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Seminario de Investigación
para optar al grado de Licenciado en Arquitectura
Universidad del Bío-Bío
Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño
2017
A mi querida familia y en especial, a Harry Benöhr, quien dejó un profundo legado relacionado a la
montaña en cada uno de los integrantes que componen la tribu Benöhr.
A Daniela Araneda, Sofía Bernasconi, Jens Benöhr, Aldo Erratchou, Alcira Soto y Luis Hinrichs por
acompañarme en esta aventura.
ÍNDICE
0. INTRODUCCIÓN 6
1. MARCO TEÓRICO
1.2 HIPÓTESIS
1.3 OBJETIVO GENERAL
1.4 OBJETIVOS ESPECÍFICOS
1.5 METODOLOGÍA DE ESTUDIO 8
3.3 EMPLAZAMIENTO 27
3.5 CONSTRUCCIÓN 40
3.6 ACTUALIDAD 44
4. CAPÍTULO III: MONOGRAFÍA ARQUITECTÓNICA REFUGIO PLANTAT 45
4.3 EMPLAZAMIENTO 51
4.5 CONSTRUCCIÓN 59
4.6 ACTUALIDAD 69
5.3 EMPLAZAMIENTO 76
5.5 CONSTRUCCIÓN 87
5.6 ACTUALIDAD 92
6. CONCLUSIÓN 93
7. BIBLIOGRAFÍA 97
8. ANEXOS 100
0. INTRODUCCIÓN
Refugio (Del lat. Refugium).
1. m. Asilo, acogida o amparo.
2. m. Lugar adecuado para refugiarse.
4. m. Edificio situado en determinados lugares de las montañas para acoger a viajeros y excursionistas.
RAE
Los refugios de montaña surgieron inicialmente en Europa impulsados por diversos clubes de
alpinismo, con el objetivo de facilitar la práctica de los deportes de montaña. Estas construcciones
se mantenían en el tiempo con el aporte económico de los integrantes del club. Por tanto, el uso
de estas estructuras ha estado ligado a la convivencia entre un grupo de personas con intereses
en común.
Los refugios más tradicionales tienden a erigirse a partir de materiales locales, con los que se
construyen, disponiendo sólo de servicios básicos para la comunidad. Esto nos permite hablar de
una arquitectura vernácula, un tanto austera, despojada de elementos sobrantes y reducida a lo
esencial.
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1.1 PRESENTACIÓN DEL TEMA
1.2 HIPÓTESIS
- Definir los tipos y tipologías de refugios presentes en nuestra cordillera según período de
construcción y materialidad.
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1.5 METODOLOGÍA DE ESTUDIO
1. Selección de Documentación
Según previo catástro de cada estructura en mampostería de piedra de los años 30’ construida
en alta montaña con fines deportivos, se seleccionan aquellas de mayor alcance en cuanto a
documentación, testimonios y fotografías de la época.
3. Levantamiento Planimétrico
4. Dibujo Arquitectónico
A partir de los datos obtenidos, se elabora la construcción planimétrica de las obras seleccionadas
con la utilidad de representar gráficamente el objeto arquitectónico, sus sistemas y elementos
constructivos, como también la relación del volumen con el territorio en el que se emplaza.
5. Construcción Monográfica.
8
CAPÍTULO I:
ANTECEDENTES GENERALES
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2.1 ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Desde el inicio de los tiempos, el humano ha buscado cobijo para guarecerse de las muchas veces
duras condiciones ambientales. En principio, para ocultarse de los rayos del sol, bajo la sombra
de un árbol. Luego, la lluvia lo insta a cambiar de guarida. Descubre una cueva en donde logra
mantenerse a salvo de las inclemencias del tiempo, pero pronto este refugio se torna insuficiente
y decide construir con lo que encuentra al alcance de sus manos, una morada que lo aloje. Una
cubierta de paja, una pared de granito. Es cierto que este seguirá siendo deficiente, pero entonces,
la criatura humana desarrollará otras técnicas y mejorará las carencias del refugio anterior (Laugier,
1753)
Los seres humanos le hemos otorgamos vida y significado a las demostraciones del entorno,
tejiendo sobre cada lugar que ocupamos una cosmovisión propia de él. Las montañas son vitales
en el origen de vertientes y ríos y han sido consideradas como morada de divinidades a lo largo
de la historia. En períodos de sequía la tribu Kikuyu en África le imploraba al Dios Ngai ante el
Monte Kenia que descendiera agua de las altas montañas. En China los pueblos destinaban, por
tradición, un templo a la deidad de la montaña, guardián de las nubes y la lluvia. En Japón el Monte
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Koyasan concentra los templos más sagrados del país, núcleo vital en la práctica del budismo. Las
montañas también se han instaurado en el paisaje de diversos mitos y leyendas. El Monte Sinaí
está estrechamente relacionado a Moisés y encarna el momento en que éste recibió los Diez
Mandamientos. El Monte Olimpo se consideró el lugar de residencia de los dioses griegos y el
Monte Kailash en India se consideraba como la morada del dios Shiva.
Para los incas las montañas también son sagradas, en ella habitan los Apu, mediadores entre el
mundo de los dioses y el mundo terrenal. Por tal razón, convirtieron a los montes en objetos de
culto a lo largo del territorio andino, erigiendo construcciones conocidas como “adoratorios en
altura”, destinados tanto a uso tanto religioso como lo terrenal. Muchos de los adoratorios se
ubicaban por debajo de la cima, evitando la exposición a los fuertes vientos. Por otra parte, a
lo largo de toda la red de caminos creada por el Imperio Inca se erigían cada 20 o 30 kilómetros
refugios en piedra denominados Tambos, para entregar albergue y provisiones a los mensajeros
del Inca, los chasquis.
En el caso de las comunidades pewenches, la recolección del pehuén y la alimentación del ganado
en veranadas generaron innumerables senderos que conforman una red de rutas al interior de la
cordillera. En invierno solían levantar sus toldos, confeccionados en cuero equino y sostenidos por
cañas de colihue en forma piramidal, para establecer su campamento de descanso en zonas más
bajas y junto a ríos y vertientes, en valles protegidos de las inclemencias de la montaña.
Campamento Pewenche.
Pöppig, E. (1840-?) [Dibujo] Memoria Chilena, Biblioteca Nacional de Chile
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“CASUCHAS DE LA CORDILLERA”
En los tiempos coloniales, la ruta Santiago y Mendoza comenzó a cobrar importancia, gracias al
transporte mercantil. Los transeúntes debían cruzar ríos caudalosos y ascender alturas superiores
a 4.000 msnm. En invierno, esta importante vía de comunicación permanecía cubierta por un
manto impenetrable de nieve.
En 1764 Ambrosio O’Higgins sufre las temibles consecuencias de adentrarse en la cordillera de los
Andes en pleno invierno cuando un temporal de nieve amenazó su vida y la de toda su expedición.
“Que no suceda lo que visto, de quemarse a los correos los pies sin poder caminar atrás
ni adelante; por no tener dónde refugiarse de los temporales, y rendido el espíritu y las
fuerzas arrimarse a algún peñasco, donde acabada la corta provisión de víveres que ellos
mismos cargan, mueren de hambre y pierden los pliegos que la misma nieve inutiliza, o al
derretirse arrastra para los ríos.” (O’Higgins, 1765)
En base a esta experiencia, Ambrosio solicita al gobernador del Reino de Chile, Antonio de Guill
y Gonzaga, la construcción de seis casas tipo posta emplazadas estratégicamente a lo largo del
cruce hasta Mendoza, con el objetivo de hacer transitable el paso de la cordillera sin importar las
adversidades climáticas del territorio.
