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Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

Maestría en Economía

Clarissa Gallegos Camarena

Resumen de los capítulos 1 al 10 de Varian

Microeconomía I

Microeconomía Intermedia: Un enfoque actual


Hal R. Varian
2010
Univesity of California, Berkely
8ª Edición
Editorial Antoni Bosch
Traducción de Ma. Esther Robasco
Y Luis Toharia
Universidad de Alcalá
Resumen de lectura Capítulo I: El Mercado

La economía como ciencia considera o se basa en la construcción de modelos que el permitan


simplificar la realidad para poder brindar una mejor explicación de la misma, para lo que es
necesario considerar únicamente las variables de interés y la suspensión de detalles irrelevantes.

Cada modelo considera dos principios principales: el de optimización y el de equilibrio. El primer


principio consiste en elegir la mejor opción de consumo considerando un conjunto de bienes que el
individuo desea. Mientras que el segundo habla de que los precios se ajustan a la demanda y del
mismo modo a su oferta, sin embargo, en la realidad hay escenarios que tienden a desestabilizar el
sistema.

A partir de la cantidad de bienes se puede hacer una relación entre la cantidad disponible y la
disposición de los agentes económicos a pagar. Existe el precio de reserva de los individuos es aquel
con e que consumir o no le es indiferente y es considerado como ƿ. Por lo tanto, la cantidad
consumida será igual a la cantidad de individuos cuyo precio de reserva sea igual o mayor a ƿ.

Un ejemplo de renta de departamentos puede plantear una curva de demanda como se muestra a
continuación:

Dónde solo un agente económico está dispuesto a pagar 500 por un departamento y el siguiente
individuo únicamente tiene una disposición de 490, por lo que los valores de 499…491 siguen
teniendo un solo departamento alquilado. La endiente de la curva es negativa, dado que a una
disminución en el precio hay un mayor número de personas dispuestas a pagar dicha cantidad.

Por otro lado, existe la curva de oferta, donde retomando el mercado de apartamentos, existen
distintos caseros tratando de obtener el mayor beneficio económico por la renta y se considera un
merado competitivo, donde se conocen todos los precios y el precio de equilibrio.

Para determinar la curva se considera elegir un precio y ver cuántos apartamentos se alquilan a
dicho precio.
La curva de la izquierda representa un mercado donde hay una gran cantidad de demandantes que
aminoran los saltos entre un rango y otro, mientras que la curva de la derecha representa la oferta
de los apartamentos en el corto plazo, ya que es muy difícil que se presente un cambio significativo
en la cantidad de inmuebles.

En la figura de la izquierda se muestra el nivel de


equilibrio entre la oferta y la demanda de los
mercados, donde ƿ* es el precio de equilibrio.

Basándose en lo anterior, dentro del circulo cercano de


departamentos, únicamente los individuos dispuestos
a pagar al menos ƿ* podrán acceder a ellos, mientras
que los agentes que no se verán obligados a conseguir
departamento lejos.

Un análisis de estática comparativa nos permite apreciar


como movimientos en la demanda y/o la oferta producen
cambios en el valor de ƿ*. Como se aprecia a la derecha,
un incremento en la curva de oferta disminuye el precio,
caso contrario, una contracción de la curva aumentaría el
precio de reserva.

En caso que tanto la oferta como la demanda sufran


cambios que los hagan desplazarse hacia la izquierda
el precio de equilibrio tiende a permanecer en el
mismo nivel o en uno muy cercano.

Todo ello suponiendo un mercado competitivo. Sin


embargo, existen otros tipos de mercado.

Una asignación monopolista discriminadora plantea el hecho de que un casero es dueño de todos
los departamentos indica que se tomarán medidas para maximizar los ingresos mediante una
subasta, donde cada departamento será asignado al mejor postor. Aún en este escenario las
personas que conseguirán un departamento serán las mismas que en la solución del mercado. Ya
que es la misma cantidad de individuos las que tienen la disposición a pagar una cantidad ≥ ƿ*.

En el caso del monopolista ordinario, se tendrá que


decidir si alquilar más departamentos a un menor precio
o menos en uno más alto. En este escenario el
monopolista elige restringir la cantidad de
departamentos en alquiler para maximizar sus ganancias
(zona sombreada) con base en el precio que establezca.
El último caso es con un control de alquileres, donde gobierno decide poner un precio techo para la
renta y este precio se encuentra por debajo de ƿ*, por lo que se incurre en un exceso donde la
demanda supera la oferta (cantidad de departamentos disponibles).

Una vez planteados los cuatro escenarios surge la cuestión de cuál presenta una solución óptima.
Para ello se plantea la eficiencia en el sentido de Pareto, que permite evaluar en términos de ƿ* si
el equilibrio de mercado es ineficiente o no en términos de Pareto, y permite una correcta
asignación de los bienes, sin embargo, con la desventaja de que no se puede mejorar el bienestar
de una persona sin empeorar el de otro individuo.

Finalmente se habla del equilibrio en el largo plazo, ya que aquí se pueden presentar variaciones en
la oferta. Por lo que consecuentemente el número de apartamentos en el círculo interior puede
aumentar, dependiendo de la rentabilidad que implique el construir uno mas en función del precio
en que se alquilan.
Resumen de lectura Capítulo II: La Restricción Presupuestaria

Una restricción presupuestaria es aquella cantidad total que puede emplear para consumir y dicha
cantidad tiene que ser mayor o igual al precio de los bienes por la cantidad, descrita de la siguiente
manera: p1x1 + p2x2 ≤ m.

Para efectos de simplificación se consideran 2 bienes, uno de ellos representa todo lo demás que
el individuo puede consumir.

