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Introducción:

Este trabajo tiene como objetivo estudiar la velocidad de propagación del sonido
en el aire a partir de dos métodos diferentes, el Tubo de Quincke (ver Figura 1) y
un tubo de resonancia (ver Figura 2), comparando luego los resultados
obtenidos.
Marco Teórico:
Para realizarlo contamos con ciertos conocimientos y conceptos previos
requeridos para la fundamentación del análisis de los resultados. Conocemos
que (Δ) es el camino de una onda, (d) es el desplazamiento de la rama móvil del
tubo, λ representa la longitud de la onda sonora y (n) es un número natural
cualquiera.

Ecuaciones:
λ
● Δn= 2dn = (2.n + 1). 2
● 𝑉= λ 𝑝
*𝑓
4𝑑
● λ= (2𝑛+1)
𝑛

λ
● 𝐿 𝑛
+ 𝐸= 4
(2𝑛 + 1)

Procedimiento Experimental:
Primera parte: Tubo de Quincke
En la primera parte del trabajo práctico usamos principalmente un Tubo de
Quincke, un parlante, un generador de audiofrecuencia, un osciloscopio,
micrófono y calculadora excel, cinta métrica.
Este primer método el dispositivo conocido como Tubo de Quincke (figura 1)
consta de un tubo con dos extremos donde nos encontramos en cada uno, con
un parlante, la fuente emisora, que genera una onda sonora, y un micrófono que
recibe esa onda. Es así como la onda sonora que parte del parlante encuentra
dos caminos posibles por donde propagarse, que son dos ramas. Una de estas
ramas tiene una longitud fija mientras que es posible cambiar la longitud de la
segunda rama progresivamente.
El generador de audiofrecuencias se utilizará como fuente de excitación del
parlante, configurándolo para emitir una señal sinusoidal de frecuencia definida.
El micrófono ubicado en el otro extremo del tubo cumple la función de traducir
las perturbaciones sonoras emitidas por el parlante en eléctricas, las cuales
serán medidas por un osciloscopio. Mediante su uso se pueden identificar las
distintas longitudes del tubo en las cuales se dan las condiciones de
interferencia constructiva como también destructiva, pudiendo medirse la
diferencia de caminos entre ambas ramas para luego obtener la longitud de onda
de las ondas acústicas propagantes.

Figura 1

Para poder calcular la velocidad de propagación del sonido en el aire, en primer


lugar, pusimos en funcionamiento el generador de audiofrecuencia y lo
adecuamos con una perilla a la frecuencia deseada. De allí observamos cómo se
empezaron a propagar las ondas al observar el osciloscopio, identificando las
interferencias. En ese momento, a pesar de que se sigue emitiendo sonido en A,
comprobamos mediante el osciloscopio la ausencia de sonido en B. Esto significa
que las ondas sonoras que se propagan por ramas distintas se superponen en B
en oposición de fase. Desplazamos la rama móvil lentamente para así poder
detectar la primera interferencia destructiva (Figura 2), donde las amplitudes de
ondas son iguales, formando dos líneas rectas horizontales en el osciloscopio.
Esto se produce porque en la relación de las dos ondas, una es el máximo de
onda y la otra es el mínimo, por lo cual estas se anulan y se representan como
una línea recta.
Tomamos progresivamente tres longitudes diferentes de desplazamiento (d) del
tubo móvil gracias a una cinta métrica que utilizamos midiendo desde la posición
original hasta la nueva posición que obtuvimos desplazando la rama móvil. Este
procedimiento lo repetimos para tres tipos diferentes de frecuencias. Al tener
que calcular la incerteza, tuvimos que utilizar una de 0,3 cm debido a que era
muy difícil poder determinar correctamente en osciloscopio cuando se llegaba a
una interferencia destructiva o constructiva, por lo que teníamos que definir con
mucha precisión cuánto mover la rama.

Después de esto calculamos automáticamente gracias a un excel previamente


armado, la longitud de onda (λ), con la frecuencia y el desplazamiento del tubo.
Obtuvimos tres λ provenientes de las tres mediciones de cada longitud donde se
generaba cada interferencia destructiva y desde allí calculamos λ promedio.
Finalmente calculamos con su correspondiente λ promedio la velocidad del
sonido en el aire para cada frecuencia.

Resultados y Análisis:
f1 f2 f3

f (Hz) 1443 2068 2816

εf (Hz) 10,0

εd (cm) 0,3

d1(cm) 5,7 3,8 2,7

λ1= 4d1 22,8 15,2 10,8

ελ1 (cm) 1,2

d2 (cm) 16,8 12,1 11,9

λ2 = 4d2/3 (cm) 22,4 16,1 11,9

ελ2 (cm) 0,4

d3 (cm) 28,1 20,6 14,9

λ3 = 4d3/5 (cm) 22,5 16,5 11,9

ελ3 (cm) 0,2

λp (cm) 22,6 15,9 11,5

ελp (cm) 0,6

v (m/s) 325,5 329,6 324,7

εv (m/s) 11,1 14,3 18,4


Tabla 1: datos de frecuencia, longitud de onda y velocidad del sonido para los
mínimos de interferencia de tres distintas frecuencias en el tubo de Quincke.

A partir de los resultados obtenidos experimentalmente y a partir de diferentes


cuentas, observamos que los tres valores de velocidad no son
experimentalmente equivalentes, pero sí similares, teniendo diferencias mínimas
posiblemente generados por las incertezas de longitud de onda y frecuencia.
Podríamos decir entonces que la velocidad del sonido en el aire sí depende de la
frecuencia pero no solo de ella, si no también de la longitud de onda. Pudimos
observar que existe una relación entre la frecuencia y la longitud de onda debido
a que observamos que a mayor frecuencia, menor es la longitud de onda y
cuando la frecuencia es menor, mayor es la longitud de onda.

