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Características del mundo contemporáneo según Baudrillard

 Tendencia a los extremos.


 Proliferación de simulacros.
 Predominio de los objetos.

La cultura contemporánea se caracteriza por los extremos. El proyecto humano se entiende en


una completa realización. Queremos vivir todo al máximo. Esto ocurre en todas las áreas de la
vida.

El modelo mercantil es el marco de esta época y afecta a las vidas. Todo en la vida tiene que tener
un uso y este debe llevarse al máximo. (Por ejemplo ahora las personas quieren tener una vida
completa y realizarse en muchas áreas: querer tener un buen cuerpo, una carrera, tener
conocimientos, buenas relaciones con los demás).

Para el ser humano lo desconocido siempre le ha parecido atractivo y aquello lo motivaba a vivir
esas experiencias. No obstante, en el mundo contemporáneo se han masificado la transmisión de
hiperrealidades, realidades captadas y llevadas al máximo. Esto provoca que los seres humanos
dejen esa búsqueda de lo desconocido y mata la exploración, porque ya se han explorado
virtualmente todas esas cosas. Esto ocurre con el sexo y la pornografía, y la música y la
estereofonía. Todo lo que se lleva al extremo pone en riesgo a aquello que busca mantener, lo
obsceno quema y gasta su objeto.

La realidad se distorsiona no por ilusiones de las realidades que comunican las cámaras, lo hace
por el exceso de realidad.

Señala también que estas tendencias son generadas en gran parte por los mass media

Otro elemento que caracteriza el mundo contemporáneo es la cultura del simulacro.

Los medios de comunicación con el tiempo dejaron de solamente trasmitir informaciones sobre la
realidad y por ello generan simulacros, simulaciones, realidades producidas. Estas producción de
realidades mediáticas terminan por superponer la realidad en sí, y así los medios empiezan a
informar sobre las realidades que ellos crean, la imagen se remita a sí misma, una autorreferencia
asesina.

Al final los medios pierden aquellos propósitos e ideales que representaban durante la
modernidad, como la trasparencia, veracidad, o el enfoque de la realidad.

Se hace difícil distinguir las verdades de las mentiras en esta época posmoderna. Primero por
cómo se ha desestructurado el entramado informativo que existía en la modernidad, y segundo
por el perfeccionamiento de las técnicas y la tecnología, que pueden usarse para construir
mentiras muy sólidas.

Supuestamente desde la antigua grecia se ha desarrollado el logos (fin-propósito) como proyecto


humano y una praxis. Se buscaba que el sujeto dominase el objeto. No obstante eso se pone en
cuestionamiento con los términos en los que funciona la posmodernidad.
En la posmodernidad los sujetos son dominados por los objetos. Existe una preponderancia del
objeto por sobre el sujeto. Es el objeto lo que mueve al sujeto. Por ejemplo el fenómeno del
consumismo ha determinado a las personas, porque ahora se trabaja para comprar ciertos
objetos. El objeto por su forma de ser ha generado una crisis para el sujeto.

Baudrillard señala que esto ocurre en gran parte debido a como el objeto ha llegado a determinar
los sistemas, ya que ha sobrepasado su simple funcionalidad. Ahora los objetos son
polifuncionales y con ello amplian su esfera de acción. Un buen ejemplo de esta polifuncionalidad
del objeto son los computadores.

Por cierto los objetos también se han tornado en inesenciales, o sea que no son vitales.

El desarrollo técnico, los medios de producción y la reducción de costos (industrialización y


masificación) pone a los objetos como el determinante del devenir. Los sujetos buscan los objetos
y se convierten en sujetos de consumo.

Tres hipótesis del devenir contemporáneo

La tendencia a los extremos, la proliferación de simulacros y el predominio de los objetos; las


características que ha alcanzado la humanidad en la posmodernidad, muestran como el ser
humano se ha salido del cauce normal de la historia.

1° Hipótesis

Se compara a la realidad humana con los astros. Para que un astro se salga de la órbita de otro
necesita de una velocidad de liberación. Lo mismo le ha ocurrido al ser humano. La aceleración de
todos los procesos humanos desarrollados durante la modernidad, o sea los hechos, que han
terminado por sacarnos fuera de la historia, afectando a todas las esferas de la vida humana. Esto
constituye como Baudrillard rescata de Alvin Toffler, este efecto de shock, un shock del futuro.
Esta tendencia no ha permitido al humano adaptarse a esa aceleración.

