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Psicothema, 1998. Vol. 10, nº 1, pp.

153-165
ISSN 0214 - 9915 CODEN PSOTEG

LA CENTRALIDAD DEL TRABAJO EN EL


PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE LA
IDENTIDAD DE LOS JÓVENES:
UNA APROXIMACIÓN PSICOSOCIAL
Esteban Agulló Tomás
Universidad de Oviedo

Esta investigación trata de analizar la centralidad del trabajo en los jóvenes y su


influencia en el proceso de construcción de su identidad. De este objetivo general de es-
tudio se desprenden los tres fenómenos (juventud, trabajo e identidad) que son aborda-
dos de forma crítica y sistemática en la primera parte del trabajo. Tras la articulación te-
órica de dichos conceptos y a través de una metodología cualitativa (grupos de discusión,
observación participante y entrevistas en profunidad a expertos y a jóvenes), se analizan
las concepciones, valoraciones y significados que distintos colectivos juveniles poseen
sobre el trabajo. A continuación, se estudia cómo inciden estas concepciones laborales
en el proceso de conformación de la identidad, proceso fundamental y decisivo en esta
fase del ciclo vital. Todo ello se realiza bajo un enfoque discursivo y a través de una
aproximación psicosocial.

The centrality of work in the process of youth identity construction: a psychoso-


cial approach. The main goal of this research is de analysis of the centrality of work in
the youth and its influence in the process of construction of their identity. From this ge-
neral aim three phenomena (youth, work and identity) are approached in a critical and
systematic way in the first part of the paper. Following the theoretical articulation of tho-
se concepts, and with the use of qualitative methodology (discussion groups, participant
observation, in depth interviews with experts and with young people), an analysis of the
conceptions, values and meanings that differents groups of young people have about
work was carried out. Then, the study of how these conceptions influence the process of
identity is examined. This process is decisive and of fundamental importance in this sta-
ge of the life-cycle. The research is realized with a discoursive focus and from a psy-
chosocial approach.

Trasfondo teórico la realidad más genérica en la cual se halla y


de la cual forma parte integrante, o sea, la so-
Para comprender la realidad juvenil no ciedad. Hecho obvio, pero no siempre tenido
queda más remedio que adentrarse de lleno en en cuenta en la forma que conviene y merece,
como se constata al abordar la revisión histó-
Correspondencia: Esteban Agulló Tomás rica de las contribuciones teóricas más sobre-
Universidad de Oviedo salientes sobre la adolescencia y la juventud.
Facultad de Psicología. Área de Psicología Social
Plaza Feijoo, s/n. 33003 Oviedo (Spain) Las sociedades que surgieron del segun-
E-mail: Estomas@sci.cpd.uniovi.es do período posbélico crearon un modelo de

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integración social basado fundamentalmen- transición-trabajo-emancipación-adultez


te en el fenómeno laboral, más en concreto queda rota, bloqueada, precarizada, y, por
en el empleo asalariado. Este hecho deviene ende, inservible.
crucial para entender el desarrollo y la ge- Esto es así, fundamentalmente, por el he-
neralización del fenómeno juvenil. De esta cho de que el trabajo sigue siendo conside-
forma, cuando se quiera hablar de actitudes, rado como categoría axiomática central, un
orientaciones y prácticas de los jóvenes, en- eje nuclear en la experiencia individual y
tendemos que hay que partir del conoci- social de las personas. En ese sentido, el he-
miento de la esencialidad de las transforma- cho de no poder desarrollar una actividad
ciones estructurales que se han operado (y laboral mínimamente estable o realizarla de
están operando) en nuestro contexto socio- forma precaria, sea cual fuere su modalidad,
cultural. Ello, como mínimo, nos ha perca- se traduce en una serie de problemas de dra-
tado de la necesidad de tratar el fenómeno máticas consecuencias, como hemos
juvenil considerándolo y situándolo en unas constatado en la presente investigación.
coordenadas sociohistóricas precisas y de- Dentro de esta óptica, y centrándonos en
terminadas. la delimitación del concepto de juventud,
La crisis estructural que atraviesan di- hemos abogado por un concepto de juven-
chas sociedades capitalistas, especialmente tud que considera jóvenes a aquellos indivi-
a partir de la década de los setenta, está duos que, a pesar de haber superado fisioló-
afectando e incidiendo de forma significati- gica y psicológicamente la edad adolescen-
va en el proceso de inserción social de los te, o sea que reuniendo las condiciones ne-
jóvenes. Dicha crisis socioeconómica está cesarias para desempeñar las funciones de
provocando una prolongación y un retraso los adultos en la sociedad de la cual forma
en las prácticas de transición a la sociedad parte, no disponen de las condiciones sufi-
adulta. La transición de la escuela a la vida cientes para organizar su propio grupo do-
activa y los itinerarios de los jóvenes en ge- méstico y para independizarse de su familia
neral tienen que entenderse a partir, por tan- de origen. Por tanto, habiendo superado la
to, de las condiciones sociohistóricas y del etapa adolescente, no son reconocidos so-
contexto socioeconómico en el que nacen y cialmente como adultos, ni pueden desarro-
se socializan los propios jóvenes. En ese llar el modo de vida que les correspondería
sentido, entendemos la juventud como pro- (por edad, preparación y expreso deseo), de-
ceso de incorporación a la sociedad (adulta) bido a un cúmulo (estructural) de limitacio-
y ello, en estos momentos, pasa necesaria- nes y obstáculos característicos del sistema
mente por el mundo del trabajo. En conse- socioeconómico dominante y vigente en las
cuencia, para entender de forma adecuada y sociedades del capitalismo avanzado que les
completa la realidad juvenil debemos anali- ha tocado vivir.
zar tanto la naturaleza de dicho proceso de Estas limitaciones y obstáculos con los
transición como la naturaleza propia del tra- que chocan y se enfrentan gran parte de los
bajo. jóvenes se refieren y proceden esencialmen-
La crisis del modelo de acumulación del te de su relación con el mundo laboral.
sistema capitalista, como venimos aludien- Nuestra sociedad otorga, aquí y ahora, el es-
do, está creando dificultades, cada vez ma- tatus de adulto (independencia) a aquellas
yores, para ubicar de forma consolidada y personas que tienen la posibilidad de inter-
definitiva en la estructura social a los jóve- cambiar su fuerza laboral por una compen-
nes que así lo desean y necesitan. De esta sación económica que, en consecuencia, po-
forma, la linealidad de la relación juventud- sibilite su emancipación y autonomía. O sea,