Dicho de otra forma, la recta presupuestaria son los


conjuntos de cestas que cuestan exactamente p1x1 + p2x2
=m, donde lo que se consume es igual a lo que se tiene,
y la pendiente de la recta es -p1/p2, que representa la
relación de sustitución entre un bien por el otro. Del
mismo modo, ante variaciones en el consumo de un bien
∆x1 se deben considerar las variaciones en x2 para
satisfacer la restricción de la siguiente forma:

p1(x1 + Δx1) + p2 (x2 + Δx2) = m, y si restamos la ecuación p1x1 + p2x2 = m se obtiene que la expresión
presupuestal que representa el consumo restringido resulta como p1Δx1 + p2Δx2 = 0 y por lo tanto
la pendiente queda como una relación Δx1/Δx2= -p1/p2. Y es conocido como el costo de
oportunidad, o la cantidad que tiene que sacrificar del bien 2 por una unidad más del bien 1.

Existen distintos elementos que pueden tener


repercusiones sobre el conjunto presupuestario,
por ejemplo, qué pasa con la restricción una vez que
la renta o el ingreso (m) del individuo se incrementa,
permitiendo al agente alcanzar una mayor cantidad
de combinaciones, caso contrario, ante una
disminución en el presupuesto la línea se desplaza
paralelamente hacia el origen aminorando las
posibles cestas a las que tiene acceso.

Por otro lado, una disminución en el precio cambia la


inclinación de la recta haciendo la pendiente más
pronunciada, mientras que disminuciones en el
precio provocan una pendiente más relajada. Pero si
se dan reducciones o aumentos en ambos bienes en
la misma proporción la recta presupuestaria se
desplazará en la misma medida, sería como
multiplicar ambos precios por t como se demuestra a
continuación:

tp1x1 + tp2x2 = m. p1x1 + p2x2 = m/t


Para ampliar el análisis se puede fijar alguna de las variables, tal como alguno de los precios o la
misma recta presupuestaria, por ejemplo:

p1x1 + p2x2 = m p1/p2 x1 + x2 = m/ p2 p1/m x1 + p2 /m = 1

Dentro de la economía política se emplean instrumentos que tienden a repercutir en la restricción


presupuestaria, como impuestos, que indirectamente modifican o incrementan los precios de los
productos, donde p1 representa el precio y una vez aplicado un impuesto τ el nuevo precio está
determinado por (1+τ)p1, o bien un subsidio, que produce el efecto contrario, disminuyendo los
precios y reflejándose a través de σ, provocando que el nuevo precio sea (1-σ)p1.

En otros casos existen racionamientos por parte del


gobierno que limitan la cantidad máxima del consumidor,
por ej. ẍ, y si es menor que x1, se recorta el conjunto de cestas
que puede cubrir la restricción presupuestaría que exceden
el máximo del consumo permitido.

En el caso de que el consumo sea superior a ẍ, el consumidor


solo debe pagar un impuesto sobre el consumo del bien 1
superior a ẍ, por lo que la recta presupuestaria se vuelve más
inclinada a la derecha de este punto. La pendiente en esta
gráfica cambia de – p1/p2 y a la derecha del punto se
convierte en – (p1 + t) /p2.

Dentro de la ciencia económica hay variaciones en la recta presupuestaria que se producen tanto
por incrementos o disminuciones en precios o en ingreso, del mismo modo el impacto cambia al
haber intervención gubernamental dentro del comportamiento natural del mercado.
Resumen de lectura Capítulo III: Las Preferencias

Los agentes económicos se encuentran en busca de cestas de bienes que estén a su alcance. Si se
profundiza en la elección del consumidor, considerando no sólo el consumo, sino una descripción
de las circunstancias en que podría obtenerlo, ya que el valor que se le asigna a las cosas depende
completamente del entorno en que se obtienen.

Si a un sujeto se le dan a elegir 2 cestas, (x1, x2) y (y1, y2) puede ordenarlas según el atractivo que
le representen. Se emplea el símbolo > para indicar que una cesta se prefiere, por ejemplo (x1, x2)>
(y1, y2), donde se prefiere estrictamente la primera en el sentido de que le gusta más. Por lo que la
idea de preferencia se relaciona directamente en la conducta del consumidor.

Cuando el consumidor es indiferente ante ambas cestas la representación se da ͠ donde (x1, x2) ͠
(y2, x2), indicando que el individuo se encontrará igualmente satisfecho con ambas cestas. Si el
individuo tiene preferencias débiles de una cesta sobre la otra o son iguales, se dice que una cesta
es al menos tan buena como la otra (x1, x2) ≥ (y1, y2).

Para analizar las preferencias es necesario establecer supuestos, como la compatibilidad de las
preferencias de los consumidores, e incluso se han catalogado como axiomas de la teoría del
consumidor:

• Completas: Es posible comparar dos cestas cualesquiera


• Reflexivas: Suponemos que cualquier cesta es al menos tan buena como ella misma (x1, x2)
≥ (x1, x2)
• Transitivas: si (x1, x2) ≥ (y1, y2) y (y1, y2) ≥ (z1, z2) entonces (x1, x2) ≥ (z1, z2)

Un ejercicio gráfico permite apreciar cómo se ven las curvas


de indiferencia de dos bienes para un individuo cuyas
preferencias son débiles. El área sombreada está formada
por todas las cestas que son, al menos, tan buenas como la
cesta (x1, x2). La curva se forma por todas las cestas que le
son indiferentes.

Considerando otros supuestos, las curvas de


indiferencia tienden a adoptar formas peculiares.
Sin embargo, dos curvas de indiferencia en
ningún escenario las curvas de indiferencia que
representen distintos niveles de preferencias
podrán interceptarse, ya que, de hacerlo, las
curvas X, Y, Z tendrían que ser indiferentes y no
podrían encontrarse en curvas de indiferencia
distintas.

