntesis es mío. La inteligencia ha sido


uno de los campos en que ha sido y es más difícil poner orden. Sin
embargo, desde un punto de vista aplicado, ha permitido trabajar
a los profesionales, ya sea en la investigación básica, como en el
campo escolar, o en el de selección de personas. En la agencia
trabajamos con la inteligencia como capacidad general, como dis-
posición que permite a las personas resolver problemas de manera
rápida y eficiente, independientemente de los estímulos o tareas en
las que trabaje. Así se define el factor «g» de Spearman (fren-
te al factor específico «s», que se refiere a los propios de cada
tarea, a las capacidades específicas, que indican la eficiencia de
mecanismos mentales concretos y específicos, resultado del apren-
dizaje y que reflejan las habilidades), pero esta definición tam-

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

bién se ajustaría al concepto de inteligencia fluida de Cattell


(frente a la inteligencia cristalizada), como disposición de base
psicofisiológica. La teoría de la inteligencia de Cattell es un mo-
delo mixto que integra factores biológicos de potencialidad innata
(factor «g») y factores culturales, motivacionales y emocionales.
El factor «g» se desglosa en una inteligencia para la capacidad
para resolver nuevos problemas (fluida) y una inteligencia para el
rendimiento (cristalizada) que se adquiere bajo la influencia del
medio cultural. O al concepto de inteligencia «A» o natural
de Hebb, la inteligencia natural, también denominada bioló-
gica, que se hereda, se relaciona con las funciones bioquímicas
del sistema nervioso central y es independiente de conocimientos y
habilidades, porque no se aprende (frente a la inteligencia «B» o
cultural), como disposición natural de las personas, que no depen-
de de los aspectos culturales o de aprendizaje.
A partir de la disposición o capacidad natural, las personas
ejercitan y manifiestan en mayor o menor grado su disposición. Es
lo que se denomina «rango de variación potencial», grado
de variación de la inteligencia natural o biológica, es decir, de la
disposición heredada de cada persona, según la estimulación y el
uso, es decir, de los factores ambientales en sentido amplio. Para
determinar la manifestación final de la disposición entran en juego
diversos factores como la estimulación intelectual, la salud general,
la calidad de la alimentación y los conocimientos y experiencias
acumuladas, así como también los rasgos temperamentales y de
personalidad. Así, tener una elevada disposición y no trabajarla
podría implicar una pérdida de la plasticidad de esta disposición
en el desarrollo, mientras que una disposición media podría «esti-
rarse» hasta niveles elevados con la estimulación adecuada.

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© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

Además de las anotaciones científicas, el abuelo tam-


bién escribía en el diario frases célebres de pensadores de
la historia, como la del principio de este capítulo. Tenía
muchas referidas a la vejez, al envejecimiento, como por
ejemplo «El tiempo hace con el cuerpo lo que la estupi-
dez hace con la mente, lo pudre». Pero esto solo se po-
dría referir a la capacidad o disposición natural, biológica,
fisiológica de la inteligencia, al factor «g», a la inteligencia
«A», a la inteligencia fluida, que se deteriora si no se uti-
liza y con el envejecimiento del organismo. Por eso las
curvas de evolución con la edad eran descendentes para
este tipo de inteligencia. Seguir el conejo blanco les llevó
a la película Matrix.

La teoría de los estadios evolutivos de Piaget considera


que la inteligencia humana madura o se desarrolla pasando por
cuatro estadios. Todas las personas pasan por los tres primeros es-
tadios evolutivos (sensorial y motriz, preoperacional y estadio de las
operaciones concretas), pero no todas las personas alcanzan el cuar-
to estadio evolutivo (operaciones formales o abstractas), ni el quinto
(capacidades metaanalíticas). Hay revisiones críticas que hablan de
diferencias entre individuos en el desarrollo de estos tres estadios, ya
que ni los ritmos ni el orden es siempre igual en todas las personas.
Pero no todas las personas demuestran ser capaces de realizar las
operaciones formales o abstractas propias del cuarto estadio evo-
lutivo, aunque el desarrollo del cerebro a la edad (promedio) de
entre los doce años y hasta los quince años permitiría que todas las
personas tuvieran la capacidad potencial para dichas cogniciones
o pensamientos. En algunas revisiones de la teoría de Piaget se

49
© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

habla de un quinto estadio evolutivo, donde se desarrollarían las


capacidades metaanalíticas, de metacognición (pensar sobre los pen-
samientos y monitorización del propio pensamiento), que vendría a
ser la capacidad de integrar todas las capacidades anteriores. Este
estadio podría ser considerado similar o comparable al concepto de
inteligencia exitosa del modelo de inteligencia triárqui-
ca de Robert Sternberg. La teoría triárquica de la inteligencia
de Sternberg considera la inteligencia como una actividad mental
dirigida con el propósito de adaptación, selección o conformación
de entornos. Describe tres subteorías referidas a tres tipos de inte-
ligencia: analítica, creativa y práctica. La inteligencia exitosa es el
resultado de una combinación de las inteligencias analítica, creativa
y práctica, la capacidad de adaptación a diferentes ambientes, de
moldearlos y seleccionarlos y describe la capacidad de lograr pro-
pósitos propios y colectivos encontrando las propias virtudes para
sacarles el máximo provecho posible.

Cuando el abuelo se ponía en plan profesor era di-


fícil de seguir con fluidez la lectura de su diario. Pare-
cía más un profesor universitario que un espía. Pero la
teoría psicológica no desanimaba a los nietos y tampoco
los cogía desprevenidos. Cuando el diario se ponía más
teórico, tenían al lado los modernos dispositivos móviles
que permiten las búsquedas de información inmediata.
Así, podían leer sobre las teorías de las que hablaba el
abuelo y seguir su discurso consultando en internet cual-
quier duda y buscar la relación con la película Matrix que
habían visto varios veranos con el abuelo haciendo co-
mentarios.

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La inteligencia en general, y la inteligencia humana en particu-


lar, se demuestra a través del uso lógico de los símbolos relacionados
con los conceptos abstractos. Esta definición se refiere a la capacidad
de pensamiento abstracto, por lo que parece dar a entender que la
inteligencia es básicamente la capacidad de pensamiento abstracto.
Esta forma de pensamiento incluye suposiciones que no tienen una
relación directa o necesaria con la realidad tangible. Es decir, las
personas serían capaces de razonar de manera hipotética y deducti-
va en el estadio de las operaciones formales según Piaget.
Este pensamiento que implica situaciones hipotéticas son las utili-
zadas en las ciencias, en las matemáticas o en la resolución de pro-
blemas, pasando de la resolución por ensayo y error a la habilidad
para resolver un problema de manera sistemática y lógica.

El abuelo les había puesto ejercicios de matemáticas


para practicar los veranos y no perder sus habilidades con
tanto tiempo de inactividad. No todo el tiempo era de
juego. Aunque los dos aprobaban con buenas notas cada
curso, el abuelo les preparaba fichas para practicar un
poco durante las largas vacaciones de verano. A medida
que se hacían mayores, las fichas se les hacían más pesa-
das, porque eran más complejas. A la nieta le gustaban los
ejercicios de matemáticas, pero no le gustaba leer ni hacer
redacciones. Al nieto no le apetecían las tareas de mate-
máticas ni las lingüísticas. Pero recordaban la insistencia
del abuelo en utilizar un método de trabajo sistemático
y lógico para resolver los problemas de matemáticas de
la ESO y el bachillerato. La mayoría de los errores que
se cometían, por ejemplo en la resolución de ecuaciones,

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

se debían a la falta de método, por saltar algún paso para


acabar antes. Encontraron la caja con los DVD de Ma-
trix. Dentro había una palabra extraña.

No lo digo solo yo. No lo he observado solo yo a lo largo de


mi carrera. La investigación ha demostrado, por ejemplo Arnett
(2013), que no todas las personas, ni en todas los culturas, desarro-
llan las capacidades propias de las operaciones formales. Lo
que no sabría decir es si se puede delimitar el porcentaje de personas
que no llegan a desarrollarlas sobre el total de la población. Sin em-
bargo, estoy convencido de que en algunas culturas no son necesarias
las operaciones formales para vivir de manera sana en comunidad,
para mantener un equilibrio con la naturaleza y sus recursos, para
educar a los menores, para mantener las tradiciones y costumbres
ancestrales que les han permitido la supervivencia (hasta el mo-
mento). Por otro lado, la mayoría de las personas no necesitarían
utilizar las operaciones formales en todos los aspectos ni en todos los
momentos de sus vidas.

«Ubuntu». Buscaron en internet la palabra. En lengua


zulú significa «una persona es una persona a causa de los
demás». El abuelo había explicado varias veces un experi-
mento de antropología donde se proponía un juego a un
grupo de niños de una tribu africana. Había una canasta
llena de frutas cerca de un árbol y se decía a los niños que
quien llegara primero ganaría todas las frutas. Cuando se
dio la señal para que empezara la carrera, todos los niños
se cogieron de las manos y corrieron juntos hacia la cesta.
Cuando llegaron, se sentaron juntos a disfrutar del pre-

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© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

mio. Cuando se les preguntó por qué habían corrido así


si uno solo podía ganar todas las frutas, le respondieron
«UBUNTU, ¿cómo uno de nosotros podría estar feliz si
todos los demás están tristes?». Seguramente, estas comu-
nidades seguían viviendo como lo habían hecho durante
cientos o miles de años, en equilibrio con su entorno, sin
agotarlo, manteniendo vivas las costumbres, comportán-
dose como un grupo, una unidad, sin los efectos del «yo»,
de los «egos» de cada miembro de la comunidad. Segu-
ramente, esto fue lo que permitió a la especie humana
sobrevivir en un entorno difícil, la cohesión del grupo,
del clan, en los desplazamientos para encontrar los recur-
sos necesarios. Estas comunidades son nuestra memoria
como especie, que nos recuerda de dónde partimos. Y
con el pensamiento concreto tuvieron suficiente. Busca-
ron alguna carpeta o archivador con la palabra «Ubuntu».

Pero la vida en la mayoría de las ciudades, la vida que llevamos


hoy en día, se ha alejado de esa vida para la que es suficiente el pen-
samiento concreto y donde, sin el desarrollo de las capacidades del
pensamiento abstracto, aparecen limitaciones, dificultades de rela-
ción, de comprensión de la información y del mundo que nos rodea.
He hecho miles de entrevistas a candidatos para nuestra agencia de
inteligencia y para otros trabajos, hemos hecho pruebas a aspirantes
a agentes secretos y a policías, y hemos podido observar que muchas
de sus dificultades profesionales se relacionaban, en la mayoría de
los casos, con la incapacidad de procesar la información de
manera formal, lógico-abstracta, que dificulta el pensamiento
deductivo o el razonamiento hipotético. Por ejemplo, lo he observado

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

en las dificultades para argumentar una respuesta, por no ser capaz


de entender las necesidades del interlocutor, convirtiendo la motiva-
ción en repeticiones rígidas en forma de órdenes, sin ser capaz de
comprender el otro punto de vista para encontrar la manera de dar
explicaciones convincentes y con autoridad moral.
Seguramente, la necesidad del pensamiento formal se pueda aso-
ciar a la industrialización, a la vida en grandes ciudades, cuando
se abandona el sistema feudal y se fundan las ciudades modernas,
donde aparecen nuevas profesiones que gestionan tecnología, docu-
mentos, propiedades o capitales. La complejidad dificulta vivir solo
con el pensamiento concreto. Si bien las profesiones científicas o
humanistas ya usaban el pensamiento formal, otras profesiones se
convertirán en ciencias y también lo acabarán precisando.

No había carpeta con la etiqueta «Ubuntu», pero los


nietos recordaron haber leído en el instituto el libro El
mundo de Sofía, de Jostein Gaarder (1991), donde se ex-
plicaba la evolución del pensamiento filosófico como un
paso de las explicaciones concretas basadas en las supers-
ticiones y la mitología a las explicaciones basadas en el
uso de la razón. Para ello debían plantearse preguntas
hipotéticas y usar el razonamiento lógico-deductivo para
encontrar respuestas argumentadas y coherentes con la
observación de los fenómenos. En el diario había una
flecha desde la palabra «Ubuntu» hasta la palabra «Lost».

La evolución o transición del pensamiento concreto al pensa-


miento lógico-formal también puede tener su equivalente en la teo-
ría de Maslow de 1943, en su pirámide de las necesidades, donde

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la cobertura de las necesidades humanas empieza por cubrir las


necesidades básicas para la supervivencia, es decir, las fisiológicas.
Después sigue por las necesidades de seguridad y de protección, se-
guidas por las necesidades de afiliación y relación social, interperso-
nal, y tiene en los estratos más elevados las necesidades de recono-
cimiento y de realización personal. Sin embargo, muchas personas
ya son felices cubriendo sus necesidades más básicas y las sociales,
sin plantearse cubrir las necesidades más abstractas, de consciencia
sobre metas, objetivos en la vida, o de autorrealización profesional,
que estaría más relacionada con el «yo». Las sociedades primitivas
permiten cubrir las necesidades hasta los aspectos sociales o grupa-
les, pero no necesitan cubrir aspectos individuales, mientras que las
sociedades modernas dan importancia a los aspectos individuales
de realización personal, consecución de metas y objetivos o de éxito
profesional.

El abuelo les había contado cuentos e historias de


otras culturas y ahora recordaban una historia de Buda:
«Un día, un monje le preguntó a Buda si podía dar res-
puestas claras a las cuestiones fundamentales sobre el
mundo y las personas. Buda le contestó con un ejemplo:
un hombre herido por una flecha venenosa no tiene nin-
gún tipo de interés teórico por saber de qué material está
hecha la flecha, ni por el tipo de veneno que lleva ni de
dónde procede». Ellos, por suerte, no estaban heridos, y
su interés se dirigió a un libro titulado Lost.

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Capítulo 6

Vivir en lo concreto o en lo abstracto

«–Murió porque se tropezó con una alfombra y se golpeó en la


cabeza. Alguien lo envenenó.

–¿Existen venenos que, si se los das a la gente,


los hacen tropezar y caer?, es de no creer».

Marco Malvaldi, El juego de las 3 cartas

A unque en un primer momento parece lógico considerar las


limitaciones del pensamiento concreto y las ventajas del pensamiento
formal o abstracto, creo que no debe verse de manera dicotómica,
ya que hay que considerar otra dimensión más: el contexto donde
se mueve la persona. Así, he considerado una dimensión el tipo
de pensamiento o de razonamiento, dimensión que iría desde el
razonamiento concreto al razonamiento lógico-formal o
abstracto. Y la otra dimensión sería el contexto o el entorno, que
iría desde la comunidad primitiva o la rural hasta la comunidad
urbana o tecnológica. En ambos entornos encontraremos ventajas e
inconvenientes a los dos tipos de razonamientos.

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He intentado hacer un esquema para presentar una selección


de posibles aspectos positivos (facilidades y/o ventajas) y de po-
sibles aspectos negativos (dificultades y/o desventajas) para cada
tipo de pensamiento según el contexto donde esté la persona.
Para el pensamiento concreto (el estadio de las operacio-
nes concretas se adquiere entre los siete y los once años de edad
y se caracteriza por el desvanecimiento del egocentrismo; se ad-
quieren nuevas perspectivas sobre los hechos, y la comprensión y
aplicación de operaciones lógicas se centran en el presente y en el
lugar actual):

Facilidades y/o ventajas Dificultades y/o desventajas

Saber qué hacer/decir en cada Con menos contenido profundo


situación vital. sobre la vida.

Todo está pautado por la tradición, Se siguen tradiciones desfasadas


costumbres, historia, familia, y se como el maltrato animal, la edu-
repite de manera natural. cación femenina o la sensibilidad/
apertura con los/as niños/as.

Menor ansiedad y menor indefen- Decisiones basadas en tradiciones,


sión o inseguridad ante situaciones religión u otras personas, no perso-
vitales. nales, no conscientes.

Aceptación de los hechos y los Explicación de los hechos por


eventos vitales como muertes, acci- supersticiones o creencias mágicas,
dentes, catástrofes o enfermedades. sean religiosas o de otros tipos.

Mayor resistencia al dolor y dificul- Dificultades para aceptar conoci-


tades de salud, resignación o méto- mientos médicos, pautas de salud,
dos tradicionales. higiene, alimentación...

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Facilidades y/o ventajas Dificultades y/o desventajas

Teorías explicativas ligadas a la na- Pero las teorías simples no explican


turaleza, de los fenómenos cíclicos todos los hechos, como los impre-
que se repiten. vistos.