O’Higgins lidera el proyecto señalando en un informe como debía ser su diseño y su construcción
en mampostería de ladrillos cocidos y cal, considerando un volumen de tres varas de alto, cinco
a seis varas en planta y de cubierta lo bastante inclinada para que la nieve lograra deslizarse
fácilmente techo abajo.
“Una puerta pequeña de vara y tres cuartas de alto y una de ancho será su entrada, y
una escalera bien pendiente, la cual le facilite la comunicación a ella (...) Cada casa ha de
tener una caja o armario de madera en la que se pueda depositar un quintal de charqui,
una arroba de yerba, otra de azúcar, una corta porción de ají y leña, que se podría poner
todo en el mes de abril. Cada una de las puertas de estas casas ha de tener su buena
cerradura y seis llaves iguales para cada cual de ellas, han de quedar al fin del verano tres
en esta ciudad, y tres en la de Mendoza, para entregar una al correo que se ofrezca (…)”
(O’Higgins, 1765)
Con el inicio del funcionamiento del Ferrocarril Transandino en 1910, las casuchas de la cordillera
dejaron de cumplir su función, cayendo en el olvido. Estas construcciones de carácter monolítico
han logrado perdurar en el tiempo por más de 200 años y han entregado albergue, además de
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a encomendados de correos, a numerosos viajeros tales como Charles Darwin, Robert Proctor,
Alexander Caldcleugh, el pintor alemán Mauricio Rugendas, entre otros, quienes dejaron
documentación importante para identificar la localización de cada asentamiento en la actualidad.
Casucha de las Calaberas en el paso del monte Juncal. Casucha de las Cuevas.
Rugendas, M. (1837) [Dibujo] Biblioteca Nacional Digital Rugendas, M. La otra banda [Dibujo] Biblioteca Nacional Digital
Casuchas del Rey en Villa las Cuevas, Mendoza. Casuchas del Portillo, Chile.
Martin, G. [Fotografía] [Fotografía] http://www.chilecollector.com
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2.3 REFUGIOS DE MONTAÑA EN EUROPA
A principios del siglo XIII surgieron los primeros Hospitales en los Pirineos, que se emplazaban a los
pies de los puertos de montaña, con el objetivo de entregar albergue a peregrinos, comerciantes y
viajeros que desafiaban las rutas fronterizas, incluso en las épocas más frías del año. La construcción
solía contar con comedor, cocina y dormitorio en un gran espacio común. A cambio de cobijo, los
transeúntes solían retribuir a los cuidadores con mercadería. El primer hospital en los Pirineos
Franceses de nombre Saint-Jean de Joeu, aún se encuentra en funcionamiento, así como muchos
otros.
Los antiguos hospitales dan paso a los refugios de montaña. Estos nacen a fines del siglo XIV, en
conjunto con los primeros clubes de montaña y el incipiente interés por coronar nuevas cumbres.
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En 1882 el explorador francés Henry Russell, tras ascender en reiteradas ocasiones el macizo más
alto de los Pirineos franceses (3.298 msnm) decide mandar a cavar una serie de cuevas en la
pared de la montaña Vignemale. Estas intervenciones son consideradas como el primer refugio de
montaña occidental, sin ningún otro fin, más que facilitar el ascenso a la cima.
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2.4 REFUGIOS DE MONTAÑA EN CHILE
De la mano de la llegada de inmigrantes europeos a Chile durante la primera década del siglo XX,
surge en Valparaíso el primer club de montaña en nuestro país. El interés por replicar la cultura
de montaña de los colonos alpinos en su segunda patria fue tal, que en los años 30’ se consolidó
una importante red de refugios distribuidos por la cordillera de los Andes centrales del sur, que
permitió facilitar las excursiones de montaña durante todo el año.
La inauguración del refugio de Lo Valdés en 1932 dio el impulso inicial para la ejecución de los
siguientes refugios en los territorios cordilleranos de la región Metropolitana, refugio Los Azules y
refugio Totorillas en 1935, refugio La Parva y refugio Plantat en 1937. Con la particularidad de que
todos estos refugios de montaña fueron levantados en mampostería de piedra volcánica, materia
prima provista por el paisaje en donde se emplazaron.
Hecho histórico que también se manifestó, unos kilómetros más al sur de Santiago, en la cordillera
de Ñuble, con la construcción del refugio El Aserradero en 1936 y el refugio Garganta del Diablo en
1937, contribuyendo a la consolidación del refugio Shangri- La y el refugio Waldorf en los años 40’.
Situación que se repitió en los faldeos del volcán Llaima, volcán Villarica, volcán Osorno y volcán
Casa Blanca, fruto de la fundación de clubes de montaña en Temuco, Valdivia, Osorno y Puerto
Varas, ciudades que albergaban importantes colonias alemanas. Estos refugios se diferenciaron de
los anteriores por ser estructuras construidas únicamente en madera.
Los clubes de montaña eligieron como emplazamiento para la construcción de sus refugios lugares
donde en invierno cayera la cantidad de nieve suficiente para practicar el esquí sin necesidad de
situarse en cotas muy elevadas. Como no era de esperar para los fundadores de los refugios, el
cambio climático, entre otras consecuencias, provocó el retroceso de las cotas de nieve en las
montañas. Cada invierno fue menor la cantidad de nieve caída en los alrededores dificultando la
práctica del deporte que convocaba a los habitantes del lugar. A esto se le sumaban reiterados
saqueos al equipamiento interior de las estructuras que terminaron por reducir a escombros la
huella de lo que fue un intento por habitar la cordillera.
Lamentablemente, en la actualidad sólo cuatro del total de refugios de montaña levantados entre
los años 30’ y 40’ se encuentran en uso.
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Refugio Alemán de Lo Valdés, construido en 1932, Refugio Alemán en La Parva, construido en 1937,
Club Alemán Andino. Club Alemán Andino.
[Fotografía] Revista Andina, 1943. Goyoneche, R. [Fotografía]
Refugio Los Azules, construido en 1935, Refugio Las Totorillas, construido en 1935,
Club Alemán Andino. Club Alemán Andino.
Meya, G. [Fotografía] Revista Andina, 1938. Timmermann, B. [Fotografía] Revista Andina, 1938.
Refugio El Paraguas en Lagunillas, construido en 1936, Refugio El Aserradero, valle Las Trancas, construido en 1934,
Club Andino de Chile. Ski Club Chile Sección Sur.
[Fotografía] http://clubandinodechile.cl [Fotografía] http://www.lugaresdenieve.com
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Refugio Plantat, faldeos volcán San José, construido en 1937, familia Plantat.
[Fotografía] http://www.chilehike.com
Refugio Garganta del Diablo, faldeos volcán Chillán, Refugio Shangri-La, valle Shangri-La,
construido en 1937, Club Andino de Concepción. Club Andino Nevados de Chillán.
Quintana, X. (2013) [Fotografía] Espinoza, A. (2008) [Fotografía]
Refugio Waldorf Astoria, ladera Nevados de Chillán, Refugio Los Paraguas en los faldeos del volcán Llaima,
construido en 1940. construido en 1937, Club Andino de Cautín.