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a aquellas personas que cuentan con un em- pasado de considerar el trabajo como maldi-
pleo (más o menos estable, más o menos se- ción bíblica a conseguir ser el centro sobre
guro). En este sentido, las críticas condicio- el cual gira la vida, las organizaciones polí-
nes socioeconómicas a las que estamos asis- ticas y sociales más importantes.
tiendo en la actualidad, están situando a la No obstante, han existido y existen voces
juventud en una posición social, de ahí nues- que claman que la concepción del trabajo
tra delimitación conceptual, de marginación actual como trabajo asalariado (como “em-
y precariedad crecientes, de resultados cada pleo”) es un modelo de organización social
vez más preocupantes e insospechados. del trabajo que se resquebraja y que, por
Esta ha sido la principal razón de consi- ello, el trabajo, actividad específicamente
derar, en principio, el binomio de la juven- humana, está perdiendo (o ha perdido) la
tud y el trabajo, o sea, los jóvenes como centralidad (Bell, 1977; Offe, 1985; Gorz,
agentes sociales en transición al trabajo (o 1991, entre otros). Este modelo, afirman, ha
en palabras de Prieto et al., 1994: “serán jó- tocado techo y presenta síntomas evidentes
venes todos aquellos miembros de la socie- de caducidad. La ética en la cual se susten-
dad en fase de transición hacia el trabajo”) taba y se regulaba ha perdido toda legitima-
como uno de los temas más significativos ción social.
de nuestro estudio. El proceso de la juven- Esta ha sido precisamente una de las ide-
tud durará mientras dure, valga la redundan- as esenciales que hemos intentado aclarar y
cia, el joven en lograr insertarse en el mer- comprender en esta investigación. Hemos
cado de trabajo de forma plena. Se entiende, comprobado que no existe evidencia empí-
con todo ello, que hablar de juventud de for- rica para mantener tales afirmaciones. El
ma genérica y homogénea no tiene gran trabajo, por contra, sigue ocupando una po-
sentido en nuestros días, ya que la transición sición central para la mayor parte de com-
laboral por parte de los jóvenes muestra una ponentes de las sociedades modernas. Así
realidad totalmente diversa, totalmente plu- mismo, podemos afirmar que continúa ejer-
ral. ciendo de eje vertebrador de creencias, acti-
El abordaje de la evolución, el significa- tudes, identidades y otro tipo de opciones
do y la naturaleza última del trabajo nos ha fundamentales.
ofrecido una situación ideal para entender la En concreto, los datos que disponemos
dimensión y la importancia del trabajo en de la sociedad española confirman esta ten-
las sociedades occidentales. Como indica dencia; el trabajo sigue representando un
J.L. Alvaro (1992), “el trabajo sigue consti- valor de central importancia, incluso posee
tuyendo uno de los nexos principales entre uno de los niveles más altos de centralidad
las metas individuales y los objetivos colec- del valor del trabajo cuando lo comparamos
tivos, de ahí su importancia para la com- con los países de su entorno (véase Alvaro,
prensión de las sociedades contemporáne- Bergere, Crespo, Torregrosa, Garrido, 1995,
as”. El trabajo, así mismo, posee un carácter en una reciente publicación sobre “los sig-
histórico y cultural, o sea, que el significado nificados del trabajo en España”). Esta cen-
del trabajo está estrechamente vinculado a tralidad del trabajo es asimilada, en contra
la situación sociohistórica. De esta forma, de lo se venía afirmando, por las genera-
se ha pasado de la tradicional concepción ciones más jóvenes. Fundamentalmente, vía
sociocultural del trabajo como valor perifé- proceso socializador.
rico, servil e instrumental hasta la actual Pero, ¿cómo hemos abordado el concep-
concepción del trabajo, en tanto que valor to de centralidad del trabajo? La centralidad
central, integrador y expresivo. O sea, se ha del trabajo fue un concepto desarrollado por