Las cosas funcionan por repetición ¿Qué se hace si algo no funciona


y rutina. ahora? Resistencia al cambio e
Funcionan puesto que siempre se innovación.
han hecho así y no hay por qué Cuesta aceptar las novedades o
cambiar. adaptaciones.

Se habla claro, directo, concreto, La sinceridad puede generar con-


lo que se piensa, con sinceridad y flictos que no se resuelven por falta
honestidad. de flexibilidad o cambio.

Se siguen ciclos para predecir o Las variaciones del ciclo comportan


planificar. Por ejemplo, los ciclos de dificultades para adaptarse y reac-
la naturaleza. cionar.

Se siguen las celebraciones de ma- Muchas celebraciones están marca-


nera natural, espontánea, primaria, das por las costumbres religiosas o
divertida. ancestrales.

Sentido de comunidad colectiva. Se No se desarrolla el yo, ni la identi-


piensa de manera egocéntrica, pero dad personal tanto, porque se pien-
colectiva. sa en el grupo.

Se sigue un criterio práctico en las Menor libertad personal en la vida,


decisiones, sin valoraciones emoci- porque prima lo práctico sobre lo
onales o morales. emocional.

Para el pensamiento formal (el estadio de las operaciones


formales se adquiere a partir de los doce años y hasta la edad
adulta. Permite el pensamiento lógico, científico, de forma abstracta,

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la resolución de problemas hipotéticos no ligados al presente y la


reflexión sobre diversas posibilidades):

Aspectos positivos Aspectos negativos


Permite explicaciones más generales, Perderse en la complejidad sin llegar
amplias, generalizables y objetivas de a comprender las cosas más cercanas
las cosas. o sencillas.
Amplía el campo de explicaciones
dadas.
Permite la reflexión, el análisis, la Un excesivo análisis puede paralizar
filosofía y el desarrollo de las ideas. la acción, o se puede pensar sobre
cosas no importantes.
Facilita la creatividad humana, la Se pueden usar los inventos y la
innovación, las mejoras técnicas y tecnología para perjudicar a otras
tecnológicas. personas, para el dominio.
Resuelve dificultades técnicas.
Se desarrolla la cultura y las artes en También se desarrollan sistemas para
todas sus manifestaciones. engañar a partir de las habilidades
artísticas.
Permite sistemas más eficientes, en la Permite crear información o imáge-
gestión de la información, imágenes, nes artificiales que se confunden con
etc. lo real.
Permite el altruismo y buscar solu- Puede generar incomunicación entre
ciones a los problemas de las demás las personas que no se entienden en
personas. lo abstracto.
Permite el pensamiento científico, Permite el control a través de la
la predicción, la curación, la preven- ciencia, del miedo, de las enferme-
ción, la explicación… dades, por el prestigio implícito de la
ciencia...
Permite la creación de sistemas Permite sistemas para engañar al
democráticos en abstracto, sobre el sistema, si se dominan los códigos
papel. del sistema.

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Aspectos positivos Aspectos negativos


Permite un desarrollo del lenguaje Permite usar la información para
más profundo y elaborado. confundir o para controlar.

Considero que el pensamiento concreto comporta limitacio-


nes en la comprensión de algunos avances, en las conclusiones que
se extraen de los datos previos, en la objetividad de las valoraciones
de hechos y/o de personas, que puede comportar crisis, conflictos o
enfrentamientos evitables. El pensamiento concreto es el que defen-
dería hacer las cosas de una manera porque siempre se han hecho
así, porque los padres ya lo hacían así, porque no entienden que
pueda haber una manera mejor de hacerlas. El pensamiento con-
creto puede llegar a conclusiones equivocadas porque generaliza a
partir de la experiencia personal. Se puede considerar un alimento
como perjudicial porque una vez que lo probó le sentó mal. Pue-
de considerar a un grupo como despreciable por una experiencia
desagradable con una única persona en una única ocasión. Las
personas con pensamiento concreto serían fáciles de engañar porque
decidirán desde su presente tangible, sin tener en cuenta elementos de
previsión futura y los factores que pueden hacer modificar los datos
presentes a medio o largo plazo. El pensamiento concreto no facilita
la comprensión lectora de un documento escrito, ni la comprensión
completa del contenido de una conversación en su contexto.

Había una cosa que molestaba mucho al abuelo: las


discusiones absurdas sobre temas absurdos. Sobre todo
en las reuniones familiares. La mayoría de las discusiones
provenían de las limitaciones del pensamiento concre-
to, ya que dos experiencias personales contrarias nunca

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

llegarían a un punto de acuerdo, de consenso, sino que


llevaban a discusiones y acusaciones mutuas. Intentar ra-
zonar con lógica sobre una conclusión precipitada so-
bre un hecho concreto solía acabar con una acusación
de considerar mentirosa a la persona que lo había expli-
cado. Además, ante un dato claramente probabilístico, el
abuelo podía comentar que podría ser (según una serie
de factores o variables), mientras que quien solo conocía
su caso personal solía afirmar con total rotundidad: «¡Es
que es así!».

Yendo en metro, escuché una conversación en la que alguien decía


que en la Antártida nadie cogía gripes porque los virus y bacterias
no pueden sobrevivir en este clima con temperaturas más bajas. Sin
embargo, su interlocutor respondía que no había gripes porque en la
Antártida no había personas (en un claro ejemplo de pensamiento
concreto).
He encontrado ejemplos de las diferentes maneras de hacer las
cosas, y de ejercer las profesiones, según se siga el procesamiento
concreto o el procesamiento lógico-formal.

- En una exploración médica, el razonamiento concreto conlleva


atender a los síntomas actuales y presentes, sin intentar entenderlos
de manera integrada en el historial de la persona o desde el punto de
vista de las posibles hipótesis causales que expliquen los síntomas,
que sería un razonamiento de un pensamiento formal. Por ejemplo,
la inflamación de una articulación, de manera concreta, repetida,
sin explorar posibles causas hipotéticas, que podría resolver de ma-
nera definitiva posteriores y continuas inflamaciones.

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- En una investigación policial de un delito, en la fase de re-


cogida de la información, un agente que siga un razonamiento o
pensamiento concreto se quedará con los datos básicos, con las apa-
riencias, con la explicación más sencilla, sin hacer un análisis lógico,
de la coherencia de los datos, de posibles hipótesis alternativas, de
factores relacionados con los hechos actuales, que sería el razona-
miento de un pensamiento formal. Por ejemplo, tras una pelea con
lesiones, en ambas partes, atender solo a la gravedad de las lesiones
y denunciar a las partes sin explorar motivos o hipótesis causales
de la pelea, que podrían permitir descubrir otros delitos asociados,
como un hurto, o un delito de receptación, es decir, la venta de un
objeto previamente sustraído. Por ejemplo, si una de las partes reco-
noce como suyo el móvil en manos de otra persona, mientras pasea,
es probable que se inicie una discusión que puede llegar a más.

- En la educación de las personas, el pensamiento concreto se


centraría en los conocimientos que se estipulan para cada curso (las
técnicas más tradicionales de memorización o de repetición, centra-
das en los resultados concretos), mientras que el pensamiento formal
se centraría en encontrar la manera de conseguir los resultados,
probando sistemas nuevos y estableciendo hipótesis de trabajo. Por
ejemplo, enseñar a través del juego, tal como propone Ross Flatt,
enseñar a través del amor a la lectura y la poesía, como propone
el profesor de la película Carpe Diem, o a través de la lectura de
los adultos a los niños para despertar el interés por los libros, como
propone Daniel Pennac en su libro Como una novela. También se
podría citar el método socrático, que se explica en el libro El mundo
de Sofía, donde, a partir de la formulación de preguntas, se aprende
a pensar, razonar y argumentar buscando las respuestas.

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

Ahora se daban cuenta de que la vida cotidiana está


llena de ejemplos del conflicto entre el pensamiento
concreto y el pensamiento formal. Ellos habían presen-
ciado muchos, en presencia del abuelo y sin su presen-
cia también. El libro de la película Lost tenía un código:
4815162342.

No solo las personas pueden vivir en lo concreto o en lo abstracto,


sino que la ciencia también ha evolucionado desde las explicaciones
más concretas y materiales (que hablaban de cuatro elementos de la
tradición griega: agua, tierra, fuego y aire; o de la teoría hipo-
crática de los humores, antecedente de un modelo biológico, que
habla de caracteres (personalidad) y lo explica sobre la base de cuatro
humores corporales: bilis, bilis negra, flema y sangre) hasta las ex-
plicaciones complejas de sistemas y modelos de predicción. Las teorías
también pueden centrarse en estudiar solo los aspectos concretos y más
fácilmente aislables, o pueden centrarse en estudiar aspectos más com-
plejos, abstractos, hipotéticos o de predicciones probabilísticas.

Los nietos recordaban el brillo de los ojos del abuelo


cuando les proponía apostar, cuando jugaban a adivinar
cosas. Lo habían recordado al leer el término «prediccio-
nes probabilísticas». El abuelo tenía una libreta pequeña
donde anotaba sus predicciones, cansado de decir cosas
que luego nadie le reconocía haber predicho. Así, empe-
zó a anotar sus predicciones en la libreta, junto a la fecha
en que se hacía y la firma de los testigos. No era magia,
no era intuición, sino que el abuelo conocía las variables y
factores que estaban en juego y esto le permitía anticipar

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© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

algunos resultados. Había diversos campos donde habían


destacado sus modelos predictivos. Uno de ellos eran las
investigaciones policiales de casos que aparecían en los
medios de comunicación, donde sus previsiones y perfi-
les solían ser muy acertados.

Podría dividir las teorías terapéuticas según se centran en aspec-


tos concretos o abstractos. Así, las terapias conductuales o conduc-
tistas clásicas, las cognitivo-conductuales, la terapia estratégica breve
o la terapia sistémica estratégica se centrarían en factores concretos,
mientras que se podrían considerar abstractas las terapias psicodi-
námicas, las fenomenológicas y humanistas o las gestálticas, centra-
das en aspectos abstractos, de mayor profundidad o menos concretos.
Siguiendo esta línea, se podría considerar la relajación corporal
como una técnica centrada en aspectos concretos, en aprender a re-
lajar determinados grupos musculares, mientras que se podría con-
siderar la meditación y el mindfulness como una técnica centrada en
aspectos más abstractos.

El diario del abuelo tenía algunas anotaciones al margen


y otras anotaciones tenían un recuadro medio tachado. El
texto anterior y el siguiente estaban medio borrados, como
si no estuviera del todo convencido o satisfecho de lo que
había escrito. No había indicaciones complementarias para
saber por qué estaban así. El siguiente párrafo también es-
taba marcado.

Los mecanismos de defensa o estrategias de afrontamiento tam-


bién podrían dividirse en dos grupos, los que considero concretos y

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

los que considero más abstractos o complejos. Entre los que conside-
ro concretos están la negación, la represión o la regresión, mientras
que considero abstractos la sublimación, la racionalización o la in-
telectualización.
Las teorías de la inteligencia y las teorías de la personalidad
existentes suelen dividirse en dos grupos, las denominadas descrip-
tivas (o léxico-descriptivas) y las denominadas explicativas
(o biológico-causales). Los primeros solo pretenden describir
y clasificar las personas sobre la base de unos rasgos de personali-
dad (centrándose en aspectos concretos), mientras que los segundos
pretenden describir y explicar las diferencias individuales a partir
de mecanismos biológicos (centrándose en aspectos abstractos expli-
cativos). Así, se podrían considerar teorías descriptivas las teorías
centradas en los aspectos concretos, es decir, la descripción de los fe-
nómenos, la denominación de los factores (capacidades intelectuales
o rasgos de personalidad), sin pretensiones causales ni explicativas.
Estas teorías describen las características humanas a partir de una
serie de indicadores (verbales, observacionales o de pruebas), pero
no pueden explicar por qué las personas muestran diferencias indi-
viduales en dichas características, ni pueden hacer predicciones. En
este grupo se encontrarían, por ejemplo, el modelo PMA de la
inteligencia de Thurstone, de aptitudes mentales prima-
rias (modelo factorial no jerárquico compuesto por siete aptitudes
mentales primarias: comprensión verbal, fluidez, razonamiento,
cálculo numérico, memoria, razonamiento espacial y rapidez per-
ceptiva, que se ejercitan según las exigencias del ambiente). O el
modelo de inteligencias múltiples de Gardner (concepción
multifactorial no jerárquica que considera que hay tantas inteligen-
cias como situaciones o exigencias ambientales. Cada una opera de

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forma separada, con sus operaciones básicas de funcionamiento y


sus símbolos), o el modelo 16PF de Cattell de la personali-
dad (modelo jerárquico factorial, léxico y descriptivo que propone
dieciséis factores primarios relacionados entre sí, que considera que
pueden extraerse del lenguaje común. También hay cinco factores de
segundo orden, en su última versión (16PF-5) relacionados con los
cinco factores del modelo de McCrae y Costa), o el modelo Big
Five de McCrae y Costa, modelo léxico de la personalidad que
intenta dar réplica al modelo 16PF de Cattell con cinco grandes
rasgos replicables en diferentes idiomas: extraversión, neuroticismo,
apertura a la experiencia, responsabilidad (consciencia) y agrada-
bilidad (cordialidad).
Y se podrían considerar teorías explicativas las teorías centradas
en aspectos abstractos, es decir, en los factores causales que tanto
describen y denominan como predicen y explican las diferencias in-
dividuales observadas en las características estudiadas. En este gru-
po de encontrarían, por ejemplo, las teorías psicofisiológicas de la in-
teligencia que se iniciaron con la teoría del factor «g» de Spearman,
o el modelo PEN de la personalidad propuesto por H. J.
Eysenck y las líneas que ha generado, desde el modelo de perso-
nalidad de Gray o el modelo de búsqueda de sensaciones
de Zuckermann, una dimensión del modelo de Cloninger que
se define como la tendencia a responder intensamente a estímulos
nuevos o señales de recompensa como eliminar el castigo o el dolor.
Se basa en un bajo nivel de dopamina, hasta el nuevo modelo de
personalidad EPP de Eysenck (Eysenck Personality Profiler)
donde los factores siguen siendo tres: extraversión, neuroticismo y
la dureza emocional en sustitución del psicoticismo, que ha sufrido
diversas revisiones psicométricas y conceptuales.

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Hace tiempo empecé a anotar, en una libreta que me regaló la


Universitat Oberta de Catalunya, ejemplos donde el pensamiento
concreto y el abstracto no se entienden, no se comunican o, directa-
mente, chocan. Por ejemplo, en las relaciones entre padres e hijos,
abuelos y nietos, los mayores suelen centrarse en lo concreto y las
necesidades básicas:
–¿Diga?
–Soy yo, ¿cómo estás?, ¿has leído la noticia que te envié?
–Tirando, ¿habéis comido ya?, ¿has comprado la comida del fin
de semana?
–Sí, no te preocupes, está todo controlado. ¿Pero la has leído?
–Y el niño, ¿ha comido verdura y fruta? Puedes prepararle una
ensalada que...

Los nietos recordaron un ejemplo que encajaría. Re-


cordaban una conversación con la abuela. Decía que si
hacía la compra en un mercado en vez de otro, se aho-
rraba 10 euros y lo tradujo a dos pollos. O sea, conta-
ba los euros en pollos que podía comprar, en su cálculo
«concreto». O cuando se quejaba de que el café estaba
frío cuando salía humo y no se podía coger el vaso. Si
le decían que la temperatura es objetiva y se mide con
un termómetro, ella les contestaba: «¿Vosotros me vais
a decir a mí si está caliente o no, o cómo me tengo que
tomar el café?».

Las primeras palabras que intercambian dos personas que aca-


ban de conocerse creo que permitirían detectar (con algún margen
de error, claro) el tipo de razonamiento y pensamiento dominante.

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Así, si una persona habla de sí misma constantemente, de sus afi-


ciones, de sus creencias, de su opinión, de sus cosas, de su familia,
de situaciones específicas, de anécdotas, casi sin interesarse por la
opinión de la otra, casi sin dejarle hablar, seguramente estará en el
estadio de las operaciones concretas. Mientras que si una persona
habla de manera genérica, valorando diversas maneras de ver un
determinado problema, sobre aspectos no todos personales sino del
entorno o de situaciones diversas, seguramente estará en el estadio
de las operaciones formales o abstractas.
Los chistes que hacen gracia a las personas también son dife-
rentes, según se procesen de una manera o de otra. Los chistes que
hacen gracia a quienes usan el pensamiento concreto son los visuales,
que suponen una imagen graciosa, absurda, explícita aunque pueda
ser desagradable, mientras que los chistes de doble sentido, de juegos
de palabras o surrealistas no suelen parecerles graciosos, mientras
que sí lo suelen parecer a las personas con pensamiento formal.