Dentro de las preferencias existen algunos tipos de comportamiento que se refleja en las curvas:
Sustitutos perfectos: Si el consumidor está dispuesto a
sustituir un bien por el otro a una tasa constante. Por ejemplo,
si la tasa de sustitución es de 1 a 1, la pendiente de la curva va
a ser -1.

Su principal característica es que su pendiente es constante a


lo largo de toda la curva y en todas las curvas. Un ejemplo
podrían ser lápices de distintos colores.

Complementos perfectos: Son bienes que siempre se


consumen juntos en proporciones fijas, ya que se
complementan en cierto sentido, tal como lo son los
zapatos izquierdos y los derechos y sólo le gusta el
zapato izquierdo si va acompañado de uno derecho. La
forma de la curva se presenta en forma de L.

Males: Son aquellas mercancías que no le gustan al


consumidor, ya que, si tiene que consumir un bien que le
gusta y otro que no, las curvas de indiferencia serán
paralelas en sentido ascendente, ya que el individuo
prefiere consumir la cesta que tenga más del bien que le
gusta y menos que el de que no. Su pendiente es positiva.

Neutrales: Un bien de esta naturaleza es aquel que al


consumidor le da igual, razón por la cual el comportamiento
de las curvas de indiferencia son líneas verticales, donde al
individuo le gusta el salchichón, y le es neutral las anchoas,
por lo que sólo le importa consumir más salchichón,
desplazando las curvas a la derecha.

Saciedad: En ocasiones es necesario considerar una situación


de saciedad, en la que hay una cesta global mejor para el
consumidor y cuanto más cerca se encuentre de esta cesta,
mejor. La cesta (ẍ1, ẍ2) es el punto de saciedad o máxima
saciedad y las curvas de indiferencia rodean este punto y más
fuera del rectángulo es demasiado, más abajo es poco.

Bienes discretos: Aquellos que no se miden más que


en unidades enteras. X2 es el dinero en otros bienes y
x1 es el bien discreto. El bien 1 solo está en enteros,
en la parte A las líneas discontinuas conectan las
cestas indiferentes y en la parte b son verticales y
representan cestas al menos tan buenas.
El modelo que describe las preferencias generales implica
algunos supuestos, donde más es mejor (preferencias
monótonas). Para el consumidor es mejor la cesta que
contiene mayor cantidad de ambos bienes y peor aquella que
tiene una menor cantidad de ellos. Implica una pendiente
negativa y se asume que se prefieren las medias que los
extremos.

Si tenemos dos cestas (x1, x2) y (y1, y2) tomamos una media ponderada de las dos que resulta:
( ½ x1 + ½ y1, ½ x2 + ½ y2) la cesta será tan buena como los extremos. Adoptando el supuesto de
que cualquier peso t situado entre 0 y 1: (tx1+(1-t) y1, tx2 + (1-t) y2) > (x1, x2) para cualquier valor
de t entre 0 y 1, ya que asigna un peso t a la cesta x y un peso 1-t a la Y, y la distancia entre cesta x
y la cesta media es la proporción t. A su vez indica un
conjunto convexo, con la propiedad de que si se toman 2
puntos cualesquiera y se traza una línea este segmento
pertenece al conjunto. La figura A representa
preferencias convexas, la B no convexa y la C son
preferencias cóncavas.

La pendiente de las curvas de indiferencia se conoce como la relación marginal de sustitución


(RMS) ya que mide la sustitución de un bien por otro.

La relación marginal de sustitución mide el cociente de


∆x2/∆x1, asumiendo cambios pequeños ya que representan
variaciones marginales con respecto a una cesta inicial.
Normalmente la relación es negativa, y la cantidad de un
bien que intercambia por el otro se conoce como relación
de intercambio E, por lo que en términos generales la
posibilidad de trasladarse a cualquier punto de la línea tiene
pendiente -E.

Además de la disposición de intercambiar un bien por otro


también representa la cantidad de dinero disponible que
se puede gastar en todos los demás bienes.

El intercambio a una determinada relación se muestra en


esta figura a través del intercambio en los bienes en una
proporción E, lo que implica la pendiente de la recta -E.
Resumen de lectura Capítulo IV: La Utilidad

Desde tiempos antiguos la utilidad representaba u indicador del bienestar o a felicidad de la persona
en términos numéricos. Sin embargo, nunca se describió realmente como se medía, por lo que
recientemente se asumió que la utilidad es una función de las preferencias. Posteriormente se
definió que su función es dar un número a cada cesta ordenando su utilidad.

Dentro de la utilidad existen funciones o transformaciones monótonas, donde alteras todas las
funciones sin alterar el orden de preferencia, como multiplicarlas por un número positivo. La tasa
de variación de la función f(u) y puede medirse como a continuación:

∆f/∆u = [f(u2) – f(u1)] / [u2 – u1]

En el caso de esta transformación f(u2) – f(u1) tiene el mismo signo que (u2-u1), por lo que la tasa
de variación es siempre positiva. Si f(u) es una transformación monótona cualquiera que representa
las preferencias por:

• Decir que u (x1, x2) representa las preferencias ≥ significa que u (x1, x2) > u (y1, y2) si y solo
si (x1, x2) ≥ (y1, y2).
• Pero si f(u) es una transformación monótona, u (x1, x2) > u (y1, y2) si y solo si f (u (x1, x2)) >
f (u (y1, y2)).
• Por lo tanto, f (u (x1, x2)) > f (u (y1, y2)) si y solo si (x1, x2) _ (y1, y2), por lo que la función
f(u) representa las preferencias _ de la misma forma que la función de utilidad original u
(x1, x2).