[Fotografía] http://www.wikiexplora.com [Fotografía] Revista Guía del Veraneante 1948
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REFUGIOS MODULARES
En la actualidad las carreteras y condiciones para realizar ascensos y practicar deportes de montaña
han mejorado, lo cual ha potenciado el turismo ligado a la naturaleza, significando la masificación
de lugares montañosos, haciéndolos atractivos para el turismo
Refugio Atacama, campamento medio volcán Ojos del Salado. Refugio Tejos, campamento alto volcán Ojos del Salado.
Camus, M. (2013) [Fotografía] [Fotografía] http://www.cordillere-andes.com
Refugio Gabriela Mistral, campamento alto cerro las Tórtolas, Refugio D’Agostini, campamento alto cerro El Plomo,
instalado en 2007, Federación de Andinismo de Chile. instalado en 1961.
Hauck, P. (2013) [Fotografía] [Fotografía]
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Refugio Federación, campamento medio cerro El Plomo. Refugio Pintor, base cerro Pintor, instalado en 2004 por estu-
Cortés, J. (2013) [Fotografía] diantes de la Universidad de Chile.
Moreno, M. (2004) [Fotografía]
Refugio De Ramón, cumbre cerro San Ramón, instalado en Refugio Provincia, cumbre cerro Provincia, instalado en
2006, Asociación de Municipalidades Parque Cordillera. 2006, Asociación de Municipalidades Parque Cordillera.
Mattos, J. (2013) [Fotografía] Bahamondes, L. (2012) [Fotografía]
Refugio en Campos de Hielo Norte, instalado en 2003, Refugio Desmontable en glaciar Jotabeche, instalado en
Dirección General de Aguas. 2008, Dirección General de Aguas.
Martin, G. (2013) [Fotografía] [Fotografía] Gentileza de Pedro Serrano.
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CASOS DE ESTUDIO SELECCIONADOS
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CAPÍTULO II:
MONOGRAFÍA ARQUITECTÓNICA REFUGIO ALEMÁN DE LO VALDÉS
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REFUGIO ALEMÁN DE LO VALDÉS
23
3.1 TERRITORIO Y PAISAJE
Cerro Chacayas
2.839 msnm
Río Volcán
Elaboración Propia.
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Darwin en su paso por los Andes centrales de Chile da cuenta del paisaje que envolvía el valle del
Maipo.
“Las montañas que bordean esta parte del valle tienen de 3.000 hasta 6.000 metros de
altitud; son redondeadas, y sus flancos están absolutamente desnudos. Por todos lados
la roca es rojiza y las capas perfectamente distintas. No puede decirse que el paisaje sea
bello; pero es grandioso y severo. Nos encontramos con muchos rebaños de ganado que
algunos hombres conducen desde los valles más elevados de la Cordillera.” (Darwin, 1834
:213)
El río El Volcán, junto con otras cuencas hídricas, alimenta el valle del río Maipo de los deshielos
provenientes del volcán San José. Estos ríos atravesaron procesos dinámicos, adaptándose a la
configuración de una geoforma moldeada por la acción de un gran glaciar, dando origen a los
valles presentes en la actualidad.
El refugio Lo Valdés se localiza aguas arriba de la desembocadura del río El Volcán en el río Maipo,
por la ribera sur del afluente, sobre una loma a 1965 metros de altitud, rodeado de vegetación
esclerófila andina altamente intervenida, principalmente compuesta por arbustos y matorrales.
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3.2 ANTECEDENTES HISTÓRICOS
De acuerdo a la revista Andina publicada por el Club Alemán, el primer gobierno de Carlos Ibáñez
del Campo colaboraría al Club Alemán con un bono de fomento al turismo con el propósito de
construir el primer refugio de esquí en la montaña. Subsidio que no se concretó, sin embargo
gracias al aporte de instituciones alemanas y austriacas, consiguieron, finalmente el año 1932,
plasmar sus anhelos en la consolidación del refugio Lo Valdés.
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3.3 EMPLAZAMIENTO
El descubrimiento de yacimientos de cobre y yeso a los pies del volcán San José, contribuyó en la
extensión de la línea férrea desde Puente Alto hasta la localidad del Volcán. Hecho histórico que
terminó por definir la elección del actual emplazamiento del refugio en el sector de Lo Valdés,
permitiendo acceder al lugar tanto en auto como en tren.
El Club Alemán Andino acudió a los conocimientos de uno de sus prestigiosos socios para la
elección del lugar, el geógrafo austriaco, Federico Fickenscher, autor junto a Walter Klatt de la
famosa “Carta de Excursionismo de la Cordillera Central”. Fickenscher aconsejó levantar el refugio
sobre una loma junto al estero Lo Valdés, punto estratégico dado a sus condiciones de seguridad
ante avalanchas y posibles crecidas del río El Volcán, como también para la captación de agua y,
además, por la inigualable vista hacia el macizo del volcán San José.
Convencidos de las cualidades del emplazamiento, cercano a termas minerales y punto de partida
de numerosas excursiones, realizaron la compra de dos hectáreas de terreno a la familia Zamudio
por la módica suma de $10.000.- lo que equivaldría en la actualidad al valor aproximado de
$2.000.000.-
Fachada norponiente del refugio Lo Valdés, vista hacia el volcán San José.
Fotografía por Harry Benöhr, 1930-?. Archivo familiar.
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Ruta vehicular camino al volcán, de fondo el volcán San José. Lo Valdés cubierto de vegetación introducida en la actualidad.
Fotografía de la autora, 2017.
Acceso a refugio Lo Valdés por fachada nororiente. Vista hacia el volcán San José desde el refugio.
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D B
A A’
C C’
Estero Lo Valdés
D’ B’
Emplazamiento 1:1000
0 10 20m
Corte B-B’
0 15 60m
Elaboración Propia.
30
Corte C-C’
Corte D-D’
0 15 60m
Elaboración Propia.
31
3.4 ANÁLISIS ARQUITECTÓNICO
En la actualidad el refugio Alemán de Lo Valdés se encuentra oculto tras un pequeño bosque, sin
embargo, en sus primeras décadas, emplazado sobre una loma de escasa vegetación, se lograba
distinguir a lo lejos una figura compacta en contraste con un fondo heterogéneo, expuesto a la
continua interacción y transformación de la materia(pétrea) que lo compone.
La estructura del refugio alemán se caracteriza por poseer elementos que evocan una arquitectura
tradicional del norte de Europa. Los postigos exteriores como sistema de protección ante el viento
y para evitar el paso de luz, la cubierta a dos aguas de peto quebrantado, que se diferencia por
construir un plano triangular en la parte superior, son elementos que se asemejan a la arquitectura
vernácula del este de Holanda y el norte de Alemania, con la diferencia de que estas eran
construidas en madera y no en mampostería de piedra.
Con los años, a la planta cuadrangular de diez por diez metros, se le adhirieron volúmenes en su
perímetro. El estudio arquitectónico abordará al estado original que daba forma a este objeto
arquitectónico de carácter monolítico.
Total 14,5%
0 10 20m
Elaboración Propia.
32
Elevación Norponiente 1:100
33
Elaboración Propia.
Elevación Surponiente 1:100
El acceso en la cara norte del refugio se realiza a través de un corredor semi cubierto que suaviza
el paso del exterior al interior. Un amplio comedor que reúne las actividades de camaradería
entre los integrantes del club en torno a la chimenea. Posteriormente se le añadió un volumen
adicional a la cara poniente, donde se estableció la cocina, y una estructura exterior donde reside
la administración y el personal del refugio.