Los nietos recordaban haber acompañado un día al


abuelo a un laboratorio de la universidad donde hacían
pruebas a personas mayores voluntarias, para un estudio
sobre los tiempos de reacción según la edad. A la hora de
explicar las instrucciones se usaban metáforas para hacer
la prueba más cercana a la realidad (validez ecológica).
Así, decía que se desplazaba una figura como si fuera un
vehículo y tenían que calcular cuándo creían que llegaría
a un punto tras pasar una zona oculta y pulsar un botón.
Muchas personas esperaban ver la figura y tenían muchos
problemas para entender que debían calcularlo como si
fuera visible, pero que no lo sería. Cuando lo entendían,

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

protestaban diciendo que la prueba era absurda y no le


veían el sentido si no podían verlo antes de decidir pulsar
el botón. Recordaron que el laboratorio del abuelo tenía
los cajones numerados, no con etiquetas.

Muchas supersticiones nacen y se alimentan gracias al pensa-


miento concreto, a la imposibilidad de analizar los hechos a través
del razonamiento lógico-deductivo, hipotético o formal. Cuando se
asocian dos eventos, aunque estos no tengan una relación lógica ni
temporal, el razonamiento concreto lo fija como real y probado y no
hay manera de rebatirlo mediante la lógica. Además de las supers-
ticiones, también se generan estereotipos y otras creencias erróneas
que han llevado a la humanidad a guerras (por múltiples motivos)
y a desastres como los que genera el racismo.
El pensamiento concreto no parece capacitado para analizar
los eventos complejos, ya que tenderán a simplificar el número de
factores implicados, a ver solo una parte del problema, a introducir
asociaciones mágicas o supersticiosas, o a buscar una explicación
egocéntrica, es decir, centrada en su punto de vista concreto y parti-
cular. Por ejemplo, para explicar un resultado deportivo, se usaría
siempre el mismo razonamiento: «Si todos suben, no se queda nadie
a defender», sin tener en cuenta que un resultado depende de múl-
tiples variables y fases del mismo partido donde estas variables son
diferentes.
En las relaciones personales también hay diferencias entre las
emociones procesadas por un pensamiento concreto y un pensamien-
to formal. Si se centra en lo concreto, la simplicidad puede ir de la
entrega total al desengaño más grande, del amor al odio, del estar
muy bien al estar muy mal, a entender las cosas de manera dicotó-

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mica, es decir, a exigir todo porque, si no, no se está al cien por cien
con la persona. Se puede enfadar o desengañar con facilidad una
persona que base sus sentimientos en un razonamiento concreto y
simple. Por otro lado, se espera que las personas con razonamiento
formal, abstracto, sean capaces de valorar de manera más compleja,
de entender el punto de vista de la otra persona, de entender reaccio-
nes, emociones, sentimientos y maneras de pensar diferentes.
El pensamiento concreto también tiene el riesgo de generar pri-
meras impresiones de las personas que serán difíciles de modificar,
de la misma manera que se generan los pensamientos supersticiosos.
Las reacciones emocionales concretas también determinan primeras
impresiones cognitivas. Las teorías de las primeras impresiones en-
cajarían más fácilmente en el estadio de las operaciones concretas,
mientras que el pensamiento formal debería permitir una visión
más amplia, poliédrica de las personas, que se aleja de las simpli-
ficaciones y de las primeras impresiones. También permite convivir
mejor con la disonancia cognitiva, ya que permite entender que una
persona puede ser comprendida desde diferentes puntos de vista, en
diferentes contextos o situaciones, en diferentes momentos tempora-
les, etc.

Cuando volvieran al despacho del abuelo, buscarían


los cajones número 4, 8, 15, 16, 23 y 42.

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Capítulo 7

Paleopsicología

«La percepción directa de los orígenes de cualquier cosa se


halla suprimida a nuestros ojos por la interposición
de una masa suficiente de pasado».

Pierre Teilhard de Chadin

Durante algunos años estuve haciendo investigaciones re-


lacionadas con la evolución de la especie humana. Siempre he
considerado que las capacidades intelectuales y características que
manifestamos hoy en día son aquellas que, desde un punto de
vista evolutivo diacrónico, fueron imprescindibles para la espe-
cie, para la supervivencia del homo sapiens. Evidentemente, el
desarrollo del cerebro, del córtex cerebral, con la evolución de las
especies homo permitieron el desarrollo del pensamiento formal,
abstracto y lógico. Se han encontrado algunos indicadores en los
primeros enterramientos, anteriores al homo sapiens, o también
en algunos símbolos, tanto en señales dibujadas como en objetos
que representan cosas.

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Cajón número 4. El abuelo siempre había soñado con


ser arqueólogo, no como el protagonista de unas pelícu-
las que les hacía ver de un tal Indiana Jones, sino investi-
gando los hallazgos en excavaciones, con el fin de extraer
información (como un detective) a partir de las pruebas,
indicios e hipótesis de trabajo. El abuelo siempre decía
que el comportamiento no deja huellas en forma de fó-
siles y eso hace casi imposible su estudio. Solo se puede
disponer de los productos humanos, de los utensilios de
sílex, de hueso, de las pinturas rupestres o parietales, o de
los restos de cráneos con los dibujos de las circunvalacio-
nes. Poca cosa para llegar a conclusiones, pero algo para
plantear hipótesis de trabajo.

Se me ocurre una reflexión en clave paleoantropológica. ¿Cómo


debió de ser la vida de una persona con capacidad para el pen-
samiento lógico-formal en una comunidad de personas con pensa-
miento concreto?, ¿cómo podía explicar sus observaciones hipotéti-
co-deductivas cuando entraban en contradicción con tradiciones o
creencias ancestrales? Si conocemos las historias de personas que
fueron condenadas a muerte más recientemente por sus descubri-
mientos científicos, como Sócrates, Galileo Galilei o Miguel Servet,
en la prehistoria seguramente fueran igual o más incomprendidas
y/o maltratadas por la comunidad. Quizás esas personas con capa-
cidad para razonar deductivamente fueran consideradas con poderes
sobrenaturales al ser capaces de predecir fenómenos naturales, de
entender las propiedades curativas de las plantas, fruto de su ca-
pacidad de observación, de deducción lógica, o de planteamiento de
hipótesis que permitiera resultados predecibles.

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Desde el mito de la caverna de Platón, ya se había escrito sobre


la incomprensión de quien ve el mundo de una manera más amplia.
Platón imagina que una de las personas que vive en la cueva y
solo puede ver el mundo a través de las sombras se libera y sale al
exterior de la cueva. Fuera, puede contemplar el mundo tal como es,
sin sombras, en color, con todas sus características. Cuando decide
volver al interior de la cueva para explicarlo a quienes no podían
salir, le trataron de mentiroso y, al final, le mataron.

El diario del abuelo tenía anotaciones que hacían refe-


rencia a otros escritos. Llegados a este punto, citaba una
libreta con investigaciones de lo que llamaba «paleopsi-
cología». Había un dibujo lleno de manos pintadas sobre
una pared en lo que parecía una cueva. Uno de sus nietos
vio a su madre cuando era una niña en una de las foto-
grafías en el parque arqueológico de Atapuerca. El cajón
número 8 contenía huesos humanos y piedras de sílex.

Considero que el desarrollo de la inteligencia, aunque solo lle-


gara al estadio de las operaciones concretas, permitió a las personas
aprender lo necesario para la vida en la prehistoria, en condicio-
nes ambientales difíciles. Permitió repetir aquello que funcionaba,
aprender a usar las herramientas conocidas, y entender el mundo
complejo que les rodeaba a partir de creencias, mitologías y/o su-
persticiones. El desarrollo del cerebro permitió la evolución de la
capacidad que hoy llamamos inteligencia en términos generales.
Dado que las capacidades creativas y el pensamiento abstracto
debieron de ser excepcionales, aquellas comunidades que tuvieran
una persona con estos rasgos se pudieron haber beneficiado de sus

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inventos, descubrimientos o mejoras. Alguien tuvo que pensar en


algún momento en las piedras de sílex como herramientas para
cortar, agujerear o pulir. Alguien tuvo que descubrir y asociar de
manera lógica que determinadas plantas comportaban enfermeda-
des y que otras tenían propiedades curativas. O estableció un mapa
mental con las zonas en las que en cada estación o temporada en-
contrarían más alimentos o más caza. Alguien tuvo que adaptar y
mejorar la manera de confeccionar vestimentas para las temporadas
frías o tuvo la idea de unir una piedra que corta a un mango para
facilitar su uso. La comunidad que tuviera una persona con estas
capacidades tuvo una ventaja para subsistir y sobrevivir.
Si hablamos de los rasgos de personalidad, también considero
que si han llegado hasta las personas en la actualidad es porque
tuvieron una utilidad evolutiva. El primero que aparece en todos
los modelos de personalidad es el denominado «neuroticismo»,
«ansiedad» o «inestabilidad emocional», según hablemos del modelo
PEN de Eysecnck, del 16PF de Cattell o del Big Five de McCrae
y Costa. Se observa en muchas especies de mamíferos que son presas
de depredadores; hay algunos individuos de la manada que perciben
el peligro antes que los demás, a partir del olfato, del oído, de la
percepción de algún movimiento, o de otra manera. Su reacción es
la que alerta a los demás individuos y les hace huir a tiempo y por
lo tanto sería relevante para la supervivencia. El neuroticismo o
inestabilidad emocional se caracteriza por reaccionar a estímulos de
manera negativa, la ansiedad, preocupación, timidez, irracionali-
dad o negatividad.
Otro de los rasgos de personalidad que aparece en la mayoría
de los modelos es la denominada «extraversión» (con «a» en el
modelo de Eysenck), «extroversión» (con «o» en otros modelos). Si

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observamos los factores primarios que componen la extraversión: la


actividad, la curiosidad, la expresividad o la sociabilidad, parece
claro que son rasgos adaptativos y beneficiosos para una especie
que necesita vivir en clanes o comunidades para sobrevivir en un
ambiente duro y en competencia con depredadores más preparados
físicamente (con garras, colmillos largos o fuerza física). La ex-
traversión se caracteriza por la preferencia de estimulación social,
actividad, sociabilidad, curiosidad, vitalidad, dominancia o por ser
aventureros. Estos rasgos son adaptativos en una especie que nece-
sita vivir en clanes para sobrevivir.
El rasgo de personalidad denominado «dureza» (antes «psi-
coticismo» en el modelo de Eysenck), o «agradabilidad» en el polo
opuesto de la dimensión en el modelo de McCrae y Costa, también
debió de tener una utilidad evolutiva. Este rasgo se relaciona con la
creatividad, la impulsividad o la indiferencia por las opiniones de
los demás (en el polo de la dureza) y se relaciona con la sensibilidad
y empatía (en el polo de la agradabilidad). En ambos extremos
de la dimensión pudo ser útil a la especie. En el primer polo, para
innovar, para tomar decisiones rápidas, para crear en contra de
lo habitual o tradicional. En el segundo polo, para ponerse en el
lugar de los demás, lo cual favorecía la cohesión grupal y el espíritu
colectivo de la comunidad que protege y ayuda a sus miembros. El
psicoticismo o dureza emocional se caracteriza por ser inconmovible,
impersonal, no empático, egocéntrico impulsivo, antisocial o por la
frialdad emocional.

77
Capítulo 8

El detective más famoso del mundo

«Si en el primer acto tienes una pistola colgada en la pared,


Entonces en el siguiente acto será disparada».

Principio de Chéjov (1904)

Incluso la historia de la novela policíaca se puede entender desde


la evolución del pensamiento concreto al pensamiento lógico-formal.
Igual que en la ciencia, el siglo XIX supuso muchos cambios en la
manera de pensar que afectaron también a la literatura. Se consi-
dera como relato fundacional de un nuevo género literario el relato
«Los asesinatos de la calle Morgue», de Edgar Allan Poe (1841),
aunque este mismo autor consideraba que había relatos anteriores
de autores como Honoré de Balzac o de Nathaniel Hawthorne que
ya se podrían considerar del mismo estilo. Los relatos de Balzac y
de Hawthorne tienen en común que el delito se analiza desde lo con-
creto, desde lo absurdo. Por ejemplo, en el relato de Balzac «Maese
Cornélius», parece absurdo que la justicia creyera que todos los
aprendices robaran al prestamista real el primer día de aprendizaje
y que los colgaran en la horca sin más análisis ni investigación.

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En el relato «La tragedia del señor Higginbothan» (1837), de


Hawthorne, uno de los sospechosos de un crimen dice que el asesino
«fue un irlandés quien lo ahorcó anoche a las ocho. ¡Yo me puse en
camino a las siete! Su familia no lo habrá encontrado aún en el
huerto». Miente de una manera inocente y concreta que lo señala
como sospechoso. A partir de Poe la resolución de los casos implica
la deducción lógica hasta llegar a una solución, un razonamiento
propio del pensamiento formal. Y así se llega a Arthur Conan
Doyle, con su detective Sherlock Holmes, que aplica todos los ra-
zonamientos del pensamiento lógico-formal y científico para resolver
hasta los casos más complejos.

Cajón número 15. El abuelo utilizaba las historias de


la literatura como ejemplos. Aunque muchas veces le de-
cían que no eran casos reales, el abuelo insistía en que
si eran coherentes y aplicables a la vida real, debían ser
creíbles. De entre los libros que poblaban su biblioteca,
muchos eran novelas de espías, de detectives, de novela
negra. Sus nietos encontraron la hoja en la biblioteca del
abuelo con el recuento de sus libros donde se indicaba
que tenía miles. En una estantería destacada de las demás
se encontraban todas las novelas de detectives y espías.

Sherlock Holmes se puede considerar el detective más famoso


del mundo, porque lo conocen hasta las personas que nunca han
leído ninguno de sus casos. La capacidad que le hacía ser resoluti-
vo era la observación y la deducción a partir de la lógica científica,
eliminando alternativas no posibles. Es decir, demostrando las
capacidades de razonamiento propias del estadio evolutivo formal

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de Piaget. Además, disponía de muchos conocimientos, teóricos


y empíricos, sobre aquellas materias que le permitirían resolver
casos como detective consultor, tal como se hacía llamar él. Una de
sus frases más famosas (representativa del razonamiento lógico-
formal abstracto) era que «una vez se descarta lo imposible, lo que
queda es la verdad por improbable que parezca». También dejó
dicho que «cuando eliminas toda solución lógica a un problema,
lo ilógico, aunque imposible, es invariablemente cierto». En algu-
na otra ocasión, su razonamiento parecía criticar el pensamiento
concreto cuando decía que «nada resulta más engañoso que un
hecho evidente».

Si había alguien a quien adoraba el abuelo, ese era


Sherlock Holmes. Había hecho leer los libros a sus hi-
jos y nietos sin mucho éxito. Explicados en el contexto
del siglo XIX por su compañero de piso, John Watson,
no tenían el atractivo de los libros actuales. Pero la se-
rie Sherlock de la BBC sí que había conseguido llamar su
atención al ser ambientada en el presente, aunque inten-
tando ser fiel a los relatos originales. A partir de la serie
habían leído alguno de los casos que aparecían en ella. A
los nietos, como al resto de los niños, les costaba leer en
general, pero más si era literatura del siglo pasado. Para
ellos, todo era antiguo, porque todo pasaba de moda en-
seguida. En la biblioteca del abuelo había una sección de-
dicada a Sherlock Holmes, con objetos y todo. El abuelo
decía que Conan Doyle, el médico que escribió las nove-
las, describía métodos de deducción reales que había vis-
to en su profesor de medicina y que, por lo tanto, no era

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ficción del todo, sino que se podría entrenar esa manera


de pensar y de proceder.