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Dubin (1976) y operacionalizado por los in- sino identificación desde los otros”. En este
vestigadores del MOW (The Meaning Of sentido, este autor afirma que “nuestra iden-
Working, 1987). En nuestro caso, nos he- tidad es, con anterioridad a una identidad
mos basado (tan sólo como referente heurís- nuestra, personal, una identidad para otros.
tico) en los postulados derivados del marco Sólo desde los otros podemos tener noticia
conceptual de esta investigación transcultu- inicial de quiénes somos”.
ral, en el que se ha tratado de analizar el La conclusión a la que llega Torregrosa
“significado del trabajar” (es decir, no sobre (1983) sobre la identidad personal como
la idea abstracta de “trabajo” -work-, sino identidad social, resulta significativa, escla-
todo lo que son significados, creencias, va- recedora y adecuada para nuestro propio
loraciones y definiciones personales sobre trasfondo teórico-conceptual. “La estructu-
“la acción de trabajar” -working- en el mo- ra, génesis, desarrollo, mantenimiento,
mento presente). transformaciones y disolución de la identi-
La centralidad y la importancia del traba- dad personal son constitutivamente socia-
jo viene determinada, así mismo, por las les, esto es, se producen o construyen a tra-
funciones que desempeña para los indivi- vés de procesos sociales de interacción”. De
duos, grupos y sociedades. Por ello, hemos ahí que entendamos la identidad como cons-
abordado el debate de la centralidad/acen- trucción social, como proceso interactivo, y
tralidad de la actividad laboral en nuestros no como una estructura psicológica o cons-
días haciendo referencia a las funciones psi- tructo hipotético (véase el desarrollo de este
cosociales que cumple el trabajo y, por con- aspecto en Blumer, 1981).
tra, las disfunciones que genera cuando re- La identidad, pues, sólo puede existir en
sulta imposible acceder al mismo o cuando y a través de las relaciones sociales, sólo a
éste se desempeña de forma precaria. través de “procesos sociales de interac-
El trabajo, pues, a parte de permitir una ción”. Pero, no cuesta mucho percatarse de
supervivencia, otorgar un significado a la que, estas “relaciones sociales” son, además
vida y ser una de las dimensiones centrales de relaciones de comunicación (discursi-
que posibilitan la integración y partici- vas), relaciones de producción y, por ende,
pación en la sociedad, posee la función de relaciones de poder. En este sentido, la iden-
proporcionar una identidad personal y so- tidad se logrará a través del discurso (inte-
cial a los individuos. En este sentido, la racción simbólica) que tiene lugar en el gru-
identidad se construye, en gran medida, en/a po social (o sea, una red compleja de inte-
través del desempeño de un trabajo. Se nos rrelaciones), pero la naturaleza de este dis-
prepara y se nos forma para el trabajo, se curso dependerá del lugar que uno ocupa en
nos identifica con la actividad laboral reali- dicho grupo social, y, a su vez, esta ubica-
zada; merced al trabajo, pues, logramos un ción grupal (social) estará determinada
estatus, jugamos unos roles y nos construi- (aquí y ahora) en gran parte por la naturale-
mos una identidad. za del vínculo laboral de dicha persona.
Pero, ¿qué entendemos por identidad? En
nuestro estudio abogamos por la perspecti- Objetivo de la investigación
va teórica que defiende “la identidad perso-
nal como identidad social”. En palabras de El objetivo central de esta investigación
Torregrosa (1983), “la identidad, antes que ha consistido en analizar la articulación de
experiencia de la propia continuidad, de re- tres importantes y específicas dimensiones
flexión o conciencia de sí, es identifica- que componen la realidad social: los jóve-
ción... Pero, no identificación con los otros, nes, el trabajo y la identidad. En concreto,

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formulamos nuestro objeto genérico de es- 2. Los jóvenes, a pesar de su concepción