Inicialmente los recintos de descanso ubicados en el segundo y tercer piso, solían ser bastante
básicos, planta libre y colchones en el piso para alojar la mayor cantidad de personas posible,
prescindiendo de privacidad a quién reside el lugar. Privacidad que hoy en día se ha proporcionado
dotando de habitaciones el segundo piso. No así el altillo o tercer piso que mantiene su carácter
original.
35
Cocina
Bodega
Salamandra
Estar Comedor
Acceso
Baño
El refugio Alemán de Lo Valdés dotó, por primera vez en la cordillera de los Andes, de infraestructura
empleada para la práctica del esquí. En él se dio cabida a los primeros cursos prácticos de este
foráneo deporte instruido por alemanes expertos en deslizarse por las nieves sobre unos maderos
tableados bajo los zapatos. El primer campeonato nacional de esquí tuvo lugar en los alrededores
del refugio, testimonio del rol que cumplió en la difusión del deporte blanco en el país.
A excepción de las actividades abiertas a la comunidad, el refugio del Club Alemán solía estar
disponible para uso exclusivo de sus integrantes. Quienes ante el anhelo de habitar la montaña,
tal como lo hacían sus antepasados y pese a encontrarse en tierras desconocidas, lograron forjar
raíces en un paisaje vasto y desolado que no se asemeja en lo apacible y poblado del relieve de
los Alpes.
“Nuestro refugio es un pedacito de hogar de montaña alemán, que nos hemos creado en
la cordillera de este lindo país huésped. Un lugar de cultivo del espíritu de montaña, un
eslabón importante de la vida cultural alemana.” (Koch, 1938:9)
39
3.5 CONSTRUCCIÓN
Se inició la construcción del refugio Lo Valdés en 1931 con el aporte de conocimientos en el área
de la construcción de los mismos miembros del club. Decidieron tomar provecho de los áridos
que componen el paisaje, levantando la estructura principal en muros de mampostería en piedra
volcánica. La mano de obra provino de albañiles contratados por el sector y especialistas que se
dedicaron a labrar la piedra que extraían en el lugar. El transporte de materiales no presentaba
mayores dificultades, a diferencia de los siguientes casos de estudio.
40
LA MAMPOSTERÍA
En la siguiente cita torroja alude a la calidad de la piedra y su durabilidad indefinida a lo largo del
tiempo.
“El artista les dio la forma, pero la calidad es algo tan propio del material, que parece
pregonar continuamente su primacía e independencia de la labor humana. A golpes saltó
el tasquil dejando su huella en el sillar herido y como en carne viva; pero, pronto vuelve
el tiempo a devolverle la dermis de su pátina que lo avalora como aroma de vino añejo.”
(Torroja, 1957 :39)
41
Isométrica 1:100
42
Elaboración Propia.
Corte 1:100
43
Elaboración Propia.
3.6 EN LA ACTUALIDAD
Este año se cumplen 90 años de la fundación del Club Alemán Andino de Santiago y aunque el
cambio generacional sigue su ciclo, el vigente interés por explorar la montaña se ve reflejado en
sus más de 200 socios activos.
Por otro lado, recientemente se han cumplido 85 años desde la inauguración del refugio Lo Valdés,
el cual ha perdurado en el tiempo, a diferencia de otros refugios levantados por el mismo club, por
diversos factores, desde su materialidad y emplazamiento estratégico ante desastres naturales,
como también la presencia permanente de personal viviendo en el interior. Pero principalmente,
gracias a su ubicación aledaña a Santiago, su llegada vehicular y sus atractivas excursiones a los
alrededores del lugar, que han mantenido el interés de las nuevas generaciones de socios en
habitar el lugar, a pesar de que la cota de nieve se ubique cada vez a mayor altura, dificultando la
posibilidad de esquiar en las inmediaciones del refugio.
La visión a futuro de la directiva del club es poder transformar el refugio en un hotel de montaña,
con el propósito de que se pueda autosustentarse económicamente, sin perder la esencia que le dio
sentido a tan emblemático proyecto, acercar la comunidad andinista a la cordillera, contribuyendo
en el reconocimiento de nuestro territorio mediante el desarrollo de deportes de montaña.
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CAPÍTULO III:
MONOGRAFÍA ARQUITECTÓNICA REFUGIO PLANTAT
45
REFUGIO PLANTAT
El refugio Volcán San José, conocido popularmente con el nombre de refugio Plantat en honor
a sus fundadores, fue construído el año 1937 por tres personajes amantes del deporte blanco,
Enrique Plantat, Elizabeth Plantat y Günther von Heim.Motivados por la presencia del refugio
alemán de Lo Valdés, deciden poner en marcha este proyecto que surge del interés por esquiar
hasta más avanzada la temporada, cuando en el sector de Lo Valdés ya no quedaba nieve, en las
faldas del volcán San José, sí.
46
4.1 TERRITORIO Y PAISAJE
Refugio Plantat
3.100 msnm
Valle de la Engorda
2.500 msnm
Estero de
la Engorda
Elaboración Propia.
47
Atravesando el valle de la Engorda y ascendiendo por la falda oeste del volcán San José, al norte
del cerro San Josecito, en medio de una hondonada y a una altura aproximada de 3.100 metros,
aparece el refugio Plantat, junto a un estero que colorea de verde un paisaje árido y desolado,
envuelto por macizos que superan lo mesurable por el humano.
“Inmerso en una naturaleza que es sinónimo de soledad, se busca un sitio para el hombre a
través de los elementos del intelecto que le permitan medir su propio espacio: un diálogo
con un paisaje desolado (…)”(Rossetti, 2009)
Valle de la Engordaa los pies del volcán San José. Estero de la Engorda.
Atravesado el valle. Ascendiendo por la ladera poniente del volcán San José.
48
Primer avistamiento del refugio.
49
4.2 ANTEECEDENTES HISTÓRICOS
Enrique y Elizabeth Plantat eran hijos de inmigrantes franceses provenientes de los bajos Pirineos,
su padre se dedicaba a transportar y a alojar gente que cruzaba la cordillera a caballo hacia
Mendoza. Construyó seis posadas para este fin, posteriormente, con la aparición del Ferrocarril
Trasandino, este negocio decayó.
Enrique Plantat compartía el amor a la montaña y el esquí junto a Günther von Heim, de origen
alemán y, en ese entonces, socio del Club Alemán Andino. Con él subía en ferrocarril desde Puente
Alto hasta el pueblito del Volcán y de ahí caminaban hasta Lo Valdés para prácticar el esquí a los
alrededores del refugio Alemán. En un atardecer de fin de temporada, se acababa la nieve en el
sector de Lo Valdés, Enrique y Günther miraban hacia el oriente, donde el telón de fondo del valle
de la Engorda es el macizo del volcán San José, cubierto de nieve aún, “si pudieramos esquiar allá”,
pensaban, “tenemos que construir algo para alojar allá arriba”. Así surgió la idea de levantar un
refugio en las faldas del volcán. (Plantat, 2017)
Impulsores de la construcción del refugio Plantat retratados frente al refugio Aleman de Lo Valdés.
Fotografía gentileza de Jorge Plantat.
