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La Expedición
Botánica Para comprender las sociedades de hoy, ¿puede creerse que
a la luz de las cifras, sea suiciente sumergirse en la lectura de debates parlamen-
tarios o de documentos de cancillería? ¿Acaso no es necesa-
1783-1816 rio, además, saber interpretar el balance de un banco, texto
para el profano más hermético que muchos jeroglíicos?

José Antonio Amaya* Marc Bloch, 1948.

James Vladimir

L
a presente investigación sobre las cuentas de la
Torres Moreno** Expedición Botánica nació durante la prepara-
ción de la obra Pintores, aprendices y alumnos

La Expedición Botánica a la luz de las cifras, 1783-1816


de la Expedición Botánica (González y Amaya
1996), que presenta información consignada en
los recibos de los sueldos y jornales percibidos por los
empleados de la Oicina de Pintores. En el rico pano-
rama de estudios sobre el archivo, el herbario y la pro-
ducción pictórica de la Expedición, se echan de menos
investigaciones propiamente históricas sobre sus cuen-
tas, y ello no por falta de fuentes. Sería ingenuo atri-
buir este vacío únicamente a las exigencias técnicas de
este tipo de investigaciones: volumen de la información
disponible, diicultades paleográicas, diferencia de las
prácticas contables de la segunda mitad del siglo XVIII 41
con las actuales, necesidad de movilizar herramientas
*_jaamaya@unal.edu.co de la historia económica y de la estadística. La sacra-
**_jvtorresm@unal.edu.co lización de que han sido objeto las ciencias en nuestras
_Queremos agradecer al Archivo General de sociedades ha contribuido sin duda a inhibir a doctos y
la Nación por permitirnos consultar el ori-
ginal de la «Relación» y autorizar el uso de
a legos a relacionar la producción del conocimiento con
las fotografías de las irmas de los pinto- algo tan prosaico como suelen considerarse las cuentas;
res y también a Monsieur Michel Lille por
su contribución a la organización y redac- lo anterior es particularmente cierto para una institución
ción de este texto gracias a sus juiciosas,
reiteradas y críticas lecturas.
como la Expedición Botánica, que ocupa un lugar entra-
ñable en la memoria de los colombianos. En este sentido,
la realización del presente estudio nos ha persuadido de

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que interrogar las cuentas de las instituciones cientíicas plazo, y evidencia rasgos inéditos en su relación con los
puede reservar múltiples sorpresas en el universo historio- virreyes, la Real Hacienda y el propio dinero.
gráico y de imaginarios que sobre ellas circulan.
Una estrecha colaboración entre la historia de la
Las cuentas de la Expedición: 200 años de un enigma
ciencia y la historia económica ha permitido resolver
aquí, ampliamente, el problema del establecimiento y El 10 de septiembre de 1808, el director de la Expedición
la evolución de los gastos de la Expedición. Además, se Botánica, José Celestino Mutis, le comunicaba a su jefe,
han establecido las condiciones de su creación, a in de el virrey Antonio Amar y Borbón (1742-¿1826?), que Sal-
entender por qué ella logró y mantuvo una total auto- vador Rizo Blanco (1762-1816) quedaba encargado, tras
nomía cientíica con respecto al Real Jardín Botánico de su muerte, de presentar ante el Tribunal correspondiente,
Madrid, y cómo fue que entró a depender administrativa, «las cuentas» de los «caudales que por disposición […] y
económica e incluso cientíicamente del virrey del Nue- órdenes de Su Majestad y […] de este superior gobierno
vo Reino de Granada. Obrando de esta manera, el ar- [del Nuevo Reino] se han impendido en los gastos de
zobispo-virrey Antonio Caballero y Góngora (1723-1796) comisiones» a su cuidado, reiriéndose a la Expedición
mitigó el impacto de las políticas centralistas borbónicas, Botánica, al Estanco (empresa estatal) de la Quina y a
de una forma que ninguno de sus sucesores puso en la explotación del té de Bogotá. Habilitado para el efecto
entredicho y más de un cuarto de siglo antes de la Pri- por orden virreinal del 11 de febrero de 1787, Rizo cum-
mera Independencia. A su vez, se establece cómo luían plió la voluntad de Mutis1, sin lograr que las autoridades
hacia la Expedición los aportes del virreinato, y también realistas aprobaran por completo las mencionadas cuen-
se ubica el lugar de aquella empresa en el engranaje tas, como sí lo hicieron las de la Primera República (1811)
institucional santafereño, lo que signiica que aquí se (Hernández de Alba 1986: 83).
ha integrado la Expedición a la gestión administrativa Durante muchos años, el asunto de las cuentas de
y inanciera de la Colonia, su ecosistema social, ensan- la Expedición coniguró una topografía desigual, sin
chando de este modo la insularidad en que se la había apoyo en documentos contables, y fundada en el falso
mantenido. Al mismo tiempo, se examina la respectiva supuesto de un exclusivo patrocinio regio:
relación inanciera del Estado monárquico y republicano,
sin olvidar la participación de la iniciativa privada, pues >Ya en julio de 1809, Caldas en informe al virrey
en estas páginas la Expedición aparece como escenario Amar señalaba que: «la rica colección de plantas
de encuentro de capitales mixtos. El análisis de su ges- que produce la parte meridional del virreinato [la
tión inanciera interna revela una clara preponderancia provincia de Quito], colección que costó tantos mi-
de los trabajos de la Oicina de Pintores sobre el resto de les a Su Majestad, tantas fatigas, tantos viajes y mi
José Antonio Amaya_ James Vladimir Torres

las actividades, incluidas las de los naturalistas. Es por salud, va a perecer si la bondad de Vuestra Exce-
ello que en el contralujo de documentos contables y lencia no la salva» (Hernández de Alba 1986: 116).
productos cientíicos, la entrega de estos últimos se fue >Juan Jurado, sucesor del viejo Mutis en la di-
aplazando una y otra vez sin producirse efectivamente rección de la Expedición, le comunicaba desde
hasta la clausura del centro. Ahora puede decirse que Panamá a su jefe, el virrey Francisco Montalvo,
esta autonomía inanciera y administrativa refuerza la el 18 de julio de 1815, que aquel «rico y precioso
conocida tesis de la autonomía cientíica de aquel centro. monumento de la ilustración española» le había
Tal autonomía inanciera le permitió al director José Ce- «consumido» al real erario «medio millón de pe-
lestino Mutis (1732-1808) importantes inversiones a largo sos» (Pérez-Arbeláez et ál. 1954: 132)2.
42

1_El título del documento preparado por y la doy al señor don Carlos Joaquín de carpetas 11 y 12, folios 907-972. Dispo-
Rizo es como sigue: «Relación jurada que Urisarri, contador de resultas del Tribunal nible en: http://consulta.archivogeneral.
formo yo, don Salvador Rizo, como alba- Mayor de Cuentas de este Reino, comi- gov.co/ArchiDocWeb/action/manageVis
cea testamentario del señor don José sionado por el Excelentísimo Señor Virrey taCuadroClasiicacion?actionToPerform=
Celestino Mutis, ya difunto, director que del Reino para tomar, glosar y fenecer las home (página consultada el 4 de febrero
fue de la Real Expedición Botánica del cuentas que fueron al cargo del dicho de 2012) (véase imagen 1). La presente
Nuevo Reino de Granada, de las canti- señor Mutis hasta el último año de 1808». investigación trata exclusivamente las
dades que recibieron de las Reales Cajas La «Relación», que así se citará en ade- cuentas de la Expedición.
de esta capital los apoderados don Juan lante, presenta efectivamente las cuentas
Jiménez, don Ignacio Roel y don Salvador de la Expedición Botánica, el Estanco de 2_Al parecer, la Expedición Botánica tuvo
Rizo, para los gastos de la Real Expedi- la Quina y la explotación del té de Bogotá en un momento dado dos direcciones
ción Botánica, principiada el 1° de abril y se conserva en el Archivo General de la simultáneas, siendo la de Sinforoso Mutis
de 1783, y también para otras comisiones, Nación (AGN), en Bogotá. Sección Anexo sostenida por los gobiernos patriotas a
como consta de sus respectivas ordenes, 1. Fondo Asuntos Importantes. Tomo 2, partir de 1812.

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Fotografía de Ernesto Monsalve Pino

>Humboldt en su Ensayo político sobre el reino de


la Nueva España aseveraba que «ningún gobierno
europeo ha sacriicado sumas más considerables
que el español, para fomentar el conocimiento
de los vegetales. Tres expediciones botánicas, a
saber, las del Perú, Nueva Grande (sic.: Granada)
y de Nueva España dirigidas por los señores Reive
(sic.: Ruiz) y Pavón, don Josef Celestino Mutis y
los señores Sezé y Moziño han costado al estado
al pie de 400.000 pesos» (1822, t. 1: 230)3.
>Mariano Lagasca (1776-1839), director del Real Jar-
dín Botánico de Madrid (1813-1823) le comunicaba
a Humboldt en 1827 que según «tenía entendido»,
«el Gobierno español había empleado […] cerca de
cuarenta millones reales vellón»4 en «los trabajos
cientíicos de Mutis» (Puig-Samper et ál. 2004: 83).
>En el mundo de la academia del siglo XX ame-
ritan comentario los trabajos de Silva, Hernán-
dez de Alba, Frías y Nieto. Silva (1984: 41-46) y
Hernández de Alba (1986: 164-176) son juiciosos
recuperando información pertinente de diversa
naturaleza y procedencia, aunque no siempre de
manera sistemática y, sobre todo, sin plantearse
problemas explotables históricamente. Silva tie-
ne el mérito de haber referenciado parcialmente
Imagen1_Primer folio de la sección de gastos de la «Relación Jurada» de Salvador Rizo, la «Relación». A Hernández de Alba se debe la
mayordomo de la Expedición Botánica y albacea testamentario de su difunto director
José Celestino Mutis, que comprende del 1º de abril de 1783 al 11 de septiembre de 1808. compilación documental más exhaustiva del de-
Tinta sobre papel sarrollo de la Expedición tras la muerte de Mutis
30,5 x 21 cm
AGN, Archivo Anexo I, Asuntos Importantes, t. 2, carpeta 5, f. 913 y más generalmente el de haber reunido una par-

La Expedición Botánica a la luz de las cifras, 1783-1816


te de su historiografía y otros temas hasta 1952.
Aunque las cifras nunca fueron precisamente su
>La Gaceta de Madrid al anunciar (7-4-1818) el fortaleza, seleccionó y transcribió fragmentos de
arribo del gabinete de la Expedición, inscribía las cuentas, así como algunos soportes que Rizo
el hecho «entre los triunfos debidos a las tropas presentó al Tribunal correspondiente, siendo de
expedicionarias» del general Pablo Morillo, y ase- especial importancia en este sentido los balances
guraba que «la formación» de los «innumerables generales. Sin embargo, la labor de Hernández
objetos de Historia Natural que forman la rica de Alba no es suiciente ni mucho menos para
colección del célebre naturalista don José Celes- consolidar los agregados de la Expedición, dado
tino Mutis» habían costado al gobierno español que su selección dejó por fuera la mayor parte de
«inmensas sumas» (Hernández de Alba 1986: 457). la información.
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3_El costo de las expediciones al Perú y improbable que hubiese delactado la


Chile y a Nueva España no se ha estable- cifra. Según comenta el mismo Lagasca,
cido a la fecha (comunicación electró- en medio de las convulsiones de la Primera
nica del doctor Miguel Ángel Puig-Sam- República, un grupo de «facciosos» tuvo
per 2011). «contratada y a la venta de todo [el gabi-
nete de la Expedición] a un extranjero por
4_En la segunda mitad del siglo XVIII, 40.000.000 el ínimo precio de doscientos mil duros»
reales vellón equivalían a 2.000.000 de (informe incompleto sin fecha sobre J. C.
pesos de ocho reales, con una tasa de con- Mutis, de autor desconocido, con anota-
versión de 20 reales vellón por un peso ciones de Lagasca, Real Jardín Botánico, I,
(conversión realizada con base en Gelman 15, 5, 12, citado en Puig-Samper et ál. 2004:
1987: 501-502). Suponemos que la cifra cal- 83, 77).
culada por Lagasca estaba dada en pesos
corrientes de la época de Mutis, pues es

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El ejercicio de establecer en términos modernos Antes de señalar las limitaciones de Frías, convie-
unas cuentas presentadas en el marco de una economía ne tener presente su objetivo de investigación. «Nuestra
preindustrial es de por sí el primer aporte de Frías. En intención no ha sido la de establecer unos datos abso-
efecto, este conformó las de la Expedición mientras la di- lutos —de tipo estudio cuantitativo— sino la de confor-
rigió J. C. Mutis, lo que signiica que estableció sus ingre- mar unas tendencias y conigurar los correspondientes
sos (públicos) y sus egresos, tomando como fuente bási- cuadros que nos permitan apreciar las constantes y nos
ca la «Relación». Con ella adelantó una serie de ejercicios ayuden a comprender mejor el desarrollo de la Expedi-
contables, entre los cuales destaca el haber «adecuado ción» (Ibíd.: 304). Sin embargo, se impone puntualizar
las partidas en sus correspondientes años que en dicha que por más didácticos que puedan considerarse, los cua-
“Relación” no lo estaban» (Frías 1994: 299). Frías no se dros por sí solos no permiten adelantar un estudio, por
limitó a desagregar la información en rubros, sino que más elemental que se pretenda. Además, como lo han
realizó un análisis de las cuentas propiamente dichas, venido preconizando los historiadores cuantitativos, para
explicitando los criterios que orientaron su preparación elaborar gráicos es indispensable detallar el cálculo de
y presentación inal. Además, utilizó el examen oicial de los datos y disponerlos en tablas para su eventual verii-
las cuentas (revisión iscal o auditoría), que se conserva cación y comparación (Fogel 1989: 86-88)5, lo que cierta-
en una serie de glosas (comentarios) inscritas de puño mente no ha hecho Frías, dejando a medio camino una
y letra de Joaquín de Urisarri en el corpus mismo de la interpretación rigurosa del comportamiento inanciero de
«Relación», que el autor sigue de cerca (e incluso retoma la Expedición. Los únicos gráicos de alguna utilidad que
literalmente). Frías airma la «dinámica independiente proporciona son los que brindan cifras relativas, como
seguida por Mutis» en el manejo de su instituto, enten- ocurre con los identiicados con los números 9, 17 y 21
diendo por independencia la delgada línea divisoria entre (Ibíd.: 327, 341, 349), que presentan la composición de los
las actividades de la Expedición y las privadas de sus gastos para el periodo 1783-1808 y para los subperiodos
miembros, en particular las de su director. «El hecho que 1783-1791 (Mariquita) y 1791-1808 (Santafé). Resumiendo,
la suspensión [no aprobación] inicial alcanzara casi la no presentar los datos imposibilita: a) la evaluación crí-
tercera parte de las partidas presentadas es una evidencia tica del manejo de estos con lógicas diferentes a la de la
más […] de esa falta de control con que se había movido «Relación»; b) la preparación de descripciones y análisis
Mutis y, por consiguiente, con la que se habían llevado a detallados susceptibles de comparación tanto en el ámbi-
cabo los trabajos de la Expedición» (Frías 1994: 300). La to local como en el del imperio y aun en ámbitos interna-
palabra «independencia» no es quizás la más afortunada cionales; c) la crítica y complementación de los datos con
para caracterizar el comportamiento de Mutis, quien al informaciones de otras fuentes (como las que ofrecen los
autorizar los recibos de los ingresos estaba obligándose archivos de las Cajas Reales y del Tesoro Público) poste-
José Antonio Amaya_ James Vladimir Torres

a dar cuenta de ellos tarde o temprano. De lo que Mutis riores a 18086 y d) el avance del conocimiento histórico,
gozó fue de una libertad prácticamente ilimitada en la por cuanto el autor pierde una valiosa oportunidad para
ejecución del presupuesto y en la coordinación cientíica construir las cuentas de la institución, que no pueden
de la Expedición, frente al virrey de Santafé y al Real limitarse ni mucho menos al periodo 1783-1808. Aún más,
Jardín Botánico (Madrid). la propensión a «conformar unas tendencias y conigurar
Frías considera que la primera presentación de las los correspondientes cuadros» (Ibíd.: 304) (siendo since-
cuentas, casi 25 años después de la apertura del centro, ros, el hacer cuadros por hacerlos) es bastante común en
conigura un caso excepcional en la administración de algunos estudios españoles, como lo señaló en su mo-
la América española. Sin embargo, aquí no se agota la mento y con razón el historiador Germán Colmenares7.
44 importancia del texto de Frías, quien observa en detalle
la dinámica con que se pagaba a los pintores, destacan-
do la preferencia del jornal sobre la asignación anual, 5_El mismo Fogel cita excelentes estudios efectivamente ningún dato recuperado
que se han quedado a medio camino al en ese repositorio.
que terminó siendo, esta última, privilegio exclusivo de no presentar las cifras y los cálculos, cier-
tamente el aspecto más laborioso aun- 7_Al respecto, Colmenares puntualizaba: «la
Rizo, primer pintor. La preeminencia del pago por jornal simple erudición acumulada quiere pasar
que sin duda el más fructífero de este
lo lleva a concluir la condición de artesanos (y no de tipo de estudios. Meisel por su parte se como un argumento, aunque casi siempre
ocupa de casos colombianos con esta es tan farragosa que una discusión fruc-
artistas) de los miembros de la Oicina de Pintura. Por falencia (2007: 615-616). tífera sobre métodos y teorías resultaría
último, Frías precisa que el presupuesto se establecía imposible. Estas monografías más parecen
6_En este sentido, Frías cita el Archivo a veces recolecciones documentales del
con 290 días laborables al año, cifra que aquí ha permi- General de Indias (AGI), en Sevilla, aun- siglo XIX, con todas sus virtudes y defec-
que su referencia tiene carácter más bien tos, que un intento de interpretación o de
tido hacer cálculos e interpolaciones (como ocurre con retórico, pues su exposición no presenta construcción histórica» (1997: 16).
la conversión del tiempo de trabajo de Rizo).

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Ocupémonos ahora de la estructuración de las ci- América», y asegure que se «mantuvo iel, incluso servil
fras. En primer lugar, al conformar las cuentas, Frías ante la corona española, y su actitud hacia América y
no precisó la participación de fuentes diferentes de la su gente no era más que paternalista» (Nieto 2000: 236,
«Relación». El problema no es solo de construcción, sino 240). En segundo lugar, al enunciar la idea de un inan-
de ijar rigurosamente las fuentes que intervienen en ciamiento exclusivamente metropolitano, Nieto induce
esa construcción, estableciendo su valor probatorio. En el supuesto de una política central que le asignó a la
este sentido, el autor moviliza e iniere datos ajenos a Expedición el cometido de contribuir a la diversiicación
la «Relación» para consolidar los ingresos de algunos de las exportaciones. Estas impresiones se expresan una
naturalistas. Se constata en particular que ni los sueldos vez más en airmaciones rotundas del tipo: «en la segun-
de Francisco Antonio Zea (1766-1822) ni los de Juan Eloy da mitad del siglo XVIII grandes proyectos fueron puestos
Valenzuela (1756-1834) iguran en la «Relación»: ¿de dón- en marcha con el directo control y supervisión del Jardín
de provienen entonces las correspondientes cifras que Botánico de Madrid, con total inanciación y apoyo del
aporta Frías? De igual forma, Frías realiza adiciones que rey», o [los Borbones] «buscaban la explotación de las
carecen de fundamento, como aquella de 2.000 doblo- colonias estimulando la exploración cientíica», o, aún
nes que le concedió el rey a Mutis para «costear la conclu- más, «las políticas económicas coloniales estimularon el
sión […] de sus manuscritos […] antes de emprender la desarrollo de la farmacia y la taxonomía vegetal y di-
expedición»8, por cuanto se trata, como queda dicho, de chas prácticas constituyen importantes formas de control
un pago ajeno a la Expedición propiamente dicha. Ade- tanto de la naturaleza como de la sociedad» (Ibíd.: 9,
más, Frías no precisa la tasa de conversión a pesos que 13, 46). En este sentido hay que puntualizar que no se
utiliza. Igual ocurre con las cifras relativas al factor de pueden confundir los anhelos de políticos de la época
quinas que asigna «proporcionalmente, en los años 1787 (Ricardo Wall, José de Gálvez, el conde de Floridablanca,
y 1788, que fueron los que se centraron en los trabajos Campomanes), sin excluir los del propio Mutis, con las
de acopios de quina» (Ibíd.: 305). Sin embargo, ¿se trata realidades de la vida cientíica neogranadina inscritas en
realmente de un rubro de la Expedición? ¿Acaso el factor la duración. Airmar la sujeción de la ciencia ilustrada
de quinas no era un cargo dependiente del Estanco? En virreinal a la economía equivale a ignorar que la corona
pocas palabras, la cifra que ofrece Frías de la masa de española, desde la creación de la Expedición hasta la
ingresos de la Expedición no es coniable. Con respec- muerte de Mutis, nunca se preocupó por saber exacta-
to a su gráica 6 (Ibíd.: 319), resulta superluo señalar mente cuánto había invertido en ese centro, del que en
una tendencia al alza cuando se parte de 0. En estas todo caso tampoco retiró beneicio económico alguno

La Expedición Botánica a la luz de las cifras, 1783-1816


circunstancias cabe preguntarse, ¿cuál es la pendiente (y poco o ninguno cientíico, por cierto). En realidad,
de regresión lineal por periodos? Finalmente, se observa el enlace entre ciencia y economía solo se alcanzará de
que Frías se restringe a un análisis interno a la Expedi- manera sistemática con la revolución industrial y en el
ción, que desconoce la integración de este centro con el siglo XIX, con los consecuentes aumentos en la produc-
engranaje institucional del virreinato. tividad y una disminución de los rendimientos decre-
La tesis de Nieto sobre la Expedición Botánica pue- cientes (North 1981: 16-18, 158-162). Las razones de ello,
de considerarse aquí a la luz de tres aspectos. En primer siguiendo al mismo North, se encuentran en la inmensa
lugar, Nieto continúa adherido a la idea de que la Ex- diferencia que durante muchos años existió entre las ga-
pedición fue un centro dependiente del Real Jardín Bo- nancias privadas y sociales de la innovación tecnológica
tánico de Madrid, de ahí que caliique a Mutis de «emi- y en la diicultad del diseño de derechos de propiedad
sario de las políticas cientíicas del imperio español en sobre las investigaciones cientíicas. La fragilidad de los
arreglos institucionales en el Nuevo Reino hacía imposi- 45
ble la unión sistemática entre ciencia y economía, para
8_Cédula del rey Carlos III aprobando la llevar a cabo un exitoso proceso de «sustitución de ex-
Expedición Botánica, San Lorenzo el Real,
3 de noviembre de 1783 (Hernández de portaciones», del que Nieto hace tanto eco. Sobre este
Alba 1968-1975, t. 3: 195). último punto, como se verá más adelante, aunque el rey
patrocinó muchas de las investigaciones lideradas por
Mutis sobre las quinas, a la postre solo los particulares
(sector privado) serán quienes las rentabilizarán. En es-
tas condiciones, lejos de ser un «agente del rey», Mutis
aparece ahora como un agente que se aprestó justo a no
cumplir las «reglas de juego» deinidas por los borbones.