Una transformación monótona positiva


es representada por la gráfica A, en una
función siempre creciente. La figura B
muestra una función que ya no es
monótona, ya que a veces aumenta y en
otras disminuye.

La utilidad cardinal supone que la magnitud de las diferencias entre la utilidad de dos cestas tiene
algún significado, por lo que basta con asignar una utilidad mayor y cual es rechazada. ¿Y cómo
saber en qué proporción es mayor?, dependerá de que tanto estás dispuesto a pagar por la cesta
en relación con la otra.

Para construir una función de utilidad se necesita partir de las


curvas de indiferencia, primero trazando la diagonal y a
continuación se denomina cada curva de indiferencia según
la distancia a la que se encuentra del origen, medida a lo largo
de la curva.

La utilidad marginal: Es considerada como la tasa de


variación de un bien con respecto a otro, expresada como un cociente:
UM1 = ∆ U/∆x1 = [ U (x1 + ∆x1, x2) – u (x1, x2)] / ∆x1
Esta definición implica que para calcular la variación de la utilidad provocada por una pequeña
variación del consumo del bien 1, basta multiplicar la variación del consumo por la utilidad
marginal del bien: ∆U = UM1∆x1

Siguiendo la misma representación la relación marginal de sustitución que describe una variación
que se desplaza a lo largo de la curva y debe cumplirse que UM1∆X1 + UM2∆X2 = ∆U = 0,
despejando la pendiente de la curva de indiferencia, tenemos que:

RMS = ∆X2 / ∆X1 = -UM1 / UM2

El signo negativo se produce ya que, si obtenemos mayor cantidad del bien 1, tenemos que recibir
una cantidad menor del 2. Pero el cociente de las utilidades marginales nos proporciona una
magnitud observable de la relación marginal de sustitución RMS = - 2UM1 / 2UM2

Dado que el valor constante se elimina la RMS sigue siendo la misma.


Resumen de lectura Capítulo V: La Elección

La teoría de la elección va relacionada con la inclusión de las


preferencias y el conjunto presupuestario. La elección
óptima es aquel conjunto de cestas situado por encima de
su curva de indiferencia que tiene su tangente en la recta
que corresponde a la restricción presupuestaria, y sólo
puede ser superada por aquellas que se encuentran más
alejadas del origen, sin embargo, fuera de su presupuesto.

Existen escenarios donde la elección óptima no cumple con


dicha condición, pero independientemente de cual sea el
escenario. Existen casos donde la elección óptima se
encuentra en un vértice, por lo que no es posible definir la
tangencia, ya que su definición exige que solo haya una recta
tangente en cada punto, y pasa a ser un obstáculo más que
otra cosa. Se le conoce como un gusto de vértice.

Otra excepción es la que supone que el punto óptimo se


encuentra donde el consumo de un bien es cero. En este caso,
la pendiente de la curva de indiferencia y la pendiente de la
recta presupuestaria son diferentes, pero la curva de
indiferencia tampoco corta la recta presupuestaria y
representa un óptimo de esquina.

La gráfica a la derecha representa un escenario donde hay


dos puntos tangentes a la recta. Hay 3 cestas que satisfacen
la condición de tangencia para ser considerado un óptimo,
sin embargo, únicamente aquí 2 son óptimos. Por tanto, se
asume que la condición de tangencia es necesaria pero no
suficiente para definir la curva que tenga las combinaciones
de cestas que optimicen el consumo.

La condición de que la relación marginal de sustitución debe ser igual a la pendiente de la recta
presupuestaria en un punto óptimo interior y en términos económicos representa que el mercado
le ofrece la oportunidad de intercambiar un bien por el otro. Dicho de otro modo, la tasa marginal
de sustitución (RMS) es la relación de intercambio:

RMS = - p1/p2
La elección óptima de los bienes, considerando precios e ingreso se conoce como cesta demandada
por el individuo. Considerando los movimientos en precios e ingresos la elección óptima cambia y
la función de demanda es aquella que relaciona dicha elección con los distintos precios e ingresos.
Algunos de los mejores ejemplos son los que ya se revisaron en capítulos anteriores, como los
sustitutos perfectos, donde normalmente la elección óptima se encuentra en una de las esquinas.
Los complementos perfectos suponen cantidades de demanda que siempre se encuentran en
diagonal, tal que, x1 es igual a x2.

Para los bienes neutrales y los males, el consumidor gasta todo su dinero en el bien que le gusta y
nada en los neutros, de igual manera si se considera un mal. En ese caso, x1=m/p1 y x2(bien neutro
o mal) =0.

Si se habla de bienes discretos, donde se consumen unidades enteras de algo y el segundo bien es
consumo en todo lo demás, su elección es (1, m, -p1), (2, m, -
i) y así sucesivamente. Si el bien 1 es muy elevado, el
consumidor elegirá cero unidades y conforme el precio baja
subirá una unidad.

Existen preferencias cuya curva es cóncava, y en este caso, la


elección óptima va a ser siempre en la esquina. El óptimo se
encuentra en el punto z, no en el punto de tangencia anterior,
porque z se encuentra en una curva de indiferencia más alta.

Cuando se trata de preferencias Cobb-Douglas del tipo x1^c y x2^d los óptimos de consumo se
representan como:

X1=(c/c+d) m/p1 x2= (d/c+d) m/p2


En esta función, si se consume x1 unidades del bien 1, le cuesta p1x1 y lo que presenta una
proporción p1x1/, del ingreso total. Sustituyendo x1 por la función de demanda se
encuentra que:
P1x1/m = [(p1/m) (c/c+d) (m/p1)] = c/c+d
Se puede apreciar que siempre se gasta una proporción fija de su renta en cada bien y la magnitud
es proporcionalmente igual al exponente de la función.

