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Tesis
Las ideas detrás de la obra escrita del arquitecto
Luis Miró Quesada Garland
y el diseño de la obra denominada
Casa Huiracocha.
Aportes para una historia de la arquitectura moderna en el Perú
Elaborado por:
Asesor
Doctor Arq. Juan Alberto Villamón Pró
Lima - Perú
Noviembre del 2018
Dedico esta tesis a los jóvenes investigadores que perciben la existencia de vacíos y silencios
muy graves en la arquitectura moderna en el Perú.
Tengo la esperanza de que este trabajo contribuya a esclarecer algunas de sus inquietudes.
Archivos:
Biblioteca Facultad de Arquitectura Urbanismo y Artes, UNI
Centro Historia UNI
Centro de Información y Documentación del Colegio de Arquitectos
Colección Emilio Harth-Terré, Universidad de Lima
Instituto Riva Agüero
Municipalidad de Jesús María
TABLA DE CONTENIDO
RESUMEN 10
INTRODUCCIÓN 11
REFERENCIAS 200
BIBLIOGRAFÍA 209
ANEXOS 213
ÍNDICE DE FIGURAS
Figura 5.7: Luis Miró Quesada Garland. Municipalidad de Miraflores. .................................... 180
Figura 5.8: Luis Miró Quesada Garland. Casa Gabaldoni. ......................................................... 181
Figura 5.9: Luis Miró Quesada Garland. Casa Gabaldoni. ......................................................... 181
Figura 5.10: Urbanización San Felipe. ....................................................................................... 183
Figura 5.11: Hipódromo de San Felipe. ...................................................................................... 183
Figura 5.12: José Sakr, el constructor. ........................................................................................ 185
Figura 5.13: Casa Huiracocha. Padrón de construcción. ............................................................ 186
Figura 5.14: Luis Miró Quesada Garland. Casa Huiracocha. ..................................................... 187
Figura 5.15: Luis Miró Quesada Garland. Casa Huiracocha. ..................................................... 188
Figura 5.16: Luis Miró Quesada Garland. Casa Huiracocha. ..................................................... 190
Figura 5.17: Luis Miró Quesada Garland. Casa Huiracocha. ..................................................... 190
Figura 5.18: Luis Miró Quesada Garland. Casa habitación en la calle Huiracocha. .................. 194
Figura 5.19: Luis Miró Quesada Garland. Casa habitación en la calle Huiracocha. .................. 194
ÍNDICE DE ANEXOS
RESUMEN
En la historia de la arquitectura peruana del siglo XX, el nombre del arquitecto Luis Miró
Quesada Garland tiene un lugar especial. Su trayectoria como diseñador, profesor universitario e
incansable difusor de la arquitectura moderna está marcada por su obra intelectual Espacio en el
tiempo, la arquitectura moderna como fenómeno cultural, publicada en 1945, así como por la
construcción en 1947 de su vivienda en San Felipe, denominada Casa Huiracocha. Estas dos
creaciones constituyeron hitos en la historia de la arquitectura en el Perú en el siglo XX, que
abren, a su vez, un capítulo en la historia de la arquitectura moderna en nuestro país. ¿Cuáles son
las ideas que están detrás de esta paradigmática casa y de su obra escrita? El presente trabajo
tiene como objetivo revisar las ideas que han motivado al autor de la Municipalidad de
Miraflores (1941) a cambiar su estrategia proyectual por una expresión distinta: la arquitectura
moderna.
Palabras clave: arquitectura moderna en el Perú, Luis Miró Quesada Garland, Casa
Huiracocha.
10
INTRODUCCIÓN
En el caso de la Casa Huiracocha se cuenta con la suficiente información para iniciar una
investigación.
Es necesario, asimismo, llevar a cabo nuevamente un estudio de todo lo escrito sobre esta
obra arquitectónica, ya que existen muchos vacíos [históricos y teóricos]. En algunos casos, la
información confunde al lector, en lugar de orientarlo. En otras ocasiones, la información es
difusa y poco acertada. De ahí que la historia de la arquitectura moderna en el Perú es un
episodio que contiene vacíos de carácter teórico y que no aclara el panorama. Visto así, el tema
podría desalentar al investigador al comenzar su lectura, o también lo podría llevar por un
camino indefinido. Camino que tal vez sea el estado en que se encuentra nuestra historia de la
arquitectura moderna.
Esto convierte a la historia de la arquitectura moderna en el Perú en un asunto cerrado y, de
alguna forma, un tema tabú. No permite la indagación ni la presentación de nuevas visiones que
puedan ofrecer otros puntos de vista.
La investigación se centra en plantear un nuevo enfoque y, al mismo tiempo, en cubrir la
brecha que hasta el momento la historiografía no ha desarrollado.
El tema de investigación
Se ha planteado de la siguiente manera: el libro Espacio en el tiempo y la Casa Huiracocha son
los puntos claves que toman los investigadores como el nacimiento de la arquitectura moderna en
el Perú. En la presente investigación, este enfoque no es suficiente para explicar el inicio del
pensamiento moderno arquitectónico, y por eso se considera un vacío.
Pocos autores han citado otro texto escrito por el arquitecto Luis Miró Quesada Garland. Se
trata del libro de texto para el curso que dictó en la Sección de Arquitectos Constructores de la
antigua Escuela Nacional de Ingenieros: Análisis de la función arquitectónica2, en 1946. La
omisión se debe a que el texto se divulgó en formato Multicopias, a diferencia de Espacio en el
tiempo3.
Entonces, ¿cuándo y cómo se inicia la arquitectura moderna en el Perú? La historiografía ha
dado un lugar a la casa del arquitecto Luis Miró Quesada Garland, la emblemática Casa
2
Libro de curso del segundo año del Departamento de Arquitectura, Escuela Nacional de Ingenieros.
3
La resonancia que tuvo Espacio en el tiempo a través de los años se fue apagando, quizás por el interés que causó
su obra arquitectónica más icónica de la arquitectura moderna en nuestro país: la Casa Huiracocha. Años después, el
desinterés por la Casa tuvo el mismo destino.
12
Huiracocha. Se hace referencia a la historiografía en torno a la década del ochenta del siglo
pasado, época de la celebración de los cuarenta años de la Agrupación Espacio (Córdova, A.,
1998)4.
¿Y el libro Espacio en el tiempo? ¿Cuál es su papel en este contexto, en la historiografía de la
arquitectura moderna en el Perú, en el inicio de la arquitectura moderna en el Perú?
Al margen de estas dos obras, una intelectual y la otra física, ¿cuál es el papel del libro de
texto Análisis de la función arquitectónica en el contexto de los años 1945 y 1947? ¿La omisión
de este libro es casual o simplemente carece de argumentos y termina opacado por el libro
Espacio en el tiempo?5 La formulación del problema que se presenta a raíz de esta omisión es la
siguiente: Espacio en el tiempo (1945) es calificado por la crítica contemporánea como la obra
fundacional del Movimiento Moderno en el Perú, comparable con Hacia una arquitectura de Le
Corbusier. Y esta catalogación de obra fundacional alude a su carácter ideológico porque en ella
Luis Miró Quesada Garland transcribe los postulados de la arquitectura moderna y del estilo
internacional, que habían sido puntos clave 20 años antes. Incluso así, el autor del libro Espacio
en el tiempo no es el primer arquitecto que escribe sobre la nueva arquitectura en un libro
destinado a lectores peruanos6.
Por otro lado, está la obra denominada Casa Huiracocha (1947), emblemática para los
investigadores sobre la arquitectura moderna en el Perú. Antes se mencionó a Le Corbusier y su
libro Hacia una arquitectura (Le Corbusier, 1978). Pues bien, hay una comparación entre el
4
Miembro y fundador de la Agrupación Espacio, asistió al curso como alumno libre al curso. Cuenta con un
ejemplar en versión Multicopias que le fue entregado por el arquitecto Luis Miró Quesada Garland. El curso se dictó
en las aulas de la Escuela Nacional de Ingenieros, en su sede sempiterna de la calle Espíritu Santo. Ver Anexos.
5
En el año 2014, con motivo de la conmemoración del centenario del nacimiento del arquitecto Luis Miró Quesada
Garland, el Colegio de Arquitectos del Perú y la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes de la Universidad
Nacional de Ingeniería organizaron la exposición y ciclo de conferencias en torno a su obra y pensamiento. En
aquella oportunidad, el arquitecto José Beingolea, curador de la exposición, mostró los proyectos más emblemáticos
de Miró Quesada. En el ciclo de conferencias. la disertación más sobresaliente fue la del arquitecto Adolfo Córdova
Valdivia, quien mencionó el impacto del libro de texto del curso Análisis de la función arquitectónica entre los
estudiantes de la antigua Escuela Nacional de Ingenieros. Salvo esta mención y la del Dr. Elio Martuccelli
(Martuccelli, 2017), este libro no ha merecido la atención debida en las investigaciones sobre el inicio de la
arquitectura moderna en el Perú.
6
Fragmentos de Espacio, es un primer libro que reúne una serie de artículos en donde su autor, Héctor Velarde,
incorpora el término arquitectura moderna. Fue publicado en Lima, en 1933.
13
arquitecto suizo y el arquitecto Miró Quesada, porque ambos parten primero de una obra
intelectual y luego concluyen con la obra arquitectónica. Es decir, antes de la obra arquitectónica
el diseñador escribe un texto donde manifiesta lo que será el cambio, a qué se aspira: una
ideología, una teoría.
Considerando esta idea, la obra intelectual y la obra arquitectónica ¿se puede afirmar que
Luis Miró Quesada Garland es el primer arquitecto en plantear un cambio circunstancial en la
arquitectura peruana del siglo XX? ¿Es la Casa Huiracocha, de San Felipe, la primera obra
moderna en el Perú?
Y estas preguntas nos llevan a plantear otra: si es la primera obra moderna en el Perú,
entonces, ¿qué hace su autor para dar la expresión “moderna” a su nueva casa? En este punto
conviene definir algunos conceptos para aclarar el concepto arquitectura moderna en el contexto
del año 1945 en el Perú: ¿qué significaba “arquitectura moderna” en 1945 entre los profesores-
arquitectos de la Sección de Arquitectos Constructores de la Escuela Nacional de Ingenieros?
Queda entendido que en ese enfoque la obra intelectual precede a la obra arquitectónica. Es
evidente también que Espacio en el tiempo es un texto ideológico del pensamiento arquitectónico
del Movimiento Moderno, y la Casa Huiracocha es consecuente a sus principios. En ese mismo
orden de ideas, los historiadores han dado por sentado esta relación de idea y obra.
El arquitecto alemán Ludwig Mies van der Rohe plantea que para lograr concretar la idea en
una obra se requiere de una metodología (Carter, 2006). Si se toma esta premisa, Espacio en el
tiempo no presenta un plan metodológico, sino un plan ideológico. Entonces, ¿cuál es la
metodología de Luis Miró Quesada Garland para dar expresión a su obra emblemática, la Casa
Huiracocha? ¿Qué ha hecho cambiar su expresión anterior, la cual usó para el edificio de la
Municipalidad de Miraflores de 1941?
La hipótesis parte del supuesto que la metodología estaría desarrollada en el libro de curso
Análisis de la función arquitectónica (1946), y que también precede a la construcción de su
emblemática casa, la Casa Huiracocha (1947).
En ese sentido, el libro de curso Análisis de la función arquitectónica sería la pieza clave
que explicaría por qué el arquitecto Luis Miró Quesada Garland cambió su metodología de
diseño, la denominada línea neocolonial, por la moderna. Queda por demostrar el papel que tiene
este texto en la configuración de su emblemática Casa Huiracocha y, a su vez, en los inicios de la
arquitectura moderna en el Perú.
14
La investigación analiza una serie de escritos desde su publicación en 1926 hasta la última
década de este siglo. La atención se concentra en el periodo 1945-1947, desde la publicación de
Espacio en el tiempo. La arquitectura como fenómeno cultural hasta la construcción de la Casa
Huiracocha.
El trabajo consta de cinco capítulos. En el capítulo I, se hace la formulación del problema,
los objetivos, las premisas de investigación y la metodología. En el capítulo II, se hace una
revisión del origen etimológico del término binomio arquitectura moderna. Seguidamente, el
capítulo III trata de cómo el término arquitectura moderna es usado por los historiadores y
arquitectos peruanos, al igual que por el propio Luis Miró Quesada Garland. El capítulo IV
explica la teoría del arquitecto Luis Miró Quesada Garland, de cómo sus ideas en torno a la
arquitectura moderna reconfiguran su expresión y construyen una nueva estrategia proyectual, un
sistema de diseño distinto al que usó para el concurso de la Municipalidad de Miraflores y otras
obras en la línea neocolonial.
En el capítulo V se emplea la metodología con el fin de operar los conceptos determinados
por Miró Quesada en el libro de curso Análisis de la función Arquitectónica. Así, se daría a
conocer cómo el autor originó el diseño de la Casa Huiracocha. Se revisará el libro Espacio en el
tiempo. La arquitectura como un fenómeno cultural y también otros artículos que publicó en los
años 1945 y 1946. Finalmente, en las Conclusiones se exponen los resultados obtenidos en la
investigación.
15
1.1.3 Justificación
Se plantea ubicar la investigación en el espacio denominado “la arquitectura peruana de la
primera mitad del siglo XX”, determinado en los estudios historiográficos. Este espacio
histórico, además de ser una cronología constituida por fechas, nombres de arquitectos, edificios
emblemáticos, etc., también está conformado por teorías y conceptos. La investigación se centra
en la historiografía que esta vincula con el pensamiento arquitectónico del Movimiento Moderno
en el Perú durante la década del cuarenta del siglo pasado y en particular entre los años 1945 y
1947.
Son dos las razones que justifican la investigación:
La primera razón parte de la preposición siguiente: detrás del proyecto arquitectónico y de la
obra arquitectónica hay un proyecto intelectual que sustenta, con ideas, al producto final [la obra
arquitectónica]. En ese sentido, se presume que las ideas del arquitecto Luis Miró Quesada
Garland entre los años 1945 y 1947 están relacionadas con su obra emblemática, la Casa
Huiracocha. Este hecho sería un vacío en la historiografía de la arquitectura peruana del siglo
16
7
El prólogo fue escrito por el arquitecto Luis Rodríguez Rivero.
17
Respecto a las limitaciones es importante destacar que, durante la elaboración del plan de
tesis, se presentaron dos obstáculos. El primero fue cómo abordar el tema y qué enfoque debería
tener. Después de su revisión, quedó claro que el enfoque estético no era lo más acertado. Luego
de la aprobación del plan de tesis, el enfoque historiográfico ha aportado una categoría y dos
variables que permiten operar sobre una base metodológica mucho más clara. La pregunta de
rigor: ¿Puede llevarse a cabo esta investigación? Con este nuevo enfoque, sí es posible.
1.2.1 Antecedentes
El marco referencial cuenta con tres importantes antecedentes. El primer antecedente del tema de
investigación es la historiografía de la arquitectura moderna. El segundo, es la historiografía de
la arquitectura moderna en el Perú. Ambos antecedentes son el punto de partida del tema de
investigación. Son referentes esenciales para justificar la formulación del problema de la
investigación y plantear las preguntas y los objetivos. El tercero se trata de la teoría escrita por
Luis Miró Quesada Garland.
El primer antecedente, la historiografía de la arquitectura moderna, es un campo muy amplio
y sugiere varios enfoques. La investigación busca reunir los conceptos y las metodologías de los
especialistas en este tema. Entre los historiadores pioneros se encuentran tres destacados autores
que pertenecen a la cultura alemana. Por otro lado, recientes publicaciones dan luces y abren
caminos para abordar el tema. Así, se cuenta con nuevas perspectivas de la historiografía de la
arquitectura moderna. De estos estudios, resalta el reconocimiento de la arquitectura moderna en
Latinoamérica.
El segundo antecedente es la historiografía de la arquitectura en el Perú, es donde se origina
el tema denominado “la arquitectura moderna en el Perú”. Los correspondientes escritos tienen
un carácter distinto a los textos de origen europeo; esto se debe a las condiciones particulares en
la que se estableció el fenómeno en cuestión. El conjunto de textos está compuesto por una
literatura escrita por arquitectos, a diferencia de la europea que pertenecen básicamente a
historiadores del arte y arquitectos especializados en el tema. Los textos son fuentes de
información y marco referencial en las investigaciones acerca de la teoría y la historia de la
arquitectura, en pregrado y posgrado.
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El tercer antecedente tiene un carácter distinto a los anteriores. Este se centra en dos textos
escritos por Luis Miró Quesada Garland, uno de los cuales es un texto para un curso de la
Sección de Arquitectos Constructores8.
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Estos autores han elaborado este concepto arquitectura moderna a partir de los siguientes
aspectos:
- es resultante del cambio de paradigma cultural,
- está inserta dentro de una conversión de una arquitectura que forma parte del proceso
histórico que involucra a una cultura,
- el proceso decisivo de esta arquitectura nace entre los siglos XVIII y XIX, y
- se instaura en distintos momentos y lugares.
Un análisis exhaustivo de los textos de Pevsner, Kaufmann y Giedion fue elaborado por el
arquitecto griego Panayotis Tournikiotis. Inicialmente fue su tesis doctoral y más tarde se
publicó como libro de teoría. Este trabajo ha trascendido el ámbito de los estudios de posgrado y
actualmente se encuentra entre los textos sobre arquitectura moderna consultados por los
docentes y estudiantes de arquitectura.
Por otro lado, se ha consultado la tesis del doctor Arq. Max Aguirre González publicada en la
Universidad Complutense de Madrid.
La categoría arquitectura moderna como concepto teórico
Las variables de la categoría moderna como concepto teórico son las siguientes:
- El sistema proyectual,
- La composición como base científica,
- Materiales y técnicas de construcción inéditos, y
- Un espacio que es correspondiente a estas modificaciones que están introduciendo los
tres puntos anteriores.
Definición del binomio arquitectura moderna
Este punto contribuirá a la definición de la categoría arquitectura moderna. Se han tomado las
referencias de los siguientes autores: Bruno Zevi, Leonardo Benévolo, Peter Collins, Colin
Rowe, Tomás Maldonado, Juan Calduch, entre otros.
En una segunda instancia, otros autores hacen referencia de estas fuentes primarias y es
conveniente mencionarlos en la bibliografía: Kenneth Frampton, Pere Hereu, Erick Figueroa
Pereira, Anthony Vidler, Josep Maria Montaner, entre otros.
b. La arquitectura moderna en el Perú antes de 1945
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Este concepto explicaría las razones que dieron origen a la arquitectura moderna en el Perú que,
como se verá en el capítulo III, empezaría en 1912 en circunstancias particulares. A inicios de la
década del cuarenta del mismo siglo se originaría un cambio de paradigma, definido en dos
conceptos (Aguirre, 2004): la razón mítica y la razón científica.
La categoría arquitectura moderna en el Perú como un concepto teórico
Este punto, se articulan cuatro aspectos (Aguirre González, 2004):
- el sistema proyectual,
- la composición como base científica,
- materiales y técnicas de construcción inéditos, y
- un “espacio” que es correspondiente a estas modificaciones que están introduciendo los
tres puntos anteriores.
Los autores peruanos que han abordado este tema son Emilio Harth-Terré, Héctor Velarde y
José García Bryce. Además, se hace un breve análisis de los textos escritos por José Beingolea
del Carpio, Luis Rodríguez Cobos, Augusto Ortiz de Zevallos, Wiley Ludeña Urquizo, José
Ignacio López Soria, Javier Sota Nadal, Elio Martucelli, entre otros.
c. La teoría de Luis Miró Quesada Garland
En ese contexto surge la propuesta intelectual de Miró Quesada, desarrollada en dos libros, entre
los años 1945 y 1947:
- Espacio en el tiempo, y
- Análisis de la función arquitectónica.
1.3 Metodología
1.3.1 Tipo de investigación
La investigación está planteada como un problema denominado “problema inverso”. Es decir, se
reconstruye un suceso del pasado a partir de las huellas que ha dejado en el presente. (Bunge,
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¿Qué puede aportar a una tesis de maestría —que trata sobre la arquitectura moderna en el
Perú— en la revisión de la historia de la arquitectura moderna? Mucho, teniendo en cuenta que
en las últimas tres décadas las investigaciones sobre este tema arrojan importante información de
valor histórico y teórico.
El marco teórico busca esclarecer el concepto de arquitectura moderna10 en un periodo
particular, denominado Historiografía de la Arquitectura Moderna. Es un campo muy amplio que
requiere de una limitación certera para encontrar el aporte que se necesita y, con eso, construir
una arquitectura de indicios con la que se probará la hipótesis central de la investigación.
Considerando ese propósito, se parte de lo siguiente: la arquitectura moderna es una idea, es
decir, un concepto (Aguirre, 2004). Y este concepto nos introduce en otros dos polos, donde la
arquitectura moderna es un hecho histórico y un concepto teórico.
Figura 2.1: El concepto arquitectura moderna.
Nota: De la historiografía de la arquitectura moderna se ha tomado el concepto arquitectura moderna con el fin de
establecer su doble significado: es un hecho histórico y es un concepto teórico.
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Con el mismo título destaca la tesis doctoral de Emilia Hernández Pezzi (1987). Antes, en 1984, María Luisa
Scalvini y María Grazia Sandri presentaron un trabajo similar titulado L'immagine storiografica dell'architettura
contemporanea da Platz a Giedion.
12
El término arquitectura moderna se desprende de otros términos que surgieron en diversos libros desde la década
del veinte del siglo pasado: la nueva arquitectura, la arquitectura de los nuevos tiempos, entre otros. Si bien el
término binomio se pude aplicar a la expresión de los últimos dos siglos, o cinco para algunos autores, su uso se
emplea para designar a un tipo de arquitectura que surgió en condiciones particulares al final de un ciclo, o periodo,
denominado Arquitectura Moderna, cuyo punto de inflexión se dio entre la segunda y tercera década del siglo XX.
En definitiva, el término binomio está relacionado con el uso de nuevos materiales sintéticos y también nuevos
sistemas de construcción en donde el concreto armado es uno de sus protagonistas.
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Ahora bien, en un sentido etimológico, ¿qué significado tiene el término compuesto? Como
ya se ha visto, está compuesto por dos términos. Cada uno independiente del otro tiene un
significado distinto, pero juntos componen un significado particular. Es, en efecto, un término
binomio porque lo componen dos palabras. Y para poder tratarlo es necesario saber qué es. Si
está compuesto por dos palabras que al unirse expresan un significado de cosas [obras
arquitectónicas, edificios, un periodo, etc.], entonces se trata de una idea. Esta idea tiene un valor
en su definición. A esta definición le corresponde una categoría para distinguirla de otras que se
asocien a ella. En este caso el término binomio arquitectura moderna es una categoría que, a su
vez, tiene más de un significado, como se leerá más adelante.