tudio de la siguiente forma. Se trataba, pues, principalmente instrumental, poseen
de: una actitud positiva hacia el trabajo. Es
decir, perciben el trabajo como valor
“Analizar la centralidad del trabajo y instrumental, pero desean (expectati-
su incidencia/influencia en el proceso vas), exigen (demandas) y persiguen
de construcción de la identidad de los (búsquedas e itinerarios) un trabajo en
jóvenes”. condiciones y con sentido, o sea, valo-
ran de forma significativa las denomina-
Hemos dividido la investigación en dos das funciones expresivas de la actividad
grandes secciones: en la primera, aborda- laboral (valor expresivo del trabajo).
mos el trasfondo y la fundamentación teóri- 3. La situación de dependencia, precarie-
cos y, en la segunda, desarrollamos nuestro dad y marginalidad del segmento po-
propio análisis empírico. En ese sentido, en blacional juvenil respecto del mundo
la primera fase se consideró: laboral, provoca una alteración consi-
derable del proceso normal de sociali-
– la juventud como fenómeno psicoso- zación y, a su vez, posterga indefinida-
ciológico, mente la inserción plena de los jóvenes
– la naturaleza psicosocial del trabajo, en la sociedad (con toda una serie de
– la identidad como proceso y construc- nuevos problemas que derivan de ello).
ción psicosocial, y finalmente, 4. El trabajo deviene valor, mecanismo o
– se procedió a la búsqueda de una una dimensión esencial a la hora de confi-
posible articulación teórico-metodoló- gurar, construir y consolidar la identi-
gica de los tres fenómenos anteriores, dad de los jóvenes. El proceso de cons-
intentando observar y comprender la trucción de la identidad juvenil, por to-
naturaleza, la amplitud y las deriva- do lo manifestado en los anteriores pun-
ciones de tal vinculación. tos, se ve bloqueado, desestructurado,
deteriorado, dañado y/o truncado, según
La segunda fase consistió en el diseño, la el tipo de colectivo juvenil que se trate.
planificación y el desarrollo de la investiga- 5. La percepción y la valoración de jóve-
ción cualitativa sobre el objeto central de par- nes pertenecientes a ámbitos sociales
tida que acabamos de aludir (y como luego diferenciados tienden a estructurarse
detallaremos en el apartado metodológico). principalmente en función de la posi-
ción social y la experiencia laboral
Hipótesis de trabajo que se posee, más que en base a una
común condición de joven (IOE,
Las hipótesis de trabajo que han orientado 1989). De esta forma, se crean varios
nuestra investigación fueron las siguientes: tipos o colectivos diferentes y diferen-
ciados de jóvenes.
1. El trabajo ocupa un lugar central para
la gran mayoría de jóvenes estudiados, Método
y ello es así, en todas las variables a
considerar: el origen sociofamiliar, el Diseño
hábitat, la edad, el sexo, el nivel edu-
cativo, el estado civil, el tipo de expe- Una vez perfilado el planteamiento hipo-
riencia laboral. tético del cual se partía, vamos a esbozar de

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forma somera el diseño de la investigación, dos, “entiende, interpreta y maneja la reali-


o sea, el proceso y la estrategia metodológi- dad a través de un marco complejo de cre-
ca seguidos. Como afirma Beltrán (1989) encias y valores, desarrollado por él, para
clara y tajantemente, “es el objeto el que ha categorizar, explicar y predecir los sucesos
de determinar el método adecuado para su del mundo” (Ruiz Olabuénaga e Ispizua,
estudio, y no espurias consideraciones éti- 1989).
cas desprovistas de base racional o cientifis- En este sentido, consideramos la entre-
mos obsesionados con el prestigio de las vista abierta o en profundidad como “un
ciencias de la naturaleza”. Además de sus- proceso comunicativo entre investigador y
cribir lo mencionado, hemos creído oportu- entrevistado, como un “constructo comuni-
no incluir y detenernos en lo que hemos de- cativo”, una forma de diálogo social, que
nominado como “contexto teórico cualitati- pretende construir el sentido social de la
vo”; este apartado no es si no la fundamen- conducta de un sujeto o del grupo de re-
tación metodológica que sirve, en nuestra ferencia de dicho individuo.
opinión, para aclarar y concretar el camino Esta técnica nos ha sido especialmente
recorrido a lo largo de la investigación. útil al proporcionarnos informaciones de
El método cualitativo parte del supuesto cómo sujetos diversos (en nuestro caso, jó-
básico de que el mundo social es un mundo venes diversos) actúan y reconstruyen el
construido con significados y símbolos; lo sistema de representaciones sociales en sus
esencial en la investigación cualitativa de- prácticas individuales (Alonso, 1994). Por
viene “el análisis objetivo del significado contra, con los grupos de discusión se ha
subjetivo” (sobre estos aspectos metodoló- perseguido la obtención de representaciones
gicos véanse los trabajos de Delgado, J.M. y de carácter colectivo, no individual. De esta
Gutiérrez, J., 1994; Taylor, S.J. y Bogdan, forma, al complementar tales instrumentos,
R. 1992); justamente lo que hemos perse- “la riqueza heurística de las producciones
guido aquí: encontrar, tras los pertinentes discursivas obtenidas” en la mismas se in-
análisis y las consiguientes interpretaciones, crementa notablemente. A estos resultados
los significados y percepciones que los jó- hemos añadido, siguiendo el mismo afán
venes (los propios actores) otorgan y mani- comprehensivo, las informaciones logradas
fiestan sobre el mundo laboral y cuál es su vía observación, tanto participada como no.
incidencia en la identidad. Los instrumentos que acabamos de men-
La presente es, por tanto, una investiga- cionar son técnicas de investigación social
ción realizada a través de herramientas e que “trabajan con el habla”. El orden social,
instrumentos cualitativos, principalmente: como diría Jesús Ibáñez (1994), es del orden
entrevistas en profundidad, grupos de discu- del decir: está hecho de dictados (que pres-
sión, observación participante y no partici- criben caminos) e interdicciones (que pros-
pante. Este tipo de técnicas, a su vez, parten criben caminos). Si el orden social es del or-
del supuesto de que cada sujeto posee una den del decir, “sólo en grupo, y sólo me-
capacidad de iniciativa personal, por la cual diante interacciones lingüísticas de tipo
éste “no se limita a ´reaccionar´, ni a ´repe- conversación, puede emerger la subjetivi-
tir´ lo aprendido en un marco sociocultural dad” (Ibáñez, 1994).
que lo absorbe”, sino que lo concibe como El grupo de discusión se inscribe en un
una persona que actúa (actor), que constru- campo de producción de discursos. A s í
ye sentidos y significados de la realidad que mismo, el grupo de discusión facilita la
le rodea (actor social, un constructor de sig- emergencia del discurso y reconstruye el
nificados, de discursos); con tales significa- sentido social de un asunto concreto (en

