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El Relato

ACTIVIDAD INTEGRADORA 5.

Elisama Hernández Vales


Grupo M2C2G42-089

Asesora Virtual: Erika Marbella Elizalde Palacios


14/09/2022
Tema Un hombre en un hospital tiene una pesadilla
recurrente que lo atormenta cada noche.
Titulo Atrapado Entre Dos Mundos

Narrador Narrador en tercera persona

Inicio Al principio de la historia, un hombre daba un paseo


en su motocicleta…
Atrapado Entre Dos Mundos

Al principio de la historia, un hombre daba un paseo en su motocicleta, se distrajo


con el paisaje a su alrededor y atropelló a una mujer que cruzaba la calle. Al
momento del golpe, se desmayó. Despertó con nauseas, le sangraba una cortada
en la ceja, le dolía la rodilla y tenía herido el brazo derecho. Después de que unos
hombres lo sacaron de debajo de la moto, lo llevaron boca arriba hasta una
farmacia y cinco minutos después, una ambulancia lo llevó hasta un hospital. A
pesar del accidente, se sentía bien, no era nada grave, solo unas heridas
superficiales.
En el hospital, pasa a la sala de operaciones donde la cirugía es realizada por un
hombre alto, delgado y vestido de blanco.
El protagonista tiene un sueño, en donde él es parte del pueblo moteca y huye de
los aztecas a través de la selva. En el sueño siente un olor que él describe como
el olor de la guerra, lo cual es curioso porque en sus sueños no suele sentir
aromas. Lo despierta un paciente a su lado que le dice que se va a caer de la
cama. Al abrir los ojos, en el hospital ya era de tarde y después una enfermera le
curó las heridas y le dio agua y comida.
Después de un caldo que lo hizo sentir feliz se quedó dormido y tuvo el mismo
sueño. Corría en la oscuridad aferrado a un amuleto protector y un puñal, tratando
de escapar de los cazadores hasta que escuchó gritos, vio las antorchas del
enemigo y sintió ese olor a guerra que le repugnaba. Consiguió apuñalar con su
hoja de piedra a uno de ellos y después, una soga lo atrapó por detrás . Justo al
despertar, el mismo paciente le dice que esas alucinaciones eran por la fiebre.
Estar de nuevo en el hospital, lo hizo sentir aliviado y seguro. Solo recordar
aquella pesadilla le daba mucho miedo.
El protagonista intenta recordar el momento entre el choque y cuando lo levantan
del suelo, pero hay un vacío en su memoria que lo frustra y él dice que ese vacío
se siente como un hueco que lo llevó a través de algún pasaje.
Después de beber agua mineral, él esperaba dormir sin tener esa pesadilla que le
aterraba. Pero una vez más se encuentra dentro de ella, esta vez atado de manos
y pies, boca arriba. Se sentía desprotegido sin su amuleto y trataba de zafarse de
las sogas desesperado porque sabía lo que le esperaba, iba a ser sacrificado. Aún
boca arriba, hombres con taparrabos y el cabello lleno de plumas lo alzaron y lo
llevaron por un pasadizo con un techo bajo. El temía el momento en el que ese
techo de barro se terminara y diera paso a la visión de la noche estrellada, pues
significaba que su muerte estaba cerca.
Justo en ese momento de terror, regresó al hospital. Cada vez que cerraba los
ojos, veía imágenes de esa pesadilla y se enderezaba aterrado, pero el placer de
saber que estaba despierto, lo calmaba. Mantener los ojos abiertos se le hacía
difícil, aún con el miedo que tenía. Regresó a su pesadilla en donde el techo de
rocas aún no terminaba, hasta que la visión de una luna menguante le azotó la
cara y desesperado, cerraba y abría los ojos tratando de cambiar esa vista por la
del techo protector de la sala del hospital. Pero cada vez que abría los ojos,
estaban ahí la noche y la luna, las hogueras con humo, la piedra roja de la sangre
de los sacrificados. Intentó apretar los ojos para despertar y por un momento se
vio de nuevo en la cama, pero el olor a sangre estaba también ahí y cuando abrió
los ojos, el sacrificador ensangrentado llevaba un cuchillo hacia él.
Intentó cerrar los ojos por última vez, pero él sabía que no podía despertar porque
ya estaba despierto. Su pesadilla era la realidad y aquella historia de una
motocicleta y paisajes con avenidas eran un sueño en el que también yacía boca
arriba y un hombre se acercaba a él con un cuchillo.

Liga al relato en audio: https://1drv.ms/u/s!Ap_6od6Wl9Z_p3pmv4SntAVgQ6Zt?


e=oplCvM

Diferencias entre relatar de manera oral y escrita


Al relatar una historia de manera escrita es muy fácil dejarse llevar y que las ideas
fluyan, pero de manera oral, a veces te quedas en blanco y es difícil retomar el
punto. De manera escrita, se suelen usar palabras más rebuscadas para llamar la
atención del lector, pero de manera oral, para que el relato se escuche más
natural, se usan palabras comunes y lo que capta la atención es el tono de voz.
Para mí fue más fácil relatar de manera escrita, porque yo tengo problemas de
tartamudez y me es difícil relatar algo sin leerlo directamente y a veces me frustra
tener que comenzar todo el audio de nuevo si me equivoco.

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