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Aquí se ve la importancia de la reconstrucción y análisis todo, no se le ha dado a esta controversia la importancia
de las cifras. Sin ellas, todo parece obra de un astuto que merece por su duración, se prolongó durante unos
cálculo económico. Evidenciar la magnitud y resultados 35 años desde 1773, y porque implicó a autoridades virrei-
de la inversión exige buscar interpretaciones adicionales, nales y metropolitanas del campo político y también del
para no quedarse en el muy erróneo y no infrecuente cientíico (José de Gálvez, ministro de Indias; Casimiro
plano especulativo. Mutis se implicó personalmente en Gómez Ortega [1741-1818], primer profesor del Real Jardín
el comercio de las quinas, lo que Nieto juzga apresu- Botánico de Madrid), así como a distinguidos ilustrados
radamente como «exportaciones ilegales» (Nieto 2000: (Pedro de Ugarte, José Antonio Escallón, Caldas y Hum-
203). En realidad, las exportaciones de quina no estaban boldt, entre otros). Además y sobre todo, ella plantea una
prohibidas, lo que sí estaba prohibido era que los funcio- plataforma de privilegio para aproximarse a la dialéctica
narios tuviesen negocios particulares9; quizás la contra- de la Ilustración en Nueva Granada.
vención adicional que podría achacársele a Mutis sería Desde Madrid, Gómez Ortega había deinido, en
la de haber hecho su primera remesa, de poco más de 1778, la expedición de Santafé, coniada a López Ruiz a
8.000 pesos, con las quinas almacenadas de propiedad modo de un apéndice de la del Perú y Chile (1777-1788),
del rey, según denunciaba Rizo en 1811 ante la justicia ambas bajo su autoridad. López Ruiz debía preparar co-
ordinaria (Hernández de Alba 1986: 158 y 234). Por úl- lecciones que Hipólito Ruiz (1754-1815) y José Antonio
timo, y una vez más sin citar fuentes, Nieto maniiesta Pavón (1754-1840) recogerían en Santafé a su regreso a
que «según se decía» hacia 1815, «los manuscritos y co- Madrid, previsto inicialmente para 1781. Lo que sí se
lecciones de la Expedición […] le habían costado a la sabe es que, tras verse deshonrado como «falso descu-
corona un millón y medio de pesos» (Nieto 2000: 98). bridor de la quina», despojado de sus cargos y obligado
Como acaba de verse, tras doscientos años, la dis- a «dirigir sus representaciones e instancias por mano
cusión sobre el costo de la Expedición no ha producido de Mutis», continuó su relación con el Real Jardín, del
resultados suicientemente sólidos Al retomar el asunto, que era Asociado Correspondiente, tal y como el propio
este artículo se propone en primer lugar ubicar la Expe- Mutis. Convencido de que el lado débil de este último
dición en su ecosistema social. Luego, el itinerario se era su poca y ninguna disposición a explorar grandes
despliega con varias escalas: una nueva lectura de las extensiones en la América Septentrional, emprendió en
condiciones de creación del centro objeto de estudio, el 1784 una serie de desaiantes recorridos por los Anda-
establecimiento de la consecuente relación de Mutis con quíes, Santa Martha y Portobelo, destinados a colectar
los virreyes, con la Real Hacienda y más precisamente para el Real Jardín. La cuestión del honor ciertamente lo
con el dinero, y, en in, la reconstrucción de los gastos persuadió a inanciar sus viajes con su propio peculio. Al
y el análisis de la gestión inanciera interna de aquella contrario de Mutis, puede documentarse que López Ruiz
José Antonio Amaya_ James Vladimir Torres

empresa. es uno de los principales colectores del Real Jardín y que


sus itinerarios lo convierten en uno de los naturalistas
viajeros más importantes e injustamente desconocidos
La Expedición en la red institucional del virreinato
del Nuevo Reino. En este sentido, hay que destacar que
Ahora se tratará de ubicar el lugar de la Expedición en la sus relaciones de viaje y las listas de sus colecciones se
red institucional del virreinato y también del imperio, así hallan a la espera de publicación. Caballero Góngora y
como su misión, planta de personal, jerarquía, sueldos Mutis lograron arruinar su carrera, a pesar de la exhor-
e infraestructura. tación del ministro Gálvez de «darle una posición en
En primer lugar, Caballero Góngora y Mutis tuvieron Santafé, donde hay tan pocos naturalistas». Fue hasta
46 que idear una estrategia destinada a despojar al paname-
ño Sebastián José López Ruiz (1741-1823) de la Expedición
de Santafé (1778-1783) y a ponerlo bajo la autoridad de 9_La historiografía sobre la norma prohi-
bitiva correspondiente y algunas de sus
Mutis en la recolección y aprovisionamiento de las qui- trasgresiones es extensa; Lynch (1962)
nas. Si se quiere ampliar la mirada sobre esta estrategia, es un clásico en la materia, junto con
Burkholder y Chandler (1984) y Linda
es preciso reconsiderar la conlictiva relación de López Arnold (1993), particularmente. Para la
Nueva Granada pueden consultarse los
Ruiz con Mutis, que ha venido siendo tratada de una ma- trabajos de McFarlane (1997) y Jaramillo
nera excesivamente temática: historia natural y medicina, y Colmenares (1982), que sin embargo no
se concentran en el asunto de la buro-
y coyuntural: descubrimiento de las quinas de Santafé cracia.
(1772-1774) y establecimiento de los estudios médicos en
el Colegio de Nuestra Señora del Rosario (1804). Sobre

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Panamá en busca de azogue, siempre con el deseo de ser un franco rechazo. Valiéndose de los servicios de Mutis,
rehabilitado y en este caso con la ayuda de su hermano Caballero y Góngora redeinirá el asunto, en beneicio
Santiago, cura Párroco del arzobispado de Lima, quien del Nuevo Reino. Esta acción debió conocer opositores
en esta ocasión lo socorrió con 6.000 pesos. Gracias a en Madrid, comenzando por Gómez Ortega quien a sus
sus hallazgos en Portobelo logró que se le nombrara, en cargos al servicio del Rey unía la condición de ser pro-
1804, Contador General de Tributos de Quito, uno de pietario de «una de las principales farmacias de Madrid
esos puestos técnicos que el sabio Mutis consideraba y de toda España» (Puerto 1992: 4, 120, 121). Otras con-
«totalmente opuestos a mis designios», y que López Ruiz testaciones también debieron dejarse oír al interior del
ejerció hasta 1807. Ahora parece claro que en Santafé virreinato, donde algunos veían malograrse una fuente
no bastaba ser emisario o representar a Gómez Ortega, de inversión, mientras otros denunciaban la creación de
y tampoco era suiciente aquí ser un laborioso colec- un nuevo estanco, que por lo demás pronto se reveló
cionista y un intrépido viajero. Mutis por su parte tenía ineicaz, siendo cerrado en 1790 y reemplazado por la
la consagración internacional, una obra en preparación explotación privada. También hay que considerar que
conforme a los principios de Linneo, era médico, mate- al crear la Expedición, las autoridades se proponían sin
mático y sacerdote, y su igura de ilósofo, querida y pro- duda proteger del espionaje extranjero las nuevas técni-
tegida del patriciado criollo, se inscribía dentro de una cas desarrolladas por Mutis para el cultivo, la recolec-
política reformista. Así fue como Mutis dominó como ción, la conservación y el transporte del producto.
señor absoluto, desde 1783 hasta su muerte, el campo La puesta a punto de esta estrategia parece haberse
santafereño de la historia natural, y continúa dominán- acelerado a partir del momento en que Madrid nombró a
dolo hoy gracias a la labor de muchos historiadores que Mutis en 1783 como supervisor de la recolección de qui-
no han logrado construir una mirada simétrica sobre el nas del Nuevo Reino, imponiendo al gaditano como co-
asunto. Aquel espacio cientíico, político y social comien- rresponsal único de Gómez Ortega en el asunto. Este úl-
za a emerger como poco lexible, nada plural10. timo, seguro de que Mutis carecía de competencia para
La creación de la Expedición Botánica parece haber editar sus manuscritos y dibujos (1760 a 1783) e igno-
sido una etapa de esta estrategia que condujo inalmente rando las facultades con que el rey iba a investir a Caba-
a que Mutis fuera reconocido como el verdadero descu- llero y Góngora coniándole la dirección administrativa,
bridor de los árboles de quina en Santafé y a encargarle cientíica y inanciera del nuevo centro, logró (formal-
su explotación, tras ser nombrado Botánico del rey11. Así mente) que la expedición prevista no pudiera comenzar
fue como la Expedición Mutis se convirtió en una facha- hasta que los ofrecidos trabajos no llegaran a España.

La Expedición Botánica a la luz de las cifras, 1783-1816


da que ocultaba el real objetivo de ese asunto que no Sin embargo, el 29 de septiembre de 1783, el ministro de
era otro que el fomento del Nuevo Reino, objetivo que Indias, José de Gálvez (1720-1787), ordenó privar a López
inspiró y en todo caso apoyó el arzobispo virrey. Este fo- Ruiz de todos los encargos que el gobierno le había con-
mento suponía el reconocimiento de una diversiicación iado, una vez comprobada la falsedad en que incurrió,
posible de las fuentes de riqueza, agregando a la secular al atribuirse el descubrimiento de la quina de Santafé,
explotación minera el beneicio razonado (y no la mera pretendiendo arrebatárselo a Mutis (Ovalle 2006: 373).
recolección como en el Perú) de una planta medicinal, De este modo, Gómez Ortega perdió el control sobre la
la quina, tan estimada en el mundo de la segunda mitad explotación de las quinas de Santafé, razón que lo ha-
del siglo XVIII. La tentativa de explotación de la quina bía movido a crear la Expedición para López Ruiz, sin
iniciada por López Ruiz sin concertación local, para y olvidar su determinación de impedirle a Mutis cualquier
por la metrópoli, suscitó poco entusiasmo, cuando no participación en la historia natural española12. El 23 de
octubre de 1783, ocho días antes de la ratiicación de la 47
«Expedición por la América Septentrional», comúnmente
10_Sobre la Expedición a Santafé y la comi- 12_La irónica frase de Mutis a Gómez conocida como Expedición Botánica de Nueva Granada,
sión de quinas coniada a López Ruiz, una Ortega, «aunque se haya declarado tan
y otra en su relación con el estableci- tarde el mutuo amor que ocultamente Mutis le comunicaba a Caballero y Góngora hallarse lis-
miento de la Expedición Botánica, véase nos profesábamos», inscrita en su carta to para desarrollar los «ramos de comercio» que «quiere
Amaya 2004a: 66-68; Amaya 2005, t. 1: de Santafé, 31 de marzo de 1784, sugiere
292-297; Amaya 2005 t. 2: 549-564. Para el que su enemistad es anterior a la crea- Su Majestad promover en este Reino».
archivo personal de Sebastián José López ción de la Expedición Botánica (Hernán-
Ruiz, véase Varila y Torres 2012. dez de Alba 1968-1975, t. 1: 179), y en todo El 20 de marzo de 1783, Caballero y Góngora solicita-
caso relacionada con el nombramiento ba a Mutis una relación de sus actividades de naturalista
11_En oicio a Gálvez fechado en Santafé de López Ruiz a la cabeza de la Expedi-
el 23 de octubre de 1783, Mutis se reiere ción de Santafé. luego de su arribo al Nuevo Reino en 1760 y acerca de
al oicio pertinente de Gálvez del 18 de
marzo de 1783, en Hernández de Alba los objetivos y medios para crear una expedición. En su
(1968-1975, t. 1: 132). respuesta del 27 de marzo, Mutis evocó sus estrechos

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vínculos con los antecesores de Caballero y Góngora en al servicio del nuevo centro. Concluía precisando que la
la sillas virreinal y arzobispal, con Linneo y otros natu- expedición comprendería un director, dos o tres adjuntos y
ralistas suecos; sus representaciones al rey Carlos III y otros tantos dibujantes, dejando a discreción del rey fijar
su descubrimiento de las quinas, para lo cual preparó el monto de los honorarios respectivos.
un proyecto de estanco, y naturalmente sobre el desa- El 31 de marzo de 1783 Caballero y Góngora envia-
rrollo de su historia natural. Ofreció al rey la totalidad ba el expediente del caso al ministro de Indias, José de
de sus trabajos botánicos realizados hasta ese momento, Gálvez, su pariente, para que ganara la voluntad del rey
pidiendo 2.000 doblones de gratificación, para honorar y ratiicara la creación de la Expedición del Nuevo Reino.
sus deudas. Además, se comprometía a proveer, previa Retomaba las proposiciones de Mutis, moderándolas y
petición, los reales Gabinete de Historia Natural y Jardín sintetizándolas y presentaba un equipo reducido, justo
Botánico y se declaraba dispuesto a beneiciar con sus la víspera de que saliera de Santafé la Expedición: Mutis,
luces a López Ruiz, para acelerar el establecimiento del 2000 pesos anuales y 500 pesos anuales para cada uno de
estanco. Por lo tocante a la Expedición, se trataba en sus dos adjuntos, el naturalista Eloy Valenzuela y el pin-
primer lugar de «continuar la historia de toda la América tor Pablo Antonio García del Campo (1744-1814). Al día
septentrional», ijando en la línea ecuatorial la frontera siguiente, 1° de abril de 1783, ordenaba a los Oiciales
entre el territorio que él se proponía explorar y el re- de las Reales Cajas Matrices de Santafé poner a disposición
servado a la expedición al Perú. Además, solicitaba el las gratiicaciones acordadas, que se mantendrían hasta
título de Botánico y Astrónomo del Rey, ya que reali- que el rey dispusiera lo correspondiente. Por lo demás,
zaría observaciones astronómicas, físicas y geográicas durante la vida de la Expedición, los sucesores de Caba-
destinadas a levantar una carta del virreinato con ayuda llero y Góngora se ocuparán de la deinición de los car-
de un dibujante cartógrafo para el que pedía el título de gos y nombramientos de la Expedición (Zea, Sinforoso
Geógrafo del Rey. En estas condiciones, proyectaba una Mutis, Caldas, entre otros).
obra que comprendía una historia geográica, civil y polí- La Real Cédula de 1º de noviembre de 1783 creó «la
tica «de todas las provincias de la América Septentrional», Expedición por la América Septentrional», que sería eje-
acompañada de observaciones físicas. Los originales de cutada por «botánicos y dibujantes españoles». Su redac-
los dibujos y manuscritos deberían conservarse en la Real ción tiene la misma construcción, aunque simpliicada,
Biblioteca de Santafé, «como eterno monumento original de la fundacional de la Expedición al Perú, modelo a su
de las liberalidades de Su Majestad», mientras que co- vez de la de López Ruiz. La norma contiene los mismos
pias de los dibujos debían prepararse para su publicación parágrafos, retoma los mismos términos, incluso el mon-
en Madrid. Con esta inalidad deberían preverse uno o to inicial de los salarios anuales es idéntico: «dos mil
incluso dos dibujantes suplementarios. Consideraba que pesos moneda de Indias»; solo cambian los nombres de
José Antonio Amaya_ James Vladimir Torres

su expedición haría tanto ruido que las expectativas del los expedicionarios y de los lugares. Sin embargo, para
público [¿europeo?] se verían rebasadas. Para acelerar la «la Expedición por la América Septentrional», su existen-
edición en forma de compendios anuales destinados a cia debía comenzar una vez los manuscritos concluidos
anticiparse a las publicaciones extranjeras, sería preciso hubiesen sido enviados a España, lo que no se cumplió.
que Gómez Ortega, Primer Botánico del Rey, veriicase Además, aparte de los libros e instrumentos solicitados,
a la mayor brevedad estos «grandes proyectos». Solici- Mutis recibirá una indemnización única de 2.000 doblo-
taba instrumentos de observación para sus adjuntos, y nes. Otra particularidad: además de los trabajos de histo-
por lo tocante a libros de historia natural decía necesitar ria natural, la expedición realizaría observaciones astro-
solo unos pocos, ya que pondría su biblioteca personal nómicas y geográficas, lo que ciertamente desbordaba las
48

13_«En la Instrucción Circular avisa vue- 14_Al respecto el virrey Ezpeleta consig- me he ceñido a dar noticia a D. José Mutis nares 1989, t. 2: 226; Colmenares 1989, t. 3:
samerced, dice Mutis en carta a Gómez naba en su Relación de mando (1796): de las reales órdenes del asunto, y a fran- 95). Decir por último que no se han loca-
Ortega, que se remitan las plantas sin «He tenido el gusto de reconocer parte quearle cuantos auxilios me ha pedido lizado los documentos de las negociacio-
pegarlas. He advertido por mis remisio- del fruto de [las tareas de Mutis], en para el desempeño de su comisión», nes que año tras año se efectuaban para
nes a Suecia, que dirigidas de este modo muchos y bellísimos dibujos de conside- agregando que «en la secretaría se hallan ijar el presupuesto de la Expedición. Sin
las desgracian los insectos». Además, rable porción de plantas de estas regio- las representaciones del Dr. José Mutis embargo, no hay vestigio de que la admi-
las disposiciones emanadas de Madrid nes, lo que me hace creer muy adelan- en solicitud de auxilios y las providencias nistración negara y ni siquiera regateara
relativas a la preparación de los dibujos tada su obra, por cuya conclusión insta para franqueárselos». A su vez, también las solicitudes y ruegos de Mutis.
botánicos tampoco fueron observadas repetidas veces la Corte; pero la delica- en su Relación de mando, el virrey Men-
por Mutis, asunto que merece un trata- deza y la misma prolijidad de su autor la dinueta señalaba (1803) que «durante mi
miento que desborda los límites del pre- detienen sin duda, a pesar de la expecta- mando no he recibido real orden alguna
sente estudio (Santafé, 31 de marzo de ción del Ministerio y del público; y con- que me haya obligado a acercarme a
1784, en Hernández de Alba 1968-1975, siderando yo que las obras del entendi- reconocer los trabajos de la Expedición
t. 1: 185). miento no pueden ni deben precipitarse, ni a informarme de su estado» (Colme-

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competencias de Gómez Ortega. De hecho, la preparación en virtud del fracaso de la introducción de las inten-
de las correspondientes instrucciones administrativas y dencias y regencias en el Nuevo Reino, que sí se lo-
científicas les son confiadas al arzobispo virrey. Sin em- graron implantar en Nueva España (1775) y Perú (1781).
bargo, aquello que distingue particularmente esta cédula El papel de ambas instituciones tendía precisamente a
de sus homólogas es la ausencia de artículo fijando la du- limitar el poder inanciero de los virreyes (Lynch 1962:
ración, asunto que también quedó a discreción del virrey. 91; Rodríguez 1983: 80; Jaramillo y Colmenares 1982: 375;
Así fue como esta expedición, a órdenes de Caballero y McFarlane 1997: 371-373). De haber habido en Santafé
Góngora y coniada a Mutis, fue transferida por la corona superintendencia general como instancia independiente
exclusivamente a las autoridades virreinales encargadas del virrey, Caballero y Góngora muy seguramente no
de cumplir y hacer cumplir la voluntad del rey. hubiera sido habilitado para aprobar estos gastos y la
Gómez Ortega se rehusó a redactar las instruccio- gestión administrativa de la Expedición hubiera sido
nes para esta Expedición, dejando vacía su dirección ciertamente más compleja a la hora de justiicar y oicia-
cientíica. En la ocurrencia, Caballero y Góngora debía lizar los egresos, para no hablar de la contrapartida en
atenerse a las de la Expedición al Perú, que no eran por productos cientíicos. Estas condiciones de autonomía
cierto del agrado de Mutis13. Sin embargo, nunca se ha permitieron el desarrollo de unos proyectos (y un sujeto
encontrado este documento, si alguna vez existió. En científico en Mutis) muy diferentes a los del resto del
estas condiciones, la Expedición nació carente de direc- Imperio. Ahora sabemos que la Expedición es ante todo
tivas explícitas para su funcionamiento cientíico y ad- la concretización de lo que Mutis creía posible hacer en
ministrativo. Habiendo dejado Gómez Ortega a Mutis en botánica en estas tierras, con este pueblo y para aquella
«libertad» para organizar la Expedición, esta encontró en época, al punto de autodenominarse el «Oráculo de este
su Director su propia autoridad de regulación. Francisco Reino»16. El director de la Expedición pertenecía a los
Gil de Taboada y Lemos (1736-1809), sucesor de Caba- círculos políticos presididos por el virrey, que a su vez
llero y Góngora, asumió el manejo de la Expedición y, se hallaba investido con los más altos poderes políticos,
sin directivas de Madrid sobre el asunto, dejó las cosas militares y económicos. Allí Mutis brilló durante 25 años.
en su estado, y así sucesivamente de virrey en virrey Allí resonaban «sus señalados e importantes servicios
hasta que Mutis falleció14. Militares u oiciales de la Ar- en las pasadas revoluciones del Reino» (la rebelión de
mada, ingenieros, topógrafos o eclesiásticos, los virreyes los Comuneros en 1781). Observando el comportamiento
en todo caso no podían tutelar los trabajos botánicos de de Caballero y Góngora al otorgarle a Mutis un poder
Mutis, y juzgando deber aceptar lo que este informaba absoluto que lo hacía intocable, lo que ningún virrey