Considero que la sistemática analítica y deductiva que se descri-


be en los casos de Sherlock Holmes es un manual de formación de
detectives, de personas que se dediquen a la resolución de problemas
policiales o de inteligencia. También propone sistemas de investi-
gación que la tecnología aplica hoy en día, desde los datos antro-
pométricos (de las pisadas, altura, longitud de los pasos) hasta el
análisis químico de los restos encontrados en la escena de un crimen
(biológicos como la sangre o no biológicos como las cenizas del taba-
co o el tipo de tierra). Hoy en día, existen programas informáticos
que hacen mapeos de las zonas donde se producen más delitos para
determinar una intervención o para estudiar la criminalidad geográ-
fica. Sherlock Holmes ya lo hacía con un plano de Londres e hilo
de colores para señalar los puntos relevantes de un delito o crimen.
De hecho, cuando su hermano mayor Mycroft Holmes, que se
supone que trabajaba en el servicio secreto de Gran Bretaña, le pide
ayuda ante la sospecha de un posible ataque al «imperio», Sherlock
Holmes utiliza lo que hoy en día llamamos en los servicios de in-
teligencia la SIGINT, es decir, la inteligencia de señales (SIGnal
INTelligence), que consiste en detectar movimientos a partir de una
serie de señales, como por ejemplo el desplazamiento de determina-
das personas, las comunicaciones entre determinadas personas, la
compra de determinados materiales o el transporte de determinados
objetos o materiales. Hay que tener en cuenta que el servicio secreto
británico conocido como MI5 se fundó en 1909 y el caso de «Los
planos del Bruce-Partington», el último donde le pide ayuda su
hermano, es de diciembre de 1908. En oposición a la SIGINT,

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en inteligencia se usa la HUMINT (HUMan INTelligence), es


decir, la inteligencia basada en la recogida de datos de personas, de
informadores o de escuchas de transmisiones, de documentos, una
información que luego debe ser procesada e interpretada. También
las novelas de Sherlock Holmes anticipan este tipo de servicio de
inteligencia, ya que dispone de un grupo de jóvenes vagabundos de
los barrios pobres de Londres que le informan de lo que oyen en
determinados lugares y de determinadas personas.

Incluso tenía estudios empíricos que había realizado


el abuelo. En los estudios intentaba actualizar sistemas
de medida que se habían descrito en el siglo XIX, con las
primeras publicaciones de los casos de Sherlock Holmes.
El abuelo explicaba estos estudios con algo de melanco-
lía, porque lo había propuesto a su hijo como trabajo de
investigación en el instituto y este lo había rechazado en
un principio sin convencerlo de su originalidad e interés
científico, aunque finalmente acabó realizando su traba-
jo del proyecto de investigación con un amigo. Según el
abuelo, estos estudios aportaban datos contra el pensa-
miento concreto de los investigadores de la policía, para
evitar quedarse con la solución más evidente y fácil. Los
datos de los resultados serían un argumento de refutación
de lo fácil y evidente, pero incoherente con el caso. Por
ejemplo, por mucho que el único sospechoso fuera una
persona grande y pesada, si las huellas encontradas eran
pequeñas y con poca presión sobre el suelo, no se podía
dar por cerrado el caso hasta encontrar una explicación
congruente a estas evidencias concretas. Por tanto, habría

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que usar el pensamiento hipotético y razonamientos más


abstractos y complejos.

He encontrado un reconocimiento a las aportaciones que el de-


tective de ficción Sherlock Holmes hizo a la investigación policial y
a los servicios de inteligencia. Actualmente, las fuerzas de seguridad
del Reino Unido utilizan una aplicación informática que gestiona
toda la información sobre fraudes y asesinatos y le han dado el
nombre de Home Office Large Major Enquiry System, es decir, el
acrónimo HOLMES.

Los nietos iniciaron sus investigaciones particulares


para intentar conseguir el trabajo del instituto sobre los
métodos de Sherlock Holmes. El hijo del que hablaba el
abuelo era el padre de uno de ellos, y el tío del otro. En
cuanto encontraron la ocasión, preguntaron:
–Papa, ¿recuerdas tu trabajo del instituto sobre Sher-
lock Holmes?
–Uf, ¡sí!, pero ¿dónde estará ese trabajo? Recuerdo que
el abuelo fue muy pesado, insistiendo en que hiciera el
trabajo sobre ese tema. Creo que él ya lo tenía hecho.
–¿Y podrías buscarlo?, ¿podrías intentar encontrarlo?
Lo necesitamos para un trabajo que tenemos que hacer
en el instituto –mintieron para que se tomara más interés.
–A mí no me gustaba conservar los libros, libretas y
trabajos del colegio, pero si alguien puede conservar ese
trabajo, es el abuelo. Preguntadle a él.
Quizás en el cajón siguiente, el 16, encontraran algo.

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Hablando de detectives, tengo un ejemplo relacionado con el


pensamiento concreto y formal. Se trata de un relato sobre un in-
terrogatorio policial donde conversan un detective con capacidad de
procesamiento abstracto (I de interrogador) y un sospechoso sin esta
capacidad, es decir, anclado en el estadio del pensamiento concreto
(S de sospechoso). Evidentemente, ocultaré los nombres tanto del
detective como del sospechoso y de la víctima. De tan exagerado
que es, parece una situación cómica, absurda e irreal. Este relato
lo presenté a un concurso de relatos breves de la revista Fiat Lux,
ya desaparecida:

I: Empecemos por el principio, poco a poco y buena letra, ¿puede


decir su nombre y apellidos?
S: ¿Cómo sabe que tengo buena letra?, ¿tengo que escribir mi
nombre o lo digo en voz alta?
I: Puede decirlo, con voz alta y clara.
S: Me llamo Xxxxxx Xxxxxxxxxxxx.
I: ¿Usted es el hijo del «asesino del sol»!, ¡increíble!, de tal palo,
tal astilla.
S: Sí, pero no lo conocí, o sea, que no nos liamos a palos ni le
clavé ninguna astilla.
I: Vayamos directo al grano, ¿mató usted a la señorita Xxxxx
Xxxx?
S: Es una historia complicada. No se responde con un sí o un
no.
I: No hay más cera que la que arde, ¿la mató o no la mató?
S: Creo que sí, la maté, pero yo no la quemé, no sé qué dice de
arder con cera.

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I: ¿Podría usted poner hilo en la aguja y explicar cómo ocurrió


todo?
S: Conocía a la señorita, sí, pero no era costurera, jamás la vi
coser, ni con aguja ni a máquina. Como le decía, la conocí,
me gustaba y hacía unas semanas que salíamos juntos. Nos
gustaban las mismas cosas, las mismas series y películas, las
de asesinos y criminales. Desde pequeño, siempre me han
llamado la atención los asesinatos, la sangre, los muertos.
I: Árbol que crece torcido, nunca su tronco endereza.
S: Perdone, ¿qué dice de árboles?
I: ¡Nada, nada!, siga, pero recuerde que tiene que responder lo
que se le pregunte.
S: Un día, viendo la serie Hannibal, un artista del crimen, expli-
caba la sensación de quitar la vida a alguien con sus propias
manos. Decía que era una increíble sensación de poder, que
te hacía sentir por encima de Dios. No estaba seguro, tenía
dudas, el corazón iba a explotarme y...
I: ¿Y qué hizo?, me tiene en ascuas.
S: Entonces le dije que podríamos jugar como en la televisión,
la cogí del cuello con mis propias manos y apreté con todas
mis fuerzas mirándole a la cara y se hizo la luz. Sentí lo mismo
que explicaba ese personaje de la tele.
I: Me deja sin palabras.
S: ¡Será la primera vez!, inspector refranero. Hombre refranero, hombre
puñetero.

Después de muchos días, de muchas horas de lectura


teórica, había conseguido hacer reír a sus nietos con la
transcripción del interrogatorio. Seguramente, todos po-

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dríamos recordar situaciones o conversaciones absurdas,


que se suelen llamar «de besugos», donde lo concreto nos
aleja del contexto, de la coherencia, del tema del que se
habla. También muchas discusiones se deben a la comu-
nicación entre dos pensamientos concretos, incapaces de
ver lo que quiere decir la otra parte, ni de entender la
situación de manera global.

Como mis aportaciones se han aplicado al campo de la investi-


gación, he ido haciendo diversas anotaciones sobre el trabajo de los
detectives, como la que sigue: «Antes era más fácil hacer de detective.
Si quien investiga usa el pensamiento formal, lógico-deductivo, y
quien es sospechoso usa el pensamiento concreto, es fácil de descubrir
o descifrar. Si alguien quiere ocultar algo concreto puede entrar en
contradicción con el contexto global de la situación y llamará la
atención. Por ejemplo, en el relato de Edgar Allan Poe «Tú eres
el hombre», de 1840, una persona que estaba a mucha distancia
dice que encontró un objeto casualmente, o dice que cree que había
que drenar un lago y se encuentra otra prueba claramente incrimi-
natoria. Pero también sería más difícil convencer al público y a un
jurado con un pensamiento concreto. Por ejemplo, convencer de que
una herida de bala con orificio de entrada y salida en el cuello de un
caballo que llegó al galope antes de morir (siguiendo con el mismo
relato de Poe) es incompatible, incoherente, ilógico, con encontrar la
bala al lado del caballo, que casualmente coincide con el arma del
sospechoso. Pero el razonamiento concreto entiende que todo cuadra,
que la bala mató al caballo, que la bala es del arma del sospechoso,
además de las otras pruebas, aunque tampoco sean coherentes. No
entiende que las pruebas han sido manipuladas, que no se podía

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saber de casualidad que había un objeto en el bosque, que había


algo en el lago sin haberlas puesto antes, igual que alguien había
puesto la bala al lado del caballo cuando este murió».
De hecho, en muchos de los relatos del siglo XIX, en los primeros
relatos de investigación policial de delitos, el escritor ayuda a los
lectores a través de la voz del narrador, con aclaraciones de las
deducciones lógicas realizadas. Esto nos indicaría que los escritores
entendían que el pensamiento predominante en esa época era el del
pensamiento concreto, de los detalles y descripciones concretas de los
hechos.
En las novelas actuales, siguiendo el modelo de Arthur Conan
Doyle, muchos detectives trabajan con un compañero. Estos bino-
mios suelen responder a modelos de pensamiento concreto y abs-
tracto. Podríamos considerar a Watson como representante del
razonamiento concreto, mientras que Sherlock Holmes representa
el razonamiento lógico, deductivo, abstracto y científico. Otro ejem-
plo de la literatura policial sería el binomio creado por Maurizio
de Giovanni en la serie de novelas sobre el Comissario Ricciardi,
donde este representa claramente el pensamiento lógico-formal y abs-
tracto, mientras que su sargento, Maione, representa el pensamiento
concreto y directo. Y un ejemplo en la serie True Detective donde el
detective Martin Hurt representa lo concreto y simple de manera
muy evidente, mientras que el detective Rustin Cohle, «Rust», re-
presenta lo abstracto, profundo, analítico hasta lo deprimente.

Habían oído críticas al abuelo de diversa índole; una


era decirle que estaba siempre viendo series de las suyas,
series raras, extrañas, aunque nadie supiera decir exacta-
mente lo que veía. Los nietos anotaban todas las series,

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libros o películas que se citaran en el diario. Le habían


llamado «friki», del inglés freacky, de manera despectiva,
por interesarse por series poco conocidas o de ciencia-
ficción. Pero sus hijos recordaban con cariño todos los
juegos que había inventado el abuelo, sobre todo los de
disfraces.

Tal como hacía Sherlock Holmes, el trabajo de agente secreto


implica disfrazarse. Un buen agente de campo debe saber adoptar
una apariencia diferente lo más rápido posible, con elementos sen-
cillos, incluso con solo algo de maquillaje. Esta habilidad la pude
trabajar con mis hijos, jugando a disfrazarnos de cualquier cosa
poco. Son bonitos recuerdos jugando juntos.

El fondo del cajón 16 reservaba una sorpresa: había


algunas balas con nombres. Los nietos se miraron, como
haciéndose la misma pregunta y respondiéndose que no
era posible.

89
Capítulo 9

Mis trabajos de campo

«El caso más breve del mundo: le habíamos regalado un anillo


a mi hija cuando tendría dos o tres años. Mientras comía se
miró la mano derecha y gritó asustada que lo había perdido.

Luego se miró la mano izquierda y descubrió


aliviada dónde estaba».

Evidentemente, no puedo describir todos los trabajos de campo,


de investigación o de inteligencia que he realizado, porque tenemos
que guardar la confidencialidad con quien contrató mis servicios
profesionales, pero sí puedo explicar algunas operaciones. Las divi-
diré en dos grupos de acciones: en un grupo, las que me han servido
en situaciones cotidianas, por ejemplo con mis hijos, y en otro grupo
las operaciones que tengo permiso para explicar.
El caso de las llaves de la verja de nuestra terraza. Este es
un caso relativamente reciente y consistió en que no encontrábamos
dónde estaban las llaves de una verja interior que permite salir a la
terraza. No hay copia de estas llaves, por lo que era fundamental
encontrarlas.

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Las acciones derivadas del pensamiento concreto fueron: buscar


las llaves en los lugares habituales en los que se guarda: en la cocina
sobre el microondas, encima de la mesa del comedor, en el mueble
del televisor. Después de los lugares habituales, es el turno de los lu-
gares accidentales, como en el sofá, debajo de los cojines o debajo del
sofá, o que se hayan quedado puestas en la cerradura, o que se ha-
yan caído bajo la verja. Pero no se encontraban en ninguno de estos
lugares. Además, las acciones del razonamiento concreto comportan
repeticiones de las búsquedas, en los mismos lugares, una y otra vez.
Las acciones derivadas del pensamiento formal fueron: la re-
construcción de los hechos a partir de hipótesis o preguntas, cuando
ya se ha descartado lo habitual y lo concreto. Por ejemplo, pregunté
quién había sido la última persona que había cerrado la verja,
cuándo la había cerrado, a qué hora, en qué circunstancia o en qué
condiciones. Al saber que había sido la abuela con prisas, porque
como siempre llegaba tarde a algún sitio, enfadada con su hijo por
no estar preparado, representé la acción, cerrando con energía y
lanzando las llaves a la mesa con su mano dominante. Entonces
reproduje la trayectoria posible y las llaves aparecieron junto a la
pared, en la línea y dirección en que fueron lanzadas.
El caso de la desaparición de mi pen drive. Cuando me disponía
a trabajar en el ordenador con los documentos de mi lápiz de memo-
ria no lo encontré en su lugar habitual en mi cartera.
Las acciones del pensamiento concreto fueron volver a repetir la
búsqueda en el bolsillo habitual de la cartera, al lado, y en todos
los bolsillos. También busqué y repasé todos los ordenadores en los
que había trabajado, en casa y en los diferentes lugares de trabajo.
Pregunté a personas que habían accedido a los ordenadores después
de mí y nadie lo había visto.

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Las acciones del pensamiento formal fueron que, una vez descar-
tado que no me lo había olvidado tras la última utilización, debía
de haberlo perdido en algún lugar. Es difícil que se cayera de la
cartera durante la marcha, puesto que la cartera no se vuelca. En-
tonces deduje que el único lugar donde se vuelca podría ser el coche,
ya que dejo la cartera en el maletero y en algunas curvas cerradas se
tumba y el pen drive podría haberse salido del bolsillo. Diseñé un
experimento sencillo: coloqué otro lápiz de memoria con una cinta
de color llamativo en la mochila y realicé el mismo desplazamiento
con la mochila en la misma posición. Cuando llegué al destino, bus-
qué la cinta en el maletero. Se había salido del bolsillo de la cartera
y había llegado hasta debajo del asiento delantero del coche. Al lado
del pen drive del experimento encontré mi pen drive perdido.
El caso del cierre del pendiente perdido en la habitación. Es
habitual que se caigan objetos pequeños al suelo, y si la vista no es
rápida para seguir la trayectoria que sigue el objeto, se hace muy
difícil encontrarlo. Sin embargo, también se trata de no seguir una
búsqueda intuitiva y sin método. Una manera sistemática consis-
te en dividir en cuadrantes la superficie a explorar. Otra manera
consiste en reproducir la hipotética caída para dirigir la búsqueda
a un determinado lugar. Finalmente, se puede reproducir la posi-
ción y distancia de la caída con otro objeto fácilmente identificable,
por ejemplo, por su color llamativo. Usando un objeto así, encontré
el cierre del pendiente de mi hija, cercano al objeto que usé como
«cebo».
Este ejercicio se relaciona con los conocimientos de la psicología
de las diferencias individuales, en concreto con los estilos cogni-
tivos. Los estilos cognitivos describen la forma que caracteriza el
funcionamiento cognitivo de una persona e incluye la percepción, la

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memoria, la forma de organizar la información o de resolver proble-


mas, entre otras, y define los hábitos de percepción y las caracterís-
ticas de aprendizaje. Se diferencia de los estilos de aprendizaje
en que son la forma consciente de responder y gestionar los estímulos
en un contexto de aprendizaje e incluye rasgos cognitivos, afectivos y
fisiológicos que interactúan en una situación de aprendizaje.
En el caso del cierre del pendiente, la búsqueda por cuadrantes
se realiza en serie, analítica, mientras que la intuitiva es global, ho-
lística. Hay un estilo cognitivo denominado analítico-holístico
referido a cómo se organiza la información, si en elementos o de
manera secuencial, o en conjuntos o de manera global. Así, los
objetos se pueden confundir en el contexto y hay personas que tie-
nen dificultades para diferenciar la figura del fondo. Esto también
se corresponde con un estilo cognitivo denominado dependencia-
independencia de campo, que se refiere al grado en que un
individuo recibe una parte del campo perceptivo como separado de
lo que lo rodea, diferenciando la figura del fondo, en lugar de hacer-
lo como si estuviera incluido en él, dificultando encontrar la figura
enmascarada en el fondo. Otros estilos cognitivos interesantes en mi
trabajo serían el visual-verbal o nivelación-agudización, relacionado
con la capacidad de detectar detalles. Los estilos cognitivos son im-
portantes para los agentes secretos, tanto para su trabajo de campo
como para su entrenamiento.
El caso del texto encriptado. Tras el registro de unos despachos,
había llegado a nuestra agencia de inteligencia unas hojas escritas a
mano con unos códigos que indicaban claramente que era un mensa-
je cifrado. Yo era el especialista en este tipo de trabajos, se me daba
bien desencriptar mensajes codificados. Usaba un sistema clásico
pero que seguía funcionando. Clásico porque ya aparece en el relato

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© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

de Edgar Allan Poe «El escarabajo de oro» (1843), y años más


tarde en un relato de Arthur Conan Doyle, «El caso de los bailari-
nes», incluido en el libro El retorno de Sherlock Holmes, de 1905.
En este caso hay que aplicar un método de trabajo, que funciona
mejor cuanto mayor es la extensión del texto codificado. En nuestro
caso, teníamos más de diez líneas escritas y diferentes textos con el
mismo sistema de codificación. El primer paso consiste en hacer un
listado con la frecuencia de aparición de cada símbolo. Si el texto
está en inglés, la letra más frecuente suele ser la «e», y en español
y catalán suele ser la «a». Disponía de información que indicaba
que estaba escrito en castellano, por lo que la «a» se sustituyó por
la letra más frecuente. La segunda suele ser la «e» y está en muchas
palabras que ayudan a descifrar como «de», «que», «en». Los ar-
tículos al principio de oraciones ayudan para tener la vocal «o» en
«los» y algunas consonantes como la «l». Así, poco a poco se van
descifrando las letras y el contexto hace el resto.