50
4.3 EMPLAZAMIENTO
Para la elección del lugar, Enrique le pidió a arrieros de la zona que lo guiaran en la búsqueda de la
vertiente más alta del volcán San José. Cuando llegaron a este punto, a 3.100 metros sobre el nivel
del mar, ubicado al pie de un rodado de rocas de grandes dimensiones y trabadas unas a otras,
resultado de la degradación de un filo de material intrusivo, y lo más importante; orientado hacia
el norte, deciden que ese debía ser el sitio donde consolidarían sus sueños.
El terreno en el que querían levantar el refugio era privado, propiedad de la familia Covarrubias, a
quienes pidieron permiso para su construcción. Estos dieron la autorización para construir en sus
tierras con la condición de que no se constituyera mejorero, es decir, sin beneficio a herencia, y
con el único propósito de practicar deportes de montaña.
D B
A A’
C C’
D’ B’
Emplazamiento 1:1000
0 10 20m
Corte B-B’
0 15 60m
Elaboración Propia.
52
Corte C-C’
Corte D-D’
0 15 60m
Elaboración Propia.
53
4.4 ANÁLISIS ARQUITECTÓNICO
Pese al carácter hermético del refugio en sus fachadas este y sur, que entran en contacto con la
pendiente, hace un intento por beneficiarse de su orientación norte, generando aberturas en su
cara norte y oeste, manteniendo al mismo tiempo la introversión característica de su materialidad.
Total 9,7%
0 10 20m
Elaboración Propia.
54
Elevación Norte 1:100
Cocina/Comedor
Dormitorio 1 Dormitorio 2
Planta 1:100
El refugio Plantat surge por el interés en esquiar en laderas cubiertas de nieve prolongada, siendo
esta la principal motivación para caminar un promedio de once horas desde Lo Valdés y en una
ruta cubierta de nieve, hasta hallar un mástil, único indicio de la ubicación del refugio en medio de
las nevadas faldas del volcán San José. Al llegar era necesario cabar unos metros en la nieve antes
de abrir la puerta y recién ahí, resguardarse de la noche para disfrutar al día siguiente de una sola
bajada en esquí.
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Gracias a la existencia de una bitacora de visitas se sabe acerca de un desventurado montañista
quien tropezó con una tormenta en pleno invierno. Cuando su única opción de supervivencia
era enterrarse, divisó a lo lejos la puerta del refugio, previamente abandonado por un par de
esquiadores. Aquel montañista no sabía de la existencia del refugio, de modo que su texto
comienza así:
“Doy gracias a dios de encontrar este pedazo de lapiz para poder escribir en este momento
mis agradecimientos a quien haya construido este refugio… ” (Montañista Anónimo)
Estas palabras ponen en valor la presencia del refugio como estructura de resguardo de las
condiciones adversas que se presentan en el territorio cordillerano de los Andes, un lugar vasto,
de dificil acceso y escasa infraestructura para habitar. Por consiguiente, su principal función da
origen a su nombre, refugio.
Esquiador en los alrededores del refugio Plantat. Excavación profunda en la nieve para acceder al refugio.
Fotografía gentileza de Jorge Plantat. Fotografía gentileza de Jorge Plantat.
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4.5 CONSTRUCCIÓN
Enrique Plantat se dedicaba a la construcción, pero necesitaba mano de obra entrenada para
sortear las adversidades de la alta montaña. Su compañero Günther logró entusiasmar a todos los
socios del Club Alemán para embarcarse en esta aventura. Así es como la mano de obra provino de
los socios del Club Alemán de aquella época, que subian en cordadas y se les asignaba un trabajo.
El acarreo de materiales y víveres era a lomo de mula.
De esta forma, Enrique, Elizabeth y Günther, junto a los socios del club, se internaron por dos
meses en la cordillera. Comenzaron la ascención para el día de San José, el 21 de Marzo de
1937 y descendieron el 21 de Mayo del mismo año, con la primera fase finalizada. Esta consistió
principalmente en levantar los muros del refugio con mampostería en piedra volcánica, con todas
las dificultades que implica construir en esas condiciones. La segunda fase la realizaron al año
siguiente y consistió en terminaciones interiores y el acabado exterior.
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MATERIALES
El refugio Plantat se emplaza a los pies de un rodado de morrena, por lo tanto, las piedras no eran
apropiadas para su construcción. Se decide contratar a un par de canteros, de los mismos que
trabajaban las piedras del cerro San Cristobal en Santiago. Estuvieron un mes canteando rocas,
preferentemente grano de oritas, que pertenecen a la familia de las andesitas y constituyen el
cono del volcán San José. (Plantat, 2017)
Miembros del Club Alemán Andino y Elizabeth Plantat colaborando en la construcción del refugio.
Fotografía por Enrique Plantat, 1936. Gentileza de Jorge Plantat.
60
Para la fabricación del mortero suben el cemento a lomo de mula, y la arena, la extraerían del
lugar. Al empezar la excavación, se encuentran, para mal de los entusiastas esquiadores, con un
material glanumétrico de altísimo contenido de finos. La presencia de áridos bajo la categoría
de número 200 en la tabla de tamices, se traduce a partículas inferiores a 0,074 milímetros de
espesor, es decir; polvo. Este material no es apto para la elaboración del mortero, ya que retiene
suficiente agua, como para, finalizado el proceso de fraguado, provocar una posible retracción del
volúmen. Por lo tanto, para los agregados se necesita arena entre la graduación de tamices sobre
la malla 40 y bajo la malla de 4 , lo que equivale a un espesor variable de 0,42 a 4,76 milímetros.
La proporción de ese material específico que contiene la morrena es escasa. Debían sacar la arena
de otro lugar.
Uno de los colaboradores, de origen alemán, decide lavar la morrena en el estero. Construye una
barrera con el objetivo de retener la arena que arrastraba la vertiente. Al lanzar una carretilla de
áridos unos metros más arriba, la arena caía al fondo y la corriente se llevaba el material fino por
sobre la barrera. El segundo paso era desviar el agua, para el cual hizo un desvío que existe hasta
la fecha, y así lograba sacar una pala de arena por cada carretilla de morrena.
En cuanto a las terminaciones, fue reutilizado material obtenido de los remates de demolición
en Santiago. La madera de roble para el envigado de cubierta, la puerta y marcos de ventanas de
longevidad desconocidos, fueron transportadas a lomo de mula.
61
FUNDACIONES
Para las fundaciones se realiza una excavación en vertical a los pies de una gran roca, con el
propósito de levantar un muro de contención hacia el cerro, y de altura suficiente para ubicar la
cubierta a una sola agua, en el sentido de la pendiente. Durante este proceso se halló un estrato
de arena limpia, a tres metros de profundidad. Esto permitio finalizar la mezcla para el mortero,
ahondando el espacio para las fundaciones. Resultado de este hallazgo, el refugio cuenta con un
pequeño subterráneo, el suelo es un radier de mortero y sus muros fundacionales de mampostería
en piedra volcánica. Sobre el subterráneo se alza un envigado de madera recubierto con entablado
de madera, dando origen al piso en donde se ubicarían los dormitorios.
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EL MORTERO
Con la presencia de abundante arena, agua y cemento, se procede a la elaboración del mortero.
Sin embargo, las condiciones climáticas ralentizaron el avance de la obra. El proceso de fraguado
es eficaz sobre los 10º de temperatura, bajo 10º, el fraguado se dificulta y a los 4º, el proceso se
detiene. Bajo 0º el agua se expande y destruye el volumen fraguado. Durante el día se adherían las
piedras unas a otras con el aglomerado de pega, caía la noche y descendía la temperatura a 0º, por
lo tanto, al día siguiente el mortero no fraguaba, impidiendo apilar la siguiente hilada de piedras.