La Expedición Botánica a la luz de las cifras, 1783-1816


(cuando informaba), sin regateo le dieron cuanto soli- intentó cambiar, puede pensarse que Mutis hacía parte,
citó. Además, no correspondieron con el Real Jardín de o por lo menos era muy cercano, del núcleo político
Madrid, el gran ausente en esta historia. En realidad, se que construía, organizaba y dirigía el Nuevo Reino. Los
limitaron a responder, sin intervenir nunca; por ello, sus miembros de aquel grupo restringido se hallaban unidos
Relaciones de Mando no son precisamente las fuentes por vínculos de idelidad, conidencialidad y obedien-
más pertinentes para conocer la Expedición. Por último, cia absoluta. Suponían que la relación Rey → Virrey →
nadie en la burocracia local estaba en capacidad para Mutis era directa, y que este último cumplía al pie de
iscalizar al naturalista Mutis15. la letra las decisiones del Monarca. Sin embargo, para
Así resulta que los egresos del reino para la Expe- funcionar como funcionó, la Expedición debía al mis-
dición no podían ser objeto de iscalización. Este com- mo tiempo avenirse con la burocracia técnica virreinal,
portamiento de los virreyes —y de Mutis— fue posible si quería mantener sus vínculos con las esferas políti-
49

15_La anterior síntesis se preparó con oiciales reales, Santafé, 1 de abril de 1783 16_Carta a Francisco Martínez del Sobral,
base en la lectura de la Cédula de Car- (Hernández de Alba 1968-1975, t. 1: 107- médico del rey Carlos IV, Mariquita 19 de
los III creando la Expedición Botánica del 120, 133 y Hernández de Alba 1968-1975, t. diciembre de 1789 (Hernández de Alba
Nuevo Reino de Granada, San Lorenzo 3: 37-38, 194-196). 1968-1975, t. 1: 503).
el Real, 1 de noviembre de 1783, y de
los siguientes oicios: Mutis a Caballero
y Góngora, Santafé, 23 de octubre de
1783 y 27 de marzo de 1783; Caballero y
Góngora a Mutis, Santafé, 20 de marzo
de 1783; Caballero y Góngora a Gálvez,
Santafé, 31 de marzo de 1783, así como
el Decreto de Caballero y Góngora a los

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cas. Al contrario, cabe preguntarse si Gómez Ortega, Natural de Vizcaya (España), Ugarte se había esta-
la mano del rey que dirigía las ciencias naturales del blecido en Santafé en la década de 1750, amasando allí
imperio, tenía conexión privada con la alta burocracia. en los años siguientes una fortuna calculada en más de
Hay que decir por último que la Expedición Botánica 200.000 pesos al momento de su muerte (Torres 2011:
resultó de la biografía de Mutis y no de la política cien- 59 y ss). Su extensa red de apoderados, que llegó a ser
tíica borbónica emanada de Madrid. Todo rodeaba la de más de 40 entre 1760 y 1792, solo puede compararse
potencia del carácter de Mutis, todo estaba subyugado con la que manejó, también en Santafé, el comerciante
a su fuerza moral. De ahí la importancia del estudio de Manuel Díaz de Hoyos entre 1763 y 1800, que era de más
su biblioteca personal, cuyas obras de política, iloso- de 50 (Torres 2011: 22, 35). Queda por establecer la rela-
fía, economía y ciencias lo ponían al corriente de las ción entre la dinastía mercantil de los Ugarte, quizás la
últimas tendencias europeas. No obstante, no hay que más poderosa de Santafé por aquellos años, y el gasto
pensar que la falta de reglas escritas equivale a una de la Expedición. Sin embargo, las relaciones entre Mutis
falta total de normas; muy al contrario, la Expedición y Ugarte no fueron solo económicas. En 1772, cuando
funcionó con reglas estrictas, especialmente con los pin- Mutis se ordenó sacerdote, Ugarte suscribió ante notario
tores, aunque conoció sus disfuncionamientos, como su voluntad de asistir al nuevo prelado con una congrua
cualquier obra humana. (dote) de 200 pesos anuales, destinados a cubrir sus
gastos de subsistencia y vestuario. En estas condiciones,
Ugarte pasó a ser el «único familiar» de Mutis que res-
Mutis minero y director de la Expedición
pondía por él ante el Arzobispado. El codicilo correspon-
Al ser nombrado director de la Expedición en 1783, Mutis diente lo responsabilizó de por vida de los estipendios
era socio de Pedro de Ugarte en la compañía minera de del presbítero Mutis. Además de mecenas, Ugarte era
Nuestra Señora del Rosario en el cerro del Sapo, jurisdic- aicionado a la ciencia. En este sentido, se sabe que en
ción de la ciudad de San Bonifacio de Ibagué, provincia 1788, a instancias del Cabildo de Santafé, del que era
de Mariquita. Las expectativas que suscitó esta empre- regidor, realizó una serie de observaciones de las fases
sa de explotación de plata, establecida a principios de de la luna durante seis meses19.
177017, determinaron enviar a Suecia en viaje de estudios
de mineralogía (1774-1776) al criollo Clemente Ruiz Pavón,
La Expedición en el lujo inanciero del virreinato
discípulo de Mutis, coinanciado para el efecto por Ugarte
(Amaya 2005, t. 1: 217, 264). Aunque estaba prohibido El sistema inanciero español solía orientar los superávits
que un funcionario del real servicio tuviese negocios par- de zonas con altos ingresos a zonas con ingresos más
ticulares, como se ha dicho más arriba, Mutis continuaba bajos o funciones estratégicas dentro del imperio. La caja
José Antonio Amaya_ James Vladimir Torres

en la compañía al momento de la muerte de Ugarte ocu- real era la médula de este sistema, siendo administrada
rrida en 1792, sin duda con la anuencia del virrey Caba- por un tesorero y un contador, encargados de llevar los
llero y Góngora y sus sucesores, Gil y Lemos (1736-1809) y libros mayores y menores de cargo y data (Muñoz 2010:
luego José Manuel de Ezpeleta (1739-1823). Poco después 51; Meisel 2011: 13). En los primeros se asentaban los da-
de la llegada al país (1784) de Juan José D’Elhuyar (1754- tos agregados con sus respectivas cartas cuentas o des-
1796), en calidad de superintendente de Minas, faculta- glose de los gastos de cada uno de los ramos, junto con
do para asesorar explotaciones privadas, la compañía lo sus contrapartidas; en los segundos se llevaba el registro
integrará como socio industrial, pensando seguramente diario del lujo de caja. Cada caja percibía impuestos gra-
en rentabilizar los recursos técnicos que traía de España bados sobre las distintas actividades económicas (rentas
50 y Europa (Friburgo y Upsala), y que debía aplicar en la
explotación de las reales minas de plata de Santa Ana,
también ubicadas en la provincia de Mariquita. Se ob- 17_En Amaya (2005, t. 1: 241 y t. 2: 589) apa- 10.000 pesos. Sin embargo, en la corres-
rece información sobre la aparentemente pondiente cesión de derechos (1793) de
serva aquí cómo dos altos funcionarios del real servicio fracasada sociedad de Mutis con Ugarte Josefa Franqui viuda de Ugarte, en favor
intentan aprovechar en beneicio propio los resultados de y otros en la compañía mixta para explo- de sus sobrinos Nicolás y José Antonio de
tar la Mina de San Antonio, en la Mon- Ugarte, el monto de la participación del
la inversión pública, con la participación mayoritaria del tuosa Baja, jurisdicción de la ciudad de difunto se calcula en 20.000 pesos. AGN.
Nueva Pamplona. Notaría Segunda (Santafé). Tomo 193,
principal comerciante del reino. En 1793, en un momento folios 82-83, 800, 828, 829.
favorable para la exportación de las quinas de Santafé, 18_Según la «Modiicación del acta de cons-
titución de la compañía minera de Nues- 19_AGN. Sección Colonia. Fondo Miscelánea.
Mutis se separó de la compañía. Tras su retiro, los herede- tra Señora del Rosario», suscrita en San- Tomo 143, folios 491-492.
tafé el 6 de junio de 1793, el monto de la
ros de Ugarte se comprometieron a reinanciar las minas participación en ella de P. de Ugarte era
y renovaron su compromiso con D’Elhuyar18. de 25.000 pesos y el de la de Mutis de

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estancadas sobre el tabaco, el aguardiente, el papel sella- 1816), centro de toma de decisiones, iscalización y sede
do, los naipes y la pólvora; alcabalas sobre la venta de de una caja con poder de ejecución y disponibilidad in-
bienes muebles e inmuebles; quintos sobre la minería, mediata de fondos, lo que favoreció al centro cientíico a
entre otros). Ya para el siglo XVIII ningún recurso venía la hora de negociar su presupuesto con el virrey de turno.
de la Península, habiéndose logrado, por una parte, que La creación y el desarrollo de la Expedición durante
las colonias supliesen por sí mismas sus crecientes nece- la Colonia coincidieron con un crecimiento económico y
sidades para inanciar en particular las guerras atlánticas, del tamaño del Estado en el Producto Interno Bruto (PIB).
en el marco del sistema de defensa imperial y, por otra Entre 1760 y 1800, el PIB del virreinato creció anualmen-
parte, que perseveraran en el envío de excedentes a la te entre 1,2 y 1,7% y en 1800 el tamaño del Estado al-
metrópoli (Meisel 2011: 3-4). canzó el 10% del PIB. En términos reales per cápita hay
Hacia 1787, en el Nuevo Reino funcionaban 33 ca- un debate entre un crecimiento extensivo de 0% y uno
jas distribuidas a través de su geografía, organizadas en de 0,4% (Kalmanovitz 2006: 72-73; Kalmanovitz 2008:
principales (13) y subalternas (Kalmanovitz 2006: 163). 211; Meisel 2011: 72). Sin embargo, las Cajas Matrices de
Tras descontar los gastos de administración, estas últimas Santafé conocieron un crecimiento de sus situados, en
enviaban a sus homólogas principales su superávit; a su virtud del incremento de la presión iscal sobre las cajas
vez, las principales procedían de idéntico modo con las del occidente (Chocó, Antioquia, Popayán y Barbacoas).
Cajas Matrices de Santafé, donde la Junta de Hacienda y A pesar de ello y a partir de 1780, la corona logró, por in,
su superintendente general, el Virrey, determinaban los hacer del Nuevo Reino un virreinato capaz de remitir
montos que debían enviarse a la metrópoli, tras veriicar excedentes, lo que evidenció un cambio de tendencia
que las necesidades del virreinato se hallaban cubiertas en el ingreso que fue en alza hasta 1810 (Meisel 2011: 66,
(Rodríguez 1983: 83-85). Estas remesas de caja a caja se 71). En estas condiciones, resulta que la capacidad de
denominaban «situados». En razón de su posición mi- agencia de Mutis se inscribió en una coyuntura en que
litar y económica, los situados que Cartagena percibía los gastos administrativos virreinales gozaron de una
procedían en su mayor parte de las Cajas Matrices de mayor facilidad de inanciación y puntualidad en el giro.
Santafé y Quito y también, aunque en menor medida, A pesar de la continua demanda de fondos por parte de
de las de Nueva España (México) (Meisel 2011: 58-59). la metrópoli, todo lo anterior contribuyó ciertamente a
Tras el grito de Independencia de 1810, la estructu- hacer posible el centro mutisiano.
ra inanciera siguió siendo la misma, aunque Santafé Los sucesores de Mutis, por el contrario, se encon-
dejó de ser el centro del lujo inanciero del virreinato traron con un periodo de contracción inanciera y econó-

La Expedición Botánica a la luz de las cifras, 1783-1816


en trance de convertirse en república, debido a que las mica (para no hablar de la inestabilidad política de base).
cajas de las otras provincias se rehusaron a enviarle sus En primer lugar y con la citada dislocación, Santafé se
situados. Este proceso, que ha sido llamado «dislocación convirtió en una caja que dependía únicamente de sus
territorial del aparato iscal» (Muñoz 2010: 67), supuso propios ingresos, que decrecieron paulatinamente tras la
un duro golpe para cajas como las de Santafé y Cartage- eliminación de varios impuestos, que habían venido sien-
na que poco antes ostentaban una posición de privilegio. do considerados estratégicos, como los del aguardiente y
Ubicada en el centro del lujo inanciero del Nuevo del tabaco. Sus ingresos disminuyeron de un promedio
Reino, la Expedición recibía su cargo (ingreso) público anual de 1.000.000 de pesos en el periodo 1803-1809, a
directamente de las Reales Cajas Matrices de Santafé. 461.000 pesos en la Primera República (1810-1816). «Mien-
Además, disfrutó de cercanía relativa (Mariquita, 1783- tras entre 1803 y 1809 las remisiones desde las cajas
1791) y emplazamiento ulterior en la propia Santafé (1791- principales del virreinato ascendieron a 260 mil pesos
anuales en promedio, los caudales que otras tesorerías 51
enviaron a la de Santafé en 1810 descendieron a 80.000
pesos, y entre 1811 y 1815 no superaron los 2.050 pesos»
(Muñoz 2010: 65-67). En segundo lugar, el incremento de
los gastos militares corrió parejo con la disminución del
cargo de la Expedición, en términos absolutos y relativos.
En estas condiciones, las cajas vieron caer sus ingresos
a la par que se acrecentaban sus egresos, con el déicit
resultante, que se cubrió parcialmente con deuda pública.
Así, para el periodo 1800-1808, la Expedición cono-
ció un ingreso público promedio anual de 11.602 pesos

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(cf. Cuadro 3) con una desviación estándar muy baja de bía sido cajero de P. de Ugarte, atendiendo sus tiendas y
630 pesos, que indica su estabilidad. Durante el mismo administrando muchos de sus negocios en Santafé, en el
periodo, los gastos militares generados por el Batallón Nuevo Reino y aún en Quito, Caracas, Veracruz y Cádiz.
Auxiliar y el Montepío Militar ascendieron anualmente Fue hombre de conianza de Ugarte y más adelante de
en promedio a 132.000 pesos, con una desviación están- su viuda, Josefa Franqui Lombana. Como apoderado de
dar de 16.020 pesos, un poco más volátil (Muñoz 2010: la Expedición, ofreció óptimas posibilidades para abas-
70). En la Primera República y durante los primeros seis tecer el centro cientíico y articularlo con la red de apo-
meses de la Reconquista, el cuadro de ingresos cambió derados de Ugarte22.
drásticamente; entre 1810 y 1816 la Expedición recibió Cuando la Expedición se trasladó a Santafé recibió
un promedio anual de 2.724 pesos con una desviación su ingreso público por intermedio de Rizo, su mayordo-
estándar de 2.035 pesos, bastante alta, que indica su mo encargado de los gastos (1784-1810) y de las cuentas
volatilidad. Los gastos militares ascendieron entonces (1783-1810). Al retiro de Rizo en 1811, Sinforoso Mutis, en
a 214.000 pesos. En otras palabras, por cada peso que su calidad de primer director de la Expedición (Caldas
recibía la Expedición en el periodo 1800-1808, el Real Ba- era para entonces el segundo director), pasó a recibir el
tallón Auxiliar recibía 11 pesos; con la Primera República cargo entre 1812 y 1815, sucediéndole en la tarea durante
la proporción cambió de 1 a casi 78 pesos. Para tener una la Reconquista (1816) Francisco Javier Matís (1763-1851),
imagen agregada, hasta 1808, por cada peso que perci- decano de la Oicina de Pintores (véase imagen 2). El centro
bía la institución mutisiana, la Caja Real disponía de 85 ahorró de este modo una comisión que, desde 1791 hasta
pesos; en los años siguientes, la proporción cambió de 1 1816, puede calcularse en 12.673 pesos (cf. Cuadro 3) más
a 154 pesos. Como puede verse, estas reformas políticas, los gastos del transporte, cifra que supera el promedio
administrativas y económicas pusieron a la Expedición de un año de presupuesto de aquel centro en la misma
fuera de las prioridades del presupuesto estatal, lo que época. Además, para 1791 Santafé se había consolidado
redujo radicalmente su capacidad de agencia. y seguía consolidándose dentro del sistema comercial
En todas las provincias, las Reales Cajas libraban del reino, habiéndose convertido ya para entonces en
comisiones y sueldos a algunas instituciones guberna- su centro redistribuidor más importante, donde se com-
mentales y a funcionarios civiles, militares o eclesiásti- praban a buenos precios géneros de Castilla (mercancías
cos, que, al no existir instituciones inancieras, debían importadas) y géneros de la tierra (mercancías locales)
contratar los servicios de apoderados, que solían ser ri- (Muñoz y Torres 2011: 16-20). A su vez, era un gran cen-
cos comerciantes que se encargaban de cobrar y girar tro de consumo, gracias al crecimiento de su población,
sus asignaciones. Mediante vales y libranzas, estos apo- que alcanzó el 1,3% anual entre 1778 y 1804 (Vargas
derados giraban en moneda y productos, descontando 1990:13). Además, la capital virreinal contaba con una
José Antonio Amaya_ James Vladimir Torres

aproximadamente un 6% de comisión20, más el trans- de las grandes comunidades de comerciantes del reino,
porte. Mientras permaneció en Mariquita, la Expedición por lo que se hallaba bien expuesta a las redes de trans-
practicó el sistema de apoderados, contando para ello misión de información. Por último, la presencia allí de la
con los servicios de Juan Jiménez (¿m. 1802?) e Ignacio Casa de Moneda contribuía a que su mercado gozara de
Roel, uno y otro residentes en Santafé. Jiménez ya había considerable liquidez (Muñoz y Torres 2011: 10).
tenido relaciones comerciales con Mutis, abasteciéndole
de libros y comprándole en oro y plata acuñados la plata
piña (plata en bruto) que Mutis extraía de las minas de
que era socio y administrador21. Roel por su parte ha-
52

20_El 6% era la tasa de comisión estable- 21_Como aparece en las cartas de Mutis a 22_Dentro de los productos que comer-
cida para los comerciantes de Santafé Jiménez, Mariquita, 10 y 26 de junio de ciaba Ugarte sobresalen muchos que
para cobros y giros según se iniere de la 1786 (Hernández de Alba 1968-1975: 306- consumía la Expedición en su gasto dia-
muestra recogida en Torres (2011: 20 y ss). 307, 310-311). rio: ropas de Castilla, ropas de la tierra,
cacao, harinas y papel, entre otros.

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Fotografía de Ernesto Monsalve Pino

Imagen 2_Recibo de Francisco Javier Matís Mahecha (1763-1851) de la asignación a los pintores de la [Expedición] Botánica, asentado en el Libro Manual de 1816 de las Reales
Cajas de Santafé, durante el gobierno de la Reconquista.
Tinta sobre papel
11 x 20 cm
AGN, Archivo Anexo I, Real Hacienda, t. 31 (32), f. 271
Transcripción: «Botánica. En S[an]ta fe a diez y seis de oct[ubr]e de mil ochocientos diez y seis. Son data doscientos cincuenta y dos p[eso]s que con arreglo

La Expedición Botánica a la luz de las cifras, 1783-1816


a la or[de]n y cuenta q[u]e sirven de comprobante de esta part[id]a, entregamos a D[on] Fran[cis]co X[avie]r Matis, por el haber de los pintores de la R[ea]
l Exped[ició]n Botánica en el mes de se[ptiemb]re últ[im]o. Véase la Libranza a f[oja]s 57 b[uel]ta part[id]a 4a del Libro Cor[rrien]te de ellas. Francisco Javier

Matís, irma y rubrica».

