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Resumen Varian
Resumen Varian
Maestría en Economía
Microeconomía I
A partir de la cantidad de bienes se puede hacer una relación entre la cantidad disponible y la
disposición de los agentes económicos a pagar. Existe el precio de reserva de los individuos es aquel
con e que consumir o no le es indiferente y es considerado como ƿ. Por lo tanto, la cantidad
consumida será igual a la cantidad de individuos cuyo precio de reserva sea igual o mayor a ƿ.
Un ejemplo de renta de departamentos puede plantear una curva de demanda como se muestra a
continuación:
Dónde solo un agente económico está dispuesto a pagar 500 por un departamento y el siguiente
individuo únicamente tiene una disposición de 490, por lo que los valores de 499…491 siguen
teniendo un solo departamento alquilado. La endiente de la curva es negativa, dado que a una
disminución en el precio hay un mayor número de personas dispuestas a pagar dicha cantidad.
Por otro lado, existe la curva de oferta, donde retomando el mercado de apartamentos, existen
distintos caseros tratando de obtener el mayor beneficio económico por la renta y se considera un
merado competitivo, donde se conocen todos los precios y el precio de equilibrio.
Para determinar la curva se considera elegir un precio y ver cuántos apartamentos se alquilan a
dicho precio.
La curva de la izquierda representa un mercado donde hay una gran cantidad de demandantes que
aminoran los saltos entre un rango y otro, mientras que la curva de la derecha representa la oferta
de los apartamentos en el corto plazo, ya que es muy difícil que se presente un cambio significativo
en la cantidad de inmuebles.
Una asignación monopolista discriminadora plantea el hecho de que un casero es dueño de todos
los departamentos indica que se tomarán medidas para maximizar los ingresos mediante una
subasta, donde cada departamento será asignado al mejor postor. Aún en este escenario las
personas que conseguirán un departamento serán las mismas que en la solución del mercado. Ya
que es la misma cantidad de individuos las que tienen la disposición a pagar una cantidad ≥ ƿ*.
Una vez planteados los cuatro escenarios surge la cuestión de cuál presenta una solución óptima.
Para ello se plantea la eficiencia en el sentido de Pareto, que permite evaluar en términos de ƿ* si
el equilibrio de mercado es ineficiente o no en términos de Pareto, y permite una correcta
asignación de los bienes, sin embargo, con la desventaja de que no se puede mejorar el bienestar
de una persona sin empeorar el de otro individuo.
Finalmente se habla del equilibrio en el largo plazo, ya que aquí se pueden presentar variaciones en
la oferta. Por lo que consecuentemente el número de apartamentos en el círculo interior puede
aumentar, dependiendo de la rentabilidad que implique el construir uno mas en función del precio
en que se alquilan.
Resumen de lectura Capítulo II: La Restricción Presupuestaria
Una restricción presupuestaria es aquella cantidad total que puede emplear para consumir y dicha
cantidad tiene que ser mayor o igual al precio de los bienes por la cantidad, descrita de la siguiente
manera: p1x1 + p2x2 ≤ m.
Para efectos de simplificación se consideran 2 bienes, uno de ellos representa todo lo demás que
el individuo puede consumir.
p1(x1 + Δx1) + p2 (x2 + Δx2) = m, y si restamos la ecuación p1x1 + p2x2 = m se obtiene que la expresión
presupuestal que representa el consumo restringido resulta como p1Δx1 + p2Δx2 = 0 y por lo tanto
la pendiente queda como una relación Δx1/Δx2= -p1/p2. Y es conocido como el costo de
oportunidad, o la cantidad que tiene que sacrificar del bien 2 por una unidad más del bien 1.
Dentro de la ciencia económica hay variaciones en la recta presupuestaria que se producen tanto
por incrementos o disminuciones en precios o en ingreso, del mismo modo el impacto cambia al
haber intervención gubernamental dentro del comportamiento natural del mercado.