Al llegar aquí, es imprescindible citar la definición de arquitectura moderna del historiador y
crítico de la arquitectura Colin Rowe (1984):
Por otro lado, el doctor Arq. Max Aguirre González ha sugerido que este término compuesto
o “término binómico”, como lo ha definido Rowe, es una categoría que también encierra una
definición conceptual (ver Figura 2.1). Por un lado, alude a un hecho histórico y también
manifiesta un concepto teórico (Aguirre, 2004).
Sin embargo, su uso equivalente podría confundir los objetivos trazados en la presente tesis.
Por esa razón, conviene aclarar estos términos en el campo teórico que hace referencia el
historiador griego y, para ese fin, se expondrá este asunto de la manera más clara posible. El
trabajo realizado por el doctor Tournikiotis nos proporciona la clave para entender este concepto.
Otro elemento importante para agregar a este panorama está desarrollado en la tesis doctoral del
arquitecto chileno Max Aguirre González13. Su interesante y ambiciosa tesis busca unificar la
expresión de la arquitectura moderna en Chile durante el siglo XX. En esta tesis el autor aborda
el significado de cada término, muy similar a la propuesta de Colin Rowe.
13
En su tesis doctoral, el Dr. Arq. Max Aguirre González ha justificado el uso del término binomio arquitectura
moderna en su afán de explicar cómo este fenómeno es recurrente también en otro contexto y en otro tiempo.
28
Nota: El término binomio arquitectura moderna tiene doble definición. Es un hecho histórico y es un concepto teórico. Por un lado, la historiografía se encarga
de procesar la información que los historiadores han elaborado desde su primera aparición, como término, en un texto escrito. Y por otro lado, destaca el papel
del historiador, de esta historiografía, que selecciona lo textos emblemáticos para su estudio. Hay un doble papel del historiador de esta historiografía: es
imparcial [Tournikiotis] y es crítico [Jencks]. El esquema alude a este doble papel del historiador en su afán por reconstruir la historiografía de la arquitectura
moderna. El aporte conceptual al término binomio está de la mano del historiador chileno Max Aguirre González. Su sistemática organización del concepto en
dos vertientes nos permite encausar su doble papel antes descrito.
Fuente: Elaboración propia
29
En su tesis doctoral, Aguirre amplía este criterio en dos categorías. Por un lado, lo que ha
definido Rowe como un juicio sobre el construir, Aguirre lo determina como concepto teórico. Y
para el término moderno el arquitecto chileno propone la categoría hecho histórico.
Dentro de ese marco, el plan trazado para este capítulo es el siguiente: se explicará de qué
trata cada una de estas categorías y su relación con la metodología propuesta por Tournikiotis en
su Historiografía de la arquitectura moderna a partir de la propuesta del doctor Arq. Max
Aguirre.
30
Así, el ciclo de la arquitectura moderna sería el depurado de las posturas 2 y 3 y que tiene
como epicentro los años 1919 a 1933: el final de la Gran Guerra y el ascenso del poder del
nacionalsocialismo en Alemania.
Este espacio-tiempo tiene como antecedente [como se ha señalado en la postura 2] a dos
grandes ciclos notoriamente diferenciados, aunque íntimamente entrelazados, y que se suceden
en aquel momento. Los últimos lustros del siglo XIX marcan el punto de inflexión. Un límite que
se suele identificar en el campo de la pintura con el nacimiento del Impresionismo (1874) y en el
campo de la arquitectura y el diseño con las aportaciones del Arts & Crafts y, de modo más
general, con el florecimiento de los estilos fin de siglo (Art Nouveau, Modernisme, Grupo de
Glasgow, Secesión, Jugendstil, Liberty, etc.). Pero no son solo aspectos formales los que
caracterizan este giro, sino también:
- el impacto de la industrialización en el sector constructivo;
- la generalización en el uso de materiales nuevos como el hierro, el acero o el vidrio;
- la necesidad de levantar edificios capaces de albergar nuevos usos emergentes (mercados,
fábricas, estaciones de ferrocarriles, pabellones de exposiciones, etcétera); y
- el surgimiento de tipos inéditos, como el rascacielos o el salto de escala, en la
construcción de nuevas ciudades.
Todo esto refuerza la transformación que experimentó la arquitectura en aquellos momentos
y la pertinencia en considerar esta etapa como una transición, un cambio de rumbo.
2.2 La historiografía como una metodología para definir el concepto arquitectura moderna
El libro del doctor Panayotis Tournikiotis La historiografía de la arquitectura moderna tuvo un
fuerte impacto entre historiadores de la arquitectura, ya que formuló un panorama teórico de los
textos más emblemáticos sobre el Movimiento Moderno. Su acogida en los medios académicos
es, sin duda, aceptada y en la actualidad el libro es un punto de partida para indagar acerca de los
orígenes de la arquitectura moderna. De este libro se tomará como referencia la metodología que
ha planteado su autor y que está armada en tres partes: a la primera la calificó como textos
operativos; a la segunda, textos peyorativos; y a la tercera, textos objetivos (Tournikiotis, 2001)
[p. 33]. Esta metodología nos servirá para definir el concepto arquitectura moderna como un
hecho histórico y como concepto teórico, dos categorías propuestas por el doctor Arq. Max
Aguirre González (ver Figura 2.2).
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El Renacimiento presenció la introducción de nuevas El Esprit Nouveau de la arquitectura moderna da un paso adelante:
concepciones del hombre, el espacio y el cosmos partiendo de la revolucionaria abolición de la perspectiva clásica
entero, expresadas principalmente en la imagen de la lograda por la pintura cubista, la arquitectura consiguió hacer
perspectiva; e inauguró una nueva tradición opuesta a realidad por primera vez la interpretación de los espacios interior y
la de la Edad Media. exterior; y sobre todo, logró la incorporación del tiempo y el
Giedion identifica a Brunelleschi como el pionero que movimiento en la concepción de la propia arquitectura.
fraguó esta ruptura.
37
La polémica estructura del discurso operativo de Giedion, como señala Tournikiotis, difiere
algo de su equivalente en Pevsner y Kaufmann:
Tal como se ha advertido en la propuesta de Pevsner y Kaufmann, la arquitectura A es
tomada de manera despectiva, mientras que la arquitectura B es positiva y antihistoricista. En la
propuesta de Giedion la arquitectura A, es decir el siglo XIX, se describe en términos negativos,
como lo opuesto a la arquitectura B (la arquitectura moderna) y como la última etapa de la
decadencia de esta (la arquitectura A), que Tournikiotis la define como “arquitectura A*” (el
Renacimiento). En este punto se concentra el interesante trabajo del historiador griego porque
confronta el esquema de Pevsner y Kaufmann frente al de Giedion, y llega a la conclusión que la
arquitectura A (el siglo XIX) está representada por los ideales del Neoclasicismo, una etapa que
no ha olvidado el pensamiento del Barroco.
En ese orden de ideas, Giedion toma al Renacimiento [“la arquitectura A*] como una
arquitectura que se juzga en términos positivos comparables a los aplicados a la arquitectura B.
Este proceso de vincular las características y los elementos del presente frente a los elementos
positivos de los periodos anteriores se remonta directamente a los propios comienzos. Esto es
para Giedion una garantía de renovación: purifican los efectos del pasado reciente (como paso
entre el Gótico y el Renacimiento) y consolidan características atemporales.
Acotaciones de la postura de Giedion
Tournikiotis resalta el papel que tuvo Espacio, Tiempo y Arquitectura en la polémica de
identificación de los fundamentos que su autor establece para esa tercera fase de la historia de la
arquitectura, una etapa caracterizada por el optimismo de su época (la de Gropius y de Le
Corbusier). Tres puntos claves definen su concepción de la historia:
- La historia no es estática, sino dinámica. El pasado no puede desvincularse ni del
presente ni del futuro.
- El historiador, al igual que el artista, está imbuido del “espíritu de su tiempo”.
- La objetividad del historiador no existe.
Esta idea del zeitgeist o “espíritu de su tiempo” está profundamente arraigada a la filosofía
alemana. Para Immanuel Kant, la historia era el despliegue de un “plano mundial” en el que cada
época encuentra su expresión natural.
38
Para Hegel, en cambio, el zeitgeist era una fuerza activa que daba forma al espíritu de una
sociedad o civilización determinada y que definía su posición en la progresión sociocultural de la
humanidad.
Esta visión histórica ejerció gran influencia en los fundadores germano hablantes de la
historia del arte académica. Jacob Burckhardt, Heinrich Wölfflin, Alois Riegl y Erwin Panofsky,
entre otros; y a través de ellos, en dos de los principales pioneros de la arquitectura moderna:
Nikolaus Pevsner y Sigfried Giedion. Richard Weston ha expresado que este último afirmaría en
su libro Espacio, Tiempo y Arquitectura que “a través de Wölfflin había aprendido a captar el
espíritu de una época” (Weston, Richard, 2011).
La historia “objetiva” de Henry-Russell Hitchcock
La designación de “objetivo” es un intento de Tournikiotis por establecer un perfil del historiador
estadounidense Henry-Russell Hitchcock.
Dos libros son claves para entender la metodología del historiador estadounidense. Su opera
prima Arquitectura Moderna. Romanticismo y reintegración (Hitchcock, 1929) y, con coautoría,
El estilo internacional, la arquitectura desde 1922 (Hitchcock, Johnson, 1932) son los textos
donde el autor expresa, de manera abierta, el apogeo de la arquitectura moderna a través de obras
emblemáticas y además la genealogía de arquitectos del nuevo estilo, en Europa y Estados
Unidos. El último libro citado fue publicado en el año de la Exposición en el Museo
Metropolitano de Arte Moderno, MoMA, bajo el mismo título. Allí se dio por sentada la nueva
imagen de esta arquitectura, la arquitectura del siglo XX: una arquitectura que ha condensado
todas las etapas previas del “ciclo” y ha surgido con una expresión particular. Por estas razones,
era previsto que la historia se encargara de teorizar a esta nueva expresión y mistificar a sus
autores.
Es imprescindible hacer un poco de historia para entender la propuesta del historiador
estadounidense. Para ello, es preciso retroceder unos años hasta 1925 y ver qué estaba pasando
en Europa. En París se realizó la Exposición de Artes Decorativas (Le Corbusier casi no expone
su Pabellón del Esprit Nouveau). En Dessau, Walter Gropius, el director de la Bauhaus, ha
inaugurado el nuevo edificio, un diseño paradigmático para la arquitectura moderna (antes
estuvo en Weimar y dejaron su sede sempiterna a causa del ascenso del nacionalsocialismo en
esa histórica ciudad, la de Schiller y Goethe).
39
40
concepto del espacio orgánico en la arquitectura moderna. Su “caballito de batalla”, en ese caso
su prueba empírica, es la obra del arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright.
En el camino del esquema “operativo”, el arquitecto Leonardo Benevolo estructura la historia
del Movimiento Moderno en un sistema más ordenado. Allí, el autor propone el concepto
arquitectura moderna como un hecho histórico y un concepto teórico. La influencia de la teoría
social del arte (Hauser, 1973) ha repercutido en el vocabulario de Historia de la Arquitectura
Moderna. El sistema de Benévolo está basado en dos planos:
- La crisis de la ciudad industrial y la urgente necesidad de su reforma.
- La narración se ocupa de los hechos artísticos, técnicos y arquitectónicos que surgen en
torno a la genealogía [similar a la propuesta Pevsner-Kaufmann-Giedion] del
Movimiento Moderno (Tournikiotis, 2001).
Estos dos planos revelan un análisis más exhaustivo de los factores sociales que intervienen
en el fenómeno arquitectura moderna. Benevolo estudia las razones del fracaso de la ciudad
industrial y que es, en definitiva, el fracaso de la arquitectura que surgió en esta etapa. Por otro
lado, Benevolo confirma la postura “positiva” de los textos operativos de los tres autores
fundadores, Pevsner, Kaufmann y Giedion. Para Benevolo el ciclo de la arquitectura moderna se
inicia con la simbólica fecha del 14 de junio de 1791, aunque en realidad, como aclara, comenzó
en los años posteriores a la batalla de Waterloo.
La arquitectura moderna, la arquitectura B, nace con William Morris, en 1961, año que se
fundó la firma Morris, Faulkner, Marshall & Co. De esta manera, el ciclo toma forma toda la
segunda mitad del siglo XIX y su punto de inflexión será el año 1919, cuando Walter Gropius
funda la Bauhaus en Weimar. El epicentro de este estadio sería la construcción del edificio de la
escuela en la ciudad de Dessau, en 1925.
Tres textos cambian el panorama: los “peyorativos”
El segundo grupo de textos, denominado “peyorativos” por Tournikiotis, tienen un perfil crítico
y desalentador, a diferencia del optimismo de los textos operativos. Fueron escritos en la década
del sesenta por tres destacados historiadores: Reyner Banham, Peter Collins y Manfredo Tafuri.
El texto de Reyner Banham, Teoría y diseño arquitectónico en la era de la máquina
(Banham, 1960), propone un giro en torno al concepto arquitectura moderna. Para Banham la
Revolución Industrial ha transformado no solo a la ciudad, sino también sus hábitos, esto es, sus
dinámicas. La “máquina” es el primer agente de cambio y no el arquitecto, según el esquema
41
42
- Esta forma está plasmada en la evolución de los sistemas constructivos que en todo el
siglo XIX se manifiestan en las dos líneas: la mítica y la científica. El punto de inflexión
de este cambio de paradigma está expresado en la obra de Auguste Perret. Para Collins, el
arquitecto francés sería el “arquitecto bisagra”.
La propuesta de Collins va en un camino distinto a la de Benevolo. El arquitecto italiano
conduce su historia por una vía materialista, mientras que Collins prefiere indagar en el campo
de las ideas (Tournikiotis, 2001) [pág.172].
El tercer autor es Manfredo Tafuri. Su libro Teorías e historia de la arquitectura completa la
saga de textos elegidos por Tournikiotis. Tafuri refleja el modelo marxista cuando dice que la
lucha por una sociedad liberada debería anteponerse a la búsqueda de una arquitectura para la
sociedad (Tournikiotis, 2001) [pág. 193]. Coincide con Zevi cuando afirma que la disciplina (la
arquitectura) “estaba corrompida hasta la médula (…) toda la historia tenía que ser examinada de
arriba abajo” (Tournikiotis, 2001) [pág. 195]. El carácter del libro es estrictamente crítico y pone
de manifiesto su voluntad por plantear nuevas reglas de juego. Se propone, en un plano teórico-
crítico, la definición del término historia. Tournikiotis encuentra tres tipos:
- Historia A: Es la historicidad, la historia en el presente.
- Historia B: Es el historicismo, la historia del pasado.
- Historia C: Es la crítica-histórica, la historia entendida como la ciencia que permite un
conocimiento objetivo, concreto, global, científico, preciso y motivado de la realidad.
La Historia A y la Historia B vienen a ser el hecho histórico; y la Historia C, el concepto
teórico.
Otros autores posteriores a los “nueve textos” de Tournikiotis
Hasta este punto, se han repasado los nueve textos seleccionados por Tournikiotis para elaborar
su Historiografía de la Arquitectura Moderna. Tanto por su carácter y por el momento histórico
de su publicación, el libro trata de unificar un pensamiento en torno a la arquitectura moderna,
como un hecho histórico y un concepto teórico. Es pertinente la mención de otros siete textos
que contienen la información que se alinean con los textos antes vistos.
La selección también tiene tres grupos, como la del historiador griego, y esto es solo una
coincidencia. Los textos se agrupan a partir de la metodología que cada autor ha considerado
pertinente, según el caso:
- los textos “formalistas”;
43
44
45
desde 1900 (Curtis, 1986) e Historia de la arquitectura occidental (Watkin, 2001). Ambos
indagan por el modelo “histórico” y formalista.
Los textos de “sentencia” son dos: Movimientos Modernos en arquitectura (Jencks, 1972) y
Después del Movimiento Moderno (Montaner, 1993). El libro de Jencks fue en realidad su tesis
doctoral dirigida por Reyner Banham. El autor desanuda un problema que nadie se atrevió a
indagar (Tafuri lo “denunció” pero no explicó sus causas). La generación de Tafuri, “y él
mismo”, como afirma Tournikiotis, cuestionó la genealogía del Movimiento Moderno, aunque
dejó libre el camino a proponer una solución. Tafuri pensaba, dice Tournikiotis, que en todo caso
surgiría retroactivamente como una consecuencia más o menos natural de los cambios. Se
desconoce si Jencks tomó esto como una oportunidad para sustentar el cómo del
desmoronamiento de los ideales del Movimiento Moderno y que se manifestó, como un hecho
histórico [y desmitificó el nuevo paradigma, el “sistema de proyectación” moderno] en la
demolición de la primera torre de viviendas de Pruitt-Igoe, en 1972 (año de la publicación del
libro de Jencks). Otros dos libros de Jencks van por ese camino: Arquitectura 2000,
predicciones y métodos (Jencks, 1980) y El lenguaje de la arquitectura Posmoderna (Jencks,
1981).
En el caso de Montaner, su libro base Después del Movimiento Moderno, arquitectura de la
segunda mitad del siglo XX (1995) explica, a manera de diagnóstico, el final del ciclo de la
llamada arquitectura moderna. Esto incluye el ocaso del Movimiento Moderno como “estilo” y
el nacimiento de una nueva etapa que se solapa antes del día en que murió, en 1975 según
Jencks. Esto último es, sin lugar a dudas, el aporte de Montaner, porque desarrolla una
metodología donde convergen todas las herramientas que los historiadores han probado en sus
textos. La crítica de Montaner va más allá de la sentencia del final del Movimiento Moderno; por
el contrario, insiste en explicar las causas del deceso [teórico] y así encontrar respuestas para
construir, por fin, la historia de la arquitectura moderna.
46
47
distinta a la europea. Se instaura en distintos momentos, en distintos lugares, cada vez en una
“circunstancia histórica única y original”. Esto explica que existan arquitecturas modernas
variadas y que puedan haber surgido en distintos momentos y en distintas culturas, con sus
propias peculiaridades (Aguirre González, 2004).
48
posmodernidad parte de un esquema distinto: la arquitectura moderna ha muerto y este hecho fue
pronosticado, de alguna manera, por los historiadores.
En el esquema de Tournikiotis, los textos conforman un corpus unitario. Todos tratan sobre
la arquitectura moderna en tres momentos. El primer momento, al que denomina “operativo”, lo
constituyen los textos fundadores. Es decir, son los textos que operan de manera positiva en
favor de una nueva arquitectura (arquitectos, obras, todo el universo en torno a la Primera
Generación de arquitectos modernos). Asimismo, los textos “operan” a favor de un nuevo
lenguaje internacional, que vendría a ser la arquitectura del siglo XX que tanto se esperaba y
llegó de la mano de este grupo de arquitectos, bautizados como la Primera Generación.
Se observa, entonces, que el papel “operador” de los tres primeros textos seleccionados por
Tournikiotis es de fundar los cimientos de un nuevo pensamiento detrás de una arquitectura
moderna distinta hasta ese momento. Sus tres autores escriben sus textos entre 1936 y 1941 y,
posteriormente, participan de las respectivas reediciones. Un autor trabaja de manera
independiente a los tres autores europeos. Se trata del historiador estadounidense Henry-Russell
Hitchcock. Su papel como constructor de la idea de una nueva arquitectura es crucial en dos
textos emblemáticos. El historiador griego lo denomina “objetivo”. El segundo momento
corresponde a dos autores que tuvieron un desempeño distinto a los fundadores (Pevsner,
Kaufmann y Giedion). El papel más destacado es del arquitecto italiano Bruno Zevi (1945) que
intenta replantear la idea de arquitectura moderna que los “operativos” habían fundado una
década atrás. De esta manera, el historiador italiano inaugura una nueva forma de entender el
tema a través del análisis crítico, que parte de que la idea de arquitectura moderna requiere de un
cambio de conceptos y para esto es necesario hacer una revisión de la teoría de la arquitectura.
En el camino de los “operativos”, destaca el arquitecto italiano Leonardo Benevolo, quien
continúa la saga trazada por los tres fundadores. Junto a Zevi, conforman la bisagra entre los
fundadores y el siguiente grupo de historiadores. El tercer momento lo conforman tres textos
denominados por Tournikiotis como “peyorativos”. Sus autores critican los fundamentos de la
primera generación de autores, denominados “operativos”. Es decir, la crítica va dirigida a
Pevsner, Kaufmann y Giedion.
El esquema de Charles Jencks es distinto. El autor estadounidense no planeó hacer una
historiografía, tampoco una historia de la arquitectura como sus contemporáneos Collins,
Banham y Tafuri. Su papel fue dar por concluido, en una histórica sentencia, el ciclo de la
49
arquitectura moderna, que murió, en 1972, con la destrucción de la primera torre de viviendas
de Pruitt-Igoe (Jencks, 1984), diseñada entre 1954 y 1955. Una sentencia que marcó el final de
un ciclo que empezó, como ya se ha señalado, en 1919. Jencks afirma que el periodo que él ha
concluido en 1972, en Pruitt-Igoe, es el final de una etapa donde acontecieron varios hechos
previstos por los historiadores de la arquitectura moderna (Jencks, 1980). Jencks sustenta esta
acción [premonitoria] del historiador, a partir de la idea planteada por Karl Popper, denominado
como “efecto Edipo” [pág. 13]:
Esta idea es pertinente por dos razones. La primera, porque es opuesta al planteamiento de
Tournikiotis. El historiador griego, como ya se ha expuesto, tiene una postura imparcial y está
sujeto a un esquema que no le permite emitir juicios más allá de los parámetros de la
historiografía. La segunda razón, parte de la necesidad de tener una idea opuesta, una
contrapropuesta. En ese sentido existen dos propuestas (ver Figura 2.5). La de Tournikiotis es
importante porque reúne, en un corpus, los textos que han construido el concepto arquitectura
moderna de la mano de tres generaciones de historiadores de la arquitectura. Es notorio que hay
una alusión, solapada, del método de las generaciones en la selección de los tres grupos de
arquitectos que coinciden con esta metodología (Ortega y Gasset, 1956). Por la fecha de la
publicación del libro de Jencks, podemos deducir que examinó las actuaciones de los autores [los
nueve propuestos por Tournikiotis] en sus obras escritas. Las actuaciones más singulares son las
tres figuras emblemáticas del primer momento: Pevsner, Giedion y Hitchcock. Los tres autores
van a reelaborar sus posturas en distintos momentos y, según el “efecto Edipo”, en el transcurso
de las décadas del cuarenta, cincuenta y sesenta pronostican el ocaso de la arquitectura moderna.