Las cuentas de la Expedición:


toria Natural», indicando que este ramo se integró a la
asunto reservado del virrey… y de Mutis
masa misma del presupuesto de la Real Hacienda desde
A diferencia de la Expedición de Santafé, cuyos egre- la creación de la Expedición24. De este modo, el arzo-
sos se asentaron en la carta cuenta de gastos genera- bispo virrey hizo gala de autonomía, oicializando la
les23, la Expedición Mutis, desde su comienzo, igura Expedición como elemento indispensable en el manejo
como un nuevo rubro permanente en la estructura de del virreinato, indeinidamente aunque no a título per-
los libramientos de las Cajas Reales de Santafé: «His- petuo. Al hacer los desembolsos, los oiciales reales se
53

23_AGN. Sección Anexo 1. Fondo Real tran en AGN. Sección Anexo 1. Fondo Real 24_En Meisel (2011) aparecen los principa-
Hacienda. Tomo 10, folios 490-491v, para Hacienda. Tomo 12, folios 378-379, este les gastos de las Cajas de Santafé dentro
los correspondientes sueldos y asigna- último ubicado en la carta cuenta de qui- de los cuales sobresale la Historia Natural.
ciones de 1776, lo que demuestra que nas era tratado por los oiciales reales
desde esta temprana fecha López Ruiz como «gastos extraordinarios».
comenzó a percibir honorarios públicos
por sus servicios recolectando quinas. El
«Libro Manual» de 1778, que pertenece al
tomo anterior, contiene diferentes par-
tidas cargadas a «Gastos generales» de
López Ruiz. Finalmente, los sueldos de
López por concepto de «cortes y reco-
lección de quina» para 1786, que ascen-
dían a 1.000 pesos anuales, se encuen-

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amparaban en la cédula fundacional y en otras cédulas Frías Núñez. Ni los virreyes, ni las autoridades hacen-
expedidas en la metrópoli, pero sobre todo en decretos dísticas parecen haberlo conminado ni mucho menos a
y órdenes sancionadas por los virreyes. En este sentido presentarlas26.
hay que señalar la procedencia local de la mayor parte Hay que señalar que en el marco de una creciente
de las normas que rigieron la Expedición, que por lo presión iscal este comportamiento resulta cuando me-
demás nunca han sido objeto de compilación, compara- nos atípico en el Nuevo Reino, donde la mayor parte
ción y análisis exhaustivo. de las instituciones que generaban ingresos, desde la
Como contrapartida de los cargos (pagos), los Casa de Moneda (Santafé) hasta recolectores de tributos
oiciales reales esperaban las cuentas de que Mutis se en pequeños y distantes pueblos de indios, respondían
había obligado a «dar razón todos los años», como de- oportunamente a los requerimientos del Tribunal de
bían hacerlo aquellos que habían recibido dineros que Cuentas, así fuera para reportar alcances (saldos pen-
«pertenecieren o pudieren pertenecer» al real tesoro, «sin dientes)27. Aún más, y como se ha dicho antes, quizás
excepción de estado y condición»25. La fórmula de rigor no se conozca en aquel ámbito otro caso de cuentas
aparece sistemáticamente en las cartas cuentas, irmadas sin oficialización durante tanto tiempo. La obra mo-
alternativamente por Mutis, sus apoderados, su mayor- numental The Royal Treasuries of the Spanish Empire
domo o sus adjuntos: in America, particularmente su sección titulada «Royal
Accounts as an Historical Source» precisa que durante
>«con obligación de dar anualmente cuenta a es- el período borbónico las cifras de la Real Hacienda se
tos R[eale]s oicios con respecto a lo que hubiese tornaron más coniables, cuando la administración logró
satisfecho»; más eiciencia en el recaudo de las cantidades y en la
>«con cargo de dar cuenta a la Superintendencia Ge- iscalización de las cuentas (Tepaske y Klein 1982, t. 1:
neral, según [...] Decreto del Ex[celentísi]mo S[eñ] 12-13). Efectivamente, al comparar la calidad de las cuen-
or Arzobispo Virrey de 5 de noviembre de 1784»; tas de la administración borbónica con las de los Habs-
>«quedando el ref[erid]o D[octo]r Mutis con la obli- burgo, Klein encuentra en estas últimas menor «calidad
gación de pagar a cada uno su respectivo con- de los registros contables y posiblemente en la de los
tigente y dar rrazón (sic.) anualmente a estos archivos, con un probable incremento equivalente de la
R[eale]s Oicios»; corrupción» (Klein 1998: 5, traducción nuestra). En estas
>«con la obligación de rendir cuenta anual de su condiciones resulta que el comportamiento de Mutis, y
inversión en la Superintendencia General en los no solo de Mutis sino sobre todo de la administración
términos que reieren los pagos de esta clase» (para local y principalmente de los virreyes, se emparenta más
las correspondientes referencias, ver Cuadro 3). con las prácticas contables de los Habsburgo que con las
José Antonio Amaya_ James Vladimir Torres

borbónicas, lo que relativiza el alcance modernizador


Este formulismo no releja otra cosa que el designio de la Expedición Botánica. Como se sabe, la no presen-
de incrementar el control y la iscalización sobre los rea- tación de las cuentas o la no cancelación de los alcances
les caudales, en el espíritu de las reformas borbónicas. generaban juicios y ejecuciones que podían alcanzar a
Sin embargo y a pesar de las insistencias y compromisos los garantes de las obligaciones. Otro aspecto del trata-
suscritos una y otra vez, la Expedición no presentó sus miento de excepción de que gozó Mutis es que tampoco
cuentas anuales durante los 25 años largos en que Mu- se le exigió iador, a pesar de los cuantiosos cargos bajo
tis la dirigió (1º de abril de 1783 a 11 de septiembre de su responsabilidad, que se fueron acumulando año tras
1808), como bien lo ha destacado el profesor Marcelo año. Así, en la «Relación», los solos gastos de la Expedi-
54

25_Recopilación de leyes de los Reynos de Real Botica (Madrid) y el Real Estanco (San- Góngora, Mariquita, 3 de febrero de 1787, 28_En este sentido, Martín de Urdaneta,
las Indias (1680: libro 8º, título 1º, Ley 13). tafé). En el borrador de su oicio, el Director Hernández de Alba 1968-1975, t. 1: 369-370). del Tribunal de Cuentas, recomendando
de la Expedición señalaba la «ininita dis- levantar algunos gastos dejados en sus-
26_Se observa un comportamiento similar tancia» que separaba a los «comisionados 27_Lo que no quiere decir que el funcionario penso por Urisarri, se refería a «la con-
con un asunto de quinas. En efecto, cuando establecedores (fundadores)», categoría en y la administración borbónicos hayan sido ianza que mereció el D[octo]r Mutis a
en 1787 los oiciales de las Reales Cajas de que él mismo se incluía, de los «empleados modélicos; sin embargo, la reforma admi- la superioridad, que no le obligó nunca
Santafé, es decir su tesorero y contador, comunes asalariados», como lo eran el con- nistrativa sí logró aumentar los recaudos, a dar cuenta comprobada de la inver-
presionaron a Mutis para que rindiera las tador y el tesorero, entre otros funcionarios. y Meisel (2011: 47) ha demostrado un sión de los caudales destinados a la [...]
cuentas correspondientes, este respondió Por ello consideraba debérsele dispensar éxito en el incremento de la presión is- Expedición» (Santafé, noviembre de 1811,
airado al virrey Caballero y Góngora, que de las «reglas y leyes comunes»; y en razón cal. Incluso Adam Smith y Humboldt enco- «Relación»: f. 993).
sus «comisiones reservadas» debían seguir de haber sido investido por el virrey de miaron la gestión iscal de los borbones
apareciendo ante el «público», es decir ante «amplias y extraordinarias facultades», solo en Indias (Marichal 1999).
aquellos mismos funcionarios, entre otros, al propio virrey estaba reservado el pedirle
como simples acopios de quinas para la cuentas (borrador de oicio a Caballero y

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ción ascienden a 224.047 pesos (cf. Cuadro 4), cifra que mentar y a reforzar la autonomía cientíica de Mutis con
representa cerca del 25% del ingreso promedio anual de respecto a Madrid30.
las Cajas de Santafé. Todo lo anterior controvierte la ci-
tada tesis que sostiene la sujeción de la ciencia ilustrada
El testamento de Mutis desencadena el arreglo
virreinal a la economía.
de las cuentas
A partir de un cierto momento y con la indulgencia
(y connivencia ciertamente) de las autoridades, en par- Como se ha dicho, las primeras cuentas de la Expedición
ticular los virreyes, Mutis se acomodó en esta situación se presentaron tras el fallecimiento de Mutis, ocurrido en
y empezó a sacarle ventaja a su libertad iscal28, invir- Santafé el domingo 11 de septiembre de 1808. Por para-
tiendo en grandes obras de infraestructura, inanciadas dójico que pueda parecer, fue el propio Mutis quien la
con ahorros de sucesivos ingresos, con anticipos anuales víspera solicitó al virrey ordenar al Tribunal de Cuentas
públicos y también, al menos de palabra, con dineros el fenecimiento (aprobación) de estas, pensando qui-
de su propio peculio; además, se ha documentado que zás que la gestión sería fácil. En este sentido hay que
acudía directa e indirectamente al incipiente mercado precisar que los Borbones siempre habían luchado por
de capitales, obteniendo de este modo una suerte de extirpar la presentación postmortem de cuentas de los
apalancamiento inanciero29. Tal manera de proceder le funcionarios, costumbre muy a lo Habsburgo (Tepaske y
ahorraba los costos de transacción de negociaciones y Klein 1982 t.1: 12; Malagón 2004: 283-284). Estipuló que
trámites ante la Real Hacienda en busca de fondos adi- sería Rizo quien debía presentarlas, suplicando además
cionales, que por lo demás hubieran comprometido su encomendar su «revisión y glosa» a Urisarri, «sujeto de
autonomía de gestión. Es importante anotar que estas su mayor satisfacción», y que como Contador de Resul-
actuaciones se corresponden muy bien con el tipo de tas era el encargado de revisar las cuentas atrasadas del
funcionario que querían suprimir las reformas borbó- Tribunal (Escobedo 1986: 77).
nicas, al mismo tiempo que contradecían silenciosa e La súplica del nombramiento de Urisarri es por lo
implacablemente las políticas tendientes a limitar una menos novedosa en el funcionamiento del Tribunal, don-
excesiva capacidad de agencia en la ejecución de las de los contadores se turnaban y algunas veces se sortea-
disposiciones reales. En este sentido resulta esclarecedor ban los casos. Sin embargo, las autoridades superiores
el diagnóstico de Jean Pierre Dedieu acerca del agente —los virreyes— se reservaban el derecho de asignar un
público anterior a la ofensiva borbónica: contador en casos de comisiones especiales, respetando
siempre el principio de que el sujeto de iscalización no

La Expedición Botánica a la luz de las cifras, 1783-1816


Tenía siempre un grado de libertad frente a la norma puede intervenir en la designación de su propio iscal (Es-
legal para elaborar, en cada caso, la solución que conve- cobedo 1968: 34-39, 90-95; Rodríguez 1983: 77; Malagón
nía, la libertad de suspender la norma si los efectos de 2004: 281-283). Pese a todo ello, el virrey accedió al ruego
su aplicación resultaban negativos para el ejercicio de su de Mutis, nombrando a Urisarri en «especial comisión»,
ministerio o de la justicia, en cualquier campo que fuera, por orden del 26 de agosto de 1809 («Relación»: folio 972v).
aun alejado del que formaba el centro de su jurisdicción. Sin embargo y más allá de estas instrucciones ad-
La ley no se concebía como una norma de forzado cum- mitidas, la última voluntad de Mutis no era otra que
plimiento (2005: 39). la institucionalización de la ciencia en el Nuevo Reino,
mediante la creación en Santafé de un real gabinete de
Hay que señalar que esta libertad iscal se tradujo historia natural, lo que no fue aprobado. Para ello se com-
en autonomía de gestión inanciera y vino a comple- prometía a aportar su biblioteca personal, a condición
55

29_En la declaración reservada del 4 de la Real Expedición, y para cubrirnos en falta y consumo de los fondos» (Hernán- se desarrolla en Colombia dentro de la
mayo de 1811, de Rizo ante José María esta parte empeñé las casas y alhajas de dez de Alba 1986: 234, cursivas nuestras). mayor autonomía teórica e institucional
del Castillo, ministro decano del Tribu- mi mujer [Josefa Robledo], para sacar del En efecto, varios de los préstamos otorga- con respecto a la Península […]. El esta-
nal, igura un pasaje elocuente, en rela- [Monasterio de] Santa Inés dos mil pesos dos a y por Rizo, su mujer Josefa Robledo y blecimiento de la Expedición no logrará
ción con el comportamiento inanciero como consta de escritura cancelada ante el propio Mutis durante aquellos años se revertir este fenómeno imprevisto de
de la institución de que era Mayordomo: el escribano Maldonado. También me encuentran registrados en AGN Notaría descentralización cultural, pues ni el Jar-
«La comisión mercantil [de venta de qui- suplió el señor doctor Manuel Benito de Segunda (Santafé). Tomo 198, folios 31v- dín Botánico del Prado, ni el Real Gabi-
nas de Santafé en La Habana, a cargo de Castro dos mil pesos que se le pagaron 32; Notaría Tercera (Santafé). Tomo 332, nete de Historia Natural de Madrid, ni
J. C. Mutis y su sobrino Sinforoso] se pro- con una hijuela de pan que le debían a mi folios 235v-236v; tomo 338, folios 74-75v y ninguna otra institución metropolitana
yectó con aparato cientíico, para que el mujer los padres de San Juan de Dios y ya 12v-15; tomo 339, folios 130-131. lograrán poner su grano de arena en la
gobierno, ni el público la penetrase. Esto he satisfecho dicha cantidad a mi mujer. organización de esta empresa que se
quedó reservado en los tres [aquí se Los señores oiciales reales me suplieron 30_«Puesto que Mutis inicia su obra desde verán forzados a reconocer y aceptar»
incluye el propio Rizo]. Para esta nego- dos mil pesos, que con el tercio siguiente 1760, independiente de la corona y de (Amaya 2005 t. 1: 344-345).
ciación se agotaron todos los fondos de se cubrieron; con este repuesto suplí la la botánica oicial, esta ciencia nace y

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de que el rey garantizara la perdurabilidad de un instituto garantía para que el Virrey, su jefe, ejerciera efectiva-
integrador de la existente Casa Botánica y su Oicina mente su autoridad cientíica y administrativa sobre la
de Pintores, con su proyecto de Flora de Bogotá; el Ob- Expedición34. Leyva procedió a levantar (por primera
servatorio Astronómico y los estudios itogeográicos de vez) inventarios de los bienes y colecciones de aquel
Caldas, junto con la Fauna Cundinamarquesa, investiga- centro y apoyó sin duda su continuación35, postergando
ción a cargo de Jorge Tadeo Lozano (1771-1816). Además, el cumplimiento de la real orden, pues todo indica que el
proponía la creación de un jardín botánico en el solar de virrey hubo de condescender con los sectores incondicio-
este complejo que debía abrirse al público (Hernández nales de una ciencia virreinal, reorganizando la Expedi-
de Alba 1986: 82-86). ción, aunque sin acceder a institucionalizarla.
Mutis sabía muy bien que desde el instante de su El virrey ordenó la presentación de informes cuatri-
muerte la Expedición perdería sus patrocinios y se en- mestrales sobre el adelantamiento de la Flora de Bogotá,
contraría frente a sus obligaciones. Sus (últimas) dispo- a cargo de Sinforoso Mutis; el Observatorio, a cargo de
siciones se entienden mejor cuando se conoce la exis- Caldas, y la Oicina de Pintores, a cargo de Rizo. Además,
tencia previa de una «real orden muy reservada», que exigió la oicialización de «cuentas atrasadas de tantos
el sabio no podía ignorar, y que en sustancia ratiicaba años»36, prescribiendo la obligación de llevar
que la «Expedición era temporal, con el objeto preciso de
componer la Flora de Bogotá». La metropolitana dispo- un libro en que abrirá su cuenta, a cada uno de los […]
sición especiicaba sobre todo que el centro santafereño artistas [de la Expedición], donde se sienten y irmen
no había sido establecido a «perpetuidad», o más preci- ellos las partidas que vayan recibiendo, tanto deven-
samente, «que […] esta calidad [de perpetuidad] estaba gadas como adelantadas […]; cuyo libro les servirá de
consentida en la Corte con respecto a la vida de Mutis, comprobante de la suya general, que ha de rendir en
pero que […] muerto aquel, se recojan sus trabajos y re- esas mismas cajas al in de cada año por lo tocante a este
mitan allá»31. En el trasfondo social y político se vislum- manejo de dotaciones y salarios de pintores y sirvientes,
bra la complacencia que esta disposición habría debido en el cual, además de lo ya dicho, entra también la com-
producir al menos en algunos sectores del Ejército, que pra de utensilios y cualesquiera otros gastos menores que
una década atrás habían impugnado la existencia del se ofrezcan en la Expedición (Hernández de Alba 1986:
instituto mutisiano (Amaya 2004). En la estrategia lide- passim 104-106) (véase imagen 3).
rada por Mutis, la construcción del Observatorio (24 de
mayo de 1802 a 20 de agosto de 1803) había signiicado El 10 de mayo de 1810, Rizo presentaba ante el Tri-
sin duda un adelanto32 que las autoridades virreinales bunal Mayor de Cuentas de las Cajas Matrices de Santafé,
aprobaron de palabra aunque sin extender la «real orden máxima instancia contable del virreinato, las cuentas a
José Antonio Amaya_ James Vladimir Torres

expresa», e impugnaron de hecho cuando la revisión de su cargo bajo la forma de una «Relación jurada». Las re-
las cuentas. Por lo demás, al comprometerse a correr laciones juradas estaban deinidas como el conjunto de
con los gastos, Mutis debió argumentar la existencia de ins- cuentas que los funcionarios debían entregar antes de la
trumentos que no habían podido montarse a falta de local presentación de los libros de cuentas (Malagón 2004: 283),
apropiado. y que en el siglo XVIII se habían tornado el último recurso
Muerto Mutis, el virrey procedió a reorganizar la para suplir la carencia de libros de cuentas, puesto que
Expedición (cf. Cuadro 1), nombrando a José Ramón de una de las aspiraciones de la dinastía reinante era perfec-
Leyva (1747-1816), secretario del virreinato, como Juez cionar la iscalización, generalizando la práctica de los
Comisionado del caso33. La formación de Leyva era una libros de cuentas (Tepaske y Klein 1982 t.1: 12). En este
56

31_Oicio de José Ramón de Leyva a José que concurra para su subsistencia, pues 34_Cf. Amaya (2005 t. 1: 45): de Leyva se 36_Así lo expresaba el virrey Amar en su
Martín París, vocal secretario del Supremo todo él participa y participará de las ven- hallaba al corriente de las investigacio- oicio al Tribunal Mayor de Cuentas (26
Poder Ejecutivo, 31 de enero de 1811 (Her- tajas que proporcione» (Hernández de nes botánicas de Mutis y poseía además de agosto de 1809) donde informaba el
nández de Alba 1986: 212, cursivas nues- Alba 1986: 213). un amplio dominio de las matemáticas, la nombramiento de Urisarri (Hernández de
tras). astronomía, la historia y las lenguas. Alba 1986: 128).
33_Para el 30 de septiembre de 1808, es
32_Como bien lo entendió De Leyva en el decir el mismo mes de la muerte de 35_Al respecto Caldas comentaba a su
oicio citado: «el Observatorio me parece Mutis, Caldas ya se dirigía a Leyva como amigo Santiago Pérez desde Santafé el 21
por su naturaleza cosa ija y perpetua o «juez comisionado para los asuntos de la de enero de 1809: «las cosas de la Expedi-
a lo menos de indeterminada duración, Expedición» (Hernández de Alba 1986: ción están todavía en suspenso, el virrey
según lo que comprendo y tengo ideas 92). Algunos comentarios de Leyva sobre nada ha resuelto» (Academia Colombiana
por los que existen en Europa. De otro su comisión se encuentran en el oicio de Ciencias Exactas Físicas y Naturales
modo quizás no serían de utilidad alguna. citado en la nota 31. [ACCEFYN] 1978: 285).
Debiéndose interesar a todo el Reino en

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CUADRO 1
Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada
Reorganización por Decreto del virrey Antonio Amar y Borbón del 6 de febrero de 1809
con retroactividad al 1º de enero de 1809
Planta de personal y presupuesto

VirrEy
PartE Botánica PartE astronóMica oficina dE PintorEs y MayordoMía
cargo tituLar suELdo cargo tituLar suELdo cargo tituLar suELdo
anuaL En anuaL En anuaL En
PEsos PEsos PEsos

Encargado de la Sinforoso Mutis 1,000 Encargado, con Francisco José 1,000 Director y Salvador Rizo 1,000
parte cientíica obligación de de Caldas Mayordomo
auxiliar la Parte
Botánica

PintorEs

Francisco Matís 480

Francisco Villarroel 480

Manuel Martínez 400

Antonio Barrionuevo 320

Nicolás Cortés 320

Pedro Almanza 320

Mariano Hinojosa 320

Camilo Quesada 280

Joaquín Pérez 280

Francisco Mancera 240

Lino Acero 160

Félix Sánchez 160

La Expedición Botánica a la luz de las cifras, 1783-1816


Francisco Martínez 160

Miguel Sánchez 120

Agustín Gaitán 120

Nepomuceno Gutiérrez 120

Tomás Ayala 80

Alejo Sánchez 80

Francisco Cifuentes 80

Presupuesto anual pintores: 4520

sirViEntEs

Herbolario 96 57
Portero 72

Presupuesto anual sirvientes: 168

Presupuesto anual: 1.000 Presupuesto anual: 1000 Presupuesto anual: 5688

Presupuesto anual total: 8.288 pesos*

Fuente:_elaboración propia con base en información editada en Hernández de Alba (1986: 104-106).
*Incluyendo la asignación de 600 pesos del escribiente José Mª Carbonell. Nótese que esta reorganización no incluye presupuesto para la «compra de utensilios y otros gastos
menores», que el mayordomo debía pagar con los descuentos de los «días de trabajo que pierdan los pintores».