Una de las balas encontradas tenía un mensaje cifrado.


Era la única manchada de sangre. En esto los nietos se
consideraban unos expertos, y más después de leer toda
la sección del diario del abuelo dedicada a la criptografía.
Conocían desde los primeros sistemas de rotación de le-
tras, también llamado cifrado César porque ya se utilizaba
en el Imperio romano, hasta las rotaciones más recientes
que diseñó Allan Turing y su equipo para descifrar los
mensajes codificados por la máquina «Enigma» de los
nazis. Habían aprendido los algoritmos de transposición
para hacer mensajes secretos gracias al detective Flana-
ghan de Andreu Martín y Jaume Ribera. Vieron en el

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

diario del abuelo el «código de Atbash», basado en el al-


fabeto hebreo y aplicaciones actuales del sistema medie-
val del «manuscrito Voynich», donde en vez de símbolos
se utilizan imágenes. Esta manera de codificar mensajes
también la vieron en una serie de televisión llamada Frin-
ge. Pero el diario del abuelo estaba entrando en materia
interesante y querían pasar a descifrar el mensaje de la
bala. Les llevó un buen rato y el resultado supuso una
sorpresa y una pista hacia el cajón 23.

¿Cómo superar el detector de mentiras? Durante un tiempo, me


encargué de las prácticas de laboratorio de las asignaturas de Psico-
logía de las diferencias individuales y Psicología de la personalidad,
donde hacía una demostración de medidas con diferente instrumen-
tal. Aproveché la preparación de las prácticas para entrenarme
para superar el polígrafo de cuatro canales, más conocido como «el
detector de mentiras». Aunque en nuestro contexto cultural no se
considera una prueba de valor judicial, era conocido por la mayoría
de estudiantes por las series y películas norteamericanas. Como yo
era capaz de superar la prueba, hacía una demostración que la
invalidaba como medida fiable. Podía mentir sin alterar mi línea
base del registro y podía decir la verdad provocando una alteración
de los registros. Algunos rasgos de personalidad podían facilitar la
habilidad de engañar, como la frialdad ante todo tipo de estímulos
o preguntas, que se relaciona con el rasgo de personalidad «psicoti-
cismo» o «dureza».

Habían jugado con el abuelo al juego de adivinar si


se decía la verdad o no. Consistía en decir cosas ciertas y

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© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

falsas, hechos de su vida verdaderos y otros inventados,


y ganaba quien obtenía un mayor porcentaje de aciertos.
Siempre ganaba el abuelo, que jugaba con la comunica-
ción no verbal y con algún dato más, además de analizar
el contenido del discurso. Había enseñado algún truco a
los nietos, como observar la dilatación pupilar, aunque
los resultados también podían ser falseados, igual que
con el detector de mentiras.

Saber leer los labios es como escuchar. Durante un tiempo me


había entrenado en esta habilidad leyendo los labios de las personas
que presentan las noticias, porque suelen vocalizar de manera clara
y facilita el ejercicio. Con la práctica se puede pasar a interlocutores
con una dicción menos clara, hasta conseguir tanta fluidez y destre-
za que permita seguir conversaciones de otras personas. Sigue siendo
difícil porque hay personas que vocalizan poco, otras tienen bigo-
te, barba, aunque la mayor dificultad proviene del idioma, porque
tanto el castellano como el catalán tienen muchos fonemas que son
guturales y no se observan movimientos en la boca y labios.

97
Capítulo 10

La creatividad

«Vi el ángel en el mármol y tallé hasta que lo liberé».

Michelangelo Buonarrotti

U na de las capacidades que más importancia tenía en nues-


tro trabajo con agentes secretos era la creatividad. Aunque no hay
consenso en la definición del constructo creatividad se consi-
dera que es la capacidad de producir respuestas originales o nuevas,
únicas, de inventar, innovar, o de encontrar nuevas soluciones a
un problema, o nuevas formas de expresión, a partir de elementos
presentes o improvisados. Nosotros queríamos operacionalizar el
concepto para poder realizar tareas de entrenamiento. La respuesta
creativa en los agentes es vital, ya que les puede permitir tener éxito
en situaciones complicadas, reconducir situaciones que se tuercen o
les puede permitir sobrevivir a situaciones extremas o de peligro.
Entendíamos la creatividad como la respuesta improvisada, origi-
nal, inesperada, a partir de elementos presentes aunque no siempre
conocidos de antemano. Y trabajábamos la creatividad con elemen-
tos verbales, en conversaciones improvisadas, así como en tareas

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

manuales y motrices, en aspectos como el pensamiento divergente, la


productividad a partir de un elemento, o la unicidad del producto,
y la utilidad del producto creado. Por tanto, hay elementos de la si-
tuación, del producto o resultado, del proceso y de las características
psicológicas (de inteligencia, de personalidad y cognitivas). Según
Csikszentmilhalyi, se manifiesta la creatividad en aspectos gráficos
(todo tipo de artes), en aspectos verbales basados en la palabra (lite-
ratura y juegos lingüísticos) o en aspectos perceptivos que juegan con
las diferentes perspectivas.
La creatividad es una capacidad que se expresa gracias a
las características del razonamiento formal, ya que comporta en-
contrar soluciones nuevas, diferentes a las conocidas, diferentes a
las soluciones concretas, a partir del pensamiento abstracto, de
supuestos hipotéticos, de deducciones nuevas, o de relaciones en-
tre elementos diferentes. El pensamiento concreto se basa en lo
conocido, en la situación propia de la persona sin tener en cuenta
nuevos elementos, en variaciones de la situación o de los cambios
en el contexto.
Una de mis aportaciones en el campo del espionaje y los agentes
secretos fue la de preparar a personas sin necesidad de recursos
tecnológicos. Las nuevas tecnologías y la influencia del cine esta-
dounidense había convertido la profesión de agente secreto en un
entrenamiento para el dominio de aparatos sofisticados que hacen
prácticamente todo el trabajo, pero con riesgo de error en la inter-
pretación. Parece que el agente debía ser, por tanto, un experto en
tecnología cara, mientras que yo propuse que el agente secreto debía
ser una persona con elevadas capacidades y conocimientos personales
para dar respuesta a cualquier situación en que se pudiera encon-
trar con independencia de los elementos disponibles.

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© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

A medida que avanzaba la lectura de los aspectos


aplicados del trabajo del abuelo con los agentes secre-
tos, los nietos se daban cuenta del sentido y significado
de muchos de los juegos que había hecho con ellos. Les
sonaban conceptos como el pensamiento divergente, la
productividad y la unicidad, aunque no fueran conscien-
tes de ello. El abuelo les había explicado que Jean Piaget
había hecho estudios con sus hijos y ahora ellos tenían
la sensación de que habían sido sujetos experimentales
en los juegos del abuelo. Recordaron que un día habían
jugado a decir el mayor número de palabras, y lo más
rápido posible, que empezaran por una sílaba determi-
nada, o que les había hecho crear una historia a partir de
cinco palabras extraídas al azar de una bolsa de palabras,
o que les había hecho redactar diferentes explicaciones
para una situación descrita, o que les había hecho hacer
el máximo número de dibujos posibles a partir de una
página llena de círculos. Además de buscar por internet,
los nietos llevaban siempre encima la «Guía de estudio
de psicología de las diferencias individuales» de la UOC,
de Maria Jayme, donde había más pruebas para evaluar
la creatividad que habían hecho jugando con el abue-
lo: gráficas, perceptivas y verbales. Las pruebas son diversas
según los modelos de los que surgen: de fluidez, flexibilidad, pensa-
miento divergente, asociación, originalidad, productividad, formu-
lación de preguntas, detalles o resolución alternativa de problemas.

En la agencia definimos la creatividad como la capacidad de


crear resultados novedosos, originales, únicos y útiles, conseguidos

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

con los elementos disponibles en un momento y lugar determinado.


Dichas respuestas creativas podían ser verbales, motrices, cognitivas
o de cualquier otro tipo. Entendíamos la creatividad según el
modelo de Eysenck (1983), basado en la interacción de cau-
salidad necesaria, pero no suficiente, entre una elevada inteligencia
general, un rasgo de personalidad que denominó primero «psicoti-
cismo» y después «dureza emocional», y algunas características en
la manera de procesar la información, como la «sobreinclusión».
Este modelo fue puesto a prueba realizando diferentes estudios pre-
dictivos. Si con estos supuestos teóricos conseguíamos detectar a los
agentes con mejores resultados, significaría que el modelo era válido.
Y los resultados nos dieron la razón. Seleccionamos a muchos de
nuestros agentes a partir de este modelo, y sus respuestas adapta-
tivas a situaciones imprevistas eran muy adecuadas gracias a sus
capacidades creativas.

Recordaron un juego que hicieron durante unas vaca-


ciones, donde el transporte en barco se hizo pesado. El
abuelo les había dado un día para escribir explicaciones
posibles a situaciones que describía en una hoja y tenían
que leerlas por la noche. Recordaron dónde podían estar
las hojas con algunas de las situaciones y decidieron bus-
carlas entre sus cosas.
Encontraron hojas sueltas. Situación 1. Una chica lle-
gaba siempre a la misma hora a la estación del metro. Se
sentaba a esperar y dejaba pasar algunos convoyes de me-
tro. Entonces se quitaba las zapatillas deportivas y se ponía
unos zapatos de tacón alto y entraba en el metro. Situación
2. Un chico vestido de manera juvenil, con tejanos y una

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camiseta de color claro se paseaba dando vueltas con un


maletín negro brillante. Parecía impaciente, nervioso… Si-
tuación 3. Apareció de golpe, con un ramo de girasoles
artificiales, saludó con educación al propietario de la cafe-
tería y este le indicó que pasara al interior de su estableci-
miento. Les apeteció volver a jugar y se pusieron a escribir
múltiples posibilidades para explicar la situación de la bala
manchada de sangre en el cajón del abuelo.

Diseñé diferentes tareas, con pruebas que debían ser resueltas


mediante respuestas creativas. En algunas de las tareas simple-
mente quería comprobar el funcionamiento de sus pensamientos, la
flexibilidad, la originalidad o la unicidad de las ideas. Pero en otras
actividades quería saber si podían pensar como un investigador, ex-
plorar todas las posibilidades, como si fuera un caso real, un agente
de campo analizando hipótesis de trabajo. Por ejemplo, con el caso
de un hombre que entra en un vagón de metro y cuando se pone en
marcha saca de su bolsillo el teléfono móvil. Al sacarlo se le cae una
tarjeta y los pasajeros se lo indican enseguida. Recoge la tarjeta con
una expresión de duda, como si no fuera suya, y la examina duran-
te un rato como si no la reconociera. Tras la descripción del caso, se
pedía a los agentes que expusieran las posibles hipótesis sobre lo que
podría significar lo sucedido.
Así, creé una batería de pruebas divididas según si la respuesta
debía ser verbal (de fluidez), cognitiva (de razonamiento) o motriz
(manipulación de elementos). Intenté que todas las actividades es-
tuvieran directamente relacionadas con el trabajo de agente secreto.
Intenté que fueran simulaciones de situaciones en las que me había
encontrado en mis trabajos como agente de inteligencia.

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Ejemplo de tarea de entrenamiento creativo básico. El sujeto se


encuentra en una sala realizando una entrevista. En la sala solo
hay una mesa y dos sillas. Sobre la mesa se encuentra un sobre
pequeño cerrado que contiene un documento secreto (media hoja)
y un abrecartas para abrir el sobre. El documento secreto debe ser
ocultado en 20 segundos a partir de la indicación del entrevistador
que cronometraba el tiempo. Consideré como respuesta adecuada
destornillar con el abrecartas una pata de la mesa e introducir
enrollado en el interior de la pata el documento, para después volver
a atornillar la pata. Pero dejar visible el sobre y el abrecartas impli-
caba dejar al descubierto la existencia de algún documento. Así, ha-
bría que pensar la manera de deshacerse del sobre y del abrecartas.

Era increíble. Habían estado recibiendo entrenamien-


to como agentes secretos sin darse cuenta, mientras ju-
gaban. El abuelo les había hecho hacer algunas de las
pruebas de las que hablaba en el diario que habían en-
contrado. Eran juegos para ellos, pero tenían su aplica-
ción en la vida real de un agente. Los primos no dejaban
de mirarse como si sus cerebros generaran los mismos
pensamientos de manera sincronizada. Era evidente que
cada uno de los primos funcionaba de manera diferente,
pero los dos fueron conscientes de que los ejercicios que
les había propuesto el abuelo habían sido útiles en dife-
rentes momentos de su vida. Ellos sabían, por ejemplo,
que el documento y el sobre debían esconderse en una de
las patas de la mesa y el abrecartas en la lámpara.
Ella era más previsora, trabajadora planificada, pero
cuando se había quedado en blanco en un examen y pre-

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cisaba cumplimentar mucho espacio, había usado sus ha-


bilidades de fluidez verbal para crear relaciones con los
conocimientos para rellenar las lagunas de su memoria.
O cuando tenía que hacer trabajos en grupo en los que
no todo el mundo era previsor, había usado el pensa-
miento creativo para resolver en el último momento el
trabajo. También tenía éxito en los regalos originales y
personalizados que hacía a sus amistades en los que usa-
ba tanto la creatividad verbal como la manipulativa. Le
costaba más cuando tenía que dar respuestas creativas
rápidas en las situaciones de estrés.
Él se había beneficiado muchas veces de las respuestas
creativas, porque dejaba todo para el último momento,
los trabajos, las manualidades, estudiar para los exáme-
nes. Había usado la capacidad creativa como sustitución
del estudio, de la preparación, de la planificación. Le ha-
bía ido saliendo bien, hasta que se dio cuenta de que la
creatividad precisa de conocimientos previos, de una base
sobre la cual crear nuevas soluciones. Con las respuestas
creativas se iba salvando en el último momento, pero sin
datos ya no podía crear ni inventar. También le gustaba
jugar a inventar cosas combinando elementos, haciendo
manualidades tecnológicas, pero no tenía paciencia con
los juegos de construcción. Tenía buena disposición pero
poca constancia, o sea, que si no era una necesidad o una
emergencia, o si no obtenía un premio inmediato, no se
ponía a trabajar. Se podría decir que se le agudizaba el
ingenio creativo en las situaciones de necesidad, es decir,
de estrés o límite de tiempo. Desatornillaron las patas de

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la mesa que tenía el cajón 23 y en su interior encontraron


varias piezas metálicas.

