Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PARALELO: 1-5
Año Lectivo
2023-2024
Usos del aluminio en la industria:
una clave de la transición energética
El aluminio es el tercer elemento más abundante de la Tierra, y sus cualidades como su
resistencia a la corrosión, tenacidad en relación al peso y conductividad eléctrica hacen
que sea apreciado en industrias como la del transporte o la energética. Al ser tan
reciclable, además, es clave en la transición energética.
Baja densidad
El aluminio tiene una densidad que es de un tercio del hierro o del cobre. Esto significa
que lo que esté fabricado en aluminio será mucho más ligero, ahorrará energía en su
fabricación y su transporte y se podrá transportar más cantidad de aluminio que de otros
materiales por el mismo precio.
Resistencia a la corrosión
Reciclabilidad
El aluminio es uno de los materiales más reciclables del mundo, produciendo un material
idéntico al producto original. Esto lo hace más rentable que otros para la fabricación,
porque además la refundición del aluminio requiere muy poca energía (un 5% de la que
se necesita para la fundición inicial).
El aluminio es un buen conductor eléctrico (no tanto como el cobre, pero también es más
económico) y su conductividad térmica es tres veces mayor que la del hierro. De ahí que
se use en la fabricación de cables de electricidad y láminas de papel de aluminio, que se
usan en aplicaciones de transporte y electricidad, como en la fabricación de automóviles.
Cuando se somete a bajas temperaturas, además, su resistencia aumenta sin volverse más
frágil (más fácil de romper), por lo que se usa en construcción de dispositivos que deben
estar a temperaturas bajas.
Ductilidad
Aleabilidad
El aluminio es uno de los metales más aleados de la industria, debido a que tiene una alta
cantidad de impurezas. De hecho, este material en su uso comercial siempre es una
aleación. Habitualmente se alea con cobre, magnesio, manganeso, silicio, estaño o zinc.
Por ejemplo, la aleación 5052, con magnesio, cromo, cobre, hierro, manganeso, silicio y
zinc, tiene aplicaciones en grandes estructuras marinas que son sensibles a los
movimientos de la tierra, ya que tiene una excepcional resistencia a la corrosión del agua
del mar y de la niebla salina.
Reflectividad
Baja toxicidad
El aluminio es un material que no emite tóxicos ni olores, por lo que es muy apreciado en
la industria alimentaria, como por ejemplo en procesos de envasado de alimentos
(tetrabricks, por ejemplo) y en la fabricación de menaje como woks, ollas a presión y
otros utensilios de cocina.
Con la enumeración de las propiedades del aluminio ya hemos esbozado algunos usos del
aluminio en la industria. Los podemos resumir en seis.
El aluminio está presente en cada vez más modos de transporte y en mayor cantidad por
su resistencia y su bajo peso. De esta forma, trenes, barcos, automóviles y otros medios
de la industria aeroespacial entre otros, necesitan menos fuerza para moverse,
aumentando la eficiencia de su combustible y reduciendo sus emisiones de carbono con
la fabricación de piezas con una excelente relación resistencia-peso (bastidores, por
ejemplo, en el caso de los automóviles).
Aunque no se trate del material más resistente, distintas aleaciones con metales como
cobre, cromo, manganeso, zinc, etc., incrementan su resistencia, de ahí que existan
aleaciones específicas para la industria aeroespacial, por ejemplo, como el aluminio 1420
y 1421, o el 2090, usado en rebordes de alas, en instrumentos de cabina y piezas de
fuselaje de aviones, que se benefician también de su flexibilidad. Además, su natural
resistencia a la corrosión ahorra mucho dinero en revestimientos anticorrosión. En el caso
de las naves espaciales y los satélites, contienen entre un 50% y un 90% de aleaciones de
aluminio en sus partes.
En el caso de los transportes por vía, hoy en día usan grandes cantidades de aluminio,
tanto en los elementos de carga de los trenes, como en las carrocerías de los vagones de
trenes, metros y tranvías, entre otros. La alta velocidad de Francia o la media distancia
LRC canadiense entre Ontario y Québec o el tren de Japón, incluyendo la versión más
reciente del tren bala Shinkansen son ejemplos de que lo que los franceses denominan
“chemins de fer” (caminos de hierro) para referirse al tren, hoy en día es más de aluminio
que de hierro. Gracias a este ligero y anticorrosivo material se pueden alcanzar las altas
velocidades y transportar carga pesada que requiere este transporte para competir con
otros transportes.
La industria del automóvil, por su parte, todavía depende mayoritariamente del acero,
pero la necesidad imperante de reducir las emisiones de CO2 y aumentar la eficiencia de
los combustibles (sean los que sean) han dado un gran impulso al uso del aluminio. Las
encuestas referidas en este portal especializado del automóvil recogen que el aluminio es
el material usado en automoción cuyo uso crece más rápido, y que esto se acentuará para
2026, con más de 230 kilos por vehículo.
Industria de la energía
Las líneas eléctricas de larga distancia se benefician de los metales de baja densidad,
conductores de la electricidad, dúctiles y resistentes a la corrosión, ya que permiten
formar alambres fácilmente que sean además resistentes a las inclemencias del tiempo.
De aquí que el aluminio haya sustituido al cobre, más pesado y menos dúctil, además de
más costoso, en el cableado eléctrico y transformadores, así como de cajas de fusibles,
antenas parabólicas, sistemas de sonido e incluso electrodomésticos.
El aluminio es, de hecho, un metal clave en la transición energética, ya que también está
cada vez más presente en la fabricación de paneles solares y otras infraestructuras
implicadas en la generación de energías más limpias. Sin embargo, el hecho de que su
fabricación sea responsable de un 2% de las emisiones de CO2 y que China, con sus
propios objetivos medioambientales, sea su principal productor, hace necesario optar por
su reciclaje y perfeccionarlo cada vez más para poder recolectarlo y separarlo del resto
de sus aleaciones sin impurezas.
Industria alimentaria
Seguramente uno de los usos del aluminio en la industria alimentaria que nos viene a la
cabeza es la fabricación de envases, como las latas de refrescos o los tetra-bricks. Sin
embargo su alcance va mucho más allá: los mayoristas en la industria también usan este
metal en tanques para almacenar y transportar alimentos y bebidas a granel, como aceite
o leche, café, arroz, trigo o incluso productos de origen animal envasados al vacío, como
la carne. En estos casos el hecho de que el aluminio no sea tóxico, no transmita olores,
sea ligero y resistente a la corrosión es clave.
Industria de construcción