LA MAMPOSTERÍA
Gracias al oficio y perseverancia de los canteros se obtuvieron las piedras, que constituyen la
superficie total del muro, dimensionadas y pulidas en sus cuatro lados y una cara. La cara posterior
no fue modificada, ya que su distribución se divide en dos paredes, exterior e interior. La cavidad
resultante en el centro de ambas caras sin pulir, se rellena con piedras de menor dimensión.
Fruto de esto, el muro adquirio un espesor robusto de entre 50 y 40 centímetros. A esta técnica
constructiva se le denomina mampostería careada simple, ya que se apareja sin refuerzos.
Las dimensiones de cada vano se hicieron de acuerdo al tamaño de la puerta y ventanas disponibles.
En otras palabras, no se fabricaron piezas específicas para la edificación, si no, por el contrario, la
edificación se adaptó a los elementos preexistentes.
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CUBIERTA
Dificultad tras dificultad, se consigue finalmente levantar los muros del refugio. Un factor
determinante para el diseño de la cubierta fue la seguridad frente a avalanchas de nieve en
periodos de deshielo, debido a la orientación norte de la vertiente en la que se emplaza el refugio,
favorable a este tipo de fenómenos. Por otra parte, la ubicación del volumen a los pies de un
rodado de rocas macizas, influye en la disipación de energía cinética por fricción de las masas en
movimiento, es decir, reduce la velocidad del alud. Con esto en mente, se construye la cubierta a
una sóla agua en el sentido de la pendiente, la cúal funciona de rampa para el deslizamiento de
nieve sin causar mayores daños a la infraestructura.
El desafío que implicó construir la cubierta en el sentido de la ladera consistió en distribuir las vigas
principales en el sentido de la luz mayor, usualmente organizadas en la luz menor. Ante esto, una
viga maestra de 3x9”, que reposaría en un pilar de 6x8” y empotrada en sus bordes a la estructura,
fue la solución al problema. Cualquiera pensaría que con aquellas sobredimensionadas piezas de
madera de roble, ni la mayor de las nevazones compremetería a la estructura, sin embargo, los 8
metros de nieve que caían todos los inviernos sobre el refugio, traduciendose en cargas verticales
de hasta 200 toneladas (considerando un peso de 750 kg por m3 de nieve), provocaron el colapso
de la viga maestra de 6x8”, a la cual se le debió incorporar dos pilares adicionales, dispuestos a 50
cm de distancia el uno del otro.
Los extremos de las vigas perpendiculares a la viga maestra caen sobre los muros y se fijan en la
mampostería. Su escuadría de 3x9” se esconde sobre un cielo de madera, que cubre los materiales
residuales acumulados entre viga y viga, a modo de aislación térmica. Sobre el entramado de vigas
se disponen listones de madera, al cual se clavan las planchas de acero no zincado, con el fin de
abaratar costos. El zinc es el recubrimiento que llevan las planchas de acero para protegerlas de
la corrosión provocada por agentes externos. Afortunadamente, las planchas obtuvieron mayor
durabilidad de lo esperado, ya que el oxígeno disminuye a mayor altura, retardando el proceso de
oxidación del acero.
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TERMINACIONES
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Isomètrica 1:100
Han pasado 80 años desde la construcción del refugio Volcán San José, y pese a que no surgió de
la mano del montañismo, hoy en día se ha transformado en campamento base para andinistas
en la ascención al volcán, debido a la casualidad de su emplazamiento en la ruta normal hacia la
cumbre.
A 60 kilómetros de Santiago, el San José es el volcán más cercano a la capital y por tanto, de
los más concurridos por montañistas santiaguinos. Son más de 500 personas al año que en la
actualidad visitan el refugio, es tal el flujo de personas, que comienza a tener un notorio impacto
en el entorno.
Año tras año el refugio ha logrado subsistir gracias a las generaciones descendientes de Enrique
y Elizabeth Plantat, quienes adoptaron la filosofía de vida de sus antepasados para continuar con
una concepción familiar arraigada a la montaña y especialmente al refugio Plantat, a pesar de las
dificultades que la mantención del refugio significa.
Jorge Plantat, aunque no sigue lo pasos esquiadores de su padre, se aferra a la idea del refugio
como medio facilitador de aprendizaje y valorización de la naturaleza a través de la identificación
de la flora y fauna del territorio en que se emplaza.
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CAPÍTULO IV:
MONOGRAFÍA ARQUITECTÓNICA REFUGIO GARGANTA DEL DIABLO
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REFUGIO GARGANTA DEL DIABLO
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5.1 TERRITORIO Y PAISAJE
Elaboración Propia.
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Ascendiendo desde el valle de las Trancas por un sendero de 8 kilómetros que inicia en el refugio
Aserradero y penetra en la espesura de los bosques milenarios, rodeando el cerro Purgatorio al
oriente y el cerro Lomo de Gato al poniente, cuando la vegetación comienza a disminuir en tamaño
y forma es posible observar a lo lejos sobre una loma, destacando un orden y una escala distinta en
el paisaje, el refugio Garganta del Diablo como hito monolítico en el territorio.
Fotografías por René Galindo, 2017. Sendero al interior de bosques de coihues milenarios.
Fotografías por Sofía Bernasconi, 2017 Primer avistamiento del refugio, volcán Chillán de fondo.
Fotografías por René Galindo, 2017. El refugio aparece como referente en el paisaje.
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La vegetación se hace menos frondosa a partir de este tramo. Vista hacia la garganta.
Fotografía por Sofía Bernasconi, 2017. Fotografía por René Galindo, 2017.
Se distingue en el relieve la loma sobre la que se emplaza el Llegada por fachada nororiente del refugio.
refugio.
Aproximación vivencial al caso de estudio. Vista de la garganta desde el interior del refugio.
Fotografías por René Galindo, 2017.
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5.2 ANTECEDENTES HISTÓRICOS
En las primeras décadas del siglo XX, el valle del Renegado, como se solía llamar en esa época
al actual valle las Trancas, era frecuentado sólo en verano por turistas que subían a las termas y
arrieros que buscaban veranadas para su ganado.
Motivados por el amor a la montaña, once andinistas se reúnen en 1934 y deciden fundar el
grupo “Ski Club Chile Sección Sur”, con el propósito de promover la práctica del esquí en la zona
anteriormente descrita, fijando sede en Concepción y contando en primera instancia con un
número de dieciséis socios inscritos, en su mayoría de origen europeo.
Ese mismo año, Ski Club Chile Sección Sur, previa solicitud a la Municipalidad de Chillán, obtuvo
el permiso para construir un “chalet refugio” y la concesión de 2,5 hectáreas de terreno,
comprendiendo el sector norte del cruce del camino a las Termas con el río Renegado y a 1.250
metros sobre el nivel del mar. El financiamiento de la construcción fue en base a las cuotas de
los socios y con un aporte fiscal de $15.000.- que hoy en día equivaldrían a una suma mayor
de $2.000.000.- En 1937 se expuso la posibilidad de construir un segundo refugio en sector
cordillerano, en donde el gobierno concibió al club una segunda subvención de $15.000.-
Años más tarde, con motivo de la retirada del grupo de chillanejos se cambió el nombre de Ski Club
Chile Sección Sur a Club Andino de Concepción, manteniéndose hasta hoy en día. (Traub, 1986)
75
5.3 EMPLAZAMIENTO
El refugio Garganta del Diablo se posa sobre un promontorio rocoso a 1.950 metros sobre el nivel
del mar y al suroeste de la denominada Garganta del Diablo, formación geológica constituida por
mesetas, acantilados y grandes arenales, con un escenario único hacia la cadena de volcanes
Nevados de Chillán.
