0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
55 vistas17 páginas
Este documento resume dos libros infantiles. El primer libro se titula "Sueño Azul" y cuenta la infancia del autor en la región de Araucanía en Chile. El segundo libro es "La vaca que se subió a un árbol" y trata sobre una vaca curiosa llamada Tina que le gusta explorar y soñar.
Descripción original:
Título original
Reseña de texto Ilustrado Enercida Alcantara 100415613
Este documento resume dos libros infantiles. El primer libro se titula "Sueño Azul" y cuenta la infancia del autor en la región de Araucanía en Chile. El segundo libro es "La vaca que se subió a un árbol" y trata sobre una vaca curiosa llamada Tina que le gusta explorar y soñar.
Este documento resume dos libros infantiles. El primer libro se titula "Sueño Azul" y cuenta la infancia del autor en la región de Araucanía en Chile. El segundo libro es "La vaca que se subió a un árbol" y trata sobre una vaca curiosa llamada Tina que le gusta explorar y soñar.
El poeta nos cuenta de su infancia en Kechurewe, en
la región de la Araucanía. Allí, en una casa azul, en un ambiente de ternura y libertad, rodeado de bosques, correteando ovejas, oyendo cantos y cuentos de sus abuelos en atardeceres al calor del fogón, va creciendo y transformándose en poeta. Hermoso libro, con ilustraciones y fotografías. Título: La vaca que se subió a un árbol Autora: Gemma Merino Publicación: Picarona, septiembre de 2015 Páginas: 32 Tamaño: 27 x 21,6 cm Edad: 3-6 años
Tina no es como otras vacas. A ella le encanta
explorar, descubrir y soñar. ¿Podrá enseñar a sus hermanas que en la vida hay más cosas que comer hierba?
Reflexivo y divertido, es el perfecto libro para
cualquiera a quien le guste experimentar cosas nuevas. Esta es la historia de Tina, una vaca única. A diferencia de sus tres hermanas, a las que solo les interesa la hierba fresca y jugosa, ella es muy curiosa, le encanta explorar, descubrir y siempre tiene alguna nueva y extravagante ocurrencia.
Un día, cuando se encontraba
indagando el bosque decidió que tenía que intentar algo nuevo. Ni corta ni perezosa comenzó a subirse a un árbol. Subió, subió y subió hasta que al llegar a lo más alto encontró… La vaca que subió a un árbol es un relato destinado a los más pequeños original, cargado de simpatía y buen rollo que además contiene valiosos mensajes para los niños de la casa. Por un lado les invita e experimentar, a imaginar y dar alas a sus ideas tal y como hace la vaca Tina.
Y por otro lado les incita a que
aprendan que no hay que escuchar a los demás cuando te ponen trabas o te dicen que no podrás hacer algo. Si uno tiene fe en sus ideas debe llevarlas a cabo. También encierra otro mensaje y es que hay que abrirse al mundo y mirar más allá de lo que uno tiene delante. Si nos fijamos solo en lo que tenemos cerca podemos estar cegados ante un mundo lleno de sensaciones y belleza. La autora de esta historia es la arquitecta catalana Gemma Merino que en 2011 fue galardonada con el Premio Macmillan a la Ilustración Infantil.
Tanto el texto como las ilustraciones son obra suya y si el
primer aspecto está lleno de magia a las imágenes tampoco se les puede pedir nada más.
Las ilustraciones, que representan las vacas y los escenarios
por donde estas se mueven, resultan muy simpáticas, divertidas, desenfadas y muy coloridas.
Además me encanta el recurso que emplea la autora (ya lo
hizo en El cocodrilo al que no le gustaba el agua) de dividir algunas páginas en varias viñetas que nos enseñan la progresión de la historia. Alfabeto Ilustrado con Animales Autor : Hans Kruppa En una ciudad cualquiera, ni más grande ni más pequeña que otras, vivía junto con su familia, una niña llamada Cleta Pizpireta. Cleta Pizpireta era una niña con mucha imaginación, era una niña a la que le encantaba leer, podía tirarse horas enteras leyendo y mientras lo hacía en su cabeza los personajes cobraban vida y todo parecía real.