La principal utilidad de la tasa marginal de sustitución es que permite valorar las posibles variaciones
en la cesta y consumo considerando las preferencias que tienen sobre un bien y el otro y muestra
cuanto vale un bien con relación al otro.

Una parte de la teoría del consumidor considera la elección entre dos tipos de impuestos, tal como
el impuesto sobre la cantidad y el impuesto sobre la renta.

Para el impuesto sobre la cantidad se asume una restricción inicial: p1x1 + p2x2 = m a la que
añadimos un impuesto t sobre x1, por lo que la restricción se transforma a: (p1+t) x1 + p2x2 = m
Un impuesto sobre la renta y un impuesto sobre la cantidad se
ven representados en la gráfica. Un impuesto sobre la renta R* y
un impuesto sobre la renta recaudan los mismos ingresos. El
consumidor disfrutará de un mayor bienestar con el impuesto
sobre la renta, ya que en este caso podrá elegir un punto de una
curva de indiferencia más alta. A su vez se muestra como podría
afectar la variación del precio a la demanda. Sin embargo, se
desconoce si el impuesto incrementará o disminuirá el consumo
del bien 1, ya que la elección óptima satisface el presupuesto:

(p1 + t) x1* + p2x2* = m

Donde los impuestos recaudados son R* = tx1*.

Ahora un impuesto sobre la renta que recauda o mismo plantea la siguiente restricción:

P1x1 + p2x2 = m – R*

Y sustituyendo R* se encuentra que: p1x1 + p2x2 = m – tx1*, la pendiente de la recta es igual a la


pendiente de la recta original.
Resumen de lectura Capítulo VI: La Demanda

Las funciones de demanda muestran las cantidades óptimas de cada uno de los bienes en función y
sus precios del siguiente modo:

X1 = x1 (p1, p2, m) X2 = x2 (p1, p2, m)

Se analiza un caso donde se miden las variaciones en la demanda como respuesta ante un cambio
en el ingreso y manteniendo lo demás constante. La recta
ante un aumento en el presupuesto se desplaza
paralelamente a la derecha. Para un bien normal, si el ingreso
aumenta la demanda se incrementa, caso contrario, si el
ingreso disminuye el consumo baja, manteniendo una
variación constante sobre la renta: ∆x1/∆m >0.

Cundo se trata de un
bien inferior, al
momento de
aumentar el ingreso,
el agente económico deja de consumir dicho bien, ya que
tiene acceso a productos que son preferibles.

Las cestas que se obtienen conforme se desplaza la recta


presupuestaria hacia afuera se unen y construyen una curva
de oferta-demanda.

La gráfica (A) representa la curva de oferta-renta,


también conocida como senda de expansión e la renta y
representa la elección óptima correspondiente a
diferentes niveles de renta, manteniendo fijos los
precios. La segunda gráfica (B) es la curva de Engel
muestra la elección óptima del bien 1 en la función de la
renta m.

Cuando se trata de sustitutos perfectos la curva de Engel tiene una pendiente =p1 dada la
sustitución igual de ambos bienes. Para los complementos perfectos la pendiente de la curva es
representada por p1 + p2. Finalmente, en las preferencias Cobb-Douglas como las demandas son
funciones lineales de la renta, entonces las sendas de expansión producen una recta para Engel con
pendiente 1/a.

Por otro lado, si se habla de preferencias homotéticas no son necesariamente las curvas de Engel
pueden no ser rectas. Si el aumento en la demanda se da de manera rápida se trata de bienes de
lujo, caso contrario se consideran bienes necesarios.

Con tales preferencias, las curvas de oferta-renta son todas


las líneas rectas que pasan por el origen y cuando la renta se
multiplica o divide por un coeficiente t>0, ya que la cesta
demandada se multiplica o se divide en la misma proporción.
Para las preferencias cuasi - lineales, que son
versiones desplazadas de una curva de indiferencia
de forma u (x1, x2) = u(x1) + x2. Si una curva es
tangente en (X1*, X2*) también debe haber una
curva tangente en el punto (X1*, X2* + k) para
cualquier constante k. por lo que toda adición del
ingreso se destina al bien 2 en su totalidad.

Cuando hablamos de bienes ordinarios y bienes Giffen si


bajamos el precio del bien 1 y se mantiene el bien 2. Cuando
la ordenada en el origen es fija y la abscisa se desplaza a la
derecha, sin embargo, no ocurre para todos los tipos de
preferencias, ya que es posible que la reducción en el precio
uno disminuye su demanda. Dichos bienes se llaman Giffen.

La curva inversa de
demanda considera
que la curva de demanda mide el precio en función de la
cantidad, tenemos una curva inversa de demanda. Mide la
cantidad de ingreso correspondiente a cada cantidad de x1 a
la que está dispuesto a renunciar una cantidad de algo mejor
que el bien 1.
Resumen de lectura Capítulo VII: Las Preferencias Reveladas

Para abordar las preferencias reveladas se habla de el supuesto de que son estrictamente convexas,
por lo que hay un único resultado. En este tipo de preferencias, el agente económico revela que a
pesar de haber elegido la esta óptima, el prefiere alguna cesta que esté situada sobre/bajo la
restricción presupuestaria a pesar de ser no óptima.

De acuerdo con el modelo, los agentes eligen lo mejor que está a su alcance y las decisiones tomadas
se prefieren a las que pudieron haber sido, prefiriendo (x1, x2) que (y1, y2).

El principio de preferencia revelada. Sea (x1, x2) la cesta elegida cuando los precios son (p1, p2) y
sea (y1, y2) otra cesta tal que p1x1 + p2x2 ≥ p1y1 + p2y2. En este caso, si el consumidor elige entre
las cestas asequibles la cesta óptima, debe cumplirse (x1, x2) > (y1, y2).