La elección del lugar se dio principalmente por las condiciones climáticas de la zona, que impiden
una excesiva acumulación de nieve en el lugar, gracias a los fuertes vientos que soplan a través de
la “Garganta”, y su ubicación estratégica para llegar a diferentes puntos de la cordillera de Ñuble,
como también la presencia, en ese entonces, de recursos hídrico a 200 metros del emplazamiento.
Siendo el terreno de propiedad municipal, la municipalidad de Chillán no tuvo problema en ceder
el permiso para dar inicio a la construcción del refugio.
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A C
D D’
B B’
A’ C’
Emplazamiento 1:1000
0 10 20m
Corte B-B’
0 15 60m
Elaboración Propia.
78
Corte C-C’
Corte D-D’
0 15 60m
Elaboración Propia.
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5.4 ANÁLISIS ARQUITECTÓNICO
El refugio adopta la forma de casa arquetípica que se erige como un objeto sólido en agudo
contraste con su entorno natural. Sin embargo, logra integrarse en el paisaje a partir del material
que compone su envolvente, provisto por la misma industria del lugar.
0 10 20m
Elaboración Propia.
80
Elevación Nororiente 1:100
El refugio Garganta del diablo cuenta en su primer nivel con un zócalo que alberga bóveda y leñera.
Este semi subterráneo cuenta con pequeñas aberturas a modo de ventilación, evidenciando el
uso de este recinto destinado netamente para almacenaje, ya que en invierno suele estar cubierto
de nieve.
Originalmente al refugio se accedía por la fachada poniente mediante una terraza elevada que
ingresaba directamente a los espacios de estar-comedor, sin ningún tipo de filtro. Con la ampliación
del volumen hacia el costado sur, el acceso se trasladó hacia la cara oriente, donde se incorporó
una ante sala, seguida por un pasillo, resultando en capas que amortiguan el paso al encuentro con
el fogón y por lo tanto, con el corazón del refugio. El principal objetivo de esta ampliación fue la
intención de instalar baños en el mismo nivel, proyecto que nunca se llevó a cabo en su totalidad.
A la mansarda se accede por una escalera tipo gato. Este recinto estaba destinado para el pernoctar
colectivo de los miembros del club, solía ser un gran espacio común, que con la ampliación del
proyecto, se dividió en tres habitaciones contenidas por tabiques de madera, propiciando el
carácter hermético de los espacios que definen la condición de protección y abrigo de la estructura
frente a las condiciones extremas del exterior.
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Bodega Estanque
Leñera
Comedor Baño 1
Baño 2
Dormitorios
La construcción del refugio Garganta del Diablo surgió a partir de la cristalización del deseo de un
grupo de personas con intereses en común, transformando el territorio con nuevas actividades
ligadas a la práctica del deporte blanco. Profesores nacionales y extranjeros solían dictar cursos e
incluso se organizaban competencias de esquí en el lugar, como también se realizaban ascensiones
a los volcanes y excursiones a las Termas.
Su uso era principalmente de noche y en días de temporal, en donde cada historia se escribía en
torno al fuego, núcleo vital y de convivencia entre los moradores del refugio. El resto del tiempo
las actividades se realizaban al exterior.
En este breve relato Enrique Traub da cuenta del rol vital que cumple el refugio como elemento
mediador entre lo dramático que se suele tornar el paisaje frente a la manifestación propia de la
naturaleza en el lugar, y el humano, limitado a la contemplación de lo sublime del territorio.
86
5.4 CONSTRUCCIÓN
Previamente asesorados por amigos o miembros ingenieros, los mismos socios del club participaron
en la construcción del refugio Garganta del Diablo junto a maestros contratados de Pinto y Recinto.
Los materiales de mayores dimensiones y peso fueron transportados a mula y el resto los llevaron
a hombro por una ruta de 8 kilómetros y con un desnivel de 700 metros desde el Aserradero, que
se despejó para este fin. El difícil acceso al lugar, las limitaciones en el transporte de materiales, las
condiciones climáticas del territorio y, por sobre todo, dado a la envergadura de la obra, se debió
levantar en tres etapas. La primera dio inicio en Octubre de 1937, donde se consiguió levantar el
cuerpo inferior del proyecto, finalizado el invierno se continuó con la segunda etapa que consistió
en dar forma al cuerpo superior y a la cubierta de la obra. La última etapa se realizó años más tarde
e implicó una significativa ampliación de la edificación. (Palavecino, 2017)
MATERIALES
Al igual que en los casos de estudios anteriores, los materiales pétreos para la mampostería y
los áridos para la argamasa se extraen en el lugar, contando además con la presencia de bosques
milenarios a solo 300 metros de distancia, de donde se obtuvo la madera de roble para vigas y
pilares. Los materiales foráneos como el cemento, barras y ventanas de fierro, planchas de acero,
uniones y terminaciones en general fueron trasladados al lugar ya sea a lomo de mula o a hombre.
FUNDACIONES
El cuerpo inferior del refugio se hunde levemente en el emplazamiento configurando el zócalo que
se posa sobre la cimentación, con la intención de nivelar y elevar el proyecto respecto al suelo,
evitando la acumulación de nieve, en lo que al cuerpo habitable respecta. El espesor de los muros
en mampostería de piedra es mayor para asegurar el apoyo de las vigas que reposan en este y en
una viga maestra central.
LA MAMPOSTERÍA
El basalto es un tipo de piedra volcánica color negra que se encuentra en la zona. A medida que
se fue seleccionando cada piedra por su fisonomía y labrando aquellas que lo necesitaban, se fue
armando el muro de mampostería confinada. Esto quiere decir que la edificación cuenta con vigas
y pilares de hormigón armado que refuerzan la estructura de piedra y adoptan el espesor de 50
centímetros resultante de la doble hilada de mampuestos. (Palavecino, 2017)
87
EL MORTERO
En esa época los socios no se complicaron en definir una mezcla para el mortero y otra para pilares
y vigas. Por lo tanto, provisionados de agua, gracias a la presencia de un estero a los alrededores
del lugar, arena fina y gruesa previamente lavada, harneada y despojada de todo material orgánico
que pudiese perjudicar la mezcla, y cemento procedieron a la elaboración del mortero de pega. El
aglomerado también se utilizó en vigas y pilares reforzados con barras de fierro lisas.
CUBIERTA
Para la cubierta a dos aguas se utilizan vigas de roble de 4”x 8” que reposan sobre la viga de amarre
de los muros de mampostería y se fijan a una distancia de 50 centímetros aproximadamente entre
sí, con la aplicación de una especie de coronación de piedras unidas por el aglomerado. Sobre la
coronación una solera de apoyo a un extremo de las alfardas y que caen en otro extremo sobre la
cumbrera a 100 centímetros de distancia entre una y otra. Las planchas originales eran de acero
no zincado de 3 milímetros de espesor, que hasta hoy día se mantienen en la cara sur, no así en la
pendiente norte debido a los fuertes vientos a los que se encuentra expuesta. Vientos que para
beneficio de la estructura portante impiden la acumulación excesiva de nieve en el lugar.