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Fotografía de Ernesto Monsalve Pino gotá]», relaciona por años cada uno de los gastos asen-
tados, asignándoles un número para facilitar su glosa:
«921. Doy en data 121 pesos, 6 reales, gastados en la silla
de mano en la que salía el señor Director, Quaderno
n.º 42, está en la casa» («Relación»: folio 972). Los gas-
tos se disponen por orden de precedencia, empezando
siempre por los sueldos del Director, los de los pintores
vienen enseguida y así sucesivamente. La tercera parte
comprende el corte y tanteo de las cuentas, y dispone el
cargo y data anual y total de los rubros a cargo, expre-
sando lo sobrante o lo faltante. La cuarta parte presenta
los soportes de cada uno de los gastos, exceptuando los
correspondientes a los «gastos diarios» (alimentos, uten-
silios de cocina, leña, carbón y bienes por el estilo). Se
ignora si los mencionados soportes se hicieron contra
entrega o bien se diligenciaron con motivo de la prepa-
ración de la «Relación». En este sentido, hay que decir
que no se han encontrado los respectivos apuntamientos
diarios contables, aunque la «Relación» cita con frecuen-
Imagen 3_Por orden del virrey Antonio Amar y Borbón del 27 de febrero de 1809 la
Expedición Botánica fundada en 1783 fue obligada por primera vez a presentar cia una serie de «quadernos»37. Sin embargo, hay que
anualmente informes inancieros de este tipo.
Tinta sobre papel
puntualizar que Mutis o Rizo tuvieron que llevar apun-
20,5x21 cm tamientos contables, dada la complejidad de la gestión y
AGN, Archivo Anexo I, Asuntos Importantes, t. 2, carpeta 5, f. 827
el volumen del lujo de caja. Por último, una vez estable-
cidas las cuentas, Rizo le reclamaba a la Real Hacienda
la suma de 4.000 pesos que según él esta adeudaba a la
sentido, conviene precisar las reservas que inspira el ca- testamentaria de Mutis.
rácter ex post facto de tales relaciones. Una de las variables explicativas del comportamiento
Como se ha visto, la «Relación» da cuenta del ma- indulgente de la Real Hacienda con Mutis es sin duda la
nejo de los caudales del 1º de abril de 1783 al 11 de sep- red egocentrada de este último, que como hemos visto,
tiembre de 1808. Comprende cuatro partes. La primera, tenía una relación estrecha con distintos comerciantes
«Cargo de las cantidades recibidas de las Reales Cajas», de la capital, siendo él mismo un ilustre y exitoso miem-
José Antonio Amaya_ James Vladimir Torres

indica el correspondiente monto anual y algunas veces bro de aquel cuerpo en el ramo de las quinas. Según
el rubro de asignación establecido por las mismas cajas: Torres (2011: 22 y ss), la consolidación de esta red tuvo
«1789. n.º 14. Me hago cargo de 15.374 pesos, 7 reales y varias características entre las que sobresale una alta
17 maravedíes por el sueldo del señor Director, los 2.000 presencia de miembros de la burocracia colonial (entre
pesos de auxilio y el resto para pintores, recibidos por 30 y 40% del total de los nodos). La historiografía de-
don Ignacio Roel para el gasto de la Expedición» (Her- nomina este tipo de red conglomerado, porque coincide
nández de Alba 1986: 164). La segunda parte, «Data de con la red del Estado (Moutoukias 1988). La existencia
los gastos de la Real Expedición y gastos de otras comi- de estos nodos se concretaba en un lujo de bienes y
siones [Estanco de la Quina, explotación del té de Bo- servicios. La información como bien escaso era el más
58

37_El Fondo Documental José Celestino 38_Debiendo Groot en 1804 demostrar una 39_En este sentido, Kalmanovitz (2010) ha
Mutis del Real Jardín Botánico (Madrid) ianza de 11.000 pesos para ocupar el cargo realizado una importante crítica a los
conserva varios cuadernos de cuentas de Tesorero de las Reales Cajas Matrices estudios que llama «funcionalistas» y que
llevados por Mutis y Rizo (San Pío 1995: puso a consideración para el efecto ante enfatizan el papel del poder detrás de la
331-340), algunos de ellos sin duda per- F. Quintana los nombres de Nicolás y José ciencia, con la «idea de que existen fuer-
tenecientes a la Expedición y en princi- Antonio de Ugarte (con 4.000 pesos cada zas obscuras (o resplandecientes) detrás
pio no destinados al Tribunal competente, uno) y el de Pantaleón Gutiérrez (con 3.000), de todos los fenómenos que siniestra (o
de ahí su pertinencia para relativizar los los dos primeros «vecinos y del comercio milagrosamente) regulan la existencia»
alcances de la «Relación». de esta capital, sujetos de notorio abono» de las sociedades. En Colombia, Nieto
(AGN. Notaría Segunda (Santafé). Tomo (2000) es quizás el mejor exponente
207, folios 294-295). Información sobre las de esta manera de concebir el papel del
ianzas suscritas por Quintana para Groot poder en la ciencia.
se encuentran en AGN, Notaría Segunda
(Santafé). Tomo 207, 212, folios 293-294; 433.

1.1 Amaya_Torres(40-75).indd 58 10/22/13 4:56 PM


importante para los comerciantes, siendo la ianza y el han encontrado el correspondiente desembolso en los
depósito la contraparte principal de los burócratas. Hay de las Reales Cajas Matrices de Santafé. En relación con
que saber que los oiciales reales más importantes, Pedro la solicitud de reintegro de los consabidos 4.000 pesos,
Groot (n. 1755) y Francisco de Quintana, tesorero y con- Urisarri observó que:
tador respectivamente de la Real Caja, habían sido ia-
dos entre otros comerciantes por Pedro de Ugarte y sus d[ic]ha cantidad [...] sería efectiva si en el examen y
herederos Nicolás (m. 1819) y José Antonio (m. 1823)38. fenecimiento de estas cuentas y sus comprobantes no se
Esto, por cierto, hubiese movido a los oiciales a guardar hallasen, como efectivamente se hallan, varios reparos
discreción con el asunto Mutis. Sin embargo, insistimos, de la maior [sic] consideración, los mismos que obligan
no se trata aquí de exponer una teoría foucaultiana del a tachar varias partidas con aumento de la del cargo
poder en el desarrollo de la ciencia, sino más bien de un («Relación»: folio 973).
intercambio crudamente económico39. En otras palabras,
no creemos que el desarrollo cientíico del Nuevo Reino Con estos criterios, Urisarri dejó en suspenso la suma
haya sido producto de la iniciativa de algunos agentes al de 72.555 pesos, 1 real y ¾ de real (Frías 1994: 300) que
servicio del poder borbónico. Ni mucho menos se trata equivalen al 32% del egreso total asentado en la «Rela-
de ver la autonomía mutisiana al servicio de algunos ción» (224.047 pesos, según aparece en el Cuadro 4), ar-
actores que afectaran la objetividad de sus resultados gumentando que estos desembolsos carecían de autoriza-
cientíicos. Se trata más bien de hacer énfasis en la re- ción legal. Los egresos impugnados fueron:
lación entre la ciencia, la economía y la capacidad de
agencia de Mutis. 1. Los impendidos en la «subsistencia y manutención»
La revisión de las cuentas le tomó a Urisarri poco de los miembros y empleados de la Expedición, que
menos de dos meses, como que la concluyó el 7 de julio. Urisarri denomina la «Casa y Familia del Doctor Mu-
Procedió en primer lugar a cotejarlas con los respectivos tis», y que ascendían a poco más de 45.000 pesos.
cargos girados por Reales Cajas, con el criterio de dejar Los miembros incluían a los naturalistas42 y por ende
en «suspenso» los egresos no sustentados legalmente. al propio Mutis, y a los pintores, entre ellos Rizo;
La rigurosidad de Urisarri al iscalizar incluso gastos iguran además los esclavos43 y criados, teniendo en
de menor cuantía40 muestra que el albacea de Mutis se cuenta que la mayoría de los agregados y empleados
encontró con un contador poco y nada complaciente, de la Expedición vivía en la sede de esta, en particu-
de claro corte borbónico. Aunque el virrey como super- lar cuando eran solteros o con sus familias lejos de

La Expedición Botánica a la luz de las cifras, 1783-1816


intendente del virreinato continuaba procediendo a la su lugar de trabajo (Hernández de Alba 1986: 85).
antigua, la administración debía cumplir y hacer cumplir Los gastos correspondientes habían sido original-
las normas borbónicas, por lo menos formalmente. Por mente agregados por Rizo bajo diversos epígrafes:
esta vía, Urisarri encontró un cargo no asentado en la «gasto diario» (véase imagen 4); «gasto de la familia»;
«Relación», «600 pesos recibidos por Pedro Diago41 el 30 «gastos en carpintería, albañilería y herrería». Ade-
de diciembre de 1790 para el transporte a Bogotá» («Re- más, comprendían rubros como el equipamiento
lación»: folio 973 v). Dado que este libramiento quedó de cocina y comedor colectivos, pago a cocineros,
en «suspenso», aquí se ha optado por no incluirlo en la mercado y despensa, gastos de lavandería, iguran-
masa de cargos de la Expedición, considerando sobre do incluso «10 pesos, ½ real [...] en la enfermedad
todo que los autores del presente estudio no han con- y entierro del herbolario Pineda» («Relación»: folio
sultado los archivos de las cajas de Honda y tampoco 980). Rizo también asentó allí gastos por concepto de
59

40_«Compra de colores, diez pesos» ; «ves- 42_En este sentido, un pasaje de una carta aquel entonces, la eventualidad de que bién como auxiliares en labores especia-
tido y calzado de los niños dibujantes en de Caldas a Santiago Pérez (6 de febrero sus ingresos procedentes de la Expedi- lizadas, como la pulverización de quinas.
el año de 1786, catorce pesos, tres rea- de 1809) puede utilizarse a modo de con- ción (1802-1808) no fuesen aprobados, Aunque la inversión en esclavos se hizo
les»; «al herrero que le puso los grilletes traprueba del importante subsidio no con el consiguiente riesgo de tener que pensando en «ahorrar jornales», en reali-
al mulato Ambrosio, dos reales» («Rela- monetario de que gozaban los miembros devolverlos; además, en aquel momento dad los esclavos generaron gastos adicio-
ción»: f. 974, 976v y 980). de la Expedición, mientras Mutis vivió. el futuro de la Expedición era para Caldas nales como aquellos para «socorrer los
«Mi estado presente es lamentable; se todavía incierto. que estaban en el presidio». En el caso
41_Pedro Diago, oicial de las cajas de Honda, me privó de los auxilios de la casa, mesa, del cocinero, Mutis le asignó un subsidio
también se ocupaba de operaciones criados, luz, lavandera […] Sin los soco- 43_Aunque la presencia de esclavos en la de 4 reales los ines de semana por ser
comerciales. rros que me han prestado los amigos, no Expedición Botánica ha sido documen- casado con una mujer libre.
habría podido subsistir» (ACCEFYN 1978: tada, se desconocen las funciones que
285). Ha de considerarse que este pasaje allí desarrollaban. Algunos datos de la
fue escrito en medio de la angustia que «Relación» indican que estuvieron ubi-
ocasionaba en Caldas, soltero todavía por cados en el servicio doméstico, y tam-

1.1 Amaya_Torres(40-75).indd 59 10/22/13 4:56 PM


Fotografía de Ernesto Monsalve Pino para ello disposición diferente a su propia voluntad
(Hernández de Alba 1986: 85). Finalmente, aunque el
virrey impugnó estos gastos en un primer momento,
terminó por oicializarlos, aumentando el sueldo de
los pintores y disminuyendo sus horarios de trabajo.
2. Los gastos ejecutados en la construcción del Observa-
torio, por un monto declarado de 13.930 pesos, 6 rea-
les. Urisarri alegaba que «el gobierno nunca ha dado
facultad para construir un ediicio como el que se
ha hecho [...], ya que se procedió sin la del Sobera-
no y sin consultar antes de […] la construcción […]
con el superior gobierno del reino que reside en la
capital, en donde este se ha ejecutado» («Relación»:
folio 985). Agregaba que tales gastos no podían justi-
icarse cuando en 1803 Mutis continuaba sin enviar a
Madrid la Flora de Bogotá, que desde 1783 había co-
menzado a trabajar y cuyos adelantamientos habían
solicitado reiteradamente y sin éxito las autoridades.
Finalizaba indicando que Rizo había asentado un
monto, sin los correspondientes comprobantes.
Hay que señalar sin embargo que el virrey Pedro
Mendinueta (1736-1825) en su Relación de mando
(1803) a su sucesor Amar y Borbón, jefe de Urisarri,
informaba que Mutis movido de «celo por el bien
público [...] ha construido a sus expensas un ob-
servatorio astronómico», recomendándole «prote-
Imagen 4_Fragmento de las cuentas del Gasto Diario de la Expedición Botánica ger y consolidar» la obra (Colmenares 1989 t. 3: 95,
llevadas por Salvador Rizo, su mayordomo. Nótese la frecuencia del pescado en la
dieta de la Expedición en Mariquita (1783-1791), mientras que este alimento fue raro cursivas nuestras). Como miembro de la burocracia
durante los años (1791-1816) en Santafé de este centro.
Tinta sobre papel
técnica, Urisarri (como sus dependientes) no tenía
30,5x21 cm acceso a documentos «reservados» generados por los
AGN,
Archivo Anexo I, Asuntos Importantes, t. 2, carpeta 1, f. 78 «cargos políticos» (Virrey, Real Audiencia entre otros).
José Antonio Amaya_ James Vladimir Torres

El pasaje citado muestra que Mendinueta no solo


se hallaba cabalmente informado sino que favorecía
«adornos y muebles de la casa»; «muebles al servicio y patrocinaba el ediicio construido en terrenos de
del Doctor Mutis» («una chapa y bisagras para la caja propiedad del rey. Este pasaje indica además que las
de [sus] ornamentos», por ejemplo). Urisarri por su cuentas presentadas contradicen la palabra del Direc-
parte alegaba que estos gastos estaban incluidos en tor Mutis, puesto que el beneplácito del virrey estaba
las asignaciones percibidas por Mutis, sus adjuntos vinculado con su compromiso de inanciar la obra de
y empleados y que ninguna norma había dispuesto su bolsillo y que sin embargo aparece en la «Relación»
rubros para la «subsistencia de las personas, criados a cuenta del rey44. Sería superluo recordar en este
60 y familia» de la Expedición («Relación»: folio 980v,
982, 975). Al pedir los comprobantes, solicitaba «di-
vidir» los gastos personales de los institucionales. Sin 44_La iniciativa de Mutis de asumir los cos- por el brazo poderoso de Vuestra Exce-
tos de la construcción del Observatorio lencia, es ya un establecimiento público»
embargo, la «subsistencia y manutención», al menos y su ulterior negativa de correr con las (ACCEFYN 1978: 294, cursivas nuestras).
de los pintores de la Expedición en la propia sede de cuentas resultantes parece haber sido
conocida del público ilustrado, bastante
esta era sin duda un hecho que no podían descono- antes de que Urisarri se ocupara de las
cuentas de la Expedición. Al respecto, el
cer las autoridades, por ser público y notorio durante oicio de Caldas al virrey Amar (1 de julio
sus últimos 25 años de existencia. Aún más, Mutis de 1809) no deja lugar a dudas: «Este
Real Observatorio, erigido a expensas de
en sus últimas disposiciones le había declarado al Su Majestad, dotado de bellos instrumen-
tos por la real magniicencia y sostenido
propio virrey Amar que «a más del jornal [a los pin-
tores] les he dado y doy la comida diaria», sin citar

1.1 Amaya_Torres(40-75).indd 60 10/22/13 4:56 PM


Fotografía de Ernesto Monsalve Pino
sentido que la responsabilidad legal de la «Relación»
es de Mutis, en virtud del poder que le extendió a
Rizo la víspera de su muerte, nombrándolo como
su albacea. Llama la atención el silencio del virrey
Amar, quien por lo demás se hallaba intimidado por
la atmósfera política previa al 20 de julio.
3. Los gastos generados por «D[o]n Sinforoso Mutis en
su expedición por las provincias de Pamplona, So-
corro, Cartagena e Isla de Cuba, […] desde 19 de
abril de 1803 a 27 de agosto de 1808». Estos gastos
ascendían a la suma de 8.484 pesos 3½ reales (véase
imagen 5), que Urisarri dejó en suspenso, por hallarse
en revisión una relación jurada que Sinforoso había
presentado directamente. Aunque Urisarri, con in-
formación que le había suministrado Rizo por vía
diferente a la «Relación», parecía convencido del
prioritario in comercial de la expedición de Sinfo-
roso y de la sociedad comercial que había existido
entre el difunto director Mutis y su sobrino «para
comerciar quinas con caudales de la Real Hacienda
apropiados por la Expedición», optó por describir los
hechos sin caliicarlos y, sobre todo, sin evocar ni
mucho menos lo previsto en las leyes para este tipo
de comportamientos, por ejemplo el juicio de resi- Imagen 5_Recibo de la partida librada por Salvador Rizo, mayordomo de la
Expedición Botánica, para inanciar la Expedición a La Habana a cargo de Sinforoso
dencia, que era uno de los mecanismos clásicos de Mutis Consuegra.
control de las instituciones reales desde el siglo XVII Tinta sobre papel
25x20 cm
(Phelan 1980; Phelan 1995). Ante todo, el Contador AGN,
de Resultas parecía interesado en que se le abonasen Archivo Anexo I, Asuntos Importantes, t. 2, carpeta 4, f. 798.

a la Real Hacienda los dineros en litigio, así fuera con

La Expedición Botánica a la luz de las cifras, 1783-1816


las «utilidades que produjo la negociación de quinas»
(«Relación»: folios 987v, 988). el secado, el embalaje y el transporte. Habiendo sido
Vale la pena echar un vistazo retrospectivo al tema impugnados sus descubrimientos y orientaciones
de las quinas, teniendo presente el asunto de las desde Madrid, el rey Carlos IV (1748-1819) determinó
cuentas. Entre 1787 y 1790, Mutis había organizado el cierre del estanco, lo que impactó a Mutis, quien
y gestionado el Real Estanco de la Quina, proyecto abandonó para siempre sus convicciones mercanti-
que le permitió estudiar los costos de producción y listas y adoptó el librecambismo. Respondió con su
la rentabilidad del producto. Ante todo, adquirió las «Arcano de la quina», libro que publicó por entregas
técnicas de identiicación de las especies medicinales en el Papel periódico de la ciudad de Santafé (1793-
y conocimientos sobre sus usos terapéuticos; ade- 1794) y que suscribió a título personal (y no como
más, desarrolló saberes relacionados con la cosecha, director de la Real Expedición). Sin embargo, los lec-
tores asociaban naturalmente al autor con su cargo, 61
generándose de este modo un uso no declarado de
45_«Don Antonio Nariño, vecino de esta 46_Carta de Pombo a J. C Mutis, Cartagena, un empleo público al servicio de un negocio privado.
capital, sobre que se le conceda licencia 30 de octubre de 1805 (Hernández de
para extraer […] 3.000 arrobas de quina Alba 1968-1975, t. 4: 143-145). Su determinación de publicar una suerte de patente
para su exportación a España» (Hernán- para el uso de estas en Santafé fue muy bien recibida
dez de Alba 1990, t.1: 177-182). 47_«Datos sobre las quinas del Nuevo
Reino» (León Gómez 1910: 216-218). por prestantes comerciantes del virreinato: Antonio
Nariño (1765-1823)45; José Ignacio de Pombo (1760-
1815)46; José Acevedo y Gómez (1773-1817)47, entre
otros. Como se sabe, Mutis se implicó en la venta de
las quinas. En este sentido, empezó por rentabilizar
el exilio en Cádiz (1796-1799) y posterior viaje de es-

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tudios a Madrid y París (1800-1803) de F. A. Zea para manutención», la Junta declaró como pertenecientes a la
coniarle el papel de agente de quinas de Santafé48. Real Hacienda «todos los muebles del servicio y menaje
La correspondencia Mutis – J. I. de Pombo de 1800 a de casa que fue del D[octo]r Mutis», ordenando a Rizo
1806 (Hernández de Alba 1968-1975 t. 4: 88-161) per- levantar el inventario correspondiente (que quizás nun-
mite una breve descripción inanciera de este comer- ca se hizo), advirtiéndole que debía incluir el «ropero y
cio. El sistema mutisiano de exportaciones se desple- mesa grande, una cama, unas cortinas de ilipichín, un
gaba en una red con nodos en Santafé, Cartagena, canapé, una mesa de nogal, dos de pino y dos estantes»
La Habana, Cádiz, París y Estados Unidos. Desde («Relación»: folio 995v). La Junta también ordenó infor-
Santafé, el tío se encargaba de contratar cosecheros mar de todo ello a Urisarri, ahora Contador Mayor del
y enviar remesas del «divino y amargo remedio» a nuevo gobierno.
Pombo en Cartagena, por intermedio de uno de sus Como se ha visto, las inanzas de la Primera Repú-
apoderados en Santafé (José González Llorente, Juan blica contrastan con las de la Baja Colonia, a consecuen-
de Francisco Martín o Sebastián Morette). Pombo se cia de lo cual el 13 de diciembre de 1810 el Supremo Poder
ocupaba por su parte de colocar las quinas en dos Ejecutivo ordenó la «temporal cesación, supresión» de
posibles mercados. El primero era el de Cádiz – París, la Expedición, nombrando una junta dependiente de la
cuyo principal agente fue Zea desde 1800. A partir de Sección de Hacienda, para «arreglarla» económicamente.
1803, el segundo se extendió a La Habana, siendo su Cinco días más tarde, Rizo presentaba su renuncia, adu-
agente el sobrino Sinforoso, quien a su vez decidía ciendo el «desorden que ha recibido la Expedición desde
si la mercancía debía enviarse a Estados Unidos, a la muerte de su Director» y el no «congeniar» con los
Cádiz o a otras colonias españolas en América. Tanto Mutis Gama, es decir con la familia nuclear de Sinforoso,
Sinforoso como Zea gestionaban el proceso de impor- con quienes compartía techo en la sede de la llamada
tación, la rotación de los inventarios y los «estudios Casa Botánica. En realidad, la coyuntura políticamente
de mercado» (demanda, oferta y precios) informando revuelta de la Primera República se proyectó en la Ex-
de todo ello a Pombo, a in de tomar la mejor deci- pedición sumiéndola en contradicciones intestinas, con
sión acerca de dónde colocar el producto. Los retor- menoscabo de su eiciencia. El 22 de enero de 1811, el
nos de las exportaciones eran girados al tío mediante Secretario de la Junta, José Acevedo y Gómez (1773-1817),
libranza, o bien eran «empleados» en importaciones ordenaba suspender transitoriamente las asignaciones
que Pombo se encargaba de vender en Cartagena. La correspondientes, medida que Rizo apoyó argumentan-
magnitud del negocio no era despreciable, como lo do la «lentitud» que habían cobrado los trabajos de los
indica en primer lugar la observación de Humboldt pintores. El diagnóstico de Leyva a inales de enero era
de que Mutis era «un hombre rico» (carta a W. von más bien pesimista sobre el futuro de la Flora de Bogotá,
José Antonio Amaya_ James Vladimir Torres

Humboldt, Conteras de Ibagué, 21 de septiembre de obra única entre las naciones «que más se repuntan por
1801, citado en Minguet 1980: 85). En segundo lugar, instruidas». Aunque tenía en alta estima la «parte artís-
una estimación de Pombo (1804) de una única remesa tica» de la obra, consideraba que para concluir su «parte
a Sinforoso, habría producido 16.000 pesos «libres» cientíica», se necesitaría un «tiempo incalculable», por
(Hernández de Alba 1968-1975 t. 4: 130), cantidad su- el «poco recurso que ofrecen los papeles» de Mutis y la
perior para inanciar la construcción del Observato- «falta de botánicos en Santafé».
rio Astronómico. Desde entonces se echan los cimientos del traspaso
4. Por último, Urisarri suspendió el abono de la partida del discurso de la Flora de Bogotá a la gloria del rey a una
de 4.022 pesos y 6 reales ejecutada por Caldas en Flora de Bogotá a la gloria de la República. Así, el 20 de
62 viajes, formación de colecciones y asignaciones por
carecer de autorización escrita del director Mutis.
48_Cuando el prestante comerciante san-
tafereño Lorenzo Marroquín solicitó a
Las «alegaciones» presentadas por Rizo el 17 de sep- Carlos Francisco Cabrera información
tiembre de 1810 llevaron al nuevo gobierno de la Junta del mercado de las quinas en Madrid y
Cádiz, este contestó que Zea era el mejor
Suprema conformada el 20 de julio a levantar parcial- agente del producto. Cartas de Don C. F.
Cabrera a Don L. Marroquín, 1804 y 1817,
mente las suspensiones, legalizando la partida 1, dejan- Biblioteca Luis Ángel Arango, Sala de
do pendiente de aprobación la suma de 26.545 pesos, Libros Raros y Manuscritos, MSS 2824.