Otro ejemplo de entrenamiento creativo. En la misma situación


anterior, en un despacho con una mesa y dos sillas como único mo-
biliario, con un bolígrafo y un folio sobre la mesa, se dispone de un
minuto para dejar un mensaje codificado para alguien (que se puede
definir en alguna característica en el ejercicio). También puede tener
variaciones, por ejemplo, pidiendo que el mensaje codificado utilice
como claves un libro determinado.

Sin embargo, ninguno de los dos nietos había destaca-


do en una de las respuestas creativas habituales con más
consenso general. No eran buenos con las manualidades,
no eran buenos dibujando, ni copiando dibujos, ni con
las artes plásticas como la escultura, ni en los talleres de
manualidades que habían hecho en el colegio. Además,
no les atraía esta actividad y no habían tenido paciencia
para intentar practicar y mejorar sus resultados artísticos.
El abuelo sí que tenía dibujos y manualidades en su des-
pacho. Suponían que todo lo había hecho él, cuando era
joven, o trabajando de agente secreto. Eran algunos de
los objetos que poblaban sus estanterías.

Si se considera que solo un porcentaje de personas consiguen


desarrollar las capacidades del pensamiento formal, y que además
las respuestas creativas precisan de un nivel determinado de la
capacidad de inteligencia, que precisan de unos rasgos de persona-
lidad determinados y de unas características en la manera de pro-

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cesar la información, se entendería que el porcentaje de personas


consideradas creativas sea reducido en la población. Sin embargo,
los beneficios que reporta la socialización de los resultados de su
creatividad son muy elevados para la comunidad. La persona que
creó utensilios con sílex o huesos en la prehistoria hizo la vida
más sencilla a su grupo o clan, quien pensó en hacer vestimentas
con pieles animales también, y así podríamos llegar hasta los ve-
hículos a motor, o incluso los robots que ayudan a personas con
limitaciones funcionales.

El diario del abuelo empezaba a tener anotaciones al


margen y documentos entre páginas, desde hojas con re-
ferencias de libros o carpetas hasta referencias a vídeos y
documentales. En relación con el tema de la creatividad,
aparecía una referencia a la «operación Mincemeat».

Uno de los métodos de trabajo creativo que usamos en nuestros


grupos de inteligencia fue el utilizado por los servicios secretos in-
gleses durante la Segunda Guerra Mundial. En habitaciones se-
paradas, incomunicados del resto de agentes, se formaban grupos
reducidos de personas, para ser más ágiles en su trabajo, con el
objetivo de diseñar acciones de contrainformación. Se trataba de
hacer creíble información falsa aparentando todos los aspectos de
credibilidad y coherencia. En cada equipo se colocaba una persona
encargada de cuestionar todos los posibles puntos débiles, incohe-
rentes, falibles, que podrían descubrir la «farsa». Se analizaban y
construían todos los detalles de la información, de manera creativa,
para darle una apariencia de veracidad. El modelo que seguimos
fue el de la «operación Mincemeat», donde se hizo que la Marina

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

alemana diera veracidad a unos planes de ataque falsos encontrados


accidentalmente.

Los nietos dejaron de leer de manera automática para


coger sus dispositivos móviles y conectarse a internet y
ver el documental. Sentían intriga ante este tipo de traba-
jo. Se podría decir que era trabajo de campo, pero intelec-
tual, de diseño de operaciones de inteligencia. Engañar
era parte del trabajo y este era un arte de la guerra desde
la antigüedad. También descubrieron por internet que las
piezas metálicas correspondían a un revólver.

En el enlace se puede ver un documental que explica todos los


pasos del diseño de la operación. Como se trataba de información
clasificada, algunos puntos han sido reconstruidos a partir de la do-
cumentación del archivo y de entrevistar a los participantes vivos.
En resumen, consistió en hacer aparecer el cadáver de un militar de
alto rango, coherente con los documentos que portaba en una maleta
esposada a su muñeca. Llevaba los supuestos planes de ataque en una
zona diferente a la esperada. Se simuló que había sido abatido en la
costa atlántica, en el sur de la península ibérica, y su cuerpo estaba en
descomposición debido al supuesto tiempo pasado en el mar. Se creó
una identidad inventada, con documentos reales, una vida privada
(con foto de la novia, entradas de cine) y un historial militar, por si
los espías nazis investigaban sobre su identidad. Se habían tenido en
cuenta todos los detalles, o casi todos. Utilicé el documental para hacer
un ejercicio con los agentes en formación. Se trataba de descubrir los
puntos débiles y la manera de superarlos, así como de encontrar otros
posibles errores no mencionados en el documental.

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Después de ver el documental ya no sabían si pensar


que la bala, la sangre y el revólver formaban parte de un
montaje o no.

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Capítulo 11

La terapeuta

«Si tu única herramienta es un martillo


tiendes a tratar cada problema como si fuera un clavo».

Abraham Maslow

A lo largo de mi vida, personal y profesional, he tenido pocas


amistades de confianza. Por la razón de nuestro trabajo de agentes,
muchas de esas personas desaparecían de mi vida por la distancia de
sus destinos o por las misiones que debían realizar. El contacto se
solía cortar de golpe, a veces sin tiempo para las despedidas, obligan-
do a elaborar las pérdidas y los duelos de manera brusca y continua.
Esto se convirtió en algo duro y difícil de gestionar, aunque fuera
habitual en nuestra profesión. Nunca te acabas de acostumbrar a
perder de golpe, y muchas veces para siempre, a las personas con las
que acabas teniendo cierta confianza y/o amistad. Personas con las
que había llegado a mayores niveles de confianza ahora estaban a
muchos kilómetros de distancia. Por nuestro trabajo no nos conver-
timos en personas que expliquen su vida con facilidad a la gente,
por la reserva y desconfianza lógica en un agente, por el secretismo y

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

por nuestras características de personalidad. A mí me cuesta abrir-


me y confiar en la gente de buenas a primeras. Estoy hablando de
emociones, de lo que se ha llamado inteligencia emocional. La
inteligencia emocional es la capacidad para controlar las emociones
propias y de los demás, para identificarlas y diferenciarlas entre
ellas, y usar esta información para guiar los pensamientos y accio-
nes, para comprender el propio comportamiento emocional y el de
las demás personas.

Los nietos entendían ahora las reservas y los silencios


del abuelo en las reuniones familiares. No era una perso-
na extrovertida y su sociabilidad era relativa. Selecciona-
ba a las personas con las que hablar, normalmente según
su interés. Muchas veces se pensaba que el abuelo estaba
enfadado y que era muy serio, pero ahora comprendían
su actitud en público. Le costaba expresar sus emocio-
nes, aunque con ellos se mostraba más abierto. Quizás
el último cajón mostraría algo más de lo que explicaba el
abuelo.

No todo depende de un rasgo de personalidad, de la introversión.


También es difícil tener relaciones de confianza fuera del entorno
de nuestro trabajo, porque no podemos explicar ni en qué consiste
nuestro trabajo, ni las acciones en las que estamos metidos, ni las
cosas que nos preocupan del trabajo. Otras veces nuestros horarios
son complicados para las amistades y la familia. También los des-
plazamientos que debemos realizar dificultan las relaciones. Es
verdad que cuesta mantener el secreto y, a veces, necesitamos explicar
las cosas que hacemos aunque sea de manera indirecta, metafórica

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© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

o enmascarada. La inteligencia emocional es una parte importante


del trabajo de agente secreto para saber gestionar las situaciones
interpersonales y para mantener nuestra salud psicológica, aunque
no me guste el nombre del constructo. Yo no lo llamaría inteligen-
cia, sino competencias, recursos o habilidades emocionales, gestión
de emociones. Las emociones, sin embargo, aparecen en la teoría
triárquica de la inteligencia de Sternberg y en el modelo
de inteligencia múltiple de Gardner, como un elemento de
adaptación, de regulación o de gestión de los recursos o capacidades
en el entorno.

Sus nietos, tras leer una buena parte del diario del abuelo,
habían llegado a tener un elevado nivel de empatía con él,
con sus pensamientos y con sus sentimientos. Entendían
que escribir un diario había sido una manera de mantener-
se en equilibrio. No podía hablar de su trabajo en casa. Y,
por razones de confidencialidad o de ética, tampoco po-
día hablar con sus compañeros. Como la salud psicológica
es muy importante para un agente, un diario le permitía
exponer sus ideas, expresar sus sentimientos y evaluar su
vida. No era lo mismo que hablar con una persona, pero
tenía un efecto beneficioso para él. En todo caso, pare-
ce ser que con el tiempo escribir el diario se convirtió en
una herramienta insuficiente. Ya no bastaba con expresar
y explicar las cosas por escrito, sino que necesitaba algu-
na interacción humana que le hiciera preguntas reales (no
retóricas), que le cuestionara sus ideas o que le ayudara a
elaborar sus emociones. Quizás tenía que ver con el miste-
rio de las balas, la sangre y el revólver.

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© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

He decidido trabajar con una terapeuta, hablar de mis preocupa-


ciones y sentimientos. No he buscado a una persona expresamente,
sino que ha aparecido de casualidad ante mí. Si la hubiera buscado,
creo que no hubiera encontrado una persona con la que sentirme
cómodo, pero cuando coincidí con ella me pude explicar y expre-
sar con naturalidad, aunque deba mantener en secreto que soy un
agente y no hable de mi trabajo. Nuestra actividad de «tapadera»
permite sortear esta cuestión. Muchas de nuestras conversaciones se
acaban convirtiendo en discusiones científicas, teóricas, filosóficas o
sobre noticias de actualidad, ya que no se impone una estructura
en las sesiones y tanto se pueden tratar aspectos emocionales como
teóricos. Se pueden explicar sentimientos personales o analizar mi
vida tanto como comentar libros o aspectos de la vida en general.
Uno de los temas que han acabado siendo recurrentes ha sido la
ciencia ficción y las distopías de base científica y futuristas, aunque
también hemos hablado mucho de psicología en general. Sea de lo
que sea que hablamos, me gusta charlar con ella.

Ahora los nietos tenían otro misterio sin resolver.


No sabían quién podía ser esa persona, no sabían cuán-
do o dónde veía el abuelo a su terapeuta. No tenían
datos de ningún tipo para saber de ella. Incluso duda-
ron de que fuera real. Quizás fuera una invención del
abuelo. Sin embargo, en alguna película habían visto
que los agentes especiales tenían que demostrar que
recibían asesoramiento o atención psicológica para de-
mostrar estar en condiciones de seguir trabajando en
situaciones de estrés con garantías, porque si no se les
alejaba de la acción.

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Conocer a la terapeuta me ayudó mucho, tanto en los aspectos


personales como en los profesionales. Tenía la sensación de que era
una persona a la que podía confiar mi vida, al menos una parte
de mi vida, no la parte secreta. De hecho, le expliqué cosas que no
había explicado a nadie. Y hasta le dejé leer alguna página de mi
diario, alguna de las que se pueden leer sin que pueda sospechar a
qué me dedico. De hecho, ella cree que soy un escritor en potencia y
yo lo alimento con el fin de ocultar mi verdadera dedicación. Repasé
mi vida, revisé mis decisiones personales, momentos personales del
pasado, analicé con ella mis errores y decisiones con la distancia,
superé mis frustraciones y comprendí muchos de los lugares donde
me han llevado los caminos de la vida. Como la vida más privada
también se asocia con libros, con músicas, con películas, con momen-
tos sociales o económicos, estos temas también se trataban porque,
de hecho, todo se relaciona y más cuando tienes una cierta edad,
cuando has vivido muchos años, cuando estás lleno de experiencias
por el camino recorrido.

Se habían dado cuenta de que el abuelo había mante-


nido el anonimato de todas las personas de las que habla-
ba en su diario secreto. Incluso si el diario caía en manos
desconocidas, no había manera de asociarlo al abuelo,
porque no había ninguna referencia a él, ni una situación
geográfica, ningún dato de localización, ningún nombre
propio. No aparecía el nombre de los hijos de los nietos,
ni aparecía el nombre de los compañeros, ni del lugar de
trabajo, ni de las personas para las que trabajaba. Y, evi-
dentemente, no encontrarían el nombre de la terapeuta,
ni la manera de localizarla. El abuelo no cometía errores,

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era la precisión en persona. De hecho, habían oído a la


abuela llamarle «don perfecto», aunque ella lo hiciera de
manera despectiva.

Me gustan estas sesiones improvisadas que tenemos, sin temas


concretos, con una continuidad que vamos decidiendo sobre la mar-
cha. A veces parece que intercambiamos los papeles de terapeuta,
porque ella también me explica sus preocupaciones o sus problemas.
Hemos hablado de temas personales, como si sirvieran de ejemplos
para confirmar algunas de las teorías que exponemos. Hemos usa-
do nuestros problemas para repasar conceptos teóricos y muchas
veces no se podría decir si estábamos dando clases o haciendo terapia
psicológica. Sin embargo, los resultados eran positivos. Siempre me
ayudaba, me sentía bien, tenía ganas de volver a hablar con ella, de
realizar una nueva sesión, sin saber a qué temas nos conduciría la
conversación o los pensamientos vitales. Se podría decir que era una
terapia psicológica creativa y me sentía a gusto. Además, siempre
me hacía pensar durante días, como si fueran deberes.

Nunca se habían imaginado al abuelo dudando o pre-


ocupado. Parecía una persona segura, que sabía qué ha-
cer en cada momento, que sabía encontrar los recursos
necesarios y que tenía conocidos y contactos en todos
los ámbitos. Tampoco los contactos y el acceso a datos
restringidos habían llamado la atención a nadie, lo cual
parecía increíble a ojos de sus nietos.

Este trabajo me ha llevado a muchas reflexiones y conclusio-


nes. Una de ellas es si vale la pena todo lo que hemos hecho, si

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vale la pena lo que hacen nuestros agentes, que ponen sus vidas
en peligro. Mientras hay personas que dedican mucho esfuerzo y
riesgos, la mayoría de la población vive en su mundo, concreto y
egocentrista, preocupada solo de lo suyo, sin consciencia de las in-
justicias o de la complejidad del mundo. Cuando intentas hablar
de aspectos generales, profundos, abstractos, de reflexión, muchas
personas desconectan y te dicen que bastante tienen con sus pro-
blemas como para ponerse a pensar en los demás. Siempre he
relacionado esta respuesta con la dimensión que mide el rasgo de
personalidad «apertura intelectual» del modelo de los cin-
co grandes de McCrae y Costa, que no deja de ser la curiosi-
dad que tienen todos los humanos en la infancia y se caracteriza
por la tendencia a buscar nuevas experiencias o conocimientos,
curiosidad por diferentes actividades, teorías y pensamientos.

La abuela era muy diferente del abuelo. Ella se dedi-


caba a lo concreto, a los problemas y preocupaciones in-
mediatas, mientras que él analizaba el mundo y decía que
todo lo que pasa fuera tiene relación con lo que nos pasa
a nosotros. También decía que saber de todo te protege
contra el engaño y la mentira. Estas revelaciones daban
un contexto diferente a todas las pistas que habían ido
encontrando.

Las reflexiones con la terapeuta también me han servido para


ordenar muchas de mis ideas y experiencias. Me he puesto a escribir
o a leer después de hablar con ella. Muchas conclusiones eran com-
partidas aunque partiéramos de vidas diferentes, de experiencias de
trabajo distintas, quizás porque compartíamos una visión del mun-

117
© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

do y de las personas. Además, todo el análisis crítico del mundo se


realizaba con una voz dulce, aunque enérgica, y solía acompañarse
de su sonrisa, lo cual hacía todo más agradable (rasgo de «Agra-
dabilidad» del modelo de los cinco grandes de McCrae y
Costa), que se caracteriza por la confianza, la sinceridad, el al-
truismo, la generosidad, la modestia y la humildad, por una actitud
conciliadora, dócil y de sensibilidad hacia los demás.
La inteligencia emocional, según el modelo factorial Bar-
On, se basa en la autorregulación emocional como sistema de
control de las experiencias emocionales, es decir, no se limita al
reconocimiento de las propias emociones sino también a su manejo
adaptativo. Considera cinco componentes factoriales emocionales.
Tiene cinco componentes: intrapersonal (consciencia), interper-
sonal (empatía), adaptabilidad (solución de problemas), manejo del
estrés (tolerancia y control) y estado de ánimo (optimismo y felici-
dad). Mirando las etiquetas verbales parece evidente que llamarlo
inteligencia no sería lo más apropiado. Quizás esté más cerca de las
características de la personalidad.