Esta actitud es consciente debido a la necesidad de hacer una revisión de los postulados del
Movimiento Moderno. Este planteamiento crítico surge en el primer libro de Zevi.
50
Por otro lado, el arquitecto Leonardo Benevolo incorporó una metodología novedosa [la
sociología del arte] y, en ese sentido, complemento al esquema histórico de los tres textos
“operativos”. Benevolo logró sistematizar la historia de la arquitectura moderna en un texto
unitario, con las bases científicas de sociología del arte. Su objetivo fue introducir las fuentes
históricas y cubrir muchos vacíos que los anteriores autores [incluyendo Zevi] dejaron en sus
emblemáticos textos. Su esfuerzo por evitar el desmoronamiento [que planteo Zevi en su primer
libro] del concepto arquitectura moderna ha quedado demostrado en sus ocho ediciones. Una
actitud “apasionada” que resulta “desapasionada” para Jencks según su propuesta denominada el
“efecto Edipo”. La revisión de los conceptos detrás del fenómeno llamado arquitectura
moderna, planteado por Zevi en 1945, es, sin dudas, un anticipo de la muerte de la arquitectura
moderna, de sus postulados y sus orígenes [teóricos].
La visión sistemática de Benevolo es la más compleja de todos los textos seleccionados por
Tournikiotis. Los textos denominados “peyorativos” abren un nuevo panorama aún más crítico.
El libro de Collins trata de conciliar, al igual que Benevolo, la imagen negativa que han dejado
los textos fundadores (Pevsner, Kaufmann y Giedion); sin embargo, no alcanza la organización
de Benevolo. El texto de Banham incorpora un giro distinto al tema. Para el autor británico la
idea de la máquina (distinta a la idea plantea por Le Corbusier) ha configurado la arquitectura de
los siglos XVIII, XIX y XX. Siendo este último el tiempo donde la máquina ha llegado a su
punto de inflexión y así ha dado forma a una nueva arquitectura (la arquitectura del siglo, tan
esperada).
Por su parte, Tafuri (1968) es el autor a quien le corresponde dar por terminado el ciclo de la
arquitectura moderna cuando plantea un “nueva teoría” para entender su final y el inicio de un
cambio [la posmodernidad].
Seguido a la revisión de los textos [seleccionados por Panayotis Tournikiotis] bajo la lupa
[del efecto Edipo] de Charles Jencks, se plantea, de manera preliminar, algunas conclusiones
como resultado de confrontar esta postura con la de Max Aguirre González.
51
52
- Materiales y técnicas de construcción novedosos [que expresan una línea del diseño
distinta].
- Su composición con base científica [la tecnología ambiental se incorpora en la
composición y juega un papel fundamental en la configuración de la nueva arquitectura].
- Un nuevo sistema de diseño, con nuevos principios que incorporan los factores antes
mencionados (una nueva estética que reemplaza la enseñanza de la arquitectura bajo los
modelos clásicos).
53
Nota: La categoría arquitectura moderna en su doble significado, como un hecho histórico y un concepto teórico.
Fuente: Elaboración propia
54
55
zeitgeist] a una “razón científica”. Estos puntos, sobre todo el último, serán retomados en el
próximo capítulo para organizar el corpus de la historiografía de la arquitectura moderna en el
Perú. Por ahora, conviene señalar que desde la aparición de los textos denominados
“peyorativos”, la “razón científica” se ha impuesto sobre el mito de la Primera Generación del
Movimiento Moderno. El concepto arquitectura moderna ha tomado un tamiz distinto. Ahora
tiene carácter científico y es resultante de una acción de la sociedad industrial y postindustrial.
La idea que la arquitectura moderna se puede instaurar en otro lugar y en otro tiempo (Aguirre,
2004) es un planteamiento [de Banham y Tafuri] que se contrapone a la visión “romántica” de
los primeros textos [Pevsner, Kaufmann y Giedion]. En el próximo capítulo se verá cómo esta
idea va a calar en la historia de la arquitectura moderna en el Perú y el paradigmático proyecto
denominado Casa Huiracocha.
56
15
Bruno Zevi (1945), ha sugerido dos grupos de arquitectos, cada uno con una línea de diseño. Uno, de corte más
racionalista, mientras que el otro, es de una clara línea orgánica, la expresionista. Esta, según Zevi, surgió junto a la
denominada línea racionalista y no tomada en cuenta por los autores “operativos”.
57
caso, los autores de los textos que conforman las historias en torno a la Arquitectura Moderna en
el Perú, que pretendemos reunir en un corpus denominado como el concepto arquitectura
moderna en la Historiografía de la Arquitectura Moderna en el Perú16.
Estos son los componentes del método para este capítulo, una categoría y dos variables:
- El concepto arquitectura moderna será la categoría, y su doble significado, como un
hecho histórico y un concepto teórico, serán las variables.
Elementos que operan en las variables son los siguientes:
- La razón mítica y la razón científica,
- El agente de cambio, y
- El cambio de paradigma.
Los tres elementos conducen a plantear tres preguntas clave para luego armar el esquema de
trabajo:
- Cómo se origina el doble discurso, la “razón mítica” y la “razón científica”, en el caso de
la Arquitectura Moderna en el Perú.
- Cómo definen los autores el concepto arquitectura moderna en el plano de la
arquitectura peruana del siglo XX.
- Qué aspectos intervienen en el cambio de paradigma [pasar de la razón mítica a la razón
científica].
A partir del esquema historiográfico se analizará el corpus teórico que reúne los textos de
varios autores.
16
En la Introducción se hizo mención de la existencia de varias “historias” sobre la Arquitectura Moderna en el
Perú. Actualmente se cuentan hasta seis versiones. La orientación de cada una de estas historias parte de la
denominación del concepto arquitectura moderna. Unas, por ejemplo, se centran en el hecho histórico,
menoscabando el aporte de las ideas. Por el contrario, y en menor número, otras apuestan por valorar el concepto
teórico como eje gravitante en la inserción de la arquitectura moderna en el Perú. La historia de la arquitectura
moderna en el Perú aún no ha sido aún escrita y espera la atención de los investigadores.
17
Recientemente, la Universidad de Lima ha publicado el “Catálogo de la Arquitectura Moderna en el Perú” de las
autoras Alejandra Acevedo y Michel Llona. Salvo este trabajo, no existe un estudio que haya tomado el tema como
58
su atención para cubrir el vacío que hasta la fecha nadie la ha abordado con la debida
seriedad que merece. En ese sentido, en este subcapítulo se reúnen los textos seleccionados
que explican cómo se establece la arquitectura moderna en el Perú. Seguidamente, se
analizará cada uno con el fin de identificar, como diría Ortega y Gasset, su pensamiento de
acuerdo al momento en que fueron publicados. Dicho lo anterior, partimos de que la
categoría arquitectura moderna es tomada en esta investigación como un hecho histórico y
un concepto teórico. Para medir el alcance de estas dos vertientes, será necesario identificar
tres elementos que operan en las variables [la arquitectura moderna como un hecho histórico
y como un concepto teórico]:
- La razón mítica y la razón científica,
- El agente de cambio, y
- El cambio de paradigma.
La selección de los textos lo conforman hasta siete historias. Cada una relata el
acontecimiento denominado “arquitectura moderna” en el Perú. A continuación, se verá
cómo las revistas en Lima cumplieron el rol de difusores de la arquitectura moderna. Más
adelante, en la década del 20, surgen dos figuras en el ámbito de la arquitectura, Emilio
Harth-Terré y Héctor Velarde. A mediados de la década del 40, surge la figura de Luis Miró
Quesada Garland. Sus escritos no se comparan a la copiosa información publicada por los
dos anteriores, sin embargo, calaron hondamente en la generación en torno a la Agrupación
Espacio. En adelante, las historias toman un tamiz distinto. Serán el relato de hechos del
pasado; en consecuencia, una historiografía. Las relecturas de estos hechos tienen como
protagonistas a los tres anteriores Harth-Terré, Velarde y Miró Quesada. El arquitecto e
historiador del arte José García Bryce, será el primer autor en concebir una historia de la
arquitectura sujeta a variables operativas. Más adelante, se presentaron varias maneras para
relatar los hechos. En el siguiente grupo, están las historias de Augusto Ortiz de Zevallos,
Luis Rodríguez Cobos y José Bentín Diez Canseco. A raíz de los 40 años de la Agrupación
Espacio, los arquitectos José Beingolea del Carpio, Adolfo Córdova y otros autores,
presentaron una versión de los hechos y una genealogía de arquitectos que surgió en torno a
la Reforma Universitaria de 1945-1946 y el cambio de paradigma en la enseñanza de la
eje central en una investigación. Es un trabajo alentador porque presenta, por un lado, notables aciertos, por otro
incide en el método “puro visibilista” planteado por García Bryce.
59
arquitectura. En adelante, se plantea dos líneas históricas. Una es la crítica de lo que pasó,
mientras que la otra es la reconstrucción de los hechos en base a las generaciones y sus obras
más significativas. En esos dos caminos, encontraremos que los textos reafirman
acontecimientos del pasado como hechos consumados. Es el caso de la crítica de Wiley
Ludeña y Elio Martuccelli. Por otro lado, los textos de Reynaldo Ledgard, Juan Carlos
Doblado, Manuel Cuadra y Fernando Utia Chirinos buscan reafirmar el papel de Miró
Quesada y Agrupación Espacio en el inicio de la arquitectura moderna en el Perú.
Finalmente, recientes estudios sobre el tema nos informan, con mayor frecuencia de
publicación, el interés por la historia de la arquitectura moderna en nuestro país. Es el caso de
los textos sobre Héctor Velarde, Mario Bianco, Fernando Belaunde y otros actores en torno a
los años 1945 y 1950. Por otro lado, los blogs tienen un papel importante en la difusión de
este tema. Asimismo, los catálogos de arquitectura moderna nos informan del estado actual
de los edificios emblemáticos de este periodo.
3.1.1 Antecedentes
Las revistas de arquitectura
Las revistas son difusoras de las “ideas” que se importan del extranjero, de Europa,
Norteamérica y de la región, Sudamérica. En el Perú, hasta el año 1937, no existía una
revista especializada en arquitectura. En el resto de Latinoamérica, circulaban desde la
segunda década del siglo XX revistas dedicadas exclusivamente a la arquitectura [Es el caso
de la revista Arquitectura, publicada en Montevideo]. La revista El Arquitecto Peruano,
fundada en 1937, fue la primera revista especializada en temas relacionados con la
arquitectura, la construcción, el urbanismo y hasta la decoración. Fue el difusor de la
arquitectura moderna, pero no la primera. Antes, la revista Ciudad y campo y caminos
difundió imágenes de la arquitectura moderna europea y norteamericana.
Antes de la creación de la Sección de Arquitectos Constructores en la Escuela Nacional de
Ingenieros, la difusión de la arquitectura se dio, de alguna manera, a través de las revistas.
Entre ellas, destacan Variedades y El Perú ilustrado y Mundial. En Ingeniería, revista del
Centro de estudiantes de Ingeniería de la Escuela Nacional de Ingenieros, se informa el uso
del concreto armado en la construcción (ver Figura 2.1).
60
Fuente: Archivo Historia UNI. Universidad Nacional de Ingeniería, Lima, Perú.
En la primera década del siglo XX, desde 1908, la Panamerican Union difundió su idea
de modernidad a través de su Bulletin. En las tres primeras décadas del siglo XX surge el
proyecto de la unidad americana. Dos marcadas vertientes se contraponen. Por un lado
tenemos la “América” sajona, proyecto que germinó en torno a la “Doctrina Monroe” y
cristalizado en los Congresos Panamericanos de 1889. Por el otro, “Nuestra América”,
término que acuñó el cubano José Martí con el afán de dar a conocer los lazos [culturales y
artísticos] que unen a los latinoamericanos. Fruto de esta noción unitaria, surgió un espíritu
americanista en torno al arte. En el plano de la arquitectura, el proyecto “americanista” tuvo
como fin, en la obra escrita de Ángel Guido y Martín Noel, la conexión de toda una
“América” mestiza a través de su arquitectura18. Este trance ha abarcado casi medio siglo del
18
El afán de los historiadores argentinos por proponer un proyecto continental contrasta con la introspección teórica
en el resto del continente. En casi toda Latinoamérica surgieron propuestas teóricas que se orientaban al proyecto
“identitario” nacional. En México, el Muralismo fue el medio de difusión de las ideas post Revolución. En el Brasil,
la noción de “antropofagia”, de Oswald de Andrade, constituyó el eje central de la actividad artística. En el Perú,
país de “hondas raíces”, como afirma el arquitecto Héctor Velarde, surgieron los movimientos intelectuales y
artísticos con el afán de identificar una raíz en común. Resulto en una búsqueda de identidades que propiciaron en la
plástica, en la pintura y la arquitectura, formas variadas y consecuentes con sus propósitos. Décadas más tarde, en la
Argentina, los conceptos de “autonomía” y “periferia”, del arquitecto-historiador Ramón Gutiérrez, calaron en las
61
ideas de su generación. Esta última es, sin duda, una señal de la convicción de los historiadores argentinos por
construir un proyecto continental, en el panorama del arte y la arquitectura.
19
Alberto Tauro del Pino nos informa que Harth-Terré recibe el diploma de ingeniero-arquitecto en 1925 [Diploma
Nº 438]. Antes, en 1922, había obtenido el diploma de Ingeniero Civil [Diploma Nº 400].
62
20
De manera paralela, Héctor Velarde también publicaba en Ciudad y Campo y Caminos. Su artículo “La
arquitectura y el cemento armado”, apareció junto a los “Modelos” de Harth-Terré (1928, enero-febrero, Nº 28). Por
otro lado, Velarde también hacía uso de la revista como medio de difusión de su práctica como proyectista. Esto se
aprecia en la publicidad titulada “Villas Modernas” de la firma C. Guyant & Co., donde el autor de los Baños de
Miraflores aparece como el arquitecto responsable del diseño de un “chalet” (Ciudad y Campo y Caminos, 1928,
marzo-abril, p. 17).
63
Fuente: revista Ciudad y Campo y Caminos (1928). Modelos de Arquitectura Peruana. Modelo: Cusco.
Estética Urbana
El libro fue publicado en Lima por la Casa Editora E. y F. Rosay, en 1926 (ver Figura 3.3).
El texto, como señala su autor, no tiene como objeto formar un extenso volumen de
urbanismo, sino simplemente glosar temas generales, que se relacionan con la estructura y la
estética de nuestra primera ciudad en la república (Harth-Terré, 1926) [pág. 9]. Bajo ese
propósito, el autor identifica los elementos del urbanismo, tales como la calle y sus tipos de
dirección, recta o curva, la circulación, leyes y reglamentos del urbanismo, entre otros
aspectos. Además, señala la necesidad de contar con una “estética de las fachadas” (p. 52).
Para ello, sugiere incorporar elementos del “Arte incaico” y el “Estilo colonial peruano” [pp.
56-64]. Sobre el “Arte incaico”, el autor señala lo siguiente:
Cada día que pasa, el interés por las ruinas de los edificios de los antiguos habitantes
de este estéril y rico Perú se despierta en los hombres de estudio. Y no solamente es en
nosotros, que por tenerlas a la vista somos los primeros impresionados por la riqueza y
variedad de los artefactos artísticos que contienen, sino de otros hombres de otros
países bien lejanos, que, atraídos por esta riqueza, variedad y por el número, se
64
Es probable que el autor aluda a Hiram Bingham, quien en 1911 dio a conocer las ruinas
de Machu Picchu. Más adelante, el autor señala la incursión de los investigadores peruanos
en el estudio del arte inca:
En esta cita, es posible que el autor haga referencia a la influencia de elementos de las
culturas del Antiguo Perú a través del diseño gráfico en portadas de libros y también temas
“incas” en la pintura. Harth-Terré pudo haber tomado como referente los diseños de Elena
Izcue y las pinturas de José Sabogal. Luego, el autor señala el potencial del arte inca incluso
sobre el arte moderno:
Parece inútil recomendar el estudio de todos estos motivos para su aplicación; los
verdaderos artistas, los diletantes que espectan [sic] nuevas fuentes de inspiración para
producir obras que tengan un carácter nuevo, siempre que se conserven dentro de los
cánones del arte, deben echar de cuando en cuando una mirada sobre las riquezas que
nos han legado los incas: las telas, la alfarería, los tallados, piedras, colores,
arquitectura; riquezas que como los rayos de la aurora recién comenzaremos a ver y
tratar de aplicar en ricos motivos, a las líneas modernas de una ornamentación.
En el zigzag de tanteos de la arquitectura y ornamentación, el llamado Arte Decorativo
Moderno, ha pasado tangencialmente con el estilo primitivo de los peruanos [p. 62].
Con esta cita, se puede ver el interés del autor por ubicar el arte inca dentro de la estética
contemporánea al grado, inclusive, de posicionarla delante del Déco. En la siguiente cita, el
65
autor sustenta sus razones de por qué tomar los elementos “precolombinos”21 en la
arquitectura:
Para la arquitectura ornamental, los grandes rasgos de la arquitectura incaica (con ese
término me refiero a la civilización precolombina en el Perú de cualquier origen que
fuera) y la previsión en la construcción y emplazamiento de sus edificios, que se
desentrañan del estudio paciente de los monumentos, son fuente inagotable de
recursos y un enorme libro de piedra, imperecedero, de donde podemos inspirar
nuestra obra [pp. 62-63].
Fuente: Estética Urbana (1926). Biblioteca Facultad de Arquitectura Urbanismo y Artes, Universidad Nacional de
Ingeniería, Lima
21
Los conceptos “Arte Precolombino” y “Arte Antiguo Perú” no tienen el mismo significado, sin embargo, el uso de
cada uno de ellos cumple una función estrictamente cronológica y, en ese sentido, determinan un mismo espacio y
tiempo. En 1921, J. C. Tello lo puso en práctica en su texto titulado Historia del Antigua Perú. Puede que Harth-
Terré haya leído ese texto y así haberse enterado de las investigaciones del fundador de la arqueología peruana.
66
Hoy como nunca, por primera vez en la historia, la humanidad tiene una civilización
universal – no así una cultura- y cada pueblo se debate en el mismo problema, de
resolver por sus propios medios y hurgando en las más prístinas fuentes de su
tradición, para dar con la vertiente cristalina en la que pueda aplacar su sed: su sed de
cultura y por ende, su sed de arte [pág. 2].
Tal como sugiere el autor, la humanidad alcanza, por primera vez, con el urbanismo,
características similares, aunque en condiciones distintas. La “civilización universal” ha sido
posible por el impacto de la Revolución Industrial, en el siglo XVIII, que originó, en los
22
El término contemporáneo, propuesto por en este trabajo monográfico, coincide con la conclusión de la Comisión
V del mencionado congreso, ¢La arquitectura contemporánea, su expresión estética y los nuevos métodos y
materiales de construcción¢.
67
siguientes dos siglos, un hecho sin precedentes, primero en Europa y los Estados Unidos de
Norteamérica y luego en el resto del mundo: la ciudad moderna (Benévolo, 1977) [pp. 100-
154]. Por otro lado, el autor identifica a la cultura como un “problema” alterno al efecto
“universal” de la civilización. La cultura, es un tema que está circunscrito a un contexto
particular, de “las más prístinas fuentes de la tradición”.
Figura 3.4: Emilio Harth-Terré. Por una arquitectura contemporánea que sea nuestra.
Fuente: Por Una Arquitectura que sea Contemporánea (1947). Colección Emilio Harth-Terré, Biblioteca de la
Universidad de Lima. Lima, Perú.
Artículos en El Comercio
Harth-Terré publicó frecuentemente artículos en el diario El Comercio. En el artículo
titulado “Por una arquitectura peruana”, del 23 de diciembre de 1933, el autor, dice Tauro
del Pino, “propicia el aprovechamiento del rico tesoro de nuestra tradición, interpretándolo
dentro de los cánones modernos”. Esta afirmación confirma su idea de una arquitectura
peruana publicada en Ciudad y Campos y Caminos (1928).
Artículos en El Arquitecto Peruano
En la revista El Arquitecto Peruano, Emilio Harth-Terré publicó diversos artículos
relacionados con la Arquitectura Moderna. Desde su fundación, en 1937, la revista convocó
a los dos intelectuales más destacados en ese momento: Velarde y Harth-Terré. En “¿Qué es
funcionalismo?” (Harth-Terré, 1937), el autor identifica algunos conceptos que serán temas
del libro de Miró Quesada, Espacio en el tiempo. La arquitectura moderna como fenómeno
68
cultural (1945). Harth-Terré identifica los aspectos que conducen a este concepto. A través
de un análisis lógico-racional, el autor separa los aspectos estrictamente físicos de los
aspectos sensoriales.
En 1963 (Harth-Terré, 1963), publican su artículo “Una historia de la arquitectura en el
Perú”. Allí, el autor hace una sinopsis de un trabajo en preparación. Referente a la
arquitectura moderna en el Perú, Harth-Terré afirma lo siguiente:
69
Fuente: Fragmentos de Espacio (1933). Complejo de Innovación Académica. Pontificia Universidad Católica del
Perú
70
71
Prosigue elogiando la calidad alcanzada en el uso del vidrio. La pluma de Velarde es tan
audaz que nos hace ver una obra maestra, un objeto perfecto, la máquina de habitar de
fachada cristalina, transparente y esmerilada (Velarde, 1933) [pág. 22]. Culmina, algo
intrigado, respondiendo a sus preguntas:
Más adelante, el arquitecto Velarde hará prueba del filo de su esgrima, antimoderna, en
una obra emblemática: el Hildemeister de la calle Aldabas, en el Centro de Lima.
En “La arquitectura moderna”, Velarde explica cómo se encuentra la armonía. Para él son
dos factores:
Uno espiritual, que es el artístico. Otro material, que es el científico. El primero surge
del alma expresando nuevos ideales, nuevas maneras de sentir, nuevas interpretaciones
de la vida, y el gusto cambia y anima nuevas formas en la eterna belleza. El segundo
surge de la materia, es la materia misma en que quedan impresas las épocas del arte, es
la materia con que se construye y que impone sus leyes limitando la fantasía y
exigiendo e cálculo. En arquitectura estos dos factores dependen el uno del otro. Ellos
se equilibran, armonizan, se compenetran y forman la unidad perfecta de aspiración y
posibilidad en los hombres [pág. 28].