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nuestro caso, la vertebración de los tres con- Se realizaron 12 entrevistas abiertas a in-
ceptos/fenómenos aludidos). formantes cualificados, pero un objetivo
Los criterios de selección de los actuan- esencial era que estos perteneciesen a dis-
tes en los grupos de discusión son criterios tintos ámbitos de la realidad social. En este
de comprensión, de pertinencia (no de ex- sentido, distinguimos 3 niveles: el político e
tensión). La selección de los actuantes per- institucional, el académico y el profesional
tinentes es un problema de enfoque: cuanto liberal.
más enfocada esté la selección, más defini-
da será la información que obtengamos. El discurso de los jóvenes
El grupo (microsituación) produce un
discurso que se refiere al mundo (macrosi- El discurso del grupo es, en palabras de
tuación). Por todo ello, en palabras de Ibá- Ibáñez (1986), “un producto de la situación
ñez (1994), “hay que sustituir el presupues- grupal: lo que nos lleva a interpretarlo y
to de objetividad por el presupuesto de re- analizarlo a partir de la dinámica del grupo
flexividad”. -en su génesis- y a partir de su estructura”.
El análisis del discurso ha sido el otro en- Por tal motivo, hemos creído oportuno, en
foque/herramienta utilizado en nuestro tra- los análisis e interpretaciones, incluir la di-
bajo. En este sentido, concebimos el discur- námica y la estructura social de la cual sur-
so como “un proceso de (inter)acción co- gen y en la cual se nutren los participantes e
municativa”. A diferencia de la visión tradi- integrantes de los distintos grupos (para po-
cional del análisis lingüístico, podemos afir- der profundizar en la investigación consúl-
mar en palabras de Crespo (1991) que el tese la versión original del estudio en Agu-
significado de la acción discursiva es siem- lló, 1997). En nuestro caso, ello ha sido ma-
pre social, ya que “viene dado por un proce- terializado en dos apartados que se repiten
so de interpretación en base a claves social- en todos y cada uno de los análisis discursi-
mente compartidas,... y a las manifestacio- vos grupales; los hemos denominado el
nes (valores) que los interactuantes hacen “contexto del discurso” (o sea, el contexto
sobre su propia acción”. situacional o existencial, es decir, el plano
Aquí abogamos por este enfoque psico- de la enunciación), y el “discurso del con-
social del discurso, perspectiva que trata, texto” (el contexto convencional o lingüísti-
por tanto, el discurso en su naturaleza cons- co, es decir, el plano del enunciado).
tructiva y el discurso como proceso y prác- A pesar de que el análisis e interpretación
tica sociales. de los discursos producidos por los diferen-
tes grupos, no posee un guión previo y deli-
El discurso sobre los jóvenes mitado, por razones de extensión y sistema-
ticidad, hemos dividido cada proceso analí-
Con el ánimo de lograr una visión más tico-interpretativo en categorías o bloques
completa del asunto que aquí nos ha traí- temáticos, a saber:
do, decidimos preparar una serie de entre-
vistas para conocer (y poder comparar • Definición y concepto juventud.
posteriormente) el discurso sobre los jóve- • Definición, valoración y centralidad
nes. Las entrevistas fueron llevadas a cabo del trabajo.
a un conjunto de especialistas que, directa • Actitudes y opinión ante el trabajo y el
o indirectamente, trabajan o han trabajado mercado laboral.
en el ámbito de los jóvenes y/o el mundo • Experiencia laboral y condiciones de
laboral. trabajo.

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• Relación estudios-trabajo. mundo de la economía sumergida y de la