La elección de una por encima de la otra no solo implica que se escogió porque puede adquirirse,
sino que sugiere la existencia de que valora más el bien x que el bien y en cuestión de preferencias.
Del mismo modo si el agente prefiere una cesta (y1, y2)
sobre (z1, z2), por la propiedad de transitividad se cumple,
por lo que la cesta (x1, x2) > (z1, z2).

El área sombreada superior está formada por las cestas


que el consumidor prefiere a la X y la inferior por las que
revela que son peores que la X. La curva de indiferencia
que pasa por X debe encontrarse en alguna arte de la zona
situada entre las dos áreas sombreadas.

El axioma débil de
la preferencia relevada indica que el consumidor tiende a
elegir la mejor cesta de bienes que puede adquirir. En este
caso se viola el axioma de la preferencia revelada, ya que el
consumidor elige tanto la cesta (X1, X2) como (y1, y2).
Dejando en claro que no es un agente que maximiza. Tal
axioma señala que si un consumidor revela directamente que
prefiere (x1, x2) a (y1, y2) y las dos cestas no son iguales, no puede ocurrir que revele abiertamente
(y1, y2) a (x1, x2).

Por otra parte, el axioma fuerte de la preferencia indica que, si un consumidor revela, directa o
indirectamente, que prefiere (x1, x2) a (y1, y2) y (y1, y2) es diferente de (x1, x2), no puede revelar,
ni directa ni indirectamente que prefiere (y1, y2) a (x1, x2).

Supongamos cestas de consumo en dos periodos diferentes y se analiza la variación del consumo; b
es el consumo en el periodo base y t en algún otro periodo. En el periodo t los precios son (p1t, p2t)
y el consumidor elige (x1t, x2t) y en el periodo base, los precios son (p1b, p2b) y su elección es
(x1b, x2b). Consideramos que w1 y w2 son algunos pesos para calcular la media se obtiene:

Iq = [w1x1t + w2x2t] / [w1x1b + w2x2b]

Si Iq es mayor que 1 podemos decir que el consumo medio ha aumentado entre b y t, y si es menor
que 1 se asume que el consumo medio ha disminuido.
Si utilizamos como pesos los precios del periodo b, el índice obtenido se conoce como índice de
Laspeyres y se obtiene mediante la fórmula: Lq = [p1bx1t + p2bx2t] / [p1bx1b + p2bx2b] y si se emplean
en el periodo t es el índice de Paasche Pq = [p1tx1t + p2tx2t] / [p1tx1b + p2tx2b] >1.

Los índices de precios funcionan de forma muy parecida. En general, son medias ponderadas de los
precios:

Iq = [p1tw1 + p2tw2] / [p1bw1 + p2bw2]

En este caso, para calcular las medias es natural elegir como pesos las cantidades. Obtendremos dos
índices diferentes, dependiendo de los pesos que elijamos. Si elegimos las cantidades del periodo t,
obtendremos el índice de precios de Paasche:

Pp = [p1tx1t + p2tx2t] / [p1bx1t + p2bx2t]

y si elegimos las cantidades del periodo base, obtendremos el índice de precios de Laspeyres:

Lp = [p1tx1t + p2tx2b] / [p1bx1b + p2bx2b]


Resumen de lectura Capítulo VIII: Las Ecuación de Slutsky

Dentro del análisis de estática comparativa, se demostró anteriormente que hay escenarios donde
al mover una variable no se consigue el efecto estimado.

El efecto – sustitución. – Cuando varía el precio de un bien ay dos efectos: Varía la tasa de sustitución
a la que se intercambia un bien por el otro y el poder adquisitivo del ingreso. La variación en la
relación de intercambio entre ambos bienes es el efecto sustitución, mientras que la variación de la
demanda por el aumento del poder adquisitivo es conocido como efecto renta.

Cuando varía el precio del bien 1 y la renta se mantiene fija,


la recta presupuestaria gira en torno al eje de las ordenadas.
Este ajuste puede dividirse en dos partes: primero gira la
recta presupuestaria en torno a la elección inicial y después
de desplaza hacia afuera, hacia la nueva cesta demandada.

El cálculo de cuánto tenemos que ajustar la renta monetaria


para que la antigua cesta siga siendo alcanzable; m’ es el
ingreso: m’ = p’1x1 + p2x2 y m = p1x1 + p2x2, restando la segunda ecuación se obtiene:

M’ – m = [p’1 – p1]

Si llamamos Δp1 = p1’ – p1 a la variación del precio 1 y Δm = m'– m a la variación de la renta


necesaria para que la antigua cesta sea asequible, tenemos que: Δm = x1 Δp1.

El efecto sustitución se muestra en el giro y el efecto renta


se presenta en el desplazamiento; que en términos más
precisos es la variación de la demanda que experimenta el
bien 1 cuando variamos la renta de m’ a m manteniendo
fijo el precio del bien 1 en p’1., y su signo puede ser
negativo o positivo dependiendo del tipo de bien del que se
trate, sea normal o inferior.

Por su parte, el efecto sustitución siempre actúa en efecto


contrario a la variación del precio. Decimos que es negativo, ya que la variación de la demanda
provocada por el efecto sustitución es opuesta a la variación del precio, si éste sube, disminuye la
demanda del bien generada por el efecto sustitución.

La variación total de la demanda, Δx1, es la variación de la demanda provocada por la variación del
precio, manteniendo constante la renta: Δx1 = x1(p1’, m) – x1(p1, m).

Hemos visto antes que esta variación puede dividirse en dos: el efecto-sustitución y el efecto-renta.
Utilizando los símbolos definidos antes, tenemos que:

Δx1 = Δx1s + Δx1n

x1(p1’, m) – x1(p1, m) = [x1(p1’, m’) – x1(p1, m)]

+ [x1 (p1’, m) – x1 (p1’, m’)].