Resumen de lectura Capítulo III: Las Preferencias
Los agentes económicos se encuentran en busca de cestas de bienes que estén a su alcance. Si se
profundiza en la elección del consumidor, considerando no sólo el consumo, sino una descripción
de las circunstancias en que podría obtenerlo, ya que el valor que se le asigna a las cosas depende
completamente del entorno en que se obtienen.
Si a un sujeto se le dan a elegir 2 cestas, (x1, x2) y (y1, y2) puede ordenarlas según el atractivo que
le representen. Se emplea el símbolo > para indicar que una cesta se prefiere, por ejemplo (x1, x2)>
(y1, y2), donde se prefiere estrictamente la primera en el sentido de que le gusta más. Por lo que la
idea de preferencia se relaciona directamente en la conducta del consumidor.
Cuando el consumidor es indiferente ante ambas cestas la representación se da ͠ donde (x1, x2) ͠
(y2, x2), indicando que el individuo se encontrará igualmente satisfecho con ambas cestas. Si el
individuo tiene preferencias débiles de una cesta sobre la otra o son iguales, se dice que una cesta
es al menos tan buena como la otra (x1, x2) ≥ (y1, y2).
Para analizar las preferencias es necesario establecer supuestos, como la compatibilidad de las
preferencias de los consumidores, e incluso se han catalogado como axiomas de la teoría del
consumidor:
Dentro de las preferencias existen algunos tipos de comportamiento que se refleja en las curvas:
Sustitutos perfectos: Si el consumidor está dispuesto a
sustituir un bien por el otro a una tasa constante. Por ejemplo,
si la tasa de sustitución es de 1 a 1, la pendiente de la curva va
a ser -1.
Si tenemos dos cestas (x1, x2) y (y1, y2) tomamos una media ponderada de las dos que resulta:
( ½ x1 + ½ y1, ½ x2 + ½ y2) la cesta será tan buena como los extremos. Adoptando el supuesto de
que cualquier peso t situado entre 0 y 1: (tx1+(1-t) y1, tx2 + (1-t) y2) > (x1, x2) para cualquier valor
de t entre 0 y 1, ya que asigna un peso t a la cesta x y un peso 1-t a la Y, y la distancia entre cesta x
y la cesta media es la proporción t. A su vez indica un
conjunto convexo, con la propiedad de que si se toman 2
puntos cualesquiera y se traza una línea este segmento
pertenece al conjunto. La figura A representa
preferencias convexas, la B no convexa y la C son
preferencias cóncavas.
Desde tiempos antiguos la utilidad representaba u indicador del bienestar o a felicidad de la persona
en términos numéricos. Sin embargo, nunca se describió realmente como se medía, por lo que
recientemente se asumió que la utilidad es una función de las preferencias. Posteriormente se
definió que su función es dar un número a cada cesta ordenando su utilidad.
Dentro de la utilidad existen funciones o transformaciones monótonas, donde alteras todas las
funciones sin alterar el orden de preferencia, como multiplicarlas por un número positivo. La tasa
de variación de la función f(u) y puede medirse como a continuación:
En el caso de esta transformación f(u2) – f(u1) tiene el mismo signo que (u2-u1), por lo que la tasa
de variación es siempre positiva. Si f(u) es una transformación monótona cualquiera que representa
las preferencias por:
• Decir que u (x1, x2) representa las preferencias ≥ significa que u (x1, x2) > u (y1, y2) si y solo
si (x1, x2) ≥ (y1, y2).
• Pero si f(u) es una transformación monótona, u (x1, x2) > u (y1, y2) si y solo si f (u (x1, x2)) >
f (u (y1, y2)).
• Por lo tanto, f (u (x1, x2)) > f (u (y1, y2)) si y solo si (x1, x2) _ (y1, y2), por lo que la función
f(u) representa las preferencias _ de la misma forma que la función de utilidad original u
(x1, x2).
