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Regulación retroactiva:

Consiste en programar actividades de refuerzo después de realizar una evaluación


puntual al término de un episodio instruccional. De esta manera, las actividades de
regulación se dirigen “hacia atrás”, es decir, a reforzar lo que no se ha aprendido
de forma apropiada. Dos opciones para proporcionar la regulación son:
a) repetir los ejercicios ya elaborados por todo el grupo clase.
b) repetir el proceso de forma simplicada. No obstante, Jorba y Casellas (1997)
señalan que otra opción puede ser la que se describe en los pasos siguientes.
a) se designa una hora semanal para tareas de regulación
b) en esta hora, se convoca a los alumnos agrupados por tipologías de dificultades
c) se realizan entrevistas en las que se identifican las dificultades, y se negocian
las formas.
de regulación más apropiadas (esto puede hacerse por medio de un contrato
didáctico).
Regulación proactiva:
Está dirigida a prever actividades futuras de instrucción para los alumnos, con
alguna de las dos intenciones siguientes: lograr la consolidación o profundización
de los aprendizajes, o bien, buscar que se tenga la oportunidad de superar en un
futuro los obstáculos que no pudieron sortearse en momentos anteriores de la
instrucción. Son adaptaciones sobre lo que sigue; es decir, operan “hacia delante”.
En el caso de los alumnos que no tuvieron problemas en la secuencia inmediata
anterior, se pueden reprogramar nuevas actividades para ampliar lo aprendido; y
para aquellos que encontraron ciertos obstáculos, se pueden proponer actividades
especiales que no ofrezcan dificultades adicionales (sobre todo si están
relacionadas) para que progresen con mayor facilidad.
BIBLIOGRAFIA
http://conexiones.dgire.unam.mx/wp-content/uploads/2017/09/Producto-10.pdf

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