2½ reales, un 11% del total recibido, correspondientes al


Observatorio, la expedición a La Habana y las asignacio-
nes de Caldas. Al aprobar los «gastos de subsistencia y

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febrero 1811, el Vocal Secretario de la Sección de Hacienda Expedición fue institucionalizada y aún más incluida en
de la Junta, Frutos Joaquín Gutiérrez (1770-1816), revo- la ley fundamental del nuevo Estado, contrariando las
caba «desde luego la suspensión […] de la Expedición», propuestas de 1802 del lanco militar. Menos de un mes
porque «interesa demasiado al honor de los pueblos, a más tarde, ella se reorganizaba una vez más (cf. Cuadro 2),
los deberes del gobierno y a la utilidad pública la conti- para convertirse ahora en un «Ramo de la Instrucción
nuación de los trabajos y observaciones botánicas y as- Pública» ya dotado de la abundante biblioteca de Mutis
tronómicas; y la enseñanza de estas facultades que tanto dejada «en depósito en poder del […] Albacea hasta que
inluyen en la economía y riqueza del Estado». Reco- se trancen las cuentas pendientes con el Rey».
mendaba conciliar el caso con las penurias del momento, Absolvió a la testamentaria de Mutis de «los tres car-
para impedir «que la Europa, que desde muchos años gos […] que se habían dejado en suspenso hasta en can-
está en expectación sobre el resultado de la Flora Bogo- tidad de 26.545 pesos, 5 reales». Además, accedió a la re-
tana, atribuya a la barbarie de los americanos la perdida clamación de Sinforoso sobre la testamentaria de su tío de
de las preciosidades que aguarda». Aunque la Expedición «5.459 pesos a que da la mitad de utilidades de quinas […],
continuó en suspensión hasta el in del año, la Consti- pues los gastos de aquella excursión [a La Habana] son
tución del 20 de marzo de 1811 se comprometió a prote- de cargo de sola Expedición General». Es pertinente seña-
gerla y extenderla a la enseñanza de las ciencias natura- lar que Jorge Tadeo Lozano, encargado por Mutis en sus
les, bajo la inspección de la Sociedad Patriótica. Así, la últimas disposiciones de la parte de Zoología de la Expe-

CUADRO 2
Expedición Botánica
reorganización del 17 de abril de 1811
Planta de personal y presupuesto

suPErior PodEr EjEcutiVo


sEcrEtaría dE Estado y dEL dEsPacho uniVErsaL dE guErra y haciEnda*
Botánica ZooLogía astronoMía y MEtEoroLogía
cargo tituLar suELdo/ cargo tituLar suELdo/ cargo tituLar suELdo/jornaL
jornaL jornaL

La Expedición Botánica a la luz de las cifras, 1783-1816


Director, Sinforoso Mutis 700 pesos Director Jorge Tadeo «Sin sueldo ni Director, Francisco José 700 pesos anuales
Profesor de anuales Lozano gratiicación Geografo del de Caldas
Botánica alguna» Estado, Profesor
de Matemáticas
en el Colegio del
Rosario

Oicial Pintor Francisco Javier 5 reales díarios** Oicial Pintor Antonio 10 pesos Oicial Pintor Pedro Almanza 4 reales diarios
Matís Barrionuevo mensuales

Oicial Pintor Francisco 5 reales díarios Oicial Pintor Nicolás Cortés 4 reales diarios Oicial Pintor Mariano 4 reales diarios
Villarroel Hinojosa

Oicial Pintor Manuel Martínez 5 reales díarios

Oicial Pintor, Camilo Quesada 3 reales diarios


Profesor de
Dibujo 63

Oicial Pintor, José Joaquín 3 reales diarios


Profesor de Pérez
Dibujo

Presupuesto anual: 1461 pesos 2 reales Presupuesto anual : 265 pesos Presupuesto anual: 990 pesos

Presupuesto total anual: 2866 pesos 2 reales***

Fuente:_elaboración propia con base en información editada en Hernández de Alba (1986: 217-218).
* La Expedición se puso a depender de esta oicina «interín se arregla deinitivamente como uno de los ramos de la Instrucción Pública».
** Las asignaciones anuales se han calculado con base en 290 días laborales al año.
*** Incluyendo 150 pesos anuales para compra de «papel y colores», distribuidos entre los tres directores.

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dición, presidía por aquel entonces el Colegio Electoral Para cumplir este cometido, es indudable que la «Re-
y que Sinforoso era miembro en él de la Representación lación» es un documento fundamental para el lapso que
Nacional. Si bien las autoridades de la Primera República se extiende del 1º de abril de 1783 al 11 de septiembre
aprobaron las cuentas, aunque con no pocas reservas de de 1808. Sin embargo, sería erróneo suponer que ella
varios contadores y iscales, nutridas por Rizo. Finalmente, es suiciente para reconstruir las cuentas globales de la
se levantó la suspensión con el argumento de que los go- Expedición, por lo que hay que evitar quedar atrapado
biernos nunca habían obligado a Mutis «a dar cuenta com- en sus límites y también en su lógica. En este sentido,
probada de la inversión de los caudales» destinados a la uno de los aspectos más innovadores del presente estu-
Expedición. Se recordaba también que las intenciones de dio es precisamente el de haber recuperado información
la corona habían sido facilitar a Mutis «todo lo necesario generada por las Reales Cajas de Santafé y por las Cajas
para que pudiera concluir la esperada lora de Bogotá». del Tesoro Público, que en sus cartas cuentas respecti-
«Se habían producido unos gastos que se consideraban vas ratiican casi siempre los cargos de la «Relación», así
no imprescindibles para los trabajos de la Expedición, como los libros de cuentas propiamente dichos corres-
pero como se le habían prometido a Mutis los auxilios pondientes al año 1809 y al año 1810, que se oicializaron
que necesitase para su tarea y nadie le había indicado oportunamente y cuyos datos también recoge el Cuadro
ni exigido cuenta de las inversiones, no quedaba otra 3. Los nuevos hallazgos documentales han permitido re-
solución que aceptar los desembolsos ordenados por el construir las cuentas pertinentes para los años 1812-1816,
botánico» (Frías 1994: 301). No obstante lo anterior, las conocida la suspensión de 1811 (véase imagen 6). Finalmente,
autoridades realistas nunca aprobaron los arreglos de el Cuadro 4 precisa la brecha existente entre las cuentas
la República, negándose siempre a levantar los rubros establecidas a partir de la «Relación» que, como hemos
dejados en suspenso por Urisarri y rechazando la insti- señalado, constituyen únicamente las cuentas recibidas
tucionalización de la llamada Casa Botánica49. por el propio Rizo. La diferencia entre el egreso (1) y (2)
es la distribución de algunos años residuales producto de
varios gastos que puntualizaremos más adelante. Si se
Estructura del egreso de la Expedición
compara el ingreso con el egreso (1) se nota un fuerte re-
La información recuperada y reconigurada en el presente zago luego de 1800, producto de una serie de inversiones
estudio ha permitido la realización de una serie de esta- hechas por Mutis.
dísticas del comportamiento inanciero de la Expedición La pertinencia de la documentación de archivo ge-
a lo largo de su existencia. Pueden dividirse entre aquellas nerada por las Reales Cajas está lejos de ser meramente
que se ocupan de la relación Estado ↔ Expedición y aque- cuantitativa. Empezando por la desconocidísima apela-
llas que revelan el funcionamiento interno de esta última. ción que ellas le reservan al centro cientíico más arraiga-
José Antonio Amaya_ James Vladimir Torres

Entre las primeras iguran las que establecen los egresos do en la memoria de los colombianos: «Expedición por la
de la Expedición (cf. Cuadro 3), los ingresos y egresos América Septentrional». Así como un documento contable
establecidos por Rizo (cf. Cuadro 4), y el número real y nunca es un mero soporte de cifras, el Estado, monár-
nominal de pintores del centro (cf. Cuadro 5). Las segun- quico o republicano, no puede ser visto como un mero
das se reieren a la Oicina de Pintores, con datos sobre proveedor de recursos. En la organización de las cuentas
sus miembros (procedencia geográica, edad y jerarquía), y en el contenido de las cartas cuentas, para no citar sino
asignaciones e ingresos totales. También han permitido un estos dos aspectos, subyace una concepción que los suce-
análisis de la evolución del salario natural y monetario de sivos gobiernos tenían de la institución bajo su patrocinio.
los pintores. Hay que recordar por último que el presente En efecto, para el rubro «pintores», las cartas cuentas que
64 artículo se limita al análisis de los cuadros referentes a la
primera relación, en particular al Cuadro 3. Los cuadros
restantes son tema de investigaciones posteriores. 49_Esta síntesis fue elaborada con base 50_Estas fechas se han establecido a par-
documentos editados en Hernández de tir de la información que se conserva en
Ahora bien, el problema que se plantea el Cuadro 3 Alba (1986: 208, 210, 214, 216, 217, 102, las Reales Cajas de Santafé que pasaron
no es otro que el de establecer el monto de los aportes 225-267). a ser las Cajas del Tesoro Público en la
República; como puede notarse, el 20 de
del Estado a la Expedición, empezando con los del Es- julio de 1810 es una fecha meramente
política.
tado virreinal (1 de abril de 1783 a 20 de julio de 1810),
continuando con los del republicano (21 de junio de 1810
a 22 de enero de 1811; 1 de diciembre de 1811 a julio de
1816) y culminando con los del de la Reconquista (mayo
de 1816 a diciembre de 1816)50.

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CU ADRO 3 (parte 1 de 4)
real Expedición Botánica del nuevo reino de granada (1783-1816)
Estructura del egreso (en pesos plata)

PartE ciEntífica (1)


Naturalistas Herbolarios Escribientes Instrumentos
(1.1) (1.2) (1.3) (1.4)

(1.1) como (1.1) como (1.2) como (1.2) como (1.3) como (1.3) como (1.4) como (1.4) como
% de (1) % de (4) % de (1) % de (4) % de (1) % de (4) % de (1) % de (4)

1783 1,874.0 91.3% 67.5% 79.0 3.8% 2.8% 100.0 4.9% 3.6% 0.0 0.0% 0.0%

1784 2,291.0 96.5% 45.6% 36.6 1.5% 0.7% 47.2 2.0% 0.9% 0.0 0.0% 0.0%

1785 2,000.0 87.6% 40.3% 110.0 4.8% 2.2% 173.5 7.6% 3.5% 0.0 0.0% 0.0%

1786 2,000.0 87.6% 35.2% 94.7 4.1% 1.7% 187.7 8.2% 3.3% 0.0 0.0% 0.0%

1787 2,000.0 90.3% 22.8% 185.3 8.4% 2.1% 30.0 1.4% 0.3% 0.0 0.0% 0.0%

1788 2,000.0 95.5% 28.1% 94.1 4.5% 1.3% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1789 2,000.0 88.8% 22.6% 252.0 11.2% 2.9% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1790 2,000.0 89.2% 21.2% 101.7 4.5% 1.1% 141.5 6.3% 1.5% 0.0 0.0% 0.0%

1791 2,081.0 67.7% 15.3% 386.0 12.6% 2.8% 500.0 16.3% 3.7% 106.0 3.4% 0.8%

1792 2,617.0 79.3% 27.2% 4.0 0.1% 0.0% 681.1 20.6% 7.1% 0.0 0.0% 0.0%

1793 2,560.0 80.6% 26.4% 19.5 0.6% 0.2% 595.0 18.7% 6.1% 0.0 0.0% 0.0%

1794 2,291.0 97.3% 28.5% 63.3 2.7% 0.8% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1795 2,000.0 89.7% 22.5% 97.4 4.4% 1.1% 13.1 0.6% 0.1% 120.0 5.4% 1.3%

1796 2,000.0 97.4% 27.7% 53.4 2.6% 0.7% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1797 2,000.0 77.7% 25.1% 37.4 1.5% 0.5% 538.0 20.9% 6.7% 0.0 0.0% 0.0%

1798 2,000.0 78.1% 21.2% 59.2 2.3% 0.6% 500.0 19.5% 5.3% 0.0 0.0% 0.0%

1799 2,000.0 78.2% 23.1% 28.3 1.1% 0.3% 516.0 20.2% 5.9% 12.0 0.5% 0.1%

1800 2,000.0 72.3% 16.9% 20.7 0.7% 0.2% 500.0 18.1% 4.2% 245.0 8.9% 2.1%

La Expedición Botánica a la luz de las cifras, 1783-1816


1801 2,240.0 79.6% 19.1% 75.5 2.7% 0.6% 500.0 17.8% 4.3% 0.0 0.0% 0.0%

1802 2,805.0 82.8% 22.1% 0.0 0.0% 0.0% 584.4 17.2% 4.6% 0.0 0.0% 0.0%

1803 2,880.0 77.4% 23.9% 91.6 2.5% 0.8% 652.4 17.5% 5.4% 95.0 2.6% 0.8%

1804 2,880.0 79.0% 26.7% 57.3 1.6% 0.5% 706.4 19.4% 6.5% 0.0 0.0% 0.0%

1805 2,880.0 79.7% 27.0% 74.3 2.1% 0.7% 660.2 18.3% 6.2% 0.0 0.0% 0.0%

1806 2,880.0 70.3% 24.4% 239.1 5.8% 2.0% 500.0 12.2% 4.2% 478.0 11.7% 4.1%

1807 2,880.0 80.1% 25.7% 0.0 0.0% 0.0% 685.2 19.0% 6.1% 32.0 0.9% 0.3%

1808 2,880.0 87.6% 24.8% 0.0 0.0% 0.0% 408.0 12.4% 3.5% 0.0 0.0% 0.0%

s-total 60,039.0 82.7% 25.0% 2,260.4 3.1% 0.9% 9,219.7 12.7% 3.8% 1,088.0 1.5% 0.5%

1809 2,000.0 76.9% 27.4% 0.0 0.0% 0.0% 600.0 23.1% 8.2% 0.0 0.0% 0.0%

1810 2,000.0 76.9% 29.3% 0.0 0.0% 0.0% 600.0 23.1% 8.8% 0.0 0.0% 0.0% 65

1812 800.0 88.9% 35.7% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 100.0 11.1% 4.5%

1813 700.0 93.3% 35.3% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 50.0 6.7% 2.5%

1814 700.0 93.3% 33.8% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 50.0 6.7% 2.4%

1815 700.0 100.0% 36.3% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1816 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

s-total 6,900.0 83.1% 29.2% 0.0 0.0% 0.0% 1,200.0 14.5% 5.1% 200.0 2.4% 0.8%

TOTAL 66,939.0 82.7% 25.4% 2,260.4 2.8% 0.9% 10,419.7 12.9% 3.9% 1,288.0 1.6% 0.5%

1.1 Amaya_Torres(40-75).indd 65 10/22/13 4:56 PM


CUADRO 3 (parte 2 de 4)
real Expedición Botánica del nuevo reino de granada (1783-1816)
Estructura del egreso (en pesos plata)

oficina dE PintorEs (2)


Pintores Niños Colores y Papel
(2.1) dibujantes otros gastos (2.4)
(2.2) (2.3)

(2.1) como (2.1) como (2.2) como (2.2) como (2.3) como (2.3) como (2.4) como (2.4) como
% de (2) % de (4) % de (2) % de (4) % de (2) % de (4) % de (2) % de (4)

1783 375.0 97.4% 13.5% 0.0 0.0% 0.0% 10.0 2.6% 0.4% 0.0 0.0% 0.0%

1784 1,300.0 73.1% 25.9% 0.0 0.0% 0.0% 113.1 6.4% 2.3% 365.2 20.5% 7.3%

1785 850.0 98.9% 17.1% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 9.4 1.1% 0.2%

1786 900.0 92.1% 15.8% 14.3 1.5% 0.3% 36.0 3.7% 0.6% 27.2 2.8% 0.5%

1787 2,363.0 99.3% 26.9% 14.0 0.6% 0.2% 3.5 0.1% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1788 2,743.0 95.8% 38.5% 25.3 0.9% 0.4% 7.4 0.3% 0.1% 88.0 3.1% 1.2%

1789 3,665.0 99.4% 41.5% 20.5 0.6% 0.2% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1790 4,328.7 91.4% 45.8% 48.2 1.0% 0.5% 140.0 3.0% 1.5% 221.5 4.7% 2.3%

1791 5,040.0 95.9% 37.1% 33.6 0.6% 0.2% 1.1 0.0% 0.0% 180.0 3.4% 1.3%

1792 4,349.7 99.9% 45.1% 0.0 0.0% 0.0% 3.5 0.1% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1793 4,435.7 100.0% 45.7% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1794 4,548.5 100.0% 56.6% 0.0 0.0% 0.0% 1.6 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1795 4,224.6 99.7% 47.5% 11.2 0.3% 0.1% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1796 3,874.0 99.8% 53.7% 3.6 0.1% 0.0% 2.4 0.1% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1797 3,767.0 100.0% 47.2% 0.0 0.0% 0.0% 1.1 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1798 4,286.0 99.9% 45.4% 3.1 0.1% 0.0% 2.1 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1799 2,853.0 99.2% 32.9% 19.3 0.7% 0.2% 4.6 0.2% 0.1% 0.0 0.0% 0.0%

1800 2,861.0 75.8% 24.1% 401.7 10.6% 3.4% 29.2 0.8% 0.2% 480.5 12.7% 4.1%

1801 3,086.0 95.0% 26.3% 12.3 0.4% 0.1% 11.2 0.3% 0.1% 139.5 4.3% 1.2%

1802 2,927.0 86.7% 23.1% 85.0 2.5% 0.7% 6.8 0.2% 0.1% 356.3 10.6% 2.8%
José Antonio Amaya_ James Vladimir Torres

1803 3,021.0 93.8% 25.0% 36.6 1.1% 0.3% 4.4 0.1% 0.0% 158.6 4.9% 1.3%

1804 3,348.0 98.8% 31.0% 15.6 0.5% 0.1% 4.3 0.1% 0.0% 21.1 0.6% 0.2%

1805 3,399.0 99.8% 31.9% 7.4 0.2% 0.1% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1806 3,549.0 99.8% 30.1% 1.1 0.0% 0.0% 5.4 0.2% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1807 3,646.0 100.0% 32.6% 0.0 0.0% 0.0% 1.4 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1808 4,030.0 100.0% 34.7% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

s-total 83,770.2 96.3% 34.9% 752.8 0.9% 0.3% 389.1 0.4% 0.2% 2,047.3 2.4% 0.9%

1809 4,176.0 100.0% 57.3% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%
66
1810 4,220.0 100.0% 61.8% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1812 1,340.0 100.0% 59.8% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1813 1,233.0 100.0% 62.2% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1814 1,319.0 100.0% 63.8% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1815 1,230.0 100.0% 63.7% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1816 1,296.0 100.0% 100.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

s-total 14,814.0 100.0% 62.7% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

TOTAL 98,584.2 96.9% 37.4% 752.8 0.7% 0.3% 389.1 0.4% 0.1% 2,047.3 2.0% 0.8%

1.1 Amaya_Torres(40-75).indd 66 10/22/13 4:56 PM


CUADRO 3 (parte 3 de 4)
real Expedición Botánica del nuevo reino de granada (1783-1816)
Estructura del egreso (en pesos plata)

PartE dE gEstión (3)


Gasto Criados, Esclavos Correos y Trabajos de Otros
diario cocineros, (3.3) transporte herrería y (3.6)
(3.1) lavanderas (3.4) carpintería
y porteros (3.5)
(3.2)

(3.1) (3.1) (3.2) (3.2) (3.3) (3.3) (3.4) (3.4) (3.5) (3.5) (3.6) (3.6)
como % como % como % como % como % como % como % como % como % como % como % como %
de (3) de (4) de (3) de (4) de (3) de (4) de (3) de (4) de (3) de (4) de (3) de (4)

1783 340.0 100.0% 12.2% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1784 674.0 77.6% 13.4% 86.6 10.0% 1.7% 0.0 0.0% 0.0% 68.3 7.9% 1.4% 25.7 3.0% 0.5% 14.4 1.7% 0.3%

1785 816.6 44.8% 16.4% 163.5 9.0% 3.3% 0.0 0.0% 0.0% 86.9 4.8% 1.7% 283.0 15.5% 5.7% 473.1 26.0% 9.5%

1786 1,010.3 41.6% 17.8% 58.2 2.4% 1.0% 321.0 13.2% 5.6% 202.4 8.3% 3.6% 118.2 4.9% 2.1% 719.2 29.6% 12.6%

1787 1,776.0 42.4% 20.2% 107.4 2.6% 1.2% 13.3 0.3% 0.2% 63.6 1.5% 0.7% 70.4 1.7% 0.8% 2,162.0 51.6% 24.6%

1788 995.3 45.9% 14.0% 118.4 5.5% 1.7% 41.1 1.9% 0.6% 21.5 1.0% 0.3% 153.4 7.1% 2.2% 838.1 38.7% 11.8%

1789 701.0 24.2% 7.9% 96.0 3.3% 1.1% 166.4 5.7% 1.9% 17.7 0.6% 0.2% 678.4 23.4% 7.7% 1,241.0 42.8% 14.0%

1790 624.1 25.4% 6.6% 15.0 0.6% 0.2% 48.0 2.0% 0.5% 53.0 2.2% 0.6% 487.4 19.8% 5.2% 1,233.4 50.1% 13.1%

1791 1,017.0 19.3% 7.5% 1.1 0.0% 0.0% 43.0 0.8% 0.3% 1,411.0 26.8% 10.4% 652.0 12.4% 4.8% 2,140.0 40.7% 15.7%