• Perspectivas de futuro en el ámbito la- marginalidad; en ellos se encontraron mu-
boral, visión del futuro. chos problemas y reticencias para formar
• Identidad: construcción, influencia, grupos de discusión, con lo que la entrevis-
efectos. ta (especialmente la abierta, sin cuestiona-
rios por medio) fue la técnica más idónea.
El diseño de los grupos de discusión
Resultados y conclusiones
En la planificación grupal intentamos
que el diseño de los grupos de discusión tu- La diversidad juvenil, que en principio
viese en cuenta la heterogeneidad y la com- parece obvia, no ha sido considerada como
plejidad del mundo juvenil. Para ello, dicho tal por expertos e instancias responsables de
diseño tenía que abarcar un número consi- la investigación sobre los jóvenes, sobre to-
derable de situaciones y trayectorias socio- do, no en la medida que sería necesario y
laborales que, las más de la veces, suelen pertinente. Han proliferado y proliferan por
descuidarse y/o ignorarse, y, de esa forma, doquier un sinfín de informes y estudios so-
superar el tratamiento homogeneizador y re- bre la realidad juvenil (principalmente
duccionista (sobre todo, el llevado a cabo a cuantitativos) que tienden a soslayar, des-
través de las encuestas de opinión). Hemos cuidar y/o obviar la complejidad y la hete-
pretendido, pues, identificar segmentos di- rogeneidad de este colectivo. Lo propio se
ferenciados de jóvenes, y abordar aquellos podría decir de la nula o escasa fundamen-
colectivos juveniles que, por su situación tación y/o articulación teórica y conceptual
social de partida, van a tener más problemas que viene recibiendo este objeto de estudio.
de inserción sociolaboral y, por ende, van a En nuestro trabajo hemos procurado no co-
sufrir en mayor medida las “disfunciones” meter el mismo error y, en la medida de lo
del hecho de no trabajar o de trabajar en posible, se ha combinado la metodología in-
condiciones precarias. vestigadora para abordar de forma más
El análisis de la situación socioeconómi- comprehensiva dicho fenómeno; así mismo,
ca de los jóvenes (que estuvo basado en los hemos llevado a cabo, en la primera parte,
datos de la Encuesta Nacional de Juventud - una profunda y crítica reconsideración teó-
Navarro y Mateo, 1993-, así como en los rica que sustente los resultados de la fase
datos de la EPA y el INEM) configuró la empírica.
fundamentación objetiva para el diseño de Por lo que respecta a la primera hipótesis
nuestra investigación. Fueron confecciona- barajada, constatamos (ya se ha insinuado)
dos, por tanto, 10 grupos de discusión (pue- que el trabajo sigue ocupando un lugar cen-
de consultarse el diagrama general de la tral para la gran mayoría de jóvenes españo-
composición grupal en: Agulló, 1997). les estudiados, y ello es así, en todas las va-
En el diseño y la preparación de las en- riables consideradas: el origen sociofami-
trevistas en profundidad a los jóvenes (un liar, el hábitat, la edad, el sexo, el nivel edu-
total de 16 entrevistas abiertas) tuvimos cativo, el estado civil, el tipo de experiencia
siempre claro el criterio flexible de realiza- laboral.
ción de aquellas entrevistas que sirviesen No se ha constatado un rechazo genérico
para completar los discursos grupales. En del trabajo por parte de los jóvenes. Se ob-
este sentido, tuvimos que acudir a este ins- serva, eso sí, una cierta desmitificación del
trumento dado la peculiariedad de determi- trabajo (en contra de las ya antiguas tesis de
nados sectores laborales, sobre todo, el Rousselet, 1974), pero ello no significa que

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éste deje de ser considerado como central y al.). En ese sentido, podemos afirmar que
como eje estructurante y estructurador de los jóvenes perciben el trabajo como valor
sus vidas. Los jóvenes analizados no rehú- instrumental, pero entre sus deseos y expec-
yen del trabajo y todo lo referente al mundo tativas, entre sus exigencias y demandas, lo
laboral; todo lo contrario, con diferente in- que se deduce, finalmente, de sus búsquedas
tensidad todos afirman un deseo expreso y de los propios itinerarios laborales es la
por lograr un trabajo (y en el caso de los que esperanza de logar un trabajo en condicio-
trabajan, seguir en privilegiado estatus). nes, un trabajo con sentido. O sea, que las
Tras la confirmación de la primera, pode- funciones expresivas de la actividad laboral
mos referirnos a la segunda hipótesis que no se aparcan de momento, dado la escasez de
es sino una especie de correlato argumenta- puestos de trabajo que reúnan tales condi-
tivo de la primera. Se observa una visión ciones, pero están en el punto de mira de to-
más realista y pragmática de la mayor parte dos ellos, en diferentes grados y por diver-
de los jóvenes en todo lo que se refiere, no sos motivos, pero en todos ellos. La prepa-
sólo al ámbito laboral, sino a la realidad so- ración y formación continuas, para unos, las
cial en general (que obviamente incluye y influencias o ayudas para otros, y la suerte,
determina la anterior, la realidad laboral). para los menos, serán los senderos (de glo-
De los discursos analizados se desprende ria o fracaso) que materializarán y/o conso-
una genérica (re)valorización del trabajo, lidarán los destinos de una concepción u
una actitud positiva hacia la actividad labo- otra. De estos senderos o trayectos trata la
ral; no obstante, no podemos afirmar con ro- siguiente hipótesis (tercera), que también se
tundidad si la concepción que mantienen los hilvana con las anteriores.
jóvenes respecto al trabajo deviene instru- La dualización y segmentación del mer-
mental o expresiva: en unos momentos abo- cado de trabajo ha penetrado la vida social,
gan por una y, en otros, defienden la otra. generando una sociedad esencialmente dua-
Esta falta de claridad viene siendo una tóni- lizada, segmentada y precarizada. Este pa-
ca generaliza en las últimas investigaciones norama socioeconómico, poco halagüeño y
llevadas a cabo. A este respecto Sanchís esperanzador, es el que les ha quedado, por
(1991) corrobora lo que venimos conside- el momento, a los jóvenes. La sensación ge-
rando: “...no parece tarea fácil delimitar con neral que poseen de esta situación, extraída
nitidez dónde acaban las concepciones ins- de sus propios discursos, es de bloqueo, de-
trumentales y dónde comienzan las que al- sencanto y marginación. No en vano, la cri-
gunos autores han denominado expresivas sis y la estructura social consecuente de la
(el trabajo como búsqueda de libertad, auto- misma, les ha colocado en una situación de
nomía, creatividad, etc.), pues probable- dependencia prolongada, de precariedad
mente todos -jóvenes o no- nos movemos de sistemática y de marginalidad respecto del
manera ambigua entre unas y otras”. mundo laboral. Ambito, que como ya he-
De todas formas, cabe señalar que la ins- mos advertido y corroborado en los discur-
trumental es la concepción del trabajo que sos grupales, deviene crucial para su exis-
con más frecuencia emerge en los discursos tencia y para el desarrollo positivo de sus
de los diferentes grupos juveniles. Y es que identidades.
la cultura (ideología) transmitida a través de Todo ello, pues, ha ocasionado una alte-
todos los medios está impregnada y/o fo- ración considerable del proceso normal de
menta esta concepción (recuérdese los re- socialización, generando un número sustan-
sultados de la investigación aludida ante- tivo de procesos socializadores diferentes y
riormente de Alvaro, Crespo, Torregrosa et diferenciados. Como ya señalaba Zárraga

