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Análisis

Ciclo del agua como base del ordenamiento territorial Se actualizará la política de gestión integral
del recurso hídrico alrededor de cuatro dimensiones: (i) Oferta, que incluye la protección de
páramos y humedales, la conexión de los ecosistemas, y la protección de cuencas abastecedoras y
fuentes subterráneas a escala supramunicipal y regional. Las medidas adoptadas deben contribuir
a reducir los conflictos de usos del suelo en áreas protegidas y de especial importancia ambiental,
destacando los suelos de protección que están en condiciones de alto riesgo no mitigable. (ii)
Demanda, incluyendo la articulación con políticas de asentamientos, con las decisiones urbanas y
de hábitat, que inciden en la expansión de las ciudades y su relación con lo rural, así como en la
consolidación de los sistemas de abastecimiento. El agua incide directamente en la productividad,
así que es fundamental consolidar infraestructuras, como los distritos de riego. (iii) Disponibilidad,
a través de estrategias para la reducción de la contaminación y el estrés hídrico, para el uso
eficiente y para prevenir los problemas de desabastecimiento por accesibilidad o por efectos de la
variabilidad climática. (iv) Gobernanza, para fortalecer el poder para la gente en las decisiones que
inciden en su territorio, asegurar la transparencia y el acceso a la información, así como desarrollar
el proceso de implementación de las determinantes del ordenamiento territorial asociadas al ciclo
del agua, definiendo las jerarquías y la coordinación entre entidades para la gestión del agua. Se le
dará un énfasis especial a la incorporación de la gestión del riesgo de desastres por inundaciones y
sequías en el ordenamiento territorial. Así mismo, para el sector de agua y saneamiento, se
fortalecerá la política de gestión del riesgo de desastres y de variabilidad y cambio climático
mediante la adopción de instrumentos metodológicos, normativos y de participación que permitan
reducir las condiciones de riesgo existentes y disminuyan los impactos de las emergencias por
desabastecimiento de agua para consumo humano, incluyendo los eventos generados por
actividades humanas. Se fortalecerá el acceso a nuevas tecnologías para el manejo adecuado de
vertimientos, a través del tratamiento de las aguas residuales que permita la descontaminación de
las fuentes hídricas. Se formularán lineamientos para el manejo de aguas lluvias, la gestión de
escorrentía y los excedentes hídricos urbanos, incluyendo Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible
(SUDS) y otras Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN). Se diseñará e implementará una
estrategia nacional para la adaptación al cambio climático de los asentamientos y reasentamiento
humanos. La estrategia tiene un enfoque integral siguiendo los lineamientos de legalización y
control urbanístico, el mejoramiento de asentamientos humanos (mejoramiento integral de barrios
y de 47 vivienda), la gestión del suelo, y el diseño de mecanismos financieros, de vigilancia y
administración de los predios que se incorporan al suelo de protección y así evitar que estos sean
nuevamente ocupados. Además, se fortalecerá la concurrencia de fuentes para su financiación,
incluyendo al Fondo Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres y Fondo Adaptación. El
ordenamiento territorial alrededor del agua incluirá la protección de océanos, zonas costeras e
insulares, con el reconocimiento de las comunidades que habitan en el territorio. Se crearán los
consejos territoriales del agua para fortalecer la implementación de los programas territoriales de
ordenamiento y gobernanza alrededor del ciclo del agua con enfoque de derechos y justicia
ambiental, para la resolución de conflictos socioambientales y la gestión adaptativa a la crisis
climática, priorizando la financiación de proyectos en territorios como la Amazonía; Insular; La
Mojana; Ciénaga Grande-Sierra Nevada; Cartagena; Ciénagas de Zapatosa-Perijá; Catatumbo;
Altillanura; Páramos; Macizo Colombiano; Valle de Atriz; Pacífico y la Sabana de Bogotá. Se
fortalecerán las capacidades territoriales y la gobernanza ambiental a través del SINA para el
ordenamiento alrededor del agua, mediante programas regionales que armonicen y faciliten la
implementación de los instrumentos de planificación ambiental.

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