Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Por primera vez en la Historia de la Educación de Guatemala se asientan los principios de obligatoriedad y gratuidad de la
educación y se inicia la fundamentación de la escuela laica al establecerse que con la instrucción laica al establecerse que
con la instrucción moral se dará la religiosa, pero el resto de la enseñanza religiosa correrá a cargo de los padres de familia
y sacerdotes. Cupo al gobierno de Mariano Gálvez la gloria de establecer la primera escuela Normal de Guatemala. Este
centro que tuvo una efímera duración, constituye el más antiguo antecedente de la historia del normalismo en nuestra
patria. Además de su específica misión, tenía por objeto divulgar el método Lancasteriano que tanto interesaba al
gobierno de este período. Se declara durante este momento educativo que La instrucción pública, considerada en su fin
no debe tener otro que la perfección del hombre natural y social. Y para alcanzar este objetivo deben existir tres clases de
métodos así: el que enseñe al hombre a extender y perfeccionar su inteligencia, puesto que en un ser racional; el que le
enseñe a comunicar sus pensamiento y afecciones, puesto que es un ser social y el que le enseñe a obrar bien puesto que
es un ser moral. Se recomienda que la enseñanza sea uniforme y que se cuide celosamente de la selección de texto.
Siendo necesario emprender una campaña de ampliación de los servicios educativos, se recomienda el empleo del
método mutuo o monitorial puesto de moda en Inglaterra por Lanchaste. Estos son, a grandes rasgos, los planteamientos
y realizaciones educativas de la administración conocida en nuestra historia con el nombre de gobierno de los siete años”.
Con su caída y el ascenso al poder de las fuerzas conservadoras, se derrumba todo aquel sistema educativo. Llegamos así
al tercer momento, que se caracteriza por un vertiginoso descenso del proceso educativo. Se detiene el impulso creador
de centro de irradiación de cultura; se reducen los caudales destinados al sostenimiento de la instrucción pública, y se
restituye la vieja organización colonial entregando la responsabilidad educativa al clero. Todas estas medidas negativas,
recogidas en la reglamentación de septiembre de 1852, fueron inspiradas por uno de los más recalcitrantes reaccionarios
de la época, el señor Manuel F. Pavón, brazo derecho del gobierno de Rafael Carrera principal presidente del corriente
conservatismo. En una de los considerados del reglamento antes mencionado se advierte que “ el fundamento de toda
buena y sólida enseñanza, consiste en el aprendizaje de la doctrina de nuestra religión, y que la juventud se inculque
desde sus primeros años sus máximas y las de respeto que deben tener a sus padres, a sus mayores y a los funcionarios y
autoridades a cuya beneficencia deben los pueblos su bienestar... En los artículos primeros y segundos del reglamento, se
declara que las escuelas deben estar bajo la inspección inmediata de una comisión compuesta del seno, y uno de los
principales vecinos de la parroquia, electo por el padre cura e individuo municipal. Estas comisiones tendrían a su cargo
todo lo relacionado con la supervisión escolar y dotación económica en cada lugar. Con esta medida retrógrada se
reducen y limitan los alcances de los programas escolares, regresándose, como el tiempo de la Colonia, a la cartilla, la
Moral y Urbanidad, el catecismo, la escritura y las cuatro primeras reglas de la Aritmética. Muchas de las materias
contenidas en este programa se pedían que se aprendiera de memoria. Los sábados se debían dedicar completamente al
estudio y explicación de la doctrina cristiana y por la tarde había salve cantada. Para la Dirección de la Educación
femenina se empleaban señoras de respeto”, ya que el maestro debería “inculcar a los niños la estrecha obligación que
tienen de respetar, amar, obedecer y servir a sus padres y mayores, a los sacerdotes y a las mismas autoridades
superiores, que son los representantes de Dios en Tierra. El movimiento de la nueva educación aparecido en los primeros
años del siglo XX, ha desechado completamente estos procedimientos, eliminando del medio escolar tanto los castigos
como los premios, y por cierto que no podemos quejarnos de sus resultados.
3
El período de los treinta años se caracteriza, desde el punto de vista pedagógico, por el estancamiento de la educación y
la limitación de la libertad de enseñanza. Termina este tercer momento con el derrocamiento del gobierno conservador
de Rafael Carrera y Vicente Cerna Sandoval al impulso victorioso del inicio de la Reforma Liberal de 1871.