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CHRISTI
MONICIÓN DE ENTRADA
Hermanas y hermanos, bienvenidos a la Eucaristía en la Solemnidad del
Corpus Christi.
Celebrar la Eucaristía es recordar cada día, que la muerte y resurrección de
Jesús santifican el tiempo, y lo convierten en historia de salvación, al hacer
presente a Cristo en él. Jesús es el pan que los discípulos distribuyen a la
multitud hambrienta. Es el sacerdote eterno, que está de pie a la derecha de
Dios, y recibe las ofrendas y oraciones de los fieles. La Eucaristía es el
memorial de la cena del Señor; con el pan y el vino, los sucesores de los
apóstoles, continúan alimentando a la multitud hambrienta y desorientada.
Nos ponemos de pie para iniciar nuestra celebración, cantamos.
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
La lectura del libro del Génesis nos presenta a Melquisedec, quien, siendo
sacerdote y rey de Jerusalén, ofrece pan y vino y bendice a Abraham. Esta es
una figura del sacerdocio de Cristo, que nos ofrece su cuerpo y su sangre en la
solemnidad que hoy celebramos.
SALMO 109
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
Pablo nos acerca más explícitamente al motivo de la fiesta de hoy: la
Eucaristía. Él lo recibió de la tradición y nos lo deja plasmado en la lectura que
hoy escucharemos, para que lo sigamos celebrando en memoria de Jesús.
MONICIÓN AL EVANGELIO
Como quiera que el relato de la institución de la Eucaristía, en la Última Cena,
ya lo hemos escuchado de labios de Pablo, en el evangelio de Lucas se ha
preferido recordar la escena de la multiplicación de los panes, que era como
una promesa y figura de lo que iba a ser la Eucaristía para la comunidad
cristiana.