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“LA DOLOROSA DEL COLEGIO”

FIESTA
“Y a ti, una espada de dolor
atravesará tu corazón”
Lc 2, 35.

SANTA MISA DE FIESTA


2021

Arquidiócesis de Quito
Primada del Ecuador

1 DE QUITO
ARQUIDIOCESIS
Liturgia preparada por P. Estiven Vallejo Realpe,
de la Arquidiócesis de Quito.
Congregación para el Culto Divino
Prot.695/94L; 601/97/L
Textos aprobados para Ecuador.
Edición pastoral
Año 2023.

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EL MILAGRO DE LA DOLOROSA DEL COLEGIO

P. Iván Lucero, S.J. / P. José Luis Micó , S.J.

La tarde del viernes 20 de abril de 1906, los treinta y cinco


estudiantes internos del Colegio San Gabriel retornaron de un
paseo. Era la semana de Pascua y los alumnos estaban de
vacaciones. Después de un breve estudio, pasaron al comedor
ubicado en la planta baja del colegio, entre los dos patios de
recreo. En el momento de la cena, uno de ellos notó que una
litografía de la Virgen de los Dolores cerraba y abría los ojos, al
tiempo, que la expresión de su rostro cobraba vida.

Por espacio de quince minutos, los dos jesuitas -que


acompañaban al grupo- y los treinta y cinco jóvenes fueron
testigos del milagro obrado por Dios en el cuadro que sería
llamado en adelante la Dolorosa del Colegio.

Después de un riguroso proceso canónico se determinó el 31 de


mayo de 1906 que la imagen podía exhibirse solemnemente para
culto y devoción del pueblo católico de Quito. Desde aquel día
hasta el presente la devoción a la Dolorosa del Colegio se
acrecienta para gloria de Dios y bien de las familias católicas de
nuestro país.

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Dios no hace milagros, como juego de manos, para llamar la
atención. Los milagros son “signos”, mensajes de Dios, no para
los incrédulos sino para los creyentes; señalan su presencia cerca
de nosotros, para avivar la fe, advertir de un peligro, descubrir
su voluntad.

¿Que buscaría Dios con aquel prodigio de un cuadro de su


Madre? Los que han estudiado esa historia no dudan en
interpretar ese signo, ante los estudiantes del San Gabriel, como
una advertencia, y una invitación para mantener los valores
religiosos y morales del catolicismo, que habían forjado las
naciones latinoamericanas y eran eje de su cultura.
Efectivamente, el milagro de la Dolorosa despertó en los
católicos, desconcertados y paralizados, una reacción de adhesión
a su fe y sus devociones, a sus principios y sus tradiciones, de
hogar, de enseñanza, de cultura.

La Dolorosa se convertía en maestra de la fe, estrella y guía de la


vida espiritual del Ecuador. La devoción a la Dolorosa del
Colegio crecía y se propagaba; y se manifestaba el 20 de cada mes
en la gran novena de abril; en la confianza que inspiraba esa
imagen, que todos llevaban junto al corazón y tenían en cada
hogar y cada iglesia.

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LA DOLOROSA DEL COLEGIO
Fiesta en la Arquidiócesis de Quito

Desde la época colonial se fue desarrollando en el pueblo ecuatoriano una


profunda devoción a Nuestra Señora de los Dolores. Testimonio de ello son
las bellísimas tallas y esplendidos cuadros de la Escuela Quiteña que
abundan aún en nuestros templos y familias. María supo corresponder a este
amor. Así, cuando la fe cristiana iniciaba su calvario en el Ecuador, el 20 de
abril de 1906, se sirvió de una bella litografía para manifestar su
predilección ante un grupo de alumnos de toda edad en el Colegio San
Gabriel de Quito. La autoridad eclesiástica procedió muy cautelosamente e
inició el proceso tan serio que fue propuesto por Roma como modelo.
Solamente entonces se declaró la autenticidad del prodigio.