1792 918.2 46.4% 9.5% 0.0 0.0% 0.0% 46.1 2.3% 0.5% 72.0 3.6% 0.7% 393.0 19.8% 4.1% 551.3 27.8% 5.7%

1793 1,011.2 48.2% 10.4% 42.8 2.0% 0.4% 82.1 3.9% 0.8% 60.0 2.9% 0.6% 466.4 22.2% 4.8% 435.5 20.8% 4.5%

1794 651.1 57.4% 8.1% 34.6 3.1% 0.4% 111.6 9.8% 1.4% 77.5 6.8% 1.0% 245.6 21.7% 3.1% 13.6 1.2% 0.2%

1795 770.1 31.7% 8.7% 51.5 2.1% 0.6% 1,083.3 44.6% 12.2% 137.0 5.6% 1.5% 369.1 15.2% 4.1% 18.3 0.8% 0.2%

1796 964.2 75.4% 13.4% 37.6 2.9% 0.5% 67.2 5.3% 0.9% 55.0 4.3% 0.8% 109.1 8.5% 1.5% 46.5 3.6% 0.6%

1797 900.6 55.2% 11.3% 36.0 2.2% 0.5% 77.7 4.8% 1.0% 43.2 2.6% 0.5% 502.6 30.8% 6.3% 70.5 4.3% 0.9%

1798 1,267.0 49.1% 13.4% 27.6 1.1% 0.3% 82.0 3.2% 0.9% 33.7 1.3% 0.4% 852.2 33.0% 9.0% 318.2 12.3% 3.4%

1799 1,998.7 61.7% 23.0% 93.0 2.9% 1.1% 55.1 1.7% 0.6% 43.0 1.3% 0.5% 732.0 22.6% 8.4% 318.5 9.8% 3.7%

La Expedición Botánica a la luz de las cifras, 1783-1816


1800 1,279.1 24.0% 10.8% 90.0 1.7% 0.8% 32.3 0.6% 0.3% 37.2 0.7% 0.3% 626.4 11.8% 5.3% 3,257.0 61.2% 27.5%

1801 1,377.5 24.2% 11.7% 85.3 1.5% 0.7% 0.0 0.0% 0.0% 44.0 0.8% 0.4% 947.6 16.7% 8.1% 3,232.3 56.8% 27.5%

1802 1,568.4 26.6% 12.4% 105.7 1.8% 0.8% 89.6 1.5% 0.7% 57.0 1.0% 0.4% 520.4 8.8% 4.1% 3,565.0 60.4% 28.1%

1803 1,581.2 30.8% 13.1% 67.7 1.3% 0.6% 13.2 0.3% 0.1% 77.0 1.5% 0.6% 180.0 3.5% 1.5% 3,211.0 62.6% 26.6%

1804 1,695.4 45.0% 15.7% 95.7 2.5% 0.9% 51.0 1.4% 0.5% 65.1 1.7% 0.6% 132.8 3.5% 1.2% 1,729.0 45.9% 16.0%

1805 1,402.0 38.5% 13.2% 50.5 1.4% 0.5% 44.2 1.2% 0.4% 34.4 0.9% 0.3% 193.6 5.3% 1.8% 1,913.9 52.6% 18.0%

1806 1,820.4 44.0% 15.4% 102.0 2.5% 0.9% 93.7 2.3% 0.8% 62.9 1.5% 0.5% 282.3 6.8% 2.4% 1,775.6 42.9% 15.1%

1807 1,552.0 39.3% 13.9% 275.0 7.0% 2.5% 118.5 3.0% 1.1% 52.6 1.3% 0.5% 241.3 6.1% 2.2% 1,706.0 43.2% 15.2%

1808 1,521.6 35.3% 13.1% 217.9 5.1% 1.9% 41.2 1.0% 0.4% 24.3 0.6% 0.2% 289.3 6.7% 2.5% 2,218.0 51.4% 19.1%

s-total 30,233.0 37.5% 12.6% 2,059.1 2.6% 0.9% 2,721.6 3.4% 1.1% 2,900.3 3.6% 1.2% 9,552.2 11.8% 4.0% 33,201.4 41.2% 13.8%
67
1809 0.0 0.0% 0.0% 12.0 2.3% 0.2% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 461.0 90.0% 6.3% 39.5 7.7% 0.5%

1810 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 7.7 100.0% 0.1% 0.0 0.0% 0.0%

1812 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1813 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1814 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1815 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

1816 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0%

s-total 0.0 0.0% 0.0% 12.0 2.3% 0.1% 0.0 0.0% 0.0% 0.0 0.0% 0.0% 468.7 90.1% 2.0% 39.5 7.6% 0.2%

TOTAL 30,233.0 37.2% 11.5% 2,071.1 2.6% 0.8% 2,721.6 3.4% 1.0% 2,900.3 3.6% 1.1% 10,020.9 12.3% 3.8% 33,240.9 40.9% 12.6%

1.1 Amaya_Torres(40-75).indd 67 10/22/13 4:56 PM


CU ADRO 3 (parte 4 de 4)
real Expedición Botánica del nuevo reino de granada (1783-1816)
Estructura del egreso (en pesos plata)
PartE ciEntífica (1) oficina dE PintorEs (2) PartE dE gEstión (3)
Total (1) Total (2) Total (3) Total egreso (4) Total egreso según
«Relación» **
(1) como % de (4) (2) como % de (4) (3) como % de (4)
1783 2,053.0 73.9% 385.0 13.9% 340.0 12.2% 2,778.0 2,036.0
1784 2,374.8 47.3% 1,778.3 35.4% 869.0 17.3% 5,022.1 4,532.0
1785 2,283.5 46.0% 859.4 17.3% 1,823.1 36.7% 4,966.0 5,222.0
1786 2,282.4 40.1% 977.5 17.2% 2,429.3 42.7% 5,689.2 5,691.0
1787 2,215.3 25.2% 2,380.5 27.1% 4,192.7 47.7% 8,788.5 8,825.0
1788 2,094.1 29.4% 2,863.7 40.2% 2,167.8 30.4% 7,125.6 7,129.0
1789 2,252.0 25.5% 3,685.5 41.7% 2,900.5 32.8% 8,838.0 8,137.0
1790 2,243.2 23.8% 4,738.4 50.2% 2,460.9 26.1% 9,442.5 7,758.0
1791 3,073.0 22.6% 5,254.7 38.7% 5,264.1 38.7% 13,591.8 11,157.0
1792 3,302.1 34.3% 4,353.2 45.2% 1,980.6 20.6% 9,635.9 8,818.0
1793 3,174.5 32.7% 4,435.7 45.7% 2,098.0 21.6% 9,708.2 8,315.0
1794 2,354.3 29.3% 4,550.1 56.6% 1,134.0 14.1% 8,038.4 7,754.0
1795 2,230.5 25.1% 4,235.8 47.6% 2,429.3 27.3% 8,895.6 8,786.0
1796 2,053.4 28.5% 3,880.0 53.8% 1,279.6 17.7% 7,213.0 7,220.0
1797 2,575.4 32.3% 3,768.1 47.3% 1,630.6 20.4% 7,974.1 7,440.0
1798 2,559.2 27.1% 4,291.2 45.5% 2,580.7 27.4% 9,431.1 8,933.0
1799 2,556.3 29.5% 2,876.9 33.2% 3,240.3 37.4% 8,673.5 8,177.0
1800 2,765.7 23.3% 3,772.4 31.8% 5,322.0 44.9% 11,860.1 11,328.0
1801 2,815.5 24.0% 3,249.0 27.6% 5,686.7 48.4% 11,751.2 11,089.0
1802 3,389.4 26.8% 3,375.1 26.6% 5,906.1 46.6% 12,670.6 12,014.0
1803 3,719.0 30.8% 3,220.6 26.7% 5,130.1 42.5% 12,069.7 10,705.0
1804 3,643.7 33.7% 3,389.0 31.4% 3,769.0 34.9% 10,801.7 9,216.0
1805 3,614.5 33.9% 3,406.4 32.0% 3,638.6 34.1% 10,659.5 9,175.0
1806 4,097.1 34.8% 3,555.5 30.2% 4,136.9 35.1% 11,789.5 10,721.0
1807 3,597.2 32.1% 3,647.4 32.6% 3,945.4 35.3% 11,190.0 9,608.0
1808 3,288.0 28.3% 4,030.0 34.7% 4,312.3 37.1% 11,630.3 14,254.0
s-total 72,607.1 30.2% 86,959.4 36.2% 80,667.6 33.6% 240,234.1 224,040.0
1809 2,600.0 35.7% 4,176.0 57.3% 512.5 7.0% 7,288.5
1810 2,600.0 38.1% 4,220.0 61.8% 7.7 0.1% 6,827.7
1812 900.0 40.2% 1,340.0 59.8% 0.0 0.0% 2,240.0
1813 750.0 37.8% 1,233.0 62.2% 0.0 0.0% 1,983.0
1814 750.0 36.2% 1,319.0 63.8% 0.0 0.0% 2,069.0
José Antonio Amaya_ James Vladimir Torres

1815 700.0 36.3% 1,230.0 63.7% 0.0 0.0% 1,930.0


1816 0.0 0.0% 1,296.0 100.0% 0.0 0.0% 1,296.0
s-total 8,300.0 35.1% 14,814.0 62.7% 520.2 2.2% 23,634.2

TOTAL 80,907.1 30.7% 101,773.4 38.6% 81,187.8 30.8% 263,868.3


* La recuperación de la mayor parte de la información que igura en el Cuadro 3 se adelantó con Valenzuela ni las de García han sido localizadas. Para su asignaciones y las de los escribientes:
fondos del Proyecto n.º 805176 de la División de Investigaciones Bogotá (DIB) de la Universidad “Razón de las cantidades satisfechas por la Tesorería de Real Hacienda de esta Capital desde el
Nacional de Colombia. Dicho proyecto se presentó conjuntamente con la maestra Beatriz año de 1783 hasta el de 1808 a varios empleados de la Expedición Botánica […]”AGN, Sección
González. El señor Juan Gabriel Ramírez Bolívar, estudiante del Departamento de Historia de la Anexo 1, Asuntos Importantes, t. 2, f. 991-993; las cartas cuentas correspondientes a Zea han sido
Universidad Nacional, se ocupó entonces de la veriicación de los datos recogidos inicialmente. localizadas para 1791 y 1792 (AGN, Sección Anexo 1, Real Hacienda, t. 25, f. 693-694, carta cuenta
** Relación sometida a los procedimientos estadísticos señalados en el texto. “Historia Natural”). Sin embargo, es posible inferir lo que devengó desde el 11 de noviembre de
Fuentes_AGN, Sección Anexo 1, Asuntos Importantes, t. 2 carpetas 10-15, f. 829-879; 907-972; 1791, fecha en que se le nombró y en que se le ijó un sueldo anual de 500 pesos, hasta inales
1050-116. Para los años comprendidos entre el 1 de abril de 1783 y el 31 de diciembre de 1808: de agosto de 1794, cuando se le hizo prisionero (Amaya 2000: 114 y 125). Tras su liberación por
“Relación jurada [de] Salvador Rizo, albacea testamentario de J. C. Mutis, director que fue de la el Consejo de Indias en agosto de 1799, debió recibir sus sueldos caídos, que aquí se omiten
Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, de las cantidades que recibieron de las por no haber sido efectivamente ejecutados en trabajos para la Expedición (Amaya 2011). A
68 Reales Cajas [de Santafé] los apoderados Juan Jiménez, Ignacio Roel y Salvador Rizo, para los S. Mutis le fue asignado un sueldo de 400 pesos anuales por Real Orden del 23 de octubre de
gastos de la Expedición Botánica, y también para otras comisiones, y la doy a Carlos Joaquín de 1799, pagaderos a partir de la fecha de su desembarco en Santa Marta. Lo que devengó entre
Urrisarri, contador de resultas del Tribunal Mayor de Cuentas de este Reino”, (f. 907-972); para el el 27 de enero y el 31 de diciembre de 1802 aparece en AGN, Archivo Anexo1, Real Hacienda, t.
año 1809: “Libro de las cuentas de la Expedición Botánica, entregadas por S. Rizo” (f. 829 -879 ); 24, carta cuenta de “Historia Natural”, f. 100; Otras para 1803: f. 101; Francisco José de Caldas
para el año 1810: “Libro de las cuentas de la Expedición Botánica, llevadas por S. Rizo”, (f. 1059- se agregó en mayo de 1802; desde entonces y hasta el 31 de diciembre de 1807 percibió la
1116); Real Hacienda, t. 30 (31), carpetas 1 y 4-5, f. 1-181; 664, 773v-774 y 779; 856, 927, 951 y 960; suma de 3.606 pesos y 6 reales por concepto de “comisión y sueldos”, cifra que se ha dividido
para 1812: “Libro Manual que ha de servir en estas Caxas para todo género de pagos, Santafé, proporcionalmente a sus años de trabajó citados; además, en 1808 recibió 416 pesos de sueldo
10 de diciembre de 1811”; para el año 1813: “Libro Manual q[u]e ha de servir en estas R[eale]s (“Relación”, f. 970); en 1809 y 1810 percibió de las Reales Cajas de Santafé un sueldo anual
Caxas de n[uest]ro cargo para todo género de pagos, Santafé y Diz[iemb]re 22 de 1812”; para el de 1000 pesos, conforme a lo dispuesto por el virrey Amar y Borbón el 6 de febrero de 1809
año 1814: “Libro Manual de Data que ha de servir en estas Caxas del Tesoro Público para todo (Hernández de Alba 1986: 105); en 1812 percibió sólo 50 pesos (“Libro Manual”, Santafé, 10
género de pagos, Santafé 24 de Diciembre de 1813”; Real Hacienda t. 31 (32) carpeta 1-3, f. 52, de diciembre de 1811”, f. 181); el 24 de mayo de 1812 se le retiró de los libros contables del
114, 188, 271, 274, 277, 279, 284v, 333, 371, 495; para el año 1815: Carta cuenta de “Expedición Estado de Cundinamarca y por ende de la Expedición (AGN, Sección Anexo 1, Real hacienda, t. 30,
Botánica” (f. 495-496); para el año 1816 (gobierno de la República): “Libro Manual de Data, carpeta 1, f. 82v). La otras Cartas Cuentas de “Historia Natural”, aparte de las ya citadas pueden
Santafé, Diciembre 24 de 1815” (f.52,114, 188); para 1816 (gobierno de la Reconquista): “Libro encontrarse en “los libros mayores” o los “libros manuales” en AGN, Sección Anexo 1, Real
Manual de Data” (f. 271, 274, 277, 279, 284v, 333, 371,); el adjunto Eloy Valenzuela, el pintor Pablo hacienda, t. 27 (28) (1809 y 1808), 25 (26) (1805 y 1806), 24 (25) (1803), 23(24) (1802), t. 16 (17)
Antonio García del Campo, los agregados Francisco Antonio Zea y Sinforoso Mutis y algunos (1793 y1794), t. 12 (13) (1786). Es importante anotar que se da el número del tomo y el siguiente
escribientes percibían su sueldo directamente de las Reales Cajas. Ni las cartas cuentas de entre paréntesis por la doble numeración que presentan al momento de consultarlos en AGN.

1.1 Amaya_Torres(40-75).indd 68 10/22/13 4:56 PM


CUADRO 4

Fotografía de Ernesto Monsalve Pino


Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada
(1783-1808)
Ingreso y egreso según la «Relación» Pesos plata
años totaL totaL totaL
ingrEso EgrEso (1) EgrEso (2)
1783 8.222* 2,036 2,036
1784 2,836 4,532 4,532
1785 4,666 5,222 5,222
1786 3,999 5,691 5,691
1787 3,999 8,825 8,825
1788 3,999 7,129 7,129
1789 15,374 8,137 8,137
1790 7,300 7,758 7,758
1791 11,773 11,157 11,157
1792 9,300 8,818 8,818
1793 9,300 8,315 8,315
1794 9,300 7,754 7,754
1795 9,300 8,786 8,786
1796 9,300 7,220 7,220
1797 9,300 7,440 7,440
1798 9,300 8,933 8,933
1799 9,300 8,177 8,177
1800 9,300 8,125 11,328
1801 9,300 7,886 11,089
1802 9,300 21,626 12,014
1803 9,300 7,502 10,705
Imagen 6._Sumario general de los gastos realizados en 1815 por las Cajas de Santafé.
1804 9,300 7,520 9,216 Nótese que la Expedición Botánica igura en los Ramos Propios
1805 9,300 7,479 9,175 Tinta sobre papel
29x20 cm
1806 9,300 9,025 10,721 AGN, Archivo Anexo I, Real hacienda, t. 31 (32), f. 329

La Expedición Botánica a la luz de las cifras, 1783-1816


1807 9,300 7,912 9,608
1808 9,026 21,042 14,254
Total 220,001 224,047 224,040
nera, estaba induciendo una representación del costo de
Fuentes:_elaboración propia con base en la información editada en Hernández de
Alba (1986: 167-169) la ciencia en las autoridades, que no correspondía con la
*El cargo efectivo para ese año fue de 1450 pesos. A ellos, Rizo le sumó 6.722 pesos
de unos «alcances en las cuentas de los acopios de quina» («Relación»: f. 967) que
realidad. Lo cual signiica que las cartas cuentas carecían
asumió como un cargo de la Expedición. El lector que desee establecer el cargo de carácter compulsivo, dejándole a Mutis un cómodo
únicamente de la Expedición debe omitir dichos 6.722 pesos que claramente
pertencen a otra comisión de Mutis. margen de libertad para contratar por lo general un nú-
mero mayor de pintores, y en ocasiones mucho mayor al
estipulado en tales documentos. Esta situación contrasta
con lo dispuesto para el pago de la mayor parte de los na-
han podido ubicarse establecen casi siempre no solo el turalistas quienes recibían sus asignaciones directamente 69
monto global de las respectivas erogaciones, sino tam- de Cajas Matrices, como ocurrió con Valenzuela, Zea y
bién el número de pintores, lo que permite inferir su Sinforoso, siendo una excepción Juan Bautista Aguiar, a
sueldo promedio. El análisis de estos soportes permite ob- quien le pagaba directamente Rizo.
servar que estos no relejan ni mucho menos la conducta A pesar de la evidente importancia de establecer el
inanciera observada por Mutis con ellos, como aparece monto de los aportes estatales, ello no agota de por sí
en el Cuadro 5. La discordancia entre las cifras correspon- el problema. Es erróneo suponer que la Expedición se
dientes que brinda la «Relación» y las que iguran en las inanció exclusivamente con recursos gubernamentales.
cartas cuentas se debe sin duda a Mutis, quien al soli- Por esta vía se ha magniicado el papel del Estado bor-
citar recursos esgrimía argumentos que las autoridades bónico, al desconocer la iniciativa privada local asocia-
consignaban en las cartas cuentas. Obrando de esta ma- da con el cumplimiento de la misión de la Expedición.