72
73
En “El adobe y la arquitectura moderna entre nosotros”, Velarde expone la idea de que a
un medio natural le corresponde uno material. Y para el caso de Lima, ese material es el
adobe. Sustenta su idea a partir de una anécdota [de Mr. Francis]:
Dice que los peruanos se protegen del sol con mucha sabiduría. Observa que en los
sótanos y subterráneos la temperatura es fresca y la sombra segura. Pues bien, nada
más sencillo; sobre muros de adobe o paredes de tierra apoyan una leve armazón de
madera, la cual es cubierta por una gruesa capa de barro que ellos denominan ‘torta’.
El sótano o subterráneo que así constituido sobre la superficie de terreno. La
construcción que, en todas partes se hace del suelo para arriba, aquí se hace al revés,
puesto que el suelo de tierra resulta en el techo… Luego, como se ha deseado
constituir un sótano o subterráneo perfecto, lo racional es que los muros no presenten
ventanas y que, tanto la luz como la ventilación vengan indirectamente por medio de
un dispositivo elevado, que salga sobre la superficie de la tierra, absorba el aire
exterior, coja la luz sin dejar pasar los rayos y transmita un fresco digno de gran
profundidad. Estos dispositivos tienen la forma de ventiladores de buque y se orientan
del mismo modo. Se llaman ventanas “teatinas” … [pág. 53].
Como vemos, y aunque haya mucha exageración e ironía en la forma, tenemos que
admitir que el adobe de tierra cruda vuelve directamente a la tierra cruda y que la
habitación se confunde sin mayores procesos con el suelo. El principio constructivo
es, filosóficamente de tribu. Su naturalismo es evidente. Su aplicación es directa y su
duración bastante buena para el objeto que se logra. Es difícil, pues, deshacerse de
tantas raíces y comodidades [pág. 53].
74
Por todo lo anterior justificaría, según Velarde, por qué el público [limeño] carece de
pasión por la arquitectura:
Luego de estos argumentos, el arquitecto Héctor Velarde toma un caso, una obra, la que
considera un error. Un despropósito:
El Palacio de la Exposición. Este edificio, si fuera cierto, es decir, si existiera tal como
fue concebido en piedra, sería digno de mayor aprecio y respeto. Pero
arquitectónicamente, que es sinónimo de constructivamente, el Palacio de la
Exposición no existe. Es la maqueta, el molde de yeso que se hace en la miniatura para
construir después, un Palacio de Exposiciones verdadero. Lo que pasa es que esa
maqueta o modelo ha sido monstruosamente agrandada hasta llegar a la escala humana
[pág. 55].
75
En seguida, el autor expresa sus impresiones del nuevo sistema constructivo en tres obras
paradigmáticas de la arquitectura en Lima.
Culmina este capítulo con la mención de una obra que reúne las características formales
del concreto. La Casa Piedra:
76
Aquí estamos en presencia de algo moderno, de adobe y que gusta mucho. No puede
haber más contradicciones juntas. Pero todo se explica. Hemos principiado nuestra
exposición con la arquitectura en adobe, primitiva y condenada por Mr. Francis; luego,
pasando fugazmente por la arquitectura de piedra que tiene sus remotos orígenes en la
madera, hemos llegado a la arquitectura del cemento armado, y ahora, como caídos de
las nubes nos encontramos de nuevo frente al adobe. Esto sustituye seguramente una
de las mejores pruebas de que los extremos se tocan. Podemos también, al observar
este fenómeno, formular la hipótesis de que la evolución arquitectónica universal ha
completado su ciclo y que a nosotros nos ha cabido el honor de cerrarlo con llave de
oro. Lo que sale de la tierra, vuelve a la tierra… [pág. 71].
En este párrafo, Velarde elabora lo que será la tesis que sustenta la existencia de un hilo
conductor en la arquitectura peruana, como veremos más adelante. Notamos, también, que
se ha liberado de fuerzas celestiales [en este caso la prueba de que Dios hizo al hombre de
barro] y, más bien, alude a una presencia mítica a través de la tierra.
La naturaleza del concreto armado es el siguiente capítulo que se ocupa del arquitecto
Velarde. En “La arquitectura y el cemento armado”, el autor explica cómo surgió este
sistema constructivo. De cómo pasó de una simple jardinera a la construcción industrial y,
en adelante, a la habitación moderna del siglo XX.
En la última parte del libro el autor presenta dos temas que son el interés en los centros de
estudios en Europa y los Estados Unidos de Norteamérica. Por un lado, está “La casa barata”
y luego la “Arquitectura en Norteamérica”.
En “El sentido del esfuerzo en la arquitectura moderna”, Velarde manifiesta su interés
por el método formalista de Heinrich Wölfflin (ver Figura 3.6). Con didácticos dibujos, el
arquitecto Velarde explica una síntesis formal de la arquitectura a través de los tiempos
(Velarde, 1933) [pp. 159-183].
77
Notas: La Pirámide de compresión versus la Pirámide de extensión.
Fuente: Fragmentos de Espacio (1933). Complejo de Innovación Académica. Pontificia Universidad Católica del
Perú
Fuente: La Arquitectura en Veinte Lecciones (1938).
El plano debe llenar las exigencias de todos los servicios y funciones para los cuales se
concibe y debe satisfacer las necesidades de la circulación, la luz, el aire a que tiene
derecho el hombre. Las dimensiones de los muros serán calculadas y en forma de
espacios será siempre cómoda para su objeto. Todo tendrá su justo valor. Estos
23
El autor se basa en Teoría de los Elementos de la arquitectura del arquitecto francés Julien Guadet. Este
importante académico es, quizás, el último representante de la tradición clásica en torno a la Escuela de Bellas
Artes de París, que siguió los postulados de J. N. L. Durand, el apóstata de la enseñanza clásica a través de los
tipos. Es probable que de estas fuentes el arquitecto Héctor Velarde haya captado la noción de “estilo”.
79
El primer factor esta la razón de ser de la obra [lo útil]. En el segundo, su estabilidad,
su equilibrio [lo constructivo]. Si no se realizan debidamente estos dos propósitos no
habrá Arquitectura.
Estas dos condiciones fundamentales de verdad en la obra arquitectónica dividen por
sí solas el estudio de la Arquitectura en dos partes:
1° Estudio de la disposición y proporciones
2° Estudio de la construcción
Hay una tercera parte, la que no se enseña y la que hace brillar la belleza con más o
menos luz. El gusto [lo estético].
Estos tres grandes factores forman la trinidad de la obra de arte en Arquitectura [pág.
3].
80
Arquitectura peruana
Este texto cuenta con tres ediciones. En la primera edición (1946), publicada en México, el
autor hace una síntesis de la evolución constructiva y estética de la arquitectura peruana24
(ver Figura 2.8). En el capítulo “Época Republicana” [pp. 161-172], Velarde denomina
“renacimiento” a aquella época de “construcción de muchas obras de un estilo que se podría
llamar “neocolonial peruano” [p. 166]. El autor considera a los arquitectos Marquina,
Malachowski y Sahut como verdaderos artífices de este “renacer” [p. 167]. Valora el aporte
del escultor español Manuel Piqueras Cotolí a través de su “estilo” denominado neoperuano
y también del pintor José Sabogal. El autor identifica obras notables y también a sus autores.
Destaca la obra de Emilio Harth-Terré y Augusto Álvarez Calderón. Más adelante, el autor
transmite sus ideas acerca de la obra de Enrique Seoane Ros:
24
Se ha tomado como referencia la edición de 1978.
25
El texto completo de este artículo apareció en El Arquitecto Peruano N° 79.
81
posee actualmente una arquitectura propia que le da magnificas posibilidades estéticas y que,
con orgullo y en un lugar de honor, figurará algún día en la historia del arte americano (p.
171). Cierra el capítulo y el libro con la mención de dos obras de “arquitectura neoclásica y
moderna”. El Ministerio de Salud Pública y el Edificio Reiser y Curioni.
En la edición de Héctor Velarde. Obras Completas (1966) [Tomo 4, pp. 157-322], el
tenor de la cita anterior ha cambiado. Dice: “Evidentemente estábamos muy lejos de la
arquitectura actual pero su expresión sutil y pura, vino después a diferenciar la arquitectura
moderna en el Perú de otras arquitecturas modernas [p. 315].
Más adelante, Velarde menciona los pormenores en torno a la Reforma Universitaria de
1945:
Durante los últimos años, desde 1945, aproximadamente, desde que se renovó por
completo la enseñanza en la Escuela Nacional de Ingeniería [sic], hemos contado con
promociones de arquitectos formados como en las escuelas más avanzadas de Europa
y América (pág. 316).
82
Las tendencias “Neo colonial” y “moderna” chocaban, pero también se integraban hasta
llegar a gratas adaptaciones plásticas produciendo soluciones que ostentaban algunos
edificios y casas residenciales.
Desde 1945, aproximadamente, se afirmó cada vez con más autoridad doctrinaria la
arquitectura funcionalista. Intelectuales y jóvenes arquitectos la difundieron y lucharon por
ejercerla en forma exclusiva y polémica (Agrupación Espacio; 1949). Luego, la Universidad
Nacional de Ingeniería acogió plenamente su enseñanza.
83
Este tamiz que plantea Velarde es un camino entre las dos líneas que se enfrentaron en la
década del 40. Tal como veremos en El barroco, arte de conquista (1980), Velarde
selecciona las obras que él considera dentro de ese tamiz. La obra del arquitecto Enrique
Seoane Ros es, según lo expresado por Velarde, el paradigma de nuestra arquitectura de la
segunda mitad del siglo XX.
Figura 3.8: Héctor Velarde. Arquitectura peruana.
Nota: Primera edición.
Historia de la arquitectura
Es el primer libro en lengua castellana que trata sobre la historia de la arquitectura26. En este
texto (ver Figura 3.8), el autor (Velarde, 1949) está convencido de que la arquitectura
moderna está presente en Latinoamérica, pero con matices distintos en cada país. Según él,
la proximidad entre México y los Estados Unidos de Norteamérica, ha colaborado en “su
avanzada arquitectura” con “aspectos de un nacionalismo racial indígena que, si bien son
algo doctrinarios, no dejan de tener originalidad y carácter¨ [pág. 210]. El caso de Perú es
distinto, como califica Velarde. El autor se inclina por revalorar las dos vertientes que
subyacen en las raíces y tradiciones de nuestra cultura. Considera que estas dos vertientes,
26
Las ilustraciones, a pluma, son de Ricardo Malachowski Benavides.
84
una de “milenaria cultura indígena” y la otra de “honda tradición española”, están latentes y
por esa razón “presenta resistencia a las formas puramente funcionales y novedosas de la
arquitectura actual [la arquitectura moderna]” (p. 211). Aun así, se inclina, con optimismo,
por “la actividad de la juventud de vanguardia organizada en la ‘Agrupación Espacio’” [pág.
211]. Luego, esboza la idea de una propuesta intermedia. Una arquitectura que se ciñe a las
características particulares de nuestra cultura:
En 195827, la Editorial Losada reúne más de 30 artículos de Héctor Velarde (ver Figura 3.9).
A juzgar por la introducción, el autor se enfrenta a la arquitectura moderna. Esta vez, el
oponente es el arquitecto carioca Oscar Niemeyer. La Pirámide invertida también está
relacionada a su idea de que los sistemas constructivos han evolucionado en 5000 años:
El autor define dos arquitecturas. Por un lado, aquella que la denomina arquitectura
“tradicional” o del pasado y, por el otro, la denominada “arquitectura del presente”. Según
él, la arquitectura del pasado ya había culminado, en alusión a el “ciclo de la arquitectura”,
27
En Héctor Velarde. Obras completas, tomo 5 (1966), aparecen solo ocho de los artículos publicados por la
Editorial Losada. El título del libro, La pirámide invertida, puede aludir a un diseño del arquitecto brasilero Oscar
Niemeyer para la ciudad del Caracas, el Museo de arte Moderno.
85
que maduró desde el Renacimiento y floreció entre los siglos XVIII y XX, como se ha
definido en el capítulo II. Un ciclo, que, según Velarde, no cabe un eslabón más [pág. 7]:
El vacío entre la arquitectura del pasado y la arquitectura del presente estaba marcado
por una ruptura sin remedio, era el término rotundo y fatal de algo que quedaba
desprendido y suelto como un enorme fruto de piedra y, al mismo tiempo, el principio
de un florecimiento aislado, la presencia de algo sin pasado que se imponía.
El eslabón del pasado, según Velarde, tiene características particulares. Para el autor, la
arquitectura del pasado “se construía en piedra, ladrillo, adobe, concreto, es decir, con
materiales que solo pueden trabajar a la compresión. La única forma estable era la piramidal.
No podía existir otra. Era el principio básico de todo equilibrio” [pág. 7], tal como lo afirmó
en Fragmentos de Espacio (Velarde, 1933) [pp. 161-183]. La arquitectura moderna, en
cambio, afirma Velarde:
…nos parece en realidad tan distinta que no nos podemos habituar a considerarla sino
como cosa extraña, de otro orden, de otra familia. Esta arquitectura, sin embargo, no
hace sino reflejar, como todas las arquitecturas decentes, el material de construcción
que las levanta y les da cuerpo [pág. 8].
Figura 3.9: Héctor Velarde. La pirámide invertida.
86
Esta cosa extraña, como manifiesta Velarde, obedece a características particulares. Los
materiales de la arquitectura moderna son “el acero, el cemento armado, el pre-estirado,
sobre todo, cuya novedad es, precisamente, lo que traduce la arquitectura moderna con la
mayor ingenuidad del mundo [pág. 8].
El arquitecto Velarde aduce que a “esos materiales de construcción ya no les interesa
trabajar a la compresión, sino ¡oh cosa inaudita!, a la flexión, a la extensión, a la tensión, son
materiales que quieren estirarse a todo trance en vez de comprimirse” [pág. 8]. Esta
particularidad de la arquitectura moderna, como afirma Velarde, ha roto el natural
crecimiento de la arquitectura del pasado. En síntesis, la arquitectura moderna desfigura el
esquema piramidal, la “envolvente de compresión” [pág. 8]. En ese trance, la arquitectura
[en 1958] se traduce en dos líneas:
La noción de una arquitectura es, para Velarde, aquella que une ambas oposiciones.
Según él, están integradas en “el mismo punto donde una acaba y la otra principia” porque
“se trata en el fondo de una sola pirámide, completa esta vez, con sus dos haces, como las
que existen realmente en el espacio de la geometría pura”. Entonces, la arquitectura de hace
5000 años se complementa con la otra, la arquitectura moderna. Separadas por el vértice,
pero, en definitiva, como afirma Velarde, es un mismo cuerpo armónico [pág.10].
En la “Paradoja del concreto armado”, Velarde nos recuerda el rol del “andamiaje” en la
arquitectura. Desde los griegos y romanos hasta los constructores del gótico, el andamiaje
cumplió un papel protagónico y elemental. Sin embargo, ese rol dentro de la arquitectura
moderna, la del concreto armado, resulta una paradoja [pág. 45]. Velarde afirma que la
arquitectura del concreto armado “depende, aunque parezca un absurdo, del andamiaje, es
decir, de la arquitectura, de la estructura leñosa, limitada y humilde” [pág. 45]. El andamiaje,
dice Velarde, en la arquitectura del concreto armado es:
87
…el molde mismo de esa arquitectura; es el encofrado. Allí se arman los aceros y se
vacía el cemento. El andamiaje forma y soporta la construcción en lugar de levantarla,
la construcción obedece al andamiaje, lo respeta y se duerme sobre él para despertar
después solidificada y suelta. Pero limitada, sin la independencia estructural a que
tiene derecho, sin libre expresión del triunfo [pág. 46].
28
El autor ve necesario integrar el uso del andamiaje en la nueva expresión de la arquitectura moderna. De los
constructores italianos encuentra notables lecciones como el uso del molde. Allí, insiste Velarde, existe equilibrio,
armonía y fusión, entre el molde y la estructura. El autor aprecia las obras del arquitecto italiano Pier Luigi Nervi.
29
El texto carece de paginación. Por esa razón no se ha indicado de qué página se han tomado las citas. Fue
presentado en la Muestra del Barroco Latinoamericano en Roma (1980). Está ilustrado con imágenes que el autor
ha seleccionado en dos partes. Por el carácter de la muestra, puede que el texto haya cumplido una suerte de
catálogo, y eso explicaría la ausencia de la paginación.
88
arte indígena y el arte barroco. En la segunda parte, el autor justifica su interés por
incorporar esa noción en la arquitectura moderna. En la primera parte del libro, Velarde
presenta obras que expresan la fusión entre el arte indígena y de la conquista. Sus ejemplos
son obras de carácter religioso y algunas casas, en Trujillo y Arequipa. En la segunda parte
del libro, el autor inicia con la presentación de la casa colonial. Sobre la casa republicana,
Velarde manifiesta que ésta “florece sobre la barroca y se abre al sol de la independencia
con dignidad y lirismo, con la luz de lo romántico. La Lima colonial, es decir, barroca,
quedaba como fondo y base”. Como en Arquitectura peruana (1946), el autor hace un
recuento de las “etapas” de la arquitectura republicana, de carácter ecléctico y situado en
Lima. Reafirma que en la segunda década del siglo XX aparecieron una serie de “estilos”
conjuntamente con “aficionados” que llenaban la ausencia de arquitectos. En la tercera
década, afirma Velarde, se hicieron presentes tres expresiones:
Era de toda urgencia para nuestras raíces arquitectónicas, para que no murieran
definitivamente, que se cruzasen y nutriesen con productos tradicionales nuestros,
aunque fueran arcaicos, y vino como respuestas el “neo-colonial” y el “neo-andino”
que, en lenguaje más justo y elocuente, fue el neo-barroco.
Estas expresiones arcaizantes, pero justas, como afirma Velarde, dieron frente al avance
foráneo de “influencias extrañas en nuestro medio ambiente”. Afirma luego, que surgió un
renacer de lo propio:
89
Todo esto se dio entre los años 1925 y 1955 y coincidió con la arquitectura moderna,
afirma Velarde. La cita siguiente concentra la idea de una expresión autóctona que está
presente en nuestra arquitectura:
Con esta afirmación, el arquitecto Velarde plantea que la “arquitectura peruana”, como él
la ha definido en varios textos, es consecuente a una línea expresiva única y original a través
del tiempo. A pesar de estar teñida de muchos matices, su lenguaje plástico responde a la
idea de la fusión de formas en el tiempo30. Como ha manifestado, es tan pertinente esta idea
que la misma arquitectura moderna tomó sus formas y dio ejemplos notables [en la obra del
arquitecto Enrique Seoane Ros].
El texto concluye con la inclusión de la denominación de “arquitectura neobarroca
limeña” en lugar de arquitectura neocolonial. Esta arquitectura, como ha expresado el autor,
presenta características particulares en la capital.
Figura 3.10: Héctor Velarde. El barroco, arte de conquista.
30
Aquí Velarde manifiesta su simpatía con Henri Focillon, el autor de Vidas de las formas.
90
91
Es lamentable que todavía en el Perú estemos en la etapa –que otros países han
superado, ya, hace más de dos décadas- de la discusión teorética de la verdad y
existencia de una arquitectura contemporánea. Es lamentable que cuando en otros
países la polémica gira sobre las enseñanzas adquiridas y la trayectoria al futuro de la
nueva arquitectura, entre nosotros, tengamos que afanarnos todavía en probar,
rebasando falsos nacionalismos y seudos tradicionalismos, la necesidad irremediable
de una nueva arquitectura [pág. 193].
Figura 3.12: Luis Miró Quesada Garland. Las Moradas.
Fuente: Revista Las Moradas, Nº 5 (1948)
92
Para Miró Quesada, los “estilos” no tienen valor arquitectónico, sino valor histórico
arquitectónico [pág. 193]. Con esa intención, descalifica a los “neos” por su carencia de
“espíritu”:
93
94
En 1991, Miro Quesada escribe el artículo titulado “La arquitectura moderna en Lima”
(Miró Quesada, 1991) [pp. 41-47]. Allí el autor plantea una línea de tiempo de la
95
arquitectura moderna (ver Figura 3.14). Es un intento de cubrir algunos silencios y vacíos de
la Historia de José García Bryce (1980). En la primera parte del texto, el autor retoma
algunos pasajes de sus escritos desde 1955. Además, se aprecia que en un lapso de 25 años
Miró Quesada ha integrado nuevos elementos, con datos más precisos y más nombres de los
actores de la historia de la arquitectura moderna en Lima. A diferencia del artículo de Fanal
(Miró Quesada, 1955) [Nº 45, pp. 28-31], en DAU el arquitecto Miró Quesada se ubica
también como un actor protagónico de la gesta moderna en el Perú. En su afán por
reconstruir una serie de hechos en torno al inicio de la arquitectura moderna en el Perú, Miró
Quesada considera que las jornadas de la Reforma Universitaria motivaron a los estudiantes
de la Sección de Arquitectos Constructores a incorporar nuevos docentes:
96
Más adelante, Miró Quesada detalla la creación de la Agrupación Espacio [pág. 44].
Luego, hace mención de su curso, Análisis de la función arquitectónica (1946), que dictó en
la Escuela Nacional de Ingenieros. Referente a las obras más destacadas, Miró Quesada
manifiesta haber sido participe de la nueva arquitectura, con su casa en San Felipe,
denominada Casa Huiracocha. Antes, hace mención de algunas obras relacionadas con
Héctor Velarde:
En términos latos creo que puede decirse que hasta los años cuarentaicuatro no se dan
ejemplos de lo que hoy se conoce como arquitectura moderna. El arquitecto Velarde,
antes, había diseñado el Casino de Ancón, el edificio de Reiser y Curioni, el Club
Regatas Unión y otros, pero a mi leal saber y entender, eran más bien casos de
modernismo que de nuevo enfoque. Lo mismo creo, aunque acercándose más a la
nueva arquitectura fueron los casos de las llamadas casas buques que proliferaron por
ese entonces y cuyos mejores ejemplos se deben a los arquitectos Dammert, Tizón e
igualmente Velarde [pág. 45].