Propuesta celebrativa aprobada por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana en 1986,


con el nuevo decreto de la Conferencia Episcopal se podrán utilizar las lecturas “ad
libitum” del común de la santísima Virgen María.

RITOS INICIALES

Monitor: Buenos días (noches) queridos hermanos. Nos hemos


reunido alrededor del altar del Señor, para celebrar la fiesta de
nuestra Madre la Dolorosa del Colegio, tan amada por los
ecuatorianos y de manera particular por quienes vivimos en esta
ciudad de Quito. A ella, patrona de la educación católica en el
Ecuador, le encomendamos a nuestros niños y jóvenes, para que,
siendo fieles al Evangelio de Cristo, se formen en los principios
y valores que hoy requiere nuestra sociedad y, con el testimonio
de su vida anuncien la alegría del Evangelio. Iniciemos nuestra
celebración cantando.

Antífona de entrada Cf. Salmo 33, 12


Vengan, hijos; y escúchenme: los instruiré en el temor del Señor.
Aleluya.

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P. En el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo.
A. Amén.

P. El Dios de la vida, que ha resucitado a Jesucristo


rompiendo las ataduras de la muerte,
esté con ustedes.

R. Y con tu Espíritu.

ACTO PENITENCIAL

P. El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y


de la Eucaristía, nos llama ahora a la conversión.
Reconozcamos, pues, que somos pecadores e invoquemos
con esperanza la misericordia de Dios.

Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes


hermanos, que he pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión; por mi culpa, por mi culpa, por
mi gran culpa, por eso ruego a santa María, siempre
virgen, a los ángeles y a los santos y a ustedes hermanos
que intercedan por mí ante Dios nuestro Señor.
P. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén

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/Señor, ten piedad de nosotros. /
/Cristo, ten piedad de nosotros. /
/Señor, ten piedad de nosotros. /

Himno de alabanza.

Gloria a Dios en el cielo,


y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.

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ORACIÓN COLECTA

DIOS OMNIPOTENTE Y MISERICORDIOSO,


QUE NOS HAS ENCOMENDADO AL CUIDADO MATERNAL
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA DOLOROSA,
CONCÉDENOS VENERARLA COMO MADRE Y REINA
DE LA EDUCACIÓN CATÓLICA DE LA JUVENTUD
Y TENERLA SIEMPRE
COMO MAESTRA DE FE INCONTAMINADA,
DE UNA ESPERANZA INQUEBRANTABLE
Y DEL MÁS PURO AMOR.
POR NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, TU HIJO,
QUE VIVE Y REINA CONTIGO EN LA UNIDAD DEL ESPÍRITU
SANTO Y ES DIOS POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS.

R. Amén.

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LITURGIA DE LA PALABRA

Monitor: Tomemos asiento hermanos. Escuchemos la Palabra


de Dios que se proclama en este día de Fiesta de “La Dolorosa
del Colegio” ella, con su amor maternal, miró a aquellos niños
y jóvenes del Colegio San Gabriel. Hoy, ella nos mira y nos
indica el camino de la Sabiduría el cual nos remite siempre a
Jesús. Escuchemos.

PRIMERA LECTURA
“El que me come no tendrá más hambre.”