Segunda Parte: Tubo de Resonancias


Durante la segunda parte del trabajo utilizamos un tubo de acrílico, un
generador de frecuencia (que instalamos en nuestros celulares), un bidón de
agua, un marcador al agua y una cinta métrica.
Primero, debíamos llenar el tubo de acrílico, que estaba sellado por la parte
inferior. Esto lo hicimos levantando el bidón, que estaba conectado mediante
una (manguera) flexible, hasta que llegamos casi al tope: cuanto más
levantábamos el bidón, más rápido subía el agua dentro del tubo y con ayuda de
otra persona oprimimos la manguera para que no pase más agua dentro del
tubo. Luego prendimos el generador de frecuencia instalado previamente en
nuestros celulares a 500Hz y lo ubicamos en la parte superior del tubo cerca de
la boca, posicionando el micrófono hacia abajo. Dejamos bajar el agua bajando
lentamente el bidón para variar la cantidad de aire y procedimos a identificar los
2 primeros instantes en los cuales el sonido era más intenso (realizando esto
último repetidas reducir márgenes de error). Dichos instantes los medimos con
la cinta métrica y los marcamos con un marcador. Repetimos el procedimiento
por segunda vez pero utilizando una frecuencia de 1000Hz.
Estas intensificaciones de sonido se deben a que parte del sonido se refracta y la
otra parte se refleja y rebota contra la superficie del agua, haciendo que estas
suban e interaccionen con las ondas emitidas por el celular y provoquen ondas
estacionarias.
Para calcular la velocidad de propagación, primero calculamos la longitud de
onda (λ) utilizando las longitudes medidas en las cuales el sonido se hacía más
intenso. En ese caso, hallamos que podría haber un pequeño margen de error
que es el de “Error de boca del tubo (E)” que hace que parte de la onda se refleja
hacia afuera del tubo. Por lo tanto al calcular las dos λ, sumamos E, valor que
desconocemos pero que al final terminará eliminando al restar las dos
longitudes y despejando λ .

Con las dos λ obtenidas de las dos frecuencias, calculamos la velocidad de


propagación del sonido en el aire.
Con respecto a las incertezas, asignamos 0,3 cm para la longitud de la columna
de aire, por mínima medición del instrumento (cinta métrica), por el ángulo en
que observábamos y condiciones no óptimas de medición. Para el resto de las
incertezas (ελ), (εv) las calculamos mediante las fórmulas de propagación de
incertezas.

Figura 2

Análisis y Resultados:
f εf L0 (cm) εL0 L1 εL1 λ ελ v εv
(Hz) (Hz) (cm) (cm) (cm) (cm) (cm) (m/s) (m/s)

f1f1 500 10 15,5 0,3 50,2 0,3 69,4 1,2 347 13

f2 1000 7,8 24,5 33,4 334 15

Tabla 2: Datos de frecuencia, longitud de onda y velocidad del sonido para los máximos de
resonancia de dos distintas frecuencias en el tubo de resonancia.

Observando los resultados obtenidos podemos analizar que cuanto menor sea la
frecuencia, mayores van a ser las distancias a la boca del tubo y la longitud de la
onda. A diferencia de esto, al usar una frecuencia mayor a las distancias, las
longitudes de la onda serán menores pero la velocidad seguirá siendo la misma.
Podemos observar también que los valores de velocidad son experimentalmente
diferentes, teniendo en cuenta que esto puede deberse a la incerteza de longitud
de onda. Podemos establecer que no hay una dependencia de la velocidad con la
frecuencia directa debido a que sin importar el valor de la frecuencia, la
velocidad en los dos casos se mantiene en dos valores cercanos.

Conclusión:
Como conclusión, utilizando el método de Tubo de resonancia, , la velocidad de
propagación del sonido en el aire tuvo un resultado más cercano al valor
tabulado (344 m/s). Consideramos que esto puede deber a que la posibilidad de
asignar un valor a la frecuencia de manera sencilla en nuestro celular, en cambio,
en el método de Tubo de Quincke, era bastante difícil regular el generador de
frecuencias para llegar al valor deseado.
Pudimos observar también que existe una relación entre la frecuencia y la
longitud de onda debido a que observamos que a mayor frecuencia, menor es la
longitud de onda y cuando la frecuencia es menor, mayor es la longitud de onda.

Apéndice:
Ecuaciones de la Primera Parte: Tubo de Quincke: Calculadora Excel
Ecuaciones de Segunda Parte: Tubo de Resonancias:

● 𝑉= λ 𝑝
*𝑓
● λ = 2(𝐿 1
− 𝐿 0)
ελ ε𝑓
● ε𝑉 = 𝑉( 𝑝
+ 𝑓
)
λ 𝑝

● ελ 2
= 2(ε𝐿 1
+ ε𝐿 0)

𝐿 0= 15,5 cm 𝐿 1= 50,2 cm

ελ = 2(0, 3 + 0, 3)
ελ = 1,2

Para f1 = 500 Hz:

2.(50,2 - 15,5)= λ
λ= 69,4 cm

v= 69,4 cm . 500 Hz
v= 34700 cm/s
v : 100 = m/s => 34700 cm/s : 100 = 347 m/s
ε𝑉 = 347(1, 2/ 69, 4 + 10/500)
ε𝑉 = 13 Hz

Para la f2 = 1000:

2.(24,5 - 7,8) = λ
λ= 33,4 cm

v= 33,4 cm . 1000 Hz
v= 33400 cm/s
v : 100 = m/s => 33400 cm/s : 100 = 334 m/s
ε𝑉 = 334(1, 2/ 33, 4 + 10/1000)
ε𝑉 = 15 Hz

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