97
Luego, el autor hace una selección de las obras que si alcanzan la categoría de nueva
arquitectura:
A partir del año 44 no puede hablarse todavía de obras, pero sí de proyectos diseñados
dentro de los nuevos planeamientos y lugares, como fueron los casos del proyecto para
un ‘Centro recreacional para Lima’ del arquitecto Mario Gilardi y el proyecto para el
‘Club Regatas Lima’ del arquitecto Manuel Valega. Correlativamente el 45 en el
Departamento de Arquitectura los proyectos escolares encontraron una moderna
expresión, como pueden ejemplarizar el del estudiante Wakeham, ‘Una Estación de
Inmigración’ y el proyecto de Agurto, un Hotel Casino [pág. 46].
Antes de entrar a relatar su propia casa, el arquitecto Miró Quesada Garland identifica
algunas obras y a sus proyectistas:
98
Nota: El texto aparece en el Tomo IX, Procesos e Instituciones. La imagen corresponde a la Quinta Edición.
Fuente: Historia del Perú (1984). La Arquitectura del Virreinato y la República.
Todas estas características van a definir una metodología y también un método de trabajo
que será un modelo recurrente en posteriores investigaciones.
El esquema cronológico que presenta el texto plantea dos líneas de tiempo superpuestas.
Por un lado, está presente la historia del país a partir de los hechos sociales, económicos y
políticos. Estas variables van a propiciar, en gran medida, la aparición de una arquitectura;
salvo contadas intervenciones de gestores que cambiaron el curso de una expresión. Por el
otro, el hecho arquitectónico se presenta como una acción activa en manos de sus propios
actores. Estos, los arquitectos, se presentan de manera individual y/o colectiva y dan
solución a las demandas del comitente, el estado y los sectores privados.
En el libro, se pone en práctica el sistema de las generaciones de arquitectos. Esto es una
clara alusión al “método de las generaciones” de Ortega y Gasset y difundido por el
historiador peruano César Pacheco Vélez. En el libro de García Bryce es importante la
99
acción del arquitecto en el ámbito social y cultural. Por ese motivo, el autor lo incorpora
como una pieza clave en los “periodos”.
La incorporación de nuevas teorías, como la Einfühlung y la Pura visualidad, es una de
las novedades del libro. El autor es consciente del papel de la objetividad del historiador. Por
esa razón, fundamenta su idea de continuidad y autonomía sin olvidar la influencia
occidental a través del “Encuentro” y luego el mestizaje. En ese sentido, y como ya se ha
visto, su idea de una arquitectura propia se acerca a los conceptos establecidos por los
arquitectos peruanos Emilio Harth-Terré y Héctor Velarde.
La cronología de Arquitectura del virreinato y la república está marcada por hitos en la
historia del Perú. Estos hitos, como ya se ha señalado, son resultado de la superposición de
las dos cronologías. García Bryce ha denominado a los espacios entre hitos-cronológico
como ‘periodos’. En el caso del siglo XIX, la República, el autor ha considerado gravitante
el hecho que la arquitectura más significativa es la que se construyó en Lima. Establece
cuatro momentos importantes: la casa particular 1900, la arquitectura entre 1840 y 1880, la
arquitectura del último cuarto del siglo [y parte del primer cuarto del siglo XX] y la
arquitectura fuera de Lima.
El autor ha denominado al periodo 1880-1920 como una etapa de “eclecticismo y
academicismo”. En este periodo, su interés es señalar los “estilos” que aparecen en un
momento crucial en la arquitectura. Señala la acción de los arquitectos en constituir un
cuerpo gremial a costa de una insipiente doctrina de la arquitectura por la ausencia de una
especialidad en la antigua Escuela Nacional de Ingenieros.
El autor analiza la acción de los arquitectos y define un rasgo distintivo (1980):
El academicismo Beaux-Arts de fines del siglo XIX y principios del XX adoptó con
frecuencia formas más grandilocuentes que las de la fase precedente, pero insistiendo
siempre en la claridad y racionalidad funcional y espacial basada en la formulación de
un ‘patio’ que expresase inequívocamente el destino de la obra [pág. 121].
100
En esta cita se puede ver cómo el autor distingue los elementos que dan forma a un
esquema recurrente en el sistema de diseño que imperaba a finales del siglo XIX y
comienzos del XX.
De las primeras décadas del siglo XX, destaca la ‘impronta’ de notables obras en Lima,
por un marcado carácter académico. Al mismo tiempo, señala lo limitado que se encontraba
la técnica y los materiales constructivos y que, a pesar de estas deficiencias, se hacían
grandes esfuerzos:
Luego, el arquitecto García Bryce señala además la falta de un cuerpo de arquitectos que
sea capaz de asumir los encargos, con conocimiento para la proyección en los planos y la
capacidad técnica para la ejecución:
En ese contexto, afirma García Bryce, llegó al Perú el arquitecto polaco Ricardo de Jaxa
Malachowski. Señala que su obra es de “alto nivel de profesionalismo y de conocimiento”
[pág. 123]. Junto a la obra de Malachowski, destacan también las obras de los arquitectos
Claudio Sahut y Rafael Marquina.
El periodo 1920-1945 está marcado por el impulso del capital extranjero en el Perú
durante el denominado Oncenio de Leguía. Es, sin dudas, una etapa fructífera para la
101
La tónica de los edificios del lado este es más deliberadamente neocolonial, debiendo
destacarse la introducción de un mayor movimiento en la volumetría mediante el
empleo de torres centrales en los edificios Boza y Sudamérica, pero manteniendo la
unidad y homogeneidad en el tratamiento, que constituye una de las principales
cualidades de la plaza [pp. 135-136].
Más adelante, al autor ha remarcado en este periodo la incursión de los arquitectos en los
denominados “estilos pintoresquistas y exóticos” [p. 137]. En los años 20, se incrementa el
auge de las “villas” y los “chalets”. En ellas, afirma el autor, hay un abandono de las formas
cerradas, como se ha mencionado anteriormente, por “composiciones irregulares y no
axiales de volúmenes” [p. 137]. El matiz común de estas arquitecturas fue su carácter
antiacadémico y, por el contrario, más cercano a la “inspiración campestre europea”:
102
Según García Bryce, el neocolonial y neoperuano son tendencias que tuvieron aceptación
entre los arquitectos. En algunos casos su la plasticidad, novedosa y original en los años 20,
fue una línea recurrente en la obra de destacados arquitectos. Esta característica demuestra
que lo esencial estaba en la construcción misma y, en ese sentido, lo exterior se adapta a ella.
El arquitecto García Bryce ha tratado de explicar el origen del neocolonial desde la obra
inicial del arquitecto polaco Malachowski. En el Palacio Arzobizpal, obra iniciada por Sahut
(Tamayo, 2017), la fachada responde a una línea academicista y a un diseño innovador, por
103
primera vez, como ha demostrado el autor del texto, en donde han desaparecido los órdenes
clásicos [frontones, columnas, pilastras, etc.] por portadas, balcones de madera tallada. Con
esta obra, asegura García Bryce, “se inició el auge del neocolonial hacia finales de la década
de 1920” y que “terminó desplazando al academicismo francés como estilo institucional y
representativo” [pág. 142]. Aquí el autor hace una clara alusión a la influencia de la línea
Beaux-Arts en los diseños de Sahut para el Palacio de Gobierno [ala norte] y la tienda por
almacenes Oechsle de la Plaza de Armas.
En ese trance, la obra del escultor Manuel Piqueras Cotolí tomó interés por su intento de
crear un “orden arquitectónico peruano e indígeno-colonial”. La máxima exaltación de esta
propuesta fue, conjuntamente con Héctor Velarde, el proyecto para la Basílica de Santa
Rosa, en Lima. Aquí, como afirma García Bryce, “Piqueras ensayará una fusión más
completa y no ya exclusivamente decorativa sino también arquitectónica, entre las formas de
raigambre hispánica y las prehispánicas, principalmente tiahuanaquenses e incaicas” [pág.
143].
La influencia neoperuana no fue solo propósito de los arquitectos. En la pintura, la
expresión más importante de la primera mitad del siglo XX se dio en torno a la Escuela de
Bellas Artes, en el movimiento denominado indigenismo encabezado por el pintor José
Sabogal. En torno a este grupo de pintores, surgieron también propuestas arquitectónicas,
como la de Sabogal en el Parque de la Reserva, en el barrio limeño de Santa Beatriz, y la
casa-taller del pintor Enrique Camino Brent. García Bryce se inclina por valorar la obra del
Parque de La Reserva [donde también tuvo actuación Sahut] como una expresión que busca
alcanzar connotaciones románticas y hasta bucólicas, en un escenario idílico y creado para
albergar paseos, piletas y hasta una logia. Todas estas expresiones, según el autor, reúnen las
características de síntesis entre lo hispano y lo andino propiciado por Piqueras y Sabogal.
Sobre esto, García Bryce asegura que “las diferentes facetas de la búsqueda de una expresión
arquitectónica específicamente peruana (neocolonial, neoperuano, neoprehispánico) fueron
manifestaciones románticas tardías del interés por lo nacional, su pasado y sus expresiones
de arte y cultura” [pág. 144].
El auge del estilo neocolonial se dio en gran medida, como expresa García Bryce, desde
finales de la década del 30 hasta 1945. Los ejemplos más destacados de ese periodo son los
Palacios Municipales de Lima y Miraflores. Cada uno fue el resultado de un concurso
104
La concreción de estos valores plásticos se elaboraba a la par con “una expresión teórica
y literaria representada por los artículos de Héctor Velarde sobre el carácter y las bases
estilísticas de la arquitectura peruana, los ensayos y levantamientos de monumentos de
Emilio Harth-Terré y algunos escritos de Carlos Morales Macchiavello” [pág. 147].
La influencia del neocolonial, como afirma el autor, se elevó también a las ordenanzas
municipales, donde se adoptó como el “estilo” en los edificios que se construyeran en el
Centro histórico de Lima [pág. 147]. Este hecho, paradójico, contrasta con la destrucción de
parte del Centro de Lima a raíz de la creación de las avenidas Tacna y Abancay,
ocasionando la pérdida de cuantiosa arquitectura del periodo virreinal, de carácter
residencial y religioso [pág. 147].
En el periodo denominado “arquitectura moderna antes de 1945 en Lima” [pág. 148], el
autor sostiene que el éxodo de la burguesía y la clase media propició el abandono del Centro
de Lima, de manera paulatina al inicio del siglo XX y que se intensificó a partir de las
105
décadas del veinte y treinta. De este periodo destaca una obra que causó controversia por su
altura y expresividad: el Edificio Gildemeister, del arquitecto alemán Werner B. Lange [pág.
148]. En el libro Fragmentos de espacio, antes citado, su autor hace una valoración estética
del edificio, donde encuentra razones para justificar su intromisión en la apacible calle
Aldabas [hoy jirón Azángaro]. García Bryce, por su parte también valora la expresión del
Gildemeister y otros edificios que guardan similares características:
106
El autor destaca las características del sistema diseño academicista Beaux-Arts inmersos
en la línea Art Déco de Guzmán y Haacker Fort. Aclara, también, que esta expresión se sitúa
en una etapa previa a la línea racionalista. En cuanto a las obras de mayor envergadura,
García Bryce identifica dos obras emblemáticas: el Instituto Nacional del Cáncer (1939) y el
edificio Reiser y Curioni (1942). Son obras que, según él, transmiten una señal de transición
entre la línea academicista [reglas de armonía y balance] y racionalista o funcionalista
[ausencia de decoración]. En la línea más racionalista, pero protectora de una configuración
axial, García Bryce identifica tres obras: el Ministerio de Salud Pública, de 1939, la nueva
Escuela Nacional de Ingenieros, terminada en 1945, y la iglesia de Nuestra Señora de los
Desamparados, de 1940 [pág. 150].
Más adelante, el autor hace mención del “estilo buque”. Considera que es “una
derivación de la arquitectura racionalista, cuyos creadores [Le Corbusier, Gropius, J, J. P.
Oud, entre otros] proclamaban una estética maquinista y funcionalista”. Los creadores de
esta línea arquitectónica, según García Bryce, buscaban algo distinto:
Era ésta una arquitectura que ponía énfasis en la expresión escueta de los materiales
modernos, en el uso del vidrio y del cromo, y que buscaba el modernismo no en la
decoración, como el Art Déco, sino en la composición asimétrica y dinámica, y en el
uso de formas geométricas desnudas, (‘el ornamento es un crimen’, decía el pionero
Adolf Loos), aleros, volados y ventanas que les daban vueltas a las esquinas. La
horizontalidad, la simplicidad y el uso delos ojos de buey y barandas de hierro
parecidas a las de los barcos explican el apelativo de ‘estilo buque’ que se le dio en
Lima a este tipo de arquitectura [pág. 151].
107
arquitectura moderna (Linder, 1947). Por otro lado, el arquitecto e investigador uruguayo
Juan Pedro Margenat (2001) ha identificado a los Baños de Miraflores (1933) el proyecto
para el Yacht Club (1932), ambos diseños de Héctor Velarde, como arquitecturas de
“referente náuticos”. En ese sentido, las citas de los dos autores, García Bryce y Linder,
sitúan a la línea denomina “estilo buque” en un contexto confuso para la historiografía. Por
un lado, García Bryce ubica al “estilo buque” en tránsito entre el academicismo y el
denominado racionalismo o funcionalismo. Mientras que Paul Linder, protagonista y fuente
directa de aquel momento, identifica a ese “estilo” como un intento fallido de hacer
arquitectura moderna.
García Bryce identifica algunas obras emblemáticas de la línea “buque” en Lima. Entre
ellas destaca la obra de Alfredo Dammert Muelle y algunas obras de Augusto Guzmán
Robles. De este último, García Bryce dice:
Augusto Guzmán proyectó varias obras de este tipo (Quinta C. Pun, Quinta Behr y
Gamboa, en Miraflores), pero asociándolo al racionalismo, el Art Déco, cuya
influencia se percibe en el uso de la decoración y en el estilo de las puertas, rejas y
barandas [pág. 151].
En esta cita se ve el interés del autor por destacar los elementos de uno [del Art Déco]
dentro la una expresión que está en tránsito al racionalismo. En todo caso, la cita del artículo
de Linder, publicada en la revista Las Moradas, es una fuente importante que nos aproxima
al contexto de los hechos.
Para García Bryce, el caso de la arquitectura de Dammert es de una expresión que se
aleja de la línea Art Déco que sí influyó, como lo ha señalado, en la obra de Guzmán. Las
afirmaciones de García Bryce sobre la razón son estas:
El Art Déco, en cambio, casi no influyó en la obra de Alfredo Dammert, quien realizó
sus estudios en Alemania, país muy identificado, en la década 1920-1930, con el
desarrollo de la arquitectura moderna. Dammert diseñó una serie de casas “estilo
buque” en las que se reflejaron varias de las características de lo que algunos
historiadores han llamado el “estilo internacional”, construidas en San Isidro entre
108
En esta cita vemos, nuevamente, el interés de García Bryce por identificar algunos rasgos
“modernos” dentro de la arquitectura del “estilo buque” de Dammert. Es lamentable que no
precise la fuente de donde ha tomado la cita y el lugar exacto de estas obras. Al margen de
esta omisión, podemos identificar algunas de esas casas en el periodo 1936-1940. En el
Inventario Monumental de Lima-Fundación Ford (1988) se indica que la Casa Dammert-
Lira data de 1937. Por otro lado, Enrique Santillana Ciriani (2000) informa que las casas
Petronio y Derteano-Urrutia corresponden a los años 1936 y 1940 respectivamente. A juzgar
la imagen que nos proporciona Santillana, la Casa Petronio reúne la línea “internacional”
indicada por García Bryce. Similares características encontramos en la Casa Mogilardi, en
Orrantia (Bentín, 1989). Por otro lado, como apuntado el autor, los Barrios Obreros son otras
de las obras donde se aprecian la influencia racionalista.
En esa década, el autor identifica tres obras de una envergadura mayor y únicas: el
Mercado de Surquillo, el Edificio Raffo en La Colmena y los Baños de Miraflores, este
último ya desaparecido. En estas obras, García Bryce señala un acercamiento a la
arquitectura moderna a través de “las líneas horizontales y continuas del estilo” y asociados
a “una forma simétrica” [pág. 152].
En el periodo titulado Arquitectura después de 1945, el autor hace referencia a la
decadencia de la línea historicista:
Tal como señala el autor, se produce un cambio motivado por varios hechos, entre los que
destacan:
109
La nueva arquitectura posterior a 1945 iba también más allá del modernismo
predominantemente decorativo y plástico de los años 30. En ella se aplicó o se trató de
aplicar los principios enunciados y puestos en práctica en la arquitectura internacional
de vanguardia después de la primera Guerra Mundial … [pág. 153].
110
Seguidamente, anota que en el Brasil se desarrolló este fenómeno con más rapidez que en
otros países de la región:
En América del Sur le cupo sobre todo al Brasil desempeñar el rol del país de
avanzada en materia de arquitectura durante la década 1940-1950. Los edificios que
los arquitectos del Brasil construían se publicaban en las revistas de arquitectura y
entusiasmaban a los estudiantes y arquitectos jóvenes de la Lima de esos años tanto
como las obras de los maestros: Le Corbusier, Mies van der Rohe, Frank Lloyd
Wright [pág., 153].
31
José García Bryce ha escrito el Prólogo del libro Lucio Costa. Razones de la nueva arquitectura 1934 y otros
ensayos (1986). Allí, el autor señala el rol de los escritos del arquitecto Costa en la conversión del sistema Beaux-
Arts al moderno.
111
Esta reacción por parte de la Agrupación Espacio desató una polémica. Por un lado, la
Agrupación alimentó el ataque en su sección del diario El Comercio titulado “Colabora la
Agrupación Espacio”. Por el otro, la respuesta al Manifiesto de parte del arquitecto Emilio
Harth-Terré, motivó a un debate de ideas y principios publicados en el diario El Comercio.
Estos aspectos indicados por García Bryce lo conducen a manifestar, a manera de
conclusión, el resultado de la impronta moderna en Lima:
Por lo expuesto, el autor señala a los empíricos, los no arquitectos, como los causantes
del deterioro de la arquitectura, al menos en un nivel promedio. Luego, señala sus causas:
En los periodos precedentes, existía una cultura arquitectónica que alcanzaba a éstos y
permitía, mediante la aplicación de normas de composición y diseño muy elementales
y que obedecían a una suerte de sentido común arquitectónico, elevar edificios técnica
y estéticamente aceptables. Estos conocimientos, muy vinculados a la práctica del
oficio, se basaban en la tradición. Muy sólida hasta fines del siglo XIX, esta tradición
comenzó a debilitarse hacia 1920-1930 y, desde en torno a 1950 en el caso de Lima,
ha entrado en una etapa de franca decadencia. Se trata, en buena parte, de la
decadencia de la arquitectura como artesanía [pág. 155].
Desde 1948 se eliminó en los talleres de la Escuela los proyectos basados en los estilos
históricos y el estudio mandatorio de los órdenes romanos como fundamento de la
composición arquitectónica, introduciéndose gradualmente un tipo de enseñanza que
112
“Creación libre y subjetiva”, por un lado. Por el otro, “la decadencia de la arquitectura
como artesanía”. Estas dos sentencias son claros indicadores del estado en que se encontraba
la práctica de la arquitectura por aquellos años. Esta valoración de parte del autor hace
hincapié del papel gravitante de la Escuela Nacional de Ingenieros y su influencia en la
práctica del oficio de construir a consecuencia de la Reforma Universitaria de 1945-1946.
Más adelante, García Bryce hace mención de la generación que encabeza el frente de
arquitectos modernos:
Las obras basadas en mayor o menor grado en los mencionados principios del
movimiento moderno comenzaron a aparecer desde mediados de la década de 1940-
1950. Por lo pronto, algunas casas de arquitectos (Casa Miró-Quesada) o de los pocos
clientes prontos a aceptar lo nuevo (Casa D´Onofrio, de M. Bianco; casa Truel, de R.
Wakeham y E. Oyague); así mismo, otros tipos arquitectónicos: los edificios Irma en
Lima (G. Fogliani) y San Nicolás en Miraflores (M. Valega), con retículas a lo Le
Corbusier en su frente, y el Club Internacional en Arequipa, en la línea de Gropius o
del Le Corbusier de los años 20 y 30 [pág. 155].
En este punto de la revisión del libro, podemos constatar que el autor ha identificado dos
aspectos que influyen en la formación de la obra arquitectónica:
Como ha señalado García Bryce, tanto la técnica como el manejo del vocabulario
arquitectónico fueron elementos que jugaron un papel crucial en la práctica del arquitecto.
113
Luego, el autor ha identificado dos posibles líneas respecto a la nueva arquitectura que
practican los arquitectos peruanos. En los inicios de la década de 1950, aparecen, según
García Bryce, dos líneas vinculadas al Movimiento Moderno con características propias:
En la cita, el autor identifica dos líneas de diseño que comparten características muy
cercanas, pero en el fondo, en su configuración, cada una posee rasgos distintivos y únicos.
Tal como ha señalado García Bryce, la primera arquitectura está vinculada a la línea
internacional y orgánica, con claro sentido del movimiento y de una configuración más
compacta. Los cerramientos transparentes, como las mamparas y muros cortinas, son sus
rasgos más característicos. Mientras que la segunda arquitectura, responde a una
configuración más estática y con tendencia a la conformación de patios. La tendencia a
32
Respecto a esta cita, es posible que el autor haya leído el texto El Barroco: arte de la conquista (Velarde, H.,
1980). Hay semejanzas en su planteamiento. En todo caso, García Bryce pudo haber revisado el texto de Henri
Focillón, Vida de las formas, a quien Velarde recuerda en el texto mencionado.
114
cerramientos con muros llanos y ventanas angostas denotan un claro énfasis a romper la
relación interior-exterior que tanto propugnaron los “pioneros”, como ha definido García
Bryce a los arquitectos de la primera generación del Movimiento Moderno en el Perú.
33
En su papel de catedrático del Seminario de Historia de la Arquitectura en la Facultad de Arquitectura Urbanismo
y Artes de la Universidad Nacional de Ingeniería, difundió el estudio de obras de arquitectos peruanos. En su calidad
de director de investigación, dirigió tesis para optar el Grado de Bachiller en Arquitectura. Además de las dos tesis
señalas el arquitecto García Bryce dirigió otras dos que conviene señalar: “Paul Linder, su obra” y “Las raíces del
neocolonial en la ciudad de Lima 1900-1930”, ambas de 1984.
115
Este hecho histórico dio origen a un estudio posterior y es conocido como el “debate”
entre el neocolonial y la arquitectura moderna.