118
Capítulo 12

Los patrones

«Solo es útil el conocimiento


que nos hace mejores».

Sócrates

Uno de los temas más interesantes en los que trabajé era el de


los patrones. Como agente de inteligencia había trabajado mucho
estableciendo patrones de comportamiento, tanto para la clasifica-
ción de personas como para la predicción del comportamiento de las
personas. Había hecho investigaciones para intentar establecer un
patrón de características de personalidad con el objetivo de predecir
ideas o conductas suicidas, ya que observamos que los agentes some-
tidos a mucho estrés solían tener problemas psicológicos y algunos
se habían suicidado. También se interesaron por mis patrones de
predicción desde la policía, donde la tasa de suicidios empezaba
a preocuparles. Los patrones de comportamiento se estudiaban a
partir de protocolos de evaluación y de predicción. Son una especie
de metaestudios donde se establecen una serie de indicadores a partir
de los cuales se hace un pronóstico sobre el posible comportamien-

119
© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

to futuro de una persona. Nosotros lo aplicamos en la predicción


de conductas psicopáticas, de conductas violentas en general o de
vulnerabilidad al estrés. Existen también para la predicción de la
violencia sexual y de la violencia contra la pareja.

Algunas de las misteriosas carpetas del abuelo tenían


sentido después de leer esto. Muchas carpetas corres-
pondían a casos que habían aparecido en las noticias,
recientes o de años atrás. Cada descubrimiento suponía
trabajo de documentación para los nietos, que pasaban
juntos muchas horas buscando información en internet.
El abuelo había aplicado los protocolos a casos de los
que hablaban los diarios, sobre violadores y otro tipo de
delincuentes. De hecho, muchas de las carpetas tenían
anotaciones para su uso en las clases que daba.

Series. The Jinx: aplicar el PCL (psychopathy checklist) de


Hare para evaluar al personaje que es entrevistado. Making a
Murderer: aplicar el protocolo SCR-20 para la predicción de la
agresividad sexual al personaje sobre el que habla la serie.
En la agencia de inteligencia veíamos la clásica clasificación de
Robert Ressler sobre los asesinos en serie desde otro punto de vista.
Los asesinos desorganizados, guiados por el impulso del momento,
sin previsión, sin mucho simbolismo, serían los asesinos con un
pensamiento más concreto. Suelen conocer a la víctima y el lugar, a
poca distancia de donde viven. Por otro lado, los asesinos organiza-
dos manifestarían características del pensamiento formal, como el
significado simbólico de sus asesinatos o la manera en que escogen
y se relacionan las víctimas. De hecho, la clasificación del FBI

120
© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

considera a estos, los organizados, personas con un CI superior a


la norma, con una apariencia normal y con habilidades para rela-
cionarse con las personas con aparente normalidad. Sin embargo,
cuando se estudian las coincidencias entre los patrones y los asesinos,
se acierta en tres cuartas partes de los casos estudiados, lo cual debe
considerarse un porcentaje a mejorar.

Recordaron que alguien de la familia había hecho el


trabajo de investigación del bachillerato sobre este tema.
El abuelo había conseguido influir a través de los traba-
jos del instituto para despertar el interés por la ciencia a
sus hijos. O quizás estaba intentando llamar la atención
sobre sus conocimientos, sobre sus actividades secretas.
Tendrían que volver a preguntar en alguna reunión fami-
liar, o buscar en los archivadores del garaje los trabajos
de sus padres.

Con la terapeuta acabé de dar forma a algunas de mis ideas so-


bre los patrones de comportamiento basados en el pensamiento con-
creto y en el pensamiento abstracto. De hecho, inicialmente, yo solo
veía el pensamiento concreto como una fuente de conflicto y de pro-
blemas, con una connotación negativa, mientras que el pensamiento
abstracto tenía para mí solo una connotación positiva. Después de
muchas horas de conversación y de análisis de la conducta humana,
vi que tanto el pensamiento concreto como el abstracto tienen sus
contextos positivos y negativos, o sea, que pueden ser adaptativos o
no según el contexto. Y que el problema es su interacción; cuando se
mezclan, cuando tienen que convivir, cuando los límites y sus usos
no están delimitados, se genera el conflicto. Si tu jefe está anclado

121
© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

en el pensamiento concreto, no entenderá muchas propuestas y no


le gustarán los cambios e innovaciones, incluso no los entenderá. O
cuando se usan en contra de las personas. Una pareja en que uno
funciona con pensamiento concreto y otro con abstracto puede tener
problemas de entendimiento, con la flexibilidad cognitiva, con la
manera de resolver los problemas o de gestionar el estrés. Es decir,
como siempre, es el uso que damos a las cosas lo que provoca el con-
flicto. El desarrollo de la inteligencia humana ha hecho a la especie
mejor en algunos aspectos, pero la convivencia y la igualdad se ha
visto perjudicada; de la misma manera, muchos de los inventos han
tenido usos destructivos para otras personas.

Las películas y series que le gustan al abuelo y los li-


bros que lee no son demasiado optimistas. Después de
ver lo que ve y de leer lo que lee, sería imposible llegar a
unas conclusiones optimistas sobre las personas. Los nie-
tos habían oído hablar muchas veces desde una perspec-
tiva negativa y pesimista sobre el futuro que le espera a la
especie humana. Cualquiera podría confirmar su visión
poniendo las noticias de la televisión en cualquier mo-
mento del día. Y eso que solo hablan de lo que les inte-
resa. Aun así, cada día se informa de muertes en guerras,
bombardeos, atentados y otros conflictos a lo largo del
planeta. Pero también hay muertes gratuitas que no apa-
recen en las noticias, debidas al hambre por una pobreza
evitable, por desplazamientos forzados, por explotación
de las mujeres, por enfermedades curables, por conflictos
ajenos a las personas que envenenan el agua, que expulsa
a las personas de sus territorios o que destruyen la natu-

122
© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

raleza en la que han vivido desde tiempos inmemoriales.


Sin embargo, hay una nota al margen de su diario que pa-
rece optimista. Cita el primer capítulo de un libro: Homo
Deus (2016), donde los datos objetivos relativizan las sen-
saciones pesimistas: actualmente mueren más personas
por el exceso de peso que de hambre, mueren más per-
sonas por suicidios que en guerras, atentados terroristas
y otras muertes violentas, y mueren más personas a causa
del azúcar y diabetes que por infecciones y virus.

Uno de los patrones que surgieron de nuestras conversaciones


fueron los patrones de relaciones familiares que sirven para predecir
el comportamiento de las personas. Algunas de las limitaciones o
deficiencias de nuestros agentes podrían no estar en sus capacidades
personales de inteligencia o de personalidad, sino en sus familias y
relaciones familiares de origen. Esto abre un nuevo campo de estudio
en mi disciplina, ya que se podrían considerar las familias de estilo
más tradicional como familias de pensamiento concreto, y se podrían
considerar las familias con un estilo más igualitario, democrático y
flexible como familias de pensamiento abstracto. Además, deberían
trabajarse todos los aspectos emocionales que se crean en el seno de
las familias y que se arrastran toda la vida (si no se trabajan). Me
vienen al pensamiento las palabras de mi hija cuando me decía:
«Las personas no cambian nunca». O las palabras de Morfeo en la
película Matrix cuando dice: «Hay ciertas cosas, capitana Niobe,
que no cambian jamás. Hay otras que sí cambian».
Si consideramos entonces que las personas no cambian con el
tiempo, si aceptamos los resultados que indican que los rasgos de
personalidad son estables a lo largo del tiempo, la conclusión es

123
© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

que tenemos dos caminos para trabajar con los agentes secretos y
los espías. O bien hacemos una selección de los agentes a partir
de un perfil muy concreto y determinado que les capacita para el
trabajo, o bien creamos ese perfil en cada persona por medio de lo
que muchas películas han llamado anular o borrar la personalidad,
aunque en psicología se diría modular. Por ejemplo, en la serie de
libros de Robert Lundlum sobre Jason Bourne, se borra la antigua
identidad (y personalidad) del agente para crear una nueva persona
(y personalidad). Evidentemente, yo me he dedicado a la selección
de los perfiles más ajustados, no a anular la personalidad de nadie.

De pronto, los nietos se miraron con sus respectivas


anotaciones y todo había cogido una forma que encajaba
con el contenido del mensaje cifrado.

124
Capítulo 13

«The End»

«Todo principio tiene un final».

Matrix

P ara acabar, quiero decir que a lo largo de los años he trabaja-


do en casos que han sido secretos. Algunos siguen siendo secretos hoy
en día. Me ha gustado el trabajo que he hecho, aunque ha sido difí-
cil no poder comentarlo con nadie, no poder recibir el reconocimiento
por mis aciertos porque el secreto impedía hablar de las acciones.
He colaborado con diferentes unidades o agencias y he conocido a
muchas personas interesantes y muchas actividades secretas que la
mayoría de personas no conocerán nunca. Algunas no las creerían
aunque las explicara. Pero quiero dejar muy claro que nunca he
participado en actividades ilegales, nunca he hecho daño físico a
ninguna persona. Y nunca he puesto mi vida ni la de mi familia en
peligro, al menos eso creo.

Dudaron de que esto último que habían leído fuera


del todo cierto. Habían descifrado un mensaje que ha-

125
© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

blaba de una muerte, como una nota de suicidio. Tras


muchas semanas de lectura y de documentación, habían
conseguido acabar de leer el diario secreto del abuelo.
Ellos sabían que el abuelo sabía que lo estaban leyendo.
A veces recibían ayudas, como encontrar carpetas sobre
su mesa de trabajo, casualmente relacionadas con lo que
iban leyendo. Pero el abuelo evitaba encontrarse cara a
cara con ellos. A veces, los vigilaba a cierta distancia, los
observaba trabajar, preguntaba a sus hijos por sus nietos,
les preguntaba sobre lo que estaban haciendo o buscaba
la manera de supervisar sus actividades.
Pero llegó el día en que se encontraron cara a cara.
Los nietos se quedaron en silencio y el abuelo sonrió.
Estaban en una fiesta familiar. Era el final del verano y
pronto todos volverían a las actividades académicas, con
deberes, exámenes y horarios marcados por las clases. Se
sonrieron al cruzar las miradas y los nietos hicieron un
gesto con la mano que indicaba que tenían la boca cerra-
da, como si tuvieran una cremallera con la que cerrarla.
Sin embargo, se morían de ganas de encontrarse a solas
con el abuelo para poder abrir la cremallera de la boca,
con total libertad, y comentar miles de detalles sobre lo
que habían leído. Querían hacerle millones de preguntas
sobre lo que creían haber descubierto: el abuelo implica-
do en una muerte. Creían que había simulado el suicidio
de una persona que habría sido asesinada.
Pero la abuela fue más rápida y pilló por banda a los
dos primos, a sus nietos más listos, y les interrogó como
solía hacer habitualmente, después de un abrazo muy

126
© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

fuerte y efusivo y de los tradicionales besos sonoros tan


propios de las abuelas. Podría salir con cualquier tema,
era imprevisible. Ese día le dio por los estudios:
–Vosotros dos, ¿qué queréis ser de mayores?
–¡Queremos ser espías! –respondieron a la vez.
–Tantas horas con el abuelo, con sus jueguecitos y sus
series, y ya os ha sorbido los sesos, ¿os ha comido el coco
o qué?
–¡No!, es verdad, queremos ser agentes secretos.
–¡Venga ya!, os habrá dicho que me chinchéis, porque
me da miedo que os hagáis policías y cosas así, ¿verdad?
–preguntaba la abuela preocupada, pero intentando disi-
mularlo.
–¡Que no!, ¡que es de verdad! –siguieron insistiendo.
–Ahora en serio. ¿Sabéis que los libros y las películas
del abuelo son de ficción, de mentira? –La abuela quería
ser profunda y utilizar el racionamiento lógico cuando no
era lo habitual en ella. Esto demostraba que realmente se
estaba preocupando; los nietos se dieron cuenta de ello y
vieron que el abuelo les miraba.
–Bueno, hemos pensado en estudiar Criminología
–iban respondiendo una vez cada uno–, o Psicología,
como el abuelo, o Medicina, o INEF, o alguna cosa de
Biología, todavía no lo tenemos claro del todo.
–¡Hombre! Tenéis que estudiar mucho porque deben
pedir notas muy altas. Coger las que tengan menos años
de carrera. Y si hacéis Psicología, el abuelo os podrá ayu-
dar con las dudas que tengáis. –La abuela ya parecía más
tranquila con esas respuestas.

127
© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

–¡Es verdad, abuela!


Cuando la abuela escuchaba lo que quería oír ya daba
por finalizada la conversación. El abuelo se fue acercando
al intuir que la conversación con ella podría ser incómoda
para sus nietos, que quizás habían dicho algo inadecuado
sobre su diario. Confiaba en lo mismo que confió toda su
vida, que no podrían ver la verdad, aunque la hubieran
tenido delante de las narices, pero quizás habían podido
despertar alguna sospecha. Cuando la abuela vio llegar al
abuelo ya dejó de dirigirse directamente a sus nietos:
–¿Ya les has inflado la cabeza a tus nietos con tus li-
bros?
–¿Por qué lo dices? –Otra pregunta contra una pre-
gunta.
–Van diciendo que quieren ser espías y no sé qué;
¡como se lo digan a sus padres van a tener un disgusto
por tu culpa!; ¡eso no se dice ni de broma! Y ya puedes
hacer que se les quite de la cabeza eso de ser policías,
soldados, espías o cualquier cosa de esas.
Y después de desahogarse con todas esas órdenes al
abuelo, la abuela se fue de allí. El abuelo y los nietos se
volvieron a mirar, volvieron a sonreír y observaron qué
hacía la abuela, con quién se ponía a hablar y de qué ha-
blaba. No se dirigió a sus padres, sino que se puso a ha-
blar con alguna de sus cuñadas del color del pintauñas,
del peinado, del vestido o de alguna foto para las redes
sociales, y seguramente ya se habría olvidado del tema del
espionaje.

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© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

Escribir el diario ha desvelado muchas cosas de mis actividades


y de mi vida, a mis nietos en primer lugar y no sé si a alguien más
en el futuro. Espero que este descubrimiento no sea perjudicial para
vosotros. Para mí ha sido terapéutico, es el resultado de una vida
de experiencias profesionales, de operaciones de inteligencia, de tra-
bajos llevados en secreto, en un mundo que se puede considerar que
ya no existe, porque antes no había tanta tecnología ni máquinas
como ahora y dependíamos mucho de nuestras capacidades. Espero
que quien lea este diario lo entienda como algo entre académico (por
todos los estudios y datos que realicé) y personal. Y creo que habéis
descubierto lo más oscuro de mi trabajo, algo de lo que no me siento
orgulloso pero que tuve que hacer.
Os pido, a vosotros que habéis sido los primeros en encontrarlo,
que lo mantengáis en secreto mientras viva y que lo custodiéis con
cuidado a partir de mi muerte. Aunque he dicho que no creo que
haya peligro, por el tipo de actividades que he hecho, sería más segu-
ro que no se conozca y que vosotros no lo deis a conocer.

Unos días después de las celebraciones familiares,


sonó el teléfono. Como siempre, lo cogió la abuela, que
parecía interesada en controlar las llamadas como si fuera
la centralita de un servicio de inteligencia:
–¿Diga?
–Quería hablar con el señor Flynn –dijo la voz al te-
léfono.
–Se equivoca, aquí no es, aquí no vive ningún... ¿cómo
me ha dicho? –preguntó la abuela.
–Señor Flynn.

129
© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

–Pues no, se debe de equivocar de número –dijo la


abuela, y colgó el teléfono.

Pero esa llamada se repitió muchas veces más...

