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COMADREJA NO TIENE PERSONALIDAD

Comadreja y Paloma están charlando en el patio a solas y mirando a Zorrito


mientras juega con sus amigos.
Comadreja: (extasiada)
– ¡Es que me gusta tanto Paloma! ¿No ves lo mono que está cuando pierde la
pelota y se queda un poco triste y enfadado?
Paloma: (mirando con incredulidad)
– Sí que te ha dado fuerte con Zorrito, Comadreja. Deberías pensar de vez en
cuando en otra cosa, por ejemplo los deberes que tenemos para mañana. Hoy no
los has traído hechos y la profesora te ha puesto un punto negativo.
Comadreja: (soñadora)
– ¡Pero qué poco romántica eres Paloma! Cuando una chica está pensando en su
príncipe el tiempo vuela. Es por eso que no me dio tiempo a hacer los deberes.
– vuelve su mirada de nuevo a Zorrito – ¡Ay! ¿Tú crees que le gustaré?
Paloma: (cansada de volver siempre al mismo tema)
– No lo sé, quizá deberías preguntarle tu misma y acabar con este rollo.
Comadreja: (mira fijamente a Paloma y su mirada se vuelve muy decidida)
– Es lo que voy a hacer ahora mismo. ¡Ayayayay! ¡Deseame suerte Palo! – lo dice
de repente aterrada con los posibles desenlaces de su confesión.
Paloma: (levantando el puño y con tono para infundir ánimo)
– Venga Comadreja, sólo sé tu misma y di lo que sientes y todo irá bien.
Narrador:
Comadreja se dirige despacio y tímidamente al grupo de Zorrito y sus amigos que
siguen jugando a la pelota, ajenos a la atención que suscitan en Comadreja y
Paloma. Paloma llega casi al lado de Zorrito y le hace señales para que se
acerque a dónde está ella, pero él parece no darse cuenta. Entonces Comadreja
decide acercarse ella, con tan mala suerte que el balón pasa por allí y hace que se
resbale abriendo las piernas y rompiéndose el pantalón.
Zorrito y sus amigos empiezan a reírse a carcajadas de la cómica situación y
Paloma lo ve y se levanta rápido a socorrerla.
Amigos de Zorrito:
– Qué te pasa Comadreja, ¿has engordado un poco y la ropa ya no te da sí?
– todos se ríen de buena gana hasta que ven el rostro desolado de Comadreja y el
enfado de Paloma. – Comadreja es broma, de verdad. Chica no te enfades.
Paloma:
– Vamos Comadreja, yo te ayudo y lo arreglamos en seguida. – se lleva a
Comadreja del brazo mientras esta aguanta las lágrimas como puede.
Narrador:
Los jóvenes en seguida siguen con sus juegos, aunque Zorrito se queda mirando
un rato más a Comadreja y Paloma mientras se marchan con el rostro algo
preocupado.
Escena 2:
Narrador:
Comadreja y Paloma están en otra parte del patio más alejada. Paloma intenta
atarle un jersey en la cintura a Comadreja para que no se vea el roto mientras esta
solloza.
Comadreja:
– Pero ¿has oído lo que han dicho? Me han llamado gorda y Zorrito se ha reído
con ellos.
Paloma: (con el ceño fruncido)
– Han dicho que era una broma. Seguramente no era con mala intención, es solo
que son idiotas.
Comadreja: (con desesperanza)
– Zorrito piensa que estoy gorda.
Paloma: (a punto de perder la paciencia)
– ZorritoNarrador:
Pero Comadreja no está escuchando lo que dice, se encuentra sumida en sus
pensamientos. Entonces, suena la alarma que envía a la gente para clase y
ambas se van.
Escena 3:
Narrador:
Han pasado unas semanas y Comadreja está flaca y desmejorada. De nuevo se
encuentran en el patio todos los personajes anteriores, esta vez Zorrito y sus
amigos jugando a las canicas y ellas a la comba. Comadreja apenas puede saltar,
está sin fuerzas.
Paloma: (enfadada y preocupada)