EQUIPAMIENTO
En la tercera etapa de construcción, se tiene como objetivo equipar el refugio de baños, agua
y una cocina a leña. Esta última no requería más que tracción animal para el transporte de sus
piezas, a diferencia del primer objetivo que consistía de un complejo sistema de cañerías que se
instaló al interior del refugio sin conexión al exterior, permaneciendo inconcluso debido a la difícil
tarea de captar agua del estero que en invierno se congela. Este sistema contaba con un estanque
de concreto con el fin de acumular agua en el primer nivel, tambores con tomas para cañerías en
el tercer nivel que se comunicarían con el baño en el segundo nivel. El baño se equipó con dos
tazas ubicadas sobre un voladizo a modo de descarga y dos lavamanos.
88
Isomètrica 1:100
90
Corte 1:100
Consecuencia de las dificultades que significa mantener un refugio de tal envergadura, los
socios del Club Andino de Concepción optaron por concentrar sus recursos en la mantención
del refugio Aserradero, siendo posible provisionarlo de servicios básicos gracias a su ubicación
en el camino hacia las Termas. La instalación de andariveles de esquí en el sector, contribuyó al
desmantelamiento de la estructura en abandono.
De no ser por un grupo de entusiastas montañistas que juntaron sus fuerzas en un intento por
recuperar un patrimonio olvidado, el refugio Garganta del Diablo sería una ruina más de las
tantas que prevalecen hoy en día como vestigio de un intento de habitar la cordillera entorno a
actividades de montaña relacionadas con el reconocimiento de nuestro territorio.
“Los andinistas en general, tienen claro, que el refugio Garganta del Diablo es un refugio
emblemático. (…) Durante años se han desarrollado muchas actividades de instrucción
de montaña de diferentes clubes, por las condiciones climáticas de la zona y la ubicación
estratégica para llegar a diferentes puntos de la cordillera (…) se ha ido generando un tema
patrimonial en torno a los andinistas.” (Palavecino, 2017)
92
6. CONLUSIÓN
93
Superficie abertura de vano (%)
Total 14,5%
Total 9,7%
Elaboración Propia.
0 10 20m
94
Este seminario permitió registrar el vigente legado de refugios de montaña presentes en nuestra
cordillera, recopilando información inédita en cuánto a la construcción planimétrica de los casos
de estudio. A partir de este registro podemos advertir el acontecimiento del habitar al interior
de cada edificación, identificando un patrón común que recae en programas que carecen de
privacidad y que destinan el uso de los espacios a un grupo de personas, dando cuenta del habitar
colectivo y de la necesidad de compañía en lugares donde el individuo se siente vulnerable ante
la magnificencia de la naturaleza.
A modo de conclusión, es importante señalar como la gran mayoría de los refugios de montaña
construidos en los años 30’ fueron decayendo, principalmente a causa de las desventajas de
los terrenos en que fueron emplazados. Este proceso fue producto de manifestaciones de la
naturaleza, como también por el abandono del lugar debido a la ausencia de nieve prolongada
para practicar el deporte que originalmente convocó a sus fundadores.
No obstante, los refugios analizados en este trabajo de investigación han logrado perdurar en
el tiempo gracias a la ubicación estratégica en la que se encuentran. Ubicación donde el objeto
arquitectónico se concibe como referente en un paisaje cambiante, transformándose en hito que
señala, orienta y constituye evidencia de la presencia humana en la alta cordillera andina.
Por otra parte, cabe recalcar el uso de materiales locales que condicionan la tectónica de cada
obra. La piedra fue labrada reinterpretando formas constructivas vernaculares. El apilamiento
repetitivo de los elementos dio origen a la mampostería portante de carácter macizo y resistente
frente a las extremas acciones del ambiente, resultando en volúmenes sólidos y compactos que
resisten el embate de los elementos y el tiempo.
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Por medio de la aproximación vivencial de los casos de estudio, ha sido posible analizar y
comprender desde el macro territorio hasta el entorno cercano en el que se emplazan las
edificaciones, corroborando la vastedad del paisaje circundante; paisaje que captó el interés por
llevar a cabo la construcción de refugios, y la necesidad de habitarlos en comunidad, poniendo en
evidencia el escenario desolador en el que se emplazaron.
Desde el punto de vista metodológico, la conversación con expertos constituyó parte importante
de la investigación. En un intento por recopilar información de la que no había un registro
sistematizado, la entrevista significó una herramienta fundamental para la reconstrucción de los
hechos de cada caso de estudio. Relatos que han permanecido en la historia de boca en boca,
perdiéndose información valiosa de por medio.
Es posible destacar de esta investigación que la estructura del refugio no se establece únicamente
como espacio contenedor del individuo en un paisaje extremo, sino que al mismo tiempo
cumple un rol mediador entre el humano y su ambiente circundante. Rol que radica tanto en la
contemplación y observación del paisaje, como en el reconocimiento del territorio por medio de
los deportes ligados a la montaña.
Por último, consideramos que nuestra labor como arquitectos en la alta cordillera andina, además
de proporcionar resguardo climático, es referenciar y medir el paisaje. Ante esto, se nos plantea
la posibilidad de hacer arquitectura capaz de desplegarse como referente geográfico y dialogar en
equilibrio con el territorio. Dar forma a un lugar mediador y apropiable, donde el forastero deja de
serlo, considerándose un habitante más del lugar, de los Andes.
“Los Andes de Chile son la mitad del territorio del país y están vacíos. El vacío cultural
de los Andes es el vacío de Chile. Los Andes de Chile están formados por 15.000.000 de
cerros, un cerro para cada chileno. ¿Quién se hace cargo de su montaña?” (Gazitúa, 2002)
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7. BIBLIOGRAFÍA
LIBROS
DARWIN, Charles. Darwin en Chile: (1832 - 1835). Editorial Universitaria. Santiago, 1995.
TORROJA, Eduardo. Razón y ser de los tipos estructurales. Editorial CSIC. Madrid, 1957.
ROSSETTI, F. Arquitectura del Paisaje en Chile. Ocho Libros Editores. Santiago, 2009.
TRAUB, Enrique. Club Andino de Concepción: Síntesis Histórica y Anecdótica. Concepción, 1986.
REVISTAS
FERNANDEZ, Teodoro. Los Andes y América. Revista ARQ – Santiago, Abril 2009, n° 71, pp. 16-19.
KOCH, Josef. Die Schutzhütten des Deutschen Alpenvereins in der chilenischen Hochkordillere –
Refugios de los clubes alpinos alemanes en la alta cordillera chilena. Revista Andina – Santiago de
Chile, pp. 8-16.
CAMPOS, Mariana. Refugio Alemán Lo Valdés. Revista Edelweiss – Santiago, Noviembre 2016, nº
2, pp. 24–26.
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MEMORIAS Y TESIS
FEILER, Oliver. Die Berghütte als „soziale Welt“ Eine Ethnographie - Estudio Etnográfico de
los Refugios de Montaña como „mundo social”, Tesis de Magister, Universidad de Konstanz,
Alemania.
ENTREVISTAS
VIVANCO, Álvaro. Director DAV Club Alemán Andino de Santiago. Comunicación personal, 8 de
Mayo de 2017, Santiago.
OTROS
O’HIGGINS, Ambrosio. Informe sobre hacer transitable el paso de la cordillera. Santiago de Chile,
mayo 1765.
PÁGINAS WEB
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