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El mar es el sistema interconectado de todas las aguas oceánicas de la Tierra,

incluidos los océanos Atlántico, Pacífico, Índico, Meridional y Ártico.6 Sin embargo, la
palabra «mar» también puede usarse para designar ciertos cuerpos de agua
específicos, mucho más pequeños, como el mar del Norte o el mar Rojo. Los océanos
serían las mayores extensiones y vendrían luego, de diferentes tamaños, los mares.
No existe una distinción clara entre mares y océanos, aunque en general los mares
son más pequeños y a menudo están en parte (como los mares marginales) o
totalmente (como los mares interiores) bordeados por tierra.7 Sin embargo, el mar de
los Sargazos no tiene costas y se encuentra dentro de una corriente circular, el giro del
Atlántico Norte.Stow 1 Los mares generalmente son más grandes que los lagos y
contienen agua salada, pero el mar de Galilea es un lago de agua dulce.8Nota 4 La
distinción entre mar y océano obedece a diversas causas, sobre todo cuando se habla
de mares abiertos en que suele distinguirse atendiendo a la situación geográfica,
generalmente enclavada entre dos masas terrestres o, a veces, las menos, a la
posición de la plataforma continental. Algunos ejemplos de esto son: el mar del canal
de la Mancha, que comunica con el océano Atlántico por el mar Céltico, pero que se
distingue por su posición entre la costa sur de Inglaterra y la costa norte de Francia; el
mar Mediterráneo, que comunica con el océano Atlántico por el estrecho de Gibraltar y
se distingue claramente por estar enclavado entre Europa, Asia y África, al punto de
que tiene unas condiciones marinas propias (diferentes temperaturas, diferente fauna
y flora, y mareas de diferente amplitud). Otro mar abierto, en este caso el de los
Sargazos, con su acumulación de algas a lo largo de la Florida, se distingue del
océano Atlántico de forma totalmente arbitraria.

La pólvora negra fue usada por primera vez en minería en un pozo de Banská
Štiavnica, Eslovaquia, en 1627. En este mismo pueblo se estableció la primera
academia de minería del mundo en 1762. La primera escuela de estudios de minas de
España se creó en 1777 en Almadén (Ciudad Real), trasladándose y desarrollándose
los estudios de ingenieros de minas en Madrid en 1835 y manteniendo en Almadén la
Escuela de Capataces de Minas.

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