La utilidad cardinal supone que la magnitud de las diferencias entre la utilidad de dos cestas tiene
algún significado, por lo que basta con asignar una utilidad mayor y cual es rechazada. ¿Y cómo
saber en qué proporción es mayor?, dependerá de que tanto estás dispuesto a pagar por la cesta
en relación con la otra.
Siguiendo la misma representación la relación marginal de sustitución que describe una variación
que se desplaza a lo largo de la curva y debe cumplirse que UM1∆X1 + UM2∆X2 = ∆U = 0,
despejando la pendiente de la curva de indiferencia, tenemos que:
El signo negativo se produce ya que, si obtenemos mayor cantidad del bien 1, tenemos que recibir
una cantidad menor del 2. Pero el cociente de las utilidades marginales nos proporciona una
magnitud observable de la relación marginal de sustitución RMS = - 2UM1 / 2UM2
La condición de que la relación marginal de sustitución debe ser igual a la pendiente de la recta
presupuestaria en un punto óptimo interior y en términos económicos representa que el mercado
le ofrece la oportunidad de intercambiar un bien por el otro. Dicho de otro modo, la tasa marginal
de sustitución (RMS) es la relación de intercambio:
RMS = - p1/p2
La elección óptima de los bienes, considerando precios e ingreso se conoce como cesta demandada
por el individuo. Considerando los movimientos en precios e ingresos la elección óptima cambia y
la función de demanda es aquella que relaciona dicha elección con los distintos precios e ingresos.
Algunos de los mejores ejemplos son los que ya se revisaron en capítulos anteriores, como los
sustitutos perfectos, donde normalmente la elección óptima se encuentra en una de las esquinas.
Los complementos perfectos suponen cantidades de demanda que siempre se encuentran en
diagonal, tal que, x1 es igual a x2.
Para los bienes neutrales y los males, el consumidor gasta todo su dinero en el bien que le gusta y
nada en los neutros, de igual manera si se considera un mal. En ese caso, x1=m/p1 y x2(bien neutro
o mal) =0.
Si se habla de bienes discretos, donde se consumen unidades enteras de algo y el segundo bien es
consumo en todo lo demás, su elección es (1, m, -p1), (2, m, -
i) y así sucesivamente. Si el bien 1 es muy elevado, el
consumidor elegirá cero unidades y conforme el precio baja
subirá una unidad.
Cuando se trata de preferencias Cobb-Douglas del tipo x1^c y x2^d los óptimos de consumo se
representan como:
La principal utilidad de la tasa marginal de sustitución es que permite valorar las posibles variaciones
en la cesta y consumo considerando las preferencias que tienen sobre un bien y el otro y muestra
cuanto vale un bien con relación al otro.
Una parte de la teoría del consumidor considera la elección entre dos tipos de impuestos, tal como
el impuesto sobre la cantidad y el impuesto sobre la renta.
Para el impuesto sobre la cantidad se asume una restricción inicial: p1x1 + p2x2 = m a la que
añadimos un impuesto t sobre x1, por lo que la restricción se transforma a: (p1+t) x1 + p2x2 = m
Un impuesto sobre la renta y un impuesto sobre la cantidad se
ven representados en la gráfica. Un impuesto sobre la renta R* y
un impuesto sobre la renta recaudan los mismos ingresos. El
consumidor disfrutará de un mayor bienestar con el impuesto
sobre la renta, ya que en este caso podrá elegir un punto de una
curva de indiferencia más alta. A su vez se muestra como podría
afectar la variación del precio a la demanda. Sin embargo, se
desconoce si el impuesto incrementará o disminuirá el consumo
del bien 1, ya que la elección óptima satisface el presupuesto:
Ahora un impuesto sobre la renta que recauda o mismo plantea la siguiente restricción:
P1x1 + p2x2 = m – R*
Las funciones de demanda muestran las cantidades óptimas de cada uno de los bienes en función y
sus precios del siguiente modo:
Se analiza un caso donde se miden las variaciones en la demanda como respuesta ante un cambio
en el ingreso y manteniendo lo demás constante. La recta
ante un aumento en el presupuesto se desplaza
paralelamente a la derecha. Para un bien normal, si el ingreso
aumenta la demanda se incrementa, caso contrario, si el
ingreso disminuye el consumo baja, manteniendo una
variación constante sobre la renta: ∆x1/∆m >0.
