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Presenta
Luis Jesús Armenta Reyes
La felicidad ¡já!, es curioso porque últimamente, en las cajas de preguntas que dejan en
Instagram diciendo: hazme una pregunta… Lo único que se me ocurre preguntar es:
¿realmente eres feliz? E incluso esta misma pregunta se la he hecho a diferentes conocidos,
pero a la vez, me la he hecho a mí mismo. Y es realmente sorprendente el tipo de respuestas
que me he encontrado, y es que algunos dicen que no, porque están pasando por situaciones
difíciles, otros dicen que en este momento si lo son, porque la vida les está favoreciendo,
porque tienen a Dios, etc., pero, aún más curioso es mi respuesta porque cada que me hago
esta pregunta digo, que sí soy feliz y no importa la situación por la que estoy pasando.
Y otra cosa que me lleva a preguntarme entonces es: ¿Se puede estar siempre feliz?
Además, muchas veces he dicho que esta vida está llena de sufrimientos, lo que me lleva a
preguntarme: ¿se puede ser feliz a pesar de todas las cosas malas que nos suceden? Y si es
así, ¿cómo se consigue esto?
Pero, dando paso a la pregunta “en qué consiste la felicidad”, para mí la felicidad consiste
en un estado donde te sientes bien contigo mismo y por qué no, bien con los demás, un
estado de tranquilidad, de paz, también un estado alegre, se podría decir también: sentirte
realizado. Y con lo que más asocio esto, es que la felicidad consiste en vivir siempre en
plenitud, vivir siendo tú, pero siendo tú al máximo, al 100%. Y teniendo en cuenta que no
podemos controlar todo, pero que lo que está a nuestro alcance, sí, pues hacerlo de la mejor
manera posible. O bien, como dice “Sebastián J. Grillo” en la nueva película de Pinocho,
frase que está muy de moda ahorita: “Debes hacer tu mejor esfuerzo, y eso es lo mejor que
cualquiera puede hacer”.
Pero vamos al punto más importante como conseguir la felicidad, visto desde mi
perspectiva. Y bueno, más allá de hablar desde puntos filosóficos, me voy a meter un poco
más a ámbitos más espirituales y religiosos, porque yo creo que hay un camino por el cual
se consigue la felicidad y hasta ahorita a mí me ha funcionado mucho: el camino de la
SANTIDAD, este camino que algunas veces no será muy fácil, pero que te llevará a la
felicidad segura, que te lleva a Dios y es que como decía un santo al que admiro mucho,
“Don Bosco”: “Es una locura buscar la felicidad lejos de Dios; aunque también el
catecismo de la Iglesia Católica nos cita algo que tiene mucho que ver con esto: “Dios
mismo, al crear al hombre a su propia imagen, inscribió en el corazón de éste el deseo de
verlo. Aunque el hombre a menudo ignore tal deseo, Dios no cesa de atraerlo hacia sí, para
que viva y encuentre en Él aquella plenitud de verdad y felicidad a la que aspira sin
descanso.”
Recordar, pues, que éste, es un Dios de amor, porque Jesús mismo así nos lo presentó,
incluso la parte central de su mensaje fue el amor, pero, por qué hago alusión a esto,
precisamente porque en esto consiste el camino de la santidad, en amar, en hacer todas las
cosas por amor, en vivir enamorados, porque ciertamente yo hablaba de vivir tu vida al
máximo, y es que creo yo que en esto consiste y no sé si alguna vez te has fijado, ¿cómo es
un enamorado? ¿cómo es la forma en que vive? tú mismo, cuando te has sentido muy
enamorado de una persona, ¿cómo es tu actitud ante ella, ante la vida misma?
Digo esto porque yo he visto personas muy enamoradas capaces de hacer cualquier cosa
por la persona que más aman y no me descarto, por supuesto, a mí mismo, yo he
experimentado esta parte del enamoramiento y parece que la vida es más hermosa, te
esfuerzas por mejorar cada día, pones más empeño a las actividades, tienes más creatividad
para hacer cosas y buscar hacer feliz a la otra persona y al final del día eres también muy
feliz contigo, porque te diste.
Si esto lo aplicamos a la vida diaria, ¡Ufff!, viviríamos creo yo más felices, porque amar
nos vuelve otros, nos hace ponerle empeño a nuestro día a día, si pones amor a tus días, te
aseguro que no serán iguales y que no tendrás que caer en el peso de la rutina y es que el
secreto está allí, en darse totalmente; a la vida, a las personas, a los momentos, disfrutar de
todo, pero, ciertamente sin excederse, siempre todo con medida. Y al final del día
quedaremos muy satisfechos, muy felices. El amor es lo que siempre te debe llevar a actuar.
Y qué crees, esto no termina aquí, este Dios que es amor y no cesa de atraernos hacia sí
quiere hacernos participes de su vida bienaventurada en el cielo, donde no habrá más
sufrimiento, ni dolor.
Así que será necesario que vivas luchando por alcanzar la santidad: viviendo siendo tú al
100%, amando, haciéndote una pregunta todos los días: ¿hoy me di a los demás? y
esforzándote por dar siempre lo mejor de ti, más aun en las adversidades de la vida y si es
posible ofrecerlo a Dios, con el cual hay que llevar una relación muy íntima, buscándolo
día con día, ya que viviremos toda una eternidad con Él.
Y por último recordar que el único que puede llenar o satisfacer el corazón del hombre, es
Aquel que lo creó.