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LA CENTRALIDAD DEL TRABAJO EN EL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD DE LOS JÓVENES: UNA APROXIMACIÓN PSICOSOCIAL

(1985), hemos constatado cómo ciertos co- ción de las nuevas formas de contratación
lectivos de jóvenes van avanzando a costa y laboral y el uso abusivo e improcedente de
a condición de ocupar posiciones margina- las mismas. En ambos fenómenos (el de-
les del sistema. Y es que las tendencias po- sempleo y la precariedad laboral), cada vez
co deseables y nada exitosas de los años más extendidos y, por tanto, más necesita-
ochenta se consolidan en las postrimerías de dos de estudio y comprensión, la población
este siglo; los jóvenes están siendo integra- juvenil está especialmente representada, y
dos, no en las estructuras del sistema social, por tanto, especialmente castigada.
sino en sus intersticios. En este sentido, se constata una tipología
Se está bloqueando el acceso de los jóve- de construcciones identitarias totalmente di-
nes al mundo laboral y ello se traduce en la versa en perfecta concordancia con las dis-
dilatación, indefinida para muchos, de la in- tintas situaciones y trayectorias sociolabora-
serción plena de los jóvenes en la sociedad; les: es lo que hemos denominado “trayectos
generando, a la par, toda una serie de fenó- hacia el deterioro de la identidad juvenil”.
menos de negativas consecuencias para la El anterior modelo de inserción a la socie-
integración social de los mismos. dad adulta, decíamos, se ha vuelto caduco, y
La heterogeneidad y la diversidad del co- el modelo vigente en la actualidad está ge-
lectivo juvenil está generada, principalmen- nerando una diversidad de transiciones en
te, por la posición socioeconómica familiar gran medida dilatadas, precarias, inciertas y
de la que parten y en la que se hallan los dis- desestructurantes.
tintos jóvenes. Esta, a su vez, va a confor- En definitiva, por lo manifestado, consi-
mar posiciones perceptivas, concepciones y deramos que ha quedado clara y patente la
actitudes sobre el trabajo totalmente diver- centralidad del trabajo en la mayoría de los
sas; de igual forma, las experiencias labora- jóvenes analizados; así mismo, hemos podi-
les posibles de los mismos van a estar con- do constatar que la actividad laboral es nu-
dicionadas por dicho origen social y el pro- clear en el proceso de construcción de la
ceso socializador recibido. En ese mismo identidad. En consecuencia, las situaciones
sentido, el proceso de configuración, cons- de desempleo y precariedad laborales expe-
trucción y consolidación de la identidad de rimentadas por estos jóvenes les crea toda
estos jóvenes va a poseer y sufrir, como se una serie de fenómenos negativos para la
ha constatado, diferentes consecuencias. cristalización efectiva de sus identidades.
A lo largo de nuestras pesquisas nos he- Además de la confirmación de las hipó-
mos percatado de que la imposibilidad de tesis anteriores, se han constatado, princi-
desempeñar una actividad laboral o llevarla palmente, las siguientes tendencias sobre
a cabo en condiciones precarias, en cuales- los aspectos laborales que acabamos de
quiera de sus múltiples modalidades, produ- mencionar:
ce el desarrollo de una serie de trayectos o
itinerarios que en la actualidad conducen a 1) conforme se alarga el período de de-
la desestructuración y al deterioro de la sempleo de los jóvenes analizados,
identidad de determinados colectivos juve- se incrementa la dificultad de conso-
niles. Esta ha sido la razón principal por la lidar su identidad;
cual nos hemos adentrado en el problema 2) a medida que asciende la edad de los
del desempleo juvenil y, en definitiva, en el jóvenes parados la identidad se dete-
fenómeno de la precariedad laboral, fomen- riora de forma progresiva;
tada ésta última no sólo por el auge de la 3) cuando el nivel de educación es ma-
economía informal, sino por la generaliza- yor por parte de los jóvenes en paro,