Esta ecuación, llamada identidad de Slutsky, dice que la variación total de la demanda es igual al
efecto sustitución más el efecto renta para cualesquiera que sean los valores de p1 y p’1 y m1, m’1.

Muestra cómo se halla habitualmente el efecto


sustitución y el efecto renta mediante el giro y el
desplazamiento. En ambos casos el bien es inferior y,
por tanto, el efecto renta es negativo. En la parte a el
efecto renta es suficientemente grande para
contrarrestar el efecto sustitución y producir el bien
Giffen. En el caso B, el efecto renta es más pequeño,
por lo que el bien responde en la forma habitual a la
variación de su precio.

el efecto-sustitución y el efecto-renta pueden


describirse gráficamente mediante una combinación de giros y desplazamientos o algebraicamente

mediante la identidad de Slutsky: Δx1 = Δx1s + Δx1n que indica simplemente que la variación total
de la demanda es el efecto-sustitución más el efecto-renta. Hasta ahora hemos expresado la
identidad en variaciones absolutas, pero es más frecuente expresarla en tasas de variación.

La ley de demanda indica que si aumenta la demanda de un bien cuando aumenta la renta, debe
descender cuando sube su precio. Esta ley se desprende directamente de la ecuación de Slutsky: si
aumenta la demanda cuando aumenta la renta, el bien es normal, en cuyo caso el efecto-sustitución
y el efecto-renta se refuerzan mutuamente y una subida del precio reduce inequívocamente la
demanda.

Existe también algo llamado efecto sustitución de Hicks, donde mantiene constante la utilidad en
vez de mantener constante el ingreso. El efecto-sustitución
de Slutsky da al consumidor suficiente dinero para volver a
su antiguo nivel de consumo, mientras que el efecto-
sustitución de Hicks le da suficiente dinero para volver a su
antigua curva de indiferencia.

El efecto-sustitución de Hicks. En esta figura giramos la


recta presupuestaria en torno a la curva de indiferencia y
no en torno a la elección inicial.

Curvas de demanda compensada: La curva de demanda Hicksiana —que es la curva en la que la


utilidad se mantiene constante— a veces se denomina curva de demanda compensada. Esta
terminología resulta lógica si construimos la curva de demanda Hicksiana ajustando la renta cuando
varía el precio con el fin de mantener constante la utilidad. Por lo tanto, el consumidor es
“compensado” por las variaciones del precio y su utilidad es la misma en todos los puntos de la curva
de demanda Hicksiana. Este caso contrasta con el de la curva de demanda ordinaria, en el cual el
consumidor disfruta de un bienestar menor cuando suben los precios que cuando bajan, ya que su
renta es constante.
Resumen de lectura Capítulo IX: La Compra y La Venta

Se han analizado escenarios donde la renta está dada. Ahora se considera un escenario donde los
individuos obtienen sus ingresos vendiendo las cosas que poseen o producen con su propio trabajo.
Se sigue hablando de dos bienes, (w1, w2) que representan las cantidades de bienes que el agente
posee antes de entrar al mercado.

La demanda bruta es la cantidad que el individuo acaba consumiendo realmente. La demanda neta
es la diferencia entre lo que termina consumiendo y la dotación inicial de bienes, expresadas como
(x1 – w1, x2 – w2).

El consumo final del individuo tiene una restricción


presupuestaria determinada por:

p1x1 + p2x2 = p1w1 + p2w2 igualmente expresada por


p1 (x1 – w1) + p2 (x2, w2) = 0

La recta presupuestaria pasa por la dotación y tiene una


pendiente de -p1/p2.

Supongamos la variación en las cantidades de (w1, w2) que pasa a (w1’. W2’) tal que: p1w1 +
p2w2 > p1w1’ + p2w2, desplazando paralelamente hacia la derecha ajustándose.

Cuando se trata de la variación de precios en un escenario de


compra venta; si varía el valor del bien que vende un
individuo, variará, por supuesto, su renta monetaria. Por lo
tanto, en el caso en que el consumidor tiene una dotación, la
variación de los precios implica automáticamente una
variación de la renta.

Cuando baja el precio del bien 1, la recta presupuestaria gira


entorno a la dotación. Si el consumidor continúa siendo un
ofertante, su bienestar se verá reducido.

Esta figura muestra distintas formas de representar la


relación entre la cesta demandada y los precios cuando
hay una dotación. la demanda neta del bien 1 es
negativa a algunos precios: cuando el precio del bien 1
sube tanto que el consumidor decide convertirse en
vendedor. A un determinado precio, deja de ser un
demandante neto para convertirse en un oferente neto.

La curva de oferta neta es la diferencia entre la cantidad


del bien 1 que tiene el consumidor y la que desea
cuando esta diferencia es positiva:

s1(p1, p2) = w1 – x1(p1, p2) si es positiva, contrario 0.


Reconsideración de la ecuación de Slutsky: Cuando varía el precio de un bien, altera el valor de la
dotación del consumidor, por lo que también altera su renta monetaria. Por ejemplo, si es un
oferente neto de un bien, la reducción de su precio reduce directamente su renta monetaria, ya que
no puede vender su dotación por el mismo dinero que antes. Tenemos los mismos efectos, más un
efecto-renta adicional producido por la influencia de los precios en el valor de la cesta
correspondiente a la dotación. Llamaremos a este efecto efecto-renta-dotación.

Δx1 = Δxs1/ Δp1 - Δxm1 – x1 Δp1/ Δm + efecto-renta-dotación

A la izquierda se muestra como se divide el efecto de una


variación del precio en el efecto sustitución de A hacia B,
el efecto renta ordinario de B a D, y el efecto renta
dotación se expresa de D a C.