Lectura del libro del Eclesiástico


24,1-2, 5-7. 12-16, 26-30

La sabiduría hace su propio elogio


y se gloría en medio de su pueblo;
abre su boca en la asamblea del Altísimo,
y ante todos los ejércitos celestiales
se glorifica diciendo:
“Yo salí de la boca del Altísimo
y soy la primogénita de todas sus creaturas.
Encendí en el cielo una luz que no se apaga
y cubrí de niebla toda la tierra.
Yo puse mi tienda en las alturas
y mi trono sobre una columna de nubes.
Entonces, el creador del universo, el que me formó,
me dio una orden, él estableció mi morada y me dijo:
“Pon tu tienda en Jacob, que sea Israel tu heredad;
hecha raíz en medio de mis elegidos’.
En el principio, antes de los siglos,
me formó y existiré para siempre.
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En su santa tienda ejercí las funciones sagradas ante él;
por eso fijó mi morada en Sión
- en la ciudad santa me hizo reposar -
y en Jerusalén la sede de mi poder.
En un pueblo glorioso eché raíces,
en la porción del Señor, en su heredad.
Vengan a mí todos los que me aman,
y sáciense de mis frutos,
porque mis palabras son más dulces que la miel
y mi heredad, mejor que los panales.
Todas las generaciones me recordarán para siempre.

Los que me comen seguirán teniendo hambre de mí,


los que me beben seguirán teniendo sed de mí,
los que me escuchan no tendrán de qué avergonzarse
y los que se dejan guiar por mí no pecarán”.
Palabra de Dios.

O bien:
“Aprendió a obedecer padeciendo
y se convirtió en la causa de la Salvación eterna.”

Lectura de la carta a los hebreos


5, 7-9.

Hermanos: Durante su vida mortal, Cristo ofreció oraciones


y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, a aquel que podía
librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar
de que era el Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y
llegado a su perfección, se convirtió en la causa de la
salvación eterna para todos los que lo obedecen.

Palabra de Dios.
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SALMO RESPONSORIAL
Lc. 1, 46-45

R. “Tú eres el orgullo de nuestra raza”

Mi alma glorifica al Señor


y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador,
porque puso sus ojos en la humildad de su esclava. R.

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones,


porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede,
Santo es su nombre.
Y su misericordia llega de generación en generación
a los que le temen. R.

Ha hecho sentir el poder de su brazo:


dispersó a los de corazón altanero.
Destronó a los potentados
y exaltó a los humildes.
A los hambrientos los colmó de bienes
y a los ricos los despidió sin nada. R.

Acordándose de su misericordia,
vino en ayuda de Israel, su siervo,
como lo había prometido a nuestros padres,
a Abraham y a su descendencia, para siempre. R.

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ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO.
Lc. 2,19.

R. Aleluya, Aleluya
Dichosa la Virgen María, que guardaba la palabra de Dios
y la meditaba en su corazón.
R. Aleluya

EVANGELIO

“Y a ti una espada te traspasará el alma.”

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.


2,33-35

En aquel tiempo, el padre y la madre del niño estaban


admirados de las palabras que les decía Simeón. Él los
bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: “Este niño
ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en
Israel, como signo que provocará contradicción, para que
queden al descubierto los pensamientos de todos los
corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma”.

Palabra del Señor.

HOMILIA

Oración de los fieles

P. Elevemos nuestra oración al Padre celestial, en esta fiesta


de nuestra Madre “La Dolorosa del Colegio” y digamos: R.
Padre de misericordia, escúchanos.

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1. Por la santa Iglesia, por nuestro Obispo Alfredo José, sus
obispos auxiliares Danilo y David; y por los miembros de
Compañía de Jesús, para que acogiendo con humildad y fe el
don de la salvación, sean, testigos de Cristo en la Iglesia y ante
el mundo. Roguemos al Señor. R.
2. Por todos los pueblos de la tierra: para que descubran en
solidaridad y en el compartir de los bienes materiales,
culturales y espirituales el camino seguro en la construcción
del Reino de Dios. Roguemos al Señor. R.
3. Por los niños y jóvenes de nuestro país: para que,
descubriendo en la mirada de María, Madre de Dios, la
Dolorosa del Colegio, la ternura y la bondad, la verdad y la
justicia; puedan comprometerse desde su educación a la
construcción de una sociedad ecuatoriana justa y solidaria.
Roguemos al Señor. R.
4. Por todos nosotros, reunidos en esta celebración: para que
el espíritu de gratitud y de alabanza que brilló en la Virgen
María nos haga siempre fieles y agradecidos en los momentos
de prueba y de alegría. Roguemos al Señor. R.

