Está en la página 1de 2

AVISTAMIENTOS

Avanzábamos hacia un mar lejano, al que llegamos en

segundos, lo cruzamos y aparecieron unas islas, bajamos

sobre la ciudad de Tokio. Yo creí que iba a encontrar casas con

techos con las puntas hacia arriba, pero lo que más abundaba

eran rascacielos, avenidas modernas, parques,

automóviles. -Estamos siendo avistados -dijo Ami,

señalando la luz del tablero encendida.

En la calle, la gente comenzaba a arremolinarse, nos

indicaban con la mano. Nuevamente se encendieron las luces

exteriores de variados colores. Estábamos bastante alto,

permanecimos unos dos minutos allí.

-Otro avistamiento --dijo Ami, observando los signos que

aparecían en la pantalla-. Vamos a ser trasladados .


Súbitamente, la luz del día se apagó: Sólo quedaron las

estrellas centelleando tras los vidrios. Abajo no se veía gran cosa,

una pequeña ciudad muy lejana, unas pocas luces, un

camino por el cual venía un automóvil. Fui hacia la pantalla que

estaba frente a Ami. Allí aparecía todo el panorama

perfectamente iluminado. Lo que a simple vista no se distinguía,

debido a la oscuridad, en el monitor era perfectamente

claro; así noté que el automóvil tenía color verde y que en él venía

una pareja. Estábamos a unos veinte metros de altura, éramos

visibles, según el tablero. Decidí en lo sucesivo aprovechar

esa pantalla. Era más nítida que la misma realidad.

También podría gustarte