Δxa/ Δpa = Δxsa / Δpa + (wa – xa) Δxma/ Δm

La variación total de la demanda ante el precio del efecto


sustitución más el efecto renta.

Una restricción presupuestaria para la oferta de trabajo supone que el consumidor recibe un ingreso
M independiente de su trabajo, considerada renta no laboral del consumidor. Sea C la cantidad de
consumo del individuo y p el precio del consumo. Suponiendo que w es el salario y L la cantidad
ofrecida de trabajo, tenemos la restricción presupuestaria: pC = M + wL, si existe un limite en la
oferta; Sea L’ esta cantidad de tiempo de trabajo. En este caso, sumando wL a ambos miembros y
reagrupando, tenemos que pC + w(L’ – L) = M + wL

Sea C = M / p la cantidad de consumo que tendría el consumidor si no trabajara. Es decir, C es su


dotación de consumo, por lo que escribiremos pC + w(L’ – L) = pC + wL.

La oferta del trabajo que se vuelve hacia atrás. Cuando


sube el salario, m la oferta de trabajo aumenta de L1 a
L2. Pero cuando sube de nuevo, la oferta de trabajo
disminuye volviendo a L1.
Resumen de lectura Capítulo X: La Elección Intertemporal

En un entorno económico normal, el agente económico tiene que considerar dentro de sus
decisiones de consumo la existencia de un periodo futuro donde también tendrá que consumir y
que puede trasladar su ingreso del periodo actual al periodo futuro y viceversa (m1, m2) a una tasa
r de interés y con precios iguales en ambos periodos.

Si el consumidor decide ahorrar (m1 – c1) su consumo futuro


será: m2 + (1 + r) (m1 – c1). Por otra parte, si es un prestatario
se hacen ajustes en si restricción presupuestaria tales que: m2
+ (1 + r) (m1 – c1).

Valores actuales y futuros: La ordenada en el origen de la


recta presupuestaria mide el valor futuro y la abscisa en el
origen mide el valor actual, con una pendiente –(1 + r).

Cuando se consideran las preferencias en el problema de elección de consumo Intertemporal se


concentra en elegir si es mejor consumir más hoy o en el
futuro.

Si se comparan las gráficas entre el prestatario y el


prestamista. La parte A representa un prestatario, ya que
c1>m1 y en la b se trata de un prestamista, dado que c1>m1.

La ecuación de Slutsky puede utilizarse para descomponer la variación de la demanda provocada


por un cambio del tipo de interés en efectos-renta y efectos-sustitución. Según la ecuación tenemos
Δc1t /Δp1=Δc1s/Δp1 + (m1 – c1) Δc1m/ Δm y el efecto sustitución actúa en sentido opuesto al precio.

Respecto a la inflación se necesitan asumir precios diferentes en cada periodo y en ese caso, la
cantidad de dinero que puede gastar en distintos periodos es: p2c2 = p2m2 + (1 + r) (m1 – c1) y la
cantidad de consumo en el siguiente periodo es: c2 = m2 + [(1 + r) / p2] (m1 – c1).

Y considerando la inflación p2= 1 + π, con una variable de interés real definida por:1+ƿ=(1+r)/(1+π),
por lo que la restricción presupuestaria se convierte en c2 = m2 + (1 + ρ) (m1 – c1).

El concepto de valor actual nos permite expresar de otra forma la restricción presupuestaria en los
problemas de consumo Inter temporales: un plan de consumo es asequible si el valor actual del
consumo es igual al valor actual de la renta. Si un consumidor puede pedir y conceder préstamos
libremente a un tipo de interés constante, siempre preferirá una renta que tenga un valor actual
mayor a una que tenga uno menor.

En un modelo de 3 periodos el precio del consumo la restricción presupuestaria quedará descrita


de la siguiente manera:

c1 + c2 / 1 + r + c3/ (1 + r)2 = m1 + m2 / 1 + r + m3 / (1 + r)2

Supongamos que puede comprarse la corriente de renta (M1, M2) realizando la corriente de pagos
(P1, P2). En este caso, puede evaluarse la inversión comparando el valor actual de la corriente
de renta y el valor actual de la corriente de pagos. Si M1 + M2 / (1 + r) > P1 + P2 / (1 + r), el valor
actual de la corriente de renta es superior al valor actual de su coste, por lo que se trata de una
buena inversión: aumentará el valor actual de nuestra dotación. La inversión también puede
valorarse utilizando el concepto de valor actual neto.

Para averiguarlo, calculamos el flujo neto de renta correspondiente a cada periodo y descontamos
esta corriente hasta la actualidad. En este ejemplo, el flujo neto es (M1 – P1, M2 – P2) y el valor
actual es VAN = M1 – P1 + M2 – P2 / (1 + r).

La existencia de un bono, representado por un objeto que simboliza el préstamo de dinero, supone
algunas actualizaciones a la función, consideramos el bono como una cantidad de dinero, una fecha
determinada T y un valor nominal F.

VA = x / (1 + r) + x (1 + r)2 + ... + F (1 + r) T

Finalmente, cuando hablan de impuestos, generalmente son intereses que se gravan en la renta
ordinaria, que, por tanto, se sujeta al mismo tipo impositivo que la renta procedente del trabajo.
Supongamos que nuestro tipo impositivo marginal es t; en ese caso, cada euro adicional de renta,
Δm, eleva nuestras obligaciones fiscales en tΔm. Si invertimos X euros en un activo, recibiremos
unos intereses de rX. Pero también tendremos que pagar unos impuestos de trX sobre esta renta,
por lo que nos quedarán únicamente (1 – t) r X euros, una vez deducidos los impuestos. (1 – t) r es
lo que llamamos tipo de interés una vez deducidos los impuestos.

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