1.1 Amaya_Torres(40-75).indd 69 10/22/13 4:56 PM


CUADRO 5
modestas de aquel entonces, como Medellín y Rionegro,
Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada
permite suponer la existencia de donativos similares en
(1783-1816)
Popayán, El Socorro, Cartagena y por supuesto Santafé.
Personal de la Oicina de Pintores (1783-1810)
Entre los aportes en servicios igura en primer lugar
Número de pintores por año
la biblioteca de Mutis, a pesar de los litigios acerca de su
núMEro noMinaL núMEro rEaL utilidad como colateral de las cuentas de su testamenta-
año
(cajas rEaLEs)* («rELación») ria con el Estado. Hay que precisar que gastos para ad-
1783 1 quisición de libros no iguran en las fuentes relacionadas,
1784 3 lo que conirma que Mutis sí puso su colección personal
1785 3 (cuyo valor sin embargo no se ha calculado), al servicio
1786 2 de la Expedición. Además, se sabe que Mutis adquirió
1787 7 en París un laboratorio de química destinado a la Expe-
1788 7 dición, y que sin embargo nunca llegó a Santafé (Amaya
1789 7 2004: 108-109). Aquí también se encuentran los salarios
1790 7 8 no percibidos por los agregados voluntarios («sin sueldo
1791 7 12 ni gratiicación»): Jorge Tadeo Lozano52, Enrique Uma-
1792 10 14 ña Barragán (1771-1854), Joaquín Camacho (1766-1816) y
1793 10 14 Miguel de Pombo, vástagos de familias patricias criollas,
1794 10 14 cuyos costos implícitos y explícitos representaban ingre-
1795 15 sos para la Expedición, haciendo de ella una empresa
1796 14 mixta. Tampoco se han incluido aquí los gastos de la
1797 14 metrópoli en instrumentos de astronomía, donados en
1798 18 su mayor parte por el rey, y cuyo monto e instancia de
1799 13 giro se desconocen hoy por hoy, como ocurre con algu-
1800 11 nos libros y con los viajes de los pintores enviados de la
1801 15 Península, aunque puede asegurarse que fueron de los
1802 15 pocos gastos que asumieron las cajas españolas.
1803 11 14 Hay que considerar los bienes inmuebles de la Ex-
1804 11 14 pedición representados en casas y terrenos en Mariquita
1805 11 17 y Santafé, cuya valoración queda pendiente. El avalúo
1806 11 17 de la sede en Santafé tendrá que partir de su ubicación
1807 16
José Antonio Amaya_ James Vladimir Torres

(calle 1ª de la carrera) y de sus características de cons-


1808 20 trucción: alta y baja (de dos pisos), de tapia y teja. For-
1809 20
malmente esta casa era propiedad de la Real Hacienda,
1810 18
que puso a disposición de Mutis este activo como un
Fuentes:_las mismas referenciadas en el Cuadro 3 servicio adicional. Por último, hay que tener en cuenta
*Los vacíos se explican por falta de información o deterioro de las cartas cuentas
de las Cajas Reales, en que sistemáticamente no aparece incluido Salvador Rizo, que la casa tenía unos terrenos anexos, en parte de los
encargado de pagar a los pintores. Finalmente, el cuadro solo incluye «pintores cuales se construyó el Observatorio.
americanos», a pesar de que en la carta cuenta de 1791 iguran los «pintores
españoles» José Calzada y Sebastián Méndez. Con estos criterios restrictivos, se intentará por una
parte reconstruir la evolución del egreso de la Expedi-
70
En estas circunstancias, se plantea el desafío de integrar
próximamente al Cuadro 3 el monto y la estimación de 51_Archivo Histórico de Antioquia (Mede- 52_En 1803, Mutis vinculó a Lozano a la
llín). Sección Colonia. Tomo 4, documento Expedición (Amaya 2004: 110). Para enton-
los donativos privados, que comprenden aportes en di- 236, folios 1-4. Archivo Histórico de la ces Lozano había comenzado por inicia-
nero y servicios. Dentro de los primeros se encuentran Casa de la Convención de Rionegro (Rio- tiva propia y a «sus expensas» su Fauna
negro), Colonia. Volumen 20, folios 70-75. Cundinamarquesa. En oicio del 27 de
los destinados al adelantamiento de la Flora de América Steele (1982) agrega los donativos desti- abril de 1804, informaba al rey Carlos IV,
nados a la lora de América. por intermedio del virrey, el objeto de su
(esto es, la del Perú y Chile) y de la Flora de Bogotá, obra: «describir todos los animales que
como aquel que recogieron en 1790 los vecinos de Mede- pueblan este vasto continente [de Amé-
rica]»; además, suplicaba conirmar su
llín y Rionegro51, o el mecenazgo (1802-1805) de José Ig- «agregación a la Expedición» y obtener la
«soberana protección» para su obra, que
nacio de Pombo a los viajes de Caldas. El hallazgo de do- el virrey aseguraba haber «reconocido en
cumentación pertinente en localidades económicamente sus primeras láminas y descripciones». El

1.1 Amaya_Torres(40-75).indd 70 10/22/13 4:56 PM


ción durante los años de su funcionamiento (1783-1816) inversiones estratégicas. Para ello necesitaba sobre todo
y, por otra parte, proponer una estructura para el mismo, estar en capacidad de aplazar una y otra vez la entrega
agregando los rubros de modo que posibiliten un aná- de cuentas anuales. Es precisamente esta razón la que
lisis empresarial. Empecemos por lo último. El egreso nos ha llevado a abordar los egresos y no los ingresos
se ha dividido en tres «partes» (departamentos se di- desde Cajas Reales. Igualmente, en tratándose de un pe-
ría hoy), a saber: Parte Cientíica, Oicina de Pintores y riodo de mediano plazo, hemos adoptado la perspectiva
Parte de Gestión (cf. Cuadro 3). Inicialmente se intentó netamente contable según la cual el ingreso es igual al
hacer un análisis más empresarial con la retribución a egreso, justamente lo que trató de hacer Rizo en su «Re-
factores, percibiéndose muy pronto su falta de sentido, en lación». Así por ejemplo, en 1800 el dato de 11.860 pesos
la medida en que el Estado nunca consideró la Expedición (cf. Cuadro 3) representa los gastos, que se han asumido
como fuente de ingresos, aunque en un momento, como también como el ingreso oicial total. Poco importa si
se ha demostrado, sí hubo proyectos en este sentido. en aquel año el Estado aportó en realidad solo 10.000
Igualmente, dicha organización de los datos es impor- pesos, pues Mutis tuvo que ahorrar del ingreso anterior
tante para analizar el valor agregado de la Expedición. o endeudarse y pagar luego con vigencias futuras. En
La Parte Cientíica incluye el personal y los bie- estas condiciones, el dato de 11.860 pesos puede tomarse
nes intermedios que se movilizaron en los trabajos ne- como un promedio del ingreso que por lo demás no fue
tamente cientíicos, por ejemplo, el levantamiento de muy volátil, según las desviaciones estándar que se han
descripciones o el adelantamiento de los apuntamientos señalado. Así, el dato del egreso resulta mucho más inte-
diarios de Mutis o de Valenzuela. De la misma manera resante para nuestra labor que se concentra en los costos
se procede con la Oicina de Pintores. En «otros», se totales de la Expedición y en las respectivas asignaciones
ubican gastos de infraestructura, expediciones al mando anuales del Estado. Sin embargo, ello no debe conducir
de dependientes de Mutis y otros gastos no ubicables en a equívocos. Un historiador que se proponga hacer un
los rubros anteriores. La construcción de cada una de las análisis inanciero detallado (muy difícil por cierto) sí
partes y su soporte documental se describen en detalle debe analizar en el corto plazo las consecuencias de una
en el Anexo del Cuadro 3. diferencia entre el ingreso y el gasto de la Expedición
Estadísticamente se han realizado algunas innova- (déicit) y entrar a considerar qué herramientas utilizó
ciones. La «Relación» presenta egresos atípicos en años Mutis para balancear la cuenta, varias de las cuales ya
puntuales, que afectan notoriamente la tendencia, aquí se han señalado aquí.
se han intervenido 4 grandes rubros, a saber: a) la cons- Volviendo al Cuadro 3, podemos señalar con propiedad

La Expedición Botánica a la luz de las cifras, 1783-1816


trucción del Observatorio; b) la expedición a La Habana; que la Expedición tuvo un costo para la Real Hacienda y
c) la expedición de Caldas a Quito, y d) la inversión el Tesoro Público de 263.868 pesos. En las páginas anterio-
en esclavos. El Cuadro 3 distribuye dichos gastos a lo res se ha preparado la antesala que conducirá al análisis
largo de los años en que se ejecutaron. En el caso de los de la evolución del egreso de la Expedición entre 1783 y
esclavos, su precio se ha distribuido en los cinco años 1816. Para el periodo en que Mutis estuvo al frente de la
siguientes a la compra, dado que varios autores consi- Expedición (1783-1808), la diferencia en términos agrega-
deran que en este lapso en promedio se recuperaba la dos entre las cifras aquí propuestas (240.234 pesos) y las
inversión inicial (Valencia 2003). cifras presentadas por Rizo (220.001 pesos, cuadro 4) para
Independientemente de estos ejercicios estadísticos, el periodo en cuestión asciende solo a un poco más del
los consabidos gastos en infraestructura muestran la ca- 9%. Sin embargo, si se desagrega ese 9%, la diferencia
pacidad de ahorro de Mutis y su habilidad para realizar cobra importancia. En primer lugar, aquellos 20.000 pesos
constituyen aproximadamente el presupuesto promedio de 71
dos años de la Expedición en el periodo considerado. En
23 de enero de 1805, el rey accedió a su en su obra el 17 de abril de 1811, conforme segundo lugar, la diferencia afecta a los naturalistas y a
agregación «voluntaria, sin sueldo ni grati- al texto de la Reorganización de la Expedi-
icación», solicitando al autor que presen- ción por la Junta Suprema. En estas condi- los pintores, que son rubros sensibles del egreso. Sobre los
tara directamente su obra «para ver si era ciones, y limitándonos por ahora a Lozano, primeros la diferencia es clave si se tiene en cuenta que
digna de la protección y auxilios» solicita- puede decirse que trabajó a título gratuito
dos (oicio de Lozano al rey, acompañado en la Expedición no menos de ocho años, sus sueldos eran integrados directamente de las Reales Ca-
de la recomendación del virrey Amar y res- lo que signiicó un ahorro para el isco
puesta del ministro José Antonio Caballero, de una suma no inferior a 5.500 pesos, jas, datos que aquí se han recogido en su totalidad. Sobre
AGI, Audiencia Santafé, legajo 667, ramo tomando como base los salarios de Zea los segundos, la «Relación» no incluye los sueldos de los
6). Lozano aparece en las condiciones que y Sinforoso.
acaban de exponerse en las últimas dis- pintores españoles que del mismo modo fueron pagados
posiciones de Mutis, aunque no en el Plan
de Reorganización del virrey Amar. Todo
directamente por Reales Cajas. En resumen, la diferencia
indica que Lozano continuaba trabajando afecta principalmente los costos de capital humano.

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¿Qué posibilita exactamente el Cuadro 3? En primer de colores, pinceles, papel y lienzo o eran producidos
lugar, un análisis de la evolución del egreso en el tiempo. en una economía doméstica por Mutis o sus precios no
En segundo lugar, un análisis interno de la distribución eran muy elevados. En todo caso, en el nivel de capital
del egreso. En tercer y muy importante lugar, brinda el humano, es claro que los pintores alcanzaron un mayor
insumo básico para la construcción de indicadores co- peso inanciero frente a los naturalistas y sus asociados.
loniales y republicanos para la ciencia durante 33 años Por último, el cuadro sugiere que hacia 1800 la in-
(1783-1816). A continuación se esboza cada uno de es- versión del Estado virreinal en la Expedición se ubicó en-
tos aspectos, que son materia de profundización en una tre el 0,03% y el 0,04% del PIB dependiendo la cifra que
próxima contribución. de este se tome (Kalmanovitz 2006: 173-174; Kalmanovitz
Entre 1783 y 1808 se observa una tasa de crecimiento 2008: 211, o Meisel 2011: 72). A estas alturas, puede de-
del egreso relativo de 5,4%, ciertamente impresionan- cirse que nos hallamos en la antesala de la masa de los
te. Durante aquellos años, el recaudo iscal de las Cajas gastos estatales destinados a la ciencia y no canalizados
Reales creció a un ritmo de 5,5% en el occidente (pro- por la Expedición (Expedición de Santafé y expediciones
vincias de Antioquia, Popayán, Chocó y Barbacoas) y de de Fray Diego García, por ejemplo); sin embargo, el cos-
4,1% en el centro (Santafé, Tunja, Socorro Pamplona y to de la ciencia en el Nuevo Reino de la segunda mitad
Neiva) (Meisel 2011: 19, 39); mientras que el PIB, como del siglo XVIII no es el problema de esta contribución.
se ha dicho alcanzó un ritmo entre 1,2 y 1,7% anual. En Pese a todo lo anterior, puede airmarse que la parte más
este panorama destaca sin duda la capacidad de agencia ardua de la investigación está hecha y se presenta ahora,
de Mutis. A pesar de la expansión del egreso, se pueden lo que permite esperar e incitar trabajos similares que
identiicar 4 grandes tendencias. 1783-1790 presenta un empalmen con el siglo XIX.
aumento acelerado con una pendiente de regresión li-
neal de 896.5 pesos y un crecimiento relativo anual de
consideraciones inales y nuevos desafíos
18%; 1791-1800 se despliega con una pendiente de regre-
sión de -409.6 pesos y un decrecimiento de 5,8% anual; Fruto de una estrecha colaboración entre la historia de
1800-1808 se comporta con un decrecimiento moderado las ciencias y la historia económica, esta investigación
de -96,3 pesos de regresión lineal y una tasa de decreci- ha permitido observar la Expedición Botánica no como
miento más bien estacionaria de 0,1%; por último, 1809- un objeto de laboratorio aislado de su contexto, sino en
1816 describe un acucioso descenso con una regresión sus relaciones con la organización y el funcionamiento
lineal de -997.8 y tasas de decrecimiento anual de 27%. administrativo y inanciero del virreinato. De este modo,
En términos de la distribución del total del egreso este estudio ofrece cifras consolidadas de una parte de
durante la vida de Mutis, se observa una preponderancia sus cuentas, que muestran que durante los 33 años de su
José Antonio Amaya_ James Vladimir Torres

del rubro pintores (34%,) sobre el de naturalistas (25%). existencia sus gastos se elevaron por lo menos a 263.868
En un nivel más agregado, la llamada Parte Cientíica pesos, procedentes de fondos del virreinato, de la Primera
consumió el 30% de los gastos mientras la Oicina de República de Cundinamarca y del gobierno de la Recon-
Pintores, un 36%. Al analizar los índices de correlación quista. Decimos «por lo menos», ya que por el momento
Pearson entre cada uno de estos rubros (pintores y na- ha sido imposible incluir los costos de los instrumentos
turalistas) con el total del egreso, para los naturalistas astronómicos, de los libros pertinentes del Fondo Mutis
tenemos un índice de 0,51 y para los pintores uno de que hoy conserva la Biblioteca Nacional de Colombia y de
0,71, lo que indicaría un mayor nivel de asociabilidad los viajes en barco de los pintores españoles, que asumió
entre los pintores con el total del gasto. Tanto la distribu- la Real Hacienda; también quedan pendientes de cálculo
72 ción del egreso como los índices de correlación permiten los arriendos de las casas y terrenos del rey puestos a dis-
conirmar la hipótesis de que, inancieramente hablando, posición de aquel centro cientíico. A pesar de no haber
la Expedición fue concebida por Mutis como un centro localizado otros documentos relativos a donaciones pri-
de ilustradores botánicos. Sin embargo, al aplicar los vadas (en dinero o en servicios), queda todavía pendiente
mismos índices Pearson a nivel de las partes (departa- el asunto de la destinación de esos fondos. Pese a todo lo
mentos) en que se hallaba dividida la Expedición, ten- anterior, esta investigación aporta una contribución indis-
dríamos un índice de 0,71 para la Parte Cientíica y uno pensable al debate relacionado con los gastos realizados
de 0,70 para la Oicina de Pintores, en relación con el por la corona española en el desarrollo de las ciencias en
total del egreso. Esta variación indica la poca demanda el Nuevo Reino de la época de la Ilustración.
de bienes intermedios por parte de la Oicina de Pinto- Tratando de limitar los errores de interpretación, se
res. Lo que signiica que insumos para la preparación ha hecho una relectura de las condiciones de creación de

1.1 Amaya_Torres(40-75).indd 72 10/22/13 4:56 PM


la Expedición, a in de comprender mejor cómo la coro- a echar atrás las decisiones tomadas cinco años antes,
na no se limitó a ratiicar aquello que había establecido con motivo de la creación de la Expedición a Santafé, y
Caballero y Góngora, sino que, sobre todo y desde el que respondían parcialmente al deseo de Gómez Ortega
comienzo, le transirió por completo al virrey el pilotaje de neutralizar a Mutis (Amaya 2005: 293-294). La corona
administrativo, inanciero y cientíico, sin exigir ninguna apartó de facto a Gómez Ortega de esta actividad eco-
iscalización y ijándole al asunto por único límite de nómica estratégica, transiriendo por esta vía al Nuevo
existencia la desaparición del director fundador. Aunque Reino las correspondientes operaciones de organización
esta última disposición no fue respetada, la lectura del y control. De este modo, gracias a la protección del arzo-
Cuadro 3 testimonia el freno radical que experimentaron bispo virrey, Mutis vio cómo se le coniaba la realización
los gastos tras la muerte de Mutis. En este sentido, la del proyecto, que había madurado durante muchos años,
descomposición por periodos (1783-1790 [+18% anual], de pasar de la simple recolección al cultivo razonado de
1791-1800 [-5,8% anual], 1801-1808 [-0,1% anual] y 1809- los árboles de quina.
1816 [-27% anual]) ratiica que las relaciones personales Esta investigación conirma desde otro ángulo la au-
de Mutis con las autoridades de mayor poder y las redes tonomía cientíica de Mutis frente a la España metropoli-
más inluyentes del virreinato eran el elemento prepon- tana, revelando ahora su autonomía de gestión adminis-
derante a la hora de negociar el presupuesto anual, sin trativa y inanciera. Esto signiica que desde su creación
preocuparse de presentar cuentas, ni de entregar pro- hasta su clausura las autoridades imperiales como virrei-
ducción cientíica, y todavía menos de responder por nales, careciendo de competencias cientíicas a su alcance,
quiméricos beneicios de la inversión estatal que en 1800 decidieron o quizás no tuvieron más remedio que dejar
alcanzó un 0,03% o un 0,04% del PIB del Nuevo Reino. a Mutis en libertad para que condujera la empresa a su
El análisis del Cuadro 3 muestra que más de dos aire. El éxito de Caballero y Góngora en el tratamiento del
tercios del egreso servían para cubrir gastos de personal, «motín de los Comuneros» comprometió la posibilidad de
aspecto propio de una economía preindustrial. También implementar globalmente la política de gestión borbónica
evidencia la supremacía de los medios puestos al servicio centralizada, conservándoles a los virreyes libertades con-
de la Oicina de Pintores, fortaleciéndose aún más esta siderables para actuar inancieramente. Son justamente
orientación a partir de 1809, cuando a pesar de derogar esos reductos ancestrales no revocados los que explican
la orden que disponía el in de la Expedición a la muerte la increíble independencia de que Mutis gozó.
de Mutis, y del informe de Leyva, Amar y Borbón no El ángulo inanciero de esta lectura de la Expedi-
pudo recurrir al Real Jardín Botánico. El virrey decretó ción invita a examinar su ecosistema, su sociología. Al

La Expedición Botánica a la luz de las cifras, 1783-1816


entonces nuevas reglas de gestión, viéndose obligado a menos aquel centro ha reencontrado su lugar en el lujo
respetar antiguas estructuras de funcionamiento. Mante- inanciero del virreinato y por ende en el de producción
niendo esta independencia cientíica frente a la metrópo- y en las redes de inluencia, sin olvidar la dimensión ad-
li, los trabajos no podían desarrollarse sino perpetuando ministrativa. De este modo la creación de la Expedición
la posición de Mutis, para quien cada uno de sus dibujos aparece como el fruto de una acción política neogranadi-
a todo color superaba la descripción botánica más per- na ratiicada por el rey, más bien que como producto de
fecta, punto de vista que Humboldt compartió (Amaya una supuesta política impulsada desde Madrid. Al validar
2012). Por lo relativo a la gestión, esta alcanza un nivel el proyecto de la administración virreinal, la corona le
anormalmente elevado hasta 1808, al integrar los sala- transirió a esta la dirección administrativa y inanciera y
rios en especie del personal, así como los gastos de la ante todo la cientíica, para la que carecía de competencia
Expedición a La Habana. Sin embargo, los impactos más y que optó por no asumir; solo tardíamente el nombra-
fuertes se explican por inversión en infraestructura. Estas miento de Leyva como Juez Comisionado para el asunto 73
últimas iniciativas evidencian que Mutis intentó utilizar anunció el inicio de una nueva época en las relaciones
la Expedición para conseguir una institucionalización del Estado con la Expedición. Así las cosas, este estudio
discreta de la historia natural en el Nuevo Reino, que no se limita a una historia económica o contable; antes
siempre rechazó la corona y que sí validó la Primera bien, se orienta hacia las consecuencias del comporta-
República de Cundinamarca (1811). miento de la administración pública sobre el desarrollo
Así, desde antes de la creación de la Expedición, de las ciencias naturales en el Nuevo Reino. Resulta de
promovido a jefe de la recolección y aprovisionamiento todo ello que, para esta colonia, España no dispuso de
de las llamadas quinas de Santafé, Mutis recuperó sus ninguna política cientíica pertinente, ya que todo cuanto
derechos de primer descubridor de los árboles de quina se emprende, nace y se desarrolla a partir del interés inte-
en el Nuevo Reino. Esta determinación indujo a Madrid lectual de un particular. En realidad la corona se limitará

1.1 Amaya_Torres(40-75).indd 73 10/22/13 4:56 PM


a adoptar localmente los proyectos del «neogranadizado» REF ERENC IAS
Mutis en punto a ciencias naturales. Sin embargo, este
caso particular no debe llevar a inferir que las políticas _AcAdeMiA coloMBiAnA de cienciAs exActAs, FísicAs y nAturAles
cientíicas, administrativas y inancieras de la corona eran (1978) Cartas de Caldas. Bogotá: Colciencias.
_AMAyA, José Antonio (2004) Cuestionamientos internos e impugna-
inoperantes en el Nuevo Reino; frente a este asunto se
ciones desde el lanco militar a la Expedición Botánica. Anuario
impone una prudencia extrema, sobre todo cuando se Colombiano de historia social y de la cultura 31: 75-118.
considera la cartografía, frente a la cual Madrid tenía una _AMAyA, José Antonio (2004) Comienza la Expedición Botánica: el
incontestable posición preponderante sobre Santafé. redescubrimiento. Cincuenta días que cambiaron la historia de
En esta óptica, la creación de la Expedición brindó Colombia. Bogotá: Semana (1152, mayo-junio): 66-68.
una respuesta parcial a las expectativas de una élite crio- _AMAyA, José Antonio (2005) Mutis, apóstol de Linneo; historia de la
botánica en el virreinato de Nueva Granada, 1760-1783. (Traduci-
lla rica e ilustrada, a la que el arzobispo virrey decidió
do por José Antonio Amaya con base en una versión preliminar
satisfacer, a in de asegurar una gestión tranquila del de María Yolanda Medina) Bogotá: Instituto Colombiano de An-
Nuevo Reino, tras el «motín de los Comuneros». Este tropología e Historia (IcANh).
gesto político encontró su traducción económica en el _AMAyA, José Antonio (2013) «Como débil muestra de admiración y
incremento de las expectativas de ingresos de los par- gratitud»: José Celestino Mutis en la obra de por Humboldt y Bon-
pland. Estudio preliminar. En Olga Restrepo Forero, ed. Proyecto
ticulares (sector privado) cuando se autorizó la explo-
Ensamblado en Colombia. tomo 1. Ensamblando estados. Bogotá:
tación de las quinas. La realización de este proyecto de
Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Huma-
expedición se vio sin duda facilitada por el hecho de que nas, Centro de Estudios Sociales (cES), Grupo de Estudios Socia-
para 1783 hacía tres años que el Nuevo Reino había acce- les de la Ciencia, la Medicina y la Tecnología (GEScMT).
dido al rango de colonia generadora de beneicios para _Arnold, lindA (1993) Burocracia y burócratas en México, 1742-1835.
la metrópoli. Sacriicar un porcentaje de estos beneicios México: Grijalbo.
_Burkholder, MArk & d. chAndler (1984) De la impotencia a la auto-
para responder a las reivindicaciones de las élites indis-
ridad; la corona española y las audiencias en América 1687-1808.
pensables a la producción de riqueza pareció más realis- México: Fondo de Cultura Económica.
ta que arriesgar un conlicto con la oligarquía local. Por _colMenAres, gerMán (1989) Relaciones e informes de los gobernantes
este camino, las élites desarrollarán un vivo interés en de la Nueva Granada, 3t. Bogotá: Banco Popular.
la Expedición, convirtiendo a algunos de sus herederos _colMenAres, gerMán (1997) Historia económica y social de Colom-
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