Cundo se trata de un
bien inferior, al
momento de
aumentar el ingreso,
el agente económico deja de consumir dicho bien, ya que
tiene acceso a productos que son preferibles.
Cuando se trata de sustitutos perfectos la curva de Engel tiene una pendiente =p1 dada la
sustitución igual de ambos bienes. Para los complementos perfectos la pendiente de la curva es
representada por p1 + p2. Finalmente, en las preferencias Cobb-Douglas como las demandas son
funciones lineales de la renta, entonces las sendas de expansión producen una recta para Engel con
pendiente 1/a.
Por otro lado, si se habla de preferencias homotéticas no son necesariamente las curvas de Engel
pueden no ser rectas. Si el aumento en la demanda se da de manera rápida se trata de bienes de
lujo, caso contrario se consideran bienes necesarios.
La curva inversa de
demanda considera
que la curva de demanda mide el precio en función de la
cantidad, tenemos una curva inversa de demanda. Mide la
cantidad de ingreso correspondiente a cada cantidad de x1 a
la que está dispuesto a renunciar una cantidad de algo mejor
que el bien 1.
Resumen de lectura Capítulo VII: Las Preferencias Reveladas
Para abordar las preferencias reveladas se habla de el supuesto de que son estrictamente convexas,
por lo que hay un único resultado. En este tipo de preferencias, el agente económico revela que a
pesar de haber elegido la esta óptima, el prefiere alguna cesta que esté situada sobre/bajo la
restricción presupuestaria a pesar de ser no óptima.
De acuerdo con el modelo, los agentes eligen lo mejor que está a su alcance y las decisiones tomadas
se prefieren a las que pudieron haber sido, prefiriendo (x1, x2) que (y1, y2).
El principio de preferencia revelada. Sea (x1, x2) la cesta elegida cuando los precios son (p1, p2) y
sea (y1, y2) otra cesta tal que p1x1 + p2x2 ≥ p1y1 + p2y2. En este caso, si el consumidor elige entre
las cestas asequibles la cesta óptima, debe cumplirse (x1, x2) > (y1, y2).
La elección de una por encima de la otra no solo implica que se escogió porque puede adquirirse,
sino que sugiere la existencia de que valora más el bien x que el bien y en cuestión de preferencias.
Del mismo modo si el agente prefiere una cesta (y1, y2)
sobre (z1, z2), por la propiedad de transitividad se cumple,
por lo que la cesta (x1, x2) > (z1, z2).
El axioma débil de
la preferencia relevada indica que el consumidor tiende a
elegir la mejor cesta de bienes que puede adquirir. En este
caso se viola el axioma de la preferencia revelada, ya que el
consumidor elige tanto la cesta (X1, X2) como (y1, y2).
Dejando en claro que no es un agente que maximiza. Tal
axioma señala que si un consumidor revela directamente que
prefiere (x1, x2) a (y1, y2) y las dos cestas no son iguales, no puede ocurrir que revele abiertamente
(y1, y2) a (x1, x2).
Por otra parte, el axioma fuerte de la preferencia indica que, si un consumidor revela, directa o
indirectamente, que prefiere (x1, x2) a (y1, y2) y (y1, y2) es diferente de (x1, x2), no puede revelar,
ni directa ni indirectamente que prefiere (y1, y2) a (x1, x2).