Augusto Ortiz de Zevallos
En su texto “Las ideas versus las imágenes: cuestiones al debate arquitectónico peruano”
(1979), el arquitecto Augusto Ortiz de Zevallos desarrolla una tesis en donde justifica la
solidez de las ideas de Héctor Velarde frente a la Declaración de principios de la Agrupación
Espacio en su Manifiesto del 15 de mayo de 1947 (ver Figura 3.16). Además, pone en
relieve la polémica que se suscitó Espacio en torno a su “Declaración de principios” y,
finalmente, cuestiona la arquitectura moderna en el Perú a raíz de la continuidad de las ideas
del arquitecto Héctor Velarde. Según el arquitecto Augusto Ortiz de Zevallos, el Manifiesto
de la Agrupación Espacio estaba caduco en 1947:
116
Figura 3.16: Augusto Ortiz de Zevallos. Las ideas versus las imágenes.
En la cita, como se observa, el autor da claras reseñas del estado en que se encontraba el
cuerpo de arquitectos peruanos de la preguerra, tal como ha demostrado también el
arquitecto Velarde y reafirmado por García Bryce. Admitir que el protagonismo de la
Agrupación Espacio fue el de divulgar la arquitectura moderna en el Perú puede parecer un
tanto irónico de parte del autor. Más adelante identifica al verdadero protagonista:
117
Ya en 1947 había más que distinguir en cuanto a las variantes y cometidos alternativos
de la arquitectura que, con bandera moderna, se hacía, así como sobre la naturaleza de
la civilización industrial que se invocaba. Lo otro en lo que ‘Espacio’ incurría en una
sobre simplificación era en su juicio sobre la arquitectura peruana. Digo esto por dos
motivos: primero, porque dentro del neocolonial había formulaciones razonablemente
contemporáneas que era una miopía no ver; segundo, porque había habido ya
arquitectura conscientemente ‘moderna’ en el Perú, de la que tampoco ‘Espacio’ se
daba por enterado. Así como había habido excelentes artículos de divulgación de la
obra moderna, aunque eventuales y sin militancia. En el artículo sobre Velarde, más
adelante, hablaremos de ello. Aparte de él hay que mencionar a este respecto cuando
menos a dos arquitectos fundamentales de esos años: Guzmán y Dammert [pp. 90-91].
El papel protagónico de Velarde está justificado a partir de tesis universitarias que fueron
escritas en la década del 70 en la Universidad Nacional de Ingeniería. La tesis sobre la obra
de Alfredo Dammert Muelle y la tesis sobre la obra de Héctor Velarde, escrita por Manuel
Cuadra y dirigida por José García Bryce, son algunas de las fuentes que Ortiz de Zevallos se
basa para sustentar su idea. Sobre la posición de García Bryce, Ortiz de Zevallos se refiere
así:
Quince años después del manifiesto de ‘Espacio’, José García Bryce hizo la que hasta
hoy, cuando han transcurrido nuevos quince años, es la mejor evaluación de la
arquitectura peruana de este siglo. Sin embargo, pese a su objetividad y a la diversidad
de líneas de comentario con que matiza y tamiza los juicios, creo que también había
entonces en García Bryce un parti pris34 [pág. 91].
El texto que hace alusión el autor es “Ciento cincuenta años de arquitectura peruana”
(1961)35. En el texto, García Bryce incorpora elementos de valor descriptivo y estético:
34
Parti pris (francés), en castellano se traduce como sesgo.
35
Un texto que marcó un hito en la historiografía de la arquitectura peruana. Podría afirmarse que, junto a
“Arquitectura en Lima 1800-1900” (1967), es un precedente de Arquitectura del Virreinato y la República (1980).
118
Ortiz de Zevallos considera que en este texto “pesó la obligación, que era moral para el
movimiento moderno, de zanjar sus diferencias con las referencias a la historia anterior”.
Luego, sentencia: “No sé si hoy diría lo mismo: el movimiento moderno coacta y pesa
menos” (p. 92). Al respecto, recordemos que en Arquitectura del Virreinato y la República
(1980), García Bryce cambia ese discurso por uno donde valora el papel de la historia y la
técnica en el proceso de diseño. Antes de esa reparación historiográfica, Augusto Ortiz de
Zevallos aclara su papel como historiador “objetivo”:
119
Ortiz de Zevallos identifica aspectos formales de una arquitectura “moderna” que decayó
en el eclecticismo y la arbitrariedad. Termina con una cita, que, al parecer, reconstruye lo
que pudo haber pasado si las dos arquitecturas se nutrían mutuamente:
Con esta cita, el autor cierra la idea en torno al debate entre el neocolonial y la
arquitectura moderna. Como se ha visto, su tesis de una posible convivencia entre ambas
líneas no pudo darse. Por un lado, las coherencias de las ideas en torno al movimiento
neocolonial tenían, al menos, tres décadas de construcción. La arquitectura moderna, como
ha mencionado el autor, fue adoptada en ese tránsito, dando forma en distintas líneas
[estilos], cada una con un matiz propio, en afán nacionalista o, simplemente, de apropiación
a lo nuevo. En 1947, con el Manifiesto de la Agrupación Espacio, se crea una brecha que
marca un hito en la historiografía de la Arquitectura Moderna en el Perú.
120
Al margen de las ideas que toma para argumentar sus hipótesis, la metodología del autor
es interesante porque considera un enfoque distinto al divulgado por García Bryce. En su
afán por escudriñar el tamiz ideológico del estilo del neocolonial, el autor parte de las
fuentes directas. Así, identifica aspectos relacionados al enfoque ideológico en torno a la
arquitectura denominada “Colonial” [pp. 13-21]. Considera que el Oncenio de Leguía, el
121
…han dejado su huella en los escenarios de sus colonias, escenario que siempre es
descrito prescindiendo analizar que en él ocurren tales fenómenos no solo por acción
de una cultura de dominación, sino también de una estética de dominación, de clases
dominantes y estilos arquitectónicos y formas urbanas dominantes [pág. 35].
122
Neo quiere decir nuevo, flamante, y el colonial quiere decir algo que pasó a la historia,
pues me parece que ya no somos colonos. Junta blanco y negro y resulta gris, que el
color más sepulcral que se haya inventado … Eso del Neo-colonial, para mí, que
alguien se lo ha inventado… [pág. 57].
En otro pasaje, Luis Rodríguez Cobos nos recuerda que en ese año ocurría otro hecho. El
proyecto para el Edificio Ferrand Hermanos S. A.37, diseño de Fernando Belaunde Terry, era
transformado, al menos en su exterior, por el arquitecto Alejandro Alva. La causa de la
transformación fue por motivo de una ordenanza del Municipio de Lima que obligaba a los
vecinos a construir en “estilo Neo-colonial”. La acción del Municipio, como ya ha señalado
36
El texto completo está en El Arquitecto Peruano N° 92, marzo de 1945. El libro Espacio en el Tiempo. La
arquitectura como fenómeno cultural se terminó de imprimir el 11 de febrero de 1945. Girlardi, al escribir su
artículo, al parecer ya tenía conocimiento de las ideas de Luis Miró Quesada Garland a favor de una “nueva
arquitectura”.
37
La polémica en torno al Edificio Ferrand se encuentra detallada en un artículo de 1984 y escrito por Luis
Rodríguez Cobos titulado “Un arquitecto y una obra. El Edificio Ferrand Hnos. del Arq. Fernando Belaunde” en
Plaza Mayor, N.o 14, pp. 77-81.
123
el arquitecto García Bryce, era una condición carente de sustento (García Bryce, 1980, p.
147).
El autor concluye su estudio ideológico-cultural sobre el origen del neocolonial en Lima
aduciendo que es un fenómeno de “integración-individuación”. Es el resultado de un
problema mucho más complejo y que está relacionado con “la presencia y profundidad
histórica de una estética colonial y andina” que condiciona la percepción de la gente, a
través de sus “gustos y preferencias” (p. 66). Por otro lado, en otro aspecto, el autor
considera que “lo colonial” y “lo andino” es un fenómeno social y cultural que tuvo como
epicentro, como ha señalado, en la segunda y tercera década del siglo XX:
El autor considera que la difusión del estilo neocolonial después del debate es de una
expresión necesaria de la sociedad, que busca reapropiarse del pasado, regresar al campo, a
la naturaleza, todo esto en evidente rechazo al deterioro de la ciudad [pág. 66].
José Bentín Diez Canseco
En 1989 se publica el libro titulado Enrique Seoane Ros. Una búsqueda de raíces
peruanas38. Su autor pone en relieve el aporte arquitectónico de Seoane (ver Figura 3.18).
Como hemos apreciado anteriormente, en Arquitectura Peruana (1946), Héctor Velarde
ubica la producción arquitectónica de Seoane como una síntesis de los valores formales de
nuestra arquitectura. Los antecedentes del libro, como ya se ha señalado, fueron las tesis de
investigación sobre arquitectos peruanos en torno a la Cátedra de Seminario de Historia de la
Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Ingeniería. La metodología
propuesta por Bentín sigue el mismo esquema de aquellas tesis: un desarrollo historiográfico
comprendido en periodos, edificios emblemáticos y una genealogía de arquitectos. Además
38
El libro de José Bentín Diez Canseco (1989), Enrique Seoane Ros. Una búsqueda de raíces peruanas, es un texto
que pone en evidencia las inquietudes de los investigadores, docentes y alumnos de la Facultad de Arquitectura
Urbanismo y Artes de la Universidad Nacional de Ingeniería, por esclarecer ciertos aspectos de la historiografía que,
hasta ese momento, no habían sido desarrollados a profundidad (ver Figura 2.18).
124
El libro está marcado por la superposición de dos historias. Por una parte, la historia del
Perú como eje de los hechos más importantes del Perú, y por el otro, la historiografía de la
arquitectura peruana, sujeta a la primera. Por esa razón, el autor contextualiza el hecho
arquitectónico dentro de un hecho político-social. El hecho artístico aparece como un tamiz
en contadas ocasiones, como en el episodio relacionado al neoperuano.
Para el autor, el papel de la enseñanza de la arquitectura en la Escuela Nacional de
Ingenieros fue decisiva para el inicio de la arquitectura moderna en el Perú [pp. 108-109].
Más aún, la presencia de estudiantes de arquitectura en la Reforma Universitaria entre 1945
y 1946 dio paso a la creación del Centro de Estudiantes de Arquitectura y, en 1947, a la
creación de la Agrupación Espacio [pp. 110-111].
Para Bentín, los “pioneros de la arquitectura moderna en el Perú” siguen la línea de
Gropius y Le Corbusier, principalmente:
125
En esos términos, el autor describe las características del Movimiento Moderno en obras
emblemáticas, de Roberto Wakeham [Casa Teruel], Luis Miró Quesada Garland [Casa
Huiracocha], Paul Linder [Clínica Mater Admirabilis], Adolfo Córdova, José Polar y Carlos
Williams [Club Internacional de Tiro de Arequipa], todos miembros de la Agrupación
Espacio (p. 115). También ha destacado tres obras que reúnen, según él, “los cánones de la
arquitectura moderna”: el edificio de Departamento de la calle Roma de Teodoro Cron y el
Edificio Irma del arquitecto Gianfelice Fogliani, y el Colegio Pestalozzi de los arquitectos
Morales Macchiavello y Montagne.
El autor manifiesta que la obra de Seoane “pese a ser contemporáneo y co-profesor de
algunos de los fundadores de la Agrupación Espacio” no participó del colectivo [pág. 112].
Fuente: Enrique Seoane Ros. Una búsqueda de raíces peruanas (1990). Universidad nacional de Ingeniería.
126
Nota: A través de obras emblemáticas, la revista buscó acercar al lector a distintos episodios de la historia de la
arquitectura del siglo XX.
Fuente: Plaza Mayor, Nº 13 (1984). La Casa Neo-Inca del Arqto. Emilio Harth-Terré.
39
DAU fue, y es aún, una publicación que publicaba artículos de autores extranjeros. Aparecen, entonces, artículos
de interés nacional y otros de corte internacional. En ese número se publicó un artículo sobre la obra de Enrique
Seoane Ros, escrito por José Bentín y otros de Roberto Segre, Alberto Saldarriaga Roa y también de José García
Bryce. Así, el tema de la arquitectura moderna en el Perú se presentaba junto a otros temas.
127
40
Este término, utilizado con frecuencia por el José Beingolea del Carpio, aparece en su web Arqandina. En el
marco del centenario del nacimiento del arquitecto Luis Miró Quesada Garland, el arquitecto Beingolea hizo uso del
término para identificar algunas obras anteriores a 1945 (Beingolea, J., 2014).
128
A partir de la década del treinta, según el autor, la arquitectura se orientó en dos líneas
muy marcadas:
129
41
El Agrupamiento Angamos es un diseño del arquitecto Santiago Agurto Calvo (½ de Construcción, 1987, N° 7).
130
ideario vinculado con la arquitectura moderna que empezaba a surgir en la década del 30.
Ludeña sugiere que el papel del arquitecto Fernando Belaunde Terry fue crucial en la
difusión de la arquitectura moderna en el Perú, con su revista El Arquitecto Peruano. Por
otro lado, en cuanto a su papel como diputado, el arquitecto Belaunde promovió la que sería
décadas más tarde la ley de la propiedad horizontal del suelo, lo que dio origen a novedosos
tipos arquitectónicos. En su papel como docente incorporó en la enseñanza de arquitectura
en la Escuela Nacional de Ingenieros el curso Diseño de la vivienda [1946] y, cinco años
después, fue el gestor de la construcción del nuevo Departamento de Arquitectura, un hito en
el diseño moderno en el Perú. En cuanto a Miró Quesada y la Agrupación Espacio, Ludeña
afirma que el Movimiento Moderno en el Perú se inicia con el Manifiesto, publicado el 15
de mayo de 1947.
Más adelante, en la primera década de nuestro siglo, se publicaron nuevas
investigaciones. El libro del doctor Arq. Elio Martuccelli Casanova, Arquitectura para una
ciudad fragmentada. Ideas, proyectos y edificios (2000), la noción de “arquitectura” que se
había planteado hasta ese momento cambió radicalmente por un mensaje más atrevido. El
autor desclasificó las “etiquetas” y los “estándares” del modelo histórico de García Bryce,
aunque no dejó la línea de los “periodos”. En Conversaciones con Adolfo Córdova (2012),
Martuccelli interactúa con la fuente más directa y viva de la Agrupación Espacio, el
arquitecto Adolfo Córdova Valdivia. En ese libro, el autor, junto a Córdova, explora de
cerca los eventos que provocaron la intromisión de la arquitectura moderna en el Perú.
Según Adolfo Córdova, el libro Espacio en el tiempo, de Luis Miró Quesada Garland
(1945), la Reforma Universitaria de 1945-1946, y la incorporación de nuevos docentes y
nuevos cursos en la Sección de Arquitectos Constructores, fueron sucesos decisivos para la
introducción de la Arquitectura Moderna en la Escuela. Martuccelli destaca el papel del
curso Análisis de la función arquitectónica en el entendimiento del fenómeno
arquitectónico42.
El arquitecto Fernando Utia Chirinos investiga sobre las ideas en torno a la Agrupación
Espacio. En “La Agrupación Espacio y el debate de la modernidad en la arquitectura
peruana” (Utia, 1999), el autor sostiene que el manifiesto de Espacio, “La expresión de
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En ambos textos de Martuccelli se destaca el aporte del curso dictado por Miró Quesada Garland en la Escuela
Nacional de Ingenieros.
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principios” de mayo de 1947, es un evento que, por lo general, sirve para indicar el ingreso a
la arquitectura moderna en nuestro país (Utia, 1999) [pág. 107].
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y formas de abordar el tema, existen conexiones que las unen. Todos coinciden en que existe
una genealogía de arquitectos modernos en el Perú. Es consenso para la mayoría de los
historiadores que la Agrupación Espacio dio por iniciado la arquitectura moderna en el Perú.
Las diferencias en sus opiniones radican en la crítica histórica que hacen del Movimiento
Moderno en el Perú y, en ese aspecto, el papel que cumplió cada actor y/o el colectivo,
según sea el caso. Recientes estudios han confirmado estas líneas historiográficas. El papel
de los blogs ha colaborado en la difusión de la arquitectura moderna en los últimos años. De
los blogs seleccionados para esta investigación, todos parten de los estudios historiográficos
antes expuestos. En ese sentido, es común encontrar silencios y vacíos en varios aspectos.
Uno de los vacíos es la falta de rigor en las fuentes y en consecuencia parecen muchas
confusiones y contradicciones. Lo más recurrente son los supuestos que presentan historias
de la arquitectura moderna sin sustento teórico ni fuentes históricas. A pesar de estos vacíos,
también hay aportes interesantes y que proponen nuevas perspectivas. Está el supuesto de
que la arquitectura moderna en el Perú lo componen varias etapas y no una sola. Por ese
camino, algunos han tratado de construir una de esas arquitecturas modernas en el Perú con
la obra de arquitectos posteriores a la consagrada “genealogía” de los textos iniciales (ver
Figura 3.20).
Por todo lo expuesto, ha quedado sentado que el fenómeno de la arquitectura moderna
tiene un efecto diacrónico, porque se instaura en otro lugar y en otro momento, y que
expresa características propias, novedosas y únicas (Aguirre González, 2014).
Se ha considerado pertinente reunir todas estas historias para encontrar un hilo conductor
que las une. Para ello, será necesario partir de una teoría que sostenga lo expuesto por el Dr.
Max Aguirre González, en el caso de la arquitectura moderna en Chile.
3.2 El concepto arquitectura moderna desde la perspectiva de José Ignacio López Soria
Con el fin de tener un tamiz de los hechos, similar al capítulo II, en este capítulo se evidencia dos
posturas que definen el fenómeno denominado arquitectura moderna. Antes, se ha revisado los
textos más emblemáticos sobre el tema. En ese sentido, será conveniente integrar otra. Así, se
incluye la perspectiva del Dr. José Ignacio López Soria. Su estudio sobre el impacto de la
Modernidad en el Perú está vinculado con el tema. El autor coincide que la Modernidad es
fenómeno diacrónico y que surgió en el Perú con características particulares. Veremos tres textos
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de este autor: “Las lógicas de la modernidad” (1988), “Adiós al proyecto moderno” (2001) y “La
condición contemporánea y sus retos para la arquitectura y el urbanismo” (2001)43.
En “Lógicas de la modernidad”, según López Soria, operan tres componentes fundamentales
de la sociedad: el capitalismo, la industrialización y la sociedad civil. La modernidad, entonces,
empieza cuando estas tres lógicas se encuentran en circunstancias adversas entre ellas mismas y
en un mismo espacio y tiempo. Esto, agrega el autor, “supone que la modernidad no comienza al
mismo tiempo en todas y cada una de las sociedades que componen el mundo occidental” (1988)
[pág. 4]. Esto explica por qué en algunas sociedades se inició la modernidad en circunstancias
específicas y en otras ocurrió después, con la misma lógica y con sus características propias. Y
esto, tal como sustenta López Soria, corresponde a un “proceso que conoce diversos ritmos y en
el que generalmente la lógica del capitalismo precede a la de la industrialización y ésta a la de la
sociedad civil” (1988) [pág. 5].
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Recientemente, el INI FAUA ha publicado una recopilación de sus escritos y en donde se incluyen algunos de los
escritos aquí mencionados. Lleva por título “Filosofía, arquitectura y ciudad” (2017).
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Fuente: Elaboración propia
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En el caso del Perú, la lógica del capitalismo fue “como un sujeto pasivo” exportador de
materias primas y al mismo tiempo importador de manufacturas.
En “Adiós al proyecto moderno en el Perú” (López Soria, 2001) el autor plantea dos
discursos en torno al tema de la modernidad: el discurso de la emancipación y el discurso de la
civilización. Como lo ha detallado en su artículo, el discurso de la emancipación “inaugura en el
Perú la versión emancipadora del proyecto moderno”. Agrega que el discurso “se propone en sus
mejores expresiones crear las condiciones para el desarrollo pleno de la justicia y la libertad”
(López Soria, 2001) [pág. 47]. Vemos la conexión de esta afirmación con su postulado en
“Lógicas de modernidad”, cuando expresa la importancia que tiene lógica de la sociedad civil en
el proyecto de la modernidad. Esta, según López Soria, fundamenta que el hombre es un fin,
contrario a las dos primeras lógicas que toman al hombre como medio (López Soria, 2008) [pág.