5. Por todos los hombres de la tierra agobiados por las


consecuencias de la pandemia para que todos actuemos con
responsabilidad, superemos el miedo y el desánimo con la luz
y la esperanza de Jesucristo, hijo de la Virgen María,
Roguemos al Señor. R.

P. Padre de bondad, que estas peticiones que te presentamos


encuentren eco en tu amor generoso, y que nos ayude la
intercesión poderosa de la Madre de tu Hijo, que vive y reina
por los siglos de los siglos.
R. Amén.
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LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

P. Oren, hermanos, para que llevando al altar los gozos y


las fatigas de cada día, nos dispongamos a ofrecer el
sacrificio agradable a Dios, Padre todopoderoso.

R. El Señor reciba de tus manos este Sacrificio para


alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el
de toda su santa Iglesia.

Oración sobre las ofrendas

DIOS DE MISERICORDIA, ACOGE LAS PLEGARIAS


Y RECIBE LAS OFRENDAS QUE TE PRESENTAMOS
EN HONOR DE LA VIRGEN MARÍA,
A QUIEN TÚ NOS ENTREGASTE COMO MADRE AMOROSA,
CUANDO ESTABA JUNTO A LA CRUZ
DE SU HIJO, JESUCRISTO.
ÉL, QUE VIVE Y REINA POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS.

R. AMÉN.

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PREFACIO I

Junto a la cruz de su Hijo, la Madre permaneció fiel.

P. El Señor esté con ustedes.


R. Y con tu espíritu.

P. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

P. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.


R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.

Porque en tu providencia estableciste


que la Madre permaneciera fiel
junto a la cruz de su Hijo
para dar cumplimiento a las antiguas figuras,
y ofrecer un ejemplo nuevo de fortaleza.

Ella es la Virgen santa,


que resplandece como nueva Eva,
para que, así como una mujer contribuyó a la muerte
así también una mujer contribuyera a la vida.
Ella es la misteriosa Madre de Sión
que recibe con amor materno
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a los hombres dispersos,
reunidos por la muerte de Cristo.
Ella es modelo de la Iglesia Esposa,
que, como Virgen intrépida,
sin temer las amenazas
ni quebrarse en las persecuciones,
guarda íntegra la fidelidad del prometido.

Por eso,
unidos a los coros angélicos,
te aclamamos llenos de alegría:

Santo, Santo, Santo es el Señor,


Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

O bien:

PREFACIO II

La Santísima Virgen, por bondad Divina, fue asociada a la pasión

P. El Señor esté con ustedes.


R. Y con tu espíritu.
P. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
P. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

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En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.

Porque, para reformar al género humano


has querido, con sabiduría infinita,
que la nueva Eva estuviera junto a la cruz del nuevo Adán,
a fin de que ella,
que por obra del Espíritu Santo fue su Madre,
por un nuevo don de tu bondad,
comparta su pasión;
y los dolores que no sufrió al darlo a luz,
los padeciera, inmensos, al hacernos renacer para ti.

Por eso, con los ángeles y arcángeles


y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo es el Señor,


Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

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PLEGARIA EUCARÍSTICA II
P. Santo eres en verdad, Señor,
fuente de toda santidad;
por eso te pedimos que santifiques estos dones
con la efusión de tu Espíritu,
de manera que se conviertan para nosotros
en el Cuerpo y  la Sangre
de Jesucristo, nuestro Señor.

El cual, cuando iba a ser entregado a su pasión,


voluntariamente aceptada,

tomó pan, dándote gracias, lo partió


y lo dio a sus discípulos, diciendo:

TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL,


PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.

Del mismo modo, acabada la cena,


tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA
POR USTEDES Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.

HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.

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CP Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!