Supongamos cestas de consumo en dos periodos diferentes y se analiza la variación del consumo; b
es el consumo en el periodo base y t en algún otro periodo. En el periodo t los precios son (p1t, p2t)
y el consumidor elige (x1t, x2t) y en el periodo base, los precios son (p1b, p2b) y su elección es
(x1b, x2b). Consideramos que w1 y w2 son algunos pesos para calcular la media se obtiene:
Si Iq es mayor que 1 podemos decir que el consumo medio ha aumentado entre b y t, y si es menor
que 1 se asume que el consumo medio ha disminuido.
Si utilizamos como pesos los precios del periodo b, el índice obtenido se conoce como índice de
Laspeyres y se obtiene mediante la fórmula: Lq = [p1bx1t + p2bx2t] / [p1bx1b + p2bx2b] y si se emplean
en el periodo t es el índice de Paasche Pq = [p1tx1t + p2tx2t] / [p1tx1b + p2tx2b] >1.
Los índices de precios funcionan de forma muy parecida. En general, son medias ponderadas de los
precios:
En este caso, para calcular las medias es natural elegir como pesos las cantidades. Obtendremos dos
índices diferentes, dependiendo de los pesos que elijamos. Si elegimos las cantidades del periodo t,
obtendremos el índice de precios de Paasche:
y si elegimos las cantidades del periodo base, obtendremos el índice de precios de Laspeyres:
Dentro del análisis de estática comparativa, se demostró anteriormente que hay escenarios donde
al mover una variable no se consigue el efecto estimado.
El efecto – sustitución. – Cuando varía el precio de un bien ay dos efectos: Varía la tasa de sustitución
a la que se intercambia un bien por el otro y el poder adquisitivo del ingreso. La variación en la
relación de intercambio entre ambos bienes es el efecto sustitución, mientras que la variación de la
demanda por el aumento del poder adquisitivo es conocido como efecto renta.
M’ – m = [p’1 – p1]
La variación total de la demanda, Δx1, es la variación de la demanda provocada por la variación del
precio, manteniendo constante la renta: Δx1 = x1(p1’, m) – x1(p1, m).
Hemos visto antes que esta variación puede dividirse en dos: el efecto-sustitución y el efecto-renta.
Utilizando los símbolos definidos antes, tenemos que:
mediante la identidad de Slutsky: Δx1 = Δx1s + Δx1n que indica simplemente que la variación total
de la demanda es el efecto-sustitución más el efecto-renta. Hasta ahora hemos expresado la
identidad en variaciones absolutas, pero es más frecuente expresarla en tasas de variación.
La ley de demanda indica que si aumenta la demanda de un bien cuando aumenta la renta, debe
descender cuando sube su precio. Esta ley se desprende directamente de la ecuación de Slutsky: si
aumenta la demanda cuando aumenta la renta, el bien es normal, en cuyo caso el efecto-sustitución
y el efecto-renta se refuerzan mutuamente y una subida del precio reduce inequívocamente la
demanda.
Existe también algo llamado efecto sustitución de Hicks, donde mantiene constante la utilidad en
vez de mantener constante el ingreso. El efecto-sustitución
de Slutsky da al consumidor suficiente dinero para volver a
su antiguo nivel de consumo, mientras que el efecto-
sustitución de Hicks le da suficiente dinero para volver a su
antigua curva de indiferencia.
Se han analizado escenarios donde la renta está dada. Ahora se considera un escenario donde los
individuos obtienen sus ingresos vendiendo las cosas que poseen o producen con su propio trabajo.
Se sigue hablando de dos bienes, (w1, w2) que representan las cantidades de bienes que el agente
posee antes de entrar al mercado.
La demanda bruta es la cantidad que el individuo acaba consumiendo realmente. La demanda neta
es la diferencia entre lo que termina consumiendo y la dotación inicial de bienes, expresadas como
(x1 – w1, x2 – w2).