6]. En el caso del Perú, manifiesta López Soria, “en los años 20 cuando comienza a aparecer la
lógica de la sociedad civil como socialmente significativa” (2008) [pág. 9]. En el proceso que
acota el autor, participan los actores que él considera de un carácter “protológico”, como el
movimiento social campesino y, sobre todo, las propuestas indigenistas. Un segundo momento,
menciona el autor, surge en la década del 50. Al respecto, dice López Soria, este proceso de
conformación de la modernidad en el Perú se inicia “cuando la lógica de la industrialización
…por sustitución de importaciones… comienza a ser socialmente significativa” (López Soria,
2008) [pág. 9]. En “Adiós al proyecto moderno en el Perú”, el autor manifiesta que el discurso de
la civilización se inicia “con la llegada de los primeros ingenieros a mediados del siglo XIX y el
desarrollo de la formación de la ingeniería a partir del último tercio del dicho siglo”. Este
discurso, afirma López Soria, es “portador de una racionalidad que se orienta a propiciar el
desarrollo nacional por la vía de la exploración y explotación de los recursos naturales y de su
incorporación al circuito internacional de mercancía” (López Soria, 2001) [pág. 50]. Un
elemento importante en el discurso de la civilización es la racionalidad. Esta consiste en “la
elevación a categorías conceptuales, axiológicas y simbólicas de una praxis de apropiación y
transformación eficientes y eficaces de las condiciones materiales de existencia para no solo
satisfacer sino desarrollar las necesidades humanas en un contexto de integración” (López Soria,
2001). En el discurso de la civilización, sustenta el autor, se encuentran “tres niveles
diferenciados pero articulados: principios (conceptos, valores y símbolos), medios (la praxis
científico teórico y empresarial) y fines (satisfacción y desarrollo de necesidades)” (López Soria,
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2001). La praxis, según López Soria, está “ocupando el centro, porque es ella la fuente
inagotable de riqueza teórica, axiológica y simbólica, y porque desde ella se satisfacen y
desarrollan las necesidades” (López Soria, 2001). Y lo más destacable de este texto es que
conforme el autor “hay una racionalización tanto de los principios como de los medios y fines”
(López Soria, 2001) [pág. 51]. Todas estas características de la modernidad se hacen presentes en
el Perú, como ha mencionado el Dr. López Soria, en “la forma de elementos aislados, cuya
implantación contribuye a la ‘modernización’ de un determinado sector de la vida humana,
pudiendo quedar intactos los demás” (López Soria, 2001) [pág. 54]. Este desenlace “defectivo e
irrealizable”, como describe el autor, alude al hecho de que los dos discursos [el de la
emancipación y el de la civilización] estaban divorciados (López Soria, 2001) [pág. 55]. Quizás
es conveniente examinar los rasgos que el autor ha identificado en los componentes de la
modernidad en sus tres lógicas. El autor ha señalado respecto a estas tres lógicas, que “al ser
sometidas al mismo tiempo, pero con diversas intensidades”, no es raro que “su equilibrio sea
inestable ni que la contradicción sea, paradójicamente, el cemento que liga, aunque sea de
manera conflictiva, a los tres componentes” (López Soria, 1988) [pág. 5]. A pesar de este
conflicto, la contradicción, como ha señalado el autor, es necesaria: “las lógicas del capitalismo y
de la industrialización necesariamente, aunque sea a pesar de sí mismas, tienen que generar la
lógica de la sociedad civil” (1988) [pág. 6]. Volvemos a la cita que fundamenta la contradicción:
“entre las dos primeras lógicas y la tercera está …para expresarlo en forma kantiana… en que
para las dos primeras el hombre es un medio, un instrumento, mientras que para la tercera es un
fin en sí mismo” (1988) [pág. 6]. Ante esta contradicción, el autor sostiene:
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En sus inicios, la Sección otorgaba el título de arquitecto solo después de culminado los estudios de ingeniería
civil. El nuevo profesional se limitó a adaptar el “concreto armado” detrás de las expresiones de tendencia, como los
neos [peruano y colonial]. En ese sentido, el ciclo de la arquitectura moderna en el Perú se inaugura con la Estación
Desamparados (1912), en donde se empleó el concreto armado. El ingeniero Antonio Blanco Blasco no da una fecha
exacta del uso del concreto armado en el Perú. Sin embargo, manifiesta que su uso [con columnas, vigas y losas de
concreto armado] tuvo lugar entre 1910 y 1920, sin precisar una obra particular (Blanco Blasco, A., 2013).
45
En 1959, se promulgó la ley S. 025-1959. Allí, se usó por primera vez el término jurídico “propiedad horizontal”.
La ley 10726, que surgió de un proyecto de ley del diputado Fernando Belaunde Terry, es un antecedente importante
para la implantación de un nuevo tipo arquitectónico.
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contexto, surge la figura del profesional arquitecto que añade un elemento fundamental en los
procesos que se están dando: el diseño. En Lima, para ser más preciso, aparecen en los años 30,
con mayor número que otras décadas, la arquitectura denominada “moderna” (Velarde, 1933).
Con la creación de la Sección de Arquitectos Constructores en 1910, se incorporó a un nuevo
especialista en la construcción. Los arquitectos, desde la segunda década del siglo XX, tendrán
un destacado rol en la consolidación de la imagen de la arquitectura de la sociedad civil. Su
presencia se consolidará en la década del 30 con la creación de la Sociedad de Arquitectos y más
adelante, en 1944, con la creación del Instituto de Planeamiento. Señales de la presencia del
profesional arquitecto la podemos reconstruir en la revista El Arquitecto Peruano. Sus portadas
incorporan elementos que muestran la búsqueda de una identidad. En la segunda década del siglo
XX nació el Neocolonial en la obra de Sahut y Malachowski. En la década del 20, surge en Lima
el neoperuano, creación del escultor español Manuel Piqueras Cotolí. En la década del 30
convergen todas las anteriores y también las nuevas expresiones internacionales que son
tendencia entre los arquitectos peruanos. Aparece con sobriedad y expresividad la línea
racionalista en obras de concreto armado. Todas estas expresiones conviven, sin pretensiones ni
afán protagónico, hasta la década del cuarenta. Por otro lado, desde 1910, en la Sección de
Arquitectos Constructores los cursos de diseño se ciñen a partir de línea académica, a la manera
de la Escuela de Bellas Artes de París. Su impulsor fue, de algún modo, el arquitecto
Malachowski, que llegó al Perú en 1913 por una invitación del gobierno peruano (Ludeña y
Beingolea, 2015). Todas estas expresiones eran, en 1945, líneas de diseño que cada arquitecto
ponía en práctica en sus diseños. La racionalidad que ha indicado el Dr. López Soria
anteriormente, se pone en práctica en esta etapa. Los arquitectos emplean el concreto armado sin
dejar lo “superfluo”, el cascarón que evidencia búsquedas de identidades en el pasado o también
la exploración del material, similar a su práctica con el adobe, como lo ha denotado el arquitecto
Héctor Velarde (1933). Esta dicotomía deja notar el divorcio entre racionalidad, que está
comprometida con la objetividad de la tecnología, y la subjetividad de elegir el cascarón. Para
entender este divorcio, tomaremos las definiciones de “razón mítica y razón científica”, términos
acuñados por el Dr. Max Aguirre González y que serán desarrollados a continuación.
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En esta obra, paradigmática de la arquitectura peruana del siglo XX (García Bryce, 1980),
destacan dos aspectos importantes: En su fábrica, se incorporaron novedosos materiales
constructivos, como el concreto armado (ver Figura 3.23). A pesar de esta innovación, su
expresión responde a elementos de una arquitectura de otro tiempo y espacio cultural anterior a
la primera mitad del siglo XIX.
En ese aspecto, se cumple la propuesta del Dr. Max Aguirre. El afirma que esta Arquitectura
Moderna [la Arquitectura A] se adapta en un entorno distinto y en las condiciones favorables
para su construcción. En la Estación de Desamparados, la expresión corresponde a una estética
que no está relacionada con la técnica constructiva. La piel que lleva es consecuente con otro
sistema de diseño que no es el del concreto armado, sí de aquella forma de construir en donde era
imprescindible el uso de la piedra. Debajo de esa piel se encuentra el concreto armado (ver
Figura 3.24). Por esa sola acción, esa arquitectura se la consideraría moderna (Aguirre González,
2004).
Figura 3.22: Rafael Marquina. Hotel Bolívar.
Nota: El Gran Hotel Bolívar.
Fuente: Ciudad y Campo y Caminos, N 1 (1924).
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Fuente: Ciudad y Campo y Caminos, Nº 37 (1928). La maquinaria acelera los trabajos y reduce enormemente el
costo de construcción de las obras.
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Luego de introducir este interesante esquema propuesto por Ortega y Gasset, será oportuno
definir las generaciones de arquitectos peruanos que se ubican en este ciclo de la arquitectura
moderna en torno a la primera obra con estas características formales establecidas en el capítulo
II.
Si la fecha clave para determinar la generación en torno al arquitecto Luis Miró Quesada
Garland es el año de su nacimiento, en 1914, entonces la anterior generación estará en torno a
1889. La siguiente generación a la de Luis Miró Quesada Garland será en torno al año 1929. A
continuación, se presentan las “Generaciones de arquitectos modernos en el Perú” que anteceden
y preceden a la de Luis Miró Quesada Garland, según la propuesta de José Ortega y Gasset. En
esta selección, se indica entre paréntesis el año de nacimiento:
- La generación de 1884: Enrique Bianchi (1880), Claude Sahut (1883), Rafael Marquina
y Bueno (1884), Manuel Piqueras Cotolí (1885), Richard de Jaxa Malachowski (1887),
Augusto Benavides Diez Canseco (1889) y Eduardo Elejalde Chopitea (1893) y Enrique
Rivero Tremouille (1893).
- La generación de 1899: Augusto Álvarez Calderón (1894), Paul Linder (1897), Héctor
Velarde Bergmann (1898), Augusto Guzmán Robles (1899), Emilio Harth-Terré
(1899), Leopoldo Arosemena Garland (1901), Julio Haaker Ford (1902), Roberto Haaker
Ford (1903) y Alfredo Dammert Muelle (1906).
- La generación de 1914: Carlos Morales Macchiavello (1907), Guillermo Payet Garreta
(1908), Gabriel Tizón Ferreyros (1909), Fernando Belaunde Terry (1912), Luis Miró
Quesada Garland (1914), Enrique Seoane Ros (1915), Alberto Jimeno (1916),
Alejandro Alva Manfredi (1916), Robert Wakeham Dasso (1920), Ernesto Aramburú
Menchaca (1920) y Santiago Agurto Calvo (1921).
- La generación de 1929: Ricardo Malachowski Benavides (1922), Raúl Morey Menacho
(1923), Walter Weberhofer (1923), Adolfo Córdova Valdivia (1924), Carlos Williams
León (1924), Eduardo Neira Alva (1924), Manuel Villarán Freire (1926), Miguel Rodrigo
Mazuré (1926), José García Bryce (1928), Fernando Correa Miller (1928), Alfredo
Baertl Montori (1928), Víctor Pimentel Gurmendi (1928). Julio García Baudouin
(1928) y Fernando de Osma Elías (1929).
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Se ha visto en este capítulo la intención de varios autores por incorporar el método de las generaciones en las
historias de la arquitectura moderna en el Perú. Recientemente, el Catálogo del Movimiento Moderno en el Perú y,
anteriormente, el libro Con Posiciones, escrito por el grupo Nómena, toman el método de Ortega para indagar sobre
la evolución de la arquitectura moderna durante el siglo XX.
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arquitectura virreinal. Asimismo, la búsqueda de los arquitectos se orientó en pro de una nueva
arquitectura para una sociedad nueva y renovada (Rodríguez, 1983). Resultó, entonces, tres
líneas: el neocolonial, el neoperuano y el neoinca. Rodríguez Cobos las califica como “los estilos
de la arquitectura moderna” (1979).
Figura 3.26: Richard de Jaxa Malachowski y Manuel Piqueras Cotolí.
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Nota: Participación peruana en importante encuentro de arquitectos realizado en Buenos Aires.
Fuente: III Congreso Panamericano de Arquitectos (1927). Álbum de la Exposición (1927). República del Perú.
Por su parte, Manuel Piqueras Cotolí plantea, en paralelo, una expresión en base a la
iconografía del Perú Antiguo, sobre todo la Inca. Piqueras toma el modelo español de la
“polémica de la identidad en España de 1920” y lo aplica al caso peruano (Beingolea, 2013). Es
la propuesta más plástica de todas las expresiones de esta primera generación y tuvo una fuerte
influencia entre los arquitectos peruanos. Su expresión es de carácter nacionalista y acorde con
las ideologías de esa época [como la propuesta Indigenista de Mariátegui]. En ese sentido, se
trató de un “Renacimiento nacional” que buscó una identidad de raíces autóctonas a través del
denominado del neoinca o neocolonial. Por su marcado carácter plástico y acento nacionalista, la
expresión de su obra se hace sobre la base de la arquitectura moderna. El sistema constructivo
151
empleado en sus obras más emblemáticas está hecho en concreto armado. Piqueras es el nexo
con la siguiente generación.
Héctor Velarde (ver Figura 3.28) y Emilio Harth-Terré (ver Figura 3.29) divulgaron, entre
artículos y libros, el potencial de la arquitectura del pasado peruano. Los autores ponen en
relieve el legado de las culturas del Antiguo Perú. Se enfocaron en resaltar el aporte de las
culturas del Antiguo Perú y la arquitectura virreinal. Este aporte teórico será revisado en el
siguiente punto de este capítulo. En el campo del hecho arquitectónico, sus expresiones son
particulares y sería en vano clasificarlas porque no es el propósito de esta investigación. Mas es
importante destacar que ambos se adhieren al proyecto moderno mediante el sistema
constructivo. Los diseños de Velarde se orientan a varias líneas, siendo el racionalismo del
“Buque” y el Neo-colonial, dos de sus expresiones más características en toda su obra. Abogó
por el neoperuano, aunque no lo practicó (Beingolea, 2012). Mientras que en Harth-Terré, la
búsqueda de una arquitectura peruana fue consecuente con su pensamiento escrito y hasta
cercano a los propósitos plásticos de Piqueras. Por lo expuesto, en los diseños de Velarde y
Harth-Terré se proyectan sus propósitos teóricos.
Alfredo Dammert Muelle (ver Figura 3.31) y Augusto Guzmán Robles (ver Figura 3.32),
pertenecen a esta segunda generación de arquitectos peruanos. Ambos siguieron una línea más
internacional que sus coetáneos. Sus proyectos se ajustan a las características formales del
concreto armado. La formación académica de Dammert, de influencia racionalista, será eje de su
expresión arquitectónica. Por su parte, Augusto Guzmán, egresado de la Escuela Nacional de
Ingenieros, a diferencia de Dammert que estudió en Alemania, tendrá una línea arquitectónica
similar. Su obra se desarrolló casi en su totalidad en casas entre la década del treinta y cuarenta
del siglo XX. La línea arquitectónica de esta generación será un punto de inflexión de esa época.
Siguiendo esas características, en esta etapa también destacan algunos proyectos de Velarde y
Harth-Terré. Desde sus perspectivas teóricas, sus obras arquitectónicas no guardan
necesariamente relación formal. Ese es el caso de Velarde, quien abogó por una “arquitectura
peruanista”, sin llegar a proyectar su postura en un proyecto construido. El único de sus
proyectos que alcanzó esa línea fue la Basílica de Santa Rosa de Lima.
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La presencia del arquitecto peruano Fernando Belaunde Terry será también otro punto de
inflexión de este periodo denominado la segunda generación. Destaca su revista El Arquitecto
Peruano (1937-1977), primera en su género, dedicada a mostrar la imagen del nuevo profesional
(ver Figura 3.30). En ella, Belaunde afianza la idea de la cultura preexistente y autóctona, con
raíces ancestrales propias. Promueve la idea que el Perú es un país de constructores y esto
obedece a un legado mítico (Zapata, 1995) [pág. 56]. Esta imagen está claramente expresada en
las portadas de los números de la primera década de circulación de la revista. Hay dos puntos que
son claves para denominar a Belaunde como un arquitecto que se esfuerza por afianzar el
zeitgeist de su tiempo, la ”razón mítica”: La idea de expresar el legado mítico del Perú Antiguo
es similar a la tesis arqueológica e histórica de Julio C. Tello [Chavín es la Cultura Matriz], y por
otro lado está la idea mítica de una tradición constructiva a base de un material eterno, la piedra,
contraparte de la expresión moderna y de sus sistemas constructivos en base a materiales
sintéticos.
Nota: La revista fue fundada por el Arq. Belaunde en 1937, contaba con 24 años.
Fuente El Arquitecto Peruano, junio (1939). Iglesia de la Compañía de Jesús del Cusco.
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Nota: Municipalidad de Miraflores (1940). Tras la primera fase del concurso para el nuevo edificio del municipio, el
jurado seleccionó tres propuestas finalistas. Luego, en una segunda fase, resultó ganadora la propuesta de Luis Miró
Quesada Garland. De esa manera, quedaron en segundo y tercer lugar los diseños de los arquitectos Emilio Harth-
Terré, Humberto Guerra y Eduardo Velaochaga, respectivamente. La línea de expresión de las tres propuestas
finalistas coincide en un claro lenguaje contemporáneo denominado neocolonial. Esta expresión será la línea de
varios proyectos del arquitecto Luis Miró Quesada Garland. En 1944, diseña la Casa Gabaldoni. Allí, Miró Quesada
demuestra un claro dominio del sistema proyectual que configuró todos sus diseños hasta 1946. A partir de ese año,
cambia su sistema de diseño por otro, distinto y novedoso.
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Nota: El primer anteproyecto que presentó su autor al Concejo de Pueblo Libre, hoy Municipalidad de Jesús María,
data de 1946. Un año antes, en 1945, publicó su primer libro Espacio en el tiempo. La arquitectura como fenómeno
cultural. Las ideas que propone en este libro lo aleja de la línea de diseño de todas sus obras anteriores a 1945. La
Casa Gabaldoni (1945), contrasta con el diseño de su nueva casa en San Felipe, la Casa Huiracocha.
Fuente: Diseños de Espacios (1988) Casa Huiracocha.
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El arquitecto Luis Miró Quesada Garland estuvo activo desde 1938, como lo demuestra El Arquitecto Peruano N°
13, en una foto de camaradería del gremio. En 1940 se gradúa como arquitecto-constructor.
162
del arquitecto Luis Miró Quesada Garland. En Fragmentos de espacio, como se ha visto en el
capítulo anterior, el arquitecto Velarde analiza la expresión de la nueva arquitectura denominada
Moderna que ha surgido en Europa. Esta fuente nos da importante información sobre su
influencia en nuestro país. Por otro lado, el libro de Luis Miró Quesada Garland, Espacio en el
tiempo. La arquitectura como fenómeno cultural, está considerado como el inicio del
Movimiento Moderno en el Perú.
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Fuente: Espacio en el tiempo. La arquitectura moderna como fenómeno cultural (1945). Capítulo I, Arquitectura
Viviente.
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Fuente: Espacio en el tiempo. La arquitectura moderna como fenómeno cultural (1945). Capítulo II, Arquitectura
Contemporánea, Fenómeno Histórico.
Estos temas darán origen a algunos capítulos del libro Espacio en el tiempo. La arquitectura
moderna como fenómeno cultural.
Las partes que componen el libro Espacio en el tiempo. La arquitectura moderna como
fenómeno cultural:
Primera parte
I. Arquitectura viviente (ver Figura 3.3)
II. Arquitectura contemporánea, fenómeno histórico (ver Figura 3.4)
III. Nueva forma social, nueva arquitectura
IV. Arquitectura y tecnología
V. La estructura, medula de una arquitectura de hoy
VI. Arquitectura, adecuación de la forma material
VII. Clima, modernidad y regionalismo
VIII. Aire + luz + verde = nueva arquitectura
IX. Nuevas técnicas, nuevas formas
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Inicialmente, el curso llevó el nombre de Técnicas auxiliares (Álvarez, S., 2006) [p. 183].
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Contrariamente a esto, Miró Quesada ha señalado en la introducción del libro de texto Análisis
de la función arquitectónica51, contar con un espíritu autodidacta. En todo caso, es evidente que
indago en un campo teórico diferente al que recibió en la Escuela Nacional de Ingenieros durante
sus años de estudiante.
Antes de 1946, la práctica profesional de Miró Quesada y la de sus colegas, se orientaron
hacia la línea de diseño Beaux-Arts (García Bryce, 1980). Las líneas de diseño tanto de Miró
Quesada como de su generación se pueden ver en la revista El Arquitecto Peruano. Después de
1945, año de la publicación de Espacio en el tiempo, el autor da un giro a su sistema proyectual.
Luego de cinco años de práctica profesional, y bajo los dictámenes de la “composición” según la
enseñanza de la Sección, Luis Miró Quesada Garland debuta como autor de una teoría moderna.
Consecuente a las nuevas ideas, su obra arquitectónica también da un giro.
Figura 4.5: Luis Miró Quesada Garland. Análisis de la función arquitectónica.
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también, que toda construcción, por su naturaleza, es “una máquina”. Más adelante (VI), retoma
el tema con la alusión a la arquitectura orgánica. Sus definiciones sobre el “planeamiento”
sugieren la revisión de los conceptos “puro” y “refugio” (IV). A continuación, desarrolla los
temas vinculados con los elementos de aislamiento. Allí, introduce los términos de “membrana”,
ventanal, pared o membrana no transparente, “cascaras protectoras”, aislamiento, pantallas., etc.
Culmina con un análisis sobre el ornamento. Conforme a Miró Quesada, el ornamento debe
originarse del material mismo. En la parte dedicada a los equipos (V), explica la función del
“servicio” dentro de una vivienda moderna. Hace mención de las características “anti-higiénicas”
de la vivienda durante la Revolución industrial. Esta situación, dice Miró Quesada, cambió en el
siglo XX con la planificación de los servicios en la casa moderna. Identifica seis “servicios
básicos” en una casa: higiene personal de los ocupantes, limpieza de la ropa, limpieza de la casa
misma, reparación y compostura de la ropa, almacenaje y preparación de la comida y,
finalmente, cocción y servicio de la misma. En la parte dedicada al estudio del asoleamiento (ver
Anexo 3), Miró Quesada hace una exposición completa del tema. Inicia con las nociones
elementales sobre la astronomía y luego traslada estos conocimientos a un estudio más
exhaustivo. Así, explica cómo se hace el “cálculo gráfico” (p. 118) para luego trasladar la
información al asoleamiento de las fachadas. Más adelante, menciona varios tipos
arquitectónicos que requieren de dicho cálculo. El libro finaliza con la exposición de los temas
relacionados con la acústica (ver Anexo 4).
169
4.1.3 Una nueva metodología de análisis ha resultado del curso Análisis de la función
arquitectónica
El curso, además de introducir conceptos técnicos, reafirmó, en su metodología, la expresión que
debió tener la arquitectura moderna desde su instauración, como un concepto teórico, en la
primera obra construida en el Perú, en 1912. Tal como se ha visto en el capítulo anterior, los
sistemas constructivos modernos, como el concreto armado, fueron soslayados por la búsqueda
de una identidad, el zeitgeist, expresado en “apropiaciones” de arquitecturas de otros lugares y de
otros tiempos, y también de las “expresiones” denominadas como los Neos.
La metodología de análisis que plantea Luis Miró Quesada Garland en el curso contrasta con
el curso de Lecciones de elementos y teoría de la arquitectura del arquitecto polaco Richard de
Jaxa Malachowski. En el curso Análisis de la función arquitectónica, el autor analiza los factores
que intervienen en la configuración de una obra arquitectónica:
- Planeamiento [funcionalidad].
- Cálculo del recorrido, la acústica, la ventilación [tecnología ambiental].
- Los nuevos materiales constructivos [sistemas constructivos].
Además de enfatizar estos aspectos, Luis Miró Quesada Garland incorpora la teoría de la
nueva arquitectura. De esa manera, hace mención a Le Corbusier y a Frank Lloyd Wright (ver las
Figuras 4.6 y 4.7). En ese sentido, el curso se orienta al análisis formal a partir de las teorías
contemporáneas que surgieron después del periodo de 1919-1933, como la Promenade
architecturale y la “arquitectura orgánica”. También pone en manifiesto en todo el texto las
referencias a investigadores acerca de los aspectos que son tema de estudio en ese entonces. Esto
sugiere que el arquitecto Luis Miró Quesada Garland tuvo pleno conocimiento de su importancia
en la configuración del proyecto moderno52.