130
Índice que te ayuda a localizar
conceptos clave

Análisis factorial 27, 30


Coeficiente de correlación 30
Constructos hipotéticos 29
Creatividad según el modelo de Eysenck 102
Creatividad, definición del constructo 99
Efecto Flynn 27, 38
Estadio de las operaciones concretas según Piaget 58
Estadio de las operaciones formales según Piaget 51, 52, 53, 59
Estilo cognitivo 93
Estilo cognitivo «analítico-holístico» 94
Estilo cognitivo «dependencia-independencia de campo» 94
Estilo de aprendizaje 94
Factor específico «s» de Spearman 47
Factor general «g» de Spearman 40, 47
Inteligencia «A» o natural de Hebb 48
Inteligencia emocional 112
Inteligencia exitosa 50
Inteligencia fluida de Cattell 48
Inteligencia natural 35
Modelo 30
Modelo 16PF de Cattell de la personalidad 67
Modelo de búsqueda de sensaciones de Zuckermann 67
Modelo de inteligencia múltiple de Gardner 66, 113
Modelo de inteligencia triárquica de Robert Sternberg 50
Modelo de los cinco grandes de McCrae y Costa 67, 117, 118
Modelo de personalidad de Gray 67

131
© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

Modelo de personalidad EPP de Eysenck 67


Modelo factorial Bar-On sobre la inteligencia emocional 118
Modelo factorial Bar-On, componentes factoriales
emocionales 118
Modelo PEN de personalidad de Eysenck 40, 67
Modelo PMA de la inteligencia de Thurstone,
de aptitudes mentales primarias 66
Pensamiento concreto 53, 61
Pruebas para evaluar la creatividad 101
Rasgo de personalidad «agradabilidad» 118
Rasgo de personalidad «apertura intelectual» 117
Rasgo de personalidad «extraversión» 76
Rasgo de personalidad «neuroticismo» 76
Rasgo de personalidad «psicoticismo» o «dureza» 77
Razonamiento concreto 57
Razonamiento lógico-formal o abstracto 57
Sistemas BAS 36
Sistemas BIS 36
Sistemas CHS 36
Teoría 30
Teoría de la sensibilidad al reforzamiento de Gray 36
Teoría de los estadios evolutivos de Piaget 29, 42, 49
Teoría de Maslow 54
Teoría hipocrática de los humores 64
Teoría triárquica de la inteligencia de Sternberg 113
Teorías de la personalidad descriptivas (o léxico-descriptivas) 66
Teorías de la personalidad explicativas (o biológico-causales) 66
Test de inteligencia de Wechsler 45
Test de matrices progresivas de Raven 45
Variabilidad 40
Variabilidad intergrupal 40
Variabilidad interindividual 40
Variabilidad intraindividual 40
Variación potencial 48

132
Índice que te ayuda a aprender

El siguiente índice es un resumen sintético de los con-


tenidos teóricos que aparecen ilustrados y/o explicados
a lo largo de la novelette. Si seguimos cualquiera de las pá-
ginas indicadas, llegaremos a un punto del texto donde
se desarrolla el tema al que se hace referencia, ya sea me-
diante la inclusión del propio término literal o mediante
conceptos que explican dicho tema.

1) Conceptos generales
a) Constructos hipotéticos: se refiere a un concepto
abstracto para designar fenómenos psicológicos
que no son observables directamente. 29-30
b) Teorías: esquemas conceptuales formados por conjuntos
de hipótesis relacionadas que representan el conocimiento
científico de forma sistematizada. 30
c) Modelos: representaciones de una parte de la realidad
que ayuda a comprender su estructura y/o
funcionamiento. 30
d) Variabilidad: conjunto de diferencias observables
entre los individuos en unas mismas características
(capacidades o rasgos). 40-41
e) Tipos de variabilidad: interindividual (entre personas
según una variable psicológica), intergrupal (entre grupos
que comparten rasgos comunes), intraindividual
(en una misma persona). 40-41

133
© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

f) Análisis factorial: técnica estadística que permite


reducir el número de variables agrupándolas
en un número reducido de factores. 30-31
g) Coeficiente de correlación: coeficiente que
indica el grado en que están asociadas dos variables
de manera descriptiva, no causal. 30-31
2) Teorías y modelos de la inteligencia
a) Teoría de Spearman del factor «g»: supone
que la inteligencia es una aptitud general que influye
en el rendimiento de cualquier test, de base biológica
o natural: 40, 67
• El factor general «g»: capacidad general que permite
a las personas resolver problemas de manera rápida
y eficiente, independientemente de los estímulos
o tareas en las que trabaje. 47
• El factor específico «s»: se refiere a los factores
propios de cada tarea, a las capacidades
específicas. 47
• Rango de variabilidad potencial: grado de
variación de la inteligencia natural o biológica
(disposición heredada) según la estimulación y el uso. 48
b) Teoría de la inteligencia de Cattell: integra factores
biológicos de potencialidad innata (fluida para la capacidad
y cristalizada para el rendimiento) y factores culturales,
motivacionales y emocionales. 48
c) Modelo de inteligencia de Hebb: considera un potencial
biológico, natural (heredable) la inteligencia «A», y su
fenotipo la inteligencia «B», que se muestra en la vida
cotidiana: 47-48
• La inteligencia natural: biológica, heredable,
relacionada con las funciones bioquímicas
del sistema nervioso central. 47-48

134
© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

d) Modelo PMA de la inteligencia de Thurstone: se


compone de siete aptitudes primarias: comprensión
verbal, fluidez, razonamiento, cálculo numérico,
memoria, razonamiento espacial y rapidez perceptiva 66
e) Teoría triárquica de la inteligencia de Sternberg:
considera la inteligencia como una actividad mental
autodirigida para la adaptación al entorno. 50, 113
• La inteligencia exitosa: capacidad de adaptación
a diferentes ambientes, de moldearlos y
seleccionarlos, para lograr propósitos propios
y colectivos. 50
f) Modelo de las inteligencias múltiples de Gardner:
concepción multifactorial no jerárquica que considera
que hay tantas inteligencias como exigencias
de las situaciones. 66-67, 113
g) Teoría de los estadios evolutivos de Piaget:
considera que la inteligencia humana se desarrolla
(madura) a través de cuatro estadios evolutivos:
sensorial, motriz, preoperacional y estadio de las
operaciones concretas. Se habla de un quinto estadio
de capacidades metaanalíticas: 42, 49-50, 51
• Estadio de las operaciones concretas:
se adquiere entre los siete y los once años de edad;
se caracteriza por la comprensión y aplicación
de operaciones lógicas si se centran en
el presente y en el lugar actual. 52-53, 58-59, 61-71
• Estadio de las operaciones formales: se adquiere
a partir de los doce años hasta la edad adulta
y permite pensar de forma abstracta, resolver
problemas hipotéticos y reflexionar sobre
diversas posibilidades. 52-54, 59-71
h) El «efecto Flynn»: propuesto por James Flynn,
describe el incremento que se ha producido
en la capacidad de razonamiento lógico de las personas

135
© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

a lo largo del siglo XX, de generación en


generación, en los países desarrollados: 27, 38-39
• Observaciones con el test de Wechsler:
considera la inteligencia como un conjunto
de capacidades relacionadas entre sí; diseñó
escalas de medidas basadas en este concepto. 45
• El test de matrices progresivas de Raven:
prueba de razonamiento no influenciada
por la carga cultural, ni la escolarización,
ni aspectos verbales. 45
3) Teorías y modelos de la personalidad
a) Teoría hipocrática de los humores: antecedente
de un modelo de caracteres explicado por cuatro
humores corporales: bilis, bilis negra, flema y sangre. 64
b) Modelos léxico-descriptivos y modelos biológico-
causales: los primeros solo pretenden describir
y clasificar a las personas sobre la base de unos rasgos,
mientras que los segundos pretenden describir
y explicar las diferencias individuales a partir
de mecanismos biológicos, según se centren
en los aspectos concretos o abstractos. 66-67
c) El modelo de personalidad PEN de Eysenck:
modelo biológico causal formado por tres
dimensiones básicas de personalidad independientes:
neuroticismo, extraversión y psicoticismo: 40, 67
• Extraversión: se caracteriza por la preferencia
de estimulación social, actividad, sociabilidad,
curiosidad, vitalidad, dominancia
o por ser aventureros. 76-77
• Neuroticismo o inestabilidad emocional:
se caracteriza por reaccionar a estímulos de
manera negativa, como la ansiedad, preocupación,
timidez, irracionalidad o negatividad. 76

136
© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

• Psicoticismo o dureza emocional: se caracteriza


por ser inconmovible, impersonal, no empático,
egocéntrico impulsivo, antisocial o por la frialdad
emocional. 77
• Un nuevo instrumento, el EPP de Eysenck
(Eysenck Personality Profiler): donde los factores
son la extraversión, el neuroticismo y la dureza
emocional en sustitución del psicoticismo. 67
d) El modelo de personalidad 16PF de Cattell:
es un modelo léxico descriptivo que propone dieciséis
factores primarios y cinco factores de segundo orden
relacionados con los cinco factores del modelo
de McCrae y Costa. 67
e) El modelo Big Five de cinco factores de McCrae
y Costa: modelo léxico con cinco grandes rasgos
replicables en diferentes idiomas: extraversión,
neuroticismo, apertura a la experiencia,
responsabilidad y agradabilidad: 67, 117-118
• El factor de apertura intelectual: tendencia
a buscar nuevas experiencias o conocimientos,
curiosidad por diferentes actividades, teorías
y pensamientos. 117
• El factor agradabilidad: se caracteriza
por la confianza, altruismo, modestia, una actitud
conciliadora y sensibilidad hacia los demás. 118
f) La teoría de la sensibilidad al reforzamiento
de Gray: teoría biológica de la personalidad crítica
con el modelo de Eysenck que se basa en los sistemas
BIS (de inhibición conductual), BAS (de aproximación
conductual) y CHS (de confrontación-huida): 36, 67
• Los sistemas BIS y BAS: el sistema BIS de
inhibición conductual muestra conductas de
evitación (ansiedad) y el sistema BAS de aproximación
conductual muestra conductas de acercamiento
para conseguir premios. 36

137
© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

g) La búsqueda de sensaciones de Zuckermann:


tendencia a responder intensamente a estímulos
nuevos o señales de recompensa. 67
4) Teorías y modelos de la creatividad
a) Definición del constructo: capacidad de producir
respuestas originales o nuevas, únicas, de inventar,
innovar, o de encontrar nuevas soluciones
a un problema. 99-100
b) Manifestaciones de la creatividad: en aspectos
gráficos (artes), aspectos verbales (literatura)
o perceptivos. 99-100
c) Pruebas para medir la creatividad: de fluidez,
flexibilidad, pensamiento divergente, asociación,
originalidad, productividad, detalles o resolución
de problemas. 100-101
d) El modelo de Eysenck para la creatividad: modelo
explicativo que considera la interacción de causalidad
entre elevada inteligencia general, la «dureza emocional»
y una manera de procesar la información, como la
«sobreinclusión». 101-102
5) Los estilos cognitivos
a) Definición y delimitación del constructo: forma
de funcionamiento cognitivo que incluye la percepción,
la memoria, la forma de organizar la información
o de resolver problemas, entre otras. 93-94
b) Estilos de aprendizaje: forma consistente
de responder y gestionar los estímulos en un contexto
de aprendizaje. 94
c) Estilo cognitivo «analítico-holístico»: estilo referido
a cómo se organiza la información: si en elementos o
secuencias, o en conjuntos o de manera global. 94
d) Estilo cognitivo «dependencia-independencia de
campo»: grado en que un individuo recibe una parte

138
© FUOC • PID_00247079 El agente Flynn

del campo perceptivo como separado de lo que


lo rodea en vez de verlo incluido en él. 94
6) La inteligencia emocional
a) Definición y delimitación del constructo: capacidad
para controlar las emociones propias y de los demás,
para identificarlas y para guiar pensamientos
y acciones. 111-113
b) Modelo factorial Bar-On: se basa en la autorregulación
emocional como sistema de control de las experiencias
emocionales; considera cinco componentes
emocionales. 118
c) Componentes de la inteligencia emocional:
según el modelo Bar-On, son el intrapersonal,
interpersonal, adaptabilidad, manejo del estrés
y estado de ánimo. 118
7) Otras teorías psicológicas relacionadas
a) Teoría de Maslow de las necesidades sociales:
se estructuran de manera jerárquica desde las necesidades
fisiológicas, necesidades de seguridad, necesidades
de afiliación y relación social, hasta las necesidades
de reconocimiento y de realización personal. 54-55

139
Esquema general

141
Novelas, películas, series y documentales
para divertirse aprendiendo

Novelas
La colección de casos de Sherlock Holmes, de Arthur Conan Do-
yle.
Los casos del joven detective Flanagan, de Andreu Martín y Jaume
Ribera.
Los casos del detective sueco Kurt Wallander, de Henning
Mankell.
Los casos del detective griego Kostas Járitos, de Pétros Márkaris.
Los casos del detective italiano Luigi Ricciardi, de Maurizio de
Giovanni.
Yo soy Pilgrim, de Terry Hayes.
Las novelas sobre el agente Jason Bourne, de Robert Lundlum.

Películas
Las cuatro películas sobre el agente secreto Jason Bourne: El caso
Bourne (1), El mito de Bourne (2), El ultimátum de Bourne (3) y Jason
Bourne (4).

Series
Sobre distopías: Black Mirror, Utopia, Expediente X (2016).
Sobre patrones de predicción de conducta: The Jinx, Making a Mur-
derer.

143
© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

Sobre Sherlock Holmes: Sherlock, de la BBC.


Policíacas: Fargo, True Detective, The Fall, Bron/Broen.

Documentales
Documania TV. (2015). Historia de los archivos secretos: Operación
Mincemeat. Disponible en: http://www.documaniatv.com/his-
toria/historia-de-los-archivos-secretos-operacion-mincemeat-
video_6f783bdda.html. [Consulta realizada 06/06/2017]

144
Anexo

Ejercicios para practicar

1. A partir de la serie documental The Jinx, cumplimentar el PCL


(psychophatic check list) del personaje Hare con la información que
aportan las entrevistas realizadas y los documentos mostrados en
la serie.

2. A partir de la serie documental Making a Murderer, cumplimentar


el SCR-20 (2005) sobre agresividad sexual con la información que
aportan las entrevistas y los datos de la serie.

3. Explica diferentes historias posibles para estas situaciones:

a. La chica esperaba llegar a su parada para bajar del metro. Lleva-


ba varias estaciones doblando la bolsa de plástico muy bien para
que ocupara el menor espacio posible. Cuando llegó a su parada,
se bajó y fue directa a la papelera, donde depositó la bolsa…

b. Un chico vestido de manera juvenil, con tejanos y una camise-


ta de color claro, se paseaba dando vueltas con un maletín negro
brillante. Parecía impaciente, o nervioso…

c. Una señora pasea por las calles de una gran ciudad y, de cuan-
do en cuando, mira hacia arriba, coge una libreta y anota algo

145
© FUOC • PID_00247079 Jordi Navarro Montes

con su bolígrafo. Después sigue caminando y repite la misma


acción.

d. Llevaba más de media hora contemplando la mancha de san-


gre que había en la ventana de su habitación; esta ya se había
secado y tenía un color negruzco. Pero no podía quitar los ojos
de ahí…

146
Nunca hubieran podido imaginar lo que descubrirían en el
despacho del abuelo, donde tanto habían jugado de pequeños.
Una vida secreta que había conseguido ocultar ante todo el
mundo a través de un diario que los nietos leerán a escondidas,
en cada visita a casa del abuelo, con una curiosidad sin límites.
Un diario en el que descubrirán los conocimientos psicológicos
de los que disponía y cómo los había aplicado a su trabajo como
agente secreto y había experimentado con ellos. Sin embargo,
a medida que avancen en la lectura, también les esperan
otros descubrimientos que los desconcertarán y llenarán de Jordi Navarro Montes (1967)
preguntas sobre la vida del abuelo. es doctor en Psicología por la
Universidad de Barcelona, donde
ha sido profesor asociado de
las asignaturas de Psicología
¿QUÉ ES UNA NOVELETTE? de la personalidad y Psicología
diferencial. Actualmente es
Un manual en forma de novela
profesor consultor en la UOC de
• Historia con una trama emocionante la asignatura de Psicología de las
• Términos clave destacados en negrita diferencias individuales, junto con
• Índices para aprender y para localizar temas la profesora Maria Jayme, con quien
es coautor de la adaptación del
• Mapa conceptual
material de la UOC de la asignatura
• Bibliografía literaria
de Psicología de la personalidad.
También tutoriza la asignatura
Con la novelette El agente Flynn de Psicología de las diferencias
aprenderás sobre... individuales en la UNED.
Compagina su actividad docente
PSICOLOGÍA DE LAS DIFERENCIAS universitaria con la formación de
INDIVIDUALES policías en la Escola de Policia
de l’Institut de Seguretat Pública de
Una iniciativa universitaria Catalunya. Ha asesorado diversos
de Oberta Publishing para estudios de investigación en temas
disfrutar y aprender. policiales, así como trabajos de
investigación de bachillerato y
ESO relacionados con temas de
inteligencia y policiales. Además,
PSICOLOGÍA
es aficionado a la lectura
de novela negra y de espías.

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