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Seminario Nacional Cristo Sacerdote

MADUREZ AFECTIVA Y CELIBATO


0. ¿Qué es?
 Virginidad: la virginidad por el Reino de los cielos es un desarrollo de la gracia bautismal, así pues,
el matrimonio como la virginidad, vienen del señor mismo. Es él quien les da sentido y les concede
la gracia indispensable para vivirlos conforme a su voluntad, en conclusión la virginidad la vive
aquel que nunca ha tenido relaciones sexuales y hace la voluntad de Dios.
 Castidad: Es la integración lograda de la sexualidad en la persona, con una unidad tanto corporal
como espiritual.
 Celibato: Es quien asume libremente el llamamiento a la vida consagrada, llamado a practicar por el
Reino la castidad en el celibato, la pobreza y la obediencia que son los consejos evangélicos siendo
estos inseparables de los mandamientos. Es el estado en que la persona no se ha casado,
especialmente por motivos religiosos y renuncia a los placeres sexuales (carnales).
1. Los diversos modos de la castidad
En la virginidad o en el Celibato consagrado: manera eminente de dedicarse más fácilmente a Dios
solo con corazón indiviso. Matrimonio: llamadas a vivir la castidad conyugal, las otras personas
practican la castidad en la Continencia: como lo puede ser en la soltería o la viudez, los novios también
están llamados a vivirla.
2. Las ofensas a la castidad y por ende al celibato.
Lujuria: deseo sexual desordenado. Masturbación: reflejo de una inmadurez afectiva. Fornicación:
unión carnal (H-M) fuera del matrimonio. Pornografía: son actos sexuales reales o simulados que
desnaturalizan la finalidad del acto sexual. Prostitución: constituida una lacra social. Violación: forzar
o agredir con violencia la intimidad sexual de una persona.
3. La madurez afectiva
Decimos que: Es una de las condiciones indispensables para asumir con responsabilidad, el compromiso
del celibato consagrado. Pues sólo así es como encuentra el valor de su consagración para vivirla con
gozo.
4. El celibato
Es importante tener en cuenta que no es, en primer lugar, un estado, sino, ante todo, una mentalidad.
Como fruto y consecuencia de esta mentalidad es la continencia y la renuncia al matrimonio, pero
cuando se falla a esto; el célibe experimenta la disposición de la iglesia como una opresión insoportable.
La solución frente a la “opresión” no esta en quitar el celibato, pues al contrario se crearían nuevas
dificultades y quizás con consecuencias mucho peores; es mejor dar lugar al director espiritual y hacer
un buen discernimiento para saber que tan preparado y apto se esta de frente a la exigencia del celibato
consagrado.
5. Integralidad entre madurez afectiva y celibato.
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