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Andrés Escobar estaba acompañado por Juan Jairo Galeano y dos amigas en la
discoteca. En ese mismo lugar estaban Pedro y Santiago Gallón (cercanos al cartel de
Medellín), quienes estaban con un grupo de amigos. En medio de los tragos, le
comenzaron a gritar “Autogol, Andrés, autogol”. Entre chiste y chanza, Andrés se
comenzó a incomodar. Primo actuó con respeto, pero luego se alejó y salió del lugar.
Lejos tenía que ver en este punto el autogol ante Estados Unidos. Ya se había
convertido en una discusión entre una persona molesta y un par de narcos que no
quería ceder. Y justo, cuando todo seguía en palabras, pues Andrés ni siquiera se había
bajado del carro, el chofer de los Gallón, Humberto Muñoz, se bajó del carro apurado y
mientras los Gallón seguían insistiéndole a Andrés Escobar que él no sabía con quién
se estaba metiendo, se acercó a la ventana de ese carro y le metió seis tiros.
Ese mismo día la policía detuvo a Humberto Muñoz Castro, quien inicialmente fue
condenado a 43 años de prisión, pero la pena luego fue rebajada a 23 años. Luego, tras
admitir los cargos en su contra, se acogió a un beneficio que le permitió quedar en
libertad después de cumplir 11 años de pena.