Cleta Pizpireta, estaba muy preocupada
por una cosa. En su casa justo encima del armario guardaba un libro, era el libro que más le gustaba, pero también era un libro que le preocupaba, era su libro preferido, pero era también el libro que a veces menos le gustaba leer. Esto que puede parecer muy extraño, no era tan extraño, ya que se trataba de un libro mágico. Cleta tenía un libro mágico guardado encima del armario. Ocurría que este curioso libro mágico de Cleta Pizpireta tenía una página con letras y la siguiente página en blanco. Así Cleta leía las letras que ponía en la primera página y cuando llegaba a la página en blanco era su cabeza la que ponía letras, la que contaba la historia. Y aunque las páginas escritas fuesen siempre las mismas sucedía algo muy curioso con las páginas en blanco, las letras y palabras que con su cabeza decidía poner Cleta variaban cada vez, nunca eran iguales.
A veces estás páginas en blanco eran bonitas
historias que completaban las palabras de la página anterior. Pero otras veces la página en blanco se llenaba de problemas, preocupaciones y cosas desagradables. Cleta Pizpireta no entendía muy bien como ocurría esto y cuando en la página en blanco aparecían bonitas historias el libro mágico se convertía en su libro favorito, pero cuando las historias eran desagradables Cleta subía el libro de nuevo encima del armario, pero muchas veces tardaba días en dejar de pensar en esas cosas desagradables. Un día en una de las páginas en blanco del libro mágico de Cleta Pizpireta apareció la clave que escondía los cambios del libro, en esa página aquella vez ponía lo siguiente: “Lo que sucede es siempre lo mismo y no puedes controlarlo, eso son las páginas escritas, pero si puedes controlar tu reacción lo que pone en la página en blanco. Tú eres la única que llena las páginas en blanco, tú eres quién decide llenarlo con pensamientos y palabras desagradables o agradables.”
Y entonces Cleta Pizpireta entendió muchas cosas y
desde entonces intentó llenar las páginas en blanco con palabras agradables, algunos días no lo conseguía, pero al menos ya no se preocupaba tanto porque sabía que al día siguiente solo tenía que cambiar sus palabras. Autor: Irene Hernández Edades: A partir de 6 años Valores: respeto, amor por la lectura Alba era una niña con gafas a la que le encantaba leer. Alba tenía un montón de libros, aunque entre todos ellos había uno que era muy especial. Cada vez que lo abría, salían de un salto un montón de animales, princesas, magos, dragones y muchos más seres fantásticos. Cada día había un cuento diferente y Alba podía hablar con los personajes y reír con sus historias.
-¡Hola princesa! ¿Estás triste? -preguntaba Alba.
-He perdido a mi unicornio volador. ¿Me ayudas a buscarlo? - decía la princesa del cuento. Y, como si de la vida real se tratara, Alba iba con la princesa a buscar a su unicornio.
Cuando Alba tenía que cerrar el libro, todos los personajes
daban un salto para caer en las páginas y, de una manera mágica, todos quedaban de nuevo atrapados en el libro hasta que Alba lo volviera a abrir Un día, en el colegio, Alba estaba leyendo uno de sus libros, como era de costumbre. No era su libro mágico, pero Alba disfrutaba mucho de todas formas, porque con la lectura era capaz de imaginar un montón de cosas bonitas.
-¿Qué estás leyendo? – le preguntaron los niños.
-Un cuento fantástico -contestó Alba.
-¿Y por qué siempre estás leyendo? -volvieron a
preguntar los niños.
-Porque leer es maravilloso y hay libros que son
mágicos -contestó Alba.
Pero todos los niños se rieron de ella, de sus gafas y
de sus historias fantásticas.
-¡Menudo rollo eso de leer! ¡Es mucho mejor jugar a
otras cosas! ¡Pero tú eres una gafotas muy rara! -se burlaban.
Alba se puso muy triste, pero tuvo una idea. Al día
siguiente, Alba cogió su libro mágico y lo llevó al colegio.
-¿Otra vez con tus libros tontos? -le dijeron los niños,
-¡No es ninguna tontería! ¡Este es un libro mágico! -
les dijo Alba. ¡Estás loca! ¡No existen los libros mágicos y todos son un rollo! -se burlaron.
En ese momento, Alba abrió su libro mágico
y empezaron a salir de él las princesas, los dragones, los magos, los unicornios y todos los personajes con los que ella se divertía tanto.
-¿Veis como los libros molan un montón?
¡Los hay mágicos y los hay normales, pero con todos lo podéis pasar requetebién! -les dijo Alba.
Los niños se quedaron alucinados y
estuvieron mucho rato jugando con los personajes del cuento. Se lo pasaron tan bien que, al día siguiente, todos fueron al colegio con un libro para leer en el recreo