– Comadreja tienes muy mal aspecto, nunca llevas nada para comer en el recreo y
estás muy delgada.
Comadreja:
– Hago dieta para gustarle a Zorrito.
Paloma:
– Antes estabas muy contenta con cómo eres, antes de que esos tontos te
hiciesen esa broma. – hace una pausa mientras la mira negando con la cabeza
– ¿No te das cuenta de que esto no está bien? Pareces una baba de lo débil que
estás.
Comadreja: (de nuevo muy decidida)
– Solo importa que Zorrito me quiera y que nadie se vuelva a reír de mi y llamarme
gorda. Mañana le pediré salir a Zorrito otra vez, ya no soy gorda así que espero
que me diga que sí.
Narrador:
Paloma la mira sin poderse creer qué ha sido de su amiga.
Escena 4:
Narrador:
La misma escena de siempre, el recreo y ambos grupos jugando por su cuenta
pero no demasiado separados. Comadreja se encuentra de pie mirando a Zorrito
mientras Paloma la mira a ella.
Comadreja:
– Bien, allá voy. – Paloma no contesta solo la mira con un gesto reprobador y gira
la cabeza hacia un lado enfadada.
Narrador:
Comadreja se acerca a Zorrito y le llama para que se acerque a ella. Él la ve y
ambos se van a un aparte.
Comadreja:
– Escucha Zorrito… – se pone muy roja – verás yo querría saber si… si saldrías
conmigo.
Zorrito: (tambien azorado)
– Lo siento Comadreja, pero no.
Comadreja: (le mira sorprendida)
– Pero, ¿porqué?
Zorrito: 
– Estás tan flaca y con esa mirada cansada, siempre triste… no eres la misma de
antes. Solo mirarte me causa tristeza. Me gustabas cuando eras tu misma y no
parabas de reírte, hacer bromas y jugar con Paloma.
Narrador:
Comadreja mientras escucha sus palabras anonadada, dándose cuenta e su error
y de que lo mejor es comportarse como uno es de verdad.
Comadreja: (intentando recomponerse)
– No pasa nada Zorrito, lo entiendo… – sin más se da la vuelta se va, triste pero
de alguna manera más fuerte. Zorrito por su parte sale de escena y entonces
Comadreja afirma como hablando sola – ¡Qué poca personalidad he tenido! Y por
eso ya no le gusto a Zorrito ¡Nunca volveré a cambiar una opinión o broma tonta
de los demás!
CANGREJO Y LA LEY DEL MÁS
FUERTE
Guión:
Escena 1
Cangrejo: (quejándose para sí)
– ¡Ay! pobre de mi. Expulsado de mi hogar por un centollo, ¡como si no fuera
suficiente con el tamaño que tienen esos abusones!
Narrador:
Mientras tanto, entra en escena una langosta medio metida en una concha que
lleva a cuestas.
Cangrejo:
– Buenos días, señora langosta – el cangrejo saluda gentil levantando sombrero.
Langosta: (mirándole, al nota su presencias gracias al saludo)
– Buenos días, caballero.
Narrador:
La langosta se dispone a seguir su camino y salir de escena, pero mientras
cangrejo se mantiene inclinado  en su saludo, se coge la barbilla como si hubiese
tenido de repente una gran idea.
Cangrejo: (acercándose de repente a la langosta con ademanes de galán)
– Señora langosta, discúlpeme, pero no puedo evitar preguntarme donde va tan
bella crustácea sin acompañante.
Langosta: (se da la vuelta al principio sorprendida, pero después se ríe algo
ruborizada)
– ¡Oh! Ji ji… ¡Qué cosas dice señor cangrejo! Pues me encontraba de camino a un
baile.
Cangrejo: (fingiendo desolación)
– Vaya, ¿no será para ir a ver a alguno de sus enamorados? Sinceramente, es
algo que realmente me decepcionaría.
Langosta: (ruborizada)
– Señor, esas no son cosas que se le deban preguntar a una dama de buenas a
primeras.
Cangrejo: (haciendo de nuevo un salido con su sombrero)
– Le ruego que me disculpe de nuevo, bella langosta. – de nuevo levanta la
mirada para preguntar –  ¿Me permite llamarla así?