CC Así, pues, Padre,


al celebrar ahora el memorial
de la muerte y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación,
y te damos gracias
porque nos haces dignos de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente
que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos del Cuerpo
y la Sangre de Cristo.
C1 Acuérdate, Señor,
de tu Iglesia extendida por toda la tierra;
y con el Papa Francisco,
con nuestro Obispo Alfredo José
y sus obispos auxiliares Danilo y David,
y todos los pastores que cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.
C2 Acuérdate también de nuestros hermanos
que durmieron en la esperanza de la resurrección,
(de quienes han muerto a causa de la pandemia)
y de todos los que han muerto en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.

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Ten misericordia de todos nosotros,
y así, con María, la Virgen Madre de Dios,
su esposo san José,
los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad
a través de los tiempos,
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas

P. Por Cristo, con él y en él,


a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.

R. Amén.

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RITO DE LA COMUNIÓN

P. Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos


confiadamente la oración que Jesús nos enseñó:

Padre nuestro que estás en el cielo,


santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
P. Líbranos Señor de todos los males y concédenos la paz
en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres del pecado y protegidos de toda
perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de
nuestro Señor Jesucristo.

A. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por


siempre, Señor.
P. Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “la paz les
dejo, mi paz les doy.”. No tengas en cuenta nuestros
pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los
siglos de los siglos.
A. Amén.
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P. La paz del Señor esté siempre con ustedes.

A. Y con tu espíritu.

Se suprime el intercambio de paz.

P. Este es el Cordero de Dios,


que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la Cena del Señor.

A. Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,


pero una palabra tuya bastará para sanarme.

Monitor: Para quienes no pueden recibir la Sagrada


comunión y para quienes nos siguen por las redes sociales,
les invitamos a hacer la comunión espiritual.

Creo Señor mío que éstas realmente presente


en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas
y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
Cantos de comunión a la Virgen Dolorosa.

Al finalizar la comunión se recita la oración “Alma de Cristo”

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ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

CONFIRMA, SEÑOR, NUESTRA FE


EN LOS MISTERIOS QUE HEMOS CELEBRADO
Y CONCÉDENOS QUE,
POR LA MEDITACIÓN CONSTANTE
DE TU PALABRA EN NUESTRO CORAZÓN,
A IMITACIÓN DE MARÍA, LA MADRE DE JESÚS,
MEREZCAMOS PARTICIPAR
DE LOS FRUTOS DE LA REDENCIÓN.
POR JESUCRISTO, NUESTRO SEÑOR.

R. AMÉN.

ORACIÓN A LA DOLOROSA DEL COLEGIO

P. Al finalizar esta celebración elevemos nuestra oración a


nuestra madre la Dolorosa del Colegio.

¡Oh Madre Dolorosa !


por tus lágrimas,
por la corona de espinas,
por los clavos que llevas en tus manos,
por las espadas del dolor
con que nuestros pecados
traspasaron tu corazón;
vuelve a nosotros
esos tus ojos misericordiosos
y alcánzanos de tu hijo Santísimo,
dolor intenso de nuestras culpas

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y vivos sentimientos de fe,
esperanza y caridad.
¡Oh Madre Dolorosa !
protege a la Santa Iglesia,
protege nuestra Patria
ampara a la juventud!
ampara a la niñez
Amén.
Se puede entonar un canto a la Dolorosa.

BENDICION SOLEMNE

Monitor: A cada invocación decimos: Amén, e inclinamos


la cabeza para recibir la bendición.

P. Dios misericordioso que decidió redimir al hombre


mediante la inmolación de su Hijo,
con el consentimiento de la Madre Dolorosa,
les haga partícipes
de tan gran misterio de salvación.

R. Amén

P. Él, que quiso que la santísima Virgen María


ascendiese a través de la fe y del dolor
hasta alcanzar junto a la cruz la cima de la caridad,
les conduzca también, progresando en la fe,
a la cumbre del amor.

R. Amén.

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P. Para que llevando en sus cuerpos
la imagen de Cristo paciente,
terminando el tiempo de la vida presente,
participen de su misma gloria.