52
Se señaló en la introducción el papel que tuvo el arquitecto Héctor Velarde en escribir sobre la arquitectura
moderna y acerca de sus representantes más importantes, entre ellos el arquitecto suizo Le Corbusier. Eso demuestra
que antes del libro Espacio en el tiempo ya se tenía conocimiento de la arquitectura moderna entre los lectores
peruanos. Velarde en Fragmentos de espacio (1933) divulgó la expresión de la arquitectura moderna. Al igual que
Luis Miró Quesada Garland, Velarde escribe un texto posterior a su declaración “moderna” en una obra posterior, en
el libro de curso titulado La arquitectura en veinte lecciones (1939). El libro tiene el perfil de un manual de
arquitectura. Allí, su autor resalta los elementos que constituyen el arte de construir. Además, establece la conexión
entre estos elementos constructivos y su relación con un estilo. Al final presenta, en el apéndice, el tema de la
‘arquitectura moderna’. Menciona la falta de conceptos y definiciones para establecer una teoría sobre el tema. En
ese apartado, Velarde muestra su obra denominada Los Baños de Miraflores, en clara empatía a la línea moderna. La
forma como ha sido presentado la arquitectura moderna en el libro La arquitectura en veinte lecciones nos hace ver
que para Velarde es un estilo más (Gutiérrez, 2002). Mientras que para Luis Miró Quesada Garland la arquitectura
era solo una, era moderna y consecuente con su tiempo y con sus principios, los del Movimiento Moderno.
170
Fuente: Vers une Architecture (1923). Archivo Histórico, Biblioteca de la Facultad de Arquitectura Urbanismo y
Artes. Universidad Nacional de Ingeniería.
Fuente: Modern Architecture. Being the Hahn Lectures for 1930 (1931). Coleción Emilio Harth-Terré. Biblioteca
Universidad de Lima.
171
172
53
Héctor Villanueva Bustíos, en Luis Miró Quesada, inventario de obras y escritos (2000), tesis de Investigación
para optar el Grado de Bachiller en Arquitectura, ha sugerido que la casa en San Felipe es la tercera casa habitación
diseñada por el arquitecto Miró Quesada Garland.
173
Nota: La delegación peruana participa en el V congreso de Arquitectura. En primer plano, aparece Luis Miró
Quesada Garland. Es el tercero de la derecha y se ubica entre el ingeniero José Jochamowitz y el arquitecto Alfredo
Dammert Muelle.
Fuente: El Arquitecto Peruano N° 31 (1940).
En el Perú acontecía otro panorama. Desde la segunda década del siglo XX la búsqueda de
una identidad frenó el efecto internacional que si tuvo arraigo en las otras capitales de la región.
En todo caso, tuvo un impacto leve frente a las expresiones locales que se estaban originando en
Lima (ver Figura 5.1). En ese contexto, la denominada “arquitectura racionalista” de esos años
fue una apropiación más dentro de todos los estilos, como el neocolonial y el neoperuano. La
línea racionalista más audaz de ese momento fueron las obras de los arquitectos Velarde,
Guzmán y Dammert (García Bryce, 1980). Por su parte Harth-Terré, manifestó también una
inclinación a esta línea racionalista, con matices particulares a consecuencia de su búsqueda
personal de acuerdo a su pensamiento teórico. Harth-Terré persistió en la búsqueda de una
arquitectura peruana aún en la década del treinta e inicios del cuarenta del siglo XX, mientras
que Velarde, Guzmán y Dammert, han expresado en sus arquitecturas una clara línea racionalista
y, en consecuencia, coherente con las tendencias internacionales de ese momento. La figura de
Velarde se hace presente en este panorama con su libro Fragmentos de espacio (1933). Allí, el
autor da a conocer su punto de vista respecto a la Arquitectura Moderna de Le Corbusier. Por su
parte, Dammert (ver Figura 5.2) y Guzmán solo fueron proyectistas. Sus ideas, en clara línea
racionalista, se pueden juzgar a través de sus obras, sobre todo en sus casas. Muchas de estas
174
obras aún existen y son un claro ejemplo del sello racionalista en la arquitectura en Lima durante
la década del 30.
Nota: Lo ‘pintoresco’ de esta casa, diseñada por Dammert, contrasta con su línea racionalista.
Fuente: El Arquitecto Peruano (1938).
Antes se mencionó la influencia de la arquitectura moderna en los años treinta del siglo
pasado. Es importante señalar que Pevsner se ha inclinado por definir como ‘arquitectura
moderna’, o arquitectura del Movimiento Moderno (Tournikiotis, 2009), a las obras de
arquitectos de Europa Central, sobre todo en Alemania. Mientras que la arquitectura de Le
Corbusier y todo lo que está relacionado con el racionalismo de origen francés, como el Déco, no
175
alcanza este juicio positivo del historiador alemán. Entonces queda claro que para Pevsner existe
una arquitectura moderna y es solo la de origen alemán [con la línea recta como su expresión
formal] (Esteban Maluenda, 2016), mientras que la otra, no considerada arquitectura moderna, es
una expresión opuesta [con la línea curva como su expresión formal].
176
Figura 5.4: Enrique Rivero Tremouille. Caja Nacional del Seguro Social.
177
54
La memoria descriptiva de la Tesis está registrada como el expediente ‘Luis Miró Quesada Garland’. Se trata del
Informe que debió acompañar los planos del proyecto. Lamentablemente, los planos están univocados y por ello es
difícil saber el resultado formal de la propuesta. El documento original se puede consultar en el Proyecto Historia
UNI, en la sede central de la Universidad Nacional de Ingeniería.
178
Figura 5.5: Luis Miró Quesada Garland y su propuesta para la Municipalidad de Miraflores.
Nota: Izquierda, detalle Figura 4.1. Derecha, elevación planta del primer nivel presentado en la segunda fase del
concurso.
Fuente: El Arquitecto Peruano N° 41 (1940).
179
Nota: Vista posterior. Nótese el parecido con el proyecto presentado en el concurso de 1940. No se construyó la
parte derecha ubicada en la actual sala Miró Quesada Garland.
Fuente: Perú, obra de Gobierno del Presidente de la República Dr. Manuel Prado 1939-1945 (1945).
Nota: Los planos presentan variaciones con respecto al proyecto del concurso. El ala que se emplaza sobre la Av.
Larco, ha sufrido variaciones notables.
Fuente: Inventario del Patrimonio Monumental de Lima - Fundación Ford (1988). Facultad de Arquitectura
Urbanismo y Artes, Universidad Nacional de Ingeniería.
180
Nota: Residencia en Orrantia. Casa del Señor Ernesto Gabaldoni, planta baja.
Fuente: El Arquitecto Peruano (1945).
181
182
Wright. Doce años son los que separan el libro Espacio en el tiempo. La arquitectura como
fenómeno cultural del libro Fragmentos de espacio (1933) y del fin del periodo 1919-1933,
denominado por los historiadores como la arquitectura moderna del Movimiento Moderno
(Tournikiotis, 2001). En 1946, Miró Quesada diseña su casa en la calle Huiracocha, en la nueva
urbanización San Felipe (ver Figuras 5.10 y 5.11).
Nota: La calle Huiracocha se ubica, según esta perspectiva, en la parte superior derecha.
Fuente: El Arquitecto Peruano N° 14 (1938).
183
55
A la fecha se cuenta con poca información sobre su actividad profesional. El Arquitecto Peruano informa que
Sakr ha trabajado en la Junta Pro-desocupados. En el ámbito intelectual, José Sakr firmó el Manifiesto de la
Agrupación Espacio, del 15 de mayo de 1947. La cercanía a Miró Quesada habría sido la causa de su adhesión.
184
Esta metodología tiene un carácter científico a diferencia del curso Lecciones de Elementos y
teoría de la arquitectura56, de Richard de Jaxa Malachowski, que dicto hasta un año antes de la
Reforma Universitaria (Ludeña, Beingolea, 2014). En el curso Análisis de la función
arquitectónica, el autor examinó los aspectos tecnológicos que intervienen en el proceso de
diseño. Resultado de su interés por cubrir vacíos en la enseñanza que recibió en su época de
estudiante (Miró Quesada, 1991), el autor aportó también un sistema de análisis novedoso para
los estudiantes. En ese sentido, el contenido del libro se acerca a la idea de la ‘razón científica’,
porque sus propósitos se vinculan en el análisis arquitectónico a partir de los elementos que la
conforman, como las tecnologías de acondicionamiento, los materiales sintéticos y, sobre todo, el
sistema constructivo. Estos aspectos, según el autor, intervienen en la ‘planificación’ del diseño.
En consecuencia, la ‘razón mítica’, el apego a las tradiciones y las formas del pasado, han sido
desplazados.
Elementos que incorpora Luis Miró Quesada Garland en el nuevo sistema proyectual:
56
Concluido y difundido parcialmente en 1944, el libro apareció como formato Multicopias “Ozalid” para uso
académico. Consta de 141 láminas. El arquitecto Adolfo Córdova Valdivia cuenta con algunos originales que ha
conservado desde que cursó la asignatura dictada por el arquitecto Richard de Jaxa Malachowski.
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Nota: Plano del primer nivel. Aparece la firma de Miró Quesada al lado del membrete (1946).
Fuente: Municipalidad de Pueblo Libre.
En el diseño de su casa, el autor introduce los anteriores elementos logrando los siguientes
resultados (ver Figura 5.14):
- Incorpora en el área social el concepto de la “Planta libre”. Por esta razón, el diseñador ha
provocado una ruptura en su generación y, en consecuencia, deja obsoleto el anterior
sistema proyectual: el “muro paralizado” (Ciriani, 2014)57.
- Los aleros (Miró Quesada, 1946) [pág. 161] se integran a la losa del segundo y tercer
nivel en una sola pieza y, en consecuencia, se produce un juego formal novedoso.
- Los materiales de la fachada principal, como el ladrillo del primer, los azulejos de color y
las planchas acanaladas del balcón en el segundo nivel, complementan la solución formal
57
El arquitecto peruano Enrique Ciriani imparte en su Taller de Diseño Avanzado las teorías del arquitecto suizo Le
Corbusier. El TDA, como se le conoce, se inició en el año 2009 en la Universidad Privada de Ciencias Aplicadas, en
su sede de Monterrico, en la ciudad de Lima.
187
de los aleros y, en consecuencia, enfatizan el propósito del diseñador: resaltar las líneas
horizontales de todos los materiales y acabados del sistema constructivo.
- En oposición a las características obtenidas en el anterior punto, el diseñador resalta la
circulación vertical que comunica los tres niveles de la casa.
- La casa no tiene doble altura, por lo tanto, no se puede juzgar en los términos de la teoría
corbusiana y su Promenade Architecturale.
Qué ha conservado Luis Miró Quesada Garland de su anterior “sistema proyectual” en La
Casa Huiracocha:
- El esquema de ejes Beaux-Arts. En los planos de la casa se puede identificar los ejes
a:b:a:b (ver Figura 5.15).
- La torre como articulador del conjunto. Retirado del frente y unificador de sus niveles
- La escalera circular
Figura 5.15: Luis Miró Quesada Garland. Casa Huiracocha.
Nota: Casa Huiracocha. Plano original de los niveles 2 y 3, que forma parte del expediente de la Casa. Los trazos a
lápiz hacen notar las proporciones a:b:a:b
Fuente: Municipalidad de Pueblo Libre.
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Nota: Casa Huiracocha. Niveles 1 y 2. Estos planos corresponden a una independización posterior. Se puede
apreciar la ampliación en la parte posterior de la Casa (1963).
Fuente: Municipalidad de Pueblo Libre.
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191
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Respecto a la Casa Huiracocha, se debe tomar en cuenta, a raíz de las fuentes consultadas, lo
siguiente:
§ 1946, 3 de octubre: La Caja Nacional de Seguro Social ha inscrito a Don José M. Sakr
S., en el Padrón de Construcciones, con el N 15908.
§ 1946, 22 de octubre: José M. Sakr S., solicita la licencia para efectuar la obra de
construcción de tres pisos de Luis Miró Quesada Garland.
§ 1946, 29 de noviembre: La Sección Técnica del Consejo Distrital de Pueblo Libre da
conformidad a los planos presentados por el Señor Luis Miró Quesada Garland. En
consecuencia, se expide la licencia de construcción de una casa habitación de tres
pisos y de 24.65 metros lineales de frente a la calle.
§ 1946, 2 de diciembre: Se fija el valor de la licencia de construcción en S/. 544.96.
§ 1947, 28 de febrero: El inspector de obras del consejo Distrital de Pueblo Libre
aprueba la licencia y da pase a tesorería para el pago fijado anteriormente.
§ 1947, 28 de febrero: El Sr. Alcalde, José Vélez Diez Canseco, expide la licencia de
construcción Nº 655, de la casa habitación de 3 pisos en la calle Viracocha a Don Luis
Miró Quesada Garland.
§ 1947, 13 de febrero: Se solicita la licencia para la construcción de una casa habitación,
de 20 metros lineales de frente a la calle. Se fija el valor de la licencia de construcción
en S/. 519.22. Se expide la licencia de construcción con el Nº 705.
- Estos datos dan a conocer que existen dos proyectos que fueron ingresados
simultáneamente al Consejo Distrital de Pueblo Libre. Ambos, diseñados por Luis Miró
Quesada Garland y construidos por José M. Sakr. S. La Casa Huiracocha tiene 20 metros
lineales de frente. Entonces, le corresponde la licencia Nº 705. Mientras que la licencia
Nº 655 corresponde al lote adjunto. En consecuencia, se tiene información de un nuevo
proyecto de Luis Miró Quesada Garland.
193
Figura 5.18: Luis Miró Quesada Garland. Casa habitación en la calle Huiracocha.
Nota: Casa habitación en la calle Huiracocha, elevación principal [desaparecida].
Fuente: Municipalidad de Pueblo Libre.
Figura 5.19: Luis Miró Quesada Garland. Casa habitación en la calle Huiracocha.
Nota: Casa habitación en la calle Huiracocha. Imagen izquierda, planta del primer nivel (1946). La imagen derecha
apareció en un artículo de Héctor Velarde (1972)
Fuente: Municipalidad de Pueblo Libre y El Mercurio Peruano (1972).
194
CONCLUSIONES FINALES
A partir de las preguntas formuladas en el capítulo I, a continuación se responde cada una de
ellas:
¿Cuáles son las razones para considerar un buen ejemplo de arquitectura moderna el caso
de la Casa Huiracocha del arquitecto Luis Miró Quesada Garland?
Las razones son las siguientes:
- Luis Miró Quesada Garland desarrolla una metodología de análisis arquitectónico en el
curso Análisis de la función arquitectónica (1946).
- El curso tuvo como propósito analizar el diseño arquitectónico a partir de los aspectos
tecnológicos que influyen en el sistema proyectual: la iluminación, la ventilación natural,
el asoleamiento, la acústica, los equipos, los nuevos materiales y sistemas constructivos.
Estos aspectos los incorpora a un nuevo sistema proyectual que alcanza un nivel
tecnológico-constructivo coherente con los postulados sobre la arquitectura moderna: la
forma es el resultado del análisis de los aspectos configurativos que intervienen en el
diseño.
- Consecuente con los propósitos del libro de curso Análisis de la función arquitectónica,
el autor alcanza cualidades espaciales y formales novedosas para ese entonces. Estas
cualidades proyectan las ideas que el autor ha divulgado en Espacio en el tiempo. La
arquitectura como fenómeno cultural; y luego, en Análisis de la función arquitectónica,
ha desarrollado en una metodología de trabajo. Esta, como se ha visto en el capítulo V,
expresa el manejo de los nuevos materiales constructivos y su adecuación al clima, así
como el emplazamiento y la tectónica.
- Por lo tanto, la Casa Huiracocha es “un buen ejemplo de arquitectura moderna” porque
reúne las características formales planteadas por los arquitectos del Movimiento Moderno
y en especial la arquitectura del “Estilo Internacional”. Estas teorías influyeron en la
generación de Luis Miró Quesada Garland.
¿Cuáles son las ideas que sustentan el carácter moderno de dicha obra?
195
Las ideas detrás de la obra escrita del arquitecto Luis Miró Quesada Garland comprenden, tal
como se ha visto en el capítulo IV, un corpus teórico que se dividen en dos fases muy bien
determinadas cronológicamente:
- La idea principal de la primera fase se basa en la construcción de un paradigma. Este
ideal busca la apropiación de una arquitectura para establecer el zeitgeist, el espíritu de su
tiempo, tal como lo ha definido Giedion, a partir de una identidad prestada, lo cual, como
se ha señalado, alude a la construcción “identitaria” denominada “barroco” (Velarde,
1980). Esta idea se alinea con las construcciones “ideológicas” planteadas por los
arquitectos de la generación de 1884 y 1899. La idea de formular un zeitgeist en el Perú,
en el año 1945, está sujeta a las condiciones que favorecen el surgimiento de una
sociedad como lo planteó Luis Miró Quesada Garland: una sociedad industrial, global y
en condiciones de adoptar una arquitectura internacional y acorde con su tiempo.
- La denominación de “arquitectura moderna”, concepto que tiene diferentes matices, ha
sido desarrollado en el capítulo II. Luego, en el capítulo III, estos conceptos permiten
operar sobre las bases teóricas en torno a la comunidad de arquitectos peruanos entre los
años 1912 y 1945. A pesar de la larga brecha entre los conceptos de los historiadores
europeos y la arquitectura que se hacía en Perú, las teorías recopiladas por Panayotis
Tournikiotis son totalmente operativas en otro contexto y en otro lugar. Debe recordarse
que Max Aguirre González ha manifestado que la arquitectura moderna es un fenómeno
diacrónico; en ese sentido es oportuno que se instaure en otro lugar y en otro tiempo. Por
ello, el libro de texto Análisis de la función arquitectónica cumple un rol fundamental en
la enseñanza de la arquitectura dentro de las aulas de la Escuela Nacional de Ingenieros.
Será un antecedente importante previo a la aparición de Mario Bianco en el Perú y, sobre
todo, en las aulas del Departamento de Arquitectura, donde fue docente en el curso de
Diseño, del quinto año de la carrera.
Como se ha visto en el capítulo III, todos los esfuerzos por construir una idea, un
ideario, una identidad propia [nacional, criolla, etc.] y que requirió de una apropiación
cultural [foránea o local] culminó con la construcción de una “cultura barroca”, o una
“expresión barroca”, de sus edificios más emblemáticos, antes y después de 1945. De
acuerdo con ello, es válido decir, como lo ha sustentado Héctor Velarde, que la
196
197
198
La influencia del Movimiento Moderno en el Perú se dio en torno a los años 1945-1946.
Desde ese año se instaura un lenguaje distinto a las obras de los arquitectos de la
Generación de 1899.
Por lo expuesto anteriormente, existe más de una arquitectura moderna en el Perú. Se
trata, entonces, de un ciclo compuesto por varios intentos de aplicación de nuevos
sistemas constructivos. A continuación, se señalan las obras y hechos que estuvieron
relacionados con el uso del concreto armado y el cambio de paradigma: pasar de una
razón mítica a una razón científica.
§ 1910: Creación de la Especialidad de Arquitectos Constructores en la Escuela
Nacional de Ingenieros
§ 1912: Estación de Desamparados [Rafael Marquina]
§ 1924: Fachada del Palacio Arzobispal de Lima [Ricardo de Jaxa Malachowski]
§ 1925: Primer diploma de Ingeniero Arquitecto concedido a un egresado de la Escuela
Nacional de Ingenieros [Emilio Harth-Terré]
§ 1928: Modelos de Arquitectura Peruana [Emilio Harth-Terré]
§ 1931-1934: Junta Departamental de Lima Prodesocupados [Enrique Rivero
Trémouille]
§ 1933: Yacht Club de Miraflores [Héctor Velarde]
§ 1937: El Barrio Obrero 1 de la Victoria [Alfredo Dammert]
§ 1937: Creación de la revista El Arquitecto Peruano [Fernando Belaunde]
§ 1945: Reforma Universitaria en la Escuela Nacional de Ingenieros
§ 1946: Ley de la propiedad horizontal del suelo [Fernando Belaunde]
§ 1946: Curso Análisis de la función arquitectónica [Luis Miró Quesada Garland]
§ 1946-7: Casa Huiracocha [Luis Miró Quesada Garland]
§ 1949: Junta de Obras Públicas del Callao [Mario Bianco y otros]
§ 1951: Anteproyecto del Departamento de Arquitectura [Mario Bianco y otros]
199
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ANEXOS
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Análisis de actividades, p. 34
Clasificación, p. 36
Planeamiento del espacio para la actividad, p. 36
Planeamiento para necesidades conocidas, p. 38
Complejidad de las actividades actuales, p. 38
Formas en que actúan las técnicas, p. 40
Elementos arquitectónicos del planeamiento, p. 41
Elementos estructurales, p. 41
Flexibilidad debajo del techo, p. 42
Estructura consciente, p. 43
Necesidad del técnico, p. 44
La estructura independiente, p. 44
Elementos de protección, p. 45
The Tech Eden House y el Black Magic, p. 46
Muros y ventanas, p. 47
Cualquier material es bueno, p. 48
Cáscaras protectoras, p. 49
No hay ventana ni pared, p. 50
Ventanales o cortinas transparentes, p. 51
El nuevo concepto del ventanal, p. 51
Diferenciación de funciones, p. 53
Necesidad del estudio de las técnicas, p. 54
Pared o membrana no transparente, p. 56
Membrana opaca o pared, p. 56
El techado, p. 57
Evacuación y eliminación del agua, p. 58
La generalización del techo plano, p. 59
El shed o Monopitch, p. 60
El techo con membrana protectora, p. 61
Los elementos de aislamiento, p. 62
Cómo realizar el aislamiento. P. 63
Medios de control de intimidad, p. 64
Organización, no división del espacio, p. 65
Aprovechar de la posibilidad, p. 67
The Storage Wall, p. 68
Las pantallas, p. 69
Otra vez, necesidad de las ventanas, p. 69
Elemento de ornamentación, p. 70
Diferencia entre ornamentación y decoración, p.70
Ornamento por el material mismo, p. 71
La humanización de la arquitectura, p. 72
Elementos de servicio, p. 73
Aumento de los equipos mecánicos, p. 73
Necesidad de planear en consideración a estos elementos, p. 75
Los actuales equipos que se usan en la casa, p. 77
Unidades integrales de servicio, 78
Equipos de servicio en otros locales, p. 78
La evolución del planeamiento, p. 79
Funcionalismo, p. 80
Principios contra sentido, p. 81
El sentido del espacio, p. 82
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