Langosta: (retira el rostro digna pero sonriendo)
– Por esta vez acepto sus disculpas y se lo permito, cangrejo.
Narrador:
Después de un breve silencio en el que la langosta continua ruborizada y mirando
hacia otro lado, el cangrejo continúa con su cortejo.
Cangrejo:
– Sé que le estoy robando el tiempo que podría estar pasando en el baile, pero
creo que puedo compensárselo. –le tiende la mano a la langosta mientras hace
una reverencia – Me pregunto si le concedería este baile a un consumado bailarín.
Langosta: (se nuevo riendo nerviosamente)
– ¡Oh! Ji ji ji… no sé. ¿Aquí en medio de la arena? – intenta serenarse mientras
hace que lo está pensando, muy satisfecha con el hecho de que la corteje el
cangrejo. Mientras el cangrejo espera mirándola con su sonrisa de conquistador –
Está bien, acepto.
Cangrejo se pone a tararear una canción mientras coge a la langosta y se ponen a
bailar, el cangrejo de vez en cuando da unos giros bruscos que hacen que la
langosta grite y se ría. Cada vez el baile es de más vueltas, más bruscas y la
langosta empieza a dar gritos pero más de susto que de satisfacción, ya que su
concha está amenaza con saltar por los aires. Al final, no hacen más que girar y la
cocha acaba desprendiéndose y saliendo disparada a un lado. Cangrejo
aprovecha, suelta a la langosta y coge la concha, llevándosela consigo fuera de
escena mientras la langosta intenta recuperarse del mareo.
Langosta: (mareada y escandalizada)
– ¡Oh no! ¡Lo único que quería era llevarse mi choncha! ¡Qué tonta he sido! – de
repente mira a su alrededor y se siente desnuda sin su concha, por lo que mira a
todas partes como tapándose y aterrorizada. – Madre mía, ¡que no me vea nadie!
– Sale despavorida de escena.
Escena 2
Narrador:
Aparece de nuevo cangrejo, cómodamente asentándose en la concha, colocando
dentro las cosas que tenía en su maleta con primor.
Cangrejo: (para sí)
– Ja ja ja, ¡esa boba langosta! Al final, he conseguido ser más listo y conseguir
una casa nueva a costa de su credulidad.
Narrador:
Se sigue riendo celebrando su inteligencia, y no se da cuenta de que un gran
centollo aparece lentamente por escena hasta quedarse parado justo detrás de él.
A los pocos segundos se da la vuelta y de repente le ve parado ante él y se lleva
un susto.
Cangrejo: (caminando de lado alejándose poco a poco e intentando ser
conciliador).
– Pero, ¿qué haces aquí centollo? ¿acaso no deberías estar disfrutando de mi
antigua casa?
Centollo:
– Tu casa ya no la tengo, así que ahora vas a tener que darme esta.
Cangrejo: (cada vez más asustado y empezando a recoger de nuevo sus cosas y
meterlas en la maleta disimuladamente)
– Pe pe perro, ¿qué ha pasado?
Centollo:
– Un gigantesco niño humano la cogió y solo tuve suerte de saltar rápidamente
para salvar mi pellejo.
Cangrejo: (ha terminado de meter sus cosas y poco a poco intenta alejarse con
su concha)
– ¡Qué terrorífico!
Centollo: (acercándose de nuevo a el con superioridad)
– ¿Sabes lo que va a ser terrorífico? Lo que te haré como no te alejes ya de mi
nueva casa.
Cangrejo: (derrotado y alejándose de su nueva adquisición para que el centollo
pueda cogerla)
– Está bien, está bien.
Narrador:
El centollo se aleja fuera de escena arrastrando la concha y el cangrejo de queda
en el suelo sentado mirando cómo se aleja de nuevo su cada, con su maleta y
desolado como al principio.
Cangrejo: (para sí)
– Ay… ¿de que sirve ser un canalla cuando siempre hay otro más canalla todavía
que se queda siempre con todo?
 