R. Amén.

P. Y la bendición de Dios todopoderoso,


Padre, ✠ Hijo y Espíritu Santo,
descienda sobre Ustedes.

P. Pueden ir en paz.

R. Demos gracias a Dios.

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HIMNO A LA DOLOROSA DEL COLEGIO

https://www.youtube.com/watch?v=OHzJdY1aT2s

Madre mía Dolorosa, feliz con tu recuerdo soberano


que nunca podré olvidar. desafío las olas de la mar.
Virgen que como un lucero
me alumbras desde el altar. Me arrollarán quizás entre su
Bajo tu manto sagrado, espuma,
mi Madre aquí me dejó; más negar que me amaste y
Señora, ya eres mi Madre, que te amé,
//no me abandone tu amor// negar que fui tu hijo y que en
tus brazos
Hoy soy tu hijo, se pasó como un sueño mi
hoy te venero, niñez.
hoy te prometo perenne fe;
pero mañana, /Eso nunca lo haré, Madre
dentro de un año, Querida,
dentro de veinte, eso nunca, nunca lo haré/
ay, ¡te querré! // Eso nunca lo haré//

Estrella salvadora
es, Madre, tu semblante;
mísero navegante
naufragaré sin Ti.

Cuando la mar del mundo


con zozobrante quilla,
surcare mi barquilla,
///acuérdate de mí///

Aunque avance rugiendo la


tormenta
y en mi mástil ya gima el
huracán,

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PLEGARIA A LA DOLOROSA DEL COLEGIO
Belisario Peña

Vuelve otra vez, María, con que una madre gime,


los maternales ojos sino el dolor sublime
a los que aquí de hinojos por tu hijo y Dios al par.
te piden compasión;
ojos que fijos vieron En tan doliente imagen
morir escarnecido nos asombró el portento
al mismo que ofendido que acorde juramento
fue precio del perdón. confirma de verdad.
No anuncie, Virgen pía,
Dulzura tierna y triste, tu blando mover de ojos
correr de acerbo llanto, más males, más enojos,
amarillez, quebranto ni el triunfo a la impiedad.
demuestran tu dolor;
y tienes por testigos No apague en nuestra patria
del sumo sacrificio la fe sus resplandores,
los clavos del suplicio Fe que ínclitos mayores
y el cerco punzador. nos dieron por blasón:
a las voraces olas
La zarza fue inocente, de la soberbia osada
los clavos que le hirieron con imperial mirada
las culpas no tuvieron silencio y paz impón.
de herirte en Él a Ti;
«Más los aceros crudos Y a los que absortos vimos
que al pecho traes fijos la vida en tu semblante,
culpas de ingratos hijos muestra de Madre amante
claváronlos allí». también el corazón:
Entre tormentos sola, Guíanos a do el alma
puesta en inmóvil calma, Tu rostro vivo vea;
serena y fija el alma Do amor eterno sea
cual roca en bravo mar, De amor el galardón.
padeces, no las penas

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Oración para pedir a Dios la beatificación
del Siervo de Dios Pablo Card. Muñoz Vega. Sj.
Arzobispo de Quito

Padre de amor y misericordia,


que otorgaste a tu siervo Pablo Muñoz Vega, obispo,
la gracia de anunciar la verdad del Evangelio
como maestro insigne y pastor solícito de tu pueblo,
concédenos, ser discípulos auténticos de tu Hijo, Jesucristo,
y misioneros entre los hermanos,
apoyados por el testimonio ejemplar,
de fe, humildad y paciencia, de tu siervo Pablo,
que se inspiró en el Corazón de Cristo,
y consagró su vida
“en la fe del Hijo de Dios que lo amó primero”.
Haz, Señor, que tu Iglesia lo reconozca
entre los bienaventurados del cielo,
y concédeme, si es tu voluntad, por su intercesión,
el favor que te pido, (pídase).
Amén.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.


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