Señala que el proceso de aceleración es consecuencia directa de la revolución técnica, que ha


modificado todos los modos tradicionales de vivir, tanto en lo productivo como en las
comunicaciones.

2° Hipótesis

Extrapola el fenómeno físico del raelintí a los planos humanos, como en lo sociológico y
demográfico con la hiperdensidad de las ciudades, de los mensajes y las mercancías. En la masa
social los hechos son absorbidos y eso termina por frenar su trayectoria sin llegar a un fin.

Baudrillard dice que ahora nada se consuma, no por la falta de sentido sino por la pluralidad de
direcciones y posibilidades. En pocas palabras en este mundo posmoderno son tantos los fines,
que terminamos por perdernos en ellos y no los concluimos.

Nos vemos afectados por el fenómeno de la hipertelia (sobreabundacia de fines). Los eventos se
esfuman rápidamente y los sustituimos por otros con iguales destinos. Los hechos se tornan en
eventos sin causas ni consecuencias (en un sentido virtual), están abiertos a todas las
interpretaciones posibles.
Este exceso desencadena la anulación.

3° Hipótesis

Hace una analogía con el efecto estereofónico, cuando la fuente de emisión está muy cerca de la
fuente de salida, se termina produciendo un acoplamiento, distorsionando el canal.

En esta posmodernidad todos los acontecimientos nos parecen cercanos, ya que no podemos ver
los hechos desde la distancia. Todo nos parece que ocurre ahora, de forma simultánea, gracias a
los perfeccionamientos de las técnicas humanas que nos permiten traer ciertas cosas del pasado,
llevar cosas al futuro. En definitiva existe una distorsión de lo real.

Dicha distorsión genera un desorden, no se puede reconocer las causas ni los efectos., un caos de
los acontecimientos impide reconocer algún fin y los hechos no reconocen la organización
histórica y terminan por aniquilar al ser mismo en que anidan. Son tantos los hechos, algunos
dados en la propia realidad y otros producidos por los medios de comunicación, que no podemos
procesarlos.

El estado de la cultura en la posmodernidad se explica por esta estereofonía de la información. La


modernidad, sus valores y características cayeron por su proliferación e hiperproductividad. Los
objetos y acontecimientos han adoptado una autodeterminación incomprensible para nosotros,
los sujetos.

Necesidad del Mal

Baudrillard reconoce que el ser humana tiene una necesidad del mal para la historia. Existen males
que no solo son inevitables, sino también necesarios para la historia.

El mal que reconoce Baudrillard va más allá en un sentido ético, como la muerte, el enigma, lo
incontrolable, etc. En el fondo el mal vendría a ser todo aquello que se nos escapa de las manos y
no podemos controlar.

Para Baudrillard el mal es el motor de la historia. El ser humano cuando se le aparece el mal en su
realidad, al intentar sortearlo, ha ido modificando al mundo y a sí mismo, ha ido haciendo historia.

También señala que cualquier estructura que constantemente intente eliminar todos sus
elementos negativos corre el peligro de una catástrofe por reversión total, o sea termine por
eliminar otras cosas además de aquellos males. Todo lo que expurga su parte maldita firma su
propia muerte.

Aquel mal es en realidad necesario para la sobrevivencia, y cuando se intenta eliminar se pone en
riesgo aquella sobrevivencia.

Además señala que no es expurgando el mal que se libera el bien. O sea, cuando se libera el bien,
también se libera al mal. Esto ocurre por bien y mal son inseparables. Por ende no debería
promoverse la ilusión de que es posible separarlos manifestando solamente el bien y excluyendo
el mal de nuestra realidad.
Baudrillard considera que el mal es altamente seductor, como el pecado: desvía, desoriente,
seduce, etc. y con ello genera quiebres que permite que se generen nuevas historias. El mal
también corresponde a lo distinto (del bien).

Es por esta distinción que si se elimina todo aquello catalogado como mal, se acaba el otro. Todo
se empieza a diluir en la nada. Debe existir el otro, porque de lo contrario, lo que elimina su otro
se vuelve una extensión de sí mismo, lo que antes era el otro es una prolongación de sí mismo.
Ejemplos p. 89 “Alcances éticos de Baudrillard”.

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