Supongamos la variación en las cantidades de (w1, w2) que pasa a (w1’. W2’) tal que: p1w1 +
p2w2 > p1w1’ + p2w2, desplazando paralelamente hacia la derecha ajustándose.
Una restricción presupuestaria para la oferta de trabajo supone que el consumidor recibe un ingreso
M independiente de su trabajo, considerada renta no laboral del consumidor. Sea C la cantidad de
consumo del individuo y p el precio del consumo. Suponiendo que w es el salario y L la cantidad
ofrecida de trabajo, tenemos la restricción presupuestaria: pC = M + wL, si existe un limite en la
oferta; Sea L’ esta cantidad de tiempo de trabajo. En este caso, sumando wL a ambos miembros y
reagrupando, tenemos que pC + w(L’ – L) = M + wL
En un entorno económico normal, el agente económico tiene que considerar dentro de sus
decisiones de consumo la existencia de un periodo futuro donde también tendrá que consumir y
que puede trasladar su ingreso del periodo actual al periodo futuro y viceversa (m1, m2) a una tasa
r de interés y con precios iguales en ambos periodos.
Respecto a la inflación se necesitan asumir precios diferentes en cada periodo y en ese caso, la
cantidad de dinero que puede gastar en distintos periodos es: p2c2 = p2m2 + (1 + r) (m1 – c1) y la
cantidad de consumo en el siguiente periodo es: c2 = m2 + [(1 + r) / p2] (m1 – c1).
Y considerando la inflación p2= 1 + π, con una variable de interés real definida por:1+ƿ=(1+r)/(1+π),
por lo que la restricción presupuestaria se convierte en c2 = m2 + (1 + ρ) (m1 – c1).
El concepto de valor actual nos permite expresar de otra forma la restricción presupuestaria en los
problemas de consumo Inter temporales: un plan de consumo es asequible si el valor actual del
consumo es igual al valor actual de la renta. Si un consumidor puede pedir y conceder préstamos
libremente a un tipo de interés constante, siempre preferirá una renta que tenga un valor actual
mayor a una que tenga uno menor.
Supongamos que puede comprarse la corriente de renta (M1, M2) realizando la corriente de pagos
(P1, P2). En este caso, puede evaluarse la inversión comparando el valor actual de la corriente
de renta y el valor actual de la corriente de pagos. Si M1 + M2 / (1 + r) > P1 + P2 / (1 + r), el valor
actual de la corriente de renta es superior al valor actual de su coste, por lo que se trata de una
buena inversión: aumentará el valor actual de nuestra dotación. La inversión también puede
valorarse utilizando el concepto de valor actual neto.
Para averiguarlo, calculamos el flujo neto de renta correspondiente a cada periodo y descontamos
esta corriente hasta la actualidad. En este ejemplo, el flujo neto es (M1 – P1, M2 – P2) y el valor
actual es VAN = M1 – P1 + M2 – P2 / (1 + r).
La existencia de un bono, representado por un objeto que simboliza el préstamo de dinero, supone
algunas actualizaciones a la función, consideramos el bono como una cantidad de dinero, una fecha
determinada T y un valor nominal F.
VA = x / (1 + r) + x (1 + r)2 + ... + F (1 + r) T
Finalmente, cuando hablan de impuestos, generalmente son intereses que se gravan en la renta
ordinaria, que, por tanto, se sujeta al mismo tipo impositivo que la renta procedente del trabajo.
Supongamos que nuestro tipo impositivo marginal es t; en ese caso, cada euro adicional de renta,
Δm, eleva nuestras obligaciones fiscales en tΔm. Si invertimos X euros en un activo, recibiremos
unos intereses de rX. Pero también tendremos que pagar unos impuestos de trX sobre esta renta,
por lo que nos quedarán únicamente (1 – t) r X euros, una vez deducidos los impuestos. (1 – t) r es
lo que llamamos tipo de interés una vez deducidos los impuestos.