162 Psicothema, 1998


ESTEBAN AGULLÓ TOMÁS

o conforme se incrementa éste, el que se ha constatado una incidencia


proceso identitario resulta más afec- similar a la manifestada y acontecida
tado, y por tanto, más dañado; en la situación de desempleo. En
4) a mayor experiencia laboral previa y nuestro estudio, por lo menos, no se
a medida que aumenta la relación del han apreciado diferencias significati-
joven con la actividad laboral, la si- vas en este aspecto.
tuación de paro resulta más deses-
tructurante y, por tanto, el proceso de De todas formas, queremos destacar que
construcción de la identidad se torna el impacto de la precariedad laboral sobre el
intermitente e inestable y, por ende, proceso de identidad juvenil varía según el
más problemático; sub-segmento de jóvenes que estemos tra-
5) el paro juvenil ofrece tasas más ele- tando. Para ciertos colectivos juveniles (so-
vadas en las urbes medianas y gran- bre todo los jóvenes de procedencia social
des, en ese sentido, se ha constatado media, media-alta, de mayor nivel educati-
que el hábitat urbano resulta más vo, la precariedad laboral es una estrategia
obstaculizador (que el hábitat rural) coyuntural y más o menos buscada, van ro-
para el desempeño de una actividad tando laboralmente hasta la consecución de
laboral, y por tanto, la consecución trabajos “en condiciones” y hasta su inser-
de una identidad consolidada presen- ción en el segmento primario del mercado
ta mayores dificultades; de trabajo; por contra, están los “otros jóve-
6) a medida que se desciende en la es- nes” a los cuales no se les permitirá ningu-
cala social, o sea, cuando la proce- na opción estratégica, sino que rotarán inde-
dencia social del joven parado es finidamente de los trabajos eventuales a los
más baja socioeconómicamente, la temporales, de los sumergidos a los emergi-
probabilidad de desestructuración de dos, de los más o menos protegidos a los to-
la identidad se incrementa de forma talmente desprotegidos; o sea, son jóvenes
progresiva; que se instalan en la precariedad de forma
7) el estado civil de los jóvenes desem- cuasi permanente, o lo que es lo mismo, se
pleados es una variable que influye a insertan en el mercado secundario del mer-
la hora de observar la incidencia del cado de trabajo. Ello se traduce, como se ha
paro en la construcción de la identi- confirmado en nuestra investigación, en
dad, se constatan mayores problemas inestabilidad, inseguridad e insatisfacción
de cristalización identitaria por parte laborales y, este estado de vulnerabilidad
de este colectivo específico; constante, lleva a un deterioro no sólo del
8) por lo que respecta a la variable se- autoconcepto y la autoestima personal, sino
xo, no se ha encontrado evidencia de que ven disminuida o imposibilitada (según
una fuerte asociación, la identidad los grados de precariedad laboral y según el
resulta dañada y deteriorada por apoyo familiar) la oportunidad para el desa-
igual en ambos sexos. rrollo y la materialización de aspiraciones,
9) Por lo que se refiere a la precariedad planes y expectativas laborales y sociales;
laboral, los jóvenes en situación la- así mismo, ven restringidas las relaciones
boral precaria (que como muestran interpersonales, y las existentes se tornan
todos los datos oficiales, constituye conflictivas; a su vez, están expuestos de
la experiencia ´laboral´ más habitual forma más significativa a actividades psico-
y generalizada entre los jóvenes en lógicamente desestabilizadoras, llegando a
los últimos años), podemos afirmar rozar, cuando no en ellas (como acontece

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LA CENTRALIDAD DEL TRABAJO EN EL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD DE LOS JÓVENES: UNA APROXIMACIÓN PSICOSOCIAL

con los colectivos juveniles marginales es- inferioridad, indefensión, impotencia, inse-
tudiados), las conductas delictivas, desvia- guridad e inutilidad. Así mismo, experimen-
das y marginales. tan una situación de desorientación existen-
Para concluir, podemos afirmar que los cial, de desencanto, de vulnerabilidad per-
resultados extraídos de nuestro estudio sonal y social, todo ello les lleva muchas ve-
coinciden en gran parte con algunos de los ces a aislarse y a desvincularse socialmente,
trabajos revisados en la primera fase de a la no participación, o por el contrario, les
nuestro análisis teórico. Como ya mostraron conduce a desplegar comportamientos ne-
Blanch (1990), Alvaro (1992), Vala (1989), gativos y/o desviados (Agulló, 1994; 1997).
Banks y Ullah (1988), entre otros, hemos En resumen, la intermitencia y la discon-
constatado también que los jóvenes en si- tinuidad de la mayor parte de trabajos que
tuación de desempleo o con trabajos preca- llevan a cabo los jóvenes, y la incertidumbre
rios presentan un mayor malestar psicológi- y la vulnerabilidad psicosocial que ello ge-
co e insatisfacción con la vida presente; de- nera, posee un efecto totalmente negativo y
sarrollan, en mayor medida que los jóvenes desestructurador de la percepción de sí mis-
que poseen un empleo, pensamientos nega- mos y de todo lo que se refiere al proceso
tivos y sentimientos de fracaso, frustración, cristalizador de sus identidades.

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