Ocho papeles: Golondrina, El Príncipe, Mamá, Niño, Estudiante,Niña, El


Alcalde, Ángel
EL PRÍNCIPE FELIZ
 En la plaza de una ciudad esta parada una estatua de un
PRÍNCIPE
. Tiene puesto un manto de oro. Por ojos tiene dosesmeraldas grandes y una
corona de piedras preciosas. Entra
GOLONDRINA
 , y viendo la estatua encima de una banca, seacerca.
GOLONDRINA:
Voy a quedarme aquí esta noche. Hay bastanteaire fresco y buena altura y a los
pies del príncipe dormiré en una alcoba de oro.
EL PRÍNCIPE
está llorando. Exprime un pañuelo y caen gotas encima de la
GOLONDRINA.GOLONDRINA:
¿Eh? Que es eso? Está lloviendo. Este clima síes raro. No había ni una nube en el
cielo. Ay

 
EL PRÍNCIPE:
En la plaza aquí abajo una niña esta vendiendofósforos. Acaba de caer su cajita y
todos se perdieron en un charco. El papá de ella le va a pegar si no trae dinero a
la casa. Ella no tienemedias, ni zapatos, ni un abrigo para cubrirse.
GOLONDRINA:
Bueno, me quedaré una noche más, pero no puedo quitarte el único ojo. Entonces
quedarasciego.
EL PRÍNCIPE:
Golondrina, por favor, haga lo que pido.
GOLONDRINA
quita el otro ojo del príncipe y se lo lleva a la
NIÑA.NIÑA:
Oh, que cosita tan linda, un vidrio todoverdecito. Me lo llevo a la casa. (
Sale
)
GOLONDRINA:
(
Volviendo al Príncipe
) Ya esta ciego mi amigo. No te puedo dejar así. Ahora me quedo contigo.
EL PRÍNCIPE:
 No, Golondrina . Ahora sí debes irte paraEgipto, y cuando vuelvas me traerás
muchashistorias de todo lo que has visto.
GOLONDRINA:
 No amigo, aquí me voy a quedar.
 
EL PRÍNCIPE:
Gracias, querida Golondrina. Entonces vuela por toda la ciudad y me cuentas todo
lo que ves.
GOLONDRINA
vuelva por todas partes yregresa al 
PRÍNCIPE.GOLONDRINA:
Querido Príncipe, He visto mendigos en la calle,niños hambrientos, durmiendo
abrasados bajo el puente. He visto mucho sufrimiento.
EL PRÍNCIPE:
Mi amigo, no hay misterio más grande que elsufrimiento humano. Estoy cubierto
en oro. Por favor quítame el oro y llévelo donde más senecesita.
GOLONDRINA
quita el manto dorado del  Príncipe. Vuela por todas partes, sacudiendo el manto y
poco a poco se cae todo el oro. Después regresa al 
 
PRÍNCIPE.GOLONDRINA:
Mi querido Príncipe, tengo que decirte adiós.
EL PRÍNCIPE:
Oh, Golondrina, estoy feliz que por fin te vas para Egipto. Has quedado demasiado
tiempoconmigo. Por favor, abrázame antes de irte.
GOLONDRINA:
 No es a Egipto que voy, mi amigo. Me voy parala casa de la muerte. La muerte es
un mensajerode alegría también, no es así? (
 Abraza los pies
 
del Príncipe y se cae muerto)
EL PRÍNCIPE:
¡Golondrina! (
Suena un crac. Saca de su camisaun corazón de plomo partido en dos. Lo
dejacaer al suelo
)
 Entra
EL ALCALDEEL ALCALDE:
Como alcalde de esta ciudad, a mi me gustacaminar por la plaza y asegurar que
todo está en buen orden. (
Mira al Príncipe
) Agh! Como estáde feo el Príncipe Feliz. No tiene ojos ni coronay el color dorado
cambió a gris. Parece unmendigo. ¿Y este pájaro muerto a sus pies?
 Da patadas a la
GOLONDRINA
 
hasta que sale. Solo quedan las alas y el corazón roto
.
EL ALCALDE:
 No deben permitir a los pájaros morir aquí. Voya mandar a quitar la estatua y con
el metal puedan hacer una estatua nueva, cubierto en oro.Pero esta vez con mi
propia imagen. (
Sale
)
 Entran
 
DOS HOMBRES
 
 y salen cargando laestatua del Príncipe Feliz. Después
 
entra un
ÁNGEL.ÁNGEL:
Este trabajo de ser un ángel mensajero de Diosno es nada fácil. Imaginase, hoy
me mandó atraer las dos cosas más preciosas de esta ciudad.Claro aquí hay
mucha riqueza ahora. Parece quetodo el mundo tiene lo que necesita y más. Pero
 
a Dios no le interesa riquezas. Yo se lo que está pidiendo, pero carumba, no lo
encuentro. (
Siguebuscando hasta que encuentra las alas y el corazón roto)
Claro, si, si, si aquí están. Elcorazón del Príncipe Feliz y las alas deGolondrina. Es
por ellos que esta ciudad tiene prosperidad y todos viven felices. Ahora quevuelvo
les voy a contar al Príncipe y aGolondrina como encontré su pueblo. Van a
ser más felices todavía. (
Sale con las alas y el corazón roto)
Coro de niños:
Oh Pueblo de Dios, No os ocupéis con vuestros propios asuntos;que vuestros
pensamientos se fijen en lo que será capaz derestituir la prosperidad de la
humanidad y santificar los